06 / 2018 #224 aĂąo XIII www.revistallegas.com.ar
teatro
arte bares mĂşsica letras cine noche buenos aires
224 Par de pájaros, el regreso, de y con Gabriel Paez y Charly Arzulian Viernes 21 hs. El camarín de las musas. Entrada: $280. Ibsen. Los viernes a las 21 hs. continuan las funciones de Hedda con Melina Petriella, Nayla Pose, María Abadi y Pablo Chao, en el Teatro El Brio, Alvarez Thomas 1582
OBRA DE TAPA Rocío Ruscelli
SUMARIO 4-11 TEATRO Entrevista a Lorena Vega, las obras destacas del mes y Horacio Banega nos cuenta porque hay que ver Dios en el C.C. Recoleta.
12 Buenos Aires En la previa del mundial LLEGAS dialogó con residentes extranjeros que vivirán la copa desde este lado del planeta.
14-15 LETRAS Con prólogo de Alan Pauls, Eterna Cadencia reedita la obra “Roland Barthes por Roland Barthes” donde el escritor relee su propia obra.
16 MÚSICA TBH&C lanza Tranquility
Base Hotel & Casino, el sexto disco de
estudio de la banda de Sheffield. Agenda: recomendamos del mes.
18 CINE Se estrena El
motoarrebatador, de Agustín Toscano, una reflexión
con humor sobre la marginalidad, la crisis social y los estigmas.
20-23 BARES En Colegiales, el Cultural Freire suma al barrio un espacio donde el teatro, la música y la gastronomía comulgan a la perfección.
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? QUIENES SOMOS
Editor Responsable Gustavo Gaona EDITOR DE CIERRE Ricardo Tamburrano DISEÑO Daniela Sawicki COLABORAN EN ESTE NUMERO Vera Czemerinski, Paula Boente, Martín D´Adamo, Martín Caamaño, Ximena Brennan, Ariel Argüello, Mara Teit y Luz Marchio. TIRADA DE ESTA EDICION 6000 ejemplares Publicidad: Ricardo Tamburrano (15 5958 7489, ricardotamburrano@gmail.com y teatro.llegas@gmail.com), llegás a buenos aires es una publicación mensual de distribución gratuita, Propiedad de GyH Contenidos Srl, Soler 4128, piso 3. Dpto. E, CABA. Fundada el 5 de agosto de 2004. Se distribuye en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Registro de marca 2519629. Registro de la propiedad intelectual exp. 347083. ISSN 1668 – 5326. La programación de las agendas puede sufrir cambios por parte de los organizadores. Llegás no se responsabiliza de los mismos.
teatro - entrevista lorena vega
a punto caramelo
I sebastián freire
Lorena Vega, al frente del monólogo “Encarnación Azcurra” donde representa la historia acallada de una de tantas mujeres argentinas, conversó con Llegás. Revisando el recorrido de Lorena Vega, se ve una larga línea de continuidad, persistencia y deseo que fueron guiándola hasta construir este presente que hoy se despliega tan generosamente. Acá el resumen de dos horas de charla de domingo, antes de que saliera con la bolsa de ropa recién lavada de Encarnación Ezcurra, a interpretarla en el Teatro del Pueblo. Hace tiempo que hacés dos o más obras al mismo tiempo, con lenguajes no necesariamente cercanos. ¿Cómo resonás con cada uno? -Lo que me pasó mucho tiempo es que me interesó la reflexión sobre lo teatral, la experimentación sobre el modo de decir que captura la escena. Muchas veces el motor de trabajar un registro más contemporáneo tuvo que ver con sentirme parte de esa generación con la marca actor-autor que heredamos de los actores que rompieron en los ’80: crear textos propios, pensar en que lo que se esté haciendo sea pregnante no desde el amparo del argumento. Eso en algún momento me hizo necesitar
abrirme a otras experiencias; sentía una pertenencia a colectivos muy fuertes, de sello, pero relegaba un poco alguna impronta personal. Como actriz sentí que tenía que probar más el potencial componiendo personajes, poner en juego algo no sé si más clásico, pero sí otros registros, no estar enmarcada siempre en un mismo mapa. Aquello que parecía una búsqueda de ruptura, en un momento me parece que también se empieza a conformar como el standart. No sé si era consciente, pero sí puedo entender que estaba en operación. Con el tiempo le puedo dar esta descripción. Tu trabajo en Todo tendría sentido… parece condensar la suma de esos caminos: una dramaturgia previa muy sólida, actuada con gente de tu misma escuela. Se te veía muy cómoda en ese registro. -Volví a sentir la sensación de estar haciendo algo en lo que te divertís con el equipo, pero tenés que estar muy riguroso para hacerlo. Se arma la fiesta sin sentir que uno no está traicionando o haciendo algo banal, sino defendiendo un modo de leer las cosas
con las que podés comulgar en un montón de puntos. Tampoco me ha tocado hacer una obra comercial de humor, ya viste que haría cualquier cosa… V: trabajaste con Flor de la V en tele. -Sí, lo de Flor era como un varieté que permitía todo: musical, sketch, informativo, cocina, y en vivo. A ella le gusta improvisar y yo soy bastante… no sé si estructurada es la palabra, tengo claro el recorrido en escena, pienso coreográficamente y mi personaje era la ley, policía, a la vez corrupta. Y ahí sí, actuando con un actor de cada pueblo, no-actores, figuras estrellas… ¿Cómo te llega Encarnación? -Bazzalo me mando el texto, no tenía sala, nada, “me gustaría dirigirte haciendo esto, fijate vos”. Lo leí y dije… sí. Yo le consulto mucho a Kartún, y me dijo “todo sí, hace rato que estás a punto caramelo”. Yo fantaseaba con eso, tampoco me iba a mandar “quiero hacer un unipersonal”, pero era un desafío, dije, ¿como hago para bancármela, puedo? Me resulta difícil hacer algo sola. En los equipos me siento armadora, como en vóley: en la escuela levantaba la pelota
