La
OTAN en siglo XXI
Índice 4-5
La respuesta ante las nuevas amenazas contra la seguridad
6-7
Los origenes de la Alianza
8-9
Tras el fin de la guerra fría
10-11
¿Cómo funciona la OTAN?
12-13
Instaurar la seguridad a través de asociaciones
14-15
La ampliación de la OTAN
16-17
La OTAN en los Balcanes
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Otras actividades de la OTAN
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El vínculo trasatlántico
20-21
La transformación de la Alianza
22-23
Hacia el futuro
La
Alianza atlántica La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) encarna el vínculo trasatlántico que une a Europa y América del Norte en una alianza común de defensa y seguridad. El objetivo fundamental y permanente de la OTAN, tal y como se establece en el Tratado de Washington, consiste en garantizar la libertad y seguridad de todos sus miembros mediante el empleo de medios políticos y militares. Para ello la OTAN ha velado desde su creación en 1949 por la defensa colectiva de todos sus miembros. También actuó como un importante foro para la realización de consultas sobre aquellos asuntos relacionados con la seguridad de interés para todos sus miembros y como pilar fundamental de la paz y estabilidad en la zona euroatlántica. Tras la postguerra fría la Alianza se hizo cargo de nuevas misiones esenciales, como la creación de asociaciones de seguridad con democracias de toda Europa, del Cáucaso e incluso de Asia Central. Y ante los cambios producidos en el entorno de seguridad mundial ha tenido que asumir responsabilidades adicionales, como la de hacer frente tanto a la inestabilidad provocada por los conflictos regionales y étnicos en Europa como a las amenazas producidas en el exterior de la zona euroatlántica. Actualmente la Alianza participa en una amplia y creciente gama de actividades destinadas a promover la cooperación con Rusia, Ucrania y otros países no miembros de la OTAN y a hacer frente a los nuevos retos de seguridad del siglo XXI tales como el terrorismo internacional y la proliferación de armas de destrucción masiva. Para seguir siendo eficaz en la defensa y fomento de la seguridad en el marco de un nuevo y fluido entorno, la Alianza se ha comprometido a llevar a cabo una transformación que afecta a todos los asuntos pendientes de su agenda, y que aportará nuevas misiones, nuevos miembros, nuevas capacidades, nuevas formas de asociación y de hacer las cosas.
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respuesta amenazas seguridad La
ante las nuevas contra la
Los ataques terroristas contra Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001 – en los que pasajeros de líneas aéreas fueron utilizados como armas de destrucción masiva – puso en evidencia los cambios sufridos por el entorno de seguridad desde el final de la guerra fría así como la vulnerabilidad de la sociedad moderna ante las nuevas amenazas. En respuesta a los atentados los Aliados invocaron el Artículo 5 del Tratado de Washington, la cláusula de defensa colectiva de la OTAN, proporcionando apoyo político y material a Estados Unidos en aquellos momentos críticos. Además, desde entonces los Aliados han ayudado a Estados Unidos en su respuesta frente a los ataques terroristas y adoptaron diversas medidas destinadas a mejorar la capacidad de la Alianza para enfrentarse a la amenaza que supone el terrorismo internacional.
Aunque los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 supusieron un duro golpe para la Alianza, la OTAN había empezado varios años antes a modificar su sistema de trabajo para enfrentarse al cambiante entorno de seguridad. En 1999 los Aliados aprobaron un nuevo Concepto Estratégico. Dicho documento, que establece las amenazas contra la seguridad a las que debe enfrentarse la Alianza y la forma de abordarlas, describía riesgos “multidireccionales y a menudo difíciles de predecir” y dedicaba especial atención a la amenaza que representa la proliferación de armas de destrucción masiva y sus sistemas de lanzamiento. También dejaba claro que la seguridad de la Alianza podría verse amenazada por riesgos de muy diferente naturaleza como los actos de terrorismo, sabotaje y crimen organizado así como la interrupción del abastecimiento de recursos esenciales. Para hacer frente a estas amenazas la Alianza adoptó una serie de iniciativas destinadas a mejorar sus capacidades militares y potenciar la cooperación entre sus miembros y con los países Socios y otras organizaciones internacionales. Entre éstas estaba la Iniciativa sobre Capacidades de Defensa, un programa de alto nivel iniciado en 1999 para actualizar las capacidades militares y adaptarlas al nuevo entorno de seguridad, la creación en el año 2000 de un Centro de WMD (Armas de Destrucción Masiva) en el que los Aliados pudieran compartir información sobre la amenaza que suponen las armas de destrucción masiva y la coordinación de las respuestas más adecuadas frente a ellas. También se decidió desarrollar una Identidad Europea de Seguridad y Defensa en el seno Respuesta frente a los ataques químicos
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paz como la Fuerza Internacional de Apoyo a la Seguridad (ISAF), en Kabul. Además, a petición de varios países miembros que tomaban parte activa en esta misión y para darle continuidad, la OTAN ha asumido la dirección de la ISAF y está estudiando la posibilidad de realizar otras operaciones similares fuera de la zona euroatlántica.
