buenanueva nº 18

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Revista para la Nueva Evangelización • Precio 3 € • sep-oct 2009 • nº 18

Entrevista a Esperanza Puente • Rotura Bienaventurados los mansos • Quo Vadis Europa ¿Son compatibles creación y evolución? Francesco de Nigris, discípulo de Julián Marías Hoy estarás conmigo en el Paraíso


[Director] Jorge L. Santana Dumas [Subdirector] Jesús Esteban Barranco [Jefe de redacción] Raquel Fernández de Bobadilla [Consejo de redacción] Luciano García Matas Juan José Guerrero Victoria Serrano Blanes M.ª Pilar Moíño Carrillo César Allende García [Administración] Josué Santana Neira [Web] Israel Castro Llorente [Gestión] Francisco Esteve Jesús Castro Cortés Ricardo Garcés Fernando Cerezo [Publicidad] Enrique Iglesias [Ilustraciones] Rodrigo [Edita] Asociación Bendita María Avda. Pablo VI, 9 - L. 12 Pozuelo de Alarcón Tel.: 91 759 79 68 [Maquetación] Dayenu Grupo de Comunicación S. L. [Imprime] Icono, S.A. [E-mail] info@revistabuenanueva.com [web] www.revistabuenanueva.com [Depósito legal] M-26182-2006

HACIA ORIENTE 1 Tres años de bendiciones

SOFISMAS 70 Mentiras que claman al cielo

2 ARCA DE NOÉ

ESPADA DE DOS FILOS 72 El síndrome del Cireneo 76 Hoy estarás conmigo en el Paraíso

CANTEMOS AL SEÑOR 8 Salmo 17 TESTIGOS DE LA VERDAD 12 Entrevista a Esperanza Puente 18 Francesco de Nigris, discípulo de Julián Marías 24 Pablo, el prisionero de Cristo 28 La sangre de los mártires SI HOY ESCUCHÁIS SU VOZ 32 Bienaventurados los mansos KERIGMA 37 El carcelero pidió una luz

EDUCACIÓN PARA LA VIDA 80 El triunfo de la belleza ALDEA PLANETARIA 86 Quo Vadis Europa? NUEVA ESTÉTICA 90 Eres hermoso MOSAICO 96 La acusica 99 Cruce de cruces FUERZA EN LA MIRADA

FAMILIA DE NAZARET 40 Rotura 46 Tragicomedia de Doña Leandra 52 Papá, yo no he matado a Jesús 54 Adoremos RAZÓN CREADORA 58 ¿Son compatibles creación y evolución? 64 Pan y circo en el país de las maravillas 68 Declaración sobre el Anteproyecto de la ley del aborto

En Buenanueva trabajamos gratuitamente personas de la Iglesia Católica. Puedes colaborar con nosotros y con tu ayuda seguiremos anunciando el Evangelio a través de este medio.

100 Cuestión de prioridades ESCUELA DE BENDICIÓN 106 Bienaventurados vosotros BENDITA MARÍA 110 Simplemente “La Virgen” LUZ PARA EL MUNDO 113 Benedicto XVI De su carta a los sacerdotes ENTRETENIMIENTO 114 Fray Buenaventura

Puedes enviar tu aportación a Asociación Bendita María a través de la cuenta de Bankinter 0128 0198 77 0100002814


h a c ia Ori en te bn n

Tres años de bendiciones

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n junio, Buenanueva cumplió tres años y los que trabajamos en ella estamos alegres. Una aventura preciosa donde, sobre todo, se ha manifestado la providencia de Dios.

Lo que parecía una cumbre inaccesible se ha ido transformando en una amena colina; los abrojos se han ido marchitando; los escarpados desfiladeros se han suavizado y el frente tempestuoso que alarmaban nuestros miedos, transcurrió dejándonos un sol rubio y luminoso. Porque primero asoma la debilidad, el pánico, la angustia, la impotencia…, la finitud perecedera de la esencia antigua, de nuestros huesos secos, incluso de las fantasías ruines; afloran a veces afanes frustrados y esquirlas infectadas supurando coágulos de ínfulas y notoriedades, accesos de églogas pretenciosas. Los deseos de inmortalidad y de trascendencia se debilitan ante la carne, se ahogan frente al mundo y se mudan cuando el maligno nos despliega su interpretación de los misterios impenetrables. Solo la fe intuye en las tinieblas y permite lanzarse en la negrura del precipicio a las amorosas manos de Dios que no se ven con los ojos pero que están. Arrastrarse entre la muchedumbre, acuciados con atropellos y desprecios, ensangrentados por la impureza, hasta rozar el borde del manto de la Verdad. Pues deseamos tocar ese manto. Dios emerge allanando los terrones, cauterizando las heridas, recomponiendo las sospechas del pánico, libando la enemistad ebúrnea del corazón que asiduamente nos aflige y nos desgaja; desciende a la porqueriza de nuestras ansias carroñeras y se reboza en la turbiedad y en la náusea para uncirnos con su ternura, para arrancarnos de la noria que nos reduce a girar y girar sobre nuestra miseria donde nos embrutece la tibieza y la avidez. Nacer de lo alto es la única esperanza; el león rampante se lanza sobre nuestras escombreras para arrancarnos el último hálito de promesa y valentía. Mas el Manso lo ha sometido con el látigo de la humildad y por eso tenemos un cielo abierto e inagotable. Damos gracias a todos los que ayudan, colaboran y trabajan para Buenanueva, a los asiduos lectores y suscriptores, a los que aportan donaciones desinteresadamente, damos gracias a Dios que nos permite, a pesar de nuestra escasa y pobre fe, anunciar su amor a través de este medio y damos gracias a la Virgen María a quien hemos confiado su patrocinio. Jorge L. Santana 3


n a rc a d e N o é bn

La Gracia El Señor llevó a Moisés al cielo y le mostró todas las estancias de los tesoros, donde están guardadas las recompensas de los justos. Moisés preguntaba: “Señor del mundo, ¿a quién está destinada esta cámara del tesoro? Y Dios respondía: “A aquellos que llevan una vida justa”. “¿Y aquella otra cámara?”. “A los que ayudan a los pobres”. “¿Y aquella otra?”. “A los que perdonan las ofensas”. Entraron entonces en una cámara inmensa, llena de todos los tesoros. Moisés preguntó: “Señor del mundo, ¿a quién están destinados todos estos tesoros?”. Dios respondió: “Cuando alguien se ha portado bien yo le doy lo que corresponde tomándolo de su cámara del tesoro. ¿Y los que han derrochado su vida y no tienen ningún mérito ante mí? También a ellos les doy, tomando de esta cámara grande. Les doy gratuitamente, sin mérito, esto es, por pura gracia”. Por eso el Señor dice: “Daré mi gracia a quien quiera dársela”.

La oscuridad Ningún fuego lograba dar luz a aquellas tinieblas. Eran tinieblas salidas del abismo del infierno, eran las tinieblas del caos que el Señor había vencido el primer día cuando dijo: “¡Hágase la luz!”. También los trucos de magia fallaban y los magos de Egipto eran impotentes a la oscuridad. Tan densas eran las tinieblas que nadie entre los egipcios podía moverse. ¡Estaban como encadenados a las tinieblas! Quien estaba acostado no lograba levantarse, quien estaba en pie no podía sentarse. En la espesa oscuridad probaron el hambre y fueron invadidos por el terror. Todo les asustaba: el silbido del viento, el canto de los pájaros entre las ramas, el murmullo de la corriente, la carrera de los animales asustados, el aullido de los perros y de las fieras todo les paralizaba y les llenaba de terror. En las casas de los israelitas, al contrario, brillaba la luz. Para ellos resplandecía la luz del Altísimo. ¡Justamente este pueblo, un día traería al mundo la luz de Dios! Pasados tres días, la luz volvió. (Sb 17,13-18,14)

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arc a de No é bn n

¿Quién lleva el peso? Uno llevaba al molino su grano con su asno y su perro. Había cargado cinco sacos de grano sobre el asno y dos saquitos sobre el perro. El asno caminaba tranquilo, pero el perro jadeaba y bufaba, como diciendo: ¡No puedo más! Entonces aquel hombre quitó de encima del perro uno de los sacos y lo cargó sobre el asno. Pero todavía el perro bufaba, con la lengua fuera. Le dijo: “¿También con un solo saco bufas y te lamentas?”. Y cargó el otro saco del perro en el asno. Así sucede con los paganos, que no logran llevar ni siquiera los preceptos de Noé. Por eso Dios ha puesto todo el peso sobre su pueblo.

La conversión El perfume de Vida Un maestro de Israel era muy sabio y muy viejo. Los discípulos le preguntaron: “¿Cuál es el momento justo para convertirse al Señor?”. Respondió: “Se requiere convertirse un día antes de la propia muerte”. Los discípulos se quedaron confusos y decían: “¿Y quién puede conocer el día de su muerrte?”. “Precisamente, replicaba el maestro, ninguno lo puede conocer. Por eso debemos convertirnos todos los días. Porque mañana podemos morir”

Cuando cada familia Hebrea hubo asado al fuego el cordero, Dios llamó a los cuatro vientos que soplan en Edén y ordenó: “Soplad hacia el este, hacia el oeste, hacia el norte y hacia el sur”. Ellos soplaron y el perfume de la Pascua se expandió sobre toda la tierra. Preguntaron los pueblos de la tierra: “¿De qué es este perfume tan estupendo?”. Respondieron los ángeles: “¡Es Israel que prepara la salvación para todo el mundo!”. De hecho ya llega el día en que entre todos los pueblos de la tierra se celebra la Pascua y se canta: “¡Alabad al Señor todos los pueblos de la tierra! ¡Porque es fuerte su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre!” (Sal 117). También hoy Dios manda ángeles a los pueblos de la tierra, a llevar el buen perfume de Cristo, olor de vida para la vida del mundo.

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n a rc a d e N o é bn

Los deseos de Alejandro Magno Cuenta la leyenda que Alejandro Magno encargó lo siguiente para su funeral: que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época; que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, a la vista de todos. Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones. Él se lo explicó: “Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd, para mostrar así que ellos, ante la muerte, no tienen el poder de curar; quiero que el suelo sea cubierto con mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen; quiero que mis manos se balanceen al viento, para que la gente pueda ver que vinimos a este mundo con las manos vacías y de él partimos con las manos vacías, cuando se nos termina el más valioso tesoro que tenemos, que es el tiempo, pues podemos producir más dinero, pero no más tiempo”. Al morir nada material te llevas, te llevarás las buenas acciones que supiste realizar. Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida. Uno de los mejores regalos que le puedes dar a alguien es tu tiempo.

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arc a de No é bn n

Los hijos ante el televisor Clemente Ferrer Roselló

No es malo pasar horas delante del televisor; lo malo es lo que esta realidad tiene de pasividad social, de no saber buscar otras formas para llenar el tiempo de ocio. Es la demostración empírica de que algo falla. Parece que la lectura, la conversación, la tertulia familiar, la reunión de amigos o el estudio, son cosas de otro mundo. En cambio, esta cuestión adquiere cierta gravedad cuando son los niños los que pasan muchas horas ante los televisores; hasta una tercera parte de las horas en que están despiertos, e incluso fuera de los horarios infantiles. El Código de Autorregulación de contenidos en horario infantil, rubricado por las cadenas televisivas y el Gobierno, ha sido infringido por todas las televisiones. A su vez, los adolescentes que ven la televisión tres horas cada día alcanzarán un mayor riesgo en su educación durante la juventud y en el arranque de su existencia adulta, según una investigación efectuada por la Universidad de Columbia y el Instituto Psiquiátrico de Nueva York.

La Confederación de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios alerta de que la programación infantil, que ofrecen las distintas cadenas televisivas, está plagada de violencia y actitudes sexistas. Por todo lo expuesto, la publicidad dirigida a los niños es una comunicación que se debe cuidar hasta el último detalle. El público infantil es un segmento numeroso de la audiencia y por su condición de niño indefenso ante los mensajes, es oportuno exigir que la publicidad infantil esté cuidada. La publicidad dirigida al niño no debe engañar ni manipular, debe ser muy clara en sus mensajes, ya que la audiencia infantil, con su enorme conocimiento del mundo que les rodea, pueden confundir lo real con los mensajes imaginarios que perciben. Aquellos polvos trajeron estos lodos. No caben inhibiciones mientras no se ponga coto a la acción deformadora del primer medio hipnótico de comunicación de masas, mientras la gran ventana lívida suplante a los padres. “Las desventuras de la niñez repercuten sobre toda su vida y dejan una fuente inagotable de melancolía en su corazón”, afirma P. Brulat.

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n c a nt e m o s a l S eñ o r bn Perfecto es el camino de Dios, acendrada es la promesa del Señor; él es escudo para los que a él se acogen. ¿Quién es Dios fuera del Señor? ¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios me ciñe de valor y me enseña un camino perfecto; él me da pies de ciervo y me coloca en las alturas; él adiestra mis manos para la guerra, y mis brazos para tensar la ballesta. Me dejaste tu escudo protector, tu diestra me sostuvo, multiplicaste tus cuidados conmigo. Ensanchaste el camino a mis pasos, y no flaquearon mis tobillos; yo perseguía al enemigo hasta alcanzarlo, y no me volvía sin haberlo aniquilado: los derroté, y no pudieron rehacerse, Manuel O’Dogherty Caramé cayeron bajo mis pies. Me ceñiste de valor para la lucha, doblegaste a los que me resistían; hiciste volver la espalda a mis enemigos, rechazaste a mis adversarios. Pedían auxilio, pero nadie los salvaba; gritaban al Señor, pero no les respondía. Los reduje a polvo, que arrebata el viento; los pisoteaba como barro de las calles. Me libraste de las contiendas de mi pueblo. me hiciste cabeza de naciones, un pueblo extraño fue mi vasallo. Los extranjeros me adulaban, me escuchaban y me obedecían. Los extranjeros palidecían y salían temblando de sus baluartes. Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador: el Dios que me dio el desquite y me sometió los pueblos; que me libró de mis enemigos, me levantó sobre los que resistían y me salvó del hombre cruel. Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor, y tañeré en honor de tu nombre: tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido, Se ha dividido el salmo en tres partes; las dos primeras de David y su linaje por siempre. pueden verse en los números 13 y 16 de Buenanueva.

Salmo

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c a nte mos a l S eñ o r bn n

la misión del cristiano se realiza en la vida diaria Concluye este salmo cantando de un modo bellísimo las hazañas de Dios a favor de su pueblo; el salmista no puede menos que decir: “Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor, y tañeré en honor de tu nombre”. Este versículo ya nos indica cuál es la misión a la que Dios llama a su pueblo y, sobre todo, el porqué de esta misión; no se trata de aprender discursos ni de argumentar de forma convincente. Cuando los judíos se reúnen en la noche de la Pascua están toda la noche en vela contando y cantando las maravillas que Dios ha hecho con ellos y, en un momento determinado, los niños preguntan: “¿Por qué esta noche es distinta de las otras noches del año?, ¿qué hacemos hoy aquí, despiertos y en vela?” La respuesta es: “Estamos en vela porque Dios estuvo toda la noche velando con su brazo extendido cuando nos sacó de Egipto” y “hacemos esto por lo que Dios hizo con nosotros”, de manera que, de un pueblo de esclavos, Dios ha hecho el pueblo de su propiedad personal (ver Dt 19,5). He aquí un pueblo que ha conocido la manifestación de Dios en su historia, no a través de libros ni de ritos, tantas veces vacíos, sino a través de una experiencia vital que ha transformado sus vidas: “Éramos esclavos en el país de Egipto y el Santo, bendito sea, nos sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido...”

San Pablo dice: “Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva. La prueba de que sois hijos es que Dios a enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre!; de modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios” (Ga 4,4s). Tenemos, pues, un Padre a quien dirigirnos: “Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!” (Lc 11,13); un Padre que perdona: —“este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado” (Lc 15, 24) —; un Padre que ama: —“tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16) —; un Padre que se ocupa de nosotros para darnos lo que necesitamos:

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n c a nt e m o s a l S eñ o r bn —“no andéis, pues, preocupados diciendo: ¿qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?, pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso” (Mt 5, 31s) —; un Padre, en fin, que aparece e interviene en nuestro favor, no sólo cuando las cosas van bien —qué fácil es decir que Dios es bueno cuando todo nos va como queremos—, sino, sobre todo, en los momentos en que las cosas se tuercen y la vida parece hacernos frente y volvérsenos adversa.

liberación de todo Esta es la experiencia del cristiano, al igual que la de Israel: Dios es aquel que se compadece de su criatura y, rompiendo sus cadenas, le hace vivir una realidad nueva en la que el hombre puede experimentar, aun con todas sus debilidades, la plenitud de la vida que viene de Dios, una vida en la que ya no caben los antiguos odios, rencores ni angustias porque “... el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo” (2Co 5,17), y aparecen cosas nuevas y sorprendentes —la reconciliación, el amor, la paz y la libertad—, no como las entiende el mundo, sino como las ha concebido Jesucristo. En Él hemos recibido una herencia que es su misma naturaleza: el ser hijos de Dios, tener sus mismas actitudes y sus mismos sentimientos, amar al prójimo como Él nos ha amado a nosotros; la depositaria de esta herencia es la Iglesia y en ella se nos entrega gratuitamente para que toda nuestra vida sea una alabanza, una bendición al Dios que nos sacó de la amargura y la angustia, y selló en nuestro corazón la garantía de la vida eterna que Jesucristo ha ganado para todos los hombres.

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EL HOMBRE PUEDE EXPERIMENTAR LA PLENITUD DE LA VIDA QUE VIENE DE DIOS Quien ha tenido esta experiencia, ¿cómo podrá callarla?, ¿cómo podrá quedársela para sí mismo?, ¿cómo enterrar este talento para que no produzca frutos sabiendo que “la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto?” (Rm 8,22). Es cierto que cada vez son menos los que invocan a Dios, “pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? Y ¿cómo predicarán si no son enviados?” (Rm 10,14-15). Si Dios se ha revelado y ha bendecido a personas concretas o a un pueblo concreto, no es porque sean mejores que el resto de las personas, sino para que sean testigos de su amor ante el mundo: “Gratis lo recibisteis; dadlo gratis” (Mt 10,8); es la misión que Jesucristo resucitado encomienda a sus discípulos: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19); en resumidas cuentas, la evangelización, dar a conocer a Jesucristo con todo su tesoro inagotable de gracia y de amor.

LA EVANGELIZ ACIÓN: DAR A CONOCER A JESUCRISTO CON TODO SU TESORO INAGOTABLE DE GRACIA Y DE AMOR


c a nte mos a l S eñ o r bn n No puedo terminar sin dar gracias a Dios, que me ha permitido hablar de Él a través de los comentarios a este salmo, y tampoco puedo dejar de sorprenderme por su elección sobre mí, pues soy consciente de que mi bautismo me hace miembro de Jesucristo, sacerdote, profeta y rey. Él ha tenido misericordia de mí cuando nada tenía sentido y no sabía qué hacer con mi vida; me trajo de vuelta a su casa y me colmó de gracias mucho más allá de lo que yo podía imaginar, y también me puso a trabajar en su viña. Llegué el último y me pagó como si hubiera estado toda mi vida trabajando para Él; a mí, que soy débil y tantas veces le soy infiel. La única explicación que encuentro para esto es, como dice San Pablo: “Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se gloríe en presencia de Dios (1Co 1,18s)”.

DIOS HA TENIDO MISERICORDIA DE MÍ CUANDO NADA TENÍA SENTIDO Y NO SABÍA QUÉ HACER CON MI VIDA

TENEMOS UN PADRE A QUIEN DIRIGIRNOS Y QUE SE OCUPA DE NOSOTROS 11


n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

Entrevista a

EsperanzaPuente Victoria Serrano Blanes

Un testimonio que remueve conciencias

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speranza Puente defiende la vida con firmeza, pues sabe muy bien que una sociedad que condena al inocente es una sociedad enferma. Llanto y duelo, culpa y dolor fueron sus amargos huéspedes tras sufrir un aborto provocado. A falta de otra alternativa, el miedo y la soledad la empujaron a optar por la decisión más aflictiva de cuantas ha tomado. Pero pisotear este amor, lejos de encontrar alivio, la condujo a un infierno donde el desconsuelo oprimía su pecho y su alma. En el momento que experimentó el inconmensurable perdón de Dios, se cerraron todas las heridas. Hoy día entrega su vida a combatir aquello que, disfrazado de falsa libertad, aguijonea sin tregua a la mujer: dar muerte al hijo de su seno. 12


te s tigo s d e l a ve rdad bn n

recuerdo angustioso que cercena el corazón ¿Cuándo conociste el amor de Dios en tu vida? Nací en el seno de una familia cristiana donde se daba la transmisión de la fe. Tuve el privilegio de vivir con mi abuela que era una gran maestra de la vida, capaz de estar en el mundo en el que vivía con conciencia y coherencia. Sus enseñanzas me han acompañado siempre, incluso en la etapa en la que más perdida he estado.

¿Cómo fue ese tiempo? Cuando llegué a Madrid procedente de un pueblo pequeño de Toledo, a finales de los años ochenta, eran los años de la “movida” madrileña. Como joven, entré de pleno en ella. Empecé a salir y trasnochar, a conocer gente diferente. Me sentía liberada. Fue esa fase en la que pisé el mundo de lleno y el mundo me tragó sin piedad, y eso tuvo sus consecuencias.

¿Cuáles fueron? Yo era madre soltera, pues había tenido un hijo a los 18 años y, al decidir no casarme, los juicios y los prejuicios me lo hicieron pasar mal. Debido a esta vida desordenada en Madrid, me tuve que enfrentar a un segundo embarazo en soledad, pues el padre me abandonó. Tenía miedo a que me sucediera lo mismo que con el primer hijo y sólo se me ofreció el aborto como solución. Nadie me informó de posibles ayudas a la mujer embarazada ni de otras alternativas.

PISÉ EL MUNDO DE LLENO Y EL MUNDO ME TRAGÓ SIN PIEDAD

¿Qué pasó cuando abortaste? Dios permitió que yo conociera el infierno y que experimentara su ausencia en el desierto en el que estaba. Pero no porque Él no estuviera, sino porque yo me alejé de Él. Yo tenía la certeza absoluta de que me iba a perdonar, pues gracias a Dios no he perdido nunca la conciencia de pecado, pero no me atrevía ni a pedirle perdón. Ése también es un engaño del demonio.

¿En qué consiste el Síndrome Postaborto (SPA), ese dolor tan inmenso que los defensores del aborto niegan, pero en el que cae toda mujer que aborta? El aborto provoca dos heridas: la humana y la espiritual, y ambas deben curarse. La herida humana es culpabilidad, es angustia; tú has participado en la muerte de tu hijo y es irreversible, generando una impotencia tal que ya no puedes funcionar con normalidad. La herida espiritual se cierra cuando puedes confesarte; esa experiencia del perdón de Dios es muy importante, porque el saberte perdonada por Él te ayuda a poderte perdonarte a ti misma, que es lo más complicado y doloroso.

Estamos hablando de un hecho criminal con serias consecuencias para quien lo practica Así es. El aborto trae patologías muy complejas: el remordimiento, la ira, la autolesión etc. La vida se convierte en un sinvivir negativo y hasta en las cosas más tontas la culpa sale. Aunque la flagelación es una práctica de siglos anteriores, la mujer que aborta se autolesiona con mayor virulencia y eso la gente no lo sabe. Hasta el punto, por ejemplo, de negarse a beber agua cuando se tiene sed. Incluso está demostrado que los hombres también sufren este síndrome.