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para que remate mi compañera. Un 5. -Mascherano, pasando, pasando. ¿Me animo a ponerme en el centro? Era un desafío personal que tiene que ver con el rebote de otras cosas que ya ni son teatrales. Y ahí tenía la zanahoria de querer hacerlo. El texto representa al mundo femenino, pero a mí me representa mucho por mi condición de morocha, de barrio marginal, de una infancia muy humilde. Mis primos y hermanos pudimos trabajar, dar vuelta la situación. De adolescente me veía como cajera de un súper, pero yo traccionaba, mi familia quería que vaya a la facultad. Mis padres tienen oficios, los hijos de los laburantes tratan de superar la marca. C: Seguís dando clases. En una carrera profesional que se expande, ¿qué función cumplen? -Fundamental. Es un espacio de intercambio que me nutre, la gente viene a entrenar. No los pongo en el lugar de alumnos, vienen a trabajar. Eso lo tengo mucho de (las clases de) Ale Catalán. Empecé con Nora Moseinco, era su asistente administrativa y me quedaba todo el tiempo, miraba las clases fascinada, decía “mirá tal cosa”. Ella me dijo “me estás haciendo una asistencia artística, blanqueémoslo”, y en un momento “ya estas para hacer tu camino sola, andate”. Le dije no, no, no, me puso muy mal, pero tenía razón, no me quedó otra que armar mi relación con las clases de otra manera que no sea con su madrinazgo. Llegue a IMPA, la fábrica estaba siendo recuperada, 2001, y decía ¿quién va a venir a clases de teatro? me voy a morir de hambre. Y fue un año de mucha gente tomando clases, había necesidad. Empecé joven, venía gente de 40 en manos de alguien de 22. Pero, salvando los prejuicios, funcionaba. En mis cursos pasan cosas, se arman, no que yo dirijo; es un espacio de encuentro poderoso, se generan alianzas, ganas, proyectos. Algo de tu energía habilita lo grupal, como si generaras un clima donde eso puede pasar. -Me pasó siempre, por eso el rol en los equipos. Creo en la fuerza de los colectivos, me parece inmenso, me gusta contribuir a eso. Pero en algún momento me fue una buena excusa para esconderme de algo que también deseaba y no estaba escuchando, o dando el espacio, o andá a saber cuantos fantasmas me hacían retirarme…
V: Encarnación… pareciera el despliegue final de esa etapa. -Yo pensé que Bazzalo iba a llevar adelante el relato, y yo le voy a poner energía, una cosa de ruptura. Entré con eso, decía “es un texto importante, a ella le pasa…, es una figura histórica”; y él me decía “mirá, en esa parte ella se ríe de eso, le parece una pavada lo que dijo”. Me empezaba a marcar cosas donde él cumplió la otra función. Cuando estás haciendo algo, mirás por los ojos del otro. Andrés me ayudó a des-solemnizar. El logro del espectáculo es grupal, pero tiene mucho que ver con un director que afina en el punto justo sin necesitar mostrarse él por delante. Después quizás a él también le pasó que pensando en una actriz, dijo “ésta la tiene que rockear” y no, yo estaba como más señorita. Eso fue en la previa, después eso se equilibró. En ese personaje único también representás a un colectivo. -A mí me representa en ese lugar, no tanto con lo femenino sino con lo colectivo, y de aparecer y no aparecer. Encarnación
Encarnación Ezcurra La actriz está allí, de cuerpo entero, sin soltar a su Encarnación en ningún momento. Visto en perspectiva, en este trabajo de Lorena Vega hay un crecimiento en belleza y ritmo, como si el tiempo hubiera estilizado su presencia. Pero Encarnación Ezcurra no es sólo una muy buena actriz, sino su puesta en escena toda, se nota cada una de las decisiones tomadas: el rojo y blanco como paleta de luz y arte, una música a medida ejecutada por una trío de cámara en vivo que dejan al pié el colchón sonoro para que el personaje levante los ojos y veamos en ellos un campo abierto, un patio de interiores o una criada. Climas, que los llaman. Un preciso trabajo de dirección que busca la síntesis sin quedarse con ganas de nada, tejido sobre un texto sustancioso, un texto argentino que conoce de causas.
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De Cristina Escofet. Dirección Andrés Bazzalo. Domingos 18 hs. Teatro del Pueblo. Av Roque Sáenz Peña 943. $250 / $220
hace todo, pone la fuerza de trabajo, de inteligencia, todo lo que tiene a su alcance para que su marido vuelva a ser gobernador como quería, y después queda oculta. Ese “no es reconocida” por cuestiones de época y miles de cuestiones que hoy siguen vigentes en relación a lo femenino, algo de eso sentía que me pasaba, me sentía de esa manera… Resonaba en tu historia personal. -Esto es para el violín… pero bueno, mi mamá cuando no había guita yo le decía “a mí no, comprale a mis hermanos”. Ya de muy chiquita como con una conciencia de la necesidad y cuál es la prioridad, esa cosa de justicia social, pero que siempre tuvo una contrapartida que es la de quedarme cada vez detrás de la puerta. Entonces en algún momento hay que hacerlo. Yo necesitaba probar, porque es mi canal de expresión, el lugar donde hablo, las actrices hablamos; entonces necesitaba desahogar un poco mas mi actuación. Vera Czemerinski
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En lo alto para siempre
Virginia trepó a la terraza y ya no quiere bajar. Hace un tiempo, su hijo Pablo se arrojó al vacío desde ahí. Ahora ella pasa los días en las alturas, ajena al frío y a las denuncias de sus vecinos. Mira todo desde arriba y se acerca al borde buscando alguna clave, mientras el recuerdo del salto mortal vuelve una y otra vez como un fantasma que no se rinde jamás. Tomando como punto de partida recortes, fragmentos de ficciones y documentos tes-
timoniales que se desprenden del universo del escritor David Foster Wallace, las escritoras Camila Fabbri y Eugenia Pérez Tomas crearon una obra hermosa y sensible que merodea en la oscuridad del suicidio. La sugerente escenografía de Mariana Tirantte, que incluye el living de la casa senihundido en agua y deja la mirada del espectador un poco por encima del horizonte habitual mirando a la terraza y al salón, es la puerta de entrada a este mundo de imá-
genes potentes, de dimensiones y perspectivas poco usuales para enfocar el dolor de lo inexplicable. Lo alto, lo bajo, lo pequeño, la inmensidad. Las directoras apelan a recursos inteligentes para contar la historia y plasmar las sensaciones. Como el flash del recuerdo de Pablo tirándose, ese latigazo punzante que obliga a cerrar los ojos. El título hace referencia a uno de los relatos más memorables del escritor estadounidense que se quitó la vida a los 46 años. El cuento narra todo lo que va percibiendo un adolescente que trepa al trampolín de una pileta pública. Esa excursión a las alturas resulta reveladora: ante el vacío saltan las preguntas de ese murmullo interior que no se detiene. La gran María Onetto encabeza el elenco de la obra, como esa madre sufriente, empecinada con quedarse ahí más cerca del cielo. Uno a uno subirán a hacerle compañía los que están y el que ya no. Para entregarse al baile o a la muerte. PAULA BOENTE Dramaturgia y Dirección: Camila Fabbri y Eugenia Pérez Tomas. Actúan: Delfina Colombo, Pablo Kun Castro, María Onetto, Marcelo Subiotto. Teatro Cervantes, Libertad 815; jueves a domingos a las 21; $180.
