El conocimiento al servicio del país productivo

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El conocimiento al servicio del país productivo 13 de diciembre de 2003 Casa de la Universidad - Paysandú

Ing. Agr. Ernesto Agazzi Dr. Horacio Heinzen Cátedra Fac.Química

Ing. Agr. Pablo Chilibroste PhD Director EEMAC

Prof. Sic. Víctor A. Giorgi Decano de Facultad de Sicología

Dr. Mario Córdoba Ing. Agr. Virgina Rossi UDELAR

Asistente Social Carina Arnefeld Sr. Jorge Ledesma Consejo Económico Social de Paysandú

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Centro Artiguista por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales


Se termin贸 de imprimir en Caligr谩ficos S.A. Luis Surraco 2581 Telefax: 480 3095 - 486 0070 Montevideo - Uruguay E-mail: caligraf@adinet.com.uy Dep贸sito Legal: N潞332.374


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Estimados amigos: Queremos contribuir a la construcción de un Proyecto de País y para ello apelamos a la más rica y abundante riqueza que poseemos los orientales: "nuestra gente". Esta obra, que es esencialmente colectiva, incluye a todos aquellos que tienen como su principal desvelo "la pública felicidad", no necesitando para sumarse a esta construcción más herramientas que el valor de la ética, la riqueza del saber y la fuerza de sus brazos. Cadesyc, concebido como un punto de encuentro para el intercambio, la reflexión y la elaboración, valora muy especialmente estos aportes y los desafíos que nos proponen todos aquellos que han participado en la construcción de esta propuesta. Es así que con satisfacción y orgullo hacemos llegar a todos ustedes esta publicación que hemos dado en llamar: "Propuesta de Estrategia de Desarrollo Agroindustrial para un País Productivo en un Gobierno Progresista". Finalmente agradecemos a todos los que hicieron posible estos encuentros: • Fundación Friedrich Ebert Stiftung - FESUR • Intendencia Municipal de Montevideo • Transportistas unidos de Pasajeros de Capital e Interior TUPCI • Universidad de la República - UdelaR

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Indice El conocimiento al servicio de un país productivo 13 de diciembre de 2003 Casa de la Universidad - Paysandú

1. APERTURA - INGENIERO AGRÓNOMO ERNESTO AGASSI . . . . . . . . .

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2. DOCTOR HORACIO HEINZEN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Catedrático de la Facultad de Química 3. INGENIERO AGRÓNOMO PABLO CHILIBROSTE PhD . . . . . . . . . . . . . 11 Director de EEMAC 4. PROFESOR SICÓLOGO VÍCTOR A. GIORGI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Decano de la Facultad de Sicología 5. DOCTOR MARIO CÓRDOBA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 6. INGENIERA AGRÓNOMA VIRGINIA ROSSI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 UDELAR 5. ASISTENTE SOCIAL CARINA ARNEFELD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 7. SR. JORGE LEDESMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Consejo Económico Social de Paysandú 6. CLAUSURA - INGENIERO AGRÓNOMO ERNESTO AGASSI . . . . . . . . . 31

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1 Apertura: Ing. Agr. Ernesto Agazzi Presidente C.A.D.E.S.Y.C.

Muy buenas tardes. En nombre del CADESYC les doy la bienvenida a esta actividad que vamos a desarrollar en la tarde de hoy. Les agradecemos sinceramente que hayan respondido con su presencia a la invitación. Esperamos que de esta actividad se deriven resultados positivos para todos nosotros. Es el segundo Seminario que realizamos. El CADESYC es el Centro Artiguista por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, es una Asociación Civil sin fines de lucro que la hemos constituido para promover y difundir los derechos económicos, sociales y culturales. Este tema para nosotros es importante y les quiero decir brevemente cuál es el enfoque que tenemos de estas cosas. Porque al fin y al cabo es por ese motivo que organizamos esta actividad. Hay muchas convenciones, declaraciones, pactos que tienen que ver con derechos civiles, con derechos políticos, con derechos humanos, económicos, sociales. En el conjunto de esas cosas, en la práctica, los derechos económicos, sociales y culturales entendemos que son los más retrasados, a los que menos atención se les brinda. En realidad esos derechos hoy son el resultado residual, por decirlo de alguna manera, el resultado de decisiones que se toman en otras áreas del funcionamiento de la sociedad y que después de-

rivan en el estado actual de estos derechos. Una prueba de la importancia que tiene esta temática, es que en el orden internacional hay una cantidad de organizaciones, asociaciones, pactos firmados, Estados miembros, con distintos niveles en la constelación de Naciones Unidas, en el PNUD, varios comités permanentes especiales que se dedican a estas cosas. Pero en nuestro país nosotros queremos trabajar para intentar integrar todo esto en un concepto amplio de derechos humanos que no se refiera sólo a las libertades civiles, sino que tenga un contenido abarcativo también de estos otros aspectos. Queremos integrar los derechos individuales con los colectivos, los económicos, los culturales y los sociales. El objetivo esencial de este Centro es desarrollar en ámbitos académicos y políticos actividades de este tipo, para el estudio, el intercambio, la elaboración de propuestas relativas a la situación de estos derechos en el país. Nosotros queremos pensar en estos temas y por eso les agradecemos que podamos dedicar algunos horas a ello, para que la situación actual de los derechos de los ciudadanos tanto económica, social y culturalmente no sean variables determinadas por otras decisiones, que son las determinantes, que son las de política económica en definitiva. Nos definimos como artiguistas en

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reconocimiento y memoria de Artigas, primer Jefe de los orientales, que sintetizó muy temprano, en el nacimiento de nuestra nacionalidad un ideario social, económico y político de un pueblo que comenzaba con esas luchas y que en aquella etapa culminaron con la independencia política. Pero quedan muchas cosas por hacer. La obra de liberación política, la búsqueda de justicia social, la integración, la autodeterminación de los pueblos, la construcción de una sociedad articulada en el trabajo: estas cosas aparecieron muy tempranamente identificando valores fundamentales y permanentes. Nosotros queremos jerarquizar este enfoque de las cosas, incorporarlo en nuestras propuestas en este momento del país, además queremos hacerlo con un sentido global, juntándonos los que hemos trabajado en estos aspectos en los distintos ámbitos en que estamos. Tenemos que agradecer también a FESUR, que entiende la importancia de estos temas en nuestro país y nos ayuda, colabora con la organización de estas actividades. Hoy estamos en una encrucijada particular como país, como sociedad. Somos un pequeño país agroexportador, construido y conformado en otras épocas, cuando lo que nosotros producíamos se vendía, y seguramente con eso se obtenía lo que el país necesitaba para funcionar. Pero tenemos que ver objetivamente el mundo en el que nos insertamos; el mundo de hoy es el de hoy, no es el de ayer o el de hace 50 años. El crecimiento económico en nuestra región, en América Latina, ha tenido un retroceso fundamental y esto tiene mucho que ver con los derechos de los ciudadanos y la marcha de nuestra sociedad. Por tomar un dato: en América Latina el ingreso per cápita que entre 1960 y 1980 tuvo un aumento del 75%, en los últimos 20 años creció 6%. El comercio de bienes y servicios en el mundo está aumentando aceleradamente y eso tiene mucho que ver con nosotros. En los años 70 internacionalmente se

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comercializaba el 10% de la producción mundial, hoy se comercializa el 25%, estamos en otro mundo. Esto también tiene que ver con el marco en el que nosotros nos estamos pensando. La apertura de mercados en los países en desarrollo avanza a través de mecanismos muy diversos. Es una lógica coherente de apertura de mercados que se está aplicando como política en todos nuestros países. Mientras, los países desarrollados cierran sus mercados. En realidad los impuestos que ellos cobran, como a la importación de productos, es cuatro veces mayor, se calcula internacionalmente, al que cobramos los países en desarrollo. Y hay cálculos internacionales hechos por organismos de Naciones Unidas que dicen que los países pequeños y dependientes estamos perdiendo 134 mil millones de dólares anuales. Esto es más o menos el doble de todas las ayudas al desarrollo que estamos recibiendo. Esto tiene que ver con el mundo en el que vivimos. La globalización, que es el fenómeno socioeconómico en despliegue en el mundo, se está convirtiendo en una redistribución de ingresos desde los países chicos hacia los países grandes. Y no está definida por mecanismos cristalinos, en realidad son mecanismos silenciosos en los que nosotros no podemos discutir la marcha de estas cosas. Para nosotros es claro que todos estos mecanismos, estos fenómenos y sus consecuencias las tenemos que sustituir por otros que tengan una ética superior. Para ello hay que construir propuestas y las propuestas serán de todos los que aportemos a esas propuestas. Y esto más allá de las urgencias circunstanciales o coyunturales que tenemos en nuestro país. Hay que cambiar las recetas, es esencial un desarrollo. El concepto de desarrollo se está perdiendo de los titulares: es la ley del mercado la que está conduciendo estos procesos. El Uruguay no puede seguir flotando con reglas de juego que se establecieron hace muchos años, cuando el mundo y el Uruguay eran otros. Hay que hacer otra cosa.


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Para nosotros esto es un desafío nuevo, es prioritario; esperamos que de estas actividades, de este Seminario y de otros que hacemos se deriven aportes, modestos, pero serán los que podamos hacer. Por lo menos no cargaremos con la culpa de no haber intentado pensar algo juntos. Estamos convencidos de que debemos utilizar nuestras mejores capacidades y tenemos que tener propuestas de calidad para revertir esta situación en la que estamos viviendo. Esto no quiere decir novelería, no quiero confundir modernización con adoptar la última oferta; quiero decir desarrollo sobre todo del pensamiento. Por eso nosotros le llamamos “el conocimiento al servicio”: no es cualquier conocimiento y no es para cualquier cosa. De todo lo anterior se desprende que la exportación de materia prima no nos va a dar respuesta a los problemas que tenemos hoy. Materias primas se producen en exceso en el mundo, no es el Uruguay de hace 50 años. Entonces cuánto trabajo, cuánto servicio, cuánto valor le tenemos que agregar a nuestra producción y de qué manera. Hay una materia prima de desarrollo infinito: es el cerebro, es la inteligencia, y a eso tenemos que apostar. Es el camino que estamos convencidos que hay que priorizar en todos los planos, con conocimientos, con lo básico que tenemos en el país, con la producción -que

nadie entrega- que será la explotación inteligente de nuestros recursos naturales, minimizando los riesgos, generando puestos de trabajo, produciendo materias primas o alimentos para nosotros y también para el comercio con los países que comerciemos. Nosotros tenemos que dirigir ese proceso. Estamos convencidos que tendremos que empezar con los recursos que tenemos como nación, con lo que culturalmente somos, pero tenemos que tener una política consciente de la dirección en la que queremos avanzar. Y en eso nosotros ubicamos la cultura, la educación, la formación como elementos centrales. No nos tenemos que encandilar con proyectos de otros, ellos tratarán –como lo hicieron siempre- de convencernos de que sus propuestas son las mejores, son las más modernas, las que más nos convienen, aunque en realidad signifiquen, como está pasando hoy, que por seguirlas somos los perdedores en un juego en que otros son los ganadores. Hoy vamos a recibir planteos, experiencias que nos van a brindar investigadores y docentes que trabajan en diversas áreas: química, agricultura, salud, ciencias sociales, comunicación. Para eso organizamos esta actividad. Yo los dejo con ellos y deseo a todos que tengamos una fecunda tarde de trabajo.

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2 Doctor Horacio Heinzen “Desde los ámbitos del conocimiento, visión desde la Facultad de Química”

Antes que nada quiero agradecer al CADESYC por la invitación a la Facultad de Química. Yo estoy aquí en representación de la Facultad en el intento de poder trasmitirles la visión desde la química, desde la parte del sector productivo que la atañe directamente, que es lo que a la Facultad le parece donde se puede aportar, donde se puede avanzar en pos de una mejora en los aspectos productivos y sociales que están tan deprimidos en este momento en nuestro país. La charla que pensábamos entregarles hoy tiene dos partes bien diferenciadas. La primera consiste en mostrarles el conocimiento, el para qué, y después la visión que desde Química intentamos trasmitir hacia la sociedad, hacia los actores económicos que pueden de alguna forma mejorar o modificar la situación. El sistema de generación de conocimiento ha sido lo que ha movido, desde el punto de vista del desarrollo industrial, al mundo en los últimos 200 años. Y eso desde la Academia está estructurado en base a un sistema bastante flexible pero rígido a su vez, en que el objetivo fundamental es formar personas, investigadores que sean capaces de generar nuevo conocimiento. Ese nuevo conocimiento puede reciclarse hacia la Academia nuevamente o puede volcarse

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hacia el sector productivo, la industrialización, etc. La idea que intento trasmitirles ahora es que, si bien en Uruguay y en Latinoamérica el reciclado que se da del investigador que forma un estudiante doctorado (que genera sus publicaciones científicas que son el aval de que está trabajando en forma seria y reconocida por una comunidad internacional científica), genera un nuevo investigador que puede volver hacia la Academia o derivarse hacia el sector productivo. Quiero mostrarles que en Uruguay y en la mayoría de América Latina el reciclado de los nuevos investigadores se hace siempre a través de la Academia, o en su mayoría, y poco se vuelca hacia el sector productivo. Es un problema con el que nos enfrentamos en Facultad de Química, en Facultad de Ciencias, en las cuales se genera un montón de gente preparada para aportar a nuevos desafíos, solucionar nuevos problemas y que sin embargo, dada la situación, el esquema económico reinante en nuestro país hace que el único lugar posible para su reinserción sea la Academia nuevamente o el exilio. Entonces se deja de lado la opción 2 que es la que nos lleva al desarrollo tecnológico. El estudiante de doctorado, de post


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grado, el que realiza investigación bajo la dirección de otro investigador, a lo que se está entrenando, a lo que está tratando de acceder es a una manera de enfocar y atacar problemas que son siempre nuevos. Que después sean en el ámbito de la química o en el tamaño de los tornillos que debe tener una máquina, es harina de otro costal. Lo que importa en este sistema, lo que uno busca siempre es una manera de pensar independiente, crítica y creativa. Si eso se logra, el esfuerzo valió la pena. No vale la pena para el país si ese investigador va a dar valor agregado a los productos que se hagan en EEUU o en Europa. La ciencia como tal cada vez más fundamenta la tecnología. Si bien es fácil y más cómodo hablar de ciencia básica y ciencia aplicada, en el avance impetuoso que tiene la tecnología, la diferencia entre ciencia básica y ciencia aplicada es muy sutil, muy pequeña. Las patentes generadas por distintos sectores, con el correr del tiempo crecieron exponencialmente, por ejemplo en la parte de medicina y de nuevos fármacos, alrededor de los años 90. Esa situación ha seguido, han habido pequeños altibajos en cada uno de los componentes, pero en general esta tendencia es la que se mantiene en la actualidad. Habíamos dicho que los artículos publicados en revistas internacionales servían para mostrar que el investigador estaba al día, que era capaz de generar conocimiento científico, pero lo que le importa a la industria, mayoritariamente, es la generación de conocimiento original propio, del cual se pueda adueñar. Para eso el sistema que es aceptado universalmente es el de la generación de patentes, a pesar de que todo el sistema de patentes en sí puede ser una gran falacia. Un conocido científico decía que en tecnología lo que no sirve para nada se publica, lo que puede llegar a servir se patenta y lo que realmente sirve no se patenta ni se publica nunca. El ejemplo más claro es la Coca Cola, que nunca fue patentada y siempre se guardó su secreto bajo siete llaves.

