Revista Aula y Ambiente. Volumen 11 - Número 21

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AULA Y AMBIENTE

REVISTA AMBIENTAL Volumen 11 – Número 21 Enero - Junio 2017 ISSN: 1317-7478 Depósito Legal: pp200102CS1093



AULA Y AMBIENTE

REVISTA AMBIENTAL Volumen 11 – Número 21 Enero - Junio 2017 ISSN: 1317-7478 Depósito Legal: pp200102CS1093

AULA Y AMBIENTE - Volumen 12 - Número 21 Enero - Junio Año 2017



UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR AUTORIDADES Raúl López │ Rector Doris Pérez │ Vicerrectora de Docencia Moraima Estéves │ Vicerrectora de Investigación y Postgrado María Centeno │ Vicerrectora de Extensión Nilva Moreno │ Secretaria

INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS AUTORIDADES

Alix Agudelo │ Directora-Decano Judith Rangel │ Subdirectora de Docencia Zulay Pérez │ Subdirectora de Investigación y Postgrado Humberto González │ Subdirector de Extensión Juan Acosta │ Secretario

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA TIERRA Orlando González │ Jefe del Departamento

CENTRO DE INVESTIGACIÓN “ESTUDIOS DEL MEDIO FÍSICO VENEZOLANO” Arismar Marcano │ Coordinador

CUERPO DE ASESORES ACADÉMICOS Rosa Reyes (USB) Manuel Martínez (UCV) Franco Urbani (UCV) Yolanda Barrientos (UPEL-IPC) Sergio Foghin (UPEL-IPC) Maximiliano Bezada (UPEL-IPC)

AULA Y AMBIENTE COMITÉ EDITORIAL

Maryorie Sánchez (UPEL)│Director-Editor Arismar Marcano (UPEL) Franklin Nuñez (UPEL) Kar Hernández (UPEL) Orlando González (UPEL) Zuleika González (UPEL)

CUERPO DE EVALUADORES Rita Jaimes (UPEL-IPC) ritamje@gmail.com Dalia Diez (UPEL-IPC) daliadiezescribano@gmail.com Iris Godoy (UPEL-IPSM) tibisaygodoy@gmail.com Williams Méndez (Univ. Tec. Manabí-Ecuador) williamsmendez@gmail.com Juan Carrera (IVIC) juan.jmcr14@gmail.com Katy Montiel (LUZ) delvallemontiel@hotmail.com María Febres (UCV) mafo.febres@gmail.com Víctor Reyes (UPEL-IMPM) vmreyes2006@gmail.com Sergio Foghin (UPEL-IPC) sfoghin@hotmail.com Sara Lara (UPEL-IPC) saralaradegonzalez@gmail.com Carolina León (UPEL-IPC) lcarolina.ipc@gmail.com Ángela Medina (UPEL-IPSM) angela_medina2002@hotmail.com Hildebrando Zabala (UPEL-IPC) brando.52@hotmail.com



AULA Y AMBIENTE REVISTA AMBIENTAL Volumen 11 – Número 21 Enero - Junio 2017 ISSN: 1317-7478

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS SUBDIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

CENTRO DE INVESTIGACIÓN “ESTUDIOS DEL MEDIO FÍSICO VENEZOLANO”


AULA Y AMBIENTE

Revista Ambiental Revista arbitrada por sistema doble ciego ISSN: 1317-7478 Depósito Legal: pp200102CS1093 Diseño del logotipo de Aula y Ambiente: Marlene Arteaga Portada: Prof. Sergio Foghin Pillín, al fondo El cerro Santa Ana, Edo. Falcón Foto: Maximiliano Bezada Diagramación: Jhonattan Bello Joseph Hernández Fondo Editorial Mariano Picón Salas del IPC Dr. Bernardo Bethencourt - Jefe Editorial MSc. Jesús Lovera- Coordinador Editorial Impresión: Imprenta “Gerardo A. Toro” UPEL-IPC Impreso en Venezuela / Printed in Venezuela Dirección postal: Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Departamento de Ciencias de la Tierra, Sector “El Pueblo”, Avenida Páez, Urb. El Paraíso, Caracas 1020. Venezuela Teléfonos: (00-58-212) 6396351 Página Web: www.upel.edu.ve aulayambiente@ipc.upel.edu.ve

La Revista AULA Y AMBIENTE no se responsabiliza por las ideas, opiniones y afirmaciones emitidas por los autores 8

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REVISTA AULA Y AMBIENTE

OBJETIVOS Y CARACTERÍSTICAS AULA Y AMBIENTE es una revista de periodicidad semestral (Enero-Junio / Julio-Diciembre), arbitrada (sistema doble ciego), órgano divulgativo del Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano” CIEMEFIVE adscrito al Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas IPC, y cuenta con el patrocinio del Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador UPEL. La revista también aparece en forma de ediciones especiales tipo monográficos. El nombre de la revista, AULA Y AMBIENTE, hace referencia a la Naturaleza como Maestra; al ambiente como el escenario más apropiado para la adquisición de los conocimientos necesarios con el fin de garantizar la preservación del equilibrio natural y, por tanto, de la pervivencia armónica de todas las formas de vida. AULA Y AMBIENTE, publica artículos originales e inéditos sobre temas ambientales en general, con el fin de poner al alcance de los lectores no especializados y en particular de los estudiantes y docentes en servicio, información actualizada acerca del estado de los conocimientos relacionados con los diferentes componentes del ambiente, su investigación y enseñanza. Previa autorización de los autores o de los editores, AULA Y AMBIENTE, podrá reproducir también trabajos ya publicados, los cuales por alguna razón hayan tenido difusión limitada; en estos casos, el Director-Editor especificará esta circunstancia. La estructura de la Revista AULA Y AMBIENTE consta de las siguientes secciones las cuales se especifican mejor en las instrucciones para los autores: • • • • •

El Aula del Director Artículos Apuntes Semblanzas Reseñas

En las últimas páginas de cada número de la revista se encontrará la Currícula de los Autores. AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

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AULA Y AMBIENTE REVISTA AMBIENTAL Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017 ISSN 1317-7478 Contenido EL AULA DEL DIRECTOR Mirando hacia el futuro........................................................................................................ MARYORIE SÁNCHEZ

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ARTÍCULOS

La Revista Aula y Ambiente, período 2001-2005. Breve crónica y algunas reflexiones…………………………………………………….....................................…….. SERGIO FOGHIN-PILLIN

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Propuesta de Plan de Gestión Integral de Riesgos de Desastres en la provincia de Manabí, Ecuador….................................................................................................................... HENRY ANTONIO PACHECO GIL

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La Innovación Pedagógica de la explicación de la realidad ambiental y geográfica desde la geografía escolar……………………………………............................................... JOSÉ ARMANDO SANTIAGO RIVERA Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Instituto Pedagógico de Caracas…………………………………............................................................................... ARISMAR MARCANO MONTILLA Y LOAN JOSÉ LANDAETA

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APUNTES La Astronomía en los Grupos Estables……………………………………..........................

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FREDDY OROPEZA

SEMBLANZA Sergio Foghin-Pillin: El amigo, el ahijado, el padrino, el compadre, el colega… el geógrafo………………………............................................................................................. MAXIMILIANO BEZADA

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RESEÑA Jornada “Los nuevos retos del agua en América Latina: el rol de CAF y la gestión del conocimiento”……………………………………………….................................................... LOAN JOSE LANDAETA

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NORMAS PARA AUTORES……………………………………………...........................

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CURRICULA DE LOS AUTORES…………………………......................……………….

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EL AULA DEL DIRECTOR

Mirando hacia el futuro Maryorie Sánchez

Aula y Ambiente, órgano divulgativo del Centro de Investigación Estudio del Medio Físico Venezolano (CIEMEFIVE) adscrita al Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas, reaparece luego de una interrupción no prevista por quienes vivieron la pasión de hacer posible su edición hasta el volumen 10 N° 20 Julio-Diciembre del año 2010. Con el volumen 11 Número 21 Enero-Junio año 2017 la revista nuevamente se hace presente entre sus lectores, con una Nueva Etapa ahora en formato digital cuyos esfuerzos a corto plazo estarán dirigidos a alcanzar los estándares que se requieren para su indización. El propósito final de este nuevo impulso es consolidar la revista como instrumento de difusión del estado del arte concerniente al ambiente. Desde esta perspectiva la revista sigue en su empeño de satisfacer las expectativas de los lectores en cuanto a tendencias, actualización del conocimiento, investigación educativa y experiencias docentes en su aplicación a la enseñanza. Cabe destacar que éste número representa la continuidad de la Revista Aula y Ambiente en formato impreso y mantendrá el sistema de numeración que la ha identificado así como las secciones que desde sus inicios hacen distinguir su estructura, con una estética propia de una publicación moderna.

El trabajo editorial que se ha realizado desde que los profesores Sergio Foghin (Primer Director-Editor 2001-2005) y Maximiliano Bezada (Para entonces Vicerrector de Investigación y Postgrado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador UPEL) dieron vida al proyecto, que juntos en sus andanzas soñaron, contó con la aceptación de muchos, la admiración y el orgullo de otros que vieron a través de Aula y Ambiente representado al Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas, y por supuesto el apoyo de amigos y colegas como Ana teresa Iztúriz, Yolanda Barrientos, Carlos Suárez y Williams Méndez que con mística, profesionalismo y amor dedicaron tiempo para mantener al día la revista que “…hace referencia a la Naturaleza como Maestra; al ambiente como el escenario más apropiado para la adquisición de los conocimientos...” A propósito de esta nueva etapa, el primer artículo que compone este número y cuyo título es “La Revista Aula y Ambiente, Período 20012005. Breve Crónica y Algunas Reflexiones” permitió el reencuentro del Profesor Sergio Foghin, autor del referido artículo, con el trabajo editorial realizado en los primeros años de vida de esta publicación. El investigador dirige su escrito hacia una reflexión en cuanto al proceso de creación de la revista y su evolución, así como sobre los aspectos planteados en algunos artículos de gran importancia cuyas bases

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guardan relación con ciertos problemas que afectan al Territorio venezolano. El autor también hace énfasis en la importancia que revisten las publicaciones periódicas y en especial la que nos ocupa, por cuanto ésta pone al alcance de nuestros lectores no especializados y en particular docentes y estudiantes investigaciones de punta que abordan el ambiente bajo la óptica de lo especializado y lo pedagógico. Por último, dirige una especial invitación al Comité Editorial ¡a ser mejores! en virtud de las bondades que en la actualidad ofrece las herramientas tecnológicas y el aprendizaje que supone conocer el camino que anduvieron sus primeros editores, descrito en este número. Seguidamente, Henry Pacheco en la investigación intitulada “El Plan de Gestión Integral de Riesgos de Desastres en la Provincia de Manabí, Ecuador” comparte una propuesta para el Plan de Gestión de Riesgos de Desastres en la Provincia de Manabí a partir de la adaptación de una metodología presentada por el Ministerio del Ambiente de Ecuador MAE, (2014) para incorporar el cambio climático en la gestión local. Una tercera contribución la hacen Arismar Marcano y Loan Landaeta, ellos en “Algunas consideraciones sobre las Tendencias Investigativas en Meteorología y Climatología en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Instituto Pedagógico de Caracas” realizaron una revisión exhaustiva de diversas fuentes para establecer una recopilación o catálogo de las principales tendencias investigativas de los docentes, estudiantes e investigadores de los programas de pregrado en Ciencias de la Tierra y Postgrado en la Maestría de Geografía Mención: Geografía Física, en las áreas de Climatología y Meteorología, considerando además los artículos publicados en nuestra revista 14

Cierra la sección de Artículos, José Armando Santiago con su investigación sobre “La Innovación Pedagógica de la Explicación de la Realidad Ambiental y Geográfica desde la Geografía Escolar” a través del cual el autor se propone, explicar la necesidad de la innovación pedagógica en la explicación de la realidad ambiental y geográfica desde la geografía escolar en su práctica escolar cotidiana. Para ello, ofrece en los títulos que estructuran su escrito una revisión en cuanto a la temática ambiental y geográfica como objeto de la geografía escolar; la innovación paradigmática de la educación ambiental y la enseñanza geográfica en la escuela. Como conclusión el autor propone modernizar los procesos de enseñanza y de aprendizaje, desde los fundamentos teóricos y metodológicos del enfoque cualitativo, como opción para contribuir con la alfabetización geográfica. Por su parte en la sección Apuntes, se dispone de una agradable valoración de “La Astronomía en los grupos estables”. Desde su experiencia, el Profesor. Freddy Oropeza hace una clara descripción de esta metodología que se propone en el seno de la Transformación Curricular que viene desarrollando el Ministerio del Poder Popular para la Educación y que muy bien, de acuerdo al autor, se adecua perfectamente como forma de trabajo para la enseñanza y aprendizaje de la Astronomía. Finalmente en la sección Semblanza, escrita a su manera, sin restricciones de formalidades editoriales y con toda una carga de emotividad, el Prof. Maximiliano Bezada nos brinda una semblanza, nada modesta en cuanto al lujo de detalle, sobre la larga trayectoria académica, los fuertes cimientos y personajes y contextos geográficos que inspiraron la vocación por la Geografía del Profesor Sergio Foghin Pillin.

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Acerca de la portada, que abre esta nueva etapa, la misma nos muestra la excelsa belleza de uno de los Monumentos naturales con los que cuenta el territorio venezolano, se trata del “Cerro Santa Ana”; cuyo excepcional verdor destaca entre el rasgo de ambiente semidesértico típico de la Península de Paraguaná, Estado Falcón. En primer plano de la foto y cumpliendo faena de trabajo de campo uno de sus admiradores, el Prof. Sergio Foghin. Deseamos que en esta Nueva Etapa, la Revista Aula y Ambiente tenga una buena acogida por lo que animamos a nuestros lectores a que nos apoyen y acompañen activamente compartiendo sus valiosos trabajos en pro de contribuir con la difusión del conocimiento.

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La revista Aula y Ambiente, período 2001-2005. Breve crónica y algunas reflexiones Sergio Foghin-Pillin Universidad Pedagógica Experimental Libertador - Instituto Pedagógico de Caracas UPEL-IPC. Centro de Investigación Estudio del Medio Físico Venezolano CIEMEFIVE sfoghin@hotmail.com

Recibido: 29 de septiembre 2016

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Aceptado: 9 de noviembre 2016

Resumen

The magazine Aula y Ambiente, period 20012005. Brief chronicle and some reflections

A comienzos del presente siglo se creó la revista Aula y Ambiente, como órgano divulgativo del Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano”-CIEMEFIVE, en el Instituto Pedagógico de Caracas-UPEL. Durante los primeros cinco años (2001-2005) la revista fue dirigida por quien escribe, editándose diez números. Los artículos publicados cubrieron variados temas relacionados con el ambiente, en gran parte escritos por destacados especialistas de distintas áreas del conocimiento, tales como geología, zoología, oceanografía, geografía, geopolítica y meteorología, entre otras. En el presente escrito se comentan los diez primeros números de Aula y Ambiente, asentándose algunas reflexiones acerca del origen de la revista y su evolución a lo largo de cinco años, así como sobre los aspectos planteados en algunos de los principales artículos y su relación con ciertos problemas ambientales que afectan actualmente a Venezuela. Se espera que las experiencias y reflexiones aquí recogidas puedan ser de alguna utilidad para el nuevo equipo directivo de la revista, la cual inicia su etapa de edición digital.

Abstract

Palabras clave: Revistas científicas; Aula y Ambiente; Venezuela; CIEMEFIVE.

Key words: Scientific journals; Aula y Ambiente; Venezuela; CIEMEFIVE.

Aula y Ambiente as informative journal of the Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano”-CIEMEFIVE, at the Instituto Pedagógico de Caracas-UPEL, was created at the beginning of the present century. During the first five years (2001-2005) the magazine was directed by the author, editing ten numbers. The articles covered varied issues related to the environment, largely written by specialists from different areas of knowledge, such as geology, zoology, oceanography, geography, geopolitics and meteorology, among others. In this paper are discussed the first ten numbers of Aula y Ambiente, settling some reflections about the origin of the magazine and its evolution over five years, as well as on the aspects raised in some of the main articles and their relationship with certain environmental problems that currently affect Venezuela. It is expected that experiences and reflections here collected may be of any use for the new management team of the magazine, which begin its phase of digital publishing.

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Sergio Foghin-Pillin

INTRODUCCIÓN Entre revistas científicas, journals y boletines En este trabajo se comenta el proceso de creación de la revista Aula y Ambiente (A&A), órgano divulgativo del Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano” -CIEMEFIVE (UPEL-IPC), así como la evolución de los primeros cinco años de dicha publicación periódica. Esta crónica es redactada por quien fue el primer Director-Editor (2001-2005) de la mencionada publicación, en cuya fundación participó, a inicios del siglo XXI, junto con el doctor Maximiliano Bezada Díaz. A manera de introducción, seguidamente, se recordarán brevemente algunas conocidas publicaciones periódicas venezolanas, las que, de distintas maneras y en diferente medida, sirvieron de ejemplo y de inspiración para la creación de la revista Aula y Ambiente, revista que actualmente se encuentra en su etapa de transformación a publicación digital, dirigida por integrantes de las nuevas generaciones del Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas. Según Tucker, Unwin y Unwin (2017), la primera publicación periódica de la que se tiene conocimiento fue Erbauliche Monaths Unterredungen (Discusiones Mensuales Edificantes), revista alemana dedicada a la literatura y a la filosofía, cuya primera edición impresa apareció en 1663, cerca de dos siglos después de la invención de la imprenta de tipos móviles, por el también alemán Johannes Gutenberg. Se trataba del tipo de publicación periódica conocida hoy día en lengua inglesa como magazine que, según la fuente antes citada, se diferencia del llamado journal -en su acepción científica- en que este último género presenta paginación continua a lo largo de cada volumen, tal es el caso, por 18

citar un ejemplo, del Journal of Atmospheric Sciences, editado mensualmente por la American Meteorological Society (AMS)1 , cuyo volumen 72, correspondiente al año 2015, abarca las páginas 3 a 507, las cuales conforman el primer número, hasta las páginas 4.445 a 4.925 que integran el duodécimo (AMS, 2015). En el amplio campo de las ciencias naturales y afines, probablemente las publicaciones más conocidas internacionalmente son la británica Nature, creada en 1869, y la estadounidense Science, editada desde 1880, ambas de tipo multidisciplinario y de periodicidad semanal. Los artículos que se publican en estas revistas y similares son previamente arbitrados por especialistas de cada disciplina, por lo que se les designa, en idioma inglés, como peer-reviewed academic journals. En Venezuela, aunque se mencionan algunos casos más antiguos (Carmona y Rodríguez, 2011), una de las primeras experiencias editoriales importantes se debe a la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales, la cual editó, a partir de enero de 1868, la revista Vargasia, dedicada fundamentalmente a la botánica, cuyo séptimo y último número apareció en 1870 (Bruni Celli, 1968). Posteriormente, durante las primeras décadas del siglo XX, notables científicos, así como algunos acuciosos observadores de la naturaleza venezolana, publicaron interesantes artículos en revistas de índole cultural o comercial, como Cultura Venezolana (Calzadilla Valdez, 1929; Pittier, 1920), el Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas (Pittier, 1923) y otras (Pittier, 1925). En aquellos años, destacadas noticias de interés ambiental se publicaron, ocasionalmente, también en conocidas revistas de variedades, como es el caso de los importantes reportajes dedicados a la tormenta tropical que a fines de junio de 1933 afectó gravemente la región nororiental de Venezuela (Revista Élite, 1933).

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La revista Aula y Ambiente, período 2001-2005. Breve crónica y algunas reflexiones

De la misma época, es interesante resaltar el hecho de que, en plena dictadura gomecista, en 1931 se funda el Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales y, pocos años más tarde, en 1934, aparece el Boletín de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, ambas publicaciones, editadas hasta el presente, constituyen dos de las referencias más destacadas en el campo de las ciencias ambientales en el país. A finales de la década de 1930 se fundó Educación. Revista para el Magisterio, editada por la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación Nacional. En el número correspondiente al bimestre agosto-septiembre de 1948, Pablo Vila publicó su primer artículo relacionado con los estudios geográficos en Venezuela (Vila, 1948). Otro importante hito editorial en el campo de las disciplinas relacionadas con el ambiente, lo constituye la Memoria de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, publicación semestral fundada en 1941, a la que siguieron, a comienzos de la dictadura perezjimenista, Acta Científica Venezolana, editada por la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (ASOVAC), cuyo primer número corresponde al lapso mayo-junio de 1950 (Freites, 1992) y Acta Biologica Venezuelica, creada en 1951 por el Instituto de Zoología y Ecología Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Resulta alentador constatar que, pese a las dificultades editoriales que en la actualidad se confrontan en Venezuela, las tres revistas mencionadas continúan circulando regularmente. En 1951, también se comenzó a editar el Boletín de Geología, creado por la Dirección de Geología del Ministerio de Minas e Hidrocarburos; esta prestigiosa publicación seriada ha seguido apareciendo, aunque no regularmente, durante los primeros lustros del presente siglo. Es preciso resaltar que en dicho Boletín se han

publicado algunos de los trabajos de investigación más importantes en la historia de la geología venezolana . Estrechamente relacionado con el mismo campo, a partir del lapso septiembre-diciembre de 1965 y con auspicio del Colegio de Ingenieros de Venezuela, comenzó a editarse el Boletín de la Sociedad Venezolana de Geólogos, el cual se publicó hasta 2001. Otras importantes publicaciones en esta área son el Boletín de la Asociación Venezolana de Geología, Minería y Petróleo, creado en 1958 y la revista Geos, fundada en 1959 y editada por la Escuela de Geología y Minas de la UCV. Humberto Ruiz Calderón (1992, p. 9) acota que durante el período que media entre 1936 y 1958 “se incrementó la aparición de publicaciones periódicas (…) mostrándose el movimiento de constitución de ámbitos institucionales y la formación de grupos profesionales, que se movieron desde una perspectiva de acción técnica hacia otra de tipo científico”. Específicamente en el área de la geografía, hay que reseñar la aparición en 1959 de la Revista Geográfica, con periodicidad semestral, editada por el Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales de la Universidad de los Andes (ULA), publicación que pasó a denominarse Revista Geográfica Venezolana a partir de 1981. En la actualidad la revista se edita electrónicamente, si bien en Internet pueden consultarse las ediciones completas desde 1999. Habida cuenta de la trayectoria y de las características de esta excelente publicación, la cual recibe un considerable número de artículos de procedencia internacional, podría afirmarse que el propósito expresado por su editora, en cuanto a “transformarla (…) en la referencia obligada en el campo de la ciencia geográfica” (Trinca, 1999, p. 7), es ya una meta cumplida.

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En esta área también hay que mencionar las revistas Síntesis Geográfica y Terra, la primera editada por la Escuela de Geografía y la segunda por el Instituto de Geografía y Desarrollo Regional, de la UCV, publicaciones ambas creadas en 1977. A finales de 1970 comenzó a editarse la revista Tierra y Hombre, órgano del Colegio de Geógrafos de Venezuela. Los autores que conformaron el índice de ese primer número no requieren presentación en el ámbito de las ciencias geográficas y seguramente atrajeron una considerable atención hacia la publicación, a la vez que garantizaron un alto prestigio inicial: Arturo Úslar Pietri, Isbelia Segnini, Francisco Tamayo, Marco Aurelio Vila, Alfonso Freile y Antonio Boadas. Sería interesante indagar acerca de la evolución de la revista en los años sucesivos. Por la misma época, la Asociación Venezolana de Hidrología y Meteorología comenzó a editar, trimestralmente, El Hidrometeorologista. Su irregular aparición se evidencia al constatar que 1971 figura como “año 1” y 1980 como “año 2”. Como parte de una serie de boletines multidisciplinarios creada hacia finales de la década de 1970, el Centro Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia (CENAMEC) publicó varias ediciones dedicadas a las geociencias . Merece destacarse que distinguidos docentes vinculados con el Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), desarrollaron un valioso trabajo en la mencionada institución, la cual se encontraba adscrita al Ministerio de Educación. Finalmente, hay que hacer mención de la serie Monografías Científicas Augusto Pi Suñer y de Acta Macarao, dos publicaciones sin periodi20

cidad fija, ambas en formato de folleto, creadas en el IPC a principios de la década de 1970. Las Monografías… estuvieron estrechamente relacionadas con las investigaciones del profesor Manuel Ángel González-Sponga, quien coordinó la serie y publicó varios trabajos de notable interés. La publicación circuló hasta principios de los años ochenta del siglo pasado. Acta Macarao, era producida en el Departamento de Biología y Química, y estuvo sucesivamente bajo la dirección de los profesores Teresa López, Ubilsa Matute y Manuel Angel. González-Sponga, con el respaldo del Departamento de Cultura y Publicaciones del IPC. Por lo que se ha podido constatar circuló, aunque irregularmente, hasta principios de los años ochenta. Aula y Ambiente: la idea y la denominación Tras haber compartido con Maximiliano Bezada Díaz, desde principios hasta mediados de la década de 1970, las vivencias estudiantiles de los tiempos de pregrado, ambos ya egresados del Departamento de Geografía e Historia del Instituto Pedagógico de Caracas nos encontramos con una amistad bien cimentada, la cual se profundizó en los años posteriores, durante el ejercicio docente, compartiendo cátedras, trabajos de campo e inquietudes académicas, además de recursos bibliográficos y hemerográficos, sin que el progresivo deslinde de nuestros respectivos campos de especialización disminuyera el entusiasmo por desarrollar proyectos en conjunto. Hacia finales de la década de 1990, la idea de crear una revista propia del Departamento de Ciencias de Tierra fue tomando forma, bajo la premisa de que, al menos en el área de las ciencias del medio ambiente, se echaba en falta en el país una publicación que sirviera de puente entre los investigadores de primera línea y los

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La revista Aula y Ambiente, período 2001-2005. Breve crónica y algunas reflexiones

estudiantes y docentes, tanto de Educación Media como universitarios. La idea era producir una revista de divulgación, entendiéndose este término en un sentido amplio. La oportunidad de materializar el proyecto se presentó a comienzos del primer decenio del nuevo siglo, tras la designación, en 1999, del doctor Bezada Díaz como Vicerrector de Investigación y Postgrado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). Como lo expresamos en la nota editorial de la undécima edición de la revista (enero-junio 2006), “se consideró importante asegurar las colaboraciones de científicos y académicos de renombre, cuyas firmas darían prestigio a la publicación, al tiempo que brindaría a los noveles profesionales un espacio en el cual publicar los resultados de sus primeras investigaciones” (p. 13). La plena consecución de este propósito, como se verá a lo largo de estas páginas, la consideramos uno de los principales logros de nuestro período al frente de la publicación. En lo tocante a la denominación de la revista, tras algunas consideraciones, se concluyó que en la expresión Aula y Ambiente estarían representados tanto el componente pedagógico como el componente especializado, pilares fundamentales, junto con el componente de formación general, de la estructura curricular de la UPEL. En el ámbito departamental, más específicamente, el binomio se identificaba con las estrategias de enseñanza y aprendizaje basadas en el trabajo de campo, práctica fundamental para el desarrollo de las actividades de docencia y de investigación en las diferentes cátedras. Dicha práctica es, en gran parte, herencia de la pedagogía geográfica de Pablo Vila, transmitida a nuestras generaciones por conducto de algunos discípulos y discípulas del insigne

fundador de los modernos estudios geográficos en Venezuela, entre los cuales destacan, por su desempeño docente, nuestras profesoras María de Lourdes Taborda de Cedeño y Duilia Govea de Carpio Castillo. Por cuanto en la acción pedagógica departamental se considera el ambiente como la mejor aula, desde hace largo tiempo muchos años antes de la aparición de los video beams y de las cámaras digitales-, las ampliamente usadas diapositivas, en su mayor parte derivadas precisamente de los trabajos de campo, permitían trasladar, no sólo en imágenes sino también en experiencias y vivencias, el ambiente al aula. Como es sabido, la publicación quedó estructurada con base en las secciones EL AULA DEL DIRECTOR, conceptuada como la nota editorial, con la posibilidad de incluir colaboraciones de autores especialmente invitados; ARTÍCULOS, para la publicación de investigaciones originales; APUNTES, como espacio para recoger avances de investigación, noticias e información variada; SEMBLANZAS, dedicada a la divulgación de notas biográficas de personajes destacados y RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS, espacio para la publicación de recensiones de libros de reciente aparición. El diseño de la portada de la revista se inspiró en elementos gráficos de las carátulas del Boletín de la Organización Meteorológica Mundial y del Boletín de la Sociedad Venezolana de Espeleología. La decisión de imprimir Aula y Ambiente en la empresa Italgráfica (Boleíta, Caracas), se basó primeramente en las excelentes referencias recibidas de parte de la revista Investigación y Postgrado (UPEL-Vicerrectorado de Investigación y Postgrado), dirigida por el profesor Armando Morles desde comienzos de 1995, así como de la revista

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Sapiens (Instituto Pedagógico de Miranda José Manuel Siso Martínez-Subdirección de Investigación y Postgrado), desde 1999 bajo la dirección de la profesora Marlene Arteaga Quintero. De igual modo, hay que destacar el hecho de que los presupuestos y condiciones de pago ofrecidos por Italgráfica -en cada una de las ediciones que dirigimos, sin excepción-, fueron significativamente más favorables que las fijadas por otras conocidas empresas gráficas capitalinas, no sólo en lo tocante a los montos de los presupuestos respectivos, sino con la muy apreciable ventaja adicional de aceptar Italgráfica un pago único, al concluir la impresión de cada número, contrariamente a las restantes empresas, incluyendo la Imprenta Gerardo Toro, del Instituto Pedagógico de Caracas (UPEL-IPC), las cuales exigían la cancelación anticipada del 50% de los montos presupuestados, cuya validez generalmente se limitaba a quince días. Por las anteriores razones, en la nota editorial de la última edición de Aula y Ambiente que nos tocó coordinar (enero-junio 2006), destacábamos que durante los primeros tiempos de la revista resultaron vitales la asesoría de la profesora Marlene Arteaga Quintero y el crédito que recibimos del ingeniero Juan Carlos Morón Melguizo, director-gerente de Italgráfica. Sirvan estas líneas también para dedicar, por su valioso apoyo, un recuerdo a la memoria de don Hugo Melguizo y de don José Gámez, de grata recordación integrantes, entonces, del equipo humano de la mencionada empresa. Por último, cabe destacar en este punto el meritorio trabajo realizado a partir del primer número de Aula y Ambiente, por los apreciados colegas que nos acompañaron en el Consejo Editorial desde el primer número: Maximiliano Bezada Díaz, como Presidente 22

y Francisco Escamilla Vera, como Editor adjunto, además de William Méndez Mata, M. A. González-Sponga y Alfredo Rivas López (UCV); posteriormente también se incorporaron al equipo Ana Teresa Iztúriz y Arturo Mujica (Departamento de Arte-UPEL-IPC). La primera edición Desde el primer número de A&A (enerojunio de 2001) destaca claramente la línea editorial de la revista, fundada en la concepción del medio ambiente en su sentido más amplio, como se señaló antes. A lo largo de las 110 páginas de esta edición, varios especialistas desarrollaron temas que van desde la escorpiofauna venezolana hasta la historia de la ciencia como referente en la investigación y didáctica de los contenidos científicos; desde la conservación de la avifauna venezolana hasta las permutaciones geohistóricas; desde el origen, composición y clasificación del carbón, hasta los aspectos meteorológicos de la catástrofe que afectó las costas centrales venezolanas en diciembre de 1999. El origen de la vida sobre la tierra, hundiendo sus raíces en la mitología clásica, también está glosado en la sección APUNTES. En lo personal, para esta primera edición, además de la nota editorial que años más tarde sirvió de núcleo a un pequeño libro (FoghinPillin, 2007a), escribimos el artículo ya aludido, en el que se abordan algunos aspectos meteo- rológicos de las lluvias extraordinarias que afectaron las costas del estado Vargas, en diciembre de 1999 (Foghin-Pillin, 2001). Lo más relevante de este trabajo es, a nuestro juicio, el cuestionamiento que se hace sobre la validez de los registros de lluvia reportados por la estación de Maiquetía-Aeropuerto, durante aquel episodio pluviométrico extraordinario. Una impactante fotografía, original del profesor Bezada Díaz,

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recuerda aquel episodio e ilustra la carátula de la revista; en su identificación puede leerse: “Cauce del río Macuto, cerca de La Guzmania, tras las lluvias extraordinarias de diciembre de 1999”. Es forzoso señalar que, a pesar de haberse consignado algunos ejemplares de dicho número de la revista en la Jefatura del Servicio de Meteorología de la Fuerza Aérea Venezolana (Base Aérea Aragua, Maracay), nunca se produjo respuesta alguna sobre las dudas planteadas, las cuales hicimos públicas nuevamente en otro artículo (FoghinPillin, 2007a), esta vez en el séptimo volumen de A&A, coordinado por los profesores de la UCV Franco Urbani y Rogelio Altez, como editores invitados, durante la época en que le correspondió dirigir la revista a la doctora Ana Teresa Iztúriz Moreau, con la valiosa colaboración de la doctora Yolanda Barrientos Chacón. Como se ha señalado, Iztúriz Moreau venía colaborando con A&A desde su primer número, en el cual publicó, en coautoría, el primero de cuatro interesantes artículos sobre el carbón (Iztúriz y Martínez, 2001). En la primera edición de A&A también tuvimos el honor de publicar un importante artículo del eminente aracnólogo venezolano Manuel Ángel González-Sponga (2001), en el cual el investigador presentaba, didácticamente ilustrados, los rasgos generales de los escorpiones, sus características morfológicas y anatómicas, su sistemática y biogeografía en el territorio venezolano, la enumeración de familias, géneros y especies conocidas hasta el momento en Venezuela, con sus respectivas referencias originales, además de una extensa bibliografía sobre el tema. Con este notable trabajo, González-Sponga complementó y actualizó su conocida obra Escorpiones de Venezuela (1984), ya para entonces por completo agotada desde hacía años.