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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn ¿Cómo lo pudiste superar? Con ayuda. Dios cura todas las heridas, pero es verdad que se necesita ayuda psiquiátrica para cerrar la herida humana. Afrontar las consecuencias de haber hecho algo mal no siempre es fácil. Cuando sentí el perdón de Dios, fue un increíble renacer en la fe.

sólo del Señor viene la redención copiosa ¿Has experimentado que Jesucristo es el único que puede hacer reconciliarte contigo misma y con tu historia? Sí. El saber que ya eres amada antes de existir, que alguien ha pagado por ti, es vivir con una esperanza sin parangón. Cuando no se tiene fe se sufre gratuitamente. Todos sufrimos, pero si tienes a Dios en tu vida, las cosas tienen un sentido; se vive de otra manera. Más le pesó la cruz a Cristo y la llevó por todos nosotros.

¿Qué te ha aportado reencontrarte con este Amor? La respuesta es sencilla: libertad absoluta. A Dios no hay que ponerle pegas ni límites. Yo no me atrevo a constreñirle. Si le pides a la vida más de lo que te puede dar, ahí vienen las frustraciones. Si le pones la fe y encima eres feliz con lo que tienes, entones es un tirar para adelante sin mirar atrás. También he aprendido a perdonar y no juzgar a los demás. Esto me sirve especialmente a la hora de ayudar a las mujeres que acuden a la Fundación RedMadre, hacia las que no podemos emitir ningún juicio, ni siquiera con un gesto. Ellas ya se están juzgando severamente a sí mismas, pues especialmente las mujeres que hemos abortado nos juzgamos sin piedad.

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¿Conoces a muchas chicas que después de abortar se han encontrado con el consuelo de Dios? Es difícil en estos tiempos que corren, puesto que ha habido un lapso en la transmisión de la fe y de los valores que hace que los jóvenes no sepan cómo amarse de veras, cómo formar una familia. El mundo tiene una necesidad imperiosa de esperanza, ya que los problemas son cada vez más complicados y las familias más desestructuradas. Pero cuando les hablamos de la Verdad, la gente no quiere mirarse al espejo porque se asusta y escandaliza de sí misma. Entonces se acostumbra a malvivir.

Sabemos que Dios es el único dueño de la vida y la muerte. ¿Qué ocurre cuando uno se toma esta atribución? Se experimenta lo peor. Cuando sentí el perdón de Dios en este pecado concreto, fue un renacer en la fe increíble re, pero en el caso específico del aborto es que además se trata de tu hijo: carne de tu carne. Si cualquier padre o madre hace lo imposible por salvar al hijo que está en peligro, imagínate lo que se siente cuando se es consciente de haber participado en su muerte.

SABER QUE YA ERES AMADA ANTES DE EXISTIR, QUE ALGUIEN HA PAGADO POR TI, ES VIVIR CON UNA ESPERANZ A SIN PARANGÓN


te s tigo s d e l a ve rdad bn n

la serpiente continúa embaucando a Eva

¿Qué consecuencias tiene esta atrocidad en el mundo en el que vivimos?

Hoy día, con tanta información sobre cualquier tema, ¿la mujer sigue sin saber a lo que se expone con el aborto provocado?

Ir contra la maternidad es ir contra la especie humana y eso hace que nos autodestruyamos. Ahora mismo tenemos una sociedad de mujeres destrozadas y hombres rotos, lo cual impide caminar recto hacia el bien común. Una mujer emocionalmente destrozada es improductiva a todos los niveles: sociales, laborales, culturales etc. Un hombre roto tiene capacidad para hacer mucho daño.

Sí, y además se la sigue engañando y manipulando. Vulnerar la conciencia de las personas es peor que torturarlas físicamente. La sociedad española no se da cuenta que llevamos muchos años de guerra psicológica y silenciosa en la que nos están destrozando la conciencia natural, que es la esencia propia de todo ser humano, independientemente de su fe. La mujer sigue estando sola e indefensa ante un embarazo inesperado. Creemos que por fin nos hemos liberado, pero nos han engañado muy bien. Dejamos que se destruya la fábrica de la vida, que es la mujer, por fines económicos o comerciales.

¿Quién está detrás de tanta perversión? Se trata de una cuestión diabólica sin duda. A lo largo de la historia de la humanidad el demonio no ha acampado tan a sus anchas como ahora. En el siglo XX ha obtenido dos logros: que no se hable de él y que lo malo se vea como bueno. Éste es el verdadero principio de la destrucción y no el cambio climático o la superpoblación.

PARTICIPAR EN LA MUERTE DE TU HIJO GENERA TAL IMPOTENCIA QUE YA NO PUEDES FUNCIONAR CON NORMALIDAD

CUANDO SENTÍ EL PERDÓN DE DIOS FUE UN INCREÍBLE RENACER EN LA FE

Nos rasgamos las vestiduras contra el maltrato de género, pero asumimos con normalidad acabar con la vida del no nacido: ¿qué está pasando? Efectivamente ésta es la realidad que tenemos y que no queremos ver. La violencia genera violencia y el aborto es un acto físicamente violento. En los últimos veinte años se ha triplicado la violencia en las calles, en los hogares, en los colegios y esto tiene una explicación. Si la esencia de la especie humana, que es proteger la vida incipiente, nos la cargamos, cómo no dar rienda suelta a los instintos más primarios. El resto de violencia viene dada; ¿por qué no te voy a pegar o darte un tiro si me apetece?

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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn Por tu trabajo tienes que contar tu testimonio personal sobre el aborto. ¿Cómo te ayuda la fe para llevarlo a cabo? Dar testimonio no es fácil porque tienes que abrir constantemente la herida. Las mujeres que dan su experiencia públicamente a nivel internacional son mujeres de fe; si no, es imposible. Tú abres la herida en canal al contarlo y Jesucristo va detrás cerrándola. Por el desgaste psicológico que supone, sólo si está el amor consolador de Cristo se puede.

EL ABORTO CONDUCE A UNA SOCIEDAD DE MUJERES DESTROZADAS Y HOMBRES ROTOS

Rompiendo el silencio Libros Libres, Madrid 2009, 174 págs. María Esperanza Puente Moreno, portavoz de RedMadre, rompió el hielo del silencio y el aislamiento para hablar del trauma de su aborto. Como cuenta en su nuevo libro, “Rompiendo el silencio”, no fue nada fácil, pero sirvió para que muchas mujeres embarazadas siguieran adelante, y para que otras que habían abortado alzaran su voz. «Durante años —cuenta en el libro— sufrí el síndrome postaborto. He pasado muchos años sobreviviendo a mí misma con un dolor que me rasgaba por dentro. En la Jornada Mundial de la Juventud de Toronto (julio de 2002), acabé contándole mi historia a un sacerdote que no conocía. Se puso frente a mí y me dijo: “¿Sabes? Ese mal que tú has hecho servirá para hacer mucho bien, y el mundo te conocerá por ello”. Yo me reí por dentro, pensando que estaba loco». El libro recoge diversos testimonios de mujeres que se han visto abocadas a abortos provocados, saliendo a flote la crueldad e indiferencia de los procedimientos abortivos y el mercantilismo de las clínicas. Los traumas consiguientes demuestran que el aborto supone siempre un fracaso, nada que ver con la pretensión de legalizar el aborto, la liberación de la mujer o la reivindicación de no se sabe qué derechos.

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Título: Hacia un nuevo amanecer Autor: Jesús Esteban Barranco Número de páginas: 280 Editorial: Asociación Bendita María Colección: Libros Buenanueva PVP: 20 euros Pedidos: En el teléfono: 91 759 79 68 En el Fax: 91 388 52 03 En la web: www.nuevaevangelizacion.es En Av. Pablo VI, n.º 9 Local 12 A 28224 Pozuelo de Alarcón • Madrid

El autor, experto en temas bíblicos y patrísticos sobre el tiempo y la escatología, ofrece aquí 55 artículos agrupados en cinco capítulos: crónicas, textos de tonalidad litúrgica; textos kerygmáticos, catequéticos y, finalmente, textos de fondo teológico, todos ellos con ciertos matices doctrinales dentro del Magisterio de la Iglesia.


n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

Francesco de

Nigris,

discípulo de

Julián Marías Victoria Luque Vega Periodista

Se proyectaba sobre las personas, amándolas s italiano, y ha estado literalmente pegado a su maestro, Julián Marías, durante los últimos cinco años de su vida. Francesco de Nigris, escritor, vivirá ya marcado por esta experiencia; ha conocido al filósofo, al pensador, al conferenciante de éxito, pero sobre todo, ha conocido a un amigo fraterno que le ha acercado a la Verdad con mayúsculas. Dice de Julián Marías que quien le trataba mejoraba como persona. Habla, incluso, de que en su círculo de amigos le consideran santo, por la trayectoria de su vida personal. Pero vayamos por partes...

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te s tigo s d e l a ve rdad bn n

tenaz defensor del sentido trascendente de la vida Hace tres años que murió Julián Marías. ¿Cuál es su vivencia personal tras la muerte de su maestro? Me he quedado huérfano, mutilado. En la misma Historia de la Filosofía, los grandes maestros son pocos, y creo que Julián Marías ha sido uno de ellos. Nos ha dejado una obra inmensa en la que uno se puede reencontrar con él, aunque falta su presencia, su figura, que es lo que más echo de menos. Las tardes, las infinitas tardes de charla inolvidable, que para mí eran un regalo de Dios, un privilegio. Yo lo pensaba, y decía “no me lo puedo creer”...

Es curioso cómo este pensador, al final de sus días, tenía atrofiado su cuerpo y, sin embargo, su mente, su pensamiento estaba increíblemente despierto... En los últimos cinco años de su vida, precisamente cuando yo lo conocí, sufrió muchísimo. Ha sido persona que nunca se ha quejado. Él siempre decía que le hubiera gustado vivir su muerte, quería una muerte personal, no una de estas muertes impersonales... Él a veces comentaba, en broma, que hoy en día la gente cuando se muere, en lugar de llamar a un cura, lo primero que dice es ¡ambulancia!... Veía en esto una despersonalización de la muerte, y él consideraba la muerte como un hecho de la vida que había que vivirlo. Dios le concedió vivir la muerte de esta manera, consciente del paso que iba a dar. Recordando su famoso crucero universitario de fin de curso por el mediterráneo, en el que iban Ortega, García Morente, Zubiri... él precisamente le pidió a Nuestro Señor, en Jerusalén, tener una vida auténtica, intensa, con profundo sentido cristiano. Y Dios se lo concedió, desde luego.

Julián Marías habla en “La felicidad humana” de que es conveniente imaginarse la vida después de la muerte. ¿Podría abundar en esta idea? Julián Marías piensa que el hombre es una realidad en marcha, que reobra constantemente sobre sí misma. Él decía que el ser humano es “imagen finita de la infinitud”; ve la realidad de Dios en una intensificación de todas las propiedades personales, es decir, en lugar de perder posibilidades el hombre podrá recuperarlas en la vida perdurable, y seguir trayectorias o proyectos que no ha sido capaz de realizar en esta vida. Él sostiene que pueden coexistir las posibilidades personales y las edades.

Él estaba absolutamente enamorado de su esposa Dolores Franco y, cuando murió, esto le dolió muchísimo... Julián Marías piensa que lo que caracteriza primordialmente a la persona es el amor. Decía que probablemente uno no se da cuenta de lo que ama, ni de su capacidad de amar, y ni siquiera ama hasta sus últimas consecuencias, porque si se amase hasta las últimas consecuencias, la muerte sería inaceptable. Y esto nos enseña precisamente que la vida es una estructura abierta, que se proyecta, que se comprende más a sí misma, y que la muerte, en la medida que nos impide amar, no se justifica desde la vida, sino que la vida misma postula la superación de la muerte.

CUANDO ESTABA CON ÉL ERA COMO PASAR DE NADAR EN UN ACUARIO A NADAR EN EL OCÉANO 19


n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

afán por conocer el alma y encontrar a Dios Se definía como profundamente religioso, y cada vez más católico. ¿De dónde le venía esta profundidad en la fe y este acercamiento cada vez mayor a la catolicidad?

PIDIÓ TENER UNA VIDA AUTÉNTICA, INTENSA, CON PROFUNDO SENTIDO CRISTIANO Y DIOS SE LO CONCEDIÓ

Ante todo hay que decir que él vivió en un ambiente de creencia religiosa desde niño; lo que ocurre es que para el filósofo la creencia religiosa es algo sobre lo que se reobra constantemente. La fe en Julián Marías está sumamente ligada a la razón, y esto precisamente yo creo que es el centro del cristianismo, porque Dios es Logos y Amor. Julián Marías llega al concepto de persona después de que, desde la Historia de la Filosofía, se haya pasado por la idea de naturaleza, de conciencia, de ideas, de percepciones, de todo tipo de psicologismos en el siglo XIX; finalmente se llega a la evidencia de que la realización programática de la vida humana es la persona, y que la persona se nutre de las demás personas para hacerse a sí misma. Y esto es el núcleo del cristianismo. El cristianismo está fundamentado en la vida de una Persona que hace 2000 años dijo: Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida. Quien se instala en esta filosofía cuyo centro es la Persona, inevitablemente se encuentra con el cristianismo, reobra sobre él y se siente estremecido por lo que ve.

exiliado dentro de su patria JULIÁN MARÍAS HA SIDO UNA PERSONA INCAPAZ TANTO DEL RENCOR COMO DE MALEDICENCIA; CON UNA CAPACIDAD DE PERDÓN INMENSA 20

Julián Marías ha sido un incomprendido, tanto desde la propia Iglesia como desde los poderes públicos. Sí. Hubo más bien una incomprensión doctrinal en tiempos durante la posguerra, por ser Julián Marías un pensador orteguiano. Ortega nunca manifestó su cristianismo, pero todo lo que se ha dicho sobre su anticristianismo, tanto Julián Marías como yo mismo consideramos que es radicalmente falso. Por su procedencia orteguiana, como por su no tomismo, Julián Marías ha sido atacado también; sin embargo ha sido una persona incapaz tanto del rencor como de maledicencia; sus reacciones siempre han sido sumamente razonables, y guiadas por la verdad, con una capacidad de perdón inmensa. Veías cómo estando a su lado tu realidad se disparaba en cuanto a ilusión, entusiasmo; él se proyectaba sobre las personas amándolas; para él cada persona era única y sagrada.


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hombre ponderado y amante de la verdad Lo rechazaron efectivamente también desde los poderes políticos, primero el franquismo, después la democracia; fue rechazado desde ideologías que veían en él alguien poco cómodo. Desde el mundo universitario también se le hizo el vacío, pues le rechazaron la tesis doctoral, nunca pudo enseñar en la universidad, durante dieciséis años se le prohibió escribir en los periódicos; pero a él todo esto no le produjo amargura, lo aceptó y se dedicó a escribir libros procurando que su pensamiento fuese riguroso al tiempo que comprensible para la gente.

Ese estilo tan claro quizá lo ha heredado de Ortega... Normalmente cuando nos acercamos al pensamiento de algún filósofo, éste nos resulta difícil de entender, cosa que no ocurre con Julián Marías. Julián Marías es ante todo un filósofo contemporáneo. Con Ortega descubre la vida como la realidad radical, la perspectiva metafísica desde la que hay que interpretar el mundo. La vida como lugar, como perspectiva en la que se encuentran las cosas, en la que se encuentra la circunstancia. Y esto supone un cambio sideral en el pensamiento, porque durante todo el Idealismo la realidad estaba metida dentro de las ideas de la persona, hasta el punto que se había llegado a ciertas formas de solipsismo, es decir, el mundo encerrado en uno mismo, de lo que se deriva que ya no puedo llegar a las cosas, no puedo saber si las otras personas son consecuencia de mi imaginación o entes con los cuales tengo que hacer algo, pero no sé qué.

Y qué filosofía desarrolla Julián Marías? Él veía la realidad con un sentido personal, por qué y para qué se ha hecho eso, y por qué y para qué me puede servir para buscar la verdad. Julián Marías sigue la línea de Ortega y la amplifica enormemente. Encuentra un método muy eficaz y lo aplica brillantemente. Yo siempre digo que tenía el don de que en la medida en que contemplaba la verdad, se quedaba en ella hasta desbordarla, hasta encontrar en ella una verdad superior. Él piensa que el hombre es un ser circunstancial, es decir, que dentro de su realidad está la circunstancia (la sociedad, la familia, las estructuras sociales, etc.); pero añade que la circunstancia fundamentalmente es convivencia. En líneas generales, que la persona se va comprendiendo a sí misma, va siendo ella misma mediante las demás personas, que son los entes privilegiados de la realidad personal. Julián Marías llevará a cabo una investigación sistemática en el quién, en la persona. La persona es pretender ser ella misma en la circunstancia constantemente. Pero pretender ser ella misma lo tiene que hacer dentro de la circunstancia.

FIEL A LA VERDAD, NUNCA HIZO CONCESIONES SOBRE LO QUE CONSIDERABA JUSTO 21


n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn Fue nombrado por el Papa Juan Pablo II miembro del Consejo Pontificio de la Cultura. ¿Pudo transmitirle al Papa su pensamiento filosófico? Julián Marías comentaba que nunca pensó que un almuerzo con un Papa pudiera ser algo tan sencillo y espontáneo, que éste tuviese una actitud tan simpática, directa, tan habladora y carismática. Con todo yo no creo que llegase a hacerle partícipe de su pensamiento filosófico, ni a través de libros regalados ni de palabra, fundamentalmente porque su misión en el Consejo Pontificio era la de difundir la situación cultural de la Iglesia... Julián Marías era una persona sumamente humilde, prácticamente nunca hacía alabanza de sí mismo.

SERÍA UN ENRIQUECIMIENTO INMENSO QUE SE CONOCIERA SU PENSAMIENTO DENTRO DE LA IGLESIA

SUS CONSEJOS TENÍAN UN VALOR TAN VERDADERO QUE BRILLABA LA PROVIDENCIA EN ELLOS 22

En definitiva, fue un hombre que se pasó la vida buscando la verdad, y aferrándose a ella con todas sus fuerzas... Julián Marías se ha pasado la vida alabando la excelencia, ennobleciéndose con ella, y haciéndose tan noble que, desde mi punto de vista y del de todos los que lo conocimos en la intimidad, era un santo. De hecho, tenemos un milagro pendiente... Todos estamos convencidos de ello. A mí, me aconsejó muchas veces; y sus consejos tenían un valor tan verdadero, que brillaba la Providencia en ellos. Él tenía una visión tan profunda de la realidad, que podía ver sus hilos más providenciales, los que a uno se le escapan.


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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

Pablo, el prisionero de Cristo Un corazón apasionado Antonio Pavía Ambrosio Misionero Comboniano

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no de los rasgos esenciales que caracteriza a los primeros cristianos es que tenían conciencia de haber sido llamados por Jesucristo, para brindar un servicio a todos los hombres mediante el ministerio de la predicación del Evangelio (Mt 28,18-20). Puesto que ésta es una nota característica de la incipiente cristiandad, debemos fijarnos en uno de estos primeros discípulos que brilla con luz indeficiente. Nos referimos al Apóstol de los Gentiles: Pablo de Tarso. 24


te s tigo s d e l a ve rdad bn n

luz de los gentiles Efectivamente, Pablo tuvo la certeza de que el Evangelio que había recibido del Señor Jesús (Ga 1,11-12) era inseparable de la misión recibida: anunciar a todo hombre la riqueza inescrutable que es Jesucristo (Ef 3,8). Sabía muy bien que no hay comunión con Jesucristo si ésta no se da también con su Evangelio; es decir, que la pasión por su Señor se corresponde con la pasión por su Evangelio. Enorme tuvo que ser la experiencia de Pablo. El reconocimiento de la divinidad de Jesús en los pliegues de su Evangelio hizo de él un hombre de fe según la Verdad, pues aquí es donde descubre paulatinamente el rostro de Dios. De ahí que considere su predicación como un culto espiritual a Él, como nos lo confiesa en su carta a los Romanos: “Dios, a quien doy culto en mi espíritu predicando el Evangelio de su Hijo, me es testigo de cuán incesantemente me acuerdo de vosotros...“ (Rm 1,9). En su introducción a esta misma carta nos muestra el sello identificador que Jesús ha grabado en su alma al llamarle a su servicio: el haber sido escogido por Él en y para su Evangelio (Rm 1,1).

LOS PRIMEROS CRISTIANOS SE SABÍAN LLAMADOS POR JESUCRISTO MEDIANTE EL MINISTERIO DE LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO

Con esta impronta grabada en su alma —que nos recuerda al fuego que Dios encendió en lo más profundo de sus entrañas a Jeremías (Jr 20,9)—, Pablo acomete la misión que ha recibido recorriendo gran parte de Asia Menor y Europa. No hay barrera que pueda hacer frente a su celo evangelizador. Ha sido alcanzado por Jesucristo (FIp 3,12), de ahí que nada ni nadie es lo suficientemente fuerte como para interponerse o doblegar su pasión por la misión recibida.

Contrasta la prudencia de los mediocres, la de aquellos a los cuales el Resucitado llama tibios (Ap 3,15-16) con la “imprudencia“ propia de los alcanzados por Dios, con la que Pablo se olvida del ayer y del mañana; vive según el hoy. Un hoy en el que se siente impulsado a abrazar a todo hombre que Dios pone en su camino, a todo aquel que encuentra allí donde su Espíritu le envía. Sabe que cada predicación es un gesto de amor de Dios que atrae a los seres humanos hacia su calor.

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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

¡ay de mí, si no anunciare el Evangelio! Los ejemplos que podríamos enumerar acerca del periplo evangelizador del apóstol son incontables en cuanto al número e inabordables en lo que respecta a su profundidad. Aun así nos atrevemos a sondear el corazón de Pablo bajo la luz de lo que es una de sus catequesis más sublimes y magistrales. Estoy refiriéndome a la que impartió a los presbíteros de Éfeso en Mileto y que constituye una especie de testamento espiritual, en su despedida, camino a Jerusalén.

PABLO HA SIDO ALCANZADO POR JESUCRISTO Y NO HAY BARRERA QUE PUEDA HACER FRENTE A SU CELO EVANGELIZADOR

A lo largo de su predicación, Pablo les comunica su marcha a Jerusalén. No sabe a ciencia cierta lo que le va a suceder en esta ciudad, pero éste es su testimonio: “... solamente sé que en cada ciudad el Espíritu Santo me testifica que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero yo no considero mi vida digna de estima, con tal que termine mi carrera y cumpla el ministerio que he recibido del Señor Jesús, de dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios” (Hch 20,23-24).

SU VIDA TIENE SENTIDO EN LA MEDIDA EN QUE TERMINE SU CARRERA: LLEVAR A CABO EL MINISTERIO DE EVANGELIZACIÓN QUE HA RECIBIDO DEL SEÑOR

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Centrándonos en el texto, oímos a Pablo decir a sus oyentes que, aunque no tiene conocimiento de la suerte que correrá en Jerusalén, sí sabe, que le esperan, en cualquier ciudad, por su condición de apóstol, toda clase de persecución y también la cárcel. ¿Ha perdido Pablo el sentido común? Su vida tiene sentido en la medida en que termine su carrera. Debe llevar a cabo el ministerio de evangelización; que no ha buscado él, sino que lo ha recibido del Señor y que valora como don inapreciable. Pablo ha conocido dos calidades de vida: la rutinaria, aquella que reiteradamente es siempre “más de lo mismo”, y la otra alternativa de vida, que ha acogido por su adhesión a Jesucristo, que le dirige hacia horizontes cada vez más amplios. A ésta se refiere el apóstol en su despedida a los presbíteros de Éfeso. He aquí su gran descubrimiento: siendo proyectado hacia el infinito, puede posar sus pies en la perennidad e imprimir en ella sus huellas. Esta es la vida a la que Pablo se abraza, y que se ofrece como alternativa a todo hombre. Él mismo nos dice: “Para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia... “ (Flp l,21).


