7 / 2017 #217 aĂąo XII www.revistallegas.com.ar
teatro
arte bares mĂşsica letras cine noche buenos aires
216 Sportivo Teatral. La Ponedora, el último milagro se sigue presentando todos los Viernes a las 23 hs en Thames 1426. Dramaturgia y Dirección: Ana Lucía Rodríguez. Del 1 de julio al 26 de agosto, Martes a sábados de 15 a 20hs en Galeria Mar Dulce, Uriarte 1490.
OBRA DE TAPA Nicolás Oyuela, “Sin ti”, óleo sobre tela- 100x120cm
SUMARIO
Nicolás Oyuela,(Bs.As.,1983) Se formó con los artistas Guillermo Roux y Tulio de Sagastizábal. También realizó cursos de grabado en Fábrica de Estampas. En 200 realizó la muestra individual “CIRCO” en la Fundación Guillermo Roux. En 2012 fue becado por el Mozarteum Argentino para participar de la residencia en la Cite des Arts en Paris. Participó de diferentes muestras colectivas en el Museo de Arte de Tandil , Galería Ruby, Fundación Lebenshon, Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca, Espacio de arte contemporáneo La VERDI, Universidad Nacional Sarmiento, Casa Matienzo. Desde 2017 participa del programa de artistas en el Centro de Investigaciones Artísticas (CIA) dirigido por Roberto Jacoby. Hasta el 1 de Septiembre FORMOSA GALERÍA - Delgado 1235, Colegiales lunes, miércoles y viernes de 19 a 21 o con cita previa a mensaje.formosa@gmail.com
4-10 TEATRO Bollywood de José María Muscari, las reseñas del mes y Espacio Sísmico contado por Juan Isola.
12-13 LETRAS Conjunto vacío, la nueva novela autobiográfica de Verónica Gerber Bicecci. 14 CINE Un documental sobre la industria, “Carne propia” con la voz de Arnaldo André desembarca en el Cine Gaumont.
16-17 MÚSICA Reseñas de los discos de Fleet Foxes y de Cigarettes after sex. Mas la agenda musical del mes.
18 NOCHE Martín D´adamo te recomienda qué hacer y pasó de visita por el El canario rojo en pleno Abasto.
19 ARTE Estados nativos, la exhibición de la artista peruana Ximena Garrido-Lecca en el MALBA.
20-22 BARES Doña, en el corazón de Almagro para comer “como en casa” después de ir al teatro.
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? QUIENES SOMOS
Editor Responsable Gustavo Gaona EDITOR DE CIERRE Ricardo Tamburrano DISEÑO Daniela Sawicki COLABORAN EN ESTE NUMERO Juan Crespo, Julieta Bilik, Vera Czemerinski, Mara Teit (teatro), Luz Marchio (arte), Martín Caamaño (música y letras), Ximena Brennan (cine), Martín D’Adamo (noche), Mara Teit (bares). TIRADA DE ESTA EDICION 12 mil ejemplares Publicidad: Ricardo Tamburrano (15 5958 7489, ricardotamburrano@gmail.com y teatro.llegas@gmail.com), Esteban Gallego, www.egmediabrokers.com. Tel: 4861-1721 llegás a buenos aires es una publicación mensual de distribución gratuita, Propiedad de GyH Contenidos Srl, Chile 1507, Piso 2. CP. 1100, CABA. Fundada el 5 de agosto de 2004. Se distribuye en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Registro de marca 2519629. Registro de la propiedad intelectual exp. 347083. ISSN 1668 – 5326. La programación de las agendas puede sufrir cambios por parte de los organizadores. Llegás no se responsabiliza de los mismos.
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el hambre de los artistas José María Muscari vuelve al teatro off con BollyWood para poner en tensión el vínculo entre la compulsión a la fama y la crisis social que nos acecha. Es la función de prensa de BollyWood (Una industria sin estrellas) en el I.F.T. Todos los discursos que intentarán definir la obsesión por la fama, por el “ser” (alguien), su tensión con la pobreza, con lo artificial y con lo vulgar ya circulan como espectros en la calle Boulogne Sur Mer. Habrá más famosos en la platea que en el escenario. Como Muscari es una celebridad, al estreno van celebridades. Y nada más preciso para pensar sobre la fama que tener proximidad con ellas. La experiencia guarda cercanía con el trauma. ¿Cuál? Son escasas las fisonomías humanas. Prótesis de diseño que portan en alguna intersección restos arqueológicos de humanidad, de lo que fue, de lo que fueron. La fama deshumaniza. No solo es vencer al tiempo, es suspenderlo en un caos de referencias que desconcertarían al cuántico más erudito: intento de cara de 30, cuerpo de 45, vestuario de 25, accesorios de 20, actitud de 15 y ese objeto que conocemos como voz de 70 años. Siempre en la voz se filtra la verdad. Desde muy joven José María Muscari se mueve perfectamente entre personalidades. Cuando estrenó Desangradas en Glamour y reunió en un solo espacio a Florencia Peña, Sandra Ballesteros, Marta Bian-
chi, Carola Reyna, entre otras, no tendría mucho más de 20 años. Su carrera fue una escalera ascendente. Siempre supo estar de moda, poner en escena fenómenos inmediatos como la maratón de 4 o 5 elencos simultáneos en Facebook. Del off saltó al mainstream con la particularidad de hacer sus propios textos, algo que a Daniel Veronese o a Javier Daulte, por ejemplo, no les ha sucedido. De alguna manera Muscari es un universo que el Sistema solicitó completo. En su caso la fama lo persiguió. Tenía un lugar reservado para él. “La fama está muy sobrevaluada en la Argentina. El concepto de que te sigan en las redes, que tu nombre aparezca en los portales de internet; aparecer en las revistas o en la televisión, tiene un valor irrisorio, de hecho se valora más eso que el verdadero contenido artístico por lo cual me parece un gran tema teniendo en este espectáculo a personas que considero que tienen mucho talento pero no la popularidad todavía. Me gusta poder criticar el Mainstrem, no es ingenuo hacerlo en este momento, en el que tengo en cartel Falladas, Casa Valentina y Extinguidas y puedo darle visibilidad a este grito de guerra Under que va ser Bo-
llyWood, mientras tengo un programa en el Canal de la Ciudad y estoy en “el Bailando” y disfruto de esos momentos de la curva ascendente en la profesión. Es un buen momento para hacerlo. Si no fuera famoso sería ingenuo, pero siéndolo y gozando del paroxismo de la popularidad está buenísimo hacer este espectáculo” – dice Muscari. Además de la fama, los tópicos que conjuga BollyWood son prácticamente infinitos. Es un pastiche posmoderno, cuadro tras cuadro. Se habla de todo, de todas las formas posibles. De los índices de pobreza en la India y su vínculo con el abarrotado barrio de Once; del ser artista, puto, mujer, extranjero, diferente; de los sueños, del fracaso, de la vejez, del amor; etc; todo se arroja sobre el escenario y armará sentido. Muscari hace abuso de su habitual procedimiento de auto-parodia que “tacha” con un exabrupto cualquier acontecimiento escénico precedente (distanciamiento Bretchiano de baja intensidad) sumando esta vez la enunciación del proceso de producción del espectáculo (¿Muscari Marxista?) su debate y cuánto se debería pagar por ello porque es a la gorra, no gratis. La modalidad del casting multitudinario
