La mutaci贸n La mutaci贸n mutaci贸n La La mutaci贸n silenciosa silenciosa silenciosa silenciosa Sobre Sobre Sobre Sobre Matrioskas Matrioskas Matrioskas Matrioskas de Marcela deMarcela Marcela de de Marcela Marcela Ribadeneira Ribadeneira Ribadeneira Jordi Corominas
hay Como no que convencer con tengo refeotro factor que rencias puedo la escritora ecualeer virgen, catoriana cumple a rente de prejuicios rajatabla: una cierta y sin necesidad de unidad temática. colorear los trazos ¿Cuál es? Durante mi negativos para evitar lectura buscaba simifuturas enemistades, litudes y pensé en una algo demasiado típico joven narradora espaen la crítica española, ñola, Marina Perezagua, donde todo el mundo se quien en su ópera prima, cubre las espaldas. En Criaturas abisales, hiltodas partes se cuecen vanaba las varias tramas habas, no lo dudo. Por del conjunto medianeso recibir un texefíte elementos ción to lejano para mero. inesperados de diseccionarUna vez –exógenos o castillos lo es algo que algo internos– de naipes apasionanpasa ya no que hacían cada vez más te. vuelve, como tomar concomplejos, se Mi desen ‘Velorio ciencia de conocimien- transforma en II’. No decir su propio to absoluto metáfora de la adiós es tamcuerpo a los inevitable y de su autora bién una evopersonajes. En efímera superme impulsó a lución, una los relatos de vivencia de lo buscar conepromesa de de- Ribadeneira, por que nos rodea, xiones entre cepción y una su parte, la clapues pequeñas los relatos que esperanza de ve es la mutación componen Matrios- minucias signiseguir hacia como constante. Esta kas. A priori uno ficantes alteran adelante. puede ser entendida observa la estruc- el panorama sin Cualquier acdesde una cotidiaque nosotros, tura del volumen ción implica un nidad simbólica, tristes peones y se da cuenta de hilo de camagocomo sucede en del baile, la escasa presenbio y aquí tada. ‘El gato con un poco o nada cia de cuentos podamos hacer Elimine algu- lo percibimos plato en tolargos, lo que nos mensajes’, desde distindas las casas me lleva a pen- para alterar tos formatos donde de lo del barrio’, o las coordenadas sar en torno a virtual se plan- que van desde bien desde un del mapa. la variedad, los ya menciotea acceder a lo esquema que La inteligenpresente en nados micros, real, lugar donalude a una cia de la narramucha nueque no buscan el de muchas veces cierta medora se manifiesta va narratilas personas, por ingenio resotafísica de en su habilidad va, entre muy enamoradas que lutivo de este los objetos, lo breve y al desgranar género, has- como en el estén, ni siquiera lo extendi- a cuentagotas ta minúscu- primer rese miran a los ojos. do. Como si las piezas las obras El cuadro y sus pielato, donque configuran mezclande teatro. zas suelen partir a la de un niño su mosaico do ambas Se aprecia caza de ironías y equívose pregunde metafacetas cos que circulan por una una vota por un se logra- morfosis. prosa cuidada, que en sus luntad de puente. En ra dar un En ‘Maplasmar el segunritmo que trioskas’, retazos finales insinúa muchas una conclusión de renado, ‘La volvamos a atrapara facetas constelaeste duro cimiento, como el ave con más de la fénix preparada para ción de la facilidad y brillante cuento, resurgir de sus legen- metamor- clepsial lecfosis, dra’, una el olvido darias cenizas. tor. Un como especie de se erige lector en ‘La confirmaal cual, en pimemoción, la lar de lo además, ria está construc-