Sistemas, cibernética y constructivismo

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Vladimir Chumakov, "Familia".

Sistemas, cibernética y constructivismo. Fundamentos para una terapia familiar Gino Cavani Grau El lenguaje es un cuchillo epistemológico con el que cortamos el mundo en trozos y le ponemos nombres, nombres de nombres, así sucesivamente. Pensar un universo independiente del pensamiento que lo está pensando: he aquí la paradoja fundante de la epistemología. El sujeto no entra en el cuadro del mundo, así como el pintor no figura en el cuadro “realista” creado utilizando la técnica moderna de la perspectiva. Cuando hablamos que la familia es un sistema, como observadores que describimos tal conjetura, no nos incluimos. El concepto de sistema es una abstracción que simplifica la realidad y que remite a un conjunto de elementos o partes que interaccionan dinámicamente entre sí (y con el entorno que lo rodea), que tiene una cierta permanencia dentro del espacio-tiempo y que intenta alcanzar un objetivo concreto. Para describir adecuadamente su comportamiento, es necesario conocer su organización: la disposición de sus elementos componentes (la parte más espacial-estática-estructural) y las interacciones o relaciones que se establecen entre ellos (la parte más temporal-dinámica-funcional).


Un sistema físico real es “abierto-cerrado” [Grün y Del Caño, 2003, p. 114], ya que intercambia materia-energía y/o información-organización con su entorno próximo, de forma parcial y selectiva, lo cual determina su viabilidad dentro de éste. También es intrínsecamente “dinámico”, dado que su organización no es rígida sino que mantiene una armonía flexible con su entorno próximo a lo largo del tiempo. Asimismo, un sistema real es “no-lineal”, debido a que su comportamiento es habitualmente impredecible: una pequeña causa puede producir un efecto violento y dramático o una enorme causa puede producir un efecto mínimo. Además, es “complejo”, dado que está compuesto por una gran cantidad de elementos, cada uno de los cuales interacciona con sus vecinos relativamente inmediatos y es muy difícil vaticinar lo que ocurrirá más allá de un cierto horizonte temporal (no obstante, depende del punto de vista del observador: algo que es complejo para alguien tal vez no lo sea para otro u otros) Por último, en general un sistema real es “adaptativo”, ya que no sólo es influido por el medio ambiente sino que reacciona y se adapta –en menor o mayor medida– a él. Pero la capacidad para adaptarse tiene límites: si el sistema no puede acomodarse a la “tensión” (estrés) –modificando su estructura o su función– puede transformarse o deteriorarse de manera parcial o total, temporal o permanente. Esta capacidad depende tanto de la organización de su entorno como de la comunicación con su entorno. Como sistemas complejos las familias, cuando mas sean caóticas, necesitaran de su entorno para lograr estabilizarse. Un sistema queda definido como un conjunto de elementos relacionados entre sí y que contribuyen a un fin concreto. Cada elemento en sí mismo puede ser a su vez un sistema de orden menor, pero que relacionado con otros elementos, de esa relación, surge una nueva entidad con propiedades que emergen de esa múltiple interacción. El motor de un automóvil es un sistema cerrado compuesto por múltiples elementos (piezas) relacionados entre sí, que puestas en una bancada, hacen girar un volante. Estamos ante un sistema. Pero si ese motor se coloca en un chasis inerte, le aplicamos un sistema de tracción y una carrocería, tenemos entonces una nueva entidad con propiedades que no obedecen a la suma de propiedades que tenían los diferentes subsistemas que lo integran. Emerge una nueva entidad que denominamos “coche”. Este nuevo sistema es capaz de moverse y desplazarse a una respetable velocidad, sí se introduce en él algún sistema de mando y control programado con objetivo final, esto es, bien un ordenador auto guiado, un robot, o algo más sencillo, un ser humano que sepa conducir. Entonces, y sólo entonces, tenemos un sistema completo que denominamos “automóvil”. Ver las cosas de este modo es lo que se denomina “pensamiento sistémico”. Esta similitud de los sistemas cerrados y su relatividad por lo cerrado, seria difícil e imposible de equipararla con el sistema-familia. El sistema familiar: propiedades y leyes sistémicas