Reunión del Consejo del Atlántico Norte durante la Cumbre de Praga
de la Alianza que permitiese a los miembros europeos de la OTAN asumir mayores responsabilidades en el campo de la seguridad y la defensa. Los ataques terroristas del 11 de septiembre hicieron que estos esfuerzos fueran más urgentes. Desde entonces la OTAN se enfrascó en una revisión global de sus actividades y métodos de trabajo que culminó en un paquete de reformas, iniciativas y programas aprobados por los líderes de la Alianza en la Cumbre de Praga de noviembre de 2002. Al mismo tiempo un total de catorce Aliados desplegaron fuerzas en Afganistán en apoyo de las operaciones dirigidas por Estados Unidos contra Al Qaeda, el grupo terrorista responsable de los ataques del 11 de Septiembre y contra los talibanes, el régimen que acogía al grupo, así como en las posteriores misiones de mantenimiento de la
Aunque en algunos momentos los miembros de la OTAN han discrepado sobre la forma más apropiada de responder a las nuevas amenazas contra la seguridad, todos ellos reconocen que tales amenazas pueden originarse fuera de la zona euroatlántica y que no pueden ser resueltas por una organización que actúe en solitario ni utilizando estructuras defensivas diseñadas para enfrentarse a conflictos militares convencionales. Además de trabajar con otras organizaciones con experiencia y capacidad, la Alianza debe adaptarse para enfrentar nuevos retos diferentes a los anteriores. Por eso la OTAN ha pasado de ser una alianza definida por determinados límites geográficos a otra que reconoce que las amenazas contra la seguridad no están delimitadas por su localización física ni por su previsibilidad y que está preparada para hacerles frente dónde y cuándo se produzcan. Además, para conseguir un entorno más seguro, la OTAN está estrechando sus relaciones con otras organizaciones internacionales como la Unión Europea, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, las Naciones Unidas e incluso la Organización Mundial de la Salud, y con otros países que no son miembros de la Alianza, entre los que se incluyen Rusia, Ucrania y los países Socios de la zona euroatlántica y de la región mediterránea.
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Los orígenes Alianza de la
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Finalizada la segunda guerra mundial, las dos Europas se encontraron separadas por la división ideológica y política de la guerra fría. Europa Oriental cayó bajo la dominación de la Unión Soviética. En 1949, 12 países de los dos lados del Atlántico crearon la Organización del Tratado del Atlántico Norte con el objeto de hacer frente al riesgo de una eventual extensión a otras partes del continente del control ejercido por la Unión Soviética sobre la Europa del Este. Entre 1947 y 1952 el Plan Marshall proporcionó los medios para estabilizar las economías de Europa Occidental. En su calidad de Alianza política y militar la función de la OTAN consistió en garantizar la defensa colectiva contra toda forma de agresión y mantener un entorno seguro que permitiera el desarrollo de la democracia y el crecimiento económico. Según el entonces presidente estadounidense, Harry S.Truman, el Plan Marshall y la OTAN constituían “las dos caras de una misma moneda". Los miembros fundadores de la OTAN - Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Holanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Portugal y Reino Unido - se comprometieron a defenderse mutuamente en caso de agresión militar contra uno cualquiera de ellos. Al vincular a América del Norte con la defensa de Europa Occidental, la Alianza demostraba que toda tentativa de coacción política y militar dirigida contra Europa Occidental estaba abocada al fracaso. Al mismo tiempo constituía la garantía de que las
Una Europa dividida Misiles de la guerra fría
políticas de defensa nacional irían convergiendo gradualmente, ganando en integración e interdependencia. A comienzos de la década de los 50 la evolución de la situación internacional, que desembocó en el estallido de la guerra de Corea, pareció confirmar los temores de Occidente respecto a las ansias expansionistas de la Unión Soviética. Ello llevó a los miembros de la OTAN a redoblar sus esfuerzos para crear las estructuras militares necesarias para potenciar su compromiso en materia de defensa común. La presencia de tropas estadounidenses en suelo europeo, solicitada por los gobiernos europeos, contribuyó a disuadir a la Unión Soviética de la idea de que una agresión podía tener éxito. Además, con el paso de los años nuevos Estados miembros fueron incorporándose a la Alianza: Grecia y Turquía en 1952, la República Federal de Alemania tres años después y España en 1982. Gracias a la Alianza, Europa Occidental y América del Norte han podido defender conjuntamente su independencia y alcanzar además un nivel de estabilidad sin precedentes. Por otra parte, la seguridad garantizada por la OTAN fue descrita como “un balón de oxígeno para la prosperidad” y sentó las bases de la cooperación y la integración económicas del continente. También ayudó a poner fin a la guerra fría y a la división de Europa a principios de la década de los 90.
