MI EXPERIENCIA EN LA DOCENCIA RODOLFO RIVERA OCHOA
A
gradezco la oportunidad que se me brinda para compartir con quienes son tan amables de leer las vivencias que he tenido en todos estos años como docente, desde la creación del ISAD. Aunque de manera muy breve, no puedo dejar de mencionar los antecedentes que me llevaron a estar aquí, en este momento, con mi responsabilidad en la enseñanza. Terminé mi preparación profesional con muchas limitantes en el dibujo, ya que no me sentía con la suficiente motivación para dar más de mí, independientemente de la falta de interés, ya que no puse nada de mi parte para superarlas. Afortunadamente después de trabajar en el CAPFCE, empresa responsable de la construcción de espacios educativos, el dibujar constantemente me permitió dejar atrás mis deficiencias. Mi primer acercamiento con la docencia fue suplir una incapacidad en un Colegio de Bachilleres, en donde
impartí la clase de Dibujo Técnico durante seis meses. Sin embargo los resultados no fueron halagadores pues me resultó una verdadera odisea multiplicarme para atender a 56 estudiantes. Más tarde, cuando estaba a punto de concluir definitivamente mis actividades laborales de toda la vida, recibí una invitación por parte de la Escuela de Arquitectura para impartir la materia de Dibujo; se trataba de trabajar con un grupo de primero y a pesar de no contar con un programa de actividades, tuve la libertad de ofrecerles una gran variedad de temas que consideré podrían ser de utilidad. El horario vespertino me permitió atender sin problema mi clase, siendo este mi verdadero inicio como docente para después aceptar el siguiente curso. Empecé el nuevo periodo con gusto y con la seguridad que me dio la experiencia adquirida en el ciclo anterior. Fue durante este proceso 21