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se filtra en la puesta, y los 50 artistas elegidos se exponen a todo (para poder “Ser” escénicamente alguien) permitiéndole a su creador ir del Bio-drama al adagio; de la danza árabe al desfile de modelos; del striptease al humor de stand-up y de un chelista al teatro de revistas. Esto podría ser una obra de arte total si sumáramos las proyecciones documentales (de la geografía que rodea a la sala I.F.T.) que le aportan un rasgo político a toda esta desmesura. ¿Cómo crees que dialoga este espectáculo que se sirve de los signos de una industria en el medio de la pobreza extrema y nuestra realidad social? -Para mí la relación de BollyWood con la Argentina es inmediata. Pienso en esa industria en el medio de tanta pobreza. No
“La fama está muy sobrevaluada en la Argentina de hecho se valora más eso que el verdadero contenido artístico”... puedo dejar de pensar en la intensión de los actores del espectáculo y ese grito de expresión en el barrio de Once donde se sacan a los manteros, donde los mayoristas están pichuleando para llegar a fin de mes. No puedo dejar de vincularlo con la Argentina, con la construcción de nuestros propios ídolos, de lo que significa ser famoso, consagrado, en contraposición con esos talentos under. Por eso está bueno que la obra esté atravesada por Mariela Asensio y Emiliano Figueredo que tienen un recorrido de 20 años pero no gozan de la popu-
laridad. Por eso ellos son los reyes en un teatro pobre que no tiene plata. Me gusta el concepto de una industria sin estrellas para una Argentina sin riquezas. BollyWood es un síntoma también de la pobreza del teatro off/alternativo/independiente que supo brillar años atrás. Pobreza no solo en las condiciones materiales de producción sino también en la elaboración de los lenguajes escénicos. Ahora de eso ya no queda nada, o realmente muy poco. Si la Fama y la Decadencia parecen inseparables como certifica el espectáculo de Muscari, sin haber pasado nunca por la primera, la mayoría estamos disfrutando plenamente de la segunda. Juan Ignacio Crespo
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teatros en primera persona EL MULTIFACÉTICO JUAN ISOLA NOS ABRE LAS PUERTAS DE ESPACIO SISMICO, UN LUGAR EN villa CRESPO CON MOVIDAS CONSTANTES PARA TODOS LOS GUSTOS. En el barrio de Villa Crespo se está gestando una nueva zona caliente cultural. Lugares como Vuela el Pez y Matienzo dan cuenta de este nuevo fenómeno. Nuestro teatro, el Espacio Sísmico, se encuentra en esa parte de la ciudad, sobre la calle Lavalleja entre Jufre y Lerma (Lavalleja 960). Lo fundamos hace dos años mi hermana melliza Sol y quien escribe Juan Isola. Hacía años que teníamos este proyecto en mente, y aparecía la oportunidad en febrero del 2015; con mucho esfuerzo y apoyo familiar la llevamos a cabo. En la antigua fábrica de Plástico Lavalleja comenzó la construcción del teatro, fueron parte de este proceso las compañías estables que hoy trabajan en el lugar que construyeron, ellas son: Los Siempre, La joven Guarrior, Grupo Mínimo y Guerra Tranquila. El Sísmico es un lugar de encuentro de una nueva generación de productores jóvenes. Esa es la apuesta desde la programación, una propuesta consiente de los métodos de producción independiente
que intenta buscar el equilibrio entre las compañías, la sala y las instituciones. La personalidad del espacio es definida y se pueden encontrar propuestas de diferentes lenguajes escénicos. Estos conviven en armonía y son un claro ejemplo de la prolífica producción de la ciudad. Han pasado directoras/es como Valeria Correa, Marina Carrasco, Jazmín Titiunik, Jorge Eiro, Amalia Tercelan, Andrea Garrote, Juan Prada, Hugo Martínez y María Zubiri entre otras/os. Contamos con una abundante programación de hasta 11 espectáculos de miércoles a domingo. La oferta de cursos tiene la misma idea identitaria que la programación de espectáculos. Los profesores/as forman parte de esta nueva generación de actrices, actores y directores/as que han desarrollado su trabajo durante años en el circuito alternativo. Entre ellos/as se encuentran Hernán Franco, Rosina Franschina, Julián Lucero, Jada Sirkin y Nicolás Amato. Para estas vacaciones de invierno esta-
mos preparando una programación especial que incluye obras de teatro y de títeres para niños y bebes. Durante las dos últimas semanas el espacio se llenará de niños. No todo es teatro y danza. El Sísmico es la casa de una convención independiente de comics (Sismicomicx), un ciclo estable de cine que busca difundir a los productores nacionales, un ciclo de música llamado “Las Nuevas Olas” y una jam de dibujo que una vez por mes reúne artistas plásticos que luego figuran en sus paredes. Puesto que el Sísmico tiene muestras permanentes que visten sus muros. A su vez cumple una función social en el barrio, todos los mediodías el teatro se convierte en un centro de reunión y comedor para la tercera edad. Por nuestra ubicación, programación y propuesta gastronómica creemos que el Espacio Sísmico es una opción estupenda para disfrutar del teatro independientes porteño. JUAN ISOLA Espacio Sísmico
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El mar de noche
Un hombre, su desolación y la poesía. Sin más que un sillón en el que sentarse, una copa de agua, un sombrero en el piso -que ni siquiera toca- y una ventana de fondo como marco, la puesta de Guillermo Cacace (Mi hijo sólo camina un poco más lento y Parias, en la Casacuberta) basada en los textos de Santiago Loza (el mismo de Una mujer puerca, entre muchas otras y en la actualidad editado por Tusquets) conmueve, atrapa y transforma. Entonces se convierte en esos hitos que dan entidad al -tantas vecesimposible de describir encuentro teatral. Con la inconmensurable potencia de lo mínimo que hace de cada gesto, cada mi-
Perfil Bajo rada y cada texto una delicia para degustar de a poco y que se entrega con la precisión de quien conoce los mecanismos del deseo, es necesario -más que destacar- agradecer el minucioso y generoso trabajo de Luis Machín, quien queda a cargo de ponerle el cuerpo a la herida de un personaje frágil y arrasado por la pérdida. En el intento de sacar todo lo otro y quedarse con lo esencial, El mar de noche coquetea con lo humano a través de una alquimia intangible que, en su incapacidad de ser nombrada, define al espectáculo. Ese que el espectador no podrá explicar con palabras al bajar las empinadas escaleras de Apacheta Sala Estudio ni al recorrer las calles de Balvanera para volver a casa mientras atraviesa ese mar inmenso, profundo y desgarrador que es la noche. Y que ahora gracias al encuentro teatral, se ha vuelto -solo un poco- más tolerable. julieta bilik Dramaturgia: Santiago Loza. Dirección: Guillermo Cacace. Intérprete: Luis Machín. Apacheta Sala Estudio, Pasco 623; Viernes, a las 23hs; $280.