Reunión del Consejo del Atlántico Norte en París Firma del Tratado de Washington
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fin guerra fría
Tras el de la
Durante la guerra fría, la función y los objetivos de la OTAN estaban claramente definidos en razón de la amenaza que representaba la Unión Soviética. A principios de la década de los noventa el Pacto de Varsovia se había disuelto ante la insistencia de los recién liberados países de la Europa del Este y la Unión Soviética se había disgregado. Ante la desaparición de sus adversarios tradicionales, algunos observadores creyeron que la OTAN no tenía ya razón de ser y que el gasto y las inversiones en el sector de la defensa y de las fuerzas armadas se iban a reducir de forma espectacular. A raíz de la desintegración de la Unión Soviética, muchos Estados miembros de la OTAN redujeron considerablemente sus gastos de defensa – hasta un 25% en algunos casos. Pero las esperanzas de obtener beneficios aún mayores de una época de paz demostraron ser excesivamente optimistas. Pronto quedó claro que si bien el final de la guerra fría había eliminado la amenaza de una invasión militar, también había aumentado la inestabilidad en varias regiones de Europa. Estallaron diversos conflictos regionales en la ex Yugoslavia y en diferentes partes de la antigua Unión Soviética, a menudo provocados por tensiones étnicas y que amenazaban con seguir extendiéndose. Los países miembros de la OTAN llegaron rápidamente a la conclusión de que el compromiso de defensa colectiva y cooperación adquirido en el marco de la Alianza seguía constituyendo la mejor garantía para su seguridad.
La caída del muro de Berlín
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Además, aún habiendo desaparecido la eventualidad de una invasión militar hacían falta nuevas formas de cooperación militar y política para preservar la paz y la estabilidad en Europa y evitar la escalada de conflictos regionales surgidos tras la guerra fría. Y debían acometerse importantes reformas internas para adaptar las estructuras y las capacidades militares a nuevas tareas como la gestión de crisis y las operaciones de mantenimiento y apoyo de la paz, que se añadían a la función fundamental de defensa colectiva que debían seguir desempeñando. Ante los nuevos retos de seguridad la OTAN ha ido evolucionando desde una Alianza unida firmemente en su función principal de defensa colectiva hasta convertirse en el centro de una asociación de naciones que cooperan estrechamente en todos los aspectos de la seguridad.
Supervisión de un conflicto regional El entonces Secretario General de la OTAN Manfred Wörner reunido con el Presidente soviético Mikhail Gorbachev
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funciona la OTAN?
¿Cómo
Una de las claves de la pervivencia de la Alianza reside en su proceso para la toma de decisiones basado en el consenso. Todas las decisiones deben ser aprobadas por unanimidad. Eso implica que a menudo se necesiten largas consultas e intercambios de puntos de vista antes de adoptar una decisión importante. Aunque visto desde fuera este sistema puede parecer lento y complicado, no es menos cierto que presenta dos ventajas importantes. En primer lugar, se respeta la soberanía y la independencia de cada Estado miembro. En segundo lugar, la decisión finalmente adoptada cuenta con el apoyo total del conjunto de los estados miembros y con su compromiso de llevarla a cabo. El órgano de decisión más importante en el seno de la Alianza es el Consejo del Atlántico Norte, donde los Estados miembros están representados por un Representante Permanente con rango de Embajador y que cuenta con el apoyo de una Delegación Nacional compuesta por per Preparativos para el despegue Sesión del Consejo del Atlántico Norte
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sonal diplomático y asesores expertos en defensa. El Consejo se reúne al nivel de Embajadores al menos una vez por semana y con mayor frecuencia si es necesario. También mantiene reuniones periódicas a nivel de Ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa y en ocasiones también a nivel de Jefes de Estado y de Gobierno. La responsabilidad de dirigir la OTAN recae sobre un Secretario General nombrado para un mandato de unos cuatro años. El Secretario General es siempre un estadista de prestigio internacional proveniente de uno de los Estados miembros de la Alianza. Preside las reuniones del Consejo del Atlántico Norte y de otros importantes organismos de la OTAN y contribuye a la creación del consenso entre los Estados miembros. Para la gestión de las actividades cotidianas de la Alianza cuenta con el apoyo de un Secretariado Internacional compuesto de unos 1.700 funcionarios y expertos de todos los países de la OTAN. LA OTAN no dispone de fuerzas armadas propias. La mayor parte de las fuerzas puestas a su disposición siguen estando enteramente bajo mando y control nacionales hasta que los Estados miembros les asignan tareas que van desde la defensa colectiva a las nuevas misiones como el mantenimiento y apoyo a la paz. Las estructuras políticas y militares de la OTAN proporcionan la planificación necesaria para que las fuerzas nacionales puedan llevar a cabo dichas tareas, así como establecer las disposiciones organizativas necesarias para las actividades conjuntas de mando, control, formación y maniobras.
