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DESARROLLO URBANO Y CIUDADES MEDIAS URBAN DEVELOPMENT AND INTERMEDIATE CITIES MAYO 2016 / NÚMERO 33 ISSN IMPRESA: 0717-3997 ISSN ELECTRÓNICA: 0718-3607 REVISTA DEL DEPARTAMENTO DE PLANIFICACIÓN Y DISEÑO URBANO / UNIVERSIDAD DEL BÍO - BÍO / CONCEPCIÓN / CHILE
DIRECTOR/director SERGIO BAERISWYL RADA / Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. sbaeriswl@ubiobio.cl EDITOR/editor IGNACIO BISBAL GRANDAL / Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. ibisbal@ubiobio.cl
DEPARTAMENTO DE
PLANIFICACIÓN Y DISEÑO URBANO
PRODUCCIÓN EDITORIAL/ editorial production team MARÍA ISABEL LÓPEZ MEZA / Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. IVÁN CARTES SIADE / Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. AARÓN NAPADENSKY PASTENE / Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. IRENE PÉREZ LÓPEZ / Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. ALFREDO PALACIOS BARRA / Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. COORDINACIÓN EDITORIAL/assistant editor THERESA ST JOHN / Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. tstjohn@ubiobio.cl DIRECTOR DE ARTE/art director NICOLÁS SÁEZ GUTIÉRREZ /Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. nicosaezg@gmail.com COMITÉ CIENTÍFICO EDITORIAL/editorial board ANTONIO DAHER. Pontificia Universidad Católica de chile. Chile FAGNER DANTAS. Sociedad Brasileira de Urbanismo. Brasil HUMBERTO ELIASH. Universidad de Chile. Chile HANS FOX TIMMLING. Universidad de Santiago de Chile. Chile DANIEL GONZÁLEZ. Universidad de Guadalajara. México ROBERTO GOYCOOLEA PRADO. Universidad de Alcalá. España CRISTINA MALFA DEL GROSSO. Programa Casco Histórico de Buenos Aires. Argentina ALFREDO RODRÍGUEZ. Corporación Sur Profesionales. Chile PAULINA SCHIAPPACASSE. Universidad de Chile. Chile EDUARDO SOUSA. Universidad Autónoma de Nueva León. México JORGE INZULZA. Contardo Universidad de Chile. Chile ELISA CORDERO JAHR. Universidad Austral de Chile. Chile DIAGRAMACIÓN/layout IGNACIO A. SÁEZ ARANEDA ignaciosaezaraneda@gmail.com TRADUCCIÓN AL INGLÉS/English translation THERESA ST JOHN / Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño, Universidad del Bío - Bío. tstjohn@ubiobio.cl CORRECCIÓN DE ESTILO/proofreader OLGA OSTRIA REINOSO GESTIÓN WEB/webmaster KARINA LEIVA SECRETARÍA/administration SUSANA M. ARAYA ECHÁIZ IMAGEN DE PORTADA/cover image GUAYAQUIL, 2015. ROCIO JARA FIGUEROA INDEXACIONES/indexation Latindex, RedALyC URBANO forma parte de ARLA, Asociación de Revistas Latinoamericanas de Arquitectura
EDITORIAL
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HABITAT Y ECOLOGÍA DE LA POBREZA HABITAT AND ECOLOGY OF POVERTY
Antonio Daher Alejandra Sandoval
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VALDIVIA Y SU EVOLUCIÓN POST-TERREMOTO 1960: ENFOQUES, FACTORES ESCALARES Y CONDICIONANTES THE EVOLUTION OF VALDIVIA AFTER THE EARTHQUAKE OF 1960: APPROACH, SCALARS FACTORS AND DETERMINANTS
Daniel Espinoza Guzmán Antonio Zumelzu Scheel
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DE CIUDAD MEDITERRÁNEA A METRÓPOLIS COSTERA, EL CASO DE GRAN LA SERENA FROM MEDITERRANEAN CITY TO COASTAL METROPOLIS, CASE OF GREAT LA SERENA
Alejandro Guillermo Orellana Mc Bride María Macarena Díaz Zamora María Teresa Fierro Page
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ESTUDIO DEL FENÓMENO DE CENTRALIDAD URBANA MEDIANTE UNA METODOLOGÍA SISTÉMICA APLICADA A LA DINÁMICA ESPACIAL DE UN ÁREA METROPOLITANA. EL CASO DE MENDOZA, ARGENTINA. A STUDY OF THE URBAN CANTRALITY PHENOMENON USING A SYSTEMIC METHODOLOGY APPLIED TO THE SPATIAL DYNAMIC OF A METROPOLITAN AREA: THE CASE OF MENDOZA, ARGENTINA.
Natalia Porro Alejandro Mesa
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PAUTAS PARA EL RECICLADO MASIVO DE LA ENVOLVENTE EDILICIA RESIDENCIAL GUIDELINES FOR MASSIVE RECYCLING OF THE RESIDENTIAL BUILDINGS ENVELOPE
Carlos A. Díscoli Irene Martini Graciela M. Viegas Dante A. Barbero Lucas G. Rodriguez
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MORFOLOGÍA URBANA Y COMPORTAMIENTO TÉRMICO DE CANALES VIALES. DESARROLLO DE UN MODELO PREDICTIVO PARA TEMPERATURAS MÁXIMAS URBAN MORPHOLOGY AND THERMAL BEHAVIOR OF URBAN CANYONS. DEVELOPMENT OF A PREDICTIVE MODEL FOR MAXIMUM TEMPERATURES
María Belén Sosa Erica Correa María Alicia Cantón
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EDITORIAL Editorial IGNACIO BISBAL GRANDAL 1 El aporte de la investigación científica en torno a la conferencia Hábitat III en el contexto de las ciudades medias
La conferencia Hábitat III, convocada por Naciones Unidas en Quito y que cuenta a Chile entre las naciones organizadoras, constituye un hito histórico en la reflexión sobre el proceso urbanizador que se desarrolla mundialmente. El fenómeno urbano se enfrenta actualmente a una serie de retos que centran la discusión tanto en el ámbito global como el panorama nacional. Estos son: la reducción de la pobreza, la segregación y la desigualdad; la mejora de la calidad de vida y la vivienda; la mejora de la resiliencia urbana y la reducción de riesgos; la mejora de la gobernanza y la participación ciudadana en el desarrollo territorial; finalmente, la sustentabilidad de los procesos urbanos. Todos ellos aparecen destacados de un modo u otro en la formulación de la Política Nacional de Desarrollo Urbano que se ha desarrollado en Chile, donde también se ha añadido el patrimonio como elemento de discusión. La adopción de estrategias de carácter multiescalar y multisectorial, junto con el favorecimiento de procesos descentralizadores en la toma de decisiones constituyen elementos centrales en la implementación de esta política, la cual se desarrolla en cinco ejes: integración social, gobernanza, patrimonio, desarrollo económico y equilibrio ambiental. La investigación científica cumple un papel crucial en la comprensión del fenómeno urbano y la descripción de las consecuencias ecológicas sociales y económicas que tiene sobre el territorio. También desarrolla un rol fundamental en el seguimiento de políticas urbanas y propuestas de acción a diferentes escalas. En el número 33 de Urbano se recogen gran parte de las inquietudes formuladas en los foros y documentos vinculados a la conferencia Habitat III y se continúa apostando por la investigación multidisciplinar en el contexto de las ciudades intermedias y las regiones. Así, el artículo de Antonio Daher y Alejandra Sandoval Hábitat y ecología de la pobreza, incide en la relación existente entre la degradación social y ambiental dentro del panorama de la pobreza urbana. Una segunda línea de artículos se centra en el desarrollo urbano y sus consecuencias económicas, ecológicas y sociales: el texto de Daniel Espinoza y Antonio Zumelzu Valdivia y su evolución post-terremoto 1960: enfoques, factores escalares y condicionantes, se centra en el caso de Valdivia, Chile, como ejemplo paradigmático de los procesos de degradación ambiental y segregación vinculados al proceso de expansión urbana de ciudades intermedias. El estudio de la evolución de la ciudad intermedia también se encuentra en el trabajo que realizan Orellana, Díaz y Fierro en De ciudad mediterránea a metrópolis costera, el caso de Gran La Serena, el cual contiene un enfoque morfológico sobre el proceso de desarrollo urbano, estableciendo la relación entre forma urbana y agentes productores. La tercera línea de artículos se centra en el desarrollo de metodologías comprensivas y sistémicas que permitan orientar políticas urbanas. En el Estudio del fenómeno de centralidad urbana mediante una metodología sistémica, aplicada a la dinámica espacial de un área metropolitana. El caso de Mendoza, Argentina, Natalia Porro y Alejandro Mesa proponen una metodología de estudio de la movilidad en un sistema urbano –ejemplificado en Mendoza y su área metropolitana- que “permite identificar, jerarquizar y visualizar el abanico de factores intervinientes, facilitando la compresión de la dinámica espacial de un área metropolitana”. Por otro lado, Díscoli, Martínez, Viegas, Barbero y Rodríguez desarrollan en su artículo Metodología desarrollada para el mejoramiento de la eficiencia energética residencial a partir del reciclado masivo de su envolvente edilicia en la ciudad de La Plata, Argentina, pautas de reciclado de la envolvente de edificios residenciales en sectores urbanos – ejemplificados en La Plata, Argentina- con el fin de mejorar la eficiencia energética del conjunto urbano. Finalmente, Sosa, Correa y Cantón estudian en Morfología urbana y comportamiento térmico de canales viales. Desarrollo de un modelo predictivo para temperaturas máximas el efecto isla de calor urbano y su reducción mediante variantes morfológicas en el caso de canales viales urbanos en Mendoza, Argentina.
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Departamento de Planificación y Diseño Urbano, Universidad del Bío - Bío, Avda. Collao 1202, Concepción, Chile, 4051381 ibisbal@ubiobio.cl Figura 1
Isla Santa María, 2013. Ignacio Bisbal Grandal
EDITORIAL IGNACIO BISBAL GRANDAL REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.05 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
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Enviado: 04-04-2016 Aceptado: 13-06-2016
HABITAT Y ECOLOGÍA DE LA POBREZA ANTONIO DAHER, ALEJANDRA SANDOVAL REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.06 - 13 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
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HABITAT Y ECOLOGÍA DE LA POBREZA THE HABITAT AND ECOLOGY OF POVERTY
ANTONIO DAHER 1 ALEJANDRA SANDOVAL 2
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Profesor Titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile Investigador asociado del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS, CONICYT/FONDAP 15110020, adaher@uc.cl
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Programa de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile aesandoval@uc.cl
No existe solo una geografía de la pobreza, también una ecología de la pobreza. La pobreza se ha urbanizado proporcionalmente más que la población, y la ecología de la pobreza ha conformado ecosistemas metropolitanos marcados por la adaptación para sobrevivir. En ellos, la degradación social se correlaciona con la degradación ambiental. El artículo trata de la ecología humana, la ecología de la pobreza y el hábitat de los pobres. No casualmente entre los primeros modelos urbanos están los basados en la “ecología humana”, sosteniendo que la segregación social es también ecológica. Y actualmente la vivienda y los servicios básicos, mayoritariamente urbanos, son variables relevantes en la medición de la pobreza multidimensional. En la ecología de la pobreza, la especie humana, la más protegida legalmente, resulta habitualmente la más depredada por su propia especie, como recurso sobreexplotado o subutilizado, fluctuando entre mercancía y cesantía. Los pobres, segregados y exiliados extramuros de la ciudad, habitan en áreas de riesgo ecológico, con densidades y promiscuidades patológicas, en relaciones ecosistémicas críticas social y ambientalmente. Son lugares estigmatizados y poblaciones discriminadas que sobreviven en condiciones suburbanas, peor aún, infraurbanas e infrahumanas.
Palabras clave: hábitat, ecología, pobreza, degradación, desigualdad.
There is not only a geography of poverty, but also an ecology of poverty. Proportionately, poverty has become more urbanized than population, and ecological poverty has formed metropolitan ecosystems marked by survival adaptations, in which social and environmental degradation correlate. This article discusses human ecology, ecological poverty and the habitat of the poor. Not coincidentally, among the top urban models are those based on “human ecology”. They argue that social segregation is also ecological and nowadays housing and basic -mainly urban- services are relevant variables in measuring multidimensional poverty. In ecological poverty, the human species, which has the greatest legal protection, is usually the most preyed upon by its own species; as an overexploited or underused resource, it fluctuates between merchandise and unemployment. The poor, segregated and exiled from the city, live in ecologically risky areas, with pathological density and cohabitation, in socially and environmentally critical ecosystemic relationships. These are stigmatized places and discriminated populations that survive in suburban and even worse, sub-city and sub-human conditions. Key words: habitat, ecology, poverty, degradation, inequality
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INTRODUCCIÓN
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En los años ‘60 y ‘70 se realizaron publicaciones que buscaban “las causas básicas de la degradación ambiental en el crecimiento de la población global y en la concomitante expansión de la producción industrial, sin distinguir entre los pobres y los ricos…” (Tetreault, 2008, pág. 57). En los años ochenta se comenzaron a construir modelos que relacionaban la pobreza con la degradación ambiental. En el Informe Brundtland se estableció la relación recíproca entre pobreza y degradación ambiental, indicando que la pobreza degrada el medio ambiente pero a su vez la pobreza también puede ser efecto de y estar afecta por la degradación ambiental (Tetreault, 2008). A esta relación recíproca entre pobreza y medio ambiente se debe sumar el ritmo de crecimiento poblacional, en especial en las áreas urbanas de los países en desarrollo, sin una adecuada planificación, ciertamente un problema social grave (Davis, 2004) que acentúa aún más las desigualdades e injusticias sociales. En la actualidad, la crisis económica generalizada ha inducido una mayor “polarización”, debido a la acumulación de la riqueza en manos de algunos, mientras se produce una creciente precarización de vida de la mayoría, contribuyendo a generar más desigualdad (del Moral Ituarte, 2013). En veinte años de globalización se “han reforzado las desigualdades preexistentes, concentrando la riqueza y el poder en unos pocos territorios, empresas y grupos sociales, frente a la exclusión o la escasa participación en los beneficios de otros muchos» (Méndez, 2008, pág. 256). Piketty (2014) ha verificado que la desigualdad en el mundo sigue creciendo y el capital continúa concentrándose cada vez más en pocas manos, resultado al que se llega incluso sin considerar la evasión en la declaración de bienes e ingresos. El 8 de octubre del 2014, el Banco Mundial (BM) junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) evaluó los avances en los objetivos de desarrollo del milenio, entre los que figuran los relacionados con la reducción de la pobreza. El comunicado del BM-FMI señala la necesidad de “trabajar mucho más para terminar con la pobreza” y así acortar la brecha existente entre los estándares de vida 3. El BM se ha puesto como meta terminar con la pobreza extrema y lograr una prosperidad equitativa. “El mundo ha avanzado sustancialmente en reducir la pobreza –disminuyó de manera impresionante en dos tercios– en los últimos 25 años, y ahora tenemos la oportunidad de ponerle fin totalmente en menos de una generación”, sostuvo el presidente del BM, Jim Yong Kim. “Pero no terminaremos nuestra labor a menos que encontremos la manera de reducir la desigualdad, que persiste obstinadamente en todo el mundo. La visión de un mundo más igualitario significa que tenemos que encontrar maneras de repartir la riqueza con los miles de millones de personas que casi no tienen nada”4.
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La pobreza extrema - situación que afecta a las personas que tienen un ingreso menor a US$1,25 diario- se ha reducido considerando que entre 1990 y 2010 el porcentaje cayó al 22%, lo cual significa que 700 millones de personas menos vivían en pobreza extrema. En el año 2011, la pobreza era padecida por un poco más de 1000 millones de personas (14% de la población mundial), mientras que en el año 2008 la cifra era de 1200 millones (19% de la población mundial). Esta cifra seguirá elevada en las regiones del sur de Asia y África: en 2011, estas dos zonas sumaban 814 millones de los 1000 millones de pobres en el mundo (Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas, 2014). Recientemente se ha realizado un nuevo tipo mediciones de la pobreza, incluyendo varias dimensiones sociales adicionales al ingreso monetario. Para el caso de Latinoamérica, en el año 2014 la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) junto a Oxford Poverty & Human Development Initiative, realizaron una medición multidimensional de la pobreza de los países de la región. Se incluyeron variables asociadas a la satisfacción de necesidades de empleo, protección social, educación, vivienda, servicios básicos y acceso a bienes. Los resultados arrojaron que la pobreza multidimensional en América Latina ha disminuido en el período 2005-2012. Empero, en el año 2012 el 28% de la población regional continuaba en esta condición. En el año 2013, Chile incorporó la medición multidimensional en la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN), la que verificó que el 14% de chilenos se encontraba en situación de pobreza por ingresos y un 20,4% en situación de pobreza multidimensional (Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno de Chile, 2014). La medición de distribución de ingresos realizada en esta encuesta comprobó que en Chile persisten altas tasas de desigualdad. En el Informe del año 2014 del BM-FMI se exponen varios datos en referencia a la pobreza. Se estima que en 2012 a nivel global había 99 millones de niños de menos de 5 años con peso inferior al normal; que 48 de cada 1000 niños morían a causa de enfermedades prevenibles; y que 4 de cada 5 muertes de menores de 5 años se registraban en África subsahariana y en Asia meridional. El 22% de la población en regiones en desarrollo vive en pobreza extrema. En el período del 2011-2013, el 14% de la población sufrió hambre o nutrición insuficiente, esto es 842 millones de personas de las cuales 827 millones se ubicaban en las regiones en desarrollo. En sus países, el porcentaje de empleo informal y vulnerable era de 56%, en contrate con las regiones desarrolladas en donde el porcentaje era del 10%. La pobreza en América Latina en el año 2013 afectaba al 28,1% de la población y la indigencia o pobreza extrema al 11,7%. Eran 165 millones de personas viviendo en la pobreza y 69 millones
http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2014/10/08/wb-imf-report-progress-development-goals-promoting-shared-prosperity http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2014/10/08/wb-imf-report-progress-development-goals-promoting-shared-prosperity
El desempleo es otro factor que agrava el problema de la pobreza. En el año 2013 el desempleo afectaba a 202 millones de personas, confirmando que el empleo crecía más lentamente que la oferta de fuerza de trabajo (Organización Internacional del Trabajo, 2014). El grueso del aumento del desempleo mundial se registró en las regiones de Asia oriental y meridional (45%). El empleo vulnerable (por cuenta propia) representaba un 48% del total del empleo (Organización Internacional del Trabajo, 2014) con la consiguiente inestabilidad y falta de acceso a sistemas de seguridad social. El empleo informal continúa siendo una constante en la mayoría de los países en desarrollo con ciertas diferencias entre regiones. En América Latina se han mantenido las tasas de informalidad cercanas al 50%, exceptuando los países andinos y América Central donde se registra un 70% o más.
DE LA ECOLOGÍA HUMANA A LA ECOLOGÍA DE LA POBREZA “La ecología es, por definición, la relación recíproca entre organismos y sus ambientes biológicos y físicos” (Steiner, 2002, pág. 2). El hombre se encuentra en un medio ambiente que ha sido modificado por él mismo para su adaptación, a tal punto que su hábitat es en su mayoría un medio construido y urbanizado. “El esfuerzo bioético de análisis humano desde lo ecológico, lo ha venido haciendo la ecología-humana desde Ratzel y los geógrafos alemanes del siglo pasado con la llamada ecología antropológica” (Cely, 1998, pág. 16). Hawley (1966), desde la teoría del Origen de las Especies de Darwin, define que “La lucha por la vida es un término amplio y general, que se refiere a las relaciones de los organismos con los elementos orgánicos e inorgánicos del medio” (p.19). Bajo esta condición, se sobreentiende que no todos se relacionaran en términos equitativos. Algunos grupos sociales pueden expulsar a otros con el objeto de acceder a los recursos naturales, generando competencia, exclusión, explotación y lucha por la sobrevivencia (Steiner, 2002). Botkin y Keller (1998) indican que, como estrategias para la interacción entre personas y grupos humanos, se pueden identificar la simbiosis, la competencia y la depredación 5, estas últimas con fuertes consecuencias sociales. “La lucha por la existencia es inexorable e inevitable; donde existe vida, existe también resistencia a la vida” (Hawley, 1966, pág. 29). ¿Es posible que de ser humano a ser humano se acepte socialmente esta resistencia?
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Tomado de Steiner, 2002
“El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social” (Laudato si’, 48) Efectivamente el “metabolismo de la sociedad […] arrastra hacia un creciente deterioro de la base de recursos planetarios, acompañado de una creciente polarización social y territorial” (del Moral Ituarte, 2013, pág. 81). Esta polarización produce inequidad y en casos extremos una depredación de ser humano a ser humano. Para luchar por sobrevivir, las familias adoptan ciertas estrategias como aumentar los miembros que trabajan, incluyendo mujeres y niños; incrementar la producción propia para satisfacer necesidades de vivienda, alimentos y otros bienes; endeudarse y postular a subsidios; cambiar los hábitos de consumo, privilegiando solo aquellos que son básicos para la sobrevivencia; lo que disminuye también la calidad de la dieta y causa desnutrición; distribuir los alimentos dentro de la familia privilegiando a los niños; emigrando… (Arteaga, 2007). Estas estrategias indudablemente afectan el núcleo familiar en su salud fisiológica y psicológica. Una de las prácticas cotidianas para solventar las necesidades es la colaboración comunitaria, la cual genera vínculos que van construyendo un capital social y sentimientos de solidaridad que ayudan a sobrellevar los tiempos de crisis (Hintze, 2004) En términos de sustentabilidad ambiental, las desigualdades también son evidentes a nivel internacional. “Las externalidades están mal distribuidas, las positivas benefician a los contaminadores y las negativas a los habitantes pasivos y segregados” (Crespo, 1999, pág. 194). Existe una “problemática de dominación y exclusión alrededor del modelo capitalista, y la explotación que ejerce sobre los países llamados tercermundistas” (López & Calpa, 2011, pág. 2). Se reproduce así un sistema que sirve a una clase social que según Merrifield (2014) y usando un término socio-biológico, es “parásita”. A nivel subnacional, los países también reproducen este modelo inequitativo. En América Latina, según la CEPAL (2014), a pesar de que el índice Gini ha disminuido en la región, el nivel de desigualdad al interior de los países aún permanece muy alto, siendo la región que destaca por ser la más inequitativa a nivel mundial. En el año 2001, 924 millones de personas habitaban en tugurios en el mundo, correspondiendo al 32% del total de la población urbana mundial. En el mismo año, el 78,2% de la población urbana de los países en vías de desarrollo vivía en tugurios (UN-Habitat, 2003). Una década después, “un tercio de los residentes urbanos de las regiones en desarrollo vive todavía en tugurios” (ONU, 2014, pág. 40). Es evidente la “huella territorial”
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de ellas en indigencia. Esto revela que los niveles de pobreza se mantuvieron con respecto al año 2012 y la indigencia aumento en 0,4% (CEPAL, 2014).
que la pobreza genera, la cual expresa una degradación no solo ambiental, sino también social.
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En el ámbito rural, los campesinos han padecido una degradación en su calidad de vida y la expulsión del campo debido a la expansión de monocultivos para satisfacción de las necesidades de la población urbana, como ha acontecido con el cultivo de soja en la Amazonía de Brasil y sus impactos ambientales y sociales. “Hoy estos grupos están siendo despojados de sus tierras, condenados a ser proletarios con condiciones laborales ínfimas en las grandes industrias, y bajo el efecto de agentes externos (pesticidas, fertilizantes, etc.) para incrementar la productividad, teniendo fuertes impactos en su salud” (López & Calpa, 2011, pág. 5) Los campesinos más pobres, al no poder acceder a niveles superiores de educación, quedan descalificados en la competencia por los puestos de mayor remuneración. Así, “algunos regímenes de crecimiento son, tanto en materia de tasa de crecimiento como de inserción a la economía-mundo, más competitivos que otros. El tipo de inserción se traduce en una relación diferente entre el trabajo no calificado y el trabajo calificado, y por lo tanto por una distribución de ingresos diferentes” (Salama, 2008, pág. 155). En general “los pobres venden barato su salud” (MartínezAlier, 1999, pág. 62), también su trabajo y su vida. Ellos son los encargados de reciclar desperdicios, ya sea para venderlos, usarlos o incluso ingerirlos. Ellos son quienes trabajan en maquilas gigantescas durante jornadas extendidas. De ellos son los niños que venden barato servicios sexuales, y quienes venden órganos e hijos por no poderlos alimentar o por necesitar dinero (Martínez-Alier, 1999). Y lo más importante, si ellos son realmente seres humanos ¿por qué son tratados como objetos y por qué degradados y desechados? La pobreza ciertamente no es natural. “Hombre y comunidad, recurso natural y artificializado a la vez. El más importante de los recursos y tal vez el más depredado. El más protegido legalmente y no por ello el mejor preservado” (Daher, 1989). La indiferencia tampoco debiera ser natural. Sin embargo, es una realidad interpelante la “distribución espacialmente desigual de los impactos del metabolismo social” (del Moral Ituarte, 2013, pág. 88). Se culpa de la falta de alimentos para los pobres a la incapacidad de satisfacer las demandas de todos debido al crecimiento de la población, pero “si bien ha habido hambrunas en diferentes partes del mundo y ciertos sectores de la población han vivido constantemente al borde de la subsistencia, lo cierto es que el hambre ha tenido más que ver con la distribución de alimentos que con la producción global” (Tetreault, 2008, pág.
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43). De ahí que no se hable solo de una degradación ambiental sino de una social que parte de la inconciencia de aquellos quienes observan este fenómeno y no reaccionan ante él, pues aparentemente lo han naturalizado. “Estamos viviendo una época de crisis ambiental y humana. El peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, es profunda, no es solo una cuestión de economía, sino ética y de antropología”.6“Nunca el mundo había sido tan desigual y nunca los niveles de concentración de la riqueza habían alcanzado proporciones tan obscenas” (Nogué & Romero, 2006, pág. 20). El modelo de sociedad así plasmado resulta indeseable para todos debido al tipo de condiciones de vida que se generan tanto en el aspecto social como en el ambiental (Latouche, 2003, en López & Calpa, 2011). No existe una verdadera integración, lo que resulta evidente en asentamientos humanos donde los sectores sociales y usos del suelo se separan drásticamente entre ellos (Steiner, 2002). Esta separación, “esta desapropiación del espacio urbano, esta enajenación del espacio propio y consecuente alienación, se produce no solo con la escala, sino que también y principalmente con la lógica del mercado que segmenta y destruye los espacios colectivos y nos empuja hacia un creciente individualismo” (Elizalde, 1999, pág. 467). Los pobres en general son segregados a las periferias, a ciertas áreas de la ciudad, y de cierto modo son invisibilizados, lo que redunda en una insensibilización hacia la población pobre. “Hoy el hombre sigue siendo, más que nunca, el enemigo del hombre, no sólo porque sigue entregándose como nunca a la matanza de sus semejantes, sino también porque sierra la rama donde está sentado; el medio ambiente” (Castoriadis 2006: 279, citado en López & Calpa, 2011, pág. 2). Ciertamente “la adaptación es un fenómeno colectivo que implica a todos los organismos que ocupan un área concreta” (Hawley, 1966, pág. 43). Sin embargo, en el caso de la pobreza no existe adaptación, existe depredación acompañada de una constante degradación. De hecho “algunos autores han cuestionado por qué la relación entre la pobreza y la degradación ambiental ha sido enfatizada en el discurso dominante sobre el desarrollo sustentable, especialmente cuando se puede argumentar que la riqueza causa más degradación ambiental a través del sobreconsumo” (Tetreault, 2008, pág. 58). Ante esto, es cuestionable la falta de ética social, la falta de solidaridad, misma que debiese ser la base para generar cambios, ya que “la comunidad es el mecanismo adaptativo esencial” (Hawley, 1966, pág. 44). Por cierto no debe asimilarse la ecología de la pobreza con el llamado ecologismo de los pobres. La primera no excluye a este
Discurso del Papa Francisco en el día mundial del medio ambiente 5 de junio del 2013.
