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WBWE Amsterdam 2022

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Urschel

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Una edición diferente, renovada y adaptada al nuevo escenario mundial

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Organizada por Vinexposium, el 21 y 22 de noviembre tendrá lugar la 14ª edición de la World Bulk Wine Exhibition, la mayor feria dedicada al vino a granel. El acontecimiento tendrá lugar en Hall 2&3 de la RAI Amsterdam, en los Países Bajos. Se trata de un punto de encuentro entre bodegas, destilerías y compradores internacionales que brinda la posibilidad de descubrir un alto porcentaje de la cosecha mundial en sólo dos días y en un único lugar. Con la flexibilidad que da el vino a granel, compradores y empresarios de todo el mundo acuden a esta cita buscando los mejores productos para sus ideas comerciales. La sostenibilidad volverá a ser tema central de una feria que lleva el compromiso medioambiental por bandera.

La WBWE es la principal feria internacional del negocio del vino. En sus salones se pueden encontrar pequeños tesoros, excelentes vinos Premium de alta gama para ser embotellados por terceros o para marcas privadas. Cada año, la feria reúne a algunos de los profesionales más destacados en el mundo para debatir las tendencias que representan el presente y el futuro del sector. La sostenibilidad, la creatividad, el diseño, las nuevas tecnologías, los métodos alternativos de envasado, los nuevos consumidores y las enormes oportunidades de negocio de las marcas blancas son los temas de debate más candentes tanto para las bodegas como para los compradores de vino a granel. Las tendencias de negocio del vino volverán a ser protagonistas en la próxima edición: el boom de las marcas privadas, los nuevos packagings -como las latas, la creatividad de los bag-in-box o las nuevas posibilidades de venta directa al consumidor que ofrecen los grifos- serán algunos de los temas debatidos por prestigiosos expertos de todo el mundo. Asimismo, la International Bulk Wine Competition es una gran oportunidad para que las bodegas participantes promocionen sus vinos entre potenciales compradores, exhibir su calidad y aumentar sus posibilidades de negocio. En esta competición puede participar cualquier bodega que elabore vino a granel de calidad y quiera ampliar su mercado internacional.

“Una Salud”: una mirada necesaria para comprender y abordar las emergencias

Ariel Pereda - Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Coordinador del Programa Nacional de Salud Animal. pereda.ariel@inta.gob.ar*

La emergencia de enfermedades infecciosas, principalmente entre especies, y el intercambio de material genómico entre agentes infecciosos generan condiciones favorables para la aparición de nuevas variantes de mayor patogenicidad. En este artículo se resalta la importancia de los abordajes multidisciplinarios como respuesta e identificación de posibles intervenciones y enfrentar desafíos sanitarios.

Según informes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada cuatro meses. De estas enfermedades, el 75% corresponden a zoonosis, enfermedades que se transmiten entre humanos y animales. Enfermedades como Influenza Aviar (2003-2015), la Influenza A H1N1/2009, Gripe Española (1918-1920), Tuberculosis Bovina (19892009), EBOLA (2014-2015), MERS (2012), SARS (2002) y la última pandemia de COVID-19 son algunos ejemplos de estos eventos con incidencia local, regional e internacional (Figura 1). Las fuerzas que promueven la emergencia de enfermedades infecciosas son variadas, resaltando en primer lugar a la transmisión de agentes infecciosos entre especies. El intercambio de material genómico entre agentes infecciosos genera condiciones favorables para la aparición de nuevas variantes, que en estos casos antes mencionados son de mayor patogenicidad (Bidaisee and Macpherson, 2014, Webby et al., 2004, Rivailler et al., 2013). Podemos también mencionar otros factores, tales como lo cambios en la demografía y el aumento asociado en la demanda de alimentos, la intervención antropogénica del medioambiente, la alteración del hábitat y el cambio climático, que suman con fuerte impacto en la aparición y emergencia de nuevas enfermedades por afectar directa e indirectamente la dinámica de los hospedadores y microorganismos (Wilcox y Colwell, 2005). Este cambio de la dinámica ecológica, sumado al contexto de continua evolución de los patógenos, genera una presión de selección que hace posible la aparición de nuevas variantes o cepas de patógenos adaptadas a las nuevas condiciones ecológicas (Daszak et al., 2001). Existe una clara relación entre la diversidad ambiental y la salud en sentido amplio (Keesing et al., 2010; OMS, 2019; Olivero et al. 2017). La deforestación progresiva, el cambio climático y la antropización de los entornos naturales han comprometido en gran medida algunos nichos ecológicos donde los agentes zoonóticos de la vida silvestre generalmente están confinados (Mackenzie et al., 2014; Decaro et al., 2020; Dehghani y Kassiri, 2020; Nabi et al., 2020). Es importante destacar que la interfaz humanos-animales domésticos-vida silvestre siempre ha existido con una dinámica definida en un ecosistema definido. Estos ecosistemas presentan dife-