Construyendo puentes Un piloto español
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Instaurar la seguridad asociaciones a través de
Muchos de los problemas que condujeron a la división de Europa durante la guerra fría se debían a los antagonismos ideológicos, políticos y militares que enfrentaban al Este y al Oeste. Tras los cambios espectaculares que pusieron fin a la guerra fría la OTAN emprendió una serie de iniciativas destinadas a reforzar la seguridad y la estabilidad mediante la creación de instituciones a favor del diálogo, el fomento de la confianza y la cooperación con los antiguos adversarios, al igual que con el resto de los Estados europeos y los países vecinos de toda la región mediterránea. Una de las primeras medidas adoptadas en ese sentido fue la creación en 1991 del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte, posteriormente redenominado Consejo de Asociación Euroatlántico, que se ha convertido en el principal foro de la región euroatlántica para consultas y cooperación entre la OTAN y los Estados no miembros de la misma. En 1994 la OTAN lanzó una iniciativa denominada Asociación para la Paz. Se trata de un programa concebido para ayudar a los países participantes a reestructurar sus fuerzas armadas de forma que éstas puedan desempeñar el papel que les corresponde en el seno de una sociedad democrática y participar en las operaciones de mantenimiento de la paz dirigidas por la OTAN. Adaptándose en cada caso a las necesidades de cada país, la Asociación ofrece la oportunidad de una cooperación práctica en
Uniéndose a la Asociación para la Paz Puesto de control
LA OTAN numerosos ámbitos y permite a los participantes seguir un programa a la medida de sus necesidades de seguridad. Sus actividades abarcan desde maniobras militares hasta seminarios de trabajo y teóricos, así como cursos de formación. Se pone un énfasis especial en el fomento de la transparencia en las fuerzas armadas y de su control y supervisión por parte del poder civil democrático. La experiencia adquirida dentro del marco de la Asociación para la Paz ha impulsado considerablemente la cooperación entre los países que participan en fuerzas de mantenimiento de la paz como la Fuerza de Estabilización (SFOR) en Bosnia-Herzegovina y la Fuerza para Kosovo (KFOR). En 1995 la OTAN creó su Diálogo Mediterráneo con seis países de la región mediterránea – Egipto, Israel, Jordania, Mauritania, Marruecos y Túnez. Este programa, al que se incorporó Argelia en 2000, tiene como objetivo promover las buenas relaciones y mejorar la comprensión mutua entre los países de la región, así como fomentar la seguridad y la estabilidad en la zona. Sus actividades incluyen invitaciones para que representantes de los países participantes en el Diálogo asistan a cursos en la Escuela de
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la OTAN en Oberammergau (Alemania) y en la Escuela de Defensa de la OTAN en Roma (Italia). En 1997 la OTAN y Rusia por un lado, y la OTAN y Ucrania por otro, dieron un carácter más oficial a sus relaciones bilaterales con la creación del Consejo Conjunto Permanente OTAN-Rusia y la Comisión OTAN-Ucrania a fin de facilitar las consultas y los intercambios regulares de puntos de vista en cuestiones de seguridad. Los asuntos tratados en las reuniones de estos organismos abarcan desde el mantenimiento de la paz en los Balcanes, la gestión de crisis y la no proliferación de las armas de destrucción masiva, hasta la reconversión de las industrias de defensa, la protección del medio ambiente y los planes de emergencia civil. En 2002 los países Aliados y Rusia constituyeron una asociación más profunda y estrecha con la creación del Consejo OTAN-Rusia, que reemplazó al Consejo Conjunto Permanente. Este hecho significó mucho más que un simple cambio de denominación al elevar la asociación a un nivel superior. Este nuevo foro, en el que todos los países participan como iguales, está presidido por el Secretario General de la OTAN y ha señalado como sus áreas principales de cooperación la lucha antiterrorista, la gestión de crisis y la no proliferación de armas de destrucción masiva. Al igual que ocurre con el Consejo del Atlántico Norte las decisiones adoptadas por el Consejo OTAN-Rusia se aprueban por consenso.
