9 / 2017 #219 aĂąo XIII www.revistallegas.com.ar
teatro
arte bares mĂşsica letras cine noche buenos aires
219 Dibujo sobre un vidrio empañado, una obra de Pedro Sedlinsky dirigida por Natacha Delgado, en el Teatro IFT, Boulogne Sur Mer 549. Reservas x AlternativaTeatral. Los Viernes a las 20 hs. Casa Linguee Continua en cartel la obra dirigida por Christian García en el Teatro del Abasto, Humahuaca 3549, los miercoles a las 21 hs. Reservas: casalinguee@gmail.com
OBRA DE TAPA Intervención sobre fotografía del Archivo Nacional
SUMARIO
de La Plata. Sebastián Hacher (Ciudadela,1976) publicó los libros ‘Gauchito Gil’ (2008), ‘Sangre Salada’ (2011) y ‘Cómo enterrar a un padre desaparecido’ (2013). Trabaja como periodista desde 2001. Fue uno de los fundadores de Indymedia Argentina. Trabajó varios años en Sub, Cooperativa de Fotógrafos. Es editor de Cosecha Roja y desde hace dos años borda. Mariana Corral (Remedios de Escalada,1974) es artista visual, Profesora y Licenciada en Artes Visuales, U.N.A, además, integra el GAC –Grupo de Arte Callejero– desde 1997, colectivo que cruza la producción artística con el activismo de DDHH y la denuncia de las políticas neoliberales en Argentina. La obra de tapa puede visitarse en el marco de la muestra Restitución, curada por Agustin Jais. Hasta el 17 de septiembre
4-11 TEATRO Entrevista a Alejandro Catalán. Y, cómo cada edición, obras recomendadas del circuito porteño
12-13 MÚSICA Mi amigo invensible: hablamos con Matías di Cesare, guitarrista y cantante principal de la banda y la agenda musical del mes.
14 ARTE “El Ojo avisor” un recorrido de la obra de Liliana Maresca se puede ver en el MAMBA hasta el 5 de noviembre.
16-17 LETRAS Charlamos con Edgardo Cozarinsky y nos cuenta de su último libro “En el último trago nos vamos”
18 CINE Ximena Brennan hace un repaso de las remakes mientras esperamos hasta el 21 de septiembre para ver “It”
20-22 BARES Más alla de la ilusión: El Bar Mágico cumple 20 años, en esta edición te contamos porque visitarlo tiene su encanto.
Club Cultural Matienzo- Pringles 1249 mar a vie desde las 19/ sáb y dom desde las 20
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? QUIENES SOMOS
Editor Responsable Gustavo Gaona EDITOR DE CIERRE Ricardo Tamburrano DISEÑO Daniela Sawicki COLABORAN EN ESTE NUMERO Vera Czemerinski, Julieta Bilik, Paula Boente, Mara Teit (teatro), Luz Marchio (arte), Martín Caamaño (letras y música), Ximena Brennan (cine), Martín D’Adamo (bares). TIRADA DE ESTA EDICION 12 mil ejemplares Publicidad: Ricardo Tamburrano (15 5958 7489, ricardotamburrano@gmail.com y teatro.llegas@gmail.com), Esteban Gallego, www.egmediabrokers.com. Tel: 4861-1721 llegás a buenos aires es una publicación mensual de distribución gratuita, Propiedad de GyH Contenidos Srl, Chile 1507, Piso 2. CP. 1100, CABA. Fundada el 5 de agosto de 2004. Se distribuye en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Registro de marca 2519629. Registro de la propiedad intelectual exp. 347083. ISSN 1668 – 5326. La programación de las agendas puede sufrir cambios por parte de los organizadores. Llegás no se responsabiliza de los mismos.
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Alejandro Catalรกn, referente ineludible del teatro local Lo suyo es Amor por la actuaciรณn. Que no quepan dudas de su convicciรณn y honestidad al momento de pensarla y ejecutarla.
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“¿Cuál es el sentido de una entrevista?” es la primera flecha que dispara –invirtiendo por un momento los roles– entrevistado a entrevistadora. Y ya la pregunta marca el pulso del encuentro. Es que hablar con Catalán tiene algo de modo continuo, como si no necesitara introducción para contextualizar, sino que su tema –en permanente procesar– fuera el teatro. Además de haber dirigido y actuado en muchas y muy prestigiosas obras a lo largo de los últimos veinte años, por su escuela pasaron generaciones de actores que van a “atravesar la experiencia Catalán”, suerte de síntesis personal que él mismo va elaborando y actualizando en tiempo presente, producto de su propio proceso y devenir. “Porque uno no sabe bien a quién le está hablando –continúa en relación al sentido de la entrevista–. Es como Facebook, pareciera que uno se habla a uno mismo, una auto-confirmación, acumular identidad ante los otros, pero en realidad todos estamos mucho más de acuerdo en lo que decimos que en lo que después hacemos. Estamos llenos de malos entendidos.” ¿Cómo pseudo-consensos? Claro, y a la hora de ir a ver (teatro) aparecen diferencias reales. Como que lo que se dice sobre lo que se hace suele estar muy
ligado a lo que está bueno decir. Pero que haya una verdadera inter-compenetración del hacer y el pensar ya es otra cosa. ¿Cuál es el entorno en el que trabajas? Sos docente, ensayás algo tuyo... Me parece que es ir encontrando gente con la que uno resuene, que mira la vida y el arte de una manera compatible. Ahí esta el diálogo real, los descubrimientos. En este momento el ensayo (como actor) es el lugar donde recibo patadas más fuertes porque soy el objeto de cuestionamiento, pero eso refluye mucho en las clases y en mi manera de dirigir. Y me siento bien rodeado, con gente que sabe lo que es el desinterés. Definamos desinterés. Sería crear una condición de actuación que posibilite desprenderse de un montón de condiciones que parece imposible no pretender; la experiencia de generar algo que va a ser creado por esos cuerpos. Es la imaginación en acto. Como ver una buena banda de rock. Si uno quiere que sea el teatro el que cree e imagine, primero tiene que estimar a los actores como potencias creadoras a la altura de cualquier arte, y luego darse cuenta qué conviene que acompañe a eso. En mi caso, un texto es decirle a alguien que te pre-imagine qué vas a contar, quién vas a ser. Si confío en la capacidad
