Revista de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares - Tomo XXXV – Número 1/2, 2012

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La Revista Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares es agente de difusión y lugar de debate de ideas relacionadas con el campo del psicoanálisis de los vínculos. La perspectiva vincular en psicoanálisis supone una concepción del psiquismo articulada desde el inicio –con lo inter y lo transubjetivo–, marca de un encuentro que propone nuevas nociones, que complejizan y enriquecen las líneas de investigación, sus propuestas teóricas y sus consecuencias clínicas. La creciente inclusión de trabajos extranjeros está facilitada por un importante número de corresponsalías internacionales, así como por la inserción de la A.A.P.P.G. no sólo en la Federación Argentina de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares, sino también en la Federación Latinoamericana de Psicoterapia Analítica de Grupo, en la American Group Psychotherapy Association y en la International Association of Group Psychotherapy, The Psychoanalysis of Link Configurations Journal is a diffusion instrument and a place for discussing ideas related to the psychoanalysis of links ground. The perspective of links in Psychoanalysis emerges from the idea of psyche trimmed with inter and transubjectivity from the very beginning. The mark of this meeting proposes new notions, which enrich and make some lines of researchment much more complex, as well as theorical proposals and their clinical consequences. The growing inclusion of foreign works is due to the great quantity of international correspondents and to the insertion of AAPPG not only in the Federación Argentina de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares but also in the Federación Latinoamericana de Psicoterapia analítica de Grupo, in the American Group Psychotherapy Association, and in the International Association of Group Psychotherapy.

© 2012 Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo Redacción y administración: Lavalle 3584 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires E-mail: secretaria@aappg.org.ar www.aappg.org.ar Telefax: 4862-6818/6848/1115 1 número anual ISSN 1851-7854 (Papel) (continuación del ISSN 0328-2988) ISBN: 978-950-99804-6-4 (E-Book) Registro de la Propiedad Intelectual Nº 679667 Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 Derechos reservados Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Producción Editorial: Bibliográfika. Tel.: 4553-6903 Armado y Corrección: Ediciones PubliKar. Tel: 4743-4648 Diseño de tapa: Curioni Producciones. Tel: 4822-6982 Editorial: AAPPG Editores

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TOMO XXXV - 2012 Afiliada a la Federación Latinoamericana de Psicoterapia Analítica de Grupo, a la American Group Psycotherapy Association, y a la International Association of Group Psychotherapy

DIRECCIÓN DE PUBLICACIONES Directora: Lic. Graciela R. de Milano Secretarias: Lic. Silvia Luchessi de Olaso Lic. Vanesa Bianchi Comité Científico: Lic.Magdalena Colman Giménez Lic. Jimena Sánchez de la Vega Lic. Fabiana Masciandaro Consejo de Publicaciones: Lic. Daniel Waisbrot Lic.Patricia Erbin Lic. Silvina Oubiña

Comité Asesor: Lic. Elina Aguiar Lic. Susana Matus Lic. Gloria Mendilaharzu Dra. Janine Puget Lic. Mirta Segoviano Dra. Graciela Ventrici Dr. Carlos Pachuk

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Corresponsales en el exterior Lic. Myriam Alarcón de Soler, Bogotá, Colombia. Prof. Massimo Ammaniti, Roma, Italia. Prof. Dr. Raymond Battegay, Basilea, Suiza. Dra. Emilce Dio Bleichmar, Madrid, España. Dr. Joao Antonio d’Arriaga, Porto Alegre, Brasil. Dr. Rafael Cruz Roche, Madrid, España. Dr. Alberto Eiguer, París, Francia. Dr. Marco A. Fernández Velloso, San Pablo, Brasil. Dra. Lea Forster, Madrid, España. Dr. Arnaldo Guiter, Madrid, España. Dr. Max Hernández, Lima, Perú. Lic. Gloria Holguín, Madrid, España. Dra. Liliana Huberman, Roma, Italia Lic. Rosa Jaitin, Lyon, Francia. Prof. Dr. René Kaës, Lyon, Francia. Prof. Dr. Karl König, Gottingen, Alemania. Dr. Mario Marrone, Londres, Inglaterra. Prof. Menenghini, Florencia, Italia. Prof. Claudio Neri, Roma, Italia. Dra. Elvira Nicolini, Bologna, Italia. Lic. Teresa Palm, Estocolmo, Suecia. Dr. Saúl Peña, Lima, Perú. Dr. Alejandro Scherzer, Montevideo, Uruguay. Dr. Alberto Serrano, Honolulu, Hawaii. Dra. Estela Welldon, Londres, Inglaterra.

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Comité de Referato Alarcón de Soler Myriam; Bogotá, Colombia Edelman Lucila; Buenos Aires, Argentina Fernandes Valdemar; San Pablo, Brasil Gomel Silvia; Buenos Aires, Argentina Gonzalez Cruzado Alicia; Uruguay Kaës René; Lyon, Francia Kordon Diana; Buenos Aires, Argentina Lifac Solchi; Buenos Aires, Argentina Milano Graciela; Buenos Aires, Argentina Mendilaharzu, Gloria; Buenos Aires, Argentina Neri Claudio; Roma, Italia Pachuk Carlos; Buenos Aires, Argentina Rojas, María Cristina; Buenos Aires, Argentina Segoviano Mirta; Buenos Aires, Argentina Selvatici Marina; Buenos Aires, Argentina Sujoy Ona; Buenos Aires, Argentina Vacheret Claudine; Lyon, Francia Ventrici Graciela; Buenos Aires, Argentina Zadunaisky, Adriana; Buenos Aires, Argentina

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COMISIÓN DIRECTIVA Área Ejecutiva Presidente:

Lic. Daniel Waisbrot Vicepresidente 1º:

Lic. Patricia Erbin Vicepresidente 2º:

Lic. Silvina Oubiña Secretaria:

Lic. Silvia Kargieman Tesorera:

Lic. Paula Paley Secretaria de Prensa y Difusión:

Lic. Ester Matos Área Programática Área de Relaciones Exteriores:

Dra. Vicky Cohen Lic. Silvia Kargieman Área de Asistencia:

Lic. Silvina Oubiña Área Científica:

Lic. Ricardo Gaspari Lic. Graciela K. de Bianchi Área de Docencia:

Lic. Diana Blumenthal Área de Publicaciones:

Lic. Patricia Erbin

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SUMARIO

Graciela Milano • Dirección de Publicaciones

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• Editorial

Daniel Waisbrot •

19

• Sobre la muerte de

Jean Laplanche Liliana Grandal •

23

• El arte en la comunidad

como restitutivo del tejido social Erica Flora Hamuy • Andrea Alicia Rosa Lucero

43

Miguel Spivacow •

65

• Transmisiones parentales:

un modo de análisis • La evaluación de los

funcionamientos vinculares

INTERROGACIONES... Y PERSPECTIVAS

Graciela Milano •

83

• Indeterminado también es

una opción sexual

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ARTE Silvana Mielnik • Gabriela Robaldo Viviana Feldman

93

• Afectaciones e interrogantes

sobre «La Piel que Habito», de Almodóvar

PRESENTACIÓN A MIEMBRO TITULAR Liliana M. Bracchi •

103

• De la clínica psicoanalítica a

la investigación sistemática: enigmas pictográficos intersubjetivos Janine Puget • Kuky Coria

163

• Comentarios sobre el trabajo «De

la clínica psicoanalítica a la investigación sistemática: enigmas pictográficos intersubjetivos» de Liliana M. Bracchi

PASANDO REVISTA Sara Amores •

175

• Procesos de subjetivación.

Ensayos entre Antropología y Educación, de María Laura Méndez Ricardo Gaspari •

181

• Psicoanálisis vincular en niños y

adolescentes. Relatos Clínicos, de Peggy Rubiños Fejerman María Laura Méndez •

187

• Encuentro entre la psiquiatría

infantil y el psicoanálisis familiar, de Sara Amores

INFORMACIONES 195

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Editorial

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La Clínica Vincular hoy nos interroga en un acontecer en el que los referentes del mundo simbólico ya no son más los que eran. El título de este número Verdad y ficción en tiempos de incertidumbre da cuenta de ello. Ese orden simbólico que a fuerza de repetirlo nos aportaba la seguridad de un anclaje de verdad, hoy nos muestra su contracara, un orden que está hecho de elementos dispersos, desparejos. Una verdad que hoy tiene estructura de ficción. La familia, la pareja, los distintos vínculos que asistimos expresan de diversas maneras esta incertidumbre ante la falta de consistencia. La historia compartida, muestra la ficción de una complementariedad, que estalla en variadas expresiones sintomales: implosiones de lo real del goce que irrumpe de manera desmesurada... En paralelo a ello los avances de la tecnociencia y los reclamos de derechos a su operatoria solicitan legislación por hechos que antaño eran impensables o mejor aún considerados como aberrantes. El comentario del film «La piel que habito» en el apartado «Arte» e «Indeterminado también es una opción sexual» en el apartado «Interrogaciones y Perspectivas», editados en este número, dan cuenta de ello. Vale considerar entonces que allí donde Freud en «El malestar en la cultura» hacía girar los padecimientos neuróticos en torno de ideales vía vicisitudes de la represión, hoy más bien se trata de un Malestar Forclusivo. La clínica que asistimos dista así de aquella que ocupó a Freud en el descubrimiento del inconciente, pues de las grandes amnesias histéricas de fines del siglo pasado, el síntoma se ha desplazado hacia las toxicomanías, anorexias, pánico y toda clase de implosiones.

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Los síntomas neuróticos que producía la moral victoriana reclamando desciframiento de sentido, han girado hacia un cierre del inconciente. La toxicomanía generalizada propia de la híper modernidad extiende el consumo de la sustancia tóxica, al trabajo, al juego, al sexo, a la obesidad, a la anorexia… En su contratara el imperio del hambre, la miseria y la desocupación muestran una segregación renovada producto de un discurso del mercado que subsume la subjetividad a un residuo real del consumo... Del «Todos consumidores» al «Todos objeto de consumo». Los vínculos se fragilizan siendo la soledad globalizada el reducto de un goce que no encuentra medida para su regulación. Arribamos así a que esa búsqueda de verdad que perseguía Freud como modo de remedar las vicisitudes del amor al padre encuentra su desfallecimiento en una verdad imposible de reconstruir pues el simbólico que le daba consistencia, hoy denuncia su impostura. Variable importante a considerar en el abordaje de la consulta vincular pues es en la escena que propicia el dispositivo ampliado donde se abre la posibilidad de operar ya no con la interpretación en busca de sentido sino más bien con un plus de gozar que al atropellar diferencias reclama regulación. Desafío para una clínica, la clínica vincular que pone en escena un más allá de los semblantes, dejando al descubierto otro lenguaje, el de una letra de goce que insiste en la expresión de una trama quebrada. Los restos sintomáticos, ésos a los que aludía Freud como lo imposible de semantizar, hoy inician la consulta, expresión de un «más allá» irreductible a cualquier esfuerzo hermenéutico.

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Lo real del síntoma, ese fuera de sentido, es lo propio de la consulta actual. Habrá que detenerse a «saber leer» esta impronta, esta puesta en escena que requiere trabajar ese «más allá», esa fijeza de goce, esa opacidad de lo real. Dejo aquí abierto esta introducción a las variadas lecturas que pueda producir en entrecruce con los escritos que compilamos en este número. A continuación una breve síntesis de ellos a manera de inicio comparativo entre las distintas maneras de elucidar, abordar, la clínica vincular en tiempos de incertidumbre. Liliana Grandal escribe «El arte como restitutivo del tejido social». Un amplio recorrido por obras de arte que inicia con Juanito Laguna creado por Antonio Berni y que enriquece con una abundante cita de producciones da muestra de ese enlace con el acontecer de la marginalidad, la carencia, el lugar de desecho del sujeto excluido… Es así como la compleja y dañada trama social es puesta en obra en las producciones de autores latinoamericanos a los que agrega la mención de Goya en el museo del Prado con «Saturno devorando a un hijo». Testimonios del arte en su denodada tarea de signar la ruptura del tejido social. Su referencia a pensadores de la filosofía, el psicoanálisis, las letras contribuyen a nutrir su propuesta de trabajo sobre el arte como restitutivo del tejido social. En el marco de la Clínica Psicopedagógica, Erica Hamuy y Andrea Lucero nos hablan de su práctica en el Servicio de Asistencia a la Comunidad de la Cátedra de Psicopedagogía Clínica de la Facultad de Psicología UBA.

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Las autoras proponen un múltiple abordaje entre niños, padres y escuela ante los problemas con el aprender. Otorgan en esta tarea un lugar princeps a los posicionamientos identificatorios entre hijos y padres que pueden favorecer u obstaculizar la capacidad simbólica del niño. Miguel Spivacow escribe sobre «La evaluación de los funcionamientos vinculares». Un escrito que abre a la revisión de modalidades vinculares ante la caída o cuestionamiento de lo que denomina «modelos a seguir» según el establishment de otras épocas. Ese «deber ser» que ya no opera. La diversidad de los funcionamientos vinculares lo lleva a revisar algunos analizadores entre los que señala: la renuncia pulsional, la plasticidad vincular, el procesamiento de las diferencias, el deseo de hijo, narcisización e interdicción. Considera de importancia la evaluación de ellos a la hora de definir un proyecto terapéutico. El espacio «Arte» con el comentario al film «La piel que habito» y «Indeterminado también es una opción sexual» en «Interrogaciones y Perspectivas» citados al comienzo de este prólogo contribuyen a puntuar el desconcierto, la perplejidad, ante un mundo que desafía imposibles. El apartado «Presentación a Miembro Titular»nos permite compartir el laborioso trabajo de investigación realizado por Liliana Bracchi que además de otorgarle su cambio de membresía en nuestra institución, le acredita el doctorado por su presentación de tesis aprobada por la Universidad de Lyon y UCES. ¡Felicitaciones! Título del escrito: «De la clínica psicoanalítica a la investigación sistemática: enigmas pictográficos intersubjetivos». Discutidores: Dra. J. Puget y Dra. K. Coria «Pasando Revista» compila los comentarios de los libros presentados en nuestra institución:

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«Encuentro entre la psiquiatría infantil y el psicoanálisis familiar», autor Sara Amores. Comentario: María Laura Méndez «Psicoanálisis Vincular en niños y adolescentes. Relatos Clínicos», autor Peggy Rubiños de Fejerman. Comentario Ricardo Gaspari. «Procesos de subjetivación.Ensayos entre Antropología y Educación», autor María Laura Méndez. Comentario Sara Amores. Agradecemos a autores y presentadores su valioso aporte. Hasta aquí lo compilado, nos encontramos en el Congreso Interrogando experiencias con la propuesta de seguir haciendo producir nuestros escritos. Graciela Milano Dirección de Publicaciones .

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Sobre la muerte de Jean Laplanche

Daniel Waisbrot *

Psicoanรกlisis de las Configuraciones Vinculares, Tomo XXXV, 2012, pp 19-22

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(*) Licenciado en PsicologĂ­a. Miembro Titular de AAPPG y actual Presidente de AAPPG. E-mail: dwaisbrot@yahoo.com.ar

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Para quienes nacimos al Psicoanálisis en la década del 70, el Vocabulario de Psicoanálisis era una especie de oráculo al que recurríamos cuando los conceptos freudianos se nos hacían indescifrables. Su autor, Jean Laplanche, murió el domingo 6 de mayo de este año a los 87 años. Fue alumno y paciente de Lacan de quien se distanció definitivamente en 1964, cuando fundó la Asociación Psicoanalítica de Francia. Ya en 1960 y compartiendo aún las enseñanzas del maestro, discutió acaloradamente en el conocido Coloquio de Bonneval, la idea del inconciente estructurado como un lenguaje. Los conceptos de «metábola», «significante enigmático», su «teoría de la seducción generalizada», el concepto de «cubeta», la «producción de neogénesis», el análisis como «lugar de desencadenamiento de lo sexual», son algunas aristas de un pensamiento lúcido, potente y original. Fue profesor en la Sorbona. En 1967, publicó la obra que mencionamos al comienzo, traducido a unos quince idiomas, entre ellos el español. Fue también autor de una vasta obra. Muchos de sus textos fueron publicados entre nosotros por Amorrortu Editores y traducidos en muchos casos por Silvia Bleichmar. Y fue justamente Silvia Bleichmar, quien gestó la inolvidable visita de Jean Laplanche a Buenos Aires para participar de las jornadas «El inconsciente y la clínica psicoanalítica: trabajar sus fundamentos. Encuentro con Jean Laplanche» entre el 6 y el 10 de noviembre de 1990. Un encuentro que marcó fuertemente a muchos de los que tuvimos la suerte de asistir al encuentro. Allí, fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires. A principio de los años 40 fue un activo del movimiento de la Resistencia contra la ocupación nazi de Francia. Se dedicó además del Psicoanálisis, a su tarea como vitivinicultor, elaborando en sus 20 hectáreas del Castillo de Pommard sus vinos de Borgoña que gozaban de gran reputación.

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Su muerte, como la de André Green el 22 de enero de este año, cierra una época notable del pos-lacanismo en el psicoanálisis francés contemporáneo.

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El arte en la comunidad como restitutivo del tejido social

Liliana Grandal *

Psicoanรกlisis de las Configuraciones Vinculares, Tomo XXXV, 2012, pp 23-41

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(*) Licenciada en Psicología y Especialista en Psicologia Clinica con Orientacion Psicoanalítica. Facultad de Psicología, U.B.A. E-mail: liliagrandal@yahoo.com.ar

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«Qué pobre memoria, aquella que funciona sólo hacia atrás». Lewis Carroll «Se pone en evidencia un genocidio contra las comunidades indígenas, no sólo lo que fue la tremenda campaña al desierto, sino todos los genocidios cometidos a lo largo del tiempo. Hay que tratarlo a través de la verdad, de la Justicia, lo que debe ser la reparación del daño hecho a las comunidades». Adolfo Perez Esquivel (Declaraciones del 28.04.06 sobre la masacre de Napalpí)

El arte nos muestra siempre una visión del mundo. Los artistas, son portadores de una ética. El arte como instrumento de intervención en lo social, también implica una ética. Ésta habrá de revelarse, trabajarse y consumarse en la expresión artística. Recordemos a «Juanito Laguna» creado por el maestro Antonio Berni hacia fines de los años cincuenta. Retrató en él a la infancia marginal argentina. El mismo Berni decía de Juanito que era «... la síntesis de la chiquilinada cirujita.» (Berni, A. 1999) Juanito Laguna creó un Antonio Berni, tocado en su extrema sensibilidad social por lo que Belén Gache describe como aquellos «… niños cuyo destino está signado, por la desprotección, el desamparo; por el fantasma de la interrupción genealógica o el quiebre de los códigos, tanto de las relaciones familiares del triángulo padre-madre-hijo, como de las del triángulo Estado-familia-individuo.» Esta autora, apunta a la orfandad de Juanito, a su desterritorialización, a su no lugar dentro del sistema social.

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Juanito paradigmático de la «infancia argentina marginal y carenciada» (Gache, B., 2004), queda sujeto solamente de su andar errático por los basurales; chicos de la calle, chicos de la exclusión. Antonio Berni, pintor, grabador, dibujante y muralista argentino, sintió la urgencia de denunciar la realidad social que estaba atravesando nuestro país y el mundo en la década del 30 y se volcó hacia un realismo crítico que él llamó: el nuevo realismo. Grandes témperas sobre arpillera que realiza en ese período como «Manifestación», 1934 y «Desocupados», del mismo año, son el resultado del debate que llevaban adelante algunos artistas de la época como los muralistas mexicanos Diego Rivera, José Orozco y David Siqueiros, entre otros, y Cándido Portinari de Brasil, sobre el rol que debía ocupar el arte y el artista en lo social. Luego desde principios de los años 60 trabaja la serie dedicada a Juanito Laguna y Ramona Montiel, dos personajes que simbolizan la niñez explotada en América latina, en especial en grandes ciudades como Buenos Aires, Lima, Río de Janeiro y México. Ellos fueron el paradigma de los habitantes de las villas miseria, siendo Ramona, la chica villera, convertida en prostituta para poder sobrevivir. Ellos le sirvieron simultáneamente a Juanito y a Berni para construir un cuerpo y un hábitat considerando a Juanito mismo como ser marginal y desecho social. «…Yo a Juanito y a Ramona los hice precisamente en collage, con materiales de rezago, porque era el entorno donde ellos vivían; y así no apelaban justamente a lo sentimentalista. Yo les puse nombre y apellido a una multitud de anónimos, desplazados, marginados niños y humilladas mujeres y los convertí en símbolo, por una cuestión exactamente de sentimiento. Los rodeé de la materia en que se desenvolverían sus desventuras, para que de lo sentido, brotara el testimonio. …Yo a Juanito lo veo y lo siento como el arquetipo que es; arquetipo de una realidad argentina y latinoamericana, lo siento como expresión de todos los Juanito Laguna que existen.

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Para mí no es un individuo, una persona; en él están fundidos muchos chicos y adolescentes que yo he conocido, que han sido mis amigos, con los que he jugado en la calle.» (Berni, A., 1999) Belén Gache reflexiona sobre algunos aspectos de nuestra historia, como el padre conquistador: o bien desconocido que ha violado a la madre india o que ha abandonado a su mujer india y a sus hijos para volver a su país de origen, hasta el padre indio que ha sido muerto por los conquistadores, pasando por el padre inmigrante, excluido él mismo de su país de origen y que ha cortado con su propia genealogía; y toda una generación de desaparecidos que nos han dejado igualmente huérfanos. Orfandades también pensables desde las modalidades de ejercicio de poder en nuestra historia, configurando modelos más cercanos a la acción de «Saturno devorando a un hijo» (me refiero a la pintura de Goya expuesta en el Museo del Prado, Madrid, España), que se materializan en la ambigüedad, la estafa, el abuso perverso o el descompromiso huidizo e inexplicable. En esta compleja y dañada trama histórico-social, la expresión creativa, en todas sus manifestaciones, puede operar como instrumento de intervención en la comunidad. La expresión artística es, en sí misma una experiencia vital. Nacida espontáneamente o como ejercicio sostenido en la comunidad, conlleva un conocimiento de sí y un sentirse libres en quienes la materializan. Ahora bien, vamos a ingresar a la cuestión espacial y a la generación de espacios. El espacio nos brinda una zona de encuentro entre la expresión escultórico-arquitectónica y lo social. Alfredo Carballeda nos habla de la generación de espacios, siendo la sociedad la que los crea... «un barrio, una co-

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munidad, es un texto que es posible develar… una forma de construcción de identidad pasa por los modos de apropiación de los espacios. La ciudad en general se presenta... como un espacio de pujas permanentes y diarias donde la marca del graffitti llamado “tatuaje urbano”... puede delimitar territorios. El espacio se muestra a los otros, se nombra, se materializa...» (Carballeda, A., 2002). Los modos de apropiación del espacio contribuyen a la construcción de la identidad colectiva e individual.

El espacio arrasado: La Matanza de Napalpí (Palabra Toba que significa lugar de los muertos) Leyendo una nota del diario Página 12, del lunes 19 de Julio de 2004, nos enteramos que cumpliéndose «80 años de la matanza de 200 tobas y mocovíes, en Napalpí, Chaco, un cacique reclama una reparación histórica, incumplida desde hace décadas: piden un cartel que indique que allí tuvo lugar la masacre ordenada por el gobernador Fernando Centeno. El 19 de junio de 1924, a la mañana, la policía rodeó la Reducción Aborigen de Napalpí, de población toba y mocoví, y durante 45 minutos no dejaron descansar los fusiles. No perdonaron a ancianos, mujeres ni niños. Asesinaron a todos y, como trofeos de guerra, cortaron orejas, testículos y penes, que luego fueron exhibidos como muestra de patriotismo en la localidad cercana de Quitilipi. Los asesinados fueron más de 200 aborígenes que reclamaban una paga justa para cosechar el algodón de los grandes terratenientes. Para justificar la matanza, la versión oficial esgrimió una sublevación indígena. El cacique toba Esteban Moreno comenta que no fue lucha, sino matanza, pues sólo murieron aborígenes, por eso ahora ese lugar se llama Colonia La Matanza. El lugar está sólo habitado por una familia que dice escuchar los lamentos de las víctimas cuando cambia el viento. El cacique Alfredo José dijo a la Agencia de Noticias Telam que reclama una reparación histórica. Que se coloque allí un cartel que indique que allí fue la matanza. Él impulsó una ceremonia en la escuela de Colonia Aborigen, pero no prosperó

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porque el tema no figura en los programas de estudios de los descendientes de los masacrados... Los carteles oficiales de la Ruta Nacional 16 ubican a Napalpí en otra parte». (Informe del periodista Darío Aranda) La intención frustrada de instituir un ceremonial conmemorativo, haría función historizante (Najmanovich, D., 2005), abriendo posibilidades de la restitución por la vía de la memoria y la toma de conciencia. El informe del periodista Aranda nos transmite esta historia silenciada, donde el arrasamiento de lo humano, una vez más se carga las vidas, la tierra, sus frutos, sus hijos. Una polifonía de voces: apropiación, mutilaciones, crímenes, sobreexplotación, trabajo esclavo, reapropiación, restitución, reparación histórico social. Memoria. Carballeda nos dice que una forma de construcción de identidad pasa por los modos de apropiación de los espacios. La iniciativa, entre otras, del cacique Alfredo José, impulsando una ceremonia en la escuela, no prospera aludiendo a que el tema no figura en los programas de estudios. O sea, no tiene lugar, no tiene espacio. Los carteles de la Ruta Nacional 16 ubican a Napalpí en «otra parte». La historia queda borrada del mapa y el mapa también. La maquinaria de la desaparición, una vez más. Tras la matanza, la profanación de los cuerpos, algunos muertos fueron enterrados en fosas comunes y otros quemados. Efectos de una historia que se materializa en una geografía social y política del «no lugar», escenarios de la ejecución para la desexistencia y la deshumanización, teniendo en cuenta cómo Puget (2002) trabaja esto en sus desarrollos sobre la crueldad, entre otros. Pero es en esos gestos creativos del cacique Alfredo, de alentar un ceremonial conmemorativo, en su reclamo de una reparación histórica, recuperado por el informe del periodis-

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ta Darío Aranda, y su publicación en el diario y nuestra lectura y este acto mismo de transmisión aquí, que se va tejiendo, el hilo de la restitución. Alentar un ceremonial, conmemorar, formaría parte de la generación de una red de prácticas en la comunidad. Esta es la forma que tomaría la restitución en la iniciativa del cacique. Y en esa red de prácticas está el desinvisibilizar, denunciar, transmitir, difundir, como el mismo diario de donde tomamos la información o la comunicación de 2004 de la Red de Comunicación Indígena donde rememoraba la matanza. Éste es un episodio de cientos, la mayoría de ellos silenciados y vaciados de su sentido, pleno de crueldades, que replica la escena de la conquista de América. Escena del genocidio de los pueblos originarios. La ruptura del tejido social la entendemos, no como ausencia de sentidos en el entramado histórico. Nos acercaríamos más a pensarlo como laceraciones en el fondo de memoria del cuerpo social al que pertenecemos. Nos tomamos de la concepción de Carballeda para quien la intervención en lo social se presenta como un «espacio de libertad» que «se construye en pequeños hiatos, intersticios, lugares, donde es posible reconstruir historicidad», donde al otro se lo entiende, «como un portador de historia social, de cultura...» (Carballeda, A., 2002) La desnaturalización (Puget, J., 2000) de la catástrofe social, posibilita «hacer ver» aquello que el contexto, el escenario, el clima de la época impiden visualizar. Es la identidad pensada como pertenencia, la que queda afectada, por la fragmentación social. La identidad como articulador de la experiencia subjetiva en el grupo, se muestra siempre depositaria de los efectos de la desintegración social.

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Identidad-pertenencia social, cultural y experiencia subjetiva se entrelazan en un punto indiscernible. Pensamos «identidad», no como unidad indivisible, ni como forma cerrada preexistente al vínculo, al lazo social. Sí como experiencia de sí mismo en un «entre» donde no hay ni uno, ni otro plenos, preexistentes. Identidad como experiencia subjetiva producida en simultáneo en la grupalidad, por lo tanto siempre indecidible y diseminada. (Tortorelli, A., 2005) La intervención en la comunidad apuntará a propulsar dispositivos disparadores que promuevan a reparar, lo que las condiciones sociales, económicas y políticas fragmentaron. Apuntará a disolver el sentimiento siniestro de extrañamiento de la propia historia. La intervención en lo social, está profundamente ligada a la dimensión lúdica que anima y estructura la expresión creativa y sus manifestaciones artísticas. El juego subvierte el orden establecido. Les acercamos textualmente un fragmento de Guillermo Magrassi, antropólogo argentino, extraído de La unidad de juego y trabajo en el pasado aborigen de América. Dice así: «... Para nosotros juego viene de jocum, palabra de origen latino que significa broma o burla. El juego es, pues, lo diferente de lo cotidiano, lo diverso, lo establecido: es variante, la creatividad misma. Desde la perspectiva occidental, juego y trabajo pertenecen a esferas distintas del quehacer como burla, lo serio o la diversión y la vida cotidiana. En las lenguas indígenas americanas no hubo nunca una palabra... que pudiera traducirse por lo que llamamos trabajo. A nadie se le podía ocurrir que no fuera placentero, que no fuera co-creativo con la naturaleza, con Dios, con la sociedad, con lo humano; por ejemplo, construir una casa, pescar, tallar una piedra, pintar una roca... eso nunca podía ser trabajo». (Magrassi, G., 1985) La capacidad lúdica en el hacer creativo promueve disolver una oposición entre juego y trabajo, entre divertido y serio. Desalojar lo lúdico del disociado sentido menor de esparcimiento y abrirle una puerta al explayamiento de su potencia subversiva, nos deja ver el porqué de su estatuto como instrumento de intervención en lo social.