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libre entre cadenas Este ministerio Pablo lo ha recibido gratis, como los demás apóstoles (Mt 10,8). Expone así su vida porque sabe que Jesús cuida a todos aquellos que viven abrazados a su Evangelio. Hace suyas las palabras del Señor Jesús, que se preocupa de las aves del cielo y los lirios del campo; se inclinará con solicitud hacia él, que indudablemente, vale más que los animales y las plantas (Mt 6,25). No hay muros que puedan acallar las melodías que nacen de unas entrañas en fiesta como son las de Pablo. Entrañas acariciadas por Dios que ha puesto su morada en él (Jn 14,23). Ningún apóstol sueña con ser libre. ¡Lo es! Desde su libertad no conoce en su ministerio más frontera que la del espíritu de Dios, es decir, ninguna.

SU VIDA ES EL EVANGELIO Y CULMINA CON EL TESTIMONIO DE UN HOMBRE LIBRE Y VENCEDOR: “...HE LLEGADO A LA META EN LA CARRERA, HE CONSERVADO LA FE”

La grandeza de Pablo, cuya vida es el Evangelio, culmina en el testimonio que nos ofrece en su segunda carta a Timoteo, desde la cárcel Mamertina de Roma. En ella se refleja a un Pablo que presiente estar en el atardecer de su vida. Escribe no como prisionero, sino como hombre libre y vencedor. Ha llegado a la meta, ha vencido. Así, comenta: “Porque yo estoy a punto de ser derramado en sacrificio. Y el momento de mi partida es inminente. He competido en la noble competición, he llegado a la meta en la carrera, he conservado la fe” (2Tm 4,6-7). El apóstol siente que ha llegado a la meta. De la mano de su Señor Jesús ha podido caminar sobre el mar de todo tipo de persecuciones, y dificultades. Hace partícipe de su victoria a su hermano en el Evangelio, Timoteo: le asegura a él la misma victoria que él mismo está ya proclamando y disfrutando: “Y desde ahora me espera la corona de la justicia que aquel Día me entregará el Señor, el justo Juez; y no solamente a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su Manifestación” (2Tm 4,8). Para profundizar en la figura de Pablo, aconsejamos leer el libro “Llamada y misión de Pablo”, del P. Antonio Pavía, publicado por la Editorial San Pablo.

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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn

La sangre de los

mártires Acta de martirio * Juan Ignacio Echegaray Presbítero itinerante en Ecuador

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as Actas proconsulares son los documentos que narran el proceso y muerte de los mártires, es decir, de aquellos que han dado con su sangre prueba de su fe. Se trata de un tesoro testimonial muy apreciado debido al valor casi notarial de los hechos que describen. En la vida de San Julián, Santa Basilisa y otros compañeros mártires hay una parte, en cuanto al género literario, reconocible como Acta. San Julián nació en la ciudad de Antioquía (Siria) en el seno de una familia cristiana, destacando desde niño por su sincero y comprometido amor a Jesucristo. Al morir sus padres, se marchó al desierto a orar y hacer penitencia. Pasado un tiempo, fundó un monasterio. Muchos hombres deseosos de conseguir la santidad se fueron a acompañar a Julián en su vida de religioso y lo nombraron superior. En el año 304, en tiempos del emperador Diocleciano, comenzó en Antioquía una feroz persecución contra los cristianos. Centenares de cristianos eran quemados por proclamar su amor a Jesucristo. El gobernador Marciano ordenó apresar a Julián y a todos sus monjes. Cuando le llegó el turno a Julián, se produjo el siguiente diálogo entre él y su perseguidor: * Pompeo Batoni (1736-8): Cristo glorioso con Julián, Basilisa, Celso, y Marcianilla. Capilla papal de San Celso y San Julián de Roma.

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te s tigo s d e l a ve rdad bn n —A ses or: Julián, nuestros sapientísimos príncipes desean haya un único y universal culto de los dioses para todos los hombres. —Julián: La sabiduría que vosotros, y vuestros príncipes elogiáis es terrena. Nunca más tendrá fuerza para mover a los adoradores del verdadero Dios a rendir homenaje a los demonios. —Asesor: ¿Vosotros no hacéis caso de las órdenes de los príncipes? —Julián: Que obedezcan a los príncipes sus súbditos nosotros obedecemos a nuestro Rey que está en el cielo. —Asesor: Entonces referiré al gobernador todo esto. Pero tengo entendido que aquí están acogidos también el obispo y todo el clero. ¿También son ellos discípulos vuestros? —Julián: Discípulos no. Más bien son nuestros maestros y nuestros padres, ya que por ellos hemos nacido a la verdadera vida. Es conveniente que los padres y los hijos vayan juntos al reino de los cielos. Llegó el gobernador. —Marciano: ¿Eres tú el Julián rebelde a los príncipes, despreciador de los santos númenes que atraes tras de ti con encantos una multitud de inocentes, y haces perder la cabeza a todos? Julián no contestaba. —Marciano: Según veo, oprimido por la infamia de tu delito no te atreves a responder. —Julián: No, no me hace enmudecer ningún delito. Nunca he sido rebelde, antes bien siempre he obedecido a la ley divina, que es la única regla del recto vivir. ¿Cómo puede ser sagrada la ley de tus emperadores que impone un culto sacrílego?

—Marciano: Me da lástima tu situación. Tienes la mente tan abrumada de prejuicios por esa religión tuya, que no entiendes la fuerza de los mandatos de los príncipes. Quien se somete a ellos de buen grado atraerá la amistad de los emperadores. Quien se oponga, será duramente atormentado y matado. —Julián: No estoy tan corrompido que desee posponer la amistad de Dios a la gloria de los emperadores. Adoro al único Dios verdadero; a vuestros dioses de bronce y madera los desprecio y aborrezco. —Marciano (lleno de ira):: No estoy aquí para contemplarte. Escucha lo que mandan los emperadores. —Julián: Lo que mandan lo he oído. Lo que a mí me convenga hacer lo he decidido. He preparado mis ovejas para el cielo y yo que he sido el pastor, ¿no las seguiré?

yo he odiado al Dios verdadero Mientras Julián era arrastrado por la ciudad rodeado de una gran muchedumbre, llegaron al lugar en el que se encontraba el hijo del gobernador, Celso, quien estaba aprendiendo las letras bajo un maestro público. Empezaron a darle a Julián terribles latigazos con pinchos de hierro en los extremos, pero uno de los verdugos al retirarlo rápidamente fue herido de gravedad en un ojo por la punta de hierro del látigo. Julián oyó el grito de dolor y llamando al verdugo le colocó sus manos sobre el ojo destrozado y se obtuvo inmediatamente la curación.

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n t e st i g o s d e l a v e rd a d bn Al niño, apenas fijó los ojos sobre Julián, le sorprendió la gran valentía y alegría con la que iba a la muerte este amigo de Cristo, con lo que exclamó: —Celso: ¡Oh, qué maravilla veo! Veo aquel cristiano rodeado de una multitud de personas vestidas de blancas luces, que le ponen en la cabeza una corona de preciosísimas gemas. Si así son honrados los adoradores del Dios de los cristianos, es cosa digna de creer en Él y adorarlo. ¡Amigos! Siento en mí una jamás probada suavidad en confesar este Dios. Creo que también yo desearía sufrir así, si su Dios quisiera ser mi Dios. Seguidamente se postró a los pies del mártir. —Celso: ¡Oh afortunado cristiano! La gloria con la que te he visto rodeado, me ha hecho conocer al Dios verdadero. Por amor a Jesús mi Salvador, que hasta ahora había ignorado, deseo sufrir los tormentos en que estás tú. Vuelto a esta turba atónita dijo a voz en grito: —Celso: Escuchad mis palabras. Yo he odiado al Dios verdadero ignorando el verdadero Dios hasta ahora. He odiado el nombre cristiano. Ahora que Él ha iluminado la mente, le confieso y a su Hijo Jesucristo, Salvador del mundo. Maldigo y detesto a los dioses infames, con todos sus cultos sacrílegos. Ya no me alejaré del lado de Julián.

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nosotros ya tocamos las puertas del Cielo El gobernador Marciano, al ver que ni el santo mártir, ni su hijo Celso se conmovían, suplicó melosamente que se deshiciera el supuesto encantamiento y devolviera el niño a sus padres bajo promesa de alcanzar la libertad, y la gracia del emperador. —Julián: Ni me interesa tu amistad, ni busco ser puesto en libertad. Más bien ruego a mi Señor Jesucristo que, junto con este cordero inocente, pueda consumar el martirio, para reunirme con aquellos cuyos cuerpos has hecho quemar. En cuanto al niño que nació de ti a la vida mortal, por su fe ha renacido a la gloria eterna, vea las lágrimas y la aflicción de quien lo engendró y que responda por sí mismo. — Cel so: Padre mío, quiero que sepas que por mi Señor Jesucristo os rechazo a vosotros mis padres terrenos por el culto sacrílego que observáis. No puedo ser piadoso hacia vosotros, sin ser cruel hacia mí, ni puedo preferir vuestro amor al amor de Dios. Afligidme, atormentadme como os parezca, por medio de vuestros tormentos: al perder la vida temporal, espero subir a la eterna e inmortal. —Marciano: Hijo mío, ¿quieres atravesarme el corazón con tanto dolor, cubriendo de infamia eterna con tu muerte ignominiosa nuestro nombre? Mira tu madre en qué angustia se encuentra por causa tuya. Mira sus lágrimas, escucha sus angustiosos suspiros. —Celso: Lloráis vosotros, no nosotros, que ya tocamos las puertas del cielo. El fuego que nos habéis preparado no nos quemará ni un cabello de la cabeza. Vosotros mismos y todo este pueblo que nos rodea lo veréis. Después de haber visto la maravilla que os anuncio ahora, os pido la gracia que dejéis estar conmigo a mi madre por solo tres días.


te s tigo s d e l a ve rdad bn n —Marciano: Arriba, Julián, Antonio. Ha llegado el momento en que vosotros y vuestros compañeros obtengáis liberación y salvación. Mirad la majestad de nuestros dioses: a ellos, por fin, debéis decidiros a ofrecer sacrificio.

La madre al escuchar estas palabras instaba al marido a que se lo permitiese. —Marciano: Bien, si ocurre como dices, que el fuego no te hará daño, cumpliré tu deseo. Quiso nuestro Dios omnipotente renovar sobre sus santos confesores la maravilla que hizo en el horno de Babilonia, por lo que nuestros mártires en medio del hedor del betún y la voracidad de las llamas se mostraban ilesos, resplandecientes como purísimo oro, mientras cantaban himnos de alabanza a su Libertador.

fieles hasta el final Llegó el gobernador al lugar para ver la maravilla. Quedó lleno de confusión. Sacaron de sus calderones a los mártires, y ya que el suplicio no había hecho mella en sus convicciones. Al acabar los tres días, dijo al hijo. —Marciano: Te he concedido lo que me pediste. ¿Qué conclusión has sacado del encuentro con tu madre? —Celso: Doy gracias a mi Dios porque ha escuchado mis súplicas. Le he pedido que hiciera conocer la verdadera religión a mi madre y Él, compasivo, la ha convertido. Es cristiana, como lo soy yo. Marciano llamó a los sacerdotes de Júpiter ordenándoles que adornaran su templo con magnificencia jamás vista, y delante de los simulacros de Júpiter, Juno y Minerva, prepararan incienso y todo lo demás para un sacrificio muy solemne. Marciano hizo arrastrar hasta allí a nuestros mártires y les dijo:

—Julián (con firmeza):: ¿Tú dices que ha llegado la hora de nuestra salvación? ¿Que deseas honrar a tus dioses? Muy bien, haz llegar aquí dentro a todos los sacerdotes de los ídolos. Nuestro santo y sus compañeros, postrados por tierra, hicieron una ferviente oración al Dios verdadero pidiendo que glorificase su santo nombre, cubriera de vergüenza a los ídolos, y de confusión a sus engañados adoradores. Terminada su oración, los ídolos de aquel templo fueron reducidos al polvo, se derrumbó el templo, convirtiéndose en un montón de piedras, todos los sacerdotes paganos quedaron sepultados bajo sus ruinas. La noche de aquel día memorable, mientras ellos cantaban las alabanzas de Dios omnipotente, se les aparecieron envueltos en gloria los santos monjes, sacerdotes, que habían conseguido la palma del martirio en las llamas. Santa Basilisa estaba con ellos, junto a sus discípulas, las bienaventuradas vírgenes, anunciando a Julián y a sus compañeros que en el día de la Epifanía del Señor subirían a la gloria eterna. Marciano hizo entrar a los verdugos mandándoles cortar la cabeza a todos sin distinción. Sus santas reliquias fueron puestas en la iglesia bajo el altar por devotos cristianos y sus sacerdotes. La conversión fue considerada como un verdadero milagro espiritual obtenido por el martirio de Julián. Celestino I (422-432) mandó edificar una iglesia dedicada a los santos Celso y Julián.

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n s i ho y e sc u ch á is s u v o z bn

Bienaventurados los mansos César Allende García

or el espíritu de suavidad y delicadeza que impregna su Evangelio, desde muy antiguo se conoce a San Lucas como “Scriba mansuetudinis Christi”: escribano de la mansedumbre de Cristo.

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s i hoy e s cu ch á i s s u voz bn n

mansedumbre es poder y señorío Algo de muy especial tiene la mansedumbre, la humildad, la pobreza y sencillez de corazón que en la Sagrada Escritura, en la Filosofía, en la Cultura común de los pueblos, etc., ha suscitado toda suerte de apologías y detracciones. Y sus contrarios no menos. Y la verdad es que encerrar en unas páginas tanta “doctrina” al respecto es un tanto difícil, pero nos interesa sobre todo el mensaje del Señor en la segunda bienaventuranza, que, mira por donde, San Lucas no incluye en las suyas, a pesar de ser el escribiente fiel de la humildad y mansedumbre del maestro.

LA IMAGEN DEL MANSO, DE L A MANSEDUMBRE MISMA, ES EL CORDERO

Mansedumbre es poder y señorío: este es el núcleo de la segunda bienaventuranza, tal como la proclamó el Señor. Puede parecer una paradoja para nuestra mentalidad que razona en términos de “el pez grande se come al chico”, “si no pisas, te pisan”, “quien me la hace me la paga”, etc. Jesús, en cambio, pide perdonar al enemigo (Mt 5,44) y no hacer frente al malvado (v. 39), porque el ojo por ojo y diente por diente no acarrea, como tenemos comprobado, sino la ceguera para todos y la imposibilidad de comer.

En la predicación de Jesús, a la mansedumbre la acompaña por delante la bienaventuranza o felicidad y, por detrás, la posesión de la tierra (Mt 5,4). El evangelista utiliza un verbo que leído “in extenso”, en todo su alcance significativo equivale a “poseer en herencia”, es decir, a título de donación por su propietario. Quien recibe esta herencia se hace dueño de ella con el mismo título del dueño donante. Y como éste es Dios, el dueño y Señor de la tierra, el heredero de la misma resulta ser también señor. San Pablo dirá, pues, con toda razón que todo es nuestro, por ser nosotros de Cristo, y Cristo de Dios. La imagen del manso, de la mansedumbre misma, es el cordero. Su forma de ser recorre toda la Escritura como expresión de la voluntad de Dios de encontrar una forma eficaz de perdonar los pecados de Israel: desde el cordero expiatorio que cargado con los pecados del pueblo es entregado al desierto en expiación, pasando por el Siervo de Yahvéh del cuarto Canto de Isaías (Is 52,13-53,12), hasta el Cordero señalado por Juan como el que “quita el pecado del mundo (Jn 1,36) y quien, degollado y resucitado, conoce el secreto del Libro de la Historia y puede revelarlo (Ap 5 y 6). Este Cordero es un León que tiene siete cuernos y siete ojos, es decir la plenitud del Poder y de la Sabiduría del mismo Dios (Ap 5,6). La mansedumbre le da al Cordero todo Poder sobre los cielos, la tierra y los abismos (Flp 2,9-11): “Cristo Jesús es Señor”.

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n s i ho y e sc u ch á is s u v o z bn

la mansedumbre que propone Jesús En la Escritura “Tierra” se identifica con una forma de vivir que sólo su Dueño absoluto puede regalar a su pueblo: no son tanto cosas cuanto condiciones para que el hombre fiel se reconozca a sí mismo como persona amada por Dios, protegido por su Providencia que guía y conduce la Historia de conformidad con su Voluntad y Bondad. La “gloria de Dios” es otra expresión de esto mismo. En Isaías 66,1-2 dice Yahvéh: “El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies… En ese pondré mi amor (ojos), en el humilde y el abatido que se estremece ante mis palabras”. No se puede glosar mejor en qué consiste la mansedumbre propuesta por Jesús. El amor recíproco de Israel y de todo hijo de Dios por Yahvéh no se parece en nada al amor de los hombres a sus dioses, porque el amor de Yahvéh Dios por sus hijos es tan único, especial y verdadero como lo es Yahvéh mismo.

EN ESE PONDRÉ MIS OJOS, EN EL HUMILDE Y EL ABATIDO QUE SE ESTREMECE ANTE MIS PALABRAS 34

Al comienzo de estas catequesis sobre las Bienaventuranzas decía que el Señor “se sentó y levantó los ojos” para hablar. Este doble movimiento indica la doble dimensión de sus palabras: trae la Palabra de lo alto a nivel de la gente humilde. Su discurso no es que escandalice al sentido común (que también), sino que revela la personalidad auténtica del carpintero de Nazaret. Y esto es lo que Nietzsche no pudo soportar. Al espíritu o razón de la tragedia griega (que encarna Dionisos) le es inaceptable y aborrecible que alguien que no sea Dios pueda decir “Felices los mansos”; es la insensatez de un demente que pretende erigir el resentimiento del débil y disminuido en moral universal. Desde Caín a Nietzsche (sin dejarnos a Barrabás) crispa los nervios de cualquiera que un carpintero, que para más inri (¡vaya coincidencia!) moriría colgado de un madero, grite al mundo: “Oísteis que se dijo: ‘Odiarás a tu enemigo’, pero yo os digo: ‘Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen’”. Y lo peor de todo, lo que injuria hasta el paroxismo al dios griego: “para que así seáis hijos de vuestro Padre celestial” (Mt 5,43-45). Resulta que el balido del cordero se convierte en rugido de León: ¡inaguantable! Nuestra lógica no resiste este hablar.


s i hoy e s cu ch á i s s u voz bn n

Ya le pasó al Señor mismo: había ya entonces quienes, al oírle hablar, decían: “tiene un demonio; ¿por qué le escucháis?”; otros: “Duro es este lenguaje; ¿quién puede sufrirlo?”. Claro que no faltaron quienes se preguntaban: “¿Cómo un endemoniado puede abrirle los ojos a un ciego de nacimiento?; ¿de cuándo acá?” El superhombre de Nietzsche (y de tantos otros) encierra su filosofía en una dialéctica de contrarios (Dionisos - Jesús de Nazaret) que resulta imposible reducir a una síntesis aceptable. Sólo queda una solución: a golpe de martillo (¡otra vez el martillo: como en el Calvario!) destruir un elemento de la contradicción; acabar con el Sermón del Monte. Pero nosotros hoy sabemos bien que la llave de la vida, de la Historia tiene forma no de martillo, sino de Cruz. Hemos visto al río inmenso de la Historia dejar entre los cañizales y junquerales lodos que apestan a cadáver. Claro que ha habido una transmutación: determinadas filosofías nos han dejado desesperanza y, de una u otra forma, estas ciénagas son de aquellos lodos río abajo: miles de millones de muertos.

¿qué diremos a esto? Que manso no es quien se deja robar o esquilmar por cobardía, debilidad, etc., sino quien da de comer y beber a su enemigo hambriento y sediento (Pr 25,21; Rm 12,20) porque él come y bebe gracias a Dios. Es manso el que conoce que nada tiene de sí mismo sino recibido de Dios y en nada se gloría si no es en repartir con los demás. Es manso quien habita, como poseída en herencia, una tierra que es regalo de Dios, cuyas cisternas de agua, sus olivares y viñedos y casas le mantienen siempre presente que no hay otro Dios que Yahvéh (Dt 6,10-13).

A LA MANSEDUMBRE LA ACOMPAÑA POR DELANTE LA BIENAVENTURANZ A O FELICIDAD Y, POR DETRÁS, LA POSESIÓN DE LA TIERRA 35


n s i ho y e sc u ch á is s u v o z bn También diremos que el humilde de la segunda bienaventuranza sólo es el opuesto al cainismo, al barrabasismo y al espíritu dionisiaco que hace del músculo y el poder humanos su bandera. Manso, pobre y humilde según el Evangelio es quien ha aprendido el misterio escondido desde siempre y revelado a los sencillos, a quienes son como niños (Mc 10,15), justo lo contrario de ese tipo de hombre que vende tanto ahora; supermanes de todo género humanoides, gatos, murciélagos, arañas, magos de batuta fácil... Ya Sofonías cambió el significado común de “pobre” por el de “buscador de Dios, de la justicia y la humildad” (So 2,3). De igual modo, cambia Jesús el sentido del poder y del dominio: “Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor os he lavado los pies, debéis hacer vosotros otro tanto. Ahora que sabéis esto, seréis felices si lo ponéis por obra” (Jn 13,13-17).

LA MANSEDUMBRE DE MARÍA INTRODUJO LA ETERNIDAD EN EL TIEMPO

Ser manso es una actitud profunda de confianza plena en Dios, en su poderosa actuación en la vida, y a quien se deja la defensa y el derecho del débil. Desde luego, nada tiene que ver con los modos del hombre de “puño en rostro”. Someterse a la voluntad de Dios no es dejarse atropellar y avasallar neciamente; es, sí, una sabiduría sublime que reconoce en la debilidad la verdadera fortaleza, y traduce este reconocimiento en perdón y misericordia. Interesa, a estas alturas, mucho más el texto de Lucas 1, 40-55 que los discursos supervitalistas que exaltan el poder y la fuerza, sean de la clase que sean. María canta el amor de Dios que abraza su feminidad y la hace fecunda por su entera disposición al plan divino. La mansedumbre de María introdujo la Eternidad en el tiempo, una vez que este hubo llegado a su sazón (Ga 4,4). Y desde entonces su corazón inunda el mundo de ternura, dulzura y esperanzada fortaleza en la lucha por el triunfo del bien. Ojalá María santísima nos alcance del Espíritu Santo la imitación de la mansedumbre de Cristo, como Pablo escribió a los corintios, para tratarnos unos a otros con amor de mansedumbre (Ga 6,1), de modo que la fidelidad a “la vocación a que hemos sido llamados, procediendo con toda humildad y mansedumbre en el sufrirnos unos a otros” (Ef 4,1-3) nos permita mantener la caridad y la unidad, a fin de que el mundo crea y se salve.

