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Enfermeras Militares Marcaron la Ruta del Ascenso a Grados
Entre sonrisas y abrazos, se reunieron 32 integrantes de la Antigüedad 1976-1979 de la Escuela Militar de Enfermería, no sentían el frío de la mañana, el gozo era intenso.
Se reencontraban con compañeras de aula, con quienes compartieron la aventura de ser las primeras mujeres en el Ejército Mexicano y la tercera generación en ascender al grado de coronel.
Tercera generación de coroneles
Cuando el reloj marcó las 8:00 de la mañana, colegas hermanadas por la profesión fueron llamadas por el toque de atención, momento en el que vino a sus mentes el primer día como cadetes, en el que conocieron a sus compañeras de entre 15 y 21 años, ataviadas con peinados altos, faldas con vuelo y ansiedad por la aventura.
Las hoy radiantes veteranas ocuparon su lugar frente al dispositivo de cadetes.
Saludaron con gallardía a la Bandera nacional, que ondeaba magníficente, como si celebrara el retorno a casa de las enfermeras.
La General de Brigada Cirujano Dentista Irene Espinoza Reyes, inspiró profundo e inició con el Pase de lista de quien ya no está con nosotros:
¡Capitán 1/o. Enfermera Rosa María Contreras García!… exclamó con firmeza.
¡Presente!... respondieron con añoranza sus compañeras.
Con un grácil caminar, la General Brigadier Enfermera Laura Elena Correa Guerrero ocupó su lugar en el podio. Recordó a sus compañeras la satisfacción de pertenecer a la tercera generación de mujeres militares en ascender a coroneles y posteriormente a generales:
“En el transcurso de 45 años fuimos especializándonos, realizamos estudios a nivel superior, ascendimos y ocupamos diferentes puestos y cargos en el Ejército Mexicano. Somos de las primeras generaciones beneficiadas y privilegiadas con la apertura del escalafón hasta coroneles y años más tarde a generales.
Somos de las primeras generaciones, beneficiadas y privilegiadas con la apertura del escalafón hasta coroneles y de haber tenido la gran oportunidad de llegar a ser generales enfermeras.
General Brigadier Enfermera Laura Elena Correa Guerrero, integrante de la antigüedad 1976-1979 de la Escuela Militar de Enfermería.
“Venir a nuestra alma mater y ser testigos de cambios físicos, tecnológicos y del proceso de enseñanza y aprendizaje, nos hace sentirnos muy orgullosas de haber estado en estas aulas.
“Ahora no nos queda más que agradecer a Dios, a nuestras familias y a nuestro glorioso Ejército Mexicano, porque nos formaron como buenas enfermeras y excelentes militares”.
Palabras que sus compañeras de generación respaldaron con un vigoroso aplauso y la entrega de un obsequio generacional a su alma matter.
La coronel enfermera Rocío Gómez Morales, directora de la Escuela Militar de Enfermeras, instó al personal de enfermería a pronunciar el exhorto:
¡Escuela Militar de Enfermería!... voceó a todo pulmón.
¡Conocimiento, humanismo disciplina!... respondió con gallardía el personal.
Cuando la última silaba del exhorto se extinguió en el aire, el dispositivo de cadetes comenzó su marcha al frente de la explanada. Inciaba así un desfile en honor a sus predecesoras.
Enfermeras retiradas reviven su primer día como cadetes
Concluida la ceremonia, las integrantes de la Antigüedad 1976-1979 compartieron los alimentos entre risas y muestras de afecto. Revivieron los días de su estancia en el plantel mediante un recorrido por el Museo de Enfermería, donde compartieron con sus familias la mística de la enfermería, valores, exponentes, además de encontrarse a sí mismas en algunas imágenes de la colección fotográfica del lugar.
En los dormitorios admiraron los nuevos lockers de las cadetes, que aportan comodidad. En los laboratorios conocieron la nueva tecnología empleada en los laboratorios de prácticas, de los que dijeron no existían en su época, pero que sin duda serán la diferencia en el entendimiento del cuerpo humano.
