Monocromo # 3

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#3 junio, 2019 ISSN:2665-1998 ediciรณn trimestral MEDELLร N, COLOMBIA distribuciรณn gratuita

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MONOCROMO

viki ospina El diario de una vida


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Encuentra mรกs contenido en

www. monocromo.co


04 Trocha adentro

Edinson Arroyo

07 tres películas para todo fan de la moda y la fotografía

mateo lópez

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índice 10

viki ospina El diario de una vida carlos córdoba

en 4 ruedas sebastián delgado

16 eterno combate Carlos córdoba

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MONOCROMO

fotografía con

poder emergente

20 Hoja de estudio

Director y editor Carlos Córdoba - carloscordobafoto@gmail.com Participantes en esta edición Viki Ospina, Edinson Arroyo, Sebastián Delgado, Mateo López, Carlos Córdoba Corrector de estilo Luisa Córdoba Quintero Diseño gráfico y maquetación Carlos Córdoba Impresión Juan Carlos Gómez Fotografía de portada Carlos Córdoba (Collage ©Viki Ospina) Las fotografías, textos y opiniones aquí publicadas son responsabilidad moral y legal de cada uno de los autores. © A los autores de las fotografías © A los autores de los textos MONOCROMO © Todos los derechos reservados Prohibida su reproducción total o parcial. Edición # 3 - Junio - 2019 - Medellín, Colombia. ISSN:2665-1998 200 Ejemplares - Distribución gratuita

www.monocromo.co - revista.monocromo@gmail.com - instagram: revista.monocromo


editorial # 3

Francia, 1826. Dentro de una cámara oscura se expone a la luz una placa de peltre convertida en material fotosensible. Después de ocho horas nace la fotografía, y con ella, el inicio de la rivalidad entre sus practicantes. Joseph Nicéphore Niépce es el artífice de la primera imagen fotográfica conocida aunque no era el único en esa búsqueda: Louis-Jacques-Mandé Daguerre estaba experimentando con la misma posibilidad de fijar una imagen sobre un soporte. Ante el fracaso en sus intentos buscó la manera de asociarse con Niépce, quien fallece en 1833 con su descubrimiento aún sin publicar. La ocasión fue aprovechada por Daguerre para modificar el contrato que habían realizado y anunció el invento como de su autoría en 1839. Después de dos siglos de evolución fotográfica el panorama no es similar sino peor: se hace muy común ver fotógrafos tomar como propia la obra de sus colegas, hay incapacidad para trabajar en colectivo, existe información secreta a la que se le adjudica el valor de las fotos, vienen las confrontaciones, inician los malestares, afloran los complejos, explotan los egos. ¿Por qué nos vemos como competencia? El acto fotográfico en sí mismo inicia desde la individualidad del fotógrafo – gustos, referentes, conocimiento, sensibilidad- pero se vuelve plural en el instante en que se crea a partir de experiencias colectivas, por ejemplo: Henri Cartier-Bresson o Robert Capa se hubieran demorado mucho más en crecer si no fundan Magnum Photos y trabajan en grupo. Las ideas de Richard Avedon o de Annie Leibovitz no serían fotografías reales sin la ayuda de todo un equipo que hace parte del proceso de producción. Entonces, ¿Por qué insistimos en crear desde la isla que representa el Yo y nos negamos la posibilidad de recibir el conocimiento y las opiniones de otras personas? Con una cámara en la mano se tiene una voz irrepetible: hablar con otros fotógrafos sobre aspectos técnicos o gustos estéticos, de estilos y maneras de trabajo o compartir contactos y fuentes de información no le quitan valor al crecimiento personal y fotográfico propio. Al contrario, el intercambio de ideas solidifica las bases, genera nuevos aprendizajes. Es hora de salir de las redes virtuales para crear redes físicas donde la admiración se gane por las ideas, no por la cantidad de seguidores. Espacios reales donde se construya viendo al otro como un par que tiene mucho para enseñar, no como el enemigo a vencer. Conversaciones donde se hable de ética y respeto por la obra ajena. Reuniones donde más que el ego importe la fotografía.

egografía Cuando un arte se vuelve competencia. Texto y fotografía: Carlos Córdoba

