• OCTUBRE 2014 • AÑO 2 • • NUMERO 22 • • PRECIO $ 30.00 M.N • • WWW.451efe.mx •
PERIODISMO NARRATIVO DE HIDALGO
Tres años sin Miguel Ángel Granados Chapa Silvia Cherem
*ALMA SANTILLÁN: URGENCIAS: el diario debate entre la vida y la muerte *JOSÉ LUIS ORTIZ SANTILLÁN: Volando sueños *CRISTÓBAL ROJAS MILLÁN: De Dios y de mentes brillantes *GERARDO BORBOLLA: Modacentrismo, ropa y mucho más 1
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Texto de recepción del Premio Hidalgo al Mérito Artístico 2014
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a palabra, sus palabras. Eso es lo único que tiene alguien cuando escribe. Ese alguien quisiera compartir, amplia y profundamente cuanto escribe; sin embargo eso no depende de él. Porque él lo único que tiene, repito, es la palabra. Y un lector o una lectora. Puede invocar talentos, capacidades, fortunas; puede convocar a corifeos que repitan lo que él dice. Pero si escribiendo o hablando traiciona sus palabras, los valores que significan sus palabras -digamos, por ejemplo, felicidad, libertad, dignidad, búsqueda, creación-, si las traiciona a ellas y si traiciona a eso, no se merece al lector. Al lector, a ese lector, no a mil, no a un millón, no al mercado ni al mercader, no a la especulación ni a ninguna posteridad. A un lector siempre presente, único, insobornable. No lo merece. En ocasiones, por minutos, merced a circunstancias que no controla ni mucho menos aspira a controlar, alguien que escribe, como yo, obtiene la oportunidad de pronunciar unas palabras. Así que quiero aprovechar tal oportunidad para decir, como siempre, lo que quiero y lo que pienso, lo que quiero para mí y para los otros, lo que pienso que hace falta decir, no para ganar nada sino para que nadie siga perdiendo tanto. Este premio, que recibo con muchísimo gusto y gratitud, lo recibo con el
estilo que me hace ser: como todo lo que merecida o inmerecidamente he recibido. Lo recibo porque no me deshonra ni me fuerza a cambiar el sentido, de lo único que tengo cuando hablo y cuando escribo, mi palabra. Al contrario, porque me honra mucho y me compromete quizás hasta demasiado con esa palabra, con ese lector. Así como hace falta seguridad pública hace falta justicia, hace falta dignidad. Así como hacen falta mucha sensatez, un mínimo de vergüenza, algo de democracia para dirigir a la sociedad, así como hacen falta la verdad de los responsables y la pena a los impunes, así como falta un ambiente sano y sostenible, hacen falta el amor y la honestidad. …Hablar de amor y honestidad en estos tiempos puede parecer falso, ingenuo o cuando menos cursi. Sin embargo este premio, aunque yo lo reciba, en realidad son para el amor y la honestidad. Y así lo acepto, como un regalo que, por honrar el nombre del insurgente Miguel Hidalgo, dio nombre a mi tierra. Esta tierra sin razón y poderosa dijo un poeta, es mi tierra, el lugar donde pasaré toda una vida, se traduce en gente, gente mía que es fuerte, valerosa y valiosa. Pero como no puede nombrar a toda esa gente utilizaré, en su representación, a tres personas.
Primero, a la escritora y periodista Melina González Guzmán, que no asistió a esta ceremonia porque no puede vivir de lo que escribe, y mucho menos con solvencia, como presumió, antes de atacarla por consigna un personaje ficticio que en esa misma ocasión mostró más que suficientemente las tres vías mediante las que él obtiene tal solvencia. En cuanto a honestidad, reconozco la del director general del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, el científico social José Vergara Vergara, por asumir sin ningún reparo la generosidad del jurado que tuvo a bien concederme una distinción que antes mereció una mujer a quien menciono al final por ser primerísima pianista, María Teresa Rodríguez. El amor de la escritora, la honestidad del científico social y el arte de la pianista pesan en mí por ser un honor muy alto y un solemne compromiso (sí, solemne compromiso). Por lo tanto pido a toda mi gente sentirse llamada por sus nombres y apellidos cuando agradezca a Melina ausente, a José presente y a María Teresa eterna la recepción de este premio. A todos y a todas muchas gracias. Elías Agustín Ramos Blancas, Pachuca, Hidalgo. 26 de septiembre de 2014.
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Carta del
• OCTUBRE 2014 • AÑO 2 • • NUMERO 22 • • PRECIO $ 30.00 M.N • • WWW.451efe.mx •
PERIODISMO NARRATIVO DE HIDALGO
Tres años sin Miguel Ángel Granados Chapa Silvia Cherem
*ALMA SANTILLÁN: URGENCIAS: el diario debate entre la vida y la muerte *JOSÉ LUIS ORTIZ SANTILLÁN: Volando sueños *CRISTÓBAL ROJAS MILLÁN: De Dios y de mentes brillantes *GERARDO BORBOLLA: Modacentrismo, ropa y mucho más 1
Directorio Director JAVIER PERALTA ZAMORA Director Editorial MIGUEL ÁNGEL HERRERA HERNÁNDEZ Edición TANIA PERALTA ZAMORA ARTE EDITORIAL LDG. VIANEY TOLENTINO SÁNCHEZ Colaboradores permanentes: AGUSTÍN RAMOS, LUIS CORRALES VIVAR, CRISTÓBAL ROJAS MILLÁN, JULIA ELENA CASTILLO, JORGE VALERIO ÁVILA GÓMEZ, ARTURO TREJO VILLAFUERTE, FEDERICO ARANA, MELINA GONZÁLEZ, ABIGAIL HERNÁNDEZ Ventas, publicidad y suscripciones: 451efe@gmail.com 7711569625 y 7711371878
* 451EFE, publicación mensual* Octubre de 2014* Año 2 Número 22* Editor responsable: Javier Peralta Zamora* Número de certificado de reserva: 04-2013-111313471300-102, expedido por el Instituto Nacional del Derecho de Autor* Certificados de licitud de título y contenido en trámite* Publicado y Distribuido por Consorcio SABINO de Comunicación y Educación, S.A. de C.V. *Domicilio de la publicación: Arcos del Padre Tembleque 130 Fraccionamiento Los Arcos, Pachuca, Hidalgo 42083 *Teléfono 7711569625 y 7711371878* Impreso por Lito Impresos Bernal S.A., Cerrada Bulevar Everardo Márquez s/n Km 2.5 carretera Pachuca Ciudad Sahagún, Pachuca, Hidalgo, CP 42090* Precio $30.00 * Dirección de Internet: http//www.451efe.mx. Prohibida su reproducción parcial o total.
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Miguel Ángel Granados Chapa murió hace tres años, justo un 16 de octubre. “Esta es la última vez que nos encontramos. Con esa convicción digo adiós”, escribió dos días antes, en la que sería la última Plaza Pública publicada en el diario Reforma. Hidalguense, de Real del Monte, Granados Chapa mantuvo de manera permanente contacto con su tierra natal, actuó en consecuencia para buscar remediar atrasos ancestrales a través de la participación política. Periodista ante todo, pocos personajes tan plenos de una convicción absoluta. No se entiende el periodismo mexicano de nuestros días sin su presencia. En este número le presentamos selecciones del libro Por la Izquierda, que amablemente nos permitió publicar su autora Silvia Cherem. Es la biografía de Miguel Ángel, y de ella tomamos las partes que lo dibujan como hombre que nunca pudo dejar de pensar en Pachuca, en su tierra. El abuelo, el padre, el esposo, el hijo memorioso que nunca para de evocar a su madre, doña Florinda. Ahí se lo dejamos. Alma Santillán se fue una noche, dos con sus madrugadas, tal vez tres al servicio de urgencias de un hospital de la capital hidalguense, a escuchar, a mirar para contar, a sufrir para maldecir. El testimonio de primera mano está ante usted. José Luis Ortiz Santillán prosigue el día de hoy la historia de su incorporación a la guerrilla nicaragüense, su paso por Cuba para recibir aleccionamiento. Memoria de los necios ideales hoy prosigue. En la fotografía de nueva cuenta el maestro Javier A. Rodríguez Padilla nos presenta su material, esta ocasión de carnaval, allá en Huautla, allá en la Huasteca. Cristóbal Rojas en su Bar Mirador insiste, argumenta el porqué, a su juicio, la certeza del Dios histórico es endeble. Está usted en su casa. Nosotros al borde de la locura, pero satisfechos de poder anunciarles que a partir del mes de noviembre el ejemplar del mes aparecerá los primeros días del mismo. Como quien dice con este número ajustamos tiempos, cronómetros, relojes, horarios. Es una buena noticia. Bienvenidos los fieles lectores que un día sí, y otro también, acuden al puesto para preguntar por el ejemplar del mes y les dicen que no ha llegado. Bueno pues, desde noviembre nos encontraremos puntuales desde el primer día de la primera semana.
URGENCIAS: el diario debate entre la vida y la muerte Adela* en el palacio de la incertidumbre
POR: Alma Santillán
S
ilencio. Aquí se centrifugan los colores: afuera queda la escala cromática y sólo puede entrar el blanco, en zapatos y batas, en historias clínicas y camillas. Quien traspasa las puertas de una sala de espera debe ordenar silencio a su propia tristeza, a la angustia o desesperación ante un futuro incierto y tal vez inexistente de otro ser humano, conocido o desconocido; adentro solamente caben la templanza, la firmeza, la calma, la reacción veloz y oportuna del que sabe. Aquí hay un diario debate entre la vida y la muerte. Aquí se cree en
la ciencia pero en cada sala hay una estampita de algún santo -uno nunca sabe cuánta ayuda se necesitará a la hora de la verdad-. Aquí el silencio no es el de todos los días; aquí se clava en la boca del estómago y es materia prima del nudo en la garganta. Nadie quiere venir a parar a un lugar como éste, ya sea como residente o como visitante. Porque un hospital es el palacio de la incertidumbre. A menos, claro, de que exista vocación de salvar vidas que de otro modo jamás se hubiesen cruzado en el camino; de sanar a hombres, mujeres o niños
Hay angustia incluso cuando se va de aquí para allá cumpliendo con los “sencillos” trámites de una consulta, haciendo fila en lúgubres pasillos, reuniendo los papeles y copias necesarias para completar el proceso de internamiento, o un estudio de laboratorio que con suerte estará disponible hasta dentro de dos meses. La angustia e incertidumbre son directamente proporcionales a cuán clavadas en el piso estén las miradas, a cuán fluidas sean las conversaciones, a cuánto tiemblen las manos y la voz al atender una llamada al celular. 5
En una sala de espera se aprende a controlar el llanto, porque las lágrimas se acaban con las horas, con los días, las semanas, en espera de noticias. La serenidad, de tanto esperarla, llega sola. La lucidez se vuelve indispensable para recordar horarios y días de visita, lo que se puede llevar al enfermo y lo que no, el diagnóstico y el pronóstico.
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que engrandecen la reputación del médico. Silencio. La sala de espera y el exterior de una sala de urgencias quedan momentáneamente suspendidas cuando de las bocinas sale un: “Familiares de (nombre y apellido)”, porque quien escucha la identidad de uno de los suyos desaparece de su vista periférica a cualquier otra persona u obstáculo animado e inanimado entre él y un informante. Debajo de las sillas dispuestas para ejercer el oficio de paciente se van apilando mochilas, cobijas, colchonetas, sillas, bolsas con fruta, botellas con agua… lo necesario para convertir un metro cuadrado en un bunker que resguardará a una familia que, de manera casi inesperada y quizá sorpresiva, se descubre a sí misma más unida que nunca. No importa qué los ha llevado ahí: un accidente, una enfermedad terminal, un parto natural, una caída o una congestión alcohólica, la angustia de los familiares es base de cada emoción que se respira en un hospital. Hay angustia incluso cuando se va de aquí para allá cumpliendo con los “sencillos” trámites de una consulta, haciendo fila en lúgubres pasillos, reuniendo los papeles y copias necesarias para completar el proceso de internamiento, o un estudio de laboratorio que con suerte estará disponible hasta dentro de dos meses. La angustia e incertidumbre son directamente proporcionales a cuán clavadas en el piso estén las miradas, a cuán fluidas sean las conversaciones, a cuánto tiemblen las manos y la voz al atender una llamada al celular. En una sala de espera se aprende a controlar el llanto, porque las lágrimas se acaban con las horas, con los días, las semanas, en espera de noticias. La serenidad, de tanto esperarla, llega sola. La lucidez se vuelve indispensable para recordar horarios y días de visita, lo que se puede llevar al enfermo y lo que no, el diagnóstico y el pronóstico.