EL HÁBITAT DE LOS POBRES La manera en que las personas pobres habitan el territorio puede generar una degradación ambiental, pero a su vez la misma degradación ambiental también puede generar pobreza. Esto se estableció en el Informe Brundtland y algunos autores han cuestionado la generalización de esta relación (Tetreault, 2008). La pobreza misma contamina el medio ambiente, creando estrés ecológico de una manera diferente. Aquellos que sufren de pobreza y hambre con frecuencia destruyen los ecosistemas que los rodean para sobrevivir: talan los árboles, sus ganados sobre-pastan los pastizales; sobreusan la tierra marginal; y en números crecientes se mudan a las ciudades ya congestionadas. El efecto acumulativo de estos cambios es muy grande, indicando que la pobreza misma es una gran amenaza (WECD, 1987:28) (traducción nuestra). El hábitat de la extrema pobreza tiende a concentrarse en ciertas zonas a nivel mundial y “la mayoría de las personas extremadamente pobres vive en unos pocos países” (Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas, 2014, pág. 9). Entre estos países se encuentran la India, China, Nigeria, Bangladesh y República Democrática del Congo, localizándose en ellos el 65,5% de la población extremadamente pobre del mundo. Asimismo, en referencia a mortalidad infantil asociada a la pobreza, “África subsahariana continúa enfrentando un desafío tremendo. La región tiene no solo la tasa de mortalidad más alta del mundo en cuanto a niños menores de 5 años (más de 16 veces el promedio de las regiones desarrolladas), sino que es también la única región donde se espera que tanto la cantidad de niños nacidos vivos como la población de menores de 5 años aumente sustancialmente durante las próximas dos décadas. En 2012, 1 de cada 10 niños de África subsahariana falleció antes de cumplir los
5 años” (Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas, 2014, pág. 25). Adicionalmente, un 80% de los niños que presenta retraso en su crecimiento vive en 20 países del mundo; y cerca de 66 millones de niños sufren hambre en su etapa escolar, viviendo 23 millones de ellos en África.8 En contraste, y como paradoja, “la destrucción medioambiental causada por la riqueza se distribuye igualitariamente en todo el mundo, mientras que la destrucción medioambiental causada por la pobreza golpea en lugares concretos y sólo se internacionaliza en forma de efectos colaterales que se manifiestan a medio plazo» (Michel Zürn, 1995, cit. en Beck, 2002: 54-55). “Los cambios experimentados en el plano económico y político en las décadas recientes modificaron cualitativamente la antigua y siempre presente marginalidad, transformándola en exclusión” (Elizalde, 1999, pág. 470) El injusto manejo de las consecuencias del mejoramiento ambiental de los países ricos, posiciona a otros países más pobres como fuentes de recursos y sumideros de residuos (Naredo & Valero, 1999) lo cual confirma que las externalidades negativas siempre son absorbidos por aquellos en desventaja de poder. Estos antecedentes y los datos referidos demuestran que la pobreza no es ubicua –aunque haya expresiones parciales de ellas por todas partes-. Su alta concentración territorial a escala planetaria se registra igualmente en algunas regiones subnacionales y en las propias ciudades y metrópolis. En efecto, en el informe “The Challenge of Slums: Global Report on Human Settlements”, realizado por Un-Habitat (2003), se expone un estudio de los asentamientos humanos irregulares. En estos “slums” (tugurios) se concentra la población con menores niveles económicos, construyendo y conformando en ellos el hábitat de la pobreza. En estos tugurios existen intolerables condiciones de vivienda; son lugares alejados, carentes de servicios básicos y por lo tanto insalubres. Tienen sobrepoblación y alta densidad. Se localizan cerca o en depósitos de basura y/o residuos tóxicos; en zonas de riesgo sin una tenencia legal, con viviendas construidas de manera insegura y de espacios reducidos. A la lejanía e insalubridad se suma el problema social que se vive en los mismos tugurios. En ellos habitan familias “disfuncionales” en condiciones de hacinamiento; existe desempleo, inseguridad e incluso en algunos delincuencia, lo cual implica una estigmatización y discriminación, limitando el acceso al empleo formal y al crédito. Un ejemplo de estas áreas de pobreza es Manshiet Nasser o “Rubbish City” (UN-Habitat, 2003, pág. XXX) ubicada en El Cairo. Este “slum” es uno de los mega tugurios de la ciudad con cerca de un millón de personas viviendo en él.9 Este asentamiento
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Aquí el término ecológico es usado no dentro del significado de la ecología sino dentro del contexto de sociología urbana impulsada por la Escuela de Chicago en los años 20 y 30. MARTINEZ
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Aquí el término ecológico es usado no dentro del significado de la ecología sino dentro del contexto de sociología urbana impulsada por la Escuela de Chicago en los años 20 y 30. MARTINEZ
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http://siuarchitecture.blogspot.com/2013/09/manshiet-nasser_26.html
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último. Según R. Guha (1989), el “ecologismo de los pobres” se refiere a “los conflictos sociales (históricos y actuales) con un contenido ecológico, de los pobres contra los (relativamente) ricos, no solo pero si principalmente en contextos rurales” (citado en Martínez-Alier, 1999, pág. 57).7 Es decir, se trata de movimientos sociales que buscan el cuidado del medio ambiente y el acceso a sus servicios y beneficios por parte de la población de menores recursos económicos. La ecología de la pobreza de la cual se está reflexionando contendría estos aspectos como parte de sus dinámicas.
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informal se encuentra junto a un gran botadero de basura de la ciudad, del cual niños y adultos toman objetos para revenderlos, “reciclaje” observable en tantas ciudades de todo el mundo.
conformando ecosistemas metropolitanos marcados por estrategias de sobrevivencia y adaptación dentro de una lógica de depredación donde la degradación social se asocia con la degradación ambiental.
Por otro lado, el hábitat de los pobres trasciende más allá de sus propios lugares de asentamiento, con consecuencias también negativas. En su vida cotidiana, el tiempo que emplea la persona pobre para trabajar y trasladarse ha aumentado debido a las largas jornadas de trabajo y grandes distancias que debe recorrer, ya sea en transporte público en el mejor de los casos o a pie cuando el transporte público le resulta impagable. Se agota y cansa, restándole solo un tiempo mínimo para su provecho personal, para su vida en familia, para su esparcimiento –si este fuere posible- y descanso. Una agonía eterna para los pobres que “se hace más y más profunda y prolongada, más y más permanente, y se está convirtiendo en desesperación, en evasión, en acumulación de rabia, en que la creencia de que la necesidad de vivir en forma más humana no tendrá nunca satisfacción” (Elizalde, 1999, pág. 471).
El tránsito desde la ecología humana hacia una ecología de la pobreza es inducido precisamente por el hecho de que la segregación social es también ecológica, tal como es posible constatar a través de las metodologías de medición y análisis multidimensional de la pobreza. La especie humana, depredándose a sí misma, engendra, segrega y exilia “sobrevivientes” que cohabitan en relaciones ecosistémicas social y ambientalmente críticas, en espacios infraurbanos e infrahumanos.
Entre tantos aspectos críticos del hábitat de la pobreza, existen sin embargo algunos positivos. En ese hábitat también surgen movimientos sociales y culturales y, especialmente, significativas muestras de solidaridad no evidenciadas en los suburbios ricos (UN-Habitat, 2003). Este es un potencial a ser desarrollado y un signo de esperanza en medio de esta manera injusta e indigna de vivir.
CONCLUSIONES En este artículo se ha planteado que, más allá de una geografía de la pobreza, es posible constatar la existencia de una verdadera ecología de la pobreza. Territorialmente, esta no es ubicua. Lejos de estar desterritorializada, la pobreza y su hábitat presentan altos grados de concentración geográfica, tanto a escala global como local. Si bien hay diversas manifestaciones de pobreza por todas partes, su localización prevalente en ciertos continentes y países, así como su mayor presencia en algunos espacios subnacionales y en determinadas áreas urbanas, induce a investigar ecológicamente la pobreza, más allá de describir su distribución geográfica específica. La pobreza se ha urbanizado proporcionalmente más que la población, y si bien persiste fuertemente en áreas rurales de Asia y África, en América Latina se ha concentrado especialmente en las grandes ciudades, en parte como consecuencia de los procesos de inmigración urbana e hiperurbanización en el subcontinente. Esto ha ido
Siguiendo la misma lógica, las externalidades negativas son socialmente endosadas al hábitat de los más vulnerables. Así, a la distribución inequitativa de ingresos y oportunidades, se suma la injusta distribución socio-territorial de los costos ambientales, incrementando la brecha en la desigual calidad de vida. En la ecología de la pobreza, “un número cada vez mayor de hombres y mujeres se ven obligados a considerar el futuro como una amenaza, y no como un refugio o una tierra de promisión” (del Moral Ituarte, 2013, pág. 82). Como consecuencia, el hábitat de los pobres en general se conforma en lugares que la ciudad desprecia, que nadie quiere, lugares poco saludables, próximos a depósitos de desechos industriales y residuos tóxicos, terrenos en zonas de riesgo y alejadas (UN-Habitat, 2003). En esos contextos de estigmatización social, densidades enfermizas y vulnerabilidades ecológicas, emerge, sin embargo y como signo de esperanza, la solidaridad entre los más pobres, y el aprovechamiento de redes de apoyo para enfrentar aquellas funciones, actividades o necesidades que no se logran solventar bajo los propios medios por carencias económicas. Las próximas generaciones deberán afrontar crisis económicas y sociales más profundas que las que vivimos actualmente (Fernández, 2011), por lo que es necesario un cambio radical. “Quién va a controlar la distribución espacial y el ritmo temporal del proceso; quién va a decidir y a favor de quién la naturaleza en la que queremos o podemos habitar” (del Moral Ituarte, 2013, pág. 100). Esas crisis socioeconómicas se agravarán aún más con las crisis ambientales. En efecto, el cambio climático incrementará y agudizará la pobreza10, afectando mucho más a zonas en donde la población mayoritariamente vive en condiciones sociales de mayor vulnerabilidad, con una capacidad de resiliencia baja. En contraste, no se evidencian cambios en los modos de vida de las clases más pudientes,
10 Comunicado de prensa del Banco Mundial del 23 de noviembre 2014: http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2014/11/23/newclimate-normal-poses-severe-risks
Las políticas públicas y la asignación de recursos parecieran responder a otras prioridades. En efecto, y como ejemplo, el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz señala que, en el año 2013, el gasto militar global alcanzó a 1,747 billones de dólares (SIPRI, Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz, 2014). Es casi paradójico que se destinen tantos fondos a ese fin mientras se está luchando, con recursos que nunca resultan suficientes, para superar la pobreza en el mundo. Finalmente, desde la ecología y observando la interacción entre organismos, se puede concluir que, humana y socialmente, la competencia y la depredación serían las estrategias superlativas en nuestros días. Tales lógicas denotan la degradación social latente y confirmarían que “la lucha por la existencia es inexorable e inevitable; donde existe vida, existe también resistencia a la vida” (Hawley, 1966, pág. 29). La sociedad estaría actuando según el principio de lucha por la existencia planteado en la teoría de la selección natural de Charles Darwin, igual –o incluso peor- que los demás organismos de la naturaleza. Esto nos sitúa ante un gran desafío de ética social y política.
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familiares:
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incrementándose la degradación ambiental y social, mientras va disminuyendo la solidaridad en medio de una cultura individualista.
Enviado: 30-03-2016 Aceptado: 13-06-2016
VALDIVIA Y SU EVOLUCIÓN POST-TERREMOTO 1960: ENFOQUES, FACTORES ESCALARES Y CONDICIONANTES DANIEL ESPINOZA GUZMÁN, ANTONIO ZUMELZU SCHEEL REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.14 - 29 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
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VALDIVIA Y SU EVOLUCIÓN POSTTERREMOTO 1960: ENFOQUES, FACTORES ESCALARES Y CONDICIONANTES THE EVOLUTION OF VALDIVIA AFTER THE EARTHQUAKE OF 1960: APPROACHES, SCALAR FACTORS AND DETERMINANTS DANIEL ESPINOZA GUZMÁN 1 ANTONIO ZUMELZU SCHEEL 2
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Universidad de Chile. Santiago, Chile daeg90@ug.uchile.cl +569 99394546 Pintora Clara Werkmeister 1090. Isla Teja, Valdivia. Universidad Austral de Chile. Valdivia, Chile antoniozumelzu.arq@gmail.com +569 99572920 Edificio Ernst Kasper Campus Isla Teja, Valdivia
La rápida urbanización evidenciada en las ciudades del hemisferio sur, las está emplazando en el centro de la agenda del desarrollo del s.XXI. Los intensos procesos de transformación plantean tanto retos como oportunidades para pensar y actuar sobre el futuro de las ciudades. En Latinoamérica, estos procesos han incrementado la escala del medioambiente urbano, siendo las ciudades intermedias protagonistas principales. En Chile, ellas exhiben acelerados cambios socio-espaciales, revelando una expansión urbana y un deterioro físico-ambiental en sus áreas centrales. Tomando el caso de Valdivia, cobra interés el explorar factores y condicionantes que han influido en su expansión desde el terremoto de 1960, desde un enfoque económico, político y morfológico. Los resultados advierten que las políticas urbanas y los instrumentos de planificación vigentes, fomentan y transfieren al sector privado la responsabilidad de modelar el crecimiento hacia nuevas zonas de expansión, generando profundas transformaciones sobre el territorio, logrando agudizar la segregación socio-espacial.
Palabras clave: ciudades intermedias, expansión urbana, Valdivia.
The rapid urbanization of southern hemisphere cities is placing them on the frontline of the 21st century development agenda. Intense transformation processes pose both challenges and opportunities to think and act on the future of cities. In Latin America, these processes have increased the scale of the urban environment, with intermediate cities as the main protagonists. In Chile, they exhibit accelerated socio-spatial changes, thus revealing urban expansion and physico-environmental degradation in their downtowns. In the case of Valdivia, an economic, political and morphological approach is used to explore factors and determinants that have influenced its expansion since the earthquake of 1960. The results reveal that current urban policies and planning instruments have encouraged and transferred to the private sector the responsibility of shaping urban growth through new expansive and low density developments towards the peripheries. This has generated profound changes in the territory and exacerbated socio-spatial segregation in cities.
Keywords: intermediate cities, urban expansion, Valdivia
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INTRODUCCIÓN
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En un contexto global, durante la segunda mitad del siglo XX, los grandes procesos de urbanización ligados al período de la industrialización generaron cambios morfológicos radicales dentro de nuestras ciudades. La creciente demanda por el uso del suelo y el progresivo aumento en el uso del automóvil ha llevado a nuestra civilización a la adopción progresiva de una mentalidad “individualista”, ligada hacia altos niveles de consumo, especialmente combustibles fósiles; lo que ha generado cambios radicales en la escala y habitabilidad del espacio urbano (Doevendans y Schram, 2005; Zumelzu, 2011). En Latinoamérica –especialmente en Chile– estos procesos no sólo han ido modificando e incrementando la escala del medio ambiente urbano y las relaciones funcionales al interior de la ciudad, con consecuencias que no sólo inciden en el deterioro del paisaje y a la identidad urbana local; sino que también han ido promoviendo modelos de construcción que no inducen al desarrollo de ciudades que sean ambientalmente, espacialmente y socialmente sustentables (UN-Habitat, 2011). En Chile, como consecuencia de las políticas neoliberales en el marco de la emergente globalización (Borsdorf, 2003), se reproducen patrones de crecimiento urbano observados tanto en la capital, como en ciudades regionales. Ello incide de manera determinante sobre la configuración social de la ciudad y sobre la morfología físico-territorial (de Mattos, 2002), generando segregación y consecuentemente la dispersión de actividades (Gehl, 2006). Las consecuencias se observan asimismo, en la manifiesta débil morfología de las nuevas áreas de expansión, primando los usos exclusivos y la homogeneización del paisaje suburbano en un cuadro de densificación decreciente hacia las periferias, en un proceso que García Vásquez define como “el desvanecimiento de lo urbano” (2011). Este fenómeno se advierte, durante las últimas décadas, en muchas de las ciudades chilenas de escala intermedia, especialmente agudizado desde la dictación de la política de liberalización de los mercados de suelo de 1979, a través del Decreto Supremo Nº 420, propulsando a partir de dicho marco, la progresiva sub-urbanización de las periferias urbanas (Inzulza, 2014; ONU-Habitat, 2012). Con ello se impulsa la creación de un sector inmobiliario privado que asume el rol fundamental del desarrollo urbano, y se orienta de hecho, el crecimiento urbano a criterios de rentabilidad en los mercados (Montes, 2011). Como
consecuencia de ello, se advierte un impacto manifiesto en la pobreza urbana, en el acceso al suelo a través del mercado y en las perspectivas de integración social (Sabatini, 2000), iniciando un proceso de profundas transformaciones desde diversas esferas, que tienen marcados efectos cualitativos en el ámbito de lo urbano. Paralelamente, aumenta la brecha socioeconómica y la polarización de las comunidades, representado en una fragmentación del espacio urbano (Azócar, Sanhueza y Henríquez, 2003). En el caso particular de Valdivia –capital de la Región de los Ríos, en el sur de Chile– la explosiva expansión de la ciudad hacia zonas agrícolas tiene un origen anterior, producto de la relocalización de la población damnificada en el terremoto de 1960. El traslado de las familias afectadas hacia lugares más seguros, fue un factor que influyó directamente en la expansión de la ciudad, aumentando considerablemente su superficie. Si bien, este proceso obedeció a las dinámicas generadas por la emergencia propias del terremoto, además de las inminentes inundaciones y la potencial destrucción a causa del Riñihuazo 3, comenzando así el derrotero de la dispersión urbana, no es hasta las últimas décadas en donde el modelo predominante se manifiesta expresamente, como fenómeno común a la problemática de la llamada “expansión urbana descontrolada”4(Agencia Europea de Medio Ambiente, 2006). Esta última se encuentra asociada al negocio inmobiliario y a la especulación del suelo. En tanto, los instrumentos vigentes en Chile, y en particular el Plan Regulador Comunal de la ciudad de Valdivia (PRCV), facilitan y fomentan dicho modelo y las transformaciones sobre el territorio, al ampliar los límites urbanos y generar las condiciones para favorecer la expansión del parque automotriz y la generación de áreas no consolidadas 5.
LA ESCALA COMO UN ELEMENTO IMPORTANTE EN EL DEBATE DE FORMA URBANA Un elemento fundamental en la transformación de la ciudad es el tema de la escala (Kärrholm, 2011; Zumelzu y Doevendans, 2016). La ciudad es un sistema complejo, multi-escalar, y abierto, que se compone de muchas componentes o entidades que interactúan entre sí (Buchanan, 2002; Batty, 2005). Estas interacciones son no lineales debido a la retroalimentación, que significa literalmente que todo puede afectar a todo lo demás, ya sea directa o indirectamente (Patte, 1973). Salthe
3 El Riñihuazo es el bloqueo del río San Pedro por derrumbes tras el terremoto de 1960. Lo que provocó un aumento del nivel de las aguas del Lago
Riñihue. Si el lago rebalsare, al superar el tercer tapón de 24 metros de altura, tendría más de 4.800 millones de metros cúbicos de agua que destruirían todos los pueblos río abajo en menos de 5 horas. Finalmente, el 24 de julio se produce la voladura cuidadosamente calculada y tras agotadoras jornadas de trabajo, el lago comenzó lentamente a vaciarse, desvaneciendo el potencial peligro a 100.000 habitantes.
4 Se habla de expansión urbana descontrolada cuando la tasa de cambio del uso del suelo de rústico a urbano es superior a la tasa de crecimiento demográfico de una determinada zona durante un período determinado.
5 Según el Plan De Acción Valdivia Capital Sostenible, desarrollado por el Banco Interamericano del Desarrollo, el 86% del área urbana de Valdivia corresponde a desarrollos periurbanos o zonas urbanas no consolidadas. (BID, 2013 p.47)
En relación a la escala, diversos estudios y autores en la literatura científica coinciden en tres principales interrelaciones que se realizan en la ciudad, las cuales necesitan ser reflejadas en una micro-estructura urbana: accesibilidad, proximidad, e integración (Barton, 2000; 2003; Frey, 1999, Frey y Bagaeen, 2010). Del mismo modo, en una micro-estructura de ciudad un tema importante es la localidad o centralidad topológica. Desde el punto de vista morfológico, el concepto de centralidad topológica hace referencia al estudio de ciertas propiedades morfológicas del espacio, tales como integración o accesibilidad, que determinan su localización. Dependiendo de estos factores, la localización del centro topológico se espera que pueda cambiar con menos frecuencia que otras partes de la grilla (Hillier, 1999). Hillier establece que la centralidad no es un estado fijo, sino más bien un proceso “vivo” determinado por las relaciones entre actividad y movimiento. Esta se consolida cuando cierta configuración espacial es influenciada por determinados flujos de movimiento que convierten un área en un tractor, cuyos diferentes niveles de intensidad cambian producto de continuos procesos espaciofuncionales. En este sentido, esta investigación explora los proceso de trasformación socio-espaciales en la historia reciente de Valdivia, revisando y analizando las distintas etapas reconocibles de su expansión y estableciendo con ello, un cruce con determinados hitos dentro de su desarrollo y evolución, con el propósito de comprender los procesos que determinan la modalidad de crecimiento actual y las proyecciones que de ella devengan. En el presente y “a medida que pasa el tiempo, Valdivia pierde progresivamente sus atributos relacionados con la escala humana, privilegiando el uso del automóvil por sobre la movilidad peatonal. Esta expansión urbana tiende hacia una ciudad dispersa y difusa, modelo que no da cabida ni al peatón ni al ciclista” (Espinoza, 2014). Debido a esto, los problemas de segregación socio-espacial siguen agudizándose y la
congestión vehicular es cada día más evidente, Esto constituye una contradicción respecto a la percepción de las autoridades locales, que definen a Valdivia como una capital sostenible, caminable e incluso una ciudad modelo. De este modo, tomando como hito histórico el terremoto de 1960 –el de mayor magnitud registrado instrumentalmente en la historia 6–, se pretende identificar qué factores que han influido en los procesos de expansión urbana desde este evento y sus implicancias en el presente. De este modo, es posible definir y caracterizar diferentes etapas del crecimiento de Valdivia, para comparar y analizar las principales causas de la presente expansión urbana, generando un diagnóstico sobre los efectos de los instrumentos locales sobre el territorio y la ciudad. La investigación parte de la hipótesis de que a pesar de la magnitud destructiva del terremoto, las transformaciones socio-espaciales generadas en Valdivia durante el período postterremoto no son de la profundidad y extensión que se advierte en los cambios sufridos en la ciudad por posteriores decisiones políticas, cuyo impacto es apreciable en las transformaciones asociadas a la expansión urbana producto de la liberalización del mercado de suelo. La metodología de este trabajo se centra en la recopilación y procesamiento de datos históricos, enfocándose en textos de la época, tales como crónicas, periódicos y otras previas investigaciones que den cuenta del estado de la ciudad de Valdivia post-terremoto de 1960 y de su posterior reconstrucción, evolución y desarrollo. Además de ello, y complementando el material de carácter bibliográfico, la investigación contempla la comparación de la cartografía disponible a lo largo de las décadas posteriores al terremoto. Para ello, se trabaja con planos históricos, además de fotografías aéreas y satelitales, que permiten comparar la evolución de la superficie urbana, además del actual y los anteriores límites urbanos, para así establecer e identificar los lineamientos de la actual expansión de la ciudad.
6 “Según algunos sismólogos el terremoto alcanzó el grado 9.5 en la escala de Richter y llegó al grado XI en la escala de Mercalli, donde XII equivale a una destrucción total. De ser válida esta cifra podría haberse tratado del más violento terremoto del que tenemos noticia” según Castaedo, 2003.
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ha formulado el estructuralismo jerárquico basado en la idea de las cosas como totalidades y partes (Salthe, 1989). En los niveles jerárquicos, los niveles específicos de organización están vinculados a determinadas escalas espaciales, las cuales están continuamente producidas por diferentes componentes, actores humanos, reglas, estructuras construidas, objetos, etc. El análisis de escala tiene como objetivo el reconocimiento de patrones en diferentes escalas espaciales (Canniggia and Maffei, 2001). Nuestro enfoque de escala es, por lo tanto, desde los “diferentes niveles presentes en la construcción de la ciudad”.
SPACE SYNTAX COMO MÉTODO DE ANÁLISIS
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El estudio de las interrelaciones que se producen en las diferentes y particulares configuraciones espaciales es la sustancia de lo que persigue el análisis de la sintaxis del espacio, cuyo cuerpo teórico concebido a fines de la década de los setenta por Hillier y Hanson (UCL), que ha seguido una profusa trayectoria, es el que nos sirve de marco metodológico para profundizar en el entendimiento de los procesos de transformación espacial, con objeto de identificar mediante sus dinámicas y patrones socio espaciales, las variables morfológicas determinantes que determinan la expansión de la ciudad. Se busca comprobar la hipótesis de que el crecimiento y la expansión periférica de las ciudades intermedias traen consigo, entre otras deficiencias, el deterioro físico y morfológico del espacio central, afectando sus procesos de centralidad. Para ello, el método Space Syntax es utilizado para explorar los patrones espaciales de la ciudad. La medición de los niveles de integración global se realiza, para determinar qué factores y cómo la expansión urbana han influenciado en los procesos de transformación del centro urbano de Valdivia. El término “centro” aplicado a los asentamientos es definido como una concentración y mixtura de usos de suelo y actividades en una determinada localidad. Sin embargo, el concepto de centralidad urbana hace referencia a la capacidad de ciertos espacios o elementos urbanos de articular flujos de todos los tipos. La articulación de estos flujos depende del grado de influencia de estos espacios sobre los demás componentes del sistema urbano. La condición de centralidad no resulta ser permanente, sino que cambia y se transforma: cambia su ubicación, se desplaza y diversifica (Hillier, 1996). Como resultado se espera comprobar la señalada premisa, demostrando que las políticas urbanas y los instrumentos de planificación vigentes, tales como el PRCV, fomentan y transfieren al sector privado la responsabilidad de modelar el crecimiento hacia nuevas zonas de expansión de la ciudad, generando profundas transformaciones sobre el territorio y agudizando progresiva la segregación socio-espacial. Los intereses inmobiliarios y especulativos, por tanto, son en efecto, los principales factores en la configuración de la nueva periferia dispersa y difusa, promoviendo grandes proyectos habitacionales desvinculados del tejido urbano existentes y desprendidos de una visión de ciudad. Se pretende en síntesis, poder dejar en evidencia qué factores han incidido en la modalidad de crecimiento predominante en Valdivia, junto a los respectivos impactos y consecuencias sobre el funcionamiento de la ciudad.