*Este artículo fue publicado por el autor en la Revista IDIA 21, perteneciente al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Disponible en https://inta.gob.ar/documentos/revista-idia21

rentes capacidades de resiliencia como mecanismo adaptativo a estos cambios a los que se enfrenta (Redman y Kinzig, 2003). Pero esta capacidad de resiliencia se ve limitada cuando el ritmo de cambios antropogénicos supera esta capacidad de resiliencia o adaptación intra e inter ecosistema. Asimismo, cabe mencionar que el objetivo final evolutivo de los microorganismos es sostenerse dinámicamente con sus hospedadores, donde en sistemas naturales con baja o nula intervención, el proceso evolutivo tiende a favorecer en el tiempo a la disminución de la patogenicidad y generar un ámbito de convivencia simbiótica. Sin embargo, en ecosistemas estresados por una mayor intensidad productiva, con selección de animales con ciertas aptitudes productivas, se observa una disminución de la diversidad genética, siendo esta última fundamental para la resiliencia ecosistémica. Esto brinda oportunidades para que los microorganismos que existen en balance en ciertos ecosistemas encuentren nuevos hospedadores, invadan estas poblaciones y comience un nuevo ciclo evolutivo de adaptación, que en su inicio generalmente tiende a tener un carácter de mayor patogenicidad. Es por ello que la influencia humana en el ecosistema a través de las prácticas agrícolas, los movimientos de animales en los sistemas de producción ganadera, los mercados de venta de animales vivos, la yuxtaposición de la agricultura en frontera con eco-

