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La fraternidad: su significado filosófico y su proyección social 4

una supresión de la consciencia y una regresión a estados infrahumanos, cosa “realmente” muy perniciosa para sus practicantes, que en sus roles como entidades “pasivas”, normalmente no se hacen consciente de tal daño.

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Un reciente acercamiento a la etimología latina derivada de “grex” y que significa “rebaño” se le ha venido asignando falsamente al termino “egregor”, esta aproximación hace ver al iniciado (con relación al egregor) en una postura “pasiva” como en el medio de una entidad psíquica autónoma o “mente colectiva de grupo”, capaz de influir en los pensamientos de todos los demás. Esta creencia es contraria a la postura eminentemente “activa” que debe ser propia de todo iniciado que se encuentra en Vía de Realización, distinta a la de una “oveja” en medio de un rebaño donde el pastor sería el egregor, el cual se podría comparar – inclusive – a una especie de “ego” colectivo.

Los iniciados no se reúnen en el Templo alrededor de ningún egregor o “ego” colectivo, sino en nombre de su Creador o Dios, recordemos lo descrito en el evangelio de Mateo 18-20, que textualmente reza: “Porque donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos”, fíjense que la sentencia “...en mi Nombre…” es correlativa o es lo mismo que decir, en nombre de la Divinidad. Es propicio destacar, en el entendido de dejar en claro que se trata es de un aspecto de “Espiritualidad Pura”, que esta frase del Evangelio de Mateo citada, es referencia en la Oración de Apertura de los Trabajos de las Logias Operativas.

“¡Muy Santo y Glorioso Dios El Shaddai, Gran Arquitecto del Cielo y de la Tierra, Dispensador único de todos los bienes y las gracias! Te imploramos humildemente nos bendigas en nuestros Trabajos, que serán abiertos en Tu Nombre y bajo la protección de Tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, Quien ha prometido que allí donde tres o más se reúnan en Su Nombre, Él estará entre ellos”.

En este mismo sentido, un buen ejemplo lo representa una invocación que era parte del ritual masónico y era leída en la apertura de una Logia. Esta invocación estaba impresa en las Constituciones de Pennell, publicadas en Dublín en 1730, y que textualmente se expresaba de la siguiente manera:

“SEÑOR DIOS, el más Santo y Glorioso, tú, Gran Arquitecto del Cielo y de la Tierra, que eres el Dador de todo buen Don y Gracia; y que has prometido que cuando dos o tres estuvieran reunidos en tu Nombre, tú estarías en medio de ellos; en tu Nombre estamos reunidos, muy humildemente te rogamos que nos bendigas en todas nuestras Empresas, que nos des tu Espíritu Santo, para que ilumine nuestras Mentes con Sabiduría e Inteligencia, para que podamos conocerte, y servirte rectamente, para que todo lo que Hagamos pueda ser para tu Gloria, y para la Liberación de nuestras Almas”.

Como podemos observar, no se trata de un “alma colectiva” como muchos también denominan a este “egregor”, lo mental desaparece ante la presencia “Real” de Dios en el mundo manifestado, y el Alma del iniciado se eleva en su presencia superando “las formas” e iluminando el caos de las potencialidades indiferenciadas del mismo iniciado. El “Rito” opera como portador de una Influencia Espiritual, no como portadora de influencia psíquica.

No obstante, es este mismo “Rito”, el que ha sido objeto de una multiplicidad de modificaciones “humanas” causando la degeneración del mismo, obteniéndose las versiones degradadas más sorprendentes posibles, las cuales son admitidas habitualmente, pues, tanto quienes modifican al Rito como aquellos que son los receptores de estas alteraciones, están afectados por una misma falta de discernimiento. Es así como vemos con cierto asombro a algunos supuestos “instructores espirituales”, a quienes algunos incluso consideran revestidos de condiciones excepcionales, escudarse tras “las ceremonias” que no son más que “ostentaciones superficiales” y rechazando o modificando -al mismo tiempolos ritos; cercenando todo lo que tiene un origen espiritual y dando paso – así – a toda la multiplicidad del mundo psíquico o intermediario.

Los iniciados se vinculan a los aspectos trascendentes y espirituales a través del rito y a los de orden psicológico a través de la ceremonia, siendo esta última no más que un mero adorno que en el mejor de los casos servirá de “apoyo moral” para el individuo que participa del Rito, pero sin añadir nada esencialmente a éste.

Los Ritos juegan un papel muy esencial en las organizaciones Tradicionales, en especial, las iniciáticas; ellos (los ritos) tienen un origen “no humano” y se constituyen como “vehículos” indispensables de las influencias espirituales (a las cuales hemos hechos reiteradas referencias) sin las cuales no podría hablarse del menor contacto efectivo con realidades de orden superior. Por su parte, las ceremonias tienen un origen humano y un carácter artificial, convencional incluso; se constituyen como una manifestación que comporta un despliegue más o menos grande de pompa exterior; se trata de algo simplemente sobreañadido al rito mismo, por tanto, accidental y de ningún modo esencial con relación al Rito, de tal manera que se podría decir que la ceremonia es en cierto modo solo la “envoltura” del rito mismo, con aspiraciones vagas e inconsistentes, de “idealismo” nebuloso y de especulaciones en el vacío, que son las que le dan entrada a estos vicios de orden psíquico, como lo es el caso de los egrégores.

Un egregor surge siempre de los pensamientos y acciones de un colectivo, los que el iniciado debe -precisamentetrascender para lograr la perfección del estado humano como paso previo a la Liberación, mediante la identificación perfecta entre el mundo de los efectos y la Causa Primera. Con el egregor, se entra en contacto, y se posibilita un aprovechamiento de las realidades del Mundo sutil; realidades que el iniciado debe superar si no desea disiparse en las monstruosidades de este mundo intermediario o como se dice en Masonería “perdido entre la escuadra y el compás”. En ocasiones y cuando sea solo eminentemente necesario, una organización iniciática puede recurrir a estas influencias psíquicas del egregor para lograr cualquier beneficio exterior en el campo de la individualidad, pero siempre teniendo en cuenta – y no perder de vista – que esas prácticas deben ser solo contingentes con respecto al verdadero trabajo iniciático.

El Sendero Iniciático debe conducir siempre hacia el “interior” del hombre donde reside el “Sí Mismo”. Una desviación hacia una entidad psíquica colectiva “exterior” cualquiera que sea, podría resultar en una distracción en el trabajo de realización iniciática. La búsqueda del conocimiento real es de orden trascendente y no radica en el orden psíquico, sino que se efectúa por medio del “alma individual y el espíritu”. La única y verdadera “evolución” no puede ser más que de orden Espiritual, que es Percepción Directa Trascendente, Contemplación en Secreto, distinto a cualquier acción o memoria colectiva.

Entre el Sol y la Luna Alquímica – Entre lo Espiritual y lo Psíquico

El autor

Melki-Tsedek

Bajo el Cenit de Manoah, en el Valle de San Cristóbal, estado Tachira, al Or.·. de Venezuela, Tierra de Gracias

A los veintisiete (27) días del mes de abril del año del Señor 2020.

@ernestormm “In omnia amoris et serve” “Opus Novum Caelum Et Nova Terra Sumus” HRDM+KLWNNNG

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