CASO DE ESTUDIO VALDIVIA Se entiende a la ciudad de Valdivia bajo una serie de dinámicas sociales y económicas que se han visto marcadas por eventos naturales y sucesivas transformaciones geográficas y sociales: el incendio de 1909, la llegada del ferrocarril en 1920, el terremoto de 1960, y la consolidación suburbana a partir de 1995. La planificación tras estos sucesos no ha sido de manera espontánea y la dinámica poblacional ha sido pauteada desde los grandes complejos industriales a principios de siglo, situaciones de emergencia hacia zonas altas en el terremoto de 1960 -proceso de decadencia industrial- hasta la expansión periférica, desarrollando una serie de problemáticas ambientales en la actualidad. Valdivia se caracterizó en sus orígenes por ser un polo industrial y de desarrollo a nivel nacional, en gran medida iniciado durante la inmigración alemana a mediados del siglo XIX. Valdivia se constituyó entonces, como uno de los principales focos productivos del país, alcanzando un nivel de centralidad urbana importante (Almonacid, 1995). Posteriormente, tanto su crecimiento como su desarrollo se vieron frenados tras el terremoto 1960, entrando en un prolongado letargo durante décadas. Hasta que en el año 2007, la ciudad se adjudicó el título de Capital Regional, transformando la antigua Provincia en la actual XIV Región de los Ríos, englobando a las Comunas de Valdivia, Corral, Lanco, Máfil y Mariquina. De este modo, se puede reconocer, a grandes rasgos, cuatro períodos en el desarrollo de Valdivia en su historia reciente; todos ellos con diferentes grados de centralidad e influencia: 1) Pre-industrial 2) Foco Industrial 3) Post-terremoto 4) Valdivia Nueva Región El análisis de integración confirma que el centro urbano de Valdivia ha sufrido un proceso de constante modificación y transformación a lo largo de estos períodos, producto de factores tanto espaciales, económicos y catastróficos. El primer período, denominado pre-industrial, transcurre antes de la primera mitad del siglo XIX, es decir previo a la llegada de los colonos europeos. En ese entonces, Valdivia se reconoce como una pequeña urbe muy atrasada en comparación al resto del país, concentrándose principalmente en su centro histórico. Luego, gracias a la “Ley de inmigración selectiva”7
7 Que tenía por objetivo atraer a profesionales y artesanos para colonizar zonas del sur de Chile, específicamente en las actuales regiones de Los Ríos y Los Lagos.
Figura 1
Fuente: Autor: Siemsen, Henrique, Año: 1853, Colección Biblioteca Nacional. Sala Medina., id MC: MC0001434 id BN: 1072790, Propiedad intelectual: Patrimonio cultural común.
promulgada en 1845, el sur del país comenzó a poblarse con familias de colonos. Junto con ello, comienza el segundo período histórico, denominado como Foco Industrial durante el cual la ciudad recibe a cientos de familias trabajadoras, quienes activan el desarrollo industrial local (Baessolo y Fuentes, 2007). La llegada del ferrocarril en 1899, significó un nuevo impulso al sector fabril, conectando a la ciudad a la red troncal a través del ramal Antilhue-Valdivia (Almonacid, 1995). De este modo, fábricas de calzado, curtiembres, molinos, astilleros, cervecerías, refinerías de azúcar, papeleras, madereras, maestranzas, bodegas e instalaciones de ferrocarriles, comenzaron a poblar todas las riberas de los ríos (Olave, 1964 p74). Con el terremoto de 1960, todo desarrollo y crecimiento de la ciudad, se vio virtualmente frenado, dando así inicio al tercer período caracterizado por el estancamiento de las actividades
productivas y el deterioro físico de la ciudad. Después de más de cuatro décadas, la conformación de la nueva Región de los Ríos, ha aumentado las capacidades de la ciudad para atraer inversión pública y privada. Estos períodos han tenido consecuencias directas en la demografía de la ciudad, además de secuelas evidentes en el desarrollo de la trama urbana y expansión de Valdivia (Espinoza, 2014). El terremoto de 1960 trajo consigo una modernización la morfología urbana: “Tras el desastre, se abandonó todo el estado de desarrollo post-industrial que la ciudad poseía, y se configuró una nueva morfología urbana a la cual la ciudad se debió adaptar.” (Guarda, 2001). En la (Figura 1) se aprecia un trazado de la ciudad en el 1853, que muestra “el curso de numerosos esteros y brazos de ríos que cruzaban el perímetro de la antigua Valdivia. Con los avances, tantas veces imprevistos,
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Figura 2
Levantamiento Aerofotogramétrico Valdivia (1961) Fuente: Instituto Geográfico Militar (IGM).
del desarrollo y la urbanización progresiva de la ciudad, tales oquedades fueron rellenadas con cascajo y tierra para construir sobre ella toda clase de edificaciones. El terremoto de 1960 redescubrió el antiguo plano porque en estos lugares apenas se mantuvo en pie casa alguna” (Castaedo, 2000:38). El terreno descendió aproximadamente 1,70 metros, lo que hizo variar las condiciones de habitabilidad de extensas zonas urbanas pobladas, especialmente por poblaciones pertenecientes a los estratos socioeconómicos más bajos.
PERÍODO POST-TERREMOTO En primera instancia, para poder planear y proyectar las nuevas áreas habitacionales tras el terremoto, había que evacuar a todos los damnificados hacia zonas seguras. De esta forma, empezó un traslado masivo de familias desde los terrenos
más bajos y anegados hacia zonas más altas (Figura 2). Como primera medida, se refugió a todas las familias en construcciones provisorias que se denominaron ‘rucos’, las cuales “fueron levantadas primero en el sector Huacho-Copihue, con familias del barrio Miraflores y la Población Ávila, y enseguida en los terrenos que actualmente ocupa la población Los Jazmines con familias del sector Collico.” (López, 2009:63). Así, tiempo después, cuando el peligro había disminuido, las familias que tuvieran la posibilidad de reconstruir sus casas podrían volver a ellas, sin embargo los que documentaran la pérdida total, podrían optar a un plan de reconstrucción habitacional de la CORVI (ex Corporación de la Vivienda). De este modo, en 1961 comenzaron a levantarse las primeras viviendas, las que fueron encargadas por la CORVI. Finalmente, se construyeron un total de 5.000 viviendas, poblando así los sectores que hoy se conocen como: Las Ánimas, Los Jazmines,
Figura 3
Evolución del mapa axial de Valdivia entre 1945 y 1960, con valores de integración altos en color rojo. Fuente: Antonio Zumelzu
Huacho-Copihue, Krahmer, Pampa Menzel y Población Seguro Social, para un total de 22.000 refugiados. El Terremoto del 1960 es también, en términos urbanísticos, el inicio de la expansión territorial de la ciudad hacia su periferia y fue el principal causante de que ella se retrajera del río, además de lo anterior, paralizó a la gran mayoría de la actividad productiva. Uno de los primeros efectos post-terremoto fue el bloqueo y negación total de la ciudad hacia el río, debido a las inminentes inundaciones. Es por ello que, en la actualidad, Valdivia se desarrolla espacialmente dándole la espalda a al borde río y desaprovechando el marco geográfico donde la ciudad se emplaza, ignorando su particular identidad y pasado de ciudad fluvial. El terremoto fue la lápida al decaimiento de la economía industrial de la ciudad (Guarda, 2001). La morfología urbana de Valdivia se ve reconfigurada al punto de que la ciudad debe adaptarse a los terrenos que ésta dispone. Así, los niveles de integración global más altos se desplazan hacia el sector este de la ciudad, configurándose aquí la centralidad topológica en avenida Picarte (Pi), por la expansión urbana hacia los sectores altos de la ciudad –sector sur-oriente. Paulatinamente empezaban a desaparecer los ‘rucos’ y sus antiguos ocupantes eran trasladados a viviendas más confortables y de mejor aspecto. Así lo señala un cronista en el año 1962: “es impresionante visitar la población Gil de Castro, en la parte alta de la ciudad, con cabida para 35.000 persona, es decir, casi la mitad de la población valdiviana. Poco a poco,
Valdivia va recuperando su fisonomía normal. A este espectáculo optimista de la reconstrucción en marcha hay que sumar la obra de gran envergadura, que realiza la Universidad Austral, que es sin duda el alma mater de toda esta dilatada región del extremo sur (En Viaje N°344 Junio 1962; López, 2009:65). Estas nuevas zonas duplicaron el radio urbano en dos décadas, teniendo en cuenta que en los años 40’s, Valdivia terminaba en los alrededores de las calles Pedro Montt y Bueras, ubicando a los sectores más alejados a escasos 2 km. del centro. Ya en los 60’s, las nuevas poblaciones se ubicaron a 4km del centro. Sumado a lo anterior, lentamente empezó a segregarse la población. Las clases más bajas, emigraban en busca de refugio, mientras que las clases altas, abandonaron el centro histórico, principalmente hacia el oeste hacia la Isla Teja. Hasta el día de hoy, se mantienen en pleno centro muchos terrenos baldíos producto de la destrucción de edificios a causa del terremoto. Esto generó un fenómeno muy particular: el paulatino abandono del centro fue transversal para todas las clases sociales, lo que causó su despoblamiento. Finalmente, esto arrastró a que el centro de la ciudad tenga hoy uno de los menores índices de densidad residencial del país. Sobre la precarización del centro histórico, el geógrafo alemán Axel Borsdorf registró un aumento de la prevalencia del automóvil en la ciudad, producto del incremento del parque automotriz. En sus palabras el asegura que “la movilización automotriz de la población chilena aumentó paralelamente con
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Figura 4
Evolución del mapa axial de Valdivia entre 1979 y 1995, con valores de integración altos en color rojo. Fuente: Antonio Zumelzu
el crecimiento de la prosperidad económica. Este desarrollo se refleja dentro del centro de Valdivia, en la formación de nuevas áreas de estacionamientos, que han remplazado a edificios, que fueron demolidos en los últimos años. Este proceso se puede interpretar como una señal sobre la nueva dinámica valdiviana” (Borsdorf, 2000). Complementando el estudio de Borsdorf, el panorama no es muy distinto 15 años después de su investigación. Hoy en día, persiste la proliferación de estacionamientos en el centro de la ciudad y de terrenos baldíos sin ningún tipo de uso, muchos de ellos en desuso hace décadas. Sumado a estos, en el 2012 se incendia una céntrica cuadra prácticamente completa, destruyendo comercio local, de valor cultural y económico para la ciudad. A partir de la década de 1970, el factor más influyente en la expansión urbana fue el desarrollo habitacional. Principalmente con la construcción de nuevos barrios de carácter social, que buscaban mejorar las condiciones de habitabilidad de las familias valdivianas. Teniendo en cuenta que “en el año 1974, el 18% de la población urbana pertenecía al sector marginal, definido como quienes recibían menos que un salario mínimo en el sector formal” (Borsdorf, 2000). Es decir, que prácticamente una década y media después del terremoto, un quinto de la población de Valdivia, vivía en situaciones de extrema precariedad.
La construcción de estas nuevas urbanizaciones no fue realizada mayoritariamente por parte de Estado. Por el contrario, el sector privado, formado por empresas particulares y cajas de ahorro, fueron los principales impulsores de esta expansión habitacional. En este punto, se vio un giro en el desarrollo de la ciudad, y hasta el día de hoy, el sector privado es una fuerza importante para el crecimiento urbano. Este vuelco al sector privado, queda en evidencia en el trabajo de Borsdorf , quién realizó una comparación sobre los tipos de poblaciones en Valdivia construidas antes del año 1974 y entre 1974-1999, clasificándolas en dos grupos: particulares o públicas, siendo las primeras, desarrolladas por privados y las últimas, por el estado (Figura 3). Estas cifras demuestran claramente y corroboran una de las tesis de esta investigación, que con el término del gobierno de la Unidad Popular y sumado a la implementación del libre mercado durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, la actividad urbanística se trasladó fuertemente al sector privado. El modelo socioeconómico que se adoptó a partir de la década de los 80’s, con todo el espectro de leyes y nuevas instituciones que dejó el régimen militar, apuntan a una lógica neoliberal, donde la regulación estatal es mínima. Es debido a ello, que hoy en día la oferta y la demanda, rigen y regulan los mercados, incluso el del suelo. Por consiguiente es apreciable como los límites urbanos se redefinen, en gran medida, por presiones del mercado inmobiliario. Dentro de este contexto, durante la década de
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supremo de MINVU N°179 el 04 de octubre de 1988 y publicado en el Diario Oficial el 03 noviembre del mismo año. Con este PRCV, la expansión se enfocó hacia tres zonas: Hacia el norte, área denominada como Las Ánimas. Hacia el Sur, apuntado hacia sectores de carácter rural en Angachilla y Guacamayo. Además de prolongarse hacia el poniente, pretendiendo urbanizar la Isla Teja completa y hacia el sector Torobayo, proyectando expandir el área urbana hasta la costa. 10
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Fuente: Borsdorf, A. (2000). “El desarrollo urbano de Valdivia. Estudio de caso en una ciudad mediana” Espacio y Desarrollo, N°12, Instituto de Geografía de la Universidad de Innsbruck, Austria. Tabla 1
1980 la ciudad creció y se expandió rápidamente en base a poblaciones uniformes construidas principalmente por entidades privadas, lo que aumentó considerablemente su área urbana. Si el área urbana contemporánea al terremoto alcanzaba las 700 Ha, comparándola con la de finales de los 80’s, la ciudad duplicó su superficie. Es decir, en dos décadas Valdivia ya bordeaba las 1.500 Ha. De este modo, el modelo de ciudad dispersa empezaba a tomar fuerza y se avanzaba rápidamente, construyendo en baja densidad y esparciendo la ciudad en base a amplias zonas mono-funcionales hacia los límites urbanos de ese entonces. Durante este período, junto con el desplazamiento del centro topológico hacia la calle Picarte en 1979, el nivel de integración de la calle Picarte (Pi) aumentó debido a la formación del barrio Pablo Neruda, como un barrio de emergencia post-terremoto que se conformó en los sectores altos de la ciudad. En 1995, se consolida definitivamente la calle Picarte como la más integrada a nivel global, ante la inclusión de nuevos polos comerciales en el sector sur. El centro topológico se desplaza desde el centro histórico progresivamente hacia el sur-este de la ciudad, estableciéndose su nivel más en la calle Picarte a la altura del barrio estación.
Una de las principales razones que influyó en lo anterior, sucede a fines de la década de los 80’s, cuando se gestó uno de los cambios más radicales con la aprobación en el año 1988 del nuevo PRCV (Figura 4). El Plan fue aprobado por el decreto
Teniendo aún terrenos disponibles dentro de los límites tradicionales de la ciudad, se creó la zona de expansión comprendida desde el Puente Cruces pasando por los sectores rurales de Torobayo, Estancilla, Cutipay hasta Niebla. En definitiva, la forma que genera la expansión de los límites urbanos hasta el sector costero de Niebla, es una angosta y larga franja de 15 km, destinada para el uso residencial y turístico. Por otra parte, el sector de Torobayo se mantuvo apartado de la vida urbana, siendo un terreno de carácter rural, alejado de los límites urbanos. Hasta que en 1987 fue conectado a la Isla Teja mediante al Puente Cruces, que conectó a Valdivia con Niebla. Tras su inauguración y la posterior ampliación del límite urbano hasta la costa, empezó a urbanizarse esta área y junto con ello la proliferación de condominios y suburbios privados. Finalizada la década de 1980, en materia de gestión urbana, los principios de liberalización y desregulación, empezaron a considerar al mercado como el factor determinante en el desarrollo de la ciudad, sosteniendo que el concepto normativo de límite urbano era la causa del desequilibrio que conlleva la marcada diferencia entre valores del suelo urbano y rural. (Lungo, 2001; De Mattos, 1999) Según escribe Sabatini, en Chile, el cambio paradigmático a la doctrina económica del neoliberalismo, la apertura al mercado mundial y, en consecuencia, la integración al proceso de globalización se inició poco después que Pinochet tomó el poder político en 1973. Se promovió un creciente protagonismo de las leyes del mercado y la retirada del Estado de aquellos sectores donde entorpecía el libre juego de la oferta y la demanda. Las reformas neoliberales también incluyeron la planificación urbana y el mercado inmobiliario. El principal cambio fue definido en 1979 con la Política Nacional de Desarrollo Urbano, que decretó que el suelo urbano ‘no era un bien escaso’ y que su precio debía ser fijado por las fuerzas del mercado (Sabatani, 2000). Esto ha hecho desaparecer la presencia del Estado en el control de la forma de crecimiento de las ciudades, señalando que ellas han sufrido procesos de notable crecimiento espacial horizontal, lo cual se debe a la implementación de estas políticas económicas de libre mercado que han hecho del suelo urbano, a su vez, un bien de mercado. Actualmente, la ciudad de Valdivia se ve afectada por la urbanización extendida. Los proyectos inmobiliarios expansivos y desarticulados no logran consolidar nuevas áreas urbanas, provocando la conformación de suburbios en el sector sur, este, y oeste, generando una expansión demográfica y una pérdida de la ciudad compacta orientada hacia su río que antes existía.
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Cantidad de poblaciones
Poblaciones en Valdivia
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Tabla 2
Situación actual de Valdivia: mapa de integración global dentro del sistema total de ciudad, con valores de integración altos en color rojo. Fuente: Antonio Zumelzu.
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Figura 5
Evolución Área Urbana de Valdivia (1794-2014) Fuente: Elaboración propia en base a recopilación de planos históricos y fotos aéreas y satelitales.
La distribución de integración global en el mapa axial de Valdivia es mostrada en la Tabla 3. El mapa axial de la Tabla 3, muestra la distribución de la integración global en el sistema total de la ciudad con la calle con mayor integración, la avenida Picarte, a lo largo del lado sureste de la ciudad.
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La ciudad de Valdivia se expande desde el centro urbano hacia el sureste, siendo esta zona la de mayor integración de la ciudad. Por otra parte, esta aproximación establece que el centro histórico de la ciudad de Valdivia –la centralidad cognitiva- no coincide con las áreas de mayor integración global de la ciudad –centralidad topológica. Existe un desplazamiento de la centralidad topológica de la ciudad hacia el sureste. El plano ilustra que las unidades urbanas ambas del sur y noreste de la ciudad son las áreas con mayor segregación. Estas áreas son de carácter residencial, con la mayoría de sus usos de suelo destinados a vivienda y escases de otras funciones como comercio local, recreación y equipamientos. Por otra parte, a nivel global se destacan los segmentos de mayor integración de la calle Picarte en color rojo más oscuro. Como se aprecia en la figura a continuación, cuatro potenciales centralidades son sintácticamente distintivas, destacadas por su mayor integración a lo largo de la avenida Picarte –de norte a sur: las intersecciones con calles Baquedano (Bq), Simpson (Sp), con la Avenida Francia (Fr), y finalmente con Rubén Darío (Rd). De este modo, la avenida Picarte es la centralidad topológica de Valdivia no solo por su relevancia en evolución histórica, sino que también por ser el principal lugar de movimiento en la ciudad, que conecta el centro histórico con el sector sureste de Valdivia. Esto nos indica la razón porque la avenida Picarte es el punto de mayor integración global: Valdivia no presenta un crecimiento concéntrico, sino más bien, un crecimiento expansivo unidireccional que es determinado por sus límites geográficos, generados a partir del terremoto de 1960. Esto genera que el resto de su trama se encuentre desconectada, con estructuras urbanas que tienden a un crecimiento fragmentado.
CONCLUSIONES Valdivia demuestra que el patrón de integración global de la ciudad cambia radicalmente debido al crecimiento expansivo unidireccional que la ciudad ha presentado los últimos 40 años, desplazando el centro topológico hacia el sureste de la ciudad, siendo no coincidente con el centro histórico. Por otra parte. Tras la investigación se puede concluir que efectivamente fue posible determinar diferentes períodos y etapas relacionados a la expansión y desarrollo de la ciudad de Valdivia. En la Figura 5, es posible apreciar el plano evolutivo de la superficie urbana de la ciudad. En él, queda en evidencia que durante el período industrial, es decir en las décadas previas al terremoto del 1960, Valdivia comienza a expandirse desde su centro histórico ocupando nuevas riberas de los ríos. Esto generó la urbanización en base a zonas industriales a lo largo del río
Calle-Calle, específicamente en los sectores de Collico y Las Ánimas, además de la Isla Teja, en la ribera poniente del río Valdivia. Con en el apogeo de las industrias, Valdivia se expande rápidamente respondiendo a un aumento demográfico. Además de lo anterior y dentro del período foco de interés de esta investigación –que va desde 1960 al 2014– queda en evidencia que la ciudad de Valdivia triplicó su superficie, debido a los factores que se nombrarán a continuación. Respecto a las causas que influyeron directamente en la expansión urbana de Valdivia, destacan: 1. En primer lugar, los desplazamientos y densificaciones ligados al carácter social. En una etapa temprana, la expansión urbana se relacionó estrechamente con la migración alemana y el apogeo industrial. Tras el terremoto, la expansión urbana corresponde al desplazamiento de refugiados desde las zonas inundadas a terrenos más altos ubicados en la periferia de la ciudad, sentando las bases para los lineamientos de futuras expansiones. Finalmente, continuando con esta tendencia hacia la periferia, y respondiendo al aumento demográfico propio de las últimas décadas, el modelo ciudad tiende a la sub-urbanización aumentando la brecha socio-económica y la polarización de la población. La Tabla 4 se muestran los valores máximos de integración global de Valdivia en relación a los hitos más importantes que marcan la evolución histórica de su trama urbana. En la Tabla 4, se aprecia que el máximo valor de integración en la historia de la ciudad se presenta en el año 1995, con un valor de 1,16. La expansión unidireccional suburbana hacia el sureste, suroeste, y oeste han generado que el valor de integración del centro topológico de Valdivia descienda en el año 2014. Esto indica que a medida que la ciudad se expande, existe una tendencia de desplazamiento del centro topológico hacia el sur y, a su vez, una disminución en sus valores de integración global. Este desplazamiento es definido por las condiciones geográficas de la ciudad, como consecuencia de hechos históricos catastróficos: el río es percibido como un límite geográfico que, después de los hechos catastróficos del maremoto del 1960, generó que la ciudad no siga desarrollándose en torno a su río, desintegrando su economía y orientando su desarrollo hacia el sureste, hacia zonas más altas de la ciudad. El crecimiento residencial e inmobiliario lideran este tipo de desarrollo 2. En segundo lugar, se puede concluir que el mercado es también un factor determinante en el desarrollo de la ciudad, entendiéndolo como uno de los principales influyentes dentro de la toma de decisiones políticas. Tras analizar el caso de estudio, se demuestra que los cambios políticos sufridos durante la dictadura militar, especialmente la liberalización del mercado de suelo, influyeron directamente en dicho aumento de superficie, y lo siguen haciendo hasta el día de hoy. Dentro de la (Figura 5), respecto al período transcurrido entre los años 1972 y 1988 –que prácticamente corresponde
1945
1960
1979
1995
2014
Hitos relevantes
Llegada de la industria del ferrocarril y expansión sur de la población obrera.
Terremoto
Conformación de barrios de emergencia post-terremoto
Inclusión de nuevos polos comerciales al sur de la ciudad
Consolidación suburbana debido a Proyectos inmobiliarios
Centro Topológico
Calles Gral. Lagos (Gl) y Picarte (Pi)
Avenida Picarte (Pi)
Avenida Picarte (Pi)
Avenida Picarte (Pi)
Avenida Picarte (Pi) e intersecciones
Valores máximos de integración global
0,94
1,04
1,15
1,16
0,98
Situación actual de Valdivia: mapa de integración global dentro del sistema total de ciudad, con valores de integración altos en color rojo. Fuente: Antonio Zumelzu.
a las décadas del régimen militar y sus cambios realizados al modelo socioeconómico– se puede aseverar que fue la fase en dónde Valdivia se expandió más rápidamente. Debido al fuerte desarrollo habitacional, con la construcción de nuevos barrios de carácter social, que buscaban mejorar las condiciones de habitabilidad de las familias marginales, en base a poblaciones uniformes construidas principalmente por entidades privadas. Debido a lo anterior y apoyándose en la Figura 5, la ciudad se expandió 477 HA en dos décadas. Es decir aumentó la mitad de su superficie total, comparándola con el área correspondiente a la década anterior, cuándo Valdivia bordeaba las 1000 Ha. Respecto a la primera hipótesis, la cual hace referencia a que “las transformaciones generadas en la ciudad después del terremoto, no son considerables en comparación a los cambios sufridos por posteriores decisiones políticas”; se puede concluir que a diferencia como se pensaba anteriormente, efectivamente ambas fueron factores importantes asociados a la expansión urbana. Si bien, en un principio, se pensaba que las transformaciones post-terremoto no eran considerables, y que a pesar de la magnitud destructiva de la catástrofe, se habría respetado en cierto modo, la trama urbana original. Tras la investigación es posible determinar lo contrario, debido a que debido a la fuerza destructiva del evento sísmico y los importantes cambios geomorfológicos, se alteró radicalmente la forma de crecer de la ciudad. Al parecer, no se ha aprendido del pasado y en el presente los terrenos blandos, generados por el descenso del terreno, se continúan rellenando para la construcción. También el terremoto generó la aparición de variados humedales y pantanos conformando nuevos umbrales para la expansión urbana.