Al hablar de patentes no estamos hablando del oro, pero estamos hablando por lo menos de una parte del oro y Brasil es un ejemplo, con muy pocas patentes y una gran producción científica relativa. Si se compara con Corea, que es un país que se quiso ajustar a este modelo, vemos cómo uno (hablamos de Brasil y Corea) tuvo más éxito que el otro en la misma carrera. En Alemania y Francia la cantidad de patentes y de artículos científicos siempre va bastante unida una a la otra, en cambio en Brasil hay una gran producción de artículos científicos y pequeñísima producción de patentes, o sea de conocimiento original del sector productivo, que pueda ser aplicable. De eso estamos hablando cuando nos referimos a patentes. Los artículos publicados en revistas sirven como generación de conocimiento universal, que puede llegar a tener su aplicación, pero no una tan directa como lo es en el caso de las patentes. La distribución de las actividades de investigación y desarrollo por instituciones en los distintos países, muestra que mientras en Brasil las actividades de investigación y desarrollo están marcadas por un fuerte componente del gobierno y prácticamente de la Universidad, en otros países cualesquiera de los llamados desarrollados, poco del gobierno y poco de la industria. El componente de investigación y de la industria, es por lejos mayoritario a lo que puede generar la Universidad y a lo que puede gastar el gobierno. Eso es porque las materias primas que se compran son transformadas en los centros de poder a través de un sistema de conocimiento muy firmemente institucionalizado y es devuelto hacia nosotros con un valor agregado altísimo por el cual tenemos que pagar y nuestros productos valen cada vez menos. El ejemplo paradigmático es naturalmente EEUU, donde el que paga la investigación es entre el gobierno y la industria, pero el que realiza la investigación original, con base tecnológica, es la

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industria: la investigación aplicada. ¿Cómo nos situamos nosotros en Latinoamérica? Junto con países como Costa Rica, Chile, y Cuba. Hemos venido creciendo, eso es producto del esfuerzo sostenido del sistema de investigación de ciencia y tecnología del país, pero está llegando a la saturación del sistema. El feedback (retroalimentación) de los investigadores es solamente hacia el sistema académico y no hay prácticamente salida hacia el sector productivo. Si comparamos las publicaciones que se han registrado, estamos entreverados con Chile y con Cuba. Si las publicaciones son por número de habitantes, estamos mejor que Argentina o casi igual. Si es al gasto en investigación y desarrollo, muestra que somos unos genios, porque con muy poquito obtenemos una rentabilidad mucho mayor que la de Argentina, la de Brasil, la de Chile y la de Cuba. Pero no siempre es así. Lo que les quiero demostrar con esto es que la parte de la investigación básica la hacemos bastante bien y nos comparamos bien con otros vecinos. Nos falta el pasaje hacia el sector productivo. Ahora una pequeña digresión para mostrarles un poco qué hace la Facultad de Química. La Facultad ha estado inmersa en todo este proceso de renovación del sistema de ciencia y tecnología nacional y ha participado con relativo suceso en todo esto. El 50% de las solicitudes de patentes en la Universidad corresponden a la Facultad de Química. Su vinculación con el sector productivo tradicional ha sido a través de dar asesoramiento. La industria se acerca, realizamos un convenio o analizamos tal muestra sobre las cuales se tienen dudas. El sistema se ha instaurado, lleva ya 12 años funcionando bastante bien. En el 2002 naturalmente se fue “al diablo” como todo el país. Tratamos de esbozar una propuesta que sea distinta, que trate de invertir la relación y que de alguna manera genere oportunidades de agregarles conocimien-

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to a nuestros productos para crear más fuentes de trabajo, una mayor riqueza para el país, que supongo que redundaría como efecto secundario en un bienestar general. No hablamos de la distribución de la riqueza, ese es otro tema. A mediano y largo plazo, desde el punto de vista de la educación debemos promover nuevas actitudes en nuestros egresados, no podemos generar estudiantes y egresados cuya meta sea ser simplemente empleados, deberían tener una meta un poco más amplia, es nuestra visión. Y fundamentalmente, si vamos a formar gente que sea capaz de aportar conocimiento a problemas nacionales, que tengan una responsabilidad social con el país y con su gente, que son los que le financiaron sus estudios de una manera u otra. En el corto plazo la Universidad debería de tomar para sí una función activa, tratando de mostrar un camino posible que es el que desde Química hemos tratado de promover. Promover el emprendimiento, esto quiere decir generar nuevos emprendedores, gente que tenga el coraje y la valentía de jugársela por un proyecto económico y sacarlo adelante a partir de una generación de conocimiento, del aporte de valor agregado que da el poner conocimiento arriba del agro, arriba de una vaca, del trigo, arriba de cualesquiera de las materias primas que produce nuestro país. En ese marco cambiamos el plan de estudios en Facultad de Química. Es el primer programa en la Universidad de la República que tiene un componente importante en su currícula sobre la formación de emprendedores, o sea de empresarios. Una creación de incubadora de empresas con base tecnológica, fue el segundo ítem y quiso la suerte poder contar con las instalaciones físicas para poder desarrollar un polo tecnológico donde promover asociaciones, de la Universidad y de la industria, que permitan el aumento del valor agregado de los productos manufacturados en Uruguay.


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El polo tecnológico de química y biotecnología es un lugar donde Universidad, empresas y proyectos de empresas comparten riesgos y beneficios para agregar valor a través del conocimiento. Esa es la definición y es a lo que está abocada en este momento la Facultad de Química. Aquí lo que queremos es que nuestros recursos humanos formados se jueguen por un desarrollo tecnológico y logren nuevos productos o procesos. Con empresas ya establecidas se intentó facilitar la incorporación de investigación y desarrollo en esas empresas y se obtuvo un mecanismo jurídico que es el consorcio entre el polo tecnológico y la empresa. Para eso se creó una Fundación de desarrollo de la química que puede trabajar en el ámbito privado para poder solucionar una serie de problemas legales que siempre eran la traba. El polo tecnológico aporta investigadores e inversión en equipamiento, un equipamiento que muchas veces las industrias son renuentes a comprar, pero que si demostramos que sirven, a lo mejor la industria se anima y trata de conseguirlo. Los aportes de la empresa son los profesionales y los gastos de funcionamiento, y tienen este tipo de actividades conjuntas. Uno de los que está funcionando actualmente es el polo tecnológico con el laboratorio Celsius, con todos los problemas que eso tiene. Celsius es un laboratorio de industria farmacéutica nacional muy importante, que tiene una alta participación en el mercado y que ocupa un gran número de profesionales. Entre los temas que se han tratado: el desarrollo y escalado de síntesis de moléculas, estudios farmacodinámicos y farmacocinéticos o sea que los medicamentos que ellos fabrican son equivalentes, iguales o mejores que los que pueden venir de las empresas multinacionales, desarrollo de dispositivos de diagnóstico y coparticipación en la gestión de patentes y propiedad intelectual. Lo mismo con la Facultad de Química y Conaprole, intentamos innovar en la

industria láctea a través de proyectos de investigación aplicada, prestación de servicios analíticos y fundamentalmente la formación de recursos humanos. El polo tecnológico de Pando es el viejo laboratorio de Ancap, que fue dado a la Facultad para desarrollar emprendimientos privados. Entre las iniciativas más fuertes que se han generado últimamente a partir de la iniciativa del Rectorado, fue la creación de la Comisión Social Consultiva, donde intervienen actores sociales para tratar de mejorar la situación crítica en la que vive el país. Una de las Mesas Sectoriales es la del sector farmacéutico, que ha sido dada a coordinar a Química y tiene una serie de ítems donde puede trabajarse: en fitoterápicos y plantas medicinales, nutracéuticos, medicamentos genéricos y dispositivos de diagnóstico. Un ejemplo de ello ya está funcionando, con una empresa uruguaya en la cual se realiza la síntesis del fármaco, cuyo objetivo es la producción a escala de fármacos con patentes que están vencidas. O sea se pueden fabricar sin ningún tipo de problema legal, a partir de procesos desarrollados en Facultad de Química por la Cátedra de Química Farmacéutica por el grupo del Dr. Manta. Y los resultados primarios que se pueden mostrar a tres meses de instalada son: cómo dos jóvenes investigadores fueron empleados directamente en la síntesis de esos fármacos, cuatro investigadores de Facultad de Química son becados por esta industria para poder desarrollar nuevos procesos, y la industria nacional ha contratado la producción de tres nuevos fármacos. O sea que se ha generado en un tiempo relativamente corto una cadena productiva que puede generar fuentes de trabajo –no hay por qué comprar en China o en India, se pueden hacer acá, se les agrega valor y todos ganamos. La incubadora de empresas del polo tecnológico ha dado lugar a un emprendimiento que salió ya del polo tecnológico y está en el Parque Tecnológico del Cerro de la IMM. Se llama “Perales del

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Sur” y se basó en la producción del extracto de marcela para la línea tens, a partir de un proceso elaborado en la cátedra de Farmacognocia, con resultados bien concretos: 45 kg. de extracto producidos, dos investigadores han sido empleados, hay dos becarios en Facultad de Química y tres jóvenes investigadores de nuestro sistema académico comenzaron este emprendimiento que, ustedes lo conocerán, son estas cremas de marcela que están a la venta en prácticamente todo el país y que han tenido mucho éxito. Eso es una muestra de lo que se puede lograr en corto plazo, agregando valor, dando trabajo y generando un rédito importante. También hay otras industrias que pueden mejorarse. Existe un producto farmacéutico que se desarrolló para Laboratorios Gauthier a partir de deshechos de la industria vitivinícola, por ejemplo. LA PROPUESTA NUESTRA PARA EL 2003 A partir de nuestro trabajo con la marcela, vimos que hay una verdadera cadena productiva que es la agroindustria y la industria fitofarmacéutica, en la cual se elabora un extracto que luego debe ser empleado por la industria farmacéutica. Estas industrias tienen algunos atractivos desde el punto de vista económico. Las plantas medicinales en general poseen un mayor valor por kilo que los cultivos extensivos, lo que los vuelve aptos para pequeños y medianos productores. En parcelas relativamente pequeñas se puede obtener un rendimiento, una productividad por hectárea mucho mayor, si uno planta menta que si uno quiere plantar girasol, por ejemplo. Involucra la formación de aportes multidisciplinarios porque nuestras plantas medicinales constituyen un nicho económico único que tiene valor en nuestro país y en la región y que puede llegar a tener valor en el mundo si se le agrega el conocimiento fundamental de la medicina.

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Sin un enfoque serio de las plantas medicinales por parte de nuestra comunidad médica, no vamos a ningún lado. Esto es lo primero que hay que decir, porque si no pululan los curanderos, que a veces hacen bien pero muchas veces hacen mucho daño. La parte agronómica y la parte química se pueden juntar en esta cadena productiva para lograr un mayor valor del producto nacional. ¿Cómo le damos la luz verde a la industria fitofarmacéutica? Un proceso extractivo que debe ser optimizado, pero debe ser sustentable. ¿Y cómo puede ser sustentable? Nunca depredando el recurso natural. A partir de esta producción de marcela nos enteramos que hay otros laboratorios que han recolectado marcela en los últimos 15 años y han vaciado el litoral platense, exportando la flor de la planta tal cual a Alemania. No debemos depredar el recurso natural porque de lo contrario no tenemos una fuente sustentable para hacer la extracción y que la industria tenga la materia prima para poder elaborar el fármaco, que es lo que nos interesa. Entonces la solución para eso es ir al cultivo, éste llega al proceso extractivo y se vuelve sustentable. Pero el problema es ¿cómo cultivamos? ¿qué cultivamos? ¿qué hacemos? Tenemos los recursos naturales. Debemos entonces seleccionar según el metabolito activo y las características agronómicas más importantes que tengan esas plantas medicinales, para entonces sí establecer un cultivo y cerrar la cadena. Eso era lo que les queríamos mostrar, la visión que tenemos desde el sector químico con una inserción muy fuerte en la parte tecnológica, y de la cual a veces es más fácil ver las cosas que desde otros sectores de la Universidad. No es la única visión, esperemos que haya muchas más, pero parece que está caminando y puede aportar hacia un resurgimiento de un país productivo, que es un poco lo que todos queremos.


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3 Ing. Agr. Pablo Chilibroste PhD Director de EEMAC

“Enfoque desde la Estacion Experimental Mario A. Cassinoni de la Facultad de Agronomia” Antes de comenzar la presentación quería agradecer la invitación. Quiero destacar la pertinencia de realizar este Seminario en Paysandú, creo que le hace mucho bien al Interior poder discutir juntos estos temas los que estamos en la Universidad o en el sector académico, ya sea público -que es el dominante- o privado, trabajadores, empresarios, etc. Creo que es muy saludable, muy pocas veces se hace. Es más cómodo y con más garantía de éxito realizarlo en Montevideo por la fluidez de público, pero creo que es un debate fundamental sobre todo para pensar el Uruguay del futuro. La exposición que yo voy a hacer es una visión desde lo académico al servicio del país productivo desde la perspectiva de la Estación Experimental Cassinoni. Voy a hacer algunas referencias sobre la Estación, sus características y algunas de las particularidades o perfiles con que estamos viendo este problema. LA ESTACIÓN CASSINONI Si bien festejamos hace poco los 40 años como Estación Experimental de la Facultad de Agronomía, y fue ahí que comenzó a ser parte de la Universidad

de la República, sus inicios son desde 1917. Es una dependencia de la Facultad de Agronomía y al decir del Rector en el festejo de los 40 años, “es la apuesta de descentralización más seria que ha hecho la Universidad”. Espero que no lo haya dicho porque estaba en la Cassinoni, pero eso es lo que dijo, lo tenemos bien grabado y documentado y yo me atrevo a decir que es el único ejercicio de descentralización en serio y fuerte que ha hecho la Universidad. Después ha tenido algunas acciones, le ha dado cada tanto una mirada al tema. Pero yo creo que si la Universidad quiere jugar este partido de poner el conocimiento al servicio del país productivo, uno de los temas que tiene pendiente es resolver cómo va a descentralizar servicios, cómo va a aportar a la creación de nuevas instituciones o de instituciones que hagan este nexo entre lo académico y lo tecnológico. Como hablaba Heinzen recién, parece ser un nexo esencial. La Universidad puede hacerla ella misma pero también puede participar en un proceso donde se generen nuevas instituciones. Creemos que en Uruguay debe haber más movilidad en el plano institucio-