Un encuentro sin ego fue el que tuve con Viki Ospina; una de las primeras reporteras gráficas del país, quien me abrió las puertas de su casa, de su vida, de su obra. Llegué a ella sin el carnet de un medio periodístico reconocido, sin el respaldo de una publicación famosa. Llegué a ella desde el amor por la fotografía, el mismo que la fotógrafa de la cultura popular transmite en palabras y refleja con imágenes. Las páginas de la edición número tres de Monocromo brillan con tu luz, Viki. ¡Gracias por todo!



reportaje

trocha

Tras caminar por varias horas trocha adentro sobre el límite de Antioquia y Chocó, nos encontramos con campos devastados por la tala indiscriminada de selva virgen.

adentro

Sin control alguno, en una semana se pueden “socalar” (cortar rama delgada dentro de la selva y dejar arboles de tallo grueso) cien hectáreas como mínimo. Una vez socalado el terreno, las personas empiezan la tala, que arrasa con todo tipo de árboles.

Texto y fotografías: Edinson Arroyo www.edinsonarroyo.com Instagram: eiyco

Los terrenos son deforestados para vender la madera, la cual se transporta en caballos, en mulas y en embarcaciones que navegan por el río Atrato. Luego, en las tierras, se siembra plátano o palma de aceite.

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El diablo tres películas viste a la moda Opinión

“Un millón de chicas matarían por este empleo.”

para todo fan de la moda y la fotografía

Basada en el bestseller de Lauren Weisberger vemos a la protagonista Andrea atravesar situaciones inimaginables, más que todo caprichos (terrible ambiente laboral) solo para preservar el puesto de asistente de la editora de una de las mejores revistas de moda: Runway para abrirse paso en su carrera profesional en la inmensa Nueva York. Hay escenas cómicas chéveres y una muy particular donde se explica todo el sistema moda.

Texto: Mateo López www.anvverso.com | Instagram: anvverso Las joyas en la industria de la moda no solo vienen en forma de perlas y collares de diamantes. ¿No me creen? Desde Anvverso, un blog dedicado a compartir tendencias, artículos y fotografía de moda se hizo una recopilación de 3 joyitas del cine que no puedes dejar pasar si de moda y fotografía quieres aprender. Solo nos queda decidir cómo quieren las crispetas ¿Dulces, saladas o combinadas?

Plus: Nos nombran marcas como: Chanel, Manolo Blahnik, Carolina Herrera, Marc Jacobs, Oscar de la Renta y grandes fotógrafos de moda como Patrick Demarchelier y Mario Testino.

Gia

The Neon Demon

“Esto es la tierra, no el cielo. No tienes que ser perfecta…” Un filme con una decadencia tan latente que te hipnotiza con cada minuto que pasas al verlo. Gia Carangi, considerada la primera supermodelo dejó un legado gigante para el modelaje y sus sucesoras (como lo fueron Linda Evangelista, Naomi Campbell o Cindy Crawford) en mediados de los 70’s e inicios de los 80’s. Irrumpió en la estética pulcra de las modelos de su década con sus aires andróginos y un poco trash. La drogadicción fue su sentencia de muerte y aunque esta película no tiene un gran despliegue en cuanto a planos y fotografía su escena final es un gran regalo visual que deja un sinsabor en el corazón.

“La belleza no lo es todo. Es la única cosa” El horror, el surrealismo moderno y el mundo de la alta moda se funden en un filme tan oscuro que la belleza misma es el animal más peligroso que puede existir. Acompañamos a Jesse -la protagonista- en un travesía por la ciudad de Los Ángeles comenzando su carrera como modelo, viendo su transformación hasta ser el objeto de deseo más oscuro para las altas esferas del mundo de la moda. La abundancia de planos fotográficos enriquecen cada escena pensada milimétricamente, sin mencionar el manejo de iluminación tan detallado -prácticamente cada escena es construida a partir de la iluminación- que por cierto es un juego de claros oscuros vs iluminación neón con todo el manejo estético ochentero reforzado por el Synth wave como banda sonora.

Plus: Nos dejan grandes nombres de fotógrafos como: Francesco Scavullo, Chris von Wangenheim y Wilhelmina Cooper fundadora de Wilhelmina Models. Los planos de composición, los esquemas de iluminación, el vestuario y la música, son esos componentes que unen a la fotografía, la moda y el cine, llevándonos décadas atrás para aprender o viajar milenios adelante para visionar. Para gustos, los colores; pero el cine dejémoslo para inspirar. ¡Nos leemos luego!