creadora de la actuación, ¿para qué discutir o combatirle la imaginación a otro? Mejor prescindir de todo lo que le ponga presión, apuro, expectativa, sentidos, referencias… Vaciar el espacio. Que crear sea un proceso que se integre a la vida. Una obra es algo que te acompaña, una obra es una novia. En la medida que uno lo decide, puede dejar que su relación con la actuación mantenga vivo el refugio del amor por la experiencia que la actuación te pueda dar. Preservar un espacio por fuera de las presiones laborales y mediáticas es importante porque uno no le pide al laburo mas de lo que puede dar, sabe que hay un lugar en que la actuación se puede convertir en el fenómeno central de su cuerpo y su vida, ése es el beneficio principal. Porque vivir de actuar… hay experiencias que son tan quemantes como cualquier oficina. Seguir preservando un lugar en que pueden vivir las vacaciones de la actuación, no el trabajo de la actuación, ese juego mas desinteresado y desenfrenado… ¿Qué condiciones pensás que determinan la manera de actuar y producir hoy? Puede sonar new-age, pero me parece que hay un nivel de ansiedad y apuro sobre el escenario que es el rasgo más notable; está aceptado que a un actor se le note lo
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memorizado, lo sabido. Pero, asumiendo la dureza que genera indefectiblemente la interpretación en la relación con un texto – por su lógica sintáctica externa a la manera en que un cuerpo la genera– es llamativo el grado de velocidad con que se dice lo que se dice. Pocas obras paran la pelota, se callan, se miran. Un texto genera interpretación, y es casi trágicamente imposible para el cuerpo hacer ver como propias palabras ajenas que provienen de una lógica de encadenamiento externo. Aunque ésa sea una de las premisas con las que podría definirse “ser actor”. La decisión de darse más importancia que las palabras que están justificando su presencia ahí, eso es algo que logran muy pocos actores. Es lo que enseñó (Eduardo) Pavlovsky siendo actor, paradójicamente: al momento de actuar, él tenía más autoridad como actor que como autor, en él prevalecía el contacto. Es de una intimidad muy grande, puede suceder como no. La “rutinización” de la actuación en los actores, de los espectadores en la expectación, de los críticos en la crítica, hace que no podamos mantener vivo el contacto con lo enormemente excepcional del fenómeno loco que se está generando. Lo mejor es que el amor por la actuación traspase los vínculos, que la obra sea esa expresión. Es lo que nos propone como horizonte más hermoso el arte. Eso está híper cascoteado. Cualquiera me puede escuchar como un idealista, pero hay que estar dispuesto a que la vida se organice para que eso sea factible. Si sucede, mejor. Si no, acercar el bochín, no engañarse. Es difícil encontrar los contextos para que eso pase realmente. Partimos de ser una subjetividad mercantil, estamos interpelados a tener que resolverla en este contexto. El tema es que eso no haga que tu vida cumpla exhaustivamente con la desesperación que eso genera. Para que el mercado no te coma la actuación –o la vida misma– ésta tiene que asumirse como un auto exorcismo permanente, sacar del cuerpo eso que se impone como una dinámica que no te pertenece, o lo que pensás que tenés que hacer para que te quieran. Para que el espectador pueda ablandarse a sí mismo, encontrarse con algo que le permita bajar defensas, es necesario un actor
“Que un grupo de gente se junte para generar su territorio de libertad es tan excepcional como un hecho político” que no se engañe ni un poquito, que tenga una relación honesta con eso. Y a la vez necesita ciertas condiciones que lo hagan posible: nadie se sobrepone a los contextos en los que su actuación se inscribe, está condicionada por el dispositivo en el que se presenta. No podría existir sino. Pero hay prácticas que son mas habilitantes del florecimiento de la capacidad de ficcionar, y hay otras que ni les importa. Pero sí hay gente que propicia los contextos para que eso suceda. Estamos hablado de directores que se ofrecen con una mirada que interviene en el proceso de factibilidad de esa libertad, lógicas en las que ingresan los cuerpos. El director es la mirada que también se va transformando junto con esos cuerpos. Es difícil actuar bien en un contexto en donde el diálogo con la dirección no termina de tener fluidez. La actuación es una actividad muy solitaria, se la tiene que resolver solo. ¿Y eso de lo que la actuación es a partir del vínculo con el otro? Son ideales, cosas que está bueno que pasen, pero la actuación tiene el promedio de honestidad que tiene el mundo, no se salva de nada. Que un grupo de gente se junte para generar su territorio de libertad es tan excepcional como un hecho político. Es claro que una actuación de fiesta es una procurada por los actores entre ellos. Nadie te va a armar la fiesta.
