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EQUILIBRIO INFORMATIVO
Lunes 21 de noviembre de 2016
El ex campeón estatal se declara un enamorado de Caissa y subraya que el juego ciencia “es una actividad con grandes beneficios para la salud mental, destreza y agilidad”.
S
educido por Caissa, la diosa del ajedrez, Jorge Alberto Balam Díaz lleva 40 años impulsando esta disciplina entre niños, jóvenes y adultos yucatecos ya que, asegura, es una actividad con grandes beneficios para la salud mental, destreza y agilidad de la persona que lo practica.
obligaron a trabajar en un medio de información impreso, el Diario de Yucatán, donde hizo carrera.
Autodidacta, periodista, apasionado y conocedor del ajedrez, a sus 60 años ha seguido el ejemplo del pensador chino Confucio: “Elige un trabajo que te guste y nunca tendrás que trabajar ni un día en tu vida... ahora vivo del ajedrez. Lo considero justicia política”.
–Nos adentramos en la época de Bobby Fisher cuando hubo el boom mundial ante el match del siglo entre Fisher y Boris Spaski en 1972. Estaba en la Prepa 1 y todo mundo andaba con su tablero, era moda en todo el mundo.
En entrevista para Punto Medio compartió la afición que tiene por esa disciplina, misma que le ha dado satisfacción durante 40 años. Fue campeón estatal en 1979, ha sido jugador, organizador y cronista. Es su hobby, su vicio...
–Yo aprendí viendo cómo juegan. Luego cayó en mis manos un libro y lo iba siguiendo, ahí aprendí. En el 75 empecé a concurrir a la Facultad, había un club llamado Organización de Ajedrecistas Universitarios y ahí me aficioné mucho y desde ahí, todo ha sido... Caissa, la diosa del ajedrez, me encandiló, atrajo, subyugó.
Jorge Alberto nació el 1 de enero de 1956. Comenzó estudiando Derecho en la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady); sin embargo, las condiciones económicas lo
-¿Cómo es que se inicia en el ajedrez?
–Si en México hay un lugar con afición y cultura por el ajedrez, por la cultura ajedrecística, ése es Yucatán, la cuna de Carlos Torre Repetto. Ha sido el mejor ajedrecista mexicano de todos los tiempos y cada año se le honra con el torneo decembrino. Esta es la cuna de Carlos Torre y se da entre los yucatecos la facilidad por el ajedrez. –Se hacen torneos en diferentes municipios, cuando antes sólo se hacían en Mérida, lo que es algo inconcebible en los tiempos de Carlos Torre; era su sueño masificar el ajedrez. Hay por lo menos 15 municipios que cada año hacen un torneo abierto; Valladolid, Progreso... Se está avanzando mucho en la descentralización del ajedrez. Fisher decía: Mi pieza
favorita es con la que gano, estoy de acuerdo con él. Pero el peón es inspirador. Decía el inmortal Philidor que los peones son el alma del ajedrez.
A partir de 1978 inició su carrera como periodista y aprovechaba su tiempo libre para impulsar la actividad, y en 2011 decide poner una tienda especializada en el tema, ante la carencia de una que se dedicara a ese rubro. –Los yucatecos tenían que esperar un año para que se hiciera el torneo Carlos Torres y pudieran comprar un tablero, revistas, reloj del juego; era una necesidad imperiosa, pusimos la tienda y creo que hemos aportado un granito de arena a la difusión del ajedrez.
¿Por qué el ajedrez? –Nosotros estamos en campaña permanente contra las adicciones. Es triste ver cómo los niños y los jóvenes desconectan el cerebro para prenderse a una tableta, un celular, televisión… Queremos que los niños, jóvenes y adultos ejerciten sus neuronas, y el ajedrez es una herramienta invaluable. Están ejercitando sus neuronas a cada momento. En todo el mundo se ha buscado, sin encontrar, a un ajedrecista con mal de Alzheimer; no pasa, ya que este problema viene de la degeneración de las neuronas.
¿Qué le ha dejado? –El ajedrez me ha dejado muchas satisfacciones, el sólo hecho de ver cómo están jugando juntos papás, niños, niñas, abuelas, es algo único. El organizar juegos entre mamás cada año... hemos hecho torneos de abuelos, hay mucha afición. Al ajedrez es una disciplina, es incluyente; desde ciegos hasta sordos y personas en sillas de ruedas. –Es poético, es una estampa ver a un niño jugando con un abuelito. Ahí hay una convivencia intergeneracional.
¿En cuántos eventos ha participado? –Desde que entré cuando me coroné campeón del estado prácticamente se acabó el ajedrez para mí a nivel competitivo, por el trabajo. Ser periodista implicaba tiempo completo, pero he sido juez y he organizado algunos juegos. Según el tablero, ¿con qué pieza se identifica? –Fisher decía: Mi pieza favorita es con la que gano, estoy de acuerdo con él. Pero el peón es inspirador. Decía el inmortal Philidor que los peones son el alma del ajedrez. –Los peones, los humildes peones, son los que menos valen, un puntito, pero muchas veces son los que dan mate, y de la estructura de peones depende el desarrollo del juego. Son la infantería, son claves. El peón sería para mí la pieza favorita, es con la que me identifico. ¿El ajedrez podría ser comparado con la sociedad en la que se vive? –De hecho sí. Gari Kaspárov compara el ajedrez con la vida ¡porque así es!, el ajedrez es como la vida. El humilde peón puede llegar a convertirse en una poderosa torre, un caballo, incluso una dama que es la pieza más poderosa del tablero, comenzando desde un puntito. El ajedrez es la vida, muchos lo han visto así y así es. ¿Qué otra cosa le gusta? –Pasear a mis nietecitos, sobre todos cuando están con nosotros en la casa. Salir a cenar con mi esposa, lo normal de un pensionado. Yo soy un feliz pensionado.– Jesús Gómez