La farsa de los ausentes
Basada en El desierto entra en la ciudad de Roberto Arlt, el realismo se corre permitiéndonos entrar en contacto con un universo absurdo, enclaustrado, donde los personajes claman por reconocer una motivación que dictamine su accionar, y que avanza sobre la representación del clima político y social que se atraviesa. La sinopsis comienza “Sobre los restos de un paisaje nacional derrumbado”, y parece ser un cartel de advertencia ante la ansiada reapertura del Teatro San Martín. Montar es un acto político, desarrollar la teatralidad como una máquina metafísica incansable, una aplanadora en la indagación sobre lo teatral, como una cinta que no deja de producir imágenes que, ante la
intención de cualquier sentido, estalla y dispara hacia nuevos lugares. Pero sobre todo una indagación sobre la identidad y la pertenencia que intensifica poéticamente el relato. La obsesión acerca de un mundo como construcción teatral donde desarrollamos personajes constantemente y cambiamos de máscaras según la necesidad de aquel gran otro que no permite asimilarse a través de la identificación sino de la subordinación ante el propio lenguaje que nos inscribe. Aquí cada uno se enmarca en la identidad que dictamina Cesar, quién establece las leyes y que vira su camino ante una epifanía y, en plena procesión, desenmascara un destino inhóspito. Mara Teit
¿Qué es el teatro de inmersión? Ya en boga hace unos años, el espectador recorre el espacio junto a los actores. Pero es que aquí: ¿quién es ese actor al que perseguimos? Una serie de instrucciones a través de whatsapp en algún lugar de la ciudad donde los estímulos cotidianos parecen estar al servicio del foco que hace cada invitado en cada situación. La obra requiere de un Smartphone. Ante la aun insistente previa de cada obra a la que asistimos para que apaguemos el celular y así compartir el ritual, aquí es nuestro único soporte ante la incertidumbre de ese cotidiano impuesto. Cuando levanto la vista buscando un cómplice, intentando resolver el procedimiento como quién devela el truco de un mago, me percato que todos aquellos que me rodean están atentos a sus teléfonos, y que haga lo que haga, a nadie va a llamar la atención inmediatamente. Soy invisible aquí, pero mi vida pública recortada, imitada, en Facebook o instagram queda en evidencia ante la información que parece tener de mí el productor de esta experiencia. Suelo ser reticente en mi relación social con el mundo, soy de las que averiguan sin preguntar, que no se prueban ropa y que jamás increparían a alguien en medio de una escalinata para preguntarle qué escucha o a quién espera. Pero la arenga de mi partenaire ayudar a situarme en un lugar de seguridad y me habilita. La protagonista de esta reseña soy yo porque también soy protagonista de la experiencia, como cada uno que visite Perfil Bajo. Mara Teit
Versión y dirección: Pompeyo Audivert. Actúan: Daniel Fanego, Roberto Carnaghi, Juan
Idea y dirección: Ezequiel Hara Duck Circui-
Palomino, Ivana Zacharski y elenco. Teatro San
to Peatonal Florida: Lunes y miércoles 13hs
Martín Av. Corrientes 1530. Miércoles a sábados
Circuito Abasto: Sábados 16:30hs. Circuito Paler-
20:30hs Domingos 20hs. $190/$140/$95 (Día po-
mo Viejo: Sábados y Domingos 14hs. $500 Reser-
pular miércoles y jueves)
vas: http://www.perfilbajoteatro.com
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Parias en un recorte necesario de este Chejov casi nunca llevado a escena, por la rebeldía de su estructura como texto inacabado. Más de una decena de actores con una intensidad que es clara firma de Guillermo Cacace, asumiendo la actuación como poética, donde un cuerpo que se transforma, transforma al público. Una actuación, en puro presente, liberada del acartonamiento que atenta contra la persistencia, como si hubiese un abismo continúo por fuera de la ficción que se abre a infinidad de lecturas. Mara Teit Traducción: Alejandro González Dramaturgia: Guillermo Cacace y Juan Ignacio Fernández
Tomar por asalto la Sala Casacuberta, en plena reapertura. Habitar cada zona y proyectar la actuación hacia todos los espacios: sus escalinatas, las plateas, las bambalinas al desnudo, en una escenografía inconclusa, como la propia obra puesta en escena. En proceso, incluso el vestuario que parece remitir al traje deportivo que se usó en los ensayos, en su carácter potente acerca de un cuerpo sobrexpuesto, intervenido con un atisbo ruso. Todo se presenta para que
entremos en contacto con la sala, cerrada los últimos dos años, a este reencuentro con un teatro que es de todos, arbitrado por la palabra el maestro del teatro, Chejov, y de cómo llevar a escena un clásico en un teatro oficial en esta era de mixturas constantes. La versión de Juan Ignacio Fernández, destaca cierto carácter femenino, en la vitalidad y la fragilidad alrededor de las circunstancias en la vida amorosa de nuestro Platonov, algo arrojado a la pura pulsión,
Dirección: Guillermo Cacace Actúan: Lorena
ca. El “Pocho” no parece ser un tipo que se deja amedrentar por cualquier cosa, pero el caos no es menor y el carbón no estaría prendiendo del todo bien para el asado porvenir. El cruce está servida en bandeja para reconocer (y reconocerse en) los vicios y virtudes de esta patria enquilombada que supimos construir. Sainetón criollo entrelazado al dedo con la comedia de Aristófanes, la puesta enmarca entre cánticos de un coro (a disposición del relato para lo que guste mandar) la tragedia personal del delegado en cuestión hasta llegar a un inevitable desenlace, tan trágico como el destino de cualquier patria que haya atravesado un fenómeno como el peronismo. Su Nora pudo llamarse Eva ayer o Cristina hoy; y, en su pequeña escala, todos los personajes encuentran un paralelo histórico o actual. Con una estética inspirada en (o tal vez homenaje a) la obra del Marcos López, esta mini-sociedad sindical está cantada en justísimo solfa, con el humor y la ternura
de quién se ríe de sus patriadas de colores saturados. Pero, hay que decirlo, la historia no comienza en el ´45 sino antes, en el S.V a.C cuando unos habitantes del Ática tomaron -en la encrucijada- el camino de la comedia y supieron vivir un entretenimiento popular que invitaba a cualquier ciudadano a pasar un gran momento, sin dejar a nadie afuera. Lo mismo hace El cruce. Corran a verla, antes que –de una vez y para siempre- la tragedia argentina no vuelva a repetirse. Mientras tanto encuentran la estampa aquí, en pleno Villa Crespo.