Imposible no recordar una anécdota relacionada con este trabajo. Una noche lluviosa, tras haber pasado el día transcribiendo los numerosos folios, escritos a lápiz y con menuda letra, del citado artículo del profesor González-Sponga, conducía yo de regreso a casa. Pasando en plena oscuridad por Las Flores de Puente Hierro, súbitamente me saltaron a la memoria los versos del poeta Arvelo Torrealba: “La palanca de araguato/ afíncasela en el pecho/y un golpe de agua salpica/y ondula en la orilla trémulo”. Sólo que la salpicada de agua fue debido a que una rueda del vehículo cayó en un gran hueco y quien se me apareció al lado de la ventanilla, tocando en el vidrio, no fue El canoero del Caipe, sino un motorizado bañado de pies a cabeza, con una capucha negra calada sobre el rostro. Extrañamente, abrí sin miedo: “me mojaste todo”, dijo con un típico dejo. Me disculpé sinceramente y cada uno continuó su camino. Di gracias a San Antonio de Padua. Tras aquel primer artículo, M. A. GonzálezSponga, científico de renombre mundial (FoghinPillin, 2009), continuó apoyando la revista A&A con varios trabajos de investigación originales (2002; 2003; 2004; 2005; 2009). También debe anotarse aquí que el cheque para la cancelación de esa primera edición de la revista demoró varios meses en ser emitido por las instancias correspondientes de la UPEL. La empresa Italgráfica, anteriormente citada, no sólo esperó pacientemente, sino que continuó abriéndonos crédito, aunque es de justicia reconocer que para la cancelación de las ediciones subsiguientes, los trámites administrativos se agilizaron en gran medida.

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Seis ediciones temáticas Las ediciones segunda a séptima de A&A se organizaron con base en varios ejes temáticos, relacionados con importantes efemérides atinentes a las disciplinas ambientales en general, pero destacándose sus alcances a escala nacional. El segundo número de la revista es el correspondiente al lapso julio-diciembre de 2001. Se decidió dedicar esta edición a la conmemoración del 50° aniversario del descubrimiento de las fuentes del río Orinoco por la expedición venezolano-francesa al mando del mayor del ejército Franz Rísquez Iribarren (1915-1969), que alcanzó las nacientes del gran río el 27 de noviembre de 1951. Como parte del equipo de asistencia, desde Caracas, el entonces teniente Alberto Contramaestre Torres (1927-2014) desempeñó importantes funciones como coordinador de las operaciones logísticas en apoyo de los expedicionarios. En 1954 Contramaestre Torres publicó el primer libro sobre la citada expedición y, tras la obtención de la licenciatura en Geografía (UCV), en 1962 se incorporó al personal docente del Instituto Pedagógico de Caracas, donde fue dedicado maestro de numerosas cohortes de estudiantes en el Departamento de Geografía e Historia. Especialista en Cartografía y en problemas territoriales, el profesor Contramaestre publicó en este segundo número de A&A un interesante artículo sobre la evolución territorial de la Gobernación de Venezuela (Contramaestre, 2001). Un cuadro al óleo de su autoría, pintado en 1951, se reprodujo en la portada de esta edición de la revista; en dicha obra, el artista representó el campamento base No. 1, en La Esmeralda (Amazonas), de donde partiera la expedición en su etapa decisiva. Anecdóticamente, cabe comentar que el original de aquel cuadro, 24

donado por su autor a Rísquez Iribarren, desapareció en alguna mudanza de su propietario, de modo que la reproducción en la carátula de A&A constituye prácticamente el único testimonio de su existencia. Similar destino sufrió el último ejemplar que conservaba Contramaestre Torres del libro que publicara en 1954, el cual se perdió irremediablemente al ser sustraído de su vehículo en 2013. De la suerte que corrió la mayor parte del tiraje de 500 copias de esta edición de A&A -depositadas en la sede rectoral de la UPEL-, tampoco se tiene noticia alguna hasta el presente y sólo se conservan unos pocos ejemplares en algunas bibliotecas. El tercer número de la revista, correspondiente al semestre enero-junio de 2002, con motivo de cumplir el Departamento de Ciencias de la Tierra tres décadas de su fundación (1972 – 2002), se dedicó al área de las geociencias. En la sección SEMBLANZAS se publicaron notas biográficas dedicadas al eminente geógrafo y educador Pablo Vila y a los destacados geólogos Gabriel Dengo y Carlos Schubert, quien fuera tutor doctoral del Presidente del Consejo Editorial de Aula y Ambiente, profesor Maximiliano Bezada Díaz. En la misma edición se publicó también la primera relación de egresados del Departamento -por promociones-, recopilada por el profesor Williams Méndez Mata, quien venía colaborando activamente con A&A desde su primer número. Es preciso resaltar que los aportes de Méndez Mata a la revista no se limitaron a la publicación de reseñas, noticias y artículos de investigación, sino que deben considerarse fundamentales en la proyección de la revista por medio de su registro en el sistema Open Journal System de la UPEL, así como en el proceso de transición de A&A desde su primera etapa, impresa en forma tradicional, hacia el futuro digital de la publicación,

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esa “modernización inevitable” o “necesidad impuesta”, de la que habla Trinca (2016, p. 4), proceso que actualmente prosigue bajo la conducción del nuevo equipo editorial. La cuarta edición de A&A cubre el lapso julio – diciembre de 2002 y se dedicó a conmemorar el centenario del nacimiento de don Francisco Tamayo (1902-1983), cuya estampa inconfundible –fotografiado a mediados de la década de 1970, en plena sabana de la Estación Biológica de Los Llanos-, ocupa la portada de la revista. La diversidad de campos del saber a los que se adscriben algunos colaboradores de este número, refleja, una vez más, el interés del consejo editor en presentar los temas ambientales desde distintos puntos de vista. Sirvan de ejemplo los siguientes nombres: Manuel Bermúdez, semiólogo, docente de Literatura; M. A. González-Sponga, aracnólogo, docente de biología; Jesús Hoyos, botánico y editor; Víctor Corral Verdugo, psicólogo y Robert Rodríguez Ibarra, docente de Educación Física, comentarista deportivo. Es oportuno reseñar que el artículo de Corral Verdugo, inicialmente publicado como capítulo de un libro (Corral, 2002), se reprodujo con autorización de su autor, en concordancia con las normas de publicación de A&A, en las que se contempla que la revista “podrá reproducir (…) trabajos ya publicados, los cuales por alguna razón hayan tenido difusión limitada”. El referido libro lo habíamos adquirido, el mismo año de su publicación, en la Universidad de Sonora (México) y en ningún momento se ha encontrado a la venta en las librerías de nuestro país. En esta misma edición de A&A también se reprodujo el artículo intitulado Un Aula en la inclemencia, publicado originalmente en la columna semanal –El País Ausente- del perio-

dista Luis Alberto Crespo (2002). En su escrito, el poeta Crespo, por aquellos años activamente comprometido con la defensa del ambiente venezolano, dedicó encomiosas palabras a la naciente revista del Departamento de Ciencias de la Tierra del IPC, generoso espaldarazo que siempre se le reconocerá. El quinto número de A&A, correspondiente al semestre enero-junio de 2003, por obvias razones resulta particularmente caro a quien tuvo la responsabilidad de editarlo. Dado que el 23 de marzo se celebra el Día Mundial de la Meteorología, dicho número se dedicó a las ciencias atmosféricas. En la sección editorial aparecen sendos trabajos de Jesús María Sánchez Carrillo (2003), reputado investigador y docente universitario venezolano, de amplia trayectoria en el campo de la agrometeorología, así como del doctor Gustavo Necco (2003), ex director del Departamento de Enseñanza y Formación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Habíamos conocido al Dr. Necco en el evento The Fourth International Conference on School and Popular Meteorological and Oceanographic Education, que tuvo lugar en la ciudad escocesa de Edinburgo, en 1996, donde presentamos una ponencia relacionada con la enseñanza de la meteorología en el IPC (Foghin-Pillin, 1996), rememoración ésta que sirve para destacar la importancia de los eventos académicos y científicos a los fines de establecer relaciones con los docentes e investigadores de otras instituciones, tanto nacionales como internacionales, a la vez que para deplorar las penosas condiciones presupuestarias que, en el presente, dificultan en extremo la participación de los profesores universitarios venezolanos en actividades de este tipo.

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En el mismo número de A&A destaca el artículo preparado, a solicitud del editor, por el doctor Eugenio Sanhueza (2003), reputado investigador del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y co-autor de varios trabajos con Paul Crutzen, quien en 1995 compartiera el Premio Nobel de Química con los científicos S. Rowland y M. Molina. Una entrevista a Crutzen se reproduce en la sección SEMBLANZAS de esa edición de la revista. Considerando a esta distancia la portada del quinto número de A&A, reflexionamos acerca de que, actualmente, en lugar de aquella imagen satelital colocaríamos una relacionada con la situación de la meteorología en Venezuela; quizá una fotografía de alguna de las tantas estaciones meteorológicas que se encontraban –y encuentran- en estado de abandono, a lo largo y ancho del territorio nacional, habría resultado, si no estéticamente más atractiva, sin duda de mayor valor educativo. En 2003 se cumplió medio siglo del primer ascenso del ser humano a la cumbre del monte Everest, la cima más alta del mundo, al tiempo que 40 años del desastre del embalse del Vajont (Longarone, Italia septentrional) ocasionado por el súbito colapso de la ladera meridional del monte Toc. Por tales motivos, el sexto número (julio-diciembre) de la revista se dedicó a los ambientes montañosos y sus problemas particulares, reproduciéndose en la carátula una fotografía de la laguna morrénica de Mucubají y el pico Mucuñuque, en la Cordillera de Mérida. A título anecdótico, cabe comentar que tras haber revisado una prueba de imprenta de dicha carátula y aprobado la calidad de la reproducción fotográfica, ya terminada la revista el director-editor sufrió un sobresalto al comprobar que el color de la laguna de Mucu26

bají recordaba más las aguas servidas de una planta de tratamiento. La espontánea imprecación proferida en aquellos talleres gráficos no puede transcribirse aquí, pero el impresor admitió el entuerto y asumió su rectificación. En esta misma edición se estrenó el logotipo de A&A, diseñado por la profesora Marlene Arteaga Quintero, compuesto por una pareja de cardenalitos (Carduelis cucculata), especie de la avifauna nacional cuyas poblaciones silvestres se encuentran severamente amenazadas por la presión de la caza con fines comerciales. El logotipo incluye también la alocución latina Natura mater et magistra, la cual, en concordancia con los valores que sustenta la revista, proclama el sumo magisterio de la naturaleza. El año siguiente -2004-, se cumplieron treinta años de la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, evento de gran relevancia que se llevó a cabo en la ciudad de Caracas a mediados de 1974, razón por la cual en la séptima edición (enero –junio) de A&A se publicó un conjunto de artículos y notas relacionados con el mar. En dicha edición destaca un extenso trabajo del doctor Kaldone G. Nweihed (2004), a la sazón embajador de Venezuela en Turquía, a través de cuyas páginas el investigador –Delegado Principal de Venezuela ante la Conferencia-, pasa revista a los hitos más sobresalientes en la historia del derecho marítimo internacional y resalta la participación de Venezuela como país que alcanzó posiciones de primer orden en el ámbito marítimo y geopolítico mundial. La carátula de la revista reproduce el cuadro Mujer sentada en la playa, del pintor Armando Reverón.

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La octava edición: diamantes del Guaniamo en la portada La portada del octavo número de A&A, correspondiente al lapso julio-diciembre de 2004, despliega una imagen compuesta, integrada por dos fotografías del físico, ingeniero geólogo y experto mineralogista Sebastián Grande (Escuela de Geología, UCV), en las que se aprecian, a todo color, muestras de roca kimberlítica y de diamantes, piedra preciosa frecuentemente asociada a dicha roca. Estas imágenes complementan las ilustraciones del artículo del profesor Grande (2004), destacado trabajo en el que se abordan los aspectos físicos y químicos del diamante, así como con el origen de los yacimientos de este valioso mineral, incluyendo su presencia y características particulares en la región del río Guaniamo (estado Bolívar), donde las piedras preciosas proceden de mantos de kimberlita, estructuras insuficientemente estudiadas hasta el presente en estas tierras guayanesas. Es preciso señalar que la región del Guaniamo forma parte de la extensa superficie del territorio venezolano afectada por el decreto denominado “arco minero del Orinoco”6 , área en la que se pretende desarrollar actividades de minería a gran escala, con el propósito de explotar, además de diamantes, oro, coltán y otros minerales de alto valor. El grave deterioro ambiental que suele ocasionar la actividad minera, desarrollada en forma irracional, aparece dramáticamente descrito en Canaima, una de las obras maestras de Rómulo Gallegos. El impacto de la defo- restación: “Tiempos pasados. Bosque tupido a orillas del Yuruari (…) Un leñador derribando un árbol (…) Gime el árbol herido de muerte (…) en su caída

desarraiga y arrastra malezas y aparece el afloramiento de una veta de oro” (Gallegos, p.172). La sórdida transformación del paisaje geográfico: “junto a la mina se fue poblando El Callao (…) casas de madera, techos de zinc (…) burdeles, garitos, tabernas (…) todo eso está construido sobre vidrios rotos, latas de sardinas y trapos viejos” (Íbid., p. 174). La degradación del ser humano: “tahúres de todos los garitos (…); revólver al cinto los hombres de presa (…); peste de yodoformo y pachulí, las mujerzuelas averiadas (…); hampa bilingüe (…); no se cerraban las puertas de los botiquines” (Ídem). Al igual que para la escritura de todas sus novelas, también en el caso de Canaima Rómulo Gallegos se había documentado debidamente. A partir de los primeros descubrimientos de placeres auríferos en las riberas del Yuruari, hacia mediados del siglo XIX, la transformación del espacio afectado por las incipientes actividades mineras avanzó en forma acelerada y “para 1870 el paisaje minero de la región sureste de Guayana había llegado a ser una parte integral del paisaje humanizado” (Robinson, 1968, p. 69). El mismo autor comenta: Las modificaciones del paisaje que habían tenido lugar en las tierras selváticas del Yuruari habían sido rápidas y extensas. Continuos claros se habían hecho en la selva por varias millas del fondo del valle y de las vertientes; en otras partes claros aislados contrastaban grandemente con la espesa selva. En busca de oro, los hombres habían excavado huecos y pozos, construido una telaraña de caminos, levantado refugios rudimentarios, montado equipos de extracción y sembrado parcelas de maíz en medio de troncos de árboles quemados (Ídem).

Al igual que en tiempos pasados, aunque a mayor escala, la minería del siglo XXI causará daños irreversibles a los frágiles ecosistemas

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guayaneses, tal como ha sido reiteradamente señalado (Núñez, 2016; Rangel, 2016), con el agravante de que parte de las tierras amenazadas pertenecen a la cuenca del río Caroní, sobre cuyo curso hoy se localizan importantes embalses (Macagua, Tocoma, Caruachi, Guri) construidos con fines hidroeléctricos, de modo que se corre el riesgo de repetir, a costos inconmensurablemente mayores, los graves errores cometidos en el pasado con otros desarrollos hidroeléctricos venezolanos. Así lo denunció el ingeniero forestal Aníbal Luna Lugo, hace casi medio siglo, en referencia al caso de los embalses sobre el río Santo Domingo, entre La Mitisús (Mérida) y Puente Real (Barinas), cuando señalaba que “a pesar de la magnitud de la obra (…) no parece existir preocupación alguna por el estado de conservación de la cuenca” y agregaba que los responsables del proyecto “parecen ver con la más absoluta indiferencia la labor de otras dependencias oficiales que están estimulando la destrucción de la vegetación protectora, poniendo en peligro la capacidad y duración de la obra” (Luna, 1968, p. 98). Sobre la base de las consideraciones expuestas, pareciera un compromiso insoslayable para la revista Aula y Ambiente, en su nueva etapa, promover una amplia discusión acerca de esta amenaza ambiental de origen antrópico, convocando la participación de especialistas en las múltiples facetas involucradas, con el fin de dedicar un número de la publicación a esta problemática. Dicha iniciativa debería contar con el apoyo de los organismos públicos involucrados, tanto más cuanto que Venezuela es signataria del Proceso de Kimberley (The Kimberley Process Certification Scheme), protocolo concebido para 28

evitar que los diamantes de origen conflictivo entren al mercado internacional. Para la edición de A&A que aquí se propone, sería de gran interés solicitar la colaboración de Luis Alberto Crespo, intelectual ya citado, actual embajador de Venezuela ante la UNESCO, quien por largo tiempo publicó numerosos ensayos dedicados a la defensa del medioambiente ve-nezolano. En uno de aquellos escritos, dedicado a la situación del águila arpía (Harpia harpyja) en las selvas de Guayana, apuntaba entonces Crespo que la protección de dicha ave de presa “significa así mismo la salvaguarda de los bosques del sur. Si sobrevive, sobrevivirá con ella toda la vida vegetal guayanesa”. Y, con impactante metáfora, el poeta Crespo concluía: “El ave magnífica es una selva que vuela” (2004, p 367). Se trata de las mismas águilas, de las mismas selvas, de la misma vida vegetal guayanesa, sobre las que hoy se cierne la amenaza de la minería a gran escala. En el octavo número de A&A también publicamos –no por casualidad-, un artículo referido a la ordenación y restauración de territorios mineros, cuya lectura podría resultar de provecho, sobre todo con propósitos preventivos, a los funcionarios que actualmente tienen a su cargo la planificación y supervisión de las distintas fases del controvertido proyecto denominado “arco minero del Orinoco”. Quizá tampoco pueda atribuirse al simple azar el hecho de que hayamos tenido el privilegio de conocer y tratar, durante muchos años, a dos destacados profesionales, quienes, a mediados del siglo pasado, fueron pioneros en la prospección y exploración minera en las tierras guayanesas; hablamos de los geólogos Raúl Laforest (1919-1987) y Gustavo Ascanio (1922-1998). Al profesor Laforest, estrecha-

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mente vinculado con nuestro Departamento, dedicamos una primera nota biográfica en la octava edición de A&A (Foghin-Pillin, 2004); la segunda semblanza, más extensa, aparecería en el séptimo volumen (números 13 y 14) de la revista (Foghin-Pillin, 2007b). Con la memoria del académico doctor Gustavo Ascanio, en cambio, A&A aún se encuentra en deuda. Las últimas ediciones de esta etapa De esta forma, en 2005 A&A entró a su quinto año de vida académica, coincidiendo con el cambio de las autoridades rectorales de la UPEL. El doctor Maximiliano Bezada Díaz, co-fundador de la revista, fue relevado en el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado por el doctor Pablo Ríos Cabrera quien, de acuerdo a lo establecido en el documento-base, pasó a encabezar el Consejo Editorial, circunstancias, entre otras, por las que en la nota editorial del volumen 5, números 9 y 10, se habla de una “nueva etapa” de la publicación. Como constante desde su primer número, también en estas dos ediciones, agrupadas en un solo volumen de 240 páginas, la variedad de temas resulta notable. Así, pueden apreciarse, entre otros, trabajos que abordan temas que van desde las atmósferas del pasado (Sanhueza, 2005), hasta los procesos de lectura y escritura en la formación ambiental (Arteaga Quintero, 2005) y desde la descripción de siete nuevas especies de miriápodos venezolanos (González-Sponga, 2005), hasta la fitoextracción de metales pesados (Dos Santos y Wentzel, 2005). La publicación de este último trabajo supuso para los editores de A&A una satisfacción adicional por derivar dicho artículo de la tesis doctoral presentada en Austria por Ma-

ría Noel Dos Santos Utmazian, distinguida ex alumna del Departamento de Ciencias de la Tierra, integrante de la 31ª promoción (1997), como consta en la lista completa de egresados departamentales del lapso 19782005, publicada en la sección APUNTES por Williams Méndez Mata. La sección SEMBLANZAS también revistió una importancia particular en esta doble edición, puesto que se publicaron notas biográficas dedicadas a Antonio W. Goldbrunner y a Jesús M. Sánchez Carrillo, dos de los más notables exponentes en la historia de la meteorología venezolana, ambos personajes fallecidos a principios de 2005. Dado que el volumen salió de la imprenta en diciembre de 2005, la fotografía de portada se dedicó a conmemorar el desastre acaecido en el estado Vargas a raíz de las lluvias de mediados de diciembre de 1999. Con un considerable retardo, finalmente logró imprimirse el número 11 de A&A, correspondiente al lapso enero – junio de 2006, el último bajo la dirección de quien suscribe las presentes notas, con la valiosa participación de las profesoras Yolanda Barrientos y Ana Teresa Iztúriz en la organización de los materiales y secciones accesorias. En las páginas editoriales (11-15) de aquella edición asumimos la responsabilidad por tal retardo, situación que siempre hemos considerado uno de los mayores inconvenientes en la vida de cualquier revista, por los problemas que pueden originarse debido al desfase entre la fecha en la que realmente sale de la imprenta una determinada edición y la fecha o lapso que le corresponde al número en cuestión en su secuencia temporal. Es fácil comprender que tales fallas pueden generar desde confusiones en la interpretación de datos procedentes de inves-

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tigaciones, hasta situaciones conflictivas entre diferentes grupos de investigadores que trabajan con temas comunes, en lo concerniente a la autoría de sus hallazgos. Por otro lado, como lo señala Trinca (Ob. cit., p. 6), los problemas de periodicidad representan para una revista un factor “que incide de manera muy rápida en la pérdida de posiciones en los índices y bases de datos en los que se encuentra”. Por aquel retraso, aducíamos en nuestro descargo “los crecientes obstáculos que fue oponiendo la caótica dinámica capitalina a las múltiples tareas (…) que hay que solventar para mantener (…) al día una publicación periódica” (p. 14). Ciertamente, aquellas razones no dejaron de tener algún peso; sin embargo, a esta distancia, tenemos que admitir que la principal causa fue la incapacidad de integrar un equipo de trabajo con responsabilidades compartidas. También reconocíamos, en aquellas líneas, que la cuestión de la distribución de la revista sobrepasó por completó nuestra competencia. Hacia una nueva etapa Dada la naturaleza y funcionamiento de los sistemas electrónicos, los anteriores problemas no tendrán razón de presentarse una vez que A&A se edite digitalmente y se publique on line. Ya existen las positivas experiencias de otras publicaciones de la UPEL, como es el caso de la Revista de Investigación del IPC, una de cuyas ediciones más recientes fue dedicada, precisamente, al Departamento de Ciencias de la Tierra. Las mejoras8 de las instalaciones y de la dotación del Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano”, del cual, como se apuntó en un principio, es órgano la revista Aula y Ambiente, también permitirá superar las 30

limitaciones a que nos referíamos cuando recomendamos, en aquella última nota editorial que el nuevo equipo pudiese contar con “local propio,secretaria, telefax, fotocopiadora, archivadores y otros medios y recursos que pueden aligerar este tipo de trabajo” (p. 14). Durante seis años, nosotros trabajamos en nuestro cubículo, con una sencilla computadora conectada a Internet y una impresora de inyección de tinta. Conviene subrayar que los recursos materiales y las facilidades que en la actualidad ofrecen los medios digitales, no son suficientes para garantizar la regularidad que exigen los sistemas de acreditación de publicaciones periódicas. En efecto, puede comprobarse fácilmente que en el marco de una misma institución universitaria, existen publicaciones “en línea” que se encuentran actualizadas, mientras que otras muestran retrasos más o menos considerables. Lo mismo puede decirse acerca de la cantidad y de la calidad de los artículos publicados en cada edición. Resulta comprensible que muchos investigadores no puedan permitirse el desprendimiento que, por ejemplo, mostró con Aula y Ambiente el doctor Manuel Ángel González-Sponga. Están de por medio las escalas de evaluación de méritos para optar a reconocimientos académicos, los cuales, por lo general, suponen incentivos pecuniarios. De manera que, a los efectos de captar las contribuciones de investigadores de renombre, el mayor activo inmaterial que puede poseer una revista científica es, a no dudarlo, el prestigio que sólo le puede otorgar el trabajo serio, profesional, honesto e incansable, que le dediquen los miembros de su equipo editorial, para quienes dichas condiciones también deberán contarse entre sus cualidades personales. Más allá de lo expuesto, la experiencia de quien tuvo el honor y la satisfacción de dirigir y editar Aula y Ambiente durante más de un lus-

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tro, permite –obliga, quizá- a dejar asentadas, a continuación, algunas breves recomendaciones, dirigidas con el mayor respeto y afecto a los integrantes del Comité Editorial que, según se espera, conducirá la revista en su nueva etapa con el propósito de elevarla al estatus de revista indexada. Mantener la periodicidad, como se ha dicho, es el precepto principal, el cual no podrá cumplirse sin contar con un banco de artículos revisados, razonablemente amplio, además de los que se encuentren en fase de arbitraje. Esta condición asegurará también la posibilidad de planificar números dedicados a temas particulares y a efemérides importantes atinentes al área ambiental. Obviamente, las relaciones y vínculos con el mayor número posible de investigadores, en las especialidades de interés para la revista, deberán ser objeto de particular atención, lo que exige puntualidad en la respuesta de comunicaciones vía correo electrónico o por otros medios. Respecto al arbitraje, es conveniente establecer pautas para los evaluadores, en forma de instrumentos adecuadamente diseñados. Los trabajos recibidos deberían someterse a una revisión previa por parte del comité editorial o del cuerpo de asesores, a fin de no importunar a los especialistas con trabajos carentes de las condiciones mínimas. Resulta muy conveniente llevar una bitácora, minuciosamente detallada, de todas las actividades relacionadas con la publicación. En los números a cargo de editores invitados, no debería omitirse la nota editorial redactada por el director o la directora de la revista, en la cual se comenten y justifiquen las circunstancias particulares de la edición en cuestión. Aunque pueda parecer innecesario, también conviene recalcar la necesidad de

mantener una rigurosa uniformidad en el diseño de la portada, del lomo -en el caso de los ejemplares que se puedan imprimir-, la denominación de las diferentes secciones de la revista, la diagramación y elementos gráficos en general. Por último, conviene recalcar, una vez más, que la revista de la que nos ocupamos aquí es el órgano divulgativo del Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano”, adscrito al Departamento de Ciencias de la Tierra (UPEL-IPC) y que, por tanto, 9 es la Tierra Venezolana a que debe ser el principal objeto de atención y compromiso de la revista Aula y Ambiente. A MODO DE CONCLUSIÓN Para cerrar estas páginas dedicadas a la etapa inicial de la revista Aula y Ambiente, debemos dejar constancia de que el haber podido participar en su creación, así como en su conducción durante poco más de un lustro, fue una de las experiencias más enriquecedoras y satisfactorias de nuestra vida profesional. Juzgamos de interés comentar que nunca recibimos nombramiento, oficialmente, como Director-Editor de A&A, ni constancia alguna de la labor realizada. Evidentemente tales formalidades ni hicieron ni hacen falta, de modo que, en lo absoluto, lo anterior se asienta a título de reclamo, sino como una prueba más de la manera de hacer las cosas en el Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas: con la mejor disposición y poniendo el mayor empeño; enmendando algunos errores y cometiendo otros; aprendiendo sobre la marcha; haciendo camino al andar, en palabras del inmortal poeta. Lo que realmente cuenta es

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el trabajo realizado, vale decir, las revistas; las que produjimos nosotros y las que produjeron los apreciados colegas que nos sucedieron como editores. Las ediciones de Aula y Ambiente que seguirán, ya on line, -esperamos que pronto y por largo tiempo-, tendrán las herramientas y los recursos, tanto humanos como materiales, para ser mejores. Y deberán serlo. REFERENCIAS American Meteorological Society. (2015). Journals Online. Recuperado de: http://journals.ametsoc.org/ Arteaga Quintero, M. (2005). Los procesos de lectura y escritura y la formación ambiental. Propuesta interdisciplinaria en la formación docente. Aula y Ambiente, 5(9-10), 175-186. Bruni Celli, B. (1968). (Compilador). Actas de la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de Caracas (1867-1878), Vol. I. Caracas: Banco Central de Venezuela. Calzadilla Valdez, F. (1929). La montaña de San Camilo. Cultura Venezolana, 97, 111-123. Carmona, O. y Rodríguez L., V. (2011). Breve historia de la Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología (RSVM): XXX aniversario (1981-2011). Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología, 31(2), 88-96. Recuperado de http://www.scielo. org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S131525562011000200003&lng=es&tlng=es. Contramaestre Torres, A. (2001). Comentario sobre la evolución territorial de la Gobernación de Venezuela 1528 – 1990. Aula y Ambiente, 1(2), 51-96. Corral Verdugo, V. (2002). Psicología de la conservación. El estudio de las conductas protectoras del ambiente. En V. Corral (Ed.) Conductas protectoras del ambiente. México: CONAC y T-UniSon. Crespo M., L. A. (2002, noviembre 23). Un aula en la inclemencia. El Nacional, C-9. Crespo M., L. A. (2004). El país ausente. Barcelona: Fun-

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AGRADECIMIENTO El autor agradece a los profesores Franco Urbani y Loan Landaeta, por su valiosa ayuda en la preparación de este trabajo.

1 Esta organización edita doce publicaciones periódicas, especializadas en ciencias atmosféricas y afines, las cuales pueden consultarse en línea; este repositorio electrónico en su mayor parte es de acceso libre.

8 Estas mejoras se lograron gracias a un proyecto de dotación financiado por el FONACIT, durante la gestión del profesor Williams Méndez Mata como Coordinador del CIEMEFIVE, en el período 2013-2016, con la valiosa colaboración de la Profesora Arismar Marcano. 9 Tierra Venezolana es el título de un extraordinario libro de Arturo Úslar Pietri (Ediciones del Ministerio de Educación, Caracas, 1965), con ilustraciones y dirección artística de Alfredo Boulton; obra escrita con auténtica pasión venezolanista, basada en el conocimiento directo de la geografía venezolana, sus atractivos, potencialidades y problemas.

2 Sobre esta perturbación tropical, conocida en la época como “el ciclón oriental”, véase el libro de Gómez, A. F. (1983). El huracán de 1933. Pampatar: Ediciones FONDENE. 3 Tras su salida de Cataluña a comienzos de 1939 y su estancia de varios años en Bogotá, Pablo Vila había llegado a Venezuela a mediados de 1946, con el encargo de organizar el Departamento de Geografía e Historia del entonces denominado Instituto Pedagógico Nacional. 4 Como parte de esta serie de boletines, con el subtítulo de “Publicación especial” se han presentado dos ediciones del Léxico Estratigráfico de Venezuela (1956 y 1970) y varias de las memorias de los sucesivos congresos geológicos efectuados en Venezuela. 5 Véase, por ejemplo: Centro Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia, CENAMEC (1979). El trabajo de campo. Boletines CENAMEC, Ciencias de la Tierra. 1(1). Pág. 1-11. CENAMEC. Caracas - Venezuela. 6 Decreto N° 2.248, mediante el cual se crea la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional “Arco Minero del Orinoco”. Gaceta Oficial No. 40.855, del 24 de febrero de 2016.

7 Ya existen observaciones sobre los desfases que presentan algunas publicaciones venezolanas. En referencia a los artículos del mencionado investigador M. A. GonzálezSponga, un portal especializado del Museo Nacional de Brasil, adscrito a la Universidad Federal de Rio de Janeiro, publica la siguiente nota: “REMARK: Nominal publication dates of the Venezuelan journals in which this author publishes are often incorrect (usually 2-3 years earlier than actual date). Some effort is being spent to try to ascertain real publication dates.” (http://www.museunacional. ufrj.br/mndi/Aracnologia/pdfliteratura/papers%20gonzalez-sponga.htm).