Ocaso
Como un súper zoom, el paisaje que nos transmite esa paz profunda desde la ventanilla de un micro de larga distancia, es
aquí el centro de una infinidad de historias cruzadas en torno al acaecer del destino de los deseos que viran incansablemente estimulados por la necesidad, de cómo los oficios irremediables se tocan con su entorno, perdiendo contacto con ese deseo primario, y cómo nos transforman de formas que no hubiésemos podido imaginar. En Rivas, que es un pueblo y es todos los pueblos, la llegada de los agrotóxicos como potenciadores productivos, enferma la tierra, y corrompe el destino de sus habitantes. La presencia de la música, nos arrastra a esa revolución de payadores perseguidos que han luchado siempre por visibilizar problemáticas sociales vinculadas a la intrusión de la mano del hombre y la tierra como identidad y como propiedad privada. El espacio por el que se mueven se expande como el tiempo del relato, como un reloj
siniestro por el que van y vienen alrededor de la tragedia del narrador que en su tónica resignada, ya ha comprendido que el mundo ha entrado en otro ritmo, naturalizando estrategias ideadas entre la ingenuidad y la ambición, un mundo nuevo como la escena cero de un cuento desolador al que cada personaje desde su historia contestará payando y así replicará contra la modernidad y la deshumanización. Mara Teit Actúan: Mario Bódega, Nacho Bozzolo, Sergio Calvo, Pablo Ragoni, Juan Tupac Soler y Cecilia Ursi. Composición y música en vivo Clara Maydana Dramaturgia Juan Ignacio González e Ignacio Torres Dirección Juan Ignacio González. Sábados 23 hs. Beckett Teatro - Guardia Vieja 3556, Abasto Localidades: $200/ $170
Domingos 18 hrs.
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Lo lindo de calzarse es pisar en cualquier lado
¿Cómo hacer pie en la inasible materia de los sueños, de los recuerdos, en los deseos, sin que nos arrastren? ¿Cómo no hundirse en el fango de las obsesiones? En el Delta, el agua sube de golpe sin que podamos anticiparnos, el entorno impone su ritmo, y nos deja atrapados en una maraña de
sentires. Ser presos de la propia naturaleza. Devenir prisioneros en la inmensidad del monte. Una pareja queda atrapada en una isla por la inundación hasta que llega el Bocha para ayudarlos a volver. ¿Volver a dónde? El Bocha conoce el camino, pero es su camino, y cada espacio explota
en fantasmas. La música opera de enlace con la cultura pop, con historias que ya parecen habernos contado una y mil veces. Los cuerpos de los jóvenes encarnan la evocación agria de la pérdida del lugareño de turno. El ecosistema como ciclo que avanza y se acomoda, así también la escenografía como un Gondry de nuestros pagos, admitiendo cualquier imagen que se proponga. El espacio se rearma a cada paso y, en plena convención onírica, se pliega a las necesidades del relato, atomizado, fragmentado. La premisa parece sólo una excusa, para entrar en la oscuridad del deseo que nunca llega a realizarse, de cómo el amor pasa pero también rescata. El amor como materia, como puente, como anclaje, para no volver a perdernos nunca más. Mara Teit Actúan: Andrés Caminos, Eugenia Blanc y Mauricio Minetti. Dramaturgia y dirección: Julián Rodríguez Rona. Martes 21hs El portón de Sanchez Sánchez de Bustamante 1034. $250
PIEL DE Cordero. Estoy acá. I mariana fossatti
Frente a un contenido de valor testimonial desgarrador, surge cierto pudor respecto al análisis de las formas. Piel de cordero. Estoy acá, más que una crítica sobre su efectividad teatral (que, en su simpleza, la tiene y funciona muy bien) merece una entrada que vaya al hueso, al corazón. Esnal se hizo piel y cargo de un tema que -aunque ocurra desde el inicio de los tiempos- hoy es de visibilidad obligatoria: el
abuso sexual a mujeres. Con un accionar potente y sencillo, poniendo en (muy bien escritas) palabras lo callado, comenzó denunciando en su red social lo que tantas no se animaban a hacer solas. Y logró, sin saberlo ni buscarlo, ayudar e incluso torcer el destino de mujeres que con lo único que contaban era con alguien que dijera “estoy acá”. Así, cuenta no su verdad, sino la verdad, la de decir “esto pasó y seguirá pasan-
do” si no lo escuchamos, si no lo decimos, si lo seguimos permitiendo. Ése es el punto en el que la obra interpela al espectador. Aquí no hay ficción, sino una ventana por la que ver actos que no pertenecen al género dramático, actos que sangran y hacen sangrar. Es difícil sustraerse de saber que cada texto está “basado en hechos reales”. El material obliga a poner su contenido delante y eriza la piel con las heridas que muestra. Es el grito una autora que, entre las varias formas de expresión que fue desarrollando (acaba de salir su libro “Estoy acá” de Grupo Editorial Sur), encuentra la mejor versión de sí dando al mundo lo que sabe hacer: poner en palabras y ayudar. No es biodrama, es drama de verdad. De eso se trata Piel de cordero. Estoy acá.: no de entrar en la farsa sino de contar, denunciar y mostrar la más pura, dura y triste realidad. Vera Czemerinski De Zuleika Esnal. Actúan: Cecilia Cósero, Antonia Demichelis y Zuleika Esnal. Dirección: Patricia Tiscornia. Lunes 20:30 hs. Patio de Actores, Lerma 568, CABA. $ 250/$ 200.-