Silencio. Una ambulancia reclama la atención y los tímpanos de todos los presentes porque traslada de urgencia a una mujer que se desvaneció de repente, hace una hora, luego de ir al médico de su localidad por un dolor de cabeza y vómitos nocturnos. El médico de traslado le explica a la familia que deben hacer estudios antes de pensar en llevarla a otro lugar, o siquiera dar un diagnóstico definitivo. La puerta de acceso se cierra ante la mirada incrédula del esposo, hermanas y cuñados de la mujer. Una bata blanca es el boleto de entrada a lugares a los que familiares quisieran acompañar a su paciente, con la ilusión de sostener su mano pero con el desconocimiento de lo que pasa ahí dentro, que quizá es más de lo que podrían soportar. Tal vez sería demasiado duro para ellos ver a su esposo/a, padre, madre, hijo/a, hermano/a estar en manos -literal- de esos seres de blanco (o azul, en el quirófano), a quienes acusarían de poco sensibles, de no tomarse las cosas con solemnidad porque trabajan con música, porque a ratos conversan entre ellos de temas ajenos al paciente. (Los bipbip en un hospital son el equivalente a los ring-ring en la redacción de un periódico, a los bang-bang en un enfrentamiento de capos. Por eso se necesita escuchar música.) Pero seamos realistas: ser médico es una profesión, un trabajo, pues; así como el chef o el contador crean un ambiente en su oficina, un médico propicia el compañerismo, la pasión, la satisfacción por su labor, todo ello, claro, en un entorno lo más agradable posible. Ser médico es, sin duda, una profesión admirable porque requiere un control como ninguna otra (o tal vez como ser bombero, o policía, o narco cualquiera donde haya vidas en juego). Control: no paralizarse, ni por la sangre o por un cuerpo inerte, convulsionado, o que yace expectante de ser reanimado. Para lidiar con la muerte no es imperativo ser lúgubre, ni pesimista, ni fatalista.
La historia de Adela* Adela* tiene cuarenta y dos años, y dos hijos, el más pequeño de ocho años. Hace dos semanas comenzó con dolores de cabeza recurrentes pero anoche empeoró. Su esposo la acompañó al médico y no halló síntomas de alguna enfermedad grave. Media hora después le subió la presión hasta que se desmayó y media hora más tarde estaba ya en una camilla de terapia intensiva, inconsciente. Una tomografía acompaña a Adela, única pista para comenzar a deducir y aplicar cuanta prueba existe para saber por qué ahora no se mueve, no responde a estímulos y, aunque su corazón late, solamente respira con ayuda de un tubo a través de su garganta. En el cubículo están trabajando el doctor titular, un par de internos y una enfermera. Ahí dentro, de una inexplicable manera, la angustia se reduce considerablemente y el aire fluye más ligero que afuera. La enfermera le presenta el caso al doctor, ellos se entienden en términos médicos y comienzan las pruebas que durante más de una década han sido grabadas en su mente a fuerza de estudio y práctica. Respirador a tanto por ciento, frecuencia deseable a tanto, metamos catéter para saber si el corazón trabaja por sí mismo. Cubrebocas, pijama de quirófano, guantes de látex, charola con material quirúrgico, música tecno salida del celular colocado sobre uno de los monitores. Se le hacen a Adela las pruebas básicas y avanzadas de reacción cerebral. No hay respuesta. La tomografía muestra una lesión. Diagnóstico: casi segura muerte cerebral. Cuando estamos en una camilla somos más frágiles que el cristal cortado; el cuerpo está entero (las más de las veces), pero el alma se sale. No hay ese algo que nos hace humanos en unos ojos abiertos por otras manos, la luz que una lámpara les arroja no tiene acceso al interior.
Una bata blanca es el boleto de entrada a lugares a los que familiares quisieran acompañar a su paciente, con la ilusión de sostener su mano pero con el desconocimiento de lo que pasa ahí dentro, que quizá es más de lo que podrían soportar. Tal vez sería demasiado duro para ellos ver a su esposo/a, padre, madre, hijo/a, hermano/a estar en manos “literal- de esos seres de blanco (o azul, en el quirófano), a quienes acusarían de poco sensibles, de no tomarse las cosas con solemnidad porque trabajan con música, porque a ratos conversan entre ellos de temas ajenos al paciente. (Los bip-bip en un hospital son el equivalente a los ring-ring en la redacción de un periódico, a los bang-bang en un enfrentamiento de capos. Por eso se necesita escuchar música.)
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No hay sonido, no hay calor; el pecho sube y baja con ayuda de una máquina pero no se escucha como una respiración; el corazón late, tal vez solo o tal vez gracias a 5 mililitros de una sustancia especial para ello. Pero no hay eco, no hay eso que da vida a cada poro y cada instante. Quizá la parte más difícil de estar aquí no sea ocupar una camilla, sino tener que dar la información a los familiares o, claro, ser los familiares. Ver de frente a quien lleva eternos minutos de angustia, preocupación y tristeza requiere de años de entrenamiento, de desligarse de sentimentalismos (que no sentimientos) y al mismo tiempo ser sensible. Jorge*, la historia del esposo Jorge* es un hombre fuerte, escucha la explicación del estado de salud de su esposa en voz del doctor; ambos, sentados frente a frente, buscan dar y recibir datos de manera pausada pero clara, muy clara. Para comprobar el diagnóstico, dice el médico, sólo resta hacer un electroencefalograma, pero en ese hospital no tienen el aparato, por lo que deben llamar a un médico particular. Aunque Jorge escuchó que ese estudio es caro y no sanará a Adela, sino sólo probará si existen o no probabilidades de que despierte, luego de un suspiro, dijo, sin titubeos: “Que se lo hagan”. Jorge y Adela encabezan una familia humilde, lo sé por sus ropas; son gente de trabajo, lo dicen sus manos y su piel castigada por el sol. Jorge no pudo sino llevar a su mujer
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al hospital de la cabecera municipal, pero deseaba llevarla a la capital del estado, para ver si el diagnóstico era distinto mas el doctor dijo que nada que no se le haya hecho ahí podría hacérsele en la capital del país e incluso en Estados Unidos. Al concluir la explicación, en términos completamente coloquiales y con el tacto que exige la situación, Jorge suelta el aire contenido en los pulmones por varios segundos y vuelve a preguntar, con la voz temblorosa, si no hay algo más que hacer. No, dice en voz baja el médico. Jorge se levanta de la silla que deja la huella de sus manos sudorosas y sale de la pequeña oficina. El diagnóstico es realmente desalentador, lo dijo el médico encargado al pasar la estafeta al médico del turno de la noche, quien se encargaría de monitorear a Adela mientras se le realizaba el electroencefalograma, que podría ser al otro día. El siguiente paso, en caso de no existir actividad en el cerebro, sería desconectar el respirador. Pero hacía dos horas que Adela ya no estaba ahí; estaba su cuerpo, cada kilogramo de su peso, sus manos, sus piernas, pero ella se había ido quizá antes de que la subieran a la ambulancia. Silencio. Los pasillos de un hospital por la noche lucen tremendamente más tranquilos que una sala de espera a lo largo de todo el día. La visita final del médico en turno incluye notas a computadora o a mano, pero todo en calma. En un hospital no es el paciente el que lucha por su vida, es la naturaleza la que responde a un solo instinto: sobrevivir.
Cuando estamos en una camilla somos más frágiles que el cristal cortado; el cuerpo está entero (las más de las veces), pero el alma se sale. No hay ese algo que nos hace humanos en unos ojos abiertos por otras manos, la luz que una lámpara les arroja no tiene acceso al interior. No hay sonido, no hay calor; el pecho sube y baja con ayuda de una máquina pero no se escucha como una respiración; el corazón late, tal vez solo o tal vez gracias a 5 mililitros de una sustancia especial para ello. Pero no hay eco, no hay eso que da vida a cada poro y cada instante.
Volando Sueños (II) HISTORIAS DE LOS NECIOS IDEALES
POR: José Luis ORTIZ SANTILLÁN
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e niño solía tirarme en el pasto y ver pasar los aviones, trataba de imaginarme cómo podían volar esas enormes construcciones de la ingeniería. En medio del olor a hierba y de un cielo azul, donde el silencio sólo era interrumpido por los trinos de los pájaros y el de los motores de los aviones, solía buscarlos en el cielo y verlos desaparecer, dejando sólo un par de rayas de humo en el cielo, las cuales con las corrientes de aire se iban deformando hasta esfumarse. Yo trataba de imaginarme a las personas que viajaban en ellos, sin encontrar respuestas; pues por entonces los rostros que poblaban mi mente eran los de las personas de mi pueblo, y mi cultura no iba más lejos que la de mi entorno y la que podía absorber a través de la radio de onda corta. Lo cual, después de un tiempo me hizo aficionado a la radio y luego a escribirme con perso-
nas de otros países a través de “La Voz de la Amistad”, “La Voz de los Andes”, “Radio Deutsche Welle (DW)”, “Radio Netherlands”, emisoras que en mi juventud cambié luego por “Radio Habana Cuba”, “Radio Moscú” y “Radio Educación”, emisora que me hizo viajar por el mundo. Gracias a ello, cuando pude conversar con personas de otros países, muchas veces fui sorprendido por ellos con la interrogante: “¿Conoces? ¿Cuándo estuviste ahí?”, sólo que lo charlatán nunca se me dió y terminaba por responder: “¡nunca!”. Por las noches, en medio de las oscuras noches de la ruralidad de México, solía tirarme sobre el suelo para ver las estrellas y descubrir aquellas que brillaban más, o las que se movían vertiginosamente. Por ese entonces, no sabía que en el mismo mes y año en que yo había nacido, la entonces Unión de Re-
Quizá esos sueños fueron los que me llevaron a iniciar la carreta de Ingeniería Aeronáutica en el IPN, sueños que la realidad de México y de América Latina me harían cambiar luego. Los años setenta fueron marcados por las dictaduras militares en América Latina, los que militamos en los movimientos de izquierda pudimos coincidir en manifestaciones y eventos con más de un exiliado procedente de algún país latinoamericano, y militante de alguno de los movimientos de liberación nacional de entonces. 9
publicas Soviéticas Socialistas (URSS) habían puesto en orbita “El Sputnik 1”, el 4 de octubre de 1957, solo unos días antes de que yo naciera. Lo que yo lograba mirar en el cielo, junto con uno de mis hermanos, era el primer satélite orbital de la humanidad. Luego, en 1994, de regreso a México del autoexilio, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, en el vestíbulo, pude ver de cerca el objeto que de niño robó mis sueños. Ahí estaba suspendido del techo, el primer satélite puesto en orbita por los hombres. Siendo un niño, aún no sabía mucho de astronomía para enterarme que las que titila eran como el sol, que tenían energía propia, y las que brillan intensamente sin hacerlo, sólo eran cuerpos celestes que reflejaban la luz; pero tampoco sabía que aquellas luces que volaban rápido en el firmamento eran satélites puestos por el hombre en orbita. Quizá esos sueños fueron los que me llevaron a iniciar la carreta de Ingeniería Aeronáutica en el IPN, sueños que la realidad de México y de América Latina me harían cambiar luego. Los años setenta fueron marcados por las dictaduras militares en América Latina, los que militamos en los movimientos de izquierda pudimos coincidir en manifestaciones y eventos con más de un exiliado procedente de algún país latinoamericano, y militante de alguno de los movimientos de liberación nacional de entonces. CUBA, EL PRINCIPIO DEL SUEÑO Aunque las acciones de los Tupamaros en Uruguay y los Montoneros en Argentina nos hacían vibrar a muchos jóvenes en esos años, el triunfo de la Unidad Popular en Chile con Salvador Allende en 1970, derrocado en 1973 por el General Augusto Pinochet, nos hizo soñar con la posibilidad de transformar nuestro país y América Latina. Así que cuando en 1977 se divulgó en los diarios de México, que en Nicaragua jóvenes uniformados del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) habían bajado de las montañas atacando simultáneamente
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los Cuarteles de la Guardia Nacional de Anastasio Somoza en San Carlos, Río San Juan; Ocotal, Nueva Segovia; Masaya; León; Rivas y Chinandega, más de un joven idealista pensó en la manera de sumarse a esa revolución y algunos encontraron el medio para hacerlo. Así fue que, con sólo 19 años yo había encontrado uno. Una tarde, entre mentiras y engaños a la familia, había abandonado mis estudios de ingeniería en la ESIME y estaba ahí en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, con una maleta Samsonite gris y una mochila verde con estructura de aluminio, recientemente traída de los Estados Unidos por uno de mis hermanos. En ellas cargaba todos mis sueños e ideales que se desparramaban, junto con un par de sabanas que mi madre me había forzado a llevar, unos hilos y agujas, que en principio rechacé y luego agradecí su terquedad para hacerlo. Con una visa volante para entrar a Cuba pasé migración. Los documentos estaban en regla, las instrucciones habían sido claras, participaba en un viaje de turismo, pero pese a ello el nerviosismo se evidenciaba. Antes, uno a uno fuimos formando un grupo de desconocidos, cada uno con sus reservas, con su secrecía, su compartimentación, con sus miedos y su hermetismo. Pero yo no era el único que por primera vez subiría a un avión. Meses antes, en un local del Comité de Lucha de la ESIME, en el IPN, donde participaba como estudiante, con una militancia clandestina en el Partico Comunista, pues la mayoría de los que lo controlaban se decían maoístas y otros eran trotskistas, había conocido a Juan Otero, un tipo serio y determinado a concretar lo que pensaba, con casi 23 años en aquel entonces; él había nacido en Morelia, Michoacán. Juan había surgido del Movimiento de Liberación Político Sindical en Michoacán y estudiaba ingeniería electrónica en la ESIME. Juan estaba acompañado por Valdemar, un chico que por su apariencia se esforzaba por parecerse a Hồ Chí Minh, el hombre que liberara Vietnam en 1954 y fundara la República Democrática de Vietnam. Ahí, sin pelos en la lengua y
Así fue que, con sólo 19 años yo había encontrado uno. Una tarde, entre mentiras y engaños a la familia, había abandonado mis estudios de ingeniería en la ESIME y estaba ahí en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, con una maleta Samsonite gris y una mochila verde con estructura de aluminio, recientemente traída de los Estados Unidos por uno de mis hermanos. En ellas cargaba todos mis sueños e ideales que se desparramaban, junto con un par de sabanas que mi madre me había forzado a llevar, unos hilos y agujas, que en principio rechacé y luego agradecí su terquedad para hacerlo.
mostrando sus armas, hablaban de su organización, de su lucha y mostraban sus armas, proponiéndonos que nos sumáramos a ellos, un movimiento armado muy popular en los años setenta en México, que luego se infiltró en la Cervecería Modelo. Nadie dijo sí ni hubo compromisos, aunque por mi mente pasó la idea de enfrentar al “Johnny” con esas armas, un porro muy conocido en el IPN en esos años, del que sólo me volvería a acordar una noche bajo el fuego de los contras en las montañas de Nicaragua, cerca de Las Maravillas, en Jinotega, muy cerca de la frontera con Honduras.