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Giorgio Agamben, en su escrito ¿Qué es un dispositivo?, esclarece desde la fuente que toma de los juristas romanos la cuestión fundamental del jocus en tanto juego de palabras y el ludus en tanto juego de acción, como aquello que «libera y aparta a la humanidad de la esfera de lo sagrado, pero sin simplemente abolirla». La profanación de lo sagrado es, la acción liberadora, restitutiva de lo que fue apropiado por los dioses. Vidas, tierras, derechos, sentidos, poder. «La profanación del juego no atañe, en efecto, sólo a la esfera religiosa. Los niños que juegan con cualquier trasto viejo que encuentran, transforman en juguete aun aquello que pertenece a la esfera de la economía, de la guerra, del derecho y de las otras actividades que estamos acostumbrados a considerar como serias. Un automóvil, un arma de fuego, un contrato jurídico se transforman de golpe en juguetes.» (Agamben, G., 2007)

La intervención en lo social como función historizante La intervención en lo social independientemente de esta categoría de haceres creativos vinculados a las artes, conlleva una esencia creativa en sí misma vinculada a la «función historizante», que se entona a su vez con la dimensión de lo lúdico. Denise Najmanovich desarrolla esta función como «la capacidad humana de dar sentido al pasado, sumergiéndose en los meandros de la memoria, dialogando con los restos arqueológicos que nos legó un tiempo anterior, que no puede ser revisitado más que por inferencias, hilando indicios y tejiendo historias, desde un hoy ineludible para el historiador». (Najmanovich, D., 2005) Pensamos a cada sujeto del colectivo social como un historiador y como tal portador de la paradoja de la historia, como la denomina Castoriadis, el historiador mismo es un

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ser histórico, no tiene el privilegio de la mirada fuera del tiempo, «no existe instancia extrahumana responsable en último lugar de lo que sucede en la historia, que no existe causa verdadera, o autor (no humano) de ella; que la historia no está hecha por Dios». (Castoriadis, C., 1987) Najmanovich, nos sugiere que el ejercicio de la función historizante, sólo es posible afrontado desde la creatividad y recurre a la estrategia que Castañeda llama el «desatino controlado». Desatino, porque intenta narrar lo inenarrable y en este sentido es casi una locura, pero es una locura controlada, un ejercicio de suspensión temporaria de la incredulidad para poder anclar el pensamiento e intentar comprender y por lo tanto es la acción más alejada del desatino. (Najmanovich, D., 2005) Bajo esta impronta consideramos que la expresión creativa como intervención en lo social abre territorio generador de condiciones para la producción de sentidos que quedaron, abortados, sin posibilidades de cobrar vida. Recuerdo el nombre de un trabajo de la Dra. Gilou Royer G. R.: «Matar la muerte». Ella creó ese nombre para definir la acción siniestra de los que pretendieron o pretenden imponer el ejercicio del poder a través de las desapariciones de personas, de sentidos, de diferencias. «Muerte desaparecida, muerte matada con la desaparición. ¿Cómo hacer un duelo ahí, sin palabras, sin cuerpo, sin registro alguno...? desapareciendo las desapariciones, la muerte no puede ser simbolizada... atentando contra la memoria colectiva que estructura los grupos sociales, inscribiendo sus miembros en la cultura.» «... habría que poder construir otras escenas... De lo contrario retornará como fantasma: alma en pena (aparecido=el doble del desaparecido) llenándonos de dolor y terror». (Royer G. R., G., 1986). Esto nos remite al relato del cacique Alfredo José, sobre la única familia que habita en Napalpí y que cuando cambia el viento dicen escuchar los lamentos de las víctimas.

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Habría que poder construir otras escenas. Carballeda, parece apuntar a esa misma construcción cuando nos habla de «corporizar» la historia a través de objetos, fotografías, obras teatrales entre otras experiencias, «articulando pasado y presente, en un movimiento de integración signado por el fortalecimiento de lazos sociales, recuperación histórica y expresión». (Carballeda, A., 2002)

Sobre el Contrafestejo Crear otras escenas sobre el genocidio conocido como Conquista de América es lo que tiene lugar o intenta ir teniéndolo en la fiesta emblemática que se realiza el 11 de octubre en muchos puntos de América en la actualidad, con motivo de festejar el último día de libertad de los pueblos americanos, antes de la llegada de los españoles. Pablo Farneda que investiga entre otros temas la resignificación de las fechas y los signos de la Conquista de América, relata en su trabajo «Pensar-nos de nuevo: identidad y mestizaje como factores de subjetivación moderna colonial. El caso del Contrafestejo, Paraná, Entre Ríos», que esta fiesta se realiza en Paraná desde el año 2002. Allí se recrean los ritmos del litoral afroamericano, siendo la llamada de tambores su máximo exponente, que implica llamar a bailar tanto a los vivos como a los muertos. Se hace en el pasaje Baucis, cerca del que fuera otrora el barrio de los negros, barrio «el Tambor», donde vecinos, bailarines, músicos, artistas en general, técnicos, gestores culturales, pescadores, vestuaristas, artesanos, gastronómicos, se reúnen y tejen redes entre sí año tras año. Farneda dice: «Consideramos que el Contrafestejo se inscribe en una red de prácticas culturales y políticas que podríamos considerar como una nueva ecología cultural emergente, que genera redes de producción y expresión de signos, materias, sonidos, relaciones, espacios, memorias, en fin: comunidad, centrándose mucho más que en la obtención de

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una obra realizada por un artista, en la generación de una red de prácticas sostenidas en el tiempo por un colectivo, agenciamientos colectivos de enunciación, expresión artística que despliega mundos posibles, al tiempo que empodera a sus realizadores». (Farneda, P., 2010) El festejo en común, la fiesta popular, genera condiciones para la exploración de modos de creación colectiva.

De la obra realizada por un artista, a la generación de una red de prácticas: «Bailarines toda la vida». Proyecto de Danza Comunitaria Este proyecto nace en 2002 dentro del área de Extensión del Instituto Universitario Nacional de las Artes, inaugurando la danza comunitaria y confirmando que siempre el arte puede dar respuestas y convertirse en una herramienta para la inclusión. Es un taller coreográfico instalado en una fábrica recuperada por sus trabajadores, donde funcionaba un centro cultural. Dirigido por Aurelia Chillemi, «Bailarines toda la vida», como grupo de danza comunitaria es una alternativa a la danza académica que propone por medio de la danza comunitaria la restitución de los derechos, reflejando esto en la temática de las obras del elenco: «La oscuridad» está dedicada a los desaparecidos en la dictadura. «El baile», hace referencia a los «bailes» a los que sometían a los conscriptos en el período militar. «Nuestros recuerdos», alude a la memoria de los integrantes del grupo siendo interpretados en danza unos por otros. El ejercicio de la memoria individual y colectiva se articula con la creatividad usando el arte del movimiento como herramienta.

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Aurelia Chillemi dice: «Los espacios de desarrollo creativo, mejoran la calidad de vida de las personas. Una manera de hacer prevención de la enfermedad es ofrecer a la sociedad un espacio de registro sensible del cuerpo, de establecimiento de registro de Redes de Comunicación y desarrollo de la creatividad en la construcción coreográfica, donde tan importante sea el proceso como el producto, lo cual implica, hacer promoción de salud, desde “esto otro”, en nuestro caso la danza. El compromiso ciudadano en el que se da, la integración de contenido artístico, vinculado con el contexto sociocultural, permite un valioso intercambio de las experiencias y vivencias entre los diferentes grupos que destinan su vocación al Arte Comunitario». (Chillemi, A., 2009). La condición para que el arte, promueva labor restitutiva del tejido social, que conformamos, está fuertemente planteada en el escrito «Matar la muerte» de Gilou Royer G. R., cuando profundiza sobre la articulación del sujeto al poder: «Pero que quede esto muy claro: no hay reparación posible sino en el orden de lo político y de lo social, de la justicia. La dimensión de lo psíquico debe entenderse como lo decía Platón: como la articulación dialéctica de las pasiones de alma y de la ciudad. El esclarecimiento del abuso y de las aberraciones de poder que éste ha pretendido borrar por medio de la desaparición de personas es una obligación de la justicia». (Royer, G. R., G., 1986) Para cerrar este escrito, un aporte de la escultora argentina Claudia Rodrigues (2004), docente del IUNA en artes plásticas y visuales e impulsora del arte comunitario: «La imagen si es simbólica, reconcentra, reconstituye, sólo si hace referencia a algo común. Común no de ordinario; común-comunitario. Para reconstruir la pieza, en términos de Debray,1 un tercero simbolizante permite a la imagen estable1

Régis Debray nos dice en su libro Vida y muerte de la imagen: «El symbolon, de symballein, reunir, poner junto, acercar, significa en su

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cer una relación con los receptores contempladores y entre ellos en referencia a la imagen. Pensamos que reconstruir la pieza, cobra su eficacia al no terminar nunca de reunir sus partes». (Rodrigues, C., 2004)

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origen una tessera de hospitalidad, un fragmento de copa o escudilla partido en dos y repartido entre huéspedes que transmiten los trozos a sus hijos para que un día puedan establecer las mismas relaciones de confianza juntando y ajustando los dos fragmentos... el símbolo es un objeto de convención que tiene como razón de ser el acuerdo de los espíritus y la reunión de los objetos... Simbólico y fraternal son sinónimos: no se fraterniza sin tener algo que compartir, no se simboliza sin unir lo que era extraño. En griego, el antónimo exacto del símbolo es dea-bólico; lo que divide y sim-bólico todo lo que acerca». (Debray, R., 1994).

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Resumen El arte nos muestra siempre una visión del mundo y como instrumento de intervención en lo social, también implica una ética. Berni y Juanito Laguna, visibilizaron, la desexistencia, en los basurales, mostrando sensiblemente la vida humana en situación de deshecho social.

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Con categorías tomadas de la obra de Alfredo Carballeda entre otros, se difunde y reflexiona sobre la labor restitutiva del arte como intervención en lo social. Acciones como «El Contrafestejo», en la ciudad de Paraná; «La matanza de Napalpí» y la construcción de un ceremonial; el Programa de danza comunitaria «Bailarines toda la vida» del IUNA, son algunas manifestaciones tomadas como mediadores para la creación de dispositivos, que por la vía de lo artístico expresivo, apunten a la generación de una subjetividad socialmente constituida sobre deseos de vida. Palabras clave: Restituir el tejido social. Desnaturalizar las violencias. Desexistentes. Matar la muerte. Empoderamiento. Función historizante.

Summary Art in the community as restitution of the social fabric Art always gives us a vision of the world and, as an instrument of social intervention, it also involves an ethic. Berni and his «Juanito Laguna» made dis-existence in refuse dumps visible, sensitively showing human life in a situation as social refuse. With categories taken from the works of Alfredo Carballeda and others, the author elaborates and reflects on the restitutive work of art as an intervention in the social sphere. Actions such as «The Counter-Festival» in the city of Paraná, «The Murder of Napalpi» and the construction of a ceremony; the program of community dance, «Dancers All Our Lives» of the IUNA [National University Institute of Art], are some manifestations considered mediators for the creation of devices that, through artistic expression, aim to generate a subjectivity constituted socially on the base of the desire to live. Key words: Restitution of the social fabric. De-naturalize violence. Dis-existents. Killing death. Empowerment. Historicizing function.

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Résumé L’art dans la communauté: restitution de la trame social L’art nous montre toujours une vision du monde et, comme instrument d’intervention sur le champ social, il implique aussi une éthique. Berni et son «Juanito Laguna» ont rendu visible la désexistence dans les dépotoirs, et montrent ainsi sensiblement la vie humaine dans une situation comme de l’ordure sociale. Avec des catégories de l’oeuvre d’Alfredo Carballeda et d’autres, l’auteur expose et réfléchit sur l’oeuvre de restitution qui réalise l’art comme intervention sur le champ social. Des actions comme, par exemple, «La Contre-Fête» dans la ville de Paraná, «Le Meurtre de Napalpi» et la construction d’une cérémonie, ainsi comme le programme de danse communitaire, «Danseurs Toute la Vie», de l’Institut Universitaire National des Arts (IUNA) sont quelques manifestations décrites comme des médiateurs pour la création, par le moyen de l’expression artistique, des dispositifs dirigés vers une subjectivité constituée socialement sur la base du désir de vivre. Mots clés: la restitution de la trame sociale. Dé-naturaliser les violences. Les dés-existents. Tuer la mort. L’autonomisation. La fonction historicisante.

Resumo A arte na comunidade como restitutivo do tecido social A arte nos mostra sempre uma visão do mundo e, como instrumento de intervenção naquilo que é social, também implica uma ética. Berni e Juanito Laguna visibilizaram o arrasamento da existência nos depósitos de lixo, mostrando sensivelmente a vida humana em situação de resíduo social. Com categorias extraídas da obra de Alfredo Carballeda entre outros, difunde-se e se reflete sobre o labor restitutivo da arte como intervenção naquilo que é social. Ações como «O Contra-festejo»,

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na cidade de Paraná, «A Matança de Napalpí» e a construção de um cerimonial, o Programa de dança comunitária «Dançarinos toda a vida» do IUNA são algumas manifestações tomadas como mediadores para a criação de dispositivos que, pela via do que é artístico expressivo, visem a geração de uma subjetividade socialmente constituída sobre desejos de vida. Palavras chave: restituir o tecido social. Desnaturalizar as violências. Não existentes. Matar a morte. Empowerment. Função historizante.

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Transmisiones parentales: un modo de anรกlisis 1

Erica Flora Hamuy * Andrea Alicia Rosa Lucero **

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El presente trabajo fue escrito en el marco del Servicio de Asistencia a la Comunidad de la Cátedra de Psicopedagogía Clínica, Universidad de Buenos Aires, UBA. (*) Licenciada en Psicología. Integrante del Servicio de Asistencia a la Comunidad de la Cátedra de Psicopedagogía Clínica en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, UBA. Investigadora de Apoyo de UBACyT. E-mail: ehamuy@yahoo.com.ar (**) Licenciada en Psicología. Integrante del Servicio de Asistencia a la Comunidad de la Cátedra de Psicopedagogía Clínica en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, UBA. Investigadora de Apoyo de UBACyT. E-mail: alucero@psi.uba.ar

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Introducción En el presente escrito intentaremos pensar cuestiones que hacen a la clínica de nuestros días, específicamente a la clínica psicopedagógica. Esta disciplina aborda el aprendizaje desde su vertiente subjetiva teniendo en cuenta que es un proceso complejo donde intervienen varias dimensiones. Observamos, como una de las características de la época actual, una fuerte dificultad en los niños para representar. En muchas ocasiones la inestabilidad e incertidumbre dadas por la transformación de las condiciones sociales y económicas, con sus implicancias en las situaciones materiales y vinculares, podrían vulnerar, entre otras cosas, las marcas sobre las cuales se construyen los aprendizajes. La fragilidad de las marcas simbólicas que organizan la actividad del proceso secundario, podría comprometer el interés de un sujeto para la incorporación de nuevos saberes. Al respecto, Silvia Schlemenson define las dificultades de aprendizaje como restricciones en los procesos de simbolización, que dificultan los procesos sustitutivos propios de la actividad representativa, obturando el interés por ir en búsqueda de novedades. En la clínica psicopedagógica se asisten niños y adolescentes con problemas en el aprendizaje que presentan como característica particular dificultades en la actividad psíquica de sustituciones representacionales. En su mayoría presentan un modo estereotipado y restringido de entender y aproximarse a los objetos de conocimiento, manifestándose en dificultades que pueden comprometer su actividad escrita, gráfica, discursiva y lectora. Entendemos el aprendizaje en tanto proceso de construcción de novedades en una interrelación dialéctica con los objetos sociales disponibles (Schlemenson, 2009). En este interjuego, el legado y la oferta que las figuras significativas tienen para con sus hijos, nos puede aportar

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una variable posible para el análisis de las modalidades prevalentes de investimiento. La posibilidad de investimiento de los objetos estaría orientada en alguna medida, por aquellos objetos que convoquen aspectos libidinales significativos. En el presente escrito nos interesa reflexionar sobre los modos de procesamiento psíquico de los adultos a cargo del niño y la influencia que podrían tener en las formas particulares de organización psíquica del niño, teniendo presente la complejidad y heterogeneidad de los factores que intervienen en dicha constitución psíquica. Trabajaremos sobre un caso clínico profundizando sobre un modo de lectura del discurso parental, a partir de un modelo de análisis teórico-clínico para intentar pesquisar aquellos aspectos que pudieran estar actualizándose en el material del niño.

Aspectos teóricos La subjetividad se construye en el encuentro con otro. El ser humano nace y vive en un mundo de vínculos. El sujeto se constituye en el vínculo, el cual exige la presencia irreductible del otro. Un otro que impone un saber que excede el del sujeto y opera como motor en la búsqueda de lo propio. Se trata de una subjetividad abierta, que se va construyendo. Desde la teoría psicoanalítica se ha conceptualizado ampliamente la constitución subjetiva y se han ofrecido herramientas múltiples para analizar algunos de los procesamientos psíquicos implicados en la producción simbólica en la infancia. Silvia Bleichmar, Piera Aulagnier, entre otros, han trabajado extensamente sobre la importancia del otro-adulto en relación al niño y a su progresiva constitución psíquica. Piera Aulagnier (1977) sostiene que «La psique y el mundo se en-

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cuentran y nacen el uno con el otro, uno a través del otro; son el resultado de un estado de encuentro al que hemos calificado como co-extenso con el estado de existente». En esta dirección Schlemenson, S. (2001) conceptualiza al aprendizaje como un proceso intersubjetivo complejo que pone en juego los mecanismos psíquicos de producción simbólica. Entenderemos la producción simbólica como el trabajo psíquico de sustituciones representacionales, que permite diferir la fantasía propia de los procesos primarios de las representaciones atravesadas por la lógica secundaria y pone en juego la creación de sentidos que marcan en un sujeto un modo particular de relacionarse con el mundo. Desde esta perspectiva las transmisiones parentales mediatizan para la descendencia un patrimonio de legados simbólicos y afectivos que forman parte de la realidad psíquica de cada uno de los padres o adultos significativos. Representan objetos de elección conciente o inconciente, con los que ejercen cierta influencia sobre los hijos, particularmente sobre la organización de su vida psíquica. «La calidad del ejercicio de las funciones parentales iniciales resulta un antecedente intersubjetivo significativo que incide en las distintas formas de resolver y atravesar situaciones conflictivas, y permanece como un eje alrededor del cual circula la potencialidad simbólica del pequeño» (Schlemenson, 2009). Los discursos y las transmisiones parentales con mayor plasticidad y apertura podrían propiciar mejores condiciones para la incorporación de lo novedoso mientras que aquellas más uniformes y rígidas tenderían a restringir la curiosidad y el deseo de conocer. Consideramos que la transmisión de una lógica intersubjetiva determinada, no produce linealmente marcas intrapsíquicas, sino que se trata de poder visualizar cuál es la herencia simbólica y afectiva que las figuras significativas podrían transmitir y cómo se tramitan en el niño de una manera singular.

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Características del dispositivo Nuestro trabajo clínico se realiza en el ámbito institucional de la Facultad de Psicología. Se brinda asistencia a niños que presentan dificultades para acceder a nuevos conocimientos. Paralelamente se trabaja con los padres en grupos de reflexión. En primera instancia se realiza un proceso diagnóstico y los casos que así lo requieran, se derivan a tratamiento. El tratamiento se realiza con una modalidad de abordaje grupal, con dos co-terapeutas por grupo. La frecuencia es semanal y los niños son agrupados por edad y nivel de escolarización alcanzado. Los grupos tienen un máximo de ocho niños, son semiabiertos a fin de permitir ingresos y egresos cuando se considere oportuno. Una de las características particulares de nuestra modalidad de trabajo es incluir a los padres en grupos de reflexión. De este modo el espacio para los padres forma parte del dispositivo terapéutico con el que se abordan las dificultades del niño. En el momento de la derivación se acuerda con los padres o con el adulto responsable del niño que deberá participar quincenalmente de los grupos para padres. Decimos adultos a cargo del niño para resaltar la función de aquél con capacidad de ejercer un trabajo psíquico de transferencia libidinal de sostén, como de modalidades de investimiento hacia objetos sociales. Nos resulta importante realzar esta aclaración dado que en los últimos tiempos nos vimos enfrentados a cambios sociales profundos en las formas familiares tradicionales, no siendo muchas veces aquéllos que asisten a estos grupos los padres biológicos del niño. Sin embargo, no siendo los «genitores», son los adultos que le ofertan los suministros afectivos y simbólicos necesarios. Trabajar con los adultos a cargo, nos permite acompañarlos en el proceso terapéutico de sus hijos, brindándoles un espacio donde ser escuchados. Consideramos que la posibilidad de trabajar con ellos reflexionando, entre otras cosas, sobre

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su implicación en lo que les sucede a su hijo y las resistencias que se pudieran ir manifestando, favorecerían el proceso terapéutico del niño. Frecuentemente hemos podido observar que los padres realizan construcciones propias sobre la problemática de sus niños. Se observa una tendencia a depositar en un tercero externo las causas de dichas dificultades. Bajo estas circunstancias la escuela, agente de lo social, es «culpabilizada» por poner en evidencia dichas dificultades. Los padres se quejan y desvalorizan la tarea de maestras o directoras, quedando esto una vez más al servicio de evitar tanto su compromiso como el del hijo, en el motivo que los trae. En este sentido se hace necesario trabajar para construir allí una demanda que les permita pensar e implicarse en la problemática que los convoca. Hemos observado cómo las fracturas en el proceso de aprendizaje de sus hijos adquieren significaciones diferentes para cada uno de ellos. La temática convocante son los problemas que tienen sus hijos en la escuela, pero la significación que estas dificultades adquiere para cada uno de ellos es absolutamente singular. Durante los primeros encuentros los padres expresan el motivo que los convoca y descubren a otros atravesados por problemáticas similares. El encontrar semejanzas, rasgos comunes con los demás integrantes del grupo, genera una pertenencia identificatoria que promueve cierto acercamiento al grupo. Desde la coordinación se apunta a favorecer que lo similar habilite el trabajo de confrontación con lo diferente, lo novedoso. A partir de los relatos meramente descriptivos de los padres, el coordinador genera interrogaciones y señalamientos con el fin de promover procesos asociativos y reflexivos que les posibiliten ir enlazando los problemas de aprendizaje con el sentido histórico libidinal que puede estar afectando las restricciones en el despliegue del potencial simbólico.

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El encuentro de múltiples subjetividades promueve el encuentro con la confrontación y la diferencia, favoreciendo la actividad reflexiva. Posibilita procesos de elaboración, reelaboración, de investimiento psíquico, y potencia un mejor posicionamiento para la oferta de dones simbólicos a los niños. Siguiendo desarrollos de Cornelious Castoriadis (1993) intentamos favorecer el despliegue de una subjetividad reflexiva y deliberante, es decir, la producción de una subjetividad en devenir, en proceso, y no de un estado alcanzado de una vez y para siempre. Los procesos reflexivos son frecuentemente reconstructivos. Desde la coordinación, se procura favorecer en los padres un despliegue discursivo que promueva un flujo representativo mayor mientras emergen ciertos deseos y afectos que se generan en el vínculo con sus hijos. En los encuentros, los padres expresan modalidades de vinculación con los niños y diferentes formas de resolución de conflictos, que hacen a su posicionamiento como padres. La coordinación acompaña a los padres en el atravesamiento por sus propias situaciones de carencia y sufrimiento. Se apunta a realzar elementos discursivos que permitan producir ejes reflexivos, sin producir un avasallamiento simbólico, habilitando nuevos circuitos de aproximación a lo placentero. Cargar afectivamente la actividad de pensar posibilitará nuevas interpretaciones, nuevos sentidos acerca del mundo circundante, ofertando así a sus hijos un legado donde se potencie la curiosidad y el interés por lo novedoso. El encuadre de trabajo ofrece y garantiza un espacio reglado para la libre circulación de la palabra. La presencia de otro en tanto sujeto diferente incorpora una oportunidad para repensarse, cuestionarse, crear y recrear.

Conceptualizando la clínica A partir de los intercambios discursivos que se producen en los encuentros con padres surgen relatos en función de lo

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que en la situación presente privilegian como significativo. Concretamente surgen, entre otras cosas, temáticas como la escuela, los deberes, los maestros, las enfermedades, los padres, los hermanos, los celos, las amistades, las salidas, los límites, los cumpleaños, los miedos, las vacaciones. A partir del recorte que ellos hacen, realizamos una lectura clínica-conceptual del material. Trabajamos sobre el discurso parental apoyándonos en el modelo teórico-clínico trabajado por Schlemenson,2 (2010) y luego retrabajado por S. Schlemenson, A. Wald, P. Alvarez, D. Grunberg y V. Rego (en el V Congreso de las Asociación Argentina de Salud Mental, AASM 2010), donde se incluyen y ubican estas dimensiones de análisis para las transmisiones parentales, permitiéndonos interpretar la calidad de las mismas teniendo en cuenta aquellas que pudieran estar favoreciendo o restringiendo el potencial simbólico de un niño. Dicho modelo de análisis define para las transmisiones parentales tres dimensiones: 1) Dinámica intersubjetiva. 2) Dinámica intrapsíquica. 3) Funcionamiento simbólico predominante. 1) Dinámica intersubjetiva La dimensión de la dinámica intersubjetiva de las transmisiones parentales está en relación a la calidad de los encuen2

La Dra. Schlemenson ha definido y conceptualizado un modo de analizar la producción simbólica de los niños donde caracteriza los procesos de simbolización de cada paciente a través de cuatro ejes de análisis: dinámica intersubjetiva, dinámica intrapsíquica, modos de circulación pulsional predominante y niveles de complejidad de la actividad representativa. Está trabajado y desplegado en la Revista de Investigaciones de la Facultad de Psicología «Anuario de Investigación 2010: Procesos de simbolización y Transformaciones psíquicas durante el Tratamiento Psicopedagógico. Presentación de un modelo teórico-clínico», vol. XVII, págs.191-198.

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tros con las figuras primarias que inciden en la constitución de la subjetividad y con aquellos aspectos que hubieran podido producir capturas significativas. Dentro de este eje podemos pensar aquello que nos permite visualizar la oferta del posicionamiento identificatorio, la oferta en relación al reconocimiento de la alteridad, a la diferenciación sexual y a la aceptación del quiebre generacional, las características que adquiere el discurso de los orígenes, los investimientos sociales que se privilegian y el reconocimiento del lugar que tienen para un proyecto identificatorio.3 2) Dinámica intrapsíquica Esta dimensión de las transmisiones parentales está vinculada con las formas de organización psíquica particular. Hemos incluido en este eje cuál es la modalidad parental de investimiento-desinvestimiento de los objetos sociales, el procesamiento de situaciones conflictivas y dolorosas, las formas de incorporación de novedades, los modos de circulación libidinal, de descarga y los aspectos sublimatorios. Cuando hacemos referencia a la modalidad de investimiento-desinvestimiento de los objetos sociales, apuntamos a es3

Piera Aulagnier define el proyecto identificatorio como «un proceso de autoconstrucción del yo por el yo que permite proyectarse en un movimiento temporal». Dice: «el saber del yo por el yo tiene como condición y meta asegurar al yo un saber sobre el Yo futuro y sobre el futuro del Yo. El “Yo advenido” designa por definición un Yo supuesto capaz de asumir la castración que va a catectizar emblemas identificatorios que toma del discurso del conjunto. Esta imagen del Yo futuro representa aquello que el Yo espera advenir. Imagen que se construye en dos tiempos, el primero cuando el niño puede enunciar: cuando yo sea grande… que en el período que precede a la disolución del complejo de Edipo podría reseguir la frase con «me casaré con mamá» «tendré todos los objetos que existen» «y en la fase posterior a la prueba de castración el enunciado será completado por un seré: médico, abogado, padre» (La violencia de la interpretación, pág. 168-169).

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cuchar en el discurso parental, cuál es el modo de tramitación pulsional prevaleciente para luego poder visualizar cómo se actualiza en la producción del niño dicho legado libidinal y simbólico. En la clínica actual hemos encontramos con frecuencia, en relación a la modalidad de circulación libidinal de los adultos a cargo, cierta rigidez en el investimiento y desinvestimiento de los objetos sociales. Observamos que aparece como característica recurrente cierta insistencia en los padres por mostrar escasa transferencia y deseo por los objetos sociales exogámicos, en muchas ocasiones lo externo al ámbito familiar, es vivido como peligroso. 3) Funcionamiento simbólico predominante En este eje exploramos las características discursivas en relación a la plasticidad o rigidez que adquiere la calidad de las transmisiones parentales y cómo se establece la relación entre afecto-discurso. Al profundizar en el análisis del discurso parental hemos registrado la insistencia de discursos cerrados, donde se repiten relatos descriptivos y desafectivizados. El modo de circulación del afecto reactualiza formas de acceso al placer, que en estos casos se presentan mayormente inhibidos, evitados o restringidos. Esta situación obstaculizaría el despliegue del potencial simbólico del niño. El poder trabajar para la inclusión del afecto en ocasiones, potencia la dinamización de los procesos representacionales y complejiza el funcionamiento simbólico de los adultos. De este modo la calidad de la oferta simbólica hacia el niño se verá enriquecida.

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A continuación desarrollaremos esta modalidad de analizar el discurso parental a partir de un caso clínico.

Caso clínico Daniela es una niña de 8 años. Su padre (38 años), orientado por la escuela, consulta por las dificultades escolares de su hija. Reconoce dificultades principalmente en el área de matemáticas. «Más que nada en matemáticas es el problema (…) En las pruebas que le tomaron la semana pasada le fue bien. Sobresaliente no, pero bien. Igual tiene problemas (…) Los números de dos cifras, pero bueno…» Daniela vive con su padre (empleado). Su madre (38 años) es empleada en un sanatorio y vive con el hermano mayor (18 años) de Daniela, que es hijo de otra pareja de la madre. Ninguno de ellos dos convive actualmente con la niña. El padre, que es quien tiene la patria potestad de la niña, refiere que es él quien se encarga de casi todo lo de su hija. * «– Daniela está conmigo. Y la madre … Vive con otro hijo, de otra pareja, más grande (inteligible). Un hermanastro, no viene al caso.» * « La mamá a la escuela no va. A la nena la llevo yo, a la reunión de padres, si son en horarios… trato de ir yo, el que toma contacto con la maestra soy yo.» Daniela está muy vinculada con la abuela paterna, quien ha vivido con ellos en los primeros momentos de la separación y desde hace un par de años se ha mudado a unas cuadras. Es quien colabora con el padre para el cuidado de la niña. Ambos padres resaltan las dificultades de Daniela para relacionarse con los compañeros y con personas pertenecientes a espacios extra familiares. Comentan que es una niña muy

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tímida, que le cuesta hacerse escuchar, muy retraída. «es muy introvertida, a veces, muy quedada». Inicialmente intentamos distinguir cuál es el posicionamiento parental frente a la problemática de la niña. Observamos que la madre recurre a enunciados de terceros para referir la problemática en juego («la maestra dijo que …», «el padre me comentó que..», «la directora nos contó …») Nos hace saber inmediatamente su poca disponibilidad para las cuestiones relacionadas con Daniela en relación a las rutinas cotidianas, entre ellas, las escolares, por falta de tiempo. Por su parte, el padre da cuenta de una presencia constante sobre las actividades de la niña. Resalta situaciones de extremada cercanía, «la sobreprotejo demasiado… eh, la verdad es esa.» En relación a la historia vital de la niña, la madre relata situaciones complejas en el momento del nacimiento y de los primeros meses de vida, dado que tuvo que estar internada («nació de 8 meses …»). Explica la relación distante que tuvo con su propia madre, a la vez que amplía detalles de antecedentes generacionales sobre el padre de la niña. El padre no hace referencia a su propia historia cargada de situaciones dolorosas en su familia de origen como la enfermedad psiquiátrica y posterior internación de su padre. Así como tampoco da cuenta de problemas al momento del embarazo, ni en los primeros meses de vida de la niña. Es la madre de la niña la que hace comentarios al respecto. En relación a la separación, la madre comenta que fue ella quien se fue de la casa pero que continuó yendo a la misma en los primeros momentos hasta que el padre llegaba del trabajo, intentando dejar a Daniela dormida para poder irse al hotel donde estaba viviendo. No recuerda haber tenido una conversación con Daniela en la que le haya explicado sobre la separación.

