05 / 2018 #223 aĂąo XIII www.revistallegas.com.ar
teatro
arte bares mĂşsica letras cine noche buenos aires
223 Cuando llueve. Spregelburd, Carrá, Anghileri y Perpoint. Escrita y dirigida por el canadiense Anthony Black. Puede verse los martes a las 21 hs. por 8 únicas semanas en el Centro Cultural 25 de Mayo Triunvirato 4444. El Ritmo (Prueba V). Continúan las funciones de la obra de Matias Feldman en el Galpon de Guevara. Sabados 22:30 y Domingos 20:00. Entradas $ 220. Guevara 326.
OBRA DE TAPA Honduras – Instalación sitespecific Julián Terán egresó de la Escuela Prilidiano Pueyrredón. Continuó su formación en pro-
SUMARIO 4-11 TEATRO Juan Crespo entrevista a Mariano Tenconi Blanco, pastillas de
gramas como Cromos y CIA, donde fue beca-
Poema Ordinario y Madriguera, la retrospectiva de “Las piel de lava” e
rio en 2013. Su trabajo ha sido reconocido por
inauguramos la Sección LADO B con Rafael Spregelburd.
Fundación Williams, Salón Nacional de Dibujo y Premio Itaú, entre otros. Obtuvo la beca del FNA en 2015 y 2017. Realizó muestras colectivas e individuales en Argentina y otros países. Desde 2016 dirige y gestiona Run Run Records, sello discográfico y archivo digital de artistas visuales. La obra de tapa puede visitarse en el marco de la muestra Honduras en la galería Nora Fisch.
12 Buenos Aires Un Bar en Colegiales con acento iraní para disfrutar a puertas cerradas de sabores y aromas desconocidos
14-15 LETRAS La vida que agenciaste documental del BAFICI que reedita aquella mitica revista de poesía La 18 Whiskys
16 CINE Vimos Respirar de coproducción rioplatense con actuaciones de gran nivel.
Hasta el 22 de junio Galería Nora Fisch - Av. Códoba 5222 martes a viernes de 12:30 a 18:30
18 ARTE Geografía Física y humana la muestra de Anna Bella Geiger se puede ver en el Muntref.
20-23 BARES Doña, en pleno Almagro y cerca de los teatros, una cantina para darte todos los gustos a la hora de comer.
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? QUIENES SOMOS
Editor Responsable Gustavo Gaona EDITOR DE CIERRE Ricardo Tamburrano DISEÑO Daniela Sawicki COLABORAN EN ESTE NUMERO Juan Ignacio Crespo, Julieta Bilik, Paula Boente, Mara Teit (teatro), Luz Marchio (arte), Martín Caamaño (letras), Carlos Diviesti (cine), Martín D’Adamo (buenos aires). TIRADA DE ESTA EDICION 12 mil ejemplares Publicidad: Ricardo Tamburrano (15 5958 7489, ricardotamburrano@gmail.com y teatro.llegas@gmail.com), llegás a buenos aires es una publicación mensual de distribución gratuita, Propiedad de GyH Contenidos Srl, Chile 1507, Piso 2. CP. 1100, CABA. Fundada el 5 de agosto de 2004. Se distribuye en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Registro de marca 2519629. Registro de la propiedad intelectual exp. 347083. ISSN 1668 – 5326. La programación de las agendas puede sufrir cambios por parte de los organizadores. Llegás no se responsabiliza de los mismos.
teatro
me interesa como la ficción modifica a la realidad
I sebastián freire
Apasionado con la ficción en el teatro, Mariano Tenconi Blanco cuenta las obsesiones de su oficio vinculados a Todo tendría sentido si no existiera la muerte. ¿Por dónde transita la gran narrativa contemporánea? En Todo tendría sentido si no existiera la muerte, Mariano Tenconi Blanco además de problematizar e indagar sobre tópicos varios (la muerte, lo femenino, la representación del sexo, el amor, etc.) habilita esta pregunta con un texto sólido de 3 horas de duración con personajes (y su psicología), conflictos y puertas que se abren y cierran. Una obra de situaciones enormes. Una Obra enorme. Llevar al límite el volumen de la ficción. ¿Pero está en condiciones el Teatro de metabolizar relatos miméticos cuando otras plataformas parecen ser más permeables para tal consumo? Militante radicalizado del oficio y sin pudor para construir su personaje de escritor (casi Arltiano) Tenconi Blanco sigue alegando a favor del nexo entre teatro y representación en un contexto de época donde las expresiones se vuelcan a las intensidades performáticas o al menos a una deconstrucción de los elementos tradicionales. La ficción en este
caso (de eso hablamos en última instancia) se impone como un dispositivo ideológico más, como una vieja tecnología que resiste a quedar obsoleta. En un reportaje Ricardo Piglia afirmaba que la especificidad de la ficción es entrar en una zona indeterminada donde se cruza con la verdad. ¿Estás cercano a esta afirmación? ¿Qué te parece lo específico de la Ficción? -Yo trabajo desde la ficción por dos cosas, puntualmente: en primera medida, me parece que la narración es el marco ideal para poder desplegar teatralidad. Narrando uno puede desarrollar un lenguaje profundamente poético, desplegar hipótesis nuevas sobre construcción de personaje, poner en tensión el espacio y tiempo de la representación, y crear un territorio fértil para trabajar la actuación desde un enfoque de enorme intensidad y autonomía. Al mismo tiempo, como dramaturgo, me interesa crear en los límites entre teatro y
novela. Creo que trabajar la dramaturgia en los bordes y pensarla desde la literatura expande los límites de la escritura teatral. Por ejemplo, en el caso de Todo tendría sentido si no existiera la muerte me ofreció nuevas maneras de trabajar el tiempo del teatro, y pensar qué período de tiempo puede narrar una obra, qué relación puede tener el tiempo de la representación en relación al tiempo de la ficción, cómo se altera la percepción del tiempo cuando miramos una obra de teatro. Al mismo tiempo, me interesa generar una inversión: no me interesa como la realidad modifica a la ficción, sino como la ficción modifica a la realidad. Y no necesitamos tener afán evangelizador: la ficción crea hipótesis de lectura, y ampliando las formas de leer se amplían las formas de ver la realidad. ¿Cómo te parece que contrasta la propuesta de Todo tendría sentido… con cierta corriente de creadores que se viene desplegando dentro de la escena local donde “lo
