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Programas de mejoramiento genético han sido cruciales para potenciar la especie Penaeus

Vannamei en los laboratorios de larvas

La larvicultura tuvo su origen en la década de los 80. Inicialmente se capturaba larva salvaje de dos especies P. vannamei y P. stylirostris; además se comercializaban reproductores capturados por la “Flota de arrastre de camarón”, pero con el paso del tiempo y con el objetivo de preservar las poblaciones silvestres de camarón y otras especies acompañantes de la captura, el Ministerio de Industrias, Comercio, Integración y Pesca de aquel entonces, resolvió mediante Acuerdo Ministerial la prohibición de por vida de captura de larvas silvestres a en el 2002. Desde entonces, empezó el cultivo de larvas en establecimientos que en su mayoría se encuentran ubicados en la provincia de Santa Elena

Una de estas maternidades de la especie p. vannamei es el laboratorio de Omarsa, ubicado en Mar Bravo. Tiene una extensión de más de 16.000 metros cuadrados. Integra áreas como el departamento de algas, microbiología y biología molecular, investigación, cuarentena, maduración, cría larvaria, artemia y alimento fresco.

El laboratorio siembra 300 nauplios por litro y su ciclo de producción es de 18 a 20 días, para despachar postlarvas de 140 a 200 pl./gramo y su capacidad de siembra es de 3.920 toneladas

Aldo Vanoni, destacado empresario ecuatoriano vinculado desde hace más de cuatro décadas a la acuicultura, contó su experiencia en producción de larvas y manejo de reproductores en el programa CNA VIDEO PODCAST. A continuación, parte de su entrevista.

¿Cómo inició el proceso de selección genética en el Ecuador?

En 1988, tuve la oportunidad de conocer a expertos en genética que estaban trabajando en Panamá, Venezuela y Colombia: Harvey y Amber Persyn; así que tuve esa inmensa alegría de poderlos invitar a que venga al Ecuador a compartir su experiencia con nosotros.

La visita fue clave porque luego de unos años posteriores a esta reunión vino la Mancha Blanca. Es decir, ya habíamos comenzado con nuestro proceso de mejoría genética masal, cuando pasó el problema de la Mancha Blanca que para la industria ecuatoriana fue importante.

Se dieron cuenta de una u otra manera que de los animales que estaban en piscina, prácticamente un cinco o un 10% sobrevivían y decían: bueno, ¿que tienen estos animales que pueden tener la posibilidad de haber estado en un ambiente con tantos problemas y subsistir? Y ahí nos llevó a tener la primera parte de los reproductores resistentes poco a poco a la enfermedad de la Mancha Blanca. No fue inmediato, pero cuatro o cinco o seis años después comenzamos a ver que las producciones mejoraban y luego lógicamente el proceso fue avanzando tanto que tuvimos que hacer análisis genéticos un poco más avanzados, y eso nos ayudó a evitar el Inbreeding y a evitar la familiaridad más cercana.

También nos permite no tener tantos problemas de enfermedades. Hablo a nivel de país, por que se han hecho muy buenos proyectos y se está trabajando bastante bien en genética.

¿Qué tipo de variables lograron ustedes identificar en aquella época, década de los 80, con este experto para iniciar el mejoramiento?

En aquellos tiempos todavía se trabajaba con larva salvaje, había mucha dificultad para analizar, pero posteriormente a esa época se comenzó a trabajar solamente con larvas que se iniciaban en los laboratorios del Ecuador. Luego se hicieron algunos procesos de investigación en el que se hacían apareamientos dentro del laboratorio de las larvas salvajes. Luego artificialmente se lo hacía también, hasta que finalmente todos entendimos que lo natural es mucho mejor y más viable. Hoy en día, las producciones del manejo larval a nivel interno de los laboratorios, hablando del proceso de reproductores, es mucho más natural que hace décadas.

Estableciendo una comparación con aquellos inicios en los 80, ¿qué tipo de variables se deben tomar en cuenta ahora?

Definitivamente el control de las enfermedades, tanto en laboratorio como en las piscinas de producción. Desde que ingresan le hacemos controles de diferentes enfermedades. Tenemos un departamento de microbiología y otro de biología molecular, en los cuales podemos revisar todos los procesos y controles de los animales que están ingresando. Igualmente hacemos los mismos controles cuando ya es producto terminado, cuando es larva o cuando tenemos que hacer los análisis previos de toda la alimentación, para que no tengamos ningún efecto negativo en la producción. Eso nos permite tener una estabilidad, tanto en la parte de la maduración como en la larvicultura. El medio puede venir cargado de patógenos o de vidrios, es decir, lo intentamos controlar con ácidos orgánicos para evitar daño en la producción.

En este sentido, ¿cómo manejan ustedes el afluente y el efluente en su sistema de producción?