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Análisis del caso Al acercarnos al material nos interesa pesquisar tres ejes fundamentales en relación al discurso parental para poder establecer las hipótesis clínicas pertinentes. Dinámica intersubjetiva En el caso presentado hemos podido observar dificultad por parte del padre para separarse de su hija. El padre se sostiene como la ley misma más que representación de ésta, se presenta con un discurso de clausura, regulador de las relaciones intersubjetivas, obturando en la niña las posibilidades en el despliegue de relaciones con los semejantes. Por ejemplo dice: *«le cuesta mucho a ella abrirse, arrancar a hablar con la gente, con grandes, con chicos, siempre. Es como muy vergonzosa, pero es con todo el mundo. La gente la saluda y ella… se te esconde. No es tan dada como otros chicos, algunos se enganchan más rápido, otros no, pero la hemos observado y la hemos observado bien.» «Si no lo entiende trato de explicarle como para que me entienda, trato de hacerla pensar, pero bueno, ya te digo, en la escuela está sola.» La utilización de la forma expresiva «te», así como estos últimos comentarios remarcados, dan cuenta de esta modalidad de control y excesiva presencia paterna. Esta modalidad se actualiza en la niña a través de sus dificultades para la salida e interacción en los espacios extrafamiliares. Sus posibilidades para posicionarse subjetiva y autónomamente quedan obturadas. Por lo tanto observamos que la dinámica del posicionamiento ofertado por el padre está ligada a cierta indiscriminación y dificultad para el reconocimiento de la alteridad, con escasa oferta de investimiento de los espacios exogámicos (en los que se deposita ciertas desconfianza). Insiste en exceso la presencia por parte del padre con poco lugar para el

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ingreso de la terceridad. El padre comenta que si bien Daniela tiene su propio cuarto, son muchas las noches en que la niña se pasa a su cama dejándola él dormir allí. Dice: «… se pasa a mi cama …yo estoy cansado … y bueno …se acurruca al lado mío y yo la dejo…» En otra oportunidad dice:«Si es por ella, nada, darle de comer en la boca y se deja… sé que hago mal, pero bueno, viste, le doy de comer, obvio.» «En el momento de la tarea la hace bien, está bien que estoy al lado, me quedo al lado de ella.(…) O si estoy cocinando, bueno, ´ Vení acá mientras yo cocino y hacela. O sino estoy sentado al lado de ella. Eso, más no te puedo contar…» Se observa cierta oscilación donde Daniela pierde su lugar de niña, quedando ubicada como una niña mucho menor, o como una adulta, perdiéndose la asimetría necesaria en el vínculo paterno-filial, resultándole difícil encontrar un lugar propio. Por parte de su madre se observa cierta desimplicación. Explica que se entera de las tareas y acontecimientos escolares a través del cuaderno de comunicaciones dado que no puede llevarla a la escuela ni tampoco irla a buscar, debido a su trabajo. Plantea que ése es uno de los motivos por los que Daniela no convive con ella. La oferta identificatoria materna presenta ciertos aspectos de mayor pasividad. Así con respecto a la separación el padre dice: «Yo le dije “la tenencia de los chicos me la quedo yo”, y ella me dijo, “bueno”.» Podríamos pensar que en Daniela algo de esta oferta identificatoria se actualiza. Por ejemplo cuando el padre dice que le hacen todo, hasta darle de comer en la boca. Podríamos hipotetizar desde este eje que la niña queda capturada en una lógica dual con escasas posibilidades de construir un proyecto a futuro, con una oferta poco tentadora

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e interesante de lo diferente y novedoso que ofrece el campo social. Se observa un sobreinvestimiento de los espacios endogámicos en detrimento de los espacios exogámicos a los que se los visualiza como peligrosos. Dinámica intrapsíquica Está en relación a la modalidad de tramitación libidinal. La modalidad de tramitación libidinal predominante tiende a privilegiar cierto control y rigidez. En el discurso parental, (sobre todo del lado del padre, quien más concurre) se observa que la circulación pulsional tiende a ser de mayor control, poco permeables a la pregunta. Dice en un momento «qué más te puedo contar», cuando hay toda una parte de su historia que no la relata en ningún momento. En ambos padres hemos observado que el modo de resolución de los conflictos que insiste tiende a la anulación y evitación de los mismos. En el discurso presentan dificultades para vincularse con las situaciones dolorosas, como los inconvenientes durante el embarazo, el tema de la separación o cuestiones relacionadas con la familia de origen de ambos padres. Nivel de complejidad Ambos padres se presentan con un discurso organizado con aparente riqueza pero con una fuerte dificultad para implicarse subjetivamente, contando situaciones dolorosas en forma descriptiva con escasa o nula implicación afectiva. La disociación afectiva que acompaña su discurso, nos permite suponer que es un modo de evitar la aparición de cuestiones propias que lo llevarían a vincularse con sus propias angustias.

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En este sentido aparecen relatos históricos donde se observan situaciones de ocultamiento con ciertas contradicciones en las formas de transmitir y elaborar las situaciones significativas. Nos preguntamos en qué medida, algún aspecto de lo intersubjetivo podría haber operado, capturando la energía psíquica y obturando la curiosidad por acceder a nuevos conocimientos. En la oferta parental se observa una modalidad de investimiento de los objetos sociales restrictiva, junto con formas de procesamiento psíquico donde prima el control y la evitación de situaciones dolorosas. La actualización de este legado se podría pensar en la niña a partir de las distintas formas que adquiere la actividad representativa, en el momento del diagnóstico. Daniela se presenta como una niña simpática, callada, tímida. Se la percibe en todo momento atenta al adulto, con cierta dificultad para responder. Sus respuestas son mayormente: «no sé», «no me acuerdo, me olvidé», «no se me ocurre nada». Frente a preguntas que generarían algún tipo de apertura, Daniela mantiene silencios prolongados. Manifiesta cierta dificultad para sostener un posicionamiento subjetivo (cuando se le pregunta cómo le va en el colegio dice que bien, pero al repreguntarle porqué cree que le va bien, se queda callada). Su producción discursiva se presenta signada por una construcción narrativa despojada de un sentido singular, con restricciones en los procesos imaginativos. En el C.A.T. no puede decir mucho y lo poco que relata es puramente descriptivo (por ejemplo en la lámina 3 dice: «hay tres animales jugando» o en la 7 expresa: «un tigre y un mono») anulando la irrupción de situaciones conflictivas convocadas por las láminas. En gran medida hay un predominio del control que evita la emergencia de lo propio, a la vez que anula la presencia del conflicto. Modalidad que estaría en relación con la

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oferta parental donde predomina la anulación y negación como forma significativa del tratamiento de los conflictos. Las posibilidades de investir los objetos sociales como expectativa de placer y ganancia sustitutiva se ve restringida y circunscribe el acceso a espacios exogámicos, quedando capturada en ocasiones en dinámicas duales. En relación a la Producción Gráfica, se le administra: el Dibujo Libre y la Familia Kinética. En el primero no puede proyectar nada en la hoja refiriendo que no se le ocurre qué hacer. Mientras que en el segundo puede dibujar a su familia. Pensamos que el contrainvestimiento fáctico de la consigna «dibuja a tu familia haciendo algo» le sirvió como apoyatura para poder proyectar. Podríamos suponer que la propuesta más abierta del dibujo libre donde se la convoca a una mayor implicación subjetiva, le produjo un fuerte impacto, obturando las posibilidades para el despliegue representacional. Vemos que insiste en la niña cierta necesidad de presencia, apuntalamiento y sostén de otro (adulto, consigna) para poder producir, presentando como característica recurrente en las distintas formas que adquiere la actividad representativa (discursiva, gráfica) el exceso de control, al servicio de evitar implicarse y transmitir sentidos subjetivos. El modo cerrado de interesarse por los objetos y relacionarse con el mundo marca una forma de representar rígida y uniforme, perdiendo ductilidad y empobreciendo su aprendizaje, donde la pregunta, la curiosidad, y los procesos reflexivos encuentran poco lugar.

Conclusión La calidad de los encuentros con las figuras significativas incide en la constitución de la subjetividad de un niño. El trabajo grupal con padres de niños con dificultades en sus aprendizajes se vuelve una oportunidad para abordar ciertas particularidades de la dinámica intersubjetiva.

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En este sentido nos propusimos analizar el discurso parental visualizando el modo de procesamiento psíquico, teniendo en cuenta aquellas cuestiones que pudieran estar favoreciendo o restringiendo el potencial simbólico de un niño. Planteamos una modalidad de análisis de las transmisiones parentales que ofrece una oportunidad diferente para la lectura del material. Podemos concluir, sosteniendo que el objetivo primordial en estos espacios de trabajo con padres, es promover nuevos recursos simbólicos, resignificar el sufrimiento, ligar el afecto y construir un pensamiento más autónomo poniendo en cuestión certezas para sustituirlas por un proceso constructivo y reconstructivo de la realidad misma. Los discursos parentales se vuelven así más permeables a la pregunta, la curiosidad y a la reflexión. De este modo el legado fundacional que le transmiten a sus hijos se verá enriquecido y con mayor plasticidad.

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la trama de las referencias simbolizantes, Novedades

Educativas, Buenos Aires, 2006.

Resumen En clínica psicopedagógica se apunta a explorar y comprender la transversalidad subjetiva que recorre los procesos de aprendizaje. En el presente escrito se trabajará con un modelo de análisis teórico-clínico intentando identificar en el discurso parental la calidad de las transmisiones involucradas en los modelos de procesamiento psíquico del adulto al niño, ejemplificándolo con un caso clínico. Se apunta a reconocer en dicho análisis el posicionamiento identificatorio ofertado al niño, las modalidades prevalentes de circulación libidinal y la complejidad de la actividad representativa de los adultos a cargo que pudieran estar favoreciendo u obturando la posibilidad del despliegue simbólico en el niño. Palabras clave: Transmisiones parentales. Problemas de aprendizaje. Discurso.

Summary Parental transmitions: a way of analysis In the psychopedagogical clinic the aim is to explore and understand the subjective Transeversality that goes through the learning process. This paper will analyze the parental discourse with a clinical-Theorical model trying to identify the quality transmitions involved in the psychic process from adult to child. A clinical case will be used as an example. The analysis will try to recognize the identificatory position that the adult offers to the child, the prevalent pattern of

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libidinal circulation and the complexity of the representative activity that could have been favored or hindering the symbolic potential of a child. Key words: Parental transmission. Learning disorders. Discourse.

Résumé Des Transmissions parentales: Un mode d’ analyse Dans clinique psychopédagogique il s’aigrit à explorer et à comprendre la transversalité subjective qui parcourt les processus d’apprentissage. Dans le présent écrit, il étudiera avec un modèle d’analyse théorique - clinique en essayant d’identifier dans le discours parental la qualité des transmissions impliquées dans les modèles d’accusation psychique de l’adulte à l’enfant, en le démontrant par des exemples avec un cas clinique. Il s’aigrit à reconnaître dans la dite analyse le positionnement identificatoire offert à l’enfant, les modalités prevalentes d’une circulation libidinal et la complexité de l’activité représentative des adultes à la charge qu’ils pouvaient favoriser ou en obturant la possibilité du déploiement symbolique chez l’enfant. Mots clés: Transmissions parentales. Des troubles d’apprentissage. Discours.

Resumo Transmissões parentales: un modo de analyse Na clínica psicologia educacional visa explorar e compreender a transversalidade subjetiva que loops através dos processos de aprendizagem no presente escrito é irá trabalhar com um modelo de análise teórica e clínica procurando identificar no discurso parental qualidade transmissões dos modelos envolvidos no processamento mental do adulto para a

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criança. Vai ser tratada pelo título de exemplo um caso clinico. Palavras chave: Transmissões parentales. Problemas de aprendizagem. Discurso.

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La evaluaci贸n de los funcionamientos vinculares

Miguel Spivacow *

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(*) MĂŠdico. Psicoanalista. Miembro Titular de AAPPG. E-mail: miguelspi@fibertel.com.ar

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¿Desde qué parámetros o categorías evaluar un determinado funcionamiento vincular? En el mundo contemporáneo, en una sociedad en la que no tienen vigencia referencias culturales unívocas y en un momento histórico en que es igualmente válido ser soltero, casado o divorciado, heterosexual u homosexual, la evaluación de los funcionamientos vinculares deviene más y más dificultosa. Ya no rigen los tiempos en que los funcionamientos psíquicos se evaluaban por su adecuación a los modelos del establishment y los vínculos, sin duda, no «deben» ser de ninguna manera. La diversidad es la norma pero la pregunta que insiste, entonces, la que plantea la clínica, es con qué categorías evaluar los funcionamientos vinculares por los que nos consultan ¿desde qué ejes, con qué parámetros? Solamente una adecuada evaluación nos permitirá formular un adecuado proyecto terapéutico, es decir recorrer el camino que va desde el estudio de lo que se presenta en la consulta hasta la postulación de los objetivos posibles para el tratamiento que se proponga. El propósito de este texto es presentar para su discusión algunos analizadores que, a nuestro juicio, constituyen perspectivas interesantes y válidas para analizar el funcionamiento de un vínculo: renuncia pulsional y pactos sobre lo negativo, plasticidad, trabajo vincular, otredad y procesamiento de las diferencias para los vínculos en general y deseo de hijo, narcisización e interdicción para los vínculos de crianza en particular. No se trata de parámetros que apunten a dictaminar respecto de si un vínculo funciona «bien» o «mal», opinión que en general no pasa de ser ambigua y arbitraria. A lo que apuntan estos analizadores es a ubicar los aspectos del funcionamiento vincular que nos permitirán establecer las coordenadas del trabajo clínico.

Renuncias pulsionales. Pactos sobre lo negativo Una observación de validez universal es que en los vínculos que no desbordan a un funcionamiento recurrentemente violento o caótico se verifica en el intercambio explícito lo que, en términos freudianos, es alguna forma de renuncia

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pulsional (Freud S., 1930). En efecto, el encuentro puede ser «orgiástico» únicamente si el intercambio se limita a un encuentro transitorio que no adquiere la continuidad propia de lo que llamamos vínculo (Spivacow M., 2005, 2011). De otra manera, de no mediar un límite a lo pulsional, el vínculo que resulte se torna altamente inestable, permanentemente inundado por intercambios no inhibidos que resultan mortíferos y entra en un tipo de funcionamiento psicótico, perverso o fronterizo. En términos freudianos, podría decirse que así como un sujeto sano-neurótico para funcionar requiere de algunas represiones o defensas, también un vínculo de productividad neurótica (Gomel S. y Matus S., 2011) requiere para funcionar de algunos diques a las pulsiones, alguna estructura «defensiva». Dicho de otra manera, el funcionamiento de un vínculo que se mantenga dentro de lo que para Freud eran funcionamientos neuróticos, debe lograr algún acotamiento del goce; únicamente de esta manera el intercambio entre los miembros encontrará una regulación afectiva que no incurra permanentemente en alguna forma de violencia. La relación hombre mujer puede ilustrar lo antedicho. Ocurre en ésta, como ya se dijo, que si la satisfacción es puntual y transitoria puede ser orgiástica pero si el encuentro va más allá de lo transitorio, y no quedan excluidos del intercambio explícito algunos derivados pulsionales, el sadomasoquismo, la oralidad, la analidad o los componentes pulsionales que fueren, al no estar sometidos a algún régimen defensivo, inundan la relación de diferentes tipos de desbordes. El modo en que se lleva a cabo la renuncia pulsional debe ser evaluado tanto en el nivel de la realidad psíquica de sus participantes como en el de lo que sucede en la escena de lo real. La totalidad del funcionamiento vincular debe evaluarse considerando tanto la dimensión fantasmática como la real pues de otra manera, para decirlo con un ejemplo, se pierden las diferencias entre las fantasías histéricas de abuso sexual y el abuso sexual efectivo. R. Kaës (Kaës R., 1999) ha estudiado las características de las renuncias pulsionales en los vínculos y plantea que éstas

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se efectivizan a través de lo que denomina pactos «negativos», también traducidos del francés al español como «denegativos» o «sobre lo negativo». La noción de Pacto negativo procura aclarar cómo se establece la renuncia pulsional, con qué dinamismos, qué se negativiza en un vínculo y cómo. Lo que los pactos definen es si un elemento psíquico va a circular de manera abierta o bien si lo hará como algo prohibido o negativizado, sea como fantasía no llevada a la acción o bien como transgresión. El pacto sobre lo negativo no es conciente, está a su vez reprimido y lo negativizado no queda «afuera» sino que se torna algo velado, no visible, pero opera en el vínculo y por ende está adentro de él. Queda claro que negativizar una representación no es dejarla afuera del vínculo y que la lógica en juego es similar a la de Freud cuando postula que una representación reprimida no queda afuera del aparato psíquico. En relación a cómo lo negativo se negativiza en cada sujeto de una configuración vincular, la negatividad que el vínculo requiere se sostiene en cada uno de los miembros utilizando operaciones que pueden ser diferentes o similares: represión, desmentida, forclusión o bien alguna otra forma de defensa. Las parejas entre histéricas y perversos-psicópatas ejemplifican como en cada miembro los pactos se sostienen en virtud de operaciones defensivas distintas. En otro caso, si en una familia nadie habla de la infancia y de los nacimientos porque hay un hijo adoptado que «no lo sabe», puede pensarse que todos reprimen o bien que mientras algunos integrantes reprimen, otros desmienten o forcluyen o lo mantienen inconciente en virtud de alguna forma de defensa. «El sujeto del grupo no es pues, un sujeto mecánicamente determinado por la lógica del conjunto: si bien es actuado, es también activo y actor. No es el reflejo del grupo y su dependencia respecto de él es también su creación.» (Kaës, R., 1993, p. 370)

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Plasticidad vincular, de las alianzas inconcientes El transcurrir de la vida expone a las relaciones humanas a conmociones de todo tipo, frente a las cuales tanto la plasticidad del sujeto como la del vínculo son recursos fundamentales, entendidas respectivamente como la capacidad de reformular los funcionamientos de los sujetos y la capacidad de encontrar nuevos modos de intercambio intersubjetivo. Así, por ejemplo, cuando una pareja concibe a su primer bebé, el nacimiento de éste requiere habitualmente de una reformulación de las investiduras recíprocas tal que mucho de lo que antes la mujer dedicaba al hombre pasa a ser dedicado a su hijo mientras que el varón debe ocuparse de cosas de las que antes no se ocupaba; ahora son tres, y deben realizarse una serie de reformulaciones que afectan el régimen de suministros narcisistas en que la pareja vivía. Otro ejemplo de las reformulaciones que periódicamente se requieren en los vínculos puede encontrarse en las relaciones entre hijos y progenitores. La plasticidad vincular si logra desplegarse, conjuga la repetición con la creación y la novedad en intercambios que no se estereotipen en adjudicaciones identitarias inmodificables y que se afirmen y profundicen en la reformulación de las alianzas inconcientes (Kaës) que caracterizan al vínculo en cuestión. Las adjudicaciones identitarias referidas son las del tipo «soy así», «sos así», «somos así», «siempre sucede esto», «nunca ocurre tal cosa». Los miembros del vínculo van construyendo nuevas y diferentes formas de saber hacer en el encuentro con el otro/los otros tanto en el nivel de las alianzas concientes y manifiestas como en el nivel de las alianzas inconcientes. La plasticidad en los vínculos no sólo es necesaria frente a las crisis habituales en el desarrollo vital sino también frente a las injurias traumáticas. Cuando éstas afectan a un vínculo lo primero que se pone en juego son repeticiones compulsivas, lo que las parejas a veces llaman «un disco rayado». Posteriormente, si aparece la probabilidad de elaboración, la repetición automática, paralizante y mortífera cede lugar a fun-

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cionamientos más plásticos, en los que no predomina la compulsión a la repetición. La plasticidad vincular, entonces, ayuda en la elaboración de los conflictos habituales en el vínculo así como en los traumas, es decir, en términos freudianos, ayuda a salir de la repetición estereotipada tanto en situaciones clínicas dentro del principio del placer como en situaciones ubicables en el más allá del principio de placer.

El trabajo vincular o de la intersubjetividad En los diferentes vínculos o circunstancias pueden verificarse entre los integrantes diferentes modos de trabajo psíquico en relación al intercambio. Estos distintos modos se agrupan bajo el nombre de trabajo de la intersubjetividad (Kaës R., 1999) o vincular (Berlflein E., Riopedre L., Buchbinder M., L’Hoste M., Kasitzki de Bianchi G., Gomel S., Matus S., Krakov H., Pachuk C., Waisbrot D., 2006) y las formas que éste adquiere orientan respecto de las modalidades del funcionamiento vincular. Analizar un funcionamiento desde la noción de trabajo vincular implica examinar cómo lo que uno hace promueve lo que el otro responde, es decir la retroalimentación recíproca, bidireccionalidad o interdeterminación (Spivacow, 2011). Esta es la gran diferencia de este concepto con otras nociones psicoanalíticas que analizan el trabajo psíquico desde una perspectiva unidireccional, que considera a un psiquismo singular sin hacer foco en el intercambio (por ejemplo, capacidad de simbolización). El concepto de trabajo vincular analiza los diferentes modos de metabolizar, hacer con y simbolizar lo que viene del otro, del vínculo y del propio sujeto pero pone el foco en lo que un miembro genera y sostiene o rechaza en el otro, es decir en las interinfluencias y puede evaluarse como de baja complejidad cuando predominan en la relación los mecanismos regresivos, la escisión, la fusión-expulsión y la repetición estereotipada, o de alta complejidad, cuando predominan la integración, la inclusión de la novedad y la discriminación.

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Al utilizar la noción de trabajo vincular se focaliza la observación en las formas de interpretar y significar, resonar, consensuar, disentir, recibir, contener, rechazar, ligar, matizar, enriquecer, expulsar o desligar lo que se produce en una relación. También si los miembros sintonizan (Spivacow M., 2008) o ignoran sus aportes, si pueden usar o no de las producciones de los demás miembros del grupo, familia o pareja, si uno se pone o no en el lugar del otro, legitima, ataca, confirma o desconfirma lo que el otro siente, en cuánto y cómo entiende sus propuestas, las valida o invalida (Spivacow M., 2008). Estos diferentes verbos señalan diferentes modos de hacer con lo que el otro aporta y describen cómo cada sujeto se relaciona con el otro en un circuito bidireccional en el cual lo fundamental es si los objetos internos tienden o no a ser reemplazados por sujetos con un mundo interno distinto del de uno mismo y con los cuales caben muy distintos «haceres». El aspecto del psiquismo que estudia el concepto de trabajo vincular puede visualizarse si se imagina a dos sujetos que están materialmente juntos pero no se registran; si efectivamente no se registran y no se trata de un intento de desmentir la presencia del otro con un funcionamiento de tipo autista, podemos decir que no hay trabajo vincular. Ahora bien, cuando dos personas están en un vínculo, la realidad del otro obliga a hacer algo con lo que de él viene: en este aspecto de la vida psíquica pone el foco el concepto de trabajo vincular.

Otredad. Procesamiento de las diferencias Como se dijo anteriormente, una cuestión fundamental a evaluar en un funcionamiento vincular es en cuánto los sujetos se relacionan considerando al otro como tal, es decir como un sujeto que presenta diferencias con las representaciones que de él se han construido. Cuanto más autorreferidamente funciona un sujeto en un vínculo, más tenderá a tratar al otro como a un objeto interno, mayor fuerza tendrá la necesidad de control y poder sobre el otro y más reverberará el narcisismo en su vertiente de dominio y apoderamiento del interlocutor. Por el contrario, el reconocimiento de la autonomía del

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otro respecto de las representaciones que de él nos formulemos alivia las problemáticas referidas a la lucha por el poder presentes en todo vínculo y abre el camino al procesamiento de las diferencias y a sus efectos pacificantes. Cuánto más un vínculo da lugar al procesamiento de las diferencias en vez de intentar abolirlas, más opera la plasticidad y más se acota la repetición más acá y más allá del principio del placer. El reconocimiento de la otredad/alteridad es la base para la construcción de representaciones del otro de acuerdo al principio de realidad y marcadas por el reconocimiento de la incompletud / castración, lo que equivale a decir lo imposible de un conocimiento certero del otro. Así, en los funcionamientos más cercanos a la salud/neurosis la relación con un otro bascula entre el intento de construir representaciones regidas por el principio de realidad y el reconocimiento de un resto imposible de representar, la ajenidad radical del otro.

Vínculos familiares asimétricos. Deseo de hijo, narcisización, interdicción El funcionamiento de los vínculos de crianza en los que un adulto debe hacerse cargo del desarrollo de un menor plantea cuestiones especiales en el momento actual de cambios. Las distintas culturas han pautado desde siempre algunas características de los vínculos de familia y pareja pero en nuestra cultura, hoy, en este terreno, asistimos a un aluvión de cambios tal que las pautas están en continua revisión y no es fácil establecer una perspectiva adecuada para la evaluación de los vínculos de crianza. Los enormes cambios sociales afectan las categorías de análisis que hasta el momento tenían vigencia pero no anulan el hecho de que el desarrollo de los niños requiere de vínculos asimétricos en los que un polo se hace cargo de las necesidades del otro, siempre en riesgo de objetalización. Los vértices que elijamos para el análisis de los vínculos de crianza, entonces, deben considerar la necesariedad de una asimetría capaz de contener a las crías humanas indefensas. Para

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poner un ejemplo que refleje el problema, la sexualidad que circula en un vínculo de pareja no puede ser la misma que la que circula entre un padre y una hija, y, especialmente si se trata de una hija pequeña, es el padre el que debe estar a cargo de la interdicción, no la niña. Entonces, ¿con qué categorías analizamos un vínculo padre-hija? La discusión es capital porque afecta los derechos del niño, un ámbito de larga tradición en la lucha por los derechos humanos. ¿Cabe seguir hablando de función paterna y materna para estudiar este hacerse cargo cuando en muchas familias no se verifica lo que biológicamente hablando se llamó padre o madre? Las denominaciones de «corte» o «interdicción» y «sostén» o «narcisización» han sido propuestas hace ya muchos años y parecieran reflejar mejor el estado actual de las cosas. ¿Qué es, entonces, lo mínimamente necesario en un vínculo de crianza, aquello cuya ausencia conlleva una segura disfuncionalidad? ¿En qué componente de los vínculos de crianza ubicamos en nuestra cultura, plena de diferencias, ese elemento mínimo que no puede faltar? Lacan dice (1938) que la función de la familia se reduce a vehiculizar hacia el niño un deseo que no sea anónimo y Piera Aulagnier agrega que este deseo, al que llama «de hijo» (Aulagnier P., 1975) debe incluir un deseo de autonomía, tal que el hijo no sea una posesión narcisística de la persona que se ocupe de la crianza. Lo que está en discusión es cuáles deben ser los elementos que deben caracterizar a los vínculos en las familias o fábricas en que se producen los seres humanos. ¿Con qué categorías evaluamos el vínculo de un hijo con sus padres? La cuestión es compleja porque está irremediablemente afectada por lo cultural y por las necesarias reformulaciones que corresponden al desarrollo evolutivo; los funcionamientos en un vínculo familiar no pueden evaluarse por fuera de la edad y del desarrollo de los participantes y lo que es pertinente a los tres años de un niño no lo es a los quince.

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Sea como fuere y dejando de lado las muchas precisiones evolutivas que deberían señalarse, desde el psicoanálisis creemos saber, hasta ahora, que un niño, para crecer desde el punto de vista psicológico, necesita como mínimo la presencia de los tres elementos anteriormente señalados: ser narcisizado por el/los cuidadores, que alguna autoridad le transmita alguna ley y ser deseado en tanto sujeto autónomo. Estas cuestiones devienen centrales cuando atendemos familias y, por ahora, «narcisización», «interdicción» y «deseo de hijo» se nos aparecen como tres categorías básicas para analizar los vínculos familiares asimétricos. Se trata de tres ejes cuyo funcionamiento adecuado es indispensable en un vínculo de crianza que apunte a una constitución subjetiva del niño que cumpla con las necesarias internalizaciones y no desborde a la psicosis ni a la perversión.

El proyecto terapéutico La discusión de los conceptos desde los cuales se evalúa un funcionamiento vincular es fundamental a la hora de establecer un proyecto terapéutico ya que nuestras categorías de evaluación serán las que orientarán en uno u otro sentido la dirección del tratamiento. La estrategia clínica deberá considerar la autonomía relativa existente entre los funcionamientos vinculares y los funcionamientos de los sujetos integrantes del vínculo. Dice S. Gomel (2004): «A esta altura de mi quehacer clínico me resulta más eficaz pensar al vínculo siempre con un plus de complejidad en relación a los sujetos que lo integran, en tanto exhibe legalidades propias de lo conjunto; y a su vez considerar a los sujetos en su carácter excedentario a ese vínculo particular, pues no todos los recursos subjetivos se ponen en juego en cada vínculo.» La consideración de la relación entre las determinaciones subjetivas y las intersubjetivas no sólo debe hacerse caso por caso sino también, en cada situación clínica momento a momento, dado que se trata siempre de procesos dinámicos en los que según las circunstancias toman alternativamente la delantera determinaciones vinculares o determinaciones intrasubjetivas. Todas las situaciones clínicas son complejas –en el sentido que Morin

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le da a la complejidad– y por ende hay múltiples determinaciones y legalidades en juego, de modo tal que corresponderá momento a momento ir evaluando la faceta a priorizar en el trabajo clínico. Ahora bien, el análisis de un vínculo debe realizarse siempre caso por caso y la detección en un vínculo de funcionamientos destructivos, rígidos o distróficos no implica que en una suerte de furor curandis pretendamos modificarlo. A cada vínculo subyacen modos de goce cuya evaluación requiere prudencia. Una mujer de 35 años y sin déficit intelectual solicitó permiso a la justicia para casarse con un novio que la había violado y agredido físicamente de variadas maneras, razones por las cuales estaba procesado por la justicia. El juez actuante le otorgó el permiso y al cabo de cierto tiempo el exnovio, ahora su legítimo esposo, la asesinó. ¿Fue un error de los tribunales? ¿Dónde empiezan y terminan las libertades individuales? Valga este ejemplo para evidenciar las dificultades de formular un proyecto terapéutico en el terreno de los vínculos y la necesidad, en muchas ocasiones, de una perspectiva interdisciplinaria. A mi juicio, sólo una perspectiva jurídica aporta los elementos necesarios para entender el error que en la situación referida se cometió y que llevó a un final tan desgraciado. Cuanto más dificultades presenta la situación clínica, más suele hacerse indispensable una perspectiva interdisciplinaria.

Para concluir Se han propuesto conceptos para el estudio de los vínculos en general –renuncia pulsional, pactos sobre lo negativo, plasticidad de las alianzas inconcientes, trabajo vincular, otredad y procesamiento de las diferencias– así como conceptos para el estudio de los vínculos de crianza en particular –narcisización, interdicción y deseo de hijo. Es de resaltar que más allá de las opciones terminológicas y sus dificultades, la problemática que hemos abordado se refiere a los objetivos terapéuticos presentes en todas las prácticas psi y nos permite

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entender mejor la variedad de aspiraciones para la condición humana con que nos orientamos en la práctica psicoanalítica. Nuestra práctica no es en ningún sentido neutral. Freud consideraba que debía tender a un desarrollo de la capacidad de trabajar y amar, hacer conciente lo inconciente, que donde era el ello advenga el yo. Lacan eligió otros términos y en distintos momentos de su obra habló de atravesar el fantasma, saber hacer con el sinthome... Winnicott expresó sus opiniones al respecto en referencia al concepto de self propio (true self). Detrás de cada una de estas opciones terminológicas hay diferentes concepciones éticas, distintas concepciones del aporte que el psicoanálisis puede hacer como práctica beneficiosa para los seres humanos y también diferentes caminos a seguir en la clínica. De aquí la relevancia de discutir los ejes desde los cuales evaluamos los vínculos en los que los sujetos desarrollan su existencia.

