La ofensiva conservadora y neoliberal pone en jaque al sistema educacional del territorio chileno. Colectivo Educar y Transformar Empezando el año académico 2021, asistimos a una arremetida ideológica de sectores ligados a la derecha, sectores tradicionales conservadores, autoritarios, antidemocráticos militares y neoliberales, en el seno del campo educacional. Esto viene a afectar e impactar en el quehacer educativo de muchas formas, y viene a alimentar y activar un campo de disputa ideológica, dentro del conjunto de las políticas educativas en nuestra sociedad. Por un lado, presenciamos que la educación tecnocrática neoliberal se consolida en la educación chilena. Esto se manifiesta a través del traspaso de la educación municipal a los Servicios Locales de Educación, una planificación educacional que obedece a lógicas gerencialistas y de rendición de resultados. Al respecto, desde el comienzo de la puesta en marcha de estos organismos educacionales, se evidencia un discurso ideológico, anti-trabajador/a, donde al mismo tiempo se cuestiona y se pone en tensión la organización de los y las trabajadoras de la educación. Esto se evidencia en que los Servicios Locales actúan con una actitud de menosprecio y menoscabo hacia la labor de los/as profesores y profesoras, manteniendo las lógicas precarizadas en lo laboral, quitándoles protagonismo y autonomía en decisiones educativas que deberían pasar por las comunidades educativas. Por otro lado, en el ámbito curricular, se evidencia el lanzamiento público de un convenio entre la Armada y el Ministerio de Educación, que permite implementar un Programa de Educación en Derechos Humanos y Educación Ciudadana para estudiantes de 8° a 4° medio. Pero la verdad es que esta intromisión de la Armada en las aulas desde esta área no es nueva. Es importante tener presente que la Armada viene desde hace años construyendo su propio discurso acerca de temáticas en extremo sensibles para los y las educadores y educadoras, como lo son la Formación Ciudadana. En Valparaíso y Viña del Mar hace varios años ya que la Armada es sostenedora de varias escuelas. Por ejemplo, podemos dar cuenta de la Fundación Carlos Condell, la cual administra un conjunto de establecimientos educacionales. Al respecto, se observa que desde el año 2010 se vienen impartiendo programas propios de Educación Ciudadana y Derechos Humanos, programas que se implementan en el marco de las horas de libre disposición. Los establecimientos educacionales donde se imparte este currículum educativo, son el Patricio Lynch y el Guardia Marina Riquelme, ambos en Playa Ancha. También es el caso del Colegio Lord Cochrane, en Viña del Mar. Queda así evidenciado que la Armada tiene un camino recorrido en la Región, de implementación de su propio curriculum. No sería extraño que se presenten situaciones similares en el resto del país, donde las Fuerzas armadas, y la Armada en particular, diseñan e
implementan su propia política educativa respecto de Derechos Humanos y Educación Ciudadana para nuestros niños/as, jóvenes y sociedad en general. Lo que sabemos, con estos antecedentes preliminares, es que una parte del estudiantado porteño ha sido y es foco y objetivo de la Armada para intervenir en la formación en Educacion Ciudadana y Derechos Humanos, desde una mirada doctrinaria y beligerante, militar, autoritaria, nacionalista, chovinista, antidemocrática. A esto podríamos agregar el adoctrinamiento militar que se imparte en las escuelas llamadas “premilitares”, que militariza y disciplina a niños/as y adolescentes, desde el vestuario hasta su forma de pensar y actuar. Creemos, como docentes críticos, que es del todo reñido con la ética el que las Fuerzas Armadas, instituciones que violaron las leyes del Estado de Derecho, que violaron los Derechos Humanos de niños/as y adolescentes de forma sistemática durante la dictadura, y que continúan hoy siendo violados flagrantemente, puedan impartir educación en Derechos Humanos. No es posible que quienes tuvieron responsabilidad directa en la represión contra los sectores populares, quieran dar cátedra sobre Educación Ciudadana. No es posible que instituciones que no han mostrado ningún arrepentimiento y no colaboran en encontrar verdad y justicia en nuestra sociedad, vengan a enseñar preceptos éticos a los y las estudiantes. Vemos con preocupación como docentes y educadores/as, que la Armada diseñe e implemente programas de Educación Ciudadana para ser llevados a todas las aulas chilenas con el auspicio del Ministerio de Educación, desde una interpretación histórica castrense. No podemos sino condenar y denunciar, que la Armada de Chile, gestora y actora del golpe militar, de las politicas y acciones represivas del terrorismo de Estado, hoy se auto arrogue el derecho y competencia de formar a niños/as y jóvenes. Más aún, educar en Educación Ciudadana y Derechos Humanos. Ante esta situación, y todo lo que ello contiene e implica, creemos que estos programas se sustentan en una base ética cuestionable e ilegítima y por tanto, del todo condenable. No puede ser posible que la educación chilena, en todos sus ámbitos, acepte un discurso, menos una cátedra que haga un lavado de imagen y/o negacionismo de las violaciones de Derechos Humanos ocurridas en tiempos de la dictadura militar chilena. Esto afecta, agrede y violenta a nuestras comunidades educativas. Lesiona a su vez, la esencia de la educación en Derechos Humanos, llevada a cabo por educadores y educadoras conscientes y por las organizaciones de DDHH, que incansablemente han luchado y luchan por conseguir verdad y justicia histórica y terminar con la impunidad. Estos hechos debieran inmediatamente prender las alarmas entre los y las docentes y educadores/as. Estos hechos lesionan y tensionan las labores pedagógicas en distintos ámbitos. Consideramos que, como educadores/as e intelectuales, con horizontes pedagógicos transformadores, deberíamos desarrollar un análisis en profundidad y construir opiniones colectivas, un discurso político-pedagógico para hacer frente a los discursos neoconservadores. Pensamos que todo educador y educadora debe tomar posición frente a estas problemáticas tan sensibles, que involucra tomar
posicionamientos políticos y éticos claros. Ya lo decía el educador Paulo Freire cuando se refiere a la cuestión de las disputas de poder dentro de la Educación: “Pero es en este sentido también que, tanto en el caso del proceso educativo como en el del acto político, una de las cuestiones fundamentales es la claridad, saber a favor de quien y de qué, y por lo tanto contra quién y contra qué, hacemos la educación y de a favor de quien y de qué, y por lo tanto contra quién y contra qué, desarrollamos la actividad política. Cuanto más alcanzamos esa claridad a través de la práctica, tanto más percibimos la imposibilidad de separar lo inseparable: la educación de la política. Entendemos entonces con facilidad que no es posible pensar siquiera la educación sin estar atento a la cuestión del poder. ” Freire, Paulo: La importancia de leer y el proceso de liberación. Siglo XXI. México, 1992.Pág. 110 Invitamos a todas las personas a manifestarse por una campaña que muestre la molestia por esta arremetida conservadora neoliberal. Esta campaña debe dejar en evidencia que este camino que ha tomado el gobierno y los/as militares, es parte de una estrategia que sólo busca lavar la imagen de quienes históricamente han violado los Derechos Humanos y validar esas acciones a través de mentiras y ocultamiento de la verdad. Invitamos a toda la sociedad a decir algo, a plantear su opinión, a manifestarse por diferentes medios y a dejar claro que son los y las docentes quienes deben trabajar en la formación de nuestros y nuestras jóvenes estudiantes. Porque el mandato social es claro: ¡Docentes a las aulas, militares a sus cuarteles! Colectivo Educar y Transformar Valparaíso, abril 2021