Bueno, todos los laboratorios tenemos casi los mismos procedimientos al tener las puntas que le llamamos para la captación del agua y bombas que están al interior, y esa captación natural que se hace, prácticamente forma un control biológico del agua que está ingresando. Hay filtros, pero se forma una película natural prácticamente, que arma un proceso natural dentro de la captación del agua a través de la punta y hasta que llegue a la bomba, y luego se distribuye internamente a las diferentes áreas de producción. Cuando llega ahí está totalmente analizada, es decir, desde el mar hasta antes de que llegue a la punta y luego de la punta; lo que llega acá son análisis diferentes que se hacen para controlar los procesos.

Una vez que tenemos eso, hacemos el equilibrio del medio para que el animal, en este caso la larva, tenga un agua completamente limpia.

¿Por qué es tan importante analizar la calidad de agua?

Es clave. Todo lo hacemos a través de la microbiología, pero lo que intentamos es controlar todos los procedimientos y evitar inconvenientes en el proceso; es decir, desde el ingreso del agua, el manejo es clave, el cultivo y control de algas también son importantes. Todos los alimentos naturales o alimentos balanceados son controlados a través de microbiología para intentar, a través de los procesos que acabamos de conversar, equilibrar el medio. Que todo esté básicamente controlado.

Aldo Vanoni Destacado larvicultor ecuatoriano

Es increíble, todo lo que puede cambiar de un día a otro. Entonces muchas veces dice: Bueno, ¿por qué no se produce igual una corrida con otra? Porque los momentos son diferentes.

Hay muchos factores que inciden en eso…

¿Cuál es la importancia del uso de ácidos orgánicos?

Producimos probióticos, hay muchos que están en el mercado y son analizados constantemente antes de que ingresen a producción.

Un aspecto muy importante también, es cómo se devuelve el agua a su cauce, ¿cómo hacen ustedes hacen el tratamiento del efluente?

Todas las aguas, tanto de la larvicultura como de maduración y de algas, pasan por un proceso de control. Así como controlamos el ingreso, también lo hacemos al egresar y usamos los mismos métodos; es decir, los probióticos, que son necesarios para eliminar los problemas que van saliendo y evitar también que a través de esos efluentes dañemos el ecosistema.

No todos los laboratorios tienen microbiología, pero hay que entender que los procesos se pueden copiar para bajar la incidencia de los problemas que regresan al mar.

Comprendemos que el agua que se toma pierde oxígeno, pero con todos los procesos actuales de tecnología, alimentación y aireación, entendería yo que el agua que regresa al estero esté mejor de calidad que la que ingresa a la producción.

Otro aspecto importante dentro del laboratorio, es realizar un buen proceso de desinfección. ¿Cómo ustedes lo manejan?

Nosotros tenemos ya hace algún tiempo atrás, un grupo especializado solamente en el manejo de la limpieza poscosecha. El control a través de hisopados del Departamento de Microbiología, en el cual salen resultados y nos indican qué productos, qué problemas tenemos, cómo solucionarlos, y empezamos con un grupo solamente a sacar cada una de las tuberías de agua, cada una de las tuberías de aire en la que tengamos que limpiar, mantener, hasta que venga el nuevo proceso de siembra de cada tanque.

¿Cuánto se toma este tiempo de limpieza y de secado?

Entre ocho y diez dias. Digamos, es un proceso en el que ya has tenido la posibilidad de hacer la limpieza continua de todo lo que va dentro de un tanque y la cantidad de tiempo que has usado para, con productos, eliminar todos los problemas que durante el proceso has captado en esa tubería, tanto de aire y de agua. Luego se vuelve a armar y se pone en funcionamiento.

¿Qué tipos de tecnologías considera usted que se han podido incorporar a su laboratorio de larvas en los últimos años?

Más que la tecnología, es concientizar a las personas que trabajan en la empresa, y en los diferentes laboratorios, a producir de la mejor manera, en la forma más natural posible. Eso garantiza que el producto tenga una buena calidad y llegue a los productores camaroneros de la mejor manera.

¿Cuáles son los principales desafíos que puede enfrentar la larvicultura en el Ecuador actualmente?

Como la larvicultura, yo no encuentro mayor desafío, sino más bien el crecimiento constante y la necesidad de la cantidad de larva que mes a mes se va realmente aumentando, va in crescendo, porque a partir de que la tecnología es usada en nuestro sistema de producción camaronero, ha aumentado constantemente la producción camaronera, como también debe aumentar la producción de larvas. No caigamos en la desesperación de seguir produciendo más, aumentando densidades que podrían provocar algún tipo de enfermedades que no las tenemos felizmente, pero que hemos visto estos procesos en otros países y que lamentablemente han tenido nefastas consecuencias para la producción camaronera.

Creo que el Ecuador debe manejarse con límites en cuanto a las siembras, que hasta ahora siendo extensivos nos ha ido muy bien, y hoy en día creo que estamos en un proceso semiintensivo del que no debemos salir y que debe mantenerse, con relación a la cantidad de larva que se produce•

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