buenanueva nº 15

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HACIA ORIENTE 1 ¿Dónde está nuestra mirada?

EDUCACIÓN PARA LA VIDA 70 El joven rico

2 EL ARCA DE NOÉ

ESPADA DE DOS FILOS 74 Para ti salmodiaré Señor

CANTEMOS AL SEÑOR 6 Salmo 34 TESTIGOS DE LA VERDAD 12 Entrevista a Antonio y Vicki 18 Charles de Foucault 22 Dejar a Dios en el banquillo SI HOY ESCUCHÁIS SU VOZ 24 ¿Qué hay en la vasija de barro? KERIGMA 30 Creo que mi redentor vive FAMILIA DE NAZARET 34 Tras las huellas de José 36 La figura del padre 42 “Calidad de vida” 48 Es mi hijo RAZÓN CREADORA 52 Sicarios por 40 € 56 Ciencia y Pseudociencia 58 Quid est veritas? 62 Una laicidad positiva 66 Dios existe; somos testigos

ALDEA PLANETARIA 80 Superpoblación NUEVA ESTÉTICA 88 La trinidad de Rublev 92 Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica MOSAICO 96 Dios existe FUERZA EN LA MIRADA 100 Acoger la tarea de lo real LUZ PARA EL MUNDO 106 La dignidad del hombre 107 Secularización BENDITA MARÍA 108 Redemptoris Mater de León ENTRETENIMIENTO 112 La cigarra y la hormiga 113 Fray Buenaventura

Po r t ada: Monte de las Tentaciones, cerca del Mar Muerto, en Qumrán, en el desierto de Judea. En primer término vasijas de barro donde se hallaron los rollos de pasajes de la Biblia, manuscritos por la comunidad judía de los esenios que habitaba en aquellos parajes.

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h a c ia Ori en te bn n

¿Dónde está nuestra mirada? ¿Dónde está nuestra lucha, nuestro afán? ¿Dónde nuestros ojos? “Nuestra lucha no es contra la carne ni la sangre…” ¿Es que Pablo, Pedro, Santiago y los apóstoles, después de Pentecostés dedicaron su vida a denunciar el hedonismo del Imperio Romano, el fariseísmo de los judíos y el relativismo de los griegos? ¿Fue esto a lo que los movió el Espíritu Santo? Entonces aquel mandato de “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación”, ¿qué quiere decir? No hay salvación sin persecución. Y dió mucho fruto. Los mártires cantan y cantan en el foso donde van a ser devorados y no hay una queja en su boca, ni un reproche. ¿Por qué…? Porque miran al cielo, “de donde les vendrá el auxilio”; y esa unción cambia el corazón de los que miran, de los que toca el viento, incluso de los que odian. Nadie puede entrar en la ignominia, en el sufrimiento, sin abrir la boca, sin demostrar la injusticia; solo el Cordero, que no esconde la cara ante las burlas ni los escupitajos:“No clamará, ni voceará, ni alzará en las calles su voz. Ante él los reyes cerrarán la boca”. No es la ley la que convierte, sino la gracia y el perdón. ¿Quiénes quieren apedrear a la adúltera: los paganos, los de fuera; o los judíos fariseos, cumplidores estrictos de la ley? Jesús no la condena, ni le recuerda su infidelidad; solo la perdona, y eso sí la toca. Ya solo le mirará a Él. ¿Dónde miramos, pues? ¿Miramos atrás, a lo pretérito, a las cosas que nos seducían inmersos en la fascinación? “Pasó lo viejo, todo es nuevo”. Si hay muertos que entierran a sus muertos, ¿por qué poner la mano en el arado y mirar atrás? ¿No será mejor quemar las yuntas de los bueyes y dejar que el humo arrastre el tizne y el hollín de la vanidad? ¿Acaso no tenemos el manto que nos cubre y nos protege de la ambición y la codicia? ¿Dónde reposa nuestra mirada? Tal vez abajo, donde está Longinos empuñando su lanza, para condenarlo por su homicidio; o traspasando las nubes y descubriendo “un cielo nuevo y una tierra nueva”. Porque, tal vez, “no saben lo que hacen”; o no saben hacer otra cosa; o, si saben lo que hacen, no pueden cambiar. Que nuestra mirada descanse en el dolor, en el que se ahoga en su miseria, en el que no resiste su fardo, en quien no aguanta ya sus flaquezas, “porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. Se abre el día nuevo y limpio y miramos hacia oriente, procurando que el viento nos mude, nos abaje del caballo, nos ciegue el sol que nace de lo alto, para conducir nuestra mirada al árbol de vida eterna, a la Buena Nueva que transmuta la mente, a la aquietada María que ora sin tregua por nosotros, y a la tumba vacía… Para anunciar a los hombres que no está ahí, que ya no habita entre los muertos y que pronto lo verán, que ha Resucitado como lo había prometido. Que en Él repose nuestra mirada. Jorge L. Santana

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n a r ca d e N o é bn En pocas semanas habrían llegado a la tierra prometida, en lugar de atravesar todo el desierto. Este hecho se puede comparar con un rey que quería dar el reino en herencia a su hijo. Pensó:“Mi hijo es todavía pequeño, apenas sabe leer y escribir.

más largo?

¿Cómo podrá gobernar un reino? Esperaré que crezca en fuerza y sabiduría”.

En el desierto los conduciré de la mano, les enseñaré a caminar por la sabiduría del corazón”.

Lo mismo pensaba Dios: “Si le conduzco por el camino recto, enseguida deberán enfrentarse con los enemigos y no están aún preparados. Son esclavos apenas liberados, son como niños.

Lo mismo hace Dios con nosotros. Nos lleva al desierto para hablarnos al corazón, para hacernos fuertes, para conocer nuestra debilidad y darnos la sabiduría.

El

orfebre divino

Había un grupo de mujeres que se reunían semanalmente para leer y estudiar la Biblia. En el libro de Malaquías encontraron aquel versículo que dice: “Se sentará para fundir y purgar. Purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como el oro y la plata” (Ml 3,3). Les intrigó mucho qué podría significar esa afirmación con respecto al carácter y la naturaleza de Dios. Una de ellas se ofreció a investigar el proceso de purificación de la plata. Esa semana la mujer llamó a un orfebre y concertó una cita para ver su trabajo. No le mencionó detalles sobre la verdadera razón de su visita; simplemente le contó que tenía gran curiosidad por saber cómo se purifica la plata. Mientras observaba al orfebre sostener una pieza de plata sobre el fuego dejándola calentar intensamente, él le explicó que para refinar la plata debía sostenerla en medio del fuego, donde las llamas arden con más fuerza y, así, sacar las impurezas. En ese momento ella imaginó a Dios sosteniéndonos en un lugar así de caliente. Entonces recordó una vez más el texto del versículo. “Se sentará para fundir…”

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Dios camino

¿Por qué los llevó por el

Le preguntó al platero si era cierto que debía permanecer sentado frente al fuego durante todo el tiempo que la plata era refinada. —Sí, no sólo debo estar aquí sentado sosteniendo la plata, sino que también debo mantener mis ojos fijamente en ella durante el tiempo que está en el fuego. Si la plata quedara en el fuego un instante más de lo necesario, se destruiría. —¿Cuándo sabe que está completamente refinada? —volvió a preguntar la mujer después de un momento de silencio. —Es muy fácil —respondió sonriente el orfebre—: cuando puedo ver mi imagen reflejada en ella. Efec tivamente, hemos sido c reados a su imag e n y s e me j a n z a … E l S e ñ or n o s a c r i s ol a e n es ta vida h as ta que s e refleje per fec tamente s u im age n en nu e st ro pr op io s er, de s figu r a d a po r el pe c a d o.


arc a de No é bn n

¿Por qué

envejecemos? Envejecemos cuando pensamos demasiado en nosotros mismos y nos olvidamos de los otros. Envejecemos si dejamos de amar.Todos estamos matriculados en la escuela de la vida, en la que el maestro es el tiempo. La vida sólo puede ser comprendida mirando atrás; pero solo puede ser vivida mirando adelante. En la infancia miramos, durante la juventud aprendemos y con la edad comprendemos. Los hombres son como el vino: la edad daña a los malos, pero mejora a los buenos. Envejecer con sabiduría es caminar hacia Dios.

Aquel anciano vivía con su joven nieto en una granja, en las montañas. Cada mañana se sentaba temprano en la mesa de la cocina, al lado de la estufa de carbón, para leer su vieja y estropeada Biblia. Su nieto, que quería ser como él, trataba de imitarlo. —Abuelo, yo intento leer la Biblia; me gusta, pero no la entiendo, y lo poco que logro entender se me olvida en cuanto cierro el libro. ¿Por qué es bueno leer la Biblia? El abuelo calladamente dejó de echar carbón en la estufa y dijo: —Coge el cesto del carbón, vete al río y tráeme un cesto de agua. Así lo hizo el chico y, como es natural, toda el agua se salió antes de que él pudiera volver a la casa. —Tendrás que moverte un poco más rápido la próxima vez. El anciano lo envió nuevamente al río para intentarlo de nuevo. Esta vez el muchacho corrió mucho más, pero le ocurrió lo mismo.

“Corona de los viejos es la mucha experiencia, su orgullo es el temor del Señor”

A los ojos del joven quema la llama, a los del viejo brilla la luz. Es mejor tener vida que sólo tener edad. No dejes que la tristeza del pasado y el miedo del futuro te dañen la alegría del presente. Permanecemos muertos cuando solo pensamos en nosotros mismos y vivimos cuando morimos por los demas.

El

cesto del

carbón

Ya sin respiración, le dijo a su abuelo que era imposible llevar agua en un cesto, y se fue a buscar un cubo. —Yo no quiero un cubo de agua; quiero un cesto de agua. Tú lo puedes conseguir. Lo que pasa es que no lo intentas suficientemente. El abuelo salió a la puerta para observar la prueba de su nieto. El muchacho sabía que era imposible, pero quería demostrar a su abuelo que, aun cuando corriese tan rápido como podía, el agua se saldría antes de llegar a casa. Sacó el agua y corrió todo lo deprisa que pudo; pero cuando llegó donde su abuelo, otra vez el cesto estaba vacío. —Mira, abuelo, es inútil. —¿Por qué piensas que es inútil? Mira dentro del cesto. El muchacho miró y, por primera vez, comprendió que el cesto parecía diferente: el cesto estaba limpio. —Hijo, esto es lo que pasa cuando tú lees la Biblia. Tal vez no puedes entender o recordar todo; pero cuando la lees, te cambia el interior.


bn n a r ca d e No é

El

Papa y el Rabino

El Papa Juan Pablo II, en una solemne sala del Vaticano, recibe a una de las más altas autoridades religiosas del judaísmo, el gran Rabino del Estado de Israel, Meir Lau. La formal entrevista se llevó a cabo en fraternal marco y quedó espacio para el relato anecdótico. Entonces, el religioso judío narró al Sumo Pontífice un hecho acaecido hace largas décadas en una ciudad europea. Le contó que terminada la Segunda Guerra Mundial, una señora católica se dirigió al párroco de su pueblo, para hacerle una consulta. Ella tenía a su cuidado, desde los días de la guerra, a un pequeño niño judío que le habían encomendado, pues sus padres habían sido enviados a un campo de concentración. Los padres del niño, desaparecidos en el trágico infierno de la masacre nazi, habían previsto para él un futuro en la tierra de Israel. La señora se encontraba ante una encrucijada y pedía al sacerdote católico un consejo. El párroco tuvo una pronta y comprensiva respuesta: “Se debe respetar la voluntad de los padres”. El citado niño judío fue enviado al entonces naciente Estado de Israel, donde se criaría y educaría. La anécdota resultó muy interesante para Karol Wojtyla y pasó a ser más conmovedora aún, cuando el gran rabino le aclaró la identidad de aquellas personas: “Usted, Eminencia, era ese párroco católico. Y ese niño huérfano... era yo”.

Oración

combate

¿Por qué sucedió el prodigio de las manos levantadas? ¿Acaso eran las manos de Moisés las que daban la victoria?

Las manos levantadas de Moisés eran la bandera del Señor. Moisés combatía con la oración. Los jóvenes de Israel con las armas.

No, ciertamente. ¿Qué comparación se puede hacer?

Pero era la oración la que daba la victoria.

Un rey mandó a sus siervos a la guerra, les dio su bandera y les dijo:“Cada vez que venzáis, levantad mi bandera y aclamad. Será como si me alabaseis a mí”.

La oración vuelve invencible.

Así dice el salmo 113: “¡Aleluya! Alabad, siervos del Señor; alabad el Nombre del Señor”.

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en


a rca de N oé bn n

Valorando la

El dueño de un pequeño negocio, amigo del gran poeta Olavo Bilac, cierto día lo encontró en la calle y le pidió un favor: —Sr. Bilac, necesito vender mi casa, que usted conoce muy bien. ¿Sería tan amable de redactarme el anuncio para ponerlo en el periódico? Olavo Bilac tomó lápiz y papel y escribió: “Se vende encantadora propiedad, donde cantan los pájaros al amanecer en extensas arboledas. Está rodeada por las cristalinas aguas de un bonito riachuelo. La casa, bañada por el sol naciente, ofrece

la

balanza Una mujer, sobriamente vestida y muy triste, entró en la tienda de enfrente, se dirigió al dueño y humildemente le pidió por favor que le dejara llevar algunos alimentos a crédito. Su marido estaba gravemente enfermo, por lo que no podía trabajar y los hijos pedían pan continuamente. El dueño, consecuente con el cartelito que tenía bien visible (“Hoy no se fía, mañana sí”), le dijo que no y que se marchara. —Se lo pagaré lo antes posible. —Le he dicho que no; váyase —empezó a impacientarse el dueño. Cerca del mostrador, había un cliente mirando varios productos expuestos. Había oído el breve diálogo entre el tendero y la buena mujer y le dijo al dueño que él le pagaría la cuenta.

vida

una tranquila sombra por las tardes en el balcón”. Algunos meses después, el poeta se encontró con el comerciante y le preguntó si ya había vendido la casa. —No pensé más en eso —dijo el hombre—; después de leer el anuncio, me di cuenta de la maravilla que tenía. A veces no nos damos cuenta de las cosas buenas que tenemos y vamos tras falsos tesoros. ¿Por que valoramos tan poco lo que tenemos y hemos recibido gratuitamente de Dios?

—Bueno —aceptó de mala gana el tendero—. ¿Tiene usted la lista de la compra? Póngala en el primer platillo de la balanza y yo le pondré en el otro tantos paquetitos como pese su lista. La mujer, por un momento, se quedó quieta y sorprendida. Revolvió en su bolso, sacó un papel y un boli, escribió unas palabras y lo puso en el platillo. Éste cayó de golpe, hasta abajo del todo, de modo que al tendero se le pusieron los ojos como ambos platillos de la balanza. Empezó a poner algunos paquetes de comida en el otro platillo, pero ni se movió un milímetro. Siguió poniendo paquetes hasta que se hizo una pirámide de paquetes, sin que aquello se balanceara. Leyó el papel del otro platillo y ahora sí que tampoco daba crédito a lo que estaba leyendo. No era la lista de la compra, era una oración: “Dios mío, Tú conoces mis apuros y sabes lo que necesito. Lo dejo todo en tus manos”. El tendero se lo dio todo, la mujer le dio las gracias y el otro cliente le entregó un billete de cien euros, mientras le decía: —Ahora ya sabemos lo que pesa una oración.

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bn n c an t em o s al S e ñ o r

“ G u s t a d y ve d q u é bu e no es e l S e ño r ”

Joaquín Díez Macías Licenciado en Farmacia

Salmo

“ B e n d i g o a l S e ñ o r e n to d o m o m e nt o , s u a l a b a n z a e s t á s i e m p r e e n m i b o ca ; m i a l m a s e g lo r í a e n e l S eñ o r : q u e l o s h u m i l d e s l o e s cu c h e n y s e a l e g r e n. Pro c la mad c o n mig o l a gra n deza del S eñ o r, e n sa l c em os j un t os s u n o m b r e. Yo co n s ul t é al S eñ o r, y me re sp o nd ió , m e l i b r ó d e to d a s m i s a n s i a s . C o n t e m p l a d l o , y q u e d a r é i s r a d i a nt e s , v u es t r o r os t r o n o s e a v e r g on z a r á . S i e l a fl ig ido in vo c a al S eñ o r, Él l o e sc u c h a y l o sa l v a d e su s a n g u st i a s.

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c an tem os al Se ñ or bn n

E l á n g e l d e l S e ñ or a c a m p a en t or n o a su s f i e l e s y l os pr ot eg e. Gu s t ad y ved q ué bu e n o e s el S eñ o r, d i ch o s o e l q u e s e a c o g e a É l . Tod os s us s an to s, te me d al S eñ o r, p o rq u e n a d a l e s f a l t a a l o s q u e l o t e m e n ; lo s r ic o s em po bre c en y p asa n ha mb re, l o s q u e b u s c a n a l S e ñ o r n o c a r e c e n d e na d a .

la queja y no la alabanza es la realidad que vivimos todos los días; pero el salmista nos invita a la humildad para reconocernos necesitados de la salvación del Señor

Ve n id, h i jo s, es c u c ha dme : o s i n s t r u i r é e n e l t e m o r d e l S e ñ o r. ¿ H a y a l g u ie n q ue a m e l a v i d a y d e s ee d í a s d e p r os p er i d a d ? G u a r d a tu l e n g u a d e l m a l , t u s l ab io s d e l a f als e d ad ; a p á r t a t e d e l m a l , o b r a e l b i e n, b u s c a l a p a z y co r r e t r a s e l l a . Lo s o j o s d e l S e ñ o r m i r a n a l o s j u s t o s , s u s o í d o s e s c u c h a n s u s g r i to s ; p e r o e l S e ñ o r s e e n f r e n ta c o n l o s m a l h e c h o r e s , p a r a bo r r a r d e l a t i e r r a su m e m o r i a . C u a n d o u n o g r i t a , e l S e ñ o r l o e s cu c h a y l e l i br a d e s u s a n g us t i a s; el S eñ o r e st á c e r c a d e l o s a t r i bu l a d os, s a l va a l o s a b a t i d o s . A u nq u e e l j u s to s u f r a m u c ho s m a l e s , d e t o d o s l e l i b r a e l S e ñ or ; él c ui d a d e t od os s us h ue s os y n i u n o so l o s e q u e br a r á . L a m a l d a d d a m u e r t e a l m a l va d o y l os q u e od i a n a l ju st o se r á n c a st i g a d o s. E l Se ño r re dime a s us s ier vo s, no s e r á c a s t i g a d o q u i e n s e a c o g e a é l . ”

El mundo necesita cristianos de rostro luminoso que, radiantes por sentirse salvados, muestren la belleza de la salvación 7


bn n c an t em o s al S e ñ o r He aquí un salmo impresionante que nos llama a todos a conversión: cómo bendecir al Señor en todo momento, en toda circunstancia, ante cualquier acontecimiento de nuestras vidas. Dice el salmista: “Su alabanza está siempre en mi boca”. Nosotros casi siempre tenemos en nuestros labios quejas, maldiciones por todo aquello que nos pasa y no entra en nuestros planes, o que supone un sufrimiento para nosotros o nuestros allegados. Desde que nos levantamos nos quejamos de todo: del despertador porque ha sonado muy pronto, de los atascos para llegar al trabajo, del jefe y sus injusticias, de lo cansados que estamos al llegar a casa, de lo incomprendidos que somos por nuestra mujer o nuestro marido, de lo mal que se portan los hijos, de la crisis económica, de la falta de dinero, o de la injusticia que me ha hecho el profesor en el examen, o que me siento incomprendido por mis padres, o porque no tengo novia y quiero tenerla, o porque soy gorda y quiero estar delgada, o porque soy

mayor y quiero ser joven, o tengo una enfermedad, un cáncer o porque me he quedado viuda y me siento sola, etc. La queja y no la alabanza, la maldición y no la bendición, ésa es la realidad que vivimos todos los días. Por eso el salmista nos invita a la humildad y a la alegría; a la humildad para reconocer nuestra incapacidad para bendecir, para estar contentos con nuestro lote y nuestra heredad. Un don éste que nos lleva a admitir que somos pecadores necesitados de la salvación del Señor y puesto que el Señor nos quiere salvar y nos salva, esta realidad nos lleva a la alegría, que es la palabra y la actitud clave de este salmo.

LA ALE G R ÍA P LE NA DEL REINO DE LOS CIELOS

La pregunta es: ¿es posible estar alegre siempre? Como dice San Pablo:“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres” (Flp 4,4). He leído hace poco un libro de Benedicto XVI en el que hablaba de la alegría cristiana, comentando que en la época del Barroco (s. XVII), era parte de la liturgia el “risus paschalis”, la risa pascual. La homilía de Pascua debía contener una historia que moviera a la risa, para que la Iglesia retumbara de alegría. Esta alegría cristiana puede parecer algo superficial y exterior; sin embargo, ¿no es hermoso que la risa se haya transformado en un símbolo litúrgico? La risa, la alegría es algo contagioso. También es una forma de evangelizar si los que nos rodean ven en el “rictus” de nuestra cara una expresión alegre ante los acontecimientos porque tenemos la Pascua “detrás” en nuestra experiencia más profunda.

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Dios nos llama y nos socorre sabiendo nuestro nombre y sufrimiento; el maligno nos esclaviza a través del pecado que nos lleva a la angustia y a la muerte


c an tem os al Se ñ or bn n Dice Jesús en el Evangelio de San Juan: “Abraham vio mi día y se gozó, se rio” (Jn 8,56). ¿Cuándo vio su día? Cuando vio que Dios proveyó un Cordero para la salvación del mundo; entonces la alegría de ver a su hijo vivo le desbordó de alegría y se rio. ¡Cristo ha resucitado! ¡La muerte no existe! ¡Todo sucede para bien de los que Dios ama! ¡Cuántas veces nuestra expresión es agria a todas horas! Tenemos cara de amargados, porque así lo estamos. Llevamos tal cara de acelga que no invita al pagano a acercarse a la Iglesia, puesto que parece que los que están en ella no son muy felices.

INVOCO AL DIOS

QUE HACE TANTO POR MÍ

El salmista nos invita a ensalzar juntos su nombre. Es bueno alabar al Señor junto a la gran asamblea, una comunidad de salvados donde se da la alegría de la salvación, e invocar el nombre del Señor como hijos. En el pueblo de Israel el nombre de Dios era impronunciable, estaba prohibido bajo pena de muerte. Excepto el sumo sacerdote el día del “Yom Kippur”, nadie podía decir el nombre de Dios. Cristo nos ha dado el conocer el rostro de Dios, su nombre: viendo al Hijo, vemos al Padre, a Dios mismo. Dios nos ha conocido a nosotros por nuestro nombre y nos llama y nos socorre sabiendo nuestro nombre, nuestro sufrimiento. Sin embargo el maligno, el diablo no tiene nombre. El adversario es un número, el 666, y nos convierte no en personas sino en números, como ocurría en los campos de concentración donde no se tiene nombre sino un número. Así es el maligno con nosotros, nos trata como esclavos, ya que nos esclaviza a través del pecado que nos lleva a la angustia y a la muerte.

Dice el salmo que si contemplamos al Señor y cómo salva al que lo invoca, quedaremos radiantes, nuestros rostros no se avergonzarán. Esto necesita el mundo: unos cristianos de rostro luminoso que, radiantes por sentirse salvados, muestren la belleza de la salvación. Si estás afligido, con conflictos; enfermo, con dolores e invocas al Señor, Él te escuchará y te sacará de tus angustias, de tus miedos ¡Invócalo, grítale, llámale! Cuando te responda y te sientas seguro con Él, tu rostro estará radiante y la boca se te llenará de risas, como al pueblo de Israel cuando volvía del destierro.

Dios conoce nuestro nombre, conoce nuestros sufrimientos y está siempre dispuesto a socorrernos 9


n c a nt e m o s a l S eñ o r bn

M E S AC I A R Á S

DE GOZO EN TU PRESENCIA

Este amor paterno del Señor se gusta y degusta como si fuera miel en nuestros labios. Si Dios es tu Padre y te quiere, todo lo que te ocurre es para tu bien: tu enfermedad, tu soledad, tu dolor, tu matrimonio, los hijos, el trabajo, la falta de dinero etc.; por tanto, la cruz se hace gloriosa, tiene un sentido y no te lleva a la angustia. Hasta nuestros cabellos están contados y ninguno se cae sin su permiso. Él cuida de nuestros huesos, ni uno solo se quebrará (este salmo se cumple en la Cruz de Cristo, ya que no se le quebró ningún hueso). Ante esta realidad, el salmo nos invita a tener temor de Dios; pero no entendido como miedo de Dios, sino más bien que temamos que Dios desaparezca de nuestra vida: que no nos libre del mal simplemente porque no lo invoquemos, que seamos engañados por el maligno y busquemos la salvación en otros dioses y no dejemos que Él entre en nuestra vida. Entonces irremediablemente nuestros pecados nos llevarán a la muerte como dice el salmo: “la maldad da muerte al malvado.”