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nal, más coordinación de esfuerzos y no quedarnos pegados a las estructuras tradicionales. En este sentido rescatamos la idea original de Cassinoni y de la gente que en aquel momento la llevó adelante y concretó la idea de la Estación Experimental. Y los que estamos hoy trabajando ahí sentimos el desafío de renovar un poco los objetivos y las perspectivas de la Cassinoni. Básicamente lo que tenía planteado como presentación era en qué consiste la Cassinoni. Es un campo de unas 1.000 hectáreas, somos 34 docentes -más del 80% hemos ingresado en los últimos 10 años-; es decir que ahí ha habido una apuesta fuerte a la renovación y a la formación del cuerpo docente, habiendo hoy una proporción alta con estudios de postgrado. Como contraparte, que también marca uno de los problemas que tiene la Universidad, hay unos 60 funcionarios de los cuales una proporción importante está desde el inicio de la Estación Experimental, con muy pocas posibilidades de carrera docente, de formación, de actualización, lo cual plantea una asimetría importante. Las áreas en que trabaja la Estación Experimental fundamentalmente son: el área de cultivos –todo lo que tiene que ver con fisiología y manejo de cultivo-; trabajo importante en el tema sustentabilidad, en el manejo de plagas, de insectos, rotación de pasturas con cultivos, etc., producción primaria. En pasturas se ha trabajado en el mejoramiento y evaluación de especies naturales e introducidas. En los últimos años se ha puesto más énfasis en todo lo que tiene que ver con prácticas de manejo, tanto en el área animal como en el vegetal. Esto plantea un tema que tiene que ver con la presentación de Heinzen. Cuando uno define medidas de manejo que se adaptan mejor a la utilización de un recurso básico, sea este recurso una pastura establecida y sobre todo si es un recurso nativo, está hablando de tecnología de proceso, que es diferente de la tecnología de insumo. Cuando uno define una

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tecnología de proceso se trata una patente muy difícil de vender, excepto que se haga mucho marketing y que se venda un esquema, pero en general ahí se integra conocimiento, información para manejar ese recurso, de forma de poder obtener el mejor resultado posible del mismo sin saturarlo o sin agotarlo en el largo plazo. Ese ha sido uno de los cambios de dirección de la Estación en los últimos 10 años, y el manejo en el área de los trabajos: en el área de los cultivos industriales (trigo, cebada, girasol, sorgo, etc.), como en el área animal (utilización de campo natural, manejo de rodeo de cría, asimismo en el área alimentación de ganado lechero) han tenido un fuerte componente al incorporarle conocimiento y control al proceso de manejo de las pasturas y al manejo de los animales, o interacción de esa relación planta-animal. Este cambio ha sido muy importante, creo que se ha ajustado más a la demanda, se ha ajustado más a lo que necesita el país. Por ejemplo en el tema ganadería se han discutido rutas de cambio técnico, donde contra la opción de intensificar los sistemas poniendo más insumos, hemos visualizado rutas de cambio técnico que apuestan a un mejor uso de lo que ya está disponible, a explotar el potencial del campo natural, o el campo natural mejorado, o los requerimientos de los rodeos de cría. Combinando de forma más inteligente esa producción, lograr diseñar sistemas que triplican la producción promedio de carne por hectárea, sin agregarle costos al kilo de carne producido. Ese es un proceso importante, un proceso que el Uruguay tiene que recorrer. EL CONOCIMIENTO Y EL PAÍS PRODUCTIVO ¿Qué es lo que ha hecho la EEMAC para acortar distancia entre el conocimiento y el país productivo? La idea que yo tengo es que nosotros generamos poco conocimiento y hemos hecho mucho trabajo de información, de


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adaptación de conocimiento a nuestras condiciones, es decir ponemos en práctica tecnologías que en general nosotros ya conocemos la dirección de su proceso, pero no conocemos cómo se comportan nuestras condiciones y generamos coeficientes locales para poder crear recomendaciones. Esa ha sido parte importante del trabajo. En otras áreas sí se ha generado conocimiento estrictamente, es decir información que no estaba disponible o información sobre procesos que no estaba disponible a nivel internacional. Para achicar la distancia entre la generación de conocimiento y el país productivo, en la Estación hemos hecho una serie de cosas, que no son muy diferentes de las que ha recorrido Química. Actualmente existen varios convenios con importantes empresas, Intendencia de Paysandú, Asociación Rural del Uruguay, etc. Más del 60 % del dinero que se ejecuta en investigación se hace con aportes del sector privado y es cada vez menor el aporte de la propia Universidad o del Estado. También hemos generado patentes en el área de creaciones fitogenéticas, dos que son especies nativas que se han seleccionado, multiplicado y ahora se están vendiendo. Y el apoyo financiero ha aparecido desde distintos sectores: de la propia Universidad, dineros públicos administrados por el INIA (Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas), o dineros del BID administrados por el CONICYT y también mucho aporte de empresas privadas. Lo otro que ha hecho la EEMAC para acortar esta distancia, tomando en cuenta la necesidad o la importancia de que el conocimiento llegue o se ponga al servicio del sector productivo, es trabajar con cursos a distancia. Organiza normalmente jornadas de campo, en las que participan en el orden de mil productores por año, en distintas jornadas con distintos objetivos. Realiza cursos de educación permanente y seminarios de discusión técnica que son cerrados o es-

pecialmente dirigidos a profesionales. En este sentido lo que marcaba Heinzen es muy claro: cuando se forman nuevos investigadores es muy difícil que pasen al sector privado, y como contraparte los profesionales que salen a trabajar al sector privado, se empiezan a alejar cada vez más de sus bases científicas y a comportarse como nuevos productores en lugar de mantener el perfil que adquirieron como formación científica (cuyo método es básicamente analizar y resolver problemas) en la Universidad. Entonces hemos apostado a los cursos de reciclaje y a los seminarios de discusión técnica como forma de tratar de levantar de nuevo no sólo la autoestima sino el nivel técnico de nuestros propios profesionales formados en la Facultad. Porque esa puede ser una forma también de generar demanda desde el sector privado hacia la Universidad, que los profesionales que están ligados al sector privado vean los problemas que tienen. Una situación frecuente para nosotros, a veces a nivel del sector primario, por ejemplo, es ir a un tambo y ver un proceso de producción de leche, pero también a nivel industrial, es encontrarse con un profesional y preguntarle “¿acá hay un problema?”, “no, no tenemos ningún problema”. “¿Y qué es lo que están midiendo?” Nada o casi nada. Entonces cuando uno no mide nada no tiene problema. En una fábrica de leche el problema empieza cuando la tina entera se pierde. Pero no empieza cuando el Ph que tenía que bajar a 5.5 quedó en 5.8 y ese producto final va a tener una característica diferente. En lo que hablaba Heinzen hoy, a lo que nosotros estamos apuntando cada vez más es al control del proceso y sobre el producto que se está produciendo. Eso es posible y requiere de conocimiento local, genuino. Un elemento del diagnóstico que es muy claro es que en general las empresas, las industrias agropecuarias tienen muy pocos problemas porque muchas

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veces no tienen objetivos bien definidos y tampoco están monitoreando lo que están haciendo. Entonces no tienen muchos problemas, porque el porcentaje de preñez o los litros de leche por día es un evento que tiene la misma probabilidad que la lluvia: son cosas que se suceden pero que no se generan como resultado de las decisiones que uno toma. También se hacen trabajos de asesoramiento técnico, se realizan convenios y se edita una revista, Cangüé, tres números por año. En resumen, se han formado cuadros académicos con mejor capacidad para resolver problemas, se ha mejorado la oferta de cursos -hoy la Estación ofrece más y de mejor nivel que antes– y las líneas de investigación han logrado algo que para nosotros es central, que es la integración vertical: mirar más el problema como un todo; no trabajar sólo en el problema del cultivo o de éste asociado a su chacra, o de la vaca en determinado potrero, sino todo el proceso desde el sistema de producción, incluida la familia, hasta el producto final que se va a vender en el mercado interno, consumir o exportar. Lo otro interesante que ha hecho la Estación y que vale la pena destacar, es que en estos últimos 10 años ha formado parte, y en cierta medida ha liderado, proyectos integrales de extensión. Analizando los aspectos financieros, pensamos que los escasos recursos no deberían ser usados para volcarlos al sector financiero. El financiamiento es consecuencia de lo anterior, pero tampoco el sector privado resuelve los problemas de financiamiento del sector público. Si no hay una política de Estado, una política de financiamiento sostenida del sector público -inclusive no importa si es muy grande o muy chica, importa que sea sostenida y con objetivos bien definidos-, el financiamiento se convierte en bajo e irregular, sobre todo el financiamiento privado. El financiamiento privado está fundamentalmente orientado a la resolución de problemas, las resoluciones para

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ayer o para mañana, eso no permite hacer investigación básica o trabajar sobre áreas que son de interés social, económico, pero que se requieren años de trabajo para poder llegar a resultados. Y en general tampoco permite el mantenimiento de infraestructura y de equipamiento, lo cual limita mucho las posibilidades de desarrollo. Es casi todo dinero en efectivo, contado o no, para cosas que se van a ejecutar en el año. Lo que se ha comentado es que hay una muy baja demanda por tecnología nacional, y cuando nosotros trabajamos en tecnología de proceso es especialmente crítico. Un buen ejemplo para explicar esto, es el tema de las computadoras, yo lo tengo muy claro en el sector lácteo. Cuando una empresa en Uruguay en este sector incorpora tecnología (o piensa que incorpora tecnología), básicamente lo que compra es aluminio, y en general compra buen aluminio, compra buenas máquinas, o sea compra el hardware, pero lo que no compra o compra equivocado es el software, porque el proceso que va a ocurrir a través de ese aluminio, por las características de la producción en Uruguay, es muy diferente. Y por eso después no tienen problemas, porque compran un Pentium 4, pero los software todavía son de DOS y el DOS trabajando en un Pentium 4 casi nunca tiene problema, sólo que las posibilidades de generar resultados son muy bajas, en general entra una cosa por acá y sale otra por allá pero no hay capacidad de variación intermedia. Yo creo que Uruguay debe de trabajar mucho en el software, el software no lo puede comprar, hay que producirlo en Uruguay. Ya hablemos de producción primaria en un predio, producción agrícola, de carne, de leche, los coeficientes técnicos los tenemos que producir acá, porque los problemas que tenemos son específicos nuestros, entonces no lo va a investigar ni EEUU, ni Australia ni Nueva Zelanda por nosotros. Los problemas en el transporte y acopio del producto son problemas que están asociados a la infraestructura que


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tenemos nosotros, y tampoco podemos comprar ese software, tenemos que desarrollarlo acá. Y el problema que empieza desde que ingresa a planta hasta que sale un producto y el control de todo ese proceso y que el resultado de eso no sea resultado de la casualidad sino de la dirección que se le imponga, también es un software que hay que desarrollar en Uruguay y no se puede importar. Y cuando lo importamos se compran paquetes que no necesariamente son los mejores adaptados para el proceso en el que están siendo utilizados. También a mí me gusta ser franco y hablar de los problemas internos, los problemas externos muchos son externos a la Universidad. También tenemos problemas internos en la Universidad y una política de cambio los debe considerar. Uno de los problemas es éste, esta es una denuncia genérica si se quiere, pero en el cogobierno, que yo entiendo que es una herramienta importante y distintiva, que la hace distintiva a la Universidad nuestra, lamentablemente atrás de él o a caballo de él, está el corporativismo y la defensa del statu quo. Eso le ha impedido a la Universidad ser más rápida, ser más ágil en dar respuesta a problemas para los que tendría que estar dando respuesta hoy. La gestión de recursos de la Universidad, me animo a decir que es irracional. Esto es duro, difícil de aceptar porque somos parte de esto, pero es absolutamente irracional. Y no es casualidad que cuando la Universidad se propone innovar, acelerar el paso, buscar vinculación con el sector privado o agilizar la ejecución, lo que crea es una estructura paralela al costado de la Universidad. Los polos tecnológicos son al costado, los consorcios son al costado, las fundaciones son al costado; es para salirse de un problema de gestión que no es propio de la Universidad, todo el sector público uruguayo lo tiene. Y una idea de cambio, de poner el conocimiento al servicio del sector productivo, implica meter mano a esto en el manejo de los recursos humanos y financieros.

Como mostraba Heinzen, igual la Universidad es muy eficiente porque tiene tan poco e igual produce, que competimos, pero cuando se analiza objetivamente hay una gran irracionalidad muchas veces en el uso de los recursos. La Universidad no dispone de instrumentos de evaluación serios y confiables sobre lo que produce, su cantidad y calidad; y cuando estoy hablando de lo que produce estoy incluyendo los profesionales, y eso es parte del problema de falta de demanda en tecnología, porque esos son profesionales que van al sector industrial o empresarial o privado, y sobre los individuos que trabajan. Esto normalmente no se menciona porque puede lastimar a la Universidad y yo creo que si nosotros queremos progresar tenemos que sincerar el diálogo. En el caso específico de la EEMAC, el relacionamiento con las fuerzas sociales si bien ha mejorado muchísimo en los últimos 10 años, todavía es insuficiente y sobre todo a nivel de lo que son compromisos programáticos o trabajar en el área programática. Lo tenemos como postulado, lo tenemos como principio, que es un área en la que queremos avanzar, pero todavía los frutos son pocos. EL CONOCIMIENTO, EL PAÍS PRODUCTIVO Y EL FUTURO Hemos tratado de cambiar el estado de situación, constatamos y podemos mostrar mejoras importantes donde hemos logrado producir más y mejor en términos de utilidad y de medidas de impacto para el sector productivo. Podemos ver por el nivel de adopción que lo tenemos cuantificado en algunas áreas y sobre todo por el cambio de actitud que ha habido desde el sector productivo y también el sector industrial en lo que se refiere al relacionamiento con la Estación Experimental en general. Pero nos resulta insuficiente, porque nos parece que lo que está demandando el país y el mundo es una visión que salga de lo sectorial, que salga de lo agropecuario, que salga del cultivo o del producto de la ma-

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teria prima y requiere un abordaje más integrador. Entonces lo que de alguna forma estamos viendo y compartimos con muchos compañeros acá, es que deberíamos propender a que hubiera en esta área, en esta región o que la Estación Experimental empezara a formar parte o se planteara, un Centro de alto rendimiento donde cambiemos los estándares de funcionamiento, levantemos las exigencias. Agazzi en su introducción hablaba de una nueva exigencia en lo ético, y yo creo que tenemos que levantar el nivel de exigencia en lo ético y creo que nosotros debemos ser parte de ese compromiso, tenemos que producir más y mejor. Puede ser de la UDELAR o no la UDELAR es la Universidad de la República, para quienes no están familiarizados con la sigla-, la Universidad podría ser parte de esto, pero de alguna forma un polo, un centro de desarrollo de alto rendimiento donde los estándares de trabajo y de calidad sean altos, pero también los estándares de ética, etc. Algunas claves de esto que estamos marcando como perspectiva, que queremos dejar como elementos de discusión al Centro y a quienes lo quieran tomar, es que este Centro debería tener alto nivel científico-técnico, con énfasis en lo tecnológico, pensando que sean complementarios a otros desarrollos que se están haciendo más en el área de ciencias básicas, en las que están involucradas la Facultad de Ciencias Básicas, la Facultad de Química y la Facultad de Ingeniería. Pensamos que acá, por donde estamos ubicados, por la actividad productiva, por los agentes que hay a nivel productivo, podríamos desarrollar o ser parte para contribuir a crear un Centro de desarrollo de alto nivel científico y técnico, con mucho énfasis en lo tecnológico; de alguna forma generar esa demanda que hoy estaba reclamando Heinzen y que yo comparto totalmente, que es parte del diagnóstico inexistente o muy poco existente a nivel nacional. Otra clave es que tenemos que apostar a la integración de recursos y capacidades a nivel regional pero en un sentido