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Dios ¿estás ahí? Horacio Banega reflexiona -como actor en la obra Dios- sobre las idas y vueltas entre el teatro y la iglesia católica para seguir indagando sobre lo real en escena. El origen del teatro se presenta de tres formas. El relato que nos dice que surgió de los rituales dionisíacos. El relato que afirma que se desprendió del culto a los muertos. El relato que nos cuenta que se manifestó cuando las tribus nómadas, alrededor del fuego, recordaban a sus muertos, enterrados en otro lado que ya habían abandonado. Durante el Medioevo y hasta el Barroco, por lo menos, los autos sacramentales celebraban, teatralmente, las Sagradas Escrituras. La misa, ritual institucionalizado del cristianismo, consiste en todo eso junto. Se reza por un muerto que resucitó, en la comunión se bebe y se come su cuerpo transustanciado en el pan y el vino, se leen textos de otros tiempos de la misma tribu. Pero la institución teatral y la institución cristiana se separaron y hace mucho que no se tocan. Hubo un evento artístico que motivó las viejas conductas de la persecución por parte de la Iglesia: el evento de la muestra de León Ferrari, condenado por el entonces Arzobispo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El evento se desarrollaba en el Centro Cultural Recoleta. Lisandro Rodríguez, en el inicio de DIOS, dice a la audiencia: queremos saber si tiene algún sentido hacer esta obra. Nos ofrece una misa distanciada, donde los espectadores pueden cantar con el coro las canciones de amor a los otros y a Jesús, mientras el corifeo (el mismo Rodríguez) y el sacerdote (quien esto escribe) conducen la liturgia, distanciadamente. El coro es la base del nacimiento del teatro, es el pueblo que quiere creer y cree. Este coro conformado por actores - cantantes que ponen una moneda en una caja para poder participar de la liturgia cristiana es fabuloso en tanto muestra una forma teatral plural, una voz plural, que despliega el contagio de la ale-
gría por un mundo mejor por venir que se anuncia en sus voces. ¿Es de verdad una misa laica pagana lo que estamos haciendo? El sacerdote puede improvisar algunos sermones, que recuerdan a los fieles los peligros del diablo y de la falta de solidaridad entre todos los presentes a la ceremonia que puede conducir a que la droga y la pornografía dominen todo. En el escenario, mientras tanto, Norberto Laino y Sofía Cobas Alé despliegan formas visuales tridimensionales cristianas. La luz de Matías Sendón torna visible lo necesario en su despliege temporal, porque la liturgia termina, pero el espectáculo no. La forma elegida por Rodríguez-LainoSendón necesita tiempo escénico particular para desplegarse en su eficacia artística. No quiero spoilear lo que sigue. Sólo permítanme decir que la escultura se piensa desde hace mucho como la forma del arte plástico más cercana a la escena teatral. Un coro, un corifeo, un performer, esculturas, espacio real congruente exactamente con el espacio escénico (la sala es la capilla del Recoleta), los escenógrafos en escena, la luz que viene de arriba, donde está el Señor. Los elementos escénicos desplegados y no meramente yuxtapuestos. La sala participa activamente de la escena, pero no los invadimos, sino que los invitamos a subir a la escena, mientras suena una música de ensueño y Mariano Speratti, mi amigo entrañable, viene con la sonrisa más grande que le vi, cantando canciones de domingo de iglesia de su primera juventud. Lisandro Rodríguez viene trabajando en varias obras anteriores y simultáneas la deconstrucción y la destrucción de lo teatral para llegar al hueso duro de roer: lo real en escena. En la función del domingo 27 de mayo, en la mitad de la función hubo
una interrupción (previamente pactada). Los delegados sindicales mostraron el desastre del despido de tres compañerxs monotributistas. Cuando hubo que seguir, el sacerdote no podía leer “Señor, enséñanos a confiar en tí”. La energía del coro afectado corría por su voz y el sentido, sentido de lo real en la escena, sentido que hace sentido al tornarse compartido efectivamente en un tiempo presente que se extiende, surgió entre nosotros como si el mismo Cristo pudiera escuchar nuestras plegarias en las que pedimos que haya justicia en la tierra. Pero también fue sólo ficción. Creo. Horacio Banega
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DIOS Centro Cultural Recoleta Domingos 17 hs. hasta el 24 de Junio. Dramaturgia y dirección: Lisandro Rodríguez Intérpretes: Lisandro Rodriguez, Norberto Laino, Sofía Cobás Alé, Juan Carlos Antón, Anabela Brogioli, Marcela Burcaizea, Dolores Cano, Delfina Dane, Pablo Dos Santos, Verónica Dragui, María Alejandra Fauquié Wefer, Zoilo Garcés, Ariel Levenberg, Verónica Litvin, Horacio Banega, Nahuel Martinez Cantó, Milagros Menendez Novali, Lola Montiel, Emilce Olguin Ramírez, Carla Petrillo, Laura Rébora, Juanchi Rojas, Cristina Sallesses, Adrián Sotelo, Amalia Tercelán, Facundo René Torres, Marcos Videla, Maritxu Villalonga, Luz Orlando Brennan.
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BUENOS AIRES
contigo en la distancia En la previa del mundial LLEGÁS dialogó con residentes extranjeros que se preparan para alentar a sus países desde este lado del mundo. Nadie puede negar que todo año par no bisiesto goza de un anclaje imposible de ignorar: el Mundial de Fútbol. 32 países disputan el torneo, y muchos cuentan con representantes viviendo en Buenos Aires. Entonces, la pregunta inevitable surge: ¿cómo es vivir el Mundial lejos de casa, y en una ciudad capaz de reorganizar su caótica rutina en función de los partidos y sus horarios? Para responder este tipo de inquietudes, consultamos a varios expatriados, quienes con mayor o menor interés por el fútbol, admitieron al unísono que el Mundial se vive de manera especial.
Cerveza con café. Diego llegó a Buenos Aires a finales del 2005 siguiendo el impulso de su corazón, enamorado de una argentina. Hacía tiempo había dejado su Colombia natal, pero nunca perdió la pasión por la selección cafetera, a la que alienta sin parar, de bar en bar, siempre con una birra fría lista para acompañar. El buen desempeño de su equipo le permite soñar, aunque sin perder la cautela: “El fútbol tiene eso, no siempre ganan los favoritos. La selección está bien, con más experiencia, pero siendo objetivo, llegar a cuartos o a una semifinal sería un gran logro para el fútbol colombiano.”