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Por último, el salmista también afirma que el Señor no castigará al que se acoge a Él. ¡Cómo no acogernos a Él si experimentamos su mano paternal y protectora cuando lo invocamos! Dios sabe que somos débiles, esclavos del mal; por eso su Hijo sí que ha castigado al maligno en la cruz, venciendo a la muerte con el amor y quitándole su veneno que nos esclavizaba: el pecado. El hombre que se siente amado por Cristo y experimenta la salvación de la muerte; aquel que ve cómo su vida tiene sentido incluso en el sufrimiento, en el dolor, en la enfermedad, descansa en el regazo de su Padre sintiéndose feliz; por eso puede reír, puede estar alegre en todo momento, en lo bueno y en lo malo, o en lo que a nuestro juicio nos parece bueno o malo. Por tanto se puede cumplir, y no es una utopía, la palabra de San Pablo:“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres”.

el hombre que se siente amado por Cristo y ve cómo su vida tiene sentido incluso en el sufrimiento, puede estar alegre en todo momento


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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

Familia en misión: Iglesia en misión Antonio y Vicky

Victoria Serrano Blanes

C

uando el Papa Juan Pablo II, con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia de 1988,manifestó en Porto San Giorgio, una pequeña localidad italiana, que cada familia cristiana debe dar testimonio del Padre delante de las nuevas generaciones, allí, a escasos metros, estaban Antonio y Vicky con sus seis hijos dispuestos a ratificar con su vida tales palabras. Desconocían el país y el sitio donde por sorteo iba a ser su próximo hogar, pero estaban tranquilos. Sabían que a la vocación, Dios se anticipa con la gracia. Apenas hacía año y medio que el Señor les había suscitado el deseo de marcharse como familia en misión del Camino Neocatecumenal a anunciar gratis lo que gratis habían recibido: el amor redentor de Cristo a la humanidad sufriente. Rotas sus ataduras, pagadas sus deudas y con las puertas de par en par, estaban preparados para ganar su reino. Guayaquil (Ecuador) fue el primer destino de esta misión que continúa hoy en Lima (Perú). Nada menos que veinte años obteniendo el inmenso beneficio de vivir “según Dios va marcando”. 12


te s tigo s d e l a ve rdad bn n

es una experiencia vertiginosa pero apasionante darnos cuenta de que la vida no nos viene de tener casa ni dinero, sino del amor de Dios

¿ Q u é l e l l e v a a u n a f a m i l i a d e c l a s e m e d i a , co n h i j o s e n e dad e sc o lar, a m ar c ha rs e a vivir e n tre los po bre s c om o f a mi l i a e n mi s i ó n ? Vicky: Éramos conscientes de la obra tan grande que estaba haciendo el Señor con nosotros en nuestro matrimonio, y con los hijos. Llevábamos una vida con no poco trajín, pero todo tenía un sentido. Descubríamos la belleza del amor de Dios, las maravillas del Antiguo Testamento y no queríamos reservárnoslo para nosotros. La idea de transmitir la fe a la próxima generación nos daba alas en el cuerpo. Antonio: Es Dios quien pone el deseo, pues a mí me gusta vivir bien y esto no entraba en mis planes. Pero la llamada es una gracia de Dios que te invita a responder. Yo no voy buscando ser feliz; a mí lo que me hace feliz es hacer la voluntad de Dios. Con miedo, claro, pues meterte en su voluntad da vértigo, pero merece la pena, de todas todas. La fe es un don gratuito que Dios se lo da a quien quiere, como dice San Pablo, para que quede claro que la elección divina no está sujeta a criterios humanos, sino que forma parte de un plan perfecto. Cómo reacc ion ó la gente de vu estro alrededo r c uando s upieron que os ibais a G uayaquil ? Antonio: La familia no lo entendía, pero siempre nos han apoyado. A los que nos rodeaban les llamaba la atención, tanto a favor como en contra. Yo trabajaba en un banco y, cuando se lo dije a mi director, quedó muy impactado. “Yo no creo en Dios, me dijo, y usted me pone en una disyuntiva difícil de solucionar: o usted está loco, que yo sé que no lo está, o Dios existe, aunque para mí no existe”. A mí me sigue admirando el poder de Dios para hacer levantar a una persona de su entorno y marcharse a anunciar a Jesucristo.

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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

AGRAGNDREAS RNEMDEDEIOSS MAL ES , ¿ E n q u é c on s i s t e i r d e mi s i ó n ? Antonio: En 1988 fuimos doce las familias del Camino Neocatecumenal que, respondiendo a las llamadas de los obispos de distintas diócesis de Venezuela, Chile, Perú y Ecuador, marchamos a estos países como signo de Iglesia en misión, siendo lo que somos, es decir, una familia: yo trabajando, mi mujer siendo la madre de familia, los niños en el colegio; y, a la vez, haciendo visible y efectivo que se puede vivir aquello que todo el mundo con la fe cree posible. Humanamente es una experiencia vertiginosa pero muy apasionante, pues nos lleva a darnos cuenta de que la vida no nos viene de tener casa ni dinero, sino del amor de Dios. ¿ C ó m o f ue ro n l os p ri m e ro s t i em p o s e n G ua y a q ui l ? Vicky: Al principio se trataba simplemente de sobrevivir. Nos trasladamos a Fertisa, un barrio muy pobre del extrarradio, sin agua ni apenas luz eléctrica. Tampoco existía una parroquia. Nuestra casa era de ladrillo, pero los vecinos vivían en casas de caña. Era una situación muy precaria que nos llevaba a un diálogo constante con Dios en la vida de cada día. Ante todo fue una experiencia de sentir a Dios a mi lado, de que acontece fuertemente. Antonio: Nos instalamos allí con la idea de ser lo que somos, familia, esperando que Dios marcara los tiempos y las acciones. Y empezó a actuar. Sin proponérnoslo comenzó el nacimiento de una pequeña iglesia, porque la gente nos preguntaba y le dábamos lo que teníamos: a Jesucristo. Más tarde pudimos llevar a cabo el proyecto de construir una iglesia, pues nos regalaron el solar, ladrillos, hierros, etc., con lo cual edificamos el templo.

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C o l o c a d o s, p u e s , l o s c i m ie nt o s, ¿ c ó m o t r a n s c ur r i ó l a m i s i ón a l o l a rg o d e es o s añ o s ? Vicky: Una vez construida la parroquia nos hicimos cargo de las distintas pastorales: la de novios, bautizos y comuniones. El equipo estaba formado por un sacerdote y su secretario, nosotros y dos chicas solteras como itinerantes. Por otro lado, comenzamos a caminar en una comunidad neocatecumenal ya formada en otro barrio. ¿ Q u é a c o g i d a t u v i s t e i s d e l o s ve c i n o s ? Antonio: Al principio creyeron que éramos delincuentes o huidos de la justicia, con lo cual sentimos primero rechazo; luego, sospecha y recelo. Les extrañaba mucho que alguien extranjero fuera a vivir allí con ellos por voluntad propia. Con el tiempo se acostumbraron a nosotros y vieron que no hacíamos nada malo. A mí me veían fregar los platos y les llamaba la atención. Decían: “Mirad, ahí hay un señor que está haciendo las labores de su mujer”.

nos instalamos allí con la idea de ser lo que somos, familia, esperando que Dios marcara los tiempos y las acciones; y empezó a actuar


“COMIERON, S E S AC I A R O N Y A B U N D Ó ”

C o n v i v i e n d o co n l o s d e s h e r e d a d o s d e l a t i e r r a e s c o m o re a l m en t e s e l es c on oc e, ¿ q u i én e s s on l o s p ob re s ? Antonio: El suyo es un ambiente muy cerrado. Vivíamos en un asentamiento de más de cinco mil familias que no importaban a nadie, ya que no están censadas. De esto se aprovechan los delincuentes para refugiarse allí. Nosotros hemos aprendido que no son una raza especial, sino personas como otras, con los mismos pecados, a las que el encuentro con Jesucristo les cambia la vida a pesar de su pobreza.

somos testigos de la obra de Dios en muchas personas; hemos visto cómo el dolor se transforma en alegría cuando se experimenta la misericordia de Dios

Vicky: El contacto con los pobres es muy enriquecedor. A mis hijos, el estar rodeado de esta pobreza les ha ayudado a aprender y comprender el sentido de la vida; ver cómo sus amigos vivían en casas de caña, comiendo sólo un plato de arroz al día. Pero también nos ha servido para desmitificarlos. Y a v o s o t r o s, c o n c r e t a m e n t e , ¿ q u é o s h a a p o r t a d o l a mi s i ó n? Antonio: La misión principalmente es para uno.“Comieron, se saciaron y abundó, con lo que llenaron doce canastos”: eso es la Evangelización, es decir, fruto de la sobreabundancia de la gracia de Dios, no de la valentía ni del celo apostólico de cada uno. A mí lo que me ha hecho sufrir en Guayaquil son mis propios pecados. Los mismos exactamente que me hacían sufrir aquí, es decir, mis envidias, avaricias, etc. Es verdad que en un primer momento las privaciones y limitaciones materiales te preocupan: los colegios, las lluvias, los mosquitos, la casa…; pero hasta a eso te acostumbras y, al final, tengo la misma historia en el matrimonio, en la vida familiar. Allí aprendes que tener o no tener no cambia el fondo.

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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn Es cierto que vivimos en una situación extrema, pero todos los días queda claro que Dios existe, que es providente. No es que la fe sirva para vivir esta vida, sino que la fe es la vida y luego lo demás viene por aquí o por allá,“por añadidura”, como dice el Evangelio. Hemos visto que se pueden pagar las facturas con la fe. Además, Guayaquil para nosotros está sellado incluso afectivamente con un hijo, pues allí adoptamos a Alfonso. Fue Dios quien nos lo puso en la mano, aunque de forma incomprensible a los ojos del mundo, pues tardaron once meses en arreglarnos los papeles de la adopción, ya que el Tribunal de Menores dudaba de nosotros. No podían entender que un matrimonio español con seis hijos quisiera adoptar a un niño; sospechaban que pudiera haber alguna razón turbia. Desde luego está claro que, si es hijo nuestro, es porque Dios quiere. Vicky: En Guayaquil no tenía dónde salir y en Lima, por la inseguridad, tampoco, con lo cual el Señor me ha permitido todos estos largos años tener una gran intimidad con Él, con la oración. Recuerdo que el día que nos marchamos de Guayaquil para irnos a Lima, porque se necesitaba un ecónomo para el seminario “Redemptoris Mater” y volvimos a sentir de nuevo la llamada de Dios, llovía torrencialmente y mi corazón estaba “así asá”... Me costó mucho despedirme, pero continuamente me rondaba la frase de Jesús:“Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de los Cielos” (Lc 9,62), y me ayudó a mirar hacia adelante en la nueva misión en Perú.

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LDEALAEPRSEDTICUACLITÓNICSAILAVA AL MUNDO Aquí tenemos más responsabilidad, pero igual de rica, con mucha actividad pastoral en una parroquia muy grande de un barrio pobre. ¿ Q ué f r ut o s h a bé i s v i s t o en v o s ot r os y e n l o s d e a l r ed e d o r? Vicky: Hemos recibido muchos dones a pesar de nuestros pecados y nuestra ingratitud. Todos los días tengo presente lo que me ha dado la Iglesia. Dios nos ha concedido el ciento por uno en la fe de los hijos. También la mano de Dios se ha visto poderosa en sus estudios y trabajos. Mis hijas han podido estudiar en universidades privadas con becas totales sin ningún tipo de enchufe. Aunque sé que de no haber sido ésta sino otra la voluntad de Dios para nosotros, también hubiera sido lo mejor. Nosotros somos testigos de la obra de Dios en muchas personas con casos extremos de sufrimiento; hemos visto cómo el dolor se transforma en alegría cuando se experimenta la misericordia de Dios y con ella la felicidad. Antonio: No son frutos ni de la inteligencia ni de la capacidad, sino de la gracia de Dios. Yo antes de entrar en la Iglesia estaba sumido en una tremenda pobreza sin faltarme de nada. La vida para mí era trágica y patética. Cuando apareció Jesucristo se me ordenó todo. Ya no vivo para mí, soy mucho más equilibrado y sereno. Vivo en otro país, en un barrio horrible y sucio, pero soy un tío feliz de la vida.


te s tigo s d e l a ve rdad bn n L a a yu d a d e l a I g l e s i a a l o s p ob re s e s m á s q u e u n a a s i s t e n ci a s o ci a l . ¿ C ó m o r e a c c i o n a n c u a n d o s e a n u n c i a e l a m o r d e D i o s, si n d a r l e s n ec e s a r i a m en t e un t roz o d e p a n ? Antonio: La principal pobreza es la ausencia de la fe. El que no tiene a Jesucristo es el más pobre de todos. Cuando el pobre conoce el amor de Dios se vuelve rico. Una mujer vino a nosotros desesperada, y no porque no tuviera dinero, su hijo estaba tuberculoso, vivían en medio del agua y el barro, etc., que así era, sino porque su marido se había ido con otra, y lo que la hacía sufrir tremendamente era la envidia horrible que sentía hacia la otra mujer; o aquella otra que estaba tan trastornada por lo mal que se llevaba con su cuñada. Es decir, se sufre por las misma realidades que podemos tener aquí en España. Las ratas y cucarachas con las que viven no les hacen sufrir, pues a eso están acostumbrados. Por lo que sufren es por los mismos pecados de todos los hombres, los de allá y los de aquí: la envidia, la pereza, la lujuria, la avaricia. Ambicionan dinero, pero no por ser pobres, sino por la misma ambición que a los de aquí los lleva a comprar la bonoloto para que les toquen los veinte millones de euros. Ante la verdad, el corazón del hombre, sea rico o pobre, no es indiferente. Hemos visto cómo la predicación salva al hombre. Realmente el kerygma (la muerte y resurrección de Cristo) es el que cambia la vida. Jesucristo es el bien que nos ha caído del cielo.

M e i m a g i n o q u e e l M a l i g n o i n t e n t a r á f r u st r a r l a mi s i ó n h a c i en d o d e l a s s uy a s … Antonio: A mí, como soy un orgulloso, el demonio me ataca todos los días recordándome lo mal que lo hago. El sinvergüenza que va conmigo me acompaña allá donde voy, pero esta experiencia de vivir en las manos de Dios hace que todo quede más en evidencia. El demonio me dice constantemente: “Tú ni misionero ni católico”. Com o dijo Pab lo V I y lu e go ha n ma nte n ido J uan Pab lo II y B en e dic to X VI, Ibe ro am ér ic a es “e l c on tin e nte de la es pe r an za”. ¿Ve is qu e s e c u m p l e e s t a d ef i ni c i ó n ? Antonio: El cristianismo es el desarrollo integral de los pueblos. El día que América se convierta será la salvación de Europa, aunque la gente de allá tienen una dureza muy grande en su corazón: están atenazados secularmente por el pecado, que es lo que mata al hombre, a pesar de que ante la radicalidad del Evangelio no se puede estar indiferente. América no se cura porque no se convierte. Una cosa es la fe y otra la religión. La religión puede servir para sobrevivir en esta vida; la fe es para vivir plenamente de cara a la vida eterna.

la Evangelización es fruto de la sobreabundancia de la gracia de Dios, no de la valentía de cada uno

Hemos visto cómo la predicación salva al hombre

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bn n t es t i g o s d e la ver d a d

Charles de Foucauld, el “marabut”

cristiano

Eligió la soledad para ser eremita en el desierto, sólo con Dios, compartiendo la vida con los más pobres Javier Cebreros

E

l 15 de noviembre de 2005, la Basílica de San Pedro fue un hervidero de alegría cuando el rostro del “marabut cristiano” (“ermitaño cristiano” según los tuaregs, los “hombres azules” del desierto del Sáhara) apareció en un gran tapiz. Era la imagen de Charles de Foucauld en la ceremonia de su beatificación; el soldado convertido en sacerdote misionero, nacido en Estrasburgo (Francia) el 15 de septiembre de 1858 y que dedicó parte de su vida a ayudar al pueblo tuareg

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te s ti gos de la verda d bn n Charles de Foucauld se convirtió en “hermano universal” de todo ser humano como se podía apreciar en dicha ceremonia, donde asistieron miles de personas de todos los lugares. Allí se reunió una gran representación de católicos norteafricanos y de tantos otros que han descubierto a Jesucristo gracias a él. ¿Cuál es el secreto de este hombre que sigue convocándonos actualmente? Sencillo: es el secreto del hombre que aceptó vivir según el Evangelio, en obediencia a Dios, en la fe en Jesucristo y amando a la Humanidad.

YO SUSPIRO P O R N AZ AR E T

Si hay algo paradójico en la vida de Charles de Foucauld es que reforzó su fe en Dios gracias a los musulmanes. Experimentó su hospitalidad y le impactó el ver cómo rezaban:“El islam produjo en mí un profundo impacto… Ver esta fe, la fe de estas almas que vivían continuamente en la presencia de Dios, me hizo percibir algo más grande y más auténtico que las ocupaciones mundanas. Me puse a estudiar el islam y luego la Biblia”.

“Señor, si existes, haz que te conozca”

Charles queda huérfano a los 6 años y crece junto a su hermana María y su abuelo. Sobre los 16 años tiene una crisis de fe, conoce la vida fácil en todos los aspectos, se alista en el ejército, estudia en la academia militar de Saint Cyr y se traslada a Argelia, colonia francesa entonces, como subteniente de caballería en 1881. Malgasta su herencia en una vida desenfrenada, deja el ejército y se convierte por su cuenta en explorador de Marruecos. Es aquí, rodeado de peligros, donde se pregunta si realmente existe Dios: “Señor, si existes, haz que te conozca”. Cuando vuelve a Francia, se emociona por la sencilla, discreta y cariñosa acogida de su familia que le hace sentirse como el “hijo pródigo”. A partir de este reencuentro y guiado por el padre Huvelin entra en la trapa y comienza su búsqueda de Dios: “En el momento en que vi que existía Dios, comprendí que no podía vivir nada más que para Él, no podía hacer otra cosa”. Adora la Eucaristía y sirve a los pobres del pueblo tuareg; pero, en lugar de hacer los votos perpetuos, deja la orden y se marcha a Nazaret, donde descubre “la vida humilde y escondida de Jesús obrero”. Regresa con la idea de buscar sitios más pobres. Se ordena sacerdote y vuelve a África para vivir con los tuaregs entre Argelia y Marruecos en la extrema pobreza.

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bn n t e s t i g o s d e l a v e rd a d V I V IR E N T R E LO S P O B RE S

EL AMOR

R A D I C A L A C R I S TO

Eligió la soledad para ser eremita en el desierto, sólo con Dios, compartiendo la vida con los más pobres:“No tengo ni un instante para mí. Las visitas, los pobres, los esclavos no me dejan ni un solo momento. Cada día lo mismo, llegan pobres y enfermos. Interiormente no me reprocho el no tener tiempo suficiente para la oración ni para las cosas puramente espirituales. Percibo en mí el paso de la vida contemplativa a la vida del santo ministerio. Percibo que me dirijo hacia ello por la necesidad de las almas. Cuando nosotros descubrimos nuestra debilidad, dejamos de juzgar a los débiles. Cuando sufrimos, nuestra presencia no molestará a los que sufren, sino que será fuente de esperanza y de fuerza."

Su lucha más dura fue contra la esclavitud: “No podemos permanecer como perros mudos o pastores indiferentes”.El veía a Jesús en estas personas en situación de esclavitud:“Lo que hacéis a uno de estos pequeños, a mí me lo hacéis”. Foucauld tenía un corazón de pastor y la vida de un ermitaño. Y aceptó ir donde no deseaba: “Vivo el presente, mientras pueda permanecer útil a este país y no tenga quien me sustituya, permaneceré aquí, porque es un lugar que necesita de alguien”. No llegó a convertir a ningún tuareg ni a fundar una orden religiosa, pero hoy son once las congregaciones religiosas y ocho las asociaciones de laicos que difunden su mensaje. Miles de personas siguen su espiritualidad en el mundo entero. Benedicto XVI afirmó en la ceremonia de su beatificación: “La vida contemplativa y escondida de Charles de Foucauld en Nazaret, donde encontró la humanidad de Jesús, nos invitan a contemplar el misterio de la Encarnación. Allí descubrió que Jesús nos invita al amor y a la fraternidad universal, que él vivió más tarde en el Sáhara. Como sacerdote, puso la Eucaristía y el Evangelio en el centro de su vivir”.

no llegó a convertir a ningún tuareg ni a fundar una orden religiosa, pero miles de personas siguen su espiritualidad en el mundo entero

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tes ti gos de la ve rda d bn n PA D R E M Í O, LO Q U E

H AG A S D E M Í T E LO A G R A D E Z C O

Murió el 1 de Diciembre de 1916. Un grupo de rebeldes entró de forma violenta al lugar donde vivía y lo ataron a un poste. Mientras se dedicaron a saquear el lugar, uno de ellos se le acercó y le dio un tiro en la nuca. Charles de Foucauld llevaba siempre consigo un cuaderno con sus deseos más profundos. En la primera página había escrito: “Vive como si debieras morir mártir hoy. Cuando todo nos falta sobre la tierra, más encontramos lo que puede darnos la vida: la Cruz”.

“cuando descubrimos nuestra debilidad, dejamos de juzgar a los débiles” También escribió: "Sea cual fuere el motivo por el que nos matan, si nos llega una muerte injusta y cruel como un don bendito de vuestra mano, si os lo agradecemos como una gracia dulce, una imitación bienaventurada a vuestra muerte, si os la ofrecemos como un sacrificio ofrecido de buena voluntad, si no nos resistimos a obedecer a vuestra palabra (“no os resistáis al mal”) según vuestro ejemplo, entonces, sea cual fuere el motivo por el que nos matan, morimos de puro amor, y nuestro amor os será un sacrificio muy agradable; y, si no es un martirio en el sentido estricto de la palabra a los ojos de los hombres, lo será a vuestro ojos y será una imagen perfecta de vuestra muerte..., porque si no hemos ofrecido, en este caso, nuestra sangre por nuestra fe, la habremos ofrecido de todo corazón por vuestro amor".

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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

Dejar aa Dios en el el banquillo en José Ignacio Munilla Aguirre Obispo de Palencia

E

n la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa nos ofrecía una batería de reflexiones de alto calado, con intención de suscitar en nosotros una capacidad crítica frente al reto de secularización y laicismo ante el que nos encontramos. Comento unas palabras de aquel discurso:

«La tarea del testigo no es fácil. Hoy muchos sostienen que a Dios se le debe “dejar en el banquillo”, y que la religión y la fe, aunque convenientes para los individuos, han de ser excluidas de la vida pública, o consideradas sólo para obtener limitados objetivos pragmáticos. Esta visión secularizada intenta explicar la vida humana y plasmar la sociedad con pocas o ninguna referencia al Creador».

LA FE NO ES UN TRAJE DE PONER Y QUITAR

He aquí uno de los dogmas principales de nuestra actual cultura secularizada: las creencias religiosas pertenecen a la esfera de la vida privada, de forma que todo ciudadano tiene que dejar aparcada su religión cuando se trata de participar en la vida pública. Lo propio del Estado sería aquello que es público y común a todos los ciudadanos y, dado

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que las opciones religiosas son particulares y privadas, no tendrían lugar fuera del ámbito de la propia conciencia, del seno de la familia o del recinto eclesial. Dicho con el símil futbolístico utilizado por el Papa en el citado encuentro juvenil: cuando el partido lo jugamos fuera de casa, a Dios habría que dejarle «en el banquillo».


te s ti gos de l a verda d bn n El primer error de planteamiento es evidente: El hecho de que un Estado sea laico o aconfesional, no implica que la sociedad y los individuos que lo conforman deban serlo igualmente. Un cristiano es lo que es y no puede transformarse en aconfesional cuando se hace presente en la vida pública. Cada uno contribuimos al bien común desde nuestras convicciones personales. No puede ser de otra manera. Benedicto XVI rebatió con firmeza esa teoría tan difundida, según la cual para tomar parte en la vida social, habría que hacerlo desde posiciones neutras o imparciales; es decir, laicas o aconfesionales. El Papa desenmascara así el engaño del laicismo: «Se presenta como una fuerza neutral, imparcial y respetuosa de cada uno. En realidad, como toda ideología, el laicismo impone una visión global. (…) La experiencia enseña que el alejamiento del designio de Dios creador provoca un desorden que tiene repercusiones inevitables sobre el resto de la creación. Cuando Dios queda eclipsado, nuestra capacidad de reconocer el orden natural, la finalidad y el “bien”, empieza a disiparse».

REC H A Z A N D O

LO DIVINO

SE COSIFICA LO HUMANO

La visión excluyente de Dios que en la vida pública deja la fe en el banquillo, es tan dogmática como la visión cristiana. Nadie construye la sociedad sin estar inspirado en unos determinados valores. Así lo dice el Catecismo de la Iglesia Católica:

“Toda institución se inspira, al menos implícitamente, en una determinada visión del hombre y de su destino, de la que saca sus referencias de juicio, su jerarquía de valores, su línea de conducta. (…) Las sociedades que ignoran esta inspiración o la rechazan en nombre de su independencia respecto a Dios se ven obligadas a buscar en sí mismas o a tomar de una ideología sus referencias y finalidades; y, al no admitir un criterio objetivo del bien y del mal, ejercen sobre el hombre y sobre su destino, un poder totalitario, declarado o velado, como lo muestra la historia”(CIC 2244). En consecuencia, los católicos no hemos de avergonzarnos de nuestra explícita inspiración cristiana. En primer lugar, porque es totalmente falsa la supuesta imparcialidad de quienes enarbolan la bandera laicista. Pero, además, el Papa nos invitaba a hacer una lectura histórica de lo ocurrido cada vez que el hombre ha pretendido construir el Estado, rechazando toda referencia a Dios y a los valores objetivos de la moral. Lo ocurrido en el siglo XX con las ideologías nazi y marxista es buena prueba de ello. Más aún: incluso después de la caída de las ideologías, seguimos corriendo un grave peligro, ya que una democracia sin valores tiende a convertirse en un totalitarismo visible o encubierto. Lo decía Chesterton con su habitual ingenio: “Quitad lo sobrenatural, y no encontraréis lo natural, sino lo antinatural”.

UN UN CRISTIANO CRISTIANO NO NO PUEDE PUEDE TRANSFORMARSE TRANSFORMARSE EN EN ACONFESIONAL ACONFESIONAL CUANDO CUANDO SE SE HACE HACE PRESENTE PRESENTE EN EN LA LAVIDA VIDA PÚBLICA PÚBLICA 23


n s i ho y e sc u ch á is s u v o z bn

¿Qué hay en la

de

vasija

barro?

César Allende García

“Fuimos hombre y mujer, pena con pena, eterno barro, arena contra arena, y solo Tú la poderosa mano”. José García Nieto (De “El Hacedor”)


s i h oy e sc u ch á is s u voz bn n

E

s tan grande el asunto a tratar, que con ninguna otra cosa se le ocurrió a San Pablo compararlo, sino con el Amor con que Cristo ama a la Iglesia. De nuevo lo paradójico ayuda en la comprensión de lo real. ¿O será que el barro no es tan poca cosa? El libro del Génesis ha recogido brevemente, pero de modo que no deja margen para otras explicaciones que no sean la de “a la letra”, un fragmento del “Acta Fundacional” del emparejamiento humano: “macho y hembra los creó” (Gn 1,27). Fácil de comprender en sí mismo, lo que se ha llamado siempre matrimonio es hoy discutido en su composición tradicional, reduciéndolo a una opción más a la hora de emparejarse los humanos. u na ca r n e q u e no h a d e j ad o nunc a d e se r b a rro A él lo hizo Dios de la tierra, como se moldea la arcilla; de esa misma arcilla transformada ya en carne, a ella. Esto quiere decir que tierra y carne son propiedad de Dios a título de Creador; y heredad del hombre y la mujer por condición constitutiva natural. La dignidad del ser humano encuentra aquí su fundamento. Lo que el Génesis enseña es que somos carne y hueso, de la arcilla. Yo prefiero entenderlo como que somos una carne que no ha dejado nunca de ser barro… del todo. Y que Dios extiende sobre el ser humano una solicitud de protección y amor propia del mejor de los alfareros. Este amor define la naturaleza misma de Dios (1Jn 4, 8)

Este amor define la naturaleza misma de Dios y es el elemento que permite la aleación de la arcilla y la carne en el hombre y la mujer, hasta llegar a ser una y única cosa

y es el elemento que permite la aleación de la arcilla y la carne en el hombre y la mujer, hasta llegar a ser una y única cosa (Gn 2,24). Ahora bien, siendo esto ya una maravilla, todavía resulta más sorprendente que un Amor así Dios lo haya querido encerrar en la fragilidad de una hechura de alfarería, que tiene la consistencia de un cántaro frente a la contundencia de un mazo rompepiedras. “Adán” viene de “adamah”, tierra. Y “viene” no sólo filológicamente, sino también ontológicamente (Gn 2,7; Is 64,7; Jn 18,6). Tierra, en la Escritura, comporta una connotación especial en cuanto es objeto de una especial bendición para Israel; hay una tierra singular y del todo única: la que es objeto de la Promesa de Dios. Y Dios no bromea con esto; es decir, la Tierra Prometida tendrá que manar leche y miel para ser un don y una gracia a la altura del promitente, que ha hecho el Cielo y la Tierra. De la tierra brota la vida y la dulzura, la tierra es madre y mujer a la vez, símbolo del amor solícito de Dios, al mismo tiempo materno y esponsal.