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amplio, hay que terminar con la historia de la Regional Norte o la Facultad en Paysandú o la Facultad en Treinta y Tres, hay que pensar en términos de integración regional, Mercosur, y los límites para nosotros para competir, para ser el cerebro del Mercosur si quieren, o para tener un Centro de desarrollo tecnológico fuertemente interrelacionado entre la Universidad y el sector productivo en términos más bien del ideario artiguista: la mesopotamia argentina, el sur de Brasil y el Uruguay todo. Fuerte inserción institucional, empresas privadas y del Estado. Nos imaginamos que en una nueva opción o en un nuevo desarrollo de lo que es la generación de tecnología, uno de los cambios que sí o sí tendría que haber -no sé si las empresas privadas empezarán a tener ámbitos de investigación y desarrollo-, pero sí debiera ser obligación que los tengan las empresas públicas y que lo empiecen a tener también los municipios, tanto los nuestros como los del otro lado de la orilla. Eso de por sí podría tener un gran impacto en lo que sería el desarrollo de una comunidad o en la generación de investigación y desarrollo para el Uruguay y para el país productivo. Sé que estamos pensando gobiernos municipales, empresas públicas y ojalá empresas privadas. Lo que tenemos que tener claro es que parte de esa demanda la podemos estar autogenerando nosotros a través de profesionales con mayor espíritu crítico, como comentaba hoy al inicio. TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN A NIVEL REGIONAL Nos parece que hay una series de áreas que son muy fuertes, muy claras: recursos naturales, recursos cívicos, producción de alimentos de alta calidad desde la producción primaria al consumidor. Heinzen quiere que trabajemos juntos la marcela y me parece muy bien, pero yo quiero que trabajemos juntos la carne, la leche, la cebada, el trigo, el girasol, que son productos que el Uruguay va a seguir produciendo, que van a seguir siendo los más importantes y a los


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que además debemos incorporar la marcela desde el punto de vista agronómico. Pero no podemos descuidar o perder la oportunidad de trabajar juntos en la calidad de los productos que hoy tenemos con mayor desarrollo, el Uruguay tiene enorme capacidad competitiva y con la que está obligado a producir. Porque no se olviden que 10 millones de hectáreas o el 60% largo del área del Uruguay es campo natural y ahí no vamos a producir cultivos, vamos a seguir produciendo carne, y la tenemos que producir cada vez con más nivel de calidad, más nivel de producción, sin subir los costos. Y para eso lo que tenemos que poner es conocimiento en el control del proceso, desde la base primaria de producción hasta lo que salga en el frigorífico. Y ahí se precisa agronomía, veterinaria, quí-

mica, ingeniería, medicina, etc. Y por último, y nos parece también esencial, que esto sea también integración productiva, social y cultural. No podemos ver el desarrollo como un problema tecnológico; cualquier cosa que tratemos de hacer en el plano científico o tecnológico tiene fuertes consecuencias en el plano social y cultural. Entonces cuando hablamos de un centro de alto rendimiento de la Universidad o en el que la Universidad forme parte en su concepción, en su definición y en su propio desarrollo, tenemos que ver cuál va a ser el impacto en el área social y cultural. Estas son algunas ideas sobre lo que pensamos de la Estación Experimental. Muchas gracias.

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4 Profesor Victor Giorgi Decano de la Facultad de Sicología

Buenas tardes a todos. Para empezar, quiero agradecer estar hoy acá con ustedes, muy especialmente al CADESYC que me da la oportunidad de exponer nuestro punto de vista sobre estos temas e intercambiar con todos ustedes, y sobre todo, tal vez lo más importante, es poder tender puentes entre diferentes áreas del conocimiento. Como se dijo en la presentación, mi formación es en sicología, yo soy el decano en este momento de la Facultad de Sicología y acabamos de escuchar dos planteos que tienen que ver fundamentalmente con áreas tecnológicas: agraria, química, y muchas veces, por nuestra propia formación, por nuestras propias cabezas, cuando hablamos de superación de los problemas del país hablamos de crear empleo, hablamos de modelos de desarrollo, de país productivo. Generalmente asociamos con temas económicos y/o tecnológicos y muchas veces nos olvidamos que los que sostienen esos procesos son personas. Tanto los que conocen, los que investigan, los que producen conocimiento, como quienes lo aplican y quienes sostienen esos proyectos, esos modelos de país son esencialmente personas. Y eso es un poco lo que yo quiero tomar en mi exposición. La primera parte de mi exposición la comienzo con una frase de Eduardo Galeano, porque yo siempre insisto que los poetas nos llevan varios siglos a los sicólogos en cuanto a la capacidad de dar

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cuenta de los sentimientos y de los comportamientos humanos; él lo que dice es ¿quién no reproduce adentro de sí al mundo que lo genera? Y esto creo que es la esencia del planteo que quiero traer, que básicamente es la idea de que desde una determinada mirada teórica de la sicología tenemos un punto de partida en el cual la subjetividad, las personas, la forma de sentir, de pensar, de actuar del ser humano es un producto de sus prácticas sociales. Que esta subjetividad no se puede pensar sin los referentes de época, de cultura, de lugar, diría yo también de enclave social, como coordinadas inevitables. Por eso no es lo mismo ser una persona socialmente excluida en Uruguay o Europa, en Africa, en la zona andina, tampoco lo es ser en Montevideo, en Paysandú, en Cerro Largo, en Artigas. O sea hay diferentes historias, diferentes estructuras sociales y por lo tanto también hay diferencias en cuanto a la posición que tiene aquel que está dentro o fuera de esa estructura: está incluido o excluido de ella. Cuando hablamos de una perspectiva ecológica, nos referimos a una perspectiva de la sicología que no piensa la sicología como algo individual que está de la cabeza para adentro, o de la piel para adentro en el mejor de los casos, sino que toma al ser humano como parte de un sistema de vínculos, como parte de un sistema de relaciones que incluye fundamentalmente la cultura, la sociedad, las relaciones con otros seres hu-


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manos y también la naturaleza y todos los aspectos materiales que influyen en su vida cotidiana. Por lo tanto la vida cotidiana aparece como el punto clave en la producción de subjetividad. ¿Qué es esto de la vida cotidiana? Es básicamente el conjunto de vínculos, relaciones, actividades que cada uno de nosotros hace todos los días para satisfacer sus necesidades; incluye trabajo, familia, compras, participación social, recreación, todo aquello que los seres humanos hacemos para satisfacerlas, o sobrellevar si no las podemos alcanzar. Y aquí es donde yo conecto este concepto con lo que venimos hablando de los modelos de país y los sistemas productivos. Esta vida cotidiana está en buena parte determinada por los modelos de país en los cuales nosotros vivimos. Muy esquemáticamente les podría decir que en nuestro país se impuso durante una década aproximadamente, o tal vez algo más, un modelo importador; un modelo importador que es fundamentalmente un modelo económico, pero que implica la asignación de un lugar a las personas y que forma una determinada mentalidad y una determinada cabeza. Este modelo importado tiene que ver básicamente con la idea de que la creación está afuera, que por lo tanto hay que traerlo de otro lado, que lo que importa es el precio y las condiciones en que eso se trae y no las condiciones en que se producen y dónde se producen. El domingo pasado escuchaba a una figura de la política nacional decir algo así como “vamos a comprar a quien nos ofrezca más barato y no importa quién sea”. Esta es la esencia del modelo importador: comprar más barato pensando solamente en el precio que se paga en ese momento y no en los precios sociales que eso puede estar generando. Y esto incluye también una posición respecto al conocimiento, donde el conocimiento también se importa y se trae hecho de afuera. Es un poco lo que tocaban tanto Pablo como Horacio. Este tema de que la tecnología se trae hecha y después no se estudia la adaptación y cómo se incluye

eso en la realidad nacional, el tema que se le da a la investigación, el tema de la inversión que se hace en investigación, también incluye algo que a mí me parece muy importante, y es que el futuro está afuera. Bien hecho afuera cuando nosotros seamos como otros o de lo contrario tenemos que irnos a realizarnos en ese otro lugar. O sea que esto es algo que marca la cabeza de los uruguayos en los últimos años y que condiciona una serie de actitudes sociales. En contraposición a eso, concebimos un modelo productivo en el cual el trabajo es la esencia, pero cuando valorizamos el trabajo también tenemos que valorizar al trabajador, o sea que recobra la persona como agente de producción, como trabajador, como creador. Recobra su centralidad, que apuesta a la creatividad, que apuesta a lo propio y que esto también repercute en el conocimiento o sea producir conocimiento adecuado a las necesidades de la sociedad uruguaya, no por un folclorismo epistemológico, no por un conocimiento aislado del resto del mundo, pero sí por un conocimiento que esté vinculado a las necesidades, a las posibilidades y a los problemas del país y también implica la apuesta a construir un futuro desde acá. Y esto tiene que ver con una cotidianidad, una forma de resolver las cosas de todos los días y tiene que ver también con una subjetividad, con una forma de sentir, de pensar, de actuar. ¿Cómo se produce esta subjetividad, estas formas de sentir, pensar y actuar? Básicamente por tres mecanismos que son la asignación y asunción de roles y lugares, o sea la gente tiende a formarse en función del lugar que la sociedad le adjudica; la modelación o matrizamiento, o ambas cosas, que es cómo operan los modelos sociales y los modelos de relación y de vínculos; las modalidades vinculares que se nos trasmiten, y una tercera característica, que incluye en parte las anteriores, pero que es un poco más amplia, y es el aprendizaje a partir de la experiencia. Cuánto juega en

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esto las experiencias de éxito o de fracaso, cuánto juega las experiencias de inseguridad, las experiencias de rupturas de confianza. Siempre me impactó mucho una cosa que aprendí acá en Paysandú, justamente conversando con los productores de la Colonia 19 de Abril, que es cuánto pesa en la apuesta que un productor hace a traer tecnología y a la innovación tecnológica, cuánto pesa las experiencias que ha tenido en cuanto a respaldo, en cuanto qué ha pasado con inversiones anteriores y en cuanto a lo que es el plan de futuro de su familia y de sus hijos. O sea es muy difícil invertir cuando se tienen experiencias de que la inversión esa no es respaldada ni garantizada por las políticas del Estado y a su vez, es muy difícil invertir si no hay alguien que va a disfrutar de esa inversión. Entonces se cae necesariamente en una economía de subsistencia y en una retracción de la inversión. Este es un ejemplo solamente que quiero plantear. ¿Cuáles son las fuentes de esos modelos, asignaciones, experiencias en la vida social? Las fuentes son varias. En primer lugar las redes sociales. Las redes sociales son todos aquellos vínculos que se entretejen en torno a nosotros, que son sostenidos por personas significativas para nosotros, que nosotros somos alguien para ellos; son muy heterogéneas, incluye instituciones, amigos, compañeros de trabajo, familia, vecinos, gente que está embarcada en proyectos similares a nosotros, gremios, etc. Estas redes sociales tienen una afiliación, o sea que lo incluyen a uno, uno pertenece a ellos como quien se afilia a una organización y a su vez tienen una inscripción como red en un determinado espacio de la sociedad. Cuando estas redes se debilitan, cuando estas redes se rompen, la persona muchas veces pasa a sentir una sensación de aislamiento. No sólo la metáfora de red tiene que ver con el tejido, con los hilos de los vínculos, sino que también es una red en cuanto a contener a la gente en un de-

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terminado espacio social. Yo siempre digo que las redes sociales son como las redes de los trapecistas, que cuando alguien cae la red lo sostiene, si la red no está cuando cae es enfermarse, perder el trabajo, divorciarse, perder la familia por algún motivo, emigrar, etc. Uno cae, si hay red lo sostiene, si no hay red se da contra el piso. Esto dicho muy directamente funciona más o menos así. Estas redes sociales son las que permiten también circular modelos; a través de ellas es que los niños, los adolescentes generan sus grupos, generan sus vínculos y se ven especialmente afectadas cuando hay fenómenos como los que hay por ejemplo en la sociedad uruguaya –en Montevideo es muy claro-, que es la polarización, esa segregación territorial que hoy hay en la sociedad uruguaya, que implica que en determinados barrios viven personas de determinada condición y en otros de otra condición, y que cada vez hay menos espacios de encuentro, o sea que no hay coincidencia en espacios de recreación, en centros educativos, en ambientes de trabajo, sino que cada vez cada uno de ellos funciona más endogámicamente en su propio ambiente; esto empobrece las posibilidades de incorporar modelos diferentes al que uno tiene. Y tiende a atar, a fijar las personas en la condición en que nacen, que puede ser una condición de clase social alta, poderosa, con ciertos niveles de consumo o una condición de clases sociales bajas, vulnerables, marcadas por la pobreza. El otro elemento fundamental en esta producción de subjetividad de personas son las tradiciones culturales. Ellas se inscriben en los proyectos personales, en ciertos valores. Aquí hay algo que se llama enunciados identificatorios que son afirmaciones, juicios de valor que una generación trasmite a la otra en el sentido del deber ser, cómo se es hombre o se es mujer dentro de una determinada cultura, qué valores son los que nos deben guiar, qué metas debemos tener en la vida, qué es realizarse o fracasar en la vida. Estos enunciados identifi-


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catorios en las culturas tradicionales son muy estables, muy rígidos, a veces cercenan mucho la libertad individual, pero en las situaciones de crisis cultural se debilitan enormemente. Las generaciones adultas repiten estos enunciados, pero los repiten sin mayor convicción porque no siempre les han ayudado a resolver los problemas de su vida. A veces no dan el modelo de ser coherente con ellos, simplemente lo enuncian pero no lo practican y esto hace que las generaciones siguientes reciban muy debilitados estos mandatos, estos modelos que son los que orientan de alguna manera su sociabilidad y sus proyectos de futuro. Cada persona en general tiene un rol asignado en la cultura en que nace. Cuando alguien viene al mundo la familia le da un lugar y también los proyectos sociales asignan a su población determinados lugares, determinados roles, determinadas funciones. En esta crisis de cultura que vivimos lo que observamos muchas veces es que las nuevas generaciones no tienen un lugar asignado en un proyecto social. Es esta idea de que son como excedentarios. Una de las cosas que veo con más claridad es lo que sucede en algunos barrios obreros de Montevideo donde tradicionalmente se desarrolló una cultura trabajadora, una cultura obrera, con valores de solidaridad, donde el trabajo era un valor en sí mismo más allá del nivel de vida que con él se pudiera alcanzar; que había matrices organizativas, que había una cierta ideología, que más allá de los matices y de las posturas concretas siempre valoraba al trabajador como alguien que tenía un rol a cumplir en una sociedad del futuro. En esos barrios en este momento no existen unidades productivas, no existen fábricas, en general éstas están vacías; en Montevideo hay en este momento unas 70 plantas industriales de gran escala vacías, tugurizadas, que ocupan unas 170 hectáreas, y a su vez alrededor de ellas en estos barrios se está dando que los jóvenes ya no tienen un lugar asignado, no tienen un futuro. O

sea que aquella meta que era ocupar el lugar de sus padres en esa unidad productiva, que aparecía un poco como piso del proyecto y que a partir de ahí se podía aspirar a más, en este momento no existe. Aparece la idea que a veces no es un proyecto sino la fantasía de la emigración, porque no está al alcance de todos, y esta ausencia de futuro es también una ausencia de asignación, una ausencia de un lugar social que yo la defino con una palabra que se usó en una época en el sicoanálisis, que es afánisis. La afánisis es la ansiedad de no ser, de no ser para el otro, de no tener un lugar social. Y esto aparece incluso en el lenguaje de los jóvenes, aquello de “no soy nadie”. El otro elemento donde tal vez sea central en la producción de personas, en las formas de sentir, de pensar y actuar, es lo que tiene que ver con el trabajo y la educación. El trabajo es hoy por hoy uno de los temas que más preocupan a los uruguayos: estamos en el entorno de un 20% de desocupación abierta, pero no se limita a esto sino que hay una irradiación del miedo a la desocupación, el fantasma de la desocupación se atraviesa en los proyectos del futuro prácticamente de todos los uruguayos, más allá de la situación real en que estén. Además con la desocupación se da el proceso de desregulación laboral, que incluso según algunos autores es una amenaza más grave que la de la desocupación. Porque la desocupación tiene un límite que es el hecho de que el trabajo es necesario para el ser humano y no va a desaparecer, pero en cambio la desregulación amenaza con ser una modalidad generalizada de contrato laboral, caracterizado por la inestabilidad, por la pérdida de derechos del trabajador, por la presión permanente por productividad, por la necesidad de reciclajes permanentes en cuanto a la rama de actividad en que se practican, y que esta modalidad laboral no estaría teniendo la estabilidad, la coherencia, el carácter colectivo como para operar como matriz organizativa, a diferencia de lo que es la producción in-