Bibliografía Aulagnier, P. (1975) La violencia de la interpretación, Ed. Amorrortu, Bs. As., 1977. Berlflein, E., Riopedre, L., Buchbinder, M., L’Hoste, M., Kasitzki de Bianchi, G., Gomel, S., Matus, S., Krakov, H., Pachuk, C., Waisbrot, D. (2006) «¿Qué entendemos por trabajo vincular?» Ficha AAPPG, Pensando lo vincular, Cuadernillo Nº 3, 2006. Freud, S. (1930) El malestar en la cultura, O. C., Amorrortu editores, Buenos Aires. Gomel, S. (2004) «Cómo pensamos hoy nuestras diferencias», Jornadas de la AEAPG, en

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Gomel, S. y Matus, S. (2011) Conjeturas psicopatológicas, Ediciones Psicolibro, Buenos Aires. Kaës, R. (1999) Las teorías psicoanalíticas del grupo, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2000.  (1993) El grupo y el sujeto del grupo, Amorrortu, Buenos Aires, 1995. Lacan, J. (1938) La familia, Ediciones Homo Sapiens, Buenos Aires, 1977. Spivacow, M. (1998) «Complejidad vincular», en Pachuk, C. y Friedler, R., Diccionario de las configuraciones vincula-

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res, Ediciones del Candil, Bs. As., 1998.  (2005) Clínica psicoanalítica con parejas. Entre la teoría y la intervención, Editorial Lugar.  (2008) Sintonía y validación en la clínica psicoanalítica con

parejas, Rev. de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Vol. XXXI, Nº 2.  (2011) La pareja en conflicto. Aportes psicoanalíticos, Editorial Paidós, 2011.

Resumen Se postula que en el mundo contemporáneo, en el cual la diversidad es la norma, adquiere especial relevancia el establecimiento de categorías desde las cuales evaluar los funcionamientos vinculares. Se presentan algunos conceptos para analizar los funcionamientos vinculares en general: renuncia pulsional, pactos sobre lo negativo, plasticidad vincular, trabajo vincular, otredad y procesamiento de las diferencias. Para el caso específico de los vínculos de crianza se proponen los conceptos de narcisización, interdicción y deseo de hijo. Se propone que no obstante la necesidad de categorías universales, la evaluación de los funcionamientos vinculares es siempre caso por caso, momento a momento y requiere muchas veces de un enfoque interdisciplinario. Palabras clave: Renuncia pulsional. Pacto sobre lo negativo. Plasticidad vincular. Trabajo vincular. Otredad. Procesamiento de las diferencias. Narcisización. Interdicción. Deseo de hijo.

Summary The assessment of linking functioning The author says that in the contemporary world, in which diversity is the rule, the establishment of categories from which to evaluate the linking functioning acquires special relevance.

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There are some concepts to analyze the linking functioning in general: driving resignation, agreement on the negative, linking plasticity, linking work, otherness and process of the differences. For the specific case of the breeding links the author proposes the concepts of narcissation, interdiction and wish for a son. He proposes that, in spite of the necessity of universal categories, the assessment of the linking functioning is always case by case, moment after moment and many times an interdisciplinary focus is required. Key words: Driving resignation. Agreement on the negative. Linking plasticity. Linking work. Otherness. Process of the differences. Narcissation. Interdiction. Wish for a son. Résumé L’évaluation des fonctionnement des liens On considère que dans le monde contemporain, où la diversité c’est la règle, l’établissement des catégories pour évaluer les fonctionnements des liens acquièrent une grande importance. On présente quelques critères pour analyser les fonctionnements des liens en général: le refoulement pulsionnelle, les pactes dénegatifs, la plasticité du lien, le travail du lien, l’altérité et la procédée des différences. Pour le cas spécifique des liens des enfants avec leur parents on propose le concept de narcissization, l’interdiction et le désir d’enfant. Malgré le besoin des catégories universelles, on propose que l’évaluation des fonctionnements du lien est toujours selon le cas, le moment et demande plusieurs fois un regard interdisciplinaire. Mots clés: Refoulement pulsionnel. Pacte dénegatif. Plasticité du lien. Travail du lien. Altérité. Processus des différences. Narcissization. Interdiction. Désir d’enfant

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Resumo A avaliação dos funcionamentos vinculares Postula-se que no mundo contemporâneo, no qual a diversidade é a norma, adquire especial relevância o estabelecimento de categorias a partir das quais avaliar os funcionamentos vinculares. São apresentados alguns conceitos para analisar os funcionamentos vinculares em geral: renúncia pulsional, pactos sobre o negativo, plasticidade vincular, trabalho vincular, “otredade” e processamento das diferenças. Para o caso específico dos vínculos de criação são propostos os conceitos de narcisização, interdição e desejo de filho. Propõe-se que, não obstante a necessidade de categorias universais, a avaliação dos funcionamentos vinculares é sempre caso por caso, momento a momento e requer muitas vezes um enfoque interdisciplinar. Palavras chave: Renúncia pulsional. Pacto sobre o negativo. Plasticidade vincular. Trabalho vincular. «Otredade». Processamento das diferenças. Narcisização. Interdição. Desejo de filho

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INTERROGACIONES... Y PERSPECTIVAS

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Indeterminado también es una opción sexual

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Título de artículo editado en Revista Ñ Clarín 5-05-2012. Autor: Daniel Roldán. Consultados: Peter Singer, filósofo australiano y profesor de Bioética en la Universidad de Princeton (EE.UU.)y Agata Sagan, investigadora independiente polaca. 2 Extracto de presentación en clase Seminario «Clínica de los síntomas contemporáneos», Maestría ICBA UNSAM, por el autor, Graciela R. de Milano. (*) Licenciada en Psicología. Miembro Titular de AAPPG y actual Directora de Publicaciones. E-mail: gracielamilano@fibertel.com.ar

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Algunos comentarios/interrogantes al artículo Si el derecho retrasa siempre respecto de los hábitos, pues legisla sobre lo que acontece, es indudable que el título del artículo refiere a hechos de «indeterminación» que solicitan iniciativa de sanción legal. En el recorrido del escrito los hechos denuncian situaciones de «injusticia» referidas al derecho a la indeterminación sexual. A lo de que el niño no es para la niña como el hilo para la aguja acá se agrega la «indeterminación» con aspiración de derecho. Si el dogma, propio de la iglesia, anticipa las elecciones, aquí ocurriría lo opuesto. La indeterminación deja en suspenso el Nombre, condición para una elección posible. Son varios los «casos» que se relatan en el artículo con la pregunta explícita «¿De verdad es tan esencial que cada uno de los seres humanos sea etiquetado como “hombre” o como “mujer”, de conformidad con su sexo biológico»? Una pareja en Suecia, dice el artículo, quería evitar que su hijo se viera obligado a «encajar en un molde sexual concreto», por considerar que es cruel «traer un niño al mundo con un sello azul o rosa en la frente». Recordemos a Freud del 1905 que no dudó en considerar a los homosexuales como «degenerados». Sin embargo que la anatomía sea el destino entró en un circuito paradojal, esto no cabe duda, pues no es precisamente la anatomía del cuerpo la que determina sino las maneras en que ese cuerpo goza. Las manipulaciones que la tecnociencia opera en los organismos ofrecen poner en cuestión cuál es el derecho al goce del cuerpo.

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La ciencia se des responsabiliza y el derecho es convocado a legislar sobre los hechos que proponen nuevos hábitos y el psicoanálisis ¿qué? Si Lacan decía que la religión católica perduraría más allá que el psicoanálisis, es válido interrogarse que allí donde el psicoanálisis levantó la exclusas de la represión, abrió a lo forclusivo? «“Indeterminado” también es una opción sexual», título del artículo, abre a la fuerte aseveración del subtítulo: «¿Por qué es esencial que seamos etiquetados como hombre o mujer? La eliminación de esta dicotomía facilitaría, según los autores, la vida a aquellas personas que no se pueden incluir en estas categorías estrictas.» Si el destino de la anatomía entra en las variables de los distintos modos de gozar del cuerpo, se abre la posibilidad de que lo indeterminado reclame el derecho a la opción de ser legalizado. Su cómplice, una ciencia que des responsabilizada de los avances de su técnica, se alía a la Indeterminación.

Determinación versus Indeterminación A fin de elucidar las implicancias del psicoanálisis en esta coyuntura epocal, vale interrogarlo desde las consideraciones que se han vertido sobre él. El Construccionismo que concierne a los estudios feministas, gays, queer y lesbianos encuentran en Foucault el representante que vertebra la crítica esencialista que se le atribuye al psicoanálisis. Foucault en sus últimas apreciaciones lo encasilla en un esencialismo normativo pues le imputa el hacer girar la sexualidad en términos de represión. Le atribuye así a Freud un ejercicio del poder en términos de represión.3

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Las vicisitudes en el tratamiento de la represión por el dispositivo analítico serían las que marcarían el destino. Una manera de homologar el psicoanálisis a lo disciplinario. Jorge Aleman4 dice que si bien algunas ideas de Foucault asemejan a las de Lacan en cuanto al sujeto escindido, no soberano sino dependiente, sin origen absoluto, «la función incesantemente modificable» que le legitima aleja de las concepciones en relación a lo Real del pensamiento lacaniano. En esta línea considera que en sus últimas teorizaciones Foucault refiere a un sujeto, cuya «exigencia extrema es aprender a conducirse a sí mismo», y para ello es vital que no quede apresado en ninguna estructura, ni siquiera la del inconciente. Si para Freud la pulsión es el obstáculo a atravesar y es la existencia de lo pulsional la que impone las condiciones al sentido de la transformación, para Foucault el sujeto de la «experiencia multiforme» no encuentra otro límite que su propia coherencia; de ahí la posibilidad a toda clase de proliferación de géneros sexuales. Vale aquí la consideración de que si se erradica lo real se inventa el proyecto de un sujeto que puede darse a sí mismo su propia subjetividad. El sujeto se fabrica su propia ley. ¿Es este el Fin de la historia que Hegel preconiza y la lectura de Kojève signa como evaporización de las diferencias, contemporaneidad de opuestos?

3

4

Edgardo Castro, Diccionario Foucault Temas, conceptos y autores, Ed. Siglo XXI, 2011. Apartado «Las razones de la pregunta por el poder», pág. 305. Jorge Alemán, Revista Virtualia 7, «Lacan, Foucault: el debate sobre el “Construccionismo”».

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«Dios ha muerto» versus «El Otro que no existe» Si para Nietzsche Dios ha muerto, esto no implica que antes existiera sino que ha caído como referente, pues lo que ha caído entonces es la relación entre el semblante y el valor. «El Otro que no existe…» de Miller-Laurent5 alude a esta falta de nexo. En las páginas 76 y 77 se revisa ese universal que supone un Otro existente, que para hacer valer un para todo x consistente, debe complementarse con la ex sistencia de una excepción. La sexuación masculina requiere un Uno exceptuado cuya posición es, escribe Lacan: fuera de. Es la posición del líder, que ex siste al grupo, descripto por Freud en «Psicología de las masas». El Otro no existe responde entonces a que no hay un todo universal, no se puede constituir un espacio cerrado del para todo x; y tampoco hay existencia del Uno; hay su inex sistencia. La estructura que Lacan llama no todo, responde al Otro que no existe, y la universalización, lejos de inscribirse en el para todo x ( x), es el no todo generalizado, no lo general sino el no todo en todas partes. La indeterminación entonces puede ubicarse en este no todo generalizado, un no todo en todas partes. Lacan se vale de una lectura ampliada del Complejo de Edipo freudiano siguiendo «Psicología de las masas...» ya que es el mito prehistórico de «Tótem y Tabú» el que le permite hacer valer el Edipo en términos de estructura en el que la castración juega desde la prehistoria. El goce estará así siempre sometido a la castración independiente del accidente o semblante que la vuelva efectiva. Si Freud privilegió el agente de la castración, Lacan pondrá el acento en la investidura del resto, del tapón de la castración que llamó plus de gozar. 5

Miller, Jacques-Alain, El Otro que no existe y su comité de ética, Seminario en colaboración con Eric Laurent, Ed. Paidós, 1era edición, 2005.

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En lo contemporáneo lo que impera no es el goce por agente de castración (Freud) sino este plus de gozar donde –valga la redundancia– la castración no funciona desde el agente. «Indeterminado también es una opción sexual» podemos ubicarlo en este plus de gozar, que no encuentra regulación. La excepción es barrida, pues se rompió el nexo entre el valor y el semblante (El Otro no existe) y su consecuencia es el no todo generalizado, el no todo en todas partes. Jacques Alain Miller6 en «Buenos Días Sabiduría» se ocupa de «El último Mundo Nuevo» enunciado por Kojève cuando describe las novelas de Françoise Sagan7 dando cuenta de las consecuencias del saber absoluto en lo atinente a la relación sexual. La época del saber absoluto es correlativa del declive e incluso la desaparición de lo viril. La lección que Kojève extrae de Sagan es que el hombre no existe. El hombre, lo viril, no existe; ya no hay hombres. Nos encontramos en un mundo sin hombres, asevera Miller en el citado texto. Esta desvirilización del mundo contemporáneo anudada a la crisis del padre produce la manifestación de igualdad entre los sexos que favorece la indeterminación a la hora de definir una posición sexuada. Podríamos preguntarnos si la indeterminación como opción sexual que preconiza el artículo como consecuencia de la sanción de ley8 no es entonces una manera de hacer semblante de igualdad, desaparición de diferencias, contemporaneidad de opuestos resultado de un borramiento de la excepción: 6 7

8

Miller, Jacques-Alain, Revista Colofón 14, «Buenos Días Sabiduría». Françoise Sagan, Buenos días tristeza, 1954. Su novela, escrita a los 18 años, escandaliza la época al relatar la vida de un padre, con su amante y la manera en que ella regula esa vida de fiesta en la que vivían. La hija trata de cambiar la escena. Kojève en «El último mundo nuevo» dirá se trata de un hombre que no existe. Cámara de Diputados de la Nación, Ley 17.132, Derecho a la identidad de género.

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xx  xx 9 Miller dice que al borrarse xx, al desaparecer la excepción, cae la virilidad. O sea obliterado el lado izquierdo de la fórmula, sin la excepción que funda el NO, es todos iguales, todos juntos, el todos lo mismo. De allí podemos inferir que la indeterminación sexual es una consecuencia de la caída de la excepción, excepción que al aparecer forcluída barre en conjunción la virilidad y la función paterna. El hombre no existe que preconiza Kojève en las novelas de Sagan es un precursor del borramiento de la excepción, caída de la función paterna en conjunción con la desaparición de lo viril. Si para Freud en «El malestar en la cultura» el eje giraba en torno de la represión, podemos afirmar entonces que para Lacan impera la forclusión. Concluyo entonces en acercar La indeterminación una opción sexual como un signo de época en este desfallecimiento de las diferencias.

9

Referencia a Fórmulas de la sexuación, Lacan, Seminario 20, Aún, Lado izquierdo de la fórmula: xx  xx. Se lee: al menos uno (simbolizado por el cuantor ) para quien la función de la castración no funciona. Vale entender castración como sacrificio de goce. De allí en más el goce ilimitado está excluido por la ley de prohibición del incesto, introducida por el asesinato del «al-menosuno», la excepción, el Padre de la horda primitiva. Esta excepción es la que posibilita el para todos de la castración. Esta excepción es la que está borrada en la época actual; sus consecuencias: todos iguales, todos lo mismo, todo vale, desfallecimiento de la diferencia.

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ARTE

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Afectaciones e interrogantes sobre «La Piel que Habito», de Almodóvar

Silvana Mielnik * Gabriela Robaldo ** Viviana Feldman ***

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Licenciada en Psicología. Alumna de IPCV de la AAPPG E-mail: mielnik@fibertel.com.ar (**) Licenciada en Psicología. Alumna de IPCV de la AAPPG E-mail: gnroblado@yahoo.com.ar (***) Licenciada en Psicología. Alumna de IPCV de la AAPPG E-mail: vfeld@yahoo.com.ar

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Con la película «La piel que habito», Almodóvar logra sacudir nuestros pensamientos, fuertemente modelizados durante siglos (Bozzolo, R., 1999). Desde el grotesco de sus personajes nos plantea «problemas de subjetividad», nos inunda con preguntas, las que a partir de la ambigüedad de su trama, derivan en posibles e inacabadas respuestas. Somos invitados por él a ser nosotros mismos quienes terminemos de operar y producir la obra, y hasta nos fastidia cuando desde nuestra condición de meros espectadores, inmersos en la oscuridad de una sala de cine, nos adviene tanta incertidumbre. En nuestro grupo aparecen distintas lecturas, versiones y tensiones. Discutimos en un intercambio apasionado de ideas. Oscilamos entre posiciones ideológicas y mitopoéticas (Kaës, R.). Del sentimiento de amenaza por cuestionar nuestros saberes, pasamos a considerar la posibilidad de apertura a partir del criterio de transformación permanente. Nos disponemos a lo nuevo. Admitimos nuestra «crisis de desapuntalamiento» respecto de nuestras teorías (Bozzolo, R., 1999). Sucede que el Psicoanálisis no es más que un producto histórico-social, y nos enfrentamos a este ejercicio de descentramiento que nos angustia, desestabiliza y produce sufrimiento narcisista. La lógica de lo Uno (Zadunaisky, A.), de los sistemas binarios, de las identidades, persiste y resiste, y nos hace obstáculo para pensar la multiplicidad y el vacío con que la película nos enfrenta. La inercia de nuestro pensamiento busca desesperadamente categorías conocidas, seguras, sólidas: «Vicente siempre fue Vicente, aunque parezca Vera». Y con este enunciado afirmativo y limitante, en apariencia nos tranquilizamos, resolviendo así un problema pero sofocando las preguntas que insisten en permanecer y desplegarse. A medio andar de nuestro pensamiento inquieto estallan las categorías cognitivas y perceptuales y pasmadas nos vemos obligadas a preguntar(nos): el/la protagonista ¿es hombre, es mujer; mujer que anhela ser hombre, hombre que anhela ser mujer?

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Un ser humano se va transformando. En nuevas condiciones va produciendo diferentes subjetividades. ¿Cómo pensarlo?: ¿Vicente?, ¿Vera?, ¿Vicente-Vera? ¿De qué género estamos hablando? Vicente va transitando hacia Vera. Para tornarse femenina, no sólo será necesaria la brutal vaginoplastia, sino también el aislamiento y el encierro en una casa, la exposición permanente a la mirada del otro, el volverse pasiva, introspectiva y manipular cosméticos. Asumir, así, un nuevo género para ser el objeto de Robert. Nos planteamos que, como psicoanalistas, debemos despegarnos de nuestros saberes clásicos en el afán de desarrollar nuevas teorías acerca de la sexualidad. Teorías que contemplen la idea de una permanente transformación, de una constante producción de subjetividad en función de la sexualidad y del género, como producto de la combinación de factores subjetivos, ambientales y sociales, donde las nuevas posibilidades médico-tecnológicas sean consideradas en su dimensión subjetivante. La película nos invita a interrogarnos; consideramos interesante el planteo abierto y el no dar respuestas. Si nos posicionamos desde la bioética, ¿cuál es el límite ético de la cirugía estética y restitutiva? ¿podemos fabricar una persona? Y en ese caso ¿será una persona o será un objeto? ¿O una persona puede ser un objeto? ¿es este film la versión moderna de Frankenstein, donde un médico da vida a una criatura auxiliado por técnicas científicas del siglo XXI? El horror que siente el espectador, ¿tendrá que ver con la violencia del arrasamiento psíquico que produce la privación de la libertad? ¿O por la castración en lo real? ¿O por el despojo de la piel en tanto superficie de las huellas sensoriales táctiles, fuente y objeto de la pulsión libidinal? ¿O será «y» en vez de «o» involucrándolas todas? ¿Surge el «amor» entre Robert y Vera? ¿Sufre Vera, en algún momento, el síndrome de Estocolmo, identificándose con el agresor? ¿Encuentra Vera una salida en el arte y en el

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yoga para sostenerse viva y resistir la devastadora violencia que Robert ejerce sobre ella? ¿Habrá sido la seducción femenina su «máscara» como parte de un plan premeditado con el objetivo de alcanzar su libertad? ¿Podemos considerar que hay entre los protagonistas una «construcción conjunta vincular»? Si el vínculo implica alojar al otro con su mundo, ¿habría entre ellos vínculo o relación de objeto? ¿Es posible un «vínculo» perverso o estamos ante una «relación» perversa? Si nos adentramos en el vínculo fraterno entre Robert y Zeca: ¿hay un Caín y un Abel? ¿Representará Zeca a Caín cuando violentamente desvirga a la prisionera de Robert? ¿Es el asesinato de su hermano Zeca una acción para defender a Vera? ¿O Vera es la excusa para cometer su venganza? ¿Siente Robert envidia por la potencia sexual de Zeca en contraste con su impotencia para satisfacer a su difunta Gal? ¿Cuántas son las pieles que habitamos? ¿La piel social? ¿El yo-piel de Anzieu? ¿La piel del rol, cuando se nos presenta a Robert como médico prestigioso que fascina en conferencia ante sus colegas mientras oculta su oscura intimidad?, ¿la piel de los disfraces de un «carnaval» donde todo es posible, que trae de regreso a Zeca envuelto en su piel de tigre? ¿Cuántas pieles producen a este nuevo sujeto? ¿Las rejas y las murallas, las paredes de la mansión operan también como pieles? Y el body y la piel artificial… ¿Qué funciones cumplen? ¿Protegen, aislan, vinculan, encubren, envuelven, limitan, permiten el intercambio entre el adentro y el afuera? Las imágenes de los cuadros y las esculturas realizadas con retazos de tela, todas ellas sin rostro y sin sexo, así como las casas dibujadas en la pared ¿constituyen estrategias de subjetivación? ¿Harán posible que Vera habite su piel?

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Si optamos por el análisis de lo transgeneracional, ¿decide Robert, aparentemente todopoderoso, crear una criatura a la medida de sus necesidades, para que sea heredera inevitable de lo silenciado y encriptado? ¿Tendrá esta «hija fabricada» la misión de que Robert olvide la tragedia de no haber podido cuidar ni controlar a su esposa Gal, ni a Norma, su hija de sangre? Los ocultamientos de María sobre los orígenes de sus hijos, que no saben que son hermanos, ni de quiénes son hijos ¿producen la violencia vincular que nos impacta? ¿Lo «no dicho» impulsa las violaciones y vejaciones que aparecen en la trama? ¿Es Vicente quien «viola» a Norma, o es Robert quien viola a Vicente? Descubrimos que lo más interesante de la película es que nos agita en todos nuestros saberes, que no muestra ningún sentido coagulado. La trama argumental nos lleva como espectadores a un lugar homologable al de la escucha analítica en el que tenemos que soportar la angustia de que no haya ningún sentido oculto a descubrir, ni a explicar desde un saber prefabricado, sino que lo que aparece es un proceso nuevo y singular que se va desplegando no «ante» sino «con» nosotros. Desde el pensamiento complejo tratamos de pensar una cartografía multidimensional, no dualista, privilegiando procesos y no entidades. Intentamos aceptar que no tenemos herramientas desde el psicoanálisis tradicional, que nos cuesta mucho salir del atolladero reduccionista de nuestra teoría, producto del pensamiento hegemónico de la modernidad, que nos dificulta dar cuenta de la experiencia contemporánea con la que nos provoca Almodóvar con su ficción. Al final de la película, aparece Vera vestida de mujer y dice «soy Vicente». Nos quedamos pensando qué género asumirá en el futuro siendo que la asunción simbólica del deseo sexual no necesariamente debe coincidir con lo anatómico, y cómo metaforizará o recusará su castración. Recordamos a Joyce McDougall, cuando define a las «neosexualidades» como guiones eróticos, complejos e inelucta-

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bles, que no sólo contribuyen a asegurar el sentimiento de la propia identidad sexual (como lo hace todo acto sexual), sino que también se revelan como técnicas de supervivencia psíquica en cuanto salvaguardan al mismo tiempo el sentimiento de identidad subjetiva (McDougall, J.). Salimos del cine con angustia de no asignación (Kaës, R.). No podemos poner un nombre, ni encontrar respuestas frente a tantas preguntas que se nos disparan. Nos enfrentamos con la sexualidad que «se presenta» ahí, sin poder representarla. No hay algo previo a lo que adecuarse. Y nos impacta, se nos impone. Produce incertidumbre. Nos hace recordar a Bordieu cuando dice que «la división basada en las diferencias biológicas de género, actúa como la mejor fundada de las ilusiones colectivas» (Inda, N.). Los dos personajes protagónicos van mutando, se van transformando por los acontecimientos del mundo, por las experiencias que los van atravesando y por el vínculo que también va cambiando de «tonalidades» entre ellos. Podríamos pensar que «La piel que habito», alude a una metáfora. Ni siquiera la piel permanece, también va siendo «otra» constantemente, sus células se renuevan pulsadas por la relación con el afuera y con los permanentes cambios interiores. Es cuestión de ir habitándola. Subjetivamente. Seguimos pensando. Vicente es Vicente, pero con la transformación operada en su cuerpo, con sus nuevos otros con los que se vincula (Robert y María) y con sus circunstancias, se va transformando en Vera pero sin dejar de ser Vicente. Es complejo, no es una cosa o la otra. Vera por momentos quiere huir, pero por momentos parece estar adaptada, aceptando la imposición de que no puede irse. Si pensamos en términos duales, de opuestos, si nos refugiamos en las categorías conocidas, nos perdemos la riqueza que plantea la película (¡y la vida misma!). Dice el saber popular: «no todo es negro o blanco».

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He aquí un inclasificable, un caso que, dada su ambigüedad, no «encaja» en categoría alguna. Y con este inquietante paneo fílmico, «ultra-complejo» y de tonalidades grises, Almodóvar da muerte a muchas de nuestras certezas.

Bibliografía Bozzolo, R. «Los vínculos y la producción histórica de subjetividades», Revista AAPPG Nº 2, Buenos Aires, 1999. Inda, N. «Hay género en los vínculos, Revista AAPPG. Kaës, R. Crisis, ruptura y superación, Cap. 1, «Introducción al análisis transicional».

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McDougall, J. Teatros de la mente. Ilusión y verdad en el escenario psicoanalítico, Ed. Tecnipublicaciones S. A., Madrid, España. Zadunaisky, A. «Episteme de lo vincular».

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De la clínica psicoanalítica a la investigación sistemática: enigmas pictográficos intersubjetivos

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Liliana M. Bracchi *

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Bracchi Liliana, trabajo basado en la tesis de doctorado, presentada ante la Uces-Argentina y Universidad Lumière Lyon2-Francia. Libro en preparación. Registros legal 943262. 2 Fotografía tomada por la autora, Paris 2010, exposición sobre el inicio de la fotografía en papel, Italia 1845-1862. Freud hace referencia en publicación 1905 en «Tres Ensayos...», cuando habla de la neurosis como negativo de la perversión, como una metáfora de época. 3 Bracchi Liliana, Enigmas Pictográficos Intersubjetivos, concepto principal,Tesis-registro legal. (*) Licenciada en Psicología. Miembro Titular de AAPPG, Doctora en Psicología, Universidad Lumière Lyon2, Francia, Doctora en Psicología, UCES, Argentina E-mail: andinobr@ciudad.com.ar; lilibracchi@gmail.com

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…«Escuchar la palabra de un paciente es imaginarizarla y por lo tanto, operar una conversión imaginaria de la palabra, para desprender de ésta no sólo una representación, sino una red de operaciones elevada a este nivel de inteligibilidad por la referencia a lo figurable…» «Esta figurabilidad puede dejar el sitio a operaciones de otra índole que ya no recurran a lo figurable»…4

1. Introducción La práctica cotidiana nos sumerge cada día en nuevas prácticas, no puede ser distinto, si el psicoanálisis, por fundamentos propios de la disciplina y por las definiciones de la subjetividad de época nos habla de la singularidad del sujeto y de la situación. Sabemos que para ampliar los límites de una disciplina es importante validar sus hallazgos como tales, en nuestro caso, la clínica. Así la producción de conocimientos, en permanente cambio, nos obliga a encontrar parámetros, que al marcar fijezas temporarias, otorguen rigurosidad a las posibilidades de teorización, investigación, intercambio y trasmisión del conocimiento. Estas cuestiones se hacen más evidentes cuando se trata de cumplimentar investigaciones para acceder a algún título de posgrado. El doctorado en particular, requiere como especificidad la creación de conocimiento nuevo. Conocimiento que debe ser validado a través de una investigación. La investigación metodológica tiende a quedar asociada a lo cuantitativo. 4

Green, A. (1995) El trabajo de lo negativo, Buenos Aires, Amorrortu.

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Lo cualitativo afín a disciplinas donde el objeto es singular suele afectar la rigurosidad. Tratándose del psicoanálisis, nos preguntamos si es posible la trasmisión de cuestiones de la clínica, donde el objeto: la situación clínica, adquiera cierta rigurosidad. Allí donde es imprescindible el caso por caso, puede funcionar el método indiciario, pero suele hacerse difícil considerarlo como investigación metodológica. La clínica psicoanalítica hace a la singularidad de la situación. Anzieu5 se interroga sobre si el psicoanalista en un punto es un eterno principiante. Entendemos que es principiante no en su expertiz, sino en la singularidad de cada paciente y en la elección de cada dispositivo, entonces ¿cómo dar a conocer y validar cuestiones que responden a distintas lógicas? Cuando iniciamos los seminarios de posgrado con el objetivo de hacer un doctorado, nos era difícil pensar en un tema de investigación. Parecía que debíamos hacer una investigación cuantitativa o cualitativa casi experimental. Por más que reflexionáramos y pensáramos en distintos temas, no surgían ideas para una investigación sistemática, porque a nosotros nos interesa la clínica soberana que nos atrapa en el caso por caso. Fue en una discusión durante una clase de metodología (Gosende-UBA-UCES) donde empezó a surgir la posibilidad de abordar la clínica, ya que los trabajos de campo, aún cualitativos, no dejaban de sernos extraños en algún punto de su desarrollo. Teníamos muchos interrogantes, viejos interrogantes sin resolver sobre cuestiones atinentes a la clínica. Por ejemplo, nos preguntábamos: qué ocurrió con aquel viejo interrogante, que surge en la clínica, con algunas parejas en proceso de disolución del vínculo. Un hecho que se daba en transferencia con algunas parejas en el período final 5

Anzieu, D. (1966) Psicoanálisis y Mitología, en Psicoanalizar, Madrid, Biblioteca Nueva, págs. 21-112 (2001).