sistemas silvestres y hasta los ámbitos de recreación e interacción entre humanos y la vida silvestre contribuyen a la aparición y a cambios en la patogenicidad y virulencia de los microorganismos. Estos procesos antes mencionados ocurren dentro de sistemas complejos que no pueden, ni deberían, ser observados y analizados desde un solo enfoque. Resulta entonces importante destacar que es necesario un enfoque multidisciplinario para poder analizar y comprender estos procesos con características de constante emergencia. Las diferencias existentes en los diferentes sistemas productivos y en las diferentes regiones ecológicas requieren que este enfoque multidisciplinario sea realizado en estudios de alcance local o regional, siendo muy complicado poder generalizar y desarrollar explicaciones simples y generalizables de la aparición y emergencia de patógenos zoonóticos. Es por las razones antes mencionadas que es necesaria una mirada holística sobre la dinámica de los patógenos en la interfaz humanos-animales domésticos-vida silvestre, basada en un enfoque multidisciplinario para el análisis de los factores biológicos, ecológicos, económicos y sociales sobre la emergencia y reemergencia de patógenos. Con la intención de mejorar el abordaje de esta complejidad, a mediados de los años 2000 y en un esfuerzo tripartito, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) fomentan en conjunto la construcción de políticas públicas entorno del concepto de “Una Salud”. Se trata de un enfoque colaborativo, multisectorial y multidisciplinario que nace del reconocimiento de que la salud humana y la salud animal son interdependientes y están vinculadas estrechamente a los ecosistemas en los cuales coexisten. Cambios en cualquiera de estas tres dimensiones (salud pública, salud animal y salud ambiental) generan necesariamente impactos directos e indirectos en las otras. Es importante relatar que la historia de este concepto comienza a principios del siglo XIX, donde diversos científicos identifican procesos patológicos similares entre animales y humanos, pero que hasta fines del siglo XX ambas ciencias (medicina y veterinaria) se practicaron de manera independiente. Entre los precursores de este concepto encontramos a William Osler quien a fines del siglo XIX desarrolla sus estudios de patología comparada entre humanos y animales, y al Dr. Calvin Schwabe quien en su publicación “Veterinary Medicine and Human Health” de 1964 acuña por primera vez el término “Una Medicina” enfatizando la interrelación entre la medicina veterinaria y la medicina humana, destacando la necesidad de un trabajo conjunto para el control y la prevención de enfermedades zoonóticas. Los ámbitos pertinentes de acción englobados en el enfoque de “Una salud” son el control de enfermedades zoonóticas, la inocuidad de los alimentos y la disminución de la resistencia a los antimicrobianos. Estas zoonosis no solamente generan problemas en el control de los patógenos en humanos y animales, sino que también generan restricciones a la comercialización de productos y subproductos de origen animal. La pandemia del COVID-19, al igual que anteriores como la de Influenza H1N1 en 2009, resalta la necesidad de una mirada multidisciplinaria para poder generar respuestas desde el sistema de ciencia y tecnología e identificar posibles intervenciones para reducir la emergencia de patógenos, así como estrategias más efectivas para responder a tales eventos. La construcción de políticas públicas en el ámbito científico y productivo debe incluir esta mirada conceptual para poder enfrentar este aumento de desafíos sanitarios. Por estas razones resulta necesario reforzar los grupos de investigación y enfocarlos en abordar estos problemas en sistemas complejos. Se requieren investigaciones sobre la frecuencia, la dinámica y los riesgos del flujo de patógenos entre especies, los mecanismos de amplificación y persistencia y la influencia de diferentes sistemas de producción ganadera en el contexto socioeconómico, estudios enfocados en la compresión de los procesos involucrados en la interface humano-animal, estudios de los factores que propician o limitan la aparición de patógenos resistentes a antimicrobianos, el desarrollo de alternativas a los antimicrobianos para su uso en producción animal, entre otros.

En cuanto al sector productivo, son necesarios cambios direccionados hacia la sostenibilidad de los sistemas productivos, con mayor salud y preservación del medioambiente a través de políticas de promoción de prácticas de bioseguridad, prácticas agroecológicas, diversificación productiva, fortalecimiento del control sanitario, prácticas de bienestar animal y políticas para la gestión del uso de los recursos y los bienes comunes. Por último, y en cuanto a lo que corresponde al sector público, resulta sumamente necesario formular políticas públicas que permitan la articulación de la vigilancia de enfermedades entre los sectores público, veterinario y ambiental; y promuevan esta mirada multidisciplinaria y consolide el concepto de Una Salud. Es por estas razones que resulta imprescindible que el INTA fortalezca su mirada desde el concepto de Una Salud, generando nuevos espacios de trabajo multidisciplinario e interinstitucional para ser efectivo en este abordaje.

BIBLIOGRAFÍA

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Programa Potenciar Sostenibilidad

Está dirigido a mejorar la gestión en provincias y municipios

El ex Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca creó a fines de mayo el “Programa Federal de Fortalecimiento para la Reducción de las Pérdidas y Desperdicios de Alimentos” dirigido a provincias y municipios sostenibles. El objetivo es potenciar las capacidades de gestión mediante el desarrollo e implantación de planes estratégicos y esquemas de trabajo con las provincias, pymes de agroalimentos y mercados concentradores.

La Secretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional será la autoridad de aplicación de este “Programa Potenciar Sostenibilidad” y tendrá a su cargo el diseño y la ejecución de las actividades con las provincias, municipios, gobiernos locales, pymes y las organizaciones competentes en la temática, todas ellas enmarcadas en el Plan Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos, creado por Ley el 3 de abril de 2019. El objetivo es contribuir a hacer más eficientes las cadenas de producción, atender a las causas de las pérdidas y desperdicios de alimentos y articular soluciones a mediano y largo plazo en cada territorio.

CONVOCATORIA A MUNICIPIOS

En la Argentina existen poco más de 2200 municipios que son la célula primigenia del entramado social y productivo. Junto a los esfuerzos a nivel nacional, cada localidad tiene un gran potencial para generar intervenciones de políticas públicas para arribar a soluciones integrales con impacto positivo para su comunidad. Por ello, las actividades específicas del Programa incluyen:

1 - Brindar capacitación para formación de competencias y conocimientos individuales y colectivos de referentes locales en los municipios. 2 - Redactar y poner en marcha, en conjunto con cada municipio -autoridades locales y referentes- un plan estratégico local de prevención y reducción de pérdidas y desperdicio de alimentos (PDA) a nivel municipal. 3 - Promover la implementación de proyectos locales de prevención y reducción de PDA basados en el enfoque de economía circular y la pirámide invertida de jerarquía del desperdicio alimentario. 4 - Capacitar y asesorar en: - Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y ODS12, Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán, rol de municipios y actores de la comunidad.

- PDA, economía circular y bioeconomía, causas y consecuencias. PDA en las etapas de las cadenas de valor y revisión según la pirámide de jerarquía. - Metodología y etapas para desarrollar un Plan Estratégico Local para la prevención y reducción de PDA que incluya el estado de situación, diagnóstico, mapeo de actores y recursos, legislación local, plan de acción, actividades, responsables, monitoreo, evaluación, entre otras cuestiones. - Metodologías de medición y cuantificación de PDA. - Donación, modelos y organizaciones de rescate, procedimientos. - Gestión de residuos orgánicos, economía circular y disposición final. - Líneas de financiamiento. - Abordaje de sectores específicos: producción primaria e industria, mercados de abasto y ferias comunales, comercios minoristas, turismo, gastronomía, hotelería, catering y servicios de alimentación institucional, hogares.

COMPROMISOS Y RESPONSABILIDADES DE LOS MUNICIPIOS

De los municipios se espera: - Compromiso de alto nivel jerárquico y del personal afin al Programa. - Nombramiento del responsable municipal quien deberá participar de todos los encuentros y coordinar el trabajo que ello implique. - Involucramiento del personal de las áreas de relevancia para la temática y promover su participación en los encuentros colectivos e individuales. Áreas sugeridas: bromatología, seguridad alimentaria, medio ambiente, gestión de residuos, desarrollo productivo, desarrollo social, administración y hacienda, entre otras. - Disponibilidad de tiempo del responsable y demás personal para participar activamente.

La resolución del ex Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca también establece la creación de la “Red de Municipios para Sistemas Agroalimentarios Sostenibles”, dependiente de la autoridad de aplicación, que funcionará como un espacio para el intercambio de información entre los participantes del Programa. Participarán de dicha red aquellos gobiernos locales y municipios que intervengan en las distintas actividades del Programa. La red permitirá el seguimiento de los planes estratégicos, la interacción entre sus miembros y la participación en actividades e intercambio de experiencias y conocimientos. La Autoridad de Aplicación propiciará su articulación con las herramientas y programas de asistencia técnica y económica que contribuyan a la mejora de las condiciones de productividad para evitar las PDA.

MÁS INFORMACIÓN:

valoremosalimentos@magyp.gob.ar

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