Debate en el EAPC
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ampliación OTAN La
de la
LA OTAN
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A principios de los años 90 varios países europeos decidieron que la mejor manera de atender sus necesidades futuras en el ámbito de la seguridad sería ingresar en la OTAN, y anunciaron su intención de solicitar su adhesión. Tres países Socios – Hungría, Polonia y la República Checa – se incorporaron a la Alianza en marzo de 1999, aumentando así a 19 el número de Estados miembros. En la Cumbre de Praga de noviembre de 2002 se invitó a iniciar conversaciones con vistas al ingreso en la Alianza a otros siete países – Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumanía – que se convirtieron en miembros de pleno derecho a finales de marzo de 2004. Tanto estos siete nuevos miembros como los demás países que aspiran a la integración se han beneficiado del Plan de Acción para la Adhesión, que se puso en marcha en 1999 para ayudar a los países Socios que deseaban prepararse para entrar en la Alianza. El plan ofrece a los candidatos asesoramiento práctico y ayudas diseñadas a medida. Los candidatos por su parte tienen que cumplir ciertos objetivos políticos, como la resolución pacífica de todas sus disputas territoriales, el respeto hacia los procedimientos democráticos y la legalidad, y el control democrático de las fuerzas armadas. La participación en el Plan no garantiza la futura incorporación a la Alianza, pero ayuda a estos países a adaptar sus fuerzas armadas y prepararlas para las obligaciones y responsabilidades que conllevaría su integración en la OTAN. Los dirigentes de la OTAN y el entonces
Secretario General Javier Solana en la Cumbre de Washington
Nuevos Aliados en operaciones de mantenimiento de la paz
Los gobiernos de la OTAN han establecido claramente que su ampliación no constituye un fin en sí mismo, sino un medio para extender la seguridad que ofrece la Alianza y conseguir una mayor estabilidad en toda Europa. El proceso de ampliación contribuye a evitar conflictos pues la posibilidad de la adhesión constituye un acicate para que los países candidatos resuelvan sus disputas con los países vecinos e impulsen las reformas y la democratización. Además ser un nuevo miembro de la Alianza no solamente significa disfrutar de sus beneficios sino también ser capaz de contribuir a la seguridad global de todos los demás miembros. Dicho de otro modo, deben ser capaces de dar y recibir seguridad.
Izado de banderas de los nuevos miembros Firma de los protocolos de adhesión
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OTAN Balcanes
La
en los
A partir de la disolución de la ex Yugoslavia la Alianza ha concentrado su interés y energías en los Balcanes. La OTAN intervino militarmente para detener y evitar los conflictos en tres ocasiones – en Bosnia-Herzegovina en 1995, en Kosovo en 1999 y en la ex República Yugoslava de Macedonia* en 2001 – y en la actualidad dirige dos misiones de mantenimiento de la paz, la Fuerza de Estabilización (SFOR) en BosniaHerzegovina y la Fuerza para Kosovo (KFOR) en la provincia serbia de Kosovo. Las dos misiones tienen como objetivo garantizar un entorno de seguridad en el que todos los ciudadanos, cualquiera que sea su origen étnico, puedan vivir en paz, y donde la democracia pueda crecer y desarrollarse con la ayuda internacional. Las fuerzas de mantenimiento de la paz de la OTAN llegaron a Bosnia-Herzegovina en diciem-
bre de 1995 y a Kosovo en junio de 1999 junto a soldados de un gran número de países Socios, entre ellos Rusia y Ucrania. En los dos lugares la Alianza ha intervenido en las campañas para poner fin a los combates a gran escala que se estaban produciendo. En Bosnia-Herzegovina los Aliados llevaron a cabo operaciones aéreas contra las fuerzas serbobosnias en agosto y septiembre de 1995. Esta actuación contribuyó a modificar el equilibrio de fuerzas entre las partes y a persuadir a los dirigentes serbobosnios de que debían aceptar el acuerdo de paz que se negoció en Dayton (Ohio). La SFOR recibió de las Naciones Unidas el mandato no sólo de mantener la paz en BosniaHerzegovina sino también imponerla en caso de necesidad. Al ir mejorando la situación de seguridad se ha ido reduciendo el número de soldados desplegados en Bosnia-Herzegovina. Mientras, la naturaleza de la misión ha ido cambiando. En la actualidad la SFOR ayuda a los refugiados y desplazados a volver a sus hogares y persigue a los sospechosos de crímenes de guerra para llevarlos ante los tribunales. También colabora en la reforma del ejército bosnio – que al final de las hostilidades estaba dividido en tres ejércitos rivales: musulmanes bosnios, croatas y serbios – para evitar cualquier posibilidad de un nuevo estallido del conflicto. La intervención militar de la OTAN en Kosovo se produjo tras un año de creciente violencia, el riesgo cada vez mayor de extensión del conflicto por toda la región y las flagrantes violaciones por parte de Belgrado de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exigían el fin de la represión contra la población albanesa de Kosovo. En marzo de 1999 la Alianza decidió emprender una campaña aérea contra las estructuras militares y paramilitares Patrulla terrestre en Kosovo
LA OTAN
Soldado francés de las fuerzas de mantenimiento de la paz en Sarajevo
del gobierno yugoslavo, responsable de la represión. La decisión fue adoptada tras haberse agotado todas las demás posibilidades y cuando las conversaciones de paz habían vuelto a fracasar por la intransigencia de Belgrado. Ante la incapacidad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para adoptar las medidas necesarias para hacer respetar las resoluciones adoptadas en relación con este conflicto, los países de la OTAN decidieron que su única alternativa consistía en recurrir a los medios militares para detener la catástrofe humanitaria y restablecer la estabilidad en la región. La campaña aérea iba a durar 78 días. A pesar del intenso debate político que provocó la intervención de la Alianza, su actuación permitió alcanzar las condiciones fundamentales para poder comenzar la reconstrucción: el fin de todas las actuaciones militares de las partes en conflicto; la retirada del ejército yugoslavo, la policía serbia y las fuerzas paramilitares de Kosovo; un acuerdo para el despliegue en Kosovo de una presencia militar internacional; un acuerdo para el retorno seguro y sin condiciones de los refugiados y desplazados; y la garantía de la voluntad de todas las partes de trabajar para conseguir un acuerdo político para Kosovo.