Vega, Javier Lorenzo, Laura Nevole, Horacio Acosta, Esteban Kukuriczka, Georgina Rey, Ignacio Rodríguez de Anca, Marcelo Subiotto, María Inés Sancerni, Fernando Contigiani García, Iván Moschner, Julián Marcove y Agustina Groba. Músicos: Patricia Casares, Eliana Liuni y Francisco Casares Voz en off: Daryna Butryk Teatro San Martín Av. Corrientes 1530 Miércoles a sábados 20hs. Domingos 19:30hs $190/$95 (Día popular miércoles y jueves)
El cruce. Farsa sindical.
En la inesperada esquina en la que se cruzan Lisístrata y el Peronismo, el pequeño mundo de cuero sindical de Carlos “Pocho” Palumbo comienza a derrumbarse. Algo anda mal dentro de los contornos de su territorio y frente a la inminente visita del capo Genaro de Simone conviene tener la casa en orden, o que al menos lo parez-
Vera Czemerinski Texto y dirección: Fabricio Rotella. Con: Lucas Avigliano, Nacho Bozzolo, Marcos de las Carreras, Fernando De Rosa, Mariela Finkelstein, Gonzalo Gutierrez, EmIlIano Lopez, Natalia Mena, Leandro Morcillo, Malena Salicrú, Luciana Vieyra. Sociedad de Fomento y Biblioteca Popular Gral. Benito Nazar, Antezana 340. Domingos a las 19. $ 150 / $ 120.
LETRAS
corazón de tiza En la novela Conjunto vacío Verónica Gerber Bicecci hace un recorrido autobiográfico para comprender -con dibujos, teorías y fórmulas- de que se trata vivir. “Me gustaba leer las cosas que ella, más tarde, escribía en el pizarrón, aunque por supuesto no entendía nada”, dice Verónica, la narradora de Conjunto vacío (Sigilo), evocando la época en que de niña asistía a las clases de psicoanálisis que dictaba su madre. Ya desde su preciosa tapa -negra, con unos rectángulos blancos dibujados con trazo débil- todo en esta novela de Verónica Gerber Bicecci remite a un pizarrón. No solo porque a lo largo de sus páginas la prosa se alterna con una serie de dibujos, garabatos y esquemas sino porque Verónica, la narradora del libro, trata de explicar y explicarse su propia vida arriesgando teorías y fórmulas en ese gran pizarrón que es el libro mismo que tenemos en las manos. Al igual que le pasaba en las clases de su madre sobre el fantasma lacaniano, Verónica es alguien que no entiende y hace de esa incomprensión su poética. No entiende porqué su madre -una argentina que se exilió durante la dictadura- de un día para el otro desapareció (como si finalmente hubiera confirmado ese destino del cual escapó); no entiende porqué el Tordo, su novio, con el cual convive, la deja y tiene que volver a su casa natal; no entiende el lenguaje secreto del veteado de las maderas y de las cortezas de los árboles; no entien-
de el idioma de Jürgen, un alemán que vive en el D.F. con el cual tiene una aventura; no entiende porqué Alonso, el hombre del cual se enamora, la deja plantada en el aeropuerto antes de irse juntos a Argentina y no entiende los manuscritos de Marisa, la madre de Alonso, que al igual que su madre, se exilió en México durante la dictadura Argentina y luego la internaron por una crisis nerviosa. La novela, entonces, es un intenso ejercicio de comprensión. Y para comprender, cuando las palabras ya no alcanzan, Verónica recurre a los dibujos y a los redondeles de la Teoría de los Conjuntos. Por eso todos los personajes, incluso el “yo” de la primera persona de la narración, aparecen junto a un paréntesis que encierra su inicial, indicando la función en su posterior interpretación gráfica, es decir en el relato de las imágenes: Tordo (T), Mamá (M), Hermano (H), etc. Verónica es, al mismo tiempo, la profesora errática y el alumno distraído de sí misma. Uno trata de explicar lo inexplicable mientras el otro, distraído, capta lo que puede. El resultado es un relato fragmentado y desordenado. No hay una cronología o en todo caso esa cronología debe construirla el lector como hace Verónica con las cartas de Marisa. Las cartas de Marisa apa-
recen antes de que sepamos quién es ella y que Verónica está catalogando sus papeles, así como los mails cifrados -escritos al revés, casi como para ser leídos a través de un espejo- que le envía a Alonso aparecen antes que Alonso nos sea presentado. Esta forma de organizar el relato remite al idioma oculto en los círculos del interior de un tronco - “Me pregunto cómo se dibuja en su idioma una colección de principios truncos, un final abrupto o una desaparición”- y también a Historia del tiempo de Stephen Hawking, de cuya lectura Verónica concluye: “el tiempo tampoco es esa cosa lineal que todos pensamos; todo está hecho de bolas”. De este modo las historias se complementan. La de Marisa llena los espacios vacíos de la madre de Verónica, la del Tordo la de Alonso, la de los desaparecidos por el terrorismo de estado la de los desaparecidos a secas y así. Entonces entre la narración convencional se filtran emails cifrados, viejas cartas recuperadas, extrañas “hojas de observación” (con telescopio y sin telescopio) sobre las contemplaciones que realiza Verónica, frases sueltas y poéticas y claro, toda una serie de dibujos. Pero estos dibujos no son subsidiarios de la prosa. Los conjuntos, así como los dibujos y garabatos,
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en la novela tienen la misma jerarquía que los textos y se encargan de narrar aquello que queda afuera de las palabras. Un buen ejemplo es la primera cita entre Verónica y Alonso en un museo. Lo que ocurre con los personajes -sus comportamientos físicos, sus diálogos, sus pensamientos- se alterna con la reproducción aproximativa de lo que ven: una serie de dibujos de los cuadros de la exposición. Pocas veces la tensión de una cita entre dos personas que se gustan en el momento previo al primer beso estuvo narrada con tanta eficacia, gracias a esa otra tensión que se produce en la alternancia entre palabras e imágenes. También los dibujos y los conjuntos aportan la cuota de humor necesaria que saca a los personajes, y sobre todo a la narradora, de su ensimismamiento, impidiéndoles caer en la solemnidad. En todo caso de lo que se trata, siempre, es de llevar la literatura a otro lugar. Sacudirla de sus convenciones y aproximarla con otras prácticas. Si en cualquier taller literario nos dirían que hay que cuidarse de que los personajes de una historia sean meramente funcionales al relato, Gerber Bicecci, lejos de la prudencia, lo explicita y utiliza la función que supone ser cada uno de sus personajes para encontrar nuevas formas de narrar. Por eso no es casual que, en la escena del museo, haya una reproducción de uno de los poemas gráficos del artista mexicano Ulises Carrión, de quien esta novela es deudora en más de un sentido. Carrión, con sus “obras-libros” o “libros de artista”, extremó como nadie la relación entre la literatura y las artes plásticas. Conjunto vacío tiene mucho de las “obra-libros” pergeñadas por Carrión y no