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dustrial tradicional. Con lo cual se estaría dando una pérdida de sostén identitario, de matriz organizativa. Castells dice que aquel que es considerado excedentario por una sociedad, difícilmente logra agruparse y aunque sea poder decir que no. Este es un problema muy fuerte, incluso quienes hemos trabajado con desocupados hemos visto cómo el desocupado tiende a aferrarse a su identidad de trabajador, la denominación trabajador sin trabajo es muy gráfica en ese sentido; pero la pregunta es hasta cuándo alguien que no está trabajando es un trabajador sin trabajo. Y hasta cuándo puede mantener ese carácter organizativo, qué proyección tiene ese nivel de organización, por la carencia. Este es un problema que incluso están atravesando las organizaciones sindicales en este momento, ya no es un tema de que los trabajadores se organicen por rama de trabajo sino también se tendrían que organizar por rama de desocupación, lo cual genera todo un movimiento de cabeza al interior de las organizaciones. Estas modalidades de trabajo, estas modalidades de vínculos que se han ido generando en este modelo, trabajo precario, ciertos niveles de desafiliación social, no es que esta gente no tenga contactos sociales o no tenga trabajo, tal vez nadie trabaje más que alguien que sale toda una noche a recolectar basura, por ejemplo; no es que no trabajen pero es que la precariedad de esos trabajos y de esos vínculos no tienen la estabilidad, la fuerza como para operar como sostén, como soporte de un proyecto de vida y de un proyecto colectivo, y creo que ahí está la clave de esto. O sea, no es que no trabajen, pero es que ese trabajo no tiene las características que permiten a la persona proyectarse en el tiempo, tanto en los proyectos personales y familiares como colectivos. Y acá es donde se opera esa expropiación de poder que hoy les decía, de cómo esa situación no sólo genera una explotación en tanto obliga al trabajador a aceptar condiciones laborales preca-

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rias y a negociar desde un lugar de su necesidad y de su perentoriedad, sino que además evita, dificulta la organización de los trabajadores como tales y debilita su capacidad de negociación. Hay otro elemento que me parece muy importante en esto y son las políticas sociales. Quienes hemos trabajado con sectores marcados por la pobreza, por la exclusión, o sea con sectores que no logran satisfacer sus necesidades en el mercado, que no logran comprar sus alimentos, comprar su salud, su educación, sino que dependen de políticas sociales para satisfacer esas necesidades, hemos visto que en la vida cotidiana de estas personas se da una especie de periplo por distintas instituciones, distintos espacios. Son los que van a buscar la leche a un lugar, la canasta al otro, el medicamento a una policlínica, porque además se atienden en la otra, y que muchas veces van y no hay, y van corriendo de un lugar a otro para poder aprovechar dos merenderos porque en uno le dan de comer al hermanito más chico y en otro a los más grandes, y cómo la vida cotidiana de ellos queda marcada por este peregrinaje que es una especie de mendicidad institucional, donde la persona no va a ejercer un derecho ni a participar, ni a involucrarse colectivamente a resolver un problema sino que va a ver si hay, a ver si le dan, a ver si le toca. Y este es un componente muy fuerte en este momento sobre estos sectores, y es una de las barreras, creo, para involucrarlos en un proyecto de transformación. Se va generando una situación de pasividad, de dependencia del otro, de queja, pero no de queja organizada que pueda llevar a un movimiento de transformación, sino una queja que más bien tiene la dependencia como marca fundamental, y crea condiciones muy propicias para la manipulación, para el clientelismo, para los caudillismos, etc. La focalización de las políticas es uno de los grandes problemas. Yo sé que desde el punto de vista económico la focalización es siempre necesaria, pero no


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podemos dejar de decir que las políticas focalizadas lo que hacen es marcar la condición de carencia de la persona. O sea que si nosotros hacemos un comedor que es solamente para aquellos que no tengan trabajo, y el día que esa persona tenga trabajo no puede venir más, lo que estamos haciendo es un ghetto, es excluir y favorecer una endogamia entre esos excluidos. Es más, estamos castigando a aquél que sale o que hace un esfuerzo para salir. Muchas veces la gente hace cuentas y nota que vale más la pena no tener trabajo y poder comer todos los días que tener un trabajo por mil, mil doscientos pesos y perder ciertos derechos a que le den una canasta, un carné de salud, etc. Este mecanismo es realmente perverso. Creo que una de las políticas sociales más fuertes de lo que era el Uruguay fue justamente la educación pública, y la educación pública nunca fue focalizada, o sea que para ir a una escuela pública nunca hubo que acreditar pobreza. Justamente eso es lo que permitió una interacción entre diferentes sectores sociales y una democratización, de alguna manera, de la cultura uruguaya. La disputa de significados, tiene que ver con la designación y con las palabras que muchas veces se utilizan para designar determinadas situaciones. Cuando nosotros hablamos de pobres, de excluidos, de personas en riesgo, o si se quiere incursionando en otro campo de pacientes, de enfermos, estamos poniendo palabras que no son ingenuas sino que connotan cosas. Y estas palabras están jerarquizando una faceta del tema y del problema. En las distintas formas en que se denomina a las personas y a los agentes en las políticas sociales, se puede observar una disputa de significados. Los que trabajan desarrollando políticas sociales pueden ser educadores, policías, inspectores, médicos, sicólogos, pueden ser personal de salud, y eso está connotando determinados significados, está generando una expectativa de conducta desde “el otro”. ¿Qué son? ¿Son enfermos?

¿Son pobres? ¿Son personas peligrosas? ¿Qué hay que hacer? ¿Hay que controlarlos, curarlos, educarlos? O sea que esto está marcando toda una dinámica social y una circulación de significados y un tironeo, una tensión entre diferentes formas de ver estos fenómenos. Como consecuencia de todo esto se genera los fenómenos de exclusión. ¿Qué es la exclusión? Es un proceso gradual, acumulativo, por el cual en una persona o en un grupo se va depositando una serie de significados, de cosas, de valores que la sociedad produce pero no reconoce como propios. Y llega a un momento tal que se genera un punto de ruptura, un punto de inflexión en el cual ese grupo o persona excluida sólo tiene posibilidades de relacionarse con los de su misma condición y pierde el acceso, la interacción con personas de otras condiciones sociales. Algunas aclaraciones. No siempre este proceso se da en la vida de una persona, es más, generalmente no se da en el transcurso de la vida de una persona; hay muchas personas que nacen ya en un proceso de exclusión que difícilmente puedan revertir y que muchas veces profundizan de generación en generación, hay una trasmisión transgeneracional de estos procesos. Se puede ver en una historia individual, pero es excepcional. Por otro lado la pobreza no siempre implica exclusión, pero la exclusión implica siempre pobreza. ¿Por qué? Porque puede haber una pobreza que implique dificultad de acceso a determinados bienes o a determinados servicios, pero que sin embargo esté con una fuerte inclusión a nivel de redes sociales, a nivel de identidad cultural, a nivel de capacidad organizativa, a nivel de participación social; no se deja de ser pobre por todo esto, pero sí se deja de ser excluido, sí se deja de estar afuera; es el tema de las diversas pobrezas, si ustedes quieren. Pero sin embargo la exclusión implica siempre pobreza, porque implica no acceder a los valores, a los bienes, a los

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modelos, a los productos culturales que la sociedad tiene, entonces siempre implica un empobrecimiento de la estructura de oportunidades y de las posibilidades de realización personal. Es siempre un proceso global porque implica la desafiliación de las redes sociales, implica la marginación en cuanto a espacios sociales, implica la no asignación de un lugar en un proyecto social o en un proyecto colectivo, implica la negación de ciudadanía, implica de alguna manera ser objeto de políticas más que sujeto de transformaciones y de procesos sociales. Por otro lado esa exclusión implica siempre una cotidianidad, implica siempre una condición de vida que va formando a la persona y que condiciona sus proyectos personales. Pero como el ser humano es por excelencia un ser social, los excluidos no quedan fuera del mundo sino que se incluyen en otros espacios –espacios propios de los excluidos-, y ahí es donde aparece un cierto proceso de inclusión de los excluidos o de procesos de socialización en la exclusión. Esto se ve muy claro, por ejemplo, en los jóvenes o en los niños que desertan del sistema educativo, y uno dice “esta gente va a quedar aislada, va a quedar en su casa”. No, ellos se integran en otros espacios, en otras redes donde pueden desarrollar algunos aspectos que no pudieron desarrollar en los espacios institucionales, donde hay cosas que se les valoran y en donde pueden desarrollar liderazgos, sentirse protegidos y muchas veces ese es el resorte por el cual son captados por organizaciones, espacios delictivos, etc. Pero no siempre estas inclusiones de los excluidos tenemos que pensarlas desde una óptica valorativa, moralista, sino que también son alternativas para satisfacer múltiples necesidades que ellos tienen y que no fue posible satisfacerlas en los espacios socialmente aceptados. La relación entre exclusividad y subjetividad, es importante señalarla como una relación circular, porque la exclusión genera una cierta subjetividad

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–ahora voy a tratar de darles algunos lineamientos generales de cuál es–, pero que se caracteriza por la pasividad, la desesperanza, la dependencia. Y a su vez esto refuerza la exclusión, esto quita a la persona posibilidades de emprendimiento, de revertir su situación y se refuerzan mutuamente. Para ir cerrando el tema de qué es lo que produce subjetivamente esta exclusión, hay un autor, Celiman, que ha trabajado en esto muy metódicamente y describe un síndrome de desesperanza aprendida que es justamente producto de la experiencia social de quienes buena parte de su vida han sido enfrentados a reiteradas frustraciones y sufrimientos y que tiene que ver con la desmotivación, la pérdida de iniciativa, el comportamiento rígido con muy poca apertura al cambio, aquello de que esto “va a seguir siendo siempre igual”, de que “total yo no puedo hacer nada para cambiarlo”. En los desajustes emocionales -miedos y depresión son los más típicos-, muchas veces emerge la violencia, la agresividad, una agresividad que se agota, que es explosiva pero que no implica una actitud de iniciativa sistemática que pueda modificar la realidad, sino que más bien es algo parecido a una especie de pataleo; la impotencia ante las situaciones de vida, la sensación de fragilidad, de no poder responder a ellas, a veces evadirlas o de huir de ciertas situaciones; el predominio del control externo es uno de los elementos tal vez más interesantes. El autor plantea que la característica de estos sectores es que crece en ellos la idea de que lo que pase con sus vidas no depende de ellos, sino que se resuelven en espacios que están ajenos a su capacidad de incidencia, están como a merced de decisiones que se toman en otros lados y con esto justifican esa conducta pasiva, de espera, de brazos bajos y de dependencia. Y muchas veces aparece la fantasía de que alguien va a venir y les va a resolver la vida, de que les va a caer algo del cielo, pero que no pa-


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sa por la iniciativa que ellos tomen sino que pasa por lo que alguien en algún lugar va a resolver. Y esto es una versión post moderna en realidad del fatalismo, del clásico fatalismo que tiene una connotación más de tipo religioso, que no siempre la tiene este síndrome de desesperanza pero que esa idea de que las cosas las definen otros, las definen gentes que tienen más poder que uno, que podrán ser dioses o economistas pero que en última instancia no es uno ni sus vecinos, ni sus iguales. Y para finalizar, también esta situación tiene su correlato en quienes trabajan con estos sectores. Quienes trabajan con estas poblaciones tienen también algunas características que son, por un lado, la implicación que es todo aquello que nos une a las personas con que trabajamos a pesar de la aparente diferencia, de la aparente brecha que tenemos con ellos. O sea lo nuestro cae en ellos y lo de ellos cae en nosotros, que es lo que nos lleva a que algunos nos den lástima, otros nos den bronca, otros ganas de ayudarlos, otros de irnos. Estas reacciones afectivas tienen básicamente que ver con estos vínculos, conscientes o inconscientes, que uno tiene con estas realidades. La oscilación entre impotencia y omnipotencia, la idea de que podemos arreglar todo, cambiar todo o que no podemos hacer nada. Algunos autores le llaman melancolización, la melancolía se caracteriza por la alternancia de la euforia y la depresión, por un trasfondo de culpa, que es un poco la dinámica que se da en los equipos que trabajan con estos sectores. La identificación con ellos: el sentirse pobres, excluidos del mundo académico al que pertenecen o del mundo político. Como que trabajando en un barrio alejado, uno queda alejado también de sus colegas o del sistema institucional al que pertenece, como olvidado de la mano de Dios, se dice muchas veces. La frustración, la sensación de que las cosas no salen, de que no se puede, de que se pone esfuerzo y no se logran

resultados. La culpa es la idea de que no los podemos ayudar, de que muchas veces lleva a conductas asistencialistas, la idea de que “como no puedo cumplir el rol de educador, de sicólogo, de asesor, capaz que les llevo algo que les puede ser útil, algo de ropa”. Con los estudiantes nos pasa muchas veces. Los “atrapamos” dándoles caramelos a los niños, y cuando hablamos con ellos estos tienen la sensación de que lo que les dan no les sirve, no alcanza, porque esos niños en realidad lo que más comen son caramelos, porque además generalmente los venden. Ahí empiezan a darse cuenta de que no es lo que mejor pueden hacer y empiezan a revisar otras alternativas de cómo ayudar. Esta es una tendencia que se da mucho, aún en quienes cuestionamos el asistencialismo como respuesta, esta necesidad de sentirse útil haciendo algo muy concretito. El contrato narcisista es la idea de que los otros van a estar bien en tanto se parezcan a nosotros. Esto es algo que pesa mucho en quienes trabajan en sectores socialmente diferentes a los que uno pertenece, que tiene mucho que ver con imponer una forma de ser, de pensar, modelos de vida, etc. Y que cuesta aceptar que el otro va a estar mejor en cuanto se realice dentro de sus valores, de su cultura, de sus modelos y que no siempre se va a parecer a nosotros. Pero muchas veces estamos impregnados de a lo que ellos deben aspirar. Y para terminar, una idea de Garmorain, que es la ecología de la acción. Él lo que dice es que en el trabajo social y en todas las acciones sociales y políticas uno planifica una acción con ciertas intenciones, con ciertos objetivos, pero que cuando la actúa, cuando la vuelca al medio, en tanta complejidad, con tantas interacciones, retroacciones y caminos laberínticos, muchas veces esa acción puede tomar sentido totalmente diferente al que nosotros quisimos darle. Y lo único que hay para evitar este efecto contrapuesto de lo que queremos hacer

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es el análisis permanente de la práctica, la autocrítica, la vigilancia de los efectos de lo que uno hace sobre los otros, sobre la sociedad y sobre lo colectivo.