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Propuesta de Plan de Gestión Integral de Riesgos de Desastres en la provincia de Manabí, Ecuador Henry Antonio Pacheco Gil Facultad de Ingeniería Agrícola Universidad Técnica de Manabí - Ecuador henrypacheco@gmail.com

Recibido: 24 de septiembre 2016

Resumen La Gestión Integral de Riesgos comprende un conjunto de políticas, instrumentos y medidas orientadas a la previsión, la reducción y el control permanente de los factores de riesgos de desastre en la sociedad. El objetivo del trabajo es desarrollar una propuesta para el plan de gestión Integral de riesgos de la provincia de Manabí, para ello se adapta la metodología del Plan de Cambio Climático del Ministerio del Ambiente del Ecuador siguiendo tres pasos a saber: 1. Diagnóstico, de las tendencias en el comportamiento de las variables de riesgos, identificación de las causas del problema, definición de las amenazas y análisis de las tendencias. 2. Elaboración de la propuesta y modelo territorial donde deben definirse la visión y objetivos de desarrollo, que para este caso se fundamenta en lo establecido en el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del Gobierno Autónomo Descentralizado Provincial, evaluación de la vulnerabilidad a través del trabajo en las comunidades conjuntamente con los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) Cantonales y Parroquiales y la identificación de medidas de adaptación y mitigación. 3. Elaboración del Modelo de Gestión, donde deben presentarse las medidas de adap-

Aceptado: 14 de noviembre 2016

tación y mitigación, ejecución del monitoreo y evaluación de las medidas ejecutadas. Los resultados indican altos niveles de riesgo principalmente de origen hidrometeorológico, por lo que se priorizó medidas de adaptación y mitigación del Cambio Climático, particularmente la zonificación de áreas para la construcción de albarradas así como conservación y restauración de suelos y bosques en consonancia con los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. Palabras clave: cambio climático, gestión de riesgos, Manabí, vulnerabilidad Integral comprehensive disaster risk management plan in the Manabí province, Ecuador Abstract The integral comprehensive disaster risk management is a set of politics, instruments and measures orientated to the forecast, reduction and permanent control of the disaster risk factors in the society. The objective of this investigation is to develop a proposal for the integral risk management plan in the province of Manabí, to do so it is adapted to the proposal of the Climatic Change Plan of the Ecuador Environmental Ministry following three

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steps: 1. Diagnosis, of the behavior tendencies in risk varia-bles, identification of the cause of the problem, definition of threats and analysis of tendencies. 2. Elaboration of the Proposal and the territorial Method where there must be defined the vision and objectives of development, so that this case is based in the establish in the Development and Territorial Order Plan of the Autonomic Decentralized Provincial Government, evaluation of the vulnerability through community work jointly with the Decentralized Autonomic Government (GAD by its name in Spanish) Cantonal and Parochial and the identification of adaptation and mitigation measures. 3. Elaboration of the Management Model, where there must be presented the adaptation and mitigation measures, monitoring performance and evaluation of executed measures. The results show high levels of risk, mainly hydro meteorological origin, for what is was a priority the adaptation and mitigation measures of the climatic change, particularly the mapping of areas meant to construction of “albarradas” such as conservation and restoration of soils and forests according to the objectives of sustainable development of the United Nations. Key words: climatic change, risk management, Manabí, vulnerability INTRODUCCIÓN La Gestión Integral de Riesgos de Desastres cuenta entre sus referentes más contundentes la declaración, por parte de las Naciones Unidas, la década de 1990-2000, como el Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN). Ello movilizó muchas iniciativas a nivel mundial, siendo una de las más valiosas la Primera Conferencia Mundial de Reducción de los desastres naturales, realizada en mayo de 1994 en Yokohama, Japón, donde se generó 36

el documento titulado “Estrategia y Plan de Acción de Yokohama para un mundo más seguro” (Naciones Unidas, 2005). Allí se plantean 10 principios que deben regir las acciones para la gestión de riesgos de desastres, de los cuales 3 se relacionan con procesos educativos como uno de los agentes sociales primordiales para la disminución de la Vulnerabilidad. Ahora bien, la complejidad socio ambiental del Territorio Provincial de Manabí, condiciona la existencia de escenarios de riesgos múltiples, derivados de las distintas amenazas naturales y antropogénicas así como las condiciones de vulnerabilidad de la población. La Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED, 2016) reporta en la base de datos DESINVENTAR, desde 1970 hasta 2016, para la Provincia de Manabí un total de 651 desastres, es decir un promedio de 14, 15 desastres por año, de los cuales 169 son de origen antrópico, 67 de origen geodinámico (sismos, oleaje, tsunamis) y 431 de origen hidrometeorológico (HM) representando estos últimos el 66,2% del total, lo cual evidencia la supremacía de los riegos hidrometeorológicos, siendo uno de los más intensos la ocurrencia del fenómeno El Niño. A pesar de esta realidad, no existe en la provincia un plan de gestión integral de riesgos que oriente las acciones por parte de los organismos gubernamentales y las comunidades organizadas a los fines de proponer medidas de adaptación y mitigación para la reducción de riesgos de desastres. De allí que el objetivo fundamental de este trabajo es desarrollar la propuesta de un plan de gestión integral de Riesgos en la Provincia de Manabí, adaptando la metodología del Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE, 2014) para incorporar el Cambio Climático en la gestión lo-

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Propuesta de Plan de Gestión Integral de Riesgo de Desastres en la provinvia de Manabí, Ecuador

cal, siguiendo tres pasos a saber: 1. Diagnóstico, donde se consideraron las tendencias en el comportamiento de las variables de riesgos, identificación de las causas del problema, definición de las amenazas y análisis de las tendencias de las variables climatológicas. 2. Elaboración de la Propuesta y Modelo Territorial donde se define la visión y objetivos de desarrollo, que para este caso, se fundamenta en lo establecido en el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) Provincial, evaluación de la vulnerabilidad al cambio climático a través del trabajo en las comunidades conjuntamente con los GAD Cantonales y Parroquiales y la identificación de medidas de adaptación y mitigación. 3. Elaboración del Modelo de Gestión de riesgos, donde deben presentarse las medidas de adaptación y mitigación, ejecutar monitoreo y evaluación de las medidas ejecutadas. Como iniciativas para la reducción de riesgos, las organizaciones gubernamentales de diferentes países han generado convenios internacionales que promueven el desarrollo de políticas que coadyuvan a la protección de un ambiente ecológicamente equilibrado, con miras a incrementar la prevención, definida ésta por la Secretaria Nacional de Gestión de Riesgos (2008) como el conjunto de actividades, acciones y medidas (administrativas, legales, técnicas, organizativas, etc.) realizadas anticipadamente tendientes a evitar al máximo el impacto adverso de un fenómeno destructor y que este se transforme en un desastre causando daños humanos y materiales, económicos y ambientales en una comunidad y territorio determinado. Por otra parte, también es necesario promover el incremento de la resiliencia, entendida como la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse

de los efectos de las amenazas de manera oportuna y eficaz, (Comunidad Andina, 2009). Siendo así, el Gobierno de Ecuador, conjuntamente con países aliados está comprometido en la lucha por conseguir un nuevo modelo de vida, que contribuya a la recuperación de la biodiversidad y la salud integral de los pueblos. Es así como a través de la Secretaria Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), se asume el rol rector de las políticas públicas relacionadas con la Gestión de Riesgos, en concordancia con lo establecido en la Constitución Nacional del año 2008, la cual contempla lo relacionado con la gestión de riesgos de desastres en los mandatos básicos de los Artículos 389 y 390: “Art. 389.- El Estado protegerá a las personas, las colectividades y la naturaleza frente a los efectos negativos de los desastres de origen natural o antrópico mediante la prevención ante el riesgo, la mitigación de desastres, la recuperación y mejoramiento de las condiciones sociales, económicas y ambientales, con el objetivo de minimizar la condición de vulnerabilidad” El sistema nacional descentralizado de gestión de riesgo está compuesto por las unidades de gestión de riesgo de todas las instituciones públicas y privadas en los ámbitos local, regional y nacional. El Estado ejerce la rectoría a través del organismo técnico establecido en la ley, siendo sus principales funciones identificación de riesgos, difusión de información, articulación interinstitucional entre otras, mediante un ente rector y una estructura descentralizada. El marco constitucional obliga a los actores de la gestión de riesgos, entre los que se encuentran las entidades públicas nacionales, gobiernos provinciales y municipales, juntas parroquiales, empresas públicas y privadas, organizaciones

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no gubernamentales, cooperación internacional, entre otros, a asumir sus responsabilidades, desarrollar sus capacidades e integrar mejor sus esfuerzos para reducir los riesgos en los diferentes campos de su actividad. En general existe una cantidad de documentos normativos vigentes, sin embargo muchos de los aspectos contemplados en tales instrumentos legales no reflejan su óptimo cumplimiento en el desarrollo de las actividades productivas, por lo contrario en muchos casos se potencia la manifestación del riesgo. METODOLOGÍA Para la elaboración del diagnóstico de la manifestación del riesgo de desastre, se parte del análisis de registros históricos de ocurrencia de desastres, en la provincia de Manabí en la base de datos DESINVENTAR de LA RED (2016), levantamiento de información de campo en todos los cantones de la provincia, análisis de información técnica y normativa legal. Con base en esto, se definieron estrategias de acción y la ejecución de actividades de formación de comunidades y representantes de los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) en Gestión Integral de Riesgos, específicamente la elaboración de Mapas Comunitarios de Riesgos y Recursos, la implementación de Sistemas de Alerta Temprana Comunitarios y la ejecución de Simulacros de Evacuación ante Riesgos de Desastres. Se realizaron reuniones de trabajo con representantes de las Direcciones de Planificación y Ordenamiento Territorial y Gestión Ambiental, Turismo y Riesgo, así como las Unidades de Gestión de riesgo de los GAG Cantonales, quienes convocaron a los líderes comunitarios e instituciones que hacen vida en el Territorio. Se socializó a través de discusiones y talleres, en las reuniones de trabajo, la Guía Co38

munitaria de Gestión de Riesgos de la Secretaría, la cual fue impresa por el Gobierno Provincial de Manabí (GPM) para su distribución a cada uno de los participantes en las actividades ejecutadas. En estas actividades de trabajo se discutió con los participantes los temas relacionadas con: Marco Constitucional, Desarrollo Comunitario, Conceptos básicos en Gestión de Riesgos, Memoria local de los eventos adversos, Mapas Comunitarios de Riesgos y Recursos, Sistemas de Alerta Temprana, Planes de actuación para la Gestión Local de Riesgo. Se sistematizó la información a través de inventarios y mapas comunitarios de riesgos y recursos, registro anecdótico de eventos pasados por parte de la comunidad, así como entrevistas no estructuradas a informantes claves. Con el apoyo brindado en la socialización de información, los participantes adquieren formación y capacitación para la futura elaboración de instrumentos de planificación como la densificación de información de riesgos, inventario de eventos ocurridos, recursos personales y materiales para la gestión de riesgos, mapas comunitarios de riesgos y recursos, instrumentos de medición de variables hidrológicas y los planes cantonales de contingencia, estos últimos que deben ser consignados a la Secretaria de Gestión de Riesgos para su revisión y aprobación. Análisis de las tendencias en las variables de riesgos Considerando la supremacía de los riesgos hidrometeorológicos, se analizaron los registros históricos de precipitación y temperatura del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI, 2016), para determinar las tendencias en el comportamiento de estas variables en los últimos 30 años usando los modelos propuestos por el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC, 2000) y los resultados reportados por el Centro In-

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Propuesta de Plan de Gestión Integral de Riesgo de Desastres en la provinvia de Manabí, Ecuador

ternacional para la Investigación del Fenómeno El Niño (CIIFEN, 2015) y Zevallos (2004). Evaluación de la vulnerabilidad Se asume la construcción de un Índice de Vulnerabilidad de acuerdo con los criterios definidos por LA RED (2002); Barrenechea y otros (2003), según los cuales la vulnerabilidad puede ser establecida considerando cuatro condiciones: social, demográfica, económica, y de recursos naturales. En tal sentido, para el estudio se usó indicadores de variables socioeconómicas disponibles en el Censo Nacional de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC, 2010), considerando que los actores sociales con menos recursos económicos no tienen capacidad para enfrentar las pérdidas, por lo cual sus condiciones de vida empeoran generando mayores factores de vulnerabilidad ante la siguiente amenaza, produciendo una amplificación de los efectos, según los criterios expuestos por Hewitt (1997). En este orden de ideas, se seleccionaron las siguientes variables censales: NBI, Analfabetismo, acceso al agua potable, acceso al alcantarillado, escolaridad, recolección de desechos sólidos migración, densificando la información del INEC (2010) con el trabajo en las comunidades apoyados por los GAD cantonales y parroquiales.

con más de 7 meses al año, según el índice ombrotérmico, con suelos de textura gruesa y media. Con el mapa de uso del suelo del MAGAP (2014) y la zonificación del riesgo de erosión de Pacheco (2016), se priorizó los remanentes de bosques que deben ser protegidos y las zonas de restauración donde predominan los pastizales y cultivos transitorios con alto riesgo erosivo. Elaboración del Modelo de Gestión El Modelo de Gestión está fundamentado en los objetivos del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT), del Gobierno Provincial, en cumplimiento de las indicaciones contempladas en el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD) y el Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas (COPFP), a través de la Dirección de Planificación y Ordenamiento Territorial, sustentados en la situación presente de la realidad provincial, y la formulación de manera participativa con la ciudadanía, el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT) de Manabí 2011-2020, donde se reflejan las medidas de adaptación y mitigación al cambio climático que deben ser implementadas, con las metas e indicadores para su monitoreo y evaluación, (FAO, 2014, Naciones Unidas, 2014).

Zonificación para la construcción de albarradas y áreas de conservación y restauración de bosques

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Usando herramientas de algebra de mapas en un sistema de información geográfica se dispuso de información topográfica, con un Modelo Digital de Elevación (MDE) de 10 metros de resolución para seleccionar los sitios con el mayor flujo acumulado, en áreas

Los registros históricos de la temperatura en la provincia de Manabí entre 1970 y 2012 (INAMHI, 2016) reflejan una tendencia al incremento generalizado respecto a la media histórica, cuantificada entre 0,5 y 1°C, según se observa en el Gráfico 1.

Tendencias en las variables de riesgos

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Respecto a las precipitaciones, en el Gráfico 1 se observan variaciones en los montos promedios de precipitación, por ejemplo en la costa adyacente a la ciudad de Manta se registran incrementos cercanos al 90% en los montos pluviométricos, no obstante a este incremento los montos siguen siendo muy bajos y se mantienen por debajo de los 300 mm al año, con más de nueve meses secos. En contraposición, en la zona centro norte de la provincia se refleja una disminución considerable de los montos anuales de precipitación superiores al 10%, lo cual debe ser considerado seriamente por ser esta región la mayor productora de agua de la provin-

cia, donde se encuentra ubicado el embalse La Esperanza con objetivos multipropósitos para la generación de energía eléctrica, riego y consumo humano, obviamente esta disminución de las precipitaciones conjuntamente con el incremento de la temperatura va a potenciar la vulnerabilidad de la población, especialmente la dedicada a las actividades agropecuarias quienes representan más del 60% del total provincial, (INEC; 2015) y verían afectada su producción con incrementos en los costos, disminución en los rendimientos y mayor afectación a los ecosistemas, (Jiménez, Castro, y Wittmer, 2012)

Gráfico 1. Modificaciones en las variables climáticas de acuerdo a los registros del Centro Internacional de Investigaciones del fenómeno El Niño. (CIIFEN, 2016)

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Propuesta de Plan de Gestión Integral de Riesgo de Desastres en la provinvia de Manabí, Ecuador

Emisión de gases de efecto invernadero Las actividades agropecuarias en la provincia son poco tecnificadas y de manera extensiva, lo cual genera emisiones de gases de efecto in-

vernadero y según los componentes establecidos por Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo SENPLADES (2011), se pueden resumir en el cuadro 1.

Cuadro 1 Tendencias en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), según los componente establecidos por SENPLADES (2011). Componente

Tendencia

Fuentes de GEI

(según SENPLADES,c2011)

Avance de la frontera Agrícola

De acuerdo al INEC (2015) Manabí lidera las provincias del Ecuador con mayor superficie de labor agropecuaria (cultivos permanentes, transitorios y barbecho, pastos naturales y cultivados), con un total de 1.171.273 Ha, con tecnologías de producción basadas en la tala y quema de bosque y residuos de cultivo, lo que implica liberación de carbono a la atmósfera.

Ganadería

Manabí cuenta con el mayor número de cabezas de ganado en el país con 911.748, según INEC (2015), pero sus rendimientos son muy bajos, poca tecnología de producción, consumo de pasturas de baja calidad, producción de gases de efecto invernadero alrededor de 55 Kg/animal adulto (Gallego, 2014).

Económico

Uso de agroquímicos

Se usan indiscriminadamente y de forma empírica agroquímicos para mejorar las actividades productivas en el sector agropecuario, según Monteros, y Salvador, (2015) más de 80 quintales de urea/ha, incorporando nitrógeno que puede convertirse en un potente gas de efecto invernadero como es el óxido nitroso

Vertidos industriales

No se tratan los vertidos de las pocas industrias, fundamentalmente ganaderas, avícolas, porcícolas y acuícolas que están asentadas en el territorio provincial y el agua de los ríos y embalses 41

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Cuadro 1 (Continuación). Componente

Tendencia

Fuentes de GEI

(según SENPLADES,c2011)

presenta niveles de contaminación con metales pesados y coliformes, entre otros. (Gobierno Provincial de Manabí, 2013)

Biofísico

Pérdida de bosques y suelo por tala e incendios

Anualmente se presenta tala de bosque e incendios, con un promedio superior a las 10.000 ha/ año (MAE, 2010)

Pérdida de ecosistemas nativos por cambios en el uso del suelo

Se ha deforestado buena parte del bosque, y los cultivos permanentes, sustituidos por maíz y pastizales. Adicionalmente se han construido grandes presas con importantes impactos ambientales en algunas cuencas

Evaluación de la vulnerabilidad De acuerdo a lo reflejado en el cuadro 2, los cantones que presentan índices más altos de vulnerabilidad se encuentran en áreas rurales de la provincia debido principalmente a la carencia de infraestructura y las necesidades básicas insatisfechas, destacando Olmedo, 24 de Mayo, Pajan, Flavio Alfaro, Pedernales, Puerto López, Pichincha, Jama, y Montecristi con valores superiores al 90 % de la población en condiciones de NBI. De acuerdo a la CEPAL (2001) las NBI es un método directo para identificar carencias críticas en una población y caracterizar la pobreza. Usualmente utiliza indicadores directamente relacionados con cuatro áreas de necesidades básicas de las personas (vivienda, servicios sanitarios, educación básica e ingreso mínimo), disponibles en los censos de población y vivienda. El analfabetismo alcanza en Manabí el 10,2 % como promedio de la población mayor de 10 42

años, siendo los cantones Pajan, 24 de mayo y Olmedo los más críticos, donde prácticamente se duplica el promedio (INEC, 2010). La escolaridad media es de 8,1 años o sea que apenas supera el nivel elemental, pero muestra incrementos significativos respecto al año 2000. Con relación a los niveles Universitarios se puede reportar un notable avance en la formación de capacidades investigativas de los profesores de las Universidades a través del amplio apoyo para cursar estudios doctorales en distintos países del mundo, además del aporte por los proyectos PROMETEO y ATENEO de la SENESCYT que contempla la incorporación de más de 800 doctores de otros países que vienen a desarrollar investigaciones en el Ecuador y efectuar transferencia tecnológica y de conocimientos, con lo cual debe mejorar sustancialmente la situación actual y por consiguiente disminuir algunos de los indicadores de vulnerabilidad.

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Propuesta de Plan de Gestión Integral de Riesgo de Desastres en la provinvia de Manabí, Ecuador

Cuadro 2 Indicadores de vulnerabilidad en las variables censales. (INEC, 2010)

% NBI

% Agua potable

Años de Escolaridad

% Analfabetismo

% Manejo de desechos por carro recolector

% Alcantarillado

Migración

PORTOVIEJO

65,2

62,7

9,7

6,6

79,0

50,2

4775

1,94

BOLIVAR

89,5

24,9

7,6

9,7

51,6

34,5

6135

3,14

CHONE

80,9

37,9

7,9

11,0

52,3

24,8

291

0,91

EL CARMEN

80,4

48,5

7,2

10,9

58,1

17,6

739

2,83

FLAVIO ALFARO 94,3

16,7

6,3

12,8

33,7

9,5

3989

3,55

JIPIJAPA

83,3

58,5

7,9

12,5

61,9

40,8

1635

3,58

JUNIN

86,0

36,9

7,3

11,7

56,9

20,7

1967

4,59

MANTA

54,8

78,7

9,8

5,4

97,9

64,1

775

2,30

MONTECRISTI

90,3

26,5

7,7

9,0

78,3

19,2

502

3,00

PAJAN

94,5

19,1

5,4

21,9

26,1

15,6

751

2,53

PICHINCHA

93,0

20,3

5,3

18,9

26,6

0,8

985

2,80

ROCAFUERTE

78,3

54,5

7,8

8,3

62,4

17,4

910

3,52

SANTA ANA

84,9

40,8

6,1

17,6

39,6

13,8

1647

2,26

SUCRE

83,0

47,3

7,7

10,1

73,7

27,0

764

1,21

TOSAGUA

84,4

63,5

7,1

11,6

41,7

1,4

1139

5,21

Cantones

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(Personas que salieron en los últimos 5 años

N° %

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Henry Antonio Pacheco Gil

Cuadro 2 (Continuación). 24 DE MAYO

94,9

23,1

5,7

20,0

30,2

10,9

827

1,47

PERDENALES

93,7

23,0

5,8

17,1

59,0

12,6

1548

311

OLMEDO

+97,4

10,8

5,6

20,6

33,0

2,0

375

4,28

PUERTO LOPEZ

93,1

46,0

7,1

12,3

93,7

0,5

582

3,13

JAMA

90,2

42,8

7,0

10,9

71,0

10,8

345

1,75

JARAMIJO

79,7

75,7

6,7

9,7

88,1

29,5

176

1,05

SAN VICENTE

85,5

52,4

7,1

12,7

66,6

12,3

222

1,54

MANABI

76,8

50,9

8,1

10,2

67,8

33,3

Los bajos porcentaje de población con acceso al agua potable y alcantarillado en algunos municipios incrementa la vulnerabilidad ante eventos hidrometeorológicos por cuanto estos pueden generar inundaciones, movimientos en masa, sequías, entre otros con serias afectaciones a los sistemas de distribución del vital líquido produciendo epidemias y enfermedades de transmisión hídrica, por su parte lo no existencia de alcantarillados obliga a los habitantes a disponer sus desechos en lugares inapropiados que eventualmente pueden contaminar cuerpos de agua.

Montecristi y Portoviejo. Manabí, desde los años 60 del siglo anterior, por efectos de las sequías y del deterioro del sector rural, se ha convertido en una provincia de emigrantes. Del análisis del censo de año 2010 se puede concluir que existe una tasa neta de emigración de 0,65 % anual, o sea que cada año hay una pérdida de 8.000 personas, como balance efectivo entre personas que vienen a vivir en Manabí y aquellos que la abandonan.

La vulnerabilidad demográfica se presenta elevada, debido principalmente a la migración y consecuente baja tasa de crecimiento de los cantones rurales, el cuadro 2 muestra los mayores valores para este subíndice, en los Cantones Flavio Alfaro, Santa Ana, Olmedo y 24 de Mayo con cerca del 4 % de su población migrando hacia otros Cantones de la provincia como son Manta,

El Gráfico 2 muestra las zonas priorizadas para la construcción de albarradas, concentradas en la región costera centro sur de la Provincia, con lo cual los GAD y otras instituciones, cuenta con una herramienta de gestión para la toma efectiva de decisiones respecto a la inversión de recursos.

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Zonificación para la construcción de albarradas y áreas de conservación y restauración de suelos bosques

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Gráfico 2. Zonas priorizadas para la construcción de albarradas AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

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Se definió con criterio técnico las áreas prioritarias, para el desarrollo de acciones de conservación y restauración de suelos y bosques (Gráfico 3), como adaptación y mitigación del Cambio Climático, procurando alianzas estratégicas interinstitucionales, enmarcadas dentro del Programa de Acción Nacional para la lucha contra la desertificación, Degradación de la Tierra y Sequía, (PAND) y alineadas con la Estrategia Decenal de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD), a

los fines de optimizar y disponer de mayores recursos financieros para el Manejo Sostenible de la Tierra, lo cual según Segarra (2014), combina una serie de acciones, incluyendo instrumentos de política, financiamiento y prácticas locales que necesariamente deben estar en estrecha concordancia con las iniciativas para el Cambio de la Matriz Productiva y el Plan Nacional del Buen Vivir a nivel nacional y la Agenda Productiva de Manabí a nivel regional.

Gráfico 3. Zonas priorizadas para la conservación y restauración de suelos y bosques.

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Modelo de Gestión El análisis conjunto de las variables de riesgo, la evaluación de la vulnerabilidad el trabajo de campo con las comunidades y la revisión de información técnica permiten comprobar la situación Provincial reportada para todo el país por la Secretaria Nacional de Gestión de Riesgos (2008), y SEMPLADES (2010 a y b), caracterizada por lo siguiente: • No existe una tradición de incorporar consideraciones de riesgo dentro de la gestión de proyectos, ni en el sector público, ni en el sector privado. • No se conoce con claridad el tipo de información que está disponible, o que se requiere, para incorporar parámetros de riesgo en los proyectos de inversión pública. • Desconocimiento de instrumentos técnicos que facilitarían la incorporación de acciones concretas de reducción del riesgo • Falta de coordinación y cooperación interinstitucional entre las entidades del sector público para aprovechar sus capacidades y optimizar el uso de recursos disponibles • Poco interés en la incorporación de la gestión del riesgo en las instituciones, por lo que no se cuenta con recursos, como por ejemplo personal capacitado, para considerar la variable riesgo en las distintas etapas de un proyecto de inversión • Debilidad técnica, económica y financiera de las instituciones locales, tales como municipios y gobiernos parroquiales, para la construcción de infraestructura segura para enfrentar amenazas naturales.

• Repetición sistemática de malas prácticas en los diseños y/o en la construcción de obras de infraestructura a nivel nacional, que aún sin la ocurrencia de una amenaza natural ya han presentado problemas estructurales, como es el caso de edificaciones, puentes, vías y carreteras, etc., demostrando que las falencias no sólo se encuentran en el sector público, sino también y de manera importante en el sector privado nacional e internacional que también participa en ese tipo de proyectos de gran envergadura. A los fines de mejorar la situación reflejada, el gobierno Provincial visiona a Manabí como centro de conectividad, transferencia marítima y aérea del Pacífico Sur, mayor productor pesquero, agropecuario, artesanal y turístico de la costa ecuatoriana, proveedor de recursos energéticos e hídricos para la región, promotor de la inclusión social y rescate de la identidad cultural manabita, en armonía con la naturaleza para el Buen Vivir y su integración social y política. Así establece el sistema nacional descentralizado de gestión de riesgo, el cual está compuesto por las unidades de gestión de riesgo de todas las instituciones públicas y privadas en los ámbitos local, regional y nacional. El Estado ejercerá la rectoría a través del organismo técnico establecido en la ley. Tendrá como funciones principales, entre otras: 1. Identificar los riesgos existentes y potenciales, internos y externos que afecten al territorio ecuatoriano. 2. Generar, democratizar el acceso y difundir información suficiente y oportuna para gestionar adecuadamente el riesgo. 3. Asegurar que todas las instituciones públicas y privadas incorporen obligatoria-

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mente, y en forma transversal, la gestión de riesgo en su planificación y gestión. 4. Fortalecer en la ciudadanía y en las entidades públicas y privadas capacidades para identificar los riesgos inherentes a sus respectivos ámbitos de acción, informar sobre ellos, e incorporar acciones tendientes a reducirlos. 5. Articular las instituciones para que coordinen acciones a fin de prevenir y mitigar los riesgos, así como para enfrentarlos, recuperar y mejorar las condiciones anteriores a la ocurrencia de una emergencia o desastre. 6. Realizar y coordinar las acciones necesarias para reducir vulnerabilidades y prevenir, mitigar, atender y recuperar eventuales efectos negativos derivados de desastres o emergencias en el territorio nacional.

productiva agroindustrial, agroecológica y turística a través de la dotación de infraestructura vial, de riego, de facilitación del acceso al crédito y la asistencia técnica; la gestión de cuencas hidrográficas y de riesgos naturales, así como la conservación y protección de la biodiversidad. El modelo de Gestión del Plan de Cambio Climático de la provincia de Manabí, contempla la puesta en práctica, de forma combinada, una serie de acciones, incluyendo instrumentos de política, financiamiento y prácticas locales que necesariamente deben estar en estrecha concordancia con las iniciativas para el Cambio de la Matriz Productiva y el Plan Nacional del Buen Vivir a nivel nacional y la Agenda Productiva de Manabí a nivel regional, SENPLADES (2010a, 2010b, 2011, 2013), según se muestra en los cuadros 3 y 4.

7. Garantizar financiamiento suficiente y oportuno para el funcionamiento del Sistema, y coordinar la cooperación internacional dirigida a la gestión del riesgo. 8. Según el mandato constitucional la gestión de riesgos opera mediante un ente rector y una estructura descentralizada. El instrumento normativo por excelencia, para implementar las políticas de gestión integral de riesgos lo constituye el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial, (Gobierno Provincial de Manabí, 2015), con objetivos y líneas estratégicas que soportan el Plan de Cambio Climático de la Provincia de Manabí, a nivel de los gobiernos descentralizados. Los lineamientos estratégicos previstos en el plan, contemplan temáticas relacionadas con el desarrollo ambientalmente sustentable; el fomento y la consolidación de la infraestructura 48

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Propuesta de Plan de Gestión Integral de Riesgo de Desastres en la provinvia de Manabí, Ecuador

Cuadro 3 Propuesta de medidas de adaptación y mitigación del Cambio Climático Medida Acción Objetivo de Albarradas y Almacenar agua en períodos Almacenamiento y gestión de Construcción Lagunas de lluvia para provisión en peAgua ríodos de sequía. Generación de conocimiento

Recuperación del Suelo.

Estudios Técnicos

Generar información que disminuya la incertidumbre.

Uso de abonos orgánicos. Plantaciones de Bosques. Pulverizar cubierta erosionada.

Disminuir el riesgo de desertificación y degradación de suelos. Fertilización del suelo

Conservación de Bosques.

Adoptar practicas Agroecológicas.

Mejoramiento de conocimientos y prácticas agrícolas.

Gestión integrada de nutrientes del suelo

Mejoramiento en la tecnología de producción ganadera

Rotación de cultivos. Mantillo y reciclaje de residuos. Periodos de barbecho.

Luchar contra la degradación de bosques

Promover la eficiencia en la producción agrícola y uso de recursos.

Diversificación de cultivos. Labranza de conservación. Agricultura orgánica. Gestión de fertilizantes. Gestión de plagas y enfermedades. Agro biodiversidad. Mejoramiento en la tecnología de producción ganadera

Mejoramiento genético del ganado, considerando el cruce de las razas autóctonas mejor adaptadas.

Incrementar los rendimientos de producción en términos de carne y leche.

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Cuadro 3 (Continuación) Medida

Acción Objetivo Disminuir la emisión de gases Evitar la quema de pastizales. de efecto invernadero Mejoramiento nutricional de pastures. Desarrollo de sistemas silvopastoriles. Vigilancia sanitaria y salud animal. Incorporar valor agregado a la producción ganadera, desarrollando la agroindustria por ejemplo con matadero certificado, fábrica de galletas enriquecidas con hierro heminico (desarrollo de la agroindustria)

Promoción de la optimización del programa de Reforestación desarrollado por la CORFAM

Seleccionar las áreas prioritarias a reforestar de acuerdo al Mapa de Riesgo de Erosión

Disminuir la acción de los procesos erosivos

Producción y difusión de información relacionada con el Cambio Climático a través de los distintos medios audiovisuales de información y comunicación

Implementar programas de radio y televisión

Difundir masivamente información relacionada con el Manejo Sustentable de la Tierra (MST

Mejoramiento en el acceso a mecanismos de financiamiento y seguros en las actividades productivas

Coordinar con la banca privada y organismos multilaterales, políticas de financiamiento y seguros en las actividades productivas

Proteger la inversión de los pequeños agricultores

Disminución del riesgo Sísmico y de Tsunami

Actualización y elaboración de normativas de construcción sismo resistente.

Disminuir la acción de los eventos sísmicos

Implementar espacios de opinión e información en los diarios de circulación regional

Reordenación de uso y ocupación de la región contera.

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Cuadro 4 Metas e indicadores para seguimiento y control del Plan de Cambio Climático Tema Meta Indicador Reducir en un 50 % las pérdidas humanas y económicas por las crisis y los desastres por (i) los riesgos naturales; (ii) conflictos, crisis prolongadas y las crisis socio – económicas combinadas; y (iii) las crisis de la cadena alimentaria causadas por plagas, enfermedades animales y eventos relacionados con la inocuidad de los alimentos La biodiversidad se conserva y se usa de forma sostenible para contribuir a la seguridad alimentaria

Pérdidas humanas y económicas por las crisis y los desastres causados por (i) los riesgos naturales; (ii) conflictos, crisis prolongadas y las crisis socio económicas combinadas; y (iii) las crisis de la cadena alimentaria causadas por plagas, enfermedades animales y eventos relacionados con la inocuidad de los alimentos

Reducir la intensidad y ralentizar el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero en los sistemas alimentarios, mientras que se cumplen las necesidades alimentarias nacionales e individuales.

Emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura (por hectárea de tierra y por unidad de producción, separadamente para los cultivos y el ganado).

Incrementar la resiliencia de los sistemas de producción a los eventos extremos causados por el cambio climático y mantener la sostenibilidad de los sistemas de producción frente a los cambios climáticos de largo plazo.

Crecimiento del nivel absoluto de las emisiones en los sectores y subsectores relevantes.

Energía

Reducir la intensidad en el uso de combustibles fósiles en los sistemas alimentarios, mientras se cumplen las necesidades alimentarias nacionales e individuales

Uso directo de combustibles fósiles en la agricultura por i) hectárea de tierra cultivable, ii) unidad de valor de producción, iii) unidad de calorías de los alimentos producidos (Normalizado por los niveles de capital de maquinaria por unidad de tierra cultivable).

Pesca, acuicultura, océanos y mares

Los recursos pesqueros y acuícolas se conservan y se utilizan de manera sostenible para contribuir a la seguridad alimentaria.

Proporción de hogares que utilizan la biomasa tradicional para la cocina.

Resiliencia

Ecosistemas, genética

biodiversidad,

Clima

Número/porcentaje de especies locales clasificadas en situación de riesgo, no en riesgo y a niveles desconocidos de riesgo

Coeficiente de variabilidad de los rendimientos de los cultivos vinculado con la frecuencia de eventos extremos que afectan la producción

Proporción de poblaciones de peces dentro de límites biológicos sostenibles.