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El mandato de la KFOR emana de dos documentos aprobados en junio de 1999: el Acuerdo Técnico-Militar firmado por los mandos yugoslavos y de la OTAN y la Resolución 1244 del Consejo de Seguridad. La KFOR tiene la responsabilidad de impedir una reanudación de las hostilidades, crear un entorno de seguridad y desmovilizar el Ejército de Liberación de Kosovo. Además, esta fuerza bajo dirección de la OTAN colabora con los esfuerzos humanitarios internacionales y trabaja conjuntamente con la presencia civil internacional, la Administración Interina de la Misión de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK), a fin de crear un escenario estable para el desarrollo futuro de la provincia. En agosto de 2001 la OTAN respondió a una petición del presidente de la ex República Yugoslava de Macedonia* para proceder al desarme de los grupos de etnia albanesa cuyas actividades amenazaban la seguridad y estabilidad del país. Su intervención se produjo a raíz de un acuerdo político entre los representantes de la comunidad albanesa y el gobierno, negociado con la intervención de los enviados especiales de varias organizaciones internacionales – incluida la misma OTAN – y Estados Unidos. Durante 30 días unos 3.500 soldados de la Alianza recogieron casi 4.000 armas. Esta actuación y la una pequeña presencia de la OTAN para el seguimiento del acuerdo contribuyeron a desactivar el conflicto civil y preparar el terreno para la reconciliación y la reconstrucción del país. A petición de Skopje las tropas de la OTAN permanecieron en la ex República Yugoslava de Macedonia* para dar protección a los supervisores de la Unión Europea y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa hasta finales de marzo de 2002, cuando la misión pasó a ser responsabilidad de la Unión Europea. * Turquía reconoce a la República de Macedonia por su nombre constitucional.
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actividades OTAN Otras
de la
La cobertura de los medios de comunicación sobre la OTAN inevitablemente se centra en la diplomacia de alto nivel, sus Cumbres y sus campañas militares, pero la mayor parte de sus actividades tienen lugar lejos de los focos de la actualidad. La Alianza trabaja a diario en una amplia gama de proyectos que buscan ayudar a mejorar el entorno de seguridad europeo. Entre estos proyectos están la reforma de los ejércitos de Europa Oriental, la creación de programas para el reciclaje profesional en la vida civil de oficiales desmovilizados, y la ayuda para la retirada de minas y la destrucción de partidas de municiones obsoletas.
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La OTAN también interviene activamente en la coordinación de la ayuda humanitaria. En 1999 abrió un Centro Euroatlántico de Coordinación de Respuestas ante Desastres con capacidad para coordinar operaciones de emergencia y ayuda ante desastres, tanto naturales como provocados por el hombre. Así la Alianza tuvo en 1999 una importante participación en la coordinación del suministro de ayuda a los refugiados que huían de la crisis de Kosovo, ha proporcionado asistencia a las víctimas de inundaciones y terremotos en varios países – entre ellos varios de Centroeuropa en verano de 2002 – y en 2003 ayudó a Turquía a preparar medidas de emergencia civil para su población ante la posibilidad de un ataque con armas de destrucción masiva durante la guerra de Irak. La OTAN gestiona además un Programa Científico que apoya la colaboración en actividades científicas civiles llevadas a cabo por científicos de países de la OTAN y Socios. Cada año unos 10.000 científicos participan en diversos eventos y proyectos apoyados por el programa, y que incluyen iniciativas para mejorar la conexión de redes informáticas y ampliar el acceso a Internet entre la comunidad investigadora del Cáucaso y Asia Central. Además, en el marco del cambio de prioridades tras los ataques terroristas del 11 de septiembre, el programa está centrándose en el apoyo a la colaboración en proyectos de investigación relacionados con la defensa frente al terrorismo y a otras amenazas contra la sociedad moderna.
Preparativos para emergencias civiles Investigación financiada por la OTAN en el Mar Negro
El vínculo
trasatlántico
© Reuters
Unión Europea una política exterior y de seguridad común, Europa ha ido adquiriendo un mayor protagonismo internacional. Por eso a finales de marzo de 2003 la Unión Europea recibió de la OTAN la responsabilidad de la misión en la ex República Yugoslava de Macedonia*.