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teatral” transita formas más performáticas, donde se concibe a la creación escénica como un lugar de potencias y afecciones por fuera del “logos” o del texto hegemónico o de la representación tradicional? -A mí me interesa la actuación, la literatura, la música, las artes visuales. Hay otras formas de hacer teatro, que respeto pero no comparto. Podría afirmar lo que ha dicho Copi, “el happening es algo que me hace sudar frío. Es como si alguien entrara aquí y meara en la botella. Es odioso y vacío de historia. El happening es lo que no sucede”. Sin embargo, hay algo que considero mucho más importante que mis convicciones estéticas: son tantas las dificultades materiales que tenemos los artistas que hay una instancia ética que está por encima de cualquier distancia estética. No puedo más que sentirme cerca de todas y todos los artistas, los que admiro y los que deploro, porque el principal problema no es aquel artista que hace obras que no me gustan, el principal problema es el contexto en el que trabajamos los artistas: cobrando sueldos de hambre, con un estado que otorga subsidios nimios, salas públicas en estado ruinoso, salas privadas con demasiadas urgencias y poco lugar a la aventura, constantes aumentos de servicios y reducciones de presupuesto, etc. Es tan difícil ser un trabajador de la cultura en la Argentina que creo que hay una discu-
sión que está por encima de todo y de todos. Generalmente te preguntan si escribís pensando en un espectador ideal, me gustaría preguntarte más bien ¿Cómo puede ser percibida una obra monumental de 3 horas de duración para un espectador que vive atravesado de textos, hipertextos e imágenes de forma ininterrumpida? -El espectador vive atravesado de textos e imágenes pero con internet uno puede hacer el brillante Martín Fierro ordenado alfabéticamente de Katchadjian o un meme de las Kardashian. Me interesa internet y como modifica la forma de crear y la forma de percibir el hecho artístico. Creo en aquello de que el contexto es el nuevo contenido y una nueva obra es siempre un personaje que se inserta en un relato. Pero también hay mucha lectura hecha desde el tema de moda de la red social, y eso reduce enormemente las posibilidades de analizar el arte. El teatro de Buenos Aires ha sido un fenómeno muy enérgico en los últimos veinte años, de inusual fertilidad y complejidad. Sin embargo las formas de leer el fenómeno han sido –salvo felices excepciones- mucho más frágiles. Finalmente una pregunta más personal. En una entrevista comparas la compulsión a la escritura con la compulsión a la droga. Si esto es así ¿es una actividad narcótica o psicoactiva? ¿Cuál es su viaje
o momento de éxtasis? ¿Qué te ha develado del mundo?¿Cómo es su momento de caída o bajón? -Escribir es para mí un modo de vida. Mi existencia está organizada en torno a escribir. Qué leo, qué veo, cuando, cómo, a qué hora duermo. Todo en el mundo es peor cuando no estoy escribiendo. Y es, al mismo tiempo, una actividad de pura felicidad. No tiene resaca, no tiene bajón, no tiene costo. Ensayar, mi otra gran pasión, es todo lo contrario. Un amor enfermizo. Cuando ensayo me lleno de nervios, inseguridades, euforias, agotamientos. Vivo diciendo que quiero dejarlo y no logro dejarlo nunca. Es un goce un tanto masoquista. En vez de organizar todo en torno a los ensayos, los ensayos hacen que todo se organice el torno a ellos. Me obligan a salir a un horario, trabajar a otro horario, dormir a otro horario. Son las dos caras de la misma actividad. Habría una suerte de tercera parte, llamémosle, que sería la docencia. Un amor más templado, más maduro, ni tan libre ni tan esclavo. Pero lo que hay en mi forma de vivir es una absoluta consagración al teatro. Yo vengo de una familia muy trabajadora. Es un placer insolente el hecho de poder dedicarme a escribir y ensayar, algo que no está permitido ni a mi clase social ni a mi familia. Por eso, seguramente, lo celebro con tanta intensidad y lo ejerzo con tanta responsabilidad. Juan Ignacio Crespo
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Todo tendría sentido si no existiera la muerte. Centro cultural general San Martín. Sarmiento 1551 Sab 20 Hs. Domingo 20 Hs. Ent 130$ Duración 180 min. Dramaturgia: Mariano Tenconi Blanco Interpretes: Lorena Vega, Bruno Giganti, Andrea Nussembaum, Agustin Rittano, Juana Rozas, Maruja Bustamante. Producción: Carolina Castro. Dirección: Mariano Tenconi Blanco.
teatro
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Madriguera
Y entonces, la proxemia. Ese breve espacio que mantiene al espectador a salvo del desamparo de lo puesto en escena, de la violencia de unos cuerpos desesperados que reprimen largas noches de soledad y agonía, de encierro y fábulas ominosas. Cuando ese espacio se transgrede, el espectador dejar de encontrarse cómodo, es obligado a estar presente, un presente
tan intenso como el de los cuerpos que transitan la obra. El riesgo se duplica. Estamos todos al desnudo. Todos expuestos ante todos. No hay refugio. Nos arrojamos como Alicia detrás del conejo, sin saber que la madriguera será una caída interminable hacia el infierno de la propia humanidad, del asco, del repudio, de la lujuria, de las necesidades primarias, de aquello
que se encuentra velado de las leyes del deber ser, del mandato. E imprime en nosotros, público concurrente, el mismo sopor, el mismo dolor, la misma angustia que cargan Inés y Teresa, los dos personajes de esta obra-experiencia. Y entre tanta desolación, un ápice esperanzador, al descubrir que un cuerpo comprometido, intenso, que particulariza, que se deja atravesar por el presente, entra en sistema con el deseo lascivo de estar en contacto con las miserias, con la peste como espacio de creación, como punto de partida y como fondo de olla, con aquello que reprime el cotidiano y que gozamos verlo abrirse en manos de artistas. Lo demás es relato. Como dice Idea Vilariño: “Inútil decir más/ Nombrar alcanza.” La invitación es a asistir. Y que cada uno empalme con su propio límite. Mara Teit Dramaturgia y dirección: Pablo de Nito. Actúan: Jorgelina García y Camila Gariniani. Sábados 21hs. Silencio de Negras. Luis Sáenz Peña 663 $200/ 160.
