Revista 1986 #11

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Colaborador especial: Sebastián Srur. Producción periodística: Francisco Ríos. Colaboran en este número Germán Balcarce, Rodrigo Daskal, Favio Assad, Emilio y Emiliano Oppezzo (material fotográfico), David Trezeguet, Chino Recova, Juan Farias y Leo Peluso.

Agradecimientos Julieta Arias, Juampa Zumpano, Leo Godoy y Fernando Lombraña.

La otra Máquina

Ilustración: Esteban Serrano. Dirección de Arte: Sebastián Parra. Diseño web: Constanza Santilli. (No es familiar de ningún dirigente) www.revista1986.com.ar

Fotografía: Diego Haliasz. Corrección: Clara López Colmano. Dirección Comercial: Favio Paradiso para Foja Cero Producciones. Contacto Tel. 4393-2447 / 4393-2453 www.foja-cero.com.ar Info@revista1986.com.ar

Idea y realización: Facundo Pastor para Foja Cero Producciones.

Impresión: Galt Printing - Ayolas 494 C1159AAB Buenos Aires, Argentina 4303 3723 - info@galtprinting.com

Prohibida su reproducción parcial o total. Registro de la propiedad intelectual en trámite. Las notas corren bajo exclusiva responsabilidad de sus autores y las publicidades bajo exclusiva responsabilidad de los respectivos anunciantes.

River ya pasó lo peor. Ya vivió un año entero donde nadie hubiera imaginado. Pero el descenso nos devolvió a nuestro lugar en el mundo con secuelas indelebles. La impaciencia y la desesperación barren con todo y se llevan puestos a los referentes más queridos de un club que no levanta cabeza. Alguna vez en nuestra historia, el mundo del fútbol destacó aquel equipo bautizado como La Máquina. El apodo acuñado por Borocotó, un destacado colega de El Gráfico, sirvió para calificar a aquella delantera imparable compuesta por Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau. Corría el año 1942 cuando un River letal le ganaba 6 a 2 a Chacarita Juniors por la octava fecha del torneo. Eran otros tiempos, de mayor concentración en los valores reales de este deporte, tiempos de un fútbol más genuino y menos comercial, tiempos donde la pasión era por los colores y no por el dinero. Algunos preferían referirse a aquel equipo como Los caballeros de la angustia ya que muchas veces no definían el partido hasta poco antes de que se diera por terminado. Todos los domingos River bailaba al rival: jugaban, tocaban, desbordaban y desorientaban a los jugadores parados como estacas que admiraban la destreza de nuestras glorias. Por su estilo de juego, La Máquina fue muchas veces comparada con las grandes formaciones de la historia del fútbol. Inclusive, se llegó a mencionar a ese equipo como “antecesor” de la famosa Naranja Mecánica, como se apodaba a la Selección holandesa que disputó el Mundial de Alemania 1974. En aquella época, La Máquina no tenía un conductor definido, era un conjunto de individualidades que agrupadas lograban lo mejor. Pero el paso del tiempo hizo lo suyo. El recuerdo de los años de oro quedó velado por el polvo que surge del funcionamiento de una nueva Máquina, la que despelleja ídolos y logra que las glorias más queridas del club sean vapuleadas. Un combo perfecto entre la impaciencia del hincha, la ineficacia de los jugadores y el cuerpo técnico, y las decisiones inexplicables de los dirigentes que comandan el club. Bienvenidos al #11, River merece un nuevo lenguaje y también merece que alguien desenchufe esa Máquina de destruir.


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revistamilnovecientosochentayseis Número 11 - Año 1 - Septiembre de 2012

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06. Nota de Tapa: Un informe especial repasa los resonantes casos de ídolos del club que terminaron mal con la institución. // 10. La caída: Cobertura especial del mal momento futbolístico. // 18. No a la violencia: Los violentos y otro acto repudiable. // 20. Cultura Millonaria: Homenaje a la mejor revista que tuvo River. // 24. Retrospectivas: Postales de otros tiempos. // 26. Hablemos de fútbol: Cómo se entrenan los arqueros millonarios. // 28.

Investigación 86: Votar a los 16. // 32. Cuentos de la banda: Cornaglia, marche preso. // 34. Comic86: River desde el humor.


