Un cuento de Miguel Ángel Pineda
Conocí a Marcela en la UAM- Azcapotzalco, había llegado de Bogotá, Colombia, a cursar un seminario sobre Biotecnología como parte de un intercambio estudiantil. Me cayó bien a partir de una plática que tuvimos en el receso, el mismo día que nos convocaron para el acto de bienvenida. Durante esa reunión, el director del programa advirtió a los estudiantes extranjeros que por ningún motivo tomaran la ruta que va hacia Tacuba y que pasa por Azcapotzalco, recomendaba que era más seguro llegar directamente al metro Rosario. En ese momento formaba parte del comité estudiantil que daba la bienvenida, ya apunto de despedirme de Marcela le comenté que vivía precisamente cerca del centro de Azcapotzalco, de pronto noté su gran entusiasmo por conocer ese lugar al que tanto habían advertido que no se acercaran...