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¿Qué pensás de los grandes textos que trascendieron a través del tiempo? Que son buena literatura. Los textos que trascendieron no necesariamente producen obras buenas. Cuando uno investiga y ve el contexto en el que Strindberg y Shakespeare hacían sus obras, el espacio donde se ensayaban y mostraban... Shakespeare era carnaval, y ahora es cultura, es evento, es la llegada; y me parece que él se tomó mucho menos en serio que todos los demás. Ves los planos del teatro del Globo y te das cuenta que era el Parakultural, no había manera de estar lejos porque era redondo, varias tribunas, quilombo. La idea que nosotros tenemos de texto es la menos interesante que hubo en la historia del teatro. ¿Eso no está en relación con la propia época? El texto en este momento es lo que hace posible el mercado del teatro, es un facilitador práctico, un contrato: cuánto vas a actuar vos, cuánto yo. Y es un ansiolítico muy potente porque ya sabés lo que vas a hacer, quiénes lo van a hacer, qué va a suceder. Entonces nos salvamos de la incertidumbre que genera un encuentro. A mí me parece que el darse cuenta que el mundo es una demencia, que no conviene hacer las cosas como se hacen en el mundo, no demanda muchas luces. A veces las demanda, sí. Pero parece bastante evidente que en lo más mediático y obsceno, y en lo más culturalmente legitimado, hay una euforia o una solemnidad que reúne ambos mundos. Es tan difícil encontrarse con otros para crear, generar encuentros de gente más des-condicionada a embocarla de los tres metros. Y para un actor, tener una mirada capaz de aceptar que algo no le gusta y argumentar qué le gusta o no de las cosas, le cierra el mercado de trabajo. No hay que tener posiciones muy claras porque sino no te llama nadie. Mejor que te guste todo, el mercado nos pone boludos. Requiere un des-exitismo al que no es fácil renunciar. Si no te encontrás, la única alternativa del existir es convertirte en producto, venderse. A veces la búsqueda del éxito profesional lo que hace es llevarse puesta la propia vida. Vera Czemerinski
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La rascada, un teatrito de las orillas en presencia de la imagen que resume la decadencia de un oficio forjado a base de trabajo y pura vocación. Cada artista abraza su lugar con una esperanza desgarradora, pero el público no aparece. Así reflexiona sobre el presente de la escena teatral, plagada de espacios de formación, de colectivos teatrales, de modos de encuentro, donde los espacios más marginales se reflejan en la necesidad de armarse una trup para salir en busca del mango. Pero sobre todo, sobre las sillas vacías, frente a un arte que desde la lona sigue arañando las tablas por mantenerse vivo. Mara Teit Dramaturgia y dirección: Andrés Binetti Actúan: Verónica Alegre, Fabio Camino, Esteban Ciulla, Laura Domínguez Lase, Juan Ignacio Flores, Ana
La rascada: ese rejunte de cómicos mediocres, artistas de varieté, tangueros de puro oficio, de beneficio exiguo, que iban recorriendo los boliches para ganarse el pan. Nace como proyecto de graduación
de la licenciatura en actuación de la UNA donde Binetti es invitado como director, y resignifica el cierre de una etapa desenterrando el germen de nuestro teatro. En Plena revolución libertadora, estamos
Carolina García, Santiago Garcia Ibañez, Vivian Luz, Juan Francisco Reato, Roco Saenz, Joaquin Saldaña, Selene Scarpiello, Victoria Zaccari, Fernanda Zappulla. Viernes 21hs. Teatro Anfitrión Venezuela 3340. $200 /150
Dulce Carolina
Una pareja joven en crisis. Y un vecino nuevo que aparece para evidenciar al dúo en decadencia y catalizar sus conflictos. Sobre dobles y sombras, sobre miedos y sobre lo que no se dice trata esta tragicomedia de buen ritmo y sólidas actuaciones. Personajes que no se transforman y la tensión en ascenso producto de lo imprevisible de la
trama dan forma a la construcción dramática de Dulce Carolina que sorprende en el final proponiendo nuevas interpretaciones sobre todo lo que se ha visto. Con energía y entrega de parte del trío de protagonistas, el equipo de trabajo en movimiento denota profesionalidad y dedicación y se convierte en el principal sostén
de la acción en escena y de concentrar la atención -siempre dispersa- del espectador. Lo que no está, lo que no se ve, lo que no nace y, sobre todo, lo que no puede ser nombrado componen el subtexto de esta pieza de pocos elementos y escueta escenografía en la que los colores, más que obvios, emulan los universos de cada personaje y la música oficia de separador entre las escenas convirtiéndose en un recurso que ni aúna ni divide y tampoco logra empatizar o conmover. Diálogos ingeniosos indagan lo cotidiano de la vida urbana de la clase media poco inquieta y recrean el mundo endogámico de Carolina y Esteban en el que la aparición de una tercera persona resulta clave para darle carnalidad a sus fantasmas y lograr, al fin, exorcizar sus miedos y traer la luz a sus vidas. O al menos eso parece. Julieta Bilik Dramaturgia: Leo Azamor. Dirección: Luciano Villa y Leo Azamor. Interpretación: Natalia Santiago, Martín Henderson y Leo Azamor. Teatro Nün, Velasco 419; sábados 21hs, $200.
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Hoy es el día. Vestida de punta en blanco, la empleada de una inmobiliaria está lista para vender el departamento. Pero al llegar, descubre que la propiedad no está vacía. Un adolescente duerme en la casa. Ella está apurada; él, desganado. Entre la abulia, la urgencia comercial, las charlas escolares y la inspiración de un poeta re-
volucionario pasarán juntos las horas de espera por esos clientes que tardan en llegar. Una versión temprana de esta obra escrita y dirigida por María Marull formó parte del Ciclo Bicentenario, de teatro semimontado, organizado por el Teatro Nacional Cervantes en 2016. Está basada en la
Yacaré Fuera de toda pretensión de erudición, Yacaré está más cerca del ritual, un ritual puro, de una teatralidad primigenia en busca de honrar la memoria nativa. Un cuerpo/territorio que contiene el caos de la tierra sublevada ante las dinámicas del progreso, un golpe de furia contra aquello que pretende domesticar un espacio salvaje en un solo acto. El choque se da entre la potencia de la tierra que vibra generando vida incansablemente y la debilidad de una materia que es arrasada. Todos los sentidos operan: el olor a tierra húmeda se alza mezclado con la respiración y la danza, el sonido de los trenes saliendo de la estación se filtra por las chapas que dan a las vías detrás del “Gato viejo”, y el mismo ritual en el espacio que lo contiene nos llevan al lugar donde
todo nace y muere infatigablemente. Este yacaré/ bailarina/ chamán/ guerrera corporiza la transformación de esta tierra a la que hieren, el estertor agobiante, el grito de dolor que deviene en canto, y el himno que adora y suplica, invitan a presenciar la exaltación del demonio que cubre de asfalto los ríos que alimentan y dan vida. Yacaré nos delata buscando experiencias exóticas por fuera del circuito teatral. Pero también nos despabila, ante el historial infame de tierras reclamadas y apropiadas, cuando, nosotros también, no somos más que tierra. Mara Teit Dramaturgia y dirección: Miguel Angel Madrid Actúa: Gisela Rebichini Teatro el gato viejo - Carlos Regazzoni Libertador 405 Sabados 17:30hs $120.