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n s i ho y e sc u ch á is s u v o z bn t i e r r a b u e n a d e l “ j a r d í n v a l l a d o y f e c u n d o” d e l E d é n Ciertamente es una buena tierra, en la que se encuentra todo cuanto se puede desear para vivir, sin tener que salir fuera para nada. Jc 8,10 y Dt 8,7-10 exponen claramente el alcance de esta bonanza. Es buena porque satisface la demanda más honda de nuestro corazón, la que por estar en él hace que sea “corazón humano”: mantener viva la esperanza de ser hombre o mujer en plenitud. Sin este deseo esperanzado, sostenido en el tiempo, no es posible vivir humanamente. Lo decía San Pablo: una esperanza al ojo ya no es esperanza. Como tampoco nos sirve lo irrealizable, las utopías que sustituyeron al paraíso perdido y vaciaron los corazones de su natural propensión a ser felices (Rm 8,24). No es la Tierra de Promisión ésta. Por el contrario, la que Dios nos tiene prometida ofrece pan no tasado, es espaciosa y abunda en todo lo bueno que puede haber sobre el suelo (Jc 18,10). Leyendo este texto de la Escritura con los aumentos que proporcionan la fe y la esperanza es posible descubrir con estupor que está hablando del matrimonio: la tierra buena del “jardín vallado y fecundo” del Edén. Su leche y su miel son más regalo de Dios que labranza de hombre. Si el hombre, el varón, “deja a su padre y a su madre y se une a su mujer” (Gn 2,24) es porque sabe dónde está lo mejor entre lo bueno.

e l d i s e ñ o y p ro y e c to d e D i o s s e q u e b r ó Sin embargo, el diseño y proyecto de Dios se quebró. Los abrojos y las espinas sustituyeron a la miel y a la leche. El v. 17 de Gn 3 pone bien de relieve el despropósito del proceder de Adán y de todos los demás adanes y adanas: comer de lo prohibido por Dios es prohibirse a sí mismo comer los buenos frutos de la tierra. Equivale esta actitud de rebeldía al revolverse la arcilla contra el alfarero,“plantando cara a Dios” (Rm 9,20ss). El fracaso matrimonial muestra los trozos rotos del proyecto de Dios. La violencia de género (y más en su extrema expresión tan corriente ya hoy) no es tal (¡qué ingenuidad!): es el naufragio de nuestra vida y condición cuyos restos arriban a las costas de un hospital o instituto forense. Quedan despojos, que son una denuncia.

Comer de lo prohibido por Dios...: esta actitud de rebeldía equivale al revolverse la arcilla contra el alfarero, “plantando cara a Dios” 26


s i hoy e s cu c há i s s u voz bn n y, sin embargo, sabemos que Tú eres nuestro padre; nosotros somos la arcilla y Tú el alfarero: somos obra de tus manos” (Is 63, 19-64,7). “¡Ah, si rompieras los cielos y descendieses!” (63,19b).Y Dios responde: “Aquí estoy, aquí estoy” (65,1). El pecado despoja a Adán de Eva, y a Eva la despoja de Adán: por eso ya no pueden cubrirse el uno al otro y quedan desnudos (Gn 3,7). El pecado metido en nuestra carne torna a ésta esclava de aquél, contradictoria con la razón del bien obrar y vendida al poder del mal o, mejor, del malo. Gracias a Dios, Pablo, que sabía mucho de esto, nos previno y alertó (Ef 5,22-33). Pero la engañosa insidia del diablo sigue ahí, dispuesto al mordisco definitivo, a tragarse al hijo (“katafágue”) en cuanto aparezca: rota la vasija, el tesoro queda desprotegido, al alcance de cualquier mano (Ap 12,4).

aq u í e s to y, aq u í e s to y Ahora bien: un buen maestro alfarero que se precie, ¿se iba a quedar de brazos cruzados, cabreado y triste, ante su obra mejor, rota y destruida? Dice Isaías:“Estabas airado y nosotros fracasamos; nos marchitamos como hojarasca…

La sangre de su Cruz es la que nos proporciona la esperanza de que el amor es siempre posible, precisamente a pesar de todos los pesares

Dios esperó al tiempo oportuno, y aquella presencia suya de siempre se hizo carne, tomada en las condiciones convenientes al caso: de una mujer y sometida a la ley (Ga 4,4). Dios no apañó la vasija: volvió la Historia al principio y recreó, en una Alianza y Economía nuevas, todas las cosas; las vasijas también; la tierra prometida lo mismo. Lo del principio conserva todo su valor (Mt 19,4.8), pero en tal forma transfigurado, que es signo y fuente del consorcio de Dios con la humanidad, hasta el punto que Dios mismo es la garantía de ese Amor sin tasa: ahora sí que la tierra nos da pan no tasado; pero no como el de los padres en el desierto, sino venido del cielo, con fermento de vida eterna. Dicho de otra forma; el matrimonio y la familia en el Señor es una gracia de Dios, porque transforma en haberes a cuenta para el cielo las alegrías y las penas, la enfermedad y la salud, los encuentros y desencuentros de todos los días de vida juntos. Esto es mucho más que “llevarse bien” y “comprenderse”: es comprender bien que quien nos lleva es el Señor…, hacia el cielo, mientras esperamos la Nueva Tierra de la justicia (2Pe 3,13).


n s i ho y e sc u ch á is s u v o z bn Este empuje escatológico del matrimonio cristiano se suma al poder que obraba en Cristo su “pasar por el mundo haciendo el bien y liberando y sanando a los oprimidos por el diablo” (Hch 10,38). La santidad del matrimonio cristiano es la de la Cruz: no la del marido o de la mujer. El Señor ha pagado al Padre, a precio de su vida, los desastres de la nuestra. El libelo o acta de repudio que el desamor escribe en nuestro matrimonio (se llegue o no a escribir luego ante notario y se presente ante un juez) lo destruyó el Señor, clavándolo en la Cruz, dando muerte en sí mimo al odio entre las partes (Ef 2,14-16; Col 2,13-14). La sangre de su Cruz es la que nos proporciona la esperanza de que el amor es siempre posible, precisamente a pesar de todos los pesares. El Amor de Dios no se rompe; lo que más atormenta al diablo es ver esos espectáculos en la calle, en los que miles de familiares celebran la inquebrantable fidelidad de Dios en los quebradizos cuerpos y almas de sus hijos. Lo pasa fatal; tan mal como bien en esas otras celebraciones de emparejamientos alternativos. La Palabra de Dios no engaña; la fe no miente así como la esperanza no defrauda (Rom 5,5); nuestro matrimonio es carnal, por condición natural; y espiritual por gracia y voluntad de Dios. Lo sabemos bien, porque es nuestra experiencia cotidiana. Como también sabemos que es en él donde hemos conocido el “Amor Primero” (1Jn 4,10): es en el matrimonio donde hemos experimentado aquilatadamente haber sido conocidos —previo a todo— por Dios (Ga 4,9). Esta amplia, espaciosa y buena tierra en heredad podemos perderla, o podemos ser exiliados de ella. Vivimos entre Egipto y Babilonia, como Israel, países ambos de

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destierro y servidumbre. Todo fracaso matrimonial cursa con sabor a desalojo y despojamiento. Pero el Señor no nos abandonará en país de lengua bárbara. Nuestra carne dolorida por el desamor es redimida por la Cruz y convertida en profecía de la Resurrección: maravillosa paradoja que engrandece aún más la ternura de Dios. ¡La victoria es de nuestro Dios y del Cordero! “¡Nike!”, gritaban de alegría los primeros cristianos. Juan recogió este júbilo en el Apocalipsis: “Ha vencido el León de la tribu de Judá, el Retoño de David” (5, 5). Amanezca o sea mediodía, o bien el atardecer, no importa demasiado; el “Magníficat” es canto para toda “hora” del día. Como María Santísima es Reina de nuestro matrimonio en toda circunstancia. Quisiera acabar con unos versos de Francisco Cañamero: ¿ Q u ié n no e st á de e nho r a b u e na ? Va l e l a p e n a l a v i d a p o r q u e D i o s v al e l a pe n a. H o y va le l a p e n a a m ar, va le l a p e n a s u f r i r, va le l a p e n a d e cir l o qu e D io s n o s v ie n e a d a r. E n v a s i j a d e b a r ro . (Toneado del “Villancico de la divina esperanza”).

¡La victoria es de nuestro Dios y del Cordero! “¡Nike!”, gritaban de alegría los primeros cristianos



bn n k e r i g ma

Creo que mi

Redentor vive

Buenanueva

l a t u m b a va c í a

E

ste invierno nos sirve raciones diarias de cielo plomizo y opaco, que cada día parece tener menos de cielo y más de plomizo, como losa atosigante que nos aplasta y aplana. Parece que todo se vuelve frío y yerto —¡qué fríos y solos se quedan los muertos!—, que todo se desploma desde ese plomo celeste y todo se vuelve horizontal como un encefalograma plano. La banca mundial quiebra y muerde el polvo, los ricos se asustan porque no saben dónde están sus cuartos, los pobres siguen sin poder levantar cabeza porque no saben siquiera qué son los cuartos…, y la Señora de la Guadaña sigue impertérrita en su tarea segadora de vidas inocentes en el seno materno o de ancianos deshauciados, en las guerras inútiles, en los hospitales y en las catástrofes sin sentido. Abrimos los ojos y los párpados son ventanas de acero que no nos dejan ver más allá de las narices: oteo si acaso queda algo de esperanza en algún recoveco y en todas las puertas me responden:“Aquí no vive”. 30


k e ri gma bn n “ T E N D R É I S LUC H A S :

PERO TENED VALOR YO HE VENCIDO AL MUNDO”

- Tú, ho mb re, que andas agazapado en el rincón de tu corazón oscuro, escucha: - Tú, mu je r, que lloras por las esquinas sin encontrar al Amor de tu vida, escucha:

Sí, sí hay esperanza, Jesús es el Señor de la vida y de la muerte; el Señor de tu vida y de tus muertes

- Tú, b an que ro, que día y noche cuentas y recuentas tu capital y, noche y día, no te cuadran las cuentas, escucha: - Tú, p adre de fam ilia, que has perdido el trabajo y en casa hay muchas bocas que piden pan, escucha: - Tú, m adr e d e f amilia, que bregas sin descanso y nadie te sonríe en casa, escucha: - Tú, joven que no sabes lo que te pasa y no acabas de identificarte contigo mismo, escucha: - Tú, quie n quie ra qu e s e as, que repasas las cuatro monedas de tu bolsillo mientras los acreedores aporrean tu puerta, escucha: - Tú, be bé no nacido, que te han roto ferozmente la trama de la vida, escucha: - Tú, madre, que has cortado el hilo de esa vida y has sentido, primero, el vacío de tu vientre y, luego, el hueco inmenso de tu corazón desolado, escucha: - Tú, mé dic o o en fe r m er a, que te has puesto al servicio de la Parca acelerando su trabajo, escucha:

- Tú, ter r or is ta, que tal vez nueve meses antes de nacer ya te inocularon el odio por el odio, escucha:

- Tú, s ac e rdo te, m on ja o fr aile, que ya no sabes si eres frío o caliente, escucha:

- Tú, pros tituta o p rostituto, que has hecho de tu cuerpo una exposición y venta de carne, escucha:

- Tú, va ga bu n do z ar ra pa s t ro s o, que estás harto de merodear por el asco y el rechazo, escucha:

- Tú, drogadic to, que ya no sabes ni puedes dejar el veneno que te asfixia y concome, escucha:

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bn n k e r i g ma

- Tú, an c ian ita o a nc ia nito con Alzheimer, que ya no sabes quién eres, ni de dónde vienes ni a dónde vas, escucha: - Tú, m or ib un do abandonado que te bebes solito la hez de la muerte, escucha: - Tú, en fer m o grave, que sin consuelo te retuerces de dolor en un lecho o tirado por las calles, escucha: - Tú, dis c apa c itado fís ic o o m en tal atado a una silla de ruedas o con tristes correajes sicológicos que encajonan tu alma, escucha: - Tú, h o mb re o m u jer, mordido por la depresión o la esquizofrenia, escucha:

“ M I R A D M IS M A N O S Y M I S P I ES :

SOY YO

EN PERSONA”

¿Quién? ¿Quién ha dicho que no hay esperanza? Dejadme que “huya como pájaro al monte” (Sal 10,1), a donde “alzo mis ojos y de donde me vendrá el auxilio del Señor, que hizo el cielo y la tierra” (Sal 120,1-2). ¿Quién? ¿Quién es el Gran Maniqueo que pretende engañarme diciéndome que todos esos males vienen de Dios o que, si Dios hubiera, no los permitiría? No sabe el necio “que si Dios hubiese odiado algo, no lo hubiera creado” (Sb 11,24-26), pues la Escritura no se cansa de repetir que “sus obras son perfectas, maravillosas, prodigiosas, magníficas” (Sal 66,30; 92,6; 104,24; 11,2; 118,23; 139,14; Si 11,4; 17,7; 39,16; Ap 15,3), que tú eres una chispa inolvidable de su Amor infinito.

La Señora de la Guadaña sigue impertérrita en su tarea segadora de vidas inocentes en el seno materno o de ancianos deshauciados


k er ig m a

la Escritura no se cansa de repetir que “sus obras son perfectas”, que tú eres una chispa inolvidable de su Amor infinito

bn n

Escucha y sábete que hay Uno que ha pasado por tu mismo trance y angustia; más aún, Jesucristo pasa hambre y sed contigo, junto a ti sufre tus apuros y dolencias, conoce el desamparo y el abandono incluso de Dios y hasta muere a tu lado en esa sola soledad que sólo Él conoce mejor que tú; y se queda contigo en el sepulcro para sacarte de ahí, Él, el de la tumba vacía. Sí, sí hay esperanza, sí hay luz en medio de tan formidable oscuridad, “porque nuestra salvación es en esperanza” (Rm 8,24); sí que hay un “Sol que nos visitará para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte” (Lc 1,78-79); sí que, detrás de este invierno plomizo, volverá a reír la primavera; sí hay Palabra en el silencio sepulcral de tu tumba, sea que ya esté en una tumba en vida o en muerte: “Ven, ven, Señor Jesús, ¡Marana ta!”, porque “a Él se le ha dado un nombre sobre todo nombre, de modo que al Nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra y todas las gentes proclamen que Jesús es el Señor” (Flp 2,9-11), el Señor de la vida y de la muerte, el Señor de tu vida y de tus muertes.

Jesucristo pasa hambre y sed contigo, se queda contigo en el sepulcro para sacarte de la tumba vacía

Si quieres, puedes colaborar en la Evangelización. Dios llama a todos los cristianos a trabajar en la tarea de anunciar su Reino a todos los hombres. La revista Buenanueva es una manera de hacerlo como cualquier otra. Y además, hay muchas labores distintas que realizar en ella. Para informarte solo tienes que llamar al teléfono 91 759 79 68 33


n f a m i l i a d e N a z a re t bn

Tras

las huellas

de

José

Alonso Gómez Fernández

Doctor en Teología Dogmática

Ediciones Ama, Santo Domingo Este, República Dominicana, Abril 2008, 344 páginas - 20 € Pedidos al tel.: 91 759 79 68

E

n medio de un mundo que ha perdido el oriente y se encuentra dividido y confuso en un mar de tinieblas, se hace más necesaria que nunca la luz de los testigos de la fe. De entre todos ellos, sobresale la figura de José de Nazaret, un joven ilusionado y estudioso de las Escrituras que colaboró con María para que llegasen a buen término los planes redentores de Dios. Su gesta, de hondo calado, supera con creces la de su antecesor José de Egipto. Fue un prodigio salido de las manos de Dios: célibe y, a la vez, casado; virgen y también padre; rey como David y no llevó corona; transmisor de la fe y siempre estuvo callado; siendo el último, llegó a ser el primero; de siervo se convirtió en señor de su Señor; sin derramar simiente, dio el mayor de los frutos. Su casa fue la tierra silvestre donde creció la buena semilla y dio el ciento por uno. No conoció a la Iglesia y, sin embargo, es considerado el primer creyente y su protector universal. Amó en vida con locura a una mujer sin dejar, por ello, de amar a todos. Murió sin descendencia y fue padre de una multitud de pueblos. Ignorado en vida, hoy todos invocan su nombre. Su mismo Hijo hizo de él el mejor de los elogios: “José es el primer hombre de la historia que se hizo eunuco por el Reino de Dios”. Si Jesús hizo de su padre este cumplido, es justo y necesario que dicha alabanza resuene como un memorial perpetuo en toda la Iglesia de generación en generación. El retorno a José es trascendental. Así como antiguamente el Faraón, en un momento crucial de la historia, dio a su pueblo el mandato de “id a José y haced lo que él os diga” (Gn 41,55), de la misma manera, hoy, ante la enorme tragedia por la supervivencia física y moral del Occidente cristiano, se impone una vuelta a José de Nazaret; pues nadie mejor que él, en un mundo donde se enfría la caridad y se agotan los recursos espirituales, brillará como "una lámpara que guíe nuestros pasos, una luz en nuestro sendero" (Sal 118,105).

Icono del Padre y Guardián del Arca


f am il i a d e N a za r et

n bn

José es el hombre para nuestro tiempo. Ha habido un Concilio, promovido por el Espíritu Santo que ha sido una fuerza de salvación en la casa de Pedro. Gracias a él, la Iglesia de Cristo está viviendo una nueva primavera. Paralelamente, el príncipe de este mundo ha convocado a sus demonios para hacer el contrapeso. Si del primero han salido orientaciones, normas y documentos escritos por el Dedo de la mano de Dios, que vivifican a las comunidades cristianas, del anticoncilio, organizado por los agentes de iniquidad y sus falsos profetas, ha surgido la “cultura de la muerte” que, como nuevos jinetes del Apocalipsis devastan a la humanidad y hacen la guerra a los hijos de Dios. Uno de sus objetivos más definidos ha sido envenenar las fuentes de la vida. Los efectos de la oleada del pansexualismo reductor que nos invade están siendo demoledores. Allí donde llega, no deja piedra sobre piedra. Cuando alcanza al corazón humano, lo desertiza, arrancando cuanto de bueno y santo se ha sembrado en él. Nadie sabe mejor que el diablo que el desorden sexual aleja a los pueblos de Dios. El retorno a José de Nazaret es trascendental. Su castidad, vivida como un don del cielo, fue en la aurora del Nuevo Testamento una puerta precisa y providencial para la Redención. Hoy día, su presencia y su testimonio se hacen más necesarios que nunca con vista a salvar la civilización cristiana, amenazada seriamente por la cultura de la muerte.

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bn n f am il i a d e N a z ar e t

La figura del padre Ni en el colegio, ni en la universidad nos enseñan a ser padres. Cada uno debe afrontar esa tarea tan importante con muchas dosis de sentido común, imaginación, paciencia, transigencia con los propios errores y mucho cariño. Cuando tienes un hijo, vas a tener en tus manos a una “personita” sobre la que vas a influir muchísimo y ciertos comportamientos tuyos van a determinar su desarrollo psicológico, su madurez emocional y su personalidad.

Tú marcarás su actitud ante la vida 36

José Antonio Gris Especialista en Psicología Clínica


n bn Tú marcarás su actitud ante la vida. Tu hijo aprende de ti, inconscientemente y para siempre. Tus actitudes, opiniones, reacciones, valores, creencias, etc., van a condicionar su comportamiento de forma determinante. Tu papel como padre comienza cuando compartes actividades con tu hijo, cuando le ayudas, le hablas, le educas. De lo que tú le enseñes, dependerá su comportamiento. Ya desde los primeros meses de vida, el niño capta tus formas de pensamiento o de conducta y se establece en él un proceso de identificación, una “imitación inconsciente”, fuertemente motivada por la relación afectiva que mantenéis. Este proceso de identificación es fundamental en la vida de tu hijo, ya que condicionará sus relaciones interpersonales, sus mecanismos de adaptación y su maduración psicológica. Estos patrones de conducta que tu hijo aprende de ti, los va a proyectar luego en un ambiente más agresivo y competitivo, como es el colegio. Piensa que para tu hijo eres el padre ideal, y según va creciendo se identifica más contigo, y se va creando su propia autoimagen.. Cuando el niño amplía sus relaciones personales conociendo a otros niños o adultos (amigos, profesores, etc.) comparará, sin darse cuenta, de modo inconsciente, su modelo de padre con los demás, descubriendo otros tipos de personalidad, aunque tú seguirás ocupando su preferencia. Este proceso de identificación es común a niños y niñas.

COMO PADRE,

S I M B O L I Z AS L A MA S C U L I N I D AD

El niño varón ha de encontrar en tí un modelo positivo, que le permita comparar sus propias características de personalidad con las que ve reflejadas en tí como padre (si es una niña, asimilará tu comportamiento y proyectará tu figura en sus relaciones con otros hombres cuando sea mayor).

De lo que tú le enseñes, dependerá su comportamiento Has de reforzar en tu hijo tus cualidades o patrones de conducta masculina, para que la presencia de otros modelos no dificulten la admiración por la figura paterna. Aunque la sociedad (televisión, educación, etc.) se esfuerza en presentar otros modelos masculinos, está más que demostrado científicamente que para el niño es más importante el modelo de masculinidad del padre. Su identidad sexual, que ya adquiere en los tres primeros años de vida, depende de muchos factores que ve en el padre, como figura protectora que le proporciona afecto y seguridad. Las expresiones afectivas que tengas hacia tu hijo, o las que el niño percibe entre su padre y su madre, modelan este patrón de identificación afectiva en la dicotomía del rol hombre-mujer (funciona igual tanto si es un niño o una niña). Cuando tu hijo o hija sea adulto, estos modelados de conducta que ha aprendido de sus padres, influirán decisivamente en la elección de su pareja, en su afectividad y en su sexualidad.

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bn n f am il i a d e N a z ar e t

E L PR O CE S O

DE IDENTIFICACIÓN SEXUAL

Si el niño, desde sus primeros años hasta la adolescencia, le resulta imposible aceptar la figura o modelo del padre (porque es demasiado autoritario o demasiado débil, etc.), entonces asimila el modelo de la madre, creándose así la estructura psicológica para el acercamiento a la identificación homosexual del niño. Vivencia al padre como un ser distante, no cariñoso, agresivo, hostil, despreciativo, rechazante, aversivo... Todas estas vivencias entre padre-hijo están impregnadas de odio y miedo, produciéndose un profundo trastorno interpersonal en la relación. Durante los primeros años, todas las orientaciones u opiniones, actitudes, etc. que das a tu hijo, sirven para crear en su mente un modelo y una estructura de pensamiento. De está forma, le estás condicionando a conseguir una mejor adaptación entre la personalidad que ya se está formando en él y el mundo de los adultos.

Tu hijo observa la relación que estableces entre tu persona y el hogar o la vida social Así, él se va incorporando progresivamente a la sociabilidad. En consecuencia, cualquier alteración que se produzca en este programa cognitivo en la mente del niño, deja una huella para toda la vida en su incipiente personalidad, ya que cuando es pequeño es una esponja que absorbe todo lo que ve y aprende. Tu hijo observa la relación que estableces entre tu persona y el hogar o la vida social. El niño percibe infinidad de estímulos: oye hablar, ve actuar y poco a poco va conociendo mejor el mundo en el que se mueve. Si por las circunstancias personales de su familia, el niño crece sin el padre, adoptará otra figura masculina que puede ser la del abuelo, un tío, un hermano mayor, un amigo de la familia, un profesor, etc., como modelo masculino y centro de su proceso de identificación.


FIGURA PATERNA Y DE L I N C UE N C I A

Probablemente, como padre, te habrás preguntado alguna vez si existe alguna relación entre la personalidad del padre y la actitud del hijo hacia la sociedad (delincuencia, drogodependencia, etc.) Algunas investigaciones han puesto de relieve esta interacción cuando el modelo de padre que tiene el niño está distorsionado. Los resultados de los estudios afirman que la influencia del ambiente en los comportamientos antisociales de un niño o un adolescente es muy grande, pero es aún mayor la de la figura paterna (por supuesto, me refiero a una influencia negativa, equivocada y perjudicial del padre hacia su hijo, como por ejemplo, que el padre sea alcohólico o delincuente, que tenga graves alteraciones emotivas, que rechace al niño, que le maltrate física o psicológicamente, etc. no al simple hecho de reñirle o de darle un azote). Lo mismo se puede decir de los trastornos psicológicos que presentan ciertos niños. Está demostrado que cuando el padre no ofrece a su hijo una seguridad afectiva que le permita identificarse con él y tenerlo como modelo, contribuye a impedir su correcto desarrollo psicológico. Cuando no funciona la relación padre-hijo y no hay expresión afectiva ni emocional, se gesta en el niño una actitud similar a la del “autista” (introvertido, se niega a hablar, vive en su mundo, busca la soledad, se aleja de la realidad, etc.).

SENTIMIENTOS DE SEGURIDAD

La capacidad de ser el líder en la familia significa saber aumentar la autonomía de los demás, del hijo en este caso, ganándose su confianza. Este liderazgo de padre es imprescindible para lograr el crecimiento y maduración psicológica del niño y se consigue prestándole mucha atención, conociendo sus problemas, favoreciendo sus actitudes de seguridad, ayudándose

a valerse por sí mismo y a enfrentarse a todas las situaciones de la vida cotidiana, haciéndole en definitiva, más sociable. Cómo modelo de padre positivo, has de estimular la apertura de tu hijo hacia el exterior de la familia. Por ejemplo, si en casa sólo hablas de temas familiares, dificultas la maduración de actitudes de tu hijo hacia el exterior, hacia la sociedad, hacia otros grupos. Procura siempre canalizar positivamente las iniciativas de tu hijo , aportándose ideas correctas para que sepa integrarse correctamente en la sociedad, el colegio, el trabajo, etc. Todos estos procesos forman en tu hijo, desde que tiene dos años, un cauce de apertura en su mente que influirá para siempre en su comportamiento social. Procura ejercer tu autoridad con afecto y en un clima de ternura. No es la seguridad económica lo que más necesita tu hijo. El precisa de tí una seguridad, una coherencia emocional. Esta seguridad la conseguirá si mantienes con él un continuo contacto positivo, para que él te perciba como cercano y esta sensación le proporcionará una estabilidad afectiva y emocional que le capacite para pensar y decidir más libremente cuando sea mayor.