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Estas son algunas de las cosas que quería trasmitirles y espero que puedan ser útiles y articulables con todo lo demás.


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5 Doctor Mario Córdoba Director de EEMAC

“El hombre como centro de las Políticas de Salud” Esta primer gráfica muestra el enfrentamiento de dos paradigmas. Esto es algo así como que se están enfrentando dos políticas de salud determinantes. Este estudio que se hizo en 1970 en Estados Unidos y Canadá simultáneamente, mostraba que en los determinantes de enfermedad, el entorno y los estilos de vida significaban el 72% de las causas de enfermedad. Mientras que aquellos que se dedicaban a la atención de salud y los que se dedicaban a lo biológico, lo genético y el envejecimiento, era mucho menor el porcentaje, decían que estas son las causas de la enfermedad en el campo de la salud y mostraban el otro diapositivo, que era cómo se distribuían los recursos en esos dos países, y que para el entorno y el estilo de vida dedicaban el 1 ó el 2%. Estos son los dos paradigmas enfrentados, la política de salud preventiva y la asistencialista. Entonces lo importante es ver cómo estas pobrezas se enganchan con lo que dijo Giorgi recién, “pobreza de entendimiento reflectivo”, un factor social que dificulta el manejo de la información y la construcción de conocimiento, por lo tanto el que no lo maneja confunde información con conocimiento y esa información en mosaico es el chisme interna-

cional que tenemos por televisión, ese pedacito de pedacitos de pedacitos que nos hace creer que estamos informados y estamos en la onda de saber la última, pero que no llegamos ni siquiera al tiempo de pensar qué hay detrás de eso. Confunde intereses de la clase dominante con el sentido común, estamos permanentemente hablando del sentido común y nos salteamos que ese sentido común está impuesto a través de los intereses de las clases dominantes; ese hecho concreto nos está determinando que muchas veces nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo, nos dicen “¿para qué piensas tanto?”, “¿para qué buscas tantas patas a la sota?”, “¿por qué tienes que reflexionar sobre todas las cosas?”. Es decir, como que todo viene hecho, todo viene pensado, solucionado, y pensar un poquito más sobre lo que tenemos y por qué viene y por qué pasa, es entrar en la reflexibilidad, que ya está hecha por otros y hoy lo que se quiere decir es que si las cosas que están hechas por otros es necesario ver si están bien hechas para nosotros; y si nosotros podemos mejorarlas o no. El centro es ese. Confunde un dato técnico con lo que es un problema político y confunde la fa-

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talidad con lo que es una opción: esto es la falta de entendimiento reflectivo, esa es la pobreza que se preocupan tanto para que mantengamos. Es decir nos permiten la vivienda, nos permiten la educación, nos permiten la salud, nos permiten muchas cosas, pero no nos permiten entrar a reflexionar sobre el entendimiento. Bien, decía al final, se confunde la fatalidad como la opción, relacionado con los factores que inhiben la participación social, política y sindical, fomenta la atomización, la desmovilización, la apatía, el escepticismo político y promueve el individualismo ¿Quién es un ciudadano políticamente pobre?: a quien le mataron la historia, quien no comprende qué pasa y por qué pasa, quien sólo espera la solución de la mano fuerte, del papá benévolo, y por lo tanto, no se organiza para reaccionar, no se asocia para demandar, no se congrega para influir.

¿CÓMO SE EFECTIVIZA LA NO PARTICIPACIÓN? La dictadura fue una forma, la desmovilización después casi tuvo una dinámica propia, la estimulamos, la vimos, la vemos desarrollarse, la vemos como durmiendo con el enemigo; es el mecanismo de no decisión, estructuras autoritarias, dentro incluso del funcionamiento de nuestras organizaciones sociales, matonismo, resistencias internas, clientelismo, más el agravante del fantasma del miedo y la represión. Y esta es otra de las pobrezas, la pobreza de protección ciudadana, miedo al ridículo, miedo a la participación, miedo a la pérdida de empleo, el terrorismo institucionalizado, que no sólo está institucionalizado y lo vemos, sino que lo internalizamos hasta allá adentro. Cuando nuestros hijos salen les decimos “lleva la cédula”. Es el miedo, el miedo que nos quedó, el miedo que ellos participen y quieran cambiar, porque a lo mejor les pasa lo que a nosotros. Matonismo de la práctica social, la

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pérdida y disolución de las organizaciones populares y sociales de acción colectiva, esto es un proceso que viene detrás del otro y que justifica y redondea y da vuelta en sí mismo, un círculo vicioso que termina en la exclusión. El entorno y el trabajo no gratificante, disperso, despersonalizado, inseguro, inestable, desprotegido, insalubre. Yo tendría que hablar de la salud pero no se puede, y esto es lo que yo quiero decir: ¿por qué ponemos al hombre y a la mujer en el centro de las políticas de salud? No podemos estar hablando de factores de riesgo, de operaciones y de los que se nos mueren, si no pensamos en que este entorno no saludable es el centro y es este entorno el que tenemos que cambiar y hacia éste deben apuntar las políticas de salud, y éstas deben basarse además en nuestro país pobre. Bien, este es el entorno y la exclusión, proceso sucesivo de no participación, de individualización, aislamiento, alienación, exclusión. Esto es lo que me da rabia. Estos son los colmos que colman. Cuando tenemos estos entornos, cuando planteamos esto los que fabricamos salud, decimos con altanera voz e indicando y sacándonos las culpas de encima: es necesario abandonar los malos hábitos, es necesario aceptar el entorno tal como es y adaptarse a ser autorresponsable frente a la salud. Además de mantener, reforzar y desarrollar el entorno no saludable, somos capaces de agregar el insulto. Esto es un poco Paysandú y su liceo: número de alumnos 303, llegan a primer año de liceo 30. Treinta tienen un pilar: la familia. Yo creo que la familia hoy, en esos primeros cinco años, es el pilar fundamental de la salud; en casa, es el amparo sustituto de todo lo que le contó la madre sobre cómo iba a ser el medio al que se iba a enfrentar. La familia y los amparos que tienen alrededor son los que hacen el amparo sustituto que va a permitir enfrentar esos cinco primeros años, la escuela y después el liceo. Por eso necesitamos familias con un amparo


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sustituto que den pautas suficientes, jerarquicen, administren afectos, atenciones, normas, límites, hábitos, cultura, ética, solidaridad. Treinta por ciento tiene un solo padre, yo no digo que uno solo sea malo, que no sea válido, quiere decir que es un solo apoyo. En cuanto a las horas-padres, significa lo que va a ser la familia que recibe al niño que va a venir. Los primeros cinco años son muy valiosos, casi la marca de fábrica. En esta población hay 21 hijos únicos, con dos o tres hermanos 166. Lo que me importa destacar es que el 40% tiene que compartir el espacio y las horas-padres entre 4 o más hermanos En 2001 empeora la situación: 28% de los padres con trabajo inestable o no tienen trabajo, 63% con madres que no tienen trabajo estable. Esta es la cobertura que tienen de salud: casi el 80% de estos niños tienen derecho a la cobertura médica del MSP hasta los 5 años. Llegan al liceo considerados por el sistema de salud como sanos, desde los 5 años hasta los 12 no tienen médico, salvo que sufran una enfermedad crónica. Así llegan los niños al liceo, el sistema los considera sanos. Es el momento más crítico, donde más apoyo debieran tener, más información, más educación, más formación y más contacto con sus padres sobre qué significa salud de hoy en adelante. Me preocupa el proceso de socialización: modos de maduración personal mediante los cuales internalizamos pautas y normas de la sociedad que las dicta y del grupo que las emite a través de los agentes de socialización. Dentro de ellos pongo a la familia como fundamental, como el elemento principal; después está la escuela que puede reformar, reforzar, cambiar, reducir, hacer. Y además está la Iglesia, el barrio, los clubes, los grupos de pertenencia, todos ellos van a hacer algo, tanto para deformar, para confundir como para reforzar; pero empiezan a trabajar cada uno por su lado y se van a enfrentar con una com-

petencia desleal. Y esto me parece que hoy es el centro de los problemas del entorno para nuestros niños. La televisión compite y reemplaza otros agentes de socialización, suministra información, presenta modelos de conducta, trasmite forma de ser, ofrece valores e ideales, promueve gustos, modos y costumbres. Esto es lo que hace un agente de socialización. Pero ¿por qué se caracteriza? En el año 2000 el Congreso de Pediatría del Uruguay analizó un poco lo que era la televisión y el niño en el Uruguay. Y decía que este agente de socialización es impersonal, nadie sabe de quién es, dónde está, cuántos son. No sabemos. Un estudio daba que a las 20,30 hs. en Montevideo 54 personas estaban mirando TV estadounidense, 24 argentina, 14 brasileña y 7 uruguaya. Eso era lo impersonal, pero además ni siquiera los conocíamos, ni siquiera son de nuestra cultura, son gente que nos está hablando de un proyecto, de una historia, de un pasado, de valores, de una cultura, que ni siquiera nos jerarquizan como existentes. Necesitan un sujeto pasivo, es el único agente socializador que quiere que estemos acostados, inclinados, fumando algo, tomando algo y con ojos y oídos abiertos y quietitos. Y nada más. Un proceso paralelo a la vida normal. Contenidos y mensajes adornados y preparados para marketing, para consumir; el ejemplo claro es que los niños hoy están desesperados por llegar al liceo y que los quieran, que el grupo los reciba. Lo que quiere la gente que llega al liceo no es gran capacidad para las materias, ni llevarse bien con el profesor, quiere que el grupo lo reciba y lo acepte. Los que hacen marketing saben por qué no hay reclame de cerveza y de cigarro que no venga con un grupo que es alegre, que es feliz, que pasa muy bien, que está saludable, que está cerca de un río, cerca de la playa con un cielo celeste y que son todos lindos, están todos en la moda, todos se divierten, todos son efectivos, todos son exitosos y todos son

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aventurados. Es decir que los que hacen eso saben que el 80% de los mensajes están dirigidos a nuestros niños. Llega a lugares donde no llega la educación, hay 98% de hogares uruguayos con televisión, pero la educación no llega al 98%. Además llega 3 años antes que la escuela, los niños tienen 3 años curriculares de televisión. El 60% de ellos, a los 2 años ven TV y el 40% ven más de 3 horas de TV. Esto en el Uruguay. Es decir que desde los 2 años están mirando, empiezan a los 5 la escuela, tienen 3 años curriculares con hora adjudicada de educación televisiva. Y se pospone el tiempo libre de la casa, el juntarnos no es alrededor del fogón, no es alrededor de la estufa, es alrededor de la tele y a veces puede haber 2 teles, y es alrededor de las 2 teles. La TV pone un repertorio de comportamientos potenciales que nunca podrán llevarse a cabo, que nada tienen que ver con la realidad, que no tienen espacio, tiempo, cómo ni con qué materializarlo. Esto es casi la simbolización de la frustración. Según datos de 1997, principales causas de muerte en Uruguay. Enfermedades vasculares, 40%, tumores malignos, 25%, enfermedades respiratorias, 8,8%, accidentes y violencias, 7,1% y todos los factores de riesgo de enfermedades prevenibles. Definen estilos no saludables de vida de la primer causa de muerte: el tabaquismo, el alcoholismo, las dietas hipercalóricas con grasas saturadas, la cantidad de sal. Eso está en las causas del 40% de las muertes en Uruguay por ser factores de riesgo. El alcoholismo, los valores, la familia, están en la última; el tabaquismo está en las otras 3, si no hubiera tabaquismo el 43% de los cánceres por los que se muere el 29% de la población, no existiría. Porque el tabaquismo no da sólo cáncer de pulmón, da en boca, faringe, laringe, esófago, tráquea y bronquios. Después se disuelve y se concentra otra vez: riñón, vías urinarias, vejiga, cuello

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de útero, mamas y páncreas. Todos son iguales, 42% de los cánceres se evitarían si no fuera por el tabaquismo. A comer excesivamente sal y grasa lo aprendemos en casa, como el sedentarismo y los valores. Es decir, esos factores de riesgo que son hoy las principales causas de muerte en Uruguay, tienen como elemento casi original el aprenderlos en los 5 primeros años de vida, después en consolidarlos en la adolescencia, en sufrirlos y morir en la adultez. Pero el hecho concreto es que los primeros cinco años de vida, donde el agente de socialización familia está, ahí podemos conseguir educar sobre la salud muchísimo. Es solamente que lo conozcamos, lo valoremos y jerarquicemos. Estos son los factores de riesgo que en cuanto hábitos saludables constituían casi el 39% de las causas de enfermedad. Con respecto a las causas de enfermedad, la obesidad estaba en primer lugar como elemento a trabajar en el año 1970, en EEUU y Canadá. En EEUU, de 1989 al 99, había un sobrepeso de 14 kilos en más del 15% de la población. En 1994, 96, 98 y 99 va aumentando paulatinamente. No basta sólo con hablar de los factores de riesgo. No podemos hablar sin pensar en lo que dijo Georgi, si no pensamos en estos factores de riesgo van a estar permanentemente haciendo planes para ver cómo los sacamos, cómo hacemos para eliminar el tabaco, para que la gente se ponga a correr. Si no pensamos en el entorno, si no pensamos cómo está viviendo el uruguayo hoy, difícilmente podamos tocar uno de estos factores de riesgo. Difícilmente, si no ponemos un entorno saludable, tengamos una persona saludable. Esto es el centro de lo que yo quería trasmitirles. Hay un ejemplo práctico de lo que se puede hacer. Yo lo hice con un sector de la clase media mutual que quería cambiar los factores de riesgo y después de 2 años me di cuenta que con talleres, hablando y dando folletos, no hacía nada. La importancia de lo que queremos