Así que, sin haberlo imaginado, de pronto lo tenía de nuevo frente a mi a Juan Otero, con los mismo sueños que yo quizá y dispuestos a seguir el mismo camino, o al menos subirse al mismo avión que de niño miraba como un pájaro inalcanzable. Como ya nos conocíamos, en medio de un grupo de hombres y mujeres que fue creciendo, nos miramos y saludamos con desconfianza. Juan llevaba unas latas de chiles jalapeños para Mario Menéndez Rodríguez, un dirigente del Frente de Liberación Nacional (FLN), surgido en 1969, un grupo guerrillero comandado por Mario Menéndez Rodríguez e Ignacio González que operó en la selva de Chiapas. Mario, luego de ser capturado por el gobierno, fue liberado el 27 de noviembre de 1971 por la guerrilla de Guerrero y se exilió en Cuba; después fundó su revista “Por esto”. Lo conocí en su apartamento de la Habana, donde vivía con una compañera cubana, a donde acudí con Juan a llevarle los chiles jalapeños, en ese entonces parecía irritado, osco, y su pequeña hija pagaba las consecuencias de su estado de ánimo; lo cual
corroboré en otra visita que le realicé junto con Minú Tavares Mirabal, la hija de Manolo y Minerva Tavares asesinados en República Dominicana durante la dictadura de Trujillo, pues ella me dijo: “pobre niña, por qué la trata así su padre”. Aún recuerdo el enorme cuadro colorido que adornaba su sala, pero no imaginé entonces que con el tiempo y los fracasos, la amargura podría privar de su alegría a un hombre. En el viaje en el avión Juan vomitó y hubo que usar la bolsa prevista para ello, yo me resistí; luego aterrizamos de madrugada en la Isla, el calor, los gallos con sus cantos y el murmullo de la gente que se despertaba nos dieron la bienvenida junto a las palmeras, las cuales estaban por todas partes. Cada uno de los que conformamos aquel grupo se fue disgregando con sus acompañantes, lo cuales los esperaban. A mi me tocó junto a Juan y otros siete más, ir a una casa de “protocolo” o seguridad, y ahí comenzó a desgranarse la mazorca, cada uno con sus historias inventadas. Una mañana vinieron por él, nos despedimos sin pensar volver a encon-
En el viaje en el avión Juan vomitó y hubo que usar la bolsa prevista para ello, yo me resistí; luego aterrizamos de madrugada en la Isla, el calor, los gallos con sus cantos y el murmullo de la gente que se despertaba nos dieron la bienvenida junto a las palmeras, las cuales estaban por todas partes. Cada uno de los que conformamos aquel grupo se fue disgregando con sus acompañantes, lo cuales los esperaban. A mi me tocó junto a Juan y otros siete más, ir a una casa de “protocolo” o seguridad, y ahí comenzó a desgranarse la mazorca, cada uno con sus historias inventadas.
trarnos, pero la vida nos sorprendió y una tarde de 1987 me lo encontré caminando por las calles de San Juan del Sur en Nicaragua, y nos hicieron falta días para conversar de las “Falsas, Maliciosas y Escandalosas Reflexiones de un Ñangara”, como titulara el amigo venezolano, Alí Gómez García, su obra que le valió el premio Casa de las Américas en 1985, justo antes de morir, donde contó sus historias, algunas reales, otras inventadas como me lo confesara desde su hamaca, atada a un guayabo frente a su casa, amueblada con cajas de armas, cerca de la Casa del Obrero, en Managua.
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Tres años sin Miguel Ángel Granados Chapa POR:Silvia Cherem
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La vida tiene fin
iguel Ángel siempre fue sano y, por lo mismo, desidioso de ir al médico. Hubo señales de la enfermedad. No sólo en él, dos de sus hermanos, Horacio y Emelia, tenían cáncer de colon y ni eso lo mandó al médico. En julio de 2007 una sobrina iridióloga le vio los ojos: “tienes anemia”. Él no lo creyó. Para diciembre el diagnóstico era claro, el mismo que el de sus hermanos. Seis meses después, a mediados de 2008, atendido por el doctor Zinzer, comenzaron las radiaciones y la quimioterapia. “Lo tomé con cierta decepción, no me quería morir y asumí conductas infantiles. Por ejemplo: dejé de pagar impuestos. Si ya me iba a morir, ¿para qué pagar? Pensé: si no me muero, pagaré con gusto los recargos. Así los estoy pagando”. En noviembre de 2008 padeció la peor crisis, perdió 22 kilos, pesaba 48. Fue hospitalizado, completamente reseco y, por vez primera, se sintió en la antesala de la muerte. Su hermana Emelia, que trabajaba con él, acababa de morir: parecía que ya había librado el cáncer, pero como él, se secó. ¿Tuviste miedo? “Al principio no, lo tomé con tranquilidad, con cierta decepción, pero al ver morir a Emelia, y entrar yo al hospital un mes después, el 4 de noviembre, igualmente reseco, estaba cierto que iba a morir. Sentí los pasos de la muerte . ” A Miguel Ángel no le gusta hablar de la enfermedad. A sus hijos y a Shulamit les pidió que no hicieran de eso un tema de conversación. “No quiero es-
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Silvia Cherem, publicó en el 2011 una biografía del periodista hidalguense Miguel Ángel Granados Chapa, con el título “Por la Izquierda”. Fruto de 30 entrevistas, cada una con duración de cuatro horas, Silvia un retrato vital, humano, pleno de emoción. Al cumplirse este 16 de octubre tres años de la muerte, de quien sin lugar a dudas es parte vital en la historia del periodismo mexicano - para orgullo nuestro nacido en Hidalgo, publicamos selecciones del libro de Silvia Cherem, a quien agradecemos habernos dado el permiso para así realizarlo.
tar hablandode mí y de mis males. Me choca ese tipo de personas que se la pasan quejándose. La enfermedad es evidente, pero no la difundo.” No ha cesado de trabajar, no obstante que aún continúa con tratamientos quincenales de quimioterapia. Labora como jovencito con una carga y una energía que sorprenden. A diario: el noticiero matutino en Radio UNAM; la Plaza Pública de Reforma que se multiplica en cientos de periódicos al interior de la República; y La Calle, artículos de cultura que publica en Metro. Los domingos participa en el programa “Encuentro” en Radio Fórmula que conduce Ricardo Rocha.
Adicionalmente, semanalmente publica su columna Interés Público en Proceso. “Sólo falté las dos semanas que estuve en el hospital, mi madre me inculcó ese sentido del deber”. Sabe que está luchando. “Para no ser triunfalista, tengo los ejemplos de Emelia y Horacio”. Sin embargo, se maneja con la lógica del alcohólico anónimo: “día a día”. Vive intensamente, se mantiene trabajando y, cuando piensa en su muerte, quiere que sea como la de Emelia. “Mis dos hermanas vivían juntas, eran solteras, Elbecia y Emelia. Todos los viernes encendían la radio a las 8:30 AM, para escuchar mi programa. Ese viernes 3 de octubre de 2008, Elbecia
la prendió junto a la cama de Emelia. Estaba ya muerta, no escuchó el programa. Ya no me oyó. Así dormido quisiera yo decir adiós”. Aún tiene pendientes que alimentan su tiempo. Una novela, Bucareli, que está en su mente, que narra lo que ha acontecido desde la Colonia hasta el día de hoy en la calle de Bucareli, refugio de periodistas, policías y exiliados. Su tesis doctoral: la biografía política de Jesús Reyes Heroles. Una biografía de Manuel Buendía. Y, por supuesto, su trabajo diario que emprende con manía y escrúpulo. “Disfruto el trabajo, pero no es mi gozo”. Su gozo es el abrazo de sus hijos y nietos, un buen concierto de la Filarmónica de la UNAM o de la Sinfónica de Minería, viajar a París o disfrutar un bolero de Los Panchos con Shulamit, historiadora, con quien mantiene una relación tardía, pero libre. “Cuando en 1994, murió Arturo Herrera mi más cercano amigo, llegaron mis tres hijos al sepelio a Pachuca sinque yo se los pidiera, y Luis Fernando que es muy alto me acogió en sus brazos, me convertí en el hijo de mi hijo, me cobijó y fue una de las sensaciones más hermosas de mi vida”. La enfermedad ha sido una oportunidad para seguir asumiendo la vida con humor. Con sus hijos bromea recordando a Renato Leduc, un periodista muy relevante, que llegó a la vejez sin ningún patrimonio: tenía que escribir, si no, no comía. “Llegó un momento que escribía cosas terribles, perdió la cordura y la sensatez, escribía sin la mínima articulación y defendía a personajes como La Quina en textos pésimamente escritos. Un día les dije que Patricia Leduc, la hija, hizo muy mal en dejarlo seguir. Les anticipé: cuando ustedes adviertan que me pase algo semejante, que escriba yo tonterías, me lo dicen de frente. Respondieron: ‘Pues ya nos tardamos papá, desde la semana pasada debimos haber-te amarrado las manos’”.