Poema Ordinario
En San Pedro, en la vieja casona ribereña, entre la naturaleza incontenible del Paraná, Federica vive junto a su hija Olivia y un joven a quien le alquilan una pieza. Es 1982. Son noches de luna cambiante, de verano intenso y de borrachera. Un día vuelve al hogar el primogénito, el hijo perdido. Pero la bestia acecha en la oscuridad, en las profundidades, en el ser querido. Convive como una mascota mansa y se despierta con hambre voraz. Juan Ignacio Fernández, autor de “La
crueldad de los animales” y “Parias”, escribe acá un cuento rural inquietante. La obra está dirigida con habilidad por Lisandro Penelas, nombre que se destaca además actualmente en cartelera con “El amante de los caballos”. La dupla, que ya había presentado “Nos merecemos un hombre”, logra un trabajo sólido en esta pieza pequeña pero llena de brillo. Palabras bien colocadas, intervenciones editadas con precisión, una puesta bella y ritmo en la dirección son algunos
de los méritos de esta obra, que se apoya en actuaciones sensibles. El elenco está compuesto sin disonancias por Julieta Timossi, Cecile Caillon, Fernando Morales Beascoechea e Ignacio Torres. También es protagonista la atmósfera litoraleña, con los misterios de sus pastizales, el rumor del agua cercana que se escurre en remolinos y el chillido incansable de los grillos. La naturaleza y sus ciclos se entregan como señales para los personajes. Un aluvión de metáforas que nutre la propuesta. Esa familia remendada se enfrenta otra vez al dolor, a ese sufrimiento que tanto hace lastimar a quienes queremos. Los peligros están adentro y afuera: hasta el más débil deberá pelear por sobrevivir. PAULA BOENTE Dramaturgia: Juan Ignacio Fernández Dirección: Lisandro Penelas Interpretación: Julieta Timossi, Cecile Caillon, Fernando Morales Beascoechea e Ignacio Torres. Moscú Teatro Escuela, Camargo 506, Villa Crespo; sábados a las 22 y domingos a las 18; desde $200
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teatro
teatralidad al palo
Piel de Lava, el grupo formado por Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes, realiza una retrospectiva de sus trabajos y estrena: Petróleo.
Cuatro mujeres en escena. Sus historias, sus mundos. Lo que tienen para decir. Y la decisión de cómo hacerlo. Universos de sentido que recorren lo cotidiano, los dramas de cada día. En los detalles, la esencia de la propuesta. La teatralidad al palo: la vida en escena y sus pequeñas delicias y placeres. Un método de trabajo que incluye actuar, escribir y montar. Ocho ojos que miran y se dejan ver, pero que antes estuvieron atentos a las maquinarias de la ficción y el montaje de los textos. Cuerpos que atravesaron la creación y ahora le dan forma a criaturas que dieron a luz y acompañaron en sus mutaciones y desarrollo. En sus gestos, la complicidad, la minucia, el detalle; lo que pasó por el cuerpo, las marcas de un trabajo arduo. Integrado por las actrices Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes, y con una integrante invitada -Laura Fernández- que colabora en sus proyectos en las áreas de dirección y dramaturgia; Piel de Lava es uno de los grupos que da forma a la escena teatral independiente. Formado en 2003, trabajan en procesos de creación colectiva a partir de la indagación de los mecanismos de actuación, la dirección y la dramaturgia grupal. En el marco del programa Artista en residencia, el grupo presenta en el Teatro Sarmiento una retrospectiva de todos sus espectáculos: Colores verdaderos, una conferencia sobre Neblina, Tren y Museo. Y de yapa
tienen previsto el estreno de uno nuevo: Petróleo, programado para julio próximo. Como dijo el dramaturgo, director y actor Rafael Spregelburd en la contratapa del libro que recoge los textos de las cuatro piezas ya producidas: “Estas obras rezuman audacia, inteligencia, gracia y belleza a la vez que se alejan de lo fácil, lo vulgar, lo conocido, lo solemne”. Aquí, unas líneas sobre cada una. En Colores verdaderos dos oficinistas principiantes conversan mientras la mañana de su jornada laboral sucede. Allí, lo de todos los días se mezcla con sus sueños y aspiraciones; sus miedos y frustraciones. En tanto, el compañerismo y la camaradería afloran a la par que se deslizan marcas de época -la ficción está situada a fines de los 80- que dan cuenta de la cosmovisión imperante. Humor y sutileza mediante, el espectador siente el deseo de que aquella mañana nunca termine. Ver interactuar a Marina (Pilar Gamboa) y Carla (Elisa Carricajo) es un deleite que no sólo muestra lo evidente sino también los mecanismos ocultos y las intenciones privadas que trascienden lo que decimos y hacemos. De Neblina no hay un montaje literal sino una versión revisitada. La propuesta es una conferencia performática que da cuenta del sinfín de materiales, procesos e idas y vueltas que conlleva hacer una obra de teatro. El vestuario, el diseño gráfico, los subsidios -y sus
respectivas carpetas-, los gastos, las cuentas y las dudas: ¿Qué se espera de nosotras? ¿qué es “pegarla” y por qué no lo logramos? Sin hipocresías, el punto fuerte es la autocrítica o, mejor dicho, la crítica retroactiva -sin remordimientos y con mucho sentido del humorde las que son hoy a las que fueron entonces. Tren es un viaje en el que confluyen personajes femeninos que tiene a la fe como elemento común. Más o menos involucradas en un proyecto evangélico, todas viajan a Mar del Plata para asistir a una conferencia multitudinaria que las empodere. Y en ese andar se desatan conversaciones entre ellas que revelan humanidad, miedos, dolores y deseo. ¿De qué forma la esperanza puede generar otra perspectiva sobre lo mundano e injusto; y hasta dónde es conveniente dar la otra mejilla? Un viaje que, finalmente, resulta más de escape que transformación. La más reciente de sus producciones es Museo, que, ligada al arte contemporáneo, muestra a cuatro amigas que tratan de llevar adelante un proyecto interdisciplinar. Durante el proceso, lo snob y su lado oscuro se apoderan de la escena para exponer preguntas sobre los objetivos del trabajo artístico en conjunto y el fantasma de la desaparición física. Luego de todo lo dicho solo resta esperar la llegada de Petróleo para descubrir qué nuevo horizonte ficcional nos proponen las Piel de Lava. Y, por supuesto, sentarse a disfrutarlo. Julieta Bilik
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Para agendar: Las funciones de la retrospectiva de Piel de Lava se desarrollarán hasta el 3 de junio en el Teatro Sarmiento (Avda. Sarmiento 2715), según el siguiente detalle: Viernes a las 21hs.: Colores verdaderos + Neblina revisitada Sábado a las 21hs.: Tren Domingo a las 20hs.: Museo Localidades $160-. Abono de dos funciones a $260; ó tres por $360.