Siendo este el cuarto mundial que vive en nuestro país, parte de su corazón se tiñe de albiceleste: “Si no gana Colombia, que gane Argentina. Tengo una gran admiración por Messi y especialmente por Franco Armani, me puse muy contento cuando vi que estaba entre los 23.” Veinte años no es nada. Lohan es francés y está de intercambio por un año a través de un programa intercultural. Hincha del PSG, le gusta más jugar fútbol que verlo, “pero cuando es el Mundial sí lo miro porque es importante”, dice con su acento delator. A 20 años del único título del mundo
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que consiguió Francia, Lohan aún no había nacido, pero confía que esta vez se dará: “Espero que gane Francia, sino Alemania, Brasil e Inglaterra también tienen posibilidades”. Irán…¿a Octavos? Con esa imposibilidad de dejar de lado cuestiones ‘personales’ entre países, pero sin perder de vista que se trata sólo de un deporte, tal vez el logro más importante para una selección que nunca pasó de la primera fase, sea haber derrotado a Estados Unidos en 1998, 2 a 1. Tampoco olvidan que en la pasada edición chocaron justamente contra la Argentina de Messi, perdiendo el partido sobre la hora. “Teniendo en cuenta la trayectoria no tan vasta que tiene Irán en el fútbol y cómo se jugó ese partido fue muy importante para mí”, recuerda Arian Hosuhmand, de 35 años, y hace tiempo ya en Buenos Aires, donde parece haber captado perfectamente el espíritu del encuentro deportivo: “Vamos a verlo con otros iraníes que viven acá, cada uno se dedica a algo diferente, hay un ferretero, un peluquero, otro que trabaja en inmuebles, y yo que soy músico. Es una buena excusa para juntarse con compatriotas, fortalecer los lazos, la amistad. Lo vivo como una cuestión de alentar a mi país, no tanto por el conocimiento del fútbol sino más bien por el sentido de pertenencia.” Ceviche de Tigre. Más cerca en el mapa, los hermanos peruanos vuelven a la competencia después de su última participación en 1982. Por eso para Junior, hincha de Alianza Lima y de apenas 28 años, este va a ser el primer mundial con su selección presen-
te, y confiesa que vive sensaciones nuevas, siempre enmarcadas por la esperanza que les devolvió el Tigre Gareca: “Encontró una buena conjunción de talentos nuevos y ahora tenemos un fútbol más desarrollado, más contundente, algo que por mucho tiempo nos faltó; y aunque nos bajaron a nuestro capitán -Paolo Guerrero-, apuesto mucho por mi equipo. ¡Ya empecé con las apuestas!”, exclama Junior, quien llegó hace una década desde el norte de Perú para estudiar música y se afincó. “Por las amistades leales que te llevan a probar la pizza de Güerrín y las empanadas salteñas, las tardes de candombe en San Telmo y el asado de los domingos, sin querer me fui quedando”, cierra este chiclayano, quien elige los bares para ver el Mundial, y también para los festejos posteriores. Venganza Verde Amarelha. Al pentacampeón le tocaron el orgullo y parece dispuesto a hacer todo para sanar las heridas. “Creo que será un muy buen Mundial para Brasil. Con el recambio que hicimos de jugadores, tenemos todo para ganar. Además contamos con Neymar y Coutinho”, se jacta Tiago, de Porto Alegre pero en Buenos Aires desde hace una década, con mujer e hijos argentinos. Como buen futbolero le gusta la chicana: “Ojalá pueda festejar un Mundial acá, sería un sueño. La gente me carga y me hablan del 7 a 1, yo jodo mucho también porque les digo que son cebollitas, que nunca ganan. Hay una rivalidad increíble entre Brasil y Argentina, es algo muy distinto”, dice con un acento portugués que parece de recién llegado. “Tengo dos hijos que nacieron en Argentina, y dicen que son de Brasil,
Gremio, Argentina, San Lorenzo, Boca. Eso es porque vivimos intensamente el fútbol en casa”, describe este admirador de Garrincha. Canario del Plata. A José Jiménez, oriundo de las Islas Canarias, siempre le dijeron Ata. Con ese apodo, sería inevitable conocer, viajando por América, a una argentina que hoy es su esposa y madre de su hija. “Se puede decir que soy un emigrante por vía sentimental”, resume. Ata es muy futbolero: “Sigo pagando mi asiento en el estadio de Gran Canaria a pesar de los casi 10.000 km. de distancia.” Tampoco es que dejó de ir a la cancha: “En Argentina me gustan River y Nueva Chicago, aunque echo de menos ir a tomar cervezas con la hinchada rival después de los partidos”, algo que acá sería impensado. Haciendo gala de viejos vaticinios, se tiene fe: “El Mundial pasado dije que España no pasaba de la primera ronda y acerté, este año creo que podemos ganar. Se ha recuperado la chispa de la selección que enamoró al mundo jugando el mejor fútbol de la historia.” Al final de la charla, su simpatía se ve trastocada por un nuevo augurio: “A Argentina no la veo con posibilidades. De medio campo para atrás es un desastre y no creo que vayan más allá de octavos. Ojalá me equivoque.” Ojalá se equivoque. La suerte está echada, ahora a esperar que la pelota empiece a rodar (y se dirija una y otra vez adentro del arco de los rivales de Argentina), mientras Buenos Aires se va contagiando de la siempre ineludible fiebre mundialista. MARTÍN D’ADAMO
LETRAS
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la aventura del yo Traducida y con prólogo de Alan Pauls, Eterna Cadencia reedita la obra “Roland Barthes por Roland Barthes” donde el filósofo y escritor francés relee su propia obra. Hace unos meses Eterna Cadencia reeditó Roland Barthes por Roland Barthes, ese curioso artefacto radiactivo camuflado bajo la forma de libro. La primera pregunta que surge es qué sentido tiene reeditar un texto de 1975 que ya tuvo su traducción al castellano. Es cierto, durante mucho tiempo el Barthes por Barthes fue, quizás junto a El imperio de los signos, uno de los títulos más difíciles de conseguir del autor francés, pero sospecho que hay algo más, que ese no es el motivo principal de
esta nueva edición que además cuenta con prólogo y traducción de Alan Pauls, o sea todo un lujo. Desde sus comienzos Eterna Cadencia viene cultivando esta política editorial, lanzando al mercado obras clásicas -perfectamente conseguibles a cualquier precio y edición- como por ejemplo Madame Bovary y los Tres cuentos de Flaubert o la Obra reunida de Rulfo. Es decir que en esta decisión editorial parece haber algo más que la mera reposición de obras perdidas. Con sus nuevas traduccio-
nes estos libros piden pista para ser leídos de otro modo, a la luz encandilante y fugaz del más estricto presente. Después de todo eso es lo que convierte a estos libros en clásicos y, en ese sentido, Roland Barthes por Roland Barthes ya es también un clásico, siempre y cuando entendamos por clásico no a un monolito estanco y codificado sino un objeto intratable y rebelde que se renueva a cada época. Una de las opiniones más consensuadas acerca de este libro es que Barthes