El amontonamiento de premios En 2008 no pasaba una semana sin que el periodista Miguel Ángel Granados Chapa recibiera una llamada para avisarle que recibiría algún premio u home-naje. Acosado por lo que parecía un cáncer irremediable, siguió trabajando sin cesar y los reconocimientos se fueron amontonando: ingreso a la Academia Me-xicana de la Lengua, la presea Pedro María Anaya del Congreso del Estado de Hidalgo, la medalla Belisario Domínguez del Senado de la República, un homenaje en la UNAM organizado por sus alumnos de 1970 con la participación de 33 destacados intelectuales en ocho mesas redondas… “Tenía una sensación dual, ambigua”, dice Miguel Ángel haciendo gala de su cabal salud. Ha recuperado más de 22 kilos de peso y el único recordatorio de su enfermedad es una dona de tela que carga “ya sin vergüenza” para sentarse. “Cuando empezaron los reconocimientos, me dio la impresión, que después deseché, que quienes organizaban esas cosas, percibían que de pronto me iba yo a morir y querían aprovechar para hacerlo mientras estuviera vivo. Pero les tomé el pelo. No me he muerto y recibo estos reconocimientos y el renacer con mayor gusto…” Parecía ya no faltar ninguno, y con su sarcasmo habitual bromeaba con Shulamit Goldsmit, su pareja hace 14 años, y con sus hijos: “Algo anda mal esta semana, no ha habido premios, alguna irregularidad debe de haber”. En ese contexto entró el mes pasado una llamada a su celular: “Número Privado”. Jamás contesta llamadas de desconocidos, pero “Privado” podía ser su hijo Luis Fernando, que vive en Estados Unidos, o Javier Quijano, su abogado. La voz lo desconcertó: “Habla Jaime Abello de Cartagena, de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano”. Granados Chapa pensó en colgar, pero un morbo curioso lo alertó: conocía a la FNPI. “El jurado de este año, en el que están Alma Guillermoprie-
to y Carlos Monsiváis han decidido otorgarle el Premio en la Categoría de Homenaje, por sus más de 40 años en el oficio, por su valentía…” Granados estaba seguro: era una broma de Monsiváis. Le gusta “el cultivo”, ver quién cae cuando le llaman diciéndole que habla Barack Obama o Felipe Calderón. Alfredo Rivera Flores, su amigo desde la adolescencia, le insiste: “sólo ése te faltaba”. Aunque no estaba palomeando una lista, este premio que recibirá en Monterrey el próximo 1 de septiembre, le resulta muy bienvenido por su valor intrínseco y porque lo recibirá de manos de Gabriel García Márquez. “No he engañado a la gente, hay una tarea evidente y cuando hay grupos o personas que juzgan
En noviembre de 2008 padeció la peor crisis, perdió 22 kilos, pesaba 48. Fue hospitalizado, completamente reseco y, por vez primera, se sintió en la antesala de la muerte. Su hermana Emelia, que trabajaba con él, acababa de morir: parecía que ya había librado el cáncer, pero como él, se secó. ¿Tuviste miedo? “Al principio no, lo tomé con tranquilidad, con cierta decepción, pero al ver morir a Emelia, y entrar yo al hospital un mes después, el 4 de noviembre, igualmente reseco, estaba cierto que iba a morir. Sentí los pasos de la muerte . ”
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que esto es digno de ser reconocido, la fiesta me gusta. Una de las cosas que lamento de mi actual situación es que no puedo bailar, pero el festejo nadie me lo quita…” Estampas infantiles A sus 10 años, en 1984, Rosario Inés, la tercera hija de Miguel Ángel, la menor y única mujer, así llamada por Rosario Castellanos y Sor Juana Inés de la Cruz, le dijo a su padre en la carretera de Pachuca a México: “Detesto cómo te trata tu familia”, deslindándose con el tu posesivo de su abuela y tíos, como si no fuera su familia también. ¿Por qué?, preguntó el padre sin imaginar la respuesta lapidaria de su niña: “Porque creen que eres Dios”. Y en efecto, sin ser el primogénito, ni el benjamín, tampoco el único hijo varón, fue el consentido desde niño, “el comodón” como dice él, como si la familia hubiera detectado en ese pequeño inteligente y contestatario, a quien les daría fama y renombre por su implacable compromiso para destripar realidades con la palabra precisa. “Por puro azar, bendito para mí, fui un niño consentido de mi madre y de mis hermanos. No hay razón objetiva para que así fuera dice quien intuye que así se llama por Miguel Ángel, el pintor. Fui el preferido desde siempre, aún antes de que se dieran cuenta que era yo abusado. Mi mamá, que era muy alentadora, siempre me dio libertades que no le dio a mis hermanos”. Nació el 10 marzo de 1941, en Hidalgo. Fue el tercer hijo de seis engendrados por su madre, el primero y el último murieron antes de un año, quedaron: Horacio Augusto, Emelia ,Ofelia, Miguel Ángel y Armando, a quienes se sumó desde siempre Elbecia, su prima y “hermana mayor”. “A Elbecia la crió antes de tenernos a nosotros, es hija de una hermana suya que murió trágicamente”. Vivían muy humildemente en una vecindad en la colonia Morelos en Pachuca, en cuyas calles de tierra corrían las aguas negras del drenaje a cielo abierto y donde Florinda Chapa Díaz, madre de Miguel Ángel, cosía ajeno y 14
atendía un expendio de pan. “A veces, siendo un pequeñito, mi mamá me dejaba al pendiente del expendio de pan”, dice. Su honra era ser también maestra de un preescolar propio,“La Escuela”, donde enseñaba a cerca de 40 niños, entre ellos a Miguel Ángel que a los cinco años aprendió a leer y a escribir. Su madre le legó su reciedumbre moral y ética, es la heroína de su vida, una mujer que sin formación académica fue maestra durante más de 80 años. Se refiere a ella como: “mujer arrinconada y frágil”, califica su dulzura como enérgica. En los años treinta, el gobierno propiciaba que las haciendas que iban a ser fraccionadas para el reparto agrario, tuvieran obligatoriamente escuelas param ampliar la cobertura educativa. Doña Florinda, cuando era una niña de 13 años fue contratada como profesora en una hacienda de Hidalgo, cerca de Zumpango. Cuenta Miguel Ángel:“Ahí conoció a mi padre: un campesino, dirigente agrario y ejidatario con una pequeña parcela. No era próspero, vivía muy precariamente. Era uno más de los acarreados del PRI que iba a mítines, como tantos otros campesinos que esperaban recibir su tierra. Ahí se liaron, nunca se casaron. Fue una relación larga y tuvieron muchos hijos que jurídicamente nunca tuvo que reconocer. En el registro civil de Pachuca o el de Mineral del Monte, donde nací, había una gran laxitud y admitían la pala-
bra como ley; por eso todos llevamos el apellido de mi padre sin necesidad de ostentar un certificado matrimonial. Pero mi madre no mentía: fuimos hijos naturales.” Cuando Miguel Ángel tenía cuatro años, su madre estuvo a punto de morir. Embarazada, llevaba varios días con el bebé muerto en su seno. Él no recuerda haberse preocupado, pero tiene fresca la llegada del doctor Lagarde para trasladarla en su llamativo coche al hospital. A la colonia Morelos entraban escasos automóviles, las calles estaban sin pavimentar y siempre que entraba un coche era una novedad para la palomilla de niños que felices comían el polvo que el auto levantaba a su paso. “Aunque la causa era atroz, porque el doctor venía por mi madre muy enferma, estábamos felices cuando vimos el coche del doctor que tenía una especie de repisa para choques traseros, una defensa distante de la carrocería que era casi un asiento, una invitación a que nos subiéramos de mosca. Por eso era bienvenido. Pudo más en mi ánimo de niño ver que venía el coche, que la razón por la cual venía”. Su abuela y su hermana mayor Elbecia estuvieron a cargo y la madre, que tenía afición de cantar, regresó pronto a casa. Miguel Ángel la recuerda cantando “Anoche a las dos” de Gardel, un tango trágico que narra el balazo que le propina un hombre decente, trabajador en una imprenta, a su mujer infiel: “¡Gata!, con un arañazo/ pagas
mi amor, inconsciente,/ no merecés ni el balazo/que un hombre decente/ te acaba de dar”. Miguel Ángel creció en las calles del barrio y doña Florinda, sabiendo lafascinación de Miguel Ángel por la música, cuando la banda de Les Baxter tocaba en la radio “Tango Azul”, le gritaba para que suspendiera sus juegos, corriera a la casa y tuviera el placer de escuchar aquella melodía francesa, aunque sólo gozara los últimos trompetazos. A Miguel Ángel lo tenía en una mano, a todos sus hermanos en la otra. A él le permitió escoger a su madrina de primera comunión, estudiar, tener futuro. De su padre Dionisio Granados Mendoza, casi no habla. Resiente su irresponsabilidad, tenía varias casas y sólo de repente iba a visitarlos. “Me chocaba una expresión suya: ‘yo le ayudo a tu mamá’. No sentía obligación económica. No le guardé resentimiento, sí indiferencia”, señala. “A nosotros nos habían hecho creer que no vivía con nosotros por la naturaleza de su trabajo: agricultor que cultivaba alfalfa en su parcela en Actopan. En algún momento nos quedó claro que no era así: no éramos su única familia. Ahí establecimos distancia”. Miguel Ángel no tardó en confrontarlo. Había construido un cajoncito para bolear y cuando ocasionalmente iba su padre a visitarlos le boleaba sus zapatos. Un día mientras
lo hacía, su padre leía el periódico La Prensa. “Me hizo un comentario: ‘mira qué mentiroso’, leía la columna política de Roberto RamírezCárdenas. Yo estaba inclinado en el suelo. Le repliqué: Mira quién habla de mentiras.Él reaccionó instintivamente, lanzó una bofetada que no me dio. Los dos sabíamos de qué estábamos hablando, y ahí se quedó. Supo que yo estaba al tanto como mis hermanos, de su situación y de la nuestra. Nunca más lo enfrentamos”. Cuando Dionisio Granados murió en 1965, Miguel Ángel tenía cuando menos tres años de no verlo y le confió a Buendía que se sentía mal porque no sentía dolor, ni pesadumbre. Le pesaba la indiferencia. “Hablamos de la relación con mi padre, de la relación paterno filial en general, Buendía era muy buen padre. Comimos en algún lugar de la Zona Rosa y caminamos en Reforma, entre el Monumento de Cuauhtémoc y el de los Niños Héroes, seis horas de ida y vuelta hablando, fue muy aliviador. Me hizo entender que en las circunstancias de mi padre era difícil exigirle una conducta distinta de la que tuvo. Era un hombre movido más por instintos animales, que por móviles racionales. Procreaba y seguía su paso”. A pesar de ello, doña Florinda siempre lo aceptó. Cuenta Granados Chapa que cuando en 1981 recibió el Premio Nacional de Periodismo por vez primera, un medio hermano, hijo de su padre, mucho mayor que
A Miguel Ángel no le gusta hablar de la enfermedad. A sus hijos y a Shulamit les pidió que no hicieran de eso un tema de conversación. “No quiero estar hablandode mí y de mis males. Me choca ese tipo de personas que se la pasan quejándose. La enfermedad es evidente, pero no la difundo.”
Miguel Ángel, le organizó una gran comida en su rancho en Hidalgo para festejarlo. Ahí se vieron doña Florinda y doña Nicolasa, la madre del dueño de la hacienda, que no tenían rivalidad alguna. Pasaron horas aisladas. “Entre burlas le preguntamos luego a mi madre si habían estado hablando de mi padre y respondió que sí. Mi padre era capaz de generar amor de ambas. Y hubo varias mujeres más, tengo más medios hermanos. Algunos que ni siquiera conozco y de cuya existencia sé. En una paradoja terrible, mi padre acabó finalmente casado por vez primera con una mujer con la que no tuvo hijos.” Para mantener la casa, casi todos los hijos trabajaron desde muy pequeños y sólo Miguel Ángel tuvo oportunidad de estudiar. “Yo trabajé hasta la universidad, ése fue mi privilegio. Mi hermano Horacio trabajaba desde los 6 años, en la zapatería de mi tío Alfonso, hermano de mi madre. Luego, en otra zapatería. A él le debo mi manutención en México para poder ir a la universidad, una deuda enorme que he tratado de resarcir”. 15
SE CONSOLIDA COMO PROGRAMA EDUCATIVO FEDERAL EL PROYECTO HIDALGUENSE DENOMINADO
“TELEBACHILLERATO COMUNITARIO”
E
l proyecto educativo de nivel medio superior, impulsado por la actual administración estatal, es ya un programa nacional conocido como “Telebachillerato Comunitario”; adoptado por el Sistema de Educación federal, como resultado de los buenos resultados que arrojó como piloto en el ciclo escolar 2013-2014, informó el mandatario José Francisco Olvera Ruiz. Asimismo, anunció el fortalecimiento de este importante programa, con la generación de 327 nuevas plazas para docentes de este subsistema, quienes impartirán sus conocimientos en 109 planteles ubicados en diferentes regiones y localidades de la entidad.
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Ante profesores, directivos y alumnos, el gobernador resaltó: “es trascendental contar con un esquema educativo, que a través de un mecanismo más práctico y económico, cubra las demandas, así como las necesidades de los estudiantes de este nivel, mediante una preparación de calidad”. Refrendó su compromiso de emprender las acciones necesarias para otorgarles a las alumnas y alumnos, las herramientas necesarias, que coadyuven en su preparación. Francisco Olvera afirmó que este programa, además de asegurar la formación de los egresados, les brinda la posibilidad de desarrollar proyectos productivos en sus comunidades.
En este sentido, el secretario de Educación en el estado, Joel Guerrero Juárez, resaltó que el telebachillerato comunitario es un programa muy útil para las familias que habitan las diferentes localidades de las regiones de la entidad, lo que demuestra la sensibilidad educativa y social que caracteriza al gobierno de Hidalgo. “Es un programa de innovación y trascendencia, donde los jóvenes son los protagonistas”, finalizó. Fue Victorino Sánchez Castillo, director de Telebachilleratos en el estado, quien señaló que Francisco Olvera es reconocido por la sociedad como el gobernador de la educación, ya que es a través de ésta como día a día transforma al estado y a sus comunidades.
SIGNAN CONVENIO PARA FORTALECER A LAS PYME
GOBIERNO DE HIDALGO Y BANCOMEXT
El financiamiento otorgará una tasa de interés del 6.1 por ciento a largo plazo Atestiguaron la firma del convenio estudiantes de la UAEH, UPP y UPMEH
C
on la firme convicción de fortalecer a las micro, pequeñas y medianas empresa (PyME) para su desarrollo y crecimiento, el gobernador José Francisco Olvera Ruiz, signó un convenio con Enrique de la Madrid Cordero, director general del Banco de Comercio Exterior (Bancomext), lo que permitirá, entre otros aspectos, que la entidad se consolide como una tierra más competitiva. Ante la presencia de empresarios, académicos, estudiantes, así como funcionarios federales y estatales, Francisco Olvera aseguró que el crecimiento económico para el estado se sustenta en dos grandes pilares; el primero, en la educación, la preparación y la capacitación; mientras que el segundo, de igual importancia, en la generación de empleos formales. En este sentido, el jefe del Ejecutivo dijo que de acuerdo con el último reporte del INEGI, en 2012 el estado registró exportaciones por un monto de Mil 510 millones de dólares, ubicándose en el lugar 22 a nivel nacional; al tiempo que confirmó que de acuerdo con cifras del IMSS, en lo que va de su administración se han generado 31 mil 732 nuevos empleos. De la misma forma, Francisco Olvera confirmó que hasta la fecha 128 empresas ubicadas en el estado, reciben financiamiento de Bancomext, por lo que con la firma de este convenio se espera un incremento significativo de más inversionistas. Agregó el mandatario que las reformas del presidente de México, Enrique Peña Nieto, están dando resultados en el corto plazo, los cuales se ven consolidados con la rúbrica de este convenio y la generación de oportunidades de
ingresar al sector laboral para las y los jóvenes; además, reafirmó que el sur de Hidalgo continúa su consolidación como el nuevo Polo de Desarrollo del centro del país. Por su parte, Enrique de la Madrid destacó que con la firma de este convenio se busca que llegue a Hidalgo, mayor inversión nacional, así como extranjera. Destacó la ubicación geográfica del estado, lo que permite una mejor conectividad, ya que su cercanía con la capital del país, permite tener una mayor competitividad, un aumento en la productividad y la generación de más empleos. Enrique de la Madrid reconoció en Francisco Olvera a un gobernador que se preocupa y atiende los temas prioritarios para la sociedad, como es el caso de la conectividad, entre otros. El director general de Bancomext, confirmó que hasta el momento, se han invertido mil 400 millones de pesos para el fortalecimiento de las PyME en el estado, al tiempo que anunció que en breve se alcanzará la cifra de dos mil millones de pesos para el mismo concepto. Al respecto, José Pablo Maauad Pontón, secretario de Desarrollo Económico de la entidad, confirmó que Hidalgo es una de las regiones más competitivas de la República Mexicana; gracias, entre otros factores, a que se consolidó una inversión de 27 mil millones de dólares en 33 proyectos. Por último, el funcionario estatal explicó que con la firma de este convenio se busca fortalecer la capacidad exportadora de las empresas hidalguenses y consolidar a la entidad como un polo de desarrollo del país.