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Un análisis del presente de River demuestra que todas las grandes glorias fueron maltratadas y vapuleadas. Por qué algunas figuras pasan del amor al odio. Por qué nuestros ídolos se van mal del club. El increíble caso Labruna y la tarde que le prohibieron la entrada al Beto Alonso. Las críticas al Pelado Almyeda y el abandono al Burrito Ortega.

Operativo

Autodestrucción Por Facundo Pastor Informe especial: Francisco Ríos


E T I B I R C S SU




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Fotos Gentileza Emilio y Emiliano Oppezzo

La caída

Almeyda probó con el lateral Diego Martínez. Cumplió a pesar de su inexperiencia.


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Maidana sale lesionado: rotura de ligamentos. Tiene para cinco meses. Era clave en el esquema defensivo de Almeyda.

River acumuló dos derrotas seguidas. El equipo no levanta cabeza y vuelve a complicarse con el promedio. Juega mal y no suma de local. Perdió 1 a 0 con un Racing que apenas pasó la mitad de cancha.

Después de sus polémica declaraciones, Lanzini tuvo su oportunidad. Apenas una ráfaga de buen juego.


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“Ya se ganó al hincha” Por David Trezeguet

Tiene un futuro importante. Cuenta con todas las cualidades futbolísticas para acoplarse bien al equipo. Esto recién empieza y su misión es darle continuidad a tanto talento y potencia. Le veo mucha pasta, es virtuoso. Se ganó al hincha de River con ese partido ante Newell’s. Ojalá, por el bien de River, que Rodrigo la rompa.


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La historia jamás contada del crack uruguayo. Sus comienzos, su paso por Europa y su llegada a un club que necesita de su talento. Por qué despertó tanta alegría en el hincha de River. os tatuajes nítidos sintetizan los sentimientos más importantes para Rodrigo Mora. Uno está en el brazo izquierdo. Allí, se encuentra escrito el nombre de su madre. Mary falleció cuando él apenas era un niño de 12 años y solía escaparse al campito para jugar al fútbol con sus amigos. Semejante pasión por el deporte más popular del planeta también tiene su lugar en la piel. Es que tiene una pelota y un par de botines ilustrados en una de las pantorrillas. “Es mi vida”, asegura siempre el Pulga, tal como lo conocen desde pequeño en el barrio donde dio sus primeros pasos. De familia humilde, con seis hermanos (tres varones y la misma cantidad de mujeres), nació en Rivera. Situada 500 kilómetros al Norte de Montevideo, es la capital del Departamento que lleva ese mismo nombre. Ahí, la Selección Argentina, dirigida por Daniel Passarella, quedó eliminada de la Copa América de 1995. Ocurrió ante Brasil mediante la famosa mano de Tulio. Admirador de Ronaldo, el fenómeno carioca, el atacante tranquilamente podría haber nacido en las mismas tierras que su ídolo. La razón es simple: su ciudad, de apenas 100.000 habitantes, limita con Santa Ana do Livramento. Pero no hay puentes, túneles ni barreras entre un lugar y otro: se trata de una frontera seca, entonces, cruzar una calle determinada implica el pase de un país a

La ilusión

Mora

Por Germán Balcarce Fotos Diego Haliasz Producción Periodística Sebastián Srur

otro. Sin embargo, las raíces charrúas están plenamente arraigadas en las costumbres cotidianas del punta. Le gusta tomar mate durante sus tiempos libres, escucha cumbia, un poco de reguetón y no oculta su amor por Peñarol, donde jugó en el primer semestre de 2012. El miércoles 15 de agosto, Mora aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza con una valija llena de esperanzas. Ni siquiera tuvo tiempo de instalarse en su nuevo hogar durante las primeras horas. Se sometió a una serie de exámenes médicos y atendió a la prensa en un hotel ubicado cerca del predio que posee River. “Es un club grande, extraordinario. Creo que todo sudamericano quisiera estar en el lugar en el que hoy estoy yo”, manifestó, antes de completar la segunda tanda de análisis en una clínica de Belgrano. Al día siguiente, en el pleno césped del Monumental, hizo su primera práctica con el plantel. Comenzó el ensayo para los suplentes y dejó una imagen muy positiva, al punto tal de que terminó jugando para los titulares. Con velocidad, desequilibrio en el mano a mano y remates potentes, generó que sus nuevos compañeros abrieran bastante los ojos. Enseguida, pidió la camiseta con su número preferido para utilizar en el terreno de juego: la 11 (que dejó vacante Lucas Ocampos). Pero los trámites burocráticos de su pase impidieron que debutara inmediatamente. Recién el 2





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Fecha 7. Liniers, 16 de septiembre. Mientras River era superado en la cancha por Vélez, desde la tribuna los violentos decidieron parar el partidoamenazando con ingresar al campode juego. Muchos hinchas abandonaron la tribuna señal en de repudio.A la salida del estadiola policía reprimió de manera indiscriminada. Un historia repetida.Violencia por todos lados.