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de su vida juntos como pareja. Allí solían percibirse contenidos, imágenes, ideas, a veces en forma de escenas, que se asociaban con determinadas figuras. Enigmas que se supervisaban, se analizaban, se intercambiaban con colegas y no terminaban de develar su sentido. En nosotros seguían siendo potentes para crear ideas e interrogantes. Cuando el tratamiento cerraba, al tiempo surgían ideas más claras, se encontraba el sentido. Veamos una breve síntesis clínica, a modo de ejemplo del material clínico de una de esas parejas: ambos de alrededor de 40 años, él plantea separarse, ella no quiere. Él, vivaz, de estilo juvenil, ella vestida de negro. Ambos profesionales de origen griego. Cuando entran al consultorio, al ubicarse tienen varias posibilidades de asientos, ubican dos sillas que van moviendo hasta quedar de modo que ella lo mira y lo escucha con tristeza. Parece una imagen de una madre mirando al hijo. Mientras hablan, por la escena, la ubicación, y otras condiciones que surgirán de la investigación y que incidirán en la mirada analítica, en el analista surgen distintos interrogantes, parecen ubicarse en torno de un agujero, sobre el sentido que puede tener la escena en la problemática de la que habla la pareja. El analista asocia con la lámina 5 del Phillipson, en función de esto interroga, cuando pregunta en qué momento comenzó todo el malestar del que hablan, surge una mudanza, para la misma época, hay un aborto. Parece desencadenante de la consulta pero parece haber algo más que no se puede develar. Aparecen relatos históricos: él habla de un hermano desaparecido (palabra atravesada por la dictadura), pero se refiere a un bebe, que nació enfermo. Suceden otros hechos durante el tratamiento antes que se separen, en todos aparece la palabra desapareció o desaparecido: el embarazo, un hermano, un hijo, pero nunca entramado con lo social. Así desaparece la pareja finalmente donde lo denegado parece relacionarse con que el vínculo se había armado durante la dictadura militar, ellos fueron compañeros de facultad que vivieron el terror, perdieron muchos amigos, se conocieron y se enamoraron. Se dedicaron a trabajar y a

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tener hijos. Disolver el vínculo parece develar el terror y la muerte. A lo largo de los años aparecieron otras situaciones clínicas, algunas de las cuales se investigan en la tesis,6 y se validan a partir de una investigación sistemática A partir de ese momento discutimos mucho en ámbitos de supervisión, con colegas, sobre qué hacía que se generara esa producción en transferencia. Las imágenes que se configuran como ideas, en transferencia dan cuenta de lo negativo. Esto ocurrió con otras situaciones clínicas, todas vinculadas a la disolución del vínculo. Finalmente decidimos darle objetividad y rigurosidad a nuestra clínica, iniciando la difícil tarea de crear una metodología que le diera rigurosidad. Los directores de la tesis (Vacheret por Francia, Maldavsky por Argentina) acompañaron la ardua tarea. Para eso nos dedicamos a poner en marcha un formato que transformara la situación clínica en investigación. Así para nosotros resultó un doble desafío: por un lado crear un conocimiento nuevo, como requería un doctorado, por otro un modo de validarlo. Es decir decidimos crear una metodología para investigar nuestra propia clínica. Fue un arduo trabajo que culminó exitosamente. El resultado al que arribamos nos habilitó para pensar en transmitir un modelo. De modo que cada quien pueda pensar, que con un riguroso acompañamiento puede crear el propio; ya que por la singularidad de la situación las categorías cambian con el concepto a investigar y las hipótesis que uno se plantea. No obstante la singularidad, pensamos que el modelo como tal es generalizable. Este modelo que proponemos, también puede ser útil para darle cierta rigurosidad a los ensayos. Nos 6

Bracchi, L. (2011) Ibidem, R. Legal 943262.

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faltaba encontrar un lugar y un momento adecuados para intercambiarlo con colegas. Por el tiempo y la dedicación que tuvimos en la AAPPG, tanto a la docencia como a la investigación, conocemos las dificultades que muchas veces se plantean para la trasmisión de la clínica, entonces nos pareció importante proponer para el intercambio, parte de aquella experiencia ahora como modelo de pasaje de una situación clínica a una investigación sistemática. Por otra parte, en tanto preparamos el libro que nos piden como cierre del trabajo de tesis, poder darles a conocer y proponer para el intercambio algo del concepto principal que creamos que son Los Enigmas Pictográficos Intersubjetivos.7 El siempre postergado trabajo para acceder a miembro titular, fue el ámbito preciso para dar a conocer esta metodología como camino posible de validar una situación clínica.

Síntesis de la investigación Enigmas Pictográficos Intersubjetivos 8, 9 Tema: Enigmas Pictográficos Intersubjetivos en la situación analítica en parejas en proceso de disolución. Esta investigación se realiza sobre material clínico propio, seleccionado de un universo de 60 materiales clínicos de pareja, con las que se trabajó desde una perspectiva psicoanalítica entre los años 1990-2005. Se observan crite7

8

9

Bracchi, L. (2011) Enigmas Pictográficos Intersubjetivos, tesis Ibidem, registro legal. Bracchi, L. (2010) Presentado en Congreso Internacional de Asociación Internacional de Parejas y Familias, Poster de la Investigación, Ibidem. La gráfica de la pareja de la pareja de Xul Solar fueron autorizadas por la Fundación Xul Solar y la Obra se encuentra en el Malba, es de 1923.

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rios éticos (Instituto de investigaciones de la UBA e International Journal of Psycho-Analysis). Objetivos: Definir en cada pareja las alianzas inconcientes en lo relativo al vínculo para determinar algunos rasgos en la constitución y la disolución. – Situar la intersubjetividad en la situación analítica con parejas, en relación a la co-construcción, co-producción y cocreación del objeto de análisis propio de ese encuentro. Hipótesis Principal: – Las parejas en proceso de disolución revelarían algunas de las alianzas inconcientes sobre las cuales han fundado su vínculo. – En la situación analítica se co-producirían entre el analista y la pareja escenas enigmáticas que develarían algunos aspectos denegados de las alianzas inconcientes. Muestra: 1as entrevistas de 3 parejas en proceso de disolución Selección: – 20 años de casados – hijos – 40 años de edad – Iniciaron pareja en adolescencia – Iniciaron vida sexual juntos – Decisión de Separación - interrumpen el tratamiento. Se concreta la separación. Tipo de Investigación: Investigación cualitativa-estudio de casos. Marco Teórico: Psicoanalítico. Objeto de Estudio - UA: Primera entrevista de pareja desde una perspectiva psicoanalítica a través de Escenas. Se divide la sesión en 3 escenas: Apertura, Despliegue, Cierre. Escenas de la situación analítica en tanto cubeta, que limita el campo transfero-contratransferencial.

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2. Desarrollo Modelo de Investigación en Psicoanálisis De la Clínica Psicoanalítica a la Investigación Un Modelo para pensar la Investigación Sistemática en Psicoanálisis: La Clínica Psicoanalítica, desde Freud, se lleva a cabo en el marco de la investigación fiduciaria, donde en atención flotante, se arman hipótesis clínicas y se persiguen señales o rasgos que confirmen o no esas hipótesis, dentro de ese marco teórico. Es altamente singular. Las investigaciones suelen ser desechadas por distintos medios científicos y/o de poder, o se contradicen entre los medios psicoanalíticos y los académicos. Hoy hacemos una propuesta convalidada a nivel académico, que construimos para validar hallazgos clínicos. No es generalizable como un método cuantitativo, lo que es imposible para una disciplina del caso por caso. Consta de una serie de pasos específicos que se insertan en investigación como Estudio de Casos con marco teórico psicoanalítico: 1. 2. 3. 4.

Especificidad de una clínica. Teorización sobre esa clínica. Surgimiento de interrogantes clínicos. Investigación y búsqueda de sentido por medios psicoanalíticos habituales: análisis personal, supervisión, intercambio con colegas. 5. Repetición del interrogante con otros pacientes o situaciones. 6. Nominación provisoria del interrogante. 7. Inicio de la investigación propiamente dicha. Muestrareserva ética

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8. Planteo del Problema: Preguntas en relación al interrogante 9. Estado del Arte: Interrogantes Específicos – Objetivos 10. Marco Teórico: Conceptos principales, Concepto a validar 11. Metodología:  Cuestiones generales: Cuestiones éticas-estudio de casos Criterios de selección, universo, muestra- Excepciones  Instrumentos: para decidirlos se señalan Objetivos-hipótesis-conceptos principales y se dividen en Instrumentos de recolección-Instrumentos de análisis  Operacionalización de conceptos y/o variables  Procedimientos: cómo se obtiene material?, división de sesión en apertura, desarrollo y cierre  Modalidad de análisis: cómo se vuelca el material  Presentación Clínica, material y grillas  Análisis, tabulación y síntesis de los resultados  Teorización: estrategias, criterios, variables  Análisis y validación de los resultados  Discusión - aportes 12. Conclusiones

2.1 Bases teóricas Cuando Laplanche10 en el inicio del doctorado UER Unité d ´Etudes et Recherches, el 18 de junio de 1975, en la universidad de Paris VII, le dice a sus investigadores: «hoy la situación analítica no será pensada como dispositivo que permita la escucha o la lectura de los efectos del inconciente de un paciente, sino que para hacer investigación deberemos transformarla en objeto de investigación», les está diciendo cuando cambiamos nuestra mirada, cambiamos nuestro posicionamiento, por lo tanto ya no estamos en función como psicoanalistas sino como investigadores. 10

Laplanche, J. (1987) Trascendencia de la transferencia, Problemáticas V, La Cubeta, Buenos Aires, Amorrortu Ediciones.

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Por lo tanto si bien la práctica de la que nos ocuparemos en este trabajo es un aspecto de la clínica con parejas, referido a cuestiones transferenciales en situaciones de disolución del vínculo, y en ese sentido queremos trasmitir una clínica, nuestro objetivo para este trabajo de titular es intercambiar sobre la forma en que implementamos una investigación para validar un concepto que surge de un interrogante en la clínica. Intentaremos entonces mostrar cómo fuimos haciendo un recorrido teórico que nos permitiera revisar el Estado del Arte y proponer nuestro Marco Teórico. El pensar la pareja desde un posicionamiento como psicoanalistas lleva implícito la redefinición de términos, que nos llevó incluso a definir qué consideramos en este momento una pareja estable.11 Nos ocupamos de definir las cuestiones del inconciente, sus cualidades, cómo y qué arma lazo, las cuestiones inherentes a la intersubjetividad, los efectos que generan juntos ambos miembros de la pareja tanto en la constitución como en la disolución del vínculo; y lo que hace a la subjetividad del analista en la situación analítica en la intersubjetividad con los miembros de la pareja y la pareja como conjunto. Y todo lo que veníamos teorizando sobre la clínica de parejas y su disolución. Revisamos los aportes de quienes trabajan desde el psicoanálisis con parejas y grupos, en particular de Janine Puget y R. Kaës; con los aportes de I. Berenstein, A. Eiguer, P. Aulagnier, Ruffiot, Anzieu y distintos colegas de AAPPG, que citamos oportunamente en la bibliografía y con los que compartimos las investigaciones hace más de veinte años. Por otra parte investigamos sobre qué entendemos por situación analítica, por dispositivo y encuadre con parejas, a partir de la perspectiva individual y de conjunto conceptualizando des11

Bracchi Liliana, Tesis de doctorado, Enigmas pictográficos Intersubjetivos en la Situación Analítica en Parejas en Proceso de Disolución. Universidad UCES Argentina-Universidad Lumière, Lyon2, Francia, junio 2011, registros legal 943262. pág. 92-96.

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de A. Green, Viderman, Donnet, Rousillon, además de las cuestiones del juego transfero-contratransferencial en este dispositivo para intentar dar respuesta a un interrogante que nos planteamos respecto de ciertas escenas que denominamos enigmáticas, que se producen en la intersubjetividad entre la pareja y el analista en la situación analítica. Nos diferenciamos de otros conceptos como el de Enactment y de otras perspectivas tanto sistémicas como cognitivas. Por otra parte investigamos especialmente el concepto de contratransferencia para pensar si las alianzas patógenas, entre el analista y los pacientes, como las denomina Kaës, pueden disolverse en parte y/o permiten encontrar elementos facilitadores, como dirían Puget y Berenstein, o índices de percepción como los llamaremos en la tesis, que permitan al analista comprender en parte el proceso que ocurre en sí mismo, en relación con la pareja. De modo que no definamos contratransferencia igual a resistencia en términos de Lacan, sino que dentro de sus aspectos negativos, hay algunos indicadores para el analista que permitan deslindar situaciones. Así lo estudiamos y consideramos un aporte a través de lo que denominamos claves para diferenciar la contratransferencia como resistencia, y la implicación, como suplemento de la contratransferencia, de índices que permitan comprender el impacto, y algunas de las alianzas patológicas entre la pareja y el analista, o al menos reconocer su presencia, lo que denominamos contratransferencia instrumental. Por otra parte registramos signos de percepción que a través de la diferencia entre la atribución y la existencia, reconozcan índices de realidad. De tal modo que se constituyan en signos que permitan la comprensión de la realidad vincular, en la cual como analistas quedamos incluidos.12

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Bracchi, L. Tesis de doctorado, ibídem, Conclusiones pp 267.

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Respecto de las escenas, definimos el concepto desde distintas perspectivas, ampliando la conceptualización al dispositivo con parejas. Focalizándonos para explicitar lo que denominamos enigmas pictográficos intersubjetivos,13 en tanto co-producción novedosa, que se genera en la situación analítica entre la pareja y el analista. Reflexionamos sobre su producción a partir de los componentes de figurabilidad, co-construcción, percepción, signos de percepción y signos de realidad; desde la impronta de S. y C. Botella 14 de un más allá de la representación, de M´Uzan15 respecto de la subjetividad del analista. Seguimos las teorizaciones de Rousillon16 respecto de la producción de figuraciones cuasi alucinatorias en un camino regrediente en la situación analítica, en tanto el analista funciona como soporte de los aspectos más regresivos. En relación a los paradigmas, nos basamos en el paradigma del Pensamiento complejo de Morin17 y las conceptualizaciones de A. Badiou para dar cuenta del acontecimiento y la novedad, tomando en cuenta el paradigma fiduciario, propio del psicoanálisis y la dialógica singular-plural, lógica estructural y heteróloga. Nos importa conceptualizar las escenas enigmáticas con el objetivo de mostrar las producciones nuevas en la clínica, como efecto de lo que se produce en la situación analítica, para comprender la fantasmática de la pareja que incluye lo que Kaës18 denomina la realidad psíquica de las alianzas y la 13 14

15 16

17

18

Bracchi, L. ibídem, Concepto validado. Botella, C.; Botella, S. (1997) Más allá de la Representación, Valencia, Editorial Promolibro. M´Uzan, M. (1994) La Boca del Inconciente, Buenos Aires, Amorrortu. Rousillon, R. (1997) La Fonction symbolisante de l´objet, en Agonie, Clivage et Symbolization, Paris, Puf (2001). Morin, E. (2001) El método, Madrid, Cátedra; Badiou, A. (1988) El Ser y el acontecimiento, 1° edición en castellano, Buenos Aires, Ediciones Manantial SRL y Raul Cerdeiras. Kaës, R. (2009) Les alliances Inconcients, Paris, Dunod.

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alteridad, diferencia y ajenidad, que J. Puget trabaja desde una lógica situacional19 y comprender que la situación analítica produce novedad, más allá de las condiciones que puedan o no ser encuadres tradicionales. Anzieu 20 dice …«un trabajo psicoanalítico debe realizarse allí donde surge el inconciente: de pie, sentado o tumbado; individualmente, en grupo o en una familia; durante una sesión, en el dintel de la puerta, al pie de una cama de hospital, etc., en cualquier parte donde un sujeto pueda dejar hablar a sus angustias y sus fantasías a alguien que se supone que las comprende»… agregaríamos a alguien que más allá de la ubicación (sentado por detrás o frente a frente) o el número de integrantes ante los que se encuentre (pareja, familia, grupo) se posicione en el lugar de sujeto supuesto saber, y desde allí pueda pensar, ayudar a reflexionar y así quizás, evitar un destino de sufrimiento. Un alguien que, al decir de Nasio,21 pueda dar testimonio de su 22 hacer. Siempre nos interesó estudiar las parejas de la historia de la literatura. Nos enriquece sobre cuestiones específicas del entramado vincular y amplía nuestra creatividad a la vez que nos acerca un nuevo conocimiento. Así trabajamos las historias de Gala y Paul Eluard, de Sartre y Simone de Beauvoir, de Diego y Frida, entre otras. Más allá de los talleres de tesis y los asesoramientos metodológicos recordamos que quien nos habilitó a plantear la clínica como objeto de investigación fue Laplanche, en el párrafo que leimos cuando lo revisamos para pensar el tema de la cubeta.

19

20 21

22

Puget, J. Subjetividad de los mundos internos, subjetividad de los efectos de presencia, leido Cso A.I.P.F. Anzieu, Ibidem. Nasio, J. D. (1996) Cómo trabaja un psicoanalista, Buenos Aires, Paidós. Nasio, J. D. (1996) Cómo trabaja un psicoanalista, Buenos Aires, Paidós.

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A lo largo de los años hemos atendido en su gran mayoría parejas heterosexuales, pero también parejas homosexuales. De las que nos ocupamos en esta investigación por ser una población más amplia en nuestros consultorios, es de las parejas heterosexuales. Muchas de esa parejas consultan en relación al tema de la separación. Si bien todas las parejas traen de una u otra forma el tema de la separación, luego –como sabemos– se verá de qué o de quién se quieren separar, algunas traen específicamente el tema de la separación como sinónimo de divorcio. De la clínica de hace más de 20 años sobre la pareja y/o sobre la disolución del vínculo de pareja, se reflexionó sobre algunos temas, se investigó sobre otros. Se abrieron interrogantes. Se encontraron algunas respuestas que se discutieron en las conclusiones de la tesis. Como decíamos, nos importa trabajar: 1) sobre la pareja en tanto vínculo intersubjetivo y las cualidades de constitución y disolución del vínculo; 2) en torno de la situación analítica con parejas en proceso de disolución a partir de producciones de dicha clínica. Allí se generan ideas en forma de escenas enigmáticas de las que se infieren vicisitudes de la disolución. A lo largo de este trabajo fuimos transformándonos de clínicos con experiencia en rigurosos investigadores. Para el investigador, mientras dure la investigación, sólo importa, desde una ética, la fidelidad a los criterios de validación de las hipótesis que va construyendo. En la construcción del objeto de investigación nos acompañaron nuestros directores C. Vacheret en los desarrollos kaesianos y la investigación académica, D. Maldavsky en el intenso y permanente asesoramiento metodológico que nos permitió unir la creatividad con la rigurosidad científica, el asesoramiento de J. Puget en lo específico de parejas a lo largo de más de 20 años y la consulta puntual a R. Kaës sobre

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cuestiones inherentes a su marco teórico, desarrollados en este trabajo. Nuestro agradecimiento a ellos y a D. L. Coria que a lo largo de años nos introdujo en la temática de la investigación y nos asesoró en este trabajo de investigación, a Ricardo Avenburg, y a M. L. Pelento que nos enseñaron, allá por los años 80 en un Hospital de comunidad cuestiones fundamentales respecto de la clínica psicoanalítica, lo que nos permitió abrirnos para pensar con libertad y creatividad sin dejar de lado la rigurosidad. A la Asociación de Psicología y Psicoterapia de Grupo, y en su nombre a todos sus integrantes, que fue ámbito de discusión permanente en las temáticas de lo específico de los conjuntos (parejas, familias, grupos e instituciones), en particular a los integrantes del departamento de pareja desde 1984 al 2004, dentro del Departamento de Pareja, y a Marina Ravenna-Selvatici quien fue un estímulo permanente para el intercambio con la Universidad de Lyon2. Como investigadores entonces nos proponemos: 1. Validar la constitución del vínculo en tanto producción intersubjetiva desde la disolución en tanto producción intersubjetiva. 2. Pensar la intersubjetividad en la situación analítica en las producciones conjuntas que se generan entre analista y pareja en proceso de disolución y que resultaron interrogantes a lo largo de los años. 3. Fundamentar una conceptualización psicoanalítica con una perspectiva vincular. 4. Investigar el tema de intersubjetividad en la pareja en relación a la constitución, la disolución del vínculo y la situación analítica; en relación a distintas formas de funcionamientos y posibles desenlaces. 5. Construir una metodología que nos permitiera validar nuestra clínica. 6. Intentar nominar las escenas enigmáticas que surgían en la situación analítica, y decidir conceptualizarlas. Las nominamos enigmas pictográficos intersubjetivos. 7. Las escenas enigmáticas permiten reconocer en la clínica, entre otras cualidades, lo que Kaës denomina la realidad psíquica de las alianzas inconcientes.

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8. La creación del concepto enigmas pictográficos intersubjetivos, dan cuenta de una producción conjunta entre analista y pareja en la situación analítica o son efecto de esa producción conjunta. 9. Ambas premisas, la 7 y la 8, responden a lógicas diferentes.

2.2 Producción de Conocimiento Toda investigación conlleva la producción de conocimiento nuevo y muestra al profesional qué hace y escribe la investigación. Por lo tanto decidimos, dar cuenta de dos ítems: a) Referente a cómo pensamos la producción de conocimiento nuevo. b) Referente a nuestra elección del psicoanálisis como marco teórico. a) Producción de conocimiento La importancia de contextualizar teorías y clínica en referencia a nuevas prácticas en psicoanálisis, lleva a pensar sobre la construcción, transmisión y legitimación de un conocimiento nuevo. Dar cuenta de un concepto, de un tema, interrogarse sobre un problema es contextualizarlo. Entendemos por «contexto», una estructura, una organización, un código dentro del cual figura una entidad o evento. Partimos de considerar que la construcción del conocimiento es social. Un concepto nuevo, se produce a través de distintos momentos lógicos y metodológicos. Académicamente se valida a través de una comunidad de expertos. De este modo pensamos la producción de conocimiento (Bracchi, 2004):23 23

Bracchi, L. (2004) La construcción de Conocimiento en psicoanálisis, Congreso 50 años AAPPG.

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1. Parte de una producción colectiva, ubicada en un contexto de descubrimiento. 2. Alguien por cuestiones vinculadas a su saber, creatividad, series complementarias, a investigaciones, a cuestiones políticas y de la subjetividad de la época, al poder que ejerce o a la función que ocupa en una comunidad científica, emerge como el generador de ese concepto. Metodológicamente es necesario investigarlo, justificarlo y validarlo. 3. Se divulga y se legitima a través de un colectivo. El psicoanálisis representa una modificación radical e irreversible en la interrogación sobre la vida psíquica, no por su doctrina teórica, como dice Maurice Dayan24 «sino por ser el psicoanálisis, una práctica clínica y teórica, continuamente cambiante, por la relación que conlleva con un otro singular». De este modo se fue construyendo el conocimiento, en etapas, a partir de las nuevas prácticas y de la clínica que siempre genera interrogantes. Así estudiamos, hace ya muchos años, la especificidad de la pareja amorosa y su disolución. Partimos de entender la pareja, tabú del incesto mediante en tanto ámbito de prescripción de la sexualidad, operador bisagra de la salida a la exogamia, centro de un complejo interjuego identificatorio, origen de una nueva combinatoria deseante y de transmisión transgeneracional, desde la perspectiva de la intersubjetividad. Desde allí lo pensamos como un entramado singular, con permanencias y cambios en las subjetividades que lo componen. A nuestro entender es uno de los ámbitos privilegiados para investigar los vínculos y los encuadres multipersonales desde una perspectiva psicoanalítica, toda vez que permite reflexionar sobre la constitución subjetiva mutua de un «otro con otros».25

24

25

Dayan, M. Prefacio a Intérprete en busca de sentido, en Aulagnier Piera (1986), Amorrortu Ed. Berenstein, I. El sujeto y el otro(s), Buenos Aires, Paidós, 2001.

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Estudiar el vínculo de pareja como conjunto intersubjetivo implicó construir una herramienta de investigación, ajustar el marco teórico, ampliar la mirada incluyendo modelos y paradigmas que se presentan a partir de las nuevas épocas y las nuevas legalidades. Volvamos a Laplanche: «La metodología nos obliga a transformar un hecho clínico en un observable y por lo tanto es necesario construirlo como objeto de investigación, sin modificarlo, sino construyendo categorías, que nos permitan estudiarlo.» 26 La necesidad de establecer categorías implica, respecto del desarrollo teórico, repensar conceptos. Volver a interrogarse sobre qué es lo que hace a la diferencia y la alteridad ahora de la pareja como entidad formada por esos dos sujetos-otros, que deciden juntos jugar con la diferencia y negar la castración; hacer alianzas para construir realidades que le permitan denegar algunos signos de percepción, idealizar otros; intentar resolver los fantasmas de los orígenes; gozar con una sexualidad prescripta o gozar porque deciden prohibirse lo prescripto. En tanto avanzamos nos preguntamos: ¿esos sujetos –otros entre ellos–, son los mismos que ya suponíamos en el Edipo?, o partiendo de lo que dice Legendre 27 ¿es otra forma de poner en acción la lógica de la alteridad haciendo jugar la diferenciación en torno del semejante y del otro? Pensamos que podemos ampliar el Edipo hasta casi sucumbir en sus límites porque ya no es la familia victoriana la que nos sirve de modelo, ni el paciente un paciente individual recostado en un diván, sumergido en la deprivación sensorial. Podemos pensar otros paradigmas, que atraviesan y nos atraviesan en los últimos treinta años cabalgando en un nuevo siglo, a más de cien años del descubrimiento del psicoanálisis.

26 27

Laplanche, J. (1987) síntesis, págs 27-29, Amorrortu. Legendre, P. (1985) El Inestimable Objeto de la Trasmisión (1996),1 edicion en español, Buenos Aires, Siglo XXI.

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De hecho fue durante la escritura de la tesis, más allá de los trabajos de Deleuze, que iniciamos nuestra reflexión sobre el Mito de Jasón y Medea, cuestión que presentamos en una mesa de Flapag, como mito que recrea muchas de las condiciones de la impronta vincular en la pareja. Esto nos implica por lo menos, cambiar a Edipo de su centro y acompañarlo en lo epocal para hablar de la constitución de la subjetividad; cuestión complicada en tanto, según Deleuze28 toca los mismo centros de poder del conocimiento. De todos modos para nosotros hoy es un apartado, ya que una cosa es reflexionar teóricamente sobre algunos temas y otra crear categorías que permitan investigarlos. En este trabajo la creación de categorías, es para intentar responder a las preguntas que nos hacíamos sobre los enigmas que surgían en la clínica. La creación de categorías es un camino de ida y vuelta de la clínica a la conceptualización de ésta, a la construcción de categorías y de allí nuevamente a la conceptualización, donde finalmente se produce la respuesta al interrogante y con ella un hallazgo: el nuevo concepto. Suele ser el momento de volver sobre toda la bibliografía y generalmente allí, a veces con cierta sorpresa, encontrar alguna similitud, con otros desarrollos. Pensamos que incluidos en la investigación rigurosa y dentro de un marco teórico semejante, arribamos a respuestas que pueden tener puntos en común con otros autores. Esto nos lleva por un lado a valorar nuestros interrogantes que se convalidan con otros. Por otro a diferenciar específicamente a qué se refiere cada autor. Recordamos específicamente dos: un trabajo sobre el pictograma de Ruffiot de Francia y varios trabajos sobre la escena en las parejas de Mondolfo de Argentina, colega nuestra de AAPPG.

28

Castro, E. Diccionario de Foucault, página 93, Buenos Aires, Siglo XXI, 2011.

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Fueron dos momentos de fuerte impacto que nos implicó todo un proceso de diferenciación. Muy positivo en cuanto nos permitió validar muy precisamente cuáles eran las diferencias. Respecto a la metodología y a los distintos recorridos en la construcción de un saber nos preguntamos si en el mismo proceso de producción de conocimiento no se genera un cambio radical de episteme, ya que vamos cambiando el concepto de verdad por variedad de verdades, algunas de las cuales serán validables y otras no. Sabemos que se introduce la noción de eficacia, afín a la metodología. Un conocimiento para validarse académicamente, debe investigarse y para eso debe construirse una metodología que sea eficaz. Como decíamos amparados por el pensamiento de la complejidad, donde incluimos lo nuevo a partir del concepto de acontecimiento de Badiou, algunos avances de Deleuze y rescatando pasos de la investigación fiduciaria, armamos un modelo, que según entendemos, nos permite validar nuestras ideas. Observando el pasaje entre distintas lógicas lo que nos permite hablar de lógica heteróloga en tanto el sentido se produce a partir de diferentes orígenes. b) El psicoanálisis como elección teórica En tanto sostenemos teóricamente una perspectiva psicoanalítica basada en un sujeto del inconciente, atravesado por la cultura y por los otros y una subjetividad situacional que es cambiante y efímera, nos parece coherente con esa concepción del sujeto presentar nuestros orígenes como psicoanalistas como sujetos de una situación, tanto en lo académico como en lo social. Iniciamos nuestra formación, allá por los inicios de los años setenta, con la marca del mayo francés, la huella de los Beatles, la liberación femenina, los movimientos de libertarios en América latina, en la Facultad de Filosofía y Letras, donde

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funcionaba la facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, cuyo edificio estaba muy cercano al instituto Di Tella, origen de la vanguardia artística de la época. Desde poco más de 10 años (1957) se había creado una carrera nueva: Psicología, en la que el psicoanálisis emergía con todo su fervor en Argentina. Reducto psicoanalítico con marca de la Asociación Psicoanalítica Argentina, fundada en Buenos Aires allá por 1942, donde contradictoriamente los psicólogos no tenían lugar. Otras perspectivas teóricas, distintas al psicoanálisis no nos daban respuestas, que implicarán un reflexionar permanente. Diríamos, que el psicoanálisis nos lo permitía. Además formaba parte de los ideales de época, era la posibilidad a abrir interrogantes que permitieran atravesar los viejos paradigmas y mostrar un nuevo posicionamiento social, cultural e intelectual. El analizante, que por razones implícitas a la regla fundamental, es invitado a interrogarse, a desrazonar, a no someterse sólo a las legalidades vigentes, a los discursos oficiales de su familia, de su época, de su comunidad, es un modelo de pensamiento epocal en Argentina. La asociación libre, como sabemos, no rompe con las legalidades convencionales vigentes, sino con la normativa del discurso cotidiano para darle lugar a aquél más cercano al deseo y llegar a esa «otra escena» que explica los avatares del transcurrir conciente. Desde allí, abre a otras posibilidades de pensar. Esa «otra escena» necesita para desplegarse o para ponerse en juego un ámbito que implique ciertas reglas fijas y un otro dispuesto a la convocatoria, que ejerza una función; y que a través de la atención flotante, sin memoria y sin deseo, al decir de Bion, pueda permitir que se produzcan nuevas significaciones, que permitan evitar un destino de sufrimiento.

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Pero socialmente en algunos casos, arbitrado por la política de turno en otros, por cuestiones de poder científico en otros, se le temía al psicoanálisis y mucho más si era realizado por psicólogos; como nuevo relato que se deslizaba hacia distintos ámbitos. En tanto nuevo planteaba cambios que podían implicar algún nivel de quiebre a la normativa de generaciones anteriores. Es desde todos estos cambios epocales que emerge con fuerza el psicoanálisis, como corriente psicológica que intenta aliviar un sufrimiento y legitimar el deseo de autonomía. Los cambios sociales muchas veces se ven como desestabilizantes y suelen ir acompañados de movimientos autoritarios. Así por muchos determinantes sociales y económicos, se radicalizaron las demandas y se llega a la feroz dictadura de 1976 en Argentina. Cuando se recupera la democracia, ya éramos hombres y mujeres que se posicionaban en otro lugar, arrastrando muchas pérdidas como colectivo, además de horrores y dolores. Así iniciamos nuestro trabajo profesional, con parejas de padres, en los gabinetes psicológicos de escuelas, o en un hospital de comunidad, que por serlo, fue el único que permaneció abierto en medio del terror.29 Allí también trabajamos con padres, como parejas o con grupos de padres, en paralelo a grupos de niños. Nuestra formación pasaba por ámbitos privados muy reconocidos en la comunidad científica. Tiempo después nos integramos con Janine Puget a la AAPPG, cuando se formaron los departamentos. Hasta aquí un perfil histórico situacional, todo trabajo de investigación es un espacio de conocimiento a través de la construcción de los objetos de ese conocimiento; compartimos con Levinas, que a través de la construcción de ese cono-

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Servicio de Psicopatología - Hospital Israelita de Buenos Aires.

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cimiento en tanto producción nueva, es el mismo sujeto que investiga el que se modifica.