LADO B
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espadas y catanas ¿QUE HACE UN ARTISTA EN SU TIEMPO LIBRE? RAFAEL SPREGELBURD INAUGURA LADO B xxx LA NUEVA SECCIÓN DE LLEGAS. Spregelburd actúa junto a Gloria Carrá, Moro Anghileri y Matthieu Perpoint en “Cuando llueve”, obra canadiense dirigida por Anthony Black que puede verse los martes a las 21:00 en el Centro Cultural 25 de Mayo, Av. Triunvirato 4444. También se lo puede ver conduciendo el programa “Arquitectas, Maestras del Espacio”, de Canal Encuentro, que estrena capítulo todos los lunes a las 22:00. En cine, en la película “Perdida”, de Alejandro Montiel, junto a Luisana Lopilato, Amaia Salamanca, Nico Furtado y elenco. El ocio no es algo que abunde entre las personas que trabajamos supuestamente para el ocio ajeno. Nuestros horarios van a contrapelo del mundo normal y conozco pocas personas en el medio teatral o cinematográfico que realmente llamen ocio a ver películas u obras de teatro. Tal vez sea por ello que la búsqueda más o menos desesperada de hobby, una práctica más o menos adolescente que uno replica con más intensidad con los años, tal vez para seguir sintiéndose joven, suele venir acompañada de mutaciones y cambios bruscos de sentido. Ni siquiera me hubiera atrevido a considerar hobbies al tango, la natación o el fútbol, tres actividades que me tienen a veces de visita, porque los actores suponemos que todo trabajo que uno haga con el cuerpo es precisamente eso: trabajo. Hace unos años tuve que empezar a entrenarme en artes marciales. La elección fue casual y siguió el consejo de Sebas Alfie, el director de una película que pretende que yo maneje armas chinas y puños sofisticados. Mientras la película espera su rodaje (es más cara de lo que se pensaba) me entregué a este entrenamiento sin prisa pero
sin pausa. Y en algún arcón de su nobleza (las artes marciales están llenas de arcones) empecé a acumular expectativas. Empecé, como hace mucha gente con temores, por el tai chi chuan, una suerte de meditación en movimiento que si bien vacía un poco el estrés tampoco resultaría suficiente entrenamiento para lo que la película iba a requerir de mí. Así que rápidamente pasé de allí al pa kua (digamos que es el kung fu tradicional) y con él llegaron una serie de curiosas novedades: el tai chi chien (o tai chi con espada de dos filos), las tonfas, el bo (o palo largo), las espadas chinas y niponas (katana, kodachis, gran espada, espadas dao). Mientras la película se pospone invariablemente yo sigo promocionando colores de cinturones sin que pueda explicar muy bien por qué. Las artes marciales chinas tienen algo sofisticado y huidizo. A diferencia de las japonesas, que son más rígidas y cuyos rituales me dan un poco de vergüenza ajena, en las artes chinas parece reinar una suerte de devastación tal vez augurada por el comunismo: los saberes son familiares y a la vez tradicionales, pero su difusión planetaria es confusa, abigarrada, paisajística: en cada país estas prácticas adquieren rituales más terrenales. Detrás de su lógica se esconde, sin duda, el gran fantasma de los lingüistas: la lengua china. Todo es y no es al mismo tiempo, y los opuestos se suceden en una dialéctica que tiene mucho de complejo y también algo de farsa. El uso de la fuerza del oponente, más que de la propia; el delicado equilibrio entre fragilidad y fuerza, la decisión urgente de cortar o ser cortado con un filo definitivo, son todos asuntos que siguen una lógica intraducible, explicada por ideogramas pero no completamente por palabras. Tal vez para escándalo de mis maestros, que de chinos igualmente tienen poco, me entrego a ese mundo como quien no pretende dilucidarlo ni aprehenderlo. No es totalmente asunto mío. Cuanto más ajeno, mejor.
I Gentileza Mauricio Cáceres: Teatro Nacional Cervantes
Cuanto menos racional, menos tarea. Y sin embargo desde hace tres años y pico paso alrededor de cinco horas a la semana –en las buenas semanas- cortando enemigos o golpeando el aire con símbolos, ya que no siempre con la suerte del puño. No salgo de casa sin mi espada. Si viajo en avión, tengo una plegable. Aprovecho los viajes a España para visitar Toledo y comprar filos más nobles. Yo, que no he cortado en mi vida una sandía, colecciono katanas y espadas cielo como si alguna vez me fueran a salvar alguna vida. No hay mucho que explicar. Como fuga, es bastante exacta. Como deporte, es noble y templa el espíritu. Como entretenimiento, es divertido. Al no tener muchas certezas, tampoco es completamente científico, es decir que cada uno lo practica como puede y el límite es la propia voluntad. Nadie te mira. No hay juicio. No hay correctos. La cuota es accesible; el uniforme, una formalidad ficticia que no sirve ni para cubrirse en la destreza. Así que por qué no. Tal vez me deba aún una explicación que es más difícil: por qué no las artes marciales japonesas, rusas o coreanas. Pero eso es por suerte otro capítulo.
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Spregelburd actúa junto a Gloria Carrá, Moro Anghileri y Matthieu Perpoint en “Cuando llueve”, obra canadiense dirigida por Anthony Black que puede verse los martes a las 21 en el Centro Cultural 25 de Mayo, Av. Triunvirato 4444. También se lo puede ver conduciendo el programa “Arquitectas, Maestras del Espacio”, de Canal Encuentro, que estrena capítulo todos los lunes a las 22. En cine, en la película “Perdida”, de Alejandro Montiel, junto a Luisana Lopilato, Amaia Salamanca, Nico Furtado y elenco.