Plus: El surrealismo manejado tanto desde la iluminación como desde las metáforas visuales mostradas entre glitter, panteras, rosas, triángulos y baños de sangre al mejor estilo de Cleopatra. 7


cromo

monocromo

mono

describir es destruir sugerir es crear.

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Robert Doisneau Fotógrafo Francés (1912-1994) Autor de la polémica fotografía titulada “Le baiser de l'Hôtel de Ville.” Su obra representa un vasto documental de la vida cotidiana en París.

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crónica

viki ospina El diario de una vida

Texto y fotografía: Carlos Córdoba carloscordobafoto@gmail.com Instagram: _andariego Una cuenta regresiva marcan los pasos que da Viki Ospina al descender por las escaleras del frente de su casa. La observo del otro lado de una reja mientras convierto sus pisadas en recuerdos de cada palabra, minuto y kilómetro que recorrí en su búsqueda. Tres escalas, dos escalas, una escala. Mirar en dirección a una fuente lumínica te ciega. Por el contrario, ver de cerca a Viki no hace que tus ojos se encandilen; cada rayo de su luz te acoge, te recibe. A su lado las barreras que produce el ego de la fama no existen, su carisma las dinamitó y sobre las ruinas edificó un puente que conduce a algo más que la puerta verde de su casa: con el giro de la llave al interior de la cerradura se abre ante mí su historia, su vida. ¿Quién es Viki Ospina?

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Viki obtura y su fotografía es portada de El Periódico. De ahí en más vienen numerosas publicaciones en medios como El Tiempo, El Siglo, The Washington Post, Revista Cromos, Revista Diners, Revista Gaceta, y su trabajo para la agencia Reuters.

- Desde muy pequeña me preguntaba quién era yo y cuál era mi propósito en el mundo. En la vida de María Victoria Villalba Stewart nada ha sido casualidad. Aquellas preguntas infantiles la llevaron a tomar el camino de la Filosofía como la profesión que le permitió encontrar en la fotografía su verdadera vocación. Después, con el peso de una cámara entre sus manos y la compañía de su perro Mao, fue fotografiada en la Plaza de Bolívar mientras registraba los momentos de tensión que se vivían a causa de las elecciones presidenciales entre Misael Pastrana Borrero y Gustavo Rojas Pinilla. De aquel presagio fotográfico da fe la primera plana del periódico El Espectador publicado el martes 21 de mayo de 1970 que, bajo el titular, “Turista extranjera capta el ambiente post-electoral en Bogotá”, incluye la fotografía realizada por Sánchez Puentes de la que Viki y su mascota son protagonistas.

-La fotografía es una verdad interior que reconoces en el exterior. -Entonces, Viki, ¿Tienes una fotografía que haya sido tu mayor verdad? -Cada vez que hago una fotografía siento esa verdad. ¿Quién soy yo? La fotógrafa de la clase obrera y campesina. La de las manifestaciones y movimientos de izquierda. La que sintió el zumbido de las balas al pasar por su cabeza durante la toma del Palacio de Justicia. La ciudadana del mundo que llevó, en los colores de sus fotografías, el Carnaval de Barranquilla hasta París. La fotógrafa de la cultura popular cuyas imágenes fueron referentes del País ante los viajeros que cruzaron por las salas nacionales e internacionales del aeropuerto El Dorado durante los años 1998 y 2006. La mujer de sonrisa amplia y cabello rojo que permanece sentada frente a mí bañada por la luz de las 5:00 p.m. –una de sus favoritas, además de la que es visible en las primeras horas de la mañana- porque “lo permea todo de encanto”.

- ¿Tuviste algún tipo de formación fotográfica después de haber estudiado Filosofía? - ¡Ninguna! Recibí media hora de clase, el resto, surgió del poder de la voluntad y de la intención, y la intención, es creadora. Pronto su persistencia se convertiría en la fotografía titulada “Niño con aro” del año 1975. En la escena, la espontaneidad de un gesto y la creatividad de quien impulsa un aro con una vara quedaron incrustadas en el tiempo, para siempre.

-¿Quieres un té? – Me pregunta. Ante mi afirmación, se dirige a la cocina mientras mis ojos escudriñan cada rincón de su sala.