2.3 Definición del Problema A través de los años en función de sostener un marco teórico, realizar distintos tipos de investigaciones, análisis, supervisiones, discusiones con colegas, cada uno va generando un posicionamiento propio y en la singularidad de su clínica y su docencia su propia red conceptual. Dentro de esa red conceptual surgen interrogantes. Esos interrogantes corresponden a nuevos conceptos. La posición da cuenta de una singularidad. A lo largo del trayecto su subjetividad, siempre cambiante, va experimentando transformaciones. Del mismo modo sus conceptualizaciones se van complejizando. Al realizar nuevas investigaciones clínicas surgen nuevos interrogantes, algunos conceptos que surgen parecen nuevos, abriéndose la interrogación acerca de si son nuevos o son transformaciones de los conceptos anteriores o son transformaciones de su subjetividad. ¿Son propios o son compartidos? Si somos coherentes con nuestra propia forma de pensar los nuevos conceptos en un contexto de descubrimiento, entendemos que el producto es de un colectivo. Por otra parte sabemos que las construcciones son operaciones que se generan en un pensar con otros.30 Pero una cuestión es el contexto de descubrimiento de ideas y otro la insistencia que produce en cada uno el encuentro con determinados interrogantes que se originan en la singularidad de la clínica propia, que va dando lugar a investigaciones y que se van nominando conceptualmente. Ese proceso es propio y singular. Desde allí hay transformaciones, hay conceptos nuevos. Si bien hay un pensar con otros, hay ideas singulares, que 30

Lewkowicz, I. (2004) Pensar sin Estado, Buenos Aires, Paidós.

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hacen a la singularidad de la clínica de cada uno y a interrogantes propios, que hacen a ese encuentro peculiar entre un paciente y su analista, en este caso, entre una pareja y su analista. Transformar según el diccionario, implica cambiar de forma pero conservando un sentido equivalente. ¿Cada una de las transformaciones se nominan? Muchas veces se hace necesario redefinir qué permanece invariante y qué cambia en los distintos posicionamientos y en las distintas conceptualizaciones más allá de las formas, ¿pero todo se nomina? ¿Cómo nominar una práctica como nueva y decir en esa nominación que seguimos posicionados desde una ética en la neutralidad y la abstinencia, cómo decir que nuestra forma de abordaje clínico, sostiene la cualidad de la asociación libre en la construcción que vía interdiscursividad arma un relato conjunto? ¿Cómo decir que sostenemos la atención libremente flotante en medio de los efectos histerógenos del frente a frente, que nuestras intervenciones surgen en transferencia, que podemos trabajar con la contratransferencia diferenciando nuestros aspectos neuróticos? Atentos a la implicación para que no queden puntos ciegos. Son los riesgos de una tarea basada en abrirse a la vía del inconciente. ¿Hay un nombre que define mejor el surgimiento de la ideas en el analista que ese intercambio que denominamos proceso tránsfero-contratransferencial? ¿Cómo dar cuenta en ese camino tan trillado de alguna idea diferente? ¿Se puede decir algo diferente? Cuando nos planteamos lo que se construye entre el analista y la pareja, en la intersubjetividad, pensamos que tiene una cualidad diferente y esa cualidad diferente hace, según entendemos, a lo que es más novedoso en esta tesis. Así vamos construyendo, desde interrogantes en la clínica, nuevas ideas. Quizás lo importante es tratar de revisar los conceptos para que dejen de ser dogmas y puedan transformarse en herra-

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mientas, como suelen repetir algunos colegas del Departamento de Análisis institucional.31 a) Apropiación temática-cuestiones éticas Como decíamos, los nuevos interrogantes que generan las prácticas se producen en un contexto de descubrimiento que es colectivo. Luego en las investigaciones se produce una apropiación temática. Al intentar validar un conocimiento como nuevo, si el contexto de descubrimiento parte de un colectivo y se legitima en un colectivo, hay algunos bordes que lindan entre lo colectivo y lo singular. El validarlo lleva tiempo, en ese tiempo los bordes pueden ampliarse y entonces surge la dificultad porque el concepto algunas veces parece tener más de un dueño. La pelea por la propiedad de las ideas es algo que ya en épocas de Freud existía, incluso entre los avatares de su amistad con Fliess. Si bien eran amigos-compañeros de vida o de trabajo y por lo tanto se necesitaban para pensar juntos y para crear, por la misma razón había entre ellos rivalidades y competencias. Anzieu32 dice que el trabajo creador es una medalla con dos caras: una creadora y una destructora. La destructora tiene que ver con lo que hay que destruir de las propias ideas, las propias exigencias o de las ideas de los otros para crear. Si bien es fundamental en el proceso creativo ver de qué manera le resuenan las ideas a otro/s (Anzieu, 1989-2001), por esa misma necesidad y comunidad de pensamiento, a veces surge la desconfianza o el no saber si el conocimiento creado en conjunto, tiene dueño. Freud, en un momento acusó a Fliess de haberle robado el concepto de bisexualidad (Roudinesco, 1993). Ignacio Lewkowicz 33 decía «ser responsable es vivir una experiencia, habitarla en un espacio con otro, inventarla, se 31 32 33

Bozzolo, R., comentarios. Anzieu, D. En Crear Destruir, prólogo, un niño en el espacio. Lewkowicz, I. (2004) Pensar sin Estado, Buenos Aires, Paidós.

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trata de operaciones de pensamiento conjuntas o de operaciones de pensamiento en tanto se realizan con otros, en un entre sujetos». El pensar con otros, habitando espacios comunes, hace al hecho que aunque sean investigaciones propias, singulares, validadas académicamente en forma personal, es difícil que no aparezca la fantasía del robo de ideas, o el mal uso de las ideas que uno considera como propias. Pensamos que si bien los conceptos emergen en el trabajo con otros, la clínica y la investigación puede hacer a una producción singular pero que siempre es efecto de un grupo. Habitualmente: 1) la discusión o el pensar con otros genera ideas; 2) esas ideas forman parte de un caudal de ideas que lleva cada uno en su historia profesional y desde la cual se va posicionando, armando su propia red conceptual; 3) el encuentro con la clínica, en este caso las parejas, es único, singular, pero se produce en ese nuevo conjunto, allí se producen nuevas ideas, o interrogaciones; 4) en relación a esos interrogantes se hacen nuevos intercambios, nuestra interrogación queda definida desde otro lugar; 5) se construye un espacio donde existe un investigador y su objeto de investigación, ya no es un analista con su paciente en la situación analítica. Es un investigador con su objeto de investigación; 6) se puede investigar en conjunto con otros colegas o en forma individual. Al investigar en forma individual, como generalmente ocurre en una tesis, el camino parece singular, pero siempre es efecto del intercambio con otros, pacientes, colegas, teóricos, aún la propia familia y la propia pareja. Podemos concluir que aunque haya tramos singulares siempre es producto del habitar espacios con otros. «El pensamiento es impensable sin el pensamiento de los otros.»34 34

Bleichmar, S. (1993) La Fundación de Lo inconciente, Buenos Aires, Amorrortu.

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b) Surgimiento del Problema Recordemos cómo surgió la temática vinculada con esta investigación cuando ya teníamos algunos años de práctica y nos encontrábamos realizando un estudio sistemático sobre la clínica con parejas. Formamos un grupo de estudio y supervisión, donde cada uno llevaba alternativamente material clínico, para pensar sobre las parejas. En función de la cantidad de consultas, y por tener originalmente más experiencia, solíamos tener más material y por otra parte la forma de trabajar la clínica resultaba interesante. Estábamos en 1992-93; ya teníamos experiencias con parejas y nos manejábamos con cierta libertad y creatividad en las sesiones psicoanalíticas con parejas. En ese momento surgen varias cuestiones que no terminaban de tener respuesta. Por un lado las modalidades respecto de las intervenciones que adoptábamos con parejas graves o en crisis graves, eran abordadas de un modo, que resultaba nuevo e interesante. Por otro surgían ciertas ideas en la situación analítica que solían corroborar los pactos y acuerdos entre los miembros de las parejas. Pero aparecían otras cuestiones, todo esto de la asociación con figuraciones, que no lograban un sentido. Resultaban interrogantes y no era fácil pensar en ellas. Las situaciones eran analizadas, reflexionadas, supervisadas, pero no se arribaba a una respuesta que nos conformara. Siempre se pensaba en un efecto contratransferencial, en tanto la contratransferencia como obstáculo, y se las vinculaba con algo que podía pasarle al analista, como una resistencia o lo que a partir del trabajo de G. Ventrici llamamos implicación35 como puntos ciegos de una producción propia de la situación analítica en tanto referencia a lo institucional, o que tuviera que ver con lo que se producía con la pareja en la singularidad de la situación analítica. 35

Ventrici, G. La implicación como suplemento de la contratransferencia.

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Esos interrogantes son uno de los objetivos de esta tesis. En ese sentido el viejo interrogante fue rescatado y dio lugar a una investigación. Esto de rescatar viejos interrogantes nos parece importante, ya que una cosa es pensar que la subjetividad es cambiante y efímera porque se construye con otros distintos cada vez, y otra que todo lo que se puede conocer o investigar es lo nuevo. Si bien es cierto que en una investigación, cada concepto amplía y profundiza el anterior, también es cierto que algunos funcionan como «clásicos», como nuestras interrogaciones, eso sólo lo sabremos con el paso del tiempo y el lugar que sigan teniendo en una comunidad científica. Los clásicos, como diría Italo Calvino (1992), «los clásicos nunca terminan de decir lo que tienen que decir: son textos que cuanto más crees conocerlos de oídas, más nuevos, inesperados e inéditos te parecen cuando los lees»… Pensemos en nuestros clásicos psicoanalíticos y cuánto dicen o les hacemos decir para fundamentarnos las nuevas prácticas. Muchas veces valorar sólo lo nuevo es parte de la subjetividad de la época en su consumismo devastador. Otras no poder aceptar el paso del tiempo, se verá en cada caso. Respecto de esto, aunque nos posicionamos como investigadores, privilegiamos como psicoanalistas la singularidad de la situación. La tendencia a la valorización de lo nuevo hace que se quiera hallar algo perdurable, parte de ser, al decir de Bauman, «hombres y mujeres desesperados al sentirse fácilmente descartables»… Entendemos que esa estabilidad se puede buscar ilusoriamente en distintos vínculos. Así es como imaginariamente

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puede recubrir el vínculo de la pareja. Desde ahí el mítico «para siempre» parece hacer cuanto menos y momentáneamente la vida menos inquietante. Nos sorprendió hace pocos días comentarios de adolescentes de 17 años en las que el mítico para siempre con esa pareja se modificaba por un «para siempre» estará presente en nosotros esta experiencia, la primer experiencia sexual, siempre será parte de nuestras vidas. Parece que el «para siempre» fuera un hito en las cuestiones del amor, más allá de los tiempos y los cambios en las parejas. 3. Interrogantes Los interrogantes son la base de todo trabajo de investigación, es más diría que de todo trabajo teórico. Muchas veces les trasmitimos a nuestros alumnos la importancia de las preguntas, pero parece que en esta época del todo lleno es difícil hacer preguntas. En investigación es fundamental saber qué preguntas nos hacemos, para luego plantear el proyecto de investigación. Dividimos los interrogantes en dos categorías en función de poder despegar de la situación clínica y cambiar el objeto de investigación. Los Interrogantes iniciales forman parte del planteo o definición del problema. 3.1 Interrogantes iniciales: denominamos así los que surgen directamente de la clínica. En nuestro caso esos interrogantes fueron: 1. Observamos en la clínica con parejas que las parejas estables que consultan arman un vínculo, ¿cómo entender los acuerdos concientes e inconcientes que constituyen ese vínculo? 2. ¿Constituir un vínculo es hablar de constituir algo siempre en la intersubjetividad? ¿Cómo pensar la Intersubjetividad? 3. En tanto uno de los temas que traen las parejas es la disolución como sinónimo de divorcio, ¿puede resultar más accesible comprender la intersubjetividad a partir de la disolución?

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4. ¿Cómo entiende la pareja que el vínculo de pareja se puede disolver? 5. ¿El proceso de disolución matrimonial podría ser un aporte para entender la intersubjetividad en las parejas? 6. ¿La disolución del vínculo matrimonial o de parejas estables sería un proceso que articulan juntos ambos miembros de la pareja conyugal? 7. ¿El proceso de disolución implicaría acciones y actuaciones tendientes a la disolución? ¿O apuntarían a una mera repetición y por lo tanto a un sin salida? 8. ¿Las parejas tendrían formas de separarse acordes a las formas de funcionamiento que sostienen en la intersubjetividad? 9. ¿La disolución sería un proceso completo, incluyendo el duelo, que recién una vez finalizado podría significarse a predominio de corte o de repetición? 10. ¿Podría definirse una disolución a predominio de corte, en la que los miembros de la pareja se posicionarían en el futuro de modo diferentes uno con respecto a otro y hablaríamos de repetición cuando quedan entrampados en un anudamiento sin fin? 11. Todas las parejas se plantean separarse, luego se verá de qué o de quién, ¿pero hay algunas que deciden terminar con ese vínculo y se van de las entrevistas o del tratamiento porque tomaron esa decisión? 12. ¿En las entrevistas se pueden comprender la realidad psíquica de lo que arman juntos a nivel inconciente? 13. ¿A través de las entrevistas o del tratamiento se pueden inferir acuerdos que constituyeron el vínculo y que a la vez los posicionaron a ellos en el conjunto? 14. ¿Esa forma de posicionamiento es propia de ese vínculo y de esas dos personas, en ese sentido es única? 15. ¿Cada sujeto tiene una forma de ser sujeto, ¿esa forma incluye el ser sujeto social, familiar, de pareja y una forma única en relación al encuentro con un otro? Acá apunta la diferenciación entre la imagen de Magritte y la de Xul Solar. 16. ¿En la situación analítica de conjunto se trabaja con el discurso conjunto y con lo gestual, visual, sonoro, que arma distintos tipos de escenas: manifiestas, latentes, relatadas, construidas en la interfantasmización? 17. ¿Dentro de estas escenas se construyen en la situación ana-

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lítica Escenas Enigmáticas, que se producen en la situación analítica entre los miembros de la pareja y el analista? 18. Las Escenas Enigmáticas, en tanto son producto de la situación de encuentro ¿pueden pensarse al estilo de un enigma pictográfico intersubjetivo? 19. A partir de este trabajo en la situación analítica ¿se pueden inferir alianzas, incluso alguna de las que originaron el vínculo? 20. ¿Estas inferencias podrían permitir una disolución a predominio de corte que permitiera que se posicionaran en forma diferente uno con respecto al otro? Me gustaría mostrarles dos imágenes que utilicé y que a mi entender nos hablen de la diferencia del uno con sus fantasmas y del entredos de la pareja, cuestión que como el cuadro de Xul Solar, que me autorizaron a utilizar, muestra claramente la conflictiva.

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Es un cuadro de 1923 y parecen rastas, ¿será que más allá de las épocas la pareja pone los pelos de punta?

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Magritte, «Le bouquet tout fait», Foto personal Museo Ralli, Punta del Este, R.O.U. «La pareja», Xul Solar, 1923, Autorizada Fundación Xul Solar Malba argentina.

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3.2 Interrogantes Específicos Forman parte de la investigación, se construyen una vez finalizado el Estado del Arte. Como verán, se acotan. A partir de este estudio de casos sobre material clínico de parejas en proceso de disolución del vínculo, se tratará de mostrar la intersubjetividad a partir de las alianzas que pueden inferirse y desde allí que tanto la constitución como la disolución del vínculo es un armado conjunto. Intentaremos mostrar que en la situación analítica se produce un escenario intersubjetivo específico entre el analista y la pareja, en la que surgen escenas enigmáticas propias de ese vínculo y del momento por el que están atravesando. Es a partir del relevamiento teórico de los valiosos desarrollos realizados con antelación por distintos profesionales, lo que se denomina Estado del Arte, que los interrogantes que nos plantea la clínica se hacen más específicos y se transforman en objetivos de este trabajo: 1) ¿Es posible recurrir al clima de la pareja como una de las dimensiones que aportan los funcionamientos vinculares en la situación analítica? 2) ¿Cuáles son las variables que se pueden utilizar para inferir las alianzas en la situación analítica? 3) ¿Existe algún criterio para distinguir entre escenas manifiestas, escenas fantasmáticas y escenas enigmáticas? 4) ¿Se puede hablar de signo pictográfico para una producción nueva que tiene la cualidad de figurabilidad, creación original y singular entre el analista y la pareja en la situación analítica? 5) ¿Las alianzas intersubjetivas se disuelven? ¿Es posible diferenciar qué alianzas se disuelven y cuáles no se disuelven? ¿Y de qué modo incide eso en la disolución del vínculo? 6) ¿Las alianzas del vínculo de pareja estable se disuelven del mismo modo que otro tipo de alianzas? 7) ¿Se puede pensar la contra-transferencia como instrumento y como obstáculo? 8) ¿La conceptualización que realizan algunos autores respecto de la figurabilidad, lo subjetivo-asubjetivo, el más allá

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de la percepción o lo cuasi-alucinatorio, para la situación analítica con pacientes individuales se puede pensar para el trabajo con parejas? En el Marco Teórico se desarrollan todos las líneas teóricas que finalizan en este caso con los conceptos principales y en el cual se concreta el concepto principal, que como objeto de la investigación, se pretende validar: 38

   

Escenas manifiestas; Escenas fantasmáticas; Escenas enigmáticas; Disolución del vínculo de pareja.

En las parejas en proceso de disolución esas escenas que decidimos llamar escenas enigmáticas, y como concepto nuevo Enigmas Pictográficos Intersubjetivos se producen a la manera de producciones autoengendradas en la situación analítica de parejas en proceso de disolución y que permiten inferir las alianzas constitutivas. Así lo intentamos mostrar en el apartado de la metodología: 1. escenas manifiestas: a través del relato conjunto y lo gestual; 2. escenas fantasmáticas: preconcientes-inconcientes; 3. escenas enigmáticas: producción intersubjetiva entre el analista y la pareja, cuestiones a develar que forman parte de un escenario: la vida de la pareja. Tanto las escenas fantasmáticas como las enigmáticas son inconcientes, se producen a partir de la interfantasmatización y la intersubjetividad en la situación analítica, son emergentes de la realidad psíquica de las alianzas intersubjetivas y de la novedad de la situación.

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Allí se explicitan los desarrollos de distintos autores, lo que no fue el objetivo de este trabajo, y que no puede repetirse, por cuestiones legales, la tesis es un escrito de 350 páginas.

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En las parejas en proceso de disolución esas escenas enigmáticas aluden a algo que muestra que está puesto en marcha el proceso de disolución y a través de ellas suelen inferirse algunas de las alianzas que originaron el vínculo. En general no da tiempo a que se trabajen porque cuando se inicia el trabajo y se construyen esas escenas, se termina la consulta porque la pareja decidió separarse. Pensamos esas escenas enigmáticas como producto de la realidad psíquica de las alianzas.  Esas escenas enigmáticas, que denominamos Enigmas Pictográficos intersubjetivos surgen como fuegos de artíficio, como explicaba Freud la interpretación de los sueños. Emergen y hacen su despliegue en las sesiones con el analista como efecto de la clínica en el final de la vida en pareja.

La puesta en sentido que permite la comprensión de la producción de estas escenas en las sesiones implica un trabajo de diferenciación, entre aquellos aspectos del proceso contratransferencial que pueden aparecer como obstáculo y los que sirven como instrumento para acceder mediante los aspectos instrumentales de la comunicación de inconciente a inconciente a lo que se produce en el campo analítico tomado como espacio transicional. Dice el Diccionario de la Real academia: pictografía 39 (del Latín pictus, part. pasivo de pingar, pintar): Escritura ideográfica, que consiste en dibujar objetos que han de explicarse con palabras. Se denominan pictogramas porque es un lenguaje en base a figuras.

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Diccionario Real Academia de la Lengua española.

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Ejemplos de pictogramas. Un pictograma representa esquemáticamente un símbolo, objeto real o figura. En la actualidad es entendido como un signo claro y esquemático que sintetiza un mensaje sobrepasando la barrera del lenguaje; con el objetivo de informar y/o señalizar. En psicoanálisis hablamos de pictogramas a partir de P. Aulagnier, quien define41 «la actividad psíquica esta construida por 3 modos de funcionamiento: la representación pictográfica o pictograma, la fantaseada o fantasía y la ideica o enunciado.» La originaria tiene que ver con el encuentro boca-pecho, es autoengendrada. Kaës42 dice que el pictograma «opera en todos los grupos en diferentes momentos y no solamente en la etapa inicial.»…. «El Pictograma es transcripto y transformado en el proceso primario en el grupo, la fantasía de amenaza /reparación, luego la fantasía de abandono y de exclusión, son sus avatares.» 40

41

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Arntz, Tschinkel y Bernath (1930) Un pictograma debería ser enteramente comprensible con sólo tres miradas. En el diseño de un pictograma deberían suprimirse todos los detalles superfluos. Aulagnier, P. (1975) La violencia de la Interpretación, Buenos Aires, Amorrortu, pp 24. Kaës, R. (2007) Un Singular Plural, Buenos Aires, Amorrortu (2010).

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Partimos de Escenas Enigmáticas, fuimos a Escenas Enigmáticas Intersubjetivas para finalizar en el concepto. Enigmas Pictográficos Intersubjetivos co-producción de escenas enigmáticas que como efectos de ciertas alianzas del vínculo, se producen entre el analista y la pareja y dan cuenta de ciertos contenidos denegados. En la misma producción se develan dos lógicas: una estructural y una situacional, por lo que decimos que responden a una lógica heteróloga, que muestra distintos orígenes.

4. Metodología 43 4.1 Cuestiones Generales 4.1.1 Aspectos Eticos Cuando se decide realizar una investigación sobre la clínica, uno de los escollos principales es la dimensión ética de la investigación. Por esa razón, realizamos un análisis de esta temática en dos ámbitos diferentes: 4.1.1.1 Instituto de Investigaciones de Psicología de la UBA 4.1.1.2 International Journal of Psycho-Analysis 4.1.1.1 Instituto de investigaciones de Psicología de la Universidad de Buenos Aires: Adela L de Duarte da a conocer una serie de ítems, sobre su propia investigación sobre el tema, basada en los códigos de ética de distintas asociaciones con reconocimiento internacional, estas son: American Psycho-analytic Association, de la American Psychological Association American Psychologist, y de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires.

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La metodología es original de la tesis Bracchi Liliana ibídem, registro legal 943262.

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En base a estos códigos de ética, sintetiza, los que a su entender son los problemas habituales dentro de las investigaciones psicológicas.44 Es nuestro objetivo explicitar la forma en que realizamos la muestra, cómo elegimos los instrumentos y el modo de utilización de los procedimientos, pero primero quisiéramos señalar, cuál fue nuestra actitud respecto de la dimensión ética de esta investigación, a efectos de cumplimentar estos principios y poder dar cuenta de la rigurosidad que requiere. Los ítems que se puntualizan, en la investigación antes citada, son: 4.1.1.1.1 El tema del «consentimiento informado». 4.1.1.1.2 El tema del engaño u omisión. 4.1.1.1.3 El tema del daño físico y/o psíquico. 4.1.1.1.4 El tema de la asimetría en la relación participante-investigador/a. 4.1.1.1.5 El tema de la invasión de la privacidad, la confidencialidad, y el anonimato. 4.1.1.1.6 El tema de la distorsión de datos y fabricación de resultados. 4.1.1.1.7 Publicación de la investigación. 4.1.1.1.8 Manipulación de los resultados. En la actual investigación todo el material clínico que se utiliza, tiene más de 10 años. En el desarrollo del trabajo se relata que la investigación se realiza en base a interrogantes que habían quedado abiertos y que con los nuevos desarrollos teóricos se encuentra una forma diferente de pensarlos. No creemos, por lo tanto que los ítems de 1 a 4, interfieran de alguna forma con nuestra investigación. Tampoco el 7, ya 44

En el Código de Ética se estipulan las obligaciones y responsabilidades de los psicólogos que realizan tareas de investigación con relación al respeto y cuidado de las personas en su integridad y privacidad cuando participan como sujetos de investigación, a la relación con otros colegas y al desarrollo de la disciplina y la profesión.

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que se publicará y la bibliografía que se usó está ordenada cuidadosamente según las normas de la APA, ni el 8, ya que se registrará legalmente. Los ítems sobre los que hubo que tomar una decisión son el ítem 5 e ítem 6. En tanto psicoanalistas, no acordamos usar el consentimiento informado porque atenta respecto de la abstinencia y neutralidad de la situación analítica. Inhibe a nuestro entender la espontaneidad de los pacientes, puede favorecer fantasías de daño, de uso o de omnipotencia. Por otra parte se considera que si se usa material de registro escondido, se está engañando al paciente. Por lo tanto no se usa registro escondido del material. 4.1.1.2 International Journal of Psycho-Analysis. Se realiza un estudio en relación a aspectos éticos y se concluye que para algunos investigadores el cambiar nombres y profesiones puede distorsionar los resultados. Sin embargo el tema de la invasión de la privacidad está mediado por una modificación que se realiza de todos los datos que pudieran hacer reconocible el material. Gabbard,45 tomando datos y analizándolos en el International Journal, concluye que para una mirada psicoanalítica, tanto el consentimiento informado como la modificación de aspectos sociales, pueden distorsionar un material. Concluye, que es el investigador, el que toma la decisión acorde a lo que le resulte más adecuado. En relación con esta investigación, se decidió modificar los rasgos sociales, que permitan reconocer a la pareja. Por otra parte son materiales de parejas que consultaron, en general, hace más de 15 años. Esta modificación fue aceptada por ambos directores y trabajada especialmente con uno de ellos. De este modo se controló en qué medida, los cambios afecta45

Gabbard (2000-2001) International Journal of Psycho-Analysis, «The method of preserving confidentiality must be chosen by the author on the basis of clinical considerations, and therefore tailored to the individual case.»

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ban los resultados. Por lo tanto la temática de las modificaciones fue estudiada exhaustivamente para que no afecte los resultados clínicos. Se trabajó en conjunto, es decir que se eligieron, muy cuidadosamente, rasgos, profesión, etc. Eso no implica a nuestro entender manipulación de datos. Estamos eligiendo una forma por la que creemos que el material y los pacientes puedan estar a resguardo, en tanto la rigurosidad de la investigación se mantenga y no se afecten los resultados, ni el trabajo en la situación analítica. El material original se había guardado, en algunos casos más de 15 años, porque en su momento se había trabajado y supervisado y quedaban interrogantes. Habitualmente se registra el material sobre el final de las entrevista y/o sesiones. El modo habitual de trabajo es: mientras la pareja llega, se la recibe, se le ofrece distintos lugares para sentarse. Luego se toma nota de los datos, se apunta algún detalle específico, algún comentario, esto corresponde a lo que se denominó la apertura; generalmente durante el desarrollo de la entrevista o la sesión, no se toma ninguna nota, porque obstruye el pensar, la percepción, el trabajo con la contratransferencia en tanto obstáculo y, en tanto instrumento que hace a la creatividad. Consideramos que el hecho que el analista no haga registros escritos en forma permanente, le permite una mayor concentración en la tarea, a la vez que genera un clima de mayor intimidad y confianza. Cuando la pareja termina la entrevista o la sesión, se transcribe lo ocurrido, con algunos detalles. Ese material se guarda. Luego cuando se decide utilizarlo, se modifica. En el desarrollo de esta tesis, cuando se citan ejemplos, también se realizan modificaciones utilizando los mismos criterios.

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4.1.2 Cuestiones Metodológicas En la actualidad el querer dar cuenta de la clínica psicoanalítica acorde a los requerimientos de los standares académicos, nos lleva a repensar la rigurosidad de nuestra ciencia y en torno de qué método se pueden validar nuestras hipótesis. Si definimos paradigma en el sentido de Kuhn, como aquel corpus teórico al que la comunidad científica da por válido, diríamos que el psicoanálisis como método está validado, no obstante los enigmas que puedan señalarse, como en cualquier método. Sabemos que la evidencia primera es sólo la forma en que la verdad aparece ante nuestros ojos; y la ciencia es, justamente, la puesta en tela de juicio de esa verdad. Sobre cómo mostrar esa verdad, se cuestiona al psicoanalista cuando deviene investigador. Cuando Laplanche inaugura el doctorado de profundizacion del conocimiento psicoanalítico en Paris en 1979, dice que en ese momento abordará la situación analítica no como psicoanalista sino como investigador. Es decir hará de ella un objeto de investigación, será entonces, imprescindible para ello un cambio de mirada. Dice David Maldavsky en un trabajo sobre la investigación sistemática: «En la actualidad los estudios de un problema combinando distintas disciplinas o distintos estudios de una misma disciplina reflejan una corriente epistemológica que pone el énfasis en la necesidad de pensar los hechos con un enfoque complejo. A menudo se presentan dificultades para combinar en un todo armónico los resultados de estos múltiples enfoques». Desde un punto de vista etimológico la palabra complejidad es de origen latino, proviene de «complectere», cuya raíz «plectere» significa trenzar, enlazar.

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La complejidad, es a primera vista un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados, que presentan la paradójica relación de lo uno y lo múltiple. Dice R. Motta46 en la cátedra itinerante E. Morin de la UNESCO, sobre el Pensamiento Complejo: la aparición de la complejidad en las ciencias permitió dar un giro en la comprensión de este término, que llevó inclusive a la necesidad de replantear la dinámica misma del conocimiento y del entendimiento. Pero lo más importante es que con la incorporación de la complejidad y su inserción en el conocimiento se recupera, por una parte, al mundo empírico, la incertidumbre, la incapacidad de lograr la certeza, de formular una ley eterna, de concebir un orden absoluto. Y por otra parte, se asume la dificultad irremediable para evitar contradicciones lógicas en el avance de los conocimientos y la comprensión. En segundo lugar complejizar una noción de contexto es darle movimiento, es decir, ver la trama en devenir como un tejido que teje y se desteje. Por lo tanto, no sólo es preciso ver el entrelazado, sino también es preciso observar las dinámicas reconfigurantes del contexto con sus emergencias, eventos, acontecimientos, etc. y su retroacción sobre la observación, con la finalidad de hacer frente no sólo a la dificultad del aprendizaje y la comprensión, sino también, a la entropía del sentido y así favorecer la comprensión de la necesidad de su permanente recreación. Por lo tanto el paradigma del pensamiento complejo parece poder cobijar nuestra singular clínica, en tanto valida nuestras investigaciones.

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Motta, R. (2003) La impertinencia de los conocimientos, España, Universidad de Valladolid.

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Desde la historia del conocimiento la doxa u opinión era un conocimiento superficial, parcial y limitado, vinculado a la percepción sensorial, primaria e ingenua. El conocimiento dóxico versa sobre las apariencias, no sobre la realidad. Se trata de un conocimiento fenoménico y, en consecuencia, engañoso e, incluso, falso. Actualmente esta valoración negativa sobrevive cuando se homologa a opinión, al sentido común o al conocimiento ordinario que, por su carácter acrítico, asistemático y contradictorio, se opone al conocimiento científico: explicativo, sistemático, metódico y crítico. Episteme, por el contrario, suele traducirse como conocimiento científico, pero para los griegos tenía aún el carácter especializado que hoy se atribuye a la ciencia. Para ellos era un saber absolutamente necesario, porque penetraba hasta las causas y fundamentos de las cosas; objetivo, porque dependía de la naturaleza misma y no de nuestras construcciones artificiales. La tarea que realizamos en tanto psicoanalistas tiene que ver con los indicios, sin embargo es la delimitación del campo, la definición del objeto –objeto de conocimiento científico al que se arriba por ruptura con la evidencia primera– y el corpus conceptual, los que determinan el procedimiento adecuado para ser considerado método científico. Freud actuaba por indicios, sin embargo en búsqueda de la verdad pudo en algún momento diferenciar entre un indicio verdadero y uno falso, como cuando le escribió a Fliess: me parece que las histéricas me mienten. Según Guinzburg (Guinzburg; 1986: 55, 138 y 198)47 el método freudiano, como modelo epistemológico, puede ubicarse dentro de lo que él denomina «paradigma indiciario». Éste consiste básicamente en un método interpretativo que se basa en la detección de indicios: datos marginales, triviales, vestigios, síntomas, desperdicios, elementos imperceptibles 47

Spivacow, M. Tesis de maestría Universidad de la Matanza, 2010.