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ENTREGAN PATRULLAS
Y EQUIPAMIENTO DE PROTECCIÓN A SEGURIDAD PÚBLICA DE PACHUCA Eleazar García Sánchez entregó carros-radio-patrulla, motocicletas, bicicletas y equipamiento de protección a los agentes municipales Con una inversión superior a los 12 millones de pesos se refuerza la infraestructura para el combate al delito en Pachuca
E
n el ámbito de la seguridad pública, tanto en Pachuca como el resto del país, las tareas de vigilancia son de vital importancia para el combate a la delincuencia, tienen un efecto disuasivo y, a la vez, generan confianza y tranquilidad en la comunidad. En este sentido, el alcalde Eleazar García Sánchez, entregó carros-radiopatrulla, motocicletas, bicicletas y equipamiento de protección a los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública, Tránsito y Vialidad Municipal, con una inversión superior a los 12 millones de pesos, con lo que se refuerza la infraestructura para el combate al delito. En un evento que se desarrolló frente al Reloj Monumental de Pachuca, el mandatario recibió los honores como jefe máximo de la fuerzas de seguridad municipal e hizo entrega simbólica de los vehículos y equipamiento a los elementos policiacos de las diferentes áreas operativas de esa corporación. En su intervención, el edil indicó que en la actual administración municipal se ha apostado en gran medida
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al rubro de seguridad. “Pachuca sigue siendo una de las ciudades más seguras del país, es la realidad, y para mantener esto se necesita la participación de toda la sociedad”, dijo. García Sánchez agradeció a los gobiernos Estatal y Federal por su invaluable apoyo hacia la capital hidalguense, al tiempo que resaltó la labor que se realiza en el Ayuntamiento de Pachuca, “porque gran parte de estas acciones se ha logrado con recursos propios, lo que habla de una administración cuidada y financieramente sana”. “En el tema de seguridad hemos tenido la oportunidad de recibir por dos años consecutivos, mediante el tema de prevención del delito, más de 40 millones de pesos a través del Gobierno Federal, específicamente de la Secretaría de Gobernación. Hemos tenido también la oportunidad de recibir el SUBSEMUN, que es un subsidio para la seguridad de los municipios, con el que año con año hemos recibido más de 20 millones de pesos. Todo estos se suma al esfuerzo de la propia administración municipal”, apuntó.
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Javier A. RodrĂguez Padilla
el Carnaval de la Vida
HUAUTLA,
“El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. Somos un pueblo ritual. Y esta tendencia beneficia a nuestra imaginación tanto como a nuestra sensibilidad, siempre afinadas y despiertas. El arte de la fiesta, envilecido en casi todas partes, se conserva intacto entre nosotros. En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas religiosas de México, con sus colores violentos, agrios y puros y sus danzas, ceremonias, fuegos de artificio, trajes insólitos y la inagotable cascada de sorpresas de los frutos, dulces y objetos que se venden esos días en plazas y mercados.” (OCTAVIO PAZ)
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“Pero no bastan las fiestas que ofrecen a todo el país la Iglesia y la república. La vida de cada ciudad y de cada pueblo está regida por un santo, al que se festeja con devoción y regularidad. Los barrios y los gremios tienen también sus fiestas anuales, sus ceremonias y sus ferias. Y, en fin, cada uno de nosotros —ateos, católicos o indiferentes— poseemos nuestro santo, al que cada año honramos. Son incalculables las fiestas que celebramos y los recursos y tiempo que gastamos en festejar. Recuerdo que hace años pregunté a un presidente municipal de un poblado vecino a Mitla: "¿A cuánto ascienden los ingresos del municipio por contribuciones?". "A unos tres mil pesos anuales. Somos muy pobres. Por eso el señor gobernador y la Federación nos ayudan cada año a completar nuestros gastos." "¿Y en qué utilizan esos tres mil pesos?" " Pues casi todo en fiestas, señor. Chico como lo ve, el pueblo tiene dos Santos Patrones." (OCTAVIO PAZ)
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“En ciertas fiestas desaparece la noción misma de orden. El caos regresa y reina la licencia. Todo se permite: desaparecen las jerarquías habituales, las distinciones sociales, los sexos, las clases, los gremios. Los hombres se disfrazan de mujeres, los señores de esclavos, los pobres de ricos. Se ridiculiza al ejército, al clero, a la magistratura. Gobiernan los niños o los locos. Se cometen profanaciones rituales, sacrilegios obligatorios. El amor se vuelve promiscuo. A veces la fiesta se convierte en misa negra. Se violan reglamentos, hábitos, costumbres. El individuo respetable arroja su máscara de carne y la ropa obscura que lo aísla y, vestido de colorines, se esconde en una careta, que lo libera de sí mismo. Así pues, la fiesta no es solamente un exceso, un desperdicio ritual de los bienes penosamente acumulados durante el año; también es una revuelta, una súbita inmersión en lo informe, en la vida pura. A través de la fiesta la sociedad se libera de las normas que se ha impuesto. Se burla de sus dioses, de sus principios y de sus leyes: se niega a sí misma.” (OCTAVIO PAZ)
Gracias a las fiestas el mexicano se abre, participa, comulga con sus semejantes y con los valores que dan sentido a su existencia religiosa o política. Y es significativo que un país tan triste como el nuestro tenga tantas y tan alegres fiestas. Su frecuencia, el brillo que alcanzan, el entusiasmo con que todos participamos, parecen revelar que, sin ellas, estallaríamos. Ellas nos liberan, así sea momentáneamente, de todos esos impulsos sin salida y de todas esas materias inflamables que guardamos en nuestro interior. Pero a diferencia de lo que ocurre en otras sociedades, la fiesta mexicana no es nada más un regreso a un estado original de indiferenciación y libertad; el mexicano no intenta regresar, sino salir de sí mismo, sobrepasarse. Entre nosotros la fiesta es una explosión, un estallido. Muerte y vida, júbilo y lamento, canto y aullido se alían en nuestros festejos, no para recrearse o reconocerse, sino para entredevorarse. No hay nada más alegre que una fiesta mexicana, pero también no hay nada más triste. La noche de fiesta es también noche de duelo. (OCTAVIO PAZ)
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Bar Mirador
De Dios y de mentes brillantes POR:Crist贸bal Antonio Rojas Mill谩n
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ecientemente, en una entrevista realizada al astrofísico británico Stephen Hawking, una de las mentes más brillantes de las últimas décadas, respecto a sus opiniones sobre la religión, dio respuestas mucho muy enriquecedoras. Hawking asegura: «En el pasado, antes de que entendiéramos la ciencia, era lógico creer que Dios creó el Universo. Pero ahora la ciencia ofrece una explicación más convincente. En algunos de mis escritos dije que conoceríamos la mente de Dios, pero no por pensar que éste existiera, sino que comprenderíamos todo lo que Dios sería capaz de comprender si acaso existiera. Pero no hay ningún Dios. Soy ateo. La idea de de Dios no es necesaria para explicar el origen del Universo”. Hawking, nacido en Oxford en 1942, ya no puede mover ni un dedo. La devastadora enfermedad que empezó a corroer su sistema nervioso, cuando sólo tenía 21 años, ni siquiera le permite manejar el ratón que usaba antes para seleccionar palabras en su ordenador y transmitirlas a través de un sintetizador de voz. Los músculos de su rostro se han convertido en las últimas herramientas corporales que le quedan para comunicarse, activando con la mejilla derecha un sensor acoplado sobre sus gafas. Gracias a esta impresionante tecnología diseñada especialmente para él, Hawking logra mover un cursor en una pantalla y activar así la legendaria voz robótica que habla en su nombre con acento americano. Pero pese al esfuerzo titánico que debe afrontar para compartir sus ideas, aún tiene la amabilidad de conceder entrevistas. Para saludar a sus entrevistadores requiere de alguna de sus cinco enfermeras, que deben tomar la mano de Hawking y acercarla al periodista para que pueda estrechársela. Pero vamos al tema de este artículo. El ateísmo. Llama la atención que muchísima gente brillante, de esos que tanto han
aportado al mundo, concluyan finalmente que Dios no existe. Muchos de ellos han dicho que en realidad Dios no creo al hombre, sino que fue éste el que creo a Dios. En el principio había dioses para todos los gustos: para la lluvia, para la guerra, para el viento, para el amor… es más, cuando llegaba la noche, el hombre creía que la oscuridad era porque Dios estaba enojado y había que sacrificar a una doncella para contentarlo… en fin, la fórmula parecía clara: a más ignorancia más dioses. Les cuento que durante mi infancia era de los católicos más fervientes, pues así me lo inculcaron mis mayores. Fui de los niños a los que anualmente llevaban a presenciar la “Pasión de Cristo”, ya en Iztapalapa, allá en la Ciudad de México, ya en mi natal estado de Morelos. Estaba tan convencido de esa religión que inclusive era de los que odiaba a quienes personificaban a los romanos que golpeaban inmisericordes a Jesucristo. Sin embargo, al paso de los años empezaron a surgir dudas respecto a lo que de la vida de Cristo contaban tanto mi familia como los sacerdotes. Por ejemplo de Judas Iscariote: ¿por qué alguien tan cercano al Maestro, presuntamente sabedor de que éste era el Hijo de Dios, lo traicionó? He visto como sujetos son capaces de sonreírle a su presunto mejor amigo, pero traicionarlo una y otra vez... ¿Pero traicionar al mismísimo Hijo de Dios? No resulta lógico, a pesar de las explicaciones que luego enarbolan algunos sacerdotes. ¿Cómo Pedro es capaz de negarlo tres veces antes de que cante el gallo? También llama la atención que la única fuente de información, respecto a la Vida de Jesucristo sea la Biblia. ¿Por qué ningún historiador romano pensó que Jesús era alguien de cual pudiera escribirse algo importante? Jesús fue un judío que en esos años sólo tenía relevancia para sus discípulos, más no para los demás judíos que en su mayoría lo rechazó como el Mesías.
Hawking asegura: «En el pasado, antes de que entendiéramos la ciencia, era lógico creer que Dios creó el Universo. Pero ahora la ciencia ofrece una explicación más convincente. En algunos de mis escritos dije que conoceríamos la mente de Dios, pero no por pensar que éste existiera, sino que comprenderíamos todo lo que Dios sería capaz de comprender si acaso existiera. Pero no hay ningún Dios. Soy ateo. La idea de de Dios no es necesaria para explicar el origen del Universo”.
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Justo de Tiberiades escribió la historia del pueblo Hebreo desde Moisés hasta el año 50 y no menciona el nombre Jesús. Séneca tampoco escuchó hablar de él. Los únicos que lo mencionan han sido falsificados o entran en contradicciones entre ellos. Definitivamente no existe ningún historiador serio que mencione a este personaje… sólo los Evangelios. ¿No creen ustedes que hechos tan maravillosos como la resurrección de Lázaro; el hacer ver a un ciego; el reproducir panes y peces, entre otros “milagros” eran merecedores de ser consignados por los grandes historiadores que Roma ya tenía, ni que tampoco esos milagros hayan sido reseñados por los periódicos romanos que ya existían (como la llamada “Hoja Diurna” que escrita diariamente y hecha pública en las plazas principales, informaba al pueblo de las noticias del día anterior)? La Biblia y el Copyright Por otra parte, muchos estudiosos de la biblia han asegurado que la Biblia es el más grande compendio “pirata” de historias, leyendas y relatos de diversas culturas… pero sin pagar copyright. Bastaría comparar algunas de las historias que en la Biblia se cuentan con relatos más antiguos. El Diluvio El Libro del Génesis da la siguiente breve reseña del Diluvio: Dios ve la maldad de los hombres, y determina destruirlos con excepción de Noé y su familia (6,1-8). Le revela su decreto a Noé y le indica cómo puede salvarse a sí mismo y la semilla de toda vida animal por medio de un arca que debe construir de acuerdo a ciertas dimensiones (6,9-22). Siete días antes del Diluvio, Dios manda al patriarca a entrar al arca (7,1-5). Noé completa su entrada al arca el mismo día que comienza el Diluvio; la lluvia cae
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durante cuarenta días y noches; todos los seres vivos fuera del arca son destruidos; las aguas prevalecen sobre la tierra 150 días (7,6-24). Las aguas disminuyen, la tierra se seca; Noé comprueba su condición por medio de un cuervo y una paloma enviados fuera del arca (8,1-14). Noé obedece la orden divina de salir del arca, construye un altar, ofrece un sacrificio, hace un pacto con Dios y comienza a ser un labrador (9,1-27). El anterior relato es un mosaico compuesto de historias del Diluvio, que difieren en la autoría y en su contenido. El antecedente más evidente del mito bíblico es la narración sumeria del diluvio, que existe en diversas versiones en la mitología mesopotámica. Una característica común es que un hombre -que según la versión se llama rey Ziusudra, Atrahasis o Utnapishtim- es advertido de la intención de los dioses y construye una nave para sobrevivir. En la India es Manu, quien guiado por un pez al que había salvado, construye un arca en el que se puede conservar la semilla de todas las cosas. Tras el diluvio, el arca se posa en lo alto de una cima montañosa. Los pasajeros humanos y animales desembarcan, una vez cumplido el propósito del navío. En la mitología griega, el Dios Padre, Zeus, desahogó su disgusto contra la humanidad desatando un gran diluvio sobre la tierra con la intención de borrar de su faz a toda la raza humana. Pero Deucalión, rey de Ptía, avisado por su padre, el titán Prometeo, construyó un arca, la llenó de avituallamiento y subió a bordo con su esposa Pirra. Luego comenzó la lluvia y los ríos se precipitaban sobre el mar, que subía con asombrosa rapidez, arrasando y cubriendo cada ciudad de la costa y del interior, hasta que todo el mundo quedó inundado, a excepción de unas cuantas cimas montañosas, y todas las criaturas mortales parecían haber desaparecido, excepto Deucalión y Pirra.
