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Claudia Sheinbaum, Comandante Supremo de las FFAA
Tras dos siglos de historia independiente, una mujer se asumirá como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, pues en los comicios del 2 de junio de 2024, de las candidatas que contendieron por la presidencia, la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo fue la ganadora en una proporción de 2X1 de los sufragios emitidos, al obtener el 59.36% de los votos, mientras que su contrincante logró el 27.91%, de 58 millones de mexicanos que ejercieron su derecho al voto.
Desde el 1 de octubre de 2024, la candidata triunfadora de la Coalición Sigamos Haciendo Historia asumirá la presidencia, por lo que, por mandato de la leyes Orgánicas que rige a la Defensa Nacional y a la Marina, se convertirá en la Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Si bien por mandato constitucional es un hecho. Las Fuerzas Armadas, desde 1910 a la fecha han mostrado lealtad a las instituciones legalmente establecidas, sin importar el color político de quien triunfa en los comicios, una práctica que inició en la elección del 2000.
En consecuencia, a pesar de las innúmeras opiniones expresadas durante el proceso electoral relativo a si las Fuerzas Armadas aceptarían a una mujer como su comandante, a juzgar por los resultados electorales, no hay duda de que así será.
Sin duda, la atención deberá centrarse ahora en el cumplimiento de “las promesas y plataforma de campaña de la coalición política ganadora condensadas en el documento titulado 100 pasos para la transformación 2024-2030, las que se han convertido invariablemente en un compromiso nacional”, tal y como lo plantea el economista Julio A. Millán Bojalil, en su artículo intitulado: Obligaciones del voto democrático en México.
Las promesas son desde ahora una obligación responsable. ¿Qué esperar?, se pregunta. “Que se refrenden las libertades y el respeto a los derechos humanos, que no habrá un avasallamiento de los poderes públicos y los contrapesos institucionales, sino división de poderes y consensos; que las mayorías respeten y reconozcan a las minorías”.
Aboga por el respeto a la prensa libre, la crítica, el cúmulo de expresiones y manifestaciones sociales a través de distintos medios no controlados por el Estado.
A la nueva presidente de México le espera una tarea hercúlea para impulsar el desarrollo nacional, lo que solo será posible en un México unido.