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(el crítico) en esta oportunidad se pliega como nunca antes con la figura del autor de ficción. En su excelente prólogo a esta edición, Pauls sostiene que en Roland Barthes por Roland Barthes, Barthes consigue “la consagración como escritor, el derecho a pertenecer al campo de la literatura a secas, en pie de igualdad con cualquier poeta o escritor de ficciones”. Este extracto se lee en la contratapa, junto con otro de Pablo Gianera que reza: “Barthes encontró de un solo golpe la superación de la novela y el ensayo”. Este último tal vez le haga más justicia al espíritu del texto que el de su traductor. Hay en la aseveración de Pauls cierta preeminencia de lo literario -la poesía, la ficción narrativa- por sobre el ensayo o la crítica que resulta molesta. ¿Por qué uno tendría que estar por sobre el otro o bien legitimarlo? Es llamativo teniendo en cuenta que Barthes, como algunos de sus contemporáneos, experimentaron la crítica como una forma de ficción, inventando términos, utilizando un uso excelso del lenguaje, modificando y muchas veces ampliando de forma caprichosa sus objetos de estudios con sus lecturas. Y más llamativo es que, aunque luego se encargue de ponerlo en contexto, el que haga hincapié en esto no sea otro Pauls -sin dudas el traductor ideal para Barthesdeudor como nadie de esta forma de concebir no digamos ya la crítica o la ficción sino la escritura misma y que justamente del Barthes por Barthes parece desplegarse su producción luego de la novela El pasado: La vida descalzo, Las tres historias (del llanto, del pel0, del dinero) y el reciente Trance, que comparte con el Barthes por Barthes gran parte de su estructura. Si hay algo a lo que nos enfrenta hoy la nueva edición de este libro es su carácter esquivo con respecto a cualquier encasillamiento genérico. Compuesto de fragmentos dispuestos alfabéticamente encontramos en cada página destellos de crítica, de memorias, de diario, de novela, de poesía, de autoreflexión. Fragmentos que reunidos conforman un todo con un nivel de indeterminación no sólo entre los géneros sino también entre verdad y ficción, entre realidad e imaginación, entre invención y recuerdo que lo vuelve completamente actual. Un libro de 1975 que viene del pasado para dilapidar nuevamente no solo la supuesta novedad sino la mera categoría
de la llamada literatura del yo. Este libro extraño y extraordinario nace de un encargo. Fue concebido para formar parte de la colección Escritores de siempre que por primera vez aportaba la novedad de que esa premisa un poco engañosa -”tal escritor por él mismo”- se volviera verdaderamente explícita y no solo un slogan. El resultado es un libro que además de trascender con creces la colección resignifica toda la obra de su autor. Precisamente uno de los hallazgos del prólogo de Pauls es detectar que en Barthes por Barthes la sentencia con que culmina “La muerte del autor” -“el nacimiento del lector debe pagarse con la muerte del Autor”- gana una nueva significación, ya que ahora la figura del autor reaparece (o mejor sería decir renace), cual zombi, para plegarse con la del lector. Escribe Pauls: “Ha vuelto el autor, en efecto, pero ha vuelto en otra posición (se podría decir: dado vuelta): como lector, y como lector de sí mismo”. En efecto, Barthes se toma a sí mismo como único objeto de estudio, al igual que ya lo hizo con Michelet, con Racine, con Sade, con la fotografía, con la moda o con las costumbres de la vida burguesa francesa. Y en ese programa cabe tanto su obra como su propia vida, su historia personal y su cotidianeidad, sus obsesiones y sus debilidades, en resumen todo aquello que lo constituye llevando al paroxismo la idea de biografía intelectual. Como bien se encarga de aclarar, en este libro Barthes no se comenta (“¿Qué aburrimiento!”) sino que se re-escribe. Barthes por Barthes abre con una advertencia: “todo esto debe ser considerado como dicho por un personaje de novela”. Es el distanciamiento necesario para que Barthes mismo y también aquello que escribió y que escribe sea permeable de análisis. Luego pasa al estudio de algunas fotografías personales que, a modo de introducción, ponen de manifiesto el carácter intimista -pero no por eso menos riguroso y preciso- de lo que vendrá a continuación. Lo que sigue son los fragmentos en cuestión en los que Barthes va repasando tanto detalles de su vida -su rutina, una conversación con la panadera, una carta recibida, un temor, una escena en el tren, una lista de gustos- como de los distintos “momentos” de su obra. Como si fueran
personajes de una historia este libro tiene un antagonista y tiene también un Dios. El antagonista es la doxa, el enemigo número uno del autor, “la Opinión pública, el Espíritu Mayoritario, el Consenso pequeñoburgués, la Voz de lo Natural, la Violencia del prejuicio”, que aparecerá recurrentemente en el texto y que el texto mismo se propone combatir denunciándolo siempre que pueda: “la Doxa es un objeto malo porque es una repetición muerta, que no viene del cuerpo de nadie -sino, quizás, precisamente, del cuerpo de los Muertos”. Y, por su parte, el Dios, la religión, del Barthes por Barthes es su capacidad constante de reflexionar sobre y contra sí mismo, sobre su propia condición y sus propios límites: “la sustancia de este libro es, pues, totalmente novelesca (...) una novela sin nombres propios”, “este no es un libro de confesiones”, “este libro no es el libro de sus ideas; es el libro del Yo, el libro de mis resistencias a mis propias ideas”. Todo esto bajo el rigor de un leguaje que se metamorfosea a cada instante: Barthes pasa, a veces en una misma frase, a hablar de sí mismo en tercera persona, en primera o a llamarse con sus iniciales. Por último, Barthes por Barthes, como todos los grandes libros, modifica a sus lectores. Les afila la percepción, les agudiza el pensamiento. Durante y después de su lectura incita, con la potencia de un virus o una droga, a leer la realidad entre líneas, estimula a encontrar el revés de cada cosa y obliga a no dar nunca nada por sentado. MARTÍN CAAMAÑO
ROLAND BARTHES POR ROLAND BARTHES
Traducción y prólogo de Alan Pauls Eterna Cadencia
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MÚSICA
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Imperdibles de JUNIO
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Viernes 1
Dos de las bandas más reconocidas de la escena del indie local se presentan en una noche imperdible. Después sigue la fiesta musicalizada por los djs residentes. En Niceto Club, Niceto Vega 5510, desde las 00.00 hs.