Jaap de Hoop Scheffer y el Secretario de Estado estadounidense Colin Powell
La relación entre Europa y Norteamérica constituye el corazón de la Alianza Atlántica. Con el paso de los años esta relación ha tenido momentos mejores y peores, y ha ido evolucionando ante los cambios en las circunstancias exteriores. Tras la Segunda Guerra Mundial la economía europea quedó devastada, lo que provocaba una gran dependencia de los miembros europeos de la OTAN respecto a Estados Unidos. Cuando nació la OTAN el Presidente Truman y otros responsables políticos norteamericanos de la época pretendían no solamente contar con unos socios europeos prósperos y democráticos sino también crear una estructura que sirviera a los legítimos intereses de seguridad norteamericanos. Además, su liderazgo durante ese periodo sirvió como catalizador económico y militar para la recuperación europea, y permitió encauzar la energía creativa del continente a través de un proceso de reconstrucción y reconciliación, aportando las condiciones que conducirían al desarrollo de la Unión Europea. En los años siguientes, mientras Europa iba haciéndose más fuerte y unida, el vínculo trasatlántico ha ido evolucionando como reflejo de los cambios de su entorno. Al desaparecer la división política europea y empezar a desarrollar la
El compromiso mutuo que todos los Aliados adquieren al convertirse en miembros de la OTAN y que se refleja en el Artículo 5 del Tratado de Washington – el compromiso de acudir a la defensa de los restantes países si se produjera una agresión militar contra cualquier de ellos – fue concebido inicialmente como una forma de comprometer a Norteamérica con la defensa de Europa Occidental. Y sin embargo la primera vez en la historia de la OTAN que se ha invocado el Artículo 5 ha sido en respuesta a los ataques terroristas contra Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001. Desde entonces tanto los Aliados europeos como Canadá han intentado ayudar en la medida de sus posibilidades a Estados Unidos, así como cumplir la cuota parte que les corresponde en la lucha antiterrorista. Hoy en día, los Aliados europeos y norteamericanos miembros de la OTAN constituyen una vasta comunidad transatlántica que abarca las cuestiones políticas y económicas, así como las relativas a la seguridad. Se trata de una comunidad fundada sobre la dependencia mutua y los valores e intereses comunes. Aunque las diferentes posiciones nacionales provoquen que los Aliados no siempre estén de acuerdo sobre las actuaciones a llevar a cabo en su común interés, el propósito de la OTAN es el de facilitar las consultas y los debates entre ellos para que siempre que sea posible se alcance el consenso. Por eso los miembros de la OTAN trabajan conjuntamente para abarcar una agenda trasatlántica en constante crecimiento, donde se incluye desde la paz para Europa Suroriental y la estabilidad de las nuevas democracia hasta la lucha contra el terrorismo internacional y la proliferación de armas de destrucción masiva.
19 * Turquía reconoce a la República de Macedonia por su nombre constitucional.
La
transformación
Alianza
de la
Ante un entorno de seguridad que sigue en permanente cambio, la Alianza debe poder transformarse a sí misma para seguir siendo eficaz. Tiene que conseguir un nuevo equilibrio entre sus misiones tradicionales que se centraban en Europa y la necesidad de enfrentarse a las nuevas amenazas a nivel mundial. También tiene que conseguir las capacidades militares necesarias para cumplir sus nuevas misiones, entre ellas el poder reaccionar de forma rápida y flexible ante los nuevos retos. La Cumbre de Praga puso en marcha un proceso de transformación en todas esas áreas para poder garantizar que la OTAN puede afrontar los retos de seguridad del siglo XXI con tanta eficacia como con las amenazas del pasado. En Praga se clarificó y diseñó el papel a desempeñar por la OTAN en la lucha antiterrorista mediante el desarrollo de un concepto militar contra el terrorismo, capacidades militares específicas para implementar esta nueva misión, un acuerdo para desarrollar un Plan de Actuación de la Asociación contra el Terrorismo y una declaración sobre su voluntad de actuar a favor de la comunidad internacional. Todas estas medidas constituyen la base de acciones posteriores, como asumir la responsabilidad de la ISAF en Afganistán y ayudar a Polonia a administrar un sector de Irak. En la Cumbre de Praga los Aliados asumieron compromisos políticos específicos para la mejora de sus capacidades en áreas esenciales de operaciones militares modernas. Cuando se haya implementado totalmente el denominado Tropas de mantenimiento de la paz de la ISAF en Kabul Inauguración del Mando Aliado de Transformación
LA OTAN
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operaciones con base en Bélgica y un mando estratégico de transformación en Estados Unidos con presencia en Europa. Este último mando será responsable de la transformación de las capacidades militares de la Alianza actualmente en curso.