Aportan al desarrollo de enfermería extranjera
La enfermería militar mexicana, además de ser una de las primeras carreras que abrió la puerta al desarrollo intelectual de la mujer en nuestro país, es una carrera que desde sus inicios permitió el intercambio cultural con ejércitos de países hermanos. La antigüedad 1976-1979 contó con la presencia de estudiantes extranjeras.
“Estudiaba derecho en mi país, cuando me comentaron que había becas para estudiar en México la carrera de enfermería militar. Hice mi examen, lo gané y aquí estoy, 45 años después como coronel, rodeada de mi generación”, comentó en entrevista, con enorme sonrisa la Coronel de Sanidad Militar
D.E.M. Ana del Carmen Sánchez Ruiz de Gramago del Ejército de Guatemala.
La enfermera guatemalteca compartió que es difícil llegar a un país desconocido a estudiar una carrera. Sin embargo, en México la calidez de su gente alegra el proceso.
“Al principio uno se siente sola, pero al poco tiempo me sentí acogida, mis compañeras fueron gentiles. Hasta me invitaban a dormir a sus casas. Muchas de ellas tenían familias de ocho hermanos y, aun así, yo era tratada como una hija más.
Había mucho cariño entre nosotras, competíamos en lo académico, pero aun así me sentía querida e incluida, por eso las quiero tanto a todas ellas”.
Al término de su carrera, la becaria de Guatemala retornó a su patria para continuar su carrera militar. Ahí participó en la creación de la Comisión de Género en el Ejército de Guatemala, con la que mejoró la integración de la mujer en las filas castrenses.
Gracias a los conocimientos adquiridos en la Escuela Militar de Enfermeras, la coronel Ruiz de Gramago apoyó a sus connacionales en diversos escenarios de desastres naturales y hasta en un enfrentamiento armado interno de su país.
“Amo mi carrera y lo que aprendí aquí, lo aproveché muy bien”, dijo orgullosa.
Estudiar para sobresalir
La General Brigadier Enfermera Laura Elena Correa Guerrero, portavoz de la generación en el evento, relató que a su egreso la presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas era escasa, pero agradable. Comentó que los compañeros eran respetuosos con ellas, lo que facilitó su desempeño y contribuyó a su inclusión en la competencia de ascensos.
“En el Ejército éramos pocas mujeres, solo había personal femenino de doctoras, odontólogas y enfermería, afortunadamente fuimos la Tercera Generación a la que se le permitió ascender a coroneles y años más tarde a generales”.
La General Brigadier Correa Guerrero, prestó su servicio en diferentes hospitales militares, como instructora en su querida escuela y como jefa de quirófano de cirugía toráxica y urgencias en el Hospital Central Militar, así como jefa de enfermeras en el Hospital Militar de Especialidades de la Mujer.
“Darse de alta como enfermera militar requiere vocación, ganas de atender a la gente, ser buena persona, empática, atenta y simpática, pero sobre todo se necesita
“En 45 años nos especializámos, realizamos estudios a nivel superior, ascendiendo y ocupando diferentes puestos y cargos ” estudiar toda la vida, porque la medicina evoluciona a cada momento. Si desean sobresalir en esta carrera, deben estudiar, estudiar, estudiar…”.
“Estudiaba derecho en mi país, cuando me comentaron que había becas para estudiar en México la carrera de enfermería militar. Hice mi examen, lo gané y aquí estoy, 45 años después como coronel, rodeada de mi generación”. Coronel de Sanidad Militar D.E.M. Ana del Carmen Sánchez Ruiz de Gramago del Ejército de Guatemala.
“En el ejército éramos pocas mujeres, solo había personal femenino como doctoras, odontólogas y enfermería, afortunadamente fuimos la Tercera Generación a la que se le permitió ascender a coroneles y años más tarde a generales”.
General Brigadier Enfermera Laura Elena Correa Guerrero.