faltan los tramos que, durante su lectura, el libro mismo parece susurrarnos al oído eso de “Querido lector, no lea”. “Es artista visual, pero le hubiera gustado ser escritor”, dice Verónica del Tordo. Gerber Bicecci es artista visual pero, a diferencia de su personaje, escribe. De ahí la importancia de lo visual en la novela. Gerber Bicecci escribe pensando en imágenes, concatenándolas: los redondeles de la teoría de los conjuntos se confunden con los círculos interiores de los troncos, con conos de luz y hasta con los garabatos que uno hace distraído para matar el aburrimiento; un triángulo amoroso es la figura geométrica de un triángulo. En cambio Alonso le pregunta a Verónica:
“¿Pintas o haces cosas raras?” “¿Eres de esos artistas que no saben dibujar?”. Gerber Bicecci es todo eso y además nació en México y es hija de exiliados argentinos al igual que su Verónica, cosa que le otorga a la novela, como si le faltara algo, la vuelta de tuerca autobiográfica que la complejiza aún más. Conjunto vacío es una autobiografía tanto desde el contenido como desde su forma. O tal vez deberíamos decir que esa indeterminación entre forma y contenido es lo que termina de certificar el gesto autobiográfico. Conjunto vacío también está en la órbita de novelas-juego de otros escritores latinoamericanos de la misma generación como Facsímil del chileno Alejandro Zambra o Los ingrávidos de su coterránea Valeria Luiselli. Todos autores a los que la innegable influencia de Roberto Bolaño les llegó por el lado de narrar la dictadura, la experiencia del destierro o de la literatura -temas recurrentes del escritor chileno- por medio de cierta levedad. Una levedad propia de ser los hijos (las consecuencias, los actores de reparto) del horror y no los protagonistas. Resulta fácil reconocer en los dibujos de Conjunto vacío los poemas infrarrealistas de Cesárea Tinajero o incluso las adivinanzas gráficas del final de Los detectives salvajes. Estos autores metabolizaron bien a Bolaño sobre todo por conjugar esa levedad con el riesgo formal. Si Facsímil es la Prueba de aptitud Académica para el ingreso universitario chileno y Los ingrávidos el juego de las escondidas, Conjunto vacío es una novela escrita con tiza. MARTÍN CAAMAÑO
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somos lo que comemos CARNE PROPIA, EL DOCUMENTAL DE ALBERTO ROMERO, LLEGA AL MÍTICO CINE GAUMONT EL JUEVES 13 DE JULIO ACOMPAÑADO POR RELATOS DE ARNALDO ANDRÉ. “Nacimos para lo que morimos”, comienza diciendo un viejo toro campeón que ahora se encuentra relegado en las llanuras pampeanas, pastando junto a otros de otra estirpe o linaje. Con la voz del actor paraguayo Arnaldo André, este personaje se presenta ante nosotros con potencia y altanería, pero también con simpatía. Lo que nos quiere contar este toro – o mejor dicho, Carne Propia, el documental de Alberto Romero- es el proceso de producción de la carne argentina, la relación entre el obrero y el patrón y, fundamentalmente, todo el contexto histórico por el que la industria de la carne atravesó desde hace un siglo. Un pueblo de nombre alemán y sus artefactos, la ciudad de Berisso con sus fábricas, el 17 de Octubre –emblemático día peronista–, y por último un frigorífico quebrado y ahora recuperado por los trabajadores, convertido en cooperativa. Este amplio recorrido de hechos históricos que propiciaron lo que es ahora la industria de la carne argentina, es lo que recuerda este ejemplar de raza Aberdeen Angus en su camino poético hacia el matadero. El relato puede parecer triste, pero Romero se encarga muy bien de pintar con toques de humor todo su entorno, y de hacernos acordar cuánto desconocemos de todo este proceso hasta que el alimento llega a nuestra mesa. Según Romero, su docu-ficción si-
gue generando preguntas aun hoy, más de un año después de su presentación en festivales como el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), entre otros. El cineasta forma parte de Puente Films, un colectivo de artistas en constante movimiento y colaboración. Romero, al igual que los demás integrantes del grupo, sabe muy bien cómo provocar impacto recurriendo a temáticas e ideas contundentes de gran importancia social. La productora realizó films como Diamante Mandarín (2015), de Juan Martín Hsu (a su vez montajista de Carne Propia) y Pichuco (2014), de Martín Turnes (director de fotografía de la película de Romero). Primero el corral, después la cicatriz caliente que deja sobre su lomo el patrón para distinguirlo, luego el camión-jaula de traslado y finalmente el matadero. En este recorrido del toro viejo también tienen voz los propios trabajadores, aquellos hombres y mujeres de uniforme blanco y largas botas que madrugan día a día y se desempeñan en condiciones muchas veces deplorables. Ellos encuentran su lugar en Carne Propia como protagonistas de la lucha, los problemas sindicales, salariales y los altos costos de mantenimiento de la cooperativa. El toro es la excusa para poner sobre la mesa sus testimonios mientras muchos de nosotros, del otro lado, rezongamos sobre cosas más banales.
