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ASESINO EN SERIE EL PRIMER de austin en un siglo

Por Mario Tapia / Reporte Austin

El teléfono principal de la línea de Homicidios de Austin sonó el pasado 24 mayo del 2023. El Departamento de Policía ha estado con las manos llenas, aún y a pesar de que Austin sigue siendo una de las ciudades más seguras del país. Sin embargo, el aumento de crimen que ha ocurrido en todo el país en los últimos años, también ha contagiado a la capital de Texas. Eso, aunado con el hecho de que la policía se ha visto diez- mada por un alza en el número de vacantes que ha sido complicado llenar, nos lleva a suponer que la oficina en donde sonó ese teléfono estaba llena de personas concentradas en hacer el trabajo pesado de investigar asesinatos. Pero el teléfono sonaba y había que responder. El Detective Patrick Reed contestó y escuchó una voz al otro lado de la línea. “Mi nombre es Raúl Meza y ustedes me están buscando”.

Cuatro días antes de realizar esa llamada, el 20 de mayo, la policía de Pflugerville recibió una llamada para acudir a una residencia luego de un disturbio. Al llegar al lugar, encontraron a Jesse Fraga, de 80 años de edad, sin vida. Fraga había sido estrangulado con un cinturón, acuchillado varias veces y su columna vertebral estaba rota. De inmediato, las autoridades empezaron a buscar a la única persona con la que la víctima compartía la residencia: Raúl Meza Jr., de 62 años de edad.

Meza tenía ya un complicado historial criminal que inició a los 15 años de edad, cuando en 1975 entró a una tienda al sur de Austin para asaltarla. Durante el atraco, obligó a que la cajera Derly Ramírez se arrodillara, dio dos pasos hacia atrás y le disparó en la espalda. La mujer sobrevivió al ataque. Meza fue arrestado y sentenciado a 20 años de cárcel, de los cuales sólo cumplió 4 y fue sacado en libertad condicional.

Estaba todavía cumpliendo ese proceso de libertad condicional cuando, en 1982, Kendra Page andaba en su bicicleta cerca de su primaria. Tenía 8 años de edad cuando fue atacada y abusada sexualmente por Meza. Su cuerpo fue encontrado cerca de un basurero.

Por ese crimen, los jueces y sus abogados defensores lograron un acuerdo para sentenciarlo a 30 años de prisión sin necesidad de ir a juicio. Las autoridades dijeron que lo habían hecho así -el no ir a juicio-, pues las pruebas de su culpa- bilidad no eran muy fuertes y preferían al menos así lograr que estuviera encerrado. Los abogados defensores, por su parte, señalaron que por la gravedad del crimen, había sido favorable la sentencia para su cliente.

Pero el sistema de justicia defraudó a las víctimas y 11 años después, Meza fue puesto en libertad condicional. El hombre incumplió parte de esa libertad condicional y gracias a eso fue detenido de nuevo. En 2002, 20 años después de su horrendo crimen, fue enviado a una casa de readaptación social en Del Valle, en donde estuvo vigilado hasta el 2016. Ocho años después realizó esa llamada para confesar el asesinato de Fraga.

No hay todavía mucha información acerca de lo que ocurrió en esos cuatro días desde que asesinó al que lo había invitado a vivir en su casa y cuando llamó a la policía. Lo que se sabe por hecho es que se robó la camioneta de Fraga y se hospedó en un motel por la Interestatal 35. La suposición es que comenzó a quedarse sin dinero y prefirió entregarse.

Lo que nadie se explica es por qué, durante la llamada a las autoridades, Meza además confesó ser el autor de otro asesinato, este ocurrido en el 2019. Gloria Lofton, de 66 años de edad, fue encontrada sin vida en su residencia. El caso no avanzó y quedó en suspenso todos estos años. Meza explicó que había sido vecino de ella por un tiempo hasta el día en que la estranguló. De acuerdo con algunas fuentes, el hombre dijo haberlo hecho por dinero que le iba a pagar un sobrino de la víctima, pero la víctima no tenía sobrinos.

En la conferencia de prensa que dieron las autoridades para informar sobre su detención, los detectives fueron claros en señalar que Raúl Meza Jr. es un asesino en serie. Tras la revisión de su historial, los investigadores han reabierto entre 10 y 12 casos de asesinatos que habían permanecido inconclusos y que se acercan al “modus operandi” del detenido. De esos, al menos 2 pudieron haber ocurrido en San Antonio y todos sucedieron después de que fue liberado de la casa de rehabilitación.

Meza es un asesino en serie extraño. Sus víctimas conocidas han sido distintas, sus motivos diferentes, su entrega a la policía irracional. Su historia muestra las deficiencias del sistema de justicia, aunque algunas de las leyes que aprovechó ya no están vigentes en la actualidad.

En 1885, ocho mujeres fueron asesinadas en Austin. El asesino nunca fue encontrado o identificado. Más de un siglo después, Meza está tras las rejas. Su historia ha sido tan mediática que, en esta ocasión, es muy posible que su “suerte” se haya acabado y pase el resto de sus días en prisión.

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