figura de “Bartolomé Hidalgo”, poeta uruguayo vinculado a la cultura popular que, hace doscientos años, creaba “cielitos”, composiciones poéticas musicales que retrataban la época. Agustín Daulte es ese púber desorientado y sin voluntad que debe esforzarse por pasar de año. Paula Marull es la vendedora que llega como un vendaval a despabilar al adolescente dormido. La dupla funciona a la perfección, con todos sus contrastes. El relato transita y explota varias polaridades: la vida de pueblo y la de ciudad (como en alguna otra obra de Marull); dedicarse a lo que a uno le gusta o escuchar las opiniones de otros; la trascendencia y el olvido. Frente a las cosas que se escapan y se pierden sin darnos cuenta, siempre está el poeta. Para levantar la vista y volver a prestar atención a ese cielo azul, que es de quien lo mira porque nadie lo puede tener. Paula Boente Dramaturgia y Dirección: María Marull Interpretación: Agustín Daulte y Paula Marull . El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960; jueves 21 hs. y viernes 13 hs.; desde $200
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la danza de los principiantes DESDE MENDOZA SE ABRE CAMINO MI AMIGO INVENCIBLE, UNA BANDA PARA TENER EN CUENTA, EN LA INAGOTABLE INDUSTRIA DEL ROCK. Desde hace años el rock, entendido como cultura y no como un género musical, recuperó cierto costado marginal que lo retrotrae a sus inicios aunque sin la inocencia de antaño. Eso hace que los artistas más interesantes haya que buscarlos en los bordes, alejados de los canales de difusión tradicionales. Pero esto no significa, como en otros tiempos, que no tengan repercusión. Si algo tiene de bueno internet es que, a pesar del mundanal ruido de la sobreinformación, muchos músicos pueden abrirse paso sin necesitar mucho más que su música. Aún así, como si el rock se tomara revancha de algo, hoy más que nunca las bandas necesitan de un público que asista a sus shows para terminar de afirmarse. Recuperar en plena era virtual la presencia, el calor de los cuerpos. Esto hace que de repente grupos independientes sin demasiada sobreexposición tengan mucha más convocatoria que aquellos sustentados por la industria y hasta conocidos por mayor cantidad de gente. Fue el caso, por poner dos ejemplos disímiles, de Lisandro Aristimuño o de El mató a un policia motorizado. Y es lo que hace que un grupo como Mi amigo invencible -que ya lleva diez años de carrera, cinco discos y algunos Eps- sea capaz de consolidarse sin que muchos (incluso del ambiente musical, no el gran público) los hayan oído nombrar. Aunque parezca lo contrario, esto es un milagro. Y se demostró el pasado 5
de agosto. La banda mendocina festejó una década de canciones con un show excepcional ante un Niceto explotado junto a un grupo de colegas que desfilaron por el escenario: Francisca y los exploradores, Los reyes del Falsete, Las ligas menores, sus coterráneos Simón Poxirran y Luca Bocci entre otros. También la ocasión sirvió para presentar la flamante salida de un nuevo Ep, el notable Nuestra noche. Mi amigo invencible es una banda particular. Tienen algo del espíritu indie del sello Laptra pero con una sofisticación en los arreglos, las armonías, las composiciones, la limpidez de las voces que esas bandas carecen y que los agencia a grupos más experimentales como los neoyorkinos Grizzly Bear. Pero tampoco desdeñan la tradición del rock nacional, con Charly García como influencia más evidente. Mi amigo invencible es sin lugar a dudas una de las mejores bandas que hoy se pueden escuchar y ver en vivo en Argentina. Si todavía no los conocen, es ahora el momento. Mientras tanto Matías di Cesare, guitarrista y cantante principal, analiza un poco esta década al frente del grupo. ¿Qué balance hacés de estos 10 años? Pienso que el tiempo pasa muy rápido, que diez años parecen ser nada porque aun estamos en un estado de principio constante. Cada disco que fuimos sacando fue un ensayo para el siguiente y así... Ahora mal
dormido, también pienso que no se paró un segundo de trabajar en esto, no hubieron domingos, feriados, ni vacaciones, eso es algo de lo más importante que pasó en este tiempo, para que la banda no tomara ese lugar de “hobbie”, esa zona inocua en la que te conectas con tu banda solo cuando hay ensayos o conciertos. Las cosas tomaron un color mucho más fuerte y potente. El show de Niceto tuvo algo consagratorio o de bisagra. ¿Lo sintieron así? ¿Qué recuerdos te quedaron del show? No te podría decir consagratorio o bisagra, porque hay shows anteriores, más difíciles y perdidos por ahí que nos sorprendieron a un nivel increíble, con los que volví a casa con una idea nueva, y sobre todo confusa, de lo que pasa entre la banda, el tiempo, y la gente. El show pasado de Niceto fue un gran festejo, y nos lo tomamos así, con libre descontrol, justificado por el cumpleaños de la banda y por todo el trabajo invertido en el simple. Recuerdos siempre quedan pocos, porque estar arriba del escenario, respondiendo a mil pares de ojos encima te deja inconciente. Sus discos tienen algo bastante conceptual. Y en vivo replican un poco eso. ¿Cómo plantearon ese show? Al principio nos habíamos planteado hacer un repaso por todos nuestros discos. Pero realmente necesitábamos festejar los diez años en presente y armamos esa lista solo