“Me siento observado”, expresa el aristocrático animal al inicio de la película; aquel ser que paradójicamente siente desprecio por los trabajadores y sus manos manchadas de la sangre de su especie, pero que a la vez los admira, porque “le dan sentido a nuestra existencia”. En épocas de vacas flacas, este toro es el último testigo de esta historia marcada con sangre, carne, grasa, cuero... y dinero. Porque al fin y al cabo de eso se trata todo esto. En un país con una pasión por el asado tan arraigada, un país que en otros tiempos fue codiciado por los europeos, un país que desconoce muchos de sus procesos industriales y comerciales, el género documental pisa fuerte una vez más. Carne Propia, con una particular agudeza y un más que original punto de vista, viene a descontracturar la cartelera del cine nacional. Y seguramente no pasará desapercibido. XIMENA BRENNAN
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Más info: FB: https://www.facebook.com/ CarnePropiaFilm/?fref=ts TW: @CarnePropiaFilm Web: https://www.puentefilms.com.ar
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Fleet Foxes Crack up Nonesuch Records
“Toda vida es un proceso de demolición” escribió Francis Scott Fitzgerald en The Crack up, un relato breve con la potencia de un manifiesto. Este comienzo emblemático parece haberse grabado a fuego en el corazón de Robin Pecknold, cantante y compositor de Fleet Foxes. Tanto que decidió titular Crack up al último disco del grupo. Pero no se trata de una mera alusión sino de un acto de identificación radical. Crack up es el primer álbum de la banda luego de seis años de silencio. ¿Qué pasó durante ese tiempo? El derrumbe del que habla Fitzgerald. Después de las giras de Helplessness Blues, el notable y consagratorio segundo disco del grupo, Pecknold sintió que en los últimos años había construido un personaje de sí mismo que ahora tenía que destruir. Esta revelación, por supuesto, acarreó el desgano de seguir haciendo música. Entonces se cortó el pelo, se afeito la barba que congeniaba tan bien con el imaginario folk del grupo y abandonó todo. Pusó la banda en suspenso y se fue a estudiar literatura a Columbia y también a aprender
Cigarettes after sex Cigarettes after sex Partisan Records
¿Qué es estar enamorado? En sus 10 canciones el álbum de Cigarettes after sex no deja de contestar esa pregunta. Pero empecemos por el principio. Y el principio, tal vez, sea el nombre del grupo. Una banda que se llame así no puede ser mala. A pesar del juicio apresurado, basta escuchar un par de temas para corroborar que el vaticinio es acertado. Porque en el principio hubo solo eso, un par de temas. El grupo de Texas, liderado por Greg González, se tomó su tiempo para el debut discográfico. En 2012 sacaron el ep I y en 2015 dos singles, “Affection” (que a esta altura es prácticamente un clásico de la
surf. Con la misma paciencia con la que tuvo que esperar cada ola apoyado sobre su tabla, Pecknold esperó el llamado de la música, la vuelta del fuego sagrado. En un momento pensó que no llegaría nunca. Pero finalmente llegó. Aunque no lo parezca, todo estos detalles extramusicales son esenciales a la hora de aproximarse a Crack up. A esta altura decir que Fleet Foxes no es una simple banda de folk es una obviedad. Crack up redobla la apuesta de Helplessness Blues. Aquello que ya se insinuaba ahora adquiere un tono casi operístico. Tracks compuestos de dos o tres canciones pegadas entre sí como si fuera un collage, canciones que interrumpen en medio de otras generando climas opuestos, contrastes. Esto queda claro desde el comienzo con “I am all that i need/Arroyo Seco/thumbprint scar”. Pecknold susurra con voz grabe mientras rasguea su guitarra. De pronto toda la banda irrumpe en un éxtasis de epica total hasta que nos damos cuenta que lo otro -el susurro, el rasgueo- no fue solo una introducción sino algo parecido a un estribillo, que regresa una y otra vez cortando el clima de euforia. ¿Dónde termina una canción y comienza la otra? A los Fleet Foxes no parece importarle. “La prueba de una inteligencia superior es la capacidad para retener en la cabeza, y al mismo tiempo, dos ideas opuestas, y conservar, sin embargo, la capacidad de funcionar”, se lee
en The Crack up. Sí, Pecknold leyó a Fitzgerald, metabolizó sus ideas y las convirtió en música. Más que canciones, hay motivos, pasajes que nos afectan con la misma potencia de una canción entera. En la segunda mitad de “Cassius,-”, las inflexiones vocales y melódicas de Pecknold recuerdan a James Tylor, otro que llevó al folk a un grado de mayor sofisticación. Otra de las influencias que siempre está presente es Brian Wilson Basta escuchar los coros y las armonías lisérgicas de “Mearcstapa” o de “I should see i Memphis” para comprobarlo. Pero de todos modos Pecknold es un compositor maduro y los Foxes una banda con una suficiencia capáz de crear un sonido propio. Hay intervalos, cadencias y saltos que ya son de ellos. Sino escuchen “Third of may” -lo más parecido a un hit que tiene el álbum- o la emotiva segunda parte de “On another ocean (january/june)” o la balada “If you need to, Keep time on me”, uno de los momentos más altos de un disco plagado de picos. Sin dudas estamos ante un clásico instantáneo. Una obra que en el medio del mundanal ruido de la época va a perdurar en el tiempo. En el amargo final de The Crack up, Fitzgerald cierra con una cita de San Mateo: “Sois la sal de la tierra. Pero si la sal ha perdido su sabor, ¿con qué se la salará?” Por suerte Pecknold supo recuperar el sabor de la sal. Crack up es la prueba.
banda) y el cover del one hit wonder ochentoso “Keep on loving you”. Recién el año pasado pudo escucharse “K”, un nuevo single que es el tema que abre el primer disco bautizado con el nombre del grupo. Cigarettes after sex es de esas bandas con una estética bien determinada. Las tapas de sus discos, las fotos de sus integrantes y hasta los registros fílmicos de sus recitales que pululan en youtube están en blanco y negro. Un blanco y negro que remite directamente al cine de los 60’s y que ayuda a crear cierto halo de misterio. Si no existiera Internet y no fuera tan fácil rastrear aquello que escuchamos -es decir, ponerle una imagen, un cuerpo a la música- juraríamos que quien canta es una mujer. Pero González es un hombre y pertenece a ese selecto club de cantantes masculinos con voz femenina cuyo presidente tal vez sea Chet Baker. Este atributo nos reenvía directamente a la banda Rhye. Pero si el grupo californiano remite directamente a la
sensualidad de Sade, en el caso de González nos lleva a la cantante francesa Francoise Hardy, de quien no esquivan la influencia. Si, en cuanto al sonido, I tenía un dejo retro cercano a Phil Spector, Cigarettes after sex suena más moderno y también más cálido. Se lo suele catalogar dentro de subgéneros como el dream pop o el shoegazing -sobre todo por sus delicados arreglos de guitarras llenas de efecto- pero lo cierto es que es una banda de canciones pop perfectas. En Cigarettes after sex todos los temas son lentos y todos hablan de amor. O al menos de los distintos estadios del amor. La K de “K” es la inicial de Kristen, a quien se le ruega que regrese a la cama y encienda las velas. En “Each time you fall in love”, con una atmósfera musical que recuerda a “Bocanada” de Cerati, describe perfectamente la sensación tiránica a la que nos somete el enamoramiento: “cada vez que te enamoras/ obviamente no es suficiente/duermes todo el día
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y conduces por L.A/ no es seguro”. Pero más adelante, el estribillo se pone incisivo: “ella te llevó a pasear en el verano/perdiste todo tu dinero por ella/todo lo que quiero saber es si la amas”. Las letras de González tienen
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una vuelta de tuerca irónica que tamiza la extrema emotividad de las canciones y que después de todo conectan con esa heroicidad tan propia del imaginario del rock. Si no escuchen “John Wayne”, uno de los mejores
temas del disco en el cual reza: “él tiene que estar loco/viviendo como si fuera John Wayne/ siempre enfrentando al mundo y persiguiendo a la chica”. Y sí, lo escuchamos y al instante nos creemos John Wayne.