SER MANSO ES UNA ACTITUD PROFUNDA DE CONFIANZA PLENA EN DIOS 36


Ke ri gm a bn n

El carcelero pidió una luz Buenanueva

L

os hechos, narrados precisamente por los Hechos de los Apóstoles (16,2540), sucedieron así: Pablo y Silas —que es el mismo que aparece con el nombre de Silvano en las cartas paulinas— han llegado a Filipos, ciudadcolonia romana, donde han expulsado un demonio de una pitonisa, que, con sus adivinanzas, enriquecía a sus amos. Estos se encolerizan con los dos apóstoles, que, mientras tanto, no dejan de anunciar la Buena Nueva. La ley prohibía a los judíos hacer proselitismo, de modo que su predicación es ilegal; por lo que se crea un tumulto contra ellos y los encarcelan, encadenándolos en lo más profundo y lóbrego de los calabozos, después de haberlos molido a palos. En medio de la noche rezan y cantan himnos a Dios: se produce un terremoto, se sueltan las cadenas con sus gruesas argollas y se abren las puertas de la prisión. El carcelero cree que se han escapado los presos y, lleno de angustia pensando que lo van a inculpar por ello, quiere quitarse la vida, si no es por Pablo que lo detiene en su intento. Es entonces cuando “pide una luz” (16,29) y se echa a sus pies: “¿Qué debo hacer?”, pregunta. Pablo y Silas le anuncian a Jesucristo, a él y a su familia, que se bautizan y ofrecen una comida a los dos. 37


n Ke r i g ma bn Con sus más y con sus menos es lo que está ocurriendo hoy. Estamos en un escenario social en el que anunciar a Jesucristo está mal visto, incluso podría ser ilegal, porque el laicismo y la política se convierten en el pensamiento único y dominante, en una nueva religión despótica, que pulveriza y suplanta toda la tradición cristiana. Se vuelve a cumplir al pie de la letra que “el mundo está en tinieblas y los suyos no lo recibieron” (Jn 1,11), “porque los hombres amaron más las tinieblas que la luz” (Jn 3,19).

YO, LA LUZ, HE VENIDO AL MUNDO PARA QUE TODO EL QUE CREA EN MÍ NO SIGA EN TINIEBLAS

noche luminosa La noche —¡oh, la noche! —: ¿qué tienes de satánica que todo lo envuelves en tu negrísima niebla para que el hombre siga encadenado en lo profundo de tus mazmorras, sin poder salir de tal ceguera, que hasta nos la venden como progreso humano? ¿Qué tienes, a la vez de salvífico, “¡oh noche maravillosa!, en que Cristo ha vencido a la muerte y del infierno retorna victorioso”?, noche en que una Luz esplendente rasga tus tinieblas —como se rasgó el velo del Templo al expirar Cristo en la cruz— y nos alumbra el sendero de las puertas del Cielo: “la Palabra era la Luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo” (Jn 1,9). El mundo se empeña inútilmente, con toda su cohorte de falacias, señuelos y trampas, en encadenar la Luz. ¿Dónde están Pablo y Silas hoy, que canten himnos a Dios en medio de tanta oscuridad?, de modo que arranque del corazón de esta ciega sociedad aquella gran súplica: “¡Dadme una luz!”.

LA PALABRA ERA LA LUZ VERDADERA QUE ILUMINA A TODO HOMBRE QUE VIENE A ESTE MUNDO

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Ke ri gm a bn n ¿Qué significa esto?: que pidió ser iluminado, se encontró con Jesucristo, anunciado por unos presos y recibió el bautismo, convirtiéndose, él y los de su casa, en “iluminados”, en hombres que por fin han salido de su escondrijo. ¡Cuántos corazones tristes, poblados de alimañas y aullidos de lobos, aun en medio de tanto oropel y parafernalia de fiestas, lujos, dineros, poder y placeres, porque nadie les anuncia a Jesucristo muerto y resucitado por ellos! ¡Pobre hombre, nuevo Epulón, cuyo dios es tu vientre y tus miras el dinero de tu faltriquera o los ceros de tu cuenta corriente! ¡Pobre hombre, enquistado en tu ombligo, perpetuamente insatisfecho a pesar de estar ahíto de todo, siempre vacío como icono de la nada! ¡Pobre hombre, ahogado en el sumidero de su propio yo!, siempre huyendo hacia delante, escapando de ti mismo porque tu yo te mata, hasta que no encuentres Otro Yo. Por eso no ves a Jesucristo que te ama por encima de todo, por encima de ti mismo.

ya no habrá noche El mundo se empecina en permanecer en las tinieblas y, movido por su príncipe —el Príncipe de las tinieblas— trata de sofocar a la Iglesia y encadenar con toda clase de cepos y grilletes los pies de quienes anuncian a Jesucristo. Canta, Iglesia santa; canta, Iglesia pecadora, que las puertas del infierno no prevalecerán contra ti, anuncia un nuevo amanecer en medio de la noche, porque “la noche va pasando y se acerca el Día” (Rm 13,12), viene la Aurora, el cielo comienza a teñirse de rojo y luego de rosicler, porque despunta “el Sol que viene de lo alto” (Lc 1,79), Jesucristo, el Hijo de Dios vivo, la Luz del mundo —“Yo soy la Luz” (Jn 8,12)—, el Oriente sin occidente que nos indica la ruta del Cielo —“Yo soy el Camino” (Jn 14,6)—, Cielo en el que no hay necesidad de soles y luminarias del firmamento, “porque su Luz es el Cordero y ya no habrá noche” (Ap 21,23 y 22,5); ya no habrá más cárceles, porque el Unigénito de Dios que “nos amó hasta el extremo” (Jn 13,1) dio su vida como rescate por todos los prisioneros. Las cadenas se han roto y hay un nuevo Ángel del Edén que ha vuelto a abrir las puertas de la prisión: “Yo, la Luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en tinieblas” (Jn 12,46). Yo te amo, Señor: “que la claridad de la resurrección de tu Hijo ilumine las dificultades de nuestra vida; que no temamos ante la oscuridad de la muerte y podamos llegar un día a la luz que no tiene fin”.

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn

n el primer trimestre de 2009 ha habido en España 3.571 separaciones y divorcios; lo que supone 350 al día o uno cada cuatro minutos. Por comunidades autónomas, en donde más separaciones o divorcios hubo fue en Cataluña, con 6.149; y en la que menos en La Rioja, con 162. Cabe señalar que el número de matrimonios en España ha descendido en los últimos años, pasando de los 216.000 registrados en 2.004 a los 196.000 de 2008, lo que supone una bajada de más de un 9%.

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Rotura José Antonio Gris Especialista en Psicología Clínica

Niños, familia y separación 40


fami l i a de Na za ret bn n La separación es una decisión que afecta también a los hijos, se nota en sus reacciones y, en muchos casos, para ellos es traumática. Es un momento que se caracteriza por una fuerte confusión emotiva, difícil de superar para la mayoría de los niños. La separación es el resultado de un proceso más o menos largo, en el que se va originando una crisis en la pareja y en la que los hijos también se ven inmersos. Este período de gestación de la crisis, planteamiento y decisión de la separación, que suele estar lleno de discusiones o violencia, es más conflictivo para los hijos que el que luego sigue con la separación, ya que deja en ellos una huella imborrable, aunque de mayores no lo recuerden. El apoyo de los abuelos es muy importante durante la crisis y posteriormente a ella.

reacciones ante la ruptura conyugal Desde los primeros meses de vida y hasta aproximadamente los cinco años, el niño o niña comienza a establecer un proceso de identificación con sus padres que será sumamente importante para la formación de su personalidad. Necesita observar, imitar y desear ser como su padre o su madre, aprender todo de ellos. Pero si está viviendo una situación conflictiva prolongada, asimilará durante varios años un modelo negativo, lo cual desencadenará en él un choque afectivo por la presión que siente al tener que tomar partido por el padre o por la madre. En esta situación, en la que vive una baja o nula expresión afectiva entre sus padres, suele ser frecuente que ambos progenitores traten de convertir al hijo en un “aliado” contra el otro, proceso que provoca en el niño múltiples tensiones que en muchos casos nunca superará.

En esta realidad el niño ve que el amor entre sus padres ya no existe. Este es el mejor caldo de cultivo para que el niño desarrolle una inmadurez emocional. Él no lo entiende, pero lo vive, lo soporta y sufre en silencio o con lágrimas. En esta fase de conflicto, los niños están obligados a vivir cada día una situación de ambivalencia y dualidad afectiva (el amor entre los padres no está unificado para él, cada uno de los padres, por separado, intenta atraer al niño). Son muchos los episodios cotidianos en los que el niño observa disgustos, indiferencia, discusiones, etc., expresión de fuertes tensiones emotivas entre los padres e intenta comprender quién es el culpable de esta situación. Cuanto más frecuentes sean éstos, más le marcarán al niño, pues le harán perder la confianza fuerte y sólida que tenía en sus progenitores. El niño de entre dos y cinco años no es del todo consciente de lo que ocurre en casa y, aunque no lo entienda, sí percibe los cambios: le afectan mucho las discusiones, manifestaciones hostiles o indiferencia expresada por sus padres. La vida familiar sufre muchas modificaciones en cuanto a las relaciones con hermanos, cuñados, suegros, etc., que el niño nota, creándole una sensación enorme de confusión. Siente que lo pierde todo pero no sabe por qué. En esta edad casi todas las reacciones del niño son inconscientes. Su forma de reaccionar ante la tensión de casa y de expresar la ansiedad es mediante el llanto, miedo, pis en la cama, pesadillas, etc., dejan de gustarle sus juguetes, habla poco o no juega con otros niños.

LA SEPAR ACIÓN DE LOS PADRES P RODUCE UNA FUERTE CONFUSIÓN EMOTIVA EN LOS HIJOS, DIFÍCIL DE SUPERAR 41


n f a m i l i a d e N a z a re t bn

conmoción emocional El niño, ante la ruptura de los padres, lo primero que percibe es la pérdida de los sentimientos de protección y de pertenencia, precisamente cuando necesita todo lo contrario: recibir de ambos progenitores un afecto fuerte y unido. Con la separación comienza a percibir una sensación de abandono y a vivir la familia como algo que le causa daño o insatisfacción, que le produce ansiedad, angustia, falta de apoyo y de afecto, etc. El niño vive en una situación de carencia afectiva porque los padres están limitados en su capacidad de dar. No hay ninguna edad en que la quiebra de la relación conyugal no influya en los hijos. Los síntomas psicológicos no aparecen al principio, sino que empiezan a manifestarse poco a poco. Lo primero que se ve afectado son los sentimientos del hijo y sus reacciones emocionales, además de aspectos concretos de la conducta que dificultan su maduración psicológica. Comienzan a surgir problemas en su aprendizaje, en su lenguaje, en sus juegos, etc. Pueden aparecer incluso trastornos o dolores, alteraciones en sus hábitos alimenticios, problemas de sueño, inestabilidad emocional, dificultad para controlar los esfínteres, problemas de adaptación y sociabilidad, y, en general, dificultades en la relación con su ambiente inmediato, como por ejemplo una clara apatía hacia todo. Es frecuente que tras la separación el niño se sienta culpable, volviéndose especialmente más sensible o más agresivo. Son las dos formas más frecuentes que tiene para reaccionar. El niño sólo entiende que uno de sus padres ya no está en casa y culpa inconscientemente al padre o madre con

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quien vive. En esta edad, el niño descubre al progenitor del sexo contrario y desarrolla frente a él sentimientos de ambivalencia (amor-admiración-odio). En esta fase es muy frecuente que el niño comience a ser más agresivo y violento, a tener más rabietas y una larga lista de conductas negativas. Su capacidad de aprendizaje y comunicación disminuye y de ahí que sea tan frecuente el fracaso escolar o la mera dificultad para estudiar. Su personalidad se hace más insegura y se le nota falta de confianza en sí mismo y en los demás.

inestabilidad afectiva Respecto a los adolescentes con padres separados, es muy frecuente que necesiten tratamiento psicológico, debido a la dualidad afectiva que han vivido y el esfuerzo de adaptación y ajuste emocional que han tenido que realizar, y que desgraciadamente en pocas ocasiones consiguen. Por esta causa, su estabilidad emocional se verá mermada hasta pasada la adolescencia o para siempre. Muchos estudios realizados con hijos de padres separados han demostrado que éstos manifiestan diferencias significativas en diversos factores de personalidad: inseguridad, ansiedad y angustia, inmadurez afectiva, rigidez obsesiva, sensación de irrealidad, ánimo deprimido, temor excesivo a las amenazas, sentimientos de culpa, timidez y bloqueo de la sociabilidad, inestabilidad, tensión nerviosa, taquicardias, temblores, hipersudoración, enuresis (pis nocturno), falta de motivación generalizada, miedo al futuro, etc. Cuando la separación se produce y los hijos son ya mayores, el daño causado también recae en el área de la afectividad, la estabilidad emocional y en la personalidad.


fami l i a de Na za ret bn n LA SALUD DE UNA SOCIEDAD SE M IDE POR LA SALUD DE LAS FAMILIAS; POR ESO TODO ATAQUE A LA FAM ILIA ES UN ATAQUE DIRECTO A LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn

CONVERTIR AL HIJO EN UN “ALIADO” CONTR A EL OTRO P UEDE PROVOC AR MÚLTIPLES TENSIONES EN EL NIÑO PAR A SIEMPRE

inesperado cambio de rutinas Después de la separación, los niños viven situaciones que no entienden. Estas son las más frecuentes y las que más le afectan: • No puede comprender que tenga que pasar un tiempo fijado con el padre y otro con la madre.

• Ya no puede aprender el modelo de amor, dulzura, amabilidad, que había antes entre sus padres.

• Vive frecuentemente en una situación donde los padres no se hablan, no se comunican, o peor incluso, cada uno le habla mal del otro.

• Suele cambiar de gustos y aficiones. Le cuesta más tomar decisiones.

• Normalmente, ve a sus padres de peor humor que antes, nerviosos o en tensión. • Ve que nunca su padre alaba a su madre y al contrario lo mismo. • Ya no puede expresarse libremente con sus padres como antes. • En muchas ocasiones, los padres tienden a ser más rígidos con él, o al contrario, excesivamente permisivos. • Ha perdido todas las actividades que antes hacía con los dos padres a la vez. • Con frecuencia el niño coopera menos en casa, le cuesta más asumir responsabilidades y se vuelve más inseguro en todo.

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• Ahora vive en dos ambientes diferentes, en dos hogares distintos; aspecto éste muy complicado para integrar en su mente. • Se ve obligado a renunciar a la imagen de los dos padres escuchándole o respondiendo a sus preguntas. • En muchos casos los padres intentan compensar estas situaciones accediendo a todos los caprichos del niño para evitar frustraciones. Esta actitud le hace más daño al niño. • Se ha alterado el equilibrio emotivo que antes tenía hacia el padre y la madre como una sola familia. • Muchos niños de padres separados han visto tantas conductas agresivas en la destrucción de la familia, que le harán reaccionar en uno de los dos sentidos; siendo muy tímido e inseguro o excesivamente agresivo.


fami l i a de Na za ret bn n

familia: base y pilar del desarrollo humano En definitiva, cuando la familia se destruye, lo primero que se ve afectado son los sentimientos de los hijos y su conducta, ya que presentan síntomas emocionales que dificultan su maduración psicológica. La familia es la célula básica de la sociedad. Es la principal escuela donde se aprenden los valores que regirán la vida de cualquier persona. En la familia se siembra la semilla que luego determina el comportamiento social, afectivo y laboral. Es en la familia donde se aprende la obediencia, el sentido de responsabilidad, la preocupación y comprensión por los demás, la ayuda al otro, la demostración del amor, etc. Se ha comprobado que la salud de una sociedad se mide por la salud de las familias; por eso, todo ataque a la familia es un ataque directo a la sociedad en su conjunto.

LA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET ES EL MEJOR MODELO DE FAMILIA CRISTIANA; DE ELLA APRENDEMOS A ESCUCHAR Y MEDITAR

La Sagrada Familia de Nazaret es el mejor modelo de familia cristiana. La Virgen María, Madre de la Iglesia, es también Madre de la “Iglesia doméstica”, que es la familia cristiana. En esta “Iglesia doméstica” la familia cristiana descubre lo que debe hacer y el modo de comportarse para la santificación y la plenitud humana de cada uno de sus miembros. En ella aprendemos a escuchar, a observar, a meditar, a penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla y humilde manifestación del Hijo de Dios entre los hombres.

Que con la ayuda de la Virgen María, Madre de la Iglesia y Madre de la “Iglesia doméstica”, cada familia cristiana pueda llegar a ser verdaderamente una pequeña Iglesia de Cristo. Que sea Ella, nuestra Madre del Cielo, ejemplo de acogida humilde y generosa de la voluntad de Dios para todas las familias cristianas.

LA FAMILIA ES LA PRINCIPAL ESCUELA DONDE SE APRENDEN LOS VALORES QUE REGIRÁN LA VIDA DE CUAQUIER PERSONA 45


n f a m i l i a d e N a z a re t bn

Tragicomedia de Doña Leandra Tomás Trigo Oubiña Profesor de Ética, Universidad de Navarra

Extracto de los consejos que dio D.ª Leandra, esposa del farmacéutico de Villafáfila del Río, con aires de rancia marquesa, a su hija Carito, un día antes de partir hacia la Universidad. La escena se desarrolla en la sala de estar. Carito está sentada en una butaca de orejeras, de espaldas al público, de modo que éste no la ve. Carito no dice nada en toda la tragicomedia. Por tanto, el director puede ahorrarse una actriz. Sólo habla Doña Leandra.

* * * * *

Carito en la Universidad Querida hija, ha llegado el momento de darte algunos consejos de madre para que sepas guiarte en el nuevo ambiente que te espera. Mañana vas por fin a iniciar tus estudios de Farmacia en la Universidad. Me da mucho miedo, te lo confieso. Pero no hay más remedio que dejarte ir. De todas formas hablaremos todos los días por teléfono. Ahora sólo quiero decirte que te entregues a tus estudios con toda tu alma. Vas a la Universidad a obtener un título que te permita, el día de mañana, ser una farmacéutica de prestigio y tener unos buenos ingresos. Lo demás es lo de menos. Hoy en día, tal como está el ambiente, hija mía, tanto vales cuanto tienes. Sí, ya sé que no debería ser así —no pongas esa cara—, pero lo es, y hay que atenerse a los hechos. Además, ahora no es como antes. Ahora la mujer tiene que tener su profesión para ser independiente y no quedarse de ama de casa, con profesión “sus labores”, a criar niños y fregar suelos. ¿Qué sería de tu tía Tita si no tuviese su carrera y su dinero? A buena hora podría divorciarse del desgraciado de su marido.

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fami l i a de Na za ret bn n No, hija, ya sabes que a mí no me gusta criticar ni quiero juzgar a nadie. ¡Lejos de mí! De todas formas, él es un desgraciado, y ella no tiene por qué aguantarlo. Pero, a lo que iba. Tú a lo tuyo. Mira, Carito, tú siempre has sido un poco idealista, y la vida no está para andar con idealismos. Gracias a Dios, conseguí sacarte de la cabeza la idea de estudiar Filosofía. ¿A dónde vas hoy con la Filosofía? A ser una muerta de hambre. Has hecho bien en hacerme caso. Tú hazme siempre caso, que soy tu madre y quiero lo mejor para ti. Así que ahora, a estudiar. Y no se te ocurra meterte en esas asociaciones de estudiantes para atender a los pobres y enfermos. No, Carito, cariño, por favor, déjate de bobadas. Ya tendrás tiempo para hacer obras de caridad cuando tengas tu carrera terminada. Ahora dedícate a estudiar y olvídate de esas cosas. Tú, a lo tuyo. No, no te digo que no tengas amistades. Por supuesto, me gusta que colecciones muchas amistades, porque nunca se sabe de quién puedes necesitar el día de mañana. Tampoco te digo que dejes de cumplir con la religión, pero no te pases. Te hemos enviado a un colegio católico porque era el mejor que había, y yo siempre he querido lo mejor para ti. Pero allí te metieron en la cabeza unas ideas un poco exageradas. Tú ya sabes que yo soy la primera que quiere que cumplas, pero tampoco hace falte tomarse las cosas tan a la tremenda. Con que vayas a misa los domingos, ya está bien. Además, ya sabes lo que siempre dice tu padre: primero la obligación y después la devoción. Y lo mismo te digo con respecto a la Residencia de religiosas a la que vas: ten cuidado de que no te pesquen, que las conozco y sé por dónde van. Tú, hija, estate a bien con ellas y pórtate bien, pero no dejes que te coman el coco, como se dice ahora. Tú vas a estudiar, y no a meterte monja. Sobre todo, ten mucho cuidado con la hermana Roser, que tiene mucho gancho, la muy lista. Yo ya he hablado con ella y le he dicho que te deje en paz, que no te líe ni te meta en la cabeza el irte a las misiones o cosas por el estilo. Porque, como tú eres una idealista, eres capaz de dejarte engatusar como una boba. ¡Ay, Señor! No sabes bien el miedo que me da que te vayas, con tantos peligros como te vas a encontrar por ahí. Y los chicos... Esa es otra. Ándate con cuidado. Mira, hija, ya sabes cómo pienso yo, y soy la primera que no quiere que seas una frívola. Pero también sé que la carne es flaca. Así que ten mucho cuidado. Ya sabes lo que te quiero decir. Lo que jamás soportaría es que me llegases con un paquete. Con los medios que existen hoy en día para evitarlo, sería de idiotas. ¿Me comprendes? A ver con qué cara iba a salir yo a la calle si pasa lo que no debe pasar. No quiero ni pensarlo. Pero bueno, me parece que sobre este tema no hace falta decir más... No dejes de ir a saludar cuanto antes al catedrático de Galénica. Aunque tu padre ya habló con él, es bueno que vayas a verlo de su parte. Sí, hazme caso. Ya sé que no te gustan las recomendaciones, pero hoy en día es necesario, si quieres hacer algo en la Universidad. La vida está montada así, hija mía, y el que sea tonto que se mate.

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn Dos años después. El mismo decorado, pero con una iluminación más intensa.