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BUENOS AIRES
sabores y sonidos de oriente medio EN UN RINCON DE COLEGIALES, LA REPúBLICA DE IRAN TIENE SU REPRESENTACIóN A TRAVéS DE Zereshk, UN RESTAURANT A PUERTAS CERRADAS, DONDE EL COCINERO ES EL MúSICO. Si viajar es, según una reciente encuesta de Booking, el generador de felicidad preferido de la humanidad, entonces no hay que dejar de hacerlo. Aunque existen muchísimas formas de conocer otras culturas, y no necesariamente todas requieren cargar valijas. Por alguna discreta calle del barrio de Colegiales, ciertos fines de semana se abre un portal capaz de transportarnos sin escalas a la cultura persa. Allí, Arian Houshmand, un cosmopolita hijo de iraníes exiliados durante la revolución islámica de 1979, evoca sus raíces generando sabores, aromas y sonidos aprehendidos de sus ancestros, proponiendo una combinación que aborda la sabiduría culinaria engalanada con los sonidos de su música tradicional y enmarcada por objetos que forman parte de la estética iraní. Zereshk, llamado así por un pequeño fruto del tamaño de una semilla, típico de Irán, y que Arian debe traer desde allí
cada vez que va para emplearlo en delicias como el helado de azafrán, nació a comienzos de este año casi como una necesidad de reivindicar la imagen de su país, tan denostada por la mirada globalizada occidental: “sentí la obligación personal de dar a conocer modestamente mi cultura que hace tiempo ha sufrido mucho a manos del desconocimiento absoluto y prejuicios y estereotipos negativos instaurados en el imaginario popular. Me propuse mostrar la otra cara, la de la cultura, que habla mucho más fuerte”. La velada comienza puntualmente a las nueve de la noche. Si bien es tradición en Irán comer sentado en el suelo, al llegar al patio cubierto que hace de restaurant, un puñado de mesas se despliegan, cubiertas por manteles cuyo diseño asemejan al entramado de una alfombra persa, y que en conjunto no sumarán más de quince comensales. Por su pequeña capacidad,
antes de concurrir es necesario hacer una reserva. Acompañado por vino orgánico, cerveza artesanal o agua, comienza el recorrido por diversos sabores, desde la entrada hasta el postre, servido en cinco pasos, y que varía todos los meses. Como gustan de hacer los iraníes con sus invitados, se ofrece más comida de lo que uno pretende consumir. Sin embargo, si bien se come en cantidad, al ser platos livianos, no es difícil volverse voraz ante los deleites propios de la excelencia culinaria persa, en la que abunda el cilantro, el cardamomo, la granada, el pistacho, entre otros ingredientes que le dan una identidad propia a los sabores, donde sobresale lo agridulce. Arian habla de Irán como su país, pese a haber nacido en Suiza y vivido en muchos y muy diversos países. “Más que un restaurant, lo siento como un vehículo de difusión cultural de mi país, y digo mi país
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porque lo siento como tal a pesar de no haber vivido nunca allí”, detalla el cocinero, quien mamó sobre todo de su madre el acervo cultural persa y reflexiona: “a veces es preciso encandilarse con lo ajeno o desconocido para realmente valorar las propias raíces y lo que uno trae por herencia desde un lugar más consciente”. Al finalizar la cena, con el té, servido siempre como gesto de hospitalidad, el mismo Arian, quien además es músico, hace un pequeño concierto de música folklórica persa con instrumentos típicos de la región, como el Santur, que consta de 72 cuerdas, que son percutidas por dos pequeños martillos de madera, y el Setar, al que llama “el charango iraní” y es una suerte de laúd de mástil largo, y se usa para
acompañar el canto. No es casual esta conjunción del arte culinario con el musical; allá es muy común que luego de la cena, con el té y entre dulces, el sonido de voces e instrumentos les acompañe hasta altas horas de la noche. “Siempre me interesaron las músicas folklóricas porque hay un elemento mágico en las expresiones que se sobreponen a las vicisitudes del tiempo, de boca en boca, y eso sucede también con las recetas y comidas que se pasan de generación en generación; aunque sufren o gozan de pequeñas modificaciones, en esencia son vehículos de cultura que abarcan una sabiduría ancestral”. De la misma manera que ese boca en boca ha sostenido ritos y costumbres a lo largo de la historia, en los tiempos de las
telecomunicaciones sigue siendo el relato directo el vehículo de promoción y descubrimiento principal de este espacio cuya finalidad es compartir a través de estas artes universales como son la gastronomía y la música, una tradición milenaria. MARTÍN D’ADAMO
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Zereshk Colegiales Viernes y sábados de por medio, 21 hs. Sólo con reserva previa 11-3636-3738 zereshkrestaurant@gmail.com Facebook: zereshk
LETRAS
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en busca del tiempo perdido Los poetas de la 18 Whiskys: Casas, Durand, Wittner, Varela, Desiderio, Edwards, participaron en un documental que era una competencia etílica por bares de San Telmo. Más o menos por la mitad de La vida que te agenciaste -el documental sobre la mítica revista de poesía 18 whiskys que se estrenó en la vigésima edición del Bafici- aparece un joven de pelo largo y en cuero sentado detrás de un escritorio desordenado. Lo curioso es lo artificioso de la situación. El escritorio está montado en plena calle y la imagen se ve en un blanco y negro de dudosa calidad. El chico se llama Mario Varela y, mientras mira a cámara canchero, aclara, como si se sacara un lastre de encima, que él no es ni poeta ni escritor, que escribe sí y es cineasta, que hace videos. Varela fue uno de los miembros de la 18 whiskys y es el director de esta película que ante todo tiene como propósito rescatar el espíritu si bien no de una época sí de un momento único y preciado de la vida. Aunque si uno se preguntara cómo era ser joven en la Argentina de los años noventa, La vida que te agenciaste puede servir como aproximación. Para los que no saben, la 18 whiskys fue una revista de sólo dos números de duración que aunó a un grupo de jóvenes poetas heterodoxos que con el correr de los años y de los libros iban a renovar para siempre la poesía argentina. Ya se ha escrito mucho sobre la llamada “poesía de los noventa”, de los cuales los miembros de la whiskys son estandartes, pero un pequeño ejemplo de