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Cuadro 4 (Continuación) Tema Meta Indicador Asegurar la gestión sostenible y la Productividad de la acuicultura conservación de los océanos y de en la utilización de los recursos naturales (tierra, agua y Poblalas zonas costeras. ciones silvestres) Para 2030, asegurar la gestión sos- Área total de bosques como Bosques tenible de todos los bosques y los proporción de la superficie total. ecosistemas nativos, manteniendo una cubierta forestal de al menos Área de bosques bajo gestión foel 30 % de la superficie terrestre restal Sostenible. de la Provincia, y aumentando la contribución de los bosques al de- Cubierta vegetal total (incluyendo los bosques, tierras de cultivo y sarrollo rural. pastos) como proporción del área total. Incrementar las reservas de carbono en los bosques y reducir las Contribución del sector forestal al PIB y al Empleo. emisiones de GEI Reservas de carbono forestal (a crecer). Emisiones de carbono de los bosques (a bajar). Tierra y suelos Aumentar en un 30 por ciento el Área de tierras/suelos bajo área de tierras de cultivos, pastos y gestión sostenible. bosques bajo gestión sostenible para el año 2030, asegurando la restauración de los suelos degradados, la conservación de la biodiversidad y el aumento de la pres-tación de servicios productivos, ecológicos y socio culturales. Agricultura sostenible (cultivos Utilizar todos los recursos naturales de manera sostenible para la y ganadería) producción alimentaria y agrícola. Incrementar la productividad, los ingresos y la resiliencia de la agricultura familiar en pequeña escala. Reducir la tasa Provincial de pérdidas y desperdicios de alimentos en un 50 por ciento. Agua

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Asegurar el uso sostenible de los recursos hídricos y mejorar la productividad del agua agrícola en todos los países mediante la buena gobernanza del agua y mejor infraestructura

Indicadores relevantes sobre la sostenibilidad del uso de agua, uso de tierras y suelos, energía, biodiversidad, recursos acuáticos, bosques, cambio climático (bajo los otros temas) Valor de la producción agrícola por unidad de trabajo. Valor de la producción de alimentos/hectárea. Índice Provincial de pérdidas de Alimentos. Extracción de agua agrícola como proporción de la extracción total de agua y extracción total de agua como proporción del total de recursos hídricos renovables reales (porcentaje)

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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

LIMITACIONES

• Los registros históricos de los desastres ocurridos en la provincia reflejan la supremacía de los eventos hidrometeorológicos con un 66,2%, lo cual justifica la priorización del Plan de Cambio Climático.

• No existe una tradición de incorporar consideraciones de riesgo dentro de la gestión de proyectos, ni en el sector público, ni en el sector privado.

• La temperatura promedio en la provincia refleja incrementos entre 0,5 y 1 °C • Existen variaciones en los montos pluviométricos con incrementos de hasta el 90 % en la región costera central y disminución superior al 10%, en la región centro oriental de la provincia. • Los indicadores censales reflejan alta vulnerabilidad especialmente por necesidades básicas insatisfechas, deficiencias en la infraestructura de servicios, elevado analfabetismo y migración. • La ocurrencia reciente de sismos y la manifestación del Fenómeno El Niño, demanda acciones por parte de las instituciones y comunidades para la gestión integral de riesgos. • Las actividades agropecuarias de la provincia agrupan a más del 60 % de la población, con prácticas poco amigables con el ambiente, lo cual incrementa el cambio climático por la emisión de gases de efecto invernadero y degradación de suelos y bosque. • Se priorizan acciones de adaptación y mitigación al cambio climático con metas e indicadores, concordantes con la propuesta de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU. • Es recomendable procurar alianzas estratégicas interinstitucionales para abordar integralmente la ejecución de las actividades propuestas en este plan.

• Falta de coordinación y cooperación interinstitucional entre las entidades del sector público para aprovechar sus capacidades y optimizar el uso de recursos disponibles. • Debilidad técnica, económica y financiera de las instituciones locales, tales como municipios y gobiernos parroquiales, para la construcción de infraestructura segura para enfrentar amenazas naturales. • Malas prácticas en los diseños y/o en la construcción de obras de infraestructura. • Alto porcentaje de población con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). • Alto porcentaje de población dedicada a actividades agropecuarias, con prácticas poco amigables con el ambiente. REFERENCIAS Barrenechea, J., Gentile, E., González, S., y Natenzon, C. (2003). Una propuesta metodológica para el estudio de la vulnerabilidad social en el marco de la teoría social del Riesgo. En “En torno de las metodologías: abordajes cualitativos y cuantitativos”. Silvia Lago Martínez, Gabriela Gómez y Mirta Mauro – Coordinadoras. Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño (CIIFEN, 2015) http://www.ciifen.org/index. php?option=com_content&view=category&layout=bl og&id=101&Itemid=134&lang=es CEPAL (2001) El método de las necesidades básicas insatisfechas (NBI) y sus aplicaciones en América Latina. http://www.cepal.org/es/publicaciones/4784-elmetodo-de-las-necesidades-basicas-insatisfechas-nbiy-sus-aplicaciones-en

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La Innovación Pedagógica de la Explicación de la Realidad Ambiental y Geográfica desde la Geografía Escolar

José Armando Santiago Rivera Universidad de Los Andes-Táchira Departamento de Pedagogía asantia@ula.ve; jasantiar@yahoo.com

Recibido: 16 de octubre 2016

Resumen El propósito del artículo es explicar la necesidad de la innovación pedagógica en la explicación de la realidad ambiental y geográfica desde la geografía escolar en su práctica escolar cotidiana. Se asume que en el inicio del nuevo milenio, aunque ocurren cambios epistémicos en la elaboración de los conocimientos y las prácticas en la educación ambiental y la enseñanza geográfica, persiste en el aula de clase la transmisión de contenidos programáticos, establecidos por el positivismo como paradigma científico en el siglo XIX. De allí la necesidad de promover cambios significativos en la labor pedagógica habitual de la geografía en la escuela. Eso determinó asumir la investigación documental y realizar una consulta bibliográfica para estructurar un planteamiento sobre la temática ambiental y geográfica como objeto de análisis de la geografía escolar, la innovación paradigmática de la educación ambiental y la enseñanza geográfica en la escuela y fundamentos para innovar la explicación pedagógica del tema ambiental y geográfico en la geografía

Aceptado: 9 de noviembre 2016

escolar. Concluye al proponer modernizar los procesos de enseñanza y de aprendizaje, desde los fundamentos teóricos y metodológicos del enfoque cualitativo, como opción para contribuir con la alfabetización geográfica fundamentada en la formación educativa humanística, sustentada en el fortalecimiento de la conciencia crítica y constructiva de los ciudadanos, ante las dificultades ambientales y geográficas comunitarias y globalizadas en el mundo contemporáneo. Palabras clave: innovación pedagógica, realidad ambiental y geográfica, geografía escolar. The pedagogical innovation of the explanation of the environmental and geographical reality from the school geography Abstract The purpose of the article is to explain the need for pedagogical innovation in explaining the environmental and geographical reality from school geography in everyday school practice. It is assumed that in the beginning of the new millennium, although epistemic changes occur

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in the elaboration of knowledge and practices in environmental education and geography, the transmission of programmatic contents established by positivism as paradigm persists in the classroom Scientist in the 19th century. Hence the need to promote significant changes in the usual pedagogical work of geography in school. This determined to assume the documentary research and to carry out a bibliographical consultation to structure an approach on the environmental and geographic subject as an object of analysis of the school geography, the paradigmatic innovation of the environmental education and the geographic teaching in the school and foundations to innovate the explanation Pedagogy of the environmental and geographic theme in the school geography. It concludes by proposing to modernize the teaching and learning processes, from the theoretical and methodological foundations of the qualitative approach, as an option to contribute to the geographical literacy based on humanistic educational training, based on the strengthening of the critical and constructive conscience of the citizens, In view of the environmental and geographical difficulties of the community and globalization in the contemporary world. Key words: Pedagogical Innovation, Environmental and Geographic Reality, School Geography. INTRODUCCIÓN En el ámbito sociohistórico desenvuelto desde mediados del siglo XX hasta el presente, se han manifestado sucesos reveladores de la complejidad, el caos y el desconcierto. Esta situación de la época tiene entre sus causas esenciales, el incremento de las dificultades ambientales y geográficas; por cierto, divulgadas cotidianamente en los medios de comunicación social, en especial, la televisión. El resultado es una reali58

dad donde confluyen temas de diversa índole, como sus efectos. Hoy día la magnitud de esta problemática es motivo de inquietud debido a su efecto mundializado. Su deferencia obedece a su fisonomía difícil, delicada y alarmante, cuya complicación requiere de otras explicaciones, además de las propuestas del positivismo, las epistemes cualitativas, igualmente acordes con las necesidades de las comunidades. Por tanto, el logro apunta hacia una versión científica analítico-interpretativa y de procesos educativos fundados en la participación y el protagonismo social. Sin embargo, el problema responde a la vigencia de los conocimientos y prácticas de la geografía escolar establecidas en el siglo XIX, para los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Se trata de una situación formativa de aspecto obsoleta, desfasada y opuesta, resistente a las iniciativas propuestas de cambio pedagógico, en las reformas curriculares desde mediados del siglo XX, en Venezuela, debido a su afecto a la transmisión de contenidos programáticos. La inquietud obedece a la exigencia reiterada de una práctica escolar cotidiana de la geografía escolar, más coherente con la formación de los ciudadanos que viven habitualmente los eventos originados por la complejidad ecológica, ambiental y geográfica contemporánea. Eso implica contribuir desde la labor del aula, a mejorar la explicación de esa realidad, desde un acto educante, sostenido en una acción pedagógica centrada en la investigación de la realidad geográfica inmediata. Asumir esta problemática exigió metodológicamente, realizar una revisión bibliográfica que permitió estructurar un planteamiento orientado a: 1) Analizar la temática ambiental

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y geográfica como objeto de análisis de la geografía escolar. 2) Explicar la innovación paradigmática de la educación ambiental y la enseñanza geográfica en la escuela y 3) Proponer los fundamentos para innovar la explicación pedagógica del tema ambiental y geográfico en la geografía escolar. La temática ambiental y geográfica como objeto de análisis de la geografía escolar En el inicio del nuevo milenio, una referencia ineludible para explicar la situación ambiental y geográfica de las comunidades, es considerar la contextualización del objeto de estudio en el marco de la realidad del mundo contemporáneo (Morín, 1993). El requerimiento responde a las derivaciones del efecto globalizador producido a fines del siglo XX, con la fragmentación de la Unión Soviética, la ruptura de Yugoslavia y la caída del muro de Berlín, para dar origen al nuevo orden económico mundial. En este contexto, se impone conocer la problemática ambiental y geográfica del mundo contemporáneo desde nuevas opciones pedagógicas, como es el caso de la labor pedagógica de la geografía escolar. Significa, en la opinión de Rodríguez (2008), entender el escenario resultante de un mercado con repercusiones planetarias, desenvuelto en la uniformidad promovida por el modelo cultural norteamericano, el surgimiento de la tendencia hacia el pensamiento único y el notable impulso económico-financiero, entre otros aspectos. Esta circunstancia demanda actualizar la concepción planetaria, debido al vigor alcanzado por el acento integral, sistémico, holístico y total. Allí, lo interesante es concebir la unicidad del globo terráqueo, ante el apoyo globalizador de los medios de comunicación, para dar origen

a la aldea global. Es una realidad percibida desde cualquier lugar de la esfera terrestre, tanto por el efecto informativo. Precisamente, en el análisis de la dinámica y los cambios del momento histórico, Durán, Daguerre y Lara (1996) expusieron lo atinado de comprender los efectos de los hechos históricos citados. Entre sus argumentos resalta el hecho de la facilidad de los ciudadanos de estar informados sobre los sucesos ocurridos en las diferentes localidades y regiones del ámbito global; por ejemplo, conocer los avances de la ciencia y de la tecnología, pero igual percatarse de los problemas de la sociedad. De esta forma, el colectivo ha podido apreciar la fisonomía complicada, caótica y en crisis de la presente realidad histórica. Pero es indiscutible la manifestación de eventos, cuyo comportamiento ameritan de otras visiones explicativas, en cuanto mostrar las razones justificadoras de su existencia, en sus externalidades e internalidades, en un entorno complejo y de cambio acelerado. Por tanto, no es fácil opinar argumentativamente sobre un evento, sin tomar en cuenta otros conocimientos afines; es decir, la interdisciplina. Sin embargo, al reflexionar sobre esta temática, Santaella (2008) piensa que en la cotidianidad, ante la facilidad de acceder a noticias, informaciones y conocimientos de diversa índole, cada ciudadano puede seleccionar lo conveniente y elaborar un punto de vista sobre la situación real vivida. Eso significa para la ciudadanía la excelente posibilidad de apreciar la situación comunitaria y globalizada en sus vicisitudes más apremiantes. Justamente, una reflexión sobre este aspecto la realizó Mires (1996), para quien en su momento,

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ya fue fácil identificar la existencia de novedosas condiciones históricas; tal es el caso de la revolución comunicacional y en ella, la posibilidad de la sociedad de estar al día sobre

con las dificultades causadas por los desechos sólidos, la contaminación visual y sónica. Esto coloca en el primer plano, la gestión para consolidar un ambiente sano e higiénico.

el acontecer del panorama de la época. Se trata de obtener noticias, reseñas en la prensa y observar los sucesos en los programas de televisión, referidos a las dificultades originadas por la ruptura del equilibrio ecológico planetario.

De allí el interés por aprovechar esa comunicación tan cotidiana, diversa, plural y abundante que divulga cuantiosas referencias sobre los diversos sucesos, cuyo efecto mediático, ha ayudado a instaurar la unidad global de los lugares. Desde la perspectiva de González (2000) eso ha originado un contexto de acento cambiante, beligerante, conflictivo y caótico, pleno de inseguridades, paradojas y contrasentidos, como rasgos particulares, donde emerge una nueva concepción de los lugares, cada vez más integrados.

Por cierto, al reflexionar sobre los temas referidos a la problemática ambiental, Damián y Monteleone (2002) resaltaron la relevancia del viable acceso de los ciudadanos a estar informados, pues de una u otra forma, pueden comentar el acento desastroso, adverso y caótico de lo sucedido a escala del mundo globalizado. Lo loable es la casualidad de elaborar y expresar un planteamiento, aunque somero, de útil valor al dar una opinión sobre una temática y problemática de su interés o necesidad. Un logro significativo es entender la ruptura del equilibrio ecológico, el calentamiento global, la contaminación ambiental, la anarquía en el uso de los territorios y en la organización del espacio geográfico, desde la perspectiva de lo informal. Es la opción para reflexionar sobre casos ejemplarizantes con comentarios sencillos sobre la intervención de la naturaleza. Lo cierto es asumir desde el conocimiento vulgar, el desequilibrio globalizado como problema ecológico. De esta forma, se hace posible estimar la temática, el problema o la situación objeto de la atención colectiva, en su desenvolvimiento natural y espontáneo. La abundancia informativa ha revelado la difícil situación originada por la relación entre la sociedad y sus territorios, como las problemáticas provocadas en las diversas comunidades; en especial, en los espacios urbanos, 60

El deterioro ecológico, ambiental y geográfico, desde los años setenta del siglo XX, ha sido motivo de discusión en eventos de transcendencia mundial, convocados para estudiar las emergentes condiciones y sus repercusiones sociales. La atención ha apuntado fundamentalmente al análisis de la causalidad y efectos de los problemas en las comunidades, como igualmente ofrecer opciones hacia una mejor calidad de vida. Un aspecto a resaltar es la abundancia de los planteamientos teóricos y las investigaciones sobre las problemáticas, al igual que propuestas factibles de originar el cambio; por ejemplo, Torres (1996) analizó la dimensión ambiental como un reto para la educación de la sociedad; Pedraza y Medina (2000) presentaron lineamientos esenciales con el propósito de formar educadores para la Educación Ambiental y Achkar, Dominguez y Pesce (2007) expusieron fundamentos innovadores en la Educación Ambiental. Lo destacable es la amplia productividad de iniciativas formuladas en enfoques, modelos,

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planes y programas ajustados a la novedad paradigmática y epistemológica, con coherencia, pertinencia y factibilidad para originar conductas ciudadanas sobre el apremio a asumir la explicación de la complicada realidad comunitaria. Allí, se ha pretendido como la aspiración esencial y básica, la formación ambiental, como la actividad privilegiada en el logro del fortalecimiento de la conciencia crítica.

siva de datos a nivel conceptual, sin la reflexión analítico-crítica aseguradora de una perspectiva personal argumentada. Esta actividad significa en palabras de Delgado (2003) lo siguiente: Las clases de geografía no convencen, pues con honrosas excepciones sólo se enseña una geografía corográfica en la que se intenta dar una información acerca de unos determinados países. Y por desgracia esas descripciones a base de mapas, cuadros sinópticos y apretados resúmenes, son menos interesantes que las que ofrecen los llamados mass-media, y por supuesto más pobre… (p. 02).

Al analizar esta orientación educativa, Gómez y López (2008) su opinión valoró que la acción pedagógica debe apoyarse en la labor fundada en el desarrollo de la teoría y la práctica. Inicialmente se debería asumir el análisis previo sostenido en la superficialidad empírica como los estudiantes entienden su realidad. El propósito de esa labor es asumir la dificultad ecológica, ambiental y geográfica, desde la subjetividad empírica para luego, con el apoyo teórico, argumentar explicaciones con fundamentos científicos.

Indudablemente esta práctica escolar revela el atraso pedagógico entre la acción informativa de los medios y la clase de geografía. El contraste se muestra entre la decoración de las noticias con los artificios de la tecnología audiovisual para proyectar lo sucedido y, en el aula el ejercicio de la reproducción del contenido libresco de un marcado acento teórico, absoluto y estable; es decir, la diferencia entre el desarrollo “natural” del suceso y en la transmisión de su concepto.

Desde esta perspectiva, en el planteamiento de García y Rosales (2000) no sólo es aportar conocimientos actualizados, sino también utilizar estrategias didácticas estimuladoras de la participación y el protagonismo de los estudiantes en la búsqueda, procesamiento y transformación de los datos adquiridos. De allí la atención en promover la intervención de los problemas sociales de la manera más activa posible, donde quien aprende se inmiscuya directamente en la realidad estudiada.

De esta forma, el ciudadano que vive en la complejidad del actual momento histórico, es educado en forma fragmentada. El desfase obedece a la diferencia en tres escenarios: lo aprendido con la acción mediática, en la escuela y como ciudadano vecino de una comunidad. Son tres formas de apreciar lo real: a) La circunstancia ambiental divulgada en la televisión; b) La realidad conceptual sobre ecología, ambiente y territorio y c) La vivencia de los problemas ambientales como habitante de un lugar.

Lo inquietante es que en la práctica escolar cotidiana, los procesos de enseñanza y de aprendizaje se limitan a los contenidos programáticos sobre los rasgos físico-naturales de la superficie terrestre y también referencias sencillas sobre aspectos demográficos y actividades económicas. Es una labor estrictamente transmi-

Esta situación fue motivo de estudio de Rodrigo (1994) quien en su momento, explicó la existencia de tres escenarios epistémicos reveladores de la fragmentación de la tarea formativa del acto educante de signo positivista. Su labor es ofrecer la realidad en tantas partes como sea posible, cuando hoy día se proponen inicia-

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tivas holísticas, holográmicas y sistémicas. Lo esencial debería ser investigar los problemas y necesidades de los ciudadanos, ante el nivel inquietante del deterioro ecológico. La contradicción enunciada de acuerdo con Hernández (2011) dificulta poner en práctica un modelo educativo con capacidad para promover repercusiones formativas en la sociedad, tan afectada por los diferentes desequilibrios y amenazas a su calidad de vida colectiva. Por tanto, es comprensible entender que ante el incremento geométrico de los contratiempos citados, cause alarma, angustia y desasosiego entre los habitantes de las diversas comunidades, a escala mundial. El interés por el mejoramiento de la calidad ambiental obedece a que las condiciones ecológicas, ambientales y geográficas se desenvuelven en un contexto sociohistórico donde igualmente hay crisis social. Sin embargo, son resaltables los destacados adelantos de la ciencia, la tecnología, la economía y, esencialmente, la excelsa acumulación de capital. Vale la pregunta: ¿Por qué no hay una estrecha relación entre la prosperidad para amilanar las dificultades de millones de personas en las diferentes regiones del planeta? En el análisis realizado por Santos (2004) sobre la realidad del momento histórico globalizado, afirmó que el pensamiento único promovido por el neoliberalismo representa un obstáculo para evitar la formación de la conciencia universal sobre las condiciones ambientales, geográficas y sociales. Desde el pensamiento liberal en el siglo XIX, se considera que los recursos de la naturaleza existen para ser utilizados por la sociedad en su beneficio con el apoyo de la ciencia, técnica y capital.

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Tampoco se pueden desconocer los logros paradigmáticos y epistemológicos del positivismo, en lo referido a la objetividad, la linealidad, el mecanicismo y la funcionalidad, como perspectivas derivadas de la búsqueda, explicación e intervención de los procesos naturales. Su aplicación originó en la elaboración de conocimientos traducidos luego, en exitosos logros en la exploración, aprovechamiento, pero también acentuar el deterioro natural desde la irracionalidad estimulada por el interés económico. En el contexto del inicio del nuevo milenio, ya se revela en forma intensa la ruptura y agotamiento de la exclusividad del positivismo, sostenida desde el siglo XIX y se manifiesta con la crisis de los paradigmas establecidos en la modernidad. Precisamente, en las nuevas circunstancias históricas contemporáneas, sus fundamentos teóricos y metodológicos tienen notables dificultades para asegurar su condición de privilegiada episteme al asumir el tema ecológico, ambiental y geográfico. De allí el interés por innovar el acto educante de la geografía escolar pues en él predomina el enciclopedismo, el dogmatismo y la transmisividad de conceptos, cuando se requiere aprovechar las orientaciones formuladas por los renovados paradigmas y epistemologías, para fundar otras formas de conocer, desde los puntos de vista, criterios y concepciones personales sobre los temas del ambiente y lo geográfico, como base de otros análisis interpretativos sobre la compleja realidad social del inicio del nuevo milenio. La innovación paradigmática de la educación ambiental y la enseñanza geográfica en la escuela El sentido y efecto revolucionario apreciado en el momento histórico de fines del siglo XX, se

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mostró en forma pronunciada en la innovación paradigmática y epistemológica; los adelantos de la ciencia y la tecnología; los niveles de productividad revelada en la economía y las finanzas, como también en los medios de comunicación social. Se trata de condiciones que marcan una clara diferencia y particularidad con etapas anteriores de la evolución de la cultura occidental, ahora proyectada a nivel globalizado. Al analizar este evento histórico, Camilloni (2001) destacó que en el ámbito de los citados cambios, igualmente se puede apreciar sus efectos en las concepciones del mundo, la realidad y la vida. Pronto, la ética y los valores de la modernidad fueron trastocados por las transformaciones del momento. Precisamente, en este sentido, un aspecto notablemente afectado han sido son los fundamentos decimonónicos para explicar la realidad en forma inobjetable, indudable e innegable: el paradigma positivista. Caso destacable se da en lo sucedido con el privilegio de la razón instrumental y la ciencia positiva concebidas desde el siglo XVIII, como la base esencial de la verdad científica. Ante circunstancias tan rápidas, incierta, imprevistas y eventuales, se hizo complicado comprender los hechos a la verdad derivada del mecanicismo, la linealidad y la funcionalidad. Eso se entiende gracias a la anormalidad exhibida por los criterios establecidos desde el siglo XIX para conocer científicamente. En los tiempos que ocurren a fines de la década de los años noventa del siglo veinte hasta la época actual, los fundamentos de la Modernidad exteriorizan dificultades y aprietos, pues limitados a conservar la objetividad, la certeza y la exactitud, carecen de rápidas respuestas al apremio de explicar los cambios contemporáneos, pues sus fundamentos resultan poco cohe-

rentes con el desenvolvimiento de la realidad, de comportamiento demasiado irregular, anormal e inconcebible, además de sorprendente. Un estudioso de la conducta de la época, Naisbitt (1984) colocó en el primer plano a reveladores e indiscutibles indicios del escenario en desarrollo. Entre los aspectos citados resaltó la percepción y vivencia social de los hechos de una forma inadvertida, precipitada e insegura. La realidad dejó de ser bucólica, tranquila y rutinaria al ritmo del crono, para dar paso a la complejidad, la incertidumbre y la paradoja, como también a los contrasentidos, los desaciertos y a la ruptura de lo infalible. En el marco de estos planteamientos emergió un discurso renovador sobre el tema ecológico, ambiental y geográfico aunque todavía ajustado a los fundamentos teóricos y metodológicos de la modernidad. Una característica fue empecinarse a orientar la intervención de la naturaleza bajo el signo del progreso y el bienestar, aunque hubo inquietud por mejorar la acción interventora destructiva y con eso, revisar la ciencia aplicada para conocer la naturaleza e identificar sus potencialidades. El afán por acumular riqueza ya había conducido a la intromisión acuciosa de los recursos naturales por el capital. Motivados por el logro de maximizar los beneficios económicos y financieros, la actividad inspectora se ha apoyado en el pensamiento neoliberal y a sus intenciones perversas de transformar los territorios sin considerar el signo del agotamiento, como de su utilidad limitada. Lo cardinal ha sido el logro del bienestar manifestado en el incremento de las arcas bancarias y el control financiero mundial. Una explicación al respecto sobre este acontecimiento fue realizada a fines del siglo XX, por

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Bonilla-Castro y Rodríguez (1995) quienes al reflexionar sobre la emergencia de otros métodos para investigar los temas y problemáticas objeto de estudio; en especial, aquellas donde se hace imprescindible referenciar la dinámica de la sociedad. El análisis se centró en la debilidad de la razón instrumental, como el acento reproductor, experimental y reduccionista, sostenido con firmeza en el ámbito científico. Pero no sólo fueron los métodos lo esencial del cambio. También fue la óptica de la investigación como tal, debido a la complejidad como se manifestaban los acontecimientos ambientales, geográficos y sociales. Por cierto, en la opinión de Camilloni (2001), en la costumbre de analizar los objetos de estudio desde la perspectiva positivista, hubo el acierto de ajustar las reflexiones a lo indicado por el comportamiento matemático y/o estadístico, en lo referido a tendencias y comportamientos de lo estudiado. En el escenario de la época globalizada, la complejidad de las condiciones sociohistóricas hizo imprescindible otros fundamentos teóricos y metodológicos para asumir los problemas ambientales y geográficos más allá del privilegio del número. Indiscutiblemente una razón de peso fue el sentido acelerado y vertiginoso del tiempo y, con eso, lo real en apariencia más confusa, imprecisa e indefinida. En efecto, analizar el hecho integralmente. Ahora la acción indagadora debe avanzar desde lo observado en sus externalidades a interrogar a sus actores en procura de develar sus externalidades. Por cierto, Lanz (1993) expuso que no todas las situaciones sociales, como las educativas, pueden ser explicadas con la frialdad de los números. Esta perspectiva limitada a cuantificar los aspectos de una realidad estudiada, tan solo puede servir para estimar el com64

portamiento del objeto de estudio, con base a sus aspectos constitutivos. El cuestionamiento sostuvo que los números no reflejan de manera profunda las razones de la existencia de los hechos, pues tan solo se trata de posturas meramente contemplativas, descriptivas y enumerativas, sostenidas en la óptica sensual-empírica de su conducta. Un rasgo a descartar lo constituye el hecho de evitar profundizar en la explicación analítico-crítica de los acontecimientos y menos en develar su intención ideológica y política, pues se debe evitar la manifestación de los juicios de valor. De esta manera, se hizo necesario asumir los objetos de estudio en forma exhaustiva; tanto en la reproducción de lo percibido a simple vista, como en la acción complementaria de la visión analítica de los sucesos. Una prioridad, obtener los puntos de vista reveladores de la evaluación subjetiva de quienes los viven, en forma activa y protagónica. Se trata de un salto epistemológico más coherente con el propósito objetivizar lo real, desde las observaciones e interpretaciones de los actores y sistematizadas por el investigador. Ahora, bien sea el suceso socioambiental o geográfico, pueden ser descifrados desde las ideas, pensamientos y concepciones que los habitantes de una comunidad, han construido empíricamente sobre el lugar vivido. Es reivindicar el bagaje experiencial forjado en el desempeño ciudadano en convivencia social con sus coterráneos. Es el reconocimiento al sentido común, la intuición y la perspicacia, desde donde las personas sostienen análisis sobre las situaciones propias del entorno próximo. Sin embargo, ya desde los inicios del siglo XX, se expusieron para el momento

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planteamientos epistémicos derivados de la forma cómo los sujetos perciben, entienden, explican la realidad. Estos aportes han servido para fundar la opción interpretativa de los objetos de estudio desde otros planteamientos que han aplicado la óptica científica en la explicación de los eventos de implicaciones sociales. Un caso a resaltar lo cita Martínez (1999) quien destacó las contribuciones aportadas por eminentes investigadores durante el siglo XX, especialmente: Einstein (1905), Heisenberg (1958), Nietzsche (1972), Merleau-Ponty (1975), Hanson (1977) y Bronowsk (1979), cuyos aportes resaltaron: la observación se realiza desde una teoría, toda observación es relativa al punto de vista del observador; toda observación afecta al fenómeno observado; tan solo existen las representaciones; lo importante es el significado, entre otros aspectos. Así, por ejemplo, desde los aspectos enunciados, el ciudadano al observar un evento ambiental o geográfico, lo entiende desde los fundamentos que posee al respecto; al observar un suceso puede exponer criterios que afectan la si-tuación explicada; las opiniones de los individuos revelan la forma como conciben la realidad percibida y en las reflexiones sobre las circunstancias de la vida cotidiana, priva generalmente el sentido y efecto de la subjetividad elaborada por las personas sobre los acontecimientos vividos. Es, precisamente a fines del siglo XX e inicios del nuevo milenio, cuando estos aportes epistémicos alcanzan aplicabilidad gracias a la orientación científica cualitativa. En efecto, los temas, problemas ambientales y geográficos pueden ser analizados desde la observacióndescripción y la explicación objetiva de compor-

tamientos y tendencias, como desde los puntos de vista de los actores de la situación estudiada. En este contexto de innovaciones, cambios y transformaciones, las ciencias sociales han podido construir teorías, enfoques y modelos factibles de contribuir a asumir otras explicaciones científicas de las situaciones-problema, en lo ecológico, ambiental y geográfico. Un logro significativo es estudiar lo real en forma integral, holística y sistémica, en su acontecer vivencial y, con eso, una acción de acento crítico y constructivo acorde. Estos aportes sirven de oportunidad para reorientar la acción pedagógica de la geografía escolar hacia la explicación de las problemáticas del ámbito comunitario, como el lugar habitado. Al reflexionar sobre esta circunstancia, Gurevich (2005) destacó que esta es una posibilidad para promover la comprensión crítica y constructiva del comportamiento de la sociedad al intervenir su territorio, desde una acción sistemática que estimule revelar las razones explicativas de las condiciones ecológicas existentes. Se trata en efecto, en estructurar opciones de orientación innovadora en la geografía escolar, ahora remozada en su finalidad, propósitos y lineamientos, con la posibilidad de guiar los procesos de enseñanza y de aprendizaje hacia la formación de un ciudadano culto, crítico y creativo, de desempeño racional y constructivo, en su condición de habitante protagonista de los acontecimientos de su comunidad. Al reflexionar sobre la imagen pública de la Geografía, Fernández, Gurevich, Souto, Bachmann, Ajón y Quintero (2010) opinaron que hay un evidente cuestionamiento a la enseñanza de esta disciplina, pues se aferra a los fundamentos decimonónicos, cuando su proceso pedagógico

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debería vigorizar la conciencia crítica en los ciudadanos que viven la complicada situación ambiental y geográfica. En esa dirección, el cambio exigido tendría que orientarse hacia la innovación de su acto educante, fundado en la explicación analiticointerpretativa de las condiciones del territorio habitado por los ciudadanos. En esa labor, la práctica escolar debe ejercitar el protagonismo social de los estudiantes, desde una acción pedagógica fundamentada en la orientación paradigmática y epistemológica de acento cualitativo, sin descartar la versión positiva como una vía para apreciar objetivamente la realidad comunitaria. De allí que en las iniciativas innovadoras en la geografía escolar, se deberá considerar como base esencial del cambio epistémico, asumir como fundamentalmente, la elaboración del conocimiento desde la intervención analítico-crítica de la realidad geográfica vivida, como también renovar los procesos de enseñanza y de aprendizaje en coherencia con la explicación analíticocrítica apoyada en los emergentes paradigmas y epistemologías. Indiscutiblemente, cuando se promueve la innovación paradigmática de la educación ambiental y la enseñanza geográfica en la escuela, resulta apremiante desarrollar una formación pedagógica más preocupada por la formación humanística de los estudiantes, como actores del inicio del nuevo milenio. Eso constituye un verdadero desafío cuando se pretende alfabetizar a los ciudadanos con una conciencia crítica y constructiva ante el complejo momento sociohistórico contemporáneo. Fundamentos para innovar la explicación pedagógica del tema ambiental y geográfico en la geografía escolar 66