Además, el desplazamiento del centro topológico causado tras el terremoto, generó alteraciones en la estructura global del centro histórico que, sin embargo, no modificó ni cambió la localización del foco de centralidad vital o un desplazamiento de las actividades. El centro histórico continúa siendo el centro vital por excelencia, en la cual, las condiciones morfológicas de su trama cumplen un rol determinante, especialmente con la diversidad de actividades que tienden a concentrarse en segmentos de mayor integración local. Caso distinto ocurre con el centro topológico Picarte (Pi), que no posee las condiciones para generar vitalidad urbana, principalmente por las características de su trama local. El crecimiento expansivo generó que su trama local sea desconectada e irregular, localizando sus actividades linealmente sobre la avenida. Sin embargo, se aprecia una diversidad de actividades en las zonas de mayor integración local de Pi, donde la trama local se presenta con mayor ortogonalidad que favorecen al movimiento y conectividad. Sobre la segunda hipótesis, se puede afirmar que efectivamente los instrumentos de planificación vigentes, fomentan y relegan al sector privado la responsabilidad del crecimiento de nuevas zonas. Dentro de esta investigación, se vio como durante la dictadura, se generó un vuelco desde el sector estatal al privado en lo que a nuevas urbanizaciones respecta, lo que generó a largo plazo la acelerada expansión que se está manifestando en la periferia. Durante los 90’s la ciudad se expande lentamente, debido al bajo interés en emigrar a ella. Pero el panorama cambia paulatinamente hacia el presente, gracias al nombramiento de la Nueva Región en 2007. En el presente, se sigue incentivando la urbanización dispersa, lo que sigue distanciando aún más la periferia del centro y a
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Tabla 3
Evolución de la estructura urbana
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sus habitantes del acceso a servicios. Esto genera una mayor segregación socio-espacial y produce además congestión vehicular en las principales vías de la ciudad, debido a la baja conectividad y a la concentración de usos. Por otro lado, la falta de renovación urbana en muchos sitios del centro de la ciudad, fue interpretada como un indicador de la baja dinámica económica tras el terremoto. La constante expansión urbana y la falta de interés por parte de las autoridades, han arrastrado al centro de la ciudad a un estado de deterioro considerable. Este artículo sugiere prestar mayor atención a la relación entre políticas de uso de suelo expansivas y sus efectos en la consolidación de centralidades; o bien, en la generación de nuevas dinámicas urbanas como la descrita en el artículo: desplazamiento de centros topológicos por desarticulación urbana. Además, la importancia de investigar los impactos de la expansión periférica en obstaculizar o consolidar la vida urbana en zonas históricas o centrales de ciudades de tamaño intermedio. Por otra parte, la metodología utilizada construye datos que abren nuevas posibilidades para los planificadores y tomadores de decisiones para diseñar políticas y ordenanzas específicas que restrinjan o favorezcan el desarrollo de subcentros en las periferias, políticas de control de crecimiento urbano y políticas de re densificación, prestando una especial atención al crecimiento morfológico. Esto último es especialmente relevante para los gobiernos locales de la mayoría de las ciudades intermedias de América Latina que están experimentando crecimiento y problemas sin control en la entrega de servicios urbanos. Finalmente, el actual proceso de transformación urbana, plantea tanto nuevos retos como oportunidades para poder pensar y actuar hacia el futuro de la ciudad. Hay que lograr un trabajo conjunto con todos los diferentes actores de la ciudad, para consolidar un PRCV que actúe efectivamente como instrumento de planificación y que regule el uso de suelo en pos de conseguir una visión de ciudad acorde a objetivos consensuados, discutidos y validados. Sólo de esta forma se podrá comprender y aprovechar el paisaje donde la ciudad de Valdivia se inserta, para así poder disfrutarla de la mejor manera posible. De lograrse esto, los futuros planes de crecimiento y desarrollo de la ciudad de Valdivia, podrían posicionarse como referente a nivel nacional e internacional. Es el momento preciso para poder empezar a trabajar e imaginar la ciudad que se espera para las próximas décadas.
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Enviado: 23-03-2016 Aceptado: 13-06-2016
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DE CIUDAD MEDITERRÁNEA A METRÓPOLIS COSTERA, EL CASO DE GRAN LA SERENA. FROM MEDITERRANEAN CITY TO COASTAL METROPOLIS: THE CASE OF THE GREAT LA SERENA ALEJANDRO GUILLERMO ORELLANA MC BRIDE 1 MARÍA MACARENA DÍAZ ZAMORA 2 MARÍA TERESA FIERRO PAGE 3
1
Arquitecto, Académico del Departamento de Arquitectura Facultad de Ingeniería, Universidad de La Serena, Chile Campus Enrique Molina Garmendia, Amunátegui s/n, La Serena. aorellana@userena.cl
2
Arquitecto, Magister en Urbanismo Académica del Departamento de Arquitectura Facultad de Ingeniería, Universidad de La Serena, Chile Campus Enrique Molina Garmendia, Amunátegui s/n, La Serena. mmdiaz@userena.cl
3
Arquitecto Académica del Departamento de Arquitectura Facultad de Ingeniería, Universidad de La Serena, Chile Campus Enrique Molina Garmendia, Amunátegui s/n, La Serena. mfierro@userena.cl
La Serena tuvo desde su origen una relación conflictiva con la costa próxima. Una planicie costera pantanosa, ataques de corsarios y maremotos hicieron que la ciudad mantuviera un carácter de ciudad interior hasta mediados del siglo XX. El “Plan Serena” (1948-1952) inició un proceso de transformación, propiciando la conurbación con el puerto
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de Coquimbo. En la década de 1980 la ciudad alcanza el borde costero con la apertura de la Avenida del Mar. Esto investigación se exploran los modos de urbanización del borde, evaluando su incidencia en el desarrollo urbano y la construcción de ciudad. Se estudian lugares representativos de la costanera con un análisis morfológico y espacial comparado, situándolos en el contexto político, económico y normativo en el que fueron producidos. Las conclusiones apuntan a la importancia de la relación dialéctica de los agentes productores de ciudad en la calidad de la forma producida, observándose una progresiva privatización y excesiva densificación del espacio costero de la bahía a medida que avanza el proceso de metropolización, generando conflictos con formas mejor adaptadas y arraigadas, que, sin embargo, son más vulnerables ante amenazas naturales y de gentrificación.
Palabras clave: costaneras, gestión urbana, planes urbanísticos, metrópolis.
Since its beginnings, La Serena, Chile has had a troubled relationship with the nearby coast. A swampy coastal plain, pirate attacks and tsunamis caused it to retain an inland city character until the mid-twentieth century. “Plan Serena” (1948-1952) began a process of transformation by promoting conurbation with the port of Coquimbo. In the 1980s, the city reached the coastline with the opening of Avenida del Mar (Sea Avenue). This boosted tourism and real-estate development that have consolidated the process of conurbation around the bay. This research explores the different means of coastal urbanization in La Serena and evaluates their impact on urban development and city building. Representative places on the coast are studied using a comparative morphological and spatial analysis, thereby situating them in the political, economic and regulatory context in which they were produced. The findings point to the importance of the dialectical relationship between urban producer agents in relation to the quality of the resulting city that is produced. They show the progressive privatization and excessive densification of the coastal area of the bay as the metropolization process advances. Thus conflicts are created with better adapted and rooted forms, which, however, are more vulnerable to natural hazards and gentrification.
Keywords: costal road, urban management, urban planning, metropolis.
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fomentó el desarrollo turístico e inmobiliario que ha consolidado el proceso de conurbación en torno a la bahía. En la
INTRODUCCIÓN
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La forma urbana se puede comprender como el producto de distintas voluntades que inciden en ella; siguiendo la Teoría de la forma urbana de Guilles Ritchot, en la ciudad aplica el principio físico de que “una forma expresa siempre una fuerza” (Ritchot y Feltz, 1985, citado en Véliz, 1995, p. 258). Por otro lado, la forma producida en la construcción de ciudad incide de un modo crítico en la vida de sus habitantes, pues tiende a institucionalizarse y a determinar el desarrollo futuro del proceso social (Harvey, 1994). Las transformaciones urbanas se configuran entonces en una relación dialéctica entre las conductas sociales y la forma del espacio construido (Soja, 2000). En la naturaleza de la ciudad occidental se identifican dos lógicas de construcción espacial, normalmente expresadas como oposición entre lo público y lo privado, los cuales a través de agentes como el Estado o la empresa privada producen formas de ciudad características, con marcadas diferencias, por cuanto responden a lógicas funcionales distintas. Por otro lado, el modo como estos agentes han ido concibiendo el espacio urbano y su construcción ha ido evolucionando con el tiempo. En Chile la disposición fundacional de sus ciudades nace de la voluntad del Reino de España, en que se concibe la ciudad como la entidad de conquista que controla la ocupación del territorio. Es lugar de concentración del poder económico, político, judicial y militar (Astaburuaga, 2002). Para la corona española la ciudad surge de la lógica de conquista y control colonial del territorio, luego, el naciente Estado chileno pone énfasis en la consolidación urbana y la construcción de infraestructura cómo instrumento para el fortalecimiento de la república. Durante gran parte del siglo XX, se concibe la ciudad como el motor económico para obtener el anhelado desarrollo, por lo que el mismo estado la reorganiza y la dota de infraestructura productiva. Tras las intensas reformas de los años 1970, en especial la Política Nacional de Desarrollo Urbano de 1979, el estado concibe la ciudad como el principal espacio para la acción libre del mercado, limitándose a fijar normativas e instrumentos de regulación, adoptando un rol subsidiario y prescindiendo de importantes reservas de suelo fiscal (de Mattos, 1999). Los agentes privados, por su parte, han ido ampliando la escala de intervención en el espacio urbano. Si durante siglos la voluntad privada se limitó a determinar el destino y forma de un solar, en el siglo XX comienza a aumentar la escala por medio de la actividad industrial y la construcción de viviendas para obreros. Pero es después de 1979 que las voluntades privadas comienzan a definir la forma urbana, teniendo la capacidad, por medio del mercado del suelo y una potente industria inmobiliaria, de modificar grandes extensiones de ciudad (Sabatini, 2000).
En este contexto, se pueden diferenciar dos lógicas constructivas que han dado forma a las ciudades chilenas en los últimos cuarenta años: el Estado, que construye o financia (dependiendo del periodo a considerar) la vivienda social, interviniendo sólo donde el mercado no llegaba; y por otro lado, un fuerte sector de promoción inmobiliaria que fue construyendo la ciudad en base a la rentabilidad del suelo (Hidalgo, 2008).
EL CASO DE ESTUDIO La conurbación de La Serena-Coquimbo es la unidad urbana más importante de la región de Coquimbo. Esta región tiene una superficie de 40.580 km2, y está dividida en 3 provincias; Elqui, Limarí y Choapa (Figura 1). La Provincia de Elqui por su parte, tiene una superficie total que llega a los 16.895 km2, una población de 459.946, y está dividida en seis comunas. La Serena, con una población estimada al 2012 de 215.593, es la comuna capital regional y Coquimbo, con 219.639 habitantes, es la capital provincial; las otras cuatro comunas de la provincia son Andacollo, con 8.300 habitantes; La Higuera, 3.947; Vicuña, 26.713; y Paihuano, 4.555. La Serena fue fundada inicialmente en 1544 durante los primeros años del periodo de conquista española en Chile. Destruida en 1549 por los pueblos nativos, fue reconstruida ese mismo año en su emplazamiento definitivo siguiendo criterios claramente defensivos. Esta concepción defensiva de la ciudad, las constantes amenazas provenientes del mar, piratas y maremotos, junto con una primera planicie costera saturada de agua, mantuvieron el crecimiento urbano apartado de la costa, a pesar de la relativa cercanía al mar, situado a 2 kilómetros de distancia. Debido a los ataques de corsarios, se llegó incluso a considerar la opción de trasladar la ciudad al valle del Limarí en el siglo XVII (Concha, 1870). Con el tiempo, la ciudad se consolidó sobre un sistema de terrazas elevadas frente a la bahía de Coquimbo y articuló su territorio estableciendo fuertes relaciones con la actividad agrícola y minera. La relación con la actividad marítima se establece de forma distante a través del puerto natural, actualmente la ciudad de Coquimbo, ubicado a 15 km de distancia, el cual logró conformarse como unidad urbana recién durante la mitad del siglo XIX en plena reestructuración republicana y auge minero local (Véliz, 1995).
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Figura 1 Presentación del caso de estudio. Fuente: elaboración propia.
UN ÁREA METROPOLITANA EN FORMACIÓN
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Según la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, para que se considere oficialmente en Chile un sistema urbano como área metropolitana se requiere un mínimo de 500.000 habitantes. Esta visión cuantitativa de la ciudad metropolitana se puede contrastar con definiciones más amplias del fenómeno de metropolización. De acuerdo a Gaussier, Lacour y Puissant (2003) los cambios que produce la metropolización afectan principalmente las relaciones intra e interurbanas, estructurando, controlando y especializando un territorio. Estos cambios involucran una intensificación de estas relaciones funcionales hasta conformar una unidad, tanto en términos residenciales como laborales. La metrópolis corresponde a un concepto funcional y administrativo (Larrosa, 2012; Patiño, 2010; VargasGonzález, 2011)
hacia la capital del país (Presidencia de la República, 1952). El plan tuvo como instrumentos territoriales un Plan Regulador Regional de la Bahía de Coquimbo y un Plan Regulador Comunal para La Serena. Ambos instrumentos, elaborados 1948, si bien no tuvieron un carácter vinculante, orientaron todas las acciones del Plan y sirvieron de base para la formulación del primer plan regulador de la comuna de La Serena, aprobado en 1964.
Aylwin (1991) nos entrega tres características esenciales de un área metropolitana:
Hacia finales de la década de 1970 las facultades municipales para la gestión urbana son significativamente limitadas, definiéndose un rol principalmente regulador de la inversión privada en el suelo urbano.
- Constituye una realidad integrada, con influencia en conjunto de la nación, constituye un centro de decisiones políticas y administrativas o de desenvolvimiento económico. - Tiene su origen en la expansión de una ciudad sobre otras vecinas, o en la conexión o integración de varias unidades que tienen problemas comunes e inseparables. - Pérdida de la relación de identidad entre el ámbito territorial del área y las divisiones políticas y administrativas del mismo. Operan en el área distintas autoridades con competencia específica. El Gran La Serena, si bien está reconocido oficialmente como una unidad urbana (Instituto Nacional de Estadísticas, 2005), aún no se oficializa como área metropolitana, lo que debiese ocurrir tras el próximo censo. Se puede afirmar, que sin estar consolidado aún, el sistema urbano del Gran La Serena manifiesta un claro proceso de metropolización (Hidalgo, Arenas y Monsalve, 2009) Dentro de este contexto global, la gestión local en el Gran La Serena ha tenido pocos espacios para grandes acciones. Las ciudades de La Serena y Coquimbo, en sus inicios distanciadas en 15 kilómetros, experimentaron un proceso de conurbación a partir de las obras implementadas por el poder central con la aplicación, a mediados del siglo XX, del Plan de Fomento y Urbanización para las Provincias de Chile, más conocido como Plan Serena. Éste consistió en una intervención urbanística, arquitectónica y económica realizada entre 1946 y 1952 (Torrent, 2004; Fierro Page, 2015), liderada por Gabriel González Videla, Presidente de la República y tuvo por objetivo sentar bases de radicación en las provincias de Chile y evitar así la emigración
Todas las grandes intervenciones involucradas en el Plan Serena y que cimentaron la forma actual de la ciudad constituyeron decisiones centralizadas sin mayor injerencia de las voluntades locales. Luego de 1952, las autoridades edilicias debieron gestionar el Plan heredado, pero sin el apoyo político ni los recursos que tuvo en su implantación inicial.
Paradójicamente, los cambios que modificaron el rol del estado sobre el espacio y dieron libertad y herramientas para que la voluntad privada definiera la ciudad, propiciaron, en el caso de La Serena y a partir de una política de consensos, la construcción de una de sus más importantes obras públicas en los últimos 50 años, la apertura de un espacio nuevo de ciudad con la urbanización del borde costero. El propósito de este estudio es explorar los distintos modos de urbanización del borde costero que se fueron produciendo en el proceso de metropolización a partir de los cambios estructurales implementados en el Plan Serena a mediados del siglo XX. Se pretende relacionar cada tipología de construcción de borde con la concepción pública y privada del espacio costero y evaluar su aporte a la construcción de ciudad en un sistema urbano ad portas de convertirse en una metrópolis costera. El objetivo es revelar aspectos críticos en la generación de la forma urbana que ha transformado el territorio de la bahía y evaluar cualitativamente la morfología producida.
METODOLOGÍA En el área urbana se estudiaron los procesos de ocupación de la primera terraza costera entre el río Elqui por el norte y el puerto de Coquimbo por el sur. Para llevar a cabo el estudio se utilizaron fuentes primarias y secundarias que permitieron construir el relato histórico de los sucesos más importantes en la ocupación urbana de la planicie costera. Se consultaron mapas históricos, información planimétrica, fotografías áreas de los vuelos SAF 1955, 1978 y
Figura 2 Cortes temporales y tipologías de ocupación de la planicie costera. Fuente: elaboración propia.
1981 y fotografías satelitales a través de Google Earth fechadas entre mayo de 2004 y septiembre de 2015. Se determinaron los periodos históricos de acuerdo al contexto socio-económico que definieron los modos de ocupación de borde estableciéndose como cortes temporales los años 1955, 1985, 1995, 2005 y 2015 (Figura 2) Para cada corte temporal se seleccionaron los lugares más representativos construidos en cada periodo. Estos lugares se estudiaron a través de un análisis tipológico, morfológico y espacial comparado, estableciendo relaciones entre la calidad del espacio construido y el contexto político, económico y normativo en el que fueron producidos. Finalmente se elaboraron algunas reflexiones en torno a la vulnerabilidad a la que está expuesto el territorio objeto de este estudio y la necesidad de una visión metropolitana para la consolidación urbana del borde costero.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA OCUPACIÓN DEL BORDE La ciudad fundacional Durante cuatro siglos, La Serena tuvo un emplazamiento mediterráneo, separada del mar, a pesar de que se ubica a tan sólo 2 kilómetros y éste es claramente visible desde la ciudad. Hasta mediados del siglo XX, la ciudad heredó y mantuvo la estructura defensiva de la colonia. Situada sobre la segunda terraza, contaba con barrancos al norte y al oeste, una colina al este y mantenía vestigios de la muralla sur (Figura 3). La primera terraza era una planicie costera inhóspita, saturada de agua, territorio de vegas y humedales. Por esto, la relación con el mar era distante, y presentaba dos modos diferentes, el industrial a través del puerto de Coquimbo, recién urbanizado en el siglo XIX, y el recreacional, con la playa.
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Figura 3 Plano de La Serena en 1985. Fuente: www.memoriachilena.cl
Al puerto, históricamente se llegaba por el camino a Ovalle con un desvío en La Cantera, siendo necesario cruzar dos quebradas, o caminando 10 kilómetros a lo largo de la playa (Figura 1). A la playa, lugar de paseo de fin de semana o de verano, se accedía por medio de caminos y senderos rodeados de quintas cruzando los pantanos, los principales caminos se mantienen hasta hoy, que corresponden a las avenidas Francisco de Aguirre, Cuatro Esquinas y Peñuelas. Esta última daba acceso a una pequeña localidad pesquera y turística del mismo nombre.
La bahía como región urbana Durante el gobierno de Gabriel González Videla (1946-1952), y siguiendo la visión presidencial expresada en el Plan Serena, se concibe toda la extensión de la bahía como una región urbana, incorporando todos los usos, incluyendo la industria y la actividad agrícola (Figura 5). La implementación, a modo de piloto, del Plan de Fomento y Urbanización para las Provincias de Chile, reorganizó funciones, construyó infraestructura pública y fomentó el desarrollo económico local (Fierro Page, 2015). La primera terraza fue desecada por medio de una red de drenes y transformada en un conjunto de parcelas agrícolas articuladas con la nueva carretera panamericana (González Videla, 1975). Esto implicó la expropiación de gran parte de los terrenos del Fundo Cruz del Molino ubicado en la franja costera entre La Serena y Coquimbo (Figura 4) y configuró una suerte de suburbanización de la planicie costera.
Figura 4 Expropiación del Fundo Cruz del Molino. Fuente: elaboración propia. DE CIUDAD MEDITERRÁNEA A METRÓPOLIS COSTERA, EL CASO DE GRAN LA SERENA ALEJANDRO GUILLERMO ORELLANA MC BRIDE, MARÍA MACARENA DÍAZ ZAMORA, MARÍA TERESA FIERRO PAGE REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.30 - 43 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
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Figura 5 Plan Regulador Regional de la Bahía de Coquimbo (1948). Fuente: Fierro Page, 2015.
Figura 6 Balneario de Peñuelas, década de 1950. Fuente: Historia de La Serena
Figura 7 Plan Regulador Regional de la Bahía de Coquimbo (1948). Fuente: Fierro Page, 2015.
En este mismo periodo se concibe la aproximación urbana al mar a través de la construcción de balnearios con equipamiento y bien conectados con los núcleos urbanos. Se edificó el Faro Monumental y se consolidó la localidad de Peñuelas como el principal lugar de acceso al mar. En esta época, este enclave intermedio es un balneario suburbano que pretende iniciar una industria turística vinculada a la playa. Los edificios construidos son aislados, rodeados de áreas verdes, casi sin delimitaciones de terreno, en directa relación con la arena. La calle es de servicio, pasando al este del balneario (Figura 5).A pesar del poblamiento y suburbanización de la planicie costera producido por el Plan Serena, la mayor parte de la playa quedó ajena al desarrollo urbano. La urbanización del borde El cambio de política urbana en los años 1970 y la indicación del Ministerio de Tierras y Colonización (posterior Ministerio de Bienes Nacionales) de prescindir de sus reservas de suelo, resultaron en la transferencia a la municipalidad el resto de los terrenos que quedaron de la expropiación del Fundo Cruz del Molino, efectuada a mediados del siglo XX y que dio origen a la parcelación de Las Vegas (Figura 4). Ante esta situación, surgió la iniciativa edilicia de Eugenio Munizaga de construir una avenida en el borde costero de la bahía.
Si bien el proyecto inicialmente obtuvo una negativa de parte de los ministerios ad hoc, su concreción fue posible por el trabajo en conjunto de la Municipalidad de La Serena con la Intendencia Regional y un grupo de empresarios privados. La construcción y urbanización de la Avenida del Mar en la franja costera recibida, se gestó mediante el cambio de uso de suelo de agrícola a residencial, según lo establecido en el Decreto Ley 3516 de 1980 del Ministerio de Agricultura. Esto implicaba una subdivisión predial de 5.000 m2, camino de acceso y red de agua potable. El financiamiento de las obras fue compartido entre la municipalidad y empresas locales. Los terrenos resultantes de la subdivisión efectuada se licitaron “contra proyecto” a privados, quedando las condicionantes de urbanización y edificación básicas grabadas en la escritura de compraventa. El valor paisajístico de la playa y el mar comenzaba así a ser valorado económicamente. A principios de los años 1980 se consolidó una primera parte de la avenida, con una calle asfaltada, vereda de tierra y una delimitación del espacio de playa con una iluminación deficiente (Figura 7). En el tramo sur de avenida, adyacente al consolidado balneario de Peñuelas se construyeron los primeros edificios de departamentos.
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Figura 8 Primeros edificios de la Avenida del Mar. Fuente: archivo personal de los autores.
Figura 9 Volúmenes edificados entre 1990 y 1993. Fuente: archivo personal de los autores.
La tipología de edificación siguió los patrones del antiguo balneario, con edificios aislados, de 3 y 4 pisos, rodeados de áreas verdes. La diferencia principal radicaba en que la avenida ahora mediaba entre lo edificado y la playa, constituyéndose ésta en un espacio público urbanizado (Figura 8).
La ciudad costera A mediados de la década de 1980, no existiendo un plan seccional que normara las edificaciones en la avenida del mar, los proyectos elaborados por las licitaciones edilicias eran aprobados por el Concejo Municipal de la época. Este mismo Concejo acordó un pequeño conjunto de normas: antejardín de 5 metros, 50% de ocupación de frente y 7 pisos de altura. Esto último, para permitir el financiamiento de ascensor en edificios dfl2. Es en este periodo que se logró la consolidación de un espacio urbano en el borde costero. La secuencia rítmica y la altura homogénea de los edificios presentan una imagen definida y legible (Figura 9). Paralelamente se desarrollan usos diversos: comercio, restaurantes, locales nocturnos, hoteles. Hacia finales
de la década de 1980, se sectoriza el borde costero y se licitan pequeños locales que se edifican en la arena. Destinados a restaurantes y bares, se deben hacer cargo de la mantención de cada tramo de playa. El proceso de edificación se detiene a mediados de 1990. La playa de La Serena, ahora urbana y destinada principalmente a segunda vivienda, da lugar a que se reconozcan los valores paisajísticos y ambientales de otras playas cercanas a la conurbación. Surgieron los proyectos de Las Tacas, Morrillos, Playa Blanca y Puerto Velero al sur de la conurbación; y Serena Norte en el extremo norte de la Bahía de Coquimbo. Producción inmobiliaria en contexto metropolitano Hacia finales de siglo la construcción de la doble vía en la Ruta 5, que acorta los tiempos de viaje desde Santiago, incide en la reactivación de la inversión inmobiliaria. En los mismos años se construye la proyección de la costanera hasta el centro de Coquimbo. El eje Avenida del Mar – Costanera constituye la primera vía urbana interna de la conurbación entre las dos ciudades. Este hecho urbano vino a consolidar el proceso de
Figura 10 Grandes conjuntos de edificación en altura. Fuente: archivo personal de los autores.
En el año 1992 se había aprobado una actualización del Plan Regulador de La Serena que incorporó la avenida del mar en el área urbana, lo que modificó sustancialmente los parámetros iniciales de construcción en la Avenida del Mar. En los edificios de departamentos edificados a partir de este nuevo impulso inmobiliario, se observa que la vista al mar pasa a ser el factor más importante a la hora de diseñar, edificándose muros frontales a la costa, paralelos a la calle, de entre 7 y 12 pisos de altura en La Serena y en una segunda etapa de hasta 25 pisos en Coquimbo (Figura 10). Estas nuevas tipologías afectan el diseño del espacio urbano del borde, tornándolo más agresivo y confuso. El aumento de la densidad no se condice con la forma del espacio urbano. En la última década surge una nueva tipología de grandes condominios de edificios de departamentos con equipamiento comunitario complejo, tales como piscinas temperadas o con olas, gimnasios, spa y laguna artificial. Estos complejos dejan la playa como un escenario distante. La avenida frente al mar deja de ser importante, y es una vía de servicio trasera la que da acceso vehicular al complejo (Figura 10).
Reflexiones finales La ciudad se mantuvo distante del mar durante 400 años, manteniendo un marcado carácter mediterráneo. Su imagen urbana estaba ligada profundamente a las torres de las iglesias, al punto que se le llamaba la ciudad de los campanarios (Cortés, 2011). La urbanización del borde iniciada con el Plan Serena y consolidada con la Avenida del Mar cambió la imagen proyectada por la ciudad, llegando al ser el Faro Monumental el nuevo símbolo de la ciudad y la costanera la imagen más característica. Un hecho urbano que se podría considerar puramente espacialurbano ha desencadenado una dinámica económica que ha cambiado las relaciones funcionales locales. El turismo es una de las directrices fundamentales del desarrollo económico del Gran La Serena, aspecto que ya se enunciaba con los balnearios del Plan Serena, y que se potenció con la apertura de la Avenida del Mar, proyectándose a una metropolización del borde costero en una extensión de más de 60 km entre Caleta Los Hornos y Puerto Aldea.