su vigencia y actualidad puede chequearse en algunas publicaciones recientes. El año pasado Fabián Casas, uno de los poetas de la revista, agotó varias ediciones de sus Diarios de la edad del pavo -diario de aquella época que, entre otras cosas, relata la cocina de la 18 whiskys - y Laura Wittner, otra de los miembros del grupo, publicó Lugares donde una no está, libro que recopila todos sus poemarios hasta la fecha. No es casual que en el film Varela decida unir a Casas y a Wittner para rememorar su experiencia en los días de la revista. Quizás de todo el grupo sean los dos poetas que adquirieron mayor visibilidad con el paso del tiempo. En las antípodas parece quedar Daniel Durand, figura central del movimiento que brilla por su ausencia durante toda la película. Si tal como dice el poeta Jorge Aulicino, Durand -consciente de su talento- reclamaba un reconocimiento mayor que no le fue dado, su decisión de no aparecer en la película tal vez pueda interpretarse como una forma de llamar la atención por medio de la negatividad. Pero ya vamos a hablar de Durand. De cualquier forma, Varela arma tandems de afinidades que esconden cierta coherencia. Junta a Darío Rojo y a Juan Desiderio, que son los hippies cósmicos y delirantes del grupo -el primero recluido en el campo,
el otro detrás del escritorio de la biblioteca donde trabaja- o a Sergio Raimondi con Rodolfo Edwards, que aportan una mirada seria más centrada en los contenidos de la revista que en la recopilación de anécdotas. En medio de estos testimonios, a modo de hilo conductor, Aulicino con pipa en mano va analizando el derrotero del grupo con la lucidez y la sabiduría del hermano mayor que estuvo con un pie afuera pero supo ser testigo. Suerte de Jean Pierre Melville de la Nouvelle Vague o de Paul Bowles de los Beatniks, Aulicino con voz morosa y cristalina va aportando las opiniones más interesantes y necesarias de toda la película. Como cuando señala que todos los movimientos estéticos de la poesía argentina tuvieron su principio y su fin pero este iniciado por los poetas de la 18 whiskys sigue vivo hace más de 20 años. El otro hilo conductor son las imágenes de archivo de la noche en la que los poetas del grupo decidieron salir de bar en bar a festejar el primer número de la publicación emulando en parte los 18 whiskys que marcaron el récord etílico de Dylan Thomas y que inspiraron el título de la revista. Originalmente esas imágenes estaban destinadas para un trabajo académico del instituto donde Varela estudiaba. El trabajo fue vetado por sus profesores pero, treinta años
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después, a modo de revancha, esas imágenes funciona como materia prima y principal motor de La vida que te agenciaste y llegan a la pantalla grande. Las imágenes -entre las que destacan la de Varela detrás del escritorio o la de Circo disertando en el medio de las vías mientras se acerca un tren- tienen poco valor en sí mismo. Borrachera, excitación, griterío atolondrado, chistes malos, bromas tontas. Poco y nada diferencia a esos jóvenes poetas con un grupo de estudiantes en pleno viaje de egresados. Y los momentos en que no se los ve en manada y pretenden decir algo sobre su condición de poetas son de una impostación tan ingenua que solo pueden despertar ternura. Pero uno de los poderes de la poesía -y que todos estos poetas supieron exprimir al máximo- es el de elevar los hechos más banales a la estatura del mito. La vida que te agenciaste intenta hacer lo mismo con estas imágenes retro. Los momentos de cierta pretensión
ficcional -Laura Wittner llena de espuma dentro de una bañera mientras se escucha en off un poema leído por ella misma o Rojo ataviado con un enterito blanco manejando un auto destartalado- son de los más débiles de la película. Sobretodo porque no encajan demasiado con la estética cruda del resto, que justamente parece deudora del ars poética de los “whiskys”. Son muchas las sublíneas narrativas que se plantean -la actualidad de los protagonistas, el rol de la mujer dentro de la revista, la maratón alcohólica que retrata el archivo- pero hay una que funciona casi como enigma central: dar con Durand. Daniel Durand es el coronel Kurtz de La vida que te agenciaste. Todos hablan de él pero no se lo ve ni se escuchan sus versos. Rastrearlo e ir en su búsqueda es un plot que sobrevuela todo el film y va creciendo hasta tomarlo por completo. Si bien Varela viaja hasta Tokio y logra entrevistar a Circo -que del adolescente seudo clon de Fito Páez pasa
a ser un personaje de Campusano extraviado en Japón- no tiene la misma suerte cuando llega hasta Filipinas donde Durand está viviéndo hace años. A esta altura es imposible no pensar en el Bolaño de Los detectives salvajes, novela cuya parte central casualmente replica la estructura del documental. En el libro dos poetas salen en busca de una vieja poeta perdida. Pero si al final los detectives salvajes del título encontraban a dicha poeta, en la película Varela no encuentra a nadie, lo que en términos dramáticos es infinitamente más poderoso y emotivo. Casas en un momento de la película dice que hay una diferencia entre la melancolía y la nostalgia. Pero justo cuando va a explicarla Varela decide cortar y pasar a otra cosa. Quizás en esa diferencia radique la clave de La vida que te agenciaste. Descubrirla queda a cargo de cada espectador. MARTÍN CAAMAÑO
CINE