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con canciones de los últimos discos y algo perdido por ahí. Siempre tratamos de que los shows sean una experiencia en su totalidad, no somos una banda de pogo, por eso tenemos la libertad de tomarnos una hora y media para oscilar entre momentos de zapateo y cánticos hasta llegar al clima lento, de densidad onírica. En una nota reciente dijeron que necesitaron renovarse porque venían saturados. ¿Lo lograron? Sí, lo logramos. Se hizo con largas charlas en los viajes para llegar a nuevas formas de conexión entre nosotros. La mejor desición fue retirarnos al campo a grabar el disco nuevo. Salir del ritmo de la ciudad para envolvernos con el ritmo solo de nuestras canciones nuevas nos abrió las puertas a
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un mundo nuevo, que siempre estuvo ahí, esperándonos, solo que habíamos caído en la trampa de la Capital. Los próximos pasos van a ser prácticamente los mismos de siempre igual, no parar hasta llegar lo más lejos que se pueda con nuestra música. También dijeron que se cerró una etapa. ¿Cómo pensás que será la nueva? Se cerró una etapa conceptual, que fue la de la trilogía. Esta nueva etapa no la tenemos del todo clara, la venimos trabajando a full hasta el día en que salga el disco y comencemos a presentarlo. El disco nuevo tiene algo muy novedoso para nosotros, que fue la salida del laboratorio, la de trabajar las canciones descubriendolas capa por capa. Lo que viene está más conectado con el vivo, con lo que sucedió en esos días del
campo, a groso modo, lo que queda casi es acomodar volúmenes y estamos. ¿Te imaginás al grupo dentro de 10 años más? No me lo imagino, pero espero que siga todo igual de bien y con menos de nuestros integrantes atados a horarios de oficina. Tienen influencias variadas y en algunos temas coquetean con la música brasilera. Quería saber, por curiosidad personal, si escucharon la banda carioca Los hermanos, ya que desde el sonido y la composición tienen muchas cosas en común. No la escuché, creo que los chicos tampoco porque no la mencionaron. ¡Ahora mismo le doy play! MARTÍN CAAMAÑO
Imperdibles de septiembre
Sábado 16
En el marco de una nueva gira por sudamérica el cantautor llega a Buenos Aires para presentar Ape in Pink Marble su más reciente disco, lanzado en 2016, y repasar los temas de sus álbumes anteriores. A las 21hs. en Groove (Av Santa Fe 4389). Entradas: $660
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Sábado 16
El cantautor sureño presenta oficialmente Constelaciones, su último disco, además de repasar algunas canciones de sus cinco discos anteriores. Luego de pasar por varios escenarios del país debuta en un nuevo espacio. Nada menos que en el Luna Park (Av Madero 420) A las 21 hs. Entradas desde $854.
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Viernes 29
Después de festejar 10 años en Niceto y tocar por el interior del país, la banda de Mendoza ofrece un nuevo show en capital. Nueva oportunidad para ver a uno de los mejores grupos de la actualidad. A las 21hs en la terraza del Centro Cultural Recoleta (Junin 1930). Gratis.
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underground EL OJO AVIZOR, UNA EXHIBICIÓN QUE RECORRE LA EXTENSA Y VARIADA OBRA DE LILIANA MARESCA DESDE 1982 HASTA 1994 PARA DISFRUTAR EN EL MAMBA. Resulta innegable que el arte, integrado también a la lógica de producción del mundo capitalista,genera su propio sistema de producción. En su esfera, lo novedoso lleva a la estética por el mismo camino de la innovación y la experimentación que el resto de las mercancías.Esta suerte de pauta cultural habilita la convivencia de diferentes elementos, que a la vez pueden estar subordinados unos con otros. Hay mucho de todo y poco a la vez. Teniendo en cuenta esto, cabe preguntarse cómo el arte pudo (en su momento) y puede (hoy más que nunca) seguir generando un espacio de revisión. Luego de cuatro años de investigación, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires presenta “Liliana Maresca: El ojo avizor”, con curaduría de Javier Villa, una muestra que recorre doce años de su producción artística, desde 1982 hasta 1994, año de su fallecimiento. Maresca, buscadora incansable de posibilidades, propuso revisar los contextos de aparición de sus obras a partir de una indagación por diferentes categorías artísticas, disciplinas y grupos sociales. Su permanente interpelación y confrontación con la realidad política y social hicieron de su práctica un modo de vida. Tanto en su forma de trabajar, como de exhibir o comunicar, su idea fue siempre hacer del arte una experiencia.
