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LA PACIFICACIÓN DE MÉXICO LA PACIFICACIÓN DE MÉXICO

Por: Leonardo Curzio. Investigador titular del Centro de Investigaciones sobre

América del Norte (CISAN) de la UNAM, académico y periodista. Ha dado cátedra en el Centro de Estudios Navales y el Colegio de la Defensa Nacional Medalla al Mérito Militar Docente - Medalla al Mérito Naval Docente.

Hay cosas que pueden resultar obvias. Una de ellas es la prioridad de pacificar el país. Más allá de la formulación del postulado, vale la pena argumentar las razones de esta obviedad y posteriormente analizar los elementos más sobresalientes de la estrategia para conseguir el objetivo y la factibilidad de tener éxito relativo.

Hay múltiples indicadores sobre la violencia, pero por su impacto en la opinión pública el homicidio se ha convertido en el más importante y un referente en la conversación pública. Los noticieros de radio y televisión cotidianamente informan sobre el número de homicidios que reportan las autoridades y su distribución geográfica. En términos agregados no hay manera de ocultar la tendencia alcista que el indicador registra.

Si en el sexenio de Vicente Fox se contabilizaron 60 mil homicidios, en el de Felipe Calderón el número se duplicó. De los 120 mil con los que cerró el gobierno del michoacano, el de Peña Nieto terminó sumando 28 mil, llegando a contabilizar poco más de 150 mil homicidios al finalizar su encargo en 2018. Lo que parecía poco probable que empeorara, empeoró. Durante el gobierno anterior, la cifra creció 50 mil homicidios más, llegando así al extremo de rozar los 200 mil en el período de AMLO.

Se pueden buscar argumentaciones estadísticas para disminuir la gravedad del problema, pero no hay duda que a lo largo del siglo la violencia homicida tiene un patrón de ascenso. Cambiar esta situación es para el gobierno de Sheinbaum la prioridad.

Encuestas Y Sentir De La Gente

El segundo elemento tiene que ver con las encuestas y el sentir de la gente. El número crudo de homicidios es elocuente, pero cuando se estudian las encuestas más recientes, que reflejan un amplísimo respaldo popular, se encuentra que los temas de inseguridad y violencia ocupan un lugar protagónico en las preocupaciones.

Consideremos la encuesta de noviembre de 2024 de Alejandro Moreno, publicada en El Financiero. Claudia Sheinbaum tiene una aprobación del 70%, o sea que más de 2/3 del cuerpo social avalan su gestión. En la parte más alta de la aprobación están los apoyos sociales, que tienen un nivel idéntico al de la aprobación gubernamental.

Los números cambian conforme los investigadores preguntan sobre otros temas y el apabullante 70% pierde 42 puntos cuando la gente valora la seguridad pública. Allí la presidenta no consigue ni siquiera 1/3 del apoyo de la población.

Hay una inversión en los números que se convierte en alarmante cuando revisamos la valoración al combate al crimen organizado. El apoyo es del 16% y la desaprobación crece hasta el 75%.

Relaci N Con Eu

Si el número de homicidios y las encuestas sugieren prioridad, hay un tercer elemento y es la relación con Estados Unidos. En nuestro principal socio comercial se ha hecho un trabajo de zapa en el prestigio de México al culpabilizarlo de la epidemia de fentanilo que mata a tantas personas. Un recurso usual de los políticos populistas es buscar chivos expiatorios. La culpa nunca es de ellos, siempre es de los demás. Pero el tema del tráfico de sustancias ilícitas está directamente vinculado a la violencia que México registra, pues la esencia del fenómeno homicida estriba en la disputa de las organizaciones criminales por controlar esos jugosos mercados.

En pocos años México se ha ganado la fama de un país violento y peligroso, como en otra época lo era Colombia. Eso no solo fomenta la narrativa antimexicana, que tanta rentabilidad política le ha dado a Trump, sino que erosiona la imagen de México en sectores como el turístico, que también es muy relevante para la economía del país.

CRUCIAL, CERRAR INESTABILIDAD INSTITUCIONAL

La presidenta ha puesto ya las cartas sobre la mesa y es deseable que tenga éxito. El primer elemento de su estrategia es consolidar la Guardia Nacional. Este paso es la articulación y fortalecimiento de un brazo policíaco federal, con un número de efectivos suficiente para establecer una diferencia en zonas con violencia endémica y capacidad de disuasión en otras para evitar que esta se prolifere.

Ha quedado ya resuelta la disputa constitucional sobre el mando. La Defensa lo tendrá y con ello la responsabilidad de hacer crecer de forma saludable al cuerpo y dotarlo de capacidades de investigación. Para México es crucial cerrar la inestabilidad institucional. La Guardia Nacional debe ser un proyecto del Estado mexicano y se debe asegurar su continuidad.

Reformar El 21 Constitucional Que

Ampli Facultades De La Sspc

El tercer elemento es la modificación del 21 constitucional para dar facultades ampliadas a la Secretaría de Seguridad. Ahora le toca coordinar la estrategia y es auspicioso que al frente de la misma ya no esté un político, sino un profesional de la tarea policíaca que además mostró su competencia en la gestión de la agenda en la Ciudad de México.

La nueva Secretaría además de tener este nuevo encuadre constitucional, cuenta con el mandato de desarrollar un sistema de inteligencia que, al igual que ocurrió en la Ciudad de México, es muy probable que se combine con la agencia digital que tiene una enorme capacidad de reunir información y trabajar con big data.

Fortalecer Al Secretariado Del Snsp

El cuarto elemento tiene que ver con el fortalecimiento del secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, a fin de garantizar una coordinación eficaz con las entidades federativas, a través de un sistema de evaluación para el desarrollo de los tres eslabones que se contemplan en las instituciones de seguridad: policías, fiscalías y sistemas penitenciarios. Con estos elementos y un diagnóstico regional apropiado se puede avanzar en reducir delitos de alto impacto.

Datos del INEGI indican que el sistema no mejora tendencialmente. El 60% de los ciudadanos que ha tenido contacto con autoridades de seguridad, ha detectado problemas de corrupción. Es el dato más elevado desde 2013.

CULTURA DE LA PAZ Y LEGALIDAD, PENDIENTES

El planteamiento me parece completo en la parte operativa, aunque hay dos pendientes: 1) el desarrollo de una cultura de la paz y la legalidad, que en muchas zonas del país está severamente erosionada por los altos índices de impunidad y desconfianza en las instituciones; y 2) las relaciones con Estados Unidos.

Es indispensable encontrar un mecanismo que (respetando la soberanía) permita un trabajo conjunto eficaz y basado en la corresponsabilidad. Estados Unidos debe reducir la capacidad atractiva de su demanda y México erosionar las capacidades de los grupos criminales. El uno sin el otro no pueden avanzar de forma equilibrada.

Pacificar el país pasa por reducir el tamaño de la economía criminal y los cuantiosos beneficios que obtiene y reducir los alarmantes niveles de impunidad. No hay esfuerzo, ni despliegue que sirvan si los criminales no son procesados y sometidos a un régimen carcelario severo que impida la puerta giratoria o que teledirijan sus sangrientos negocios desde prisiones.

La presidenta Sheinbaum tiene todos los incentivos para ofrecer resultados. En una primera fase (1 año), operar un cambio de tendencia en incidencia y percepción y hacia finales del sexenio una erosión importante de las bases que nutren el comportamiento criminal y la violencia.

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