La Pinta, Bogotá y sus patatas bravas

Con este inicio de año llega una nueva oportunidad de conocer y experimentar cosas nuevas y qué mejor que empezar conociendo una joya de la gastronomía Bogotana. La Pinta llega como un concepto de pasar un buen rato con amigos, en compañía de unos buenos cócteles y su estrella: las patatas bravas. Es un espacio pequeño pero muy acogedor que saca completamente al comensal del caos de la capital y lo invita a relajarse en un ambiente cálido, con buena música y excelente comida.

Están ubicados en la Calle 56 #4A-15. El menú es un recorrido muy bien planeado por medio de la calidad y la innovación de sus ingredientes. Dentro de sus entradas y para empezar una de las mejores experiencias gastronómicas de Bogotá, podrán encontrar aguacates parrillados en salsa ponzu y almendras laminadas, hamburguesitas de cochinillo crujiente, queso brie caliente con duraznos parrillados y pistachos, paté de morcilla con manzana verde y miel de chipotle, langostinos apanados con quinua, alioli de limón y salsa de tamarindo y su estrella las patatas bravas que definitivamente ¡hay que probarlas! Sin temor a equivocarme puedo decir que son las mejores de Bogotá.

Para los amantes de las ensaladas tienen una variedad de este producto con ingredientes frescos y deliciosos, además tienen sopas de brócoli y de tomates rostizados como opción vegana y vegetariana.

En sus platos fuertes se encuentran otros productos espectaculares, que deleitan el paladar con tan solo leerlos en la carta. Podrán encontrar en su sección de mar, la caldereta de mejillones en su calado, lomo de salmón con cogollos de Tudela, crocante de queso y nueces y la pesca del día con ensalada de quinoa y kale. En su sección de “la tierra” tienen el pollo picantón con papas asadas a las finas hierbas, un plato ideal para compartir, el lomo tajado con papas fritas, ensalada y mantequilla de la casa, rabo de toro con arroz jazmín y mazorquitas baby en jugo de asado y para mí el ganador de los platos fuertes: las chuletas de cordero con pasta cacio e pepe. La carne se desprende del hueso sin mayor esfuerzo y la cremosidad de su pasta es el acompañante perfecto para crear el bocado ideal.

En sus arroces pueden encontrar el arroz caldoso, fideuá de remolacha con panceta de cerdo, arroz vegano con champiñones, mazorcas baby y habas crocantes, arroz marinero y arroz negro con langostinos alioli y limón, un plato que también es protagonista en este lugar.

Sus postres son sencillos, pero tienen como protagonista la calidad. Pueden encontrar su tarta de arequipe, tarta de chocolate, tartaleta de durazno, pavlova de lemon curd y su famosa tarta de queso.

. Dentro de sus bebidas tienen cócteles de autor, toda clase de licores, aguas frescas de hierbabuena, gulupa, ruibarbo con toronja, limonada de carbón activado, y sus deliciosas sangrías en presentación de jarra y trago.

Sus entradas van desde los $15.000 pesos a los $42.000, sus ensaladas tienen un promedio de $34.000 pesos, sus platos fuertes van desde los $48.000 a los $92.000 mientras que sus cócteles de autor tienen precios de $28.000 pesos hasta $38. 000 pesos, y para finalizar, sus postres van desde $15.000 hasta $19.000.

No se pierdan la oportunidad de conocer uno de los mejores lugares que tiene Bogotá. Déjense deleitar por esta comida e inviten a amigos y familia para que puedan probar toda la carta.

Juanita Pacheco Gait N

Creadora de contenido digital gastronómico