UN COCTEL DE VENENOS en tu comida diaria Por Vilma Calderón
¿Sabías que al consumir fresas ingieres también 36 pesticidas? ¿Conoces que las uvas, las peras y otras frutas contienen igualmente decenas de pesticidas que hacen daño a la salud? ¿Sabías que entre los vegetales, son las espinacas, el tomate y la lechuga los más contaminados con pesticidas? ¿Tienes conocimiento sobre los niveles elevados de glifosato (el pesticida más usado en el mundo) que se encuentran en los cereales como el “corn flakes“, la avena, el pan, las galletas y otros productos derivados del trigo, el maíz y la soya? Esta información pocas veces se le ofrece a las personas consumidoras, por lo que la mayoría de ellas va al supermercado desconociendo el daño de los productos que compra. Es casi como ir de compras con una venda en los ojos y luego consumir estos productos en un cuarto obscuro sin saber realmente qué hay en el plato de cada miembro de la familia. El contenido de pesticidas en los alimentos lo reporta el Departamento de Agricultura Federal, el cual analiza los residuos de sobre 400 plaguicidas en distintos alimentos. Su más reciente publicación es de febrero de este año y utiliza datos del 2016 (1). Los alimentos más contaminados son los siguientes, incluida la cantidad de pesticidas entre paréntesis: las fresas (36), las cerezas congeladas (24), las uvas (23), la espinaca (23), los tomates (22), las peras (20),
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las manzanas (16), la lechuga (14), los pepinos (12), las habichuelas tiernas (12) y las papas (9). Para reducir la exposición a los pesticidas, debemos preferir los alimentos orgánicos con el sello “USDA organic”, comprar las alternativas de mercados agroecológicos donde los agricultores se comprometen a producir sus cultivos sin pesticidas o comenzar a desarrollar el propio huerto casero. Los daños de los pesticidas son muchos y los mismos se resumen en el informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del 2017 (2). Este reporte señala que los plaguicidas son responsables de 200,000 muertes al año por intoxicación aguda. Pero el problema no es solo de muertes por intoxicación, particularmente en las personas agricultoras expuestas o en las que consumen productos con elevados residuos de pesticidas, sino que las consecuencias pueden ser también a largo plazo por enfermedades crónicas que producen miles de muertes, pero de forma lenta. Hilal Elver, especialista de la ONU y coautora del reporte, afirma que: “La exposición a plaguicidas se ha vinculado al cáncer, a la enfermedad de Alzheimer y a la enfermedad de Parkinson, a trastornos hormonales, a problemas de desarrollo y a esterilidad. Los plaguicidas también pueden tener numerosos efectos neurológicos, como pérdida de memoria o de coordinación o CORRIENTE VERDE l 2019
reducción de la capacidad visual o motriz. Otros posibles efectos son, por ejemplo, el asma, las alergias y