LOS ESTUDIANTES COMO PROYECTILES OMAR GARFIO
E
l ISAD como institución educativa, al menos desde la óptica de quien esto escribe, se aprecia mejor como un ente cambiante, orgánico. Es más que un conjunto de aulas visitadas cotidianamente; más que un espacio determinado o un lugar geográficamente estático. Lo defino así por las personas que ahí hacen Escuela, en el sentido más filosófico del término y así, con mayúscula, pues al ser parte del entorno creativo inmediato en la ciudad de Chihuahua, quienes somos parte del ISAD nos apropiamos de tendencias e irremediablemente –como consecuencia– de la vocación y el aprendizaje. Algo aportamos a las propias tendencias del Diseño y la Arquitectura. No sobra decir que algunas son más bien impropias pero esa temática es para otro texto. Sin embargo, el producto más importante de cualquier Escuela son sus exponentes,
que en el caso del ISAD los protagonistas de dicha producción son los estudiantes y en consecuencia su impacto en la sociedad. Soy parte del cuerpo docente del ISAD desde el 2008; de ahí que he recibido una enorme cantidad de razones por las cuales los estudiantes optan por el ISAD para hacerla su Alma Máter. Pero algo queda claro: independientemente de sus estudios, las generaciones contemporáneas de estudiantes gustan de viajar, de ese fenómeno globalizador que desde los 2000 tempranos estalló haciendo mella en las afinidades y prioridades de los jóvenes. Y si bien los estudios universitarios siguen siendo parte importante de una realización personal y profesional, para las generaciones recientes es en buena medida una prioridad viajar antes que hacerse de un patrimonio o incluso de una relación sentimental. 161