Se ha observado que las primeras aproximaciones urbanas al borde de la bahía se constituyeron en base a una tipología de balnearios puntuales, donde la urbanidad llegaba hasta la calle de acceso que daba paso a una playa rural. Las edificaciones se situaban de forma aislada en directa relación con el borde de arena. Esta tipología de ocupación se mantuvo hasta la construcción de la Avenida del Mar, que cambia el modo de aproximación de la ciudad al mar, construyendo una continuidad urbana, un gran balneario extendido a lo largo de más de 6 kilómetros de playa. Los primeros edificios, sin embargo, tendieron a repetir la tipología de los balnearios existentes. Fue en los años 1990, cuando, a falta de norma de urbanización, y a través de consensos entre los actores que se construyen tramos de borde como ciudad costera. El espacio público como hecho arquitectónico sustenta la construcción de ciudad, que si bien es fragmentada, logra conformar lugares de diversidad y riqueza espacial. Esta porción de ciudad se materializó con el imaginario de un ideal, privilegiando el valor paisajístico. En las décadas siguientes, se fue perdiendo progresivamente la preocupación por el espacio público, concentrándose los esfuerzos en maximizar las rentabilidades inmobiliarias, lo que produjo edificios de carácter individualista y cada vez más grandes y altos, que en los últimos años han perdido la relación con el borde costero a nivel del peatón y en los que un paisaje artificial simula un territorio ajeno (Figura 11).
Relaciones entre gestión local y espacio urbano construido En base al análisis de los distintos lugares estudiados, aparece como factor crítico en la forma del espacio el rol que cumplieron los distintos agentes de producción urbana. Mientras que en un comienzo es el Estado el que determina con mucha fuerza la forma las primeras aproximaciones al borde costero, es a través de un trabajo conjunto entre los agentes públicos y privados que se materializa la urbanización del borde del Gran La Serena. A juicio de la evaluación hecha en este estudio los mejores tramos de costanera en términos de legibilidad del espacio, consolidación y diversidad de actos urbanos se lograron en un periodo de indefinición normativa, pero de grandes consensos entre el municipio como principal actor público y las empresas constructoras locales como motores de inversión privada. Estos
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conurbación entre La Serena y Coquimbo, pues marcó el inicio de su consolidación vial, partiendo desde el borde costero. La ciudad ya no es interior, la metrópolis será costera.
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Figura 11 Plan Regulador Regional de la Bahía de Coquimbo (1948). Fuente: Fierro Page, 2015.
consensos se lograron en base a una idea común de ciudad en La Serena. La comuna de Coquimbo, por su parte, trató de competir diferenciándose por medio de la edificación de vivienda unifamiliar y permitiendo mayores alturas en el borde costero. En los últimos 15 años, en que se ha consolidado la conurbación de La Serena y Coquimbo y se ha evidenciado un proceso de metropolización, se observa que falta una visión común del sistema urbano del Gran La Serena, no existen instrumentos normativas ni de gestión metropolitanos, sino solamente comunales, los que además son contradictorios entre sí. Los agentes privados, ya no sólo locales, sino mayoritariamente de capitales foráneos, actúan en el marco de un fragmentario panorama normativo, buscando exclusivamente la maximización de la renta del suelo, sin visión alguna de la construcción de ciudad.
Ante este panorama urge abrir mayores y mejores espacios de participación ciudadana para concebir la ciudad que se quiere, espacios que usualmente se reducen a un trámite requerido para la aprobación de un plan regulador o un proyecto en particular y con frecuencia se asumen como un estorbo que ralentiza la consecución de objetivos para la administración pública. Iniciativas como los presupuestos participativos y las consultas ciudadanas ante proyectos de gran impacto van en la línea de abrir estos espacios, pero aún queda mucho para que los ciudadanos tengan real injerencia en definir la ciudad en la que quieren vivir y los distintos agentes, públicos y privados, tengan instancias de dialogo y coordinación. De la vulnerabilidad a una visión metropolitana Si bien en la actualidad no hay piratas arreciando las costas de Chile, los tsunamis constituyen una amenaza constante para los asentamientos de borde. El nivel de integración de la Avenida del
Por otro lado, la ocupación de la planicie costera ha significado un impacto medioambiental incalculable en los últimos 60 años. Un vasto territorio de gran biodiversidad, lugar de anidación de aves migratorias, ha sido reducido a tres humedales. El suelo de la costa es propenso a inundaciones, como lo demuestra cada tanto una tormenta que paraliza la ciudad. Se debiera retomar la visión metropolitana, planteada tempranamente a través del Plan Regulador Regional de 1948, de modo de mejorar las relaciones entre el desarrollo inmobiliario turístico y residencial con las características del territorio natural y ecosistémico del borde costero, considerando tanto la protección de los humedales, sistemas dunarios y bancos naturales de especies existentes, como la reducción de la vulnerabilidad de sus habitantes frente a las amenazas naturales. Es un desafío urgente para el sistema urbano del Gran La Serena superar la fragmentación normativa y de acciones políticas sobre el territorio, reconociendo el valor global de su geomorfología y de su historia. Revisitar las concepciones territoriales del Plan Serena puede ser una de las claves para administrar esta área atrapada por el desarrollo urbano.
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Mar – Costanera con el resto de la ciudad es precario. La carretera panamericana es una barrera importante para la construcción de vías transversales. No existe capacidad de evacuación completa del borde costero en caso de maremoto, y en época estival es algo crítico por la afluencia de turistas. La Oficina Nacional de Emergencias de Chile recomienda la evacuación vertical en caso de no estar cerca de una vía de escape (ONEMI, 2014), pero no existe reglamentación que regule este modo de evacuación, por lo que aparece como una improvisación.
Enviado: 13-06-2016 Aceptado: 15-07-2016
ESTUDIO DEL FENÓMENO DE CENTRALIDAD URBANA MEDIANTE UNA METODOLOGÍA SISTÉMICA APLICADA A LA DINÁMICA ESPACIAL DE UN ÁREA METROPOLITANA. EL CASO DE MENDOZA, ARGENTINA. NATALIA PORRO, ALEJANDRO MESA REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.44 - 53 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
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ESTUDIO DEL FENÓMENO DE CENTRALIDAD URBANA MEDIANTE UNA METODOLOGÍA SISTÉMICA APLICADA A LA DINÁMICA ESPACIAL DE UN ÁREA METROPOLITANA. EL CASO DE MENDOZA, ARGENTINA. A STUDY OF THE URBAN CENTRALITY PHENOMENON USING A SYSTEMIC METHODOLOGY APPLIED TO THE SPATIAL DYNAMIC OF A METROPOLITAN AREA: THE CASE OF MENDOZA, ARGENTINA. NATALIA PORRO 1 ALEJANDRO MESA 2 1
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Becario CONICET, Instituto INAHE, Argentina Mendoza, 5500 nporro@mendoza-conicet.gob.ar Ruiz Leal S/N Parque san Martín Mendoza Capital. Mendoza, Argentina Investigador CONICET, Instituto INAHE, Argentina Mendoza, 5500 amesa@mendoza-conicet.gob.ar Ruiz Leal S/N Parque san Martín Mendoza Capital. Mendoza, Argentina
Actualmente las acciones realizadas por los organismos de gestión que actúan sobre la planificación vial, no son suficientes para solucionar los problemas como la congestión y consumo energético, resultantes del fenómeno de movilidad y desplazamiento en núcleos urbanos. El crecimiento expansivo y la centralidad funcional generan un marcado desequilibrio entre las distintas zonas de un área metropolitana. El centro urbano, debido a su capacidad de resiliencia, consigue responder a la constante demanda de ingreso, pero sobrecargándose a la hora de cubrir las necesidades de los usuarios. Los medios de desplazamiento son los elementos conformadores de los ejes viales que dan lugar a la circulación en la ciudad y a su vez evidencian factores de impacto ambiental.
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Este trabajo expone una herramienta metodológica sistémica y de simple aplicación, mediante eslabonamientos de indicadores condiciones futuras en relación a la movilidad urbana. Esto contribuye al desarrollo de intervenciones óptimas para la planificación vial urbana. La metodología fue validada en el Área Metropolitana de Mendoza (AMM), Argentina, en distintas escalas espaciales y temporales, utilizando datos oficiales, que contemplan los tres horarios de mayor flujo de desplazamiento.
Palabras clave: Movilidad urbana, centralidad, crecimiento expansivo, resiliencia urbana.
Currently, the actions taken by management agencies regarding road planning are insufficient to solve problems such as congestion and energy consumption, which result from the phenomenon of mobility in urban nuclei. Expansive growth and functional centrality generate a marked imbalance between different parts of metropolitan areas. City centers are able to respond to the constant demand for entry due to their resilience, but become overloaded upon meeting user needs. Main roads make it possible to circulate in cities and in turn give evidence of environmental impact factors. This paper presents a simple, systemic, methodological tool that uses linkages between means of mobility indicators analyzed in three time periods, to view trends and estimates of future conditions relating to urban mobility. This contributes to the development of optimal interventions for urban road planning. The methodology was validated in the Mendoza Metropolitan Area (AMM), Argentina, on different spatial and temporal scales, using official data, which include the three timeframes with the greatest movement.
Keywords: urban mobility, centrality, expansive growth, urban resilience.
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de medios de movilidad, analizados en tres periodos de tiempo, que permiten visualizar tendencias y estimaciones de
INTRODUCCIÓN
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Existen innumerables causas que dan lugar al fenómeno metropolitano como modelo territorial de ciudad dispersa, el cual es conformado por núcleos interdependientes cuyo origen deviene de la formación de una ciudad central establecida por funciones urbanas, como oferta de bienes, servicios y trabajo. Bajo el marco establecido por dicho modelo, la función de carácter residencial se ve desplazada hacia distritos periféricos, donde la dinámica expansiva generada en el territorio presenta un marcado desequilibrio entre las distintas áreas. Uno de los problemas surge ante el intento de dar soluciones o repuestas a la demanda que se presenta en el sistema3, motivo por el cual se genera un proceso de ida y vuelta a la ciudad central (Figura 1). Podría decirse de lo residencial al centro de las actividades, específicamente al núcleo urbano4, realidad que lo expone a una situación de constante cambio y adaptabilidad funcional (Koolhaas, 2011). Las áreas metropolitanas actuales responden a la expansión territorial urbana, pero no contemplan la dinámica que se gesta en el espacio desde la ubicación de los individuos en función a la búsqueda del desempeño de sus roles y satisfacción de sus necesidades. Estudios de la ONU-HABITAT (Ghel, 2014), revelan el aumento del crecimiento de ocupación territorial de las ciudades, que parten desde 1950 con menos del 40% de la población mundial con una proyección al 2050, superior al 93%. Afirma que dicha realidad está cambiando el aspecto físico y demográfico del mundo. Por ejemplo, la Provincia de Mendoza, ubicada en el centro oeste argentino, mostró en los últimos años un incremento de la superficie del AMM, a un ritmo de crecimiento anual del 4,5%. Estudios cronológicos evidenciaron resultados entre el año 1983 y 2010 donde el aumento de la trama urbana pasó de tener una superficie de 7.753 ha a 20.624 ha, lo que representa un aumento del 135% (Gómez y Mesa, 2014). Durante cincuenta años, las ciudades han sido estudiadas como sistemas equilibrados. En las últimas dos décadas ha cambiado el paradigma que interpreta a la ciudad como un fenómeno emergente resultante de la combinación de niveles jerárquicos impulsados por la descentralización. Análisis realizados profundizan en el marco dinámico de la ciudad, mediante esquemas pragmáticos, donde el concepto clave de complejidad se estructura fuera del equilibrio tradicional permitiendo simular el funcionamiento de la misma con el fin de unir morfologías urbanas mediante la modelización. (Batty, 2008).
Figura 1 Gráfico esquemático del fenómeno de centralidad, congestión y consumo energético. Fuente: Propia de autor.
El presente trabajo aporta bases para realizar los estudios mencionados. Expone una metodología de evaluación del fenómeno de centralidad urbana mediante la aplicación del enfoque sistémico de estudio de ecosistemas desarrollado por Gilberto Gallopin (2003) a un área metropolitana mediante el eslabonamiento de variables. En este contexto, se entiende a la ciudad como una estructura urbana espacial conformada por ejes de transporte y definida por los distintos sistemas y subsistemas que la componen; entre ellos se destacan: el soporte morfológico, los medios de desplazamientos y usuarios como actores materiales. En la actualidad la interacción entre los mismos presentan conflicto en el solapamiento de sus funciones. Acompaña al rápido crecimiento poblacional el aumento de las fuentes móviles (medios de transporte motorizados), responsables del 70% de emisiones que contaminan la atmósfera (Gómez, Mesa, 2014) debido al consumo de combustible y el contenido de carbono del mismo; el CO2 que emana dicha fuente es directamente proporcional al crecimiento temporal de los mismos (Puliafito et. al., 2015). Se aplicó esta metodología en Mendoza, analizando los medios de transporte usados en horarios punta de tres periodos temporales: año 1998, 2005 y 2010, conforme a la disponibilidad de datos oficiales de la Provincia de Mendoza. Además, se analizó el consumo energético de la partición modal motorizada en tres horarios punta, en una intersección perteneciente al núcleo del AMM, mediante un relevamiento de flujo a través de las grabaciones obtenidas de las cámaras del Ministerio de Seguridad.
3 Sistema espacial urbano entendido como un conjunto de unidades espaciales discretas vinculadas entre sí por relaciones lo suficientemente fuertes como para transmitir al todo, cualquier transformación local. Componentes y relaciones constituyen el sistema urbano (Lefebvre, 1970 en Kaftra, 2008).
4 Núcleo urbano: centralidad geográfica en la cual se localizan infinitas funciones de carácter simbólico, socio-espaciales y de interacción de elementos de la misma.
METODOLOGÍA La metodología del ecólogo Gilberto Gallopín se presenta en términos de “sostenibilidad y desarrollo sostenible” la cual expone el movimiento del producto o variable vinculado a la tendencia de permanecer o no dentro de un sistema. El fin de la misma permite determinar diagnósticos fundados en criterios de búsquedas puntuales, pero es importante dejar en claro que la acción transformadora revelada posiciona al producto observado en su estado actual en forma lineal, sin discriminar el grado de carácter positivo o negativo. Teniendo en cuenta dichas consideraciones se cuenta con una herramienta que permite determinar supuestos o tendencias para posibles intervenciones urbanas.
Figura 2 Eslabonamiento de variables de entrada y salida en un sistema complejo. Fuente: Sostenibilidad y desarrollo Sostenible: un enfoque sistémico (Gallopín 2013:10).
ESLABONAMIENTO La teoría de Gilberto Gallopín sobre la sostenibilidad y desarrollo sostenible desde un enfoque sistémico, entiende que todos los sistemas tienen existencia material, son abiertos y mantienen intercambios de energía, materia e información con su ambiente, esenciales para el funcionamiento del mismo. El comportamiento depende de variables de entrada o insumos, cuyo eslabonamiento genera variables de salida o productos (Figura 2) . Los elementos pueden ser moléculas, organismos, máquinas o partes de ellas, entidades sociales e incluso conceptos abstractos. Las relaciones, interconexiones, o “eslabonamientos” entre los elementos se pueden manifestar de maneras muy diferentes como transacciones económicas, flujos de materia o energía, vínculos causales, señales de control, entre otros. Según Gallopín, el estado de un sistema está dado por un conjunto de variables internas en un momento dado y, a su vez, determinado por el estado anterior del sistema y por los insumos que éste haya recibido en el último período de tiempo. En general, todas las variables pueden cambiar en el tiempo, el espacio y la población.
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Figura 3 Representación canónica (izquierda) y gráfica (derecha) de un sistema general de estado finito. Fuente: Sostenibilidad y desarrollo Sostenible: un enfoque sistémico (Gallopín, 2013:10,11).
TRANSICIÓN DE ESTADO DE UN SISTEMA DE ESTADO FINITO El paso a seguir de la metodología comprende el estudio de la transición de estado del sistema en forma sencilla. Un sistema finito, por ejemplo, puede representarse mediante la definición canónica general del estado de los mismos. (Gill, 1969 en Gallopín, 2013). A su vez, se puede representar gráficamente (Figura 3). Donde S indica el estado interno del sistema, I es el vector de insumos (la lista de todas las variables de entrada o insumos), O el vector de variables de salida o productos del sistema y F y G funciones deterministas o probabilísticas. El subíndice t indica el tiempo.
ESTUDIO DEL FENÓMENO DE CENTRALIDAD URBANA MEDIANTE UNA METODOLOGÍA SISTÉMICA APLICADA A LA DINÁMICA ESPACIAL DE UN ÁREA METROPOLITANA. EL CASO DE MENDOZA, ARGENTINA. NATALIA PORRO, ALEJANDRO MESA REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.44 - 53 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
El presente trabajo profundiza en 2 etapas dentro de la metodología. La primera pertenece a una contextualización temporal y el eslabonamiento de las variables del sistema movilidad y desplazamiento (MD) que ingresan al sistema AMM en estado de materia y energía para obtener un producto resultante del mismo. La segunda etapa analiza la transición del estado del de los factores de impacto pertenecientes al sistema medios de transporte, en forma lineal en 3 periodos de tiempo. Para determinar el consumo de energía se utilizan los datos relevados en un caso de estudio representativo para la muestra, precisamente en una intersección perteneciente al núcleo del AMM permitiendo obtener de esta manera la tendencia lineal del consumo de combustible.
Entendiendo a la ciudad como un sistema dinámico, en constante cambio, el grado de permanencia en el tiempo de las variables intervinientes, se define en términos de sostenibilidad, tal como lo expresa Gallopín en la siguiente fórmula: V (Ot+1) ≥ V (Ot) La función V evalúa las salidas o productos del sistema, que en un desarrollo sostenible debe ser mayor o igual en un tiempo t+1 que en t=1. El “valor” neto del producto no se expresa necesariamente en términos económicos. Para el autor, el objetivo que persigue la sostenibilidad es conservar el sistema en sí (Gallopín, 2003).
VALIDACIÓN DE LA METODOLOGÍA EN UN CASO CONCRETO.
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La herramienta metodológica propuesta se aplicó en el Área Metropolitana de Mendoza (AMM).El relevamiento de datos frente a dicha herramienta contempla dos casos de estudios. El caso 1: corresponde a la contextualización temporal de la conformación del AMM y transformación del núcleo. Para la aplicación se utilizaron los datos oficiales con los que cuenta la provincia en materia de distribución de medios de transporte (Partición modal) en tres periodos de tiempo. De esta manera se estiman conclusiones en función a las variables de crecimiento que manifiesta el área. En el caso 2, para demostrar la versatilidad de la aplicación de dicha metodología, se consideró relevante intervenir en menor escala en la intersección que comprende las calles Barcala y San Martin perteneciente al núcleo del AMM, por ser representativa del flujo, extrapolable por sus características socio-espaciales a diferentes puntos estratégicos de la ciudad. El relevamiento provee de datos cuantificables de flujo por partición modal, los cuales permitieron obtener niveles de consumos energéticos. Se analizaron los tres horarios punta definidos para el AMM (Encuesta Origen-Destino [EOD], 2010): de 7:00 a 9:00 horas, de 12:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 19:00 horas. Caso 1: Contextualización temporal- Área Metropolitana de Mendoza (AMM) El Área Metropolitana de Mendoza está ubicada en el centro oeste de la Argentina, en el norte de la Provincia de Mendoza (Figura 4). Es un conglomerado urbano integrado por seis departamentos (Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Maipú y Luján de Cuyo), cuya población lo convierten en la cuarta aglomeración de la Argentina. La ciudad de Mendoza es el actual núcleo del área metropolitana y constituye el centro administrativo de una red muy dispersa de ciudades. (Mendoza. Ministerio de Hacienda. Unidad de Financiamiento Internacional, 2013). En el periodo que va del 1940 al 1960, el núcleo del AMM que corresponde a la ciudad de Mendoza presenta una etapa de impulso económico y concentración multifuncional, equilibrado
Figura 4 Izquierda: ubicación de la provincia de Mendoza. Centro: conglomerado de departamentos conformadores del AMM. Derecha: mapa del núcleo de la zona central.
demográficamente. Se convierte en un núcleo de especial atracción residencial, debido a que el transporte público no acompañó a la planificación de manera funcional como conector entre las diferentes áreas. La inclusión del automóvil privado ayudó a expandir la población hacia la periferia (Ostuni, 2012). Los principales efectos del crecimiento urbano en Mendoza se dan en los años 60, cuando el núcleo se convierte en un centro emisor de población hacia los departamentos vecinos. En un comienzo, lo hace a un ritmo paulatino moderado pero en la década de los 90 presenta un cambio acelerado por la presencia e incorporación de los barrios cerrados. Este modelo a seguir, estadounidense, trae aparejado especulaciones comerciales inmobiliarias y soluciones al problema de la inseguridad por la que atravesaba todo el territorio. Esta inseguridad fue la causal determinante para la contribución de la enorme expansión de la suburbanización. Los grupos sociales de mayor nivel económico buscan asentarse fuera del núcleo, en departamentos como Godoy Cruz o Luján, realidad que genera una fragmentación en la sociedad: el conocido fenómeno de segregación que trae consigo la falta de interacción. Entendiendo dicha problemática surgieron planes municipales y su implementación en la provincia. Se han ido consensuando acciones concretas orientadoras de los procesos sostenibles de urbanización y sus problemáticas, tales como desalentar el uso del automóvil particular y priorizar la red de transporte público (Furlani, 2010). Caso 2: Descripción del tramo de estudio: La intersección analizada comprende 2 anchos de calle, siendo la Av. San Martin la más ancha con 30 metros, la cual presenta una distribución homogénea de peatones que se desplazan sobre las veredas y una doble vía de circulación vehicular bidireccional. La misma recibe el desplazamiento de todo tipo de partición modal, e intercede con la calle Barcala que presenta un ancho de 20 m con distribución homogénea de flujo peatonal bidireccional y una vía de circulación vehicular unidireccional donde también se desplaza todo tipo de modalidad (Figura 5).
Figura 6 Esquema gráfico de eslabonamiento de variables de entrada y salida de los sistemas conformadores del SCU en el núcleo del AMM. Fuente: Propia de autor
RESULTADOS
genera sobre dicho soporte como carácter dinámico y la PU que toma al ser humano como actor autónomo que interactúa con los distintos sistemas. El resultado de esta interacción conforma el SCU.
Eslabonamiento de los sistemas conformadores del sistema de circulación urbana El eslabonamiento de las variables de entrada y de salida, generadoras de la dinámica espacial urbana, parte de un proceso donde interactúan tres sistemas conformados por sub-sistemas, los cuales son configuradores del sistema de circulación Urbana (SCU). Desde una mirada a gran escala para entender la conformación del SCU donde se desarrolla la dinámica espacial en un Área Metropolitana, se contemplan los tipos de espacios determinados por 3 sistemas: Soporte morfológico (SM), Movilidad y desplazamiento (MD) y percepción del usuario (PU). Los espacios geométricos definen al sistema SM que hace referencia a la forma y sus componentes, tales como la estructura y el tejido urbano. Los espacios topológicos se asocian al sistema MD los cuales refieren al estudio del lugar donde interviene el análisis de los cuerpos geométricos en constante transformación, asociados a la continuidad espacial, proximidad y texturas. A su vez, los compara y clasifica destacando sus atributos de conectividad, compacidad, en término de conjunto. Por último los espacios perceptuales (sistema PU) van ligados al comportamiento del individuo como respuesta a la formación de sus experiencias en el espacio público, generador de la activación del sistema de circulación urbana. En la Figura 6 se esquematiza los componentes que ingresan al sistema abierto, es decir, el núcleo del AMM. Se observa el soporte morfológico, la movilidad y desplazamiento que se
CASO 1: APLICACIÓN METODOLÓGICA Eslabonamiento de variables conformadoras del sistema de movilidad y desplazamiento El sistema de movilidad y desplazamiento (MD) (Figura 7, A) está conformado por factores intervinientes como los FIM (factores que impulsan a la movilidad), edad, sexo, ocupación, los FIP (factores de impacto) como consumo de espacio geográfico, tiempo, recursos financieros, congestión e impacto ambiental y los MDT (medios de transporte) motorizado y no motorizado. Son factores estructurantes en la generación de la movilidad y desplazamiento en una ciudad y permiten determinar la incidencia de las distintas variables para posibles intervenciones o casos de estudio. Específicamente para responder a los requerimientos del presente caso, se profundiza en el eslabonamiento de los MDT (Figura 7, B) con el fin de establecer las tendencias lineales. Los esquemas plateados en la Figura 7 van mostrando el despliegue de variables intervinientes en el sistema MD siendo MDT el factor a ser analizado. Clasifica y jerarquiza el tipo de partición modal discriminado por el mecanismo: motorizado y no motorizado. El eslabonamiento entre estas variables permite entender el grado de interrelación y el rol que desempeña cada uno en el espacio, obteniendo como como producto resultante de salida del sistema el tipo de desplazamiento.
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Figura 5 Izquierda: mapa de intersección calle Barcala y San Martin, con base en Google Maps (2016). Derecha: Fotografías de la intersección, extraídas de Google Street (2013).
Figura 7 Grafico esquemático. Izquierda: eslabonamiento de variables intervinientes en el sistema MD. Derecha: eslabonamiento de variables intervinientes en MDT.
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Figura 8 Datos censales del crecimiento de los MDT. Fuente: elaboración propia, en base a los datos obtenidos de Moreno y Cruz, 2009 y EOD, 2010.
Figura 9 Crecimiento lineal de los MDT en el AMM, según datos censales. Fuente: Propia de autor.
Figura 10 Representación gráfica del AMM, según la metodología de Gallopín (2003). Fuente: Propia de autor.
Figura 11 Tendencia lineal del grado de permanencia de los MDT en el sistema. Fuente propia de autor
Resultados de la transición temporal y grado de permanencia de los MDT en el sistema. Fuente: propia de autor.
Transición de estado del sistema. Caso de estudio AMM Los datos necesarios para obtener resultados de transición en el sistema de los MDT en el AMM, pertenecen al periodo 1998-2005 del Proyecto “Estudio integral del sistema de transporte urbano de pasajeros del gran Mendoza”, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo, Centro de Tránsito y Transporte (Moreno y Cruz, 2009). Los correspondientes al periodo 2010 fueron extraídos de la encuesta origen destino (EOD)5.
caso la tasa de crecimiento o decrecimiento de los MDT en los periodos correspondientes. Es necesario conocer el estado anterior del mismo por los insumos que haya recibido en el tiempo, relación mencionada con anterioridad en la metodología. En el caso que se observe un decrecimiento el valor será negativo, cuando es creciente la curva en todo el dominio analizado (1998-2010), lo valores serán mayores que cero. Nótese que el valor negativo de una tasa de crecimiento no implica la desaparición de la partición modal, sino que la misma ha disminuido en el tiempo.
La Figura 9 refleja el aumento del uso del automóvil privado en la década del 90 hasta el año 2005 que va del 46% al 50%, el cual coincide con la expansión y creación de barrios privados alejados del núcleo, a su vez una marcada disminución del uso del transporte público del 39% al 30%, época en el que el mismo no facilitaba el acceso al centro. La modalidad de desplazamiento a pie presenta un fuerte aumento 4% al 14% y el uso de la bicicleta disminuye del 11% al 7%. La estadística presentada también sugiere en el periodo de intervalo de 5 años del 2005 al 2010 una disminución del uso del automóvil privado del 50% al 31,06%, aumento del transporte público del 30% al 44,74 %, realidad que se invierte en los últimos años, la curva del desplazamiento a pie sigue aumentando del 14% al 16,19% y el uso de la bicicleta disminuye del 7% al 2,16%.