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn

La idealización que hace de tí, te convierte en su modelo. Este modelo paterno que introyecta, lo irá comparando a lo largo de su vida con todas las personas que conozca.

T R ANSM ÍT E L E

TU C ÓD IG O DE VA LORE S

Como padre, debes reforzar al máximo la asimilación de valores (religiosos, sociales, éticos, etc.) que consideres necesarios para una estructuración psicológica coherente, y para que tu hijo sea una persona segura de sí misma. Estos principios o valores facilitan su maduración personal, y a medida que crece y va conquistando su independencia, los valores adquieren mayor importancia. Pero también, como padre, has de fomentar el respeto de tu hijo hacia los demás, aunque sean diferentes, fomentando en él la tolerancia. Para conseguirlo, debes ejercer tu autoridad con un estilo afectivo, que haga posible que el niño acepte estos principios y desarrolle su personalidad.

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¿Quién soy? ¿Por qué siento esto? ¿Por qué me comporto así? Estas cuestiones y otras muchas que tu hijo se planteará y se resuelven con la solución de la crisis adolescente, dependen mucho de los primeros años de vida. En los doce primeros años de vida, como padre, estás poniendo los cimientos y las claves en tu hijo para que la crisis adolescente se solucione o no y por tanto, tenga resultados positivos o negativos (trastornos de personalidad, de conducta, rechazo de los padres, fugas de casa, etc.). El adolescente pone en duda toda su vida anterior, sus sentimientos y su futuro, y de una adecuada respuesta a estos procesos dependerá su estabilidad futura. Su independencia lógica está condicionada por todo lo que lleva consigo, todo lo que tiene archivado en su mente y que como padre has ido sembrando en él. De esta manera, logrará un esquema mental en constante evolución, maduración y búsqueda de modelos externos al padre. En los estudios que se han realizado hasta la fecha, se observa una clara relación entre la personalidad del padre y la del hijo:

PADRE

HI J O

1. Angustiado 2. Su hijo ha de ser el mejor 3. Débil, temeroso del hijo 4. Hiperindulgente 5. Inseguro y nervioso 6. Incapaz de dar seguridad y confianza 7. Fracasado en su vida personal o social 8. Desconfiado 9. Frustrado en sus necesidades 10. Demasiado afectuoso 11. Muy duro en la comunicación con su hijo 12. Afectuoso, liberal, tolerante 13. Agresivo y castigador 14. Muy autoritario

1. Pasivo, abúlico, depresivo 2. Indiferente, no se esfuerza 3. Caprichoso, todo lo quiere 4. No le gustan ni respeta las normas 5. Inseguro, ansioso 6. Inestable, poca resistencia a la frustración 7. Introvertido, inmaduro, infantil 8. Muy poco sociable 9. Busca mucho afecto, caprichoso 10. Celoso de hermanos pequeños 11. Agresivo y violento 12. Afectuoso y muy sociable 13. Muy agresivo y competitivo 14. Muy emotivo e inseguro



bn n f am il i a d e N a z ar e t

“Calidad de vida” Juan José Guerrero Roiz de la Parra

Calidad de vida es considerado sinónimo de felicidad, de tranquilidad colectiva

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E

l desarrollo económico y social que tuvo lugar después de la Segunda Guerra Mundial unido a los progresos científicos y tecnológicos en el campo de la medicina facilitó la difusión de la expresión "calidad de vida". Este concepto empezó a emplearse en los años cincuenta de la centuria pasada y ya, en la década de los setenta, gozaba de gran popularidad. Previamente, en 1946, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había dado una definición de salud que exigía algo más que la ausencia de enfermedad, pero que, como es natural, no entraba en ninguna consideración de tipo espiritual. Definía la salud como "un estado de completo bienestar psicológico, social y mental, y no solamente la ausencia de enfermedad".


fa mi li a de N az are t bn n

¿Vidas de primera, de segunda y de saldo?

Cuando llegó a equipararse la salud a la calidad de vida, quedaron fuera de este concepto esos aspectos espirituales inherentes a todo ser humano y que tanto influyen en la percepción que cada individuo tiene de su propia calidad de vida. De hecho, el concepto calidad de vida se usa habitualmente en ámbitos médicos y sanitarios. Sin embargo, no hay unidad de criterio en cuanto a los parámetros que lo componen ni en cuanto a su valoración relativa. Del campo médico-sanitario pasó rápidamente al ámbito político, donde se empleó con una cierta ambigüedad y oportunismo, según conveniencias coyunturales. Actualmente, es de uso normal en el lenguaje corriente, unas veces para resaltar la calidad en oposición a la cantidad cuando se aplica a bienes materiales y, otras, referido a la bondad del ambiente desde un punto de vista meramente ecológico. También es frecuente hablar de calidad de vida como sinónimo de felicidad, de tranquilidad colectiva. Por tanto, los datos oficiales sobre la calidad de vida que se manejan en la sociedad secularizada de nuestros días, van referidos exclusivamente a un conjunto de bienes económicos y a algunos aspectos psíquicos.

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bn n f am il i a d e N a z ar e t

E R R O R : M E D I R E L VA LO R

D E L A V I D A P O R U N BA RE MO D E C AL I D AD

La verdad sobre la naturaleza y el fin hacia el que tiende el hombre lo conoce la Iglesia católica por revelación divina. Así lo enseña, aunque es obvio que muchos piensan de otra manera. Es lógico que el concepto de "calidad de vida" que se conciba dependa de la idea de hombre de la que se parte. También resulta comprensible que cuando los puntos de partida son diametralmente opuestos, irreconciliables, se llegue a entender por calidad de vida realidades totalmente distintas. En ambos casos los razonamientos empleados pueden ser impecables, pero la confrontación de ideas es inútil: no puede llegarse a un consenso, pues nadie convence a nadie. Para poder dialogar y llegar a algún acuerdo sería necesario encontrar previamente algún punto de partida aceptado por ambas partes para, desde él, construir todo el edificio lógico que culminase en una única concepción de "calidad de vida". Como ejemplo que confirma lo dicho, se puede consultar el artículo "Reflexiones sobre el aborto desde una ética de la calidad de vida", cuya autora, María Natalia Zavadivker, apoya sus tesis en Peter Singer, el filósofo australiano considerado como uno de los arquitectos de la cultura de la muerte por su apoyo incondicional al aborto, la eutanasia, el trato ético a los animales, etc. Estas objeciones se hacen desde el punto de vista de los principios en los que basa su postura la Iglesia católica. En primer lugar ha de puntualizarse que unir al concepto vida el aspecto de calidad es una manera sutil de condicionar el valor de la vida al disfrute o no de esa calidad, lo cual cuestiona la dignidad absoluta e inherente a toda vida humana. A las personas que no alcanzan un mínimo de calidad de vida se les hace un "favor" eliminándolas, ahorrándoles sufrimientos…, si es que no se cree en la trascendencia.

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Mirando a la vida eterna el sufrimiento cobra otro sentido, no es incompatible con la calidad de vida En tal caso, el razonamiento que desemboca en esta "barbaridad" es correcto. De hecho, por considerar que no tienen la calidad de vida suficiente, en muchos países se han llegado justificar políticas genocidas en perjuicio de poblaciones tercermundistas, así como a legislar dando carta de naturaleza a aberraciones tales como el aborto y la eutanasia aplicables a los propios conciudadanos.


fam i li a d e N az are t bn n

AUSENCIA

DE UN CONCEPTO OBJETIVO

El concepto de calidad de vida, así, sin más, es francamente ambiguo y se presta a falsas interpretaciones que, en la práctica, pueden resultar peligrosas. Por una parte, está la dificultad de determinar qué elementos son los que constituyen esa calidad de vida. ¿Son únicamente de índole material? Si así fuera, ¿cómo puede explicarse, según datos de las Naciones Unidas, que en Estados Unidos el 10% de los muchachos y el 18% de las adolescentes haya intentado suicidarse? Esto no es lógico, pues donde hay calidad de vida debe haber satisfacción, bienestar y una cierta dosis de felicidad incompatible con tan alto número de aspirantes a suicidas. Otro elemento que incide en la citada ambigüedad es el relativo a quién debe establecer esos parámetros y qué jerarquía deben guardar entre sí. En este sentido, conviene tener en cuenta la opinión de cada persona en cuanto a la valoración de su propia calidad de vida. Normalmente, no coincide la apreciación personal con lo que pudiera llamarse punto de vista oficial. Son frecuentes contrasentidos como el siguiente: con sobreabundancia de bienes hay quienes se encuentran abrumados bajo el peso de una grave depresión y tienen en muy baja estima su calidad de vida y, por el contrario, con manifiestas carencias materiales muchas personas viven contentas, disfrutando de un envidiable grado de felicidad y creen que sus vidas gozan de una buena calidad.

cuando el concepto de “calidad de vida” no contempla la parte espiritual del hombre, se produce el falso enfrentamiento entre calidad y santidad de vida

Se ve claramente que no basta con la definición de parámetros objetivos para calibrar la calidad de vida de las personas; es también de gran importancia considerar aspectos subjetivos, muy variables en cada caso concreto. Monseñor Elio Sgreccia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, ofrece una lista de unos cuarenta instrumentos para hacer dicha evaluación, lista que incluso puede alargarse hasta ochocientos elementos según consideran distintas situaciones médicas. Sin embargo y a pesar de ello, todavía no se ha llegado a una definición de calidad de vida válida para todos.


n f a m i l i a d e N a z a re t bn

PREMISA PARA JUSTIFICAR LA CULTURA DE LA MUERTE

El principal equívoco que introduce la expresión calidad de vida, en el sentido que suele tomarse, es el de provocar un enfrentamiento, realmente inexistente, entre lo que significa esa calidad de vida y el concepto de santidad de vida. En este sentido el doctor Gonzalo Herranz, miembro de la Academia Pontificia para la Vida, nos deja esta advertencia: "El movimiento a favor de la calidad de vida nació, repleto de beneficiosas promesas, para inspirar la mejora cualitativa de los tratamientos médicos, pero, paradójicamente, la calidad de vida erigida por algunos en criterio normativo supremo introduce, como caballo de Troya, no en la teoría ética, sino en la práctica clínica, una antinomia tremendamente peligrosa entre calidad y santidad de vida". Sin duda la llegada a esta situación se ha visto favorecida por el relativismo moral con el que comulgan la filosofía utilitarista y las corrientes evolucionistas y pragmáticas del último siglo. La consecuencia de esto es que la vida humana que no llega a determinados niveles de calidad establecidos no merece la pena de ser protegida. Así, ancha es la puerta que queda abierta a la legalización del aborto y de la eutanasia. Si se toma el concepto de calidad de vida en el sentido de atender a todos los aspectos relativos a la integridad del hombre (cuerpo, psiquis, mente y espíritu), se ve que no hay enfrentamiento alguno entre calidad de vida y santidad de vida, pues ésta es el culmen de la calidad de vida. Cuando no es así, cuando el concepto de calidad de vida no contempla la parte espiritual del hombre, se produce ese falso enfrentamiento como lo atestigua Francisco Javier Valsera Morales en su artículo "La santidad de vida".

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A MAYOR

HEDONISMO, MAYOR CINISMO

Una vez asentados los principios de la filosofía utilitarista, con la que se trata de maximizar el placer y, al mismo tiempo, minimizar el dolor, se ha pasado a identificar el sufrimiento con la moralidad clásica propugnada por la doctrina cristiana. Con ello se califica al sufrimiento como algo absurdo e inmoral que hay que erradicar. El sentido cristiano del dolor, el valor del sacrificio y el consuelo que trae la esperanza caen por tierra y con ellos desaparece la fuerza de la Redención de Cristo e, incluso, la necesidad de salvación del hombre. Se espera utópicamente un paraíso producto de la ciencia en el que la vida discurra plácida, sin enfermedad ni padecimiento alguno, en la que se pueda caminar agradablemente, degustando en todo momento situaciones placenteras hasta que el inexplicable absurdo de la muerte reduzca al hombre a la nada.

la Iglesia católica no está en contra de la calidad de vida, pero ésta ha de fundamentarse en una antropología fiel a la verdad sobre qué es el hombre


fa mi li a de N az are t bn n

LA TRASCENDENCIA REDIMENSIONA LA VIDA, NO SU EXCELENCIA

La vida humana no es un hecho meramente biológico como tratan de hacernos creer; por lo tanto, la calidad de vida no puede ser un simple dato empírico éticamente neutro. En el hombre hay una componente trascendental que constituye una parte importante de su persona y que merece una atención especial que es imprescindible tener en cuenta para que cada individuo alcance esa pretendida calidad de vida.

En definitiva, lo placentero es lo moralmente correcto. Sentado este principio, no hay más que mirar alrededor para ver las terribles consecuencias que está padeciendo un mundo que corre desenfrenadamente hacia el abismo, un mundo en el que la huida del dolor le ha precipitado en el infierno de la droga, del odio, del homicidio y de tantas lacras como asolan a amplios sectores de nuestras sociedades. Y es que no se puede ir contra natura sin pagar un alto precio. Dios nos creó y nos dio una naturaleza determinada. En ella estaban inscritos ciertos valores que habían de respetarse para alcanzar el fin al que iban encaminadas nuestras vidas. Al erigirse el hombre en dios de sí mismo y cambiar las normas, su naturaleza se ha resentido y ha terminado despeñándose hacia el infierno que trató de evitar. Al considerar la escatología como un elemento más en el concepto calidad de vida, el sufrimiento cobra otro sentido, no es antagónico con la susodicha calidad de vida.

La Iglesia católica no está en contra del concepto de calidad de vida. Ya Juan Pablo II, en su encíclica "Evangelium Vitae", dejó dicho que "se debe considerar positivamente una mayor atención a la calidad de vida y a la ecología, que se registra sobre todo en las sociedades más desarrolladas…" El problema reside en la necesidad de fundamentarse en una antropología que responda fielmente a la verdad sobre lo que es el hombre. Si el concepto de hombre del que se parte es falso, o no responde a toda su verdad, los parámetros en los que se base el concepto de calidad de vida conducirán a una apreciación errónea de lo que es bueno para cada hombre. Por lo tanto, es imprescindible considerar el aspecto espiritual de cualquier hombre, debido a su origen en Dios y creado con una clara intencionalidad para que pueda llegar a esa inmortalidad inscrita en el fondo del corazón, como también para que su alma se colme de verdadero bienestar al ver cumplidos sus deseos de absoluta felicidad. Esta visión lleva inexorablemente al establecimiento de unos valores auténticamente humanos que deben ser respetados y promovidos al redimensionar el contenido del término calidad de vida. Así, el concepto de dignidad del hombre ocupa su lugar entre los valores a tener en cuenta y deshace todos los errores que tanto desprecio por la vida y tantas muertes injustas están causando hasta el presente.

la vida humana no es un hecho meramente biológico, el componente trascendental es imprescindible para que cada individuo alcance esa pretendida calidad de vida

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn

Es mi hijo Roberto tan s贸lo pod铆a mover la cabeza, pero sus funciones mentales estaban intactas Jer贸nimo Barrio Gordillo

H

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fam il i a de Na za ret bn n

ALGO MÁS

QUE UNA EVIDENCIA

La única cuidadora de Roberto era su madre, una mujer viuda de unos 60 años, que no se separaba de la cabecera de la cama en la que estaba una vez más su hijo ingresado, esforzándose en respirar. La evolución de su neumonía en los primeros días había sido buena, pero esa noche había presentado un inesperado empeoramiento. Después de explorar al paciente y dar instrucciones al personal de enfermería, salí de la habitación al pasillo en donde me esperaba la madre de Roberto. Con rostro sereno y cansado, escuchaba mis explicaciones sobre la situación de gravedad de su hijo y las medidas que íbamos a tomar para sortear el empeoramiento que se había producido. Ella no preguntó nada, no pidió ninguna explicación técnica más detallada de las que le expuse, no me preguntó el pronóstico ni mostró ninguna desconfianza hacia las personas que nos estábamos ocupando de la grave situación de su hijo. Cuando terminé de hablar, me miró fijamente a los ojos y con voz entrecortada me dijo: “Cuídemelo, doctor, ¡es mi hijo!”.

J UE C E S A R B I T R A R I O S DEL VALOR DE CADA VIDA

El paciente empezó a mejorar. Algunas de las personas que participaban en los cuidados de Roberto en ese momento de crisis, hacían su trabajo de forma rutinaria. Estaba próximo el fin del turno y otras auxiliares, enfermeras y celadores, vendrían a reemplazarlas; el cansancio a esas horas era manifiesto. Yo también estaba muy cansado. Eran muchas las personas que precisaba Roberto en esos momentos para su confort y alivio. Mientras se atendía al enfermo, se dejaba caer algún comentario en voz baja referido al pobre Roberto, que seguía tratando de remontar a golpe de respiraciones su grave situación: “¡Qué vida más penosa…”;“Para vivir así, es mejor morirse…”; “Y esa madre…, todos los días al pie del cañón, sin descanso…, esto yo no lo aguantaría”;“Una vida así no merece la pena ser vivida”; “Lo mejor que les podría pasar en el fondo, a él y su madre, es que esta neumonía se lo llevase definitivamente y así descansarían de una vida tan horrible”…

Aquella frase tan simple y tan obvia, no sé por qué motivo, me causó mucho impacto. Volví a la habitación junto al enfermo, pensativo. La petición de esa mujer, “cuídemelo”, ¿era una simple obviedad? Era evidente que en eso estaba ocupado. Entonces, ¿era una frase hecha que se dice en esas circunstancias, como se podía decir otra, o quizá albergaba algún mensaje más profundo?

aquella madre gritaba la dignidad de su hijo, a pesar de su enfermedad y su dependencia, invocando al amor, ese sello que hace grande a los seres humanos 49


n f a m i l i a d e N a z a re t bn Yo guardaba silencio, sin separarme del paciente que, gracias a Dios, parecía responder a la medicación. No paraba de pensar en la sencilla petición de aquella madre y de su argumento: “Cuídemelo, doctor, ¡es mi hijo!”. Entre medias escuchaba los comentarios que sobre la precaria calidad de vida del paciente hacía el personal auxiliar, y me puse a pensar en las innumerables veces que esa pobre madre habría visto a su hijo en una situación similar; probablemente alguna vez habría tenido que escuchar alguno de esos comentarios sobre la baja calidad de la vida de su hijo. Fue entonces cuando empecé a entender el profundo sentido de aquella sencilla frase. La persona que más cansancio debería tener era la que más ardientemente pedía poder seguir ocupándose de su hijo. Precisamente quien mejor conocía hasta qué punto su hijo era un minusválido era quien rogaba que salvase su precaria vida. Sin embargo, los que más indiferencia sentían por la vida de Roberto eran sus cuidadores circunstanciales por turno; los que juzgaban su vida de minusválido como indigna de ser vivida, eran los que la veían tan sólo de lejos.

LA MEDIDA DEL AMOR E S AM AR S I N M E D I D A

Aquella madre me estaba avisando para que viese más allá de la fragilidad física de Roberto, para que viese a una persona y por ese motivo un ser querido, un hijo que lo era todo para su madre, incluso en su miseria física. El amor de aquella madre por su hijo reclamaba de mí en ese momento el profundo respeto por la vida de esa persona, por encima de la debilidad de su enfermedad. La madre de Roberto parecía haberme dicho: “Sé que es un paciente especial, una piltrafa humana; sé que no es motivador cuidar trabajosamente de una persona así, tan poco útil…; pero ¡es mi hijo!…” Creo que aquella mujer resumió en aquella simple frase todo un tratado de humanidad. El motor de la vida es el amor, el que damos y el que recibimos. Aquella mujer amaba a su hijo de verdad, como aman las madres siempre. Lo amaba por encima de sus enormes carencias físicas e incluso por ellas mismas más todavía. Para ella, cuidar de su hijo con entrega era un suceso natural, fruto del amor. Para nosotros esa situación, sin tener el vínculo filial, era un trabajo especialmente complejo y duro. Aquella madre gritaba la dignidad de su hijo, a pesar de su enfermedad y de su dependencia y lo hacía invocando al amor, ese sello que hace grande y diferentes a los seres humanos: “Cuídelo, es valioso, es mi hijo, es una persona querida”.

Dios es la madre que está en la cabecera de la cama de todos los abandonados


fa mi l ia de Na za re t bn n Luego trascendí esas palabras y me acordé de otros tantos casos como el de Roberto, en los que ni siquiera una madre está en el pasillo, al otro lado de la puerta de la habitación esperando a que el médico salga para decirle cómo está su hijo: ancianos abandonados en hospitales que parece no tener a nadie que los quiera; indigentes llevados al hospital al ser encontrados en las calles, sin familia ni amigos; personas con gravísimas discapacidades abandonadas en centros de cuidados especiales, que nunca reciben una visita… Y cuántos más habrá así en hospitales del Tercer Mundo, en donde el sufrimiento físico y la soledad es lo cotidiano… Pero todos ellos también tienen alguien que los quiere… Dios es la madre que está en la cabecera de la cama de todos los abandonados de tantos hospitales, la madre que espera serena la mejoría de sus hijos, aquellos que no tienen a nadie en esta vida.

La dignidad del ser humano, el auténtico y profundo valor de la persona brota de su condición de hijo de Dios y, por lo tanto, del amor que nos tiene como hijos suyos. Nuestro Padre del Cielo garantiza con su amor que cualquier hombre que sufre sobre la tierra tiene valor porque es amado por Él, sencillamente por eso.

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n r a z ó n c re a d o r a bn

Sicarios por

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40 €

l texto que reproducimos está sacado de un vídeo tomado mediante cámara oculta donde se muestra el negocio del aborto en toda su cruda realidad. La cultura de la muerte se instala en la cuna de la vida.

Un médico acude a una clínica abortista de Madrid y ofrece su currículum para trabajar en ella. Si se tratara de cualquier otro tipo de centro médico, tendría escasas probabilidades de obtener el empleo; es decir, se archivaría el currículum y pasaría a engrosar una lista de espera. Pero no es el caso. En esta clínica se necesita personal. De inmediato el médico solicitante es citado con el propietario de la clínica y ambos se reúnen en una pequeña sala situada cerca de la recepción. Tras examinar el currículum y asegurarse de la homologación de los títulos, el médico es aceptado. El dueño de la clínica le explica los detalles del puesto de trabajo. A continuación se ofrece la trascripción de las palabras que el médico infiltrado recién contratado mantiene con el propietario y demás personal de la clínica abortista. 52


ra zón c re a dora bn n

tras la nueva ley del aborto, que se acaba de firmar, muchos se harán ricos asesinando bajo el amparo de la legalidad

—Tenemos una doctora que hace las guardias normalmente. A mí me gustaría que se pudiera compaginar, que tú estuvieras un día y ella otro. Son inducciones. Antes no teníamos un médico, estaban las enfermeras de las universidades. (Hay que) esperar a que lo eche y a tomar por cu… Si una placenta no salía me llamaban. Lo único que puede pasar es una placenta que no sale…. Como tienen epidural, la pasas al quirofanillo, coges unas pinzas de esas grandecitas y pin, pin… Y ya está. El médico es informado también respecto a las condiciones de su trabajo y su remuneración económica. Las guardias y los festivos trabajados se pagarán con dinero negro. —Aquí durante el día no se cobra acto médico. Si es festivo normalmente es en B todo el dinero. La guardia la puedes cobrar también en B si quieres. Hasta cuatro intervenciones se pagan 170 €; si pasas de 4 intervenciones, te pago 220 €.

Tras aceptar las condiciones, el dueño de la clínica le enseña las instalaciones y concretan el día de la incorporación. El médico vuelve a las pocas semanas puesto que un supuesto accidente le obliga a retrasar la cita. Acude de noche, pero a una hora en la que la clínica funciona con plena actividad, ya que es precisamente durante las últimas horas cuando se produce el mayor número de abortos por envenenamiento salino, es decir, por un procedimiento abortivo utilizado solamente después de las 16 semanas de gestación, que consiste en extraer el líquido amniótico que protege al bebé, inyectando en su lugar una solución salina concentrada. El bebé ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y demás órganos, y convulsiones. Esta solución salina produce quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más tarde, la madre comienza “el parto” y da a luz un bebé muerto o casi muerto. Las dos mujeres de recepción saludan al médico mientras éste espera a que llegue una de las doctoras de la clínica. Cuando la doctora de guardia acude a recibir al médico, ambos permanecen de pie cerca de la recepción hablando de las dificultades de la clínica para encontrar personal cualificado. Poco después suben al piso superior para visitar a las mujeres ingresadas mientras la doctora le describe la situación:

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n r a z ó n c re a d o r a bn —Doctora: Tenemos una chica de 15 años y la otra es una chica que viene de Fuerteventura, boliviana. La niña y la otra… De las cuatro jóvenes ingresadas que esperan el efecto letal de la solución salina, una de ellas es una rumana de tan sólo 15 años que ha venido acompañada por su padre; como al resto de las pacientes, esa misma noche le practicarán un aborto por inducción. Dos de ellas alegan un motivo de los que están despenalizados en la legislación española; sin embargo, en las otras dos el “porque sí” parece ser la única razón para hacerlo, según explica la doctora. —Aquí aborta quien quiere. Los psiquiatras firman los documentos como un mero trámite. El supuesto peligro psíquico para la madre es simplemente eso: un supuesto. Nadie lo comprueba. —Médico: ¿Ha sido por violación?, ¿no? —Doctora: Porque quería abortar y ya está. — Médico: ¿De cuántas semanas está? —Doctora: Ella de 23 y la otra de 22. —Médico: ¿Y el psiquiatra lo ha firmado y punto? —Doctora: Se firma y ya está. —Médico: ¿Hay muchos casos de éstos? —Doctora: Muchos, muchísimos.

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Todas las pacientes están embarazadas de más de 5 meses, puesto que superan las 20 semanas de gestación: exactamente, una de 20 semanas, dos de 21 y otra de 23, periodo éste en el que el feto está totalmente formado y con sus sentidos desarrollados. La doctora confiesa que estos casos se repiten con asiduidad en su clínica. Una vez administrada la solución letal, ya sólo cabe esperar. Los facultativos aguardan a que la medicación surta efecto. Sentados en una sala donde se guarda el material, la doctora reconoce cómo en España el aborto está fácilmente al alcance de quien lo solicite y confiesa a su vez que en esta clínica los psiquiatras firman sin más los documentos que especifican los supuestos contemplados en nuestra legislación para despenalizar el aborto.

