El circo teatro yucateco, abuelo de las modernas salas de cine

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LOCAL

Miércoles 7 de diciembre de 2016

H

a pasado un siglo desde el inicio de la cinemanía en Yucatán, cuando en 1897 iniciaron las reproducciones fílmicas en casas particulares, luego con la construcción de grandes salas y espacios para proyecciones, en la actualidad, las huellas de estos centros de diversión casi han desaparecido y la modernidad nos ofrece otro tipo de salas cinematográficas. Fueron seis décadas de importantes logros para los cines de la ciudad de Mérida, es posible establecer que el auge inició con la construcción del Circo Teatro Yucateco, en la segunda década del siglo pasado, fue el sitio desde donde las masas populares lograron enamorarse de los “westerns” estadounidenses, tras completar su ciclo el cine mudo en los años 30. Era una Mérida distinta, la población apenas superaba los 45 mil habitantes, la ciudad terminaba en los siete barrios, el más distante San Sebastían, el más cercano San Juan, pero al rededor de estos puntos se concentraba la mayor parte de la población citadina, de ahí la presencia de estos centros de entretenimiento popular. Es importante decir que la industria cinematográfica impulsó de manera decidida la apertura de las salas, con ello, el auge del cine

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EQUILIBRIO INFORMATIVO

mexicano con sus primeras e importantes figuras marcó la insistente necesidad de abrir más espacios para la población, los éxitos de taquilla fueron compartidos, a Yucatán llegaba, no solo cine estadounidense, sino francés, cubano, italiano, español y desde luego los filmes mexicanos donde ya despuntaban importantes actores, entre ellos varios yucatecos como Arturo de Cordoba, Víctor Alcocer Gómez, Irma Dorantes, Ramiro Gamboa, “El Tío Gamboín”, Alfonso Iturralde, Rubén Cepeda Novelo y Daniel, Mario y Fernando Herrera Bates. El primer gran cine formal fue construido en 1935 en la calle 60, a unos pasos del Palacio de Gobierno, bautizado con el nombre de Cinema Principal, unos pasos más adelante y por el impulso popular se inauguró en 1939 el Cinema Cantarell, de manera inmediata, 1940 el Cinema Fantasio, que inicialmente fue teatro, pero muy poco tiempo después dejó temporalmente las funciones teatrales para dedicarse a las proyecciones cinematográficas. Según refieren las fuentes de información obtenidas, la Enciclopedia Yucatanense y la Enciclopedia Yucatán en el Tiempo, fueron en esos años cuando de manera ininterrumpida se abrieron otros espacios en los suburbios de la ciudad, inicialmente el Cine Alcazar 1941, en el barrio de La Mejorada, meses después en Santiago abrió el Cine Rialto, que se quemó en dos ocasiones 1948 y 1961 y cerró definitivamente. Ahí también en los años 40, inició

funciones el Cine Teatro Colonial, en la esquina de la calle 62 con 57, con hecho de madera con gradería y butacas reclinables, el Nuevo Cine Novedades, ubicado a unos pasos del Palacio de Gobierno, hoy Pasaje Picheta: También en esa década apareció el Cine Rex, en el populoso barrio de Santiago.

Es importante decir, que desde principios de siglo el teatro José Peón Contreras también ofreció funciones cinematográficas, incluso en los años 60 cuando fue abandonado por su dueño y sin mantenimiento, mantuvo sus puertas abiertas como cinema y ocasionalmente era rentado para eventos, hasta que fue vendido al gobierno del estado en los años 70 para dar paso a un nuevo tiempo de espectáculos. Ahí, en ese foro se estrenó una de las películas más célebres de Pedro Infante: “A Toda Máquina”, también en esa misma sala vio su primera presentación “Los Condenados no Lloran” Joan Crawford y David Bryan. En ese mismo espacio se estrenó “Cárcel de Mujeres” con dos bellezas de la época: Sarita Montiel -cuyo verdadero nombre es María Antonia Abad - y Miroslava.