El arca estuvo flotando durante unos nueve días hasta que finalmente las aguas retrocedieron y la embarcación se posó en el monte Parnaso. Se dice que Deucalión obtuvo la confirmación del fin del diluvio por una paloma que él mismo había enviado a explorar. Hijo de Dios En la religión cristiana se cuenta que Jesús fue concebido por obra y gracia divina. En la mitología Griega se cuenta que Zeus, rey de los dioses, tomó la forma humana y mantuvo un romance con una joven mujer hermosa llamada Alcmene, engañando a su esposa, Hera, la reina de los dioses. Como resultado de este romance, nació un bebé, medio dios medio mortal, que poseyó una fuerza que no se había visto jamás: Hércules. Resurrección La resurrección en los evangelios canónicos. La resurrección y las escenas subsiguientes son el fin natural de los evangelios canónicos: Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el ángel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos. El ángel dijo a las mujeres: “No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho”. Los sacerdotes señalan que Después de la resurrección, Jesús subió al cielo y desde entonces está sentado a la diestra de Dios Padre.
Resurrección de Hércules En una ocasión llegaron Hércules y su esposa Deyanira a la orilla del río Eveno, donde el centauro Neso se ofreció a transportar a Deyanira al otro lado, a cambio de una pequeña recompensa. Cuando Neso se vio solo con la chica intentó violarla. Sus gritos alertaron a Hércules, que desde el otro lado del río atravesó al centauro con una de sus flechas. Neso arrancó la flecha de su pecho y le dijo a Deyanira, "Si mezclas el semen que he derramado en la tierra con la sangre de mi herida, le añades aceite de oliva y untas secretamente la camisa de Hércules con la mezcla, no volverás a tener motivos para quejarte de su infidelidad”. Deyanira había soportado con paciencia las frecuentes infidelidades de Hércules, pero ahora ya no era tan joven. Temiendo que la dejara de amar impregnó una camisa que Hércules le había pedido para realizar un sacrificio en Honor a Zeus, con el ungüento que le indicó el centauro. Cuando la camisa entró en contacto con la piel de Hércules se pegó a ella produciéndole tal dolor, que al intentar arrancársela, con ella se arrancaba la piel dejando al descubierto los huesos. Al descubrir Deyanira lo que había hecho se suicidó. Hércules subió al monte Eta, donde levantó una enorme pira en la que se encaramó pidiendo a sus criados la encendiesen. Ninguno se atrevía. El que se animó recibió en compensación el arco y las flechas del héroe. Mientras las carnes mortales se consumías se escuchó un trueno, una nube envolvió la pira y el cuerpo desapareció. Hércules había alcanzado la inmortalidad y una vez en el Olimpo se reunió con Zeus, Dios padre. Jesucristo resucita a Lázaro: …Las personas que estaban cerca dijeron: «Este hombre sanó a un ciego.
¿Acaso no podía impedir que Lázaro muriera?». Jesús llegó a la tumba, una cueva con una piedra que tapaba la entrada. «Corran la piedra a un lado», les dijo Jesús. Entonces Marta, la hermana del muerto, protestó: Señor, hace cuatro días que murió. Debe haber un olor espantoso. Jesús respondió: -¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios? Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, gracias por haberme oído. Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste». Entonces Jesús gritó: «¡Lázaro, sal de ahí!». Y el muerto salió de la tumba con las manos y los pies envueltos con vendas de entierro y la cabeza enrollada en un lienzo. Jesús les dijo: «¡Quítenle las vendas y déjenlo ir!». Hércules resucita a Alcestis ... Cuando Hércules iba en busca de las yeguas de Diomedes pasó por el palacio del rey Ademeto justo el día en que Alcestis, la esposa del rey, acababa de morir. Pero el soberano que no deseaba faltar a las leyes de la hospitalidad, le ocultó la desgracia y le festejó como se merecía. Cuando el héroe se enteró de la triste noticia bajó a la cámara donde se encontraba Alcestis, apresó al genio de la muerte, le obligó a soltar el alma de la reina y así le devolvió la vida. Y así como estas historias, existen DECENAS de relatos adoptados y adaptados por la Biblia, a pesar de que se diga que ésta fue escrita por los hombres por inspiración divina. Sin embargo, por razones de espacio ya no me es posible reproducir. Mi deseo es que este escrito sirva para despertar la curiosidad de alguno de los lectores.
Llama la atención que muchísima gente brillante, de esos que tanto han aportado al mundo, concluyan finalmente que Dios no existe. Muchos de ellos han dicho que en realidad Dios no creo al hombre, sino que fue éste el que creo a Dios. En el principio había dioses para todos los gustos: para la lluvia, para la guerra, para el viento, para el amor… es más, cuando llegaba la noche, el hombre creía que la oscuridad era porque Dios estaba enojado y había que sacrificar a una doncella para contentarlo… en fin, la fórmula parecía clara: a más ignorancia más dioses. 27
“Modacentrismo”,
ropa y mucho más POR:GERARDO BORBOLLA GONZÁLEZ
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mediados de septiembre y principios de octubre, las grandes capitales económicas y culturales del mundo son sede de las llamadas “semanas de la moda”, donde se presentan las colecciones de primavera y verano del año próximo. Nueva York, Londres, Milán y París son las cuatro grandes ciudades que marcan las más importantes tendencias dentro del mundo de la moda y el mundo en general. Son las más relevantes por ser sede de las más importantes y lujosas casas de diseño, así como de las nuevas propuestas que la industria está volteando a ver. La importancia de estos lugares también es tal por su contexto y los acontecimientos propios de la ciudad que fomentan el surgimiento de nuevas corrientes en todos los ámbitos de la cultura incluida, claro está, la moda. Hermès, Chanel, Loui Vuitton, Altuzarra, Creatures of the wind, Marc Jacobs, Prada, Dries van Noten son solo algunas de las tantas marcas que tienen presencia durante estas semanas. Durante estas semanas es un deleite, para los asistentes y para quienes las seguimos a través de los medios electrónicos, poder observar los nuevos diseños que estarán presentes las próximas estaciones. Observar cada prenda como un obra única en su tipo, imaginada, pensada, estudiada, construida y presentada con una precisión y cautela quirúrgica, para que el resultado sea una verdadera obra de arte. Y qué mejor que cada prenda sea portada por un cuerpo perfectamente
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estético –dentro de los cánones de las pasarelas- y que al caminar derroche estilo, carácter, fuerza y seguridad, elementos necesarios que debe inspirar la modelo para inspirar a los consumidores. Es también una experiencia exquisita apreciar el gran ingenio y creatividad con que son diseñadas cada una de las pasarelas. Cada marca crea una mundo y una atmósfera única e irrepetible, la cual se logra a través de un conjunto de elementos que, sí son bien seleccionados (y por lo general suelen serlo), dan como resultado un momento mágico. Todo empieza con la elección del venue, el lugar donde se realizará el desfile, puede ser desde un parque para patinar hasta un lujoso palacio parisino; después está la música, cada pieza debe ser elegida cuidadosamente para que haga una bella conjunción con el caminar de las modelos; los elementos visuales/decorativos: leds, pantallas, videos, humo, arena, etc., todo lo que ayude a complementar el acto; por último, pero en este caso todavía más importante que las tres anteriores, está la ropa, a partir de la cual se elige el resto. Una conjunción entre un buen venue, buena música, buen diseño de escenario más una colección novedosa hacen de el desfile un momento armónico y placentero a todos los sentidos. Una de las grandes ventajas que brinda Internet para este tipo de eventos es la inmediatez, la velocidad, prácticamente instantánea, con la que nos enteramos de todo lo que sucede en las semanas de la moda. Ya no es necesario esperar a que termine el mes para comprar las revistas
especializadas con las crónicas y reseñas de lo sucedido. Ahora a través de Facebook, Twitter, Instagram, páginas oficiales y blogs podemos observar cada momento arriba, abajo, afuera y detrás de las pasarelas. Las revistas de moda ya no son las únicas encargadas de informar, aunque sí siguen siendo los medios más confiables y especializados. Karl Lagerfeld, Cara Delevingne, Carine Roitfeld, Chiara Ferragni, Karlie Klos y muchas estrellas y personajes de la industria ya no solo son protagonistas de estos eventos, sino también quienes a través de sus cuentas públicas nos informan, detallan y deleitan con constantes actualizaciones, fotos y videos de todo lo que ocurre. El medio de la industria de la moda es conocido por contar con fiestas lujosas y exclusivas, donde solo las más grandes celebridades pueden asistir. Fotógrafos y directores consagrados, top models, editores de revistas de alto renombre y tradición, bloggers con cientos de miles de seguidores, periodistas y escritores consagrados, actrices y cantantes que venden millones de dólares a través de su imagen, son aquellos que forman parte de ese selecto grupo de personas. También las marcas más importantes del mundo quieren estar presentes: Apple, Maserati, Möet, Heineken, etc. Personas, marcas y empresas no quieren estar fuera, dejar pasar la oportunidad de ser vistos en París o Nueva York es impensable, millones de dólares se contabilizan antes, durante y después de estas semanas llenas de glamour, y todo gira alrededor de un vestido.
Los viajes ilustran Butaca Recomendaciones Vinos Gadget 29
Vinos QUE NO LE DIGAN, QUE NO LE CUENTEN
5 de 11 recomendaciones para tomar vino
1.
¿Cómo se debe coger la copa?
U
na creencia generalizada es que, cuando se toma vino blanco, la copa debe tomarse por el tallo o espiga, mientras que en el caso del vino tinto, el cuerpo o cáliz debe hacerse reposar en la palma de la mano, con la espiga entre los dedos centrales. Y esa idea lo vemos reforzada constantemente en las películas y en la televisión, en donde los actores, creyendo ser muy respetuosos de la etiqueta, lo hacen de ese modo. La justificación que se da es que, de esa manera, se le traspasa parte del calor de la mano al vino. Eso es falso. La copa nunca se debe tomar por el cuerpo o cáliz. En primer lugar, si el vino está servido a la temperatura correcta, no hay razón para aumentar su temperatura, y más bien, puede ser contraproducente. Pero sobre todo, es de mal gusto manchar la copa con la grasa de nuestras manos. Para eso a las copas les pusieron la espiga, para tomarlas de allí. Rafael Arango, renombrado enólogo, dice que hay tres formas de tomar la copa. Quienes lo hacen de la base, entre los dedos índice y pulgar, son los “profesionales”. Quienes la toman por el tallo o espiga, son los “conocedores”. Quienes la toman del cuerpo o cáliz, son los “ignorantes”.