La vida humana es sagrada porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin


ra zón c re a dora bn n —Médico: ¿Aquí no hay mal rollo con el psiquiatra…? —Doctora: Aquí se firma todo. El psiquiatra es socio de la clínica y todo queda en casa. Si lo tiene claro, se firma y ya está. El test es un mero trámite. Lamentablemente el psiquiatra es socio de la clínica; de ahí que lo firme todo sin mayores contemplaciones. Al final y según explica la doctora, firmar el documento que permite abortar es un negocio en el que el socio participa y se beneficia. Transcurridos unos 20 minutos, la doctora visita de nuevo a las pacientes por si hay suerte y alguna de las madres está preparada ya para dar a luz a un hijo muerto. Una de ellas parece estar ya lista. La doctora se dispone a aplicar una anestesia epidural a otra de las pacientes. Comienzan los abortos. El veneno salino ha hecho su efecto y tras administrar la anestesia, el bebé es expulsado. Nace muerto. Su cuna… una bolsa de basura. La doctora se apresura a ir a otra sala donde otra paciente también está ya dispuesta a dar a luz. Cuando extrae el cuerpecito sin vida, la misma doctora se encarga de cubrirlo. Nadie lo mira, nadie lo examina. El médico infiltrado lo acaricia. En él se puede apreciar todo: las manos, los pies, la cara. Es el cadáver de un pequeño ser humano que ha sido dado a la luz sin haber podido verla…

—Médico: ¿Y son exactamente 23 semanas? —Doctora: ¿Ésta? Veintiuna, pero yo no los miro nunca. —Médico: ¿Nunca, nunca? —Doctora: Jamás. —Médico: ¿Por qué? —Doctora: Porque no me gusta. —Médico: Claro, eres madre, ¿no?

Solo Dios es Señor de la vida desde el comienzo hasta su fin. Nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser inocente (Donun Vitae y Evangelium Vitae)

Nota de la Asociación Como todos sabéis, la Asociación Bendita María, editora de la revista Buenanueva, es una asociación no lucrativa, cuyo único fin es la Nueva Evangelización. Además, en sus estatutos está reseñado que el beneficio que hubiere se destinase, o bien a la difusión de la revista o se donase a la Evangelización. Después de casi tres años de andadura en las manos de Dios, y con el patrocinio de la Virgen María, ha resultado un beneficio de 6.000 €, que se han donado al nuevo Seminario Diocesano Redemptoris Mater, que se está construyendo en las proximidades de Tres Cantos (Madrid) y que tiene un caracter fundamentalmente misionero.

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n r a z ó n c re a d o r a bn

Cienc i a y p seud o c ien c ia Jesús Amado Moya

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uestra fe es racional; aunque supera nuestra razón, no se opone a ella. También la ciencia es racional. Pienso que estamos en unos momentos en que ambas precisan darse la mano para enfrentar a muchas “pseudociencias” que se han apoderado de la imaginación popular, recibiendo en muchos casos el apoyo de los medios de comunicación y constituyendo incluso fuente de ingresos para personas o editoriales. 56

Catedrático de Física y Química

Basta asomarse a las publicaciones periódicas exhibidas en quioscos de prensa para detectar la proliferación de temas como parapsicología, percepción extrasensorial, precognición, telepatía, psicocinética, astrología, reencarnación, etc.; temas que en ocasiones chocan frontalmente con nuestra fe, que en otras la ignoran y que siempre acaban enfriando o apagando esa llama sagrada de nuestra creencia en Dios y en su Providencia. “Doctores tiene la Iglesia”, podemos repetir aludiendo a la preparación y sabiduría de teólogos, que pueden dar luces sobre muchos de estos temas. Pero sin necesidad en ocasiones de acudir a ellos, podemos afirmar también que doctores tiene la Ciencia, quienes, con sus armas de raciocinio científico y de la experimentación, pueden iluminar esos mismos campos de la “pseudociencia”.


ra zó n c re a dora bn n

pseudociencias como la parapsicología, la telepatía, la astrología, etc. acaban siempre apagando la llama de nuestra creencia en Dios y en su Providencia

En este sentido creo conveniente citar dos principios fundamentales que esgrime el método científico para dilucidar la verdad o superchería de afirmaciones concretas. El primero de estos principios es el de r efu tab ilidad, el cual expresa que debe ser posible idear evidencias que prueben que una afirmación es falsa. Los parapsicólogos, por ejemplo, rechazan este principio cuando afirman que sus experimentos fracasan cuando está presente algún escéptico, con lo que es imposible refutarlos. El segundo principio es el de to talidad. Este indica que debe considerarse o aceptarse toda la evidencia posible; no sólo los casos favorables, sino también los desfavorables. Ejemplo, cuando alguien nos dice: “Ayer pensé en Fulano, y al poco rato me llamó por teléfono”. Hay que saber además el número de veces que pensó en Fulano y no le llamó, y el número de veces que le llamó Fulano sin que hubiera pensado en él. Sólo con esos tres datos se puede estimar si la coincidencia entra en las previsiones del cálculo de probabilidad. Estoy convencido de que cada vez más la fe y la ciencia —y con ésta las demás ramas del saber humano— deben unir sus esfuerzos para liberar al hombre contemporáneo de los lazos más o menos atractivos que lo atan con el error, la superstición, la mentira o la falacia. Ya advertía san Pablo a Timoteo: “Vendrá tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina, sólo que llevados de sus pasiones y afán de oír novedades, reunirán en torno a sí multitud de maestros y apartarán los oídos de la Verdad volviéndose a las fábulas” (2Tm 4,3-4).

la fe y la ciencia deben unir sus esfuerzos para liberar al hombre contemporáneo de los lazos que lo atan al error, la superstición, la mentira o la falacia


n r a z ó n c re a d o r a bn

Quid est veritas?

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sta fue la respuesta de Pilato a Jesús cuando en el interrogatorio sobre los delitos que había cometido, el Señor le dijo que había venido para dar testimonio de la verdad. El pobre Poncio Pilato, prágmático de nacimiento, escéptico por formación y agnóstico por convencimiento, se debió quedar patidifuso al oír, una vez más en su vida, que alguien mencionaba la verdad, algo que le dejaba siempre inquieto, porque su búsqueda, aunque hormigueaba en su corazón, topaba en su cerebro escudado con otro yelmo como el que a veces llevaba en la cabeza… Cansado y huyendo de ella, de la verdad, se había acomodado en la indiferencia y en la oscuridad de sus pobres ojos, tapados por la orgullosa venda que él mismo se había puesto encima para no ver, ahora, justamente ahora, que la Verdad la tenía delante.

Jesús Esteban Barranco

el relativismo lleva a afirmar que no hay ninguna verdad absoluta 58


ra zó n c re a dora bn n U NA S OL A E S

L A V ERD AD

QUE ILUMINA LAS ALMAS

Una de las mentes más preclaras del saber humano, Santo Tomás de Aquino, con su enorme capacidad de análisis filosófico sintetizó la definición de verdad en cuatro palabras: “Adaequatio mentis ad rem”, adecuación de la mente a la realidad. Pero, claro, cuando tratamos de dilucidar qué es la realidad, se empiezan a bifurcar los conceptos: ¿es ésta algo objetivo o, más bien, subjetivo?; ¿la conozco “por dentro” o sólo “por fuera”, es decir, aprehendo su esencia o me quedo solamente en su superficie, en la apariencia, en lo fenoménico?; y, si llego a ella a través de los sentidos, ¿me dan éstos la medida exacta de la realidad o mis sentidos me la alteran?, etc. Pero no vamos a seguir por estos caminos de la gnoseología, principalmente porque las cosas son menos complicadas de lo que nos las montamos. La gente que llama al pan, pan, y al vino, vino, no se anda con tales disquisiciones. Ocurre, sin embargo, que hoy nos movemos en un mundo en el que hay que andar con pies de plomo para no pisar el terreno del otro, que, ante verdades como catedrales, en seguida, muy susceptible él, salta con su escudo por delante: “¡Esa será tu verdad!”, y recalca con énfasis el “tu”, porque él tiene la “suya”. Quiero decir que las raíces del relativismo que nos envuelve (por aquello de que cada cual cree tener su verdad), nos lleva incoherente y contradictoriamente a afirmar que no hay ninguna verdad absoluta y cada hijo de vecina tiene y vive su propia verdad, afirmación que se cae por su mismo peso, porque, si no hay ninguna verdad absoluta, tampoco esta afirmación es verdadera, con los cual nos quedamos tan panchos anclados en nuestro particular punto de vista.

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n r a z ó n c re a d o r a bn TO D O E L Q U E E S D E L A

V E R DA D

E S C U C HA M I V O Z ( J n 1 8 , 3 8 )

La Iglesia va más allá del “no mentirás”: llega hasta el otro extremo (que en el fondo es su equivalente) de “hablar con verdad”, “decir la verdad”. Dos veces lo dice textualmente San Pablo, tal vez teniendo como fondo la antigua ley —“No mentiréis ni os defraudaréis unos a otros” (Lv 19,11)—: “Desechad la mentira, hablad con verdad cada cual con su prójimo” (Ef 4,25, que cita al pie de la letra a Za 8,16:“decid verdad unos a otros”), y lo repite:“No os mintáis unos a otros”(Col 3,9), pues ésta había sido la enseñanza del Monte:“Sea vuestro lenguaje:‘Sí, sí’;‘no, no’; que lo que pasa de aquí viene del Maligno” (Mt 5,37), como reiterará también el mismo Apóstol:“La palabra que os dimos no es sí y no” (al mismo tiempo) (2Co 1,17 y luego los vv.18-20). Los cristianos tenemos en el credo y el dogma católico una serie de verdades inamovibles que no se dejan imbuir por todas las corrientes “anti” de todas las épocas, las cuales, al no poder contradecirlas fehacientemente, van a la raíz para negar la fuente de donde manan esas límpidas aguas de la verdad, o sea, no pudiendo negar las verdades, pretenden negar o atorar el manantial: no hay Dios, Dios ha muerto, que es lo que dice el estólido en su corazón (así el salmo 14,1). Pero, claro, el choque es brutal, porque ahí está, enhiesto, el oráculo que canta las verdades del barquero:“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6). Ya no se trata de una frase bonita donde se cumple a perfección lo que el predicado dice del sujeto, sino que la Verdad es justamente una Persona, Jesucristo, el mismo Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad, el Verbo Eterno encarnado en el seno de la Virgen María. Él es la Verdad. Pilatos la tuvo delante y no se enteró.

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las concupiscencias de la carne y la soberbia de la vida nos ciegan ante la Verdad


ra zó n c re a dora bn n

LUZ AL ALCANCE DE QUIEN LA BUSCA

Y así viene ocurriendo durante veinte siglos: la tenemos ante nuestros propios ojos y no la vemos, porque están cegados por las concupiscencias de esos mismos ojos, de la carne y por la soberbia de la vida (1Jn 2,16), pero “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1Tm 2,4), depositada en “la Iglesia de Dios, columna de la verdad” (1Tm 3,15).

“yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”

Por eso “hablar la verdad”, decir la verdad, es hablar de Cristo. Parece un tópico de buenos consejitos o simplemente una exageración moralista, pero lo que queremos decir exactamente es que lo que hace y vive el cristiano durante las veinticuatro horas del día tiene como referente al mismo Jesucristo, dando testimonio de Él: hacer y vivir como Jesús; de modo que, cuando uno se aparta de ese testimonio, está cometiendo un auténtico fraude contra la Verdad, está produciendo un eclipse de la Verdad, la está ocultando, cosa que frecuentemente forma pareja de cohecho con la mentira, cuyo padre es el Diablo. Nunca se llegará así a admirar y contemplar la hermosura del rostro de Cristo, el más bello de los hijos de los hombres, el Esplendor de la Verdad.

la Verdad es justamente Jesucristo, el mismo Hijo de Dios

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bn n ra z ó n c r e a d o ra

Una laicidad positiva Carlos Amigo Vallejo Cardenal Arzobispo de Sevilla

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o se quiere una laicidad de frío respeto, y poco menos que un pacto de fórmulas cordiales para encuentros diplomáticos del más alto nivel. No una simple garantía pactada, sino algo incuestionable en un Estado de derecho democrático. Se desea una garantía constitucional y política. Asentada en la norma fundamental de la convivencia ciudadana y asumida por los gestores del poder en el servicio del bien común.

En el espíritu de una laicidad positiva, no sólo se excluye el molesto acoso a lo religioso, sino que se propone una actitud de apoyo y de ayuda a los ciudadanos, para que libremente puedan vivir y manifestar públicamente su fe, y realizar en la sociedad aquellas acciones que son propias de sus creencias. 62

La trampa para soslayar esta situación es la de crear un estado falso de opinión, presentando lo religioso como obsoleto, reaccionario y obstrucionista del progreso

Sin imponer a nadie la propia fe, pero sin tener tampoco que ir sorteando trabas a la hora de expresarse libremente. La libertad de expresión no puede reducirse a escuchar y publicar en un medio de comunicación las propias ideas, sino también sacarlas a la calle o ponerlas en los foros públicos de opinión, en los proyectos educativos, en la ayuda a la familia, en la protección de los débiles, en la participación social y política.


ra zó n c rea do ra bn n

Sin imponer a nadie la propia fe, pero sin tener tampoco que ir sorteando trabas a la hora de expresarse libremente

Una utilización fraudulenta de la laicidad es la actitud de quien pretende arrancar de cuajo de la vida pública lo religioso, encerrándolo, en el mejor de los casos, en el departamento de lo íntimo y privado. Algo así como a lo inexistente en cuanto a derechos de ciudadanía, lo cual provocaría conductas hipócritas y hasta esquizofrénicas. Es como exigir el mantener una doble personalidad, ideológica y moral: dentro del interior de su conciencia haga cada uno lo que quiera, con tal de que nada se note de sus convicciones en la vida pública. Es poco menos que obligar a la persona a la incoherencia y al chalaneo ético y político.

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bn n ra z ó n c r e a d o ra No puede ser una tolerancia a regañadientes, que disimula el fastidio de tener que aceptar la presencia social de lo religioso. Mucho menos, el retorno al sectarismo recalcitrante de la peor época anticlerical. Tampoco pretender ignorar la realidad sociológica mayoritariamente confesional. La trampa para soslayar esta situación es la de crear un estado falso de opinión, presentando lo religioso como obsoleto, reaccionario y obstrucionista del progreso y, en consecuencia, legislar al reclamo de una pretendida demanda social inexistente. Es el caso, por ejemplo, de reclamar la revisión de los acuerdos con la Santa Sede, para terminar con los privilegios. ¿Quién privilegia a quién? Los ciudadanos católicos y sus instituciones están otorgando al Estado unas prestaciones sociales, educativas, culturales y religiosas impagables. La Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con cerca de ciento ochenta países, con los que establece acuerdos de colaboración recíproca. ¿Es que España tiene que ser también modelo único y diferente en esto de las relaciones internacionales?

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Enemigos de esta laicidad democrática y positiva son los corifeos de ese culturalismo utilizado como máscara para justificar una presencia en las manifestaciones religiosas: "estoy aquí, porque esto es simplemente cultura y valores del pueblo". Lo cual no deja de ser una falta de delicadeza con los creyentes. No es necesario que quiten valor a nuestra creencia religiosa para que nos agrade su presencia y unirse a nuestra fiesta. No soy creyente, puede decir el invitado, pero me alegro con la felicidad de los que creen y son mis amigos. Esto es, cuando menos, educación y nobleza. Tampoco es admisible ese talibanismo solapado, que se empeña en tapar e incluso destruir los símbolos religiosos de nuestra cultura. La cual, por otra parte, no puede prescindir de una escenografía, de unos símbolos, de un calendario, de una historia incuestionablemente unida a lo religioso.

No soy creyente, puede decir el invitado, pero me alegro con la felicidad de los que creen. Esto es, cuando menos, educación y nobleza


raz ón cre ad ora bn n

Los ciudadanos católicos y sus instituciones están otorgando al Estado unas prestaciones sociales, educativas, culturales y religiosas impagables Siendo tan deseable el respeto positivo a la propia identidad, cultura y religión, no podremos conformarnos con una simple, pacífica y buena convivencia. Muy lejos de esa pasiva e insípida cohabitación, hay que dar algunos pasos hacia adelante y conseguir una recíproca, sincera y eficaz colaboración en proyectos caritativos y solidarios. Los gestores del bien común no pueden limitarse a aguantar que unas personas quieran vivir conforme a unos convencimientos creyentes. La Administración Pública tiene que ayudar a los ciudadanos cristianos a que lo sean de verdad, teniendo los medios necesarios para celebrar su culto y formarse en su fe. Darles todos los apoyos y facilidades que sean necesarios. Que lo mismo valga para otras confesiones religiosas de ciudadanos españoles, es evidente y deseable. Pero sin la intención de alabar al vecino, para que se chinche el que vive en la propia casa. El ideal, por supuesto, está en la verdadera fraternidad, que más allá de vínculos legales y convencionales, encuentra en la otra persona una ayuda para el desarrollo de la propia personalidad, tanto individual como social. La confesionalidad es un valor indiscutible de la libertad humana. Que no sólo debe respetarse sino protegerse con normas y leyes justas y adecuadas. Bienvenida sea la laicidad positiva. Ahora queda el hacerla práctica habitual en los distintos ambientes políticos, sociales y religiosos. Una de las consecuencias de la aplicación de la Ley de Libertad Religiosa tiene que ser, sin intentar quitarle presencia al catolicismo, asegurar que nadie tenga que sufrir el recorte de sus derechos religiosos, ni el acoso y la vejación de las creencias, símbolos y modos de conducta moral de cada uno. Sin obligar a nadie a renunciar al derecho de poder educar a los hijos en las convicciones religiosas y morales familiares, ni verse coaccionado a seguir a la fuerza una ideología con la que no se siente identificado. En el lote de esa laicidad positiva no puede faltar el derecho a vivir y a expresar libremente la propia fe, ni el poder participar plenamente en la vida social y política, sin tener que esconder o disimular las propias convicciones religiosas, so pena de exponerse a sufrir algún tipo de exclusión en un concurso de méritos.

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n r a z ó n c re a d o r a bn

Dios existe; somos testigos M.ª Pilar Moíño Carrillo

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a hostilidad a la Iglesia, a la religión y al mismo Dios se revela en la campaña publicitaria que comenzó en Londres y ya ha llegado a España. Dicha maniobra se realiza colocando en los autobuses urbanos la siguiente frase: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y vive la vida”. Es posible que esta campaña haga reflexionar a más de uno y le lleve a hacerse la pregunta más esencial para un hombre: ¿Existe Dios? Y si es así, ¿qué relación tengo con Él? ¿Cómo debe ser mi vida? ¿Cuál es mi meta, mi fin, mi destino? Creo que mejor que la indiferencia y el vivir como si Dios no existiera, ignorándolo por completo, es hablar de Él, aunque sea para poner en duda su existencia. Merece más respeto el ateo que aquel que no se cuestiona ni la idea de Dios ni su existencia.

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ra zó n c re a dora bn n

sin trascendencia no hay respuestas

Esta campaña da por hecho que Dios y la felicidad son contrapuestos, cuando en realidad, aun sin tener fe, creo que es preferible considerar al hombre creado y amado por Dios y con una vida eterna en plenitud, que afirmar al hombre como un animal más que terminará sus días y todo se acabará, sin que nada perdure, ni siquiera el amor. ¿Puede el hombre con estas convicciones ser feliz? “Comamos y bebamos que mañana moriremos”. Quizá sea éste el lema de tales gentes, pero más tarde o más temprano terminarán dándose cuenta de su vacío existencial, el cual les llevará a la depresión y frustración, si es que algún día se detienen a pensar. Dice el psiquiatra Viktor Frankl que, en buena parte, las depresiones y neurosis son producidas por esa ansia de trascendencia del hombre no colmada. Su método de curación —la logoterapia— consiste en hacer que el paciente busque el sentido de su vida, lo esencial, en lugar de vivir a ras de tierra. Me pregunto yo si un enfermo de cáncer, por ejemplo, será más feliz y disfrutará más de la vida, si cree que probablemente no hay Dios y, por lo tanto, no hay por qué preocuparse. ¿No será para él una gran ayuda saber que su sufrimiento no es estéril, que está acompañado por el dolor de Cristo en la Cruz y que, por eso, puede ser corredentor, sabiendo que al final de su vida ya no habrá enfermedad, ni dolencias, sino que vivirá en plenitud junto al Amor, por toda una eternidad? Conozco a una chica joven, con un cáncer terminal, que encontró el sentido de su vida, precisamente en su enfermedad, y pasó de una existencia vacía, de lo efímero, del puro capricho, a una vida serena y en cierto sentido feliz; de la indiferencia con respecto a Dios, a la fe en Jesucristo, y a la confianza en que sería salvada por Él

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n r a z ó n c re a d o r a bn cuanto más antidivino, más antihumano El ateísmo militante, el antiteísmo, que ahora se dedica a “adornar” los autobuses urbanos, quiere hacernos creer que es muy tolerante y nada dogmático cuando comienza con una duda —“Probablemente Dios no existe”—, pero enseña la patita a continuación para aconsejarnos así: “deja de preocuparte y goza de la vida”. ¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir? Que Dios nos complica la existencia, haciendo nuestra vida infeliz y angustiosa, llena de miedo, coacción y falta de libertad para vivir “a nuestras anchas”. Estos ateos de “tres al cuarto” están bastante lejos de la postura seria y filosófica del existencialismo de Heidegger o de Sartre, por citar los más conocidos, que reflexionaban acerca del absurdo de una existencia sin Dios, porque el “hombre es un ser para la muerte” y de ahí que la vida no tenga sentido, sea una “náusea”, porque “el hombre muere y no es feliz”, y tampoco goza de total libertad: está limitado porque “el infierno son los otros”. El mismo Nietzsche, que decreta la “muerte de Dios”, se da cuenta de la terrible orfandad del hombre sin Dios. Escribe páginas muy esclarecedoras en este sentido. Pero, claro, de este influyente pensador a estos ateos que ni siquiera se declaran convencidos de la no existencia de Dios, hay un abismo. Son fruto de nuestra cultura, banal, frívola, de pensamiento débil, que sólo vive de eslóganes y subvenciones.

SI DIOS NO EXISTE ES CUANDO DEBEMOS EMPEZAR A PREOCUPARNOS. ¿CÓMO SE ENTIENDE EL HOMBRE SIN DIOS? EL MISTERIO DEL HOMBRE SÓLO SE ESCLARECE A LA LUZ DEL MISTERIO DE CRISTO ¿Puede haber una felicidad mayor que la del hombre de fe que cree que ha sido creado por amor, y para amar y ser amado? El creyente sabe que es hijo adoptivo de un Dios que envió a su Hijo para entrar en la historia y aceptar la miseria humana y, por ello, la muerte en Cruz para redimirnos. Sabe también que ese Dios ha querido mostrarnos su rostro humano, para que le conozcamos y podamos acercarnos a él. Conoce también, porque así se nos ha revelado, que es un Dios de misericordia y de perdón, porque es “Amor”. Por sus frutos les conoceréis. ¿Cuáles son los servicios a la comunidad de los que predican el “comamos y bebamos…”? ¿Cuáles los del cristiano? Nadie dudará de la ingente labor de misioneros, de asociaciones católicas como Cáritas, Manos Unidas, Congregación de la Madre Teresa de Calcuta, y un largo etcétera, que ayudan a los menesterosos sin preguntar siquiera cuáles son sus creencias, su raza o su país. Tal vez esta torpe campaña haga reflexionar a más de uno. Dios escribe derecho con renglones torcidos…

EN BUENA PARTE, LAS DEPRESIONES Y NEUROSIS SON PRODUCIDAS POR EL ANSIA DEL HOMBRE DE TRASCENDENCIA NO COLMADA 68


ra zó n c re a dora bn n ¿PUEDE HABER UNA FELICIDAD MAYOR QUE LA DEL HOMBRE DE FE QUE CREE QUE HA SIDO CREADO POR AMOR Y PARA AMAR Y SER AMADO?

“SI DIOS NO EXISTE, TODO ESTÁ PERMITIDO; PERO EL MUNDO SE VUELVE INHABITABLE”

hacia una ética farisaica Algunos prefieren ver al hombre como un simple producto de la evolución de las especies; por eso, conceden a veces más valor a las focas, simios, linces, etc., que a un feto en el seno de su madre, considerando incluso como derecho de la mujer el aborto. Lejos de Dios, el hombre ve reducida su dignidad como persona —que ha sido una gran conquista cristiana—. Se le considera una cosa que sólo tiene valor instrumental e utilitario; de ahí la defensa de la eugenesia, eutanasia y aborto por parte de estas ideologías “progres”. ¿Para qué sirve un enfermo, un discapacitado, un anciano? Encima lo rodean de una especie de sentimentalismo que pretende ayudar al que la sociedad considera inservible. Se habla de “muerte digna” y de librar al enfermo o discapacitado de su sufrimiento. ¡Qué “buenismo” mas hediondo y manipulador! La misma formulación de la propaganda atea, expresa, a las claras, el egoísmo de que está imbuida. “Deja de preocuparte y goza de la vida” ¿Qué puede importarte todo lo demás? Quisiera recordar una frase de Dostoiewski que dice así —cito de memoria—:“Si Dios no existe, todo está permitido; pero el mundo se vuelve inhabitable”. Es lo que está ocurriendo en este mundo desacralizado, que se aleja a pasos agigantados, merced a la manipulación y propaganda, de su fundamento, es decir, del Dios Creador.

DIOS EXISTE, SOMOS TESTIGOS. Y PODEMOS DISFRUTAR DE LA VIDA QUE ÉL NOS DA, PARA GUSTAR LO QUE REALMENTE NOS HA PROMETIDO EN JESUCRISTO: LA VIDA ETERNA. 69


bn n ed uc ac i ó n pa r a l a v i d a

El joven rico Daniel Talavante Flores

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is amigos saben que soy católico porque ser cristiano te hace diferente del resto; no por ser mejor persona, sino por ver las cosas de una forma distinta. Ser cristiano no es un “buscar sentirse bien” ni anhelar el equilibrio; para eso nos hacemos budistas o nos iniciamos en la filosofía zen. Y tampoco ser cristiano es ser buena persona. Buenas personas hay muchas en este mundo.Yo no soy buena persona (no siempre lo soy) y tengo amigos mejores personas que yo. Estas “buenas personas” viven su vida, no se meten con nadie, llevan una existencia normal y se entregan y preocupan al máximo por los demás. Son responsables, trabajadores, coherentes con sus actos e interesados por solucionar los problemas de la sociedad. Unos no creen en Dios ni en la trascendencia, otros no lo niegan, pero tampoco se llaman a sí mismos cristianos, bien porque no se identifican con Cristo, bien porque no lo necesitan.

