![](https://assets.isu.pub/document-structure/200702005754-7f727e109439a7ee5d4209041565f871/v1/df9bf66baaa31fe5d457c4cf5c4a8932.jpg?width=720&quality=85%2C50)
3 minute read
SUMARIO
La Casita del Árbol es una fundación sin fines de lucro creada para trabajar por las personas con discapacidad y sus familias. Tiene por objetivo la promoción de los derechos de las personas con discapacidad, a fin de acercarles a la sociedad en general, y a todo aquel que lo necesita, la información necesaria. También nos encontramos abocados a la realización de proyectos sociales para intervenir en la sociedad de modo que sea un lugar para todos, y favorecer de esta manera la plena inclusión de las personas con discapacidad en igualdad de condiciones. Asimismo, es nuestro objetivo continuar trabajando en la contención y asistencia de las personas con discapacidad y su grupo familia. La pandemia y las consiguientes medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio, importaron la configuración de un escenario distinto: la imposibilidad del encuentro presencial con el otro. Sin embargo, esta imposibilidad de encontrarnos físicamente, no importo una imposibilidad de acercarnos de manera virtual. La Fundación suspendió sus encuentros presenciales, pero continuo con la atención en aquellos casos cuya intervención resultaba requerida, tratando en todo de atender los requerimientos realizados. En un primer momento las familias se comunicaban a fin de hacer “catarsis” o compartir sus experiencias en torno a las medidas de aislamiento, luego fueron muy pocas las consultas relacionadas a la cobertura social, por ejemplo. Como Fundación, y también como familias de personas con discapacidad en algunos casos, la pandemia nos tomó por sorpresa, como a todos. Nadie estaba preparado para ello. Acomodarnos a las nuevas rutinas con nuestros familiares con discapacidad, fue una tarea complicada, que requirió mucho esfuerzo y paciencia, a lo que se sumaba el miedo y la incertidumbre por lo desconocido. En la actualidad seguimos en esta tarea de acomodarnos, de pensar a futuro el trabajo de la Fundación, en este nuevo contexto mundial. Las situaciones vividas individual o colectivamente como crisis o catástrofes importan una bisagra en la vida de las personas, un antes y un después. Seguramente a partir de esto todo será antes y después de la pandemia. Por otra parte, la pandemia configuro un cambio de paradigma: no siempre será posible tener contacto físico con el otro, pero aún así debemos asegurar un contacto y una presencia.
Advertisement
![](https://assets.isu.pub/document-structure/200702005754-7f727e109439a7ee5d4209041565f871/v1/de3e536aad07584acd8bcb29f9ed8317.jpg?width=720&quality=85%2C50)
Por otra parte, no podemos desconocer, y en esto me detengo a hacer una autocrítica, la falta de preparación de los dispositivos para asegurar la accesibilidad de las personas con discapacidad. Y de nuevo las barreras, en este caso las tecnológicas, se hacen presentes.
![](https://assets.isu.pub/document-structure/200702005754-7f727e109439a7ee5d4209041565f871/v1/8f6e22e376b88a5da8bcde2749dbc49e.jpg?width=720&quality=85%2C50)
Por último, como Fundación que trabaja por los derechos humanos, pretendemos continuar trabajando, aunque aún estemos analizando la manera, por cuanto en materia de derechos humanos todos y todas somos responsables de adoptar medidas de acción positiva a fin de evitar el excesivo sufrimiento e impactos no deseados muchas veces de magnitud incalculable. En esta pausa impuesta, decidimos acomodarnos primero, y comenzar a pensar en cómo seguir. La pandemia es un gran desafío. Aún persisten incertidumbres, y lo único que sabemos con certeza es que estamos juntos en esto. Las personas con discapacidad se encuentran dentro de los grupos vulnerables, por eso también el Estado le dio un trato distinto en la adopción de medidas generales (por ejemplo autorización para circular), son las que ya estaban y aún más hoy, están en riesgo. Es crucial que nos aseguremos de no dejar a nadie atrás. Y eso es responsabilidad de TODOS. Es el momento de la solidaridad y la cooperación.
María Carolina Agüero Presidente de La Casita del Árbol Mamá de Santiago (niño de 8 años con discapacidad)