La vocación de Carito ¡Mira que te lo advertí! ¿No te lo dije claramente? Dime, ¿no te lo avisé aquí mismo antes de que te fueras a la Universidad? ¡La hermana Roser te ha comido el coco! Eres idiota, hija. Eres tonta. No tiene otra explicación. ¿Cómo que te vas a meter monja? ¡Ni hablar! Tú acabas tu carrera, y después ya hablaremos, si es que hay algo que hablar. Sí, ya lo sé. Ellas también quieren que acabes la carrera para después mandarte a no se sabe dónde, a curar enfermos, pero quieren que te metas monja ya, ahora mismo, cuanto antes, para que no te escapes. Te han pescado bien pescada, ¿eh? Mira que te lo advertí… Y no me repitas que eres mayor de edad. Mientras dependas de tus padres, harás lo que te manden tus padres. ¿Entendido? Así que te cambias de Universidad. Ya lo hemos hablado tu padre y yo. El próximo curso lo haces en otro sitio, donde las monjas no puedan ni verte. ¡Listas que son ellas! Claro, han visto una chica inteligente, con dinero, con carrera, de buena familia, y han dicho: “ésta, al bote”. Sí, te han engatusado como a una boba. Y yo no quiero tener una hija boba. Las misiones, las misiones... Ya habrá otras para ir a las misiones, a cuidar sidosos a la India. ¡Tú no te vas! Tú haces tu carrera, te buscas un marido y te dejas de macanas. Además, es que tú no tienes ni idea de lo que quieres hacer. Eres una cría para tomar una decisión así, para toda tu vida. Pero claro, eso a ellas les trae sin cuidado. ¿Y si después te echas atrás? ¿Qué? Mira cuántas monjas se han salido en los últimos tiempos. Se quedan las tontas. Y tú quieres ser una de ellas. Hasta que te des cuenta de dónde te has metido y entonces querrás salirte, y no quiero ni pensarlo. Te quedarías para vestir santos y amargada toda la vida. No, ni hablar. ¡Monja! Es lo que me faltaba, que mi hija se metiese monja. Esas son cosas de otros tiempos, residuos de épocas pretéritas, como dice tu padre, y oscurantistas y medievales, como digo yo, todo el día con los hábitos, metidas en la celda y con la mirada baja. ¿Qué joven de tu edad y de tu posición has visto que se meta monja? No, por favor, no me salgas con que es una vocación y pamplinas de ese estilo. Eso son cosas que te han metido en la cabeza, porque la hermana Roser no me ha hecho caso. Ya le dije yo que me parecía muy bien que tuvieran una Residencia para jóvenes universitarias, pero que no debían hacer proselitismo. Y contigo lo hicieron, y tú te dejaste convencer como una tonta. Lo mismo hubiera pasado si cayeras en manos de una secta. Lo mismo.

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fami l i a de Na za ret bn n Sí, sí, no me vuelvas a decir que eso no es una secta, que es una orden religiosa. Lo sé desde antes de que tú nacieras. Pero actúan como una secta, porque utilizan la Residencia como un cebo para captar jóvenes universitarias. ¿O es que no lo ves? Además, ¿tú crees, criatura, que Dios le puede pedir a una joven rica y guapa, como tú, que se ponga un hábito y se encierre toda la vida en un convento o, lo que es peor, que se vaya a la selva a curar enfermos incurables? Que no, hija, que no. Yo no te tengo en la Universidad, pagando todo lo que tengo que pagar, para que acabes así. Tu vocación es la de una mujer normal, casarse, tener hijos, si quieres, y vivir una vida normal como todo el mundo. También así puedes hacer mucho bien a la gente. ¿O es que la única manera de hacer el bien es meterse monja? En fin, no me hagas hablar más, que pierdo los nervios. Mañana nos vamos de veraneo a Port Landí, como estaba previsto. El cambio de ambiente te ayudará a reconsiderar tu actitud. Allí tienes a tus amigas y a tus amigos de siempre, así que te vas a divertir y a pasarlo bien, y a descansar, que has estudiado mucho, y dentro de una semana te habrás olvidado del convento y de todo ese rollo. Y ponte un poco de maquillaje en la cara, que pareces de pueblo. Al final del ver ano . El mis mo escena rio d e la pr imera y s eg und a escena s. Se s u p o n e q u e C a r i to e s t á s en ta d a en l a b u ta c a d e o r ej e r a s , d e es p a l d a s a l p ú b l i c o . A q u í s ó l o s e r ec o g e n l o s ú l ti m o s es te r to r es d e u n e xt en s o m o n ó l o g o d e d o ñ a L ea n d r a , a l o l a r g o d el c u a l e s t u v o a p u n t o d e s u fr i r tr e s d e s m a y o s y d os at aq ue s de ne r v i o s

Carito y sus repercusiones Este es el mayor disgusto que me han dado en mi vida. No me lo puedo creer. Hace nada te querías ir a las misiones. Y ahora, esto… Estas loca, hija mía, estás mal de la cabeza. Y lo peor es que yo voy a terminar también en un psiquiátrico. Pero, dime, burra, más que burra, porque ya no sé cómo llamarte, ¿es que no hay medios hoy en día para evitar esto? No, no intentes explicarme nada que me pones negra. ¡Vaya panorama! Sin acabar la carrera y esperando un hijo...Yo ya no me atrevo a salir a la calle. No, yo me encierro de por vida en esta casa porque me muero de vergüenza nada más pensar lo que va a decir la gente a mis espaldas. ¿Cómo no me va a importar? ¡Pues claro que me importa! Siempre hemos sido una familia respetable y con dignidad. Y ahora vienes tú y echas sobre mi nombre inmaculado esta mancha de basura...

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn ¡Pues abortas y se acabó! ¡No me mires con esa cara, te repito! Tú haces lo que te digo. Y mañana mismo, antes de que nadie se entere. Ya veremos con tu padre a dónde vas. Tú no puedes truncar tu carrera y tu vida de esta manera absurda. No lo consiento. Si tuvieras ya tu trabajo y pudieses sostenerte en la vida, sería otra cosa. Pero en estas circunstancias, está perfectamente justificado. Y gracias que el aborto ya está legalizado, porque si no mira tú con qué panorama nos íbamos a encontrar. Tú estudiando y con un bebé. Y yo limpiándole el culo. Lo que me faltaba, a mi edad. No, eso sí que no. La culpa es tuya. Haber sido más lista y no tendríamos este problema. Además, no es para tanto... Hoy en día lo hace mucha gente y, muchas veces, por motivos verdaderamente fútiles. Al fin y al cabo se trata de tu vida y de tu carrera, y otras lo hacen para pasar un verano sin problemas. Anda, no te pongas a llorar y hazme caso, ya verás como en dos días está todo resuelto y esto ha pasado como una pesadilla. ¡Dios mío, qué cruz! ¡Sólo a mí me pasan estas cosas! Unos días después. Doña Leandra está demacrada. Habla por teléfono con una amiga.

El epílogo de Carito Horrible, Encarnita, horrible. ¡Ojalá nunca tengas que pasar por una cosa así! Dios mío, ¡qué desgracia! Mi vida se ha acabado. Ya no tengo ninguna ilusión por seguir viviendo. No te puedes imaginar lo duro que es esto. Todavía la estoy viendo ahí sentada, con su cara de ángel. Era una hija maravillosa. Era un sol. Si te digo que quería ingresar en un convento, no me lo creerás. Quería ir a las misiones, a servir a los pobres con su carrera de farmacéutica. A mí me parecía una locura, pero mira, si era su vocación... ¿Qué más puedes desear que tu hija tenga esos sentimientos tan nobles y entregue su vida a los demás? Yo sólo le recomendé prudencia, prudencia. Porque era muy idealista, ya lo sabes, y siempre hay que moderar los idealismos de los jóvenes. Pero ella lo tenía muy claro y me decía: “No, mamá, no te preocupes, lo tengo muy pensado. Esto no es flor de un día, ni luz de bengala”. Y yo pensaba, ¡ay hija mía, si todas fueran como tú!... Pero, claro, hoy en día, ¿quién, quién da a sus hijos la educación que nosotros le dimos a ella? Y ahora se ha ido. Ya no está con nosotros. Los médicos no se lo explican, hija. Si era una cosa aparentemente sin importancia, un tumor benigno, una operación sin ningún peligro. Pero era su destino, hija mía. Y ante el destino, no hay nada qué hacer...

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn

Papá, yo no he matado a Jesús Jerónimo Barrio Gordillo

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ace algunos meses, durante la pasada Semana Santa, asistí con mis cuatro hijas a los Oficios de Viernes Santo. En la homilía, el Sacerdote reflexionaba sobre la muerte de Cristo en la Cruz, y en un momento de la disertación dijo la siguiente frase: “... porque, realmente no fue Pilatos ni Caifás quienes mataron a Jesús; fuimos nosotros, sí; todos nosotros, con nuestros pecados fuimos los que matamos a Jesús…”. 52


fami l i a de Na za ret bn n Al escuchar esta frase, Paula, una de mis hijas pequeñas, levantó la cabeza de la tarea en la que se encontraba aparentemente distraída y se acercó hasta el otro extremo del banco para decirme con cara extrañada y algo indignada: “Papá, yo no he matado a Jesús…”. Conteniendo al principio la risa, como pude y en voz baja, le expliqué que el sacerdote se estaba refiriendo a que los pecados de los hombres fueron la razón por la que Cristo tuvo que morir en la Cruz. Tras mi breve aclaración, en plena ceremonia, parece que se quedó más tranquila; pero en el fondo lo que creo que la tranquilizó fue el hecho de dejar bien claro a la máxima autoridad para Paula en su pequeña vida, es decir, su padre de la tierra, que ella no tenía nada que ver con lo que le hicieron a Jesús y que además ella le quería mucho y le dolía esa barbaridad de la crucifixión. Creo que su queja fue más un desmarcarse de ese horrible asunto que una verdadera búsqueda de una explicación teológica a aquellas palabras del sacerdote, que decía cosas un poco extrañas para su pequeña teología.

obedecer es confiar Siempre que los niños lanzan sus ocurrencias primero nos reímos un buen rato; pero si profundizamos en esos inocentes comentarios nos topamos con enormes sorpresas, verdades de una gran trascendencia a las que sólo se puede llegar desde la sencillez y la transparencia de un niño.

CUANDO SOMOS NIÑOS SABEMOS MÁS DE DIOS QUE DE MAYORES; CONFIAMOS EN ÉL SIN PEDIRLE EXPLICACIONES

SÓLO DESDE LA VISIÓN SENCILLA Y TRANSPARENTE DE LAS COSAS PODEMOS ABRAZAR A DIOS Nos hacemos grandes y crecemos en todo, nos creemos que sabemos más de la vida porque somos mayores, pero no es siempre cierto. Cuando somos niños sabemos más de Dios que de mayores, sencillamente porque confiamos más en Él, sin pedirle tantas explicaciones racionales; nos movemos en su onda, en una relación limpia, sin engaños ni hipocresías. De niños confiábamos ciegamente en Dios como lo hacíamos en nuestros padres. Cuando Cristo nos recomienda hacernos como niños para entrar en el Reino de los cielos nos está diciendo algo muy serio. Sólo desde la visión sencilla y transparente de las cosas, que es exactamente la que tiene Dios, podemos abrazarlo a Él, porque entonces entramos en su sintonía, hablamos su lenguaje, el lenguaje de los sencillos, “bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8). Mi hija Paula pertenece en este momento de su vida y ojalá que por muchos años, a ese colectivo infantil de privilegiados que conocen a Dios y le tratan con la sencillez y naturalidad propia de sus hijos preferidos. Para un niño las cosas de Dios son muy simples. Por eso Paula se sintió extrañada cuando la metieron en el grupo de los agresores de Jesús. Realmente Paula no ha hecho ningún daño a Jesús, porque le quiere de verdad; puede decir con toda honestidad que ella no le ha crucificado. Lleva toda la razón. Yo, sin embargo, aunque sea el padre de una niña tan buena y muy a mi pesar, no puedo decir lo mismo.

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn

Adoremos José Ignacio Munilla Aguirre Obispo de Palencia

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a Iglesia Católica en Palencia se ha embarcado en un singular proyecto de máxima trascendencia. Me estoy refiriendo a la puesta en marcha de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento: una expresión de fe por la que la Sagrada Eucaristía podrá ser adorada, veinticuatro horas al día, los 365 días del año. Durante algunas semanas, un religioso Misionero del Santísimo Sacramento recorre las parroquias de nuestra capital palentina, catequizando e invitando a todos a sumarnos a esta iniciativa. ¿Querrá Dios que el 19 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón, podamos iniciar en Palencia un camino de adoración “a perpetuidad”? ¿Adorar al Señor día y noche, sin interrupción, hasta que Él vuelva? ¡Dios lo quiera! 54


fami l i a de Na za ret bn n En primer lugar conviene que recordemos que la adoración es connatural al ser humano. Lo normal es que la criatura adore al Creador. De hecho, aspiramos a que ése sea nuestro “quehacer” por toda la eternidad, en el Cielo, donde ángeles y santos adoran ya al Dios que hizo cielo y tierra. Imaginemos una chaqueta caída en el suelo… Si alguien recogiese esa prenda de vestir sujetándola desde el extremo de una de sus mangas, o desde uno de sus bolsillos, el resultado sería un notable desbarajuste. La chaqueta debe ser prendida desde los hombros, para colgarla adecuadamente en su percha.

¿qué es adorar? una chaqueta como ejemplo Estamos en una cultura pragmática en la que fácilmente despreciamos todo aquello que no tenga una practicidad inmediata y palpable. Cuando alguien invoca los valores espirituales, no es extraño que se le responda: “¡Eso no nos da de comer!”, o expresiones similares. ¿Para qué sirve “adorar”? ¿Qué sentido tiene ponerse de rodillas ante una custodia, con la cantidad de cosas que tenemos que hacer cada día?

ADORAR AL SEÑOR DÍA Y NOCHE, SIN INTERRUPCIÓN, HASTA QUE ÉL VUELVA

Con la adoración ocurre algo similar: adorar es coger la vida “por los hombros” y no “por la manga”. Quien pone a Dios en la cumbre de los valores de su existencia, observa que “todo lo demás” pasa a ocupar el lugar que le corresponde. Adorando a Dios se aprende a relativizar todas las cosas que, aun siendo importantes, no deben ocupar el lugar central, que no les corresponde. La educación en la adoración es totalmente necesaria para el vencimiento de las tentaciones de idolatría, en todas sus versiones y facetas: “Al Señor tu Dios adorarás y solo a Él darás culto” (Mt 4,10).

una presencia determinante Recuerdo haber escuchado a un misionero el siguiente relato, del cual había sido él mismo protagonista: Para preparar a los niños a su primera comunión, les había juntado en la capilla de su misión, en plena sabana africana. Ante el tabernáculo, les hablaba con entusiasmo sobre una de las maravillas de nuestra fe: la presencia real de Cristo en la Eucaristía… “¡Dios está aquí! Se ha quedado entre nosotros para que no estemos nunca solos”, les decía a los niños, señalándoles el sagrario.

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n f a m i l i a d e N a z a re t bn Aquellos niños escuchaban con viva atención y con honda impresión. Uno de ellos, de los más pequeños, levantaba su mano con insistencia, pidiendo el uso de la palabra para aclarar sus dudas. Llegado su turno, dirigía al misionero una inocente pregunta, que éste no olvidaría en su vida: “Y tú por las noches, ¿te vas a la cama y le dejas a Jesús aquí solo...?” En nuestro examen de conciencia es necesario que revisemos si la distribución de nuestro tiempo a lo largo de la jornada, corresponde a la fe que profesamos. Por ejemplo, ¿tiene sentido que dediquemos mucho más tiempo a la pantalla televisiva que al sagrario? ¿Qué cabe decir de quienes afirmamos creer en la presencia del Señor en la Eucaristía y, sin embargo, hacemos tan poco por procurar su compañía? Vale la pena cualquier sacrificio, ya sea grande o pequeño, por encontrar un rato junto al Amor de los amores. No somos nosotros quienes “le hacemos un favor” al adorarle; es Él quien nos regala sus dones, cuando acudimos a visitarle.

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ADORANDO A DIOS SE APRENDE A RELATIVIZAR TODAS LAS COSAS QUE, AUN SIENDO IMPORTANTES, NO DEBEN OCUPAR EL LUGAR CENTRAL

corazón de la Diócesis El proyecto de la Adoración Perpetua está llamado a ser el “epicentro” de la vida diocesana. No lo dudemos, el punto céntrico de Palencia se ubicará en la custodia en la que adoremos perpetuamente a Cristo. Todo lo demás, girará a su alrededor, como un satélite… Os invito a todos a que os suméis a este proyecto, eligiendo una hora semanal para realizar vuestro turno de adoración, de forma que todos reclinemos nuestra cabeza sobre el costado del Señor, como hizo el “discípulo amado” (ver Jn 13,25). Bien podemos entender como dirigidas a nosotros aquellas palabras evangélicas: “El Maestro está ahí, y te llama” (Jn 11,28).


Pergaminos “Shemá Israel”

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n r a z ó n c re r a d o ra bn

¿Son compatibles y

creación evolución?

Carlos Javier Alonso Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra), Licenciado en Filología Hispánica (Universidad de León), Profesor titular del IES Ordoño II de León

Son armonizables evolución y creación?* ¿Qué se entiende hoy por creacionismo científico? ¿En qué momento apareció? Podemos comenzar a responder a estas cuestiones afirmando que el creacionismo científico surgió como reacción ante el pujante evolucionismo materialista, una filosofía nociva para las ideas religiosas y morales de la sociedad americana. Su génesis se encuentra en la actividad de algunos grupos de fundamentalistas protestantes que se organizaron emprendiendo una amplia campaña con la que pretendían conseguir dos objetivos básicos: por una parte, mostrar que la Biblia proporciona conocimientos científicos acerca de la creación y que serían contrarios a las hipótesis evolucionistas; y, por otra, conseguir legalmente que en las clases de ciencia natural que se dan en las escuelas, junto con las teorías evolucionistas, se explicase también, dedicando igual tiempo, el creacionismo como concepción alternativa.

¿

* Una profundización sobre esta polémica puede verse en mi libro: Tras la evolución. Panorama histórico de las teorías evolucionistas, Eunsa, Pamplona, 1999.

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ra zó n c rera dora bn n había sido hecho en el año 4004 a. C., a las 6 de la tarde, cálculo que debió de parecer poco interesante a teólogos de mayor envergadura. Otro factor es que, de hecho, se difunden tesis evolucionistas de tipo materialista y relativista, que se presentan como científicas, pero realmente son extrapolaciones injustificadas carentes de base científica. El antievolucionismo es ya antiguo en grupos del Sur de los Estados Unidos. Después de la guerra civil no se consiguió una unidad religiosa. Los del Sur acusaban a los del Norte de estar infectados por un “espíritu liberal” que se manifestaría, por ejemplo, en afirmar, según el “espíritu” y no la “letra” de la Biblia, que debía condenarse la esclavitud. El Sur perdió la guerra, pero no estaba dispuesto a perder sus ideas, y se mantenía firme en convicciones que parecían tradicionales frente a la laxitud de los del Norte.

tesis y desarrollo del creacionismo científico La mentalidad de los creacionistas científicos se explica por la confluencia de dos factores. Uno es el fundamentalismo protestante que interpreta la Biblia de modo excesivamente literal y que, por tanto, fácilmente considera como científicas algunas informaciones que deben ser entendidas en el contexto del estilo empleado en esas narraciones. Así, el obispo anglicano de Armagh, James Usher, a finales del siglo XVII, decidió, basándose en textos bíblicos, que el mundo

Henry M. Morris, antiguo profesor universitario, doctorado en Hidráulica, organizó en 1963 la Sociedad para la Investigación de la Creación. En 1972 fundó el Institute for Creation Research (Instituto para la Investigación de la Creación, ICR) de San Diego, institución privada no lucrativa, cuyo objetivo original es publicar literatura creacionista y hacer campaña en las escuelas públicas en favor de las interpretaciones escriturísticas de los orígenes humanos. A pesar de presentarse como una organización de carácter apolítico y aconfesional, el ICR exige a todos sus miembros una confesión de fe sobre el fijismo de las especies creadas, la universalidad del diluvio y la realidad histórica de la Creación, según el Génesis. En 1981 Morris obtuvo la aprobación oficial para la escuela superior, que ofrece títulos en Ciencias de la Educación, Geología, Astrofísica, Geofísica y Biología. En 1986 consiguió trasladarse del campus de Christian Heritage College, en el Cajón, California, a su actual campus.

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n r a z ó n c re r a d o ra bn Puesto que el ICR no está refrendado por la Western Association of Schools and Colleges, las escuelas más acreditadas no reconocerán sus títulos ni aceptarán sus créditos de clase para un traslado de matrícula. El profesor Morris ha dicho que no es su intención solicitar un refrendo de la Western Association, a la que califica de “organización secular, muy comprometida con la teoría evolucionista”. Y añade: la Biblia es “nuestro libro de texto sobre la ciencia del creacionismo”, pues “estamos totalmente constreñidos a lo que Dios ha considerado adecuado decirnos y esa información es su palabra escrita.” Y, en otro lugar: “Si el hombre desea saber algo acerca de la creación, su única fuente de información verdadera es la revelación divina”. De tal modo, que la creación habría tenido lugar en días de 24 horas, excluyendo absolutamente toda evolución. Morris desautoriza abiertamente la biología evolucionista en uno de los libros en que ha colaborado, The Bible Has the Answer (“La Biblia tiene la respuesta”), donde se califica la “evolución” no sólo de “antibíblica y anticristiana, sino de absolutamente acientífica, además de imposible. Pero ha servido, efectivamente, de base pseudocientífica para el ateísmo, el agnosticismo, el socialismo, el fascismo y numerosas otras filosofías falsas y peligrosas de los últimos cien años”. Esta perspectiva es básicamente compartida por importantes teólogos protestantes de Princeton, como Benjamin Warfield, Duane Gish, el reverendo Jerry Falwell y el Sínodo luterano de Missouri, de donde surgió un buen grupo de colaboradores de Henry Morris para organizar el “creacionismo científico” en 1963.

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Estos autores intentan desvelar el gran número de verdades científicas que han permanecido ocultas en sus páginas durante treinta siglos o más, y han puesto en el candelero este movimiento antes minoritario en los Estados Unidos, desde donde se ha difundido por todo el mundo. Parece que estas corrientes, que han confluido en el “creacionismo científico”, ven en el evolucionismo un poderoso aliado del materialismo moderno que pretende difundir a gran escala una visión relativista y atea que socava los fundamentos mismos de la civilización humana. George Marsden, profesor de Historia en Michigan, afirma que los creacionistas científicos han identificado correctamente el contenido materialista de gran impacto social que se presenta apoyado en el evolucionismo. Cita como ejemplo la popular serie televisiva Cosmos, de Carl Sagan, que trasluce una clara visión anticreacionista. Y señala que los creacionistas han percibido esa filosofía nociva para las ideas religiosas y morales básicas de la civilización, concluyendo, aunque no justificando, que “los defensores dogmáticos de mitologías evolucionistas antisobrenaturalistas constituyen una invitación a responder del mismo modo”. En la práctica, el creacionismo utiliza argumentos basados en que, si la teoría evolucionista tiene fallos y puntos débiles o no puede dar razón de algunos hechos, quedaría demostrado que el creacionismo es correcto.

EL CREACIONISMO CIENTÍFICO SURGIÓ COMO REACCIÓN ANTE EL PUJANTE EVOLUCIONISMO MATERIALISTA


ra zó n c rera dora bn n Sus argumentos suponen que sólo existen dos opciones: el creacionismo o el evolucionismo darwinista. Los creacionistas científicos se han servido de los debates evolucionistas recientes como pretexto para afirmar que el darwinismo está a punto de ser destruido, con lo cual su posición quedaría como la única alternativa razonable. Sin embargo, no han tenido en cuenta que el deseo de proponer y discutir nuevas hipótesis, lejos de anunciar el inminente colapso de una teoría, se considera, en general, como un signo de vitalidad científica. La hipótesis creacionista, en cambio, armoniza bastante mal —literalmente entendida— con los datos científicos. Como la mayor parte de los creacionistas sostienen que el mundo fue creado casi instantáneamente hace unos pocos miles de años, ellos se oponen no sólo a la teoría de la evolución, sino a toda interpretación científica del pasado. Si prevaleciera esta posición, la Geología, la Paleontología, la Arqueología e incluso la Cosmología deberían reformularse de forma que la ciencia retornaría a un marco teórico propio del s. XVIII. En el otro bando de la contienda se encuentra el evolucionismo radical. Sus defensores han visto en las teorías evolucionistas la prueba científica de que no es admisible la creación.