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Martes 5
el lado oscuro de la luna TBH&C lanza Tranquility Base Hotel & Casino, el disco en el que los fantasmas de su líder Alex Turner recorren las habitaciones de un lujoso y solitario resort. Tras cinco años de silencio discográfico, la banda comandada por el frontman Alex Turner regresa para invitarnos a viajar al futuro. Es que TBH&C no es más que una distopía musical que utiliza al piano como máquina de tiempo. Cruzando los lenguajes de Stanley Kubrick, Jean Pierre Melville, R.W.Fassbinder y George Orwell, entre otros, Turner recrea el imaginario del submundo de Las Vegas mudándolo a un complejo turístico situado en la luna. Junto con el Steinway que le regalaron para su cumpleaños número treinta aterrizó en Turner la obsesión de crear un disco con un instrumento hasta entonces para él desconocido. Pero el pasaje al piano no fue gratuito. Turner decidió representar el cambio de piano por guitarra en la transformación de rockstar y guitar hero de multitudes a crooner fracasado, personaje bukowskiano al que ya le ha pasado la hora y que canta para un puñado de personas en un hotel de poca talla todas las noches. “He cantado para audiencias más calladas antes” esgrime con melancolía en “One point perspective.” Siempre con un tono desolador el narrador de las once canciones del disco toma la palabra para denunciar hábitos de una sociedad viciada por la televisión y los celulares. En el mismo orden que Black Mirror o Player piano de Kurt Vonnegut, la poética distópica de Turner nos interpela al presentar personajes grises que sólo miran pantallas, viven pegados a lo que muestra la TV y trágicamente
no se relacionan entre sí. “Los avances tecnológicos realmente logran excitarme” propone irónicamente (o no) uno de los personajes en “TBH&C”, el homónimo del disco. En líneas generales podría decirse que el sonido de “TBH&C” recuerda mucho a The Last Shadow Puppets, proyecto que Turner comanda con su amigo Miles Kane(ex The Rascals) y con el que ya lleva editados dos discos. Aun así, y como nunca antes, la banda tiene la plasticidad y madurez justa para recrear ambientes sonoros con exactitud, mutando así en los Beach Boys de Pet Sounds (“The World’s First Ever Monster Truck Flip”) como también en los Beatles más pesados (“She looks like fun” con un solo a lo Harrison imperdible) y concluyendo en “The Ultracheese”, donde pareciera que finalmente diéramos con el paradero de Elvis. Es además la primera vez en la que Turner ha grabado voces desde su estudio casero. La mezcla evidencia esto, dándole un toque más humano al disco (en sintonía con lo que propone desde las letras). La identidad escapista que caracteriza a los Monkeys (esta vez, para dejar atrás el fenómeno AM se tuvieron que trasladar a la luna) sigue intacta y este lanzamiento será sin dudas uno de los mejores del año. Y si no lo notaron: el disco tiene once canciones y salió un once de mayo, ¿les suena Apollo 11? Que disfruten del viaje.
Ariel Argüello
Uno de los integrantes de Major Lazer se presentará en el marco de la fiesta Hype. Con más de 15 años de experiencia, The Jillionaire ha creado un sonido único que mezcla el indie dance y el big room house con los ritmos caribeños de soca y dancehall. En Kika club (Honduras 5339) desde las 23.50 hs.
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Viernes 8
La ya mítica banda de los ex Doris y Michael Mike vuelve a tocar en Capital, prometiendo como siempre un espectáculo donde la química con su público es algo para no dejar de ver. En Niceto Club, Niceto Vega 5510, desde las 20 hs.
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Viernes 22
Uno de los nuevos nombres de la escena sigue dando que hablar con un show, como siempre, diferente. Con una puesta escenográfica enriquecedora y unos pasos de baile envidiables, Louta propone una noche a puro baile y disfrute. En Niceto Club, Niceto Vega 5510, desde las 21 hs.
Para principiantes o con poca experiencia.
CINE
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el buen ladrón El motoarrebatador, de Agustín Toscano, una reflexión con humor sobre la marginalidad, la crisis social, los estigmas y la delincuencia. Estreno 7 de junio. Con Los Dueños (su debut cinematográfico en co-dirección con Ezequiel Radusky y Mención Especial del Jurado en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes 2013), Agustín Toscano volvió a presentarse en el consagrado Festival este año, en la prestigiosa Quincena de Realizadores, esta vez dirigiendo en solitario: El Motoarrebatador (2018), filmada íntegramente en Tucumán y con una muy buena factura técnica, estrena en salas comerciales de Argentina este 7 de junio. El personaje protagonista, y en quien se deposita buena parte de la carga dramática del film, es Miguel (el actor tucumano Sergio Prina), un ladrón de poca monta que arrastra por la calle a una mujer que sale del cajero (la también local Liliana Juarez) para robarle la cartera. Miguel parece arrepentido e intenta redimirse. A partir de allí, visita a la señora en el hospital como el principio de un vínculo muy especial que veremos desarrollarse profundamente a lo largo de la película. Pero ¿qué nos sugiere el título “El Motoarrebatador”?. Agustín Toscano tejió su relato ficticio basado en un hecho real: hace 10 años su madre vivió la misma experiencia con dos motoqueros en la calle. A pesar de que encarar un tema de esta índole, sin
duda, supone un drama de tinte social, el director no hace caer al ladrón en el estigma, el prejuicio, las discusiones morales, ni traza la línea divisoria entre víctima y victimario; sino que construye el relato también desde la comedia, y hasta evita vincular a Miguel con otros delincuentes de su grupo, convirtiéndolo claramente en “el diferente”. Esto trastoca los clichés y hace de ésta una historia más liviana, digerible y lejana al término acuñado –ya clásico- “Motochorro”. A pesar de esta liviandad (cuestionable o no), lo que sí muestra Toscano es una radiografía de la periferia de la provincia de Tucumán (la ciudad más pequeña y superpoblada de Argentina), donde, según se relata, en 2013 la policía estaba en huelga, sus habitantes se alzaron en contra de la inseguridad linchando a los motoqueros y otros ingresaban de prepo a los comercios para hacer saqueos. Cualquiera diría que esta historia transcurre en el 2001. La crisis social, la violencia y la tensión rodean todo el tiempo el vínculo afectivo entre los personajes, que son más parecidos de lo que creen: ambos caminan buscándole un sentido a sus vidas y son marginados (él por ser un ladrón y ella por ser pobre y estar absolutamente sola). Allí es donde tiene lugar cierta ternura, el humor
y la empatía (entre ellos y por parte del espectador). Y donde, quizá, se empiece a admirar realmente a la película en vez de juzgar. Es interesante que aparezca ahora en cartelera El Motoarrebatador. En estos momentos en los que la inseguridad sigue siendo uno de los grandes temas en boga, la película de Toscano viene a reflexionar sobre algunas cuestiones y a representar “la penosa y violenta lucha de clases entre personas de la misma clase”, según califica el director a lo que ocurrió en su provincia natal, pero que puede aplicarse tranquilamente a todo el país. Es imposible permanecer indiferente ante films como éste, el cual seguramente genere opiniones encontradas y aliente debates intensos. XIMENA BRENNAN
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Info de interés FB:
www.facebook.com/elmotoarre-
batador/ TW: @motoarrebatador Instagram: www.instagram.com/rizomafilms/
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BARES
el equilibrio justo En Colegiales, el Cultural Freire suma al barrio un espacio donde el teatro, la música, las artes visuales y la gastronomía comulgan a la perfección.