O B R A S SO N A MO R E S Entonces, ¿qué es ser cristiano? Ser cristiano es experimentar que Dios te ama. Y esto implica mucho más que una sencilla frase, porque el amor no es un sentimiento, el amor es acción. Si tú quieres a una persona, no basta con decir “te quiero”, sino que debes demostrárselo en el día a día con obras que hablen de ese amor o, de lo contrario, es una mentira. Así pues, decir que “Dios me ama” implica afirmar que Dios me lo ha demostrado, y si es capaz de obrar, entonces Dios es una “persona” (con sus facultades: pensamiento, voluntad y memoria), lo cual a su vez niega que sea una “energía inmaterial” que rodea o impregna el universo, puesto que la energía no puede amar. Evidentemente la luz de la bombilla de mi habitación no me ama, no puede ni podrá hacerlo jamás.

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e du ca c ió n p ara l a vi da bn n

Ahora bien, ¿por qué es tan difícil para la gente, para las buenas personas, aquellas realmente buenas y entregadas por los demás, aceptar el mensaje del cristianismo y hacerlo suyo? La respuesta hoy la encuentro en un acontecimiento que tuvo lugar hace muchos años. El Evangelio cuenta que estando una vez Jesús con sus discípulos se le acercó un joven y le dijo: “Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener la vida eterna?” ( para ser feliz desde hoy y para siempre ); a lo que Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Solo Dios es bueno... ya sabes los mandamientos: no mates, no robes, no cometas adulterio, honra a tu padre y a tu madre...”. El joven le contestó: “Maestro, todo esto lo he venido cumpliendo desde mi juventud”, Jesús le miró tiernamente y le dijo:“Entonces una sola cosa te falta, anda, y todo cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el Cielo, luego ven y sígueme”. Pero el joven, abatido por estas palabras, se marchó entristecido porque tenía muchos bienes (ver Mc 10,17-22).

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bn n e d uc a ci ó n pa r a l a v i d a

S O LO LO Q U E HACE B U E N O A L HO M BR E P U E D E HACE R LO F EL IZ No se puede negar que a Jesús se le acerca una buena persona. Se trata sin duda de un joven coherente y responsable en todas sus acciones. Pero ¿por qué se dirige a Jesús? En primer lugar, porque era joven y como tal se plantea el sentido de todo lo que hace. Si fuera viejo, seguramente habría sido vencido por el nihilismo: “la felicidad no existe”; o por el conformismo: “quédate con lo que tienes y no pidas más”. Pero la juventud es la etapa de buscar respuestas que marcarán el resto de la vida. Como joven se dio cuenta de que a pesar de hacer buenas obras, no era del todo feliz. Algo le faltaba en la vida. Tal vez esa chispa que tantas veces sentimos que no tenemos, y que no alcanzamos ni con la carrera universitaria, ni con los estudios, ni con el dinero, ni con la familia, ni con el noviazgo… No somos plenamente felices, es decir, no disfrutamos de esa “vida eterna” de la que habla Jesús y no sabemos por qué. Está claro que algo falla; pero ¿qué?.

“Jesús le miró —dice el Evangelio— y le amó”. Le miró con ternura. Una buena persona, pensaría para sus adentros. Y le dijo —como también te lo dice a ti— que, si realmente quería ser feliz y tener la vida eterna, dejara caer sus razonamientos, como esos de que “es imposible que Dios exista y que todo cuanto me dice sea verdad”.También le dice a él y a ti que dejes caer tus afectos:“Si te hago caso, me rechazarán por ser cristiano, seré un bicho raro, nadie me querrá”; que abandones tus egoísmos —“Pero yo quiero hacer mi vida, quiero tener mi dinero, mi coche, mi casa”— y optes por seguir a Cristo, ser cristiano y vivir como Él y para Él.

Porque sólo arriesgando es como se puede saber si algo es o no cierto. No se puede conocer de antemano el sabor de un alimento, si no te arriesgas y lo pruebas. Igualmente no se puede saber si alguien te quiere, si nunca te lo ha demostrado de alguna forma.

Jesús le dijo al joven rico y me dice a mí que opte por seguirle y vivir por Él y para Él


e duc a ci ó n p ara l a vi da bn n

S I N A M O R E L R I CO E S P O B R E ; CO N A M O R E L P O B R E E S R I CO

El amor no es un sentimiento, el amor es acción

“Pero el joven se fue, triste, porque tenía muchas riquezas”, termina diciendo el Evangelio, y eso le pasa a la mayoría de estas buenas personas que, haciendo todo lo posible por ayudar a los demás, no terminan de dar el paso definitivo de vivir en Cristo y para Cristo. El miedo al rechazo, a la incertidumbre de perder la libertad, a la rponsabilidad de vivir conforme vivió Cristo y no según los instintos y deseos propios hace que finalmente estas buenas personas se conformen con su vida y crean que el cristianismo es una utopía imposible de alcanzar, una comedura de coco u otro camino más para auto-convencernos de que somos felices. Pero hay una raíz más profunda todavía: la incredulidad. ¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Jesús con estas palabras no le está corrigiendo, no le ha dicho:“Eh, cuidado, que yo no soy bueno”, sino que le está diciendo: “¿Sabes realmente lo que implica llamarme ‘bueno’ a mí?” Si sólo Dios es bueno y Cristo es “el Maestro Bueno”, es que Cristo mismo es Dios: ¿crees esto? Esa es la raíz de la aceptación o el rechazo del cristianismo, ¿crees, realmente, que Cristo es Dios? ¿Crees, sinceramente, que Dios te ha amado tanto que se ha hecho hombre y ha muerto en la Cruz por ti, para demostrarte que te quiere sin darte lugar a dudas? Si el joven rico del siglo XXI lo hubiera creído, en vez de irse, le habría seguido. Hubiera aceptado su mensaje, a pesar de las dificultades y de las dudas que pudieran surgir. Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de los Cielos;“pero lo que es imposible para los hombres es posible para Dios” (Mc 10,23-27).

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bn n es p ad a d e d o s f i lo s

Para ti salmodiaré, Señor B e ll e z a y r iq u e z a d e lo s sa lm o s Antonio Pavía Martín-Ambrosio Misionero Comboniano

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ablar de la riqueza y belleza de los Salmos nos lleva a sondear la espiritualidad vivida por Jesucristo, que, en cuanto hombre, estuvo sujeto al crecimiento normal de su condición humana, desarrollándose no solo corporalmente sino también espiritualmente: "Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres" (Lc 2,52). En los salmos encontramos lo que podríamos llamar la Escuela de Oración y de Fe, en la que los hombres piadosos de Israel enriquecieron tanto su espíritu que aprendieron a hablar con Dios cara a cara como una persona habla con su amigo, igual que lo hacía Moisés: "Yahvé hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo" (Ex 33,11). 74

En los salmos encontramos lo que podríamos llamar la Escuela de Oración y de Fe


es p ada de dos fil o s bn n

BA J O L A S A L A S A la luz de esta realidad, podemos imaginarnos a Jesús sumergiéndose en el abismo insondable de amor que son los salmos y, desde ellos, arrojarse en los brazos de su Padre. Pensemos en aquellos momentos en los que el rechazo y el desprecio actuaban sobre él como cuchillas afiladas minando sus fuerzas hasta el desfallecimiento. Eran sus ojos fijos en el Padre lo que indudablemente le sostenía En este sentido, vamos a penetrar en el salmo 91, con la intención —y el atrevimiento— de sondear los pálpitos del alma de Jesucristo en sus peores momentos: rechazos, desprecios, persecución y, por fin, su condena a muerte. Este salmo empieza con una especie de enunciado que abre todas las puertas de la esperanza y plenitud de vida al hombre orante que en él se nos describe: "El que mora en el secreto de Yahvéh pasa la 'noche a su sombra diciéndole: Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios, en quien confío" (Sal 91,1-2). Imaginemos a Jesucristo haciendo carne de su carne y alma de su alma la Palabra de Dios impresa en este poema oracional. Es consciente de que mora, es decir, de que ha plantado su tienda en el secreto-intimidad de Dios, su Padre. El Dios oculto no tiene velos ni secretos con Jesús: se le manifiesta y le muestra su Rostro, como Él mismo atestigua (Jn 5,19). Ello hace que deposite en Él su confianza, que se refugie en Él por más que su vida no valga nada a los ojos de su pueblo. En este abismo de belleza e intimidad, su alma se abre en un susurro estremecedor que proclama: “ ¡Tú eres mi refugio, en ti confío! ¡Tú eres mi Padre, hacia ti aprieto todo mi ser!”

A estas alturas y con los ojos fijos en el Señor Jesús (Hb 12,1-2), tengamos presente que toda la Palabra —por supuesto también los Salmos— se cumple en Él. Sabiendo esto, nos acercamos a su Evangelio y constatamos con indecible gozo que el Hijo de Dios nos llama y capacita nuestro espíritu para poder penetrar e intimar también nosotros en los secretos de Dios. El apóstol Pablo subraya que el Misterio-secreto de Dios ha sido revelado y manifestado al hombre por Jesucristo, su Hijo. Misterio que, como bien puntualiza, es impenetrable e inaccesible a la sabiduría humana: "Mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder... Hablamos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para nuestra gloria” (1Co 4,7).


bn n e sp ad a d e d o s f i lo s

La belleza de las palabras con que Dios responde a este hombre orante, se cumple en plenitud en su Hijo y, por extensión, en los hombres y mujeres que han creído, creen y creerán en Él Es la sabiduría de Dios concedida por su Hijo la que abre los sentidos de nuestra alma, como dice san Agustín, para poder conocer, amar e intimar con Dios. Es entonces cuando, al igual que Jesucristo, el discípulo pasa sus noches-pruebas con Dios, planta su tienda en Él, y Él mismo lo adentra en sus secretos o, como dice la esposa —alma— del Cantar de los Cantares, lo introduce en su bodega (Ct 2,3-4). Es entonces cuando tiene la suficiente luz y experiencia de Dios como para repetir, igual que lo hiciera su Hijo:“¡Tú eres mi refugio!..., pase lo que me pase, ¡confío en ti!” Jesús penetró en su total inmensidad en los secretos de Dios, su Padre, por lo que tiene autoridad para proclamar que sólo Él es el Maestro (Mt 23,8), el único que puede enseñarnos, conducirnos y enriquecer nuestro espíritu hasta la altura de poder descubrir y reconocer a Dios vivo en su Palabra. Recordemos que después de su resurrección abrió el espíritu de sus discípulos, para que pudiesen comprender el Misterio de Dios y su Encarnación, ocultos en las Escrituras (Lc 24,45). Esta acción del Señor Jesús se ha perpetuado y seguirá perpetuándose a lo largo de la historia en todos sus discípulos. Este "nuevo conocimiento y comprensión" fue prometido por el mismo Jesucristo como don de lo alto a los pequeños... tan pequeños que desdeñaron todo apoyo y soporte humano, y decidieron refugiarse y confiar en Él, como Él lo hizo con su Padre. A esta multitud de hombres y mujeres, pequeños por opción, Jesús los consideró dignos de conocer el Misterio de Dios (Mt 11,25-27).

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e s pa da d e do s fi l os bn n

Volvemos a nuestro salmo al que ya no vemos lejano, sino muy familiar a nuestra vida, a nuestra experiencia de Dios. En un principio hemos reconocido a un fiel israelita que representa en parte a todos los hombres y mujeres orantes de Israel; ahora reconocemos en él a Jesucristo en su relación confiada con Dios. Es el momento de ver cómo le responde. La respuesta de Dios la encontramos hacia el final del salmo, del versículo 14 al 16. La intensidad y magnitud de lo que Dios le responde, sobrepasa toda la belleza poética que nos han legado los poetas a lo largo de la historia.

COMO A LA NIÑA DE MIS OJOS No se trata de desmerecer a nadie ni pretendemos establecer un arco de comparación, sino que nos referimos a que cualquier hermosura literaria que, en definitiva, se diluye la mayor parte de las veces en un simple deseo o se apaga por el paso del tiempo, queda palidecida ante el hecho de que la belleza de las palabras con que Dios responde a este hombre orante, ¡se cumplen!, ¡se cumplen en plenitud en su Hijo y, por extensión, en la innumerable multitud de hombres y mujeres que han creído, creen y creerán en Él. Dirijamos con temblor y gozo estremecedor nuestros espíritus hacia esta belleza increada, oigamos lo que Dios responde al salmista: "Porque él se abraza a mí, yo he de librarle; le exaltaré, porque conoce mi nombre. Me llamará y le responderé; estaré a su lado en la desgracia, le libraré y le glorificaré..." (Sal 91,1-15). Dios está testificando a favor del salmista, ya que, al recurrir éste a Dios como su único defensor (versículo 9), en realidad, lo que ha hecho es abrazarse a Él. Esta acción le mueve al Señor a acudir en ayuda del hombre. Estará con él en la desgracia, lo librará, lo exaltará, y, como broche de oro de su amor por él, lo glorificará, que esto fue lo que le pidió Jesús en la noche de su pasión: "Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti" (Jn 17,1).

a los pequeños que decidieron refugiarse y confiar en Él, Jesús los consideró dignos de conocer el Misterio de Dios

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n e s pa d a d e d o s f i l os bn

E N DIOS MI ALMA S E G LO R Í A Continuamos embebiéndonos con esta incomparable respuesta de Dios y observamos una puntualización enormemente sorprendente: Dios formula la razón del porqué de su asombrosa solicitud con este hombre fiel. Dice que se volcará en él porque —como expresa textualmente— "conoce mi nombre". Conoce mi nombre, es decir, me conoce de tú a tú, cara a cara. Me conoce tan fondo que no ha dudado en fiarse de mí. Sabe que no defraudo a nadie, que no dejo a nadie en la estacada, que cumplo mi palabra y que, cuando digo que salvo, es que salvo de verdad. Me conoce y no de "oídas", sino en lo más profundo de su ser, porque su espíritu guarda mi Palabra. A estas alturas oímos a Jesús decir a los judíos: "Mi Padre es quien me glorifica, de Él vosotros decís: es nuestro Dios, y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco..., le conozco, y guardo su Palabra" (Jn 8,54-55). Conocer así a Dios, conocer su secreto, su Misterio, sólo es posible gracias a Jesucristo. Él tomó nuestra carne y, precipitado por el hombre a la Pasión, desde la cruz tomó impulso y, a su vez, se lanzó confiadamente en las manos del Padre diciéndole: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! (Lc 23,46).

toda la Palabra —por supuesto también los salmos— se cumple en Jesucristo 78

el Dios oculto no tiene velos ni secretos con Jesús: se le manifiesta y le muestra su Rostro

La salvación de Dios pasa por hacer nuestra esta experiencia de su Hijo. Éste, en su amor por el hombre, sigue cumpliendo su misión de darnos a conocer al Padre tal y como lo prometió: "Padre santo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos" (Jn 17,25-26). Bienaventurados todos aquellos hombres y mujeres que, de la mano del Señor Jesús, entran en la inmensurable espiritualidad de los salmos, pues ellos contienen aquel alimento al que Jesús hizo alusión y que sus discípulos aún no conocían (Jn 4,31-32). P.D. Para ayudarnos a aprovechar mejor la riqueza espiritual de los salmos, recomendamos el libro "En el espíritu de los Salmos", Editorial San Pablo. Autor: P. Antonio Pavía.



bn n al d e a p l an e t ar ia

Superpoblaci贸n Buenanueva

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a ld ea pl a ne ta ri a bn n

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a amenaza del hambre se viene utilizando hace tiempo como justificación para ejercer un control sobre el crecimiento de la población. Malthus decía que en el banquete de la naturaleza no se habían puesto cubiertos para todos; la naturaleza ordenaba eliminar a los más débiles, y el estado debía ayudar a la naturaleza. Los defensores de esta ideología tienen una visión retrógrada e inmovilista de los recursos de la tierra. Desde Malthus el rendimiento del suelo no ha dejado de mejorar y la producción agrícola es excedente en relación con las necesidades. Los recursos se multiplican porque los hombres son ingeniosos y creativos. No hay mayor riqueza ni fuerza que los hombres. Lo importante no son las cosas sino los hombres, que bien formados serán capaces de transformar las cosas en riquezas y bienes. El temor a la superpoblación no es de hoy. Ya Platón y Aristóteles se preocupaban por el exceso de población y proponían medidas para limitarla; y así lo hicieron Giovanni-Otero, Francis Bacon y Tomas Hobbes en el s. XVI; igualmente en la China del s. XVIII, poblada entonces por 300 millones de personas. Pero este temor no ha sido compartido por otros autores como Bodin1 o Fénelon, quien ya escribía en 1699: “Bien cultivada, la tierra alimentaría cien veces más hombres de los que alimenta”. En la cristiandad, desde los Padres de la Iglesia, la cuestión de tener hijos se sitúa bajo la luz de la moral querida por Dios, lo cual descarta la cuestión del número de hombres.

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bn n al d e a p l an e t a r ia

Es la línea de acción actual de la ONU en su lucha contra la población: implantar el aborto bajo presión en los países en vías de desarrollo En Francia divulga sus ideas Jean-Baptiste Say: “Las instituciones más favorables para la felicidad de la humanidad son las que tienden a multiplicar los capitales. Por tanto, conviene que se anime a los hombres a que ahorren en vez de tener hijos”. 3 La realidad demográfica ha demostrado que el planteamiento de Malthus era equivocado, sin embargo sus ideas se siguen apoyando. Efectivamente, en el plan de acción de la ONU contra la población se aboga hoy por la implantación del aborto bajo presión en los países en vías de desarrollo, el fomento de la homosexualidad entre los jóvenes, de la anticoncepción, etc.

E L MI E DO

DE LOS NEOMALTUSIANOS

L A H I P Ó TE S I S DE MALTHUS

En 1798, Malthus publica su primer “Ensayo”2: quiere justificar la necesidad de que los poderes públicos eviten el aumento del número de hijos de los pobres. Su hipótesis plantea que el crecimiento de la población es geométrico, mientras que el de los alimentos es aritmético, mucho más lento.

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En la segunda mitad del siglo XX se responsabiliza insistentemente a las evoluciones demográficas de las desgracias del mundo. El libro decisivo en la propagación de estas ideas es “The population bomb” (La bomba de la población) de Paul Ehrlich, que generó una controversia mundial en 1968 sobre la población humana y la disponibilidad de alimentos. Para él las cuestiones geodemográficas se reducen a cifras y estadísticas aterradoras: hay demasiados hombres y su número óptimo sería 500 millones. Lo mismo opina el famoso comandante Cousteau, que en noviembre de 1991 declaraba al Correo de la UNESCO:“La población mundial se debe estabilizar y, para ello, habría que eliminar 350.000 hombres diarios”. Sin comentarios.


al de a p l an e tar ia bn n

L AS P REV IS IONE S NO SE CUMPLEN

La primera aseveración del prólogo del libro de Ehrlich dice que “centenares de millones de hombres van a morir de hambre en los años 1970-1980”. Aunque el hambre es una desgraciada realidad que se produce repetidamente, según la Organización Mundial de la Salud, las principales causas de mortalidad proceden de las enfermedades cardiovasculares (30%), enfermedades infecciosas y parasitarias (17,8%), tumores malignos (12,6%) y traumatismos (9,1 %). La segunda afirmación es:“Ya nada podrá evitar un aumento importante de la tasa de mortalidad mundial”. Pero los hechos demuestran que esta tasa ha ido disminuyendo desde los años setenta; en los años cincuenta, era de 19,7 muertes por mil habitantes; en 2002, de nueve por mil.4 La tasa de mortalidad solo aumenta en los países con graves conflictos bélicos o políticos: así, los de la herencia soviética5, o aquellos que padecen la pandemia de VIH/ Sida o los países desarrollados cuyo envejecimiento se hace cada día más notorio por la caída de su natalidad. Las elevadas mortalidades no se deben a la “superpoblación”, sino al contexto político y desastrosas gestiones de los estados. La más mortífera tuvo lugar en China en los “años negros” 1958-1961. La intensificación de la colectivización de la agricultura dentro del programa “gran salto adelante” y la prioridad dada a las inversiones militares provocó una crisis de producción alimentaria devastadora. Otro tanto ocurrió en Corea del Norte con unos tres millones de muertos por desnutrición entre 1995 y 2000: el totalitarismo político que transformó ese país en un inmenso cuartel6, la autarquía colectivista que impidió los intercambios, unas decisiones económicas desastrosas y la represión implacable han provocado la bancarrota del país.

Otras elevadas mortalidades tienen como causa los conflictos de poder, como la guerra Irán-Irak, la guerra civil en Sudán, o las luchas internas en Angola o Afganistán. También se ha extendido una terrible práctica entre las clases dirigentes de muchos países, consistente en provocar hambrunas para obtener financiaciones que les beneficien, como ocurrió con los dirigentes etíopes, que así consiguieron financiar su guerra con Eritrea.7 Ehrlich muestra su desconocimiento de los mecanismos demográficos, pues en los años setenta anunciaba que habría siete mil millones de hombres en el año 2000; cuando ya en 1934 la lógica de la transición demográfica formulada por Adolphe Landry permitía anticipar que esta previsión era excesiva.8 Los neomaltusianos siguen basando sus afirmaciones en la expresión “explosión demográfica”, dando a entender que la población mundial cada vez crecerá a mayor ritmo, lo que supone un desconocimiento de las lógicas demográficas, especialmente del esquema de la transición demográfica.

hay una idea muy extendida que consiste en responsabilizar de las desgracias del mundo a las evoluciones demográficas


n a l d ea pl a ne t a r i a bn

EL MITO DE LA

“EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA”

La transición demográfica es el período durante el cual las poblaciones contemporáneas, gracias a los progresos económicos y sanitarios, pasan de regímenes que se caracterizaban demográficamente por unas tasas de mortalidad y de natalidad muy elevadas a

unos regímenes de baja mortalidad, acompañados, consecuentemente, por una disminución de la natalidad. Este esquema no es una teoría, puesto que su elaboración procede de la descripción pura de acontecimientos históricos. La transición demográfica se puede observar en todos los continentes, incluidos Iberoamérica, Asia y África.

El esquema de la transición demográfica tiene dos particularidades:

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La primera es el calendario, muy variable según los países. Así, Europa occidental empezó su transición a finales del siglo XVIII y ya la ha terminado hace tiempo, mientras que el subcontinente indio, comenzó en los años veinte y todavía no la ha terminado. Comparar, por ejemplo, la evolución demográfica de la Unión india con la de Alemania en 2003 no tiene mucho sentido; la verdadera comparación sería entre la Unión india en 2003 y Alemania a finales del siglo XIX. Tampoco es adecuado comparar los crecimientos de China y de Gran Bretaña en el siglo XX, pues sería considerar dos períodos demográficos y dos contextos históricos diferentes; comparando estos dos países durante el período más intenso de su transición, es decir, China en el siglo XX con Gran Bretaña en el XIX, se demuestra que la transición inglesa ha sido más intensa que la transición china, puesto que la población de Gran Bretaña se multiplicó por cuatro en el siglo XIX, mientras que la de China solo se multiplicó por tres.

2

La segunda particularidad de cada transición demográfica consiste en su intensidad, más elevada cuanto más corto es el período de la transición. Una población que pasa por la transición en menos de medio siglo, como Taiwán, Corea del Sur o Túnez, se multiplica durante este período más que una población cuya transición dura un siglo o más. Por este motivo, los países del Sur, que han sabido beneficiarse rápidamente de los progresos sanitarios de los del Norte, experimentan un descenso de mortalidad más rápido y, por tanto, su multiplicador de transición es más elevado. El crecimiento demográfico intenso de los dos últimos siglos resulta de un progreso considerable de la humanidad, que ha conseguido disminuir muchísimo la mortalidad. En numerosos países, la mortalidad infantil, la materna y la de los niños y adolescentes ha bajado más de un 95%; consecuentemente, la esperanza de vida se ha doblado o triplicado en algunas poblaciones. Pero el siglo XXI no está experimentando una “explosión demográfica”, un crecimiento exponencial, sino una clara desaceleración. Por el efecto de la velocidad adquirida se producirá un aumento de la población mundial de un 50% entre 2000 y 2050, frente al 140 % que se produjo en el medio siglo anterior. Se plantean entonces dos cuestiones: ¿Es la superpoblación responsable del hambre en el mundo? ¿Es la causante de una contaminación elevada?

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a l de a pl a n eta ri a bn n

P OL ÍT IC AS

QUE IMPIDEN EL DESARROLLO

Las bolsas de pobreza no son debidas a excesos de población, sino casi siempre a malas gestiones políticas. Por ejemplo, Rusia está clasificada como país con “desarrollo humano medio”, a pesar de las cuantiosas riquezas de su territorio; y esto no por su cantidad de población (que disminuye), sino por la herencia soviética. África es un continente con unas posibilidades económicas considerables, pero sufre el perjuicio de malas políticas: por ejemplo, Guinea, cuyos recursos naturales son tan abundantes, está entre los países con “débil desarrollo humano”,9 no por el número de sus habitantes, sino por la pésima gestión de sus políticas totalitarias. Algo así sucede con Birmania, entre los países más pobres del mundo, que posee recursos de todo tipo, ricos y abundantes: cursos de agua, extensas tierras fértiles, gran diversidad de bosques, amplias costas para la pesca, recursos mineros variadísimos que incluyen piedras preciosas, petróleo, gas natural… El fracaso de su desarrollo nada tiene que ver con la superpoblación, sino con su política.

Los causantes son los estados “incapacitantes”, que otorgan una buena parte de su poder a políticos que van en contra del interés de los pobres. Hay personajes políticos que se sirven de los recursos públicos para asegurarse su perpetuación en el poder, y que se aprovechan sin ningún escrúpulo de su posición para acumular riquezas y poderes personales, beneficiando a los que les apoyan, sin ninguna consideración por el interés público. Los recursos son algo relativo: solo existen si se perciben como tal y si se sabe utilizarlos; por lo tanto, varían según las épocas, las culturas y los proyectos de sus gestores. Por ejemplo, algunas sociedades se niegan a comer determinadas legumbres porque no entran en sus hábitos alimentarios, aunque las tierras sean capaces de producir grandes cantidades; por otro lado, es cierto que puede haber escasez de una materia determinada, pero ello incita a buscar otros sustitutos.


n a l d ea pl a ne t a r i a bn

¿H A B R Á

RECURSOS PARA TODOS?