El origen del universo y del hombre se explican sin necesidad de recurrir a la existencia de un Dios creador, noción que ha sido superada por el avance científico. El hombre no es más que un producto de la evolución al azar de la materia, y los valores humanos son algo casual y relativo, ya que están en función de las condiciones en que se ha realizado dicha evolución material. Con estos presupuestos, las iniciativas jurídicas y educativas de los creacionistas han sido contrarrestadas directa y contundentemente por los defensores del evolucionismo. Por ejemplo, el Dr. Wayne Moyer, director ejecutivo de la Asociación Americana de Profesores de Biología, ha hecho un llamamiento a los profesores universitarios para que ayuden a los maestros a oponerse al intento de introducir en las clases de Biología una “teología disfrazada de ciencia”.

LA REALIDAD ES QUE LA EVOLUCIÓN COMO HECHO CIENTÍFICO Y LA CREACIÓN DIVINA SE ENCUENTRAN EN DOS PLANOS DIFERENTES

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n r a z ó n c re r a d o ra bn

¿existe la alternativa evolución-creación? Pero debemos plantear esta polémica en sus justos términos. La realidad es que la evolución como hecho científico y la creación divina se encuentran en dos planos diferentes: no existe la alternativa evolucióncreación, como si se tratara de dos posturas entre las que hubiera que elegir. Se puede admitir la existencia de la evolución y, al mismo tiempo, de la creación divina. Si el hecho de la evolución es un problema que ha de abordarse mediante los conocimientos científico-experimentales, la necesidad de la creación divina responde a razonamientos metafísicos. En sentido estricto, creación significa “la producción de algo a partir de la nada”. En ningún proceso natural se puede dar una creación propiamente dicha: los seres naturales, desde las piedras hasta el hombre, sólo pueden actuar transformando algo que ya existe. La naturaleza no puede ser creativa en sentido absoluto. El hecho de la creación, así entendido, no choca con la posibilidad de que unos seres surgieran a partir de otros. Evolución y creación divina no son necesariamente, por tanto, términos contradictorios. Podría haber una evolución dentro de la realidad creada, de tal manera que, quien sostenga el evolucionismo, no tiene motivo alguno para negar la creación. Dicha creación es necesaria, tanto si hubiera evolución como si no, pues se requiere para dar razón de lo que existe, mientras que la evolución sólo se refiere a transformaciones entre seres ya existentes. En este sentido, la evolución presupone la creación. Pero es que, además, quien admite la creación —así entendida—, tiene una libertad total para admitir cualquier teoría científica.

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Quien no admita la creación, necesariamente deberá admitir que todo lo que existe actualmente proviene de otros seres, y éstos provienen de otros, y así sucesiva e indefinidamente, de manera que todos y cada uno de los seres que existen deben tener un origen trazado por la evolución. Aunque pueda resultar paradójico, es el evolucionista radical quien viola las exigencias de rigor del método científico, pues se ve forzado a admitir unas hipótesis que no pertenecen al ámbito científico, y deberá admitirlas aunque no pueden probarse.

compatibilidad entre la fe y la ciencia No hay, por tanto, necesidad de plantear ningún conflicto entre ciencia y religión. Esto es lo que postulan, al menos, destacados científicos evolucionistas. John McIntyre, profesor de Física en la Universidad de Texas, confiesa la frustración que experimenta por el hecho de que los “antievolucionistas” hayan usurpado el término “creacionismo”, e insiste en que es del todo posible conciliar las creencias cristianas en un Dios creador con la idea de que la vida haya evolucionado a través del tiempo. Por su parte, el paleontólogo neodarwinista G.G. Simpson, asegura: “Ningún credo, salvo el de las fanáticas sectas fundamentalistas —que son una minoría protestante en EE.UU.—, reconoce por dogma el rechazo de la evolución. Muchos profesores, religiosos y laicos, la aceptan, en cambio, como un hecho. Y muchos evolucionistas son hombres de profunda fe. Además, los evolucionistas pueden ser también creacionistas”.


ra zó n c rera dora bn n Por lo que hace a la polémica, el panorama no es muy halagüeño. Sin embargo, queda la esperanza de que se impongan los análisis serenos. El creacionismo científico y el evolucionismo radical se alimentan mutuamente. Hoy por hoy, el evolucionismo radical parece el contrincante más fuerte: su poder y difusión están aliados con una mentalidad pragmatista muy extendida, en la que la ciencia es para muchos la única fuente de la verdad. La batalla no tendrá final, mientras no se disipe el error en que incurren ambas posturas con sus extrapolaciones. Porque ni la Biblia contiene datos científicos desconocidos en la época en que fue escrita, ni tampoco es legítimo ni científico negar lo que no se alcanza mediante la ciencia. Existen dos parcelas autónomas del saber humano —Filosofía y Ciencia— que no se pueden trasvasar sin caer en extrapolaciones inadmisibles o en una peligrosa pirueta conceptual. El problema desaparece cuando se advierte que evolución y creación divina se encuentran en planos distintos y, por lo tanto, no se excluyen mutuamente, aunque haya un tipo de “evolucionismo” que es incompatible con la admisión de la creación y un tipo de “creacionismo” que es incompatible con la aceptación de la evolución.

PODRÍA HABER UNA EVOLUCIÓN DENTRO DE LA REALIDAD CREADA, DE TAL MANERA QUE, QUIEN SOSTENGA EL EVOLUCIONISMO, NO TIENE MOTIVO ALGUNO PARA NEGAR LA CREACIÓN

LA CREACIÓN ES NECESARIA, TANTO SI HUBIERA EVOLUCIÓN COMO SI NO, PUES SE REQUIERE PARA DAR RAZÓN DE LO QUE EXISTE, MIENTRAS QUE LA EVOLUCIÓN SÓLO SE REFIERE A TRANSFORMACIONES ENTRE SERES YA EXISTENTES

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n r a z ó n c re a d o r a bn

“Pan y circo”

país

de las

Francisco Javier Martínez Fernández Arzobispo de Granada

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en el

maravillas


ra zón c re a dora bn n

Dos experiencias reales como la vida misma Los dos hechos que siguen me han sido contados por sus protagonistas. En un país de América Latina, una médico, ginecóloga, premiada como la mejor médico del país por el gobierno de su nación, ha dedicado parte de su vida profesional a impartir un programa de educación afectiva y sexual a adolescentes y jóvenes. Es un programa con una duración de seis meses, y un trabajo semanal a lo largo de ese período. El programa consiste en dar a conocer con detalle suficiente a los jóvenes (ellos y ellas) el funcionamiento del cuerpo humano en relación con la sexualidad y con el afecto. Con detenimiento y cariño, por ejemplo, se les acompaña a las muchachas a conocer sus ciclos reproductivos, y a todos a descubrir la belleza de la sexualidad y su funcionamiento, a reconocer el misterio que somos y lo bien que Dios nos ha hecho. Es un programa magnífico, creado por una médico norteamericana (una religiosa), que ha trabajado muchos años como ginecóloga en Pakistán y en Bangladesh. Nuestra médico de América Latina estaba impartiendo su programa en un colegio de la capital de su nación al que asistían las hijas del ministro de Educación. Un día, en el entreacto de un teatro, coincidieron el ministro y la médico. Fue el ministro quien vio a la médico, y se acercó a ella para felicitarla: “¡Doctora, qué alegría verla! ¡No se puede hacer idea de lo contentas que están mis hijas! ¡Vienen a casa y no paran de hablar de lo bonito que es su programa y del bien que les hace! ¡Enhorabuena!”

El ministro siguió en esa vena por un rato, hasta que la médico le dijo: “También a mí me alegra, ministro, que sus hijas estén tan contentas, y que usted haya tenido la ocasión de ver el valor que tiene un programa planteado así. ¿Qué le parece si desde el Ministerio se permitiese que en los colegios públicos donde los padres lo pidieran —las hijas del ministro estudiaban, como es natural, en un colegio privado—, pudiéramos también dar el mismo programa?” “¡Ah! ¡Eso no, doctora! ¡Eso no puede ser! A unos pocos se les puede educar, pero al pueblo hay que darle preservativos”. Vamos con la segunda: En este caso era una médico norteamericana, que trabajaba en Ghana, en un centro de Atención Primaria. Había estado en la Conferencia Internacional de El Cairo sobre la Población y el Desarrollo, en 1994, y de retorno a América, antes de volver a su misión, pasó por España. Coincidimos en un acto, nos presentaron y estuvimos hablando un buen rato. En el centro donde ella trabajaba, en una zona sumamente deprimida —me dijo—, morían todos los días niños deshidratados a causa de una simple colitis, por falta de suero fisiológico, y por la ignorancia de las madres. Sin embargo, el centro estaba literalmente “lleno” —o tal vez sería mejor decir “invadido”— de cajas y cajas de preservativos que ciertas compañías americanas y europeas les enviaban gratis, hasta no saber qué hacer con ellos, porque ocupaban un espacio en el centro que no tenían, y que necesitaban para cosas más urgentes y más graves.

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n r a z ó n c re a d o r a bn EN ÁFRIC A MUEREN NIÑOS POR FALTA DE SUERO FISIOLÓGICO, PERO ABUNDAN LAS C AJAS DE PRESERVATIVOS

¿progreso o retroceso? ¿Cui prodest? ¿Quién paga el anuncio? ¿Qué visión del ser humano y de la vida —y de las distintas clases de seres humanos, y de vidas humanas— se esconde detrás de estas historias? ¿Quiénes, qué poderes y qué industrias, se benefician de la despoblación de África, y piensan ya sin duda en los futuros beneficios de sus inmensas riquezas y reservas naturales? Sin duda, los mismos que degradan sin cesar y sin límite nuestra propia humanidad y la dignidad de nuestro pensamiento cuando deciden —y nadie sería capaz de explicar racionalmente en virtud de qué poder—, promover entre nosotros la banalización absoluta del uso del cuerpo humano y del sexo. Los mismos que deciden que el matrimonio —esa maravillosa y fragilísima realidad humana, o mejor, divina— no es un bien que necesita ser protegido. Los mismos que han decidido que a cualquier cosa —incluso constitutivamente estéril— se la puede llamar matrimonio, haciendo burla de los millones de personas de las que ellos viven, porque son quienes pagan como pueden sus impuestos, aunque ninguna de esas personas —absolutamente ninguna— haya nacido de esas uniones estériles. Los mismos que deciden que matar a un ser humano, siempre que no haya nacido y no tenga voz para gritar, ni acceso a los medios de comunicación para defender sus derechos, ni un sindicato que le defienda, es legítimo, con tal de que les convenga a alguno de los adultos implicados.

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Los mismos que están a punto de decidir “una salida” igualmente digna y honrosa “a favor” de quienes han dejado ya de producir, para que no sean una carga para la Seguridad Social. Los mismos que piden mil controles para obtener un antibiótico, pero dan a menores, sin que sus padres lo sepan, sin rechistar y sin comentario, y todas las veces que haga falta, una píldora abortiva cuyas consecuencias, absolutamente conocidas en caso de abuso, no se quieren decir, para que no quede rastro o huella alguna, para que nadie les pueda reclamar el día de mañana por este crimen contra la humanidad de nuestros adolescentes (y contra su salud mental, afectiva y corporal). Lo que se silencia es el dato —perfectamente constatado— de que el uso masivo de los preservativos no ha detenido el sida en África, sino que lo ha propagado. Y se silencia el número de suicidios que se producen entre las mujeres que han abortado. Y se silencia la amargura infinita y el dolor en que viven la inmensa mayoría de las que se han creído que “eso” era un derecho, y no saben que sería mucho mejor que fuese un pecado, porque los pecados, todos los pecados, hay quien los perdona, y quien nos ama y nos abraza y nos cura. Y se silencia que, según estadísticas oficiales, en Andalucía, la primera causa de muerte entre los adolescentes y jóvenes no son los accidentes de tráfico, sino el suicidio. Y como se silencia, nadie se pregunta por qué. No hace falta preguntarse, porque es obvio que vivimos en el País de las maravillas. Y estamos lanzados hacia el progreso. Desde luego, a toda velocidad. A tanta velocidad, que ya no podemos saber hacia dónde vamos, si hacia el progreso o hacia el abismo.


ra zón c re a dora bn n

otro mundo posible ¡Qué difícil es no pensar en aquella escena de “El tercer hombre” en la que Joseph Cotten y Orson Wells mantienen una conversación en la noria del Prater de Viena! En aquella Viena destruida por la II Guerra Mundial, Orson Wells vendía de estraperlo penicilina adulterada, con terribles consecuencias para quienes la usaban, incluso cuando sobrevivían. Lo importante es mirar a los hombres de lejos, como desde lo alto de la noria, hasta que no sean más que puntitos... “Si te ofrecen veinte dólares por cada uno de esos puntitos que dejara de moverse, ¿cuántos crees que se resistirían? ...Y libres de impuestos, amigo, libres de impuestos...” Con un cinismo helador, Orson Wells continúa: “Los gobiernos lo hacen, ¿por qué no podríamos hacerlo nosotros?” La sociedad de los puntitos vistos de lejos, vistos en las estadísticas, es ya nuestra sociedad. La vida del hormiguero industrioso al servicio de los intereses económicos y políticos de los poderosos podría ser nuestro futuro. Lo más sarcástico, lo más esperpéntico de todo, es que parecemos dirigirnos hacia ese futuro tan alegres y confiados como unos párvulos a los que sus maestros llevan de excursión. Lo que el Santo Padre ha dicho en África es, sencillamente, que tenemos necesidad de cambiar nuestra mirada sobre la sexualidad. Y también que tenemos necesidad de cambiar nuestra mirada sobre la enfermedad y sobre los enfermos. Dos verdades evidentes. Antes que ninguna otra reflexión acerca del derecho del Papa a hablar, o acerca de qué cosas puede o no puede, o debe o no debe hablar, lo que se impone recordar es, sobre todo, que lo que ha dicho el Papa es verdad.

Es verdad para África y es verdad para nosotros. Es verdad para todo el que no se resigne a que nuestra sexualidad, ni nada en nuestra vida, sea como en la vida de los animales. Es verdad para todo el que no esté dispuesto a resignarse a que su futuro sea formar parte, solidaria y alegremente, del hormiguero universal, controlado por esa nueva casta de Grandes Hermanos que se multiplica como las setas. Hay una forma más bella, mejor y más humana de vivir la sexualidad. Hay una forma mejor, más bella y más humana de afrontar nuestra fragilidad y nuestra miseria, nuestra enfermedad y nuestra muerte. ¡Gracias, Santo Padre, por tener el valor de decirnos la verdad, a nosotros y a nuestros hermanos africanos! ¡Gracias por reclamarnos a todos a una vida de primera clase, a una vida verdadera y plenamente humana! ¡Millones de hombres pedimos al Señor todos los días para que no se canse, para que no ceda, para que el Señor le sostenga y siga siendo libre!

EXISTE UNA FORMA MEJOR, MÁS HUMANA Y B ELLA DE VIVIR LA SEXUALIDAD, LA ENFER MEDAD Y LA MUERTE 67


n r a z ó n c re a d o r a bn

Declaración sobre el Anteproyecto de “Ley del aborto” Atentar contra la vida de los que van a nacer, convertido en “derecho” (CEE, 17 de junio de 2009) a C omisi ón Per manen te de la Confe renc ia Ep iscop al E spaño la ha apro bado u na De cl araci ón sobre e l Ante proye cto de “ Le y del abor to”. Lo s obisp os, que en n umero sa s o c a s i o n e s h a n a n u nc i a d o e l E v a n g e l i o d e l a V i d a y d e n u nc i a d o l a c u l t u r a d e l a m u e r t e , de sean po ner de r elie ve a lgun os aspe ctos d el Ant eproy ecto e n cues tión q ue, de l legar a co nver t irse en Le y, s upond ría u n se rio r etro ceso en la p rotec ción de la v ida d e lo s que va n a nac er, u n may or aba ndono de la s madr es ge stan tes y , en d efini tiva , un da ño muy serio para el bien común. La Declaración, titulada Sobre el Antepro-yecto de “Ley del abor to”: atentar contra la vida de los que van a nacer, conver tido en “derecho”, puede consultarse íntegramente en www.conferenciaepiscopal.es. A co n t i n ua c i ó n s e o f r e c e u n r e s u me n pe r i o dí s t i c o, b a s a d o e n l o s a sp e c t o s pr i n c i pa l e s d e l t e x t o ap r o b a do p o r l a P e r ma n e n t e .

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La mera voluntad de la gestante anula el derecho a la vida del que va a nacer El aspecto tal vez más sombrío del Anteproyecto es su pretensión de calificar el aborto como un derecho que habría de ser protegido por el Estado. El Anteproyecto establece un plazo de catorce semanas dentro del cual la voluntad de la madre se convierte en árbitro absoluto sobre la vida o la muerte del hijo que lleva en sus entrañas. Sin embargo, el derecho a la vida no es una concesión del Estado, es un derecho anterior al Estado mismo y éste tiene siempre la obligación de tutelarlo. En cambio carece de autoridad para establecer un plazo, dentro de cuyos límites la práctica del aborto dejaría de ser un atentado contra el derecho a la vida.

La salud como excusa para eliminar a los que van a nacer La inclusión del aborto entre los medios supuestamente necesarios para cuidar la salud es de por sí una grave falsedad. Abortar nunca es curar, es siempre matar. Una auténtica política sanitaria debe tener en cuenta siempre la salud de la madre gestante, pero también la vida y la salud del niño que va a nacer. La imposición del aborto procurado en el sistema sanitario como prestación asistencial para la salud bio-psico-social de la gestante, a la que ésta tendría un supuesto derecho, lleva consigo la transferencia de la obligatoriedad a los profesionales de la sanidad. De este modo queda abierta la posibilidad de que no se respete a quienes por muy justificados motivos de conciencia se nieguen a realizar abortos, cargándolos arbitrariamente con un supuesto deber e incluso con eventuales sanciones. Es necesario reconocer y agradecer el valor mostrado por tantos ginecólogos y profesionales de la sanidad que, fieles a su vocación y al verdadero sentido de su trabajo, resisten presiones de todo tipo e incluso afrontan ciertas marginaciones con tal de servir siempre a la vida de cada ser humano.

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ra zón c re a dora bn n Se niega o devalúa al ser humano para intentarjustificar su eliminación Sorprendentemente, el Anteproyecto no explica en ningún momento por qué fragmenta el tiempo de la gestación en tres períodos o plazos pretendidamente determinantes de diferentes tipos de trato del ser humano en gestación. Es necesario sostener la afirmación irracional de que durante algún tiempo determinado el ser vivo producto de la fecundación humana no sería un ser humano, porque sería muy duro reconocer que sí lo es y al mismo tiempo afirmar que se le puede quitar la vida simplemente porque así lo decide quien lo gesta. Sería tanto como reconocer que hay un derecho a matar a un inocente.

No se apoya a la mujer para ahorrarle el trauma del aborto y sus graves secuelas Este proyecto legal no manifiesta interés real por el bien de las mujeres tentadas de abortar y, en particular, de las más jóvenes. Se limita a despejarles el camino hacia el abismo moral y hacia el síndrome post-aborto. Agradecemos la dedicación de tantas personas que, en un número cada vez mayor de instituciones eclesiales o civiles, se dedican a prestar su apoyo personal a las mujeres gestantes y reconocemos el valiente testimonio público de las mujeres víctimas del aborto, que ayudan a la sociedad a recapacitar sobre un camino de sufrimiento ya demasiado largo. Las mujeres que se encuentran en esta dolorosa situación encontrarán siempre en la Iglesia el hogar de la misericordia y el consuelo.

Privar de la vida a los que van a nacer no es algo privado El Anteproyecto de Ley presenta el aborto como si fuera un asunto privado ligado prácticamente sólo a la decisión individual de la gestante. Pero eliminar una vida no es nunca un asunto meramente privado. Por el contrario, se trata de un acto de gran trascendencia pública. La vida de los que van a nacer es un fundamental elemento constitutivo del bien común que merece especial protección y promoción. Se debería avanzar en las políticas de protección de la maternidad/paternidad, muy retrasadas respecto a los países de nuestro entorno.

El Estado impone a todos una determinada educación sexual Se comete la injusticia de imponer una determinada educación moral sexual, que, además, por ser abortista y “de género”, tampoco será eficaz ni como verdadera educación ni como camino de prevención del aborto. Es necesario permitir y promover que la sociedad desarrolle sus capacidades educativas y morales

Conclusión: por el Pueblo de la Vida El Evangelio de la vida proclama que cada ser humano que viene a este mundo no es ningún producto del azar ni de las leyes ciegas de la materia, sino un ser único, capaz de conocer y de amar a su Creador, precisamente porque Dios lo ha amado desde siempre por sí mismo. Cada ser humano es, por eso, un don sagrado para sus padres y para toda la sociedad. No ha de ser considerado jamás como un objeto subordinado al deseo de otras personas. Su vida no puede quedar al arbitrio de nadie, y menos del Estado, cuyo cometido más básico es precisamente garantizar el derecho de todos a la vida, como elemento fundamental del bien común. Hablamos precisamente a favor de quienes tienen derecho a nacer y a ser acogidos por sus padres con amor; hablamos a favor de las madres, que tienen derecho a recibir el apoyo social y estatal necesario para evitar convertirse en víctimas del aborto; hablamos a favor de la libertad de los padres y de las escuelas que colaboran con ellos para dar a sus hijos una formación afectiva y sexual de acuerdo con unas convicciones morales que los preparen de verdad para ser padres y acoger el don de la vida; hablamos a favor de una sociedad que tiene derecho a contar con leyes justas que no confundan la injusticia con el derecho.

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n s ofi s ma s bn

Mentiras que claman al Cielo Alicia Latorre Presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida

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o pierden ni un momento en escucharlas, ni les interesan sus problemas, pero les empujan a acabar cruelmente con la vida de su hijo, con lo más precioso, inocente y hermoso. Dicen que quieren defender a las mujeres de la cárcel y las condenan, no ya a pena de cárcel, sino a cadena perpetua y pena de muerte al mismo tiempo, algo incompatible en derecho, pero posible en la vida. 70


s ofi s ma s bn n

muerto el hijo, sepultada en vida la madre Cadena perpetua de pesadillas, remordimientos y tristeza infinita o bien frialdad y dureza, indiferencia, maltrato, agresividad o locura porque todo cabe, todo es posible tras un aborto. Pero cuando salen por la puerta, vacías y sangrando en su vientre y su alma, terriblemente solas, ya no importan para casi nadie, al menos no para los verdugos ni para quien los cobija, porque el negocio está hecho y están mejor ahí, tiradas y amordazadas, listas para seguir el círculo vicioso que probablemente las llevará de nuevo a solicitar sus “servicios”.