En el marco de la pretensión por la innovación de la acción formativa de la geografía escolar, acorde con la realidad de la época actual, los expertos revelan en forma reiterada que un aspecto indispensable es adecuar los procesos educativos al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. Por tanto, al proponer cambios y significativas transformaciones al modelo educativo, se torna obligante revisar los fundamentos teóricos y metodológicos del acto educante formulados por la modernidad. En la perspectiva de Hernández (2011) es superar la acción tradicional de reproducir contenidos programáticos establecidos en los programas oficiales de las asignaturas geográficas, con el propósito de ser facilitados por los docentes en su práctica escolar cotidiana. Ese propósito decimonónico pretende centrar el esfuerzo formativo en el desarrollo intelectual, donde priva la adquisición de teorías en forma estricta, rigurosa y escasamente puestas en práctica y de afecto neutral. Por cierto, en los años setenta del siglo XX, ya la controversia se manifestaba frecuentemente; por ejemplo, en ese momento Cirigliano (1979) expuso que la crisis pedagógica obedecía a la presencia del modelo centrado en la transmisión de contenidos y de acento memorístico, enciclopedista y libresco; mientras los innovadores planteamientos educativos formulados en los espacios académicos, apuntaban hacia la formación integral de la personalidad del ciudadano y sustentada en la elaboración del conocimiento. Lo preocupante en palabras de Cirigliano (1979) ha sido preservar en el acto educante la concepción educativa tradicional, aferrada a concentrar su esfuerzo pedagógico en facilitar el patrimonio cultural acumulado por las genera-

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ciones anteriores a la presente y ha fragmentado los procesos formativos en conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes. Sin embargo, desde los años ochenta del siglo XX se hizo común la aspiración de la educación humanística. Se trata de la tarea básica que impuso el positivismo en la creación de la institución escolar, a fines del siglo XVIII, dado su propósito alfabetizador ajustado al saber enciclopédico generalizado en la colectividad, estructurado como una información libresca de acceso fácil a las personas y superar el estadio de la ignorancia generalizada. Allí, fue imprescindible ajustar el proceso pedagógico a obtener el concepto, aunque poco aplicable para entender los sucesos del contexto sociocultural histórico e inmediato. Es evidente que este modelo educativo, en la actualidad, se estima desfasado de las condiciones de la época y de las exigencias educativas de los ciudadanos, cuando se han ejercitado en el acto educante, los procesos de enseñanza fundados en el enfoque cualitativo de la ciencia. Por cierto, en la perspectiva de Sevillano (2005) ya en la pedagogía y la didáctica se reivindica la importancia de asumir la subjetividad de los educandos, como base de la formación del ciudadano comprometido con el cambio social. En consecuencia, el cambio en la geografía escolar podría comenzar con proponer la reo-rientación de su práctica escolar cotidiana hacia la elaboración del conocimiento ambiental y geográfico. Eso requiere explicar en forma analíticocrítica los objetos de estudio, no solamente con datos matemáticos y estadísticos, sino también con los puntos de vista de los ciudadanos en ellos involucrados. Es involucrar la espontaneidad social en la elaboración de nuevos saberes, pues está origi-

nada en la interrelación social de los individuos, la confrontación entre sus concepciones y la valoración personal sobre los sucesos vividos en el entorno comunitario; es decir, en el desenvolvimiento de la vida cotidiana. Precisamente, lo descrito implica tomar en cuenta la acción diaria que los ciudadanos realizan en su entorno inmediato y donde comprenden el mundo, la realidad y la vida, desde su bagaje empírico. Hasta fecha reciente, vale recordar que el positivismo descartó lo vulgar por ser sustentado en las experiencias, los puntos de vista fundados en el desempeño activo y protagónico en un lugar determinado. Una perspectiva en esa dirección la expuso Rodrigo (1996) quien valoró la aproximación a las prácticas que las personas vivencian en relación con los temas y problemas investigados. Indiscutiblemente, en el actuar habitual, natural y espontáneo, las personas también aprenden socialmente. Justamente, en el planteamiento desarrollado por Svarzman (2000) sobre la necesidad del cambio formativo, resaltó la exigencia de superar el estudio del qué de los hechos, por una reflexión crítica sobre el por qué y el para qué, donde la acción pedagógica sea desplegada en un nivel gradual de dificultad, mediante el desarrollo de actividades desencadenables con implicaciones en la reestructuración de la subjetividad hacia la conciencia crítica de los animadores del acto educante. Esto representa una valiosa oportunidad para repensar la acción formativa de los procesos de enseñanza y de aprendizaje de la geografía escolar; por ejemplo, a partir de la aplicación de los fundamentos teóricos enunciados en los contenidos programáticos explicados en el aula de clase, relacionados con los saberes empíricos adquiridos en la vida cotidiana. Es el

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ejercicio pedagógico de acento significativo por cuanto obedece a poner en práctica a través de la formulación de preguntas, el contenido explicado en clase. Por ejemplo, se analiza el conocimiento con la intervención del docente, luego se abre un conversatorio para debatir con los estudiantes y elaborar conclusiones al respecto. A continuación, se formulan interrogantes en forma consensuada para ser aplicadas en la comunidad. Es innegable que esta actividad tendrá un efecto formativo en la elaboración de otros puntos de vista personales sobre los temas comunitarios y los conceptos de la geografía escolar se traducirán en el entendimiento de la realidad geográfica. En esa dirección, otro aporte importante lo expuso Cajiao (1994) a fines del siglo XX, al opinar que la geografía escolar tiene hoy día la opción de facilitar una enseñanza abierta, natural y flexible, desenvuelta en la informalidad de los sucesos habituales de la vida diaria esencialmente de la localidad. Se trata de la posibilidad de aperturar la práctica escolar cotidiana hacia la explicación de los eventos comunitarios donde los habitantes son los participantes activos y protagonistas en forma natural y espontánea. Por eso, en la gestión por innovar la geografía escolar, resulta interesante asumir las concepciones empíricas de los educandos, elaboradas en su condición de habitante de la comunidad. Esta vinculación permitirá gestionar la interpretación de las situaciones objeto de estudio, con los datos obtenidos desde los puntos de vista personales. En efecto, se reivindican el sentido común y la intuición, para analizar los contenidos escolares desde otros saberes más frescos de vigencia plena y actual. 68

Es colocar en el primer plano de la resignificación de la tarea formativa de la geografía escolar, al bagaje experiencial de los estudiantes como ciudadanos. Eso deriva, de una u otra forma, de su desenvolvimiento cotidiano en experiencias, prácticas, rutinas, costumbres y hábitos. Estas ocasiones habituales le favorecen forjar una concepción propia sobre la realidad inmediata vivida, entender el mundo vivido y las explicaciones analíticas expuestas habitualmente por el docente en clase. Por tanto, el acercamiento al lugar promovido por la geografía escolar, implica dia-gnosticar, estudiar y gestar procesos de cambio y transformación. Es ir a los escenarios habituales a conocer lo que allí ocurre con la aplicación de la teoría con la práctica, como también, desde la práctica elaborar un nuevo conocimiento sobre los hechos sociales de su entorno. La idea es romper con la artificialidad tradicional de utilizar los contenidos programáticos y entender someramente las situaciones de la vida real. Un punto de partida es colocar en tela de juicio las ideas previas de los estudiantes y, a continuación, relacionar la teoría con la práctica o viceversa y, desde allí, elaborar otros puntos de vista argumentados con fundamentos científicos. Es un proceso formativo donde lo más llamativo será, valorar el uso del lenguaje cotidiano como posibilidad reveladora de los testimonios propios construidos pedagógicamente por los estudiantes, sobre los hechos vividos en la comunidad. En efecto, es reivindicar en la elaboración del conocimiento, la acción personal y social desenvuelta en el diálogo y el debate consuetudinario donde se exponen las explicaciones empíricas sobre los acontecimientos vividos. En consecuencia, quien aprende está en capacidad de dar

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La innovación pedagógica de la Explicación de la Realidad Ambiental y Geográfica desde la Geografía Escolar

a conocer lo que sabe a través del lenguaje y con eso revelar sus razonamientos en forma analítica y argumentada de una subjetividad cada vez más fortalecida por la acción interpretativa de la realidad comunitaria.

La educación científica se presenta como una ardua tarea, en la que no es suficiente pensar qué es lo que el alumno debe aprender sino, también, qué y cómo debe desaprender lo que ya sabía (por eso)... no hay conocimiento si no es en respuesta a una interrogación de la que el sujeto se ha apropiado o ha creado (p. 14).

Por cierto, al reflexionar sobre esta valiosa opción formativa, Briceño y Ribas (2012) la geografica escolar echa las bases de la comprensión de la situación compleja del mundo contemporáneo, desde el aula de clase. Es entonces la reivindicación de la importancia pedagógica de la conversación y el diálogo informal practicado en las rutinas habituales donde es posible comunicar ideas, concepciones y criterios sobre los sucesos diarios, pero ahora es incentivado en el acto educante cotidiano.

Es entonces una excelente oportunidad vivencial para elaborar el conocimiento desde una teoría que se aplica y se conflictiviza con los saberes empíricos previos, hacia la construcción de otros, relacionados en forma directa con el desarrollo de los acontecimientos estudiados. De allí resultarán aprendizajes más coherentes con la realidad, pero también falibles, pues pueden ser transformados con suma facilidad en el contexto de la integración social comunitaria.

Se trata de valorar la elaboración del conocimiento explicativo sobre el ambiente y la realidad geográfica habitada, desde experiencias dignificadas por el paradigma socio-crítico. De esta forma es posible en la geografía escolar articular tres escenarios epistemológicamente hasta ahora fragmentados, tal como lo concibió Rodrigo (1994, 1996) al analizar la posibilidad del ciudadano de la calle, el científico y el estudiante, de percibir la vida diaria, desde puntos de vista similares y hasta contradictorios. Esta integración relacionará lo aprendido en el hogar, el vecindario, la escuela y con la acción mediática, en el ámbito de lo común de la existencia cotidiana. En esa dirección, se contribuye a mejorar la calidad formativa de la acción pedagógica y didáctica, al tomar en cuenta la perspectiva asumida por Camilloni (2001) al resaltar lo necesario de apreciar en los estudiantes su forma de entender los objetos de estudio, desde el acceso al conocimiento científico, fundados a partir la perspectiva constructivista. Por tanto:

Quiere decir que la geografía escolar encuentra en la apertura paradigmática y epistemológica, la oportunidad de otros procesos formativos, al involucrarse en la realidad, inmediata. Es partir del saber cultural personal donde la experiencia ciudadana alcanza un valor pedagógico esencial en la gestión por una educación pertinente con la transformación de las necesidades sociales y echar las bases de una formación educativa más acorde con los retos del complejo mundo actual. En las condiciones de la época, como se pue-de apreciar, la geografía escolar tiene la opción de avanzar más allá de los conocimientos y prácticas decimonónicas, al contar con fundamentos con la capacidad necesaria para innovar la explicación pedagógica del tema ambiental y geográfico. La finalidad alfabetizar para entender la situación actual y sus imprevistas, inciertas y sorpresivas situaciones, implica el desarrollo de la tarea formativa de los ciudadanos en su condición de actores del momento histórico.

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CONSIDERACIONES FINALES La exigencia de una geografía escolar que rompa con la contemplación pasiva de la realidad ambiental y geográfica, todavía persiste. Inicialmente, su propósito fue apreciar las situaciones sin inmiscuirse en lo observado. En efecto, la situación del actual momento sociohistórico demanda superar su restringida labor pedagógica del dictado, el dibujo, la copia y el calcado; es decir, limitarse a dibujar paisajes y pintar cuadros donde a simple vista se resalta la reproducción de lo real o la semblanza de la superficie terrestre. Asimismo, reducir la labor educativa al uso didáctico del libro y el cuaderno, para transcribir contenidos, calcar mapas y realizar tareas en el hogar, como los básicos recursos del desarrollo del acto educante. Esta actividad pedagógica donde es habitual la dicotomía de clase dictada-clase evaluada, asume como su objeto fundamental, memorizar los conceptos y estimar lo aprendido, siempre y cuando responda a lo establecido en el programa de la asignatura geográfica. Actualmente, hay un extraordinario afán por innovar esa geografía escolar, desenvuelta con las características enunciadas dado el sentido y efecto de obstáculo educativo muy contradictorio con el giro promovido por las orientaciones pedagógicas derivadas de la episteme cualitativa; en especial, intervenir la realidad geográfica vivida, ejercitar el aprendizaje desde las ideas previas de quien aprende, con el uso didáctico de la investigación y la diligencia de la evaluación cualitativa. Se aspira con esta opción pedagógica y didáctica, asumir el detrimento ecológico, el analfabetismo geográfico y la creciente deshumanización, con una educación fundada en la 70

activa participación y el protagonismo social, en procesos analítico-reflexivos críticos, con efectos transformadores en el tratamiento científico del tema ambiental y geográfico. En efecto, se impone: a) Considerar que la formación de los ciudadanos debe ser una labor democrática de notables implicaciones ideológicas y políticas en el tratamiento de la problemática ambiental, geográfico y social. Es necesario, por tanto, convertir las dificultades originadas por la relación sociedad y naturaleza, como temática de la comprensión analítico-crítica de los habitantes de la localidad, pues apremia sensibilizar a los habitantes desde una perspectiva alfabetizadora de la conciencia crítica y constructiva. b) Volver la mirada hacia el entorno inmediato como escenario de la vida cotidiana de la ciudadanía e implica comprender desde la geografía escolar, la realidad inmediata donde las personas vivencian su relación con su territorio. Significa asumir el escenario de la vida diaria como expresión de la geografía viva, como el objeto de estudio, debido a su condición de ámbito donde existen realmente los problemas derivados del desequilibrio ecológico, ambiental y geográfico. c) Repensar la transmisividad del conocimiento elaborado y estructurado, como contenido programático de fundamental importancia en la enseñanza y el aprendizaje promovida desde la geografía escolar tradicional. De allí la necesidad de otras formas de enseñar y aprender que asuman las dificultades derivados de la intervención anárquica del territorio habitado, con la intervención activa, protagónica y reflexiva del estudiante en la construcción del conocimiento.

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d) Orientar los procesos de enseñanza y de aprendizaje de la geografía escolar con los fundamentos teóricos y metodológicos de la renovación paradigmática. Se impone reconocer que en los escenarios académicos, se formulan reiteradamente propuestas de innovación pedagógica cuyas iniciativas apuntan hacia propuestas con capacidad innovadora apoyadas en la investigación, especialmente, desde la orientación cualitativa de la ciencia.

REFERENCIAS

e) Revisar la práctica escolar cotidiana de la geografía escolar, con el propósito que sea coherente y pertinente con el desenvolvimiento de los sucesos del mundo contemporáneo. Es de obligación atender el acentuado desfase entre la escuela y la comunidad, pues ese desacuerdo se traduce en debilitar la formación integral de los ciudadanos y, específicamente, la merma de las posibilidades de fortalecer la conciencia crítica.

Cajiao R., F. (1994). La escuela activa y la construcción del conocimiento. Alegría de enseñar, (18), 10-18.

Desde los aspectos enunciados, la renovación paradigmática y epistemológica requerida a la geografía escolar, debe ir en la dirección de humanizar el acto educante con una formación educativa inserta en la gestión por transformar la realidad del mundo contemporáneo, de acento complicado. Significa entonces estimular un acto educante donde se vivencien las iniciativas de la formación de ciudadanos que comprendan críticamente su realidad vivida. El reto es una educación con capacidad descifradora de las dificultades comunitarias donde se echen las bases de la comprensión analíticointerpretativa de las difíciles circunstancias vividas. En el contexto del mundo contemporáneo cuando se habla de glocalidad implica sumar al colectivo comunitario hacia una acción integral que fortalezca la existencia de un ambiente sano, saludable, higiénico y fundamentalmente, humano.

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Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Instituto Pedagógico de Caracas

Arismar Marcano Montilla Loan José Landaeta Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Departamento de Ciencias de la Tierra. Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano” arismarcano@gmail.com / profesor_loan1@gmail.com

Recibido: 13 de octubre 2016

Resumen La presente investigación, de carácter documental, descriptiva y de nivel perceptual, tuvo como finalidad identificar las principales tendencias investigativas en las áreas de Meteorología y Climatología desarrolladas por los docentes, estudiantes e investigadores de los programas de pregrado en Ciencias de la Tierra y postgrado en la Maestría en Geografía, mención Geografía Física, así como medios de divulgación científica relacionados al Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas (IPC). Metodológicamente, se procedió a: (a) realizar el catálogo y descripción de los trabajos relacionados con la temática climática; (b) establecer categorías que los agruparan y (c) establecer las tendencias investigativas. A partir de la revisión de 59 fuentes se pudieron sistematizar nueve categorías de estudio, entre las que predominan los estudios de precipitaciones, historia de la Meteorología y Climatología en Venezuela, estudios de vientos. Algunas consideraciones sobre las limitaciones apuntan a que las deficiencias en

Aceptado: 7 de noviembre 2016

la calidad y cantidad de las series climáticas nacionales disponibles dificultan la elaboración de los modelos climáticos requeridos para trabajos relacionados con la zonificación de amenazas, ordenación del territorio, manejo de recursos naturales, conservación ambiental y cambio climático. Entre los futuros retos del Departamento de Ciencias de la Tierra y el programa de Maestría en este campo de investigación, destaca la necesidad de continuar incentivando el estudio del clima a pesar de las limitaciones y establecer vinculaciones con otras geociencias. Palabras clave: investigación, meteorología, climatología, tendencias, IPC. Some considerations about the investigative tendencies in Meteorology and Climatology in the Department of Earth Sciences, Pedagogical Institute of Caracas Abstract This documentary research, descriptive character and perceptual level, aimed to establish the investigative trends in the areas of Me-

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teorology and Climatology developed by professors, students and researchers belonging to degree programs in Earth Sciences and Masters in Geography, Physical Geography mention, as well as means of scientific spreading related to the Department of Earth Sciences of the Pedagogical Institute of Caracas. Methodologically, it proceeded to: (a) perform the catalog and description of work-related research; (b) establish categories that group together and (c) establish the investigative trends. From the review of 59 sources eight categories were defined, between which they predominate the rainfalls and atmospheric studies, as well the history of the meteorology and climatology in Venezuela. Identified constraints include deficiencies in the quality and quantity of national climate series available, which hinder the development of climate models to work on zoning of threats, land use, natural resource management, environmental conservation and climate change. Among the future challenges of the Earth Sciences Department and the Master’s program in this field of research is the need to continue encouraging the study of climate despite the limitations and build its linkages with other geosciences. Key words: research, meteorology, climatology, trends, IPC. A MANERA DE INTRODUCCIÓN En su artículo Meteorología en Venezuela, el profesor Sergio Foghin (2007), reflexiona acerca de la historia y las dificultades que, para aquel momento, presentaba el quehacer investigativo en el área de la meteorología en el país. Casi una década ha transcurrido y los problemas descritos continúan vigentes, e incluso agudizados. Situaciones como el desmantelamiento de las estaciones sinópticas, pluviométricas, y la 74

“desactivación de la red aerológica nacional, la cual llegó a contar con media docena de estaciones de radiosondeo hace unos veinte años, impide el conocimiento detallado de las condiciones termodinámicas sobre el territorio venezolano” (Foghin, 2007. p.49), son causas por las cuales ha disminuido la recolección de información meteorológica con el devenir de los años. A las razones expuestas anteriormente se agrega la ausencia de una política de Estado eficaz y eficiente hacia los estudios meteorológicos, climáticos e hidrológicos a pesar de la promulgación de estatutos como Ley de Meteorología e Hidrología Nacional de 2006; la puesta en operatividad de la red meteorológica semiautomatizada, sin que ésta llegara a corresponder con la cantidad y localización de las unidades de observación de la red convencional que pasaba a sustituir; la obsolescencia de los equipos -que datan de más de 50 años- y presupuestos insuficientes en estaciones como la de la Universidad Central de Venezuela amenazan sus posibilidades de seguir operando, a pesar de ser “…después del Observatorio Cagigal, la segunda en el país con más años de registro de parámetros, como horas de sol, precipitación, temperatura, humedad relativa, evaporación, lámina infiltrada, radiación solar y viento”, de acuerdo a lo expuesto por Fermín (2016, mayo 6). La situación en una estación de larga tradición y que aporta datos a estudiantes de pregrado y postgrado en carreras como Ingeniería Hidrometeorológica, Geografía y Arquitectura para esa casa de estudios, como lo indica Salcedo (en Fermín -op.cit.-); además de los estudiantes de Geografía e Historia y Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), por citar casos conocidos, consolidan la reflexión realizada por Foghin en el artículo de referencia señalado en líneas iniciales de este escrito “…

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Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología...

esta carencia de información influiría negativamente en las actividades de investigación en el futuro” (Foghin, 2007. pp.52). Efectivamente, desfavorece. Cada vez resulta más difícil realizar investigaciones meteorológicas y climatológicas con aplicación a campos como la agricultura, para mejorar la productividad y disminuir los riesgos de pérdidas de cosecha, así como garantizar los recursos hídricos para el consumo humano, agrícola e industrial, además de contribuir con la navegación aérea, marítima, terrestre y fluvial, la prevención de enfermedades, aclimatación, desarrollo de fuentes alternas de energía y la adecuación de los ambientes físicos para la construcción (Fermín, 2016, mayo 6), asimismo para realizar estudios referidos a amenazas hidrometeorológicas y atender a la reducción de riesgos de desastres. En relación a esto, Landaeta (2015), señala que la información sobre la condición y calidad de las series históricas de datos de lluvia es escasa y que la carencia de catálogos descriptivos de información pluviométrica es común en todas las entidades federales venezolanas, incluso aquellas que destacan por su importancia económica, política y demográfica, como es el caso de la región Central de Venezuela delimitada por el Instituto Nacional Meteorología e Hidrología (INAMEH). Parafraseando a la Earth Science Literacy (2009, mayo), si consideramos que el alcanzar la comprensión de la influencia de la Tierra sobre los seres humanos y viceversa, es estar alfabetizado en Ciencias de la Tierra, y que uno de sus principales indicadores es la capacidad de tomar decisiones suficientemente fundamentadas y responsables con respecto a la Tierra, sus recursos y sus interacciones, se hace necesario a pesar de las dificultades, insistir en desarrollar

productos académicos que contribuyan a la discusión y comprensión de esa dinámica atmosférica como parte de ese todo, especialmente considerando que el Plan de la Patria 2013-2019 (2013) en su objetivo 5 plantea “contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana” en el contexto de una transformación curricular en el Subsistema de Educación Media General que suprime las ciencias biológicas, físicas, químicas y de la Tierra, por un área denominada Ciencias Naturales (Ministerio de Educación, 2016. pp. 106) Por ello, a pesar de este panorama poco alentador, desde las universidades y sus unidades de investigación como el Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano” del IPC, se mantiene el empeño en continuar desarrollando metodologías que permitan realizar análisis y modelados de variables climáticas como la precipitación y la temperatura, aún con la limitada data a la que se puede tener acceso. Allí juegan un papel importante técnicas como la geoestadística y las Tecnologías de la Información Geográfica (TIG), que permiten interpolaciones de datos, extracción de datos de radianza a través de la banda térmica de imágenes de satélites como la Landsat 8, entre otros, como alternativa para continuar desarrollando investigaciones. En atención a lo anteriormente descrito, el presente trabajo pretende establecer algunas consideraciones sobre las investigaciones que se han realizado en el campo de la Meteorología y la Climatología en Venezuela entre 1981 y 2016, a partir de las indagaciones realizadas en el Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), a través de sus estudiantes de pregrado; el Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano” (CIEMEFIVE) unidad de investigación adscrita a la Subdirec-

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ción de Investigación y Postgrado del IPC y vinculada al departamento y el Programa de Maestría en Geografía, mención Geografía Física y finalmente, los trabajos publicados en la Revista Aula y Ambiente, órgano de divulgación del CIEMEFIVE, a fin de reconocer las tendencias de investigación.

Trabajos de Grado en la Maestría en Geografía, mención Geografía Física, que se administra en el instituto y finalmente, (d) los trabajos de investigación libres que constituyeron a posteriori en Trabajos de Ascenso a cualquier escalafón dentro de las categorías académicas de los docentes adscritos al Departamento de Ciencias de la Tierra.

MATERIALES Y MÉTODOS

Todas estas fuentes y referencias sirvieron en primer lugar, para establecer una recopilación o catálogo de los trabajos en el área de Climatología y Meteorología. Seguidamente, se establecieron categorías, con la finalidad de definir tendencias en cuanto a temáticas investigativas en las áreas de Meteorología y Climatología, lo que permitió identificar las temáticas más trabajadas y aquellas que habría que fortalecer en el futuro próximo, todo ello en búsqueda de una mejor comprensión de la dinámica atmosférica y el clima nacional.

La presente investigación de carácter documental, descriptiva y de nivel perceptual de acuerdo a lo establecido por Hurtado de B. (2008), se estructuró a partir de la revisión de diversas fuentes, a saber: (a) los índices cronológicos de los números publicados por la Revista Aula y Ambiente desde su primer número; (b) revisión de las experiencias investigativas ejecutadas por los estudiantes del Programa de Ciencias de la Tierra, a partir del curso Proyecto Integrado en Ciencias de la Tierra, que constituye una de las asignaturas finales dentro del pensum de estudio vigente y del cual existen registros desde 1990 hasta 2016; (c) los productos de investigación en esta área, que derivaron en

DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS Al realizar la revisión de los diversos documentos: artículos, trabajos de grado, proyectos de investigación y trabajos de ascensos y su vinculación con el área de Climatología y Meteorología, se obtuvo los resultados descritos en el cuadro 1.

Cuadro 1 Distribución de las fuentes de información consideradas para el análisis de tendencias investigativas Fuente Revista Aula y Ambiente

N° de revistas o trabajos 192 artículos

Periodo Considerado 2001-2010

Proyectos de Pregrado en el área de la Climatología

190 trabajos de investigación

Trabajos de Grado de Maestría en Geografía, mención Geografía Física

N° de Artículos, Trabajos y/o Documentos % Clima 22

10,96

1990-2016

25

13,15

52 Trabajos de Grado

1993-2016

5

9,61

Trabajos de Investigación Libre y/o Ascensos

---

1981-2016

7

---

Total

---

59

---

76

---

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Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología...

Como se puede apreciar en el cuadro 1, en un periodo de 36 años de producción investigativa en el Departamento de Ciencias de la Tierra, el Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano” y la Revista Aula y Ambiente, los trabajos en el campo de la Meteorología y la Climatología han sido escasos en comparación con otras áreas geocientíficas como la Geología, logrando rondar un aproximado a 10% de la producción total de los diversos trabajos considerando las fuentes de información.

Respecto a los trabajos de ascenso, es un verdadero reto realizar su consulta y obtener estadísticas, dado que la obligatoriedad de consignar ejemplares de los trabajos al Centro de Educación y Divulgación Educativa (CENDIE), ubicado en la Biblioteca Central “Felipe Guevara Rojas” del IPC, es relativamente reciente. Sin embargo, a través de comunicaciones personales y el arqueo bibliográfico, se pudieron identificar siete (7) trabajos en el área de interés, de los cuales se comentarán en secciones siguientes.

Una de las razones fundamentales que explica esta proporción, estaría vinculada a la reducida cantidad de personal adscrito a la Cátedra de Hidrometeorología, constituida exclusivamente por el Prof. Foghin, hasta el año 1998, cuando se incorpora el Prof. Víctor Reyes.

La Revista Aula y Ambiente y la divulgación de investigaciones en Meteorología y Climatología

En el devenir de 26 años, el curso Proyecto Integrado en Ciencias de la Tierra ha aportado 25 investigaciones, la mayor cantidad entre las fuentes consultadas, siendo su tasa productiva equivalente a la producción de una investigación anual aproximadamente. Esta relación es superada por la Revista Aula y Ambiente que con 21 trabajos en nueve años, ha producido 2,33 trabajos por año. La mayor cantidad de artículos meteorológicos y climáticos en la revista Aula y Ambiente, especialmente durante sus primeros cinco años, estaría vinculado a dos factores. En primer lugar, a la relación intrínseca entre el Director-Editor de aquel momento, Profesor Sergio Foghin, investigador y docente de la cátedra de Hidrometeorología del Departamento y en segundo lugar, a los eventos fluviotorrenciales de Vargas 1999, que sirvieron de laboratorio a numerosos investigadores para el desarrollo de trabajos referentes a fenómenos meteorológicos, movimientos en masa y gestión de riesgos, principalmente.

Aula y Ambiente es una revista semestral, adscrita al Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano” centrada en la divulgación de investigaciones sobre las geociencias y temas ambientales en general, con miras a compartir las prácticas pedagógicas en estos ámbitos. La finalidad como lo señalan Suárez, Barrientos, Marcano y Méndez (2016), es “poner al alcance de los lectores no especializados y en particular de los estudiantes y docentes, información actualizada acerca del estado de los conocimientos relacionados con los diferentes componentes del ambiente, su investigación y enseñanza” (p.148). Acerca de su logotipo expresado en dos cardenalitos (Carduelis cucculata), los autores anteriormente citados señalan lo siguiente: …ya demostraban el espíritu que reunió a los profesores Sergio Foghin y Maximiliano Bezada, en palabras de Foghin, ‘a darle forma al proyecto de la revista, en varias sesiones de trabajo, por los lados de la Plaza Venezuela, a comienzos de este siglo’, ya que consideraban que tal concienciación “nunca podrá lograrse sin una Educación Ambiental que vaya mucho más allá de una simple materia de nuestros planes de estudio” surgiendo así, Aula y Ambiente, como una forma de mostrar el ambiente como aula. (Suárez, Barrientos, Marcano y Méndez, 2016.pp.148)

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En los veinte números que ha publicado la revista Aula y Ambiente hasta 2010, divulgó veintiún (21) trabajos climáticos y meteorológicos entre cinco secciones tituladas: (a) El Aula

del Director; (b) Artículos de Investigación; (c) Apuntes; (d) Semblanzas y (e) Reseñas, distribuidas en el cuadro 2.

Cuadro 2 Investigaciones dirigidas a temas climáticos y meteorológicos publicadas en la Revista Aula y Ambiente del CIEMEFIVE desde el 2001 hasta 2010, considerando las secciones que conforman la revista. Producciones en el área climática y meteorología Sección de la revista

Total de producciones por sección de la revista

Total

% respecto a la sección de la revista

El Aula del Director

24

2

8,3

Artículos

94

10

10,6

Apuntes

24

-

-

Semblanzas

28

7

25,0

Reseñas

22

3

13,6

Total/promedio

192

22

11,5

Como se puede evidenciar en el cuadro 2, la mayor productividad está dirigida a los artículos de investigación, como reza en sus pautas, originales e inéditos sobre temas ambientales, en este caso referidos a la historia de la Meteorología, estudios de vientos, precipitaciones y temperatura, astronómicos y de la alta atmósfera, cambio climático y climatología aplicada, mostrando una heterogeneidad en cuanto a las temáticas abordadas. Las semblanzas constituyen un reconocimiento a la labor investigativa y docente de personajes venezolanos y caribeños que dedicaron esfuerzos a la generación y divulgación de conocimientos en el área de la Climatología y Meteorología. Son presentadas 78

principalmente como historias de vida, en la que los autores abordan a los sujetos de estudio desde una perspectiva personal y académica, incluyendo anécdotas, que denotan el carácter riguroso, sistemático y disciplinado requerido para desarrollar trabajos en esta área. El Aula del Director, espacio que figura como el editorial de la Revista, ha tratado en dos ocasiones temas de índole meteorológico. Por otra parte, las reseñas se refieren a la revisión de los libros de Chivelet (1999) y Quintana (2001), cuatro y cinco años después de su publicación respectivamente, así como el análisis del controversial libro de Gore (2007). Los trabajos de investigación divulgados en la Revista se especifican en el cuadro 3.

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Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología...

Cuadro 3 Catálogo de trabajos de investigación divulgados en la revista Aula y Ambiente, considerando sus respectivas secciones. Sección

Autor (es)

El Aula del 1 Sergio Foghin P. Director 2 Gustavo Necco

Venezuela Meteorológica

Revista Año N° Pp. 2003

5

7-11

2001

5

13-16

Algunas consideraciones meteorológicas acerca de la catástrofe del estado Vargas en diciembre de 1999

2002

1

93-98

2 Jesús Sánchez Carrillo

El Clima Regional

2003

3

17-21

3 Eugenio Sanhueza

Ozono estratosférico: Su eventual recuperación durante el siglo XXI.

2003

5

23-32

4 Ramón Celestino Velásquez A. Algunos mecanismos físicos responsables de la distribución anual de la precipitación en Venezuela.

2003

5

33-39

2003

5

41-48

35-43

1 Sergio Foghin P.

Artículos

Título de artículo

El programa de enseñanza y formación profesional de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

5 Ramón Celestino Velásquez A. Influencia de los océanos Pacífico y Atlántico en la variabilidad interanual de la precipitación y de las temperaturas extremas en Venezuela. 6 Manuel Martínez

Los ciclos de Milankovitch.

2004

8

7 Eugenio Sanhueza

Atmosferas y climas del pasado

2005

9-10 11-35

8 Sergio Foghin P.

La meteorología en Venezuela: una aproximación a su historia, problemas actuales y perspectivas futuras

2007

13-14 29-55

9 Víctor M. Reyes

El clima urbano de Caracas: Un estudio de la isla de calor urbano.

2007

15

55-70

2010

19

39-49

10 Víctor M. Reyes

Análisis espacial de la temperatura en la ciudad de Barinas, estado Barinas, Venezuela.

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

79


Arismar Marcano Montilla / Loan José Landaeta

Cuadro 3 (Continuación). Sección

Semblanzas

Autor (es)

Año

Revista N° Pp.

1 Sergio Foghin P.

Antonio W. Goldbrunner W.

2001

1

103

2 Alfredo Rivas L

Jesús María Sánchez Carrillo

2003

5

93-94

3 Entrevistado por el Dr. H. Doctor Paul Crutzen. Taba (Boletín OMM Vol. 47, Nº 2)

2003

5

95-111

4 Entrevistado por el Dr. H. Profesor Antonio Goldbrunner. Taba (Boletín OMM Vol. 42, Nº 3) David Jones (1940-2003). 5 Sergio Foghin P.