En Colegiales, en plena explosión de las cervecerías artesanales, un espacio ofrece la posibilidad de conectar una propuesta gastronómica interesante, un bar fresco con buena música y buena onda con el mundo del arte y la cultura. “Cultural Freire es un espacio para compartir Cultura” arranca Fer, quien va a contarnos acerca de este espacio recién nacido a fines de 2017 y que cada día crece y se expande en propuestas y en inscripción dentro del barrio y del recorrido de la zona. “La gente que viene con la idea de ver una obra de teatro, banda, expo, etc, se sorprende al encontrarse también con un bar para recibirlos cómodamente y esperar el espectáculo, comiendo a la carta, con rica cerveza y acompañados de buena música sonando.” El Bar Cultural Freire cuenta con cervezas artesanales e importadas de la mejor calidad, gracias al apoyo de Cerveca Odín. La carta ofrece hamburguesas de la casa con pan casero y combinadas “a lo Freire” con cebolla caramelizada, rúcula, morrón asado, entre otros. También comidas rápidas como rebozados, papas de todo tipo, pizzas deliciosas para compartir en grupo; y no olvidemos las opciones Veganas del Menú, para que todos puedan disfrutar de una noche cultural con total satisfacción. “Trabajamos para que el ambiente distendido y buena onda del Centro Cultural contagie todo nuestro espacio; para que
puedas ver excelentes propuestas culturales, con una birra en mano, disfrutando del encuentro y la experiencia. La idea es vivir cada noche una experiencia diferente, compartiendo múltiples expresiones artísticas, acompañadas del encuentro en el bar. Cuando terminan los espectáculos, se arma un clima de festejo a la cultura entre los artístas y el público, como a su vez los clientes habitues y pasajeros.” Con capacidad para 120 personas, la sala del Cultural cuenta con toda la técnica de sonido y luces, gradas y butacas movibles, y todo lo necesario para convertirse en un espacio multifunción donde ejecutar las obras de teatro o cualquier hecho artístico de la mejor manera, sin dejar de ser una sala independiente con la calidez que ello requiere. Aquí radica su particularidad. Quienes se encargan de la sala, son artistas que han compartido un camino en común, muchos sueños vinculados a la puesta de un espectáculo en escena y que saben de las necesidades que tiene un artista no sólo en la producción del arte que se preparan para compartir, sino también del circuito íntimo que acompaña la tertulia y que desea luego un lugar desarticulado donde seguir proyectando entre charlas y devoluciones, hasta que las velas no ardan. “CULTURAL FREIRE es un espacio donde todo se fusiona y se mezclan sen-
saciones. Donde compartir el Arte y la Cultura es la clave para disfrutar de una buena tarde, noche o mañana… Donde el encuentro social y cultural genera la mística buscada, entre el teatro, la música, la danza, las artes visuales, el bar, la cerveza, la gastronomía… Todo generando una atmósfera con el aire lleno de buena onda y energía.” Como decía justamente Paulo Freire, “todo encuentro enriquece, porque todos sabemos algo, todos enseñamos algo, todos estamos listos para aprender siempre.” Que sea este espacio un lugar para compartir cultura, sumar anécdotas, intercambiar reflexiones y experiencias, y ser así, mejores personas. Mara Teit
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Cultural Freire Bar y Centro cultural multidisciplinario. Cervecería artesanal y gastronomía casera. Horario Lunes a Domingos de 17 a 2:00 (Jueves, viernes y sábado se extienden hasta más tarde) Freire 1090 / Zabala 3116
B/R !
BARES Y RESTAURANTES bares@revistallegas.com.ar
DOÑA
Bulnes 802, esq. Humahuaca Reservas: 4862-9278 Doña es una cantina que intenta homenajear a los grandes bodegones de Buenos Aires desde la mirada del presente, rescatando ese espiritu que nosotros recordamos de nuestra infancia.
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Musetta Caffé
Musetta Caffé. Billinghurst 894, esquina Tucumán. Información y reservas: 4867-4037. Disfrute de los mejores desayunos, meriendas, almuerzos y cenas. Martes, miércoles y jueves de 12PM a 1.30 AM. Viernes y sábados de 12PM a 2.30 AM. Domingos de 18 a 0hs. Más información en www.musettacafe.com
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Guarda la Vieja!
Billinghurst 699 esquina Guardia Vieja. Reservas: 4863-7923 Comedero & Bebedero ubicado en una clásica esquina de Almagro, con un ambiente ideal para relajarse con amigos o en pareja. Exquisitos platos caseros, picadas, tragos, cervezas, vinos y buena música para condimentar.
Doña Una pequeña cantina en una esquina del barrio de Almagro Especialidad en pastas caseras amasadas en el salón Picadas con productos artesanales Abierto de martes a sábados de 12 a 15:30 y de 20 a 00:30 hs Lunes y Domingos de 12 a 15:30 hs Bulnes 802, esquina Humahuaca, Almagro, Buenos Aires reservas al 4862-9278
Guarda la Vieja! Comedero & Bebedero ubicado en una clásica esquina de Almagro, con un ambiente ideal para relajarse con amigos o en pareja. Exquisitos platos caseros, picadas, tragos, cervezas y vinos. La música condimento ideal de la noche. No cobramos cubierto. Pago solo efectivo.
Billinghurst 699 esquina Guardia Vieja. Teléfono: 4863-7923 Abrimos todos los dias. Horario: Domingo a Jueves de 18 a 2 hs. Viernes y Sábado: 18 a 5 hs.