Los recursos no han dejado de crecer con el progreso de la humanidad, ya que el hombre, mediante la tecnología, los produce10: “No hay ninguna necesidad de un segundo planeta para alimentar al mundo”, pues “la prolongación de las tendencias del pasado conduce a que el conjunto de la producción agrícola se vaya a duplicar desde ahora hasta el año 2050”.11

A MAYOR NÚMER O

DE HABITANTES,

¿MAYORA CONTAMINACIÓN?

1) La antigua URSS, uno los territorios más afectados por las catástrofes ecológicas, es de los menos densos del mundo. La causa de sus agresiones medioambientales no es el número de habitantes, sino la intensa utilización de procedimientos industriales muy contaminantes y deficientes sistemas de seguridad.12 2) Corea del Norte padece una deforestación masiva provocando así una corrosiva erosión y todos los cultivos son cada vez más vulnerables. Esto se debe a medidas políticas y económicas desastrosas, en pro de una autarquía colectivista e impuesta por un totalitarismo que ha producido la quiebra del país, no al número de coreanos.

De hecho, la densidad de población de Corea del Norte es tres veces menor que la de Corea del Sur, quien, además, tiene que alimentar a unos habitantes cuya esperanza de vida excede en diez años a la de sus hermanos del Norte. 3) En 2003 los Estados Unidos contaminaban entre tres y cuatro veces más que la Unión Europea. Sin embargo, ésta sumaba 378 millones de habitantes, mientras que EEUU solo tenía 289. La densidad de la UE era de 117 habitantes/km2 y la de EEUU de 30. El problema es que los EEUU tienen un territorio muy extenso y rico, por lo que muchas veces eligen soluciones fáciles y se movilizan menos contra la contaminación.13 4) En otros lugares, unas poblaciones poco densas pueden atentar contra el medio ambiente mediante la utilización de métodos antiguos o cualquier otra forma de sobreexplotación. Así pues, el nivel de contaminación en un territorio no procede de la densidad de población, sino de inadecuados métodos de producción y de los comportamientos y costumbres de sus habitantes.

el siglo XXI no está experimentando una “explosión demográfica”, un crecimiento exponencial, sino una clara desaceleración


al d e a p la n et ar i a

NO PUEDEN LOGRAR UN DESARROLLO SOSTENIBLE

Según el informe Brundtland de 1987,“es sostenible aquel desarrollo que responde a las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para responder a sus propias necesidades”. Existe una repetición continua de tópicos, según los cuales la “explosión demográfica” del Tercer Mundo imposibilitaría cualquier desarrollo sostenible, o bien que la explotación por el Norte sería una catástrofe... Pero se oculta que algunos países no tienen desarrollo alguno y, por lo tanto, ¿cómo van a alcanzar un desarrollo sostenible? Estos países son, en África, Liberia, Sierra Leona, Somalia, Mozambique y el Congo; en Asia, Irak, Yemen, Afganistán, Timor oriental y Corea del Norte. Estos países no han sido más “colonizados” o más “explotados” que otros que marchan mejor; sin embargo, su historia se caracteriza por guerras o violentos conflictos civiles. Algunos de ellos han sufrido durante largo tiempo unos

n bn

gobiernos autocráticos que solo muestran interés por las armas que les permitan perpetuarse en el poder, sin prestar ninguna atención al bien común ni a la alimentación de sus poblaciones. Según el PNUD, en 1995, en el África subsahariana, los gastos militares han supuesto ocho mil millones de dólares, lo cual equivale, aproximadamente, a la cantidad necesaria para permitir el acceso generalizado al agua potable y a las infraestructuras sanitarias en todos los países en desarrollo.14 Como dice el premio Nobel de economía Amartya Sen, “el hambre aparece solo donde no hay democracia”.15 Ayer, los hombres sabían producir más y mejor: de ahí el espectacular aumento de la longevidad, causa fundamental del crecimiento del número de hombres en la tierra desde hace dos siglos; mañana, los hombres seguirán aprendiendo a producir más y mejor. Escuchar a los voceros de la catástrofe, que recurren a la población como chivo expiatorio, no ayudará a mejorar el desarrollo sostenible.

las bolsas de pobreza en el mundo no son debidas a excesos de población, sino casi siempre a malas gestiones políticas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 16 15

J. BODIN, Les six livres de la Republique (París 1576) V, 7. MALTHUS, Essai sur le principe de population (1803, reedición Seghers, Paris, 1963) 147. J.-B. SAY, Cours complet, 1828, VI parte, 11 EI-IRUCH, La bombe P, 46. Population et Avenir, 660, nov-dic 2002. G-.F.Dumont, L´Heritage demographique du systéme sovietique, en A.-L.Sanguin (dir.), L´Europe de l´Est quinze ans aprés la chute du mur (L’Harmattan, Paris 2003). Géopolitique de la faim. Ibidem. A. LANDRY, La révolution démographique (París 1934, reedición Ined, 1982). PNUD (Plan de las Naciones Unidas para el Desarrollo), Rapport mondial sur le devéloppement humain 1995 (Economica, Paris 1995) 128. Le Monde (4-5 de febrero de 1996) 3. PNUD, o.c., 114-115. M. Schooyans, Bioéthique el population (Le Sarment - Fayard, Paris 1994). Estimaciones de Eurostat, 1 de enero de 2003. PNUD, o.c., 114. Le Monde (12 de junio de 2002).

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bn n n u e va e s t 茅 t i c a

Carlos Ortega Fresneda Licenciado en Historia del Arte

La Trinidad de Rublev

L a i m a g e n co m o fo r m a d e o ra c i 贸 n 88


n ue va e sté ti c a bn n

L

a espiritualidad de la tradición icónica oriental no tiene parangón con la imaginería del arte de Occidente. La pintura medieval que cubre los muros de los templos de la Iglesia latina cumple una función pedagógica. Conocidas como la “Biblia de los pobres”, las imágenes que decoran las iglesias occidentales tiene la misión de educar al fiel a través de escenas bíblicas que entrañan una enseñanza moral.

Tampoco es casual que los rostros de los tres ángeles sean iguales, porque los tres representan de igual manera la unidad trinitaria

En una tradición muy distinta se encuentran los iconos bizantinos. Para la cristiandad oriental tanto el pintar un icono como contemplarlo es una forma de orar. Una manera transcendente de acompañar a Dios Padre en la creación de la belleza o de contemplar la belleza divina a través de la imagen creada. Aunando teología y arte, buscan trasmitir la palabra de Dios a través de las imágenes. Por esto, a diferencia de la pintura occidental se elimina la componente narrativa, para centrarse en el concepto teológico trascendente. “Un ortodoxo venera a Dios como artista, pues lleva al trono de su Señor y Maestro las obras de su imaginación creadora. Los colores y los dibujos de los iconos son meramente un estímulo útil para el Oriente cristiano; forman una parte integral e indispensable del culto, pues al hombre se le exhorta a humanizar el mundo material, y uno de los medios que tiene a su disposición es el poder transfigurador del arte”. 1 Este poder tansfigurador del arte al que se refiere Zernov es el que desprende la Trinidad de Andréï Rublev. Pintado hacia el año 1425 para la Catedral de la Trinidad de San Sergio en Zagorsk, cerca de Moscú, el icono de Rublev se enmarca en los cánones de la espiritualidad pictórica bizantina. La visión de la Santísima Trinidad que ofrece, traslada al espectador a una realidad supraterrena, situándolo en un espacio irreal que lo traslada a una perspectiva celeste. Para su representación trinitaria Rublev recurre al episodio de la Teofanía de Mambré relatada en el libro del Génesis, en la que Abrahám comprende que Dios mismo ha acudido a su encuentro en la figura de tres misteriosos personajes (Gn 18,1-15).

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bn n n u e va e s t é t i c a

Para la cristiandad oriental tanto el pintar un icono como contemplarlo es una forma de orar La tradición antigua siempre ha dado un sentido trinitario a este pasaje, en el que Abraham recibe a estos tres hombres sentándolos a su mesa, tal como aparecen en la obra del pintor ruso. Las tres figuras rodean la mesa creando una composición circular con la mano del personaje central como eje, pero son varios los esquemas compositivos de la obra. En el círculo, símbolo de la eternidad divina, aparece inscrito un triángulo equilátero que representa la unidad e igualdad jerárquica de las tres personas de la Trinidad. También puede apreciarse un esquema crucífero trazando un eje desde el árbol de la parte superior hasta el cáliz que hay sobre la mesa, con la línea imaginaria que une las dos cabezas de los personajes laterales como travesaño. Por último, en la parte inferior de la mesa se forma un rectángulo que alude, en cada uno de sus lados, a los cuatro puntos cardinales en referencia a la universalidad del mensaje de Cristo. Nada es azaroso en el icono de Rublev, como tampoco lo es, en general, en la iconografía bizantina. Todo está sujeto a un programa, en función del mensaje que el pintor quiere hacer llegar al fiel.

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n u eva e s té ti ca bn n Las referencias arquitectónicas y paisajísticas que pudieran parecer anecdóticas también encierran una importante carga simbólica. El árbol, la encina de Mambré que sirve para enmarcar la escena en un espacio concreto, se ha interpretado como imagen del Jardín del Edén, mientras que la construcción que hay sobre el ángel de la derecha representa la tienda de Abrahám y se interpreta como una referencia a la arquitectura eterna de la Jerusalén Celestial. El principio y el fin de la historia que supone la Encarnación. “Aquí Rublev sigue la pauta de la Biblia, que inicia su narración con el jardín y la concluye con la ciudad y añade a ella la Cruz, que la coloca entre los dos puntos. Este elaborado simbolismo no recarga el cuadro; profundiza su mensaje y lo hace inteligible a sus fieles”. 2 Tampoco es casual que los rostros de los tres ángeles sean iguales, porque los tres representan de igual manera la unidad trinitaria. “Rublev recrea el ritmo mismo de la vida trinitaria, su diversidad única y el movimiento del amor que identifica las Personas sin confundirlas”.3 Los tres miran hacia abajo con gesto de tristeza, pero es una tristeza solemne, que humaniza a los tres personajes sin despojarlos de su dignidad divina. El ángel de la izquierda se identifica con la figura de Dios Padre, porque hacia Él se inclinan las otras dos personas. A la derecha se sitúa el Espíritu Santo, que con su gesto de dulzura maternal hace alusión a su misión consoladora. Y en el centro de la composición aparece el Hijo que mira al Padre con gesto de amor y de aceptación de la misión a la que Este le llama, mientras Él inclina la cabeza hacia su Hijo.

NOTAS: 1. N. ZERNOV, “Cristianismo oriental. Orígenes y desarrollo de la Iglesia ortodoxa oriental”, Ed. Guadarrama, Madrid, 1976. 2. Ibídem. 3. P. EVDOKAIMOVOV, “El Arte del Icono” , Ed. Publicaciones Claretianas, Madrid, 1991 4. N. ZERNOV. Op. cit.

Las miradas y los gestos forman también parte de la composición; la mirada del Hijo, en el centro, nos traslada hacia el Padre, que a su vez mira al Hijo y se inclina de forma pareja al Espíritu Santo, haciendo que el ojo del espectador se traslade hacia el cáliz, que destaca sobre el blanco del paño que cubre la mesa en el centro de la imagen. Toda la teología pictórica que desprende el icono de Rublev conduce hacia Cristo Sacramentado. El episodio de la Teofanía de Mambré es una representación de la caridad de Abraham con sus tres visitantes, de la misma forma que el Sacramento Eucarístico es imagen de la caridad completa de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu con su Iglesia.“Según Rublev, la vida interior de la Santísima Trinidad tiene su foco en la Santa Comunión, por medio de la cual las tres personas comparten su vida y su amor con la creación” .4 También los colores, distribuidos en una perfecta armonía, tienen una significativa carga simbólica, los púrpuras son imagen del amor divino, el azul de la verdad celeste, los dorados a la majestad… formando con todo el conjunto una imagen perfecta de la verdadera naturaleza de Dios, que no es otra que la del amor que se manifiesta a través de su Hijo y de su Santo Espíritu.

Toda la teología pictórica que desprende el icono de Rublev conduce hacia Cristo Sacramentado

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bn n n u e va e s t é t i c a

Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica Pilar Gordillo Isaza

Licenciada en Historia del Arte

“El expolio de Cristo” 92

de El Greco

El cuadro se halla en la Sacristía Mayor de la Catedral de Toledo. Ilustración proporcionada por el Deán de la Catedral


n ue va e st éti c a bn n

E

l expolio de Cristo es un enorme lienzo pintado por El Greco para la Sacristía de la Catedral de Toledo y que constituye su primera obra en España; la fama que le proporcionó este cuadro, junto con otros para el convento de Santo Domingo el Antiguo, fueron determinantes para establecerse definitivamente en Toledo.

El asunto es del todo nuevo, pues las sacristías se adornaban con la escena de la Crucifixión. Se llegaría a un acuerdo para decidir que el motivo idóneo para este lugar, donde los canónigos se revestían con ricos ternos, era el del humillante despojo de las vestiduras a Cristo. Así, mirando al maestro, cada miembro del capítulo catedralicio podría preguntarse ¿quién soy yo?, ¿a quién estoy siguiendo?... Sin duda la presencia de todo un Dios, despojado de su túnica y maniatado como un animal, era un episodio de la Pasión suficientemente impactante como para llevar a la conversión a todo el que lo contemplase.

ME R ODE A U NA MANAD A D E NOVI LLOS,

ME ACORRALAN TOROS DE BASÁN

Los evangelistas narran la crucifixión de Cristo e inmediatamente después comentan el detalle del reparto de sus vestidos:“Se repartieron sus vestidos echando suertes” (Lc 23,34b). Así se cumplía la profecía manifestada en el salmo 22: “Se han repartido mis vestidos, y han echado a suertes mi túnica.” (Sal 22,19). El episodio fue interpretado en la tradición medieval ortodoxa bizantina como anterior a la subida a la cruz. En esta obra El Greco adopta una forma de componer la escena muy original, desde luego sin precedentes. El autor, dejándose llevar por un espiritualismo místico exacerbado tan propio de él y del estilo manierista al que pertenece, hace que el grupo principal ocupe todo el espacio, anulando cualquier referencia al entorno natural. El punto de vista de este grupo es frontal. Las tres mujeres de la parte baja —la Virgen María, María Magdalena y María la de Cleofás— están pintadas desde un plano superior, con sus figuras superpuestas formando una diagonal que se contrarresta con la diagonal que configura el soldado, el cual, inclinado en escorzo, prepara el madero de la cruz. De alguna forma, estas dos diagonales de la base coinciden en un vértice que viene a ser la punta de flecha sobre la que se yergue la figura de Cristo, la única que se nos muestra de cuerpo entero desde los pies, descalzos y pobres, hasta el vértice de la cabeza.

EN LA SACRISTÍA, EL LUGAR DONDE LOS CANÓNIGOS IBAN A REVESTIRSE CON RICOS TERNOS, ERA EL LUGAR IDÓNEO PARA ESTE CUADRO 93


bn n n u e va e s t é t i c a

E XP O LI A D O D E S U T ÚN I C A

ULTRAJADO

HASTA EL EXTREMO

La figura de Cristo es monumental y su túnica, de la que nos dice la Escritura que era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo (Jn 19,23c), es pintada en un rojo vivo manchado con espesas pinceladas de luz blancas, que hacen sobresalir aún más la figura del fondo, convirtiéndola en el punto focal al que irremisiblemente todas las miradas son atraídas desde que penetran en la estancia. Recorremos su figura desde los pies, desde abajo hacia arriba. Después, una vez que advertimos el protagonismo de la mano abierta sobre el pecho, que acepta y no se resiste al mal, nuestra atención se dirige al rostro coronado de espinas, lleno de luz y de mansedumbre, con unos ojos que miran al cielo, y que hacia allí sabiamente nos conducen, permitiéndonos escapar de tanto dolor y descansar, como Cristo, en la comunión orante con el Padre. El tumulto que rodea a Cristo se compone de más de veinte personajes distribuidos en apenas tres filas con cierta isocefalia, es decir, con las cabezas alineadas a una misma altura, pero apenas perceptible por el agitado y animado movimiento. Los rostros se mueven de forma convulsa, se inclinan para mirar al condenado, giran hacia atrás, gesticulan y hablan a gritos, algunos nos miran fijamente y señalan con el dedo índice acusador. Los momentos previos y contemporáneos a la Crucifixión están cargados de una atmósfera de violencia por parte de todos aquellos que rodean a Cristo y que se mofan, gritan y lo escarnecen con ultrajes (ver Mt 27,39-44 y Lc 23,35-36).

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DESTACAN LA MANO ABIERTA SOBRE EL PECHO, QUE ACEPTA Y NO SE RESISTE AL MAL, Y EL ROSTRO CORONADO DE ESPINAS, LLENO DE LUZ Y DE MANSEDUMBRE Entre todas las figuras que le acompañan destaca el soldado que viste armadura del siglo XVI y que algunos consideran se trata de Longinos, el lancero que, tras atravesar el costado con la lanza, se convirtió e hizo acto de fe: “Ciertamente este hombre era justo” (Lc 23,47).


n u e v a e st ét ic a

bn n

COMO COR DER O LLE VADO AL

MATADERO

PARA REDENCIÓN NUESTRA

Las calidades del acero y el reflejo de los rojos de la túnica son un prodigio de maestría técnica en un Greco obsesionado por la óptica y el comportamiento de los espejos cóncavoconvexos, con un tratamiento más suelto y desdibujado en las pinceladas que arrastran el pigmento rojo por toda la superficie. En el rostro del soldado sin duda percibimos el retrato personal de un noble caballero toledano. El Greco se inspiró para la realización de El Expolio en las fuentes evangélicas y en las Meditaciones sobre la Pasión de San Buenaventura, que incorporaban nuevos detalles, como la presencia de las santas mujeres. Sin embargo, éstas no aparecen en los evangelios canónicos más que en el momento de la crucifixión (Lc 23,49), pero no en el del expolio, como se lee en el evangelio apócrifo de Nicodemo, el único que relata el episodio del expolio. Es evidente que el motivo del cuadro aporta un nuevo caudal de sentimientos, por la contemplación sufriente de la madre en esta escena tan vergonzosa y denigrante contra el Hijo, por lo que son muchas las versiones posteriores que también han matizado o reforzado el dolor de María; pero esta es sin duda la que mejor muestra el dolor de la Virgen María, que, sostenida y confortada por la joven Magdalena, cierra los ojos y contrae la comisura de los labios en un gesto dramático de profundo dolor contenido. También parece ser idea de San Buenaventura la presencia de una soga atada a la muñeca de Cristo, puesto que según comenta en sus meditaciones, cuando camino del Calvario estaba Jesús tan agotado que no podía llevar la Cruz, se la dieron a llevar a otro y a Él le arrastraron atado con una soga, como se habría hecho con

un ladrón. El sayón o verdugo que a la derecha viste de verde, con una mano tensa la cuerda mientras que con la otra se dispone a desnudar a Cristo. La tarde se cubre de espesos nubarrones. La pincelada nerviosa del pintor desordena las lanzas altivas entre los empastados celajes celestes que se preparan para el cataclismo sísmico, anunciado por el profeta Joel para el Día de Yahvéh (Jl 3,4). Todo un Dios expoliado, humillado impúdicamente delante de la multitud, que se entrega como ofrenda para ser escarnecido y muerto. El mismo Señor de todas las cosas que abre los brazos en señal de mansedumbre y asume sobre sí todo el ímpetu de la ira y toda la injusticia para devolvérnosla convertida en amor.

LOS MOMENTOS PREVIOS A LA CRUCIFIXIÓN ESTÁN CARGADOS DE VIOLENCIA POR QUIENES RODEAN A CRISTO Y LO ESCARNECEN CON ULTRAJES 95


n m o s ai co bn

Dios existe y

alguien me lo

ha dicho

Francisco Pérez González Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Navarra

H

ace unos años, en mis primeros pasos como sacerdote, recuerdo que,pasando un día por el camino lateral de un cementerio y celebrando la fiesta de Todos los Santos, a alguien se le había ocurrido pintar en el muro: “La Vida eterna no existe”. Al día siguiente otro escribió debajo:“Y tú,¿qué sabes?”. Ante ciertas afirmaciones conviene siempre dar razones por las que uno cree o no cree. La razón es una luz que nos conduce en el camino de la vida y ella tiene también interrogantes a los que se debe responder con autoridad. Cuando a uno le cuesta creer en Dios, no es momento de rechazo por parte del que cree, sino de espera. La fe no es una imposición, sino una gracia que viene dada por Aquel en el que confiamos y amamos. Muchas veces he narrado la experiencia que tuve un día con un joven que me abordó y me dijo:“Soy ateo y esto es irreversible”. Lo escuché y, cuando acabó de hablar, le interpelé: “No olvides lo que te voy a decir: un día en ‘un cambio de rasante’ o ‘a la vuelta de una esquina’, la más insospechada…, te encontrarás con Dios”. Dios tiene el momento oportuno para cada uno y por ello hemos de tener la esperanza de que Dios se hará el encontradizo con todos. Aun aquellos que siempre, en vida, negaron a Dios, al final lo afirmaron; ahí tenemos la experiencia de tantos sabios, políticos, filósofos, literatos… Dios es un Padre que nunca abandona a sus hijos; los deja libres, pero siempre les ofrece las manos de su acogida como al “hijo pródigo”. La fe no se basa en razonamientos más o menos fundados en ideologías, sino en la experiencia de un estilo de vivir y razonar que se pone al servicio de una Persona que es Jesucristo: Él es la máxima autoridad que nos lleva a creer, a esperar y a amar. De ahí que la fe es el regalo más grande que hemos recibido en nuestra vida y sin méritos por nuestra parte.

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Me encontré con Cristo en mi niñez y no sabría decir cómo pudo suceder, pero sí puedo decir que me llenó el corazón; no puedo decir que fuera una aparición extraña, porque no lo fue, pero sí que me encontré con una Amigo invisible, pero más perceptible y más real que mi propia vida. Ha sido el Amigo que nunca me ha fallado y nunca me ha dejado en la estacada solo y abandonado. Incluso en los momentos más frágiles, Él siempre me alienta y fortalece; en los momentos de enfermedad, y han sido varios, ha estado a mi lado aliviándome. ¿Cómo no voy a creer en Alguien que ha dado la vida por mí? Con Él encuentro sentido a mi fe y a Él le presento a aquellos que aún no creen, pidiéndole que un día se encuentren con su amor y les llene con el gozo de la amistad de este Amigo que nunca abandona. Dios existe y Alguien me lo ha dicho y me lo ha demostrado con su inmenso amor. Este Alguien tiene un nombre: Jesucristo. El amor de Dios es el único que puede convencer, puesto que sólo el amor tiene razones que la razón no puede dar por sí misma.



El 25 del pasado mes de enero se celebró una Eucaristía en el Palacio de los Deportes de Madrid, presidida por el Cardenal D. Antonio M.ª Rouco, como conmemoración del 40 aniversario del inicio del Camino Neocatecumenal. Este Camino, que iniciaron Kiko Argüello y Carmen Hernández, en los años sesenta en Palomeras Altas, y que respondía al Concilio Vaticano II, ha sido reconocido por la Santa Sede, en junio de 2008, mediante la firma y aceptación de sus estatutos, lo que ha supuesto una inmensa alegría para toda la Iglesia.



n f u er za en l a m ir ad a bn

“A

” l a e r o l e d a e r a t a l r e g o c me r lo q u e a n i g a m i l es Cómo ie r a ! r ¡Qué fáci r u c o e qu qué p en s a n d o g u s ta r í a s a r o h sar p l an e s p o é p ue d o pa u q ; a n a le mañ ra no; q ué su c e d e rá e v l e a r la r pa d rí a h ac e a r a M a r ta c u a n do s a nt t i em p o p a v o y a co l E . . . e d t ar s iti os . s o l s v e a e s ta o d a rd e a t o de esa s o i r y lle go t u c furma muy Es u na fo ma do: j ugar c on un a d is a s d es c u i . t ar en sim r t n e i m o er t apa t u r o i n c i r o q u e s e n os e s c r o t tu o s a nu e s m o s u n fu m e n e t e u q ara nosp o ¿ Ac a s o lo d i d r ha pe o s i b le . p s E al r e d e do r ? s é de o in t e r o t r o s t o d i d o la c a pa c i d ad rd r e a li d a d . H e m os p e a l e t n a os a s om b r a r n

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fu er za e n l a m ira da bn n

Sin tonto s romanti cismos. N la luna o hablo d imponente e sobreco e n gerse ant u na noche poéticame e oscura, n nte en lo i de per s ojos qu d la realid e r e s te miran. e ad signif Asombrarn ica no pe o s cada cosa a n r t d e er de vis se escond ta que de e una inf trás de que cada i n idad de p segundo d osibilida e m i d es para vida se tura; que convierta puedo sab e n o r u e n a a r cada in avennes que stante de tomo; qu e en cad l a s d e cisioa person ya una pa a puedo labra— un e n c g o e n s t t r o que me ar —no cómo pued lo diga t o ser fe odo acerc liz. a de Tengo que darme cue nta de q madurez ue —con del mund toda la o— debo sensatez prepararm que me s y uceda te e p a r a que cada nga un p de mis p c u o n sa to extra lanes fu ordinario turos va . N i n nada ni g a u no ser apas nadie a ionante mi lado si no ha que encie de entusi y asmo que nda en m í esa ch necesito. mejores i s p E a stoy empe años de zando a v mi vida i v i r en aquel y l m o e voy da s los mome ndo cuen ntos que ta de qu tantes, s r e c e uerdo co iempre ha mo los m bía algui ás impor forma nue e n conmigo, va y comp siempre h artida de a b í a sando en u n m a irar lo q ese inst ue nos es ante. Po t a b a algo en r p a e so he co medio de nseguido una buen a p r e Pero tam n a d e c r onversaci bién he ón entre crecido a m i lor, cua m g u o c s h . o en los ndo me a momentos treví a d e aquello q a d c o o ger con ue tenía amor y s delante, encillez eran real l a s únicas po es, aunqu sibilidad e no me a es que de mis n g r a dara lo q arices. S ue tenía i n e m d b elante argo hoy no ser p no sería orque hab t í a a n a f l e g liz de o delante eran mis narices l de lo qu e a s a p q r u e e nder y estaban e trabajos n juego. que tenga D , e n t i o n d guno será os los tan bien tan difíc recompens i a l d o n c i o mo el de estará frutar de acoger, a la riquez prender y a del pr disesente.

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bn n f u e r z a e n l a m i ra d a

" n e v o j a d a r "La mi

¿Merece la pena dedicar los mejores años de mi vida a los estudios universitarios?