2003

5

113-127

2003

6

119-120

9-10

209-226

9-10

227-229

5

125-127

11

87-88

6 Sergio Foghin P. 7 Alfredo Rivas L

Reseñas

Título de artículo

Antonio W. Goldbrunner, 2005 como yo lo conocí Profesor Jesús María Sánchez 2005 Carrillo (1923-2005)

1 Sergio Foghin P.

Javier Martín Chivelet. (1999). Cambios climáticos: 2003 Una aproximación al sistema Tierra.

2 Víctor M. Reyes

Quintana, Ramón. (2001). Cam- 2006 bios Climáticos en Suramérica

3 Matilde Vierma de Bezada. Gore, Al. (2007). Una Verdad 2007 Incómoda. La crisis planetaria del calentamiento global y cómo afrontarla “Proyecto Integrado en Ciencias de la Tierra”: un curso y una experiencia investigativa en el pregrado Coherentes con el espíritu que moldean la misión y visión de este Departamento desde su creación, se ha propuesto formar, capacitar, perfeccionar y actualizar a los docentes y profesionales, en las áreas de las Geociencias y la Gestión de Riesgos. La investigación, en especial en éste programa de pregrado, representa un bastión y fortaleza para ello. 80

13-14 217-219

De tal forma, la realización de investigaciones ha constituido una prioridad de los docentes del programa de Ciencias de la Tierra. Con el transcurso de los años y desde sus respectivas cátedras y especialidades geocientíficas de interés, los docentes del Departamento, han orientado a decenas de estudiantes en el desarrollo de proyectos investigativos. Además, dichas actividades han sido realizadas en asociación con el Núcleo de Investigación “Estudios

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Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología...

del Medio Físico Venezolano”, distinguido con la condición de Centro de Investigación desde el año 2012. Estos proyectos se fomentan durante toda la formación del estudiante de pregrado y se cristalizan en productos de investigación desde el curso de Proyecto Integrado de Ciencias de la Tierra el cual forma parte del diseño curricular vigente que cuenta con tres unidades de crédito; alcanzando desde 1990 hasta 2016, como se señaló en el cuadro 1, 190 proyectos en las áreas de in-

vestigación de Amenazas y Riesgos Naturales, Astronomía, Climatología, Ecología, Gestión de Riesgos, Geología, Enseñanza de la Ciencia, Geomorfología, Hidrósfera, Geoquímica, Impacto Ambiental, Ordenamiento Territorial y Pedología. El gráfico 1, permite visualizar la distribución temporal de los proyectos presentados y aprobados hasta el año 2015, demostrando que de manera ininterrumpida, se ha ejecutado esta práctica investigativa.

Gráfico 1. Trabajos de investigación en Ciencias de la Tierra ejecutados en el nivel de pregrado (periodo 1990-2015) por año, en el Instituto Pedagógico de Caracas. Tomado de: Méndez, W. (2015). Compilación de Documentos de la Jefatura del Departamento de Ciencias de la Tierra, Instituto Pedagógico de Caracas. Documentos sin publicar, Instituto Pedagógico de Caracas. Caracas.

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

81


Arismar Marcano Montilla / Loan José Landaeta

En el caso que nos ocupa en la presente investigación, los estudios aplicados en el campo de la Climatología y la Meteorología, se catalogan y describen en el siguiente cuadro. Cuadro 4 Trabajos de Investigación presentados en el curso Proyecto Integrado de Ciencias de la Tierra, relacionados con Meteorología y Climatología entre los años 1990-2016. N°

Tutor

Participante

Título de la Investigación

Año

1

Sergio Foghin

Manuel Pérez

Descripción del régimen diario del viento en la 1995 estación Fuerza Aérea Venezolana de Cumaná, estado Sucre, Venezuela

2

Sergio Foghin

Ventura Gil

Descripción del régimen diario del viento en la 1996 estación Fuerza Aérea Venezolana de Güiria, estado Sucre, Venezuela

3

Sergio Foghin

Leandro Rivas

4

Sergio Foghin

5

Sergio Foghin

6

Hugo Castañeda David Milano

Relación de manchas solares respecto al fenó- 2000 meno El Niño, período 1970-1999

7

Sergio Foghin

Carolina León

Variación horaria de la precipitación en las esta- 2003 ciones Güiria y Barcelona (SMAV) durante los meses de Junio a Octubre, período 1971-1980, estados Sucre y Anzoátegui, Venezuela

8

Víctor Reyes

Nerley Aragort

Análisis de la serie histórica de precipitación 2003 anual en la estación Caracas – Observatorio Cagigal (1891-2000), Distrito Capital, Venezuela

9

Víctor Reyes

Yoconda Rangel

Comparación de las series históricas de tempe- 2003 ratura media anual de las estaciones La Mariposa y Caracas-Observatorio Cagigal, durante el período 1950-1996, Distrito Capital, Venezuela

10 Víctor Reyes

Alfrennis Díaz

Caracterización climatológica del evento tér- 2004 mico “Pacheco” (1891-2000), Distrito Capital, Venezuela

11 Víctor Reyes

Johanna Rojas

Relación entre los eventos ENOS y el comportami- 2004 ento de las temperaturas medias, máximas medias y mínimas medias, y los montos medios mensuales de precipitación, en la estación Caracas-Cagigal (1891-2000), Distrito Capital, Venezuela

82

Descripción del régimen diario del viento en la 1997 estación Fuerza Aérea Venezolana de Caracas – La Carlota, Distrito Federal, Venezuela Contribución al estudio del régimen diario del 1998 Ignacio Ríos viento en superficie en la estación Santa Elena de Uairén, estado Bolívar, Venezuela Yonathan González Contribución al estudio del régimen diario del 1998 viento en superficie en la estación Barcelona, estado Anzoátegui, Venezuela

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Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología...

Cuadro 4 (Continuación) N°

Tutor

Participante

Título de la Investigación

Año

12 Víctor Reyes

Rosibel Crespo

Comportamiento de la serie histórica de tem- 2006 peratura correspondiente al período 1964 – 1990 en la estación La Carlota, Distrito Capital, Venezuela

13 Víctor Reyes

Romer Rivas

Aproximación de un umbral de precipitación 2008 ante la ocurrencia de deslizamientos en la ciudad de Caracas y sus alrededores para el año 2005, Distrito Capital, Venezuela

14 Víctor Reyes

Adolfo Olea

Análisis de las series históricas de tempera- 2008 turas en el período de 1951 – 2004, en la estación Coro – Aeropuerto, estado Falcón, Venezuela

15 Briceida Mora

Linda Dávila

16 Briceida Mora

17 Briceida Mora

18 Briceida Mora 19 Arismar Marcano 20 Briceida Mora

Asociación entre algunas variables climáticas 2009 (temperatura y precipitación) en relación con las enfermedades endémicas del Municipio Libertador, estado Mérida, Venezuela Marizabeth Barriga, Asociación entre algunas variables climáticas 2009 José Tiappa y Vanes- (temperatura y precipitación) en relación con sa Villarroel las enfermedades endémicas en el Municipio Sucre, estado Mérida, Venezuela Yelenisse Requena y Estudio del comportamiento temporo-espa- 2010 Desireé Rivas cial de las precipitaciones en la cuenca del río Guárico y su influencia sobre el embalse Camatagua, estados Aragua y Guárico, Venezuela Gabriela Uzcátegui y Mapa pluviométrico del estado Trujillo, Venezuela 2011 Karina Parra Perly Tovar, Yodaisy Estudio de la distribución espacio-temporal 2012 Vera y Yusbeli Salgado de las precipitaciones en los estados Aragua y Guárico, Venezuela Génesis Monsalve, Análisis de la distribución espacio-temporal 2012 de las precipitaciones en los estados Falcón y Sucre, Venezuela

21 Arismar Marcano Krisbell Ávila y Comportamiento de la pluviosidad en la isla 2013 Lisette Quito de Margarita (estado Nueva Esparta, Venezuela) empleando la herramienta SIG 22 Williams Méndez Marcos Araque

Diseño e implementación de un curso on- 2013 line para la gestión del aprendizaje en el área de Climatología Física del Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

83


Arismar Marcano Montilla / Loan José Landaeta

Cuadro 4 (Continuación). N°

Tutor

Participante

Título de la Investigación

23 Arismar Marcano Barbarita Rondón y Análisis de factores que generan susceptiJonathan Ramírez bilidad a movimientos en masa en un talud ubicado en la UCAB (Distrito Capital, Venezuela): Bases para una planificación urbana sustentable 24 Williams Méndez Gypsi Parra, Jesiree Análisis del potencial erosivo de las precipiFuentes y Miguel Pérez taciones en la cuenca del río Chichiriviche, estado Vargas, Venezuela Mapa pluviométrico del Estado Carabobo Katiuska Bolívar 25 Loan Landaeta Modificado de: Méndez, W. (2015). Compilación de Documentos de la Jefatura del Departamento de Ciencias de la Tierra, Instituto Pedagógico de Caracas. Documentos sin publicar, Instituto Pedagógico de Caracas. Caracas Las temáticas desarrolladas en los proyectos de investigación son muy diversas y asociadas al interés investigativo particular de docentes, principalmente de quienes conformaron y conforman la cátedra de Hidrometeorología. A partir de ello se identifican tres etapas, las cuales son: estudios de vientos dirigidas por el Prof. Sergio Foghin (1995-2003); estudios de temperatura y climatología aplicada a enfermedades endémicas guiados por el Prof. Víctor Reyes (20032009) y modelado de precipitaciones dirigido principalmente por la Profa. Mora. En la actualidad, esta última etapa se continúa desarrollando e incluye el análisis de riesgo de desastres, con apoyo de las Tecnologías de Información Geográfica (TIG) y profesores de la cátedra de Geodesia; además del desarrollo de investigación con énfasis en lo pedagógico, enfoque considerado por los autores, permanece rezagado en comparación a otros estudios, si bien se considera la naturaleza docente de la institución. 84

Año 2015

2015 2016

Vale destacar que la etapa de estudios de vientos responde a la facilidad de acceso a datos eólicos de calidad gracias a una óptima condición operativa de las estaciones en las regiones semiáridas y áridas de Venezuela y los vínculos del tutor con el Servicio Meteorológico de la Fuerza Aérea Venezolana. Por su parte, la etapa de estudios de temperatura se circunscribe al espacio de Caracas, utilizando principalmente las series de datos del Observatorio Cagigal, caracterizada por su metódico registro y extendida longitud temporal. Por otra parte, la epidemia de dengue suscitada en Venezuela finalizando la primera década del 2000, aunada a la experticia investigativa del tutor en el área climática, se intuyen como las razones fundamentales que llevaron al desarrollo de estudios de climatología aplicada producidos en esta última etapa. Finalmente, el desarrollo de estudios de modelado de precipitación responde al auge de los Sistemas de Información Geográficas y la consolidación del Laboratorio de Geomática “Ing. Raúl Laforest” del Departamento de Ciencias de la Tierra.

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017


Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología...

Maestría en Geografía, mención Geografía Física Durante la existencia del programa de Maestría en Geografía, mención Geografía Física desde finales de la década de 1980 hasta 2016, han sido concluidos 52 Trabajos de Grado, cinco concernientes al campo de la climatología. Los estudios de Sánchez (2002), Gil (2010), Mora (2010), Guerra (2010) y Landaeta (2014) tratan como objeto fundamental las precipitaciones en diferentes espacios de la geografía nacional, abordando áreas de estudio comprendidas entre la escala local y regional. Sánchez (ob.cit.) y Mora (ob.cit.) realizaron estudios de variabilidad de las precipitaciones. La primera autora, trabajó la variación diaria de las precipitaciones registradas por las estaciones Observatorio Cagigal y La Carlota, en el Valle de Caracas, durante el período 1981-1995, mientras que Mora analizó las tendencias y la variación anual e interanual de las precipitaciones en la cuenca del río Boconó, en la región de Los Andes, utilizando siete estaciones con diferente periodo de registro entre 1957 y 2006. El único estudio de condiciones sinópticas realizado en la Maestría fue desarrollado por Gil (ob.cit.), a partir del análisis de casos de 45 eventos de lluvias torrenciales ocurridas en el tramo central de la cordillera de la costa desde 1976 hasta 2006.

Mención aparte corresponde a los Trabajos de Grado que si bien no tratan el clima venezolano como tema principal, incorporan variables climáticas en relación con el objeto de investigación. En este sentido, se han producido seis modelos de zonificación de amenazas por procesos de remoción en masa e inundaciones, las cuales consideran como factor desencadenante eventos hidrometeorológicos. También, figura el estudio agroclimático de la cuenca de la quebrada Patillal, estado Lara realizado por Montilla (2001). Además es menester, considerar en este apartado el análisis climático como eje articulador de una docena de estudios de geología, geomorfología y sedimentología cuaternaria concluidos en el programa de maestría. Trabajos de Ascenso realizados por Profesores del Departamento de Ciencias de la Tierra Desde el año 1981 a la actualidad, la climatología ha sido desarrollada como tema principal en siete Trabajos de Ascenso elaborados por profesores del Departamento de Ciencias de la Tierra. Exceptuando la producción más reciente, los Trabajos en el área, fueron realizados exclusivamente por profesores adscritos a la Cátedra de Hidrometeorología.

Por su parte, el modelado de las precipitaciones y la generación de mapas isoyéticos para los estados Táchira y Miranda fueron realizados por Guerra (ob.cit.) y Landaeta (ob.cit.), respectivamente. Ambas investigaciones se desarrollaron a partir del procesamiento geoestadístico y técnicas de interpolación mediante el uso de Sistemas de Información Geográfica.

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

85


Arismar Marcano Montilla / Loan José Landaeta

Cuadro 5 Trabajos de Ascenso con temas climáticos y meteorológicos desarrollados por profesores del Departamento de Ciencias de la Tierra desde el 1981 hasta 2016. Profesor y Cátedra de adscripción

Título del Trabajo de Ascenso

Categoría de Ascenso

1981

Instructivos para Prácticas de Meteorología y Climatología

Asistente

1985

El Territorio Venezolano en el Marco de la Circulación General Atmosférica

Agregado

---

Contribución al Estudio de la Pluviometría Venezolana

Asociado

1991

Notas para la revisión de los aspectos climatológicos en la geografía de Venezuela de Pablo Vila

Titular*

2003

Análisis preliminar de las series históricas de temperatura en la estación Caracas - Observatorio Cagigal (1891-2000)

Asistente

(Hidrometeorología)

2005

Análisis de la isla de calor en el Área Metropolitana de Caracas

Agregado

Loan J. Landaeta (Geodesia)

2015

Análisis del Registro Pluviométrico de la Región Central de Venezuela

Asistente

Sergio Foghin P. (Hidrometeorología)

Año

Víctor M. Reyes

Es importante resaltar que el trabajo de ascenso a la categoría de Titular del presentado por el Prof. Foghin en el año 1991 y que en el cuadro 5 se resalta con un asterisco (*), a posteriori de su presentación con fines académicos, conformó la tercera parte del libro Hubo una vez un geógrafo... Pablo Vila, pedagogo de la geografía de Venezuela, donde logra resaltar, en palabras de Escobar de M. (2005): …la convicción que poseía Pablo Vila sobre el valor de la aplicación de los conocimientos climatológicos en la planificación del uso del espacio y del rol de la climatología y la meteorología como ciencias ambientales. Esta parte del libro resulta de gran significación y de una excelente referencia para los profesores de Geografía y de las ciencias y ramas afines. Se analizan los siguientes aspectos: los promedios térmicos anuales y el relieve; otros aspectos térmicos del país; vientos generales, regionales y locales; la pluviome-

86

tría llanera; la lluviosidad del llano a la cordilleras; inversión estacional de la lluviosidad en la Zona del Caribe, los contrastes pluviométricos transicionales del noroeste; las precipitaciones atmosféricas andinas y las anomalías pluviométricas estacionales del territorio nacional. (p.259)

A parte de este texto, el profesor Foghin publica en el año 2002, Tiempo y clima en Venezuela, aproximación a una geografía climática del territorio venezolano, a través de la publicación Colección Clase Magistral del Instituto Pedagógico de Miranda. Las Tendencias de investigación en Meteorología y Climatología en el Departamento de Ciencias de la Tierra Al analizar la naturaleza de los cincuenta y nueve (59) trabajos de investigación, se pro-

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017


Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología...

cedió a subdividirlos de acuerdo a las temáticas desarrolladas de manera que permitan evidenciar las tendencias en investigación dentro del campo de la meteorología y la climatología. Estas categorías que emergen, se entenderán de la siguiente manera: 1.- Historia de la Meteorología y Climatología en Venezuela, que comprende todos aquellos trabajos que consideran elementos históricos; 2.- Estudio de las precipitaciones, abarcan subtemáticas diversas como los estudios sinópticos, los análisis de variabilidad diaria y anual; los modelados de precipitaciones haciendo uso de los Sistemas de Información Geográficos (SIG) y las zonificaciones de amenazas hidrometeorológicas; 3.- Estudios de serie de datos climáticos, comprende los estudios sobre la condición y calidad de las series de datos de temperatura y precipitaciones;

mosférica terrestre, así como de investigaciones referidas a la alta atmósfera; 8.- Climatología Aplicada, representa los trabajos de carácter explicativos que se sustentan en estudios climáticos para comprender fenómenos espaciales, como distribución de enfermedades, comportamiento de las precipitaciones, entre otros; 9.- Enseñanza de la Climatología, refiere como su nombre lo indica, a trabajos dirigidos a métodos, técnicas o estrategias que faciliten el proceso de enseñanza y aprendizaje en la climatología, empleando las tecnologías de la información y la comunicación. En el cuadro 6, se presenta la sistematización de los productos de investigación analizados, considerando las categorías anteriormente descritas, lo que contribuye a revelar las tendencias investigativas en el campo de la meteorología y la climatología en los trabajos en discusión.

4.- Estudios de temperatura, referidos a estudios comparativos de temperaturas, islas de calor urbano y eventos térmicos; 5.- Cambio Climático, refleja las investigaciones y reseñas dirigidas al estudio del calentamiento global y los cambios climáticos, así como el abordaje de sus consecuencias y maneras de cómo afrontarlos; 6.- Estudios de vientos locales, corresponde a trabajos en los que se estudia la circulación y regímenes de vientos locales en el territorio nacional, a partir de series de datos y observaciones en campo; 7.- Estudios de fenómenos astronómicos y alta atmósfera, referidos a estudios de fenómenos astronómicos y su actuación sobre la dinámica atAULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

87


Arismar Marcano Montilla / Loan José Landaeta

Cuadro 6 Sistematización de los trabajos de investigación considerando las categorías Total

Reseñas

TA

Apuntes

PICs

-

1

1

-

-

7

-

1

10

Estudios Sinópticos

1

-

-

-

-

-

-

1

2

Variabilidad diaria y anual

2

2

-

-

-

-

6

-

10

Modelado y Cartografía

2

-

-

-

-

-

2

-

4

Amenazas Hidrometeorológicas

-

-

-

-

-

-

2

-

2

Estudios de serie de datos climáticos

-

-

-

-

-

-

3

2

5

Temperatura

-

2

-

-

-

-

-

1

-

-

3

-

1 -

5

Cambio climático

2 5

1

Historia de la Meteorología y Climatología en Venezuela Precipitaciones

Semblanzas

Revista Aula y Ambiente Aula del Director

TG

Artículos

Categorías

Estudios de vientos locales

4

Estudios de fenómenos astronómicos y alta atmósfera

-

3

-

-

-

-

1

-

6

Climatología aplicada

-

1

-

-

-

-

3

-

4

Enseñanza de la Climatología

-

-

1

-

-

-

1

1

4

5

10

2

-

3

7

25

7

359

TOTAL

Nota: Trabajos de Grado de Maestría, mención Geografía Física (TG); Proyecto Integrado de Ciencias de la Tierra (PICs); Trabajos de Ascenso por parte de los docentes del Departamento de Ciencias de la Tierra (TA) La sistematización de las fuentes consideradas demuestra que las principales categorías trabajadas corresponden a las precipitaciones, con 18 producciones (30,5 % del total), seguidas nueve estudios de Historia de la Meteorología y Climatología en Venezuela (16,9 %) y seis estudios (10,2 %) de vientos locales.

88

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017


Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología...

CONSIDERACIONES FINALES La preeminencia de la geología y geomorfología en el Departamento de Ciencias de la Tierra y en el programa de Maestría en Geografía, mención Geografía Física, y por otra parte, las deficiencias en la cantidad y calidad de las series de datos climáticos disponibles en Venezuela, son algunas de las principales razones por las que la producción de trabajos de investigación climática y meteorológica ha sido limitada en comparación con investigaciones en otras áreas geocientíficas. El auge de la instrumentación de políticas de ordenación y gestión del territorio, en relación con la planificación para el crecimiento económico y desarrollo social, el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, la reducción de riesgos de desastres, así como la protección y valoración del ambiente y el interés por las repercusiones del cambio climático, son áreas de interés que demandan la elaboración modelos climáticos. Las citadas deficiencias en la calidad y cantidad de las series climáticas nacionales disponibles dificultan la elaboración de los modelos requeridos. Así pues, las tendencias más recientes entre las producciones climáticas del Departamento de Ciencias de la Tierra y del programa de Maestría en Geografía se identifican investigaciones dirigidas a (a) inventariar y evaluar la condición de series de datos, (b) calcular datos faltantes, (c) el modelado espacial y temporal de variables a partir de técnicas de estimación y TIG que permiten desarrollar conocimientos aproximados de la realidad y (d) la intervención de estas variables en estudios aplicados, principalmente en zonificación de amenazas.

En relación con lo anterior, se considera que las próximas investigaciones en el campo mantendrán esta propensión, especialmente en el área de las precipitaciones. Si bien casi todos los Trabajos de Grado del programa de Maestría en Geografía, mención Geografía Física, se realizaron caracterizaciones climáticas del espacio geográfico estudiado, o trabajaron algún elemento del clima como variable en relación con el objeto de estudio, la producción del primer estudio exclusivamente climático nueve años y 21 trabajos de grado después del primero presentado en el programa, muestra la tardía atención otorgada a esta importante área geocientífica. En atención a lo anteriormente planteado, el que todas las investigaciones del área tengan por tema común las lluvias, deriva de varias razones entre las que destacan: (a) que entre las limitaciones de data climática venezolana, las precipitaciones poseen series de datos más completas, y (b) que la lluvia ha sido la variable más estudiada en la climatología nacional, suponiendo una relativa abundancia de fuentes que consulta respecto a estudios dedicados a otras variables climáticas. Situación similar ocurre con los episodios sinópticos, de los cuales se conserva un registro detallado en la forma de mapas de superficie y de altura, así como de las condiciones atmosféricas asociadas, principalmente en repositorios de información extranjeros. Por otra parte, la realización de investigaciones en el área de Amenazas por eventos hidrometeorológicos en el programa de Maestría en Geografía y el curso Proyecto Integrado de Ciencias de la Tierra, no han trascendido del ámbito investigativo a la divulgación, a pesar de disponer de un espacio de difusión como la Revista Aula y Ambiente.

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

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Arismar Marcano Montilla / Loan José Landaeta

REFERENCIAS Earth Science Literacy (2009, mayo). Principios de Alfabetización en Ciencias de la Tierra. Las grandes ideas en Ciencias de la Tierra y los conceptos que las sustentan. [Articulo en línea]. Disponible: www.earthscienceliteracy.org. [Consultado: 2016, octubre 2] Escobar de M., F. (2005) RESEÑA HUBO UNA VEZ UN GEÓGRAFO... PABLO VILA, PEDAGOGO DE LA GEOGRAFÍA DE VENEZUELA. FOGHIN-PILLIN, Sergio. Caracas: Ediciones del Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), 2004. Geoenseñanza 10(2) pp. 257-259 [Reseña en línea]. Disponible: http:// www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/21007/2/ resena1.pdf [Consultado: 2016, octubre 10] Fermín, Ma. V. (2016, mayo 6). Falta de recursos ahoga Estación Climatológica de la UCV. [Articulo en línea] El Nacional. Disponible: www.el-nacional.com/ [Consultado: 2016, mayo 6] Foghin, S. (2007). La meteorología en Venezuela. Aula y Ambiente 7(13-14) pp. 29-55 Gil, C. (2010). Análisis de casos de lluvias torrenciales en el tramo central de la cordillera de la costa desde 1976 hasta 2006, Venezuela. Trabajo de Grado de Maestría no publicado, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Caracas. Guerra, F. (2010). Estimación y caracterización de la precipitación para el Estado Táchira utilizando técnicas geoestadísticas. Trabajo de Grado de Maestría no publicado, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Caracas.

para optar a la categoría de Asistente no publicado, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Caracas. Ley del Plan de la Patria 2013-2019. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, 6110, Enero 21, 2013. Méndez, W. (2015). Compilación de Documentos de la Jefatura del Departamento de Ciencias de la Tierra, Instituto Pedagógico de Caracas. Documentos sin publicar, Instituto Pedagógico de Caracas. Caracas Mora, B. (2010). Análisis de tendencias y variación anual e interanual de las precipitaciones en la cuenca del rio Boconó Estado Trujillo Venezuela periodo 1957 2006. Trabajo de Grado de Maestría no publicado, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Caracas. Sánchez, A. (2002). Estudio de la variación diaria de las precipitaciones registradas en las estaciones observatorio Cagigal y la Carlota en el Valle de Caracas. Trabajo de Grado de Maestría no publicado, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Caracas. Suárez, C., Barrientos, C., Marcano, A., y Méndez, W. (2016). Departamento de Ciencias de la Tierra. Algunos apuntes de su historia y consolidación (1972-2016) [Libro digital en CD] En: Historia de los Departamentos del Instituto Pedagógico de Caracas. Caracas, Venezuela: Fondo Editorial Mariano Picón Salas del Instituto Pedagógico de Caracas. pp.123-155

Hurtado de B., J. (2008). La investigación Holística. Caracas, Venezuela: Quirón. Landaeta, L. (2014). Distribución espacial y temporal de las precipitaciones en el Estado Miranda, Venezuela, a partir de técnicas geoestadísticas y de interpolación. Trabajo de Grado de Maestría no publicado, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Caracas, Caracas. Landaeta, L. (2015). Análisis del Registro Pluviométrico de la Región Central de Venezuela. Trabajo de ascenso

90

AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017


APUNTES La Astronomía en los Grupos Estables Freddy Oropeza Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Instituto Pedagógico de Maturín “Antonio Lira Alcalá” foropeza7@gmail.com

Recibido: en octubre 2016

Este apunte está dedicado a todos aquellos docen t e s , q u e h a n r e c i b i d o f o r m a c i ó n e n A s t r o n o m í a , a nivel nacional y a través del Programa Universe Awareness – UNAWE (Gráfico 1). Muchos han sido partícipe a lo largo

Aceptado: en noviembre 2016

y ancho del país. Gracias a la labor de varios entusiastas de la Astronomía, certificados por UNAWE, y de otros que no lo fueron, pero que gracias a su mística y pasión por la Astronomía han aportado en la formación docente.

Gráfico 1. Logotipo de Programa Universe Awareness – UNAWE. https://4.bp.blogspot.com/-fsTm_QS9NCc/ WAr77HTNvVI/AAAAAAAADKU/kpT3xh9dbM4cKXInoUG5v5kPYZ7Eq8H8QCLcB/s1600/Unawe.jpg

En Monagas, desde que se adelantó la iniciativa UNAWE, en alianza estratégica con la Zona Educativa y Fundacite Monagas (hoy, Unidad Territorial MPPEUCT Monagas), se formaron 400 docentes en todo el estado, pertenecientes a 268 instituciones educativas participantes lo que permitió llegar a más de 5000 estudiantes, que realizaron sus proyectos inspirados en la Astronomía, lo que potenció organizar cinco encuentros estadales, sin contar la organización de una serie de eventos municipales.

A través de estos esfuerzos, la idea siempre ha sido, en primer lugar, la de inspirar a los niños, a que exploren las carreras de ciencias; en segundo lugar, proporcionar a los profesores las herramientas que necesitan para hacer que la ciencia sea emocionante en el aula de clases, así como fuera de ella; y, ayudar a los estudiantes de nivel universitario a ser exitosos al comunicar su trabajo. Por otra parte, las actividades de los astrónomos aficionados siempre han tenido la

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visión de educar a la base estudiantil hasta llegar a la comunidad, y de esta manera encontrar formas interesantes para compartir el cielo con sus familias y vecinos. Es una gran idea, que a través de la Astronomía se trascienda de la escuela a la comunidad, contando con un cielo abierto y gratis. En este contexto, los Grupos Estables (GEs) se pudiera decir que es la novedad del Proceso de Transformación Curricular (PTC) que inició el Ministerio del Poder Popular para Educación.

manuscrito general de sistematización de las propuestas pedagógicas surgidas en el debate y discusión así como de las orientaciones fundamentales, se establece que el desarrollo de las potencialidades humanas es un proceso abierto, no tiene límites y este proceso se potencia haciendo más que contemplando o escuchando las explicaciones de un profesor (p. 135). Si bien esta afirmación tiene sus complejidades, es necesario indicar que la Astronomía en ese sentido logra el desarrollo de potencialidades, y mejor aún la vocación.

Para la Astronomía, los Grupos Estables, constituyen la manera ideal de desarrollar su potencial integrador, como se explicará más adelante con un ejemplo. Es Interesante cuando en el documento denominado “Proceso de Transformación Curricular en Educación Media”,

Es conveniente indicar que en una actividad bien planificada, con el uso del potencial astronómico, puede obtenerse sin ningún problema el aprender a aprender, aprender a ser, aprender a convivir y el disfrute del ser a plenitud. Y esto es simple.

Gráfico 2. Galileo Galilei presentando el telescopio ante la comunidad científica. https://4.bp.blogspot.com/-RaEA07JwkuE/WAr9eedE65I/AAAAAAAADKs/Znzy97jg6Solezek7UaBDSn4vP_DhtRiQCLcB/s1600/Galileo.jpg

Como ejemplo, un docente que establezca una charla amena, de óptica, en la que confluyan los conocimientos físicos con los conocimientos 92

biológicos, y un buen relato de historia, en la que se cuente las vicisitudes científicas de Galileo (Gráfico 2), puede traer como resultado un

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grupo muy motivado, cuando se les diga que pueden construir un telescopio usando lupas “chinas”. Algo muy sencillo, pero que despierta la curiosidad del estudiante en mejorar sus técnicas aprendidas. Debe recordarse que los GEs, de acuerdo al documento del MPPE (2016): “Están dirigidos al trabajo por grupos de interés. Independientemente de la sección y el año que se

curse y variarán conforme a las características de la localidad. Cada estudiante seleccionará los grupos estables en que participará, con la orientación de su profesor o profesora guía, de acuerdo a las opciones que se brinden en el plantel.” (p.135)

La astronomía despierta la iniciativa, la creatividad y la innovación, con una combinación ideal de lo teórico con lo práctico. ¿Y qué tal si dos, o más, GEs se conectan?

Gráfico 3. Socialización de los grupos estables. https://3.bp.blogspot.com/-xg96Fg1luR8/WAr9BC_4JiI/ AAAAAAAADKo/qcH4uD4DbqYMYCo9yGxRkeOZ2ZG0YsExgCEw/s1600/Grupo+Estable5.jpg

Supongamos que uno de los GEs está orientado a la agricultura sustentable y el otro GE está orientado a la Astronomía. Interesante entonces sería el intercambio de ideas en cuanto a la relación de las Fases de la Luna con la agricultura; o cómo influye la radiación solar sobre el clima y la agricultura.

Para aquellas zonas rurales, en las que existan comunidades indígenas, sería interesante un GE que se dedique a la etnoastronomía o astronomía aborigen, lo cual haría resaltar un trabajo cultural que proporcione encuentros para la socialización mostrando sus legados culturales al resto de la comunidad local, regional y nacional (Gráfico 3)

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Los cuatro criterios que rigen las actividades prácticas de los GEs Ocupar la mente, ocupar las manos, ocupar el corazón y practicar la convivencia son los

cuatro criterios que debe aplicar un Grupo estable. (Gráfico 4)

Gráfico 4. Grupos en edad escolar disfrutando de las actividades sobre astronomía coordinadas por GEs con actuación en Maturín, Edo Monagas.

Una práctica astronómica que cumple con estos cuatro criterios es la creación de un planetario escolar (Gráfico 5). Primero, los estudiantes deben conocer de orientación estelar, saber reconocer las constelaciones (ocupar la mente en reconocer aquellas constelaciones más importantes, de acuerdo a los meses del año); segundo, al iniciar la construcción del planetario escolar, y darle forma a la cúpula (está integrando formas, dimensiones, cálculos, entre otros) lo 94

lleva a ocupar las manos; tercero, como la astronomía es llamativa, es curiosidad y logra el apego, el estudiante se enamora de lo que hace, es lo que se denomina ocupar el corazón. Cuarto, para cuando el planetario está construido y listo para recibir a otros estudiantes, de otros GEs, se logra el aprender en colectivo, ya que al enseñar a otros lo que se aprendió es un placer que no tiene explicación, es una satisfacción.

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Gráfico 5. Modelo de Planetario escolar. Elaboración de docente y estudiantes del Liceo “Santiago Key Ayala” Caracas. Foto: Larry Rivas

La colocación de un Planetario Escolar fortalece el espacio para el encuentro. (Gráfico 6). Finalmente, los GEs dedicados a actividades

astronómicas estarán fortaleciendo el área de la Acción Científica, Social y Comunitaria.

Gráfico 6. El Planetario en los planteles escolares del Estado Monagas.

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Algunos aspectos a considerar para la planificación de los GEs Lo que se plantea en este aparte, busca servir de orientación en la fundamentación de un GEs

que establezca la Astronomía como práctica.