La exposición –que incluye esculturas, objetos, instalaciones, dibujos, pinturas, montajes gráficos, fotoperformance- abre con Una bufanda para mi ciudad (1985/2017) obra que recibe a los espectadores en la rampa de entrada y Mascaritas (1993/1994), una serie de rostros pertenecientes a la última etapa de la artista. Además de artista, Maresca fue una gran gestora y facilitadora de encuentros entre la comunidad artística. En torno a ella, los artistas se agruparon y entendieron el verdadero valor de lo colectivo y comunitario. Ante una coyuntura histórica que abría nuevas perspectivas, Marescasupo captar y transmitir, aquello que era central y urgente en un contexto social agitado. Parte de esta capacidad articuladora de Maresca se ve en la sala Idonde se encuentran las obras “colaborativas” que organiza Maresca entre 1984 y 1986: el público se encuentra con archivo, fotografía y documentación de las obras Una bufanda para mi ciudad, Lavarte y Kermesse. En la sala contigua, e exhiben las fotografías que Liliana Maresca hace en colaboración con Marcos López, desde la serie en la que la artista interactúa con objetos de su propia autoría hasta Liliana Maresca en el edificio Marconetti, Liliana Maresca frente al Museo Nacional de Bellas Artes y Liliana
Maresca frente a la Casa Rosada. Otras de las obras presentes en la exposición son los objetos de la serie No todo lo que brilla es oro, la reconstrucción parcial de Recolecta y dos videos que documentan la obra Ouro Boros y la exposición La Cochambre curada por Jorge GumierMaier en el Centro Cultural Rojas. Con motivo de esta exposición también fueron reconstruidas las instalaciones Wotan Vulcano, Imagen pública de altas esferas y El Dorado. La exposición cierra con dos proyectos Espacio disponible y Maresca se entrega a todo destino. Más allá de la asignación o no de un territorio específico, la obra de Maresca busca una clave de comprensión que se sitúa en los límites de lenguajes disímiles. El arte como testimonio remite a lo silenciado. De esta manera habilita la experiencia espacio-temporal en múltiples sentidos. LUZ MARCHIO
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Liliana Maresca: El ojo avizor Hasta el 5 de noviembre Mamba - San Juan 350 Mar a vie de 11 a 19/sáb, dom y feriados de 11 a 20. Entrada: $30
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LETRAS
la comprensión de lo vivido LUEGO DE DIEZ AÑOS SIN UN LIBRO DE CUENTOS, EDGARDO COZARINSKY VUELVE AL RUEDO CON EN EL ÚLTIMO TRAGO NOS VAMOS. Me acuerdo que al poco tiempo de que murió mi papá tuve un sueño recurrente: él regresaba a la vida pero yo sabía que pronto, en cualquier momento, se iba a volver a morir. La tensión del sueño –o de la pesadilla– redicaba en la angustia que me producía ese saber. Estar con mi papá siendo absolutamente consciente de que su segunda muerte estaba cerca sin que él lo supiera. Hace poco reviví algo de esa angustia en plena vigilia. Fue al leer “La otra vida”, el relato que abre En el último trago nos vamos, el flamante libro de Edgardo Cozarinsky. El cuento plantea la posibilidad de una sobrevida luego de la muerte. Un limbo paralelo con la topografía de un Buenos Aires reconocible donde los muertos siguen con su vida como la dejaron pero solo pueden ver y ser vistos por otros muertos. Ni bien la historia se pone en marcha revela su lógica: este estado solo dura tres años y lo que viene después es un misterio porque nadie regresó para contarlo. “La otra vida” en lugar de darnos alguna pista sobre el más allá agudiza su enigma. Llama la atención que alguien en pleno siglo XXI sea capaz de escribir un cuento fantástico en la estela borgeana –ya el título mismo alude a “La otra muerte”
de Borges– sin perder originalidad, pulso contemporáneo y mucho menos ser epigonal. Aunque ya desde su título, En el último trago nos vamos, hay cierto halo crepuscular, los cuentos que la componen vienen a decirnos que la escritura de Cozarinsky está más viva que nunca. Hacía más de diez años que Cozarinsky no publicaba un libro de cuentos. El último fue Tres fronteras. En el medio sacó varias novelas que se encuentran entre lo mejor de su obra, filmó tres películas –Apuntes para una biografía imaginaria, Nocturnos y Carta a un padre– que pueden entenderse como una trilogía autobiográfica caprichosa y dispersa, y algunos libros anfibios que oscilan entre la crónica, la ficción y el ensayo. Llama la atención el derrotero como escritor de Cozarinsky. Después de Vudu urbano en 1985 se aboca al cine y no vuelve a publicar libros hasta el 2001 cuando aparecen los relatos de La novia de Odessa, que coincide con su regreso a Buenos Aires luego de años de estancia en París. A partir de entonces no para de escribir y el cineasta le va dando cada vez más espacio al escritor. Pero en su caso no es conveniente acatar-
se demasiado a la idea de género y menos limitarse a una disciplina. Ciertas obsesiones se despliegan a lo largo de su obra más allá de cualquier formato. En el último trago nos vamos viene a reafirmar está idea. ¿Cómo surgieron estos cuentos? ¿Los escribiste todos en la misma época? Los cuentos de este libro fueron escritos en distintos momentos a lo largo de los últimos diez años. Al reunirlos me di cuenta de que tienen mucho en común, tanto que algunos lectores vieron el libro como una novela en fragmentos. Pienso que hay temas que me buscan y yo los acepto: qué hacer con la muerte, por ejemplo. También las víctimas de la Historia, generalmente víctimas de utopías redentoras tanto como de la represión. También aparecen los viajes, otra constante en tu obra. Soy muy nómade, me gusta viajar, conocer lugares y gente, dentro de lo posible marginales unos y otros. Por ejemplo, siempre quise visitar las ruinas de Angkor Wat en Camboya y lo iba postergando hasta que me enteré de la enfermedad de Piglia, terrible e imprevisible. El mismo día en que
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me dijeron el diagnóstico fui a una agencia a ver cómo podía organizar el viaje. Me pareció impostergable, mientras pudiese caminar con mis propias piernas. Y como no iba a hacer veinte horas de vuelo para estar tres días en Siem Reap, la ciudad vecina a las ruinas, terminé visitando Bangkok, haciendo escala en Laos, en Luang Prabang precisamente, y terminé visitando a una amiga vietnamita en Hanoi. Dos semanas muy fuertes. Hay, sí, muchos viajes en mis cuentos. Incluso dentro de Buenos Aires, la ciudad donde nací, donde hoy vivo y que me nutre. Lo que no vas a encontrar es turismo prestigioso, ni personajes de revistas people. Claro. Siempre hay un interés por los rincones ocultos, sórdidos o poco explorado de las ciudades o de algunos países. En el caso de este libro puede ser Buenos As, New York, el sudoeste asiático o el Paraguay. El cuento “Little Odessa” es un claro ejemplo. ¿De dónde viene ese interés por este tipo de espacios? Podría contarte episodios y motivos de otros lugares que aparecen en los cuentos.
