24
25
EQUILIBRIO INFORMATIVO
Martes 20 de junio de 2017
Explicó que la figura del maestro que viajaba a las comunidades era bien vista, incluso, respetada y ayudada. -Te veían caminar en la comunidad o el municipio y la gente tenía un respeto hacia la figura. Las señoras y señores te daban los buenos días y te preguntaban si ya comiste, dónde te hospedabas. Teníamos la figura de maestro, pero éramos estudiantes, íbamos a hacer nuestro servicio. Desde entonces ahí empecé a agarrar el cariño a la educación-. En la actualidad, dijo, esta empatía se ha ido perdiendo ante el desinterés de los propios normalistas. “Ya no quieren quedarse en las comunidades, prefieren viajar todos los días o simplemente, no van”. Comentó que su padre, quien ya falleció, fue taxista y quería que sus hijos, él incluido, se dedicaran al oficio, “y me negué”. -En una ocasión me dijo: ¡te vas a arrepentir! Esa carrera de maestro no te servirá para nada. Sólo lo escuché y gracias a dios tengo 34 años de servicio y ya pronto termino mi periodo como dirigente y me jubilo. Pero sí, me ha gustado la educación -subrayó. Mientras platicaba con el reportero, se refirió a los recuerdos que venían a su mente, como fue la formación que tuvo de sus maestros, el cariño que le tiene a la educación y el respeto a los administrativos. Durante sus años de servicio fungió como personal administrativo por lo que conoce el trabajo de oficina, “agarrar una máquina, en eso no había computadoras. Era una máquina grande que se atoraba y si no terminabas, el director, quien era muy fuerte, te decía que no te podías ir si no acababas el oficio”. -Salíamos a las 7:45 y a las 7:20 me pedía un oficio para que me quedara, pero llegó el momento que cuando me pedía algo lo entregaba rápido para poder salir.
Rigoberto Cervantes recuerda cuando la figura del maestro era muy respetada en las comunidades rurales. También rememora los tiempos en los que no existían las computadoras. “Sabrosas” carnes de culebra o de iguana.
Tras ser administrativo trabajó como prefecto cinco años, actividad que le dio la oportunidad, más tarde, de cambiar su clave a maestro.
El dirigente magisterial compartió que desde joven la política fue parte de su vida.
“
El primer día que llegué a mis prácticas vi a la maestra con su cara de enojada, diciéndole a los niños que se callen, que se sienten… mientras, estaba parado bien vestidito con mi corbata y me dije: ¡Chin…! ¿Ahora qué voy hacer con 40 niños”? fue la pregunta que se hizo el secretario general del Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación (Setey), Rigoberto Cervantes Romero, en sus inicios, misma que marcó su formación como docente.
ría jugo, me costaba 12, y cuando nos empezaban a explicar que era obligación del gobierno ver por los niños y ver que estén bien alimentado y le decía que en la primaria el desayuno no era gratuito como mencionaban”.
Durante más de una hora el líder de este organismo sindical platicó para Punto Medio. En este encuentro, compartió algunas de sus experiencias, así como adversidades que marcaron su vida profesional.
-Era tan inquieto que en una clase de segundo año en un experimento que se hizo, el maestro me decía que tenía que tener cuidado con el limón; no mezcles, ve cómo manejas el limón, me decía. Pero si ya nos dijo lo del limón, ¿qué efecto tiene? y de ocioso le ponía más gotas de lo normal hasta que estalló y de ahí el miedo -sonríe.
Cervantes Romero nació en el municipio de Mérida el 28 de marzo de 1962. Su infancia la vivió como cualquier niño, donde las travesuras no se hacían esperar en el día a día. Inició sus estudios en la escuela primaria Libertad Menéndez para luego entrar a la escuela Normal. Compartió que desde joven la política fue parte de su vida, producto de esa inquietud que generaba estudiar ciencias sociales. -Tenía unos maestros con los que tuve dificultades, por lo mismo, porque era muy inquieto. Les preguntaba por qué respetar algunas cosas o por qué nos deberían de dar o por qué no nos daban. Recordó que cuando estudiaba la primaria su abuelita le daba 25 centavos para comprar su desayuno. “Me costaba 10 centavos y si que-
-Si es gratuito no se debe pedir nada... siempre me ponía a debatir con los maestros y no sólo en temas sociales sino en todas las materias, sobre todo en naturales.
Su comportamiento cambió al llegar a la Normal. -Empecé con mis prácticas y lógico, ya no eres aquel chavo que decía vamos a la esquina, vamos a jugar fútbol o hacer desastre. No, ya es otra cosa. Te comienzas a formar, tienes que ir bien vestidito a la escuela. -El primer día que llegué a mis prácticas vi a la maestra con su cara de enojada diciéndole a los niños que se callen, que se sienten… mientras, estaba parado bien vestidito con mi corbata y me dije: ¡Chin…! ¿Ahora, qué voy hacer con 40 niños? Lo bonito es el recibimiento, escuchar el clásico ‘Buenos días maestro’. -Y ya, empiezas a madurar y a ver que es otra cosa a lo que estás acostumbrado, a lo que es la vida. Ya ves responsabilidad en todo, a preparar tus clases, a tener mucho cuidado en la manera de expresarse, en el comportamiento...-.
-Siempre nos invitaban a que vayamos preparándonos para que subamos de categoría. Ahorita me da mucha pena ver a los intendentes y administrativos que estudian sus normales y no podemos ayudarlos. Es algo injusto que en ocasiones no podamos apoyar a esta gente que ya hizo un gasto. Tras pasar por la prefectura, Cervantes Romero obtuvo unas horas donde el encuentro con los alumnos también le dejaron una enseñanza. -Había empezado el auge de las computadoras, eran grandotas (mostró con sus manos), y entraba a la clase y un niño siempre me preguntaba el tema que se iba a ver, y le decía y de inmediato empezaba a explicar. Me preguntaba de dónde conocía tanto. Ya luego su hermana me dijo que se metía a la computadora y de ahí veía el programa. -He de confesar que era uno de los que decía: si ya tengo el programa que me sirvió este año, al siguiente igual me servirá, para qué hago otro. Y ahí me di cuenta que no, tenía que meterme investigar para ir actualizando nuevas cosas y que los niños lo vayan captando-. Pero no sólo tuvo encuentros con los pequeños estudiantes, también con sus compañeros de trabajo, quienes muchas veces le metieron el pie para no llevar a cabo con éxito su trabajo. -Cuando llegué como subdirector querían sacarme de la escuela porque ya había sido prefecto y llego con este cargo y todos decían que no podía ser, porque cuando era prefecto era malo con ellos. Entonces, lo que hice fue trabajar con los que sí me apoyaban, 12 de una plantilla superior a los 70 docentes. -He pasado por una infinidad de escuelas dónde como director he dejado un recuerdo. En Hunucmá hice baños que no habían, hice salones; en Acanceh construimos un salón, hice un teatro, esto último con la participación de los empresarios.
Fueron tantos los relatos que compartió al reportero de este medio informativo que faltarían páginas para plasmarlas, como aquella ocasión cuando comió carne de culebra, la cual dice “está rica”, o ese momento donde probó por primera vez la carne de iguana en unos panuchos. Son experiencias que sólo una persona que vive al interior de las comunidades rurales podrá dar cuenta de ello. El 1 de julio toma posesión el próximo dirigente del sindicato, por lo que Cervantes Romero buscará otras vivencias, como estudiar la carrera de abogado, profesión que siempre le llamó la atención.-Jesus Gomez