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para el ojo habitual. Es un método cualitativo con las técnicas de Sherlock Holmes. Nos parece que la investigación sistemática requiere que tomemos todos estos elementos en juego pero que podamos avanzar en el sentido de construir un método apropiado para nuestra investigación y podamos darle la rigurosidad necesaria que debe tener todo saber epistémico. Es así que en la construcción de nuestro método que se inscribe dentro del paradigma de la complejidad y del método indiciario haremos una fundamentación de nuestros objetivos, los principales conceptos, cuál fue nuestra población, cómo seleccionamos la muestra, cuáles son los instrumentos, cuáles los procedimientos y todo aquello que implique que el conocimiento quede validado científicamente. Es en el interior de la práctica científica que el método, el conjunto de procedimientos ordenados, adquiere valor científico; y el resultado que se obtiene, entonces, tendrá valor de certeza. Es la delimitación del campo, la definición del objeto –objeto de conocimiento científico al que se arriba por ruptura con la evidencia primera– y el corpus conceptual, los que determinan el procedimiento adecuado para ser considerado método científico.

4.2 Muestra 4.2.1 Criterios de selección de la población Para seleccionar la población se decidió tomar un período de 15 años que dejaban una ventana de 5 años, a partir del inicio del trabajo clínico con parejas, de 10 años de práctica y una vez finalizado el estudio de postgrado sistemático en psicoanálisis de parejas. Por otra parte se establecieron 5 años hasta la redacción del trabajo. Así resultó un período de tiempo 1990-2005.

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Atención aspectos éticos. De tal modo que aunque una pareja, que resultara elegida, correspondiera al último año 2005, estaría dentro del resguardo ético previsto. De este modo, unido a la modificación controlada de los aspectos sociales, se cumple el lapso de tiempo que se prescribe legalmente para la escritura. Una vez establecido este rango, se leyeron todos los materiales clínicos registrados en las mismas condiciones, y cuyos miembros pertenecen a un nivel socio-cultural medio. Resultó una población de 60 parejas. 4.2.2 Muestra propiamente dicha Primero se seleccionaron todas las parejas que consultaron con la idea de separarse. En este punto se discriminó la idea de separarse con la idea de divorciarse, porque ésta es una condición que en la consulta puede aparecer poco claro. Cuando se enojan entre sí o en situaciones de crisis, todas las parejas hablan de separarse, sólo después se sabe, de qué o de quién quieren separarse. Algunas consultan en función de la separación como sinónimo de divorcio. Con esas parejas se decidió realizar la investigación. Por otra parte, se decidió unir este motivo de consulta con la situación real que terminen la consulta en pareja porque deciden separarse, como sinónimo de divorciarse o que abandonen y se separen al poco tiempo. Luego se observó que entre las parejas que cumplían estos dos requisitos, había otros elementos comunes: tenían entre 38 y 40 años, aproximadamente 20 años de casados, algunos tenían hijos, todos habían iniciado la pareja en la adolescencia. Algunos habían iniciado la vida sexual juntos. Con algunas parejas, aunque habían sido estudiadas y discutidas con colegas, nos habían quedado interrogantes, en relación a ideas o escenas vinculadas a la contratransferencia que se generaron en la situación analítica.

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En función de esto se establecieron criterios de selección para la muestra. Se realizaría la investigación con parejas que: - consultan con la idea de separarse, como sinónimo de divorciarse; - finalizan la consulta, porque se separan o interrumpen y luego se separan; - tienen aproximadamente 20 años de casados; - iniciaron vida sexual juntos; - iniciaron la pareja en la adolescencia; - se producen ideas o escenas enigmáticas en la situación analítica; - tienen hijos adolescentes. De este modo se seleccionaron 7 parejas. Como todas no cumplían con los criterios, generamos un listado de motivos por los que consideramos que no cumplían con los criterios y las denominamos. 4.2.3 Excepciones 4.2.3.1- Una pareja no había consumado el matrimonio, no eran vírgenes porque aunque se conocieron en la adolescencia, en un momento se pelearon, iniciaron su vida con otras parejas y luego reanudaron su vínculo de pareja. Tenían un vínculo fraterno no conyugal, aunque eran esposos, por lo tanto se pensó que la sexualidad estaba prohibida. Este caso se comenta como ejemplo, durante el desarrollo del trabajo, pero no se incorporó a la muestra. Una pareja se le interrumpe el tratamiento, porque consultan con abogados. En ese momento es imposible trabajar porque lo que el psicoanalista entiende como alianzas o pactos, el abogado lo opone como argumentos de contrincantes. Se considera que la consulta legal ya es una decisión, por lo tanto se interrumpe el tratamiento. 4.2.3.2- Una pareja, el hombre de la pareja estaba muy medicado porque había hecho un viaje en avión de 15 horas

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por trabajo, ida y vuelta en clase turista, en el lapso de 72 horas; podría haber retardado el regreso pero tuvo que volver inmediatamente por exigencia de la mujer, a raíz de la inmovilidad, hace una embolia llamadas «del turista», en función de eso un ataque de pánico y es medicado por el psiquiatra que lo deriva a tratamiento de pareja y finalmente se separan. 4.2.3.3- Otro de los casos, se habían separado 3 veces, había cuestiones de infidelidad manifiestas, habían estado separados por lapsos de tiempos y no podían concretar la separación. 4.2.3.4- Un caso en la segunda entrevista consultan a abogados y se dificulta el trabajo porque lo que se trabaja como alianzas, para los abogados son argumentos de contrincantes, como se explica en el capítulo de Legalidades, por lo que se considera la decisión tomada. Por lo tanto quedaban 3 parejas que además de compartir los criterios que antes se detallaron, comparten otras rasgos comunes: tienen hijos y producen en las entrevistas o en sesión escenas interrogantes o enigmáticas, producto del trabajo de la pareja y el terapeuta, es decir producto de la intersubjetividad. De esas 3 parejas dos interrumpen porque se separan y una interrumpe porque aparece un síntoma en un hijo, que es espejo de lo que pasa en la pareja y se separan más adelante, según nos enteramos por una información periodística. En la situación analítica, con las 3 parejas se producen interrogantes respecto de ciertas figuraciones enigmáticas en relación al proceso de disolución del vínculo. Por los motivos explicitados se decide realizar la investigación con 3 parejas. Así es de la población de 60 parejas, se seleccionaron 7 en proceso de separación-divorcio. Un poco más del 10 % de la población. Para la investigación se crearon criterios que sólo cumplían 3 de esas parejas. La muestra es entonces del 5 por

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ciento de la población. Pensamos que resulta significativa de la población que consulta a un profesional, en un determinado momento y lugar. A los efectos de la investigación, se decidió centrar la observación en los interrogantes que denominamos escenas enigmáticas, que les dimos el nombre de pictogramas intersubjetivos producto de la situación analítica. Se dedica un capítulo específico para fundamentar el por qué de esta nominación. Estos interrogantes parecen dar cuenta de determinadas alianzas inconcientes de la pareja en lo relativo al proceso de disolución del vínculo.48 4.3 - Instrumentos A los efectos de pautar los instrumentos utilizados, nos parece oportuno recordar: los objetivos generales de esta investigación. 4.3.1 Estudiar las alianzas inconcientes en lo relativo al vínculo de parejas, para determinar sus rasgos principales desde la intersubjetividad entre sus miembros, en lo atinente a la constitución de la pareja y a su disolución. 4.3.2 Dar cuenta de la intersubjetividad en la situación analítica, entre el analista y la pareja en la co-construcción y cocreación del objeto de análisis propio de la singularidad de ese encuentro. 4.3.3 Por otra parte nuestros conceptos principales son: - Alianzas inconcientes intersubjetivas. - Disolución del vínculo de pareja. - Pacto denegativo. - Escenas-Escenas Enigmáticas. - Funcionamientos-clima emocional.

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En esta presentación se presenta sólo un resumen de una presentación clínica.

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4.3.4 Recordamos nuestras hipótesis principales: Principal 1: Las parejas en proceso de disolución revelarían las alianzas inconcientes sobre las cuales han fundado su vínculo. Principal 2: En la situación analítica se co-producirían entre la pareja y el analista escenas enigmáticas, que develarían aspectos denegados de las alianzas inconcientes. Auxiliares: En la situación analítica el analista percibiría a través de la contratransferencia instrumental ciertos efectos de inconciente que le permitirían co-producir en conjunto con la pareja, los enigmas pictográficos intersubjetivos. 4.3.4 Dimensiones de análisis: - La pareja como conjunto. - La intersubjetividad en la pareja. - Efectos de Inconciente en la situación analítica: discurso verbal-gestual-escenas. 4.3.5 Así definimos nuestros instrumentos: 4.3.5.1- de recolección -

Lenguaje verbal: palabras, frases, estilo de lenguaje. Componentes no verbales, gestuales y posicionales. Ideas y percepciones contratransferenciales. Intervenciones del psicoanalista. Escenas Manifiestas, fantasmáticas y enigmáticas.

4.3.5.2- de análisis 4.3.5.2.1 Grillas A partir de transcripción textual de la entrevista, que se presenta, se construyen: Grillas divididas en Apertura, Desarrollo y Cierre. - Grillas para el registro verbal. - Grillas para el registro gestual: posiciones, tonos de voz, sonidos.

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- Grillas para el registro de Ideas del analista y registro contratransferencial. - Grillas para las escenas manifiestas, fantasmáticas y escenas enigmáticas. - Grillas para el registro de intervenciones. - Resumen postsesiones. - Grilla síntesis de las 3 parejas. - Grilla doble entrada respecto de producción de escenas.

5. Presentación Clínica 5.2.1 Material Clínico y Grillas: Se presentan los 3 casos clínicos. Cada uno se acompaña con 5 grillas: a,b,c,d,e. - 5. 2.1.1 Verbal. - 5.2.1.2 Gesticular. - 5.2.1.3 Registro de Indices e ideas en el analista. - 5.2.1.4 Escenas manifiestas, fantasmáticas y enigmáticas. - 5.2.1.5 Intervenciones del analista. 5. 2.2 Grilla Síntesis

Conclusiones En el caso de la tesis se pudieron validar las hipótesis, y en tanto resultó un modelo útil que permite la sistematización, se propone como modelo para este escrito. El formato de modelo u organizador metodológico que se armó y se propone, como tal es original, se presenta de este modo por primera vez. Es original, si bien se ejemplifica con la conceptualización y la temática de la tesis. Desde la clínica el analista parte de un concepto teórico sobre qué entiende por vínculo de pareja, su perspectiva psi-

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coanalítica, explicita el motivo del dispositivo conjunto que propone, crea una consigna. Desde esa posición lee las manifestaciones de la pareja, la repetición y la novedad. Reconoce los efectos de inconciente acorde a su perspectiva teórica. Desde la investigación, cuando el analista se posiciona en investigador toma la situación analítica, en tanto cubeta, como el objeto de estudio. Construye los conceptos a inferir, nomina sus variables, las operacionaliza, diciendo qué es para él cada cosa. Luego señala cuáles serán sus procederes y decide los gráficos que le resulten útiles para mostrar y validar sus conceptos, en este caso fueron las grillas. A posteriori explicita cómo realizará el análisis, muestra, excepciones, instrumentos y procedimientos y realiza el análisis. Esto requiere mucha minuciosidad para que el trabajo sea riguroso e interlocutores válidos tanto para lo metodológico, como para lo psicoanalítico. De este modo se pueden ir adaptando rasgos sociales para evitar el reconocimiento pero sin cambiar cuestiones ideológicas, formatos profesionales, niveles académicos. Trabajado de este modo pensamos que este organizador que proponemos puede funcionar para darle objetividad a la clínica. Se puede utilizar en todo o en parte como una guía general, según cuál sea el objetivo de la investigación: si es creación de conocimiento nuevo o redactar un ensayo. Por supuesto cada investigador acorde a sus objetivos genera su muestra, sus hipótesis, sus instrumentos, procedimientos y tabulación que le sea pertinente para el análisis. Tiene el inconveniente de la medida de tiempo que lleva todo trabajo exhaustivo y minucioso. Además que requiere un trabajo personal del clínico que es quien conoce y quiere encontrar un modelo objetivo y riguroso para mostrar su clínica. Nos parece que todo lo vinculado a los distintos tipos de interrogaciones puede ser útil en todos los trabajos académicos.

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Nota del autor: ésta es parte de la bibliografía utilizada, la bibliografía completa figura en la tesis que está en la página de la universidad Lumière Lyon2, hay copia en la biblioteca de AAPPG.

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Comentarios sobre el trabajo «De la clínica psicoanalítica a la investigación sistemática: enigmas pictográficos intersubjetivos», de Liliana M. Bracchi 1

Janine Puget * Kuky Coria **

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Discusión y comentario del trabajo realizado en AAPPG, el viernes 27 de Abril 2012, a las 19 hs, y cuyas discutidoras fueron la Dra. J. Puget y la Dra. K. Coria. (*) Médica Psicoanalista. Miembro Fundador y Honorario de AAPPG. Fue Directora del Departamento de Pareja de AAPPG. Miembro Titular en Función Didáctica de APdeBA. Directora del Master en Pareja y Familia IUSAM-APdeBA. E-mail: janinepuget@gmail.com (**) Antropóloga, Universidad de Buenos Aires. Doctora en Ciencias Políticas, Universidad del Salvador. Metodóloga - Profesora de Metodología de la Investigación. Docente Universitaria de Grado y Postgrado. E-mail: kucoria@ciudad.com.ar

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Intervención Dra. Janine Puget Liliana una vez más nos hace pensar y confrontar marcos teóricos, experiencias. Y así vamos conociendo o por lo menos tomando contacto con algunas de sus conclusiones. Veamos, por ejemplo, lo que va comentando acerca de la propiedad de las ideas, del afán de propiedad que cada uno puede tener, lo que debe corresponder a nuestro aspecto materialista y estructural. Asimismo pareciera que esa idea de propiedad no compartible pudiera estar teñido por una necesidad primitiva de poseer algo, al otro. Demás está decir que una propiedad no compartida es una celda de aislamiento y una propiedad compartida despierta angustias, fantasías, temores, sin descartar el posible placer que proviene del ir haciendo con otros. Las angustias son del orden de la invasión, del despojo, del temor al exponerse a una posible falta de reconocimiento y el malestar consiguiente hasta el placer que dan lo que generan los intercambios de ideas. Un ejemplo en el que se superponen diferentes estados de ánimo es el de poder comprobar qué hace el otro con ideas que de alguna manera parecían propiedad de uno solo y aceptar que lo que hace no es lo mismo que lo pensado. Ello muchas veces es un problema serio. Liliana se apropia de algunas ideas y en general es posible reconocer algunas de ellas. También es evidente su fidelidad a las que sintió que le permitían mayores desarrollos sin por ello quedar atada por una fidelidad que ahoga. Pero pensemos si nuestras ideas se quedan con nosotros, algo frustrante sería. Esto me lleva a pensar este tema dentro de la compleja temática de la apropiación. ¿La pareja es una propiedad o es un espacio del cual permanentemente se tienen que apropiar, realizando un trabajo para que viva? Y las parejas que nos presenta Liliana probablemente sean parejas que se confundieron, creyeron haber adquirido un bien, el encuadre de pareja y luego la familia y se olvidaron de la necesidad de ir creando el espacio entre dos basado en la potencialidad vin-

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cular. En realidad se olvidaron que la apropiación es una manera de ir construyendo un vínculo según lo cual se trata de escuchar al otro y a los otros, hacerle/s un lugar que desacomoda el propio, lo que se suele llamar organizaciones narcisistas, para luego hacer algo con ese nuevo ámbito. Entonces Liliana se pregunta si la dificultad en apropiarse en este último sentido, proviene de los contratos iniciales o de alguna falla o también porqué la práctica que inventan es la de la separación. Es cierto que muchas parejas llegan a la consulta diciendo que se quieren separar y de ahí en más empieza nuestro trabajo. Y también es cierto que ese término, como lo venimos diciendo varios de nosotros, puede ser lo que debieran poder aceptar, o sea que hay un espacio entre dos infranqueable, o en caso contrario se va a llamar divorcio con todas las problemáticas que ello implica. Deconstruir el término separación es lo que va a dar la posibilidad de que se enriquezca el significado del mismo. Ya ahora hablando de las vicisitudes de la tarea científica y elaborativa de Liliana, comenta que los nuevos interrogantes debieran generar prácticas, el «debieran» lo digo yo, pero entonces ¿cuáles? En algunos casos el reforzamiento de las anteriores, otras veces sufrimientos narcisistas, otras veces un trabajo interesante al que hoy llamaríamos de deconstrucción. Ya no diría que es destructor de lo que teníamos antes sino que invalida, hace ineficaz, inútil o corre de su lugar privilegiado alguna hipótesis anterior. A veces sin embargo puede ser destructor pero no es lo que pasa en el trayecto que recorre Liliana sino, insisto, lo que nos hace conocer es cómo poco a poco fue deconstruyendo conceptos que parecían monolíticos y de ello surgieron nuevos planteos. Liliana sacó los conceptos de su estante, los revisó, los ventiló, y ya cuando los volvió a poner, no eran los mismos. Creo entonces que la metáfora de que el trabajo creador tiene dos caras podría reformularse: al deconstruirse una manera de pensar, una hipótesis, produce prácticas que no estaban antes. Las dos caras corresponden a pensamientos binarios

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y lejos de ello es lo que nos propone hacer Liliana. La que incluso viene dando bastante importancia a la complejidad en algunas de sus diversas significaciones. Y recordemos que uno de los significados de Complejidad es crear espacios donde prima lo incierto. Y de alguna manera partiendo de sus «escenas enigmáticas» y llegando a los «enigmas pictográficos intersubjetivos» Liliana sugiere que ello da cuenta de una gran cantidad de temas a los que podemos asociar con autores y al mismo tiempo no nos ata a lo conocido. Es algo de ella, o sea una organización de su visión teórica y práctica que es propia de su cultura, de su sensibilidad, de su capacidad perceptiva, de su habilidad y capacidad intelectual. A veces sucede que un término del lenguaje cotidiano entra a formar parte de un cuerpo teórico y entonces al nombrarlo se sabe de dónde viene. Adquiere un cierto copyright. Ello probablemente suceda con el término «enigmas pictográficos intersubjetivos». Son de Liliana. Ello es acorde a lo que expresa Liliana y permite que comprobemos cómo a partir de su trabajo clínico, sus enigmas y su complejidad se fue transformando en investigadora.., y para más muy rigurosa. El término nuevo aparece muchas veces mencionado en el texto de Liliana y por momentos lo cuestiona, dice algo así como que no nos pasemos de rosca, no exageremos con la fascinación por lo nuevo pero sin embargo démosle un lugar. Se trata entonces que al reconocerles los méritos de los viejos interrogantes no se trabe lo que produjeron y sin embargo saber que en su momento denunciaron insuficiencias teóricas y clínicas que permitieron la aparición de maneras distintas de pensar. Gracias al trabajo de Liliana se me ocurre que podríamos clasificar lo nuevo como término que pudiera ser incluido incluso en la repetición dado que no hay repetición sin cambio, pasando por nuevo que no incluye cambios estructurales

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así como lo nuevo como novedad la que no podía existir previamente. Ésta es la novedad por excelencia que produce discontinuidad. Esto último ya tiene que ver con lo acontecimental. Por lo cual pensaré en dos grandes posibilidades. Un nuevo que surge por lenta transformación de lo que hay y un nuevo que produce discontinuidad. Los dos son importantes dado que sabemos que no hay repetición sin transformación pero hay transformaciones que rigidifican una relación y transformaciones que introducen otros colores y variaciones. Otro tema relevante en esta presentación tiene que ver con la cantidad de preguntas que se hace y nos hace Liliana. De nuevo acá es posible clasificar preguntas. Y se ve que lo de clasificar se me pegó a raíz de la presentación de este trabajo. Los que me conocen saben que a veces considero la pregunta como un cierre ante la ansiedad que produce que algo dicho o un intercambio abra a numerosos derroteros y una respuesta fáctica puede evitar dicha ansiedad. Otras preguntas que serían las verdaderas inician un diálogo y son equiparables a interrogantes… pero sobre todo deben producir vacío, inquietud, desconcierto. Es una modalidad de diálogo el que incluso puede ser monólogo que debiera adoptar todo investigador y en ese caso no es para recibir una respuesta clara sino tan sólo para mostrar la insuficiencia de una hipótesis. Y las preguntas de Liliana son más bien de este último tipo. A veces vienen desordenadas, a veces ultrasistematizadas.., y ello denota el trabajo que estuvo haciendo y que la llevó a buen puerto. Un puerto fue aprobar exitosamente su tesis y otro puerto es esta presentación de hoy que la va llevar a ocupar otro lugar en el estamento institucional. El próximo puerto es el libro que nos anuncia. Todo esto mientras siga navegando en un mar abierto que es el de nuestra clínica diaria que por suerte todos los días nos ofrece novedad y desafíos. Felicitaciones por su capacidad de hacernos pensar.

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Intervención Dra. Kuky Coria Leí detenidamente la tesis doctoral de la Dra. Liliana Bracchi; me detuve en el titulo principal –el subtítulo lo obvié intencionalmente– y me pregunté por los supuestos del pasaje insinuado. Las respuestas se encuentran en el corpus de la tesis. Los supuestos del pasaje son: - Del lugar de la clínica al lugar de la indagación controlada (el método). - De la lógica de la práctica a la lógica del «aparato regulador» (el sistema universitario). - De los sentidos del caso singular al hallazgo de los indicios que hacen visibles lo semejante y la tentación de dar un paso a la generalización; no a la generalización estadística; sí a la del pequeño número (o acaso lo singular no es parte constitutiva de lo particular y de lo general?). Avanzo en la lectura de la tesis y descubro: una propuesta para pensar la investigación en psicoanálisis! La Dra. Bracchi cita a Laplanche cuando dice que la metodología obliga a transformar un hecho clínico en observable y construirlo como objeto de observación. Qué notable, Gastón Bachelard nos advirtió que el objeto de investigación se conquista, se construye y se demuestra. Pienso: se desmitifica el axioma positivista de la inmediatez; del saber sin mediaciones y así lo vemos plasmado en los capítulos 3 y 5 de la tesis doctoral de Liliana Bracchi. En esos capítulos nos demuestra la laboriosidad, el manejo de operaciones minuciosas y prolijamente justificadas; valida una y otra vez cuando expone detalladamente las deci-

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siones metodológicas y demuestra en el tratamiento de los datos clínicos cómo es posible transformarlos en «observables». Evoco a esta altura de la lectura a autores que trabajan las problemáticas de la investigación en psicoanálisis y que sostienen enfáticamente la necesidad de integrar práctica-clínica-teoría. Y bien ¿qué no es esta tríada sino parte del andamiaje del discurso universitario, discurso en el que se inscribe la tesis que es a la vez resultado de indagaciones y también producto de trasmisión y enseñanza? La lógica científica reposa en la formalización y el esfuerzo se ha hecho; tratar al material clínico en un formato asible para su comprensión está plasmado en el análisis del caso a caso primero y la integración después. Quizá éste haya sido el momento más difícil. Esto es integrar singularidades traducidas en los horizontes de sentido de cada caso; descubrir las particularidades en los indicios que facilitaron hacer visible lo común, atreverse a las generalidades en un intento de tolerancia a los sentidos en sus diferencias. El aporte: una manera de hacer investigación en psicoanálisis; una demostración de cómo conciliar lógicas tensas; un ejemplo de esa diferencia que B. Souza Santos hace entre científico e investigador; el uno convencido de las certezas, el otro conciente del desafío de las incertidumbres (éticas, epistemológicas, metodológicas). Una contradanza con los rituales a los que nos tiene acostumbrados el cientificismo, esa ciencia en clave de certezas y verdades, una abrumadora inconsistencia en relación a la vida misma. Agradezco a la Dra. Liliana Bracchi primero por su entrañable amistad y luego por dejarme ser interlocutora de su

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tesis, una tesis que digo una vez más aporta, por ejemplo, el complejísimo concepto «enigmas pictográficos subjetivos» que por otra parte no es una ideación graciosa sino el resultado de una situación analítica entre pareja y analista (primero) y del arte de la investigadora (después).

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Procesos de subjetivación. Ensayos entre Antropología y Educación María Laura Méndez Buenos Aires, Editorial Fundación La Hendija, 2011

Es para mí un placer y un honor presentar el libro de María Laura. Cuando me lo pidió me puse a buscar en mi «cajita de herramientas» y extraje dos «movimentadas» herramientas brasileñas, que apelan a lo autóctono americano: el Tropicalismo, movimiento que es una conjunción de varios eventos artísticos: cine, literatura, música, plástica... que rescata lo nacional. Y la Antropofagia, ritual en que algunos pueblos originarios participaban con respeto al ingerir los restos del sacrificado. Acto de asimilación ritual y simbólica de incorporar lo valioso del otro, asimilarlo para transformarlo. Esto es lo que intentaré hacer con el valioso libro de María Laura. Siguiendo esta línea me posicionaré como Chilam, que es la clase sacerdotal que interpretaba los textos sagrados. Y citaré a Agamben cuando dice que profanar es cuando aquello que habiendo sido sagrado es restituido al

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uso y a la propiedad de los hombres. Es ésta una de las preocupaciones de María Laura: el rito es un pasaje, restituye a la esfera profana, lo que lo sagrado había separado y petrificado. El capitalismo, nos dice, generaliza y absolutiza en cada ámbito la separación que define la religión. Ya no hay ritos, sólo un único e incesante proceso de separación del cuerpo humano, de la sexualidad, del lenguaje. Divididos en sí mismos, improfanables. Y también me posicionaré como Mestiza, haciendo honor a mis ancestros guaraníes y españoles. Hay dos maneras de entender el mestizaje: como mezcla, síntesis, donde desaparecen las diferencias, o, como lo plantea María Laura, como una tensión indecidible, como vibración y oscilación, pero sobre todo como una experiencia donde uno se aleja de lo que era y se acerca a la incertidumbre del encuentro.

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La autora se refiere a procesos de subjetivación, cruciales para la Antropología y la Educación. Subjetivación pensada como efecto de los modos de producción histórica, social y colectiva. Va entretejiendo, como buena antropóloga, inspirada en los tejidos de telares ancestrales realizados por los pueblos originarios en un Telar-territorio que se territorializa, desterritorializa y reterritorializa, se teje, desteje y entreteje, según los ritmos existenciales del ritornello con las fuerzas cósmicas. Es además un homenaje a nuestra América Latina, cuyos saberes y prácticas milenarias han sido desconocidos. Tomaré dos ideas, que entre muchas, recorren el libro: diferencia y multiplicidad. La primera, del campo de la Filosofía y de las Ciencias. Aporte que la Antropología puede generar en el plano de la Educación y la Salud en relación con la producción de nuevos procesos de subjetivación, teniendo en cuenta que el capitalismo, en su denegación de la diferencia, impulsó a la sumisión como forma de subjetivación. Sostiene la idea de las multiplicidadades mismas de las cosas en sus diferentes dominios de realidad física, biológica, lingüística

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y social. Que no tiene necesidad de la unidad, ni se debe a una identidad previa nacida de la esencia, proviene de las formas de organización de sus elementos. Dichos elementos constituyentes nunca pre-existen, sino que provienen de las relaciones que guardan entre ellos. Realiza un delicado trabajo acerca de la construcción de sentido, tema caro a la clínica psicoanalítica, tomando ideas de LéviStrauss, Deleuze, Lacan, Derrida Dice: «Nos encontramos con una inmensa multiplicidad de sentido que no puede ser ni capturada ni significada. Esto nos obliga a la elección o decisión (frente a lo indecidible) de algunas perspectivas». Plantea el límite que la estructura impone a la transformación, dado que sólo puede darse en el interior de la misma estructura. Paradoja que a Lévi-Strauss le obtura la posibilidad de pensar el acontecimiento y la mutación a pesar de que él tomaba en cuenta multiplicidades. Nos recuerda María Laura que la única forma de expresión que tiene Occidente de la Multiplicidad hoy, son los relatos míticos. Dice, parafraseando a Lacan: el mito es la forma en que la diferencia puede ser dicha. Además la Verdad (con mayúscula) tan

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amada por el pensamiento occidental, pierde eficacia, ya que la verdad no es una preocupación del relato mítico. Como ocurre habitualmente, el arte se adelanta a los saberes: Rubén Darío, poeta del 1800, ya nos decía: «La verdad anda desnuda, pero morirá doncella», refiriéndose a que, por más que intentemos, no lograremos «atraparla». Dice Lévi-Strauss: todas las versiones pertenecen al mito. Son haces de relaciones, combinaciones, con función significante. ¿Podríamos decir «rizomas»? La narración mítica establece una marca, un hiato, en donde se ponen en relación a la vez la continuidad y la discontinuidad, presentes en todo relato colectivo. Esta posesión nuestra, alejada de los intentos de unificación y síntesis de la cultura europeizante, nos muestra que la Multiplicidad no ha sido sometida. María Laura nos dice que las versiones míticas y las experiencias rituales dan cuenta de otras posibilidades de subjetivación. El mito aborda el problema de la diferencia y del sentido. El rito, el problema de la repetición, experimenta con los cuerpos y organiza las fuerzas del caos. Es un centro momentáneo, contingente, de sobrecodificación.

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Interesante el abordaje del concepto de ritornello como mediación entre lo cósmico y lo terrenal, liga a la tierra, a un territorio con las fuerzas cósmicas. Es todo conjunto de materias de expresión (energías, acciones, percepciones) que traza un territorio y que se desarrolla en paisajes territoriales. Guattari nos habla de ritornellos existenciales: ritmos lingüísticos, de pensamientos, repeticiones. Cuando se repite algo de manera colectiva, aumenta la intensidad. Marca territorialidad como salida del caos. La marca crea territorio, pero a su vez el territorio marca. Algo similar planteaba Freud, adelantándose al paradigma de su tiempo: el grito funda el dolor, pero también el dolor funda el grito. ¿Podríamos pensar en los conceptos de cuerpo sin órganos como superficie de inscripción de toda diferencia? Otra temática planteada en el libro es la concepción de Deleuze y Guattari acerca de un inconciente productivo, ajeno a la representación, rompiendo con la disociación de dos campos de la realidad. Proponen la «univocidad de la categoría de producción en las formaciones libidinales y en las formaciones sociales».

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La lectura de este libro me «abrió» a pensar que quizás podría sernos de ayuda ampliar este concepto a la univocidad de producción de los circuitos libidinales y neuronales. En este sentido se podría pensar en la operación de «disyunción inclusiva», propuesto por Deleuze, que consiste en no oponer las diferencias desde un modelo que sea «o ésta o aquélla» sino su inclusión «sea ésta, aquélla...» No desaparece la diferencia, pero se puede incluir a todas. ¿Esto nos permitiría pensar, en un intento de evitar binarismos, en la producción conjunta de circuitos neuronales y libidinales? Es decir, que dos determinaciones son afirmadas por su diferencia, lo que no implica la identidad de los contrarios. Se trata de afirmar su distancia, o sea, de afirmar aquello que los remite uno al otro en tanto que diferentes. Es una distancia positiva, que permite lo que Leibnitz plantea como incomposible, que deje de ser un medio de separación y devenga un medio de comunicación. La autora trabaja los procesos de subjetivación, «problema crucial para la antropología y la educación», nos dice, y plantea preguntas, que no permiten finalizar sino abrir nuevas líneas de pensamiento. Problema central también para la clínica.