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perdida FUIMOS A VER RESPIRAR UNA PELÍCULA DRAMÁTICA, TENSA E INTRINCADA, PRODUCTO DE LA VIDA DE JULIA -LA PROTAGONISTA- Y DE SU INÚTIL INTENTO DE EVITAR PÉRDIDAS. Julia está separada de Pablo y descubre que quedó embarazada. Tiene miedo de lo que pasará: se observa bajo el agua sin poder emerger en un sueño recurrente, un sueño que le quita la respiración y la sobresalta, sola en la cama. Qué puede hacer entonces, contener el aire, soltarlo y ahogarse, o ni siquiera pensar en exhalar o inhalar. Probablemente sea detenerse a reflexionar sobre su suerte, justamente el sendero más arduo, la opción de último momento, pero no se lo digamos nosotros, que sea ella quien lo decida en esa Montevideo tan fría como un cargamento de pescado congelado. RESPIRAR, a lo mejor por su forma, recuerda a aquellas películas venidas de Europa del Este durante los años ‘80. Es esa clase de películas preocupadas por contar bien su tema, o tal vez preocupadas por sugerirlo más que por narrarlo, y cuyo relato no acepta urgencias visuales sino que necesita concretar un plan en cada cuadro, un plan que puesto en marcha le da a toda la película un rigor estético que la defina como arte. Es difícil encontrar esta clase de películas hoy por hoy, ajustadas, rigurosas, conscientes, en busca de su propia belleza. El plan de Javier Palleiro (similar al de aquel maravilloso corto
llamado “Buen viaje”, co-dirigido con su actual co-productor y co-guionista Guillermo Rocamora, un corto del 2008 que participó en Cannes y sacaba partido de las rutas vacías, las cabinas de peaje y las almas a merced del viento) no es que Julia nos despierte emociones, eso sería demasiado fácil o desgraciadamente simple, sino que la película toda -temática, artística, técnicamente- nos resulte empática. Y qué es la empatía en el cine de esta época. Que se formule un relato sin retórica y que desafíe nuestra credibilidad, por ejemplo. En esta historia uno nunca está seguro de cuál será el siguiente paso que dará Julia, no por parecer extraño sino porque Palleiro prefiere presentar las contradicciones de su personaje ante una situación que no sabe resolver, en lugar de hacerle vivir una aventura de autoconocimiento y autodeterminación. Julia está perdida, y debe desandar todos los meandros en el recorrido. El camino más fácil, el que sin atajos toma muy buena parte de la cinematografía hollywoodense y aquellas que tienden a emularla, es el que evita RESPIRAR, y que consigue por fortuna esquivar a lo largo de su breve duración. RESPIRAR no es una película causal y mucho menos
casual; es el resultado de la observación de ciertos caracteres y de su puesta en marcha en un contexto de ambigua normalidad, en un país donde hay otra clase de leyes que obligan a los ciudadanos a hacerse responsables de sus actos, aunque no sepan, no puedan, no quieran o se opongan (ellos mismos o los demás) a obedecer el mandato de ser felices, como si ser felices fuera la única forma de parirnos a nosotros mismos. Carlos Diviesti
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RESPIRAR (Uruguay/Argentina, 2017). Dirigida por Javier Palleiro. Guión de Javier Palleiro y Guillermo Rocamora. Producida por Javier Palleiro, Guillermo Rocamora y Juan Pablo Miller. Fotografía y Cámara: Gerardo González. Montaje: Juan Ignacio Fernández. Arte: Mariana Pereira. Sonido: Gaspar Scheuer. Música: Santiago Bruno. Intérpretes: María Canale, César Bordón, Esteban Bigliardi, María Villar. 72 minutos.
ARTE
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mapa de situación ANNA BELLA GEIGER PRESENTA GEOGRAFÍA FÍSICA Y HUMANA, UNA MUESTRA QUE CUESTIONA LA NOCIÓN DE FRONTERA EN MÁS DE UN SENTIDO. Podríamos pensar que un mapa es la lectura de un territorio. Quizá, el guión que trazamos para la naturaleza como si nosotros no formáramos parte de ese objeto. También podemos pensar a la cartografía como un conflicto de traducción entre dos culturas, en la que una somete a la otra a sus propios parámetros sin llegar a vislumbrar lo ajeno de su cosmovisión. Geografía física y humana, de Anna Bella Geiger descentraliza la mirada para pensar un territorio al que muchos arribaron pensando solo se trataba de llegar. Pero la tierras colonizadas no pueden ser recorridas sin atravesar los intersticios de la naturaleza humana.La muestra reúne 75 obras, incluye videos, fotografías, collages, cuadernos de artista e instalaciones. De alguna manera, plantea un modo de hacer cartográfico e invita a reflexionar sobre las políticas coloniales, los estereotipos culturales, las exclusiones, los discursos impuestos por los poderes hegemónicos. Durante los procesos de colonización, los conquistadores quisieron borrar las diferencias imponiendo su cultura, lengua y visión de mundo mediante opresión, exterminios, y dictaduras. La poética de Geiger habilita la construcción de identidad que muestra las fisuras del sujeto atravesado
por un sistema colonial. De alguna manera, los mapas son un modo de conservación y lectura acerca de los hechos ocurridos en el pasado. A través de la experiencia espacio-temporal del recorrido se construye la memoria de estos pueblos tantas veces silenciados. LUZ MARCHIO
Sobre Anna bella Geiger (Río de Janeiro, 1933) Escultora, pintora, grabadora, diseñadora, artista intermedia y profesora. Con formación en lengua y literatura anglogermánicas, inicia, en la década de 1950, sus estudios artísticos en el taller de Fayga Ostrower (1920-2001). En 1954, vive en Nueva York, donde frecuenta las clases de historia del arte con Hannah Levy en el Metropolitan Museum of Art (MET) [Museo Metropolitano de Arte] y, como oyente, cursos en la New York University. Regresa a Brasil al año siguiente. Entre 1960 y 1965, participa en el taller de grabado en metal del Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro (MAM / RJ), donde pasa a enseñar tres años más tarde. En 1969, nuevamente en Nueva York, im-
parte clases en la Columbia University. Vuelve a Río de Janeiro en 1970. En 1982, recibe una beca de John Simon Guggenheim Memorial Foundation en Nueva York. (1951), el libro Abstracionismo Geométrico e Informal: la vanguardia brasileña en los años cincuenta, en 1987. Su obra está marcada por el uso de diversos lenguajes y la exploración de nuevos materiales y soportes. En los años 1970, su producción tiene carácter experimental: fotomontaje, fotograbado, xerox, video y Super-8. Se dedica también a la pintura desde la década de 1980. A partir de la década de 1990, emplea nuevos materiales y produce formas cartográficas fundidas en metal, dentro de cajas de hierro o cajones, rellenadas por encáustica. Sus obras se sitúan en el límite entre pintura, objeto y grabado.