También en esa misma década abrió el cine Apolo, y el Cinema Encanto, el Cinema Esmeralda en el parque de San Cristóbal, el Cinema San Juan, en la misma calle 60 y calle 69 donde hoy se encuentra una tienda de conveniencia y una escuela particular. Fueron tiempos muy productivos de la sociedad, Mérida como los municipios más importantes del estado también tuvieron espacios recreativos, así se construyeron el Cine Motul, el Cine Dogre, en Maxcanú, el Uxmal, el Principal y el Variedades en el Puerto de Progreso. En 1949 se concluyó el Teatro Cine Mérida, quizá el más moderno, amplio y arquitectónicamente terminado, con una fuerte presencia de Artdeco en su estructura y presentación, el ciclorama más grande de la península, solo superado por el cine Uxmal de Progreso que media más de 70 metros de largo y con una capacidad de 450 butacas.

cinefilos

Fue el cine Mérida el más avanzado de su tiempo, cuando se instaló el sistema technicolor y se estrenó , “Hasta el Último Hombre” con Richard Widmark, logrando grandes taquillas y los éxitos “Ben Hur”, “La Biblia” y otros éxitos de Hollywood que marcaron un tiempo para los yucatecos.

En pleno auge del movimiento cinematográfico mexicano, se construye e inaugura en los años 60 el Cine Aladino, en la calle 60 y 65, donde estaba la famosa esquina de “El Candado”, en ese mismo tiempo abre sus puertas también, el Cine

Maya, en la colonia Alemán, pocos años después inició funciones el Cine Pedro Infante, en la calle 95 y 62 muy cerca del sitio donde falleció el malogrado actor sinaloense. En el periodo de los años 60 y 70 se construyen los cuatro últimos cines que funcionaron en Mérida, el Olimpia Vistarama, el primero con aire acondicionado, ubicado en la calle 60 entre 57 y 55 y el Cinema 59, a unos pasos del parque de Santiago, sobre la calle 59 y 68, hoy convertido en un centro de culto religioso, el cinema Colón, en la avenida Reforma y Colón, esquina de “los tres ladrones” y el cinema Cordemex. Fueron los tiempos de las grandes películas, del cine a color con sonido mas envolvente, en 1966 se estrena en el cine Mérida la superproducción “Quo Vadis” con Robert Taylor, así como al primer agente 007 Sean Connery en “007 contra Goldfringer”. Sin embargo el cine mexicano seguía teniendo un gran público que asistía a los llamados de Antonio Aguilar y Ana Berta Lepe en “Alazán y Enamorado”, de Clavillazo y Ana Luisa Pelufo en “Pobres Millonarios” y de Adalberto Martínez “Resortes” en “Viva la Juventud”, entre otros. Los cinemas meridanos marcaron su tiempo y auge hasta los años 90, con el final del siglo y el crecimiento de la capital yucateca nacieron nuevos espacios y la demanda de sitios más cómodos, accesibles, por el estacionamiento, los precios más competitivos y con las primeras plazas comerciales también aparecieron los multicinemas, uno de los primeros fue en Plaza Dorada, al poniente de la ciudad. como todo en su momento, las cosas siempre fueron en aumento, hasta los años 50 las entradas a los cines era económico, las entradas variaban dependiendo del sitio, en las colonias era mas barato, los cines como el Rex, el Esmeralda o el San Juan podían costar 1 peso la entrada, en cambio, en el cine Mérida la luneta costaba $2.50, balcón $2.00 y niños $1.00. Las familias, los novios y

los chaperones en los años cincuenta tenían más opciones para después del cine. ya se habían abierto nuevos restaurantes y “neverías” en la ciudad. En aquellos tiempos, los estudiantes pagaban la mitad de la entrada, la credencial de estudiante permitía que a los horarios vespertinos el costo era de 1.25, esfuerzo que siempre se hacia para ver una película mientras los asistentes practicaban y se iniciaban como fumadores y la sala era una nube completa de humo de cigarro. Para finales del siglo XX, la mayor parte de las salas habían cerrado, la mayor parte sucumbió ante la modernidad, algunas veces era el espacio de estacionamiento, otras más era la distancia, además el crecimiento, pero también fue que eran espacios muy grandes y caros por la energía eléctrica de consumo y las pocas ventas en entradas. Hoy la mayor parte de estos sitios han desaparecido, son estacionamientos, centros de negocios, plazas comerciales o solamente sitios abandonados, en el recuerdo de los miles de meridanos están estos centros de entretenimiento que hoy han pasado a ser solo sitios de recuerdos.


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