Repostado en vuelo
Compromiso sobre Capacidades de Praga se habrá conseguido cuadruplicar el número de aviones europeos de transporte de tropas de gran tamaño; crear una flota de aviones cisterna para repostar en vuelo; se garantizará que la mayoría de las fuerzas desplegables con alta disponibilidad de la OTAN estén dotadas de equipos de defensa química, radiológica, biológica y nuclear; y aumentarán en un 40 por ciento los arsenales no estadounidenses de proyectiles aéreos guiados. Al mismo tiempo los Aliados acordaron la creación de una Fuerza de Respuesta de la OTAN de avanzada tecnología, capaz de desplazarse con rapidez allá donde sea necesario y de actuar como catalizador para conseguir dar protagonismo e impulsar las mejoras de las capacidades de la Alianza así como su permanente transformación. Y aprobaron también las directrices para una nueva estructura de mando más racional y eficiente. En el futuro la OTAN tendrá un mando estratégico de
Desde marzo de 2004 la OTAN tiene 26 países miembros. Pero hasta hace muy poco los sistemas de trabajo de la organización seguían siendo básicamente los mismos que se desarrollaron a principio de los cincuenta para una Alianza de 12 países. Los países miembros reconocieron que para operar con eficacia dentro del nuevo entorno de seguridad era necesaria una mayor flexibilidad y una reducción de las estructuras burocráticas. También en este aspecto la Cumbre de Praga supuso un enorme avance en esa dirección: se ha reducido en un 30 por ciento el número de Comités (467 antes de la reducción); los Comités subordinados podrán adoptar un mayor número de decisiones y permitir que el Consejo del Atlántico Norte se concentre en las cuestiones estratégicas, conservando al mismo tiempo su responsabilidad global respecto al proceso de toma de decisiones dentro de la Alianza; y se han optimizado los procedimientos para las reuniones ministeriales a fin de permitir que se dedique más tiempo al intercambio en temas fundamentales. Con el tiempo estos cambios conseguirán una estructura más actualizada y eficaz dentro de la Alianza. Las numerosas reformas, iniciativas y programas aprobados en Praga constituirán el núcleo de las actividades de la Alianza en los próximos años, que se centrarán en medidas realistas y alcanzables proporcionadas respecto a la necesidad de garantizar la seguridad de los territorios, poblaciones y fuerzas de los miembros de la OTAN ante todo tipo de amenazas y retos.
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Hacia
el futuro
Durante la primera década del siglo XXI la OTAN ha cambiado mucho en comparación con la alianza de seguridad fundada en 1949. En los más de 50 años de su existencia tanto la Alianza como el resto del mundo han evolucionado de una forma que los fundadores de la OTAN nunca podían haber previsto. También la OTAN ha evolucionado a partir de aquella institución que defendió Europa Occidental durante los 40 años que duró la guerra fría, e incluso a partir de la que supervisó la transición europea posterior a su final en la década de los noventa. La integración de nuevos países miembros hace necesario un proceso de adaptación permanente para poder servir a los intereses de un mayor número de miembros sin perjudicar la capacidad de la Alianza de tomar decisiones en el momento oportuno. Y conforme vaya cambiando el entorno de seguridad habrá que aumentar el ritmo de la evolución de la OTAN para poder hacer frente a las nuevas amenazas. Aunque esté cambiando tanto la naturaleza de las amenazas que deben afrontar los países miembros como la forma en la que la OTAN les hace frente, el fundamento básico de la cooperación dentro de la Alianza permanece fiel a los principios del Tratado de Washington. La OTAN proporciona un marco trasatlántico político-militar para gestionar los retos de seguridad en el que confluyen los intereses europeos y norteamericanos y se conjugan equilibradamente los de todos sus países miembros.
Maniobras navales
LA OTAN
EN SIGLO
XXI
La transformación que se está produciendo en la OTAN forma parte de un proceso diseñado para mejorar la seguridad de los países miembros y la estabilidad y prosperidad futuras de todo el conjunto de la zona euroatlántica. Desde la Cumbre de Praga los Aliados han intensificado sus esfuerzos para adaptar la Alianza a los retos actuales – defendiendo valores comunes como el respeto a la democracia y a los derechos humanos; combatiendo contra el terrorismo internacional y la amenaza que supone la proliferación de armas de destrucción masiva; tendiendo puentes en cuestiones de seguridad con Rusia y Ucrania; desarrollando aún más los fundamentos para una estrecha cooperación con los demás países Socios; y, cuando todos los demás métodos no hayan funcionado, actuando como un instrumento eficaz para la gestionar la crisis y asegurar que los efectos del conflicto no traspasan las fronteras o amenazan la estabilidad general. Se trata de una tarea global que depende del respaldo y apoyo de la opinión pública tanto en los países miembros como en los países Socios, que no está dispuesta a aceptar una política basada en el conflicto y que está decidida a instaurar una seguridad basada en la comprensión mutua y la cooperación en beneficio de las generaciones futuras.
El Secretario General de la OTAN Jaap de Hoop Scheffer
Nuevos horizontes
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Este folleto pretende aportar una somera presentación de la OTAN para el público interesado. Si desea más información acerca de la Alianza puede visitar su página web en www.nato.int
NATO21SPA0304
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