En base al período que va desde el 2005 al 2010, se puede observar en la Figura 11 que tanto el transporte público como la tracción a sangre tienden a permanecer, ya que mostraron un crecimiento del 14,74% y del 2,19%, respectivamente, mientras que el uso del automóvil privado y las bicicletas decreció un 18,94% y un 4,84%, respectivamente.
Grado de permanencia de los MDT en el sistema.
Eslabonamiento de variables conformadoras del subsistema FIP.
En el caso de estudio se aplica el método utilizado en la Figura 3, sustituyendo los valores temporales que presenta el AMM con sus intervalos correspondientes, tal como se observa en la siguiente figura: El período que fue modelado que va desde 1998-2005 al 2005-2010 con intervalos entre 7 años y 5 años. El estudio toma un horario punta para la muestra que va de 7:00 a 9:00 am, se analizan 4 MDT: transporte público (micros, troles y el tranvía urbano), transporte privado (automóvil), bicicletas y a pie (tracción a sangre). Se considera para determinar el grado de permanencia de un producto en el sistema el valor neto de salida del mismo, en este
La tabla 1 muestra el crecimiento porcentual de la transición temporal desde 1998 al 2005 y desde el 2005 al 2010.
CASO 2. CONSUMO ENERGÉTICO EN UNA INTERSECCIÓN EN EL NÚCLEO DEL AMM.
Los esquemas plateados en la Figura 12 van mostrando el despliegue de variables intervinientes en el sub-sistema MDT siendo los FIP (Factores de impacto en la movilidad) las variables cuyo eslabonamiento dan como un resultado de salida del sistema el consumo de recursos. Clasifica y jerarquiza el tipo de consumo de combustibles discriminado por propiedades de uso. El eslabonamiento entre las mismas permite entender cuáles son los factores que interviene e impactan con el medio ambiente, mediante el consumo de combustible De esta manera se obtiene como salida del sistema el consumo energético que presenta el caso de estudio.
5 EOD: encuesta origen destino, es una herramienta diseñada para la planificación del transporte urbano que tiene como objetivo general determinar cómo y por qué se mueve la población que reside de manera habitual en el área de estudio.
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Tabla 1
Figura 12 Grafico esquemático. Izquierda: eslabonamiento de variables intervinientes en el sub-sistema FIP. Derecha: eslabonamiento de variables pertenecientes al impacto ambiental. Fuente: propia de autor 52
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Consumo energético Para determinar la tendencia de consumo energético, se necesitó conocer el flujo de los medios de transporte motorizados específicamente de los autos y el transporte público en tres horarios punta (de 7:00 a 9:00, de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00 horas). Para ello se utilizaron los datos relevados de un caso de estudio, correspondientes a la intersección de la calle San Martin y Barcala perteneciente al núcleo del AMM. La muestra fue tomada con la cámara número 120 del Ministerio de Seguridad de la provincia el 9 de julio del 2013. Como puede observarse en la Figura 13, los resultados muestran que el flujo vehicular es mayor en la segunda hora punta, seguido de la primera. Además se visualiza que el flujo vehicular privado es mucho mayor que el público. Para conocer el consumo de combustibles por hora punta y MDT en la intersección mencionada, se usaron los datos de Puliafito et al. (2015), quienes estimaron una eficiencia promedio anual en Argentina de 14 km de recorrido por mil metros cúbicos de GNC consumido, 11 km/l de nafta y 9 km/l de gasoil. A su vez, determinaron que la distribución porcentual del consumo de combustibles es del 16% de GNC, 45% de nafta y 39% de gasoil. En base a estos datos y al flujo vehicular de la intersección analizada, se calculó la cantidad de flujo y el consumo de combustible por partición modal, en los tres horarios puntas mencionados. El combustible que presenta mayor consumo es la Nafta, de 12:00 a 14:00 horas (Figura 14). Los menos consumidos son el Gasoil y GNC siendo que el transporte público de la región se mueve con Gasoil. La tabla 2 muestra el crecimiento porcentual de la transición temporal desde 1998 al 2005, desde el 2005 al 2010 y una proyección del 2010 al 2015. Los datos resultan de la vinculación de la tendencia de crecimiento de los MDT auto y transporte público tomado como los medios más preponderantes, con la cantidad de flujo relevada en la muestra de estudio, dando como resultado el porcentaje del
crecimiento y un total proyectado en función a la tendencia de crecimiento. Estas mismas tasas de crecimiento son aplicables al consumo de combustible de MDT, teniendo en cuenta que en el caso de los autos corresponde a la distribución por tipo de combustible y en el transporte público se tomó como único combustible el gasoil.
CONCLUSIÓN En el estudio de la dinámica espacial de un área metropolitana, una metodología sistémica de validación del grado de permanencia de una variable dentro un sistema proporciona un abanico de indicadores que enmarcan el análisis desde una visión de cambios temporales. La contextualización temporal permite cotejar resultados tendenciales y posibles supuestos proyectuales para la planificación de intervenciones urbanas futuras. Como se pudo observar, en la década del 90 hasta el año 2005, la expansión y creación de barrios privados alejados del núcleo del AMM, trajo aparejado el aumento del uso del automóvil privado, mientras que presentó una disminución del uso del transporte público, época en el que el mismo no facilitaba el acceso al centro. Dicha realidad se invirtió en los años posteriores, posiblemente por consecuencia de las estrategias de planificación urbana llevadas a cabo. El eslabonamiento de las variables dentro de un sistema urbano permite identificar, jerarquizar y visualizar el abanico de factores intervinientes, facilitando la compresión de la dinámica espacial de un área metropolitana. En el presente trabajo la herramienta metodológica permitió determinar el grado de permanencia y tendencias lineales. Sin bien los resultados muestran que el crecimiento del flujo de vehículos particulares tiende a disminuir en el tiempo, no así el número de vehículos. Es importante dejar bien en claro que la realidad en la
Figura 13 Cantidad de flujo y consumo de combustible por MDT, en los horarios picos perteneciente a la intersección analizada. Fuente: Propia de autor
Figura 14 CRelevamiento de flujo de los MDT, intersección calle San Martin y Barcala. Fuente: Propia de autor.
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Tabla 2 Resultados de la transición temporal, proyección al año 2015 y grado de permanencia del consumo de combustible de los MDT en el sistema AMM. Fuente: propia de autor.
que sienta sus bases el concepto de permanencia, corresponde a la fluctuación que sufre la variable dentro del sistema conforme al contexto temporal. El hecho de que los resultados evidencien valor negativos, no asiente la pérdida de la variable en el sistema sino que muestra el estado de transición actual a la hora de ser intervenida.
La disminución de la tasa de crecimiento del vehículo privado como factor preponderante, causal del congestionamiento y emisor de contaminación ambiental en una ciudad, indica que de continuar dicha tendencia podría avanzarse en el uso de medios de transporte alternativos sustentables, e intervenciones que contribuyan al desarrollo de una ciudad sustentable.
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ESTUDIO DEL FENÓMENO DE CENTRALIDAD URBANA MEDIANTE UNA METODOLOGÍA SISTÉMICA APLICADA A LA DINÁMICA ESPACIAL DE UN ÁREA METROPOLITANA. EL CASO DE MENDOZA, ARGENTINA. NATALIA PORRO, ALEJANDRO MESA REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.44 - 53 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
PAUTAS PARA EL RECICLADO MASIVO DE LA ENVOLVENTE EDILICIA RESIDENCIAL CARLOS A. DÍSCOLI, IRENE MARTINI, GRACIELA M. VIEGAS, DANTE A. BARBERO, LUCAS G. RODRIGUEZ REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.54 - 65 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
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PAUTAS PARA EL RECICLADO MASIVO DE LA ENVOLVENTE EDILICIA 1 RESIDENCIAL GUIDELINES FOR THE LARGE-SCALE RECYCLING OF RESIDENTIAL BUILDING ENVELOPES
CARLOS A. DÍSCOLI 2 IRENE MARTINI 3 GRACIELA M. VIEGAS 4 DANTE A. BARBERO 5 LUCAS G. RODRÍGUEZ 6
1
Investigación financiada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina. Proyecto PIP 112-2011-0100097, CONICET
2
Investigador Independiente del CONICET, Instituto de Investigaciones y Políticas del Ambiente Construido, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata, 47 nº 162, La Plata (1900), Provincia de Buenos Aires, Argentina. discoli@rocketmail.com.
3
Investigadora Adjunta del CONICET, Instituto de Investigaciones y Políticas del Ambiente Construido, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata, 47 nº 162, La Plata (1900), Provincia de Buenos Aires, Argentina. irenemartini@conicet.gov.ar.
4
Investigadora Asistente del CONICET, Instituto de Investigaciones y Políticas del Ambiente Construido, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata, 47 nº 162, La Plata (1900), Provincia de Buenos Aires, Argentina. gachiviegas@yahoo.com.ar
5
Investigador Adjunto del CONICET, Instituto de Investigaciones y Políticas del Ambiente Construido, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata, 47 nº 162, La Plata (1900), Provincia de Buenos Aires, Argentina. dantebarbero@yahoo.com.ar.
6
Investigador-docente del Instituto de Investigaciones y Políticas del Ambiente Construido, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata, 47 nº 162, La Plata (1900), Provincia de Buenos Aires, Argentina. arqlucasgrodriguez@gmail.com.
Enviado: 03-04-2016 Aceptado: 13-06-2016
El trabajo presenta una metodología orientada al desarrollo de pautas para el reciclado masivo de la envolvente edilicia residencial. Se aplica en la ciudad de La Plata, Argentina. Se aborda a partir de la identificación de áreas urbanas definidas, mosaicos representativos y la edilicia residencial. En la escala edilicia se implementa una metodología de clasificación que permite identificar tipologías y establecer los patrones tecnológicos actuales y sus posibles sustitutos con el objeto de lograr una mayor eficiencia energética. Se construyó un escenario base con las tecnologías actuales y se aborda el reciclaje generalizado con las mejoras previstas, optimizando la envolvente y su habitabilidad. La integración de los resultados parciales, permite evaluar las potenciales mejoras a los efectos de dimensionar la reducción de la demanda energética en el sector
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Palabras clave: reciclaje, edificios de viviendas, consumo de energía, fachada
This paper presents a methodology for the identification of technologies and guidelines for the large-scale recycling of residential building envelopes. Conducted in the city of La Plata, Argentina, the study is based on the identification of defined urban areas, representative mosaics and residential buildings. A classification methodology was implemented at the building scale to identify typologies and establish current technological patterns and their possible replacements in order to achieve greater energy efficiency. A base scenario with current technologies was created, and large-scale recycling with the planned improvements was analyzed to thus optimize building envelopes and their habitability. With initial results, it is possible to evaluate potential improvements to measure the reduction in energy demand in the residential sector. Keywords: recycling, residential buildings, energy consumption, facade
PAUTAS PARA EL RECICLADO MASIVO DE LA ENVOLVENTE EDILICIA RESIDENCIAL CARLOS A. DÍSCOLI, IRENE MARTINI, GRACIELA M. VIEGAS, DANTE A. BARBERO, LUCAS G. RODRIGUEZ REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.54 - 65 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
residencial.
INTRODUCCIÓN El trabajo profundiza sobre los desequilibrios energéticoambientales de la ciudad a fines del siglo XX en la Argentina, y las posibilidades de revertir masivamente dicha situación en el contexto de los cambios institucionales y sociales de la región. La debilidad institucional imperante a fines del siglo pasado, promovida por el neoliberalismo y la desregulación económica, llevó a las ciudades a situaciones de profunda fragmentación urbano-social; y a una especulación inmobiliaria de baja calidad constructiva y térmica, altamente dependiente de los recursos energéticos estratégicos no renovables. Simultáneamente, este proceso llevó a que las diferentes consolidaciones de la edilicia en el ejido urbano generaran fuertes desequilibrios territoriales a partir de inequidades en su infraestructura básica de servicios (energéticos, agua y cloacas entre otras).
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El contexto institucional actual y las normativas hoy vigentes muestran acciones pertinentes tendientes a revertir dichos desequilibrios urbano-sociales y energético-ambientales, sin desconocer el contexto energético regional y global. Sin embargo la edilicia urbana existente, fundamentalmente residencial, acompañada de un poder de consumo superlativo, es causante de fuertes demandas energéticas recurrentes. Esto lleva a una competencia de demandas entre sectores, principalmente industriales, ocasionando cortes de suministros y sustitución de fuentes por otra más costosas y contaminantes. En consecuencia entendemos que es fundamental comenzar a delinear estrategias apropiadas para nuestro contexto, que permitan en el futuro mediato hacer intervenciones masivas en la misma, tema que ya ha sido abordado con buenos resultados a nivel internacional en los países centrales. Actuar sobre este parque edilicio permitirá modificar significativamente la matriz energética nacional. Para su instrumentación se presenta una metodología orientada a intervenir de manera masiva en la mejora de eficiencia energética de la envolvente edilicia residencial construida. La misma se realiza en el marco del proyecto “Desarrollo de tecnologías y pautas para el reciclado masivo de la envolvente edilicia residencial orientado al uso racional y eficiente de la energía en áreas urbanas”, PIP 112-2011-0100097, CONICET. Se aplica para la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina, en donde convergen diferentes niveles de complejidad y escalas de análisis. Se utilizan áreas urbanas definidas (Autor, et al. 2012) y mosaicos representativos (Autor, et al. 2008). Su georreferenciación y características nos permitirán aproximar su representatividad en las diferentes zonas del tejido urbano. En cuanto a la escala edilicia se trabaja sobre una metodología
de clasificación que permite identificar patrones tipológicos, y establecer las tecnologías predominantes a los efectos de evaluar acciones de reciclado con mayor eficiencia. Se elabora un escenario base de consumo de energía para calefacción con las tecnologías actuales, y se aborda el reciclaje generalizado con las mejoras previstas, optimizando la envolvente y su habitabilidad. La integración de los resultados parciales, permitirá evaluar las potenciales mejoras a los efectos de dimensionar la reducción de demanda energética sectorial.
ANTECEDENTES DEL PROBLEMA La ciudad y su edilicia han evolucionado en correspondencia con las dimensiones geográfico-climáticas, culturales, sociales, económicas y tecnológicas de cada región. Si bien existen factores diferenciales que se identifican en cada una de ellas, prácticamente todas fueron consolidando su alta dependencia con la energía utilizando recursos fósiles en sus diferentes formas de uso. Esta situación, en el marco del contexto energético y climático actual, nos lleva a la necesidad inmediata de replantear dicha demanda. Luego de la primer crisis petrolera (1974) los países energointensivos necesitaron replantear las formas de uso y su eficiencia energética en todos los sectores involucrados. En el sector edilicio residencial, los países desarrollados han introducido con éxito medidas y principios relacionados con el uso racional, la conservación, la eficiencia. Se trabajó en primera instancia en el análisis y desarrollo de medidas de rehabilitación progresiva en el parque edilicio existente y durante el proceso de reciclado, se sentaron las bases normativas para la edilicia nueva. En Europa y Estados Unidos las técnicas de conservación y Uso Racional de la Energía (URE) lograron significativos resultados a más de tres décadas de su lanzamiento. Las reducciones de energía logradas en la primera década de intervención oscilaron entre el 15 y 45% en el sector residencial. Por ejemplo, el consumo de energía de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) creció solamente el 4% entre 1973-1985, mientras que el PBI creció en el mismo período el 30%” (Rosenfeld, et al. 1993). Países como España a través del IDAE (IDAE, 1986) y Francia por medio del ADEME, (ADEME, 1986), y el COSTIC, llevaron a cabo la organización e implementación del reciclado sistemático de gran parte de la edilicia a nivel nacional. Se realizaron numerosas publicaciones orientadas a la difusión, a la capacitación y al desarrollo científico-académico 7. Al igual que los ejemplos mencionados, el resto de los países desarrollados en su conjunto actuaron en consonancia entendiendo que no es necesario mencionar las singularidades de cada proceso.
7 Entre ellas podemos mencionar los manuales de diagnóstico “Guide de diagnostoc thermique” editado por el AFME en 1987, software tales como el Media –Mi y el Media-Lc orientado a la evaluación energética integral de edificios terciarios y viviendas desarrollado por el AFME, 1988; y cartillas de difusión por regiones y por rubros de intervención bajo el lema “Pour en savoir plus”, desarrolladas por el ADEME, 1988.
Paralelamente en la región Latinoamericana, los efectos de las crisis petroleras generaron acciones similares con escenarios político-institucionales diferentes. Si bien las perspectivas en los niveles de demandas respecto a algunos países desarrollados eran un tanto menores, las prospectivas en cuanto a los recursos, también eran más alentadoras. En el caso de Argentina, las reservas registradas en esas décadas eran sustantivas, pero las políticas posteriores de privatizaciones, desregulaciones, desinversiones y exportaciones desmedidas llevaron a dilapidar gran parte de los recursos estratégicos existentes. Esto llevó a una relación entre la oferta y la demanda muy diferente con efectos posteriores de desabastecimiento energético. Entre las consecuencias se pudo observar un sector industrialproductivo desmantelado, fuerte desocupación; y una profunda fragmentación urbano-social, con una especulación inmobiliaria de baja calidad constructiva y térmica altamente dependiente de los recursos energéticos estratégicos no renovables. Simultáneamente, este proceso también llevó a que las diferentes consolidaciones de la edilicia en el tejido urbano generaran fuertes desequilibrios territoriales a partir de inequidades en su infraestructura básica de servicios (energía, agua y cloacas). Hoy día dicha relación se sostiene con fuertes importaciones de gas y combustibles, situación que se intenta revertir a partir de la renacionalización de la empresa YPF. A pesar de la inestabilidad político-institucional de las décadas finales del siglo XX, se llevaron adelante trabajos de investigación que permitieron aunque con algunas discontinuidades, sentar las bases y formar parte de los antecedentes para los programas hoy vigentes. Como ejemplo para nuestra zona de incumbencia podemos citar los proyectos y desarrollos realizados en la década del ’80, donde se trabajó en la identificación de los consumos energéticos en el sector residencial, se describieron las modalidades del uso de la energía y se elaboró una metodología para ese entonces inédita que tenía como objetivo evaluar en forma masiva el parque edilicio a través de auditorias energéticas globales y detalladas (Rosenfeld, et al. 1985/1986). En los ´90 se profundizó sobre el potencial de uso racional
de la energía –URE- (Rosenfeld, et al. 1999/2002), en el Áreas Metropolitana de la ciudad de Buenos Aires y La Plata, Argentina; en donde se mejoraron los procedimientos básicos de auditdiagnóstico a gran escala, en viviendas residenciales. En el año 2005 se participó en la Segunda Comunicación Nacional de Cambio Climático9 que permitió analizar el comportamiento energético del sector residencial a nivel nacional y elaborar una serie de lineamientos conformados en un portafolio de medidas. Paralelamente en la escala urbana se desarrolló un sistema de diagnóstico que permite evaluar las redes de infraestructura, en particular a las proveedoras de energía en todas sus formas y tipos de uso (Autor et al. 2009/2011). Se abordaron diferentes escalas de la ciudad (global y local), y se obtuvieron mapas que visualizan el estado de calidad de las redes de infraestructura energética y servicios. Actualmente, existe en la Argentina un contexto institucional diferente que ha generado acciones orientadas a revertir sustantivamente los desequilibrios socio-económico mencionados, mejorando la calidad de vida de la población en cuanto a la recuperación del trabajo y los niveles de ingresos. Sin embargo, en relación a la política energética, el Estado, ha actuado en forma no planificada y recurriendo, la mayoría de las veces, a costosas soluciones de urgencia: como unidades generadoras de energía eléctrica de pequeño tamaño, consumidoras de hidrocarburos líquidos importados de alto costo. Además, los subsidios y la política de precios regulados, abarataron un conjunto de bienes y servicios, lo cual generó, por un lado, una sobre-expansión del consumo y, por el otro, desestimuló la inversión. En síntesis, el sistema está manejado con visión cortoplacista, no planificado a largo plazo, con inversiones que se encuentran retrasadas y como consecuencia, exhibe un funcionamiento técnicamente deficiente con perspectivas a agravarse (APUD, et al. 2014). Tanto la edilicia residencial urbana existente como la reciente, son causantes de consumos energéticos superlativos. Esta situación ha llevado a una competencia de demandas entre sectores, principalmente el industrial, ocasionando cortes de suministros, algunas dificultades en la cadena de producción, y sustitución de fuentes por otra más costosas y contaminantes. En este nuevo marco se plantearon normativas de eficiencia energética que avalan las propuestas de este trabajo10. En consecuencia entendemos que para reducir esta demanda y hacer un uso eficiente de los recursos es fundamental comenzar a delinear estrategias apropiadas para nuestro contexto, que permitan en el futuro mediato hacer intervenciones masivas en
8 Pagina WEB de Passive House Retrofit: http://www.energieinstitut.at/Retrofit/ 20-05-2011. 9 En octubre de 2006 el equipo de investigación de la UI2 IDEHAB-FAU-UNLP presentó el informe final de “Medidas de Eficiencia Energética. Informe Final -2005.” Proyecto BIRF Nº TF 51287/AR. “Actividades habilitantes para la Segunda Comunicación Nacional de la República Argentina a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático”, 3 vol.: I, 193p.;II, 349p; III, 299p.
10 Decreto nacional N°140/2007 orientado al uso racional y eficiente da la energía en todas sus formas de uso; y la Ley de la Provincia de Buenos Aires N° 13.059.
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Con el tiempo, en gran parte de los países europeos, las medidas y los principios de Passive House Retrofit (PHR) se han ido introduciendo con éxito en la rehabilitación del parque edificatorio existente, permitiendo minimizar los efectos de las crisis energéticas de las últimas tres décadas. Actualmente los ahorros de energía alcanzados pueden variar en un rango del 80-95% dependiendo de las tipologías8 (Verbeeck, et al. 2005), (Rodríguez González, et al. 2011).
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Figura 1 Localización de las áreas de análisis de la ciudad de La Plata. El recuadro en rojo indica la zona denominada Casco Fundacional, por ser el trazado inicial de la fundación de la ciudad en 1882.
la edilicia existente, tema que ya ha sido abordado con buenos resultados a nivel internacional. Actuar sobre el parque edilicio permitirá modificar significativamente la matriz energética nacional y minimizar las competencias intersectoriales.
optimizando la envolvente y su habitabilidad. La integración de los resultados parciales, permite evaluar las potenciales mejoras a los efectos de dimensionar la reducción de demanda energética sectorial.
METODOLOGÍA DE ABORDAJE PROPUESTA
Entre las etapas en desarrollo podemos mencionar:
Para su instrumentación se presenta una metodología que integra mapas urbanos obtenidos por un modelo de calidad de vida (Autor, et al. 2012), identificando áreas con consumos energéticos definidos y mosaicos urbanos representativos (Autor, et al. 2008) para la identificación de tecnologías constructivas y tipologías edilicias. Su georreferenciación y características nos permitirán aproximar su representatividad en las diferentes zonas del tejido urbano. Dentro de cada mosaico se trabajará en una preclasificación de atributos de la edilicia a los efectos de establecer patrones urbanos característicos. En cuanto a la edilicia propiamente dicha se hace una clasificación exhaustiva de las tipologías y las tecnologías presentes a los efectos de cotejar con las detectadas en el mosaico urbano y evaluar eficiencias y sistemas de reciclado sustitutos. Se construye un escenario base con las tecnologías actuales y se aborda el reciclaje generalizado con las mejoras previstas,
1. Determinación de mapas urbanos destinados a evaluar la densidad energética del sector residencial y su distribución en el territorio. 2. Identificación de mosaicos urbanos representativos como unidades de referencia de la ciudad y detección de atributos edilicios. 3. Desarrollo de un sistema de implementación y valoración de tecnologías de reciclado masivo apropiado a las condiciones tecno-económicas de la región. 4. Integración de resultados en las diferentes escalas
DESARROLLO Determinación de mapas urbanos destinados a evaluar la
Figura 2 Densidad energética urbana por radio censal (gas natural y electricidad). 2b. Línea base de consumo de gas natural para calefacción por manzana en m3 diarios. (Elaboración propia, año 2000).
Para caracterizar la demanda energética del sector residencial se utilizaron encuestas estructuradas de hogares de diferentes décadas que permitieron verificar y contrastar la estructura social del área y establecer patrones de consumo (AUDIBAIRES, 1986), (URE-AM, 2000), (Rosenfeld, Y. et al., 2000). La figura 1 muestra la ciudad de La Plata con sus distintas zonas o barrios, donde se puede observar el área del Casco Fundacional, que es el primer trazado de la ciudad. El consumo promedio total anual en TEP por hectárea (energía eléctrica y gas natural) fue georreferenciado en SIG por radio censal. Los resultados se muestran en la figura 2a. Se verifica una mayor densidad del consumo de energía en el Casco Fundacional relacionado con la densidad edilicia y el mayor número de ocupantes. Para establecer las demandas asociadas a la climatización de invierno con relación a la calidad de la envolvente edilicia, se desagrega la energía consumida individualizando el uso gas natural para calefacción. La figura 2b muestra la demanda de gas natural promedio diaria para climatización en unidades territoriales menores (manzana). En relación a la unidad territorial de manzana se pueden observar valores promedio máximos de consumo de entre 598 y 745 m3/día que extrapolados a la temporada invernal daría como resultado un consumo en climatización de la manzana de entre 53.820 y 67.050 m3/año11.
La caracterización de consumos permitió formular la línea base para el año 2000 para las unidades territoriales básicas del tejido urbano (radio censal-manzana), estableciéndose diferentes situaciones de demandas energéticas. A partir de las demandas reales se pueden formular perfiles de consumo territoriales y se definen mosaicos urbanos de abordaje en función de las diferentes consolidaciones de la ciudad. Identificación de mosaicos urbanos representativos como unidades de referencia de la ciudad y detección de atributos edilicios. El concepto de mosaico urbano reconoce un área de la ciudad conformada por componentes diversos (Autor, 2012). A nivel particular esta diversidad puede estudiarse por la materialidad, la forma individual y la conjunción espacial de los componentes, dando lugar a un patrón formal de territorio. Profundizar en los aspectos morfológicos-tipológicos de los componentes permite clasificar tipos de mosaicos. Los principales componentes son las unidades edilicias que se asocian a tipologías/tecnologías de edificio conocidas, que se ordenan en parcelas. Para identificar y facilitar el relevamiento de los mosaicos se utilizan imágenes satelitales gratuitas (Google Earth) o aéreas en escala 1:20000 (Fuente: organismos públicos como Ministerio de Geodesia - Dpto. fotogramétrico, año 1998) a partir de interpretación visual transformada en información vectorial, aplicando técnicas semi-automáticas y utilizando Sistemas de
11 Se debe considerar que estos resultados corresponden a la climatización durante 90 días de invierno (de junio a agosto) y manzanas de mayor ocupación edilicia (entre 20 y 40 viviendas por hectárea, las coloreadas en rojo en la figura 2b).
