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VADIS

PRESIDENTA SHEINBAUM?

¿QUO VADIS PRESIDENTA SHEINBAUM? ¿QUO

Por: Julio A. Millán Bojalil, Economista y Empresario, Presidente del Consejo Editorial de la Revista Armas, Profesor del Colegio de Defensa Nacional, Expresidente de los Comités Bilaterales Empresariales con República Popular China, Japón, Corea del Sur, Hong Kong y Miembro de APEC.

In memoriam Alfonso Pandal Graf

Ante los claroscuros de la realidad nacional, y en el comienzo de un nuevo ciclo político de México, aún está latente el beneficio de la duda para el nuevo gobierno federal respecto a cómo conducir y administrar el país. Incluye emprender ajustes de gran calado, atender omisiones o rezagos y, sobre todo, tomar decisiones trascendentes, lo cual no excluye necesariamente el funcionamiento y la misión fundamental de las Fuerzas Armadas, pero habría que sumar, claro está, las adversidades que se avizoran en el ámbito internacional, particularmente en la región a la que pertenecemos: Norteamérica.

Insoslayable Desarrollo Integral

Una expectativa sobre el quehacer gubernamental, aunque sea de corta duración, representa una gran oportunidad, sobre todo si resulta evidente —por hechos y circunstancias plenamente objetivas— que no todo el entramado jerárquico y operativo del gobierno en turno debería permanecer con la misma inercia del pasado inmediato. La coyuntura política del día a día o los dilemas sobre la inseguridad pública, por un lado, y los ineludibles desafíos geopolíticos y macro y microeconómicos, por otro, constituyen en sí mismos las directrices a partir de las cuales se puede diseñar un plan de ruta que no soslaye ni el desarrollo integral del país ni la pervivencia republicana de sus instituciones rectoras.

A La Espera De Soluci N A Problemas Nacionales

Persisten aún las probabilidades de estabilidad y un crecimiento sostenido, pero todos los sectores de la sociedad estamos a la espera de acciones ante los grandes problemas nacionales, después de todo siguen presentes una serie de emergencias y cuestionamientos que exigen respuestas, visionarias o responsables, sobre todo ahora que las elecciones presidenciales en Estados Unidos confirmaron un cambio de paradigma sobre los valores democráticos de convivencia.

Por ejemplo, ¿qué haremos con nuestra política exterior?, ¿qué tipo de señales y caminos habrá dentro o fuera del país de los sectores productivos y los poderes institucionales que concentran recursos y decisiones?, ¿cómo serán el trato y la coordinación con nuestros vecinos y socios comerciales?

Más aún, ¿cómo habremos de abatir la desconfianza hacia lo público sin marcos jurídicos claros que garanticen certeza para ciudadanos, inversionistas o turistas?, ¿podremos atajar la delincuencia galopante, aunado a sus costos adicionales que actualmente pagamos todos los mexicanos?, ¿seremos capaces de canalizar en paz las manifestaciones de inconformidad social atizadas por la falta de conciliación?

A propósito, vienen a cuento los cuestionamientos de Bárbara Tuchman, historiadora, periodista y escritora estadounidense, quien escribió en su célebre libro La marcha de la locura: La sinrazón desde Troya hasta Vietnam, que “un fenómeno que puede notarse por toda la historia, en cualquier lugar o período, es el de unos gobiernos que siguen una política contraria a sus propios intereses (...) ¿Por qué quienes ocupan altos puestos actúan, tan a menudo, en contra de los dictados de la razón y del autointerés ilustrado? ¿Por qué tan a menudo parece no funcionar el proceso mental inteligente?”