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cambiar no es potabilizar el agua, no es matar vinchucas, no es reciclar desechos, no es combatir AIDS, no es programar plan de vacunación. Para un uruguayo del 2003, pretender que deje el cigarro, coma con menos sal, deje el vinito de la comida, saque la grasita al asado en la parrilla, deje los bizcochos y el mate, se cuide del pan con la comida, salga a caminar 4 veces por semana, se controle la presión, venga a charlas, baje 10% de su peso, es meternos en su vida y en sus simbolizaciones. Eso el uruguayo lo aprendió hace 40 años. Lo podemos modificar con el niño que aprende en los primeros 5 años en casa. Pero a los 40-42 años es más difícil modificar sus costumbres. Plantearle algunas cosas no es meternos en su vida, es meternos con aquellas cosas que le dan placer, gusto, como el único vicio que es lo único que le queda; y son las prótesis de la ausencia, las cosas con que tapa los dolores, con que tapa sus historias. Es como el niño gordo que vuelve del liceo y se encuentra con la casa vacía y con las tres fobias esperándolo: el silencio, la oscuridad y la soledad. ¿Qué hace?, prende la radio, la luz y va a la heladera o a la despensa a ver si hay galletitas, bizcochos, lo que haya para sustituir y matar las tres fobias de golpe. Y nosotros también volvemos a hacer lo que en este momento significa algo, que es ocupar espacios que nos gratifique o algo que nos permita por lo menos olvidarnos de lo que no nos gratifica. Prótesis de ausencia quiere decir eso. Cuando decimos el cigarro es el “compañero”, en realidad es la prótesis que tapa la ausencia del compañero, el que tapa la dimensión de la soledad. Soledad es eso, no es estar solo físicamente, porque se puede vivir solo y crear, ser original, estar gustoso y gratificado. Cuando hablamos del displacer, nos referimos a que lo que estamos haciendo es tapar con esa prótesis el displacer. Es el displacer que tenemos y el placer que no tenemos. Cuando decimos que es el premio, es

la prótesis de un premio que no vamos a tener, que no espere a la mañana del otro día, porque lo único que queda es ese cigarro como premio. ¿Y cómo encaramos nosotros los médicos esto cuando vamos a hablar sobre alguno de esos factores de riesgo, para decirle a la gente que tiene que dejar esto y lo otro? Los médicos nos metemos mal, nos metemos desde arriba, desde lejos, desde nuestra formación universitaria, tremendamente lejos, tremendamente insensibilizados. Sin pensar por supuesto en el entorno, porque donde pensemos en el entorno se nos cae la facultad. Nosotros no tenemos facultad de entorno, tenemos facultad de factores de riesgo. A veces, ya sea por la experiencia o la desesperanza, o por la tozudez del paciente, nos impide seguirle tratando. Esta contestación es frecuente, y sobre todo con aquellos factores de riesgo que nos calman la impotencia que tenemos de no saber manejar la gordura, el tabaco, el alcohol. Y nos olvidamos que en su simbolización, el factor de riesgo le da más a su paciente que lo que le da la mutualista, el médico y el mundo. De todos los pacientes que vienen a la unidad, el 80% en el año 2003 tienen malestar: un factor psicoemocional como el estrés, el síndrome depresivo, un estado de alerta, un síndrome de pánico. Si esto está tocado es lo primero que hay que cambiar, después lograremos los otros cambios. Eso es lo que tenemos que hacer, lo que nos planteábamos cuando decíamos cómo hacemos para cambiar los factores de riesgo. Por lo tanto necesitamos un grupo interdisciplinario de técnicos, unido en lo conceptual y nuestro trabajo no podía ser desde arriba ni desde lejos, sino de “al lado”, vinculado a la historia del paciente. Desde las distintas técnicas, cada pilar (sería cada uno de los integrantes del equipo de salud): la nutricionista, la profesora de educación física, la nurse, yo, la psicóloga, iba a trabajar con fines sucesivos y jerarquizados. Primero lograr el bienestar a partir

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de la comprensión de su malestar, tratando cosas mínimas de visualización rápida: “no estoy solo”. Eso es lo primero. Lo segundo: “no soy el único que vive esto”. Lo tercero: “estoy siendo apoyado, informado y educado, hay gente que cree que valgo la pena”. Yo quiero que ustedes sepan que los resultados fueron buenísimos y que en 3 meses encontramos una forma de acompañar y de cambiar sin medicación todos los factores de riesgo. Sin gastar un

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peso. Lo importante es que esto que hicimos en COMEPA se puede hacer en todos lados. La Intendencia lo puede hacer porque tiene todo: recursos humanos, el material, el terreno, los lugares, el centro deportivo, lo único que tiene que hacer es ponerlo en marcha. Son chirolas, pero lo que significa para la salud no lo pueden imaginar


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6 Ing. Agr. Virginia Rossi Universidad de la República EEMAC - Paysandú

“Programas Integrales de Extensión Universitaria” Nosotros no vamos a presentar resultados, sólo algunas ideas que puedan contribuir en este Seminario. Voy a contarles que se trata de una experiencia local que intenta aportar a construir el conocimiento que necesita el Uruguay para salir adelante. Veremos el programa integral de extensión de la Universidad, en qué marco institucional se desarrolla y cuál es el enfoque de trabajo. ¿Por qué surge? Surge porque, como decían los anteriores expositores, casi todos nosotros pertenecemos a la segunda mitad del siglo pasado, cuando nos formamos lo hicimos con ciertas informaciones y conocimientos que estaban disponibles, entre los cuales hicimos la carrera y nos formamos como universitarios. No quiero omitir decir que trabajo en la Facultad de Agronomía, que soy agrónoma y que por eso me voy a referir a los productores. Para que se entienda mejor. Se dice que los predios chicos son insuficientes, no son rentables, tienen problemas de escala, hay que mantenerlos en el campo como política social. Van a desaparecer y deben transformarse en empresarios. Con este sistema de verdades y con

este discurso, muchos de los que estamos acá en esta sala nos fuimos adaptando a las políticas agropecuarias, a cierta disponibilidad en ideas crediticias, condicionando a los modos de asesoramiento técnico, compatible con ese discurso. Recomendamos tecnologías que, como hoy se decía, en su mayoría fuimos comprando y trayendo de otros lugares donde fueron generadas. Y también, de alguna manera orientamos todas nuestras investigaciones a resolver los problemas, que esa manera de ver y entender la realidad nos condicionó. Entonces el por qué surge este programa lo aprendí ahora escuchando al Decano de Sicología, se podría comparar con el análisis que recién aprendimos. Ese discurso construye el conocimiento desde la Universidad, pero también este sistema de verdad es reforzado por todos nosotros y contribuye a todos los números que a su vez comprueban que esa realidad es así y que esto va a seguir pasando. Esto viene a ser un tipo de profecía que se autocumple y que se refuerza con todo esto que hacemos: la forma en que sistematizamos los datos agropecuarios, los archivamos, presentamos, ordenamos, comparamos y que incluso convencemos a todos los productores de eso mismo que nosotros estamos demos-

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trando permanentemente. El compañero de la Facultad de Química hoy se refería a esta intención de muchas facultades y muchos servicios de hacer planes de estudio que pongan el conocimiento sobre las cosas en Uruguay. Nosotros como universitarios en Paysandú hemos intentado otras construcciones explicativas de la realidad. Nos parece que la realidad puede entenderse de varias maneras, y vimos en nuestra práctica docente y también en los datos, que si miramos el número de predios totales en Uruguay desde 1961 a 2000, con toda esa profecía de esos últimos 50 años donde todo lo hicimos para que eso fuera cierto, solamente hizo posible que pasáramos de tener 86.928 establecimientos a 57.131. O sea si bien hicimos todo lo posible, lo cierto es que hemos perdido muchos: 30.000 establecimientos, en su mayoría de menos de 100 hectáreas, son los que hemos perdido. También es cierto que en el año 2000 el agro estaba poblado, más de un 60% de estos casi 60.000 predios son de establecimientos de menos de 100 productores. Por lo tanto si lo miramos por rubro empezamos a ver que esos establecimientos pequeños, todos esos que tenían que haber desaparecido -hemos hecho muchas cosas para que eso pasara- sin embargo sigue siendo la mayor parte de los productores en el Uruguay, mirado en números totales y mirado por rubro. Entonces uno piensa que debe haber otro sistema de verdad, que debe haber otra forma de saber qué es lo que está pasando. Y en ese sentido esto lo quería vincular con lo que decía de la disputa de significados el Decano de Facultad de Sicología. También para otros los productores familiares tienen su racionalidad propia, para otros la racionalidad capitalista no es el modo de organización de la producción. Para otros también puede ser

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cierto que no sólo no han desaparecido, sino que son los más numerosos, y que hay realmente productores familiares exitosos que han logrado vivir, permanecer en el campo, educar a sus hijos y ser felices. La mayor parte de los productores del país son productores familiares. Somos conscientes de que durante 50 años no hemos hecho nada en cuanto a propuestas para este sector, porque hemos partido de la base de que este sector no va a ser, entonces qué necesidad tenemos de innovar sobre algo que no va a existir. Surge esta pregunta: ¿cuál es el margen de maniobra de los pequeños productores para permanecer en el medio rural? En un marco de crisis en el año 1996, donde las gremiales de productores lecheros vienen a la Estación Experimental, donde Facultad de Agronomía y Facultad de Veterinaria tienen su sede, en una plena etapa, dijera Giorgi, de desregulación. Donde se empieza a decir por parte de las empresas que no se va a poder remitir más en tarro, que va a haber que electrificar para tener tanques de frío, que se va a empezar a pagar la leche por calidad, y una serie de medidas que hacen que las gremiales se acerquen a la Universidad. Y miren ustedes lo que piden, conscientes de su análisis. Piden algo que les permita negociar mayores plazos con las plantas industriales, para poder sobrevivir un poco más y tener más campo de negociación. No piden resultados ni ningún milagro. Frente a eso se diseña un plan que es el que da comienzo al Programa Integral de Extensión: colaborar con las gremiales en la búsqueda de alternativas para sus pequeños productores y contribuir al diseño de sistemas productivos compatibles con el modo de vida y trabajo de la producción familiar. Mucho desafío que sólo es comprensible por un grupo de gente bastante desubicada en aquel momento, que se atrevió a decir


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eso, pero que realmente nadie se lo creyó. Eso es por lo que surge el Programa Integral de Extensión, por esta demanda de las gremiales, en un intento de darle poder de negociación a estos grupos sociales. ¿En qué marco institucional se desarrolla? En la Universidad de la República, desde todas las dependencias descentralizadas radicadas en Paysandú. Desde los inicios hasta ahora hemos intentado incorporar la totalidad de los servicios que tienen alguna actividad descentralizada en Paysandú. E incluso hemos intentado traer a aquellos que todavía no estaban y acercarlos a esta experiencia universitaria, en el entendido de que la formación de los estudiantes se puede mejorar y mucho, tratando colectivamente de buscarles las soluciones, en este caso a la producción agropecuaria para desarrollar a la pequeña producción en el departamento de Paysandú. En la Universidad estamos y no podemos desprendernos de lo que son las tres funciones universitarias principales: cualquier actividad que hagamos con los productores de lo que es nuestra principal función de docencia, e intentar que la investigación de todos los servicios involucrados empiece a tomar aquellas preguntas y aquellas cuestiones que surgen a terreno para poder ir desarrollando las soluciones que el trabajo de campo nos va demostrando. Por supuesto que todo apoyado por planes de extensión que intentan mejorar la calidad de vida de los productores familiares de la región, concentrados hoy en dos localizaciones del departamento, una es la Colonia 19 de Abril a 20 kms. de acá, que es una colonia lechera en la que hace más años que trabajamos, y la otra es la zona de Guichón donde empezamos a trabajar hace dos años, intentando responder a una demanda de la Junta Departamental de Paysandú, que pide a la Universidad repetir esta experiencia en otra zona, fundamentalmente de productores ganaderos. Entonces al problema regional le in-

tentamos aportar con el Programa Integral de Extensión -que tiene varios proyectos, en concreto uno localizado en Colonia 19 de Abril, otro localizado en la zona de Guichón visto desde el área agraria- un poco de luz sobre la problemática del productor familiar. Y he aquí algunas cosas que me parece relevante señalar: trabajar con el productor y su familia, ponerlo en el centro de la escena nos ha implicado mucho a nosotros, y nos ha enfrentado al síndrome de la desesperanza aprendida. Hemos trabajado con el productor familiar como trabajador, o sea pensándolo no como un empresario, sino como un trabajador. Sobre todo en el caso de los lecheros, se visualiza perfectamente a través de los trabajos que aporta el grupo de sociólogos de la Facultad de Agronomía, y lo llaman el asalariado de la industria. Realmente la planilla de remisión de leche a la planta, a través de la cual le hacen los descuentos del supermercado y de todos los gastos a la familia, es verdaderamente el recibo de sueldo de estos productores y en eso es que nosotros los hemos asimilado perfectamente como trabajadores familiares, y en muchos casos a trabajadores asalariados de la industria. Hemos descubierto a su vez, al trabajar con este enfoque territorial, la importancia de las redes a nivel de las localizaciones y de la comprensión del trabajo solidario y del intercambio, que hace posible en muchos casos la viabilidad de los establecimientos. Por lo tanto queremos destacar acá que el proyecto, más que a resultados apuesta a un proceso y a una propuesta metodológica que a su vez les permita a ellos mismos explorar y analizar sus limitaciones y potencialidades y tomar las decisiones en relación a los proyectos propios que cada comunidad, en cada una de las localizaciones, ha ido marcando y lo hemos trabajado colectivamente. ¿Qué quiere decir esto? Que de repente, a diferencia de otros lugares donde se construye conocimiento científico,

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donde los valores no están en juego, donde se puede controlar todos los factores a nivel de laboratorio, donde no hay un proceso de incertidumbre o ni siquiera de riesgo donde se pueda medir, nosotros estamos en un campo donde ni los expertos pueden trabajar con solvencia. Estamos en un campo donde la incertidumbre es máxima porque no sabemos qué es lo que estamos poniendo en juego cuando decimos quizá los productores vayan a desaparecer, y también estamos en un marco donde los valores que están allí son mucho más que el número de productores que pierde el Uruguay, son mucho más que los litros de leche, son mucho más que las escuelas que cierren o no cierren en el medio rural. Por lo tanto estamos en un campo donde el conocimiento que cuenta no es exclusivamente el que nos provee lo que le llaman la ciencia moderna, que es la que reina dentro del mundo científico actual. Hoy -creo que lo comentó el compañero de Facultad de Química- a lo largo de la historia de la ciencia ha habido grandes luchas, donde desde algunas cuchillas han peleado mejor y le han ganado a los otros. Nosotros estamos en un momento donde están todas las cuchillas muy cuestionadas y resulta que hasta los que han reinado en los últimos 50 años se están preguntando a sí mismos si como construyen el conocimiento es como lo tienen que construir. Por lo tanto nosotros, por un tema ético no somos los que desde arriba podemos ir a decir nada, no somos los que desde la Universidad tenemos la justa. Sí somos aquéllos que podemos contribuir con metodología que permitan a todos construir ese conocimiento que no hemos sido capaces, como sociedad hoy, de tener disponible para que estas familias tengan los mejores sistemas de producción que les permitan seguir viviendo, permaneciendo y educando a sus hijos en las escuelas rurales donde ellos quieren. También el tema del respeto, aquí a diferencia de lo que planteaba el compañero, como no estamos en el mundo de