SUSCR

www.revista


RIBITE

a1986.com.ar

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Un homenaje a la vieja Revista River, fuente histórica de la cultura riverplatense. Su particular estilo. Su compromiso en una época donde ya asomaban las internas políticas.

l 15 de septiembre de 1944 salía a la calle por primera vez y al precio de 20 centavos, la revista partidaria River, presentada como revista deportiva ilustrada bajo el lema “Una voz riverplatense para todos los deportistas”. Con el paso de las décadas, la revista pasó a conformar un verdadero acervo histórico como fuente privilegiada sobre la historia

to medio partidario no oficial puede observarse en el análisis de sus primeros números, que irán prefigurando el perfil de la revista y a su vez, a la revista en sí como expresión de un club y del mismo como un mosaico de conformación de una cultura específica y de subculturas, de una institución en la cual se observan prácticas y vivencias concretas a la vez que significados y valores.

La revista River

Una voz para todos los riverplatenses

Por Rodrigo Daskal • Fotos Archivo Rodrigo Daskal - Archico Revista River

del Club Atlético River Plate, aportando -en una serie de dimensiones como la futbolística, la institucional y la política- datos, fotografías e historias difíciles de obtener en otros documentos. Si bien las revistas partidarias tenían ya un lugar alrededor de algunos clubes, la dimensión que adquiriría River en tan-

La revista se presenta como llamada a ocupar un espacio vacío, el de un fuerte compromiso afectivo y una concepción moral vinculada a la justicia y a la razón, asentadas en el deporte y en la cultura atlética general, de la cual River Plate sería el mejor de sus exponentes, y como una voz, también, de índole pasional y partidaria. Ello se observa en la fuerte glorificación tanto de la historia futbolística del club como de sus simpatizantes, y en la defensa enconada de la institución frente a “los de afuera”, pero también, ante algunos “de adentro”, principal-


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mente, ciertos hinchas de fútbol. Dice el primer número: “Respaldados por tan gloriosa tradición, los dirigentes actuales y los futuros no pueden fracasar; cuando sientan decaer sus fuerzas, les bastará recordar el valor, la fe y la confianza que en River Plate pusieron los hombres que lo llevaron de la Boca a la Avenida Alvear o los que proyectaron y construyeron, sin

nueva sede social en el centro de la ciudad, para complemento del Estadio Monumental. Con un lenguaje epocal de tono marcial y realizando un llamado a la movilización y al deber de los socios -aunque no basado en un sentido bélico sino antes que nada institucionalista y cívico, dirigido al compromiso pasional para con el club-, River nos mues-

dinero, nuestro Estadio Monumental”. En sus páginas se ven reflejadas, además de las noticias del equipo de fútbol, las actividades deportivas, sociales y culturales del club –que incluía la sección “La mujer en River Plate”- fotografías de las distintas actividades, entrevistas a jugadores o hinchas reconocidos de la farándula, los vínculos con los poderes públicos de la época y, de manera muy marcada en los primeros números, la voz de los dirigentes -liderados por Antonio Liberti-, quienes se encontraban abocados a la compra de un edificio como

tra en su número inicial una fotografía cuyo marco es una recepción antigua con un teléfono en la repisa, dos columnas a los costados y, como eje central delante de la recepción, una gran maqueta de un edificio de más de veinte pisos. Entre las columnas y en la parte superior cuelga un cartel con la siguiente frase: “¡¡Movilización!! CRUZADA RIVERPLATENSE 19441945. Conozca los postulados de esta cruzada. Firme el libro de oro de River Plate. Cumpla la orden de movilización social. Entérese de su misión en la Cruzada Riverplatense 1944-45”. Ya en su

La revista se presenta como llamada a ocupar un espacio vacío, el de un fuerte compromiso afectivo y una concepción moral vinculada a la justicia y a la razón, asentadas en el deporte y en la cultura atlética general, de la cual River Plate sería el mejor de sus exponentes.