¿Quién soy yo? Victoria - como su segundo nombre - es el adjetivo que describe su carrera: triunfó al convertirse en una de las primeras reporteras gráficas de Colombia durante una época en la cual se subestimaba la capacidad de las mujeres para cubrir algo más que eventos sociales.

Si para Stieglitz las fotografías de nubes eran equivalentes al estado anímico del fotógrafo, el interior de la casa de Viki, se parece mucho a ella: es cálida y llena de fotos - que siendo bastantes no alcanzan a igualar el número de historias que conserva en su memoria lúcida, clara y vivaz. -Regresa con un juego de pocillos pendiendo de una estructura metálica y un recipiente con agua caliente-.

Otra vez, el destino, la liga a una imagen: un policía está a punto de golpear a un manifestante, 11


“la fotografía

es un acto de complicidad

con la vida. “

Viki Ospina

Fotografías y archivo personal de Viki Ospina - Todos los derechos reservados

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-Desde que empecé a hacer fotografías me fascinaba la vida del pueblo. La encontraba tremendamente creativa.

Ese sentido de “totalidad con la vida” le permitió mirar a los ojos al presidente de turno y al vendedor de la plaza de mercado, al futbolista y al obrero, a sus amigos y a sus hijos. Allí, donde hubiese vida, estaba Viki presta a capturarla:

¿Quién soy yo? La amante de la luz porque: “Es lo más ligero e inteligente que hay: ligero porque no tiene cargas e inteligente porque ha visto toda la historia de la humanidad”. Dice sentirse “viva y en el presente” únicamente en el instante en que el visor de la cámara forma un todo con su ojo y está lista para disparar.

-Con la fotografía se hacen necesarios los diálogos largos. Por eso me encanta trabajar en secuencias, porque las secuencias son el tiempo de la vida. ¿Quién soy yo?

-Para hacer buenas fotografías necesitas entrar en un estado de gracia, de inocencia. Ser como un niño. Salir de blanco al mundo.

Una fotógrafa con cincuenta años de carrera -dieciocho de ellos dedicados a la docencia- que se puede resumir en la forma de un rectángulo: del visor de la cámara a las cubetas del laboratorio. Del negativo de la película al positivo en el papel. De su Canon F1 a una Leica Dlux. De las carpetas y cajas que atesoran su historia tangible a los discos duros que preservan su obra en archivos electrónicos.

Viki es fiel a sus palabras. En sus fotografías puede notarse que detrás de la cámara hay alguien con comportamientos propios de un infante: curiosidad, sorpresa, búsqueda y –sobretodo- encuentro. El mismo que la condujo a fotografiar a “La gallada”: una imagen en la que inmortalizó a un grupo de cuatro niños de la calle. Ese fotograma -creado en una película Kodak TriX- representó su pasaporte de ingreso a la Revista Cromos y es, ahora, su fotografía más reconocida.

De la sala pasamos a su estudio. Entre las pilas de cajas de marcas de papel destacan otras más grandes rotuladas con cinta de acuerdo al tema: fotofija, arquitectura, los gamines. Entre las estanterías de madera hay pequeños montones de fotografías que aún están sin ubicar: son de su última exposición. Las revisamos.

¿Quién soy yo? Integrante de su propia gallada bajo el nombre de Los Mantos. Un grupo de amigos –donde además estaba Sebastián Ospina, el papá de sus hijos- que nació durante la época de los Beatles y los Stones, del cabello largo y la fraternidad. Era la época hippie.

Entre el cúmulo de fotos hay una que hizo en 1970. Se trata de un trabajador parado en el umbral de una puerta sosteniendo un periódico al lado de una pila de llantas. Impreso en el papel se lee el título “El diario de una vida”:

-¿Qué conserva Viki Ospina de la época del hippismo?

- ¿Qué diría el diario de tu vida, Viki?

-El amor por la naturaleza y el sentido de totalidad con la vida, sin divisiones ni fragmentaciones. Creíamos en el sendero interior que era el camino que nos permitía cambiarlo todo, de adentro hacia afuera. Hablábamos el lenguaje del corazón.