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2. ¿Los vinos blancos deben servirse en copas pequeñas, mientras que los tintos deben servirse en copas más grandes? Eso puede tener algún fundamento, por el hecho de que, el vino blanco debe servirse en cantidades más pequeñas cada vez, para evitar que aumente su temperatura, que normalmente, dependiendo de la variedad, debe estar a una temperatura de 9 a 12 grados centígrados. El vino tinto debe estar a una temperatura mayor (alrededor de 17 o 19 grados), por lo cual su temperatura aumenta más lentamente. Sin embargo, no se rompe la etiqueta, si cualquiera de los tipos se sirven en copas de igual tamaño. De hecho, en una cata es preferible utilizar copas grandes (incluso más de lo normal), para poder apreciar mejor los aromas. El vino debe servirse como máximo, hasta la mitad de la copa y esto, cuando la copa es mediana. Es de muy mal gusto servir la copa más allá de la mitad. Se supone que la persona debe tener la oportunidad de meter su nariz en la copa para poder apreciar mejor sus aromas (y hasta el bouquet, cuando son vinos que han pasado por barrica). Con la copa por encima de la mitad, eso es imposible. Las copas deben ser transparentes. Eso no quiere decir que quienes tienen copas
de cristal, heredadas de épocas pasadas, deben deshacerse de ellas. No hay ninguna ruptura de protocolo si se sirven estas copas para el vino que acompaña una comida. Pero no son aceptables en una cata, pues la transparencia nos debe permitir ver si el color del vino, el menisco (el aro que se forma alrededor de la superficie del vino), su limpieza y su brillo, así como “las piernas” (las marcas que deja la glicerina en la copa, al batirla y que bajan lentamente hacia la superficie del vino). Las copas de colores, en su espiga o en su cáliz, de plano ni perder el tiempo halbando de ellas. 3. Se dice que ahora, cualquier tipo de vino va con cualquier tipo de comida. Se ha difundido la idea equivocada de que, actualmente, uno puede tomar cualquier tipo de vino, sea tinto o blanco, con cualquier tipo de comida, casi alea-
toriamente. Eso es falso. La confusión proviene del hecho de que se ha dicho, lo que sí es cierto, que la vieja regla de dedo de que las carnes blancas se deben acompañar de vinos blancos, mientras que las carnes rojas, con los tintos, está superada. Entonces, esta ruptura de esa regla ha sido festinada equivocadamente para afirmar que ya no importa la variedad del vino que se use. La regla de oro para saber qué tipo de vino va con cada tipo de comida es que, el vino no opaque el sabor de la comida, ni que esta haga que perdamos el paladar y los aromas del vino. Y aunque existen guías generales sobre los tipos de vinos que pueden acompañar diferentes platillos, eso es apenas una primera aproximación. La verificación final es totalmente empírica. Por ejemplo, sigue siendo válido que un filete de pescado liviano, a la plancha o al vapor, o en una salsa muy suave e, infaltablemente, un ceviche, maridan muy bien con un Sauvignon Blanc (blanco y más ácido que otras variedades). Pero si la salsa es más fuerte, por ejemplo, a base de leche o crema, quizás le vaya mucho mejor un Chardonay (blanco). En cambio, un pescado mucho más graso, como un salmón o un atún, borrarán los aromas y sabores de un vino blanco. El contenido graso de estos pescados combina muy mal con la acidez de estos. En estos casos sería más aconsejable un vino tinto liviano, como un Pinot Noir o, quizás un Tempranillo. Muchas botellas, sobre todo de vinos del Continente, presentan en su contraetiqueta, algunas sugerencias respecto a las comidas con que mejor combinan. 4.
El vino, ¿cuanto más viejo, mejor?
La idea de que el vino siempre mejora con los años, no puede interpretarse como una regla general. Esto depende de varios factores. Por ejemplo, un vino joven, entendiéndose éste como aquel que no ha
sido añejado en barricas (casi siempre, de roble), necesita ser consumido lo más pronto posible, ojalá, el mismo año de la cosecha. Normalmente un vino joven empieza a deteriorarse después de 18 meses o un año. Es probable que un vino joven de más de dos o tres años ya no esté en buenas condiciones. La mayor parte de los vinos que se encuentran actualmente en los mercados, son jóvenes. Por eso, siempre hay que tener cuidado con las promociones de vinos, pues muchas veces éstas se deben a que los vinos ya están vencidos (aunque no hay nada en su etiqueta que lo diga). En cambio, los vinos añejos, sí pueden mejorar con los años. Pero eso depende del tiempo que hayan permanecido en la barrica: entre más tiempo, mayor resistencia adquieren al deterioro de los años, y mayores posibilidades tienen de mejorar. Pero tampoco lo es por tiempo indefinido. Un vino que ha pasado 24 meses en barrica, es probable que adquiera su punto óptimo de consumo a los 8 o 10 años pero a partir de ese momento su calidad empieza a disminuir, y después de unos años dejan de ser buenos para el consumo. En tal caso, si son vinos de muy buena calidad, quizás valga más la pena conservarlos pero como reliquias. Un vino de solo 6 meses en barrica, es probable que adquiera su punto óptimo a los 3 años y se deteriore después de los 4 años. Pero además del tiempo de maduración en barrica, hay otros factores. Tiene que ver la variedad de la uva (monovarietales) o variedades (polivarietales) que lo componen, el cuidado y conocimiento del enólogo que lo haya elaborado, las características del lugar de origen terroir, las condiciones de la guarda, temperatura, humedad, tipo de barrica ya sea roble francés o americano, y, sobre todo, la calidad de la añada (es decir si las condiciones de clima fueron o no favorables en el año correspondiente). Por eso es tan impor-
tante conocer si el año de cosecha fue bueno, regular o malo. Existen tablas en las cuales se encuentra esa información, las cuales se publican en revistas especializadas (como Wine Spectator). También cuenta mucho las condiciones en que se haya mantenido el vino en su proceso de maduración, y sobre todo, las condiciones en que se le mantiene en los supermercados, y su temperatura de guarda y de servicio. Un excelente vino, servido a la temperatura incorrecta, puede ser un total fracaso. 5.
¿Cómo deben almacenarse los vinos?
Los vinos siempre deben almacenarse horizontalmente o inclinados, de modo que el vino siempre esté en contacto con el corcho, para que éste se mantenga húmedo y no deje pasar mucho aire. Esto es válido tanto para vinos jóvenes como añejos. Sin embargo, la inclinación no es indispensable para los vinos jóvenes que se presentan con tapa rosca o con corchos sintéticos, pues estos son más herméticos que los corchos naturales. Ningún vino soporta temperaturas de más de 22 grados por períodos prolongados. Da lástima ver en nuestras zonas costeras, vinos expuestos al calor, al aire libre y frecuentemente, a temperaturas superiores a los 35 grados. Es probable que esos vinos no sean aptos para el consumo. Los vinos deben mantenerse en temperaturas entre 15 y 19 grados, pero no en refrigeración corriente (a menos de 12 grados), pues también mueren. Además, las condiciones de humedad ambiente deben ser de alrededor del 70%. Para las zonas tropicales, los conocedores de vinos que no tengan una cava subterránea, con temperatura y humedad controlada deberían adquirir una cámara especial. En almacenes como Sams venden unas de gran capacidad, con compartimentos separados para diferentes variedades de vinos31
Butaca
Horror atómico POR: EL SUFRIDO ESPECTADOR
D
esde el estallido de las bombas atómicas en Hiroshima y en Nagasaki, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el miedo a una conflagración nuclear ha estado latente, sobre todo durante la Guerra Fría. No es de extrañar que los japoneses, los primeros en sufrirlo, hayan sido los fundadores de filmes al respecto. La espléndida Los niños de Hiroshima de Kaneto Shindo nos muestra los horrores causados por el artefacto nuclear en los niños, a través de los ojos de Takako Ishikawa (Nobuko Otowa), su esposa en la vida real. En Crónica de un ser vivo (1956), uno de los filmes menos conocidos de Akira Kurosawa, el industrial Kiichi Nakajima interpretado por Toshiro Mifune, lleva su temor al grado de la paranoia y se quiere mudar a Brasil “donde nunca estallaría una bomba atómica”. En Lluvia negra, Shohei Imamura (1989) adapta una novela de Nasuji Ibuse que muestra de primera mano, los estragos causados por la bomba, en una familia de pescadores. Pesadillas nucleares Una de las pesadillas recurrentes de los norteamericanos es el de sufrir un ataque nuclear, y hay muchos filmes en los que la amenaza proviene de un grupo terrorista que se ha apoderado de una bomba nuclear, y amenaza detonarla en Estados Unidos. En 13 días de Roger Donaldson (2000) se recrea la tensión mundial sufrida con el anuncio de que Cuba tenía misiles atómicos a principios de los 60, lo que ocasionó el bloqueo estadounidense a la isla hasta que fueran retirados. Bruce Greenwood resulta muy convincente personificando al presidente John F. Kennedy. Sin embargo, la cinta por excelencia es Un día después de Nicholas Meyer
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Recomendaciones (1983). La historia de Edward Humme narra los estragos sufridos en la población de Lawrence, Kansas, luego de un ataque nuclear y fue hecha originalmente para la televisión, estrenándose posteriormente en el cine en una versión de dos horas. Con todo, el filme tenía un toque de optimismo, siguiendo a los supervivientes del holocausto nuclear tratándose de acostumbrar a su nueva vida. Mucho menos optimista resultaba la versión soviética del asunto titulada Cartas de un hombre muerto de Konstantin Lopushansky, que filmada en blanco y negro en 1986, era una visión mucho más pesimista de ese mundo devastado. Mundos apocalípticos En los devastados mundos surgidos después de una conflagración nuclear, donde ya no había grandes inventos ni sofisticadas maquinarias, el hombre se veía obligado a regresar a sus orígenes y luchar por su vida. Era el reino donde surgían personajes como el Robert Neville (Charlton Heston) en La última esperanza (1971) de Boris Sagal o Mad max (1979) de George Miller, un guerrero de la carretera protagonizado por Mel Gibson en tres películas. En A boy and his dog de L.Q Jones (1975), una adaptación de la novela de Harlan Ellison, Vic (Don Johnson) se comunica telepáticamente con su perro, que lo ayuda a sobrevivir en el devastado mundo, pues es más inteligente que el humano. Recientemente Denzell Washington recorrió esos devastados parajes en busca de El libro de Eli de los hermanos Hughes. La temática ya llegó a la pantalla chica con series como Jericó y Last resort.
PANTALLA GRANDE Los juegos del hambre. Sinsajo I parte. La tercera parte de la trilogía de la escritora Suzanne Collins, ahora bajo la dirección de Francis Lawrence, llegará este mes a la pantalla grande, presentando algunas novedades. Como toda exitosa producción, la última parte se ha dividido en dos. Jennifer Lawrence, la heroína Katniss Everdeen, encabezará una rebelión tratando de no perder el Óscar que tanto trabajo le costó. Por su parte el trágicamente fallecido Philip Seymour Hoffman hará su última presentación como Plutarch Heavensbee. Los fans de la serie estarán de plácemes y quedarán ansiosos por ver la culminación de la saga. PANTALLA CHICA Los Agentes de Shield. Gracias al auge de las películas de Marvel, no era de extrañar que trataran de incursionar en la televisión. Lo curioso es que no se haya escogido a un héroe con super poderes, sino a una agencia de espías, que en los comics nacionales se conoció como CIDEL, y que era encabezada por Nick Fury, un sargento que peleó en la Segunda Guerra Mundial y que era un anticomunista empedernido. La serie está protagonizada por Clark Gregg como el agente Phil Coulson, Ming Na Wen como Melinda May y Chloe Bennet como Skye. La serie tiene muy buena producción, aunque su temática resulta tendenciosa. LIBRO Los cómicos de México de Miguel Ángel Morales. Editorial Panorama, 170 páginas. Ahora que Cantinflas se volvió a poner de moda gracias a su película, es una buena ocasión de leer este libro que no solamente habla de él, sino de otros cómicos menos conocidos como Leopoldo Beristáin, Manuel Medel o Estanislao Shilinsky. Ahora que si de quien está interesado es en Mario Moreno, el mismo autor publicó una biografía muy completa en tres fascículos de Clio.
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Los viajes ilustran
C
uando el encanto de un lugar nos hechiza, nos enamora, lo único que queremos hacer es seguir conociendo y recorriendo ese escenario. Yo quedé encantada con Bélgica y su esplendor, y si ya había visitado anteriormente dos de las tres ciudades que fueron trascendentales en la Edad Media, inevitablemente tenía que ir a conocer la tercera. Por tal razón el destino al que llegábamos era Brujas. Pero este nombre no tiene nada que ver con las mujeres que hacen encantos mientras danzan al rededor de fogatas y luego vuelan en escobas para arrojar sus pociones mágicas; este nombre viene del plural de la palabra flamenca “Brug” que significa puente, y es que la ciudad completa está llena de ellos debido a los muchos canales de agua que la atraviesan. Pero Brujas, la “Venezia del norte”, bien se podría relacionar su nombre con el significado de hechicera para describirla, puesto que al estar ahí y recorrerla, los ojos quedan seducidos y la memoria queda encantada con sus recuerdos. En el año 2000, la Plaza Mayor, conocida como “Grote Markt”,fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Comenzando a caminar por sus calles empedradas, noté que había más gente de la que había encontrado en las otras ciudades belgas. Una vez llegando a lo que alguna vez fue el corazón comercial del sitio, entendí por qué la gente se siente atraída por este destino, y por qué todas las agencias y guías de viajeros, la marcan como parada obligatoria para quienes visitan esta zona de Europa. Desde la gran explanada del “Grote Markt”, pude admirar varios edificios emblemáticos. El primero en que repararon mis ojos fue el “beffroi”, que con 83 metros de altura, no puede pasar desapercibido. De todos los “beffrois” de la región, este tiene una forma que lo hace peculiar y diferente en su arquitectura: una torre en forma de octágono que surge de en medio
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Hechicera
del norte POR: ABIGAIL HERNÁNDEZ de lo que era el mercado de la lana, claro, sin faltar un característico gran reloj. A un lado de esta construcción se encuentra la corte provincial, conocida como “Landhuis”, que dentro acogía una gran mercado cubierto, en el cual los barcos descendían su mercancía. En medio de la plaza pude distinguir dos estatuas que hacen homenaje a Jan Breydel y Pieter de Coninck, líderes de la “Batalla de las espuelas de oro”, librada el 11 de julio de 1302, en la que los flamencos se alzaron contra la corona francesa, bajo la que en aquel momento se encontraba su tierra. La batalla fue nombrada de esta manera, después de que los soldados flamencos arrancaban de sus rivales caídos las espuelas que vestían, reclamándolas como recompensa. Cabe destacar que la ciudad tal como hoy la podemos admirar, no fue así en la época medieval. Presa de varios fuegos devastadores y de algunas otras guerras, la ciudad tuvo grandes cambios en su arquitectura, haciéndola hoy un bastión del estilo neogótico del siglo XXVIII. Nosotros caminamos y cruzamos toda la plaza para dirigirnos a una de las pequeñas calles que se encontraban al lado del centro. El otoño había comenzado y el frío empezaba a hacerse sentir; a pesar de eso, el lugar estaba repleto de otros curiosos, que como nosotros ansiaban descubrir todo lo que esta locación tiene por ofrecer.
