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Por Milagros Sánchez Pinell

Rosalía Aragón le ganó la batalla al sobrepeso

Logró bajar 85 libras en un período de un año gracias a una alimentación saludable y ejercicios.

En enero del 2021, Rosalía Aragón, de 20 años, motivada por el deterioro de su salud, tomó una decisión drástica en su vida: bajar de peso. Una meta que alcanzó con sacrificio, disciplina y perseverancia.

85 libras o 38,5 kilogramos en un período de un año es el resultado de un trabajo que además de ser físico, también es mental y emocional, pero posible en la medida en que la persona se comprometa con ella misma.

Rosalía transformó su cuerpo batallando contra los kilos de más a un nivel excepcional que inspira a tomar control de la salud sin miedo alguno.

Se caracteriza por ser una joven responsable, dedicada, puntual y perfeccionista, cualidades que le han valido para destacarse como una estudiante de excelencia académica y merecedora de una beca universitaria.

Actualmente, cursa el cuarto año de Ingeniería Industrial en la Universidad Centroamericana (UCA), de Nicaragua, y es una de las mejores estudiantes de su generación. También realiza cursos de Excel avanzado, en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y planea obtener un diplomado en Lean Six Sigma con el fin de poseer un conocimiento más amplio sobre la mejora continua de los sistemas productivos en las empresas de su país.

Desde la revista Vida y Éxito aplaudimos el empeño de esta joven, cuya historia merece ser compartida e imitada. ¡Bravo, Rosalía!

El proceso de pérdida de peso cambió completamente su vida.

¿Cuándo empezó a ganar peso?

Empecé a ganar peso cuando tenía 16 años, en ese entonces me encontraba en cuarto año de secundaria.

¿Cómo se sentía?

A los 16 años mi peso era algo que me despreocupaba, me gustaba mucho la comida chatarra sin ponerle mente a las cantidades que consumía. Sin embargo, cuando ya estaba en mi último año de secundaria, continúe ganando aún más peso, por lo tanto, varias personas empezaron a burlarse y a hacer malos comentarios y me sentía sumamente mal, a veces hasta lloraba en los recreos porque me sentía mal conmigo misma y con mi cuerpo.

¿Cuánto es lo máximo que llegó a pesar?

Lo máximo que llegué a pesar fueron 210 libras (95,2 Kg).

¿Hay alguna anécdota que la haya marcado en esa época?

Definitivamente, lo que más me marcó en esa época fueron los malos comentarios sobre mi físico, me ponían muchos apodos como ballena, elefante y gorda, entre otros. Eran sumamente denigrantes y lloraba en las noches cuando estaba sola en mi cuarto porque me sentía menos que los demás.

¿Cuándo decidió bajar de peso y por qué?

En enero del 2021. Empecé a notar ciertos deterioros en mi salud. Me dolía mucho la espalda al estar de pie o sentada, sentía mucho dolor en mis articulaciones. A veces me costaba respirar y tenía muy poca energía durante el día. De igual forma, en diciembre del 2020, empecé a notar que mucha de mi ropa me estaba quedando muy apretada, en ese entonces era talla XL, actualmente soy M o S, eso depende de la prenda.

Rosalía ahora se siene saludable y físicamente hablando, excelente.

¿En qué consistió su plan para bajar de peso?

Mi plan para bajar de peso consistió en hacer un déficit calórico, lo cual se define como un proceso en el cual una persona consume menos calorías que las que gasta durante el día.

Primero, hacía ejercicio cinco o seis veces por semana, durante una o dos horas al día. Realizaba diversos ejercicios en mi casa para así continuar motivada. Por ejemplo, realizaba bicicleta, elíptica, corría o trotaba en mi patio, subía y bajaba las escaleras, realizaba zumba y con la app de Nike Training hacía ejercicios de fuerza para eliminar la flacidez.

A su vez, mi plan de alimentación consistía en comer de todos los grupos de alimentos (grasas, proteínas y carbohidratos) pero en cantidades moderadas. Por ejemplo, en el desayuno, huevo con espinacas (proteína), una tostada (carbohidrato) y un poco de aguacate (grasa saludable). El almuerzo consistía en lo mismo, pollo a la plancha, arroz o frijoles y ensalada. La cena era un poco más ligera, comía sándwich de jamón de pavo, wraps de tortilla integral o ensalada de pollo. Otro dato muy importante era que consumía dos o tres litros de agua al día y dejé por completo la gaseosa y los refrescos.

¿En cuánto tiempo logró alcanzar su peso deseado?

Alcancé mi peso ideal en aproximadamente 12 meses.

¿Qué fue lo más difícil del proceso?

Fue buscar motivación para hacer ejercicio casi todos los días, ya que a veces me sentía muy cansada por La universidad y simplemente quería descansar.

¿Cómo la apoyaron sus seres queridos en este proceso?

Mi familia me ayudó mucho durante el proceso de pérdida de peso. En primer lugar, mi mamá me ayudaba con la preparación de las comidas que consumía. Trataba de que todos los días pudiera comer algo nuevo, pero saludable, para así evitar que me sintiera aburrida o abrumada durante el proceso.

Mi papá me ayudaba económicamente con las compras en el supermercado, me compraba productos y alimentos saludables. También, me ayudaba con el mantenimiento de las máquinas y la compra de otros productos para hacer ejercicio, como pesas.

Para Rosalía, siempre hay tiempo para todo, es cuestión de saber organizar la semana.

¿Cómo la hace sentir su nueva imagen?

Me hace sentir con alta autoestima. Actualmente hago caso omiso a los malos comentarios o críticas de otras personas, ya que estoy conforme con mi imagen y con cómo me siento. En definitiva, me siento saludable y físicamente hablando, excelente.

¿Cómo cambió su vida y su estilo de alimentación?

El proceso de pérdida de peso cambió completamente mi vida. En la actualidad consumo prácticamente lo mismo que durante el proceso solo que en mayores cantidades para así poder mantener mi peso actual. Una o dos veces por semana si tengo algún antojo, ya sea pizza, chocolates o hamburguesa me doy ese gusto, al final el balance es el éxito de todo.

Cabe destacar que estas comidas las consumo con moderación, mi estómago es otro, ahora me lleno mucho más rápido que antes.

Igualmente, hago una hora de ejercicio cuatro o cinco días por semana. Al final, el ejercicio se volvió un hábito y un medio para desestresarme y entretenerme.

¿Qué consejo le gustaría compartir con los jóvenes que siempre están poniendo excusas para todo?

Mi consejo es que las excusas son inexistentes. Siempre hay tiempo para todo, es cuestión de saber organizar nuestra semana. Una hora de ejercicio al día o sustituir los refrescos por agua pueden cambiar completamente tu vida. Es un proceso muy difícil, nunca lo voy a negar. Por otro lado, necesitamos el apoyo de nuestros padres y amigos durante el período de tiempo en el cual estemos perdiendo peso, para así evitar caer en la tentación de abandonar el progreso.

Es muy importante que evitemos satanizar los alimentos, ningún alimento tiene la capacidad de engordar por sí solo, lo que nos hace subir de peso es el exceso en la cantidad y la frecuencia con la que lo consumimos.

ROSALÍA CURSA EL CUARTO AÑO DE INGENIERÍA INDUSTRIAL EN LA UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA (UCA), DE NICARAGUA

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