CUANDO SALEN POR LA PUERTA, SANGRANDO, EN SU VIENTRE Y EN SU ALMA, Esa cadena perpetua que las ata a un momento desgraciado que YA NO cambió para siempre su futuro, es a la vez pena de muerte porque IMPORTAN están muertas para sí mismas y para todo lo hermoso. Muchas se PARA SUS odian y odian al mundo. Muertas a los niños, a los sueños, a la vida; esclavas de los hombres o enemigas suyas, rompen relacioVERDUGOS, nes o las tienen con cualquiera. Vidas rotas, soledad amarga, sima PORQUE sin fondo. Pero los que llaman al aborto libertad, también mienten EL NEGOCIO y dicen que ese dolor no existe y les niegan de nuevo su ayuda. ESTÁ HECHO las puertas del Hades no prevalecerán Las mujeres no han ido nunca a la cárcel por el aborto. No mientan, que toda mentira es mala, pero ésta es perversa y clama al Cielo. Digan que no quieren que vayan a la cárcel sus invitados de honor y asesores “de lujo” (de mucho lujo), los que tienen sus manos manchadas de la sangre más inocente y el dolor más evitable. Esos que experimentan con las mujeres los fármacos prohibidos, los que firman en blanco la sentencia de muerte, los que tiran a la basura los restos de unos hijos que siempre vivirán en el corazón de sus madres. ¿Pueden callar la voz de su conciencia como cierran la bolsa de la basura? ¿No les quema ese dinero?

QUIERO CREER QUE ENTRE TODOS EL LUTO SE CAMBIARÁ P OR ESPERANZ A

Todos sus eufemismos y argucias no cambian la realidad. Toda su prepotencia y abuso de poder caerán desplomados ante sí mismos y ante el juicio de la historia, por querer convertir sus crímenes en derechos, por diezmar generaciones enteras como sólo ocurre tras una guerra, por negar terapia a quienes necesitan llorar su dolor y encontrar la paz y por querer promulgar leyes que libran de la cárcel a asesinos y estafadores, cuando su deber es velar por el bien común. Quiero creer, porque he visto florecer mucho bien entre tanto dolor, que esos hombres y mujeres arrepentidos, el amor de los que ayudan en la sombra y el incuestionable poder de plegarias y corazones unidos, cambiarán el luto por esperanza, derrotarán las leyes injustas y conseguirán que muchos rectifiquen el rumbo de sus vidas, en el tiempo que aún les queda.

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n e s pa d a d e d o s f i l os bn

El síndrome del Cireneo

César Allende García

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l corazón de la vida es el amor. Y “el amor está en esto”, dice san Juan (1Jn 4,10). Si supiéramos qué es ese “esto” en que consiste el amor, seríamos sabios y felices; pero la condición humana es así: guarda celosamente este secreto arcano y cuesta desvelarlo. El amor, la verdad, la justicia, el sufrimiento, el sentido, la esperanza, las ilusiones, la muerte… se aprietan y arraciman como frutos del árbol que es la vida; racimo que, colgado de la vid, nos tienta con un suave balanceo de colores dorados y cárdenos. Cuando la viña está en flor (Ct 2,11-13), llega Pentecostés.

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es p ada de dos fi lo s bn n Árbol frutal es la vida y la Vida es un fruto que madura en la cruz. Quien come de él no muere y quien, aun estando muerto lo gusta, recobra la vida (Jn 6,50; 11,25). Cristo en la cruz es el fruto del árbol de la Vida. La Cruz es el árbol que da fruto doce veces al año y sus hojas sirven de medicina a nuestros males (Ap 22,2). Su fecundidad y frondosidad se debe a que es regado por el “río de agua viva que sale del trono de Dios y del Cordero” (Ap 22,1). Bajo la sombra de este árbol “nada hay que sea objeto de maldición” (Ap 22,3). Para expresar una gran aflicción o un problema no pequeño, es común la expresión: “¡qué Cruz!”. Tenemos el síndrome del cireneo, pero justo en sentido inverso a como lo tiene Dios. Haber reducido la Cruz a una carga insoportable, a una condena insufrible, nos ha privado de su verdadero sentido: no la llevamos nosotros, es ella la que nos lleva. He aquí el “esto” en que consiste el Amor. Dios padece de cirenismo: no puede renunciar a ayudarnos a llevar la Cruz (Lc 23,26). Añade Juan en el versículo citado: “Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados”. Esta propiciación tuvo lugar en el propiciatorio de la Nueva Alianza: la Cruz. El Señor lleva, en la suya, nuestra cruz; se unce a nuestro yugo y camina con nosotros; lo íntimo del Amor de Dios se revela en Cristo Jesús en la actividad de la potencia y fuerza que el Padre desplegó en él, como tanto le gustaba decir a San Pablo. Por nuestra parte, el arcano de este Amor es dejarnos invadir por él: conjugarlo existencialmente en pasiva: ser amados ¡y descansar! todos los cansados y agobiados, porque el alivio no nos corresponde; sí nos corresponde ser aliviados por él. Esta palabra del Señor (como todas, claro) es digna de crédito. ¿A quién vamos a ir, si sólo tiene Él palabras que son Espíritu y Vida, y sólo el Espíritu vivifica, mientras la carne no vale de nada? (Jn 6,64). El Señor es Vid y Manantial de eternidad; el Señor es Espíritu que santifica y cura y libera (porque donde está el Espíritu, está la libertad).

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n e s pa d a d e d o s f i l os bn

Si tuviéramos fe como un grano de mostaza le diríamos al Árbol de la Vida: “Arráncate del Gólgota y plántate aquí, en el yermo de mi vida”, y se plantaría transformándolo. La Savia de ese árbol subiría por su tronco y sus ramas, y el Espíritu llenaría nuestras vidas de dulzura y salud. Daríamos frutos en sazón, no asilvestrados ni agrazones. Maravilla ver la Pascua desde Pentecostés: el primer día de la semana (Mt 28,1; Mc 16,2; Lc 24,1; Jn 20,1; Ap 1,10) funda todas las semanas que vendrían después. Haciendo un juego con el tiempo llegamos al día 49, a contar desde aquel “primer día”. El Señor en la cruz, a punto de morir, tiene todavía pendiente una última cosa, una última entrega, para que su despojamiento sea absoluto: inclinó la cabeza y “entregó el Espíritu” (Jn 19,30).

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Juan no dice a quién, pero si poco antes había entregado su madre al discípulo y éste a aquélla, ¿por qué no pensar que se lo entregó también a ellos y en ellos a todos nosotros, además de a Dios? El Pentecostés inicial de la cruz se funde con el posterior del cenáculo por encima de tiempos y espacios. La exégesis moderna ha trabajado provechosamente en el desentrañamiento de la donación de María a Juan por parte de Jesús. Merecería la pena detenernos en ello, pero lo dejo para otra ocasión. Por ahora, sólo decir que la expresión del evangelista “Y desde aquella hora éste la tomó como suya”, explica magníficamente el corazón del Amor con que Dios nos ama en Jesús. “Como algo suyo”, “como cosa suya” equivale a “dejándose poseer por María, la llena del Espíritu de Dios”; mejor aún: “dejándonos nosotros todos llenar del Espíritu Santo que desborda de la maternidad de María”. ¡Qué maravilla!


es p ada de dos fi lo s bn n Juan, el vidente de Patmos, ve al Cordero degollado y de pie (sacrificado y resucitado) con siete cuernos y siete ojos que son los siete Espíritus de Dios enviados a la tierra (Ap 5,6). Es el mismo Cordero que pastorea las ovejas hacia las fuentes de las aguas de la vida (Ap 7,17). La Cruz es propiciatorio para el sacrificio y cayado para el pastoreo. Juan nos muestra al cordero como poseedor del Santo Espíritu septiforme, lleno de vida y de verdad, de cuya plenitud hemos recibido las gracias una por una (Jn 1,17). Aquel “esto” del Amor es un Amor de Amor repleto: es el Espíritu Santo, ayudador y defensor o Cireneo según Dios. Cristo resucitado capacita a sus discípulos con el poder de perdonar (Jn 20,22-23). En el perdón se concreta y se visibiliza el poder generador de vida de la resurrección, en nuestra vida real; porque ¿qué hay más difícil que el perdón auténtico? Pero no es por lo difícil que sea, sino por lo que reconstruye y vivifica la existencia, por lo que el perdón es don y fruto del Espíritu del Resucitado. Cuando perdonamos, resucitamos; en este Amor conocemos haber pasado de la muerte a la vida (1 Jn 3,14 y toda la epístola entera). ¿Quién no quiere vivir? ¿Qué hay más real, concreto y experimentable que el Amor de Dios que sostiene nuestra Cruz por el Espíritu que nos ha dado? (1Jn 3,24) Pascua y Pentecostés confirman que en el tiempo ordinario y en lo ordinario de nuestro tiempo lo que nos da la vida, la justicia, la felicidad y nos redime del sufrimiento no es la ciencia ni el poder, sino el Amor.

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n e s pa d a d e d o s f i l os bn

“Hoy estarás conmigo en el Paraíso” Ramón Domínguez Balaguer Doctor en Teología Dogmática

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l evangelista Lucas comienza el discurso inaugural de Cristo con estas palabras: “Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios” (Lc 6,20b), y en el momento supremo de la cruz Jesús le dice a Dimas, el buen ladrón: “Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”. Hay una clara relación entre ambas palabras: el Reino de Dios se promete a los pobres y se le confirma a uno de los dos malhechores que estaban crucificados al lado de Jesús. 76

POR EL CAMINO DE LA VIDA MARCHAN AQUELLOS A LOS QUE NADA LES TURBA NI INQUIETA, PUES NADIE LES PUEDE APARTAR DEL AMOR DE DIOS


es p ada de dos fi lo s bn n En el evangelio de Mateo leemos también la invitación que dirige Jesús a sus discípulos. “Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran” (Mt 7,13-14). A simple vista puede parecer que la razón por la que el camino que lleva a la perdición es espacioso y la puerta ancha es porque los que andan por él lo recorren sin penas ni sufrimientos, disfrutando de la vida, haciendo lo que les viene en gana, imponiendo su voluntad. Así, al final del mismo les espera la condenación por haberse negado a aceptar la voluntad de Dios, siguiendo sus propios caprichos. Y que a su vez, el camino que lleva a la vida es angosto y su puerta estrecha, debido a que sus viandantes deben pasar por renuncias, estrecheces y tormentos de toda clase, antes de recibir el premio prometido a su constancia en los padecimientos.

EL POBRE RECONOCE SUS CULPAS; POR ESO, NO RECLAMA, SUPLICA Y SE ABANDONA A LA MISERICORDIA DE DIOS 77


n e s pa d a d e d o s f i l os bn

la humildad, el camino derecho al cielo Nada más lejos de la verdad. El camino que lleva a la perdición, aunque ancho y espacioso es un camino de muerte y lo transitan los que viven en medio de ella. Su vida transcurre entre el temor y la maldición, renegando de una existencia sin sentido y en la que sólo hallan un alivio pasajero, alienándose con cualquier cosa, matando el tiempo con el trabajo, las diversiones, la música y el ruido, incapaces de entrar dentro de sí mismos en el silencio, que les resulta insoportable. En cambio, el camino que conduce a la vida es un camino de vida y por él marchan aquellos que gozan de la paz y la seguridad de saberse hijos amados por Dios, a los que nada les turba ni inquieta, aunque tengan razones humanas para ello, ya que saben bien que nadie les puede apartar del amor de Dios ni tribulación, ni angustia, ni persecución, ni hambre, ni desnudez, ni peligros ni espada (ver Rm 8,35), por lo que pueden vivir en la bendición, la paz y la alegría. ¿Por qué, entonces, es ancha la puerta y espacioso el camino de muerte? Porque por él viajan los ricos con todas sus pertenencias y cachivaches a cuestas, por lo que les resulta difícil entrar por la puerta estrecha que lleva a la vida, de modo que “es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los cielos” (Mt 19,24).

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Para lograrlo necesitan desprenderse de todos sus bienes, como hizo aquel publicano y jefe de publicanos de Jericó al que Jesús dirige palabras semejantes a las del buen ladrón: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19,9a). ¿Por qué es estrecha la entrada y angosto el camino que lleva a la Vida? Porque por él van los humildes y pequeños, los niños, los pobres que han creído en Cristo (ver Mt 18,6a). ¿No hemos escuchado: “Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”? (Lc 18,17). Ésta es la clave para alcanzar la promesa que dirige Jesús al buen ladrón.

el que se humilla será enaltecido Flanqueando a Jesús y padeciendo el mismo castigo que Él se encuentran dos malhechores: uno a la derecha y otro a la izquierda. “Uno de los que estaban colgados le insultaba: “¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!” Pero el otro le respondió diciendo: “¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, ésta nada malo ha hecho”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino” (Lc 23,39-42). Uno de ellos no reconoce sus culpas. Está lleno de orgullo y de reivindicaciones; por eso, exige: es rico y sólo mira por sus intereses. Rico es aquel que posee razones, proyectos, deseos, derechos, algo que proteger y guardar. Por ello se convierte en un asesino en potencia, ya que si alguien intenta arrebatarle sus propiedades, tendrá que defenderlas matando al agresor en su corazón, rechazándolo y juzgándolo.


es p ada de dos fi lo s bn n Así respondió S. Francisco a quien le quería convencer que aceptara posesiones para sí y para su obra: “Si tengo algo, un campo, por ejemplo, habré de cercarlo para evitar que otro me lo invada, necesitaré colocar un guarda, que deberá estar armado para ejercer su cometido con eficacia; y, si alguien intenta arrebatármelo, el guarda tendrá que hacer uso de su arma, matando si es preciso al asaltante. En tal caso no quiero poseer algo en nada para no cometer ninguna injusticia”. Y sabemos que ningún injusto heredará el Reino de Dios (ver 1Co 6,9). El otro, en cambio, nada posee, está desnudo en la cruz y ni siquiera dispone de su propia vida. Es pobre y reconoce sus culpas, por eso no reclama, suplica: “Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino”, y se abandona a la misericordia de Dios. Éste es el pobre al que se le asegura el Paraíso. Pobre es aquel que por no tener, ni siquiera tiene justificación; pobre es el pecador que nada puede dar a Dios, carece de todo, de obras y de méritos, pero reconoce su humillación. De este modo, aquel publicano que no se atrevía a levantar los ojos al cielo y suplicaba la misericordia de Dios, obtuvo la justificación, y no el fariseo orgulloso que, plantado en medio del templo, hacía ostentación de sus obras.

EL BUEN LADRÓN RECONOCIÓ AL SALVADOR: POR ESO ESCUCHÓ: “TE LO ASEGURO, HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO”

piadoso y clemente con los que le invocan Ahora bien, no basta con reconocerse pecador, pues también Judas confesó su traición, pero su orgullo le impidió humillarse ante Dios y, despechado consigo mismo, se ahorcó. Pedro, en cambio, lloró su negación y al conocer su debilidad fue considerado apto para gobernar el pueblo de los pequeños que creen en Cristo. Verdaderamente pobre es aquel que conociéndose pecador no duda del amor de Dios. Cuentan que un día encontró S. Francisco al hermano León que contemplaba melancólicamente el agua que bajaba cristalina de un riachuelo de montaña y le preguntó: “¿Qué te ocurre, hermano León, que te encuentro abatido?”. A lo que éste respondió: “Estaba pensando quién tuviera un corazón tan puro como el agua de este arroyo”. “¿Y qué entiendes tú —inquirió el santo— por tener un corazón puro?”. El hermano León, suspirando, le contestó: “Pues no tener nada que reprocharse”. Y Francisco le replicó: “Ahora entiendo por qué te veo siempre triste, pues tener un corazón puro no consiste en no tener nada que reprocharse, porque siempre tendremos algo que reprocharnos; tener un corazón puro es saberse amado por Dios y que su amor nos baste”. Este amor le bastó al buen ladrón; por ello, escuchó aquellas extraordinarias palabras de su Salvador: “Te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

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n e d u c a c ió n p ar a l a vi d a bn

El triunfo de la belleza Juan Ramón García-Morato Profesor de Antropología, Universidad de Navarra

l 26 de diciembre de 1926, Rabindranath Tagore —hindú de raza y de religión, Premio Nobel de Literatura en 1913— pronunció en la ciudad de Shantiniketan (India) uno de sus discursos sobre Jesucristo: “Lo divino en las cosas humanas”. Entre otras cosas, el escritor afirmaba: “Cristo dijo: En Mí se revela el Padre”.

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e duc a ci ón pa ra l a v i da bn n En la India también se ha oído esta palabra, pero hasta que no supere los confines de la Escritura y logre entrar en el campo de la vida, seguirá siendo estéril. Cuanto más la anuncian los hombres con grandes discursos pero sin ponerla en práctica, tanto más la deshonran de manera espectacular. Desgraciadamente es lo que está haciendo la sociedad cristiana en muchos casos. Con la boca dice: “¡Señor!”, pero con los hechos lo niega. El precio de las palabras verdaderas se tiene que pagar con hechos verdaderos. Nuestras vidas pueden ocultar el verdadero rostro de Dios, como recuerda el Concilio Vaticano II (GS, 19): “En esta génesis del ateísmo puede corresponder a los creyentes una parte no pequeña, en cuanto que, por descuido en la educación para la fe, por una exposición falsificada de la doctrina, o también por los defectos de su vida religiosa, moral y social, puede decirse que han velado el verdadero rostro de Dios y de la religión, más que revelarlo”. No podemos olvidar que la fe cristiana no es real hasta que se encarna en la vida diaria de quienes la asumimos libremente. Una tarea apasionante, sin duda, porque los cristianos creemos firmemente que Jesús de Nazaret es Dios encarnado y hecho hombre como cualquiera de nosotros. Pretender imitarlo y seguirlo sin que los valores humanos se reflejen en nuestras vidas sería, cuanto menos, un desconocimiento de algo muy básico en el cristianismo; y no pocas veces, ocasión de que otras personas no se acerquen al Dios verdadero si somos el único cauce que tienen para conocerlo. Quizá por eso, el mismo Tagore escribía en una carta abierta: “Si vosotros, cristianos, fuerais como Cristo, la India entera estaría a vuestros pies… Maestro Jesús, no hay lugar para ti en Europa. Ven, sienta plaza entre nosotros, en Asia, en el país de Buda. Están abatidos de tristeza nuestros corazones, y tu llegada los aliviará”. Al escritor indio el conocimiento directo de Jesús a través de la lectura del Nuevo Testamento, le fascinó; la vida de las personas y las sociedades cristianas que tuvo a su alcance, parece que le desconcertaron.

belleza, bien y verdad La tarea de quienes conocen y aman a Jesucristo es irradiar la belleza de Dios a su alrededor. En un mundo que es una muchedumbre de soledades, los cristianos tenemos un tesoro que es para todos y que no lo podemos ocultar: “Si se quiere que el testimonio de los cristianos influya también en la sociedad actual, debe alimentarse de belleza para que se convierta en elocuente transparencia de la belleza del amor de Dios”. Así concluía Juan Pablo II un breve discurso en el que fijó su atención en la Belleza como “itinerario privilegiado para el encuentro entre la fe cristiana y las culturas de nuestro tiempo, y como instrumento valioso para la formación de las generaciones jóvenes”.

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n e d u c a c ió n p ar a l a vi d a bn Previamente el querido Papa había recordado cómo “para que la belleza brille en todo su esplendor, debe estar unida a la bondad y a la santidad de vida, es decir, es necesario hacer que resplandezca en el mundo, a través de la santidad de sus hijos, el rostro luminoso de Dios bueno, admirable y justo” (Discurso del 9-XI-2004). No parece que se trate de dar explicaciones, sino más bien de ser testigos y dar testimonio. “El triunfo de la Belleza en un mundo vacío y sin rostro”. Un mundo tantas veces impersonal, donde la comunicación apenas existe porque cada uno va a lo suyo. Donde el rostro se oculta bajo la máscara que maquilla convenientemente la realidad. A veces puede ser tan sórdido como el patio de una cárcel en el que pasean los presos. Sólo les une haber sido condenados y no tener más horizontes que los muros de la prisión. A lo más se logran unir en grupos, a veces los unos contra los otros. Y siempre les une el afán de sobrevivir. En todo caso, nada profundo, salvo la desgracia que corroe sus existencias.

¡me has curado, me has hecho revivir! Pero incluso en un mundo así se puede recuperar la ilusión de vivir si, en un golpe de audacia, se ponen en contacto con la Belleza. Recordamos quizá la película de Tim Robbins que lleva por título “Cadena perpetua”, en la escena donde uno de los presos se empeña —y logra— transmitir por los altavoces de la cárcel un aria de Mozart. Cuando el sonido sale por los altavoces, es capaz de transformar el patio de la prisión en un espacio abierto de libertad, porque la Belleza trasciende los muros y los lleva más allá de la desgracia, hace desaparecer las paredes altas y las rejas, y hace resonar los resortes más nobles y hermosos de quienes los demás consideran “desecho” de la sociedad.

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EN MUCHOS CASOS LA SOCIEDAD CRISTIANA DICE CON LA BOCA “¡SEÑOR!”, PERO CON LOS HECHOS LO NIEGA Todo lo anterior viene a cuento de la formación cristiana para lograr que cualquier tarea evangelizadora y apostólica se muestre con la fascinación que les otorga la fuente de donde proceden. El resultado no puede ser una pesadez poco atrayente, porque estaríamos escamoteando lo mejor de lo que deseamos ofrecer; y entonces aparecería tan sólo la exigencia descarnada, al perder la conexión con su origen. Existe una experiencia universal de que el bien, la verdad y la belleza —con mayúscula o con minúscula— son lo más aceptable que existe, porque son lo más opuesto a lo insoportable, a la pesadez y a la gravedad fastidiosas, a la mediocridad ambiental. Por tanto, si se consigue mostrar la fe tal como es, aparecerá con toda su fuerza seductora; no con la seducción de lo efímero, sino con la seducción de Amor que Dios nos tiene. En definitiva, se trata de expresar la fe en los términos culturales vigentes, como es lógico sin traicionarla en esa tarea de “traducción” que es la inculturación. Si es preciso, “creando”, con la vida y la palabra, el lenguaje que permita hacerlo en toda su grandeza. Una actitud que exige “saber idiomas”, conocer bien los nuevos lenguajes —de los medios, de la moda, de la publicidad etc.— y entrar en diálogo con esos mundos, porque si no, se vaciarán de valores cristianos. Y como, en cualquier caso, van a seguir influyendo, sólo repartirán el vacío de Dios a su alrededor.


e duc a ci ón pa ra l a v i da bn n Quizá estas consideraciones merezcan ser tenidas en cuenta con más frecuencia. Todas las personas buenas y honradas apostarían sin dudarlo por construir un mundo más humano y más justo. En ese grupo estamos los cristianos, y también tanta gente que no conoce a Jesucristo. Se trata de que cada cual aporte lo mejor de sí mismo. No es un problema de eficacia, sino de fidelidad. No es una cuestión de adjetivos, sino de actitudes esenciales que configuran a la persona y le confiere un modo de ser que, a través de sus acciones, impregna toda la realidad desde dentro. Una parte importante de esta tarea se desarrollará en el ámbito intelectual, sin duda. Pero los planteamientos intelectuales han de ser corroborados por la existencia de cada una y cada uno. No es posible construir de manera artificial. La recristianización del mundo y de la cultura, de todas las tareas humanas, no es una tarea que se pueda realizar poniendo el adjetivo cristiano a todo cuanto se haga; es una tarea sustantiva. Tienen que ser nuestras vidas comprometidas con la verdad de Cristo las que arrastren a los demás. Los adjetivos acaban por ser inútiles, dejan la tarea a un nivel muy superficial y acaban por desgastar el nombre de cristiano, de paso que corremos el riesgo de tranquilizar así nuestra conciencia.