Este viaje tenía el hecho excepcional de que mi madre nos acompañaba. Había venido para estar en el bautizo de su nuevo nieto, y para ella era también el momento de hacerse cómplice viajera. Mientras caminábamos, podíamos ver las vitrinas de los negocios llenas de chocolates y caramelos o de manteles y bordados hechos a mano, que caracterizan la región. De repente, mi marido paró frente a un negocio llamado “ Käthe Wohlfahrt”y nos dijo que podíamos entrar al lugar de la “eterna Navidad”, y es que al darnos cuenta, el local es parte de una cadena alemana destinada a la venta de artículos navideños durante todo el año. Objetos hechos artesanalmente de madera, cristal, algunos más de plástico, de una belleza sin igual y de un precio que nos dejó sólo con el recuerdo de tal visita. Saliendo de ahí nos dirigimos hacia otra emblemática plaza, conocida como la Plaza Burg, en ella descubrimos el edificio “Stadhuis” que es el actual palacio del ayuntamiento, y que no tiene nada que envidiarle a otras construcciones de la ciudad, pues con sus largos y grandes ventanales y sus tres torres octagonales, recuerdan que es uno de los ayuntamientos más antiguos de toda Flandes. La plaza estaba también rodeada de otros edificios con fachadas rícamente ornamentadas, pero mi curiosidad se posó en una entrada que si bien era pequeña, la decoración con figuras de caballeros medievales en color dorado era una invitación
a descubrir el tesoro que había dentro. Sin tener la menor idea de lo que acogía esta pequeña esquina, mi marido nos comentó que era una capilla que teníamos que visitar. Él, como ya la conocía, se quedaría afuera escoltando el pequeño carruaje del pequeño príncipe que en él se encontraba durmiendo, sin que el frío o el viento lo molestaran, pues su madre se había encargado de cubrirlo con una manta. Así, atravesamos la pequeña entrada llenas de curiosidad y con asombro vimos una capilla de estilo romano, simple, un poco oscura, sin ostentosas ornamentaciones, toda de piedra incluyendo sus portales. La capilla tiene una planta superior, y al subir las escaleras nos dirigimos a descubrir la otra parte de la iglesia. Al subir, en el pasillo se podían ver mensajes donde se pedía no utilizar el flash de la cámara. Una vez atravesando la puerta de madera, quedamos sorprendidas por la excepcional belleza que estábamos contemplando. En toda mi vida, no había visto nunca una riqueza igual. La capilla estaba toda ella decorada con grandes murales, ¡todo el sitio era un mural! Al caminar hacia el altar central destaca la escena central, conocida como “El Misterio de la Cruz”, donde se ve a Cristo crucificado y derramando su sangre. Los colores vivos, tanto de los murales como de los vitrales, deleitaban con un festín visual a todos los que ahí nos encontrábamos. Dentro del lugar se alza un gran relicario, fue al acercarnos allí que mi madre se percató de donde estábamos: la Basilica de la Santa Sangre, y dentro de ese gran relicario se guarda una pequeña ampolleta en la cual se conserva la sangre de Cristo, que se cree fue recolectada por el discípulo de Jesús, José de Arimatea, dueño del sepulcro donde se enterró después de la crucifixión. A pesar de que no se sabe ni cómo ni quién fue el que hizo llegar este tesoro a la
ciudad de Brujas, pues algunos creen que llegó después de la segunda cruzada, cuando los estudios de los registros indican que la presencia de la ampolleta está documentada al finalizar la cuarta cruzada. El hecho es que en el sitio se conserva este objeto de riqueza invaluable para los católicos, y que amerita la magnificencia que le rodea. Saliendo llenas del gozo después de tal experiencia, continuamos nuestro recorrido. Después de atravesar un puente que une a dos edificios y que roba el aliento al ver su blanco color contrastando con el dorado de sus ornamentos y de las tres estatuas que coronan la construcción, llegamos al Muelle del Rosario. Parados ahí, frente al canal y a todas esas casas del típico estilo flamenco que he mencionado tanto, y con el “beffroi” de fondo, decidimos hacer lo que el resto de la gente: sacar la cámara para dejar impresa la maravillosa vista. A pesar de que mi pequeño venía cubierto como oso, el sol comenzaba a ponerse y yo, como buena madre latina, no podía no dejar de pensar en la temperatura que bajaba, así que decidimos caminar para llegar al auto y dirigirnos a casa. En el camino, tuvimos la oportunidad de admirar una joya más de Brujas, la Iglesia de Nuestra Señora. Siendo la segunda edificación de ladrillo más alta del mundo, su torre con 122 metros, es la más alta de toda Bélgica. Dentro se halla la estatua de mármol hecha por el famoso artista italiano Miguel Ángel, que se conoce como “Madonna de Brujas”. Es indudable, porque recorrer las calles de Brujas para descubrir sus tesoros es un recorrido obligatorio. Contentos de la visita, con los ojos llenos de imágenes esplendorosas, no podíamos, por otro lado, dejar el estómago vacío, que comenzaba a reclamarnos, por lo cual, el último placer antes de subir al auto fue el de comer un wafle caliente esparcido con azúcar, concluyendo de esta deliciosa manera una aventura más en otro rincón belga.
Vista desde el Muelle del Rosario.
"Beffroi" de Brujas.
Edificio "Stadhuis", del Ayuntamiento.
Relicario de la Basílica de la Santa Sangre.
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Gadget
Especial autos Hoy en día es normal ver dispositivos móviles inteligentes en todos lados, desde un reproductor de música, hasta un teléfono móvil. Están en todos lados y en todos tamaños. Cada día son más indispensables en la vida de una persona, ya que nos facilitan muchas cosas a la distancia de la mano. Pero, ¿qué ha pasado con la tecnología para los automóviles, qué tanto ha avanzado, y que tan fácil y segura es para el usuario? Estos son algunos de los ejemplos.
Android Auto
El segundo productor más grande de software para teléfonos y el más usado, Android Auto de Google, viene pisando fuerte con una interfaz bastante agradable al ojo. Si algo hay que decir de Google es que los servicios que nos ofrece, y que podrán ser compatibles con auto son muchos más que los de Apple. Desde Gmail, Drive, Calendar, incluso Google Maps, son superiores a los de cualquiera de sus competidores.
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No era de extrañarse que la empresa líder en teléfonos celulares sacara su versión de iOS para los coches. Tan fácil como conectar el cable lightning del estéreo a tu celular, y así obtendremos una versión de iPhone simplificada en la pantalla de tu estéreo. Pero ¿cuál es la función principal de este servicio? Todo se fundamenta en Siri, el asistente virtual de iPhone; por seguridad y comodidad, todo lo que uno necesite hacer será a través de los comandos de voz. Desde hacer llamadas, usa gps, escuchar música, etc. Pero bueno, también cabe destacar que no todo es lindo y es que Apple ha hecho difícil que su servicio sea masivo, ya que los primeros autos que tienen
Apple Carplay esta tecnología son modelos que, estoy seguro, muy pocos de nosotros podrá costear como un Ferrari o un Rolls Royce. El sistema operativo igual, aun tiene pocas aplicaciones de terceros: no tiene Waze, no tiene soporte con Whatsapp, etc. Eso hace que un sea mas un prototipo que ya una función para usar definitivamente.
Como Carplay es Siri, Google Now lo es en Auto Google Now no es mas que un sistema de tarjetas con información que necesitemos, el cual recolecta de Gmail, Calendar y sus otros servicios, para así saber qué noticias nos pueden funcionar, desde el trafico a cierto lugar, marcador deportivo, lugares de interés cercanos, etc. Sin duda una propuesta bastante excelente que nos ofrece Google, pero como en todo, nada es color de rosa: se espera que esta tecnología llegue a mediados de del 2015, así que solo queda esperar.
App del Mes: Plataforma: iOS, Android y Windows Phone Precio: Gratis
Appradio Pioneer La primera idea de incorporar el teléfono móvil con el estéreo llegó de la mano de Pioneer con su Appradio, y aunque ya han sacado varios modelos, hace unas semanas anunciaron el Appradio 4. A pesar de funcionar bastante bien y de tener incluido Waze, que es sin duda el mejor GPS, y poder ocupar Siri, la falta de aplicaciones de terceros es uno de sus puntos bajos, ya que no existen tantas opciones. Otro punto bajo y sin duda el más importante, es la complejidad de su instalación y la compra de accesorios extras para obtener un funcionamiento correcto.
Waze
La aplicación por excelencia de navegación. Lo que tiene de interesante esta aplicación, a comparación de cualquier otra plataforma de GPS, es que las personas o los conductores son los que hacen los mapas mientras manejan por nuevo lugares o van por vías mas rápidas. La aplicación lo capta y lo aprende. Otro punto fuerte es que los usuarios pueden notificar sobre embotellamientos, calles cerradas, accidentes en tiempo real, y todos los conductores que pasen por esa vía serán notificados.
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¡Felices 25 CONEXIÓN MUSICAL
Tacubos! POR:: Sandra Pérez García
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uando hablamos del rock de los 80´s nos resulta imposible no mencionar a Café Tacvba, la banda de Ciudad Satélite fundada en 1989 por Rubén Albarrán, Emmanuel del Real, José Rangel y Enrique Rangel. Cumple en este 2014 25 años de trayectoria. Decir 25 años es fácil, pero para la industria musical esta cifra es muy importante, ya que no solo se trata de grabar un disco y sacarlo a la venta, sino lo más difícil, que es mantenerse vigente por tanto tiempo. La única clave para lograr algo así es tener un gran talento, y vaya que los tacubos lo tienen, pues desde un inicio -cuando firmaron su contrato con una importante casa productora en 1992- el primer álbum titulado “Café Tacuba”, alcanzó ventas superiores a las 40 mil copias en sus dos primeras semanas de lanzamiento. En la actualidad la agrupación cuenta ya con 11 materiales discográficos. La banda se destaca por incluir en cada uno de sus discos el folklor y cultura mexicana. Canciones como ‘Chica Banda’, ‘El Metro’, ‘El fin de la infancia’,
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‘La Muerte Chiquita’ y ‘Ojala que llueva café’, tienen sonidos y letras peculiares que nos hacen recordar nuestras raíces, aunque no podemos dejar de lado que con grandes éxitos como La ingrata, Las persianas, Las batallas en el desierto, El Baile y el Salón, Puntos Cardinales, Aprovéchate y Medio día, han logrado ir de gira por Europa y Asia, llevando muy en alto el nombre de México. A lo largo de su carrera han participado en diferentes tributos a grandes artistas como Los Tigres del Norte (Futurismo y Tradición), José José (Una Mañana) y Tin Tan (Contigo). Colaboraron en la creación de la banda sonora de películas como Amores Perros, Piedras Verdes, Vivir Mata y Crónica de un desayuno. En el 2010 hicieron el documental ‘Seguir siendo’, donde mostraban momentos importantes de la banda; después, dan a conocer su segundo documental ‘El objeto antes llamado disco’ donde conviven con sus fans, y nos hacen saber lo difícil que es preparar un material discográfico, y todo el sacrificio que esto implica para que al final resulte un excelente trabajo.
Dentro de los 25 años han sido reconocidos por canales de televisión, revistas e incluso grandes industrias a nivel mundial, ganando varios Grammy Latinos entre ellos: ‘Mejor Álbum Rock’, ‘Mejor canción rock’, ‘Mejor álbum alternativo’, ‘Mejor video musical largo’, ‘Mejor grabación del año’ y ‘Mejor Álbum Latino de Toda la Historia’ por mencionar algunos. Su segundo disco ‘Re’ tiene el primer puesto en la lista de ‘Los 10 mejores discos latinos de la historia’ y el puesto 55 en la lista de ‘Los mejores álbumes a nivel mundial’. Recibieron el premio ‘Leyenda MTV’ de manos del cantante inglés y líder de The Smiths, Morrissey, quien aseguró son unos músicos extraordinarios. El carisma, talento y sencillez de sus cuatro integrantes hace que Café Tacvba sea una de las bandas de rock más importantes en México, además de servir como inspiración para diferentes músicos. Un puesto bastante merecido que ha ido de generación en generación y que sin duda nadie les podrá arrebatar. ¡Felicidades 25 tacubos! Estaremos en espera de otros 25 años mas.
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