Imperdibles de JULiO
Sábado 15
El Ciclo Circular presentar a las mejores bandas de la escena independiente argentina, alternando grupos de la ciudad de Buenos Aires con otras ciudades. En Kirie Music Club (Bolivar 813, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires) a las 23:45hs. Entrada: $100.
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Jueves 20
Qué mejor que festejar el día del amigo al son de la catarata de hits de la banda de Joaquín Levinton y compañía. Luego de años de silencio el grupo viene a demostrar que está más vivo que nunca y prometen una noche a puro rock y jolgorio. A las 21hs en Niceto Club (Av. Niceto Vega 5510). Entradas desde $ 250.
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Jueves 27
No caben duda que hoy por hoy Morbo y Mambo es una de las mejores bandas de la escena independiente para ver en vivo. Con su mezcla de Dub y psicodelia instrumental esta vez comparten escenario con el gran ensamble de vientos. En C.C. Matienzo, Pringles 1249. Desde $200.
noche
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rojo como un corazón LIBRE DE DUEÑOS Y JAULAS CANTA UN CANARIO ROJO POR LOS CIELOS DEL ABASTO, REBELDE Y AMABLE, REVOLOTEA FELIZ EN SU NIDO. Noche de sol por las calles del Abasto. Un sol rojizo que cabe en la palma de la mano, amplificado por la nocturnidad del resto de la cuadra. De ser contemporáneos, seguramente Luca hubiera sido habitué de El Canario Rojo, acodado en una mesa de la vereda, viendo pasar a José Luis y su novia que lo saludarían, o adentro, calentando la gola con una ginebra, que hoy no se incluye en la carta pero de haber existido esa coincidencia temporal, no faltaría. En verdad la oferta de bebidas es limitada (cerveza, vino y fernet), aunque suficiente. El Canario Rojo en realidad es medio naranja. O media naranja porque más que perder pigmentación lo que produce desde su pequeño universo es un enamoramiento. Y como todo amor, uno no deja de preguntarse qué es lo que genera tal atracción. ¿Será su informalidad, su aire desfachatado? ¿O la insolencia con la que desafía el invierno desde su vereda atiborrada de mesas a la intemperie? Puede que sea su carácter inconformista ante la norma, manifestado en esta negación del frío, en sus precios anti inflación aptos para fin de mes y sobre todo en una novedosa modalidad de trabajo “sin patrones”. En este bar rige la estructura horizontal de una cooperativa
y de ese modo se organizan, con reuniones mensuales y plenarios anuales en los cuales se establecen los objetivos, se proyectan las actividades y se acuerdan los roles. Una forma sana de rebelarse ante el sistema preestablecido. Y la rebeldía enamora. Además los moviliza la inquietud por la acción: torneos de truco, músicos ambulantes y demás atractivos enriquecen el concepto de un bar que sabe ser mucho más que eso. Por si fuera poco, el Canario anda batiendo las alas con la idea de abrir los domingos (hasta el momento es el único día que descansa) para llevar adelante ciclos invernales de poesía. Es que no puede con su genio: cuando la ciudad tiende a guardarse más de lo habitual, aquí se sacuden el frío con nuevas propuestas. El espacio interior es modesto, de un lado sobresalen coloridos murales y del otro se amontonan decenas de cajones de cerveza, apilados y formando parte del decorado. Sobre su barra minuciosamente revestida por tapitas de botellas, una gran pantalla está lista para proyectar diversos eventos deportivos; con birra, papas o pizza en mano, la combinación es especial. El sector de afuera, más codiciado en verano, en épocas más frías igual recibe el calor de
la energía colorida del lugar. El Canario Rojo es la media naranja de muchas otras mitades que encajan a la perfección, una poligamia aceptada por todos los que lo frecuentan. Y si acaso esto genera en la asistencia un deseo irrefrenable de canalizar esa atracción, por obra de la providencia enfrente hay un albergue de esos que ofrecen el necesario espacio y la adecuada ambientación. Todo comenzó una Nochebuena, como augurio de tantas otras noches muy buenas que se suceden desde hace más de tres años, y que seguirán, porque este canario no está enjaulado, se queda allí porque lo prefiere, porque lo visitan, le cantan y contesta, se posa feliz en la rama y contempla con orgullo su pequeño y feliz universo. MARTÍN D’ADAMO
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El Canario Rojo Sánchez de Bustamante 730 Lunes a Sábados de 19 al cierre canariorojobar@gmail.com Facebook: elcanariorojobar
ARTE TEATRO
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brillo retrógrado LA ARTISTA PERUANA, XIMENA GARRIDO-LECCA, PRESENTA ESTADOS NATIVOS, UN PROYECTO LA MODERNIZACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS. Quizás, la caída de los grandes relatos y las grandes ideologías haga que la visión que tengamos sobre los hechos ocurridos en el pasado cobre un nuevo sentido. Si bien en la tarea de construcción de la memoria la totalidad es imposible asir, el arte es uno de los modos que tenemos para recuperar el pasado y forjar una identidad. Pero, ¿cuáles son las historias que deben ser contadas? Estados nativos, la primera exposición individual de la artista peruana Ximena Garrido-Lecca en Buenos Aires, habla de esto a través de la relación del hombre con la naturaleza; el modo en que nos acercamos y nos vinculamos con el entorno natural, desde qué lugar lo hacemos, con qué ética y valores nos ubicamos en este sistema de cual formamos parte. Curada por Lucrecia Palacios, la exposición es un proyecto específico para la sala 1 de MALBA que se estructura como un proceso en curso, a través del cual el cobre industrializado recobra su forma original como “cobre nativo”, es decir, la forma en la que puede encontrarse el mineral en estado natural antes de su extracción. Al revertir los diferentes procesos industriales en los que se utilizan los recursos naturales para crear productos manufacturados, la exhibición examina la relación entre la ciencia, la naturaleza y la cultura. Cabe preguntarse en este punto de qué
manera un territorio - donde se generan deliberadamente relaciones de asimetría - habilita la emergencia de voces heterogéneas. George Lipsitz desarrolla el concepto de counter Memory (contramemoria), definido como una memoria que parte de lo específico, de lo particular y se construye hacia una totalidad. Busca en el pasado las pequeñas historias de los excluidos por el discurso dominante. De alguna manera, esta memoria fuerza la revisión de la historia hegemónica para ofrecer una nueva perspectiva del pasado. Sabemos que cada obra tiene su modo de estar en el mundo y de contarlo. El desafío consiste en distinguir qué mecanismos se activan para hacerlo. Estados nativos invita a repensar el proyecto moderno y su lógica de explotación de los recursos naturales. La muestra trae al presente conocimientos olvidados de un pasado prístino. Como si todas las voces de la tierra retumbara en la sala, las obras Garrido-Lecca ponen de manifiesto la necesidad de apropiarse de la experiencia modernizadora del capitalismo y transformarla para crear una nueva identidad en la que el sujeto - atravesado por el colonialismo encuentre una superación.
