3 minute read
Pandemia Viejos y nuevos escenarios
Lic. Federico Alvarez
El brote de la pandemia por coronavirus COVID-19/ ha provocado que muchos países exijan a sus comunidades, que se queden en su hogar, bajo el aislamiento domiciliario. Asimismo, la rápida expansión del virus ha generado que ciudades enteras hayan sido puestas bajo cuarentena masiva. Si bien, las generaciones actuales no tuvieron la contingencia de atravesar este tipo de crisis, el contexto actual de pandemia no es desconocido para la historia de la humanidad. Basta con remitirse a los comienzos del siglo pasado para recordar la pandemia de gripe que azotó a Europa entre 1918 y 1920. Por aquel entonces, la llamada “gripe española”, produjo la muerte de 50 millones de personas. 100 años después, el avance tecnológico y científico no logró dar respuesta a un real que irrumpe --bajo el nombre de covid-19-- forzando al aislamiento social preventivo y obligatorio como medida excepcional que el Gobierno Nacional tuvo que adoptar en este contexto crítico. Al respecto Sigmund Freud, quien vivió por aquellas épocas, nos permite tener coordenadas entre la correspondencia de ese contexto con el actual. Traigo a colación el significante primario que el médico austríaco utilizó en ese momento: “trabajo”. Pero, ¿qué quería decir con “trabajo”? Se refería a realizar el trabajo del sueño, el trabajo psíquico, el trabajo de la angustia, no rechazarla sino al contrario, aferrarse a esa expectativa que nos permite prepararnos para la inminencia del peligro, que es el estado que nos mueve a tramitar del mejor modo posible la situación de aislamiento. Hay una labor que es necesaria poner en práctica frente a determinados sucesos o acontecimientos. Ahora sí, retornando a lo que nos sucede hoy. El mundo no estuvo preparado para la intrusión de tal magnitud. Un claro ejemplo de ello fueron los sistemas de salud colapsados de los países del llamado “primer mundo”, innumerables pérdidas económicas y millones de personas en las calles excluidxs del sistema. El rol del psicólogx no estuvo exento de todo este panorama, sobre la marcha buscamos alternativas para amoldarnos al nuevo contexto, mientras tanto íbamos sorteando los obstáculos presentados.
Advertisement
En la virtualidad fuimos encontrando un espacio de escucha, a través de plataformas online, en donde la palabra singular y el nombre propio recobren sentido. Comprendiendo que el psicoanálisis nos sirve para entender y dar cuenta de ese “malestar de la cultura”, que el mismo Freud ya señalaba allá por 1920 (entre pandemias y guerras mundiales). Una misma cultura capitalista, que a través de sus portavoces (los medios de comunicación) bombardean y durante toda la cuarentena con mensajes eficientistas tales como: “debes aprovechar este tiempo de cuarentena y ponerte en forma o leer un libro”, sobreexigiéndo, en un momento que ya es estresante, ya que algunxs perdieron sus trabajos, otrxs no pueden ver a sus familiares, reavivando algo de ese trauma en cada situación. Tantos siglos de cultura no han podido hacer que no nos sigamos matando entre nosotrxs, la respuesta no la sabemos, al respecto Freud expresaba en el “Malestar De La Cultura”: “…el ser humano no es un
ser manso, amable, a lo sumo capaz de defenderse si lo atacan, sino que es licito atribuir a su dotación pulsional una buena cuota de agresividad. En consecuencia, el prójimo no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la agresión, explotar su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente sin su consentimiento, desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo y asesinarlo…” Por lo pronto un nuevo escenario se abre a partir de la post cuarentena, en donde el desafío, considero, será aprovechar las nuevas oportunidades que de ella surjan. Tener una mirada comunitaria y empática es clave, ya que este virus ha demostrado que el individualismo no nos conduce a ningún lado. Y en donde la mirada como registro simbólico tendrá un valor preponderante. En donde lo real de la pandemia nos llama a los psicoanalistas a estar a la altura de las demandas de la época.