Gráfico 7. Trascendencias de las actividades desarrolladas por GEs regionales del Estado Monagas. https://4. bp.blogspot.com/-OLNpki41JGg/WAr8HvZn87I/AAAAAAAADKk/Mk022M7oJTIftRgyeY6m7TdytyatqvpdACEw/s1600/Taller_Astronomia_para_Art%C3%ADculo2.jpg

Para un objetivo general, se pudiera considerar de la siguiente manera: “Propiciar el acceso a la comunidad educativa al conocimiento científico y tecnológico, coadyuvando a la apropiación social del conocimiento a través del uso de las tecnologías de información In Situ con el uso de la Astronomía como ciencia integradora.” (Gráfico 7) 96

Como objetivos específicos pudieran establecerse los siguientes: • Llevar el conocimiento UniversoCosmos-Tierra-hombre a los jóvenes y adultos inscritos en cualquiera de los niveles y modalidades del sistema educativo nacional. (Gráfico 8 A,B,C)

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A

C

B

Gráfico 8 (A, B, C). Grupos de estudiantes de diferentes niveles del sistema educativo en actividades programadas por los GEs.

• Contribuir en el incremento de la cultura científico-tecnológica de la región • Incentivar la curiosidad e interés de los jóvenes y adultos hacia temáticas propias de las ciencias • Potenciar la vocación de los jóvenes en edad escolar hacia el estudio de las ciencias. • Dar un gran impulso a la difusión y al conocimiento de la Astronomía que permita a la población desarrollar su ca-

pacidad de imaginación, creatividad, análisis y comprensión de la Astronomía, así como también fomentar el espíritu de cuido de la naturaleza. • Propiciar la creación de redes astronómicas a través de clubes que partan de los GEs, organizaciones y campamentos de astronomía • Coordinar programas, conocimientos, estrategias y esfuerzos entre las diferentes instituciones que hacen vida en

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el Estado (nombre del estado) y cooperan en pro de las ciencias. • Crear un sitio web que permita conocer las experiencias en el Estado (nombre del estado) y que a la vez difunda las opiniones y criterios de los jóvenes y adultos acerca de la Astronomía. Debe entenderse que los estudiantes han de apropiarse de contenidos conceptuales y que éstos son tan importantes como la aprehensión de las principales formas del pensamiento disciplinar. No perdamos lo dicho por Gardner (2000) citado por Zabalza (2004, p. 225), lo importante es que los estudiantes exploren con una profundidad suficiente un número razonable de ejemplos para que puedan ver cómo piensa y actúa un científico, un geómetra, un artista, un historiador. Así que, docentes y maestros, la intención no es hacer de los estudiantes unos expertos a escala reducida en una disciplina dada, sino conseguir que empleen estas formas de pensamiento para comprender su propio mundo (Gardner, p.136). Sugerencia de cómo debe ser la secuencia didáctica de un GEs De acuerdo al Equipo Multidisciplinario de la Dirección de Planeamiento y Evaluación Educativa, la secuencia didáctica debería poseer una estructura, la cual se muestra de la siguiente manera: 1. Objetivo(s) 2. Fundamentación Considere el énfasis en las exigencias epistemológicas, priorice los intereses de los estu98

diantes y esté claro que los criterios tienen que ver con los conceptos de participación, vínculos con la comunidad, identidad, pertenencia, cuidado del ambiente, entre otros. 3. Destinatarios 4. Contenidos 5. Secuencia de Actividades: Fase exploratoria Fase de Indagación Guiada Fase de creación 6. Evaluación (incluir todos los procesos) CONSIDERACIÓN FINAL Se reitera que la Astronomía es parte de las Ciencias Naturales, que aunque en Venezuela no sea una asignatura dentro de la currícula nacional, posee temas sumamente importantes entre las diversas asignaturas. Como ciencia experimental, que permite hacer mediciones, cuantificaciones, comparaciones y reflexiones sobre fenómenos naturales, siempre se enfoca en ofrecer explicaciones racionales, bajo la inducción y deducción, que minimicen las ideas supersticiosas en quienes la practican. Al tener la Astronomía como preferencia de un grupo estable, esto permite iniciar la discusión de los aspectos didáctico-pedagógicos desde un marco teórico constructivista. En este sentido, habrá construcción colectiva de manera transparente, participativa, creativa y permanente. Todo docente, administrativo, obrero, personas de la comunidad, entre otros, que desee coordinar un GE “astronómico”, debe saber de

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Astronomía. Es decir, debe poseer el perfil para enseñar y accionarlo. Y a esto se le debe sumar los esfuerzos, ya sean investigativos, formativos, organizativos y comunicacionales que permitan conectar a la comunidad con la institución, de manera tal que el GE transcienda a otros espacios, mostrando sus potencialidades. De esta manera, la Astronomía crea una gran oportunidad para hacer escuela. Los grupos astronómicos y quienes estamos comprometidos con la enseñanza de esta ciencia nos colocamos en total disposición de los docentes que tomen la Astronomía como eje orientador de los Grupos Estables. REFERENCIAS Equipo Multidisciplinario de la Dirección de Planeamiento y Evaluación Educativa. (2016). Características de las Secuencias Didácticas para liceos de Tiempo Completo, Tiempo Extendido y Propuesta 2016. [Documento en Línea]. Disponible: https://www.ces.edu.uy/ces/images/stories/2016/Propuestas_interdiscipli narias/Caracter%C3%ADsticas_de_las_Secuencias_Did%C3%A1cticas.pdf [Consulta: 2016, octubre 15] Gardner, H. (2001). La inteligencia reformulada. Las inteligencias múltiples en el siglo XXI. Barcelona. Editorial Paidós. Ministerio del Poder Popular para la Educación. (2016, junio). Proceso de Transformación Curricular en Educación Media. Documento general de sistematización de las propuestas pedagógicas y curriculares surgidas en el debate y discusión y orientaciones fundamentales. Caracas. Oropeza, F. (2008, octubre 27). [Proyecto “Cátedra Abierta: la Astronomía y el universo. Un diálogo de saberes en las Ciencias Naturales”]. Maturín: Liceo Nacional “Luis Padrino”. Zabalza, Miguel A. (2004). La Enseñanza Universitaria y sus Protagonistas. Recuperado de: https://books. google.co.ve/books?id=yArGKWyRevgC&printsec=f rontcover#v=onepage&q&f=false AULA Y AMBIENTE - Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017

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SEMBLANZA Sergio Foghin-Pillin: El amigo, el ahijado, el padrino, el compadre, el colega… el geógrafo

Maximiliano Bezada Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano”, Departamento de Ciencias de la Tierra UPEL-IPC mbezada1919@gmail.com

Sergio Foghin, acompañado, por José Manuel Centeno y Máximiliano Bezada (1975).

DEDICATORIA Stimabil copari, a memorie jo âi scrit chest curte biografie par tornâ indaûr e meti in mostre in pocjes peraules cualchidun dai biei risultâs academics cussì come des nestres esperiences fatis insieme. Perdonimi par contâ ancje des confidences ma jo dovevi di fâlu prime di lâ vie cul capot di len. Un grant abraç di libertât. (*) Cuando los editores de la Revista “Aula y Ambiente”, me pidieron escribir una semblanza objetiva sobre Sergio Foghin, lo acepté gustosamente, con la condición de que la escribiría a mi manera. De inmediato vinieron a mi memoria las palabras que le oí decir a la documentalista venezolana Liliane Blaser, cuando en una entrevista, el interlocutor le preguntaba “son sus documentales objetivos”, y ella respondió “objetivos para nada, pero sí le puedo asegurar que

son muy honestos”. Lo que quiero significar con estas palabras introductorias es que escribir sobre Sergio Foghin-Pillin, están signadas por una hermandad de 45 años, por un compartir de ideas y acciones, no necesariamente vertidas y acrisoladas indisolublemente sin divergencias, pero sí fraguadas y templadas por la amistad y el respeto que mutuamente hemos abonado y cultivado desde siempre. Entonces, más que una semblanza, es un relatar de algunas anécdotas y vivencias con mi amigo, mi ahijado, mi padrino, mi compadre, mi colega, el geógrafo. Casi todo lo que narraré en las próximas líneas es un ejercicio memorístico, en el que se me hace difícil desligar las acciones y experiencias comunes vividas durante las últimas cuatro décadas y media. Conocí a Sergio por el año 1971, me lo presentó nuestro hoy común amigo Hernán Matute Bouza. Había nacido en Brest, Francia, pero por

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Maximiliano Bezada circunstancias personales vivió algunos años infantiles y algunos de su adolescencia en la región geográfica de Venecia-Julia, con su Domingo, su “nonu” paterno al que siempre recuerda con cariño y admiración. En esta región autónoma, de estatus especial, del noreste de Italia, específicamente de la provincia histórico-geográfica del Friuli, que constituye la salida natural al mar para muchos de los países del centro de Europa, era la cuna de sus padres, los cuales emigraron a Venezuela a finales de la década de los 50 del siglo pasado. De esa región geográfica situada en el extremo norte de Italia, en la frontera con Austria y Eslovenia, cerca del mar Adriático, de algo menos de 8000 km2, de los cuales casi 5000 corresponden a Friuli; tiene una variedad geomorfológica que va de la montaña con y sin karst, valles, lagos y una zona costanera dividida por un estuario en costas con lagunas litorales y costas de acantilados. Con una climatología y vientos variados que soplan del este y el oeste, entre ellos el sirocco, que influyen en la intensidad y distribución de las precipitaciones y por ende en los distintos paisajes vegetales de la región. Ese variado espacio físico y cultural, tiene una historia compleja por la confluencia de muchas poblaciones y un modelo de economía de las más desarrolladas de Italia, frecuentemente citada como el modelo del noreste. Me preguntarán ¿por qué estas líneas sobre la geografía de Friuli?, lo hago porque sin ser un defensor acérrimo del determinismo geográfico y menos de algunas implicaciones raciales, que originalmente salpicaron a esta escuela de la geografía alemana, que muchas veces discutí con Sergio en nuestros tiempos juveniles. Es mi opinión muy personal, que esa variedad del paisaje y esa compleja historia cultural, lo inclinaron desde su niñez por el estudio de la 102

geografía que, como él mismo suele manifestar, terminó de consolidar con las clases que recibió en bachillerato de su maestra paraguanera, la profesora Gravia Petit. Todo eso en su conjunto, moldeó ese espíritu de geógrafo que lo caracteriza, este factor ayudó a conformar el carácter y la actitud de su historia de vida. Pero también es muy importante recalcar en el comienzo de este relato que, a pesar de su origen foráneo, puedo dar fe de que Sergio nunca ha reclamado un pasaporte europeo, es un venezolano de pura cepa, de los que disfruta una hamaca, una chicha, un guarapo e’ caña, tomar un café en totuma y endulzado con papelón, degustar un palo a pique, un pastel de chucho, que no cambia una parrilla con carne de nuestro ganado criollo por una con cortes de carne importada, que conociendo los mejores vinos blanco de Italia, los de Friuli, sin ser chauvinista valora y degusta los cosechados en Carora, y disfruta como digestivo una copa de cocuy de penca de Siquisiqui. Además, es un conocedor profundo de Venezuela, de sus costumbres, de sus tradiciones, de su flora y fauna, de su historia, de su literatura y sobre todo de su GEOGRAFÍA. En la década del 70 del siglo pasado, éramos alumnos en la carrera de Geografía en el IPC, donde Sergio había llegado, con La Tierra y sus Recursos, de Levi Marrero, bien subrayado y aprendido. Aquel, era un libro, que por su nivel, era de consulta prohibida por nuestros profesores. Los tiempos han cambiado, cómo me gustaría que en la actualidad nuestros estudiantes tuvieran esa formación de entrada. Eran los años de la primera, y en mi opinión la mejor, reforma curricular del Instituto Pedagógico de Caracas, donde el mayor porcentaje del programa de estudio recaía sobre lo que se debía en-

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Sergio Foghin-Pillin: El amigo, el ahijado, el padrino, el compadre, el colega… el geógrafo

señar en cada especialidad, cómo se iba a enseñar no era lo prioritario. Creo que aquello tenía su basamento en la filosofía de Pablo Vila, uno de los fundadores de los estudios geográficos formales en nuestro instituto y en nuestro país: Para aprender a asar un conejo, lo primero que tenemos que tener es el conejo. Esa sentencia se la oímos a muchos de los que fueron sus discípulos y luego nuestros maestros. La compartíamos ayer y la seguimos compartiendo hoy, creo que ese compartir fue una especie de catalizador inicial que fraguó nuestra amistad. A lo largo de ese tiempo son muchas las anécdotas de toda índole e importancia que pudiera contar sobre Sergio Foghin, de farras juveniles, de viajes, académicas, políticas y tantas otras. Sergio es un buen maestro culinario, sus salsas para pastas y su rissoto son de los mejores, sus recetas son las de su madre doña María; con la excepción del sancocho de “pescao” a la oriental, el cual preparó, siendo muy jovencito con su hermana Eddy, en esa oportunidad, siguiendo al pie de la letra la receta de Gualberto Ibarreto, la botellita de ron que no debía de faltar, por respeto, solo fue permitido degustar al recordado viejo Foghin. Sergio, desde muy joven amó el mar Caribe y muy especialmente el del litoral central, lo he oído repetidamente hablar con emoción de Macuto donde solían veranear con su familia, de la primera vez que vio el mar y se bañó en uno con olas verdaderas, evidentemente haciendo comparación con los mares rodeados de lagunas litorales de su recordado Friuli. Ese enfrentamiento con las olas fue a los 14 años. Recuerda siempre con nostalgia los tiempos ídos, su entrañable amistad con Quintín Longa, el siempre

recordado salvavidas de ese recodo de playa, quien además de enseñarle a nadar le contaba anécdotas sobre este pueblo y la historia sobre las lluvias extraordinarias de 1948 y 1951 y de cómo salvo a nado los archivos de la parroquia de Macuto. En Macuto, donde los frondosos uveros forman un collar sobre la arena de la playa, el azul cobalto del mar Caribe y la atmósfera del paisaje bajo el efecto del deslumbramiento producido por la luz directa del sol ha inspirado a poetas y pintores, quizás también le inspiraron desde su adolescencia para estudiar las precipitaciones, los tipos de nubes, la alternancia diaria de las brisas de mar, de montaña, y los vientos locales que han sido algunos de los temas que han ocupado su interés investigativo en la meteorología venezolana. A pesar de su fortaleza física, y haber practicado varios deportes, creo que Sergio, no fue un deportista destacado, sin embargo, él puede señalar entre sus palmares deportivo, que fue aficionado al levantamiento de pesas, que practicaba boxeo a escondidas de sus padres en el gimnasio de los Teques y que participó en una eliminatoria para definir la selección de boxeo del estado Miranda. Tenía la pegada y el biotipo de un welter natural, era justo el atleta que necesitaba el irresponsable entrenador, que conociendo de su deficiencia visual en uno de sus ojos, lo subió al ring a combatir con un musculoso y fornido boxeador barloventeño venido de Curiepe. Todavía recuerda esa pelea, y su épica resistencia casi con un solo ojo, como un gladiatore se mantuvo de pie hasta el fin del combate. También puedo señalar, que sin haber practicado beisbol, si acaso pelotica de goma, Sergio

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Maximiliano Bezada disfruta más viendo y oyendo un partido de beisbol que uno de futbol y es que se conoce al dedillo el librito, nunca escrito de ese deporte. Por supuesto es un furibundo seguidor desde su fundación de los Tiburones de la Guaira y tiene casi el mismo tiempo que yo, esperando que ganen un campeonato o que la Vinotinto clasifique para un mundial. Sergio siempre ha recordado con mucha emoción su época de estudiante, cuando asistió como alumno a un evento de geografía en el Instituto Pedagógico de Maturín y su maestra, la profesora Maruja Taborda, lo presentó al profesor Pablo Vila, como un alumno con grandes potencialidades para la Geografía, Vila al estrechar su mano exclamo bueno al menos tamaño tiene. En 1974, Sergio fue el preparador de la Cátedra de Geología, cuyo titular era el Dr. Raúl Laforest, y yo era el instructor encargado de las Prácticas de Geología General y Geología de Venezuela. En esos tiempos éramos muy rígidos y exigentes con esas materias, tratábamos de continuar la línea impuesta por el geólogo Antonio Anderson Marín y su pupilo José Manuel Centeno Navarro, en el Departamento de Geografía e Historia. Esa Cátedra había pasado entonces a la Sección de Ciencias de la Tierra y José Manuel Centeno se había marchado a Colorado a realizar sus estudios de maestría. Asumimos el reto, con el fervor de discípulos, de mantener el nivel de las asignaturas y en verdad nos sentíamos muy orgullosos al tratar de hacerlo de esa manera. Recuerdo que en la despedida que le hicimos a José Manuel Centeno un grupo de los que fuimos sus alumnos, él nos hizo algunos obsequios. A Sergio le regaló su estereoscopio de bolsillo marca Zeiss. Una acción con gran simbología, todos, sabíamos que 104

Sergio, por su problema visual no podía tener visión estereoscópica, pero todos también sabíamos que no la necesitaba para poder interpretar las características físicas del paisaje captadas por las fotografías aéreas. Ese mismo año tuvimos la oportunidad de asistir con un grupo de alumnos de Ciencias de la Tierra a la excursión geológica organizada por la Sociedad Venezolana de Geólogos, donde el inolvidable Dr. Carlos Schubert era el guía. Sin duda, creo que en esa visita Sergio entró en una sinergia geográfica del hombre con el medio natural de Paraguaná. Fue un amor a primera vista con su clima, su geología, su paleontología, su vegetación, su fauna, su cerámica, su historia, en fin con su GEOGRAFIA. Ese amor sigue más fiel que nunca después de más de 40 años. A finales de 1975, consolidada nuestra amistad, Sergio fue uno de los testigos de mi boda civil y padrino de la ceremonia eclesiástica. En el año 1976, siendo Sergio el mejor de su promoción, cuando realizaba sus prácticas docentes, en el liceo Pedro Emilio Coll de Coche, su inconformidad con la conducta del curso y la forma en que se comportaban, lo hicieron establecer sus propias normas; recuerdo que me contó las llamadas de atención que le hacía la profesora Beatriz Ceballos: Foghin usted está haciendo lo mismo que hizo Bezada, su respuesta fue con todo respeto, profesora pero lo hago con mucha honra. Ese mismo año de 1976, fue Sergio Foghin el vocero designado para comunicarme que había sido electo padrino de la segunda promoción de Geografía en tiempos de la Reforma. Esa fue una situación inesperada, pero que, me comprometió académicamente a honrar para siem-

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Sergio Foghin-Pillin: El amigo, el ahijado, el padrino, el compadre, el colega… el geógrafo

pre esa decisión de un grupo de muchachos de una promoción brillante, actualmente casi todos postgraduados y profesores en los diversos núcleos de la UPEL. El día de la graduación de Sergio, en una íntima reunión familiar en su residencia de Los Castores, recibió algunos regalos, entre ellos había un altímetro de mano que le obsequié conjuntamente con Matilde, también recibió ese día una brújula. Recuerdo que entre sus comentarios de agradecimientos dijo: este regalo para saber siempre a qué altura estamos y este otro para nunca perder el rumbo. Una de las anécdotas más disparatadas y ya graduados ambos, pero que nos dejó una gran enseñanza, fue cuando nos preparábamos con mucho ahínco para participar en el Primer Maratón Meridiano de los Barrios, evento precursor del actual Maratón de Caracas. Lo hicimos como todo lo que emprendíamos con mucha disciplina y muchos sueños, para estar entre los primeros en arribar a la meta, pero luego de dos meses de duro entrenamiento al comparar los tiempos de los maratonistas que participarían comprendimos que estaríamos entre los últimos. Eso nos ayudó mucho a comprender y valorar las justas y verdaderas potencialidades de las tareas que se emprenden. Sergio, quizás ya más ducho en el uso del altímetro, me dijo: siempre debemos saber cuál es nuestro justo lugar, ni más arriba ni más abajo”. Eso lo hemos respetado y practicado por siempre, al nunca emprender acciones para las cuales no tengamos las experticias fundamentales. En 1998, mi amistad con Sergio, quedó sellada con el sacramento cristiano de la Confirmación de mi hijo Maximiliano, quien por decisión propia y por encima de la amistad que

sabía nos profesamos, nos expresó “queridos papases he decidido que Sergio será mi padrino de Confirmación”. Se convertía así en mi compadre. Sergio Foghin, el profesor de Geografía, el colega, fue el discípulo eximio del profesor Antonio Goldbrunner, insigne maestro, miembro fundador de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 1950 y fundador de los estudios de Meteorología en Venezuela, quien compartía sus enseñanzas entre la UCV y el IPC, con su actividad al frente del Servicio Meteorológico de la Fuerza Aérea Venezolana. Su presencia en nuestro instituto, respondía sin duda alguna, a la concepción del currículo de entonces que exigía de profesores expertos en cada una de las disciplinas que conformaban los programas de la especialidad de Geografía. Sergio, uno de los profesores recién graduados con un alto índice académico, por su gran interés por el estudio de la atmósfera, fue uno de los seleccionados para formarse en Meteorología y Climatología y heredar a futuro la conducción de ambas cátedras. Eran tiempos durante los cuales verdaderamente se planificaba la formación del recurso humano y la generación de relevo profesoral para mantener el nivel alcanzado por la institución. Sergio, bajo la guiatura casi paternal de Golbrunner, tuvo su programa inicial de formación en Meteorología en el Servicio de Meteorología de la FAV en 1978, donde realizó unas pasantías evaluadas en Observación Meteorológica de Superficie y de Altura, Meteorología sinóptica, Meteorología aeronáutica y Climatología. Heredo el discípulo de aquel maestro fundador de la OMM, los objetivos de aquella organización, que signaron su vida científica y académica: la creación de redes de estaciones meteorológicas, los intercambios rápidos y conexos de información meteorológica, la aplicación de la meteorología a la solución de problemas que afecten al hombre, publicar in-

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Maximiliano Bezada formes, llevar estadísticas y sobre todo fomentar la investigación y enseñanza de la meteorología. Quiso el destino que su programada salida al exterior, como era la costumbre con los instructores de aquella época, para realizar sus estudios de postgrado se viese frustrada por una circunstancia inesperada, la temprana desaparición física de su padre. Nosotros estábamos en Ottawa, siguiendo estudios de postgrado, solo pudimos acompañarlo en su dolor por el hilo telefónico. Obtuvo en 1985 su grado de Magister Scientiarium en Administración Ambiental, en el Instituto Universitario Politécnico de las Fuerzas Armadas, en Caracas, donde presentó y defendió exitosamente su Tesis de Grado, intitulada: Aspectos Climatológicos del Territorio Venezolano. Tuve entonces el inmenso honor de formar parte del jurado examinador. Sergio mantuvo su relación filial y académica con su maestro Golbrunner hasta su desaparición física en el año 2005. En esa oportunidad sí pudimos acompañarlo hasta Maracay y compartir el sincero dolor que sentía por la partida de su mentor académico, su segundo padre. El obituario escrito por Sergio, fue publicado por el Boletín de la Organización Meteorológica Mundial. Sergio, fue formado para dictar Meteorología y Climatología en nuestra institución, y como debe ser, siempre fue fiel con ese designio, esa fue su primera responsabilidad y aunque ha cultivado un amplio abanico en el conocimiento de la naturaleza, en su compromiso con nuestra institución no anduvo dando, los tan en boga, saltos académicos mortales entre lo que se estudia, lo que se investiga y lo que se enseña. Así lo demuestran y confirman sus trabajos de ascenso profesoral en el instituto: 106

1.- Instructivos para Prácticas de Meteorología y Climatología (de profesor Instructor a profesor Asistente). 2.- El Territorio Venezolano en el Marco de la Circulación General Atmosférica (de profesor Asistente a profesor Agregado); 3.- Contribución al Estudio de la Pluviometría Venezolana (de profesor Agregado a profesor Asociado). 4.- Los aspectos climatológicos en la Geografía de Venezuela de Pablo Vila (de profesor Asociado a profesor Titular). Creo que es muy importante destacar que ascendió a Profesor Titular, en enero de 1992, a menos de 16 años de haber ingresado como instructor, lo cual demuestra fehacientemente su disciplina en el cumplimiento, como muy pocos lo hacen y me incluyo, de los lapsos mínimos establecidos en la carrera de un docente universitario. Con respecto a la tesis de Maestría de Sergio, confieso que fue la primera vez que leí y oí ha-blar de un tal “refuerzo monzónico de los alisios”, para asociar el período de calmas y mínimos báricos que podían observarse en los registros de Maracaibo, deduciendo que esos máximos de lluvia de septiembre, octubre y noviembre, característicos de noroccidente del país, podrían deberse al tal “refuerzo monzónico”. Posteriormente, Sergio me informó, que fue algo que se le ocurrió durante sus investigaciones, ya que en esos tiempos no tenía la visión que gracias a los recursos del internet ha podido adquirir en los últimos años. Obviamente en la literatura de nuestra época de estudiante, inclusive en los magníficos dibujos de Golbrunner, toda la dinámica atmosférica del país estaba dominada por la convergencia intertropical. Al respecto, una vez me escribió: nos enseñaron la CIT como un sistema simple y realmente dista mucho de serlo, dado que lo que se cobija bajo el término CIT es un verguero de cosas, interactuantes a

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diferentes escalas... Por aquellos años nadie le paraba a los aspectos meteorológicos regionales, como puede corroborarse al revisar los trabajos que se habían publicado hasta entonces; tampoco es que se haya avanzado mucho, vamos a estar claros, ya que cuando revisas el pronóstico diario del Inameh (el mejorcito) te encuentras con que las predicciones se hacen por grupos de estados y ¡eso es una barbaridad! En la actualidad, la influencia de la vaguada monzónica del Pacífico en el noroeste del país está demostrada, es un tema recurrente, y hasta hemos comprobado su influencia en los paleoclimas del Holoceno, pues aparecen sus efectos en los registros sedimentarios de algunas lagunas andinas. Otra de las sentencias que me impresionaron del Sergio meteorólogo, fue cuando le oí decir no todo lo que sopla en Venezuela son alisios, lo cual pronunció por primera vez en la conferencia central de un evento organizado para conmemorar el Día Mundial de la Meteorología del año 2003. Esta expresión lógicamente causó un impacto en muchos de los presentes en el auditórium de la FAV en Maracay, algunos acostumbrados a repetir generalidades, por todo y para todo el país. Una de las grandes inquietudes meteorológicas de Sergio Foghin es el estudio de los vientos locales, buena parte de su quehacer investigativo lo ha dedicado a este tópico; lo ha hecho desde el gabinete y lo ha corroborado en el campo. Así podemos ver que entre su producción académica encontramos múltiples trabajos sobre estos temas desde hace más de 20 años en diversas localidades, como Maiquetía, Coro, Barinas, Ciudad Bolívar, Puerto Ayacucho, Barcelona y Mérida, entre otras. Esta última estación,

la de Mérida, merece unas líneas especiales, ya que hasta entonces los flujos de vientos del suroeste, que dominan durante las horas diurnas, en la circulación de la depresión del Chama, se habían interpretado como una modificación mecánica de los alisios. Fue Sergio Foghin, junto con sus estudiantes del Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas, quien investigó y demostró que se trataba de un sistema de brisas de valle (SW) – montaña (NE), afortunadamente esta primicia quedó registrada en las memorias de la JAI-IPC, 1995, lo cual borra toda duda sobre quien definió esta situación, la cual posteriormente ha querido ser atribuido a otro investigador. Una contribución muy importante de Sergio, que debemos divulgar, es que en 1984, por iniciativa personal, instaló y ha controlado desde entonces la estación pluviométrica de San Antonio de los Altos (Los Castores, Estado Miranda), Nº 5191 y Serial SINAIHME-MARNR: 12.5. Esto ha sido un aporte invalorable, que ha permitido el registro de los montos diarios de precipitación de los altos mirandinos por más de 30 años. En nuestro Departamento, Sergio fue un colega desprendido y colaborador, como lo manifiesta su decisión en 1990, al ofrecerme cambiar los espacios de su laboratorio de climatología de 80 mts2 por el del laboratorio de Pedología y Cuaternario que fundé en 1981 y que sólo tenía 30 mts2. Sin mediar trámites administrativos me expreso: para el desarrollo de las investigaciones, tú necesitas mucho más espacio que yo. Además de sus trabajos de ascenso, en su producción académica podemos citar entre otros productos, más de 40 ponencias en eventos nacionales e internacionales, más de 40 artículos

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Maximiliano Bezada publicados en revistas arbitradas, cuatro capítulos de libros, cuatro opúsculos de difusión y cuatro libros de ediciones arbitradas: Tiempo y Clima en Venezuela. Aproximación a una geografía climática del territorio venezolano (2002, 159 pags.); Hubo una vez un geógrafo... Pablo Vila, Pedagogo de la Geografía de Venezuela (2005, 340 pags.); Desde el control del fuego. Consideraciones sobre la relación Homo sapiens-Naturaleza a través de la historia de la especie humana (2007, 150 pags.) y M. A. GonzálezSponga. Aracnólogo de Venezuela (2009, 264 pags.). Igualmente le han publicado innumerables reseñas y artículos en la prensa escrita nacional. Un sucinto análisis de su obra nos indica a grosso modo, que casi el 60% está referido a consideraciones meteorológicas y climatológicas, que es su área de especialidad, el otro 40% está repartido entre trabajos de carácter ambiental y biografías y semblanzas. En este último tema, Sergio Foghin, ha realizado una gran labor, por su preocupación de informar a las nuevas generaciones de profesores y alumnos, el quehacer de muchos docentes notables y en especial de algunos de los muchos que han brillado por su ejemplo en nuestras aulas ipecistas, como lo fueron Pablo Vila, Francisco Tamayo, Virgilio Tosta, Manuel González-Sponga, Alberto Contramaestre, Raúl Laforest y, por supuesto, Antonio Goldbrunner. Sergio, también desarrollo una interesante actividad editorial, fue un colaborador importante de otras revistas de la UPEL, de la Colección Difusión del Departamento de Ciencias de la Tierra y fundador de nuestra revista insigne Aula y Ambiente. Los pormenores de la historia de esa primera etapa, cuando la revista estuvo bajo su completa dirección y edición es co108

mentada en un artículo que se publicará en este número de la referida revista. Sergio Foghin, el docente: Los que hemos compartido la docencia con Sergio, sabemos que no es hombre de medias tintas, lo cual le ha creado en muchos, una falsa imagen. Él va por el medio del cañón, pero siempre con una justa valoración, eso sí, cuando algo le parece fácil e intrascendente no duda ni vacila en decir: eso se puede hacer acostado en un chinchorro, escri-biendo con una mano y tomándose una cuba libre con la otra… La búsqueda de información actualizada registrada en los “papers”, para Sergio, en aquella etapa inicial sin internet, se le hacía fácil por el dominio del francés y el inglés, además de sus “idiomas nativos” el friulano, el italiano y el español. Como docente fue muy celoso de que se mantuviera el nivel alcanzado en sus asignaturas, al punto que cuando se abrió un concurso de oposición para suplir el cargo que quedaba vacante por la lamentable muerte del profesor Freddy López, lo acompañe a Maiquetía, a informar y convencer al jefe la estación meteorológica del Aeropuerto, Ingeniero Hidrometeologista Antonio Con, de que participara en el mismo, así lo hizo, ganó el concurso y así se aseguró el buen nivel. Siempre hemos compartido la tesis, que dado la gran oferta de postgrados que hay en la actualidad, los que ingresan para dictar una asignatura deben venir aprendidos, no a aprender para luego enseñar. Pero para evaluar con justicia la labor docente de un profesor, no existe mejor instrumento que el de la opinión de sus alumnos, especialmente, de aquellos responsables que jamás se referirán a su profesor con el horroroso calificativo de “el facilitador del curso”.