Concebimos, entonces al sistema familiar como un sistema interaccional dotado de propiedades sistémicas y, en consecuencia, susceptible de ser explicado en función de leyes sistémicas (totalidad, equifinalidad, retroalimentación, estabilidad y cambio, organización jerárquica): (a) Totalidad: La familia es un sistema compuesto por las interacciones que los miembros del sistema establecen entre ellos y sus exosistemas. No obstante, es un sistema semipermeable que establece límites a los restantes sistemas que le sirven de apoyo. (b) No sumatividad: En estrecha correspondencia con la ley de la totalidad anteriormente descrita, la ley de la no sumatividad implica que cuando nos refiramos a los sistemas familiares, éstos se conciban como sistemas de interacciones e intercambios interpersonales significativos entre los miembros del sistema (p.e.: como contextos de aprendizaje o comunidad de prácticas) y como sistemas de intercambio semipermeables entre el propio sistema familiar –el sistema como “todo”– y su entorno (p.e.: el sistema sociocultural). Desde la perspectiva sistémica, la familia es algo más que un mero agregado o suma de miembros vinculados entre sí por una relación de parentesco. (c) Equifinalidad: La evolución de un sistema familiar es independiente de sus condiciones iniciales o de su historia familiar. En contraste con un sistema cerrado cuya estructura está previamente determinada por las condiciones iniciales o de partida, los sistemas abiertos, como la familia, pueden lograr satisfacer las mismas finalidades a partir de condiciones iniciales de partida diferentes. (d) Retroalimentación: Los sistemas familiares, al igual que los diversos sistemas, se rigen por dos niveles de retroalimentación: negativa y positiva. La primera les asegura estabilidad, mientras que la segunda les permite evolucionar y transformarse. Todos los sistemas familiares deben procurar satisfacer ambas modalidades de retroalimentación a fin de adaptarse a las exigencias del entorno y asegurar sus posibilidades de estabilidad y cambio al mismo tiempo. (e) Estabilidad y cambio: Esta ley se relaciona con la ley de la retroalimentación descrita anteriormente. El comportamiento homeóstatico de la familia viene regulado por las retroacciones negativas, asegurándole constancia y estabilidad en su estructura. El comportamiento homeodinámico, regulado mediante retroacciones positivas, le asegura capacidad de aprendizaje y potencial de transformación y, por tanto, una mayor adaptabilidad a los cambios que se den en el entorno. (f) Organización jerárquica: Podemos describir en todo sistema distintos niveles de organización. Es habitual distinguir subsistemas y suprasistemas. Aplicado al estudio de la familia, puede hablarse de subsistema padres, cónyuges, abuelos,


Hijos, hermanos, etc. y de otros tantos suprasistemas: otras familias, escolar, laboral, sanitario, asistencial, político, social, etc. En adelante definiremos la familia como un sistema abierto y cambiante (homeodinámico), con finalidades y composición específicas que la distinguen de otros sistemas o instituciones sociales (amigos, vecinos, parientes, escuela, sociedad, etc.), toda vez que presenta una amplia variabilidad de formas (familia nuclear, monoparental, reconstituida, de acogida, etc.) y posee determinadas reglas de funcionamiento (establecimiento de límites) para responder a las exigencias del medio social y las finalidades propias del sistema. Con respecto a la ley sistémica de estabilidad y cambio puede aplicarse fácilmente para observar las transformaciones experimentadas por la familia, de tal modo que, en este sentido, se la puede definir como un sistema abierto, en evolución, regido por los procesos complementarios de continuidad y estabilidad (ley de equilibrio dinámico) y de transformación de su estructura u organización en función de sus intercambios con el medio social (ley de la totalidad). El comportamiento homeodinámico de la familia clarifica cómo esta institución se ha mantenido relativamente estable a lo largo del tiempo, a la vez que ha experimentado transformaciones notables. La familia sigue siendo la agencia socializadora primaria por excelencia pero, al mismo tiempo, ha transformado extraordinariamente su estructura para seguir satisfaciendo estos fines socializadores (ley de constancia y cambio). Resulta obvio que no podemos aplicar el término familia a una única modalidad de estructura familiar –por ejemplo, familia nuclear–, sino que también habría que incluir bajo el rótulo de familia las nuevas estructuras familiares que caracterizan hoy a la familia actual. Con el advenimiento de la cibernética (la del segundo nivel), la cibernética de la cibernética, se constituyó en una tendencia crítica de la discusión epistemológica actual. El cibernético Heinz von Foerster destruye toda forma de realismo: La objetividad es la ilusión de que las observaciones pueden hacerse sin observador. Paul Watzlawick tampoco se queda en eufemismos y afirma: “Real es, al fin y al cabo, lo que es denominado real por un número suficientemente grande de hombres.” En este sentido extremo, la realidad es una convención interpersonal. Por su parte, Humberto Maturana y Francisco Varela declaran: “Todo lo dicho es dicho por alguien. (...) Una explicación siempre es una proposición que reformula o recrea las observaciones de un fenómeno en un sistema de conceptos aceptables para un grupo de personas que comparten un criterio de validación”. Más recientemente Ernst von Glasersfeld aclara que el constructivismo no niega la posibilidad de conocer, sino que propone otros términos para explicar estos procesos: El constructivismo es una teoría del conocimiento activo, no una epistemología convencional que trata al conocimiento como una encarnación de la Verdad que refleja al mundo “en sí mismo”, independiente del sujeto