En breve: hace unos diez años era habitué de las milongas y un rastro de ello dio tema a un cuento, en otro se trasluce mi casi obsesión con la historia de Paraguay, en “Little Odessa” me parece que se mezclan muchos temas que yo mismo no llego a discernir bien. Mejor así. Ya en mi primer libro de cuentos, La novia de Odessa, hay tres breves relatos agrupados bajo el título común “Oscuros amores”. Y mi novela más reciente se llama Dark. En mi película Nocturnos compuse una banda sonora con citas de poesía, y en un momento decisivo puse una de Pizarnik: “A mi noche, ningún sol la mata”. Evidentemente hay algo que late en todo lo que hago, un sentimiento de la oscuridad intrínseca en afectos y deseos. Lo dejo trabajar sin inmiscuirme. Por último: en muchos de los cuentos el narrador o el protagonista es un escritor. ¿Es una forma de identificarte con los personajes? La presencia de la literatura, leída y escrita, pero nunca en clave intelectual, es algo que amplía la comprensión de lo vivido y a su
vez impulsa a nuevas experiencias. No hay coquetería cuando digo que yo mismo no entiendo bien lo que escribo hasta que lo leo, sobre todo un tiempo después de publicado. Como nunca me analicé, tengo la impresión de que la escritura explora, elabora, da palabra a mucha cosa sumergida. MARTÍN CAAMAÑO
EN EL ÚLTIMO TRAGO NOS VAMOS Edgardo Cozarinsky
TusQuets Editores
CINE
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el mágico mundo de las remakes MIENTRAS SE ESPERA CON ANSIAS LA LLEGADA A LOS CINES EL 21 DE SEPTIEMBRE DE LA TERRORÍFICA REMAKE DE “IT”, REPASAMOS ALGUNOS CASOS REPRESENTATIVOS DEL GÉNERO. Cuántas veces hemos visto que a algún director intrépido se le ocurre revivir algún clásico de la historia del cine, en otras palabras, hacer una remake. ¿Qué significa esto?. Simplemente rehacer una película con todo lo que eso implica: usar el mismo guión (o casi todos los hechos que ocurren en él), recrear sus mismas atmósferas y tratar de empatar los mismos personajes. Esto puede salir bien o puede salir mal. Dentro del terror, un ejemplo de buena remake es el de Evil Dead, aquel film de culto de 1981 dirigido por Sam Raimi que en 2013 fue reversionado por el cineasta uruguayo Federico Alvarez de una forma estupenda e inteligente. Los más puristas de la película miraban con desconfianza el hecho de que el clásico sea tocado por otro. Pero luego del estreno, sorpresivamente los buenos comentarios no tardaron en llegar. Desde Europa, un caso emblemático y moderno fue el de la española Rec (2007) cuyos responsables fueron Jaume Balagueró y Paco Plaza, que obtuvo varios premios en el Festival Internacional de Cine de Sitges y que le sirvió de inspiración al estadounidense John Erick Dowdle para hacer su propia versión en 2008 llamada Cuarentena, que pareció no estar a la altura. Argentina no fue la excepción en esto de las remakes. El secreto de sus ojos (2009),
de Juan José Campanella, film dramático y taquillero, aclamado por la crítica y ganador de un premio Oscar en 2010 como Mejor Película Extranjera, basado en la novela La pregunta de sus ojos de Eduardo Sacheri, también tuvo su reversión norteamericana. Aunque muchos sostienen que no es fiel al film original, Secretos de una obsesión (2015) se convirtió oficialmente en una remake de la mano de Billy Ray, protagonizada por Julia Roberts y supuestamente inspirada en el libro de Sacheri. Nos espera otra remake de un gran clásico de terror de todos los tiempos, cuyo film original se basó en un gran icono de la literatura fantástica: It de Stephen King. Publicado en 1986, el cuento nos adentra en la pesadilla de un grupo de chicos que son aterrorizados por un monstruo que puede cambiar de forma y se alimenta del miedo de sus víctimas. El relato transcurre en dos tiempos: el pasado y el presente, en el condado de Maine, Estados Unidos. La criatura que, con el correr de las páginas más que amorfa se va haciendo sobrenatural, acecha en el peor lugar del mundo, las alcantarillas, exactamente debajo de la ciudad. Este personaje en el relato de King es bastante complejo y algunos ya se dieron el gusto de analizarlo en profundidad. El autor lo retrata la ma-
yoría de las veces como un payaso llamado Pennywise, una figura ya popularizada para los asiduos al género y homenajeado por varios directores. Este personaje caló tan hondo que, luego del libro, los payasos dejaron de ser- al menos en el cine- representados como seres amistosos. De la trama literaria se deprendieron varias adaptaciones: allá por 1998 se presentó una serie para televisión llamada Woh (aparentemente estrenada en la India), pero la más significativa fue la que tuvo lugar ocho años antes. Un telefilm (o miniserie) dirigido por Tommy Lee Wallace y presentando a Tim Curry como Pennywise; rol que, luego también de su papel en la película de culto Rocky Horror Picture Show (1975), lo convirtió en un actor más popular. Este mes desembarcará en los cines una nueva y muy esperada versión del payaso maldito que todos aman y odian al mismo tiempo. Esta remake está dirigida por un cineasta argentino que filma en el exterior. Andy Muschietti visitará nuestro país para presentar su película en breve y ya algunos sostienen que esta nueva producción adaptada es aterradora y que, incluso, supera al primer film. Será cuestión de animarse a asomar la cabeza por la alcantarilla una vez más. XIMENA BRENNAN