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Por esa razón, para reseñar su actuación docente, solicité la opinión de algunos de los que fueron de sus alumnos destacados. Al respecto, Fidel García, uno de sus primeros preparadores en las asignaturas Climatología y Meteorología, se expresa así de su maestro y amigo: Tuvimos el honor de conocerlo en el año 1981, como docente de la asignatura Introducción a la Climatología, donde demostró un conocimiento amplio que trascendía la mera planificación de un curso semestral. Paciente en la enseñanza, comprometido en lo profesional y distinguido en las relaciones humanas y laborales. Se esmera en la preparación, planificación y desarrollo de actividades y escritos donde se profundiza en el conocimiento ambientalista, permitiéndonos conocer el lado humano de aquel ser de apariencia estricta y conservador en su forma de actuar. Muchos sentimos en él, el compromiso por la enseñanza de la Geografía, la Meteorología, la Climatología, y en general, por la comprensión de las Ciencias Ambientales y la problemática atmosférica... Como preparador de la Cátedra, en 1982, compartí la enriquecedora experiencia de su enseñanza y la de los trabajos de campo en distintos lugares de la geografía nacional… Por todo esto y mucho más, queremos agradecerle su dedicación a la formación de innumerables profesionales de la Educación Venezolana que llevan sembrada la semilla que usted dejó en nosotros. Se le recuerda con mucho afecto y admiración. Agradecemos a Dios por permitirnos contarle como parte importante y trascendental de nuestra historia personal… Por su parte, Víctor Reyes, el discípulo eximio de Sergio Foghin, lo recuerda, con admiración, respeto y cariño: La primera vez que compartí un espacio con Sergio Foghin-

Pillin fue una mañana de octubre de 1993, fue presentado al curso de Geología General de la Profesora Ana Teresa Istúriz. La presentación realizada me dejó en claro que era un hombre con reputación académica construida con base en la formación permanente, la disciplina, el tesón y la mística. A ello se sumaba esa fisionomía recia e imponente de musiú prestado al trópico… En el año 1994, ya con cuatro semestres en el IPC, quiso el destino que por esos días iniciara la asignatura de Meteorología, la cual era impartida por el musiú Foghin-Pillin. En esa encrucijada apareció el Maestro. El estilo que imponía era rígido, con una mixtura que conjugaba lo marcial y lo cuasieclesiástico. Esto lo hacía asemejarse ante mis ojos como el defensor de la virtud académica y de la razón, pero también como el Templario medieval dispuesto a subyugar la ignorancia y la conformidad. Una especie de Santos Luzardo que con verbo y acción estaba en permanente lucha contra el maleficio del tremedal…. Tal estilo conduce a dos posturas: lo aceptas y admiras o lo rechazas y enfrentas. La disciplina forjada por los curas dominicos y el respeto a la razón inculcado por mi padre barinés, me hicieron elegir la primera. Me dediqué a escucharlo y a tomarlo en su justa medida…. Encontré que la Meteorología no era sino un medio para explorarte y sacar a flote tus virtudes y carencias. Sí algo caracterizaba las clases del catire Foghin era esa angustia permanente, acompañada por la sensación de vértigo que propicia la conciencia de tu ignorancia. Justamente allí radica el valor del maestro Foghin, tenía esa virtud de transformar la angustia en un premio... Su estrategia era simple pero sólida. Como buen defensor del racionalismo gustaba de la clase magistral con extenso recorrido por los contenidos correspondientes. Con el retroproyector por compañero y sin reservar láminas de acetatos, se ocupaba de responder y de hacerte responder al

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Maximiliano Bezada qué, al cómo y al porqué de los fenómenos atmosféricos y sus efectos. ….No se podía llegar sin haber estudiado, tampoco desconociendo las reglas de acentuación y de la gramática, o la aritmética básica. Puertas adentro había poco tiempo para la distracción y mucho requerimiento de adrenalina y oxígeno para la concentración… Era un maestro de la vieja escuela meteorológica. Heredó de su maestro Antonio Goldbrunner, el amor por el instrumental meteorológico y sus bandas teñidas de mística tinta púrpura. Cubría sus clases con un manto descriptivo donde no faltaban los mapas –desde el físico a las cartas sinópticas– y tampoco datos con los cuales construir tablas y gráficos apoyados en promedios y frecuencias. Para tratar con Foghin, simplemente debías asumir tu rol de estudiante universitario. Lo exigía y se asumía con la plena conciencia que tenías frente a ti a un PROFESOR, de esos cuya estampa y obra aglutinaba la historia y la gloria ipecista. Erguido, se situaba allí en ese momento de nuestras vidas esgrimiendo acetatos y guías de trabajo escritas “a máquina” o en el novedoso Word perfect, y diseñadas a partir de su minuciosa labor de minería de datos para poder integrar en el quehacer la teoría y la práctica meteorológica… Sin ser un defensor de Piaget –y menos del constructivismo– estimulaba el paso del pensamiento concreto al pensamiento abstracto, la formulación de hipótesis y su comprobación. La leyenda nos recordaba que Meteorología era el filtro y Foghin un verdugo –un personaje más allá del bien y del mal– con el que se sufría y se aprendía, a veces más lo primero que lo segundo. Un día después de presentar la primera prueba escrita, se acercó a mí y me dijo que tenía potencial en esa área. En ese momento decidí seguir y aprender de Sergio Foghin y lo asumí como mi Maestro. Con él emprendí la aventura de la investigación y la de asistir a eventos académicos en rol de ponente. 110

Veintidós años después puedo decir que ese momento constituye un umbral en mi vida. También empecé a conocer lo que realmente era la universidad y a vislumbrar un futuro vinculado a la academia. Lo hice de la mano de un maestro de escuela que se negaba a sucumbir ante la moda del constructivismo, la tecnocracia y la burocracia organizacional. Ya no estoy en el Departamento de Ciencias de la Tierra, pero cuando recorro el país, miro el cielo y cuando siento el sol y el viento paraguanero, encuentro razones para agradecer a Sergio Foghin-Pillin. Doy las gracias por su particular paternidad y por enseñarme a querer a mi país y a trabajar por él. Un Musiú me ayudó a comprender que “el que no quiere a su tierra tiene espíritu prestado” como decía un paraguanero de nación. Y donde el destino me conduzca siempre estará ese aporte del viejo maestro de escuela, añejado en buen roble, con espíritu de guayacán y con una condición ética intachable”... También quiero plasmar en este relato, la opinión del profesor Loan Landaeta, el único estudiante de postgrado a quien Sergio, por alguna razón especial, sirvió de tutor en la Maestría de Geografía Física, después de casi nueve años de jubilado de sus actividades docentes. Loan Landaeta nos comenta: quienes conformamos la cohorte 2009-II, tuvimos el privilegio de tener como docente del curso Climatología Tropical de Venezuela al Profesor Sergio Foghin. Su trayectoria académica e investigativa, así como sus publicaciones nos resultaban familiares a quienes conformábamos el grupo desde que habíamos sido estudiantes de pregrado en diferentes instituciones de la UPEL”. ….Un despliegue de referentes bibliográficos y digitales en castellano e inglés, entre autores clásicos y de reciente data, así como una muestra de repositorios

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web de mapas sinópticos e imágenes de satélites de observación meteorológica, nos demostraron que si bien hacía tiempo no ejercía en el aula de clases, se trataba de un profesional que se mantenía activo en el quehacer investigativo. Ello, además de meticulosidad de las presentaciones que utilizó para aquellas clases y la energía con la que dirigió cada explicación, discusión, crítica o debate, evidenció su pasión por la docencia, el clima y sobre todo por Venezuela. Fueron varias las veces que las actividades se extendieron más allá de la hora de salida o en las que junto a algunos de nosotros, el receso para el café transcurrió en el salón y sin café, tratando sobre la clase y la no clase. Aquellas clases no hicieron énfasis en el teoricismo del campo meteorológico y climático, sino en la necesidad de actualizar el estado del arte nacional y la socialización de dicho conocimiento, principalmente a través de un satisfactorio ejercicio pedagógico: si bien estábamos en una Maestría en Geografía Física, siempre nos recordaba el rol docente al cual nos debíamos. Con frecuencia resaltó las bondades y oportunidades ofrecidas por las plataformas tecnológicas más modernas para la enseñanza de la dinámica atmosférica, a la par que invitaba a revisar los clásicos de la saga galleguiana y sacar provecho a sus detalladas descripciones geoambientales. Su fascinación por la literatura de Rómulo Gallegos, también fue tema recurrente en estas clases de postgrado. De igual forma, hizo frecuentes alusiones e invitaciones a revisar la obra de otros estudiosos de la meteorología y climatología nacional: Jahn, Röhl, Sifontes, Vila, Goldbrunner… Si bien no estaba familiarizado con los Sistemas de Información Geográfica, fueron herramientas en las que reconoció gran potencial, especialmente para el modelado temporal y espacial de las precipitaciones a escala comarcal y regional, a razón de la limitada cobertura y deficiencia de la

red de estaciones, otro aspecto siempre criticado en su obra y en clases de la maestría. La atención a los detalles en la elaboración de los informes y las presentaciones orales fueron demandas regulares durante las clases y posteriormente, en su acompañamiento como tutor de tesis. Desde una falta ortográfica a la convalidación de un largo y complejo proceso de cálculo, con temperamento, pero elevado respeto, Foghin siempre pudo hacer ver el error, deficiencia o inconsistencia al momento. Con mucha gracia y elegancia, la ironía hacia los hechos es un distintivo al que con frecuencia echa mano como recurso pedagógico, distendiendo a cualquier audiencia en el ámbito académico y cotidiano. Williams Méndez, otro destacado exalumno, en aquella época con el perfil académico deseado para ser Generación de Relevo, y quien como profesor, desde nuestro centro de investigación liderizó la postulación del Doctorado Honoris Causa para Sergio Foghin, se expresa así del que fue su profesor de Meteorología y Climatología: Conocí a Sergio Foghin en agosto del año 1990, cuando fui su estudiante en el curso de Meteorología (su pasión y afición). La humanidad de aquel profesor cuando irrumpió por la puerta del Laboratorio de Climatología, de estatura considerable e inconfundible genética caucásica, por si sola infundía respeto, y de cierta manera intimidaba. No vaciló en dejarnos claro desde el primer día de clases, que para aprobar sus cursos había que estudiar mucho, leer casi permanentemente, y sobre todo, tener una buena expresión escrita, amén de la ortografía y caligrafía, pues sus evaluaciones nunca contemplaron ítemes de selección, completar y verdadero y falso. Sencillamente con Sergio había que escribir y desarrollar textos coherentes, claros y pulcros, que evidenciaran un conocimiento amplio de los aspectos conceptuales aprendidos en clase,

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Maximiliano Bezada plasmados en el marco físico-geográfico del territorio venezolano. Sus clases nunca se adornaron de aparatos tecnológicos, a lo sumo de un retroproyector que poco usaba, pues su nutrida retórica, cultura general y la pizarra acrílica, en la que dibujaba sus propios esquemas y sistemas meteorológicos, eran suficientes para adentrarnos en la atmósfera terrestre y comprender sus procesos y fenómenos, y para pasearnos por la espacialidad de la climatología venezolana. Fui su estudiante en dos asignaturas más: Climatología de Venezuela y Seminario en Ciencias de la Tierra. Estricto en el cumplimiento del horario de clases, tanto así, que en una oportunidad llegamos unos minutos tarde a una de las sesiones mi compañera Marisol y yo, y nos tocó escuchar la clase por la ventana del laboratorio. Aquella aleccionante experiencia, nos recalcó lo importante del valor puntualidad. Sergio representó para mí como profesor, el modelo de docente preocupado porque lo discutido en clases, se percolara en nuestras estructuras cognoscitivas; porque lo abstracto y complejo de la Meteorología, tuviese concreción y sentido en nuestros esquemas mentales. Su manera explícita y didáctica para enseñar nos hacía viajar por entre gradientes atmosféricos y fenómenos meteorológicos. Su lenguaje pulcro, científico y técnico, pero accesible, nos invitaba siempre a leer y revisar, para poder entender muchos de los términos con los que se expresaba. Maestro alentador a la superación de sus alumnos. Profundo conocedor promotor de la geografía venezolana, y en particular su geografía física, marco de referencia permanente en sus clases, pues siempre nos recalcó que difícilmente entenderíamos Climatología de Venezuela, si no teníamos claro el marco fisiográfico en el que nacimos. Sus exigencias y rigurosidad en el aula de clases se reflejaban hasta en las lecturas y trabajos científicos asignados, pues amén del con112

tenido, muchos estaban en inglés, francés, portugués e italiano. El estudio de la espacialidad de las variables meteorológicas y/o climatológicas se realizaba directamente sobre mapas meteorológicos de la FAV, entre isobaras, vaguadas y frentes; y las variaciones altitudinales de éstas en la columna de aire, con diagramas termodinámicos. Su particular y práctica manera de enseñar, fijaron en mí, fundamentos de las ciencias atmosféricas que aún hoy mantengo muy claros, pues lo que se enseña bien, bien se aprende. Uno de mis primeros trabajos de investigación como estudiante de pregrado, lo desarrollé con Sergio, era un trabajo sobre huracanes, de hecho fue la primera ponencia que presentaría en el inicio de mi vida académica, en la Primera Jornada Anual de Investigación del IPC en el año 1992, y por supuesto acompañado y orientado para tal compromiso, por Sergio Foghin. Sergio fue de esos maestros modelos, que dejó en mí lo trascendental de la profesión docente, ¡qué bueno que tuve a aquel Fürer de la atmósfera… Mi querido y estimado profesor, pana y amigo, profundas huellas has dejado en mi corazón y en mi formación. Gracias por los años que nos has dedicado! Como hemos podido leer en las opiniones citadas, sus alumnos de diferentes épocas lo han calificado y descrito casi con el mismo patrón, lo que significa que Sergio siempre mantuvo su acción orientadora bajo los mismos paradigmas que han guiado su vida como investigador y docente universitario, sin tomar desvíos ni atajos, un solo camino construido con base a los valores que cree y practica y se esfuerza en transmitir. Además del cultivo de su inquietud académica y su rol docente fundamental que ya hemos mencionado, también cultiva casi todas las yerbas aromáticas que utiliza en su quehacer culinario. Tiene buenas manos para la siembra,

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así lo atestigua “Perucho”, un ya frondoso juvenil guayacán margariteño, que se trajo en retoño de Santa Ana del Norte, y que plantó en el jardín central de nuestro instituto y cuidó con celo y esmero desde que era una plántula. Con igual esmero ha cuidado y visto crecer varias generaciones de un mastranto llanero, que le traje del mero centro de Venezuela, de la mesa de La Malena El Rabanal, en los llanos altos guariqueños. Desde entonces tiene el exclusivo privilegio del olor del llano en sus residencias de La Urbina y Los Castores. Sergio, también ha cultivado con éxito, autodidácticamente y por el mero placer personal, un amplio conocimiento de la naturaleza, pudiendo describir y nombrar científicamente a las especies más representativas de los paisajes vegetales de Venezuela, así como su fauna en general, especialmente la arácnida, la ofídica y la ornitológica. Igualmente puede hablar con bastante propiedad de la geología y la geomorfología de esa variedad de paisajes. Su amor por los animales está más que demostrado, así lo atestigua el cariño y esmero con que cuida a sus siete gatos. Su curiosidad y disciplina científica es parecida a la de aquellos estudiosos de la naturaleza, a quienes se les llamaba naturalistas. Sin embargo, para mí, Sergio es esencialmente, en el más estricto sentido del término y mucho más allá del calificativo de un título profesional, un GEÓGRAFO. Igualmente, Sergio, también es un apasionado de la literatura; recuerdo que cuando éramos estudiantes el profesor José Manuel Centeno, con quien compartíamos innumerables horas de tertulia geológicas y no geológicas, nos aficionó a ello, cuando nos introdujo a la lectura de Ernest Hemingway, y nos facilitó sus ejemplares de Por quién doblan las campanas y El viejo y

el mar. También nos indujo a leer a Hermann Hess, recuerdo que igualmente nos facilitó sus ejemplares de El lobo estepario, Bajo las ruedas y Demiann. José Manuel nos repitió muchas veces lecciones sobre esos autores: “Un hombre de carácter podrá ser derrotado, pero jamás destruido”, “Hay quienes se consideran perfectos, pero es solo porque exigen menos de sí mismos”. Pero, en realidad Sergio, ha sido un lector empedernido de autores hispanoamericanos como Vallejo, Vargas Llosa, Otero Silva, García Márquez. Con relación a este último autor, recuerdo que hace muchos años me confesó con satisfacción, he terminado de leer su obra completa. Sin embargo, en mi opinión, su verdadera pasión literaria, ha sido la novelística y cuentos de Rómulo Gallegos, los cuales transmiten valores, tal como señala el maestro Efraín Subero, más allá de resaltar el paisaje y el gentilicio venezolano daba lecciones para la vida no para la escuela, le importaba educar no instruir. Me consta que Sergio, la ha leído y releído buscando en sus páginas lo geográfico, la relación hombre y medio y muy especialmente las connotaciones meteorológicas y climáticas que en ella se citan. Estos análisis los utiliza muy frecuentemente en sus clases, conferencias y escritos. En un artículo intitulado La Venezuela Meteorológica de Rómulo Gallego” que le publicó recientemente el Boletín de la Academia Nacional de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, inmediatamente después de que fuera rechazado por nuestra Revista de Investigación, (por no tener el formato preestablecido y que obviamente no quiso modificar) podemos leer: “En las más célebres novelas de Rómulo Gallegos, así como en varios de sus cuentos, se encuentran numerosas expresiones y notables

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Maximiliano Bezada pasajes relacionados con las condiciones meteorológicas propias del territorio venezolano, además de que los títulos de algunos muy conocidos capítulos aluden a situaciones atmosféricas particulares, como en los casos de “Candelas y retoños” y “Las tolvaneras”, en Doña Bárbara; “Las humaredas”, “Trueno abajo” y “La entrada de aguas”, en Cantaclaro; “Tormenta”, en Canaima y “Destellos de Faro”, en Sobre la misma tierra. La revisión y análisis de toda la obra narrativa de Rómulo Gallegos referida a Venezuela y la discusión de los aspectos atmosféricos presentes en ella, permiten concluir que las descripciones expuestas por el gran novelista, resultan completamente acordes con las características climáticas de las diferentes regiones venezolanas que constituyen los escenarios de las obras de Gallegos y que tales descripciones encuentran sustentación en los supuestos teóricos ge-nerales de las ciencias meteorológicas”. Para finalizar estos resumidos comentarios, tengo la necesidad de exponer, lo que él piensa con relación al otorgamiento de reconocimientos y distinciones. Al respecto, Sergio, también tiene muy definidos y fortalecidos criterios. Recuerdo que hace unos 15 años se me quiso hacer un reconocimiento en uno de los institutos de la UPEL, el cual, lógicamente no iba a aceptar y al mostrarle a Sergio la carta de agradecimiento y a la vez de rechazo del honor conferido, él, sin titubear, me dijo, hermano no lo haga, los honores ni se piden ni se rechazan, a lo que le agregamos ni se mendigan. Por su meritoria labor de docencia e investigación, nuestra universidad le ha otorgado, muy merecidamente el Doctorado Honoris Causa, por esa razón, un poco antes de que le dieran la noticia, lo llamé y sin adelantarle nada, solo le pedí me repitiera lo que me enseñó sobre los honores 114

y las distinciones, enfáticamente su respuesta al teléfono fue: ni se piden ni se rechazan. La noticia oficial de tal conferimiento, se la comunicó el profesor Orlando González, jefe de nuestro Departamento, quien me contó que la recibió con sincera emoción, él nunca se lo hubiera esperado. Nosotros no le dimos margen para rechazarlo. Días después, me envió un correo donde entre otras cosas me escribía: Creo que nunca te he comentado que la distinción Mérito al Trabajo, que me dieron en el SMFAV por aquellos años (creo que en los 80), la tengo en la gaveta de mi mesa de noche y la miro con frecuencia, porque representa un reconocimiento a mi humilde aporte al conocimiento de la meteorología de esta patria que tanto amo. Esa distinción, junto con la más reciente con la que me honraron mis compañeros de Departamento (se refería al Doctorado Honoris Causa), vale no sólo el modesto trabajo que he hecho hasta ahora, sino el que espero hacer hasta que el Buen Dios me lo permita. Quizás peco al hacer públicas estas confidencias; pido disculpas al amigo, pero las hago, porque todos tenemos el pasaje del viaje sin retorno comprado y no sé si me iré primero y entonces no las podré escribir; en todo caso es necesario hacerlo, para conocer la personalidad de Sergio Foghin, quien en verdad, no necesito del doctorado, para hacer académicamente lo que tienen hacer aquellos que reclaman ser llamado por ese calificativo: investigar, publicar, enseñar, difundir, EDUCAR. (*) Se agradece al Dr. Franco Urbani, por la traducción al Friulano de la dedicatoria.

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RESEÑA Jornada “Los nuevos retos del agua en América Latina: el rol de CAF y la gestión del conocimiento”

Loan Landaeta Departamento de Ciencias de la Tierra UPEL-IPC profesor_loan1@hotmail.com

El día 03 de octubre de 2016 se realizó en el Auditorio Antonio José de Sucre del CAF Banco de Desarrollo de América Latina (Caracas), la jornada “Los nuevos retos del agua en América Latina: el rol de CAF y la gestión del conocimiento”. Víctor Arroyo, Coordinador de la Unidad de Gestión de Conocimiento en agua (CAF), expuso nociones sobre la seguridad hídrica, el agua como factor de riesgo e indicador mal desempeño de los países; así mismo sobre la importancia del agua como clave para el bienestar y crecimiento económico de las regiones. Estableció relación entre los objetivos del desarrollo sostenible aprobados por la ONU en 2015 y la seguridad hídrica como garantía de producción de alimentos con miras a conquistar el pleno potencial agrícola y promover la competencia de rubros locales en mercados internacionales. Además reflexionó sobre el retraso de América Latina en materia de aguas residuales y la necesidad de reevaluar el concepto de ruralidad. Exaltó el rol de CAF en la financiación de

proyectos relacionados con el agua y sobre la necesidad de continuar influyendo en las agendas de políticas públicas de los estados, e identificación de las potencialidades de cada región. Abel Mejía, Consultor Estratégico en agua (CAF), disertó sobre el agua y saneamiento en la nueva ruralidad de América Latina. Planteó que la definición de ruralidad a partir de lo demográfico resulta insuficiente, pues no sólo se trata de incorporar la dotación urbana tradicional sino de considerar dimensiones como la penetración digital y distancia respecto a los servicios (por ejemplo, escuelas). En este mismo sentido, explicó que se requiere verificar la visión de los estados nacionales y sus gobiernos respecto a la ruralidad. Por otra parte, urgió la necesidad de estudiar las consecuencias del cambio climático en la región y de crear estructuras resilentes. Realizó un llamado de atención de profundizar los estudios de aguas subterráneas, un ámbito en el que considera, América Latina apenas incursiona.

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Loan Landaeta

Finalmente, José Luis Álvarez, Superintendente General de Irrigación de Mendoza (Argentina) y Arnoldo Gabaldón, Prof. Universitario, Coordinador del Grupo Orinoco Energía y Ambiente, comentaron en un panel diferentes temas entre los cuales identificaron que el principal reto de Venezuela en materia de agua es revertir un proceso de regresión que tiene décadas, que en el tema del agua se pierde el vínculo entre la disponibilidad, la calidad y la salud, y por último, que la urgencia de la región respecto a la producción del agua, debe ser el tratar de sacar mayor provecho a la producción rural y sus derivados. La jornada, terminó con la presentación del libro “AGUA RURAL: Agua potable y saneamiento en la nueva ruralidad de América Latina” de la “Serie agua para el Desarrollo” editado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) en 2016.

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NORMAS PARA AUTORES

En general, la extensión de los trabajos no deberá ser mayor a veinticinco (25) cuartillas u hojas tamaño carta por una sola cara. Además del castellano AULA Y AMBIENTE publicará aquellos artículos recibidos en los idiomas inglés y portugués, para ello el autor deberá presentar el título y resumen en ambos idiomas según el caso. La extensión de los artículos podrá variar y será acordada previamente, en cada caso, entre el Consejo Editorial y los autores. Se aceptan también colaboraciones en forma de artículos cortos (Avances de investigación) pero también en forma de ensayos, comentarios acerca de experiencias de campo o itinerarios, trayectoria de instituciones, cursos e incluso sobre fotografías, con una extensión máxima de quince cuartillas (sección APUNTES), así como recensiones de libros de reciente publicación, revistas, tesis, eventos, notas periodísticas, páginas Web,

blogs, entre otros (sección RESEÑAS) y notas biográficas (sección SEMBLANZAS). Para los efectos formales en general y en particular para las referencias bibliográficas y citas, se recomienda que los artículos se presenten según las Normas de la A. P. A. (American Psycological Association) en su versión actualizada. Todas las imágenes (fotos, mapas, figuras y dibujos) se referirán como Gráficos y las tablas como Cuadros; los primeros llevan su descripción en la parte inferior y, los segundos, su identificación en la superior. En ambos casos se enumerarán en forma continua a lo largo del texto utilizando números arábigos. Asimismo, dicha identificación tendrá un tamaño de fuente 10 y un interlineado sencillo. En el caso de los Cuadros, éstos deben estar diseñados en el mismo archivo del texto del artículo en Word y nunca como imagen.

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En lo concerniente a la estructura general de los artículos, ésta deberá comprender: (a) Resumen (en español y no mayor a 250 palabras; incluir palabras clave (máximo cinco y en orden alfabético); (b) Abstract (en inglés y no mayor a 250 palabras; incluir key words); (c) Introducción (donde se especifique claramente el propósito, los objetivos, la importancia y la justificación del trabajo); (d) Área de Estudio (descripción general de los aspectos físico-naturales y biológicos del área de estudio; esta parte se desarrollará si la naturaleza del trabajo a presentar así lo requiere); (e) Metodología (materiales, métodos y técnicas utilizados en el desarrollo del trabajo, sin embargo, para los trabajos generales de divulgación y/o difusión basados en revisiones bibliográficas principalmente, no es necesario incluir la metodología); (f) Análisis de los Resultados y Discusión (la estructura y secuencia de presentación de esta parte del trabajo queda a criterio del autor, es decir, los responsables del trabajo lo ordenarán en tantos subtítulos consideren necesarios); (g) Conclusiones; y (h) Referencias.

aparición. Las referencias bibliográficas deben transcribirse en tamaño 10 y a espacio sencillo.

Los artículos serán enviados al Consejo Editorial de la revista a las siguientes direcciones electrónicas: aulayambiente@ipc.upel.edu.ve / flamboya67@gmail.com, transcritos en Microsoft Word (letra Times New Roman, tamaño 12, interlineado 1,5 y espaciado 0ptos (sin espacio entre párrafos); márgenes superior: 3 cm, inferior: 3 cm, derecho: 3 cm e izquierdo: 4 cm). Todos los elementos gráficos (imágenes) que acompañen el artículo deben poseer nitidez y buen contraste de colores, los mismos serán enviados por separado y en formato JPG.

Los autores cuyos artículos sean publicados, recibirán tres ejemplares del correspondiente número de la revista en formato impreso o CD, asimismo se le enviará la edición final en formato digital de la revista vía correo electrónico

El diseño final o forma de presentación de los artículos publicados en la revista, es responsabilidad del Consejo Editorial. Los autores son los únicos responsables de los contenidos de los artículos, sin embargo, el Consejo Editorial de la revista se reserva el derecho de publicación de los trabajos presentados. El envío del artículo debe estar acompañado por una carta compromiso (seguir modelo) donde el autor o los autores declaran acogerse al proceso de evaluación y/o arbitraje de su trabajo, tal como lo dispone el Comité Editorial de este órgano difusor, hasta su veredicto final, y que el referido trabajo no ha sido publicado ni total ni parcialmente en ningún otro medio de divulgación, información o difusión. Adicionalmente, los autores también deberán consignar una síntesis curricular no mayor a 10 líneas, transcritas a espacio sencillo de interlineado y tamaño de la fuente en 11.

En aquellos casos donde el autor requiera hacer uso de notas al pie de páginas estás serán ubicadas al final del manuscrito en orden de 118

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Revista Aula y Ambiente

CURRICULA DE LOS AUTORES

SERGIO FOGHIN-PILLIN Egresado (1976) del Departamento de Geografía e Historia del Instituto Pedagógico de Caracas. Pasantía en el Servicio de Meteorología de la Fuerza Aérea Venezolana (1978). Magister Sc en Administración Ambiental del Instituto Universitario Politécnico de las Fuerzas Armadas (1985). Docente jubilado (2001) del Departamento de Ciencias de la Tierra (UPEL-IPC). Profesor de meteorología y climatología de Venezuela durante 30 años, en los departamentos de Geografía e Historia y de Ciencias de la Tierra del Instituto Pedagógico de Caracas. Docente de Geografía de Venezuela y de Ciencias de la Tierra en el Colegio Nazaret (Caracas), desde 1974 hasta 1981. Autor de cuatro libros sobre temas relacionados con el medio ambiente, así como de artículos en las mismas áreas. Fundador, junto con Maximiliano Bezada Díaz, de la revista Aula y Ambiente, la cual dirigió durante el lapso 2001-2005. Instalación y operación (1984 al presente) de la estación pluviométrica de San Antonio de Los Altos (Los Castores). Distinción

Honor al Mérito del Servicio de Meteorología de la Fuerza Aérea Venezolana (2003). Doctor Honoris Causa (2016) de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. HENRY ANTONIO PACHECO GIL Profesor de Ciencias Naturales Mención Ciencias de la Tierra (UPEL-IPC). Magister en Geografía Mención Geografía Física (UPEL-IPC). Doctor en Ciencias de la Ingeniería (UCV). Investigador activo miembro del Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Ve-nezolano” (CIEMEFIVE) UPEL-IPC. Miembro activo en el PEII, Investigador Tipo C. Tutor de Trabajos de Investigación de Pregrado y de Tesis de Postgrado. Autor y coautor de artículos de investigación publicados en revistas especializadas. Becario participante en el Proyecto Prometeo de la República del Ecuador. ARISMAR MARCANO Profesora en Geografía e Historia de la UPELIPC (2002), Magister en Geografía, mención Geografía Física de la UPEL-IPC (2011) y Candidata

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a Doctora en Educación Ambiental, UPEL-IPC. Profesora Ordinaria a Dedicación Exclusiva con categoría académica de Agregado de la UPEL- Instituto Pedagógico de Caracas, adscrita al Departamento de Ciencias de la Tierra en la Cátedra de Hidrometeorología y Coordinadora del Centro Investigación Estudios del Medio Físico Venezolano. Acreditada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología como miembro del Programa de Estimulo al Investigador e Innovador. LOAN JOSÉ LANDAETA Profesor de Geografía e Historia y Magister egresado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador – Instituto Pedagógico de Barquisimeto (UPEL – IPB) en 2008. Magister en Geografía, mención Geografía Física de la UPEL – Instituto Pedagógico de Caracas (IPC) en 2015. Docente y Jefe de la cátedra de Geodesia en el Departamento de Ciencias de la Tierra de la UPEL – IPC. Experto en Tecnologías de Información Geográfica. Tutor de investigaciones (pregrado y postgrado). Investigador en el área de climatología regional con publicaciones y proyectos concluidos y en desarrollo. JOSÉ ARMANDO SANTIAGO RIVERA Docente Titular de la Universidad de Los Andes (1996). Egresado del Instituto Pedagógico de Caracas (Profesor en Geografía e Historia (1970) y de la Universidad de Los Andes (Licenciado en Educación. Mención: Geografía (1981). Obtuvo el título de Maestría en el Instituto Pedagógico de Barquisimeto (Magíster en Educación. Mención: Docencia Universitaria (1985) y el título de Magíster en Educación Agrícola (Universidad Rafael Urdaneta (1989). Es Doctor en Ciencias de la Educación (Universidad Santa María (2003). Es docente adscrito al Departamento de Pedagogía de la Universidad de Los Andes-Táchira (1978), en el 120

Área de Formac ión Doc en t e. Es I nv estigador Activo de la Universidad de Los Andes (C.D.C.H.T., 1995), es Miembro del Centro de Investigaciones Geodidácticas de Venezuela (1973) y del Grupo de Investigación en Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales (ULA) (1997). MAXIMILIANO BEZADA Profesor de Geografía (IUPC). Master of Arts en Geografía con énfasis en Geomorfología (University of Ottawa, Canadá). Doctor en Biología con é n f a s i s e n P a l e o e c o l o g í a ( I V I C ) . I n v e s t i g a d o r Postdoctoral en Pedología (University of York, Canadá). Profesor Asociado a Dedicación Exclusiva adscrito a la Cátedra de Ciencias de la Tierra del Departamento de Ciencias de la Tierra (UPEL-IPC-DCT). Fundador del Laboratorio de Pedología y Ambientes del Cuaternario de la UPEL-IPCDCT. Investigador miembro del Centro de Investigación “Estudios del Medio Físico Venezolano” (CIEMEFIVE). Miembro del Programa Antártico Venezolano y participante en las II, VI y VII Expedición Venezolana. Miembro activo en el PEII. Tutor de Trabajos de Investigación de Pregrado y de Tesis de Postgrado. Autor y co-autor de diversas publicaciones científicas en revistas especializadas de circulación nacional e internacional, y de varios capítulos de libros. FREDY OROPEZA Profesor de Física y Divulgador Científico. Coordinador UNAWE-Monagas. Representante por Venezuela de TF-2 ante el Nodo Andino de Astronomía. Coordinador GEIAF (UPEL-Instituto Pedagógico de Maturín). Coordinador del Área Astronomía y Matemáticas (Ciencias de la TierraUPEL-Maturín). Coordinador del Centro de Investigación en Astronomía, Geociencias y Física Nuclear (CIAGF) de UPEL-Instituto Pedagógico de Maturín.

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AULA Y AMBIENTE REVISTA AMBIENTAL Volumen 11 - Número 21 Enero - Junio Año 2017 ISSN 1317-7478 EL AULA DEL DIRECTOR

Contenido

Mirando hacia el futuro........................................................................................................................... 13 ARTÍCULOS La Revista Aula y Ambiente, período 2001-2005. Breve crónica y algunas reflexiones ..........……………………………………………….....................................……..................................... 17 SERGIO FOGHIN-PILLIN Propuesta de Plan de Gestión Integral de Riesgos de Desastres en la provincia de Manabí, Ecuador…................................................................................................................................................... 35 HENRY ANTONIO PACHECO GIL La Innovación Pedagógica de la explicación de la realidad ambiental y geográfica desde la geografía escolar……………………………………................................................................................ 57 JOSÉ ARMANDO SANTIAGO RIVERA Algunas consideraciones sobre las tendencias investigativas en Meteorología y Climatología en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Instituto Pedagógico de Caracas ………… 73 ARISMAR MARCANO MONTILLA Y LOAN JOSÉ LANDAETA APUNTES La Astronomía en los Grupos Estables……..................……………………………….......................... 91 FREDDY OROPEZA SEMBLANZA Sergio Foghin-Pillin: El amigo, el ahijado, el padrino, el compadre, el colega… el geógrafo……………………….............................................................................................................. 101 MAXIMILIANO BEZADA RESEÑA Jornada “Los nuevos retos del agua en América Latina: el rol de CAF y la gestión del conocimiento”……………………………………………….............................................................................. 115 LOAN JOSE LANDAETA NORMAS PARA AUTORES……………………………………………............................................... 117 CURRICULA DE LOS AUTORES…………………………......................……………..................…. 119


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