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GEOGRAFÍA FÍSICA Y HUMANA Hasta el 3 de junio Muntref- Av. Antártida Argentina (entre Dirección Nacional de Migraciones y Buquebus) Entrada por Apostadero Naval, Dársena Norte. Martes a domingos de 12 a 20
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BARES
Doña PLAN IDEAL PARA DESPUES DEL TEATRO. PASTAS CASERAS, AMBIENTE CÁLIDO, FAMILIAR Y DE CONFIANZA PARA NO EXTRAÑAR -TANTO- A LA ABUELA.
Las esquinas de Almagro y ese queseyó: claves y puntos de encuentro para la previa o el post-función de los teatros alternativos que habitan la zona. En Bulnes y Lavalle, con el solcito del mediodía señalándome la esquina como en una presentación de varieté, aparece Doña. El Espacio es pequeño y acogedor y se mezclan caras con las que recién me he encontrado en alguna función de Espacio Callejón, tanto arriba del escenario como del lado del público. Estos espacios nos permiten romper con la ilusión en la que acabábamos de inscribirnos hasta hace un momento. Grupos pequeños, familias que debaten lo que recién han visto se disponen a la tradición dominical que tira la tanada. Salen las pastas a trote y moche y en este invierno que se avecina, uno se deja tentar por los aromas de los platos que pasan siempre cerca y el humito de la salsa que juega con nosotros a que adivinemos sus ingredientes. La cantina intenta homenajear la tradición de bodegones de la ciudad, con un ambiente familiar, comida casera, plagada de olores y saludos constantes entre las chicas que atienden y algún que otro visitante habitual. Siempre da confianza encontrar ese abrazo a lo lejos que garantiza que darán ganas de volver por la predisposición y el servicio, pero sobre todo, porque se come como en lo de la nonna. “Estamos seguros
de garantizar calidad humana.” Como buen anfitrión, Marcelo marca con esa frase la esencia del lugar: el plan es hacernos sentir cómodo, y eso se nota. “Cuando venís, ves que todos se saludan de mesa a mesa. Nadie llama <mozo> a secas, hay un ambiente familiar, de salón comedor.” El entusiasmo que transmite Marcelo, tiene su réplica en el salón colmado de gente. “Se acerca todo tipo de público, circuito de gente de teatro de lunes a lunes. En el primer horario esperamos a los grupos habituales y después de las 22:30hs nos preparamos para recibir a los que salen de las funciones y los ensayos”, nos cuenta. Pensando en Julio y las noches de invierno, le pedí a Marcelo que me arme un menú ideal: “Arrancás de entrada con berenjenas a la napolitana o pulpetines de ricota como opción caliente, o la sopresata artesanal de longaniza. Nos manejamos con pastas caseras: Raviolones de seso con estofado de peceto o la especialidad que son los Fusiles a fierrito, con albóndigas para el invierno, platos con solomillo de cerdo, también. Un día me despierto con ganas de comer Raviolones de pollo con scarparo y se cocina con esas ganas de disfrutarlo y compartirlo” Por eso lo mejor es dejarse llevar por la arenga de los pizarrones que aparecen alrededor del salón. Esta visitante es vegetariana y no se
acercó demasiado a los platos con carne pero de vez en cuando cruzaba la sala una bondiola brillante acompañada de algún vino de la bodega recomendada, casi siempre Trapiche o bodega Peñaflor. “Los vegetarianos eligen las berenjenas a la napolitana, el wok vegetariano o la ensalada doña que lleva vegetales asados, nueces y muzzarella” Los postres tienen esos colores vivos del trigo, el caramelo, el dulce de leche, en tonos amarillos brillantes, que sacian de solo verlos. “Son postres sencillo, para comer bien, disfrutar la sobremesa: Hay brownie, chocotorta y el Tiramusú servido en un copón” Como una grupie del off en el encuentro con el post de los actores que recién desarrollaban su trabajo y aquí disfrutaban de un almuerzo increíble, a puro disfrute, todos pipones y coleando. Mara Teit
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Doña Martes a Sábados 12 a 15:30hs y 20 a 00:30hs Lunes y Domingos 12 a 15:30hs Bulnes 802 Reservas 4862-9278
B/R !
BARES Y RESTAURANTES bares@revistallegas.com.ar
DOÑA
Bulnes 802, esq. Humahuaca Reservas: 4862-9278 Doña es una cantina que intenta homenajear a los grandes bodegones de Buenos Aires desde la mirada del presente, rescatando ese espiritu que nosotros recordamos de nuestra infancia.
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Musetta Caffé
Musetta Caffé. Billinghurst 894, esquina Tucumán. Información y reservas: 4867-4037. Disfrute de los mejores desayunos, meriendas, almuerzos y cenas. Martes, miércoles y jueves de 12PM a 1.30 AM. Viernes y sábados de 12PM a 2.30 AM. Domingos de 18 a 0hs. Más información en www.musettacafe.com
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Guarda la Vieja!
Billinghurst 699 esquina Guardia Vieja. Reservas: 4863-7923 Comedero & Bebedero ubicado en una clásica esquina de Almagro, con un ambiente ideal para relajarse con amigos o en pareja. Exquisitos platos caseros, picadas, tragos, cervezas, vinos y buena música para condimentar.
Doña Una pequeña cantina en una esquina del barrio de Almagro Especialidad en pastas caseras amasadas en el salón Picadas con productos artesanales Abierto de martes a sábados de 12 a 15:30 y de 20 a 00:30 hs Lunes y Domingos de 12 a 15:30 hs Bulnes 802, esquina Humahuaca, Almagro, Buenos Aires reservas al 4862-9278
Guarda la Vieja! Comedero & Bebedero ubicado en una clásica esquina de Almagro, con un ambiente ideal para relajarse con amigos o en pareja. Exquisitos platos caseros, picadas, tragos, cervezas y vinos. La música condimento ideal de la noche. No cobramos cubierto. Pago solo efectivo.
Billinghurst 699 esquina Guardia Vieja. Teléfono: 4863-7923 Abrimos todos los dias. Horario: Domingo a Jueves de 18 a 2 hs. Viernes y Sábado: 18 a 5 hs.