BARES
| ezequiel kiely cabrera
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magia con dientes BAR MÁGICO FESTEJA 20 AÑOS ININTERRUMPIDOS DE UNA PROPUESTA QUE INCLUYE SHOWS DE MAGIA DE ALTO NIVEL ACOMPAÑADOS DE UNA CUIDADA Y VARIADA PROPUESTA GASTRONÓMICA. De chico leía las revistas de Lucky Luke. Recuerdo a un personaje de una de sus historietas, un hombre vestido de etiqueta, con puños blancos, pañuelo, varita y galera; le decían Dedos Mágicos y su estampa llevaba el halo secreto del hacedor de misterios, el toque distintivo que suele tener todo mago. Quizás lo recuerde más que a otros porque la magia forma parte de las fascinaciones de la niñez, aunque no es que luego desaparezca por arte de sí misma. Prueba de ello es que al Bar Mágico, acuden incluso hasta tres generaciones a la vez, dispuestos a enfrentarse a indescifrables espectáculos de ilusionismo, combinados con una propuesta gastronómica capaz de otorgarle a los asistentes ciertas dotes metafísicas, cuando logran desaparecer el contenido del plato por completo, más por arte culinario que por fórmulas encantadas. El Bar Mágico está cumpliendo veinte años y por allí han pasado grandes prestidigitadores, que supieron brindar innumerables shows de este arte tan antiguo como vigente. “Hay que cuidarse de lo que uno sueña porque se puede cumplir”, dice Marcelo Insúa, reconocido ilusionista, ganador del premio mundial de Invención en el año 2012 y máximo responsable de la existencia del único lugar en Argentina dedicado exclusivamente a la magia. “Cuando me casé con mi esposa, Silvina, estando en Madrid de luna de miel, entramos
a un lugar llamado Houdini Club de Magia, en la calle Fuencarral. Qué locura tener un lugar así en Buenos Aires, pensé. Y volvimos y se dio”, dice mientras extiende y da vuelta un mazo de cartas con gran destreza. Sin embargo, no fue magia: primero dieron con una casona antigua de principios del siglo XX, en bastante mal estado, la cual fueron refaccionando con sus propias y hábiles manos, logrando darle vida a la primera parte del proyecto que fue la escuela de magia. A los pocos meses, y luego de acondicionar minuciosamente el espacio, lo cual incluyó telones de pana roja y el pulido manual del piso de roble de Eslavonia de todo el salón, se inauguró el bar. Corría el año 1997. Pese a que Marcelo fue declarado personalidad destacada de la cultura de la Ciudad de Buenos Aires, jamás fue beneficiario de subsidio alguno. “El proyecto requirió de mucho esfuerzo porque nunca tuvimos ayuda del Estado en ningún aspecto”. La propuesta brinda tres shows durante la noche, dos de “magia de cerca”, que se desarrollan en un sector con gradas en desnivel y diseñado con la idea de estar cerca del artista; y el show central, que se lleva a cabo en el escenario de la sala principal, donde además se sirve la cena. Esta particular proposición nocturna se realiza los viernes y sábados. Los jueves se hace sólo magia de cerca y los sábados de tarde se realiza un show para niños a cargo del conocido mago Rey Ben. En la
semana funciona la escuela de magia y un local de venta de artículos mágicos. Bar Mágico, es una residencia encantada, un lugar de referencia tanto para aficionados como para admiradores de las artes del ilusionismo. “Lugares dedicados exclusivamente a la magia, hay muy pocos en el mundo”, explica Marcelo. “En Argentina somos los únicos, y ha servido para el desarrollo de la magia, ya que esta actividad necesita de la participación del artista con el público, sino no se produce el hecho artístico”. Después de dos décadas, la atmósfera prodigiosa está completamente instalada en el entorno. Basta con observar la cantidad de cuadros exhibidos con manos mágicas que quedaron estampadas sobre yeso y aún el eco de aplausos cerrados de los maravillados asistentes en busca de historias que desafíen la razón, aplausos que cada semana regresan con un nuevo as bajo la manga. MARTÍN D’ADAMO
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Bar Mágico Carlos Calvo 1631 Jueves a Sábados 20 hs. $ 200 Reservas al 4304-7212 barmagico.com.ar - FB: Bar Mágico info@barmagico.com.ar
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BARES Y RESTAURANTES bares@revistallegas.com.ar
DOÑA
Bulnes 802, esq. Humahuaca Reservas: 4862-9278 Doña es una cantina que intenta homenajear a los grandes bodegones de Buenos Aires desde la mirada del presente, rescatando ese espiritu que nosotros recordamos de nuestra infancia.
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Musetta Caffé. Billinghurst 894, esquina Tucumán. Información y reservas: 4867-4037. Disfrute de los mejores desayunos, meriendas, almuerzos y cenas. Martes, miércoles y jueves de 12PM a 1.30 AM. Viernes y sábados de 12PM a 2.30 AM. Domingos de 18 a 0hs. Más información en www.musettacafe.com
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Doña Una pequeña cantina en una esquina del barrio de Almagro Especialidad en pastas caseras amasadas en el salón Picadas con productos artesanales Abierto de martes a sábados de 12 a 15:30 y de 20 a 00:30 hs Lunes y Domingos de 12 a 15:30 hs Bulnes 802, esquina Humahuaca, Almagro, Buenos Aires reservas al 4862-9278
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