cognoscente. A partir de esta base el autor reconoce dos principios básicos del constructivismo radical. Por una parte, se entiende que el conocimiento no se recibe pasivamente, ni surge meramente por la acción de los sentidos, ni por medio de la comunicación, sino que es construido por el sujeto cognoscente. Por otra parte, se concibe que la función de la cognición sea adaptativa y sirve a la organización del mundo experiencial del sujeto, y no simplemente al descubrimiento de una realidad ontológica objetiva. En síntesis, el conocimiento no es más que una propuesta que responde a una forma de situarse frente a la experiencia. En estos términos es muy difícil hablar de objetividad. El constructivismo hace caer en el rango de la ingenuidad cualquier pretensión de atenerse al objeto con el propósito de generar una referencia indiscutible, de producir una estricta correspondencia entre las representaciones mentales y el objeto tal como es. El concepto de realidad, tan caro a la ciencia clásica, queda desterrado. La historia relata que Galileo al emplear por primera vez su telescopio, efectuó cuidadosos experimentos para asegurarse que sólo ampliaba la visión de los objetos, sin distorsionarlos ni crear otros nuevos. Este empeño honesto ya no cuenta con el aprecio del constructivismo. Al alero de la creencia en la existencia de una realidad independiente de la experiencia, con un orden y un sentido propios, que por lo mismo puede ser conocida con certeza, hizo su exitosa carrera una cierta epistemología del objeto. Dominadora sin graves conflictos al menos desde la modernidad, encuentra ahora un contrapeso en el constructivismo, cuyo centro está en el reconocimiento de la interdependencia entre observador y mundo observado. Desde esta base se admite la imposibilidad de determinar si un enunciado se refiere al mundo tal como es o tal como lo vemos, se produce el cuestionamiento de las formas analíticas del pensar que acentúan exageradamente la distinción entre sujeto y objeto; y finalmente el abandono de las concepciones esencialistas en las que el sentido de cada cosa no depende más que de sí misma. Para el constructivismo el mundo de los significados, la realidad en suma, es una construcción humana y social, de modo que toda observación remite inevitablemente a las cualidades del observador y a las distintas interacciones comprometidas. En el contexto de la terapia familiar, tenemos que enfocar la relación terapeutafamilia como relaciones complementarias, entre colegas, el hombre intenta cooperar con la tierra en vez de luchar contra ella. Esto pasaba en la terapia familiar, llevando a pensar la relación terapeuta vs. Pacientes o familia. Como separado o luchando. La epistemología cibernética traza una pauta de secuencia la retroalimentación, terapeuta y cliente no una contra otra o sobre otra sino, busca la coevolución, retroalimentación. El cuidado está en no separar las partes del sistema para poder leer las pautas que los conecta. De todos modos es impensable no hacerlo pero la cibernética, nos pide que veamos siempre la relación terapeuta-paciente, síntoma-cura, diagnóstico-intervención, los pares antitéticos, para tener una visión de la totalidad.