Parece que cuando te plantean esta pregunta la respuesta inmediata es sí. ¿Por qué? porque "es lo que toca", para conseguir en un futuro una buena situación social, un buen puesto de trabajo, éxito, orgullo propio, para realizarse y ser feliz... Pero en cuanto me paré dos segundos a pensar, me surgió la pregunta: ¿De verdad merece la pena estar años entre libros por estas cosas? ¿De verdad estas metas perduran y me hacen feliz? ¿Merece la pena ponerme en el centro de mi vida, como mi propio dios, pero un dios que fracasa y no puede llenar ese deseo de infinito que tiene el hombre? No, esto no me llena, para esto yo no dedico años de mi vida. Entonces, ¿por qué estudio? Para formarme, para conocer la realidad del mundo y la de mi ser: ¿quién soy?, ¿por qué soy?, ¿quién me ha puesto aquí? Pues los estudios universitarios no son sólo la carrera, es una búsqueda constante de la realidad. Estudio para empaparme de la verdad que voy encontrando en mi vida y poder transmitirla en María Velasco Márquez mi futuro ambiente laboral, con eficacia, prudencia y audacia. 19 años, 1.º de Filología Hispánica, UCM Para que ese éxito, que antes nombraba, esté al servicio del verdadero Camino, la Verdad y la Vida y pueda influir y ayudar a tantas personas que viven sin sentido aparente ni felicidad. Para esto sí, sí que merece la pena dedicar los mejores años de mi vida.

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Cuando me invitaron a compartir mi testimonio, la pregunta que me plantearon fue “si merece o no la pena dedicar mis mejores años a los estudios universitarios, con el esfuerzo que conlleva”. Pues bien, estoy convencido, desde mi experiencia personal, de que serán mis mejores años, gracias precisamente a la Universidad. Estoy descubriendo que vivir a fondo la Universidad implica colocarse de una determinada manera en el mundo, es ver las cosas de una forma nueva, dependiendo de cada carrera, que tiene sus consecuencias, queramos o no, en nuestra vida cotidiana; es toda una formación en su sentido literal, es dar forma a un nuevo modo de vida. Estudio Arquitectura, he empezado este año, sin saber muy bien qué me iba a encontrar, y ya estoy convencido de que esto es lo que tengo que hacer. ¿Por qué? Porque un arquitecto, cuando entra en cualquier sitio, piensa qué tiene de bueno o de malo ese lugar e imagina cómo podría mejorarlo para hacer que funcione mejor y, por tanto, que las personas que lo utilicen estén más a gusto. Esta “mentalidad de arquitecto”, aplicada a mi vida cotidiana, me facilita que, esté donde esté, me plantee qué podría hacer yo para conseguir que la vida de los que están a mi alrededor fuera más agradable; para construir un mundo mejor. Y esta idea es la que hace que el esfuerzo merezca la pena, la que con- J o s é M a r í a S á n c h e z L a f o r e t sigue que incluso disfrute durante esas noches en vela en 1 8 a ñ o s , 1 . º d e A r q u i t e c t u r a , U P M las que hay que acabar apresuradamente la entrega para el día siguiente, esta es la idea que me da sentido. Cada cual encontrará el suyo particular para su esfuerzo determinado, pero casi siempre éste será agradecido y se tornará gratificante.

pregunta para el próximo número: “ahora que soy mayor de edad, envía tus respuestas a:

info@revistabuenanueva.com

¿quién pone las reglas?”


C/ San Bernardo, 114, 2.Âş - 28015 Madrid TelĂŠf.: 91 445 61 49 cgarcia@iuve.org www.iuve.org


bn n f u e r z a e n l a m i ra d a

ra u t l u c s e n o i c a d recomen

De cine: La clase Esta película intenta rehuir los clichés para enfocar su lente sobre los profesores y su relación con los alumnos; con la capacidad de escrutar lo que sucede dentro de un aula es llevada al extremo en “La clase”. Comienza con el primer día del curso y termina con el último, pero lo que sucede entre medias no es tanto la crónica de un avance, de un aprendizaje, como el relato minuto a minuto de una lucha constante de un profesor que cree en la enseñanza sin castigos, y un alumnado compuesto por un aluvión de chicos de múltiples procedencias étnicas y que, en algunos casos, ni siquiera son capaces de expresarse correctamente en francés. Por todo ello, la película decepcionará a quien busque una narrativa en la que, además, se ofrezca un respiro en el que conozcamos hechos de la vida cotidiana del protagonista, el profesor real que escribió el libro original sobre sus experiencias y que fue base del guión. Pero, sin duda, disfrutará quien quiera presenciar en primera fila un combate constante, en el que este maestro no puede bajar la guardia en ningún momento para así evitar caer en las trampas que constantemente le tienden sus pupilos, buscando la manera de interesarles en el estudio de materias que, asumen ellos, no les servirán de nada (memorable el momento en el que los chicos protestan por tener que aprender a conjugar en subjuntivo, una pérdida de tiempo porque “ya nadie habla así”).

Esa lucha incesante hace que, si uno entra en el juego, asista a la sucesión de instantes arañados del curso escolar con la sensación de estar siempre rozando la catástrofe (no es de extrañar que algunas situaciones tengan consecuencias indeseadas). Con todo, lo más importante es que nadie aquí es de una pieza: el profesor aparece como una figura heroica, sí; pero también investida de una humanidad que hace que no sea inmune a errores capaces de arruinar, en dos segundos, el escaso rédito acumulado durante meses de trabajo. Lo mismo sucede con unos alumnos (extraordinarios todos ellos, pese a tratarse de actores no profesionales), capaces de granjearse nuestra simpatía a través de sus problemas domésticos, o desesperarnos por su obcecación en seguir el camino equivocado que los expulse de la partida. De la misma forma, cualquier alianza entre los alumnos y el profesor se revela como frágil y fácilmente quebradiza, porque este último termina solo frente a ellos, frente a sus mismos compañeros y a la dirección. ¿Lo mejor de la cinta? Que no tiene ninguna moraleja, que abre multitud de puertas sin ofrecer una solución, pero inevitablemente plantea una discusión ante los retos de una sociedad cambiante. Esto, en el caso francés, llega incluso a poner en cuestión valores que hasta hace poco se consideraban inatacables, como la propia conciencia nacional. “La clase”, así, se convierte en una de las películas más lúcidas, adultas y apasionantes en mucho tiempo sobre un tema tan tergiversado y simplificado por el cine como es el educativo.

M i g u el A . D e lg a d o ( L a Bu t a c a . n et )

Películas relacionadas: -El Club de los Poetas Muertos (1989) -Emperor´s Club (2002) -La Ola (2008) 104


fu er za e n l a m ira da bn n "Libro recomendado": Cartas a un joven poeta Rainer Maria Rilke

Con ect @do s

Si bien las cartas recogen el estilo más personal de un autor, este libro sorprende por la sencillez y la profundidad con que Rilke trata los temas que a todo hombre pueden interesar. Dirigidas a un joven que se pregunta por su vocación de poeta, sus respuestas van más allá, suscitando en el joven el asombro ante el misterio de la vida. Antes que a buscar respuestas, le pide Rilke al joven cadete que «aprenda a amar las preguntas» de su vida.

www.aunalia.es Portal líder de formación de valores, para los que buscan un mundo mejor. Contenidos para niños (pinta y colorea, cuentos con valores…), jóvenes (jóvenes solidarios, emprendedores, vocación profesional , padres (escuela de padres, actividades en familia) y educadores (formación, experiencias educativas, educadores de tiempo libre, recursos para profesores, recursos humanos para empresas…). Además espacio para una chispa de valores, rincón poético, cine y dvd, música, viajes y libros. http://blogs.periodistadigital.com/jovenescristianos.php Blog de Jóvenes Cristianos en Acción coordinado por el joven Fidel Mateos. Noticias y formación sobre la pastoral juvenil de referencia para España e Hispanoamérica. Información de las diferentes diócesis de España, congregaciones religiosas y movimientos, así como la información desde el Vaticano y la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Madrid en 2011.

estás invitado Próximas actividades Pre sen tac ió n:

…Delegación Diocesana de Infancia y Juventud de la Archidiócesis de Madrid. Para la pastoral de jóvenes este año es un tiempo intenso de testimonio evangélico: el Sr. Cardenal Arzobispo nos ha planteado el reto de “anunciar y proponer a Jesucristo a los jóvenes de Madrid hoy”. Es verdad que lo venimos haciendo —o al menos lo intentamos— de modo cotidiano, pero esta vez se hará de modo extraordinario; es decir, toda la comunidad diocesana procurará realizar, en un tiempo común para todos y mediante signos y acciones concretas, una acción misionera diversificada dirigida a los jóvenes que viven en Madrid.

Pe reg ri na c ió n Di oc e s an a de Jó ven e s a Javi er ( 13 - 15 de mar zo) Peregrinación de responsables de pastoral y jóvenes que deseen iniciar el camino espiritual que les llevará a prepararse interiormente de cara a la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Madrid en 2011.

Cur so de e duc ac i ón a fec t ivo -s ex ual de st i n ado a re sp o ns ab le s de Pas to ral de I n f a n c i a y J u ve n t u d ( 2 0 - 2 1 d e m a r z o y 2 4 - 2 5 d e a b r i l ) Pe reg ri na c ió n Di oc e s an a de Jó ven e s a Ro ma pa ra re co ge r l a c ru z y e l i c on o de las J o r n a d a s M u n d i a l e s d e l a J u ve n t u d ( 5 d e a b r i l )

Para qu e ten gas má s info rm ac i ón : w w w.d el ej u.o rg

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n Lu z p a r a e l m u n d o bn

La

dignidad del

hombre Benedicto XVI

El Papa Benedicto XVI denuncia que la ciencia, en el campo de la bioética, ha transgredido la barrera de la dignidad humana.. Dijo que el Magisterio de la Iglesia tiene el deber de reafirmar los grandes valores en juego y proponer a los fieles y a todos los hombres de buena voluntad los principios y orientaciones ético-morales para las nuevas cuestiones importantes, y planteó luego dos criterios fundamentales para el discernimiento moral en este campo: a) El respeto incondicional al ser humano como persona, desde su concepción hasta su muerte natural. b) El respeto de la originalidad de la transmisión de la vida humana. El Papa recordó las reacciones contrarias a la Instrucción de 1987 “Donum vitae”, que llevó a algunos a acusar a la Iglesia de oponerse al desarrollo científico. “Los nuevas problemas relacionados, por ejemplo, con el congelamiento de los embriones humanos, con la reducción embrionaria, con el diagnóstico preimplantatorio, con las investigaciones sobre las células estaminales embrionarias y con los intentos de clonación humana, muestran claramente cómo, con la fecundación artificial extracorpórea, se ha roto la barrera puesta por la necesidad de tutelar la dignidad humana”. “¿Cuántos seres humanos, en el estado más débil y más indefenso de su existencia, han sido seleccionados, abandonados, matados y utilizados como puro ‘material biológico’? ¿Cómo negar que ellos han sido tratados ya no como ‘alguien’, sino como ‘algo’, poniendo así en cuestión el concepto mismo de dignidad del hombre?”, preguntó el Papa. El Pontífice concluyó destacando que la Iglesia alienta el progreso científico, pero también “siente el deber de iluminar las conciencias de todos, para que el progreso científico sea verdaderamente respetuoso con el ser humano”.

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Lu z p ara el mu ndo bn n

La secularización “La secularización, que se presenta en las culturas como imposición del mundo y de la humanidad sin referencia a la trascendencia, inva de todo s lo s as p ec tos de la vid a c o tidian a y desarrolla una mentalidad en la que Dios está realmente ausente, en todo o en parte, de la existencia y la conciencia humanas”. Según el Papa, esta secularización no es solo una amenaza externa a los creyentes, sino que desde hace tiempo “se manifiesta en el seno de la Iglesia. D e s na tur aliza la fe c r is tia na, el estilo de vida y la conducta cotidiana de los creyentes”. El Santo Padre denunció que la “cultura de la imagen” actual impone modelos contradictorios y la n o hay má s n ec e s idad de Dios, de pensar en Él o de volver a Él”. negación de Dios en la práctica: “n “La ‘muerte de Dios’ anunciada en décadas pasadas por tantos intelectuales ha sido seguida por un culto al individuo (…)”“La m en talida d h e don is ta y c on s um is ta predominante favorece, tanto en los fieles como en los pastores, una deriva hacia la superficialidad y a un egocentrismo que daña la vida eclesial”. El Papa advirtió que en este contexto cultural se corre el riesgo de caer en una “atrofia espiritual y en un vacío de corazón, caracterizado en algunas ocasiones con un a s up ue s ta re ligios idad y una vaga espiritualidad”. Pidió “reaccionar” ante esta situación porque niega los altos valores de la existencia que “dan sentido a la vida y pueden satisfacer la búsqueda de la felicidad”, como la dignidad de la persona, la libertad, la igualdad entre todos los hombres, el sentido de la vida y de la muerte “y lo que se espera tras la conclusión de la existencia terrenal”.

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n b en d i t a M ar í a bn

“Id por el mundo y proclamad la

Buena Nueva a toda la

creación”

REDEMPTORIS MATER de LEÓN

C

on el nombre “Redemptoris Mater” se denominan los seminarios misioneros-diocesanos fundados por el Camino Neocatecumenal en el seno de la Iglesia Católica para dar espacio a las vocaciones suscitadas en esta realidad de la Iglesia. Son seminarios diocesanos que dependen del obispo del lugar. El primero se erigió en Roma en el año 1988 mediante decreto del Cardenal Vicario Poletti. Actualmente hay 72 seminarios “Redemptoris Mater”, distribuidos por los cinco continentes, con más de 2.000 seminaristas formándose en ellos. Más o menos todos sabemos lo que es un seminario: si es Menor, que antes eran abundantes y ahora menos, se cursan los estudios primarios, la enseñanza secundaria y bachillerato; si es Mayor, se realizan los estudios propiamente eclesiásticos y se imparte la formación adecuada para recibir las sagradas órdenes del diaconado y presbiterado. Aunque no todos los jóvenes sienten la vocación temprana, en general casi todos realizan sus estudios universitarios; la mayoría no se plantea la vida del sacerdocio, pero si muchos jóvenes tuvieran este pensamiento, es

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una decisión que aún no tienen suficientemente clara. Por eso, empiezan su carrera, unos la terminan, otros a lo largo de la misma sienten la llamada, otros tienen novia, salen con sus amigos por la noche, etc., es decir, nada extraño para un muchacho. Pero un día, el Señor les hace la llamada para dedicar la vida a los demás, de modo que ni la carrera, ni la novia, ni el dinero, sacia en esta vida, que sólo Jesucristo se la puede llenar. Es así como estos muchachos deciden irse al seminario. Es entonces cuando la Iglesia abre sus brazos para acogerlos, cuidarlos y formarlos para actuar “in persona Christi”, es decir, como el mismo Cristo.


b en di ta M arí a bn n

Erección Canónica En León, por ejemplo, además del Seminario Mayor S. Froilán, que tiene 400 años de historia, ha sido erigido canónicamente un Seminario Diocesano y Misionero Redemptoris Mater, “Virgen del Camino”. Este Seminario no sustituye al seminario conciliar, sino que está orientado a la formación de presbíteros misioneros. Dichos seminarios surgieron por iniciativa del Papa Juan Pablo II, son igualmente eminarios diocesanos y dependen totalmente del Obispo

En el Santuario de la Virgen del Camino de León, el día 24 de noviembre de 2007, se celebró una Eucaristía presidida por Monseñor D. Julián López Martín con ocasión de la firma del decreto de erección del seminario de León. La celebración contó con la asistencia de un nutrido grupo de presbíteros de la diócesis y con muchos hermanos del Camino Neocatecumenal de todo el noroeste de España: Asturias, Burgos, Valladolid, Zamora, Salamanca, etc.

Una de sus características es su orientación o vocación misionera, de manera que encarnan el espíritu del Concilio Vaticano II: “Los presbíteros deben llevar atravesada en su corazón la solicitud por todas las Iglesias” (Presbiterorum Ordinis, 10). Son seminarios internacionales, en un mundo presente dividido por nacionalismos, diferentes etnias, etc., donde la Iglesia hace patente su catolicidad, fruto de la acción del Espíritu Santo.

El año escolar 2007-2008, ha sido el primer curso del inaugurado Seminario, marcado totalmente por la providencia del Señor. “Nuestro Obispo, el clero, los institutos de vida consagrada y los fieles, nos han acogido con gozo“, dice el Rector de este Seminario, D. Manuel Santos Flaker Labanda, presbítero de la Archidiócesis de Medellín (Colombia), natural de León y prestado a esta diócesis.

Los seminaristas, que proceden del Camino Neocatecumenal y continúan caminando durante su itinerario formativo, son formados para tener un corazón universal, dispuestos a llevar la Buena Noticia de Jesucristo a todos los hombres. El Seminario Redemptoris Mater “Virgen del Camino” de León nació en una convivencia vocacional del Camino Neocatecumenal en Porto San Giorgio (ltalia), llamada de la “Merkabá” (carro de fuego) , el 15 de septiembre de 2007, fiesta de Ntra. Sra. del Camino, patrona de León. Monseñor D. Julián López Martín, Obispo de León, asistió a aquella convivencia y vio cómo el Señor, por sorteo, escogía a nuestros nuevos seminaristas de entre todos los chicos que habían sentido la llamada y se habían ofrecido para este ministerio. Nuestro Obispo los acogió a todos posteriormente en su diócesis con paternal cariño.

S em in a r i o D io c es a n o R ed em p t o r is M a t e r d e L eó n

D. M an u el, ¿po r qu é u n S em ina r io R e d e mp t or i s M a t er ? Los Redemptoris Mater son impulsados y animados por el Camino Neocatecumenal: de iniciación cristiana están surgiendo cuantiosas vocaciones sacerdotales. D. Julián lo vio propicio para su diócesis y lo solicitó: será una bendición para está diócesis y para otras.


n b en d i t a M ar í a bn ¿ Q u é m is i ó n t i e n e u n s e m i n a r i o e n e l s i g l o X XI ? Es un siglo muy importante; por eso necesitamos formar presbíteros para la nueva evangelización, con un nuevo celo y ardores apostólicos, que respondan a los interrogantes del hombre de hoy. Es verdad que la creación de los seminarios conciliares en el Concilio de Trento fue un gran acierto para la formación de los futuros presbíteros, por lo que la “institución seminario” debe mantenerse siempre, sólo que orientándose desde el espíritu del Concilio Vaticano II. Nuestro Seminario Redemptoris Mater ya está constituido: ya hemos hecho el primer curso con ocho seminaristas y hemos comenzado este segundo curso con tres nuevos seminaristas, inaugurándolo con una convivencia con nuestro Obispo. Cada uno de los jóvenes pertenece a una comunidad neocatecumenal en su lugar de origen. Las perspectivas de futuro están en relación a un número de veinte seminaristas y lo que Dios quiera. ¿ C ó m o se p u e d e s a b e r s i u n m u c h a c h o t i e ne v o c a c i ó n o no ? La vocación al presbiterado es sobrenatural, por lo que se necesita el discernimiento de la Iglesia. La vocación no es opcional; es una llamada que se acoge o se rechaza. Cuando un joven se pregunta si Dios lo llama, esa misma pregunta pone de manifiesto una inquietud, una posible llamada: Dios le insistirá como a Samuel; por eso se necesita tiempo y paciencia. Cuando el joven siente gusto por las cosas de Dios, por la liturgia, por la comunidad, por la estética del lugar de celebración, entonces conviene ayudarle, pues puede haber una vocación. En toda vocación hay un proceso y también hay alegrias, penas, frustraciones; pero el Señor le va confirmando y dando una paz interior.

H o y e n d í a q u e l a f i n a n c i a c ió n d e l E s t a d o y a n o e x i s te c o m o a n te s , ¿ c ó m o s e sus tentan los seminarios, qué tipos de ayuda r e ci b e n y d e d ó n d e ? La financiación del Seminario procede de tres realidades: de las comunidades neocatecumenales, de la propia diócesis y de benefactores, que a través de becas sostienen a los seminaristas. Vivimos en precariedad, totalmente de lo que el Señor nos provee, sabiendo y experimentando que lo hace. Como nuestro Seminario al principio no disponía de un edificio adecuado para tal uso, mientras se habilita, los seminaristas son acogidos de dos en dos en casas de hermanos de las comunidades neocatecumenales de León que no los conocen de nada, pero que ofrecen voluntariamente sus casas, porque acogiéndolos acogen a Jesucristo. ¿ Q u é le p o d e m o s d e ci r a e st a j u v en t u d d e h oy q u e pi e n s a q ue e s o d e s e r c u ra es un rol l o ? Los seminaristas son chicos completamente normales; como a cualquier otro chico, les gustan las chicas y lo que a cualquier otro chico contemporáneo, sin ningún tipo de distinción. Algunos de ellos son profesionales con experiencia laboral; por ejemplo, tenemos un odontólogo, un fisioterapeuta, otros estaban terminando estudios universitarios, ingeniería, medicina, arquitectura, ingeniería informática. Algunos habían tenido novia antes de sentir la llamada. Son jóvenes con sus luchas, sus crisis; pero tienen dentro de sí la llamada de Dios y están llenos de alegría y generosidad.

Contamos con 11 nuevos seminaristas, que representan a 7 nacionalidades: * Pedr o Rivas Ch é liz * Is aac U ba c h R oy o * Laín M a c ías de M igu e l * M ac iej J urc z y k * G i o v a n n i Lu d o v i c o * D a v i d e S i l v e s t r i n i * L u í s E d u a r d o A v e l a r * J u a n A n d r é s G i r ó n * E nm an u el Go nz ález * R aú l A lo ns o A guilar A zo fe ifa * E ze qu iel Ric a rdo M ay er

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b en di ta M arí a bn n ¿ C ó m o e s u n d í a en e l S em i n a r i o? A primera hora de la mañana rezan las laudes, la primera otración deloficio divino, cada grupito de dos en casa de la familia que los acoge. A las 9 de la mañana nos encontramos todos en el Seminario Mayor S. Froilán para empezar las clases y, al terminar, se reza la hora intermedia. Luego cada grupo se va a comer a sus respectivas casas y después hay una hora y media de deporte o descanso. Sigue un tiempo de estudio hasta las siete de la tarde, hora en que se reza el rosario y se va a Misa. Al llegar a casa, se estudia otro poco, se rezan las vísperas, sigue la cena y, poco antes de acostarse, se reza la última oración del oficio llamada “Completas”. Estamos también unidos a grupos de evangelización dando catequesis de iniciación cristiana en varias parroquias de León. Estos chicos un día sintieron su vocación y salieron de sus casas para emprender una nueva vida entregada totalmente a Dios, con sus luchas y sus sufrimientos, pero viendo cada día la providencia de Dios en su historia diaria. Los seminaristas nunca llevan dinero, pero se lo piden al Rector para sus necesidades (ropa, material de estudios, libros, transporte, etc.), por lo que, viendo que viven de la gratuidad del prójimo, aceptan cualquier tipo de ayuda tanto para ellos como para la obra de remodelación de este Seminario, que tanto bien hará más pronto que tarde a esta sociedad.

Se dice que a quien ayuda a construir un seminario se le perdonan todos sus pecados. Para ponerse en contacto con ellos, el teléfono es: (0034) 636329215.

A n t e l a t u m b a d e l A po s t o l S a n t i a g o

E n u n a v is it a a S a n t ia go d e Co mp o s t el a

Vivimos en la precariedad, sabiendo y experimentando que el Señor provee

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n e n t re t e n i m i e n t o bn

La cigarra y la hormiga Versión clásica La hormiga trabaja a brazo partido el verano. Construye su casa y se aprovisiona para el invierno. La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano cantando. Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casa donde tiene comida hasta la primavera. La cigarra, tiritando y sin comida, muere de frío.

Versión española La hormiga trabaja sin descanso todo el verano bajo un calor aplastante. Construye su casa y almacena víveres para el invierno. La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano haciendo turismo, bailando y de juerga. Un día de invierno, tiritando a la salida de un bar, la cigarra organiza una rueda de prensa en la que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida, y ella pasa frío y hambre. Muchos medios de comunicación organizan un programa en vivo: se ve a la cigarra pasando frío y calamidades, mientras la hormiga está calentita en su casa y con comida. Los españoles se sorprenden de que en un país tan moderno como el suyo, dejen sufrir a la pobre cigarra, mientras que hay otros que viven holgadamente. Las asociaciones contra la pobreza se manifiestan delante de la casa de la hormiga: varias TV transmiten en directo la protesta. La prensa cuestiona por qué la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra e insta al gobierno a que aumente los impuestos a la hormiga. El gobierno elabora una ley sobre la igualdad económica, en la que califica a la hormiga como una rémora de la dictadura y promueve una ley antidiscriminación, con carácter retroactivo,

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contra las hormigas. Un famosos escritor inglés publica “Las hormigas y el franquismo”, que el gobierno incluye en la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Se le impone una fuerte multa a la hormiga por no contratar a la cigarra como ayudante, tipificando su conducta como “maltrato psicológico”. El juez mediático embarga la casa de la hormiga, por no pagar la multa y los impuestos. La hormiga se va de España. En un reportaje de TV sale la cigarra con sobrepeso: se ha comido todo lo que había en la casa de la hormiga, convertida ahora en un mugriento albergue social para cigarras, que se deteriora y nadie cuida. El gobierno pone en marcha una comisión de investigación que cuesta 10 millones de euros. Se realiza una manifestación por el centro de la ciudad en solidaridad con las cigarras homosexuales, lesbianas y transexuales. La cigarra muere de una sobredosis. La oposición critica el fracaso del gobierno para intentar corregir el problema de las desigualdades sociales. Los poderes públicos y los medios afines echan la culpa de todo al anterior presidente del gobierno, a la guerra de Irak y a la Iglesia. La antigua casa de la hormiga, ha sido asaltada por una banda de arañas okupas. El gobierno se felicita en la TV por la “pluralidad cultural de España, ejemplo del éxito de la Alianza de Civilizaciones” Fin


Fray Buenaventura Buenos días a todos. Para comenzar, quiero que todos los hombres que hacen lo que su mujer les dice, se pongan en los bancos del centro y los que no, en los bancos de su izquierda.

¡Oiga! ¿Cómo está usted ahí tan solo...?

e n tre te ni mi e nto bn n Encuentro sobre el matrimonio cristiano

Pues... no sé. A mí me ha dicho mi mujer que me ponga aquí...

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Leccionario Bíblico-Patrístico para la liturgia de las horas Ciclo bienal para el oficio de lectura Evangelio del día Propio de los Santos Ciclos A, B y C del Evangelio Dominical Catequesis del Evangelio Dominical 9 tomos PVP 155 €

Ya ha salido el nº 0 Pedidos: en www.nuevaevangelizacion.es y rellenando el formulario que aparece. Llamando al teléfono: 91 759 79 68 o en la editorial: Avda. Pablo VI n.º 9, L-12 A, 28224 Pozuelo de Alarcón. Madrid


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