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la Academia, estamos en el mundo de las Misiones. A nosotros durante muchos años en la estación nos decían “La Misión”, porque éramos un equipo de gente que estábamos muy por fuera del mundo académico, no estábamos construyendo “papers” para los congresos. Capaz que ahora, 8 años después tenemos otro peso académico. Pero ¿cuál es el problema? Con o sin los “papers”, los dueños de la información son los productores, son las comunidades que trabajan con nosotros. Y eso marca una diferencia muy grande sobre lo que es construir el conocimiento desde este punto de vista, y desde donde lo hace la ciencia llamada normal. Esto es más cercano a lo que algunos matemáticos en los últimos años han llamado la ciencia posnormal. Desde la matemática Efuntowich, que es un argentino, y otra serie de autores muy relevantes hoy en la ciencia, están promoviendo la construcción del conocimiento científico por otras vías y están peleando desde su cuchilla, cuestionando entonces cuáles son los conocimientos que cuentan para el avance científico y quién es el dueño de esa información científica y cosas muy relevantes a tener en cuenta. Como les dije ya que el tiempo es poco, no les voy a contar las actividades concretas que hemos hecho, ni el proceso ni los resultados, pero sí un conjunto de imágenes que van a intentar darle color al marco teórico que yo les di, y el resto se lo imaginan o lo vemos después en las preguntas. Con los pilares del Programa Integral de Extensión, que consiste en que trabajar a nivel territorial con toda la comunidad nos implica pasar de la lógica sectorial a territorial, ya no son los lecheros sino que es la Colonia 19 de Abril, no son los ganaderos sino que es la zona de Guichón, con los pequeños, con los grandes, con los ganaderos y con los no ganaderos. Un programa que intenta articular funciones dentro de la Universidad y retroalimentarse desde la extensión a la docencia y a la investigación, y un enfoque de trabajo con la po-


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blación, abordando conjuntamente el establecimiento con el hogar del productor y con el componente externo, como una unidad indivisible, por el cual la manera que nosotros podemos ver un establecimiento es muy diferente si la vemos desde un sector, si la vemos puramente desde el sistema de producción. Intentamos reforzar la idea de que un trabajo a nivel de terreno y con la complejidad que tiene la interacción con las comunidades, implica un abordaje interdisciplinario. En el equipo trabajan veterinarios, sociólogos, asistentes sociales, sicólogos, hemos intentado a través de los servicios descentralizados

también captar a los compañeros que eran necesarios, como odontólogos. No me quiero olvidar de nadie. Y se basa fundamentalmente, en esta etapa, en generar y validar metodologías que se centren en este proceso de interacción. Hoy podemos decir que hay cosas disponibles, que hay cosas que se pueden hacer, que si mañana el Instituto de Colonización quiere redimensionarse, hay cosas para hacer en las Colonias. Si mañana hay ganas de diseñar políticas de fomento de la producción, hay cosas que se pueden decir, todavía son muy pocas y nos llevan muchas ventajas. Vamos a seguir en ese camino.

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7 Asist. Social Carina Arnefeld “Aporte desde las Experencias Asociativas Locales” Después de una extensa y rica charla y sobre todo el tener la oportunidad de absorber mucho conocimiento desde distintos ámbitos, todo puede ser volcado en distintas esferas de nuestra vida y de nuestra práctica profesional. Cuando estábamos organizando entre “Los Pelados” (Gustavo y Mario), Virginia y Adriana, cómo iba a ser el contenido de este segundo seminario, vimos que teníamos que trasmitir de alguna manera esa fe en el futuro, ese tener una esperanza, y que por más que tengamos todas las dificultades que tenemos hoy, siempre hay herramientas y hay modos de ir superando estas dificultades. En mi área, o sea cuando vamos a hablar sobre el aporte de las experiencias asociativas, lo vamos a hacer desde el punto de vista del movimiento cooperativo, desde lo local y la experiencia del Consejo Económico Social de Paysandú. Voy a tratar de trasmitir una experiencia en la cual no estoy vinculada directamente, sino que trabajo junto con el movimiento cooperativo y con el vicepresidente del Centro Comercial que integra la Comisión Ejecutiva del CES, Jorge Ledesma. De alguna manera todas las exposiciones de hoy coinciden en determinados puntos y es poner como eje central al hombre, al ser humano como esencia, como el que tiene que no solamente re-

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cibir el conocimiento, desde la Universidad, desde lo tecnológico, desde la ciencia, sino que el hombre produce conocimiento para resolver necesidades, quien tiene las necesidades es el hombre, es el conjunto de la población. Una forma particular de estas experiencias asociativas de los emprendimientos, son las cooperativas en sus distintas modalidades. O sea, estas formas jurídicas son instrumentos económicosociales que permiten a los hombres resolver necesidades. Por eso el hombre como esencia en el mundo tiene que resolver necesidades, y que no son necesidades básicas (alimento, vestimenta, salud, educación), sino que son necesidades de autodeterminación, de tomar decisiones, de ser los promotores de su vida. Por eso estas formas jurídicas, estas empresas económico-sociales, estas cooperativas que integran lo que nosotros llamamos la economía social, realizan todas las actividades económicas y están basadas siempre en las personas. Estas entidades u organizaciones tienen una dirección y una gestión democrática y le dan especial énfasis a los aportes personales y al trabajo. O sea, no le dan la misma importancia al capital, lo que se valora es lo humano y el trabajo que aporta lo humano. Las cooperativas, dentro de la economía social, son instrumentos de inclusión y de cohesión social, por eso nos


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acordamos tanto de lo que se mencionaba hoy de las redes; las cooperativas, estas formas jurídicas que son empresas, permiten ser el colchón, no solamente de los individuos que la integran para satisfacer una necesidad que puede ser el motivo inicial, sino que también permiten con ese acompañamiento, con ese reforzamiento grupal, enfrentar las diferentes situaciones de la vida, y sobre todo en estos últimos años que es cada vez más crítica: entonces permite enfrentar esa realidad difícil, quizás elevar la autoestima, aportar conocimientos. Por lo tanto veíamos como importante determinar cuál es el conocimiento que estas experiencias cooperativas pueden aportar al país productivo. Es la modalidad, la forma, y no es cualquiera, no es cualquier forma, porque el hombre es el centro humano y tiene determinados principios y determinada filosofía. Fundamentalmente es la primacía de la persona y del objetivo social sobre el capital. La membresía, o sea la adhesión, la integración a una cooperativa es totalmente abierta y voluntaria, y se ejerce el control democrático, no es nadie externo, es autónoma, lo ejercen los propios socios. Por eso hoy hablábamos tanto de la autodeterminación. Las cooperativas determinan su futuro, su gestión y su meta directamente, nadie decide por ellos. Otro principio fundamental es la aplicación y la defensa de los principios de solidaridad, responsabilidad y justicia social, permitiendo desarrollar plenamente procesos de activa participación ciudadana. La conducción autónoma e independiente de los poderes políticos, la gestión económica y social que realizan, busca desarrollar eficientemente el rubro para el cual fue creada, generar empleos y/o servicios de calidad, distribución democrática de los excedentes y, de acuerdo a los objetivos sociales, para contribuir a una mejor calidad de vida y de oportunidades de crecimiento personal. Otro elemento muy importante a destacar es la responsabilidad, el interés

por el ambiente y el interés público. Actúan con responsabilidad social y son un elemento de formación democrática. Juegan un rol importante en el desarrollo local y en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Por eso hoy decíamos que las cooperativas en su forma individual y resolviendo las necesidades de un conjunto de determinada población, en su interacción conjunta dentro de lo local -ahora vamos a pasar a hablar de la situación en particular de Paysandú–, permiten la inclusión de los individuos, no solamente porque resolvió su necesidad de vivienda sino por protegerlo a él y su familia, donde van a crecer los niños, donde es el ámbito en el cual se van a desarrollar sus primeros cinco años. Pero también esas familias en determinados momentos pueden tener otro tipo de problemas. Estos instrumentos de inserción y de cohesión social no solamente son responsables de resolver una necesidad sino que lo son de buscar, de formular proyectos, de buscar las oportunidades para que los individuos, para que las familias que la integran, puedan elevar su calidad de vida y resolver otro tipo de problemas que no son los de la propia modalidad. Particularmente en Paysandú, y nos referimos a estas experiencias locales porque pueden aportar un conocimiento al país productivo. Nosotros en los últimos relevamientos hechos desde hace muy poco, podemos decir que en forma directa o indirecta están vinculadas al movimiento cooperativo o experiencias asociativas 65.000 personas. Un dato y un número importante en una población de 110.000. Creo que el instrumento cooperativo y el instrumento asociativo le han dado a las personas, a los seres comunes y corrientes, a los ciudadanos, elementos e instrumentos para ir resolviendo sus necesidades, que pueden ser puntuales o en lo que ahora se intenta reflotar teniendo en cuenta los antecedentes sanduceros, la historia y la cultura de Paysandú.

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En la mesa intercooperativa hubo un espacio de relacionamiento del movimiento cooperativo y de instituciones asociativas que no tienen por qué tener la forma jurídica cooperativa, y se vio que están trabajando en distintos ámbitos. En éstos, lo que se busca no es solamente obtener el conocimiento que hoy necesitan estas empresas para enfrentarse al mundo muy competitivo, en el cual la gestión al ser interna y propia, muchas veces lleva a no poder enfrentar

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las dificultades. Las cooperativas no solamente son autosuficientes entre sí, sino que tienen que buscar la articulación y la negociación y crear negocios con otros movimientos cooperativos, los que producen que les vendan a las de usuarios, o sea de alguna manera el que vende servicios se lo ofrece al usuario de otra modalidad. Esto es lo que está pasando hoy en Paysandú, y puede ser una herramienta muy importante.


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8 Sr. Jorge Ledesma Representante del Consejo Económico Social

Sin duda que los esfuerzos asociativos comunitarios son lo que de pronto generan las ideas que puedan colaborar y que puedan llevar a encontrar los caminos para salir de esta situación, mejorar la calidad de vida y el empleo. Eso es lo que entendemos y por eso tenemos centradas esperanzas en el funcionamiento de esta herramienta que es el Consejo Económico Social, que comenzó a gestarse a través de una demanda de la sociedad sanducera por necesidades, por soluciones, y que encuentra eco en un gobierno departamental, que también se sumaba a la demanda por soluciones para que el departamento no decaiga. Tiene un proceso que se inicia en el año 1997 a través de un encargo del Ejecutivo Comunal a la Universidad para que estudie y evalúe qué posibilidades de crecimiento, de estrategias de desarrollo podían aplicarse, dada las características propias del departamento. La Universidad comienza en 1998-99 a diseñar un plan estratégico de desarrollo de Paysandú, que aconseja la formación de un Consejo Económico Social que comienza a integrar a toda la sociedad. Es un organismo de representación local, integrado por 36 delegados que trata de involucrar a todos los sectores de la sociedad sanducera: Agropecuarias Litoral, Asociación de Exportadores de Paysandú, Asociación de micro y pequeños empresarios sanduceros, Asociación Rural, Asocia-

ción de Productores Lecheros, Cámara de la Construcción, Cámara de Turismo, Centro Comercial e Industrial de Paysandú, Cooperativas de Consumo y Agrarias, de producción, educación formal no universitaria, entidades relacionadas al transporte, deportivas, Mesa Departamental de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda, Intendencia Municipal, Junta Departamental, Plenario Departamental Intersindical PIT-CNT, organizaciones del Interior, organizaciones sociales, Universidades locales, Sociedades de Fomento Rural, Granjero. Este Consejo Económico Social se fijó como objetivos básicos la reducción de la desocupación y mejora del nivel de empleo, incrementar el PBI del departamento, mejorar la distribución de los ingresos y la calidad de vida de toda la población del departamento. Es un órgano de interacción y de articulación, dado que está integrado por el gobierno departamental y organizaciones sociales. Hoy hay algunas que se autoexcluyeron, pero el Consejo sigue abierto para todas las entidades que quieran aportar e integrarse. Hasta el momento ha tenido algunos logros, del planteo teórico a la práctica cotidiana, se ha logrado la permanencia y la consolidación de los mecanismos de participación y articulación de la sociedad civil con el gobierno local, con un número que ha alcanzado –considerando todos sus órganos- un promedio de

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76 personas que aportan alrededor de 940 horas mensuales en forma voluntaria en todo el departamento (dado que también está integrado el Interior). Se han puesto en práctica algunos proyectos. El año pasado a esta altura habíamos puesto en funcionamiento una etapa experimental que presentaron los comerciantes para remodelar la zona del centro de Paysandú, como una alternativa para minimizar efectos que estaba causando la instalación de grandes superficies en el comercio instalado, en el empresario local. Se trata de un programa que integra proyecto de estructura físico- arquitectónica, de gestión empresarial (que todavía sigue gestándose; próximamente vamos a llamar a un concurso de ideas para continuarlo). Se está trabajando sobre un proyecto de capacitación, de fortalecimiento institucional y trabajo con comisiones te-

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máticas. Los logros más importantes que ha tenido este Consejo (desde su conformación efectiva en el año 2000), es una Agencia para el desarrollo. Es relevante por el compromiso de sus actores: hay un compromiso fuerte del gobierno departamental destinando recursos económicos a esta herramienta que es de coparticipación, y de las organizaciones del Consejo Económico Social, de lograr que esta agencia de desarrollo funcione y sea capaz de generar y promover todos los objetivos que el Consejo se plantea (trabajo, PBI y mejoramiento de la calidad de vida de todo ciudadano, prosperando como departamento). Y por sobre todo que ese desarrollo sea sustentable en el tiempo, que trascienda períodos de gobierno siendo un motor necesario para el desarrollo del departamento. Muchas gracias.


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9 Clausura: Ing. Agr. Ernesto Agazzi Presidente C.A.D.E.S.Y.C.

La idea original es que pudiéramos lograr dialogar un poco, siempre nos la tenemos que plantear aunque a veces sea difícil en la práctica. Son las 9.30 de la noche, llevamos unas cuantas horas trabajando. Lo que nos habíamos planteado al inicio de intentar crear una ventana en nuestras vidas para tratar de razonar juntos y pensar en el tema del conocimiento al servicio del país productivo, creo que lo logramos de una determinada manera. Hubo distintos enfoques, pero como siempre cuando se organizan estas actividades, hoy tuvimos un “revolcón” un poco particular hacia el polo social. Fue logrado con éxito por quienes así se lo plantearon, pero además creo que nos satisface a todos y en particular al CADESYC –lo decía en el fundamento inicial cuando planteábamos el tema-, de que el país productivo tenemos que verlo con un concepto global desde todos los puntos de vista, porque el conocimiento es todo. Está muy bien que pensemos en el hombre como centro. Si nosotros estamos trabajando para aportar a un programa alternativo que cambie esta triste situación en la que nos están obligando a vivir, es por el hombre, no es por otra cosa.

Oímos informaciones, enfoques, entre todos cumplimos con penetrar un poco nuestras vidas, de quienes trabajan en un tema y lo vinieron a decir (que no tuvieron más remedio que escuchar a los que trabajan en otro tema. Es bueno obligarse a estas cosas). Queremos agradecerles por los aportes que hicieron que fue poner cada uno lo que tiene o lo que piensa que es importante. Sobre todo estamos convencidos que hay que trabajar para un país de cultura, de educación, de formación, de capacitación, de pensamiento y de calidad, en todos los órdenes, con un planteo bien holístico como lo fue en el día de hoy. No nos corresponde a nosotros hacer una síntesis de lo que cada uno dijo, porque al fin y al cabo cada uno es responsable de las experiencias que está haciendo, del enfoque y de lo que nos comunicó a los demás. Sólo queremos decirles que nos alienta mucho pensar que estas cosas que se están haciendo y pensando son posibles. Nos reafirmamos en que además de ser posibles, son necesarias e imprescindibles. Por todo eso muchas gracias y hemos cumplido.

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