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OBLIGACIONES DEL VOTO DEMOCRÁTICO EN MÉXICO OBLIGACIONES DEL VOTO DEMOCRÁTICO EN MÉXICO

Por: Julio A. Millán Bojalil, Economista y Empresario, Presidente del Consejo Editorial de la Revista Armas, Profesor del Colegio de Defensa Nacional, Expresidente de los Comités Bilaterales Empresariales con República Popular China, Japón, Corea del Sur, Hong Kong y Miembro de APEC.

Más de 58 millones de mexicanos ejercieron su derecho al voto. En esencia se trata de un triunfo para la democracia mexicana por el nivel de participación ciudadana que alcanzó el 61%. La expectativa y exigencia social eran mayúsculas. “La patria fue primero” y la cita con las urnas se cumplió. Si bien la Presidenta electa tuvo un amplio respaldo con más de 35 millones de votos, hay alrededor de un 40% de ciudadanos que eligió otras alternativas y esto lleva a etapas de reflexión y sin duda de acción. Es decir, México debe proseguir su marcha hacia delante, pero ahora toca cumplir a los elegidos y exigir a las minorías.

Divisi N De Poderes Y Consensos

Las promesas y plataforma de campaña de la coalición política ganadora, en este caso condensadas en el documento titulado 100 pasos para la transformación 2024-2030, se han convertido invariablemente en un compromiso nacional, son desde ahora una obligación responsable. ¿Qué esperar? En primer lugar, que se refrenden las libertades y el respeto a los derechos humanos, que no habrá un avasallamiento de los poderes públicos y los contrapesos institucionales, sino división de poderes y consensos; que las mayorías respeten y reconozcan a las minorías, que se garanticen la educación y la salud públicas, pero además a la prensa libre, la crítica, el cúmulo de expresiones y manifestaciones sociales a través de distintos medios no controlados por el Estado.

Es necesario que no tengan lugar la improvisación ni el sometimiento dentro del gabinete del poder Ejecutivo, el Legislativo o el poder Judicial, o se anule la independencia y razón de ser de los jueces y organismos: el respeto al Estado de Derecho es también justicia social, lo que abarca el respeto a la propiedad privada, al valor del mercado interno, la libre competencia y a los tratados internacionales.

Entre más obstáculos surjan para todo lo anterior, será más difícil lograr grandes metas de desarrollo y bienestar. Un alto nivel económico, sólido, productivo y distributivo, es parte sustancial de esos compromisos establecidos. México se sitúa entre las economías más grandes del mundo, lo cual conlleva un manejo cuidadoso de nuestras ventajas competitivas ante los riesgos financieros, internos y externos, y un contexto geopolítico inestable.

Interacci N Asertiva Con Eu Y Canad

Somos parte de Norteamérica, y esa condición geográfica nos impele no solo a sostener una imagen soberana y de apertura ante el mundo, sino que la interacción e interdependencia con nuestros socios principales (Estados Unidos y Canadá) sea asertiva y equilibrada, en lo económico y en cuestiones de cooperación transfronteriza (migración). Si ratificamos la fortaleza económica y la fuerza ciudadana, no necesitamos importar ideologías o esquemas de otras regiones, ya que nuestra realidad y situación es única y debemos aprovecharla al máximo.

Revalorar Alcances De Fuerzas Armadas

Aunado a esto, es imperativo revalorar y confirmar el lugar y los alcances que tendrán las Fuerzas Armadas, incluyendo a la Guardia Nacional, pues su institucionalidad y capacidad serán esenciales ante sus nuevos retos y exigencias de carácter civil, pero sobre todo en las cuestiones que atañen a la seguridad nacional. Se trata de contrarrestar las causas y el efecto del crimen organizado —su carácter estructural, los daños colaterales—, combatir la delincuencia e inhibir la violencia.

Es decir, bajo ninguna circunstancia puede ni debe prevalecer un temor colectivo, ni el miedo o la incertidumbre pueden extenderse más y volverse males crónicos dentro de la sociedad mexicana. La transición democrática y sus distintas etapas y circunstancias (aleccionadoras o adversas) no son ajenas al Ejército y la Marina, cuya pertinencia ha impulsado en los años recientes una amplia discusión sobre su cometido y naturaleza. Sería sano para la estabilidad de la República ratificar por consenso los resultados verdaderamente positivos.

VOTO, LLAMADO URGENTE A LA PAZ

El voto fue un llamado urgente a la paz, es la forma idónea de dirimir conflictos. Los niveles de inseguridad y corrupción han alterado severamente, de forma negativa, la percepción sobre el desempeño de sus autoridades. Sin duda, la anulación de la confianza destruye cualquier posibilidad de convivencia y concordia. El Estado no debe abjurar de su finalidad como ámbito de derechos y libertades ni de su facultad de ostentar el monopolio legítimo de la fuerza.

En el mensaje de las urnas hay líneas de conflicto preocupantes que cada uno de los actores y poderes constitucionales debe analizar y contribuir a su control y solución, de no ser así los riesgos que atentan contra la estabilidad de la democracia misma se incrementan a la vez que se merma la capacidad de identificarlos y atenderlos de manera integral.

Aprendizajes En Lo C Vico

¿En qué condiciones se cumplirán los compromisos del nuevo gobierno? ¿Cuál es la respuesta inicial a la ciudadanía o la señal de arranque de este nuevo tramo de nuestra historia? ¿Cuál es el mayor desafío en la relación de los tres poderes federales?, ¿o los retos inmediatos para el sistema judicial y sus jueces?

Cada elección política arroja una serie de aprendizajes que no deben soslayarse en el terreno de lo cívico, pero sobre todo muestra dos aspectos: el avance en términos de cultura democrática, la que se cimenta a partir del hábito y de la posibilidad de elegir. Y las omisiones, errores y pendientes de diversos órdenes, legales, políticos o económicos —y ahora de seguridad—, que deben corregirse de manera urgente.

La celebración de la sociedad civil eligió ni más ni menos que a la primera Presidenta Mexicana y por supuesto redunda en un mandato, es un ordenamiento que tiene efectivamente una serie de compromisos, pero también garantías constitucionales y una de ellas es también el papel de las Fuerzas Armadas.

Debemos ver a la jornada cívica del 2 de junio más allá de la coyuntura y apostar por el consenso y la civilidad en la tarea de apuntalar la idea o el proyecto de nación, asegurar nuestras instituciones democráticas y velar por el desarrollo social y la productividad, pero se trata sobre todo de establecer gobernabilidad.

Es momento de impulsar nuevos acuerdos, de intentar una vez más erradicar males persistentes y rezagos como la desigualdad, la corrupción, el encono, resentimiento o la incertidumbre, dar prioridad a la seguridad nacional con todo lo que ello implica para los distintos niveles de gobierno.

Estamos seguros que la Presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, que será Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, ofrecerá su mano de concordia, de unidad, para que “TODOS LOS MEXICANOS” participemos en el gran reto que México tiene, continuar con SU PROSPERIDAD Y ALCANZAR LA GRANDEZA

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