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Hace suya la idea de Guattari de que «los procesos de subjetivación son construcciones colectivas, institucionales e individuales, siendo estas dimensiones inseparables, evitando caer en binarismos reduccionistas». Considera que es necesario pensar en otros modos de subjetivación diferentes a los modelos basados en la idea de unidad e identidad. ¿Cómo pensarlas? Desarrolla cuidadosa y exhaustivamente conceptos implicados en dichos procesos. Algunos de ellos: Individuo Si pensamos en el universo como lo existente entramado y en tensión, no podría existir el individuo como alguien aislado e indivisible, sino como ser colectivo. Toma la idea de Individuación como «herramienta fundamental». Desarrolla las conceptualizaciones de Deleuze y de Spinoza, quien fue uno de los primeros que planteó su importancia. Es interesante el interjuego de lo finito-infinito: el individuo es relación y las posibilidades de relación son infinitas. Virtualmente nuestras posibilidades de relación son infinitas, pero se actualizan algunas. Lo virtual es infinito, pero lo actual es finito. Como dice Prigogine, la determinación se «actualiza» en un

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abanico infinito de indeterminaciones. ¿Cuál es la relación con el concepto princeps de Sujeto? ¿El de la conciencia? ¿del inconciente? ¿Y qué valor dar al lenguaje, y en especial al significante, que en otras propuestas tienen lugar central? Otorga un especial lugar a los afectos y emociones, los «abandonados» de la Modernidad, denegados o formando parte exclusivamente de la psicopatología. Se pregunta: ¿no estará en relación a la concepción de la hegemonía de la razón?

ca del final, con las bellas palabras del poeta Juarroz (19251965): «No tenemos un lenguaje para los finales Quizá un lenguaje para los finales exija la total abolición de los otros lenguajes, la imperturbable síntesis de las tierras arrasadas. O tal vez crear un habla de intersticios, que reúna los mínimos espacios entreverados entre el silencio y la palabra y las ignotas partículas sin codicia»

Sara Amores

Quiero finalizar, compartiendo el planteo de María Laura acer-

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Psicoanálisis vincular en niños y adolescentes. Relatos Clínicos Peggy Rubiños Fejerman Buenos Aires, Lugar Editorial, 2011

Peggy ha comunicado su clínica, abundantemente entre nosotros a través de artículos, en revistas de la especialidad, encuentros, congresos, libros en coautoría. Pero la obra que presenta hoy, contiene una cualidad distintiva: testimonia y transmite un recorrido, una trayectoria desplegada en torno a cuatro relatos clínicos, abarcativo en el tiempo, de una parte importante de su devenir profesional.

misión, opera-procede de un modo similar. Hay una experiencia perdida inevitablemente, pero hay un recupero, que ética mediante, sostiene una fidelidad en la apuesta a la transmisión de una experiencia clínica en clave narrativa.1 Entonces: los procedimientos trabajados por la autora para construir esta obra y ponerla a consi1

Quiero comenzar mi comentario con algún apunte sobre la estructura espacial que Peggy le dio a este libro. Pero para llegar allí hago previamente, un rodeo: sabemos que hay un salto ineludible entre sueño soñado, recordado, relatado. En ese trabajo de atravesamiento de esos hiatos, algo se pierde, algo se gana. Así trabaja la memoria: el relato clínico como forma de trans-

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Podría agregar aún: los desarrollos en el terreno del pensamiento: las reflexiones teóricas, las fórmulas, también implican un salto, esta vez, hacia el vaciamiento argumental, hacia la abstracción. Pero narración y fórmula no tienen una relación jerárquica. Se trata de dos orientaciones que recubre una a la otra en el camino del pensar. Ambas tienen su eficacia, siempre que tengamos presente ese salto, su valor orientativo, y el riesgo reductor implicado, si se pierde de vista el valor de artificio implicado.

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deración del lector, pueden –en cada página espacialmente– encontrarse en dos planos claramente separados, dos ejes diferenciados: – Una cierta horizontalidad: cuatro narraciones subjetivadas; construidas con inclusión de la implicación de la autora como psicoanalista. Cada una se constituye en un complejo viaje para el lector (complejo, no complicado) porque lo va poniendo en contacto con escenarios-paisajes diversos en el devenir de cada experiencia clínica relatada… que convoca la dimensión del asombro en el lector, generadora de una fructifera penumbra asociativa. – Y un eje vertical: cada reflexión teórica que Peggy Rubiños Fejerman pone a consideración del lector tiene la forma de una ¿nota, diríamos? Tal vez cabría más que en otros contextos nombrarla –como también se suele hacer– como llamada al pie, como escritura bajo una barra. Entonces, la teorización no se le impone al lector; el numerito lo llama, si quiere, a compartir sorprenderse, acordar, disentir, con una reflexión teorizante. Esta barra da cuenta de ese otro salto ineludible. Conecta y

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separa al lector con esa otra dimensión de la obra. Lo que invita a una diversidad a la hora de la lectura. De este modo, se produce un efecto de libertad para que el lector haga sus propios «saltos» –entre la narración y la nota al pie– en el camino de su lectura. Fluye así para el lector la narración en sus argumentos, en su dramática, con su peculiaridad en el modo de plantearle al lector interrogantes. Dramática narrativa que hace pensar en esa clave: en clave poético-narrativa. En esas reflexiones –notas al pie– despliega un diálogo, con múltiples interlocutores privilegiados (una lista no exhaustiva): pensadores actuales como Deleuze, Derrida, Heidegger, Spinoza entre otros. Colegas de interlocución, como ella suele decir «de toda la vida»: Aurora Perez, Silvia Bleichmar, Emilie Dio Bleichmar …Isidoro Berenstein, Janine Puget. Otros, más actuales, como Alejandra Tortorelli, Silvia Bolster, María Laura Méndez. También, entre otros … muchos muchos de nosotros colegas compañeros de AAPPG. Estas operaciones que hace sobre el texto, la demarcación horizontal-vertical, el puente a través de las llamadas, invitan a la lectura en el sentido fuerte del término, como transformación del lector vía traba-

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jo psíquico-poiético. El modo en que Peggy presenta su obra, muestra el estilo de su trabajo en sesión. Su singular modo de implicación en el campo transferencial, su técnica: su hacer, la demarcación del campo de intervención. Una vez que sitúa un campo, al «interior» de éste, la intervención adquiere una finesa, una sutileza, tal como tiene en su escritura la función de la llamada. De este modo, la intervención produce efectos de corte y ligadura. Cumple su función performativa, a través de una modalidad que aligera, aliviana. En los cuatro relatos, la consulta es «a raíz» de un niño y los padecimientos que ello genera en la trama familiar; en todos, la escucha es vincular: quiero significar-acentuar con ello, que algo en la disposición del analista favorece la co-creación de un campo transferencial abarcador de la trama familiar consultante. Dicho de otro modo: se registra en la narración una cualidad en el modo de alojamiento –por parte de la analista– que favorece en los actores de la situación, una disposición a ser convocados cuando la dinámica elaborativa lo requiere. El lector se encuentra en los relatos con tramos de psicoanálisis «individual», en profundidad, o mejor: en intimidad (el sujeto en su trama, abriendo a un más allá de la trama familiar) … y cuando

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la situación lo requiere, aparece facilitado, ya entreabierto, habilitado, el pasaje, el enhebramiento, del trabajo con la trama vincular. Comparto unas breves pinceladas de los cuatro relatos que se despliegan en el texto que presento hoy, como notarán, cada uno marcadamente singular en sus vicisitudes, en sus particulares recorridos… Se trata de relatos con principio y fin, tratamientos que han tenido un tiempo conclusivode finalización, pudiéndose notar una toma de perspectiva temporal sobre ellos en un a posteriori. Del primero de los relatos, me ocuparé en último término. Me detendré un poco más en él, a modo de ejercicio de adentramiento a partir del texto, apuntando a transmitir algo más de la potencialidad de este libro en términos de significancia. En el segundo de los relatos Peggy nos zambulle rápidamente en la experiencia de un trabajo analítico con una mamá y una pequeña. La mamá no atina a investir a su pequeña niña, angustiada, saturada, en una circularidad expulsiva. Las intervenciones de Peggy se orientan a la posibilidad de alterar y abrir esa circularidad, prestando una otra lectura de las señales que vienen del lado de la pequeña, alojándolas, contextuán-

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dolas, construyendo un contexto en una orientación lúdica. Progresivamente, transmite cómo va trocando la angustia en alegría… Sorpresivamente el relato nos deslocaliza, diría, en su temporalidad. Es una experiencia para que haga el lector, que no les voy a adelantar aquí. El punto de partida del tercero de los relatos (que tiene como título «Reinventar el vínculo madre-hija») tiene un difícil punto de partida. Una madre enviada desde el jardín de infantes, muy desconfiada, aferrada a su hija. Una joven mujer madre que se extrajo y extrajo a su hija de su lejano país estableciendo-sosteniendo un silenciamiento a cualquier mención al padre. Es tal la fuerza de esta interdicción que abarcaba a la familia ampliada y, aún, a la escuela misma. Punto de partida para una progresiva apertura, no sin dolor, no sin idas y vueltas, no sin ilusiones, comprobaciones, tránsito por situaciones de desilusión en un trabajo que progresivamente orada ese silencio, en complejización de sus vidas abriendo el encierro defensivo inicial. El último de los relatos, se sitúa en la Argentina post default. Este relato oscila entre las primeras entrevistas protagonizadas por

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la madre y la abuela de un par de niñas, por sugerencia de su pediatra. El padre de la niñas está en otro país buscando empleo, la familia de origen materno se hace cargo económicamente, y esto es vivido de un modo vergonzante y silenciado por parte de la madre de las chicas. La autora muestra su trabajo con toda la red, haciendo hincapié en las vicisitudes de las sesiones con ambas hermanas. Por último, me detendré un poco más en el primero de los relatos («Devenires con un niño llamado Demián»): el punto de partida ya es complejo, y revelador: una primera consulta que no prospera: padres preocupados por tics, la invención de un amigo imaginario, y el gusto por trasvestirse de un niño. Hacen otra consulta en donde parece indicárseles a los padres prohibirle a Demián vestirse de mujer … que tampoco prospera … Finalmente, el propio Demián (9 años) es quien motoriza un segundo tiempo de la consulta. Me queda de este relato –y para seguir pensando– una cuestión central para una perspectiva vincular en psicoanálisis: el modo en que Peggy trabaja el despeje en Demián entre percepción-alucinación y fantasía, y de allí, al pasaje a la posibilidad del juego como operatoria básica subjeti-

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vante en la infancia. Trabajando, enhebrado con aquel primer plano –en la trama vincular– la diferencia entre juicio de atribución y juicio de existencia. Recurro al texto de Peggy, al modo de un «trailer», de muestra, sabiendo que se trata de tres puntuales recortes: La primera cita (pág. 17 en el libro) muestra el trabajo en el plano de la constitución subjetiva, vértice de las primeras sesiones de Demián: «Es interesante pensar el vínculo de Demián con Mary Poppins como un devenir del niño en otro que no es él. En el jugar, el niño se despliega no en un imitar mismos rasgos, movimientos, sino en un devenir que amplía potencialidades otras. Reescribir, encarnar moléculas de un personaje requiere y aumenta la creatividad del niño que no se limita a copiar o imitar. En Demián, el devenir mujer (que podríamos pensar en su vinculación con Mary Poppins) sólo se interrumpe con mi intervención: “¡Ey! Estás acá conmigo, estabas jugando”, le dije en una ocasión buscando instalarlo en el espacio-tiempo compartido de la sesión. Mi intervención fue intencional, buscó generar cierto corte,

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cierta ruptura del espacio imaginario que a Demián le costaba diferenciar del espacio real habitado por otros. Fue una intervención tentativa en el principio del análisis, que intentó habitar el espacio creativo e imaginario de Demián y, al mismo tiempo, ponerle un corte y establecer diferencias. Durante el recorrido terapéutico, fue importante trabajar los planos de lo imaginario, simbólico y real, y sus diferencias que en el comienzo del tratamiento aparecían confusas y superpuestas. Demián parecía interactuar en un mundo habitado principalmente por personajes de ficción y amigos imaginarios, y además daba la impresión de contar con escasos recursos de simbolización sobre sus temores, miedos, deseos y alegría. Ampliar su vincularidad con el plano de lo real y trabajar sobre el plano de lo simbólico se presentó como tarea fundamental de nuestro trabajo.» Las dos breves citas que siguen, permiten hacer una lectura en el plano de los vínculos. La primera, del inicio (págs. 11-12). La segunda corresponde a un tiempo de iniciado el tratamiento también de los inicios (pág. 23): «Tres años después, la familia me consultó nuevamente. Los padres insistieron sobre la costum-

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bre de Demián de disfrazarse de mujer,, y agregaron que yo había dicho que si no trataban al niño por este tema, corría el riesgo de convertirse en travesti. Una intervención que jamás había existido.» El tratamiento avanza, se visualiza cómo Demián gana en confianza, y a la vez, en tensión sobre todo con una madre (María) que desconfía, en una transferencia negativa de la madre «controlada», tensa, que se manifiesta en esos intersticios propios de los momentos de traer a sesión, o bien, venir a buscar al niño. Voy a citar un párrafo en que el lector puede «sentir» el «golpe» de la locura familiar circulante: «Terminó la sesión, llegó María a buscar al niño. Al abrir la puerta, inesperadamente me planteó: “El nene dice que no quiere venir porque usted le puso un forro en la caja”. Era la segunda vez que María realizaba esta advertencia: en una ocasión anterior, el motivo había sido una «su-

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puesta» queja de Demián porque yo no lo miraba. Esa actitud y comentario de María me hicieron recordar un encuentro previo en el que ella y su marido confesaron que de bebé Demián había estado principalmente bajo cuidado de su hermana. Según su relato, en aquella época, María sufría depresión y no podía tocar a su propio hijo porque sentía cierto rechazo, situación que se había prolongado hasta los seis meses de la vida del niño.» Esta escena con la madre torna necesaria la indicación de una inclusión decidida del plano vincular en esta experiencia analítica, que llega, diría en una evolución enriquecedora, hasta entrada la adolescencia de Demián. En fin: que no se pierdan este libro. Que además de enriquecedor, nos convoca al asombro a través de una muy grata lectura. Ricardo Gaspari

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Encuentro entre la psiquiatría infantil y el psicoanálisis familiar Sara Amores Buenos Aires, Editorial Polemos, 2012

El complejo texto nos ofrece el tránsito de un largo camino de diferenciación, es esto lo que nos hace transitar las singularidades de cada caso, que en este contexto, llamamos clínico. Nos plantea en primer lugar, que no se trata de hablar de disciplinas, perfectamente encasilladas o estriadas, por el contrario nos propone indisciplinar y de esa forma convertir aquello que la epistemología clásica llamó fríamente objeto, en problemas que recuperan el movimiento de lo vivo. Así desterritorializar y reterritorializar se vuelven operaciones constantes que exigen a cada momento redefinir fronteras, podría decirse que es un constante cartografiar que se caracteriza, al igual que la diferencia, por el movimiento y la variación.

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Acudir para esto al concepto de mestizaje, como lo hace la autora, es justamente dar cuenta de nuevas configuraciones que alteran los campos pero que mantienen las heterogeneidades. Desde los diversos planteos del texto, tomamos algunos que nos llevan a realizar interrogantes, que no pretendemos responder ahora, pero que esperamos que puedan disparar otros a los lectores. Rotas, en Occidente las relaciones de parentesco, se instaura, en realidad se impone, un modelo inédito de familia, a partir de ese momento surgen como es lógico otros problemas. ¿Qué extraño que la niñez comience a ser estudiada desde su criminilización y más tarde desde su patologización? ¿No tendrá que ver con la denegación de la diferencia en la que se funda la propuesta de la modernidad colonial?

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Otros niños que problematizan son los que no aprenden, que en realidad siempre quiso decir que no aprenden al ritmo homogeneizante de una escolarización rutinaria y estratificada, por fuera de la vida y del mundo. Una escuela que tenía y tiene por finalidad la normatización en su doble acepción, cumplir la norma y ajustarse a la normalidad, excluyendo a los anormales cuyo límite ella misma define. Esto deriva, como nos dice la autora, en la universalización y la generalización propias de la ciencia moderna, para abandonar la singularidad, sin duda una de las formas de expresión de la diferencia que se diluye en lo idéntico o en los polos extremos de los binarismos. De esta manera se nos imposibilita pensar desde la diferencia, porque partimos de la unidad negando entonces la multiplicidad y la complejidad de lo existente, en las palabras de Prigogine que nos trae la autora: «Debemos empezar a pensar en una forma no lineal, debemos comprender que el mundo es mucho más rico que cualquiera de las posibilidades en las que nos ha tocado vivir. El psicoanálisis es un ejemplo claro. La visión clásica es que el psicoanalista nos revela

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por qué actuamos de una manera o de otra. Hoy se tiende a una terapia de grupo y de familia. Es decir, la tendencia actual es a ir juntos al psicoanalista para que éste descubra las singularidades y no linealidades del grupo que afectan a uno de sus miembros». ¿No es llamativo que una sociedad se constituya en torno a una prohibición, que se erige en absoluta y al miedo a que se produzca un parricidio?: ¿no guarda acaso relación con su contramito fundante que casualmente parte de un fraticidio, y necesariamente, dado la individualidad que parece incuestionable, seguido de incesto? ¿Qué ha pasado, en este sistema, con el olvido o me animo a decir «la forclusión» de la exogamia que regula todos los sistemas de parentesco? Cuando queda exterminada la comunidad, se deniega su existencia, desaparece el lazo social, no hay ya territorio ni saberes comunes, y las relaciones sociales se basan sólo en la competencia desmedida, surgen, como es de suponer, el terror al homicidio y el incesto, como consecuencia de la desregulación que dio lugar la usurpación y la violencia. Cada familia tiene que procesar e instaurar aisladamente lo prohibido y lo permitido, ¿cómo

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podrá hacerlo?, sin el contexto social que le otorgue las garantías de lo que de otro modo es ingarantizable, ya que sólo cada campo social puede ejercer esa función, que bajo esa forma común, cada grupo plegará en su espacio. ¿Cómo entonces percibir lo imperceptible de las singularidades, si sólo estamos estriados en la universalidad? «vemos la ola pero nuestros sentidos no pueden percibir las gotas», dice LéviStrauss, hemos perdido nuestro cuerpo sensible en pos de la razón omnipotente. Otro problema que nos plantea el texto es que desde una perspectiva de la diferencia no se pueden pensar y trabajar los vínculos igual que desde una lógica identitaria, la primera remite a la multiplicidad, la segunda a la unidad. La diferencia no se manifiesta sino en relaciones, al establecerse en un «entre», en el que se puede constituir una individuación que no es más que un estado de equilibrio metaestable a la espera de otro equilibrio metaestable, nos dirá Simondon, pero... Lorca nos lo dice con la intensidad que sólo puede expresarse en la poesía: «Por la ramas del laurel

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Van dos palomas oscuras La una era la otra Y las dos eran ninguna.» Desafío de la ciencia frente al poder, y en ese sentido, nos propone el texto, pensar el diagnóstico, como una de las formas del ejercicio del poder. Práctica utilizada por el modelo médico hegemónico y trasladado luego al modelo pedagógico y psicológico, co funcionan en las sociedades disciplinarias, que los necesitan de plano de consistencia, y se intensifican en las sociedades de control. Es así como se plantea la deconstrucción como herramienta para deshilvanar el saber hegemónico, también podríamos decir para desagenciar, y poder así construir otros agenciamientos que amplíen los territorios existenciales. Como nos propone Derrida desde una lectura de Nietzsche: «Cuando se abre una flor, los pétalos explotan dejando ver el pistilo. Esa explosión es la obra de Nietzsche, que no puede ser comprendida, sino que patentiza siempre una ruptura con todo intento totalizador. La explosión nietzscheana deja un resto, pero no como resultado de lo que queda, sino como patentización de lo que siempre estaba allí, para cortocir-

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cuitar e impedir la totalización aseguradora en horizontes de sentidos cerrados». Mirar entonces las cosas de otra manera, ¿no es acaso el principio y objetivo de toda cura?, por lo menos ése era el principio shamánico de los antiguos toltecas, cambiar el punto de encaje, puede decirse, en términos más filosóficos, cambiar el punto de vista, la perspectiva, según la propuesta en el siglo XVII de Leibniz y recuperada luego por Nietzsche. Por qué nos invita Sarita a realizar un viaje por la física cuántica que cuestiona los binarismos de las supuestas leyes de la física clásica y la teoría de la complejidad, que nos introduce en la multiplicidad sin retorno posible a la unidad. Será seguramente, porque si nuestro cerebro es uno de los elementos más complejos del universo, pretender conocerlo en su totalidad, o desde una sola disciplina, no es más que un acto de soberbia que nos remite nuevamente a nuestro contramito fundante. La autora nos propone también otra cartografía, luego de la caída de todas las certezas: que viaje por los circuitos neuronales, libidinales, por los neurotransmi-

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sores, por la posibilidad de borramiento de las huellas, o por su transformación ya que se trata de materiaenergía; y la inmensa tarea de pensar de nuevo enlaces o configuraciones, pensar por fuera del espacio estriado que construyeron las disciplinas de una epistemología colonial-moderna. Una «teoría efectiva» propone Hawking. Prigogine dice que el mayor desafío hoy es tener un puente entre las Ciencias Físicas y las Ciencias Sociales, y propone lo que él llama «trinomio puente» Flujo-función-estructura, pero entendiendo la estructura como una forma siempre provisoria de organización, yo propondría una relación maquínica. ¿El positivismo fue un avance? o un simple reduccionismo psicótico al servicio de una clase que deseaba que nada se transformara para garantizarse la continuidad en el poder. ¿No hubiera sido mejor habernos quedado con Spinoza? De esta forma otra vez se pone en jaque al determinismo. Las condiciones son infinitas, pero no cualquiera se desarrollará, porque hay condiciones iniciales. «Condiciones dadas y heredadas de la historia, nuestra tarea es transformarlas» nos decía Marx, y es cla-

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ro que este principio sirve también para la clínica. La teoría de la complejidad nos permite realizar este interjuego constante entre el azar y la expresión, o entre lo virtual y lo actual. Nos dice la autora: «Quiero usar como metáfora de estos procesos los mecanismos moleculares de la herencia, donde el concepto de finalismo o teleología (determinista) que implica un proyecto ha sido reemplazado por el de teleonomía, que implica un programa, que necesita de su lectura y de su ejecución para ser leído y ejecutado a modo de un ordenador que se construye a sí mismo. No es el producto de un ordenador interno, sino producto de una relación cuyos mecanismos de regulación no están presentes en el propio genoma» (Amores; 2012, 43). Estas reflexiones nos llevan a referirnos a la categoría de «univocidad», que es muy equívoca para nosotros que no podemos, o nos cuesta mucho, corrernos de la lógica de lo UNO, o de la matriz epistemológica de la unicidad: la univocidad supone justamente la multiplicidad de su expresión, nunca podemos captarla sino en sus efectos. Nos preguntamos con Sarita si esta univocidad de la producción inconciente y la producción social que plantean Deleuze-

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Guattari puede también extenderse a los circuitos neuronales, esta univocidad sería justamente la que supone el juego de la diferencia de intensidades, diferencias que se manifiestan justamente, en los modos de expresión. Desterritorialización entonces de los determinismos, nada puede ser determinante fuera del juego de las interrelaciones complejas. Series complementarias –Totalidad– las convertiría en Series suplementarias –multiplicidad. Nuevamente Prigogine nos propone que toda indeterminación se inscribe en un cuadro posible de determinaciones. La Historia, tal como la propone la historiografía del siglo XIX supone un tiempo lineal, mientras que Marx, Nietzsche y Freud nos proponen otra temporalidad, la genealogía, que parte del presente sin presuponer un pasado y que además incluye otras temporalidades: y por otro lado, se necesita pensar en un concepto de verdad, que lejos de la adecuación, se plantee como lo que deviene del encuentro de la multiplicidad con el azar. Crisis; definido como Khora, «lo que da lugar sin serlo», «da a pensar sin ser un pensamiento», ¿no es esto la diferencia? Pero

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usando este concepto en parte esto es este texto, porque aunque expresa permanentemente un pensamiento, tiene la riqueza de dar a pensar otros. Dar a pensar, sería entonces una función clínica-política-educativa para permitir nuevas formas de funcionamiento. Acontecimiento, tal vez, podríamos decir que es el concepto «princeps» de la época, hay muchas maneras de ser planteado, el texto nos propone dos autores que lo expresan permanentemente, Badiou y Lewkowicz; en ellos hay una coincidencia, al definirlo como lo que irrumpe, lo que transforma y no permite que se viva o se piense como antes, tiene la característica de la irreversibilidad. Nos planteamos la diversidad y riqueza que este concepto pone en juego, por un lado significa un corte y por otro da cuenta del movimiento y la variación constantes que constituyen los diversos agenciamientos maquínicos que lo componen, nuevas configuraciones donde los elementos se transforman al entrar en nuevas relaciones: lo importante es, como se señala en el libro, que ya no es la fijeza de la estructura, en la que las relaciones dependen de los términos, y por consiguiente sus transformaciones están limitadas y condicionadas.

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Transmutar el síntoma en acontecimiento, el síntoma es un acontecimiento, como tal es diferente a patologizarlo de antemano, puede ser signo de una disparidad, de ahí su naturaleza de acontecimiento. Pensar la clínica como transmutación, como nos lo propone la autora, es realizar otra operación ya que significa, convertir una cosa en otra, mientras que transformar es poner algo en términos diferentes pero equivalentes. Estructura / Acontecimiento Transformación / Transmutación. Posibilitar entonces la descentración. Dice el texto: «Dependerá además de la posibilidad de descentración, durante las entrevistas preliminares, del niño motivo de consulta y de la transformación de la demanda individual (por un niño y con el niño) en demanda familiar (por la familia y con la familia)». «También de las posibilidades de intervención “coyuntural” que implica sustitución, acomodación de un término, “acondicionar” un lugar para alojarlo. O “acontecimental” que implica la habilitación de un nuevo lugar, que no estaba previamente diseñado, que alterará la consistencia de los términos pre-existentes y desarma-

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rá pactos y acuerdos inconcientes que obstaculizan la autonomía de los sujetos…» «O tomando algunas ideas de Guattari: eliminar obstáculos que impiden el libre fluir libidinal.» (Amores; 2012: 51) Pasar de la centración reduccionista a la relación entre psicoanálisis familiar y psiquiatría infantil, supone justamente pasar de la centración en un niño al entramado de sus múltiples relaciones existenciales. La otra propuesta clara es diferenciar entre medicar y la medicalización de la medicina, que queda presa de los grandes lobbies de la industria farmacéutica, en lo que muy bien nos refiere la autora se crean los síntomas, para luego vender los medicamentos. Otra diferencia interesante es la que marca entre lo legal y lo legítimo, entendien-

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do por esto que siempre está referido a la equidad. Quiero destacar por último su interesante apuesta a la narrativa y a la implicación del terapeuta; en lo que se refiere a la primera, me remito a la importancia de las narrativas míticas, y lo que significa su pérdida y deslegitimación una vez realizada la expropiación de lo común, y el registro hoy de esta ausencia como síntoma social. Acerca de la narración, nos dice Carlos Fuentes: «Somos voces que transforma la vida vivida en vida narrada y después devuelve la narración a la vida, no para reflejar la vida sino más bien para agregarle algo; no una copia, sino una nueva dimensión». María Laura Méndez

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Condiciones para la Presentación de Trabajos 1. Los escritos presentados deberán ser inéditos, podrán ser individuales o grupales y deberán estar escritos en español. – Los trabajos tendrán una extensión máxima de 10.000 palabras, y se entregarán en siete ejemplares impresos en papel tamaño carta o A4 junto con el correspondiente CD o diskette, aclarando el procesador de texto utilizado, el cual debe ser compatible con I.B.M. – Los artículos deben incluir, en hoja separada, un resumen de 10 líneas, redactado en tercera persona, con las correspondientes traducciones al inglés, francés y portugués, realizadas a cargo del autor, incluyendo la traducción del título, por traductores designados por la Dirección de Publicaciones, como asimismo de las palabras clave correspondientes al mismo. – Las notas deben numerarse en forma sucesiva en el texto y colocarse al final del trabajo. Las referencias bibliográficas en el texto: al mencionar a un autor, se transcribirá su apellido, la inicial de su nombre y la fecha de primera publicación del texto en su idioma original. Ej.: (Spitz, R., 1954). Si se desea mencionar la página (en una cita textual, por ejemplo), se ubicará este dato a continuación. Ej.: (Spitz, R., 1954, pág. 153). La página citada corresponde a la edición utilizada (ver más adelante). – Es requisito fundamental, tener especial cuidado en no mencionar en el cuerpo del texto ninguna de las publicaciones propias para evitar inferencias sobre la identidad del autor. – La bibliografía, ordenada alfabéticamente, se presentará en hoja aparte de la siguiente manera: a) Libros: apellido del autor, inicial del nombre y año de la primera edición en su idioma original. Luego, el título del libro (en cursiva), lugar de edición, editor, año de la edición utilizada. Ej.: Spitz, R. (1954) El primer año de vida del niño. Madrid, Aguilar, 1961.

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b) Artículos: apellido del autor, inicial del nombre, año de la primera edición del artículo en su idioma original. Luego, título del artículo entre comillas, nombre de la publicación (en cursiva), volumen, número, año de la edición utilizada. Ej.: Couchoud, M. T. (1986) «De la represión a la función denegadora», Revista de Psicología y Psicoterapia de Grupo, vol. XX, nº 1, 1997. – El trabajo, sus copias impresas y la versión digital en CD o diskette deben estar firmados con seudónimo y entregarse en secretaría de AAPPG en un sobre en cuyo frente figure sólo el título del trabajo y el seudónimo utilizado. – Dentro de este mismo sobre se incluirá un sobre cerrado, caratulado de igual manera, que contenga en su interior: nombre y apellido del/de los autor/es, sus datos de afiliación profesional, dirección, teléfono y correo electrónico, la/s hojas de la bibliografía; la autorización para la publicación. – Es imprescindible adjuntar una autorización explícita para la publicación del trabajo en esta revista, ya sea en soporte papel o modalidad digital, en forma total o parcial, en la página web de A.A.P.P.G. o a través de los índices con los que la página tiene links, aclarando nombre/s completo/s y documento/s de identidad, con firma y aclaración. – Los originales enviados no serán devueltos, resulten o no publicados. REFERATO INTERNACIONAL: Los trabajos serán preseleccionados por el Comité Científico y aprobados o no finalmente por el Comité de Referato Internacional. Cada trabajo será enviado a tres miembros del Comité de Arbitraje Internacional (dos pertenecientes a la institución). Los árbitros tendrán en cuenta los siguientes ítems transcriptos a continuación: 1) originalidad de la idea central o de la particular interrelación entre conceptos; 2) rigurosidad teórica y claridad en la exposición; 3) coherencia lógica en el desarrollo; 4) presencia de alguna dimensión vincular o de algún sesgo que se relacione a la misma; 5) cuidado en el estilo gramatical; 6) capacidad de despertar y mantener el interés. De acuerdo a estos criterios responderán si consideran el trabajo digno de ser publicado en la revista Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares. DIRECCIÓN DE PUBLICACIONES

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