Mandá tu foto a retro@revista1986.com.ar

Gabriel Delfino de La Plata, con un tesoro en blanco y negro. Tenia 7 años y la imagen fue tomada en Punta Lara en 1972. También hizo a su hijo gallina. La imagen color, fue tomada en 1989.

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Por Favio Assad

Socio. Abogado e investigador del Estatuto de River Plate.


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ijo Khalil Gibrán, el gran poeta: “En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente”. El Club Atlético River Plate, el más grande, el coloso en títulos, hubo de vivir su invierno crepuscular más largo y lacerante luego de que un fatídico e inolvidable 26J nos pusiera de frente a todos nuestros miedos y debilidades, sumiéndonos en un desafío colosal que tenía dos objetivos progresivos: vencer en un torneo ajeno a nuestra prosapia lo más velozmente posible, de modo de no “acomodarnos” a una realidad frustrante y lograr lo más difícil, lo que elegí por título en algún artículo pretérito, el enorme trabajo de “volver a ser”. Mucha fue la frustración, mucho el dolor, larga la agonía, pero desde el abismo –y sólo desde allí- cuando el gigante bajó de los cielos al ras del suelo, pudo observar claramente, lo que resultaba poco visible desde las alturas de la gloria. El amor incondicional de su gente, su gran lealtad y lo más maravilloso y sorprendente, las nuevas generaciones de riverplatenses de unos 14 años en adelante, que acudían en masa a decir “presente” como nunca antes.

diario, de lunes a viernes y sin respiro. Nuestros chicos tenían dos caminos, no existía una tercera alternativa: quejarse y resignarse, o inflar el pecho y “ocuparse”. La opción quedó reflejada prematuramente en las oficinas de “Atención al Socio”, que raudamente se pobló de purretes que bregaban por su primer carnet institucional. Allí estaban, siempre de a montones, con escudos estampados en sus mochilas y carpetas, ¿de dónde salieron tantos? Se los vio despojando a las casas de deporte de toda indumentaria que llevara los gloriosos colores del millonario, se los vio también, alentando en las canchas del descenso, repartiendo panfletos en las zonas aledañas al monumental y reuniéndose en tertulias con amigos de la banda donde ya no se hablaba de salidas nocturnas o del género opuesto, sino de la actualidad de River. Motorizados por el gran amor por la camiseta, sus pocos abriles no les impidió comprender que River necesitaba de una nueva generación de dirigentes y del impulso de ellos mismos, generado por la participación activa en un club que poco se parecía al que le habían descripto sus padres y abuelos.

Motorizados por el gran amor por la camiseta, sus pocos abriles no les impidió comprender que River necesitaba de una nueva generación de dirigentes y del impulso de ellos mismos... La incursión masiva de los pibes en la vida del club tiene una explicación lógica, ellos lidiaron con la peor parte del descenso. En efecto, fue en las aulas de las escuelas y los colegios donde la debacle riverplatense se combatía a

La “política riverplatense”, rápida de reflejos, les abrió las puertas y les guardó un asiento en las mesas de debate, su rol quizás pase más por “absorber” que por “plantear” –y esto no está mal ya que es propio del proceso

La tendencia nacional de “participación política” de los más jóvenes se trasladó a River. Son muchos los movimientos integrados por pibes que no pueden votar a sus propias autoridades. Qué dice el estatuto.



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Cornaglia,

marche preso El sábado 22 de octubre de 1955, River le ganó a Chacarita por 4 a 2 por el torneo de cuarta división y en esos 85 minutos de juego empezó y terminó una historia que me fue revelada hace algunos meses en la confitería del club.

Por Leonardo Peluso Periodista del Diario Popular y de la Agencia Télam. Hace 16 años que trabaja cubriendo River.

Mandá tu cuento a cuentosdelabanda@revista1986.com.ar


E T I B I R C S SU


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Esteban Serrano Autor de Sábado, souvenir de la B. Buscalo en http://nosomoshungaros.blogspot.com/. Es

Diseñador Gráfico egresado de la UBA e hincha de River, fanático.


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