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densidad energética del sector residencial y su distribución en el territorio.
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Figura 3 Diagrama de flujos indicando los requerimientos para procesar el mosaico urbano. Resultados gráficos obtenidos sobre una manzana del caso de estudio. Avances en la detección a partir de firmas espectrales de los materiales de construcción (elaboración propia).
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Tipologías edilicias de la ciudad de La Plata (elaboración propia).
Información Geográfica (SIG) (Matteucci, S. et al. 2004) y entorno tipo MATLAB 4. Los atributos que se han podido reconocer se describen en la figura 3. Complementariamente, se está trabajando en el procesamiento de imágenes satelitales con alta resolución espacial y espectral (imágenes del satélite SPOT) para realizar clasificaciones de las características constructivas del área horizontal a partir de la firma espectral de los diferentes materiales constructivos. Los desarrollos expuestos permiten trabajar sobre los mosaicos urbanos característicos de la ciudad de La Plata, representados por distintos tipos de conformaciones urbanas-tipológicas y tecnológicas. Se definen mosaicos que determinan una extensión aproximada de manzana de entre 10000 y 14000 m2 aproximadamente. De allí podemos observar el porcentaje de cada tipología en el mosaico analizado, e identificar aspectos morfológicos de la edilicia y las características constructivas, tendientes a definir tipologías y tecnologías constructivas características del área de estudios que puedan ser abordadas de manera sistemática para su intervención masiva. La figura 4 muestra las morfologías edilicias detectadas y sus características constructivas (lo que se profundiza en el punto 4.3). La tabla 1 muestra la localización de los mosaicos urbanos seleccionados (los barrios y zonas se indicaron en el mapa de la figura 1), y se detalla en cada uno de ellos la ocupación del suelo (determinada por el factor de ocupación del suelo-FOS-
que expresa el área edificada sobre el suelo respecto del área vacante) que varía entre los barrios más dispersos con relación a las áreas más densas inscriptas dentro del Casco Fundacional y sus áreas próximas. City Bell y San Carlos (barrios distanciados del Casco o área central) tienen valores de FOS bajos (0,35 y 0,33), mientras que el Casco tiene valores de FOS del doble (0,61). El factor de ocupación total del terreno –FOT- (considera toda la superficie, sobre el suelo y los pisos sucesivos) es elevado en City Bell (0,87) y en el Casco (1,18). En el resto de las áreas es de alrededor de 0,6. Se observa amplia diversidad tipológica de viviendas en las distintas áreas, destacándose a nivel general una mayoría de tipologías cajón en una planta y dos plantas (son viviendas de planta compacta). En los alrededores del Casco los porcentajes de estas dos tipologías son mayores. Los edificios de propiedad horizontal en altura se hacen notorios en el Casco. Y los chalets que antes caracterizaban ciertas zonas como Tolosa, son una tipología que ya casi no se observa debido al recambio de la edilicia. En función de la caracterización tipológico-morfológica de los distintos mosaicos urbanos, es posible avanzar en la siguiente etapa de estudio de los tipos edilicios y mejora de sus tecnologías.
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Figura 4
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Tabla 1 Áreas características de la ciudad de La Plata. Mosaicos de referencia y caracterización formal y tipológica de los mosaicos (elaboración propia).
En este punto se integra el análisis tipológico de la edilicia, los sistemas constructivos y los componentes a los efectos de evaluar propuestas de reciclado masivo del conjunto edilicio o partes significativas. Para ello se plantea una clasificación y evaluación del parque edilicio residencial existente; y el desarrollo de un índice de eficiencia energético-económico. Se trabaja a partir de estudiar y definir la representatividad tipológica de las unidades edilicias residenciales, teniendo en cuenta en la clasificación aspectos funcionales, morfológicos, constructivos, histórico-temporales y modalidad de gestión (Rosenfeld et al. 1988). En cuanto a su tecnología y componentes, se trabaja a nivel de muros, cubiertas, aberturas y uniones, definiendo especificidades para cada caso (Autor, et al. 2011). La instrumentación del sistema de implementación y valoración de tecnologías para el reciclado masivo requirió abordar las siguientes etapas: Clasificación tipológica Para la identificación y delimitación a nivel morfológico se adopta el criterio de tipología (De Rosa, 1989), cuya ventaja fundamental radica en su capacidad de síntesis y reconocimiento contextual. Este abordaje nos permite incluir las 260000 viviendas existentes en La Plata en un número reducido de unidades representativas, reconocidas con gran facilidad tanto por los profesionales en el tema como por las personas no especializadas. Por lo tanto se adoptó y avanzó en la clasificación desarrollada en el proyecto AUDIBAIRES (Rosenfeld et al., 1988). Se detectaron 7 tipologías morfológicas representativas para La Plata (Fig. 4): casa chorizo; casa de renta (pasillo, cuatro puertas, en altura); chalet californiano; casa racionalista; casa cajón (de iniciativa privada o estatal); bloque bajo o monobloque (en dúplex o simples apilados); edificio PH en altura (entre medianeras, torre, placa). Clasificación tecnológico-constructiva En cuanto a la clasificación a nivel tecnológico-constructivo, se han reconocido dos grandes grupos. Por un lado la producción de tipo artesanal regida por procedimientos desarrollados en obra, la cual denominamos construcción húmeda, (pesada, convencional o tradicional). Por otro lado, se reconoce la producción de fuerte tendencia hacia la mecanización seriada e industrialización de los procesos productivos, la cual denominamos construcción (de montaje) en seco, (no tradicional), mayormente constituida por sistemas livianos. A su vez entre la producción artesanal y la mecanizada se reconocen procesos mixtos que rescatan las ventajas de ambas.
De esta manera, se conformó una documentación sistematizada que sintetiza las principales variables de cada tipología, sus características térmicas, alternativas de reciclado y su relación con los costos económicos operativos. La eficiencia energéticoeconómica de cada propuesta se compara mediante un “índice de eficiencia”, que orienta en la selección de las mejores opciones de intervención. Índice de Eficiencia. Se plantea una herramienta que permita evaluar y comparar rápidamente las diferentes opciones de reciclado. El índice sintetiza la relación entre el consumo energético y el costo económico (ΔE / Δ$), en función del tiempo de amortización de la inversión. La expresión incluye el flujo de energía durante una hora en un metro cuadrado de envolvente, para una variación de temperatura de 1 ºC; en relación al costo en pesos argentinos (10 $ a 1 U$$): IE = (K0 – Ki) / CII (1) Donde IE: es el índice de eficiencia energético-económica, en W/ m2 ºC $; K0: valor de transmitancia térmica de la situación original, en W/ m2 ºC; Ki: valor de transmitancia térmica de la opción tecnológicoconstructiva adoptada, en W/m2 ºC; CII: Costo Inicial de Inversión necesario para la aplicación de las mejoras tecnológico-constructivas, en $. Los valores obtenidos mediante son normalizados entre 0 y 1 (0 para la situación más desfavorable; 1 para la más favorable), a fin de facilitar la comparación y elección de las distintas propuestas tecnológico-constructivas. Una vez evaluada la tecnología constructiva de base y planteada una mejora en cuanto a su eficiencia térmica, se calculan y normalizan los IE para cada una de las propuestas tecnológicoconstructivas, y se incorporan a las fichas tecnológicas como valores de referencia. A partir de las propuestas se definirá la conveniencia para cada caso en cuestión. La implementación de un sistema de valoración y biblioteca de tecnologías permite evaluar rápidamente la viabilidad de acciones de reciclado replicando las mismas en las unidades urbanas que se intervienen (mosaico y áreas definidas). Dicha posibilidad potencia las estrategias de reciclado masivo. La figura 5 muestra la planilla de cálculo para cada tipo edilicio con las variables tecnológicas y constructivas actuales y las diferentes propuestas de reciclado. La figura 5 nos muestra ante una situación de base de la unidad edilicia cajón, la capacidad de ahorro y costos de dos propuestas de reciclado. La opción 1 es la que presenta reducción del consumo y costos óptimos.
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Desarrollo de un sistema de valoración de tecnologías de reciclado masivo apropiado a las condiciones tecnoeconómicas de la región.
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Figura 5
Desarrollo de propuestas de reciclado para una tipología característica de la región (elaboración propia).
Considerando los mosaicos del Caso Fundacional- La Loma la casa cajón (nombrada en figura 4 como compacta de 1 piso) tiene una representatividad del 37,8%. Cuenta con 3.398 m2 de superficie habitable de estas viviendas, con lo cual se determinaría un consumo energético de 148.029 m3 en la situación de base (2.346 m3/año, de acuerdo a figura 5) y 88.817 m3 incorporándole la estrategia de reciclado óptima (propuesta de reciclado 1, 1.404 m3/año, de acuerdo a figura 5). De esta manera se pudo calcular las reducciones en el mosaico y expandirlas a toda su área representativa en la ciudad, con lo cual tener una estrategia sistematizada de acción.
CONCLUSIONES La investigación ha permitido concluir que: Los mapas urbanos nos permiten evaluar el estado de demanda energética de base en función de los patrones de uso y consolidaciones urbanas. A partir de ellos se pueden identificar zonas de intervención con diferentes realidades que se abordarán con técnicas de mosaico urbano. -Definidos los mosaicos, los métodos de clasificación
-La implementación de un sistema de selección, clasificación y valoración de tecnologías y componentes nos permitió establecer la situación energética de demanda base de cada tipología edilicia, y dar respuesta con acciones más eficientes y viables de reciclado. La conformación de bibliotecas con tecnologías apropiadas facilitó la selección y la evaluación de mejoras tanto en energía como en habitabilidad. -La propuesta de integración de componentes, tipologías, mosaicos y áreas urbanas definidas permiten evaluar el potencial de ahorro energético en sus diferentes escalas de tratamiento. -Las acciones colectivas al respecto permiten minimizar considerablemente y dimensionar la demanda energética del sector residencial, lo cual no es una información conocida en el ámbito del caso de estudio.
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PAUTAS PARA EL RECICLADO MASIVO DE LA ENVOLVENTE EDILICIA RESIDENCIAL CARLOS A. DÍSCOLI, IRENE MARTINI, GRACIELA M. VIEGAS, DANTE A. BARBERO, LUCAS G. RODRIGUEZ REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.54 - 65 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
semiautomáticos permiten identificar atributos asociados a tipologías edilicias, tecnologías y áreas de disipación térmica. Este nivel de análisis requiere aún de estudios complementarios asociados al procesamiento de imágenes satelitales a los efectos de mejorar las rutinas de identificación y selección.
MORFOLOGÍA URBANA Y COMPORTAMIENTO TÉRMICO DE CANALES VIALES. DESARROLLO DE UN MODELO PREDICTIVO PARA TEMPERATURAS MÁXIMAS.
MORFOLOGÍA URBANA Y COMPORTAMIENTO TÉRMICO DE CANALES VIALES. DESARROLLO DE UN MODELO PREDICTIVO PARA TEMPERATURAS MÁXIMAS. MARÍA BELÉN SOSA, ERICA CORREA, MARÍA ALICIA CANTÓN REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.66 - 75 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
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URBAN MORPHOLOGY AND THE THERMAL BEHAVIOR OF URBAN CANYONS: THE DEVELOPMENT OF A PREDICTIVE MODEL FOR MAXIMUM TEMPERATURES. MARÍA BELÉN SOSA 1 ERICA CORREA 2 MARÍA ALICIA CANTÓN 3
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Becaria Doctoral CONICET Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) - Centro Científico Tecnológico Mendoza (CCT) Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) Av. Ruiz Leal s/n, Parque Gral. San Martín, Mendoza-Argentina msosa@mendoza-conicet.gob.ar
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Investigadora Independiente CONICET Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) - Centro Científico Tecnológico Mendoza (CCT) Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) Av. Ruiz Leal s/n, Parque Gral. San Martín, Mendoza-Argentina ecorrea@mendoza-conicet.gob.ar
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Investigadora Independiente CONICET Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) - Centro Científico Tecnológico Mendoza (CCT) Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE) Av. Ruiz Leal s/n, Parque Gral. San Martín, Mendoza-Argentina macanton@mendoza-conicet.gob.ar
Enviado: 04-04-2016 Aceptado: 05-07-2016
Las ciudades modifican los parámetros climáticos de su sitio de inserción. Una de las principales alteraciones es el aumento de la temperatura del aire que origina la isla de calor urbano (ICU). La ICU aumenta la demanda de energía eléctrica y disminuye la habitabilidad de los espacios interiores y exteriores. El presente trabajo busca determinar morfologías urbanas que permitan reducir el consumo de energía eléctrica y el efecto ICU. Para ello se seleccionaron, caracterizaron y monitorearon térmicamente, durante el periodo de verano, 9 canales viales urbanos (CVU) representativos del área metropolitana de Mendoza, Argentina. Con los indicadores utilizados para caracterizar los casos se construyó un modelo estadístico multivariado que predice la temperatura máxima (R2=0.85 y RSME=2.41%). Se utilizó este modelo para testear 20 posibles escenarios urbanos (16 CVU forestados y 4 sin forestación). Como resultado, se observa que la temperatura máxima en los casos forestados se mantiene hasta 12.7ºC más fresca versus los casos no forestados. Además, existe una diferencia de hasta 9.8ºC entre los casos forestados, lo cual revela el impacto sobre la respuesta térmica que puede generar la elección de una combinación urbana — forestación + morfología— al momento de diseñar y planificar los esquemas de desarrollo de una ciudad.
Cities modify the climatic parameters of the sites where they are located. One of the main changes is the increase in air temperature caused by urban heat islands (UHI). UHIs increase electricity demand and decrease the livability of indoor and outdoor spaces. This paper seeks to determine urban morphologies that help to reduce electric energy consumption and the UHI effect. To this end, 9 representative urban canyons (UC) in the metropolitan area of Mendoza, Argentina were selected, characterized and thermally monitored. With the indicators used to characterize the UCs, a predictive multivariate statistical model for maximum temperature was created (R2 = 0.85 and RSME = 2.41 %). This model was used to test 20 possible urban scenarios (16 forested and 4 non-forested UCs). As a result, it was observed that the maximum temperature in the forested cases remains up to 12.7 ºC cooler than in the non-forested cases. Additionally, there is a difference of up to 9.8 ºC between the forested cases. This reveals the impact that the choice of urban combinations --forestation + morphology-- can have on thermal response when designing and planning city development schemes.
Keywords: Urban morphology, thermal behavior, heat island, multivariate statistics, predictive model.
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MORFOLOGÍA URBANA Y COMPORTAMIENTO TÉRMICO DE CANALES VIALES. DESARROLLO DE UN MODELO PREDICTIVO PARA TEMPERATURAS MÁXIMAS. MARÍA BELÉN SOSA, ERICA CORREA, MARÍA ALICIA CANTÓN REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.66 - 75 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
Palabras clave: Morfología urbana, comportamiento térmico, isla de calor, estadística multivariada, modelo predictivo.
INTRODUCCIÓN. Es sabido que las ciudades —paisaje construido— consumen mayor cantidad de energía por unidad de superficie en comparación a un ecosistema natural —paisaje natural— (Odum H. y Odum E., 1980). Esta energía es necesaria para dar funcionamiento al denominado “metabolismo urbano” (Wolman, 1965). Asimismo, estudios realizados muestran que el aumento en un 1% de la población urbana incrementa el consumo de energía en un 2.2%, es decir, la tasa de cambio en el uso de energía es el doble de la tasa de cambio en la urbanización (Santamouris et al., 2001).
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A su vez, dicho metabolismo, impacta en el paisaje natural modificando, entre otros factores, los parámetros del clima en dos escalas: macro-escala (calentamiento global) y micro-escala (alteración del clima urbano). Estudios del panel internacional sobre el cambio climático advierten que la temperatura global aumentará en los próximos 100 años entre 1.4 y 5.8ºC bajo diferentes escenarios de adaptación (McCarthy et al., 2001). Una de las alteraciones más conocidas sobre el clima urbano es la formación de la isla de calor (ICU), fenómeno que provoca que en el centro de la ciudad la temperatura del aire sea más elevada que en la periferia (Oke, 1982). Investigaciones llevadas a cabo por Akbari et al. (1992), correlacionan el consumo de energía con el efecto de ICU. En ellas se observa que para ciudades con más de 100.000 habitantes los consumos de energía en las horas pico se incrementan 1.5 a 2% por cada grado que aumenta la temperatura urbana. En concreto, el área metropolitana de Mendoza (AMM) —área de estudio— se encuentra situada al oeste de Argentina (32º53’25”S - 68º50’50”O). El clima de esta región es árido, con elevada heliofanía y escasas precipitaciones. Estudios desarrollados en la región determinan que uno de los principales impactos que genera la ICU es el incremento de hasta un 20% en el consumo energético para acondicionamiento térmico de las edificaciones durante el verano (Correa, de Rosa y Lesino, 2008). De igual manera, este fenómeno deteriora la calidad del aire y las condiciones de confort térmico, provocando una disminución del grado de habitabilidad y uso de los espacios abiertos (Ruiz y Correa, 2014). En el AMM habita el 62.8% del total de la población de Mendoza y, particularmente durante la última década censada, la demografía urbana se incrementó en un 9.4% (INDEC, 2010). Este aumento de población urbana genera, entre otros factores, que el paisaje construido se expanda. Cabe señalar, ahora bien, que la tipología de mayor desarrollo constructivo en esta zona lo constituye la vivienda unifamiliar de 1 o 2 pisos, es decir, el área exhibe una baja densidad edilicia (IPV, 2010).
Durante el año 2014 se registró una intensa ola de calor en el AMM, donde la temperatura del aire alcanzó valores de más de 40°C. En respuesta a este aumento, las edificaciones utilizaron de manera exhaustiva los equipos de refrigeración para satisfacer las necesidades de confort térmico interior. Esta situación provocó que se alcanzaran valores récords de consumo de energía eléctrica, donde la demanda de potencia máxima del mes de enero de 2014 tuvo una variación de +11.5% respecto al mismo mes del año anterior (EPRE, 2014). En este sentido, es importante resaltar los estudios de Salamanca et al. (2014), donde se muestra que el uso prolongado de equipos de aire acondicionado aumenta la temperatura del aire exterior en 1°C en ciudades áridas durante el periodo nocturno. El consumo de energía en una ciudad se encuentra vinculado a la temperatura ambiente, siendo el comportamiento térmico de las ciudades un subproducto de su morfología urbana (McPherson, 1994). Los canales viales urbanos (CVU), por lo general, constituyen más de una cuarta parte de las zonas urbanas (Shashua-Bar y Hoffman, 2003); por lo tanto, su morfología y orientación contribuyen en gran medida a la modificación de los parámetros del clima urbano. Del mismo modo, la altura de los edificios (Lin, Matzarakis y Hwang, 2010), las propiedades termo-físicas de los materiales utilizados en sus envolventes (Alchapar y Correa, 2015) y el tipo y cantidad de espacios verdes (Ruiz y Correa, 2014) pueden crear combinaciones urbanas que promueven o intensifican el efecto ICU (Givoni, 1989). Los recursos que demanda el metabolismo urbano provienen mayormente de fuentes no renovables que generan contaminación de diversa índole al medio natural. Por consiguiente, resulta importante estudiar el comportamiento térmico de las ciudades a fin de detectar configuraciones morfológicas que optimicen el desempeño medio-ambiental, el hábitat de las personas y el consumo de energía. En este contexto, este trabajo busca determinar combinaciones urbanas, que permitan reducir el sobrecalentamiento del aire en los CVU para disminuir tanto el consumo de energía eléctrica en verano como el efecto ICU, y, en consecuencia, impactar positivamente en la habitabilidad térmica de los espacios públicos de la ciudad.
METODOLOGÍA.
El AMM está conformado por 6 departamentos: Capital, Las Heras, Godoy Cruz, Guaymallén, Maipú y Lujan de Cuyo. Con el objetivo de delimitar el área de estudio, se seleccionaron en una primera etapa los departamentos de mayor ocupación demográfica (INDEC, 2010). Este análisis muestra que los departamentos de mayor ocupación son los 3 que limitan con la capital de la provincia: Guaymallén (16%), Las Heras (12%) y Godoy Cruz (11%). Asimismo, la Capital de la provincia (6%) se seleccionó por ser el departamento central del AMM, sin embargo, en la última década su población ha disminuido en un 1%. Este dato demuestra, entre otros factores, cómo las áreas residenciales se han ido desplazando hacia otros sectores de la ciudad, aumentando las superficies edificadas. Luego, con el fin de caracterizar y cuantificar los tipos de tramas urbanas existentes dentro de los 3 departamentos seleccionados, se realizó un relevamiento de tipologías de manzanas. Se entiende por trama urbana a la forma que genera un conjunto de calles y manzanas existentes en un sector de territorio (Marshall, 2005). Esta tipificación se llevó a cabo utilizando un plano catastral del AMM y el software AutoCAD®, de acuerdo a 4 formas: damero (cuatro lados de iguales dimensiones), rectangular (dos de sus lados tienen mayor longitud) e irregular (puede tener 4 o más lados de diferentes longitudes). Los resultados del relevamiento gráfico muestran que en Godoy Cruz la forma con mayor representatividad es la de tipo rectangular (31%). Caso contrario sucede en Guaymallén donde la forma de manzana más representativa es la de tipo irregular (48%). Por último, el departamento de Las Heras coincide en mantener su forma irregular (33%), seguida por la forma rectangular con orientación Norte-Sur (30%). Cabe aclarar que el departamento Capital no se relevó mediante esta metodología ya que se conoce que la forma de manzana más representativa es el damero (Stocco, Cantón y Correa, 2013). A partir de la tipificación morfológica de manzanas se escogieron 4 conjuntos urbanos (barrios) de diversas tramas que son representativos dentro de cada departamento. Estos barrios, de uso residencial, difieren en cuanto a forma y orientación pero, al mismo tiempo, mantienen análogos aspectos morfológicos, constructivos y tecnológicos (superficie, altura y materialidad de las viviendas) que permiten realizar comparaciones para identificar las morfologías con mejor comportamiento térmico.
La Tabla 1 muestra la ubicación en el AMM, planimetría y un corte transversal de cada caso. Hay que destacar que el caso 4.c es considerado atípico, ya que el ancho de calle es notablemente menor (5.5m) al predominante en el AMM (16, 20 y 30m) y no tiene forestación. Este caso compacto se contrastó con 2 CVU colindantes de morfología similar a los barrios seleccionados (ancho y esquema de forestación). Determinación del sitio de monitoreo micro-climático. El sitio de monitoreo microclimático en cada barrio se escogió buscando aquellos CVU que fueran representativos dentro de cada trama seleccionada. Estos casos se caracterizaron mediante 2 grupos de descriptores e indicadores de tipo: morfológico y forestal. A continuación se presentan los descriptores e indicadores utilizados en cada grupo: Morfológicos: largo (L), ancho (A), superficie de acera+vereda (SAV), superficie del canal vial urbano (SCVU), número de viviendas (NºV), superficie total construida (STC), compacidad (C), volumen total construido (VTC), factor de ocupación de superficie (FOS), factor de ocupación total (FOT), azimut (Az) y factor de visón de cielo (SVF). Forestales: número de forestales (NºF), volumen forestales (VF) y relación de árboles por metro cuadrado (Árbol/m2). La Tabla 1 muestra los valores de los indicadores utilizados para caracterizar a cada caso; como así también la relación de cada uno de ellos para calcular su valor. Es importante señalar que la superficie del CVU se calcula como la sumatoria de las superficies de las parcelas que dan frente sobre la calle, más las aceras y calzada; y la compacidad es la relación entre el volumen total construido sobre la superficie del CVU. El indicador SVF fue calculado a partir de imágenes hemisféricas capturadas con una cámara digital Nikon® CoolPix, equipada con un lente ojo de pez, y procesadas con el software Píxel de Cielo desarrollado por Correa et al. (2006). Este software obtiene el valor de SVF en condiciones de cielo despejado, con forestación urbana intensa y en ciudades con alta reflectividad, típica de regiones áridas, como es el caso de este estudio. Si bien no se incorpora como variable la materialidad del espacio construido (aspecto tecnológico), se menciona que se mantuvo análoga esta característica al momento de seleccionar los casos de estudio. Ya que se conoce que el comportamiento en términos térmicos de cada materiales varía (Alchapar y Correa, 2015).
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Selección de casos de estudio.
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Tabla 1
Ubicación, planimetría y sección de cada caso y valores de los indicadores utilizados para caracterizarlos. Fuente: Elaboración propia.
Biplot y correlaciones con las variables originales. Fuente: Elaboración propia.
Monitoreo y obtención de datos microclimáticos. Con el fin de conocer la variación microclimática —temperatura del aire— se monitoreó el comportamiento térmico de los casos anteriormente descriptos (9 puntos). Esta recopilación de datos se desarrolló en el mes de enero de 2014, durante un periodo de 28 días corridos. En cada punto o caso de estudio, se instaló un sensor fijo de tipo H08-003-02. Este dispositivo se ubicó a una altura de 2m desde el nivel de calle (Oke, 2004), dentro de una caja de PVC blanca perforada, con el objeto de evitar la irradiación y asegurar una adecuada circulación de aire. La precisión de este dispositivo es de ±0.7ºC, y las mediciones fueron programadas cada 15 minutos. Análisis estadístico multivariado. Con miras a obtener un modelo para predecir el comportamiento térmico de las diversas combinaciones urbanas, se utilizaron métodos estadísticos multivariados. Estos métodos son herramientas que estudian el comportamiento de tres o más variables al mismo tiempo y se utilizan, principalmente, para buscar y eliminar las variables menos representativas del conjunto con el objetivo de simplificar la relación entre varios grupos de variables en los modelos estadísticos (Cuadras, 2007). Este procedimiento se efectuó en el trabajo utilizando el software Infostat (Di Rienzo et al., 2011).
Como primer paso, para desarrollar los modelos predictivos, se contrastó la normalidad del conjunto de datos mediante el test de Shapiro-Wilk. Este test es considerado uno de los más potentes, sobre todo para muestras pequeñas (n<30), donde como referencia se toma al p-valor mayor a alfa (α= 0.05), para no rechazar la hipótesis nula y concluir que los datos siguen una distribución normal. Luego, se realizaron regresiones lineales múltiples (RLM), con el propósito de establecer las relaciones que ocurren entre la variable dependiente Y (temperatura
Tabla 3
Variables correlacionadas con la variable respuesta Fuente: Elaboración propia.
del aire) y el grupo de variables independientes o explicativas (descriptores e indicadores urbanos). Para ello se empleó el coeficiente de correlación de Pearson que se utiliza para medir el grado de relación de dos variables cuantitativas. En una segunda etapa, se efectuaron análisis de componentes principales (ACP) para la temperatura máxima y otro para la mínima. El ACP es una técnica estadística multivariada que utiliza el método de interdependencia, y sirve para realizar análisis exploratorio de datos y para construir modelos predictivos. Particularmente en este estudio, se usó el método basado en la matriz de correlación, ya que los datos no son dimensionalmente homogéneos o el orden de magnitud de las variables medidas no es el mismo. Por último, se escogieron las variables más significativas para obtener el modelo estadístico predictivo.