COMICIOS, EXIGENCIA PÚBLICA SIN SESGOS

En la pasada elección federal de México, la coalición política ganadora obtuvo un alto porcentaje, el 59.75%, de una jornada cívica donde votaron poco más de 60 millones de electores, es decir, esa alternativa alcanzó una cifra cercana a los 36 millones, pero al mismo tiempo esto significó que poco más de 24 millones de ese universo optaron por otras figuras. Esto es, que el voto y la representación, aún mayoritarios, no significan un cheque en blanco para las autoridades, sino una exigencia pública sin sesgos ni condicionada a una lealtad subjetiva y excluyente, sino a la ley.

Otros grandes desafíos para quienes gobiernan hoy son establecer mecanismos consensuados que reviertan la polarización social y neutralicen el deterioro de instituciones democráticas, el erradicar los poderes fácticos o ilegales, controlar la deuda pública y seguir impulsando iniciativas de la sociedad civil, además de la cultura de vigilar e indagar sobre el uso adecuado de recursos públicos. No podría quedar fuera la oportunidad de evaluar el impacto real del aumento de tareas asignadas a las Fuerzas Armadas (proponer mejoras e incluso su profesionalización con criterios civiles).

Construcci N Del Liderazgo En Cambios Civilizatorios

Se pueden sumar otros escenarios, igualmente graves o inminentes, pero hay una condición que se convierte en el mayor reto de todos para el poder Ejecutivo federal, ya que la toma de decisiones políticas de cualquier gobierno depende invariablemente de esta cualidad esencial: el liderazgo.

Pero un liderazgo se construye. No surge espontáneamente, ni se hereda, tampoco se impone. Se deben crear las condiciones propicias para ser un líder y aprovechar racionalmente el capital político existente.

En lo que va del primer cuarto del siglo, tanto en el ámbito nacional como internacional, hay circunstancias y hechos que han cambiado radicalmente nuestras ideas y percepciones sobre lo que debemos y podemos ser como sociedades e individuos. México no está exento de ninguna manera de estos cambios civilizatorios y en nuestro futuro inmediato se vislumbran necesidades acumuladas (olvidos, omisiones, problemáticas inéditas) que demandarán mejor organización y orden, firmeza y amplitud de criterio, y ante ello, ¿qué tipo de liderazgo toca elegir y establecer?, ¿quiénes dictarán las jerarquías o prioridades en el debate público?, ¿qué o cómo se definirán las alternativas de cambio a corto y mediano plazos?

SIN ALTERNATIVAS REALES, Sí CERCENAN RAÍCES

De nuevo: no olvidemos que las adversidades no cancelan oportunidades ni futuros. Más no habrá alternativas reales si se cercenan todas las raíces. No crece nada en campo yermo, por ello el entramado de órdenes y autoridad debe atender, sí, el bien común, pero con sentido idéntico.

Recordemos la célebre historia de El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, donde un rey solitario reflexiona: “Hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer (…). La autoridad reposa, en primer término, sobre la razón. Si ordenas a tu pueblo que vaya a arrojarse al mar, hará una revolución”

Sin

ÓRDENES RAZONABLES, ¿SE PUEDE EXIGIR OBEDIENCIA?

Los retos están aquí, los ciudadanos no hemos perdido totalmente la confianza en las instituciones, y las Fuerzas Armadas son una muestra, pero ¿cuánto más debemos esperar?, ¿qué procede si nos quedamos sin márgenes de acción o corrección? o bien, ¿de dónde partir?, ¿a quién seguir?, ¿hacia dónde vamos?

UN LIDERAZGO SÓLIDO Y PATRÍOTICO, CON APOYOS VERDADEROS DE INTELIGENCIA Y PRUDENCIA, SERÁN FUNDAMENTALES PARA SUPERAR LOS OBSTÁCULOS QUE YA ESTÁN PRESENTES EN LA PANORÁMICA DE SEGURIDAD Y CRECIMIENTO DEL PAÍS.

LA PRESIDENTA DE TODOS LOS MEXICANOS CLAUDIA SHEINBAUM, SEGURO DARÁ LAS SEÑALES CLARAS: ¿Quo Vadis?

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