-Luz, como el sistema de zonas de Ansel Adams. En algún momento de mi vida estuve en la zona 0 y luego conocí la zona 10. Ahora, busco la zona 5; el camino del medio, el de la paz interior. 13


“Nacer, crecer, trabajar, trabajar, trabajar, morir”. Algunos se rigen por esta doctrina en la que el concepto de triunfo se ve limitado por un horario y una cuenta bancaria medianamente llena a fin de mes. Aunque las estadísticas de desempleo en Colombia son muy fluctuantes, son miles las personas que se desplazan diariamente por Bogotá ya sea para cumplir con un contrato o para dedicarse al “rebusque”. A pesar de que colapsan en las horas pico, los medios de transporte masivos, siguen siendo la opción preferida por el proletariado para llegar a su punto de destino. Son muchas las ventajas que brinda esta opción: economía, rapidez y un poco de contacto humano, solo un poco. Mañanas y tardes, entrada y salida, 8:00 a.m. y 6:00 p.m. son los momentos en que convivo con la masa y es cuando tengo mas alerta mis sentidos ante situaciones que despiertan mi curiosidad.

proyecto

Como fiel observador de los comportamientos de la ciudad he identificado algunos patrones comunes de inconciencia en las personas una vez están en el bus o en el articulado. Dichas actitudes son evidentes si se les ve como un todo puesto que hay montones de similitudes en sus expresiones, comportamientos y hábitos: caras largas, gestos soñolientos o situaciones ocasionales de amor hacen parte de la rutina mientras el bus avanza.

En 4 ruedas

En 4 Ruedas es un experimento social en el que a diario trato de identificar las conductas de la masa trabajadora que se desplaza por Bogotá. Aunque sus protagonistas no se rigen por el estereotipo de traje y corbata, sus gestos y comportamientos son el común denominador.

Texto y fotografías: Sebastián Delgado C sdelgadocaicedo@gmail.com Instagram proyecto: en4ruedas Instagram Sebastián: eseviajero 14



reportaje

eterno combate Texto y fotografía: Carlos Córdoba carloscordobafoto@gmail.com | Instagram: _andariego

Viernes, 8:00 a.m, camino por el centro histórico de Cartagena mientras el calor y la humedad aún duermen. Estando en la Torre del Reloj, tomo un taxi. -Buenos días. Por favor me lleva a Pie del Cerro.

Al fondo, un hombre los supervisa. Es alto y viste una camisa blanca con pantalones cortos azules. - ¿Usted es Aníbal González? – Va en mi dirección y con la timidez propia de un primer encuentro, nos saludamos.

El taxista me mira por el retrovisor panorámico. En su cara, un gesto de desgano antecede la puesta en marcha de su máquina color amarillo.

- ¿Qué hay de cierto en que su Club es el último gimnasio de barrio que queda en Cartagena? – Le pregunto.

Después de tres vallenatos, cinco pulsiones a la bocina y dos madrazos, llegamos.

-Es verdad. – replica sin dudar-. Este es el único lugar donde puedes entrenar como se hacía antes. Muchas personas vienen aquí por eso, les gusta.

- Es por aquí a la derecha- Me dice el conductor, trazando el camino con una de sus manos. Abandonar el aire acondicionado del taxi me recuerda mi condición de foráneo: los labios secos, la frente húmeda. Dos filas paralelas de casas se levantan contiguas al callejón por el que debo caminar. Al fondo, sobre mi costado derecho, un aviso abarca horizontalmente una de las edificaciones, dice: Club de boxeo mixto Aníbal González. Mi lugar de destino. El gimnasio, localizado bajo el número 31-88, luce una fachada de color blanco opaco. Sobre esta se encuentra fijado un anuncio en caligrafía con pintura negra, reposa una bicicleta, se sostiene una llanta y un tapete verde antecede la entrada. Desde afuera no parece haber nadie al interior.

El año 1986 vio nacer al Club de boxeo mixto Aníbal González. El paso del tiempo se ha manifestado en algunas de las fotografías que decoran el lugar dejando a su paso caras cuarteadas y colores desteñidos. También, los años han invadido de color amarillo cada uno de los recortes de periódico que se aferran ferozmente a las paredes. Al parecer, todo aquí hace parte fundamental de los cimientos: de algunas esquinas del cuadrilátero se desprenden vigas que ayudan a soportar la estructura de dos pisos.