Sobre la artista
Ximena Garrido-Lecca (Lima, Perú, 1980). Estudió en la facultad de arte de la Universidad Católica del Perú y completó un curso de post-grado, seguido por una maestría en Byam Shaw School of Art, Londres en 2004. Sus exhibiciones individuales incluyen Insurgencias Botánicas: Phaseolus Lunatusen la SAPS (Sala de Arte Público Siqueiros), Ciudad de México (2017); Arquitectura del humo en 80m2 Livia Benavides, Lima (2015); Toma de tierra en Casado Santapau, Madrid (2015); Los Suelos, MATE (Museo Mario Testino), Lima (2014); Paisaje Antrópico, Max Wigram Gallery, Londres (2012); Middlesborough Institute of Modern Art (2012); El Porvenir, Mimmo Scognamiglio Arte Contemporanea, Milán (2011).
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ESTADOS NATIVOS Hasta el 23 de octubre MALBA- Av. Figueroa Alcorta 3415 Entradas General: $100/ Estudiantes, docentes y jubilados acreditados: $50.
LUZ MARCHIO
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BARES
Doña PLAN IDEAL PARA DESPUES DEL TEATRO. PASTAS CASERAS, AMBIENTE CÁLIDO, FAMILIAR Y DE CONFIANZA PARA NO EXTRAÑAR -TANTO- A LA ABUELA.
Las esquinas de Almagro y ese queseyó: claves y puntos de encuentro para la previa o el post-función de los teatros alternativos que habitan la zona. En Bulnes y Lavalle, con el solcito del mediodía señalándome la esquina como en una presentación de varieté, aparece Doña. El Espacio es pequeño y acogedor y se mezclan caras con las que recién me he encontrado en alguna función de Espacio Callejón, tanto arriba del escenario como del lado del público. Estos espacios nos permiten romper con la ilusión en la que acabábamos de inscribirnos hasta hace un momento. Grupos pequeños, familias que debaten lo que recién han visto se disponen a la tradición dominical que tira la tanada. Salen las pastas a trote y moche y en este invierno que se avecina, uno se deja tentar por los aromas de los platos que pasan siempre cerca y el humito de la salsa que juega con nosotros a que adivinemos sus ingredientes. La cantina intenta homenajear la tradición de bodegones de la ciudad, con un ambiente familiar, comida casera, plagada de olores y saludos constantes entre las chicas que atienden y algún que otro visitante habitual. Siempre da confianza encontrar ese abrazo a lo lejos que garantiza que darán ganas de volver por la predisposición y el servicio, pero sobre todo, porque se come como en lo de la nonna. “Estamos seguros
de garantizar calidad humana.” Como buen anfitrión, Marcelo marca con esa frase la esencia del lugar: el plan es hacernos sentir cómodo, y eso se nota. “Cuando venís, ves que todos se saludan de mesa a mesa. Nadie llama <mozo> a secas, hay un ambiente familiar, de salón comedor.” El entusiasmo que transmite Marcelo, tiene su réplica en el salón colmado de gente. “Se acerca todo tipo de público, circuito de gente de teatro de lunes a lunes. En el primer horario esperamos a los grupos habituales y después de las 22:30hs nos preparamos para recibir a los que salen de las funciones y los ensayos”, nos cuenta. Pensando en Julio y las noches de invierno, le pedí a Marcelo que me arme un menú ideal: “Arrancás de entrada con berenjenas a la napolitana o pulpetines de ricota como opción caliente, o la sopresata artesanal de longaniza. Nos manejamos con pastas caseras: Raviolones de seso con estofado de peceto o la especialidad que son los Fusiles a fierrito, con albóndigas para el invierno, platos con solomillo de cerdo, también. Un día me despierto con ganas de comer Raviolones de pollo con scarparo y se cocina con esas ganas de disfrutarlo y compartirlo” Por eso lo mejor es dejarse llevar por la arenga de los pizarrones que aparecen alrededor del salón. Esta visitante es vegetariana y no se
acercó demasiado a los platos con carne pero de vez en cuando cruzaba la sala una bondiola brillante acompañada de algún vino de la bodega recomendada, casi siempre Trapiche o bodega Peñaflor. “Los vegetarianos eligen las berenjenas a la napolitana, el wok vegetariano o la ensalada doña que lleva vegetales asados, nueces y muzzarella” Los postres tienen esos colores vivos del trigo, el caramelo, el dulce de leche, en tonos amarillos brillantes, que sacian de solo verlos. “Son postres sencillo, para comer bien, disfrutar la sobremesa: Hay brownie, chocotorta y el Tiramusú servido en un copón” Como una grupie del off en el encuentro con el post de los actores que recién desarrollaban su trabajo y aquí disfrutaban de un almuerzo increíble, a puro disfrute, todos pipones y coleando. Mara Teit
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Doña Martes a Sábados 12 a 15:30hs y 20 a 00:30hs Lunes y Domingos 12 a 15:30hs Bulnes 802 Reservas 4862-9278
B/R !
BARES Y RESTAURANTES bares@revistallegas.com.ar
DOÑA
Bulnes 802, esq. Humahuaca Reservas: 4862-9278 Doña es una cantina que intenta homenajear a los grandes bodegones de Buenos Aires desde la mirada del presente, rescatando ese espiritu que nosotros recordamos de nuestra infancia.
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Musetta Caffé
Musetta Caffé. Billinghurst 894, esquina Tucumán. Información y reservas: 4867-4037. Disfrute de los mejores desayunos, meriendas, almuerzos y cenas. Lunes de 10 a 20; martes a viernes de 10 al cierre; sábados de 17 al cierre. Más información en www.musettacafe.com
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Guarda la Vieja!
Billinghurst 699 esquina Guardia Vieja. Reservas: 4863-7923 Comedero & Bebedero ubicado en una clásica esquina de Almagro, con un ambiente ideal para relajarse con amigos o en pareja. Exquisitos platos caseros, picadas, tragos, cervezas, vinos y buena música para condimentar.
Doña Una pequeña cantina en una esquina del barrio de Almagro Especialidad en pastas caseras amasadas en el salón Picadas con productos artesanales Abierto de martes a sábados de 12 a 15:30 y de 20 a 00:30 hs Lunes y Domingos de 12 a 15:30 hs Bulnes 802, esquina Humahuaca, Almagro, Buenos Aires reservas al 4862-9278
Guarda la Vieja! Comedero & Bebedero ubicado en una clásica esquina de Almagro, con un ambiente ideal para relajarse con amigos o en pareja. Exquisitos platos caseros, picadas, tragos, cervezas y vinos. La música condimento ideal de la noche. No cobramos cubierto. Pago solo efectivo.
Billinghurst 699 esquina Guardia Vieja. Teléfono: 4863-7923 Abrimos todos los dias. Horario: Domingo a Jueves de 18 a 2 hs. Viernes y Sábado: 18 a 5 hs.