Si decidiéramos cambiar el término terapeuta por el de observador siguiendo esta idea de distinciones, en realidad debería denominarse relación entre el observador y lo observado. No abandonamos los términos anteriores sino los reencuadramos, destacando la relación por encima de las cosas. Hay que tener cuidado con los límites rígidos para indicar distinciones como paciente identificado, homeostasis, comunicación, conflicto. Decir que la homeostasis es la causa de la perduración de un síntoma es trazar un límite entre un mecanismo llamado homeostasis y el comportamiento sintomático, que presuntamente ese mecanismo mantiene. Esto puede llevar al clínico a ocuparse de la homeostasis. Por lo tanto termina separado de aquello que intenta tratar. Whitehead llama la falacia de la concreción desacertada (asigno carácter concreto a lo que no corresponde). La cibernética propone buscar pautas de relación de procesos recursivos. La utilización de sistemas a veces se ha hecho para designar el tamaño de la unidad de observación. Esto no tiene que ver con un sistema cibernético yo puedo atender una familia, pareja, población y no soy un estudioso de los sistemas cibernéticos, hasta que no lea el sistema desde el mecanismo de la retroalimentación recursiva. 1) Percibir la organización recursiva. Ej. La Situación sintomática 2) Un sistema recursivo no es solo la mera enumeración de lo sucesos que ocurren antes y después de la conducta sintomática, se tiene que detectar la retroalimentación recursiva, total del sistema. Ej. un padre infeliz, hijo rebelde, madre aliada al hijo, tomar la estructura triangular a partir de la situación sintomática. Hijo rebelde.

Ludwig von Bertalanffy. Su fundacional libro "Teoría General de Sistemas" fue el primer paso para el desarrollo de la base epistemológica de la terapia familiar sistémica. Dada su densidad y el preponderante desarrollo matemático para fundamentar sus ideas, sugiero leer los capítulos 2 y 9, que tienen aplicación directa al campo de las ciencias humanas.

Cibernética Del griego Kybernetes, piloto timonel. (El matemático Wiener en 1948) abarca todo el campo de la teoría del control y la comunicación, ya se trate de la


máquina o del animal. Investiga los fenómenos de regulación, procesamiento de la información, adaptación, autoorganización, autoreproducción, acumulación de información, y conductas estratégicas. Desarrolla el concepto que las máquinas y organismos o estructuras sociales siguen los mismos principios. Los matemáticos fueron los que más integraron estas ideas. Bateson los utilizó para aplicarlos a la teoría de la comunicación humana. En la terapia familiar permitió pasar de la linealidad a la circularidad, homeostasis, estabilidad. Cambio, creatividad morfogénesis etc. Cibernética de primer y segundo orden. Los terapeutas afectan siempre los sistemas que tratan lo quieran o no. Del otro lado de la relación también los sistemas afectan al terapeuta. Los terapeutas deben observar las relaciones que los pacientes tienen con ellos, no a los pacientes. Quienes opinan que el terapeuta es el responsable del cambio de por sentado una relación lineal, presume que cuanto mayor sea la habilidad de ese terapeuta más poder tendrá para provocar cambios. Esto puede ser peligroso pues lleva al terapeuta cada vez a ser menos flexible y menos creativo, menos eficaz como terapeuta, como maestro, y como estudioso. La epistemología cibernética nos indica que el respeto por los ecosistemas surge naturalmente cuando el terapeuta se concibe a si mismo como parte de un sistema mental más abarcador y se conduce en consecuencia. Esto significa que cualquier clase de sentimiento o percepción o idea es siempre un fragmento del sistema o contexto total que lo corporiza. Cibernética de Primer orden: Tomando en cuenta los desarrollos de la nueva física, la cibernética apareció en los albores de la ingeniería de la comunicación, la computación como un esfuerzo tendiente a establecer los principios de regulación de sistemas de todo tipo. A fines del siglo XIX los aportes realizados por la segunda ley de la termodinámica que dice que parte de la energía que se aporta a una maquinaria NO se Transforma en trabajo sino que se GASTA en el proceso de esa transformación. Ese gasto esa dispersión irreversible de energía, esa tendencia inevitable al desorden, fue llamada entropía y los procesos tendientes a revertiría, entropía negativa o negentropía. Los procesos de corrección de la desviación es decir la retroalimentación negativa, el Peed Back negativo, como los sistemas que operan para mantener su organización, se llaman o se reconocen a través del concepto de entropía negativa o negentropía como se menciona anteriormente, la negentropía es el principio ordenador, más allá de la entropía positiva yace el caos y la destrucción del sistema. Los primeros trabajos en terapia familiar hablaban de la entropía negativa es decir la homeostasis, trabajaban el mito familiar, los patrones interactivos las reglas familiares. Llamándose a esta cibernética a partir de los trabajos de Maruyama primera cibernética. Segunda cibernética