RESULTADOS. Los resultados se presentan en 2 secciones: primero se explica el modelo predictivo obtenido y, en segundo lugar, se expone una serie de CVU resultantes de distintas combinaciones de ancho, largo y número de forestales, y se aplica este modelo a fin de estimar el comportamiento térmico de cada escenario. Modelo predictivo. A continuación, se muestra el gráfico biplot del ACP, realizado con los valores de temperatura máxima (Tabla 2), como así también las correlaciones con las variables originales donde se visualiza que el primer eje (CP1) acumula el 73.7% del total de la varianza. El biplot exhibe las 6 variables que están correlacionadas con la variable respuesta (Tabla 3), siendo ellas:
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Tabla 2
Tabla 4
Deltas de las temperaturas máximas entre los valores estimados versus los medidos. Fuente: Elaboración propia.
Tabla 5
Secciones de los escenarios urbanos Fuente: Elaboración propia.
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FOT, FOS y C, del grupo morfológico, y NºF, VF y Árbol/m2, del grupo de indicadores forestales.
A partir de los datos obtenidos en el ACP y para construir el modelo estadístico, se seleccionaron las siguientes variables: C y FOT, del grupo de variables morfológicas, y Árbol/m2 y NºF, del grupo forestal. La bondad de ajuste de la regresión se refleja en el coeficiente de determinación ajustado R2, siendo de 0.85, el p-valor del modelo igual a 0.0014 y el error cuadrático medio (RSME) igual a 2.41%, por lo cual se considera que este modelo de regresión es estadísticamente significativo. El modelo obtenido se muestra en la Eq. (1). Tºmaxima = 44.61 – (3.70xC) + (4.81xFOT) – ( 3.25xÁrbol/m2) – (0.07xNºF) Eq. (1)
Por su parte, la Tabla 4 expone los diferenciales térmicos (ΔT) calculados entre los valores de la temperatura máxima estimada
mediante el modelo versus la temperatura medida in situ del día 15/01/14, para los 9 casos estudiados. Los rangos de subestimación y sobre-estimación de la temperatura del aire se encuentran en el orden del 1ºC, recordando que la precisión del instrumento es de ±0.7ºC. Es importante aclarar que aunque el sentido de orientación de la calle no parezca estar considerado dentro del modelo, la temperatura máxima de un canal vial es fundamentalmente dependiente de la cantidad de radiación solar recibida, exposición solar. La intensidad de la radiación solar es máxima en las horas cercanas al mediodía solar (mayor altitud solar) y en esas horas el plano horizontal del CVU es la superficie de mayor colección, es por ello que la Tº máxima parece no depender de la orientación de trama sino más bien de la disponibilidad de superficie horizontal de colección solar y de la masa térmica del CVU (acumulación). El valor del ángulo de altitud solar durante el mediodía en el verano, para el caso de Mendoza, está en el orden de los 80º. Esta situación variará cuando se desarrolle el modelo para estimar las temperaturas medias y mínimas; donde al modificarse el sentido de orientación de los CVU se podrá determinar como impacta el
Tabla 6
Valores de los indicadores morfológicos y forestales utilizados y su respuesta térmica para cada escenario. Fuente: Elaboración propia.
calor acumulado durante el día en el balance térmico global de cada esquema. Como se mencionó anteriormente, se realizó el ACP utilizando como variable dependiente la temperatura mínima del aire; en este caso, las variables que muestran correlación son 5 del grupo morfológico: SCVU, SCV, SC, VC y VCVU (Tabla 3). Sin embargo, al realizar el RLM, los resultados obtenidos no muestran significancia estadística como en el modelo de temperatura máxima (Tmin; R2= 0.34). Ahora bien, es necesario destacar que durante el periodo nocturno la morfología del CVU es la que parece estar estadísticamente más correlacionada con la respuesta térmica del mismo, siendo los forestales las variables de mayor significancia para el periodo diurno (bloqueo de radiación solar). Así mismo, la incorporación de otras variables como ser la materialidad del espacio construido o el calor antropogénico generado (densidad de tráfico, etc.) podrían dar mayor precisión al modelo predictor.
Combinaciones urbanas. A fin de utilizar el modelo predictor obtenido, una serie de combinaciones urbanas fueron testeadas. Se obtuvieron 16 posibles escenarios forestados que varían principalmente en el ancho (5, 10, 20 y 30m) y largo de calle (100, 150, 200 y 250m), como así también se incluyeron 4 combinaciones de iguales características sin forestación (Tabla 5). La Tabla 6 resume los valores de cada indicador utilizado para generar los escenarios a testear, empleando el modelo predictivo, y muestra la respuesta térmica (Tº máxima) resultante de cada combinación. El número de forestales se calculó con un intervalo de implantación de 8m, siendo recomendada esta distancia para árboles de segunda magnitud (altura media del forestal entre 10 a 15m). Cabe recordar que en los casos monitoreados los forestales corresponden a esta magnitud y en su mayoría son Morus alba. Para el caso del esquema de 5m de ancho de calle, los forestales se calcularon implantados en una sola línea, mientras que en los demás casos el arbolado de
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alineación se distribuyó a 3 bolillos (ubicados en ambas aceras, alternando las copas). El FOT se mantiene constante para todos los casos (1.4) y fue calculado considerando que las viviendas son de un solo nivel (3m) y tienen una superficie cubierta promedio de 95m2. Para el caso de la compacidad, los valores varían según el largo y ancho de calle entre: 0.8, 1.0, 1.1 y 1.3; siendo de 0.8 el escenario más ancho y de 1.3, el más angosto. Los gráficos insertos en la Tabla 6 muestran los nomogramas con las respuestas térmicas de cada escenario. Al analizar los resultados de los esquemas forestados, se detecta que:
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A mayor longitud de calle (mayor superficie construida y masa térmica) y mayor cantidad de árboles, la temperatura máxima disminuye. A mayor ancho de calle (mayor apertura al cielo - mayor ingreso de radiación), la temperatura del aire es más elevada. Los esquemas con compacidad de 1.1, para todos los largos de CVU considerados y fijando el ancho de calle en 10m, se mantienen siempre más frescos. La combinación forestada más fresca (Tº máx= 33.8ºC) es la que tiene un largo de calle de 250m y 10m de ancho. En contraste, el esquema más cálido (Tº máx= 43.6ºC) es el que tiene un largo de 100m y 30m de ancho. La combinación más compacta, 1.3, se mantiene más fresca que los esquemas de compacidad de 1.0 y 0.8. Siendo el escenario más compacto 1.6ºC más cálido que el escenario más fresco de C= 1.1, en el esquema de 250m de largo. En tanto, al analizar los resultados de los esquemas no forestados, se detecta que: Estos se mantienen siempre más cálidos que los casos forestados; y las diferencias entre el caso más fresco forestado y el más cálido no forestado, alcanzan hasta 13.6ºC. Al variar solo la longitud de calle, la temperatura máxima no muestra variación. La combinación no forestada más fresca (Tº máx= 46.5ºC) es la que tiene un ancho de calle de 5m. En contraste, el esquema más cálido (Tº máx= 48.4ºC) es el que tiene un ancho de 30m. A menor ancho de calle (menor apertura al cielo - menor ingreso de radiación), la temperatura máxima se mantiene más fresca. La combinación más compacta, 1.3, se mantiene más fresca; presentando una diferencia de hasta 1.9ºC con el esquema más abierto (C= 0.8).
CONCLUSIONES. El trabajo permitió desarrollar un modelo estadístico multivariado (R2=0.85 y RSME=2.41%), que predice el valor de temperatura máxima exterior en verano de canales viales urbanos, para una ciudad de clima árido como es el caso del área metropolitana de Mendoza. Este modelo considera indicadores urbanos de tipo morfológicos (compacidad y factor de ocupación total) y forestales (cantidad de árboles por m2 y número de forestales). Dichos indicadores constituyen variables urbanas netamente cuantificables que sirven como herramientas de fácil aplicación para urbanistas y planificadores, en aras de predecir la respuesta térmica de diversas morfologías de canales viales. A su vez, los 4 indicadores considerados en el modelo son variables que pueden ser incorporadas como premisas o lineamientos de diseño a considerar en los códigos de planeamiento urbano. Como resultado de los 16 escenarios forestados testeados, el que mejor respuesta térmica presenta (Tº máx= 33.8ºC) es el CVU de: 250m de longitud, 10m de ancho, 67 forestales, con un rango de distribución de árbol/m2 de 0.027, 1.4 de FOT y 1.1 de compacidad. Lo cual refleja que a mayor masa térmica, mayor humedad ambiental (efecto de evapotranspiración) y mayores superficies sombreadas por los forestales y las edificaciones, la temperatura máxima será menor. Por otra parte, al analizar los 4 escenarios sin forestación se detectó que: a menor ancho 5m, FOT 1.4 y compacidad de 1.3, el valor de Tº máx. alcanza los 46.5ºC. Es decir, que existe una diferencia de 12.7ºC entre los escenarios más frescos forestados y no forestados; y esa diferencia, entre el caso más fresco forestado y el más cálido no forestado, llega hasta los 13.6ºC. En este sentido, se visualiza cómo la combinación entre morfología y forestación contribuye a aumentar o disminuir el grado de habitabilidad del espacio exterior en verano. Así también, condiciona las posibilidades de bioclimatizar las ciudades mediante técnicas de acondicionamiento pasivas para disminuir los consumos de energía eléctrica de los edificios. Por otro parte, si bien no se obtuvo un modelo de significancia estadística para estimar la temperatura mínima del aire — comportamiento térmico nocturno—, se detectó que los forestales son variables de mayor significancia durante el día por el refrescamiento de tipo evaporativo y el efecto de sombra (bloqueo de radiación solar) que generan, y que la morfología del CVU es la que parece estar relacionada en mayor medida con la respuesta térmica nocturna, por los intercambios de calor de tipo radiativo y convectivo. Se plantea, entonces, como objetivo futuro, continuar en la búsqueda de un modelo estadístico predictivo y realizar simulaciones dinámicas que permitan conocer y estimar el comportamiento nocturno de estos escenarios, incluyendo la variable de orientación del CVU.
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MORFOLOGÍA URBANA Y COMPORTAMIENTO TÉRMICO DE CANALES VIALES. DESARROLLO DE UN MODELO PREDICTIVO PARA TEMPERATURAS MÁXIMAS. MARÍA BELÉN SOSA, ERICA CORREA, MARÍA ALICIA CANTÓN REVISTA URBANO Nº 33 / MAYO 2016 PÁG.66 - 75 ISSN 0717 - 3997 / 0718-3607
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NORMAS DE PUBLICACIÃ&#x201C;N DE LA REVISTA URBANO
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ASPECTOS GENERALES POLÍTICA EDITORIAL Urbano es publicación semestral especializada en temas urbanos - territoriales, destinada a explorar la dimensión científica y de investigación que adquiere el estudio de la ciudad y el territorio. Se publica en versión impresa y electrónica, con periodicidad regular y salida en los meses de Mayo y Noviembre. La revisión de artículos es realizada por pares evaluadores externos, de forma anónima. Urbano está destinada a investigadores, profesionales y académicos, y su propósito establecer una visión crítica sobre el fenómeno urbanizador con especial énfasis en la transformación de las ciudades medias y el territorio a escala regional y local. Urbano publica trabajos inéditos y está abierta a la diversidad de enfoques y metodologías, resaltando investigaciones de carácter multidisciplinario e interdisciplinario que permitan visualizar la ciudad y la región desde un contexto amplio y aplicable a la gestión urbana y territorial. Los artículos deben ser presentados en idioma castellano, inglés o portugués, ser originales e inéditos, y no estar postulados para publicación simultáneamente en otras revistas u órganos editoriales. La revista posee una periodicidad semestral y se publica los meses de mayo y noviembre. El envío de manuscritos presupone, por parte de los autores, el conocimiento y cumplimiento de estas condiciones así como del resto de las normas editoriales descritas en este documento. SISTEMA DE ARBITRAJE Y SELECCIÓN DE ARTÍCULOS La revista posee una convocatoria abierta que define las líneas temáticas de los próximos números anunciadas a través de la propia y revista y su página web. Los artículos deben enviarse por correo electrónico en formato PDF a ibisbal@ubiobio.cl sin ninguna referencia a la identidad del autor o autores dentro del texto, incluyendo las figuras con su respectiva fuente. La filiación institucional, grado académico, y correos electrónicos del autor o autores, con nombres y apellidos completos deberán enviarse en un archivo independiente. Los trabajos recibidos son objeto de una evaluación preliminar por parte del comité editorial que podrá rechazarlos si considera que no se ajustan a la temática definida en la convocatoria. Una vez establecida la pertinencia de los artículos, éstos son sometidos a un arbitraje anónimo por medio del sistema doble ciego1 conformado por investigadores especialistas del área externos a la entidad editora para una evaluación definitiva que plantea tres categorías: PUBLICARSE (cambios voluntarios), PUBLICARSE CONDICIONADO A (cambios obligatorios) NO PUBLICARSE (rechazado). Los autores deberán considerar las observaciones de los evaluadores y del Comité Editorial de la Revista que pueden
solicitar correcciones, tanto formales como de contenido. En este caso los autores deberán enviar una versión corregida y un breve texto justificando cada corrección incorporada u omitida ambos en formato Word. El visto bueno definitivo será comunicado vía correo electrónico por el editor. En caso que los autores omitan las indicaciones realizadas en la evaluación sin una justificación adecuada, el artículo será rechazado. Los artículos rechazados podrán ser reenviados a partir de la próxima convocatoria. DERECHOS DE AUTOR Los autores cederán a Urbano los derechos de comunicación pública de su manuscrito para su difusión y explotación a través de Intranet, y cualquier portal que escoja el editor, para consulta en línea de su contenido y su extracto, para su impresión en papel y/o para su descarga y archivo, todo ello en los términos y condiciones que consten en la web donde se halle alojada la obra. Por otro lado, Urbano autoriza a los autores de los trabajos publicados en la revista a que ofrezcan en sus webs personales o en cualquier repositorio de acceso abierto una copia de esos trabajos una vez publicados. Junto con esa copia ha de incluirse siempre una mención específica de Urbano, citando el año y el número de la revista en que fue publicado el artículo y añadiendo, además, el enlace a la web de Urbano.
INSTRUCCIONES PARA EL TEXTO TÍTULO Debe ser conciso e informativo, considerando que con frecuencia es empleado para índices de materias e incluir una traducción al inglés inmediatamente debajo de la versión en español. Los subtítulos se deben incluir tras el título, separados por dos puntos y espacio (: ) RESUMEN O ABSTRACT El resumen debe estar escrito en español e inglés, no debe superar las 150 palabras, y sintetizar los objetivos del trabajo, la metodología empleada y las conclusiones más importantes, poniendo énfasis en las aportaciones originales. Debe incluir 5 palabras clave que deberán ser escogidas de acuerdo a la Tabla de Materias para Arquitectura definida por la Red de Bibliotecas de Arquitectura de Buenos Aires Vitruvius. TEXTO Se utilizará un estilo claro y correcto poniendo especial atención en la ortografía y la puntuación. Los artículos deben estar escritos en castellano con letra Arial Nº 8 a espacio sencillo y contar entre 3.000 y 5.000 palabras. Deben estructurarse según las siguientes secciones: Introducción, métodos, resultados, conclusiones y referencias bibliográficas. Además del texto sólo existirán tablas y figuras con sus respectivas fuentes. Una vez aprobado el artículo, deberán ser enviadas en archivos independientes en formato JPG o TIFF y tener una resolución mínima de 300 dpi. La calidad y tamaño de estas imágenes deberá permitir su adecuada reproducción.
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TABLAS Las tablas incluyen información adicional que amplía lo que se dice en el texto como cuadros de datos o tablas estadísticas. Se enumerarán correlativamente con cifras arábicas al interior del texto en el lugar que les corresponda aludiendo a ellos según el siguiente ejemplo: (Tabla 2). Debajo de cada tabla se indicará Tabla Nº y luego el título junto con la fuente de la información, todo en minúsculas. FIGURAS Los gráficos, mapas y fotografías se denominarán figuras. Se enumerarán correlativamente con cifras arábicas al interior del texto en el lugar que les corresponda aludiendo a ellas según el siguiente ejemplo: (Figura 2). CITAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Las citas y referencias bibliográficas se ajustarán a la norma ISO 690 que se resume a continuación. Citas La totalidad de las referencias bibliográficas debe corresponder a obras efectivamente citadas en el texto según la siguiente estructura: Para citar al autor de una publicación: (Araneda, 2011). Para especificar una página concreta: (Alder, 2007:61). Para mencionar más de una obra publicada en el mismo año por el mismo autor se incluye una letra minúscula junto al año: (Bermúdez 2009a; 2009b). Si se quiere incluir las páginas concretas de obras publicadas en el mismo año: (Bermúdez, 2011a: 369; 2011b: 25). 78
Si se quiere citar dos publicaciones del mismo autor en diferentes años: (Lefebvre, 1991; 2008). Si el nombre del autor ya aparece en la frase, se incluye sólo la fecha de la obra: “Prandi (1995) dice que en Brasil…”. Cuando se quiere citar a dos o tres autores de una publicación se incluye todos los nombres: (García, González y Zalazar, 2006). Si la publicación pertenece a más de tres autores: (Varela et al., 1993). Si se quiere citar a distintos autores en diferentes años: (Bourdin, 2003; Agnew, 2005; Jain, 2006). Cuando se cita por primera vez a un autor corporativo o institucional debe incluirse el nombre completo de la institución (Instituto Nacional de Estadística, 2009). En las siguientes citas pueden aparecer las siglas: (INE, 2009). Si se quiere mencionar a dos autores con el mismo apellido debe indicarse la primera inicial de su nombre: (D. Baeriswyl, 2003; S. Baeriswyl, 2008).
Si se quiere especificar tablas: (Lolich, 2012, tabla 1). En una cita en el texto cuya entrada en las referencias es el título, se mencionan las tres primeras palabras del título, seguido por puntos suspensivos y el año de publicación, separados por una coma: (Structure and genetic…, 2005). Las citas directas breves deben ir entre comillas en el cuerpo del texto. Si son extensas (cuatro líneas o más), en renglón aparte, con margen adentrado y sin comillas. Si se quiere omitir una parte del texto citado, dicha elipsis se expresa con puntos suspensivos entre corchetes […], respetando la puntuación de la obra. De igual modo, si se quiere intercalar en el texto citado una palabra o idea propias, debe indicarse dentro de corchetes. Si se cita exactamente la misma referencia (obra y página) de manera inmediata en el texto, se debe indicar (ídem). Si se cita, de manera inmediata, otra página de la obra recién citada, se indica (ibídem, 245). Notas Las notas serán las imprescindibles y se situarán al final de cada página. En ellas se puede aludir a la bibliografía en forma abreviada: autor, año y número de página. Referencias bibliográficas Las referencias deberán aparecer completas al final del artículo, ordenadas alfabéticamente y, para cada autor, en orden cronológico, de la obra más antigua a la más reciente. Si el autor es una entidad, se indicará el nombre de la misma, tal y como aparece en la fuente. En caso de “autor desconocido” se comienza la referencia directamente por el título. Si la obra no posee fecha de publicación conocida se indica “sin fecha”. Libros y monografías: APELLIDO(S), Nombre. Título del libro. Nº de edición. Lugar de edición: editorial, año de edición. MORALES, José Ricardo. Arquitectónica: Sobre la idea y el sentido de la arquitectura. 2ª ed. Santiago: Editorial Universitaria, 1999.
Capítulos de libros, monografías y ponencias en actas de congresos: APELLIDO(S), Nombre. Título del capítulo. En: Responsabilidad de la obra completa. Título de la obra. Edición. Lugar de edición: editorial, año de edición, páginas. PÉREZ, Fernando. Christian De Groote: Entre el rigor y la poética. En: MUÑOZ, María Dolores (coord.), Premios Nacionales de
Arquitectura Chile. Concepción: Ediciones Universidad del BíoBío, 2000, pp.182-187.
Biblioteca de la Universidad de Alicante [en línea]. [Consultado 8 septiembre 2010]. Disponible en: http://biblioteca.ua.es/
Artículos de publicaciones en serie: APELLIDO(S), Nombre. Título del artículo. Título de la revista. Año, volumen y/o número del fascículo en que está incluido el artículo, primera y última páginas del artículo.
Tesis en línea: APELLIDOS, Nombre. Título [en línea]. Clase de tesis. Institución académica en la que se presenta, lugar, año. [Fecha de consulta: día mes año]. Disponibilidad y acceso.
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Ponencias y documentos de: Publicadas en actas: APELLIDO(S), Nombre. Título. En: APELLIDO(S), Nombre. Título de la obra completa. Nº de edición. Lugar: editorial, año de publicación. CODINA BONILLA, Lluís. Parámetros e indicadores de calidad para la evaluación de recursos digitales. En: VII Jornadas Españolas de Documentación (Bilbao, 19-21 de octubre de 2000): la gestión del conocimiento: retos y soluciones de los profesionales de la información. Bilbao: Universidad del País Vasco, 2000, pp. 135-144. Documentos no publicados presentados en Congresos: APELLIDO(S), Nombre. Título del documento. Documento presentado en Nombre completo del congreso, asamblea o conferencia con iniciales en mayúscula, lugar, fecha del evento. Horttman, L. & Goldberg, H. Cybernetic and the post modern movement: a dialogue Ponencia presentada en el Segundo Congreso Mundial de Tratamiento en Familia, Dublín, Irlanda, 14-18 de julio 1999. Tesis doctorales y trabajos de fin de estudios: APELLIDOS, Nombre. Título. Clase de tesis. Institución académica en la que se presenta, lugar, año. MAHIQUES, Myriam. Morfología urbana y diseño fractal. Tesis doctoral inédita, Universidad de Buenos Aires, 2012. Texto electrónico: APELLIDO(S), Nombre. Título del artículo. Título de la revista en cursiva. Año, volumen y/o número del fascículo en que está incluido el artículo, primera y última páginas del artículo. [Fecha de consulta: día mes año]. Disponibilidad (DOI si lo tiene). DÍAZ-NOCI, Javier. Medios de comunicación en Internet: algunas tendencias. El profesional de la información [en línea]. 2010, noviembre-diciembre, vol. 19, n°6, pp. 561-567. [Consultado 13 septiembre 2012]. DOI: 10.3145/epi.2010.nov.01 Sitios web. Autor. Título [en línea] [Fecha de consulta: día mes año]. Disponibilidad y acceso.
Informes: APELLIDO(s), Nombre. Título del informe. Lugar de publicación: editorial, año. INSTITUTO PARA LA DIVERSIFICACIÓN Y AHORRO DE LA ENERGÍA. Eficiencia energética y energías renovables: marzo 2004. Madrid: IDEA, 2004. Planos: TÍTULO del plano, autor(es) (institución o persona), número de edición (excepto la primera). Datos matemáticos (escala, proyecciones, etc.). Lugar de publicación: editor, año de publicación. Número de planos, dimensión, color (cuando lo tiene). COMUNA Ñuñoa y La Reina: nudo y Sector Río: levantamiento planimétrico desde Puente Rodríguez Ordoñez hasta puente la Capella. Chile, Ministerio de Obras Públicas, Dirección de Planeamiento y Urbanismo, Departamento de Estudios de Transporte Urbano. Escala 1:1.000. Santiago, Chile: MOPT, 1969. 1 plano, 1,3 x 0,2 cm. Entrevistas y comunicaciones personales: Las comunicaciones personales se incluyen solamente como notas al pie de página. En el texto: “...sin duda la situación de la pequeña empresa, entre ellas las empresas familiares, atraviesan tiempos difíciles. Estoy casi segura que en los próximos meses la situación se va a poner más complicada.”2 Al pie de página: 2 GRANADOS HERNÁNDEZ, Manuel. Situación de las empresas familiares en Pocora de Guácimo [entrevista]. Entrevista realizada por: Aída Fonseca. 10 marzo 2008. Comunicación personal. Otros registros audiovisuales (Vídeos, DVD, CD-ROM) Título, indicación del tipo de material entre paréntesis cuadrados [ ]. Autor principal (productor, director, etc.) Número de la
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edición (excepto la primera). Lugar de publicación: Editorial o casa productora, año (duración). APLICACIÓN de la tecnología del hormigón al vacío [videograbación]. Santiago, Chile: Cámara Chilena de la Construcción, 1999 (62 min.). IMÁGENES Todas las imágenes deberán entregarse en un archivo aparte del texto Word según las siguientes indicaciones: Cada imagen deberá tener un mínimo de 800 pixeles en su lado mayor sin importar su DPI (puntos por pulgadas). Por ejemplo una imagen de 800 pixeles corresponde a una impresión de 6 cm en la revista. En el caso de Tablas y según la cantidad de texto incluido se sugiere aumentar dicho mínimo a 1500 pixeles. Las imágenes que no cumplan con este requerimiento no serán incluidas en la diagramación. Cada archivo digital deberá nombrarse según su clase y número (Tabla Nº o Figura Nº). Todos los pie de imagen deberán estar escritos en el mismo archivo Word del artículo y deberán estar ubicados según el correlato definido por el autor. Su contenido será: Clase Nº: Contenido y fuente. Todas las imágenes deberán estar referenciadas dentro del artículo.
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URBANO Número 33/Number 33 Publicación semestral./Biannual publication Mayo 2016/May 2016 www.revistaurbano.cl Publicada por/Published by Departamento de Planificación y Diseño Urbano. Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño. Universidad del Bío - Bío Concepción. Chile ISSN impreso: 0717 - 3997 ISSN online: 0718 - 3607 Urbano es la revista editada por el Departamento de Planificación y Diseño Urbano de la Universidad del Bío - Bío . Urbano se plantea como una publicación semestral especializada en temas urbanos-territoriales, destinada a explorar la dimensión científica y de investigación que adquiere el estudio de la ciudad y el territorio. Se publica en versión impresa y electrónica, con periodicidad regular y salida en los meses de Mayo y Noviembre. La revisión de artículos es realizada por pares evaluadores externos, de forma anónima Urbano está destinada a investigadores, profesionales y académicos, y su propósito establecer una visión crítica sobre el fenómeno urbanizador con especial énfasis en la transformación de las ciudades medias y el territorio a escala regional y local. Urbano publica trabajos inéditos y está abierta a la diversidad de enfoques y metodologías, resaltando investigaciones de carácter multidisciplinario e interdisciplinario que permitan visualizar la ciudad y la región desde un contexto amplio y aplicable a la gestión urbana y territorial. Urbano está financiada por el fondo de publicaciones periódicas de la vicerrectoría Académica de la Universidad del Bío - Bío y cuenta con fondos del Convenio de Desempeño de Apoyo a la Innovación en Educación Superior (InES), dirigido por la Dirección General de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad del Bío - Bío. Las opiniones y criterios expuestos en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la opinión de la dirección de la revista. CONTACTO EDITORIAL/contact Equipo editorial revista Urbano. Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño. Universidad del Bío - Bío Avda. Collao 1202, Concepción 4051381 , Chile Fono:+56 41 3111406. Fax:+56 41 3111038 Email: revistaurbano@ubiobio.cl
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