Manejo de cultivos Extraído del Manual de organopónicos y su manejo integrado, desarrollado por la organización Plenitud Iniciativas Eco-educativas
E
l suelo es la base fundamental para el desarrollo de la planta en los sistemas organopónicos. Una de las funciones de la persona agricultora es reconocer las interacciones que ocurren entre las plantas y los micro-organismos del suelo para así poder ayudar en este proceso. El resultado será una cosecha abundante y con alto contenido de nutrientes. Las plantas utilizan hasta un 50% de la energía que reciben del sol para producir en sus raíces unos exudados compuestos de azúcares, carbohidratos y proteínas que alimentan a los hongos y a las bacterias beneficiosas que, a su vez, proveen a las plantas con los nutrimentos que ellas necesitan. Los hongos y bacterias atraen a sus depredadores nematodos y protozoarios, los cuales al consumir
42
su cuota, excretan nutrimentos alrededor de las raíces, alimentando la planta de esta forma. Todo este intercambio o reciclaje de nutrientes ocurre en el área alrededor de las raíces de las plantas llamada la rizosfera. Las funciones de los microorganismos beneficiosos en el suelo en lo que respecta a las plantas es incalculable. Algunas de ellas son el reciclaje de nutrientes, la provisión de estructura del suelo, el pH, la protección de enfermedades y plagas, la descomposición de toxinas y residuos de pesticidas y la inmovilización de nutrientes, lo que permite almacenarlos en su cuerpo y detener su lixiviación. (Se recomienda hacer una prueba biológica y química del suelo para CORRIENTE VERDE l AGOSTO 2016
determinar el pH, los nutrientes y la actividad biológica presente en el suelo. En el trópico, especialmente en las zonas montañosas, los suelos tienden a carecer de calcio, ser más compactados y ser anaeróbicos. También tienden a tener bajo pH y altos niveles de aluminio y manganeso solubles). Los fertilizantes ecológicos alimentan la cadena biológica del suelo para que esta continúe activa, manteniendo el suelo fértil y vivo. Algunos tipos principales de fertilizantes ecológicos que pueden ser producidos a nivel casero son la composta, la lombri-composta, los tés y extractos de composta, los cobertores o “mulch” con un contenido alto en carbono y los cobertores vivos, como las plantas cobertoras anuales y perennes fijadoras de nitrógeno, etc.