Maruyama en 1963 pone el énfasis en la amplificación de la desviación o retroalimentación positiva o Peed Back positivo, lejos de construir un elogio a la entropía positiva, este énfasis conduce al concepto de homodinamia en contraste de la anterior homoestática. Prigogine aporta la idea de orden a partir de las fluctuaciones que produce un salto cualitativo, es decir una nueva etapa evolutiva del sistema, iniciándose un ciclo entre estasis y génesis apareciendo en la clínica el estilo provocativo que lleva al sistema al desequilibrio y a la búsqueda de nuevas alternativas. Esta manera de pensar cibernéticamente y de intervenir se la llamó Segunda Cibernética. Cibernética de Segundo Orden Es un cambio radical en la cibernética, con el estudio de los procesos recursivos que condujo a incluir a la misma cibernética entre los objetos de estudio. Margaret Mead, (antropóloga esposa de Bateson) la denominó Cibernética de la Cibernética, Von Foster Cibernética al cuadrado y finalmente optó por cibernética de segundo orden pasando la primera y la segunda cibernética a ser la de primer orden. La denominación de segundo orden nos informa que los sistemas son observantes (recursividad de la observación, sujeto-objeto objetosujeto. A diferencia de los sistemas observados, cibernética de primer orden (primera y segunda Cibernética) en la que el observador es por así decir una cámara que reproduce lo que ocurre fuera de él, sin incluirse en lo que sucede. Piaget, Von Foster, Maturana, Várela. Ayudaron a este corrimiento, a pensar en la cibernética de segundo orden. El observador es parte de lo que observa y toda descripción acerca de observaciones y modelos es sin duda una descripción de quien genera esa descripción. De ahí la terapia debe ser vista como una actividad dialógica más que interventiva, pues alguien que busca insertarse en una visión del mundo aportada por la familia. Para generar nuevas alternativas, a través de preguntas circulares o connotaciones positivas, prescripciones. El grupo que acompaña detrás de cámara funciona como si fuera perteneciente a la cibernética de primer orden, todos juegan una danza que pasa por, morfostásis, (estabilidad) morfogénesis (desarrollo, cambio) Morfopoiesis. (Evolución). Cibernética de la terapia familiar Las tareas del terapeuta desde la Cibernética de 2º Orden, se inicia cuando traza distinciones simultáneas, es decir describir las pautas de relación, para eso usa las historias como herramientas para construir contextos que brinden significado y estructura a lo que hacemos y pautamos. Estas historias son el material de trabajo del terapeuta y estas incluyen los relatos de cómo vive la gente así como los cuentos que crean en torno a estas historias. La terapia es una conversación o intercambio de historias. Laing y Bateson usaron historias y comunicación analógica para develar las pautas de relación. Mirada circular recursiva de tradiciones ancestrales basa el poder de cambio en historias como espacio para construir en conjunto nuevas miradas y nuevas pautas de relación con otros y con el contexto (ejemplo relatos sufis y zen)


Keene resalta la base estética de la Terapia Familiar como el respeto y la aceptación de la diversidad en una danza interactiva de opuestos y contradicciones. Esto constituiría la Sabiduría o respeto por la diversidad y complejidad ecológica.

Humberto Maturana Romecín, creador de la teoría biológica del conocimiento, de los sistemas complejos y autopoiéticos.

La aplicabilidad de la cibernética de segundo orden esta en la creación de un sistema terapéutico (terapeuta+ sistema familiar). Concibiéndose la terapia como un proceso en que se traman historias entre los sistemas del terapeuta y los de los clientes. Por lo que tenemos que comprender desde una (objetividad) y la responsabilidad por la elección del contexto o mapa epistemológico con el que cada individuo elige vivir o ver la vida La (Objetividad) y sus consecuencias operacionales, invitan a una reformulación de la salud mental trasladándose desde un juicio externo de un “especialista” hacia una especificación aceptada por los involucrados en un contexto relacional en el cual uno especifica la distinción y el otro la acepta. Por lo tanto la salud mental tiene que ver con el sufrimiento de uno de los involucrados en la relación más que con una conducta “incorrecta” o “inadecuada”.


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