Su interior lo complementan un área con sacos de boxeo contiguos a la vitrina donde están guardados los guantes y otros aditamentos. Al frente, donde está el ring, hay un espejo y sobre este un televisor. Finalmente, al fondo del gimnasio, un par de llantas yacen Me acerco al umbral de la puerta y observo horizontalmente al lado de algunas pesas y otras algunas personas realizando su rutina de ejercicio. máquinas para hacer ejercicio. 16


-El boxeo es el deporte de los pobres- sentencia Aníbal cuando le pregunto si recibe alguna clase de apoyo gubernamental. Y agrega que, para realizarlo de forma idónea, se necesitan muchas cosas que inician con una correcta alimentación de los practicantes pero que muchos de ellos no cuentan con los recursos ni para comprar sus propios guantes. Aníbal, cuyo Atlas Farnesio, soporta el peso de su Club ante una economía empecinada por acabar con proyectos que, aunque útiles y necesarios para la sociedad, son invisibles ante el Estado. Por eso, aunque el gimnasio percibe algunos ingresos a modo de mensualidades, la materia prima que conserva sus puertas abiertas proviene del amor al boxeo. - Fue el primer deporte embajador de Colombia. Dice, González, en un tono cargado de nostalgia. Asiento con la cabeza puesto que encuentro verídico su fundamento: si de logros se tratase, los púgiles pusieron sangre, sudor y títulos en la labor de representar a un País que acabó por retirarles el apoyo económico y moral para entregárselo a un grupo de próceres vestidos con el tricolor nacional y que han perdido todos los asaltos. 17


En el transcurso de mi conversación con Aníbal varias personas abandonaron el lugar. Dejaron, a manera de testigos de su esfuerzo, pequeños charcos de sudor sobre la lona que cubre una porción del suelo. Entre los que quedamos está Gabriel, uno de los boxeadores, y Bryan, quien dirige su entrenamiento pero que también practica activamente el deporte. Observo la mecánica de su rutina: Durante varios minutos, Gabriel golpea sin descanso lo que algún día fue un rostro pintado a base de líneas blancas que se perdieron a causa de los guantazos. Su director de entrenamiento, con cronómetro en mano, le avisa cuánto le resta para descansar: - ¡Vamos que quedan diez! – Le grita. Mientras descansa, Gabriel camina en círculos, eleva una mirada al cielo con los ojos apretados, se seca el sudor, aspira una bocanada grande de aire y está listo para continuar. Uno. Dos. Tres golpes. Finaliza una última serie. Mientras se quita los guantes su mirada se ve distorsionada por el sudor. Sentado en un lateral del ring y con la agitación a todo galope, me cuenta el origen de su motivación: ser campeón mundial. La determinación con la que lanza los golpes es igual a la seguridad que desprenden sus palabras. Sin dudas, él lo será. Se acerca el mediodía indicando un receso de dos horas. Antes de retirarme dejo flotando sobre el aire del gimnasio la promesa de regresar. El boxeo es un amor que se manifiesta todos los días entrenando o combatiendo. Lanzando jabs o recibiendo rectos. Con las rodillas sobre la lona o con los labios besando el cinturón. Por eso, el Club de boxeo de Aníbal González resiste, resiste. 18


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hoja de estudio ¿Cuáles fotógrafos colombianos hacen parte de mis referentes?

Desarrollar una serie con base a uno de los siguientes temas: Túnel del tiempo

Encuentros fugaces

Poema visual

Lo que queda

Se sugiere acompañar la serie de título y texto. ¿Quieres compartir con nosotros tu resultado? Envíalo a revista.monocromo@gmail.com o por medio de Instagram: @revista.monocromo.

agenda junio-septiembre

exposición

Luz y Sombra

El arte de la observación Organizada por Viki Ospina en compañía de sus alumnos de foto análoga. Del 7 junio al 7 julio Galería Flexible (Arte sin Ego) Carrera 7 # 32-16, segundo nivel C.C San Martín, Bogotá

exposición

Hacer visible lo invisible Organizada por el Instituto Henry Agudelo Parque Biblioteca José Horacio Betancur, San Antonio de Prado Disponible hasta el 9 de julio de 2019

Exposición: Coca, la guerra perdida Trabajo fotográfico de Carlos Villalón OjoRojo Fábrica Visual - Carrera 5 # 26c - 62, Bogotá Disponible hasta el 24 de agosto de 2019

concurso latinoamericano de fotografía: los trabajos y los días Edición # 25 del concurso de fotografía documental organizado por la Escuela Nacional Sindical. Envío de fotografías hasta el 29 de agosto de 2019 Bases y categorías en: http:/ /concurso.ens.org.co/

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