L A F E NO E S REAL HASTA QUE SE ENCARNA EN LA VIDA DIARIA DE QUIENES LA ASUMIMOS LIBREMENTE

NO SE TRATA DE DAR EXPLICACIONES, SINO DE SER TESTIGOS Y DAR TESTIMONIO

invitados a compartirla felicidad de Dios No se trata de hacer cosas cristianas, sino de ser cristianos. Como escuché hace pocos años a un conocido profesor —rector por entonces de la Universidad Católica de Chile—, “sólo los extraños fabrican biombos chinos, porque los chinos se limitan, sin más, a fabricar biombos; y les salen chinos, porque son chinos”. Un planteamiento importante a la hora de plantearse que el mundo en que vivimos sea cristiano, si no queremos correr el riego de construir un gueto cultural, donde tantas veces “cualquier tiempo pasado fue mejor”, una afirmación ésta que, por otra parte, desmonta la propia experiencia: en nuestras vidas concretas, las que sean, pues sabemos que lo mejor está por venir. Por eso no nos conformamos con lo que hay; aspiramos a más, somos conscientes de que no hemos llegado a la plenitud. El cristiano vivifica la sociedad, sin imponer nada, ofreciendo lo que tiene: su vida. No dando explicaciones ni grandes discursos, sino con su existencia diaria. Por eso, propiamente hablando, no es posible construir una cultura o una sociedad cristianas. Sólo los edificios se construyen; la vida se engendra. Además, los edificios hay que decorarlos después, en un intento de que tengan vida, y toda decoración tiene detrás una idea previa. Esto no tiene importancia si se trata de muebles, pero es distinto si se trata de la revelación cristiana, pues supone un riesgo real de convertirla en ideología.

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n e d u c a c ió n p ar a l a vi d a bn

La vida que se engendra, por el contrario, se desarrolla y crece —con los cuidados oportunos— en toda su belleza y potencialidad. Por lo tanto, son las acciones libérrimas, multiformes y plurales del cristiano coherente las que acaban por cristianizar el mundo, porque brotan espontáneamente con la espontaneidad de la virtud y de la vida vivida, fruto del empeño por encarnar los ideales de Cristo en la propia existencia. Y se difunden en el entorno, logran penetrar en lo más hondo de la conciencia del interlocutor haga lo que haga. Porque “los chinos, simplemente hacen biombos; y como son chinos, les salen chinos” Si no, es tarea inútil. Puede ser eficaz y posiblemente brillante a corto plazo; pero contraproducente a medio y largo, porque las vidas que no se empeñan en ajustarse ilusionadamente al ideal que “predican”, acaban por convertir ese ideal, ante los ojos de los demás, en materia que corroe. Juan Pablo II afirmaba (Discurso del 16-I-82) que “una fe que no se hace cultura, es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida”. Ahí está la clave. Efectivamente, para un cristiano, la tarea de construir un mundo más humano y más justo exige acoger, pensar y vivir la fe. La cultura que se hace artificialmente tiene luego que ser protegida por el poder para que no desaparezca, porque nace ya sin vida. La cultura la configuran las personas con sus vidas y la transmiten en cada uno de sus actos, generando un ambiente con tonalidades que brotan de su personalidad. Basta echar un vistazo a la Historia para comprobar cómo una sola persona puede cambiar el rumbo de una sociedad entregando su vida con toda su riqueza. Así han brotado también todas las tareas evangelizadoras.

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SON LAS ACCIONES DEL CRISTIANO COHERENTE L A S QU E ACABAN POR CRISTIANIZAR EL MUNDO


e duc a ci ón pa ra l a v i da bn n

Juan Ramón García-Morato Aprender a querer, saber vivir EUNSA Juan Ramón García-Morato es sacerdote, doctor en Teología. Estudió Medicina en Madrid y ejerció la cirugía varios años. Trabaja en la Capellanía Universitaria de la Universidad de Navarra y es profesor del Instituto de Antropología y Ética. Actualmente enseña Antropología en la Facultad de Medicina y dirige el Seminario Permanente de Diálogo entre Religiones y Culturas. Ha publicado también “Crecer, sentir, amar. Afectividad y corporalidad” (2009), “Creados por amor, elegidos para amar” (2007) y “A la luz de su mirada” (2008).

“Aprender a querer, saber vivir” (EUNSA), nos sitúa ante un reto apasionante, que engancha desde la primera página y mantiene la atracción in crescendo hasta el final: trata de ofrecer una visión ilusionante e ilusionada de la vida cristiana a través del cultivo de una personalidad humana firme, imprescindible para amar a Dios sobre todas las cosas con un amor encarnado en el espacio y en el tiempo. En sus páginas se entrelazan razones antropológicas y experiencias vitales con la Escritura, el testimonio de los primeros cristianos y de otros testigos de la fe de siglos posteriores. También están presentes las aportaciones de quienes no han conocido al Dios que se revela en Jesucristo y, sin embargo, son auténticos “expertos en humanidad”. Es muy de agradecer el modo cómo ha procedido el autor: desde el principio, ha ido planteando numerosas cuestiones pero, en

la mayoría de los casos, no ha ofrecido de inmediato la solución; y cuando lo hace, los interrogantes han seguido en buena parte abiertos. Según confiesa en el último capítulo, “ha sido intencionado, con la pretensión de que los posibles lectores pongan en juego su personal autonomía y no se acostumbren a que se les dé todo hecho”. Y añade enseguida: “ahora, próximo el final, toca al autor aportar algunas pinceladas que entrelacen las cuestiones humanas y las respuestas de la fe, con la esperanza de que cada uno tenga elementos suficientes para alcanzar una respuesta más plena, si es que todavía no lo ha conseguido”. Solo después de haber recorrido “Un camino hacia la cumbre” (primera parte), que termina aprendiendo a “Vivir de la propia conciencia”, es posible comenzar con soltura la segunda: “Una novela de aventuras”. Y se llega al final siendo conscientes de la riqueza acumulada durante el recorrido.

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n a l d ea pl a ne t a r i a bn

¿Quo vadis, Europa? Juan Manuel de Prada

TODO NUESTRO PENSAMIENTO ADQUIERE SIGNIFICACIÓN POR LOS ANTECEDENTES CRISTIANOS

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Leo en estos días “Raíces cristianas de Europa” (Ediciones San Pablo), una iluminadora recopilación de ensayos que fervorosamente les recomiendo. Su autor, Eugenio Romero Pose, obispo auxiliar de Madrid, nos propone en sus páginas un viaje apasionante hacia el meollo histórico de la identidad europea, así como un muy lúcido diagnóstico de los males que hoy corrompen al viejo continente, resumibles en el abandono de una herencia que explica nuestra genealogía espiritual y cultural. El cristianismo, que preservó la continuidad del genio grecolatino y el espíritu judaico, propuso a la vez un horizonte nuevo de universalidad, una nueva antropología y un nuevo orden moral. La fe en Jesús, Hijo de Dios vivo, instaura un modelo distinto de habitar el mundo que va más allá de lo que propugnaban judíos y paganos; sin esa aportación medular, resultarían ininteligibles las paulatinas conquistas que Occidente ha legado a la humanidad. Como T. S. Eliot escribió en La unidad de la cultura europea: «Todo nuestro pensamiento adquiere significación por los antecedentes cristianos. Un europeo puede no creer en la verdad de la fe cristiana, pero todo lo que dice, cree y hace, surge de la herencia cultural cristiana y solamente adquiere significación en relación con esa herencia. Sólo una cultura cristiana ha podido producir un Voltaire o un Nietzsche... La cultura europea no podrá sobrevivir a la desaparición completa de la fe cristiana. Si el cristianismo desapareciese, toda nuestra cultura desaparecería con él».


al de a pl an e ta ria ˘ bn n Hoy más que nunca, existen fuerzas poderosas que conspiran contra ese inalienable legado. La falta de esperanza en el futuro que aflige a los europeos, el desarme moral que les impide defender con convicción los valores y principios que fundaron su civilización son fruto de una suerte de amnesia que niega la herencia cristiana, que es tanto como negar la propia identidad. Esta falta de esperanza en el futuro se manifiesta en fenómenos totalmente extraños a la tradición europea: indiferencia religiosa, laicismo beligerante, una antropología sin Dios que rechaza la vocación trascendente del hombre y lo convierte así en una criatura mutilada. «Que sea tu Dios tu esperanza», escribió San Agustín. Divorciada de Dios, Europa se ha quedado sin esperanza, se ha agostado en su horizonte vital; y este agostamiento hace que el hombre europeo se sienta solo, vaciado por dentro, sensación agónica que sólo logra anestesiar entregándose a disfrutes materiales que, a la postre, no hacen sino agravar su vacío. Desarraigado de la historia y de su propia naturaleza —ligada a la existencia de un Dios creador—, el hombre europeo se siente expuesto a la intemperie de la orfandad, engolosinado únicamente por la promesa de alcanzar un paraíso en la Tierra que a la larga se revela ilusorio. La crisis es tan honda que sólo una nueva evangelización podría evitar una derrota irremediable. Sobre la necesidad de esta nueva evangelización ha insistido con especial énfasis Benedicto XVI, cuyo pensamiento europeísta desgrana Romero Pose en el libro que ahora comentamos. Triunfan hoy en Europa corrientes de pensamiento que pretenden situarse de espaldas a la historia, considerándola insensatamente causa de todas las calamidades. Por supuesto, en este intento de disolución de la historia —que no puede interpretarse sino como una expresión de ese frenesí autodestructivo que acomete a las organizaciones sociales en decadencia— ocupa un lugar primordial la negación de la herencia cristiana, que se presenta como un estadio venturosamente superado. Desde el momento en que Europa empieza a mirar con desconfianza, e incluso con rencor, sus raíces cristianas, la fe queda reducida al espacio de la privacidad y la vida pública se configura sobre la exaltación del agnosticismo religioso y moral. Este agnosticismo, elevado a la categoría de dogma, propugna un derecho sometido al álgebra de las mayorías, que ya no se fundamenta en normas morales y que acaba convirtiéndose en el derecho del más fuerte. Toda dictadura comienza maniatando el Derecho; también la dictadura del relativismo, que es el fantasma que hoy se enseñorea de una Europa que ha perdido la conciencia del recto consejo que Dios cinceló en el corazón del hombre.

LA FALTA DE ESPERANZA EN EL FUTURO QUE AFLIGE A LOS EUROPEOS

DIVORCIADA DE DIOS, EUROPA SE HA QUEDADO SIN ESPERANZA

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n a l d ea pl a ne t a r i a bn

AL ARRINCONARSE LA VERDAD, SE AHOGA LA CONCIENCIA DE UNOS VALORES DE VIGENCIA UNIVERSAL

EUROPA PARECE IGNORAR QUE UN DERECHO DESLIGADO DE FUNDAMENTOS MORALES CONDUCE AL TOTALITARISMO

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Paradójicamente, este relativismo se presenta como la verdadera garantía de la libertad. Europa se ha dejado subyugar por el error de creer que los fundamentos universales de la moral son una invención puramente humana. La negación de la trascendencia conduce a negar que existan valores por los que valga la pena vivir o dar la vida; y, parafraseando a Juvenal, cuando estos valores faltan, ya no hay razones para seguir viviendo. Así se explica el fenómeno de progresiva devaluación de la vida que hoy corrompe Europa: cuando falta la esperanza y se niega la responsabilidad ante el Señor de la Historia, la vida deja de ser sagrada, deja de ser respetada, deja incluso de ser apetecible. La caída demográfica, la aceptación de los más diversos atentados contra la vida — desde el aborto a la eutanasia— auguran una «abolición del hombre» (C. S. Lewis), entendido como depositario de una vida inviolable que se le ofrece y regala desde la libertad y la responsabilidad. No todos los hombres, ni en todas las fases de su vida, ni en cualquier situación de su conciencia, son considerados personas: un anciano, un niño con síndrome de Down, no digamos una vida gestante, han dejado de ser personas, para convertirse en ejemplares averiados o informes de una especie biológica. El relativismo resucita aquella consigna de Diógenes Laercio: «No existe ninguna verdad. Una misma cosa es justa para uno e injusta para otro, a uno le resulta buena y al otro mala. Nuestro lema sea entonces: “Abstengámonos de pronunciarnos sobre la verdad”». Al arrinconarse la verdad, se ahoga la conciencia de unos valores de vigencia universal. Y cuando la verdad se declara incognoscible, cuando el Bien deja de de ser un concepto unívoco que nos permite discernir lo justo de lo injusto, el derecho se convierte en un instrumento puramente pragmático en manos del poder, fundado sobre lo que es o parece ser útil para todos, o siquiera para una mayoría. Europa parece ignorar que un derecho desligado de fundamentos morales conduce al totalitarismo. Náufraga en los lodazales del relativismo, diríase que hubiese vuelto la espalda a Dios para alcanzar una tolerancia sin fronteras.


a l dea pl a ne ta ri a bn n

Europa ha olvidado que la patria del hombre —según nos enseñase Maritain— es el Absoluto; cuando al hombre se le destierra de esa patria común, cuando se le despoja de su dignidad trascendente, deja de ser sujeto natural de derechos que nadie —ni el individuo, ni la mayoría, ni el Estado— puede violar. La dimensión trascendente defiende al hombre del totalitarismo, convirtiéndolo en criatura sagrada, irrepetible, capaz de acceder a la verdad sobre sí mismo y sobre el mundo, y capaz, asimismo, de una salvación única y singular. A este legado ennoblecedor parece haber renunciado una Europa desnortada, entregada dionisíacamente a un arrebato de autodestrucción. De su acabamiento sólo podrá salvarla ese legado que explica su genealogía espiritual y cultural. «Europa se forjó —nos recuerda Romero Pose— desde el universalismo cristiano; y desde el espíritu católico se abrió al resto del mundo. Pueblos diversos en lengua e historia arraigaron un futuro común en un idéntico fundamento». En algún pasaje de este libro admirable, Eugenio Romero Pose rescata aquellas vibrantes palabras que Juan Pablo II lanzó desde Santiago de Compostela, hace ya un cuarto de siglo; palabras que, a la luz de las calamidades que nos afligen, adquieren una frescura matinal y como recién estrenada: «Yo te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades. Da al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. No te enorgullezcas por tus conquistas hasta olvidar sus posibles consecuencias negativas. [...] Tú puedes ser todavía faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo». Ojalá todavía pueda. Ojalá no sea demasiado tarde.

LA DIMENSIÓN TRASCENDENTE DEFIENDE AL HOMBRE DEL TOTALITARISMO, CONVIRTIÉNDOLO EN CRIATURA SAGRADA, IRREPETIBLE, CAPAZ DE ACCEDER A LA VERDAD

«TÚ PUEDES SER TODAVÍA FARO DE CIVILIZACIÓN Y ESTÍMULO DE PROGRESO PARA EL MUNDO»

Del libro “La nueva tiranía” Juan Manuel de Prada Editorial Libros Libres

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n n u e va e s t é t ic a bn

¡Eres hermoso! El arte como experiencia religiosa Pilar Cabañas Moreno Catedrática de Arte, Universidad Complutense de Madrid

ablo VI en un Mensaje a los Artistas afirmaba: “Este mundo en que vivimos tiene necesidad de la belleza para no caer en la desesperanza. La belleza, como la verdad, pone alegría en el corazón de los hombres; es el fruto precioso que resiste la usura del tiempo, que une las generaciones y las hace comunicarse en la admiración. Y todo ello está en vuestras manos. Que estas manos sean puras y desinteresadas”.

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n ue va e sté ti c a bn n Si no lo son, si las manos son impuras, o hay en ello un interés ajeno al acto de amar, lo que hay de eterno en el arte desaparece, se esfuma, como cuando reunidos en su nombre sin un amor pleno Jesús en Medio, éste nos niega su presencia. Y ésta es una buena advertencia para el artista. No se puede ser artista impuro. Si lo es deja de ser artista para convertirse en un simple “hacedor” de objetos.

A TRAVÉS DE LA BELLEZA EL ALMA ALCANZA LA SABIDURÍA Y CONSIGUE DONARSE A LOS DEMÁS

Si Pablo VI hacía notar la importancia de la vocación artística en la Iglesia a través del Concilio Vaticano II, el Papa Juan Pablo II intentó ir más allá desgranando el porqué de esa importancia, que rebasa las obras destinadas al culto y aquellas basadas en una iconografía cristiana que didácticamente desmenuzan el mensaje evangélico. Todo ello logró expresarlo con claridad en dos textos muy directamente dirigidos a los artistas: la homilía de la Santa Misa para los artistas en Bruselas el 20 de mayo de 1985 y la Carta dirigida a los artistas el 4 de abril de 1999. En ambos documentos el Papa intenta hacer conscientes a los artistas y a la sociedad del alcance y el significado del verdadero arte, la vocación del artista cristiano, y lo que él considera la “vía de la belleza”.

el yo al servicio del tú

EL ARTISTA CRISTIANO TIENE LA OBLIGACIÓN DE PONER SU TALENTO AL SERVICIO DE TODA LA HUMANIDAD

¿Por qué nos habla Juan Pablo II de la belleza como un camino como podría ser la vía ascética? Él nos dice que “quien percibe en sí mismo esta especie de destello divino que es la vocación artística —de poeta, escritor, pintor, escultor, arquitecto, músico, actor, etc.— advierte al mismo tiempo la obligación de no malgastar ese talento, sino de desarrollarlo para ponerlo al servicio del prójimo y de toda la humanidad”. La belleza es la vocación a la que el Creador le llama con el don del talento artístico. Es por tanto a través de ella, de su búsqueda, como su corazón se purifica, su alma alcanza la sabiduría y consigue donarse a los demás. Es más, Juan Pablo II afirma que esa búsqueda de la belleza, que es el arte, es un camino de acceso a la realidad más profunda que la fe ilumina. Quien participa del arte encuentra en él una dimensión nueva y un canal extraordinario de expresión, y por consiguiente, también de comprensión. Para todos, los que crean y los que contemplan, es un auténtico camino de crecimiento espiritual.

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n n u e va e s t é t ic a bn En esta “vía de la belleza” y en relación con esta gran dimensión espiritual del arte, Juan Pablo II afirma que existe un estrecho vínculo entre la fe, la caridad y la esperanza, y la creación artística, siendo todas ellas grandes riquezas del ser humano.

camino de acceso a la fe Insiste en esta proximidad entre el camino de la fe y el camino del arte o de la belleza afirmando que la fe es un modo de mirar la vida, la historia, a la luz del Espíritu Santo; y, al mismo tiempo, de mirar más allá de la historia. A través de ella nosotros nos transformamos atentos a la realidad más profunda. El artista con su fe se va enriqueciendo atento al más allá de las cosas, y a través de su creación y su materialidad visible aproxima la realidad invisible a los demás hombres. Por eso dice que el arte implica un camino análogo a aquel de la fe, porque cuando éste es auténtico, se esfuerza por acercarse al misterio e interpreta la realidad más allá de lo que perciben los sentidos; nace del silencio del estupor o de la afirmación de un corazón sincero; se sitúa en lo más profundo del hombre y se acompaña de una intuición fugaz de la Belleza (presencia del Espíritu Santo) y de la misteriosa unidad de las cosas (visión trinitaria). Y continúa argumentando: “Es cierto que la fe es de otra naturaleza: ésta supone un encuentro personal de Dios en Jesucristo, la luz y la atracción que vienen de él; pero cada arte auténtico es, a su modo, un camino de acceso a la realidad más profunda que la fe ilumina. Un mundo sin arte difícilmente se abriría a la fe”, porque evidentemente el arte facilita un encuentro con el Absoluto.

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expresión del amor trascendente Dice Juan Pablo II: “El amor dirige la mirada sobre la realidad profunda del ser encontrado”. “El hombre que ama a su prójimo sabe interpelarse a través de él de un modo radical, irreversible, como el buen samaritano”. El cristiano reconoce tras el rostro del otro el profundo misterio del Hijo del Hombre. “Parte del corazón y bajo el impulso del Espíritu Santo, se alcanza el rostro en el cual se expresa la llamada de Dios: así es el camino del amor. Y este amor encuentra naturalmente en el arte —la pintura, el canto, la música, la obra literaria— una expresión de la profundidad y las emociones vibrantes que la acompañan”. El prójimo es un acceso a la realidad trascendente, y el arte, a su modo, testimonia un misterioso lanzamiento que parte del corazón de uno hacia el otro. En sus formas más auténticas el arte es la expresión misma del hombre, de toda la humanidad. Para Juan Pablo II el arte es una expresión privilegiada del amor, aquel amor que ayuda a tocar lo más profundo del hombre. Y afirma: “Un mundo sin arte se arriesga a ser un mundo cerrado al amor”. El arte no es sólo representación; comunica misterios. Por eso crea vínculos, es universal y desafía el tiempo y el espacio. Nos reúne como hace el amor. Cuando admiramos una obra de arte, todos recibimos este don, cada uno a su modo, y esta experiencia nos enriquece.

“UN MUNDO SIN ARTE SE ARRIESGA A SER UN MUNDO CERRADO AL AMOR” (JUAN PABLO II)


n ue va e sté ti c a bn n EL DOLOR ES LA LLAVE A UNA EXISTENCIA PLENA, PORQUE HACE A L H OM B R E ABRIR SUS PUERTAS A D IOS

Hay un dicho que reza que el árbol se conoce por sus frutos. El corazón del artista, sin pretenderlo se revela a través de sus obras, pero lo sustancial en el arte es arrojar Luz, iluminar lo que está más allá de él. Por eso Juan Pablo II invita a aplicar a la creación artística las palabras de Jesús a los apóstoles: “Vuestra luz brille ante los ojos de los hombres hasta que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5,16), añadiendo “para vosotros esta luz es la belleza de vuestra obra de arte”. El amor al hombre confiere dignidad al arte, porque la dignidad del arte debe radicar en el respeto a la profundidad trascendente de su ser.

exhortación a la esperanza La esperanza nos lanza más allá del sufrimiento y la laceración. Evoca el misterio de una nueva salvación, de un mundo renovado. Los artistas auténticos vibran con toda la humanidad, viven al hombre en toda su unidad, incluida su parte trágica, y saben desvelar los misterios del dolor en la confianza plena. Pero para que la obra se muestre plena ante el espectador, sea capaz de sanar la desesperación, ésta debe estar purificada en el alma del artista, y resuelta plásticamente.

LA VERDADERA BELLEZA ES AQUELLA QU E PROCEDE DE DIOS Y NOS ES REVELADA EN JESUCRISTO

Gran parte del arte del siglo XX ha intentado desvelar la parte oscura del hombre, los misterios de su dolor y del abandono. Otra cosa es que haya sido capaz de desvelarlo, de darle sentido y esperanza. Nuestra sociedad huye del dolor; sin embargo, en la divina lógica el dolor es la llave de la existencia plena, porque hace al hombre abrir las puertas a Dios. El Concilio Vat. II afirma: “Este mundo tiene necesidad de belleza para no caer en la desesperación”. Arte y esperanza, pues, deberían ir de la mano, porque en ésta radica parte de su deber ser. Juan Pablo II concluía esta argumentación de comunión entre las virtudes teologales y el arte manifestando cómo “el arte es para la fe, la caridad, la esperanza una expresión privilegiada. El arte auténtico contribuye a despertar una fe coja. Abre el corazón al misterio del otro, eleva el alma de aquel que está demasiado desilusionado, o cansado de esperar […] Su lenguaje simbólico no sólo evoca, sino que hace participar al alma de la realidad que existe “más allá de las cosas” es como decir: “Dios no está lejos de cada uno de nosotros”.

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n n u e va e s t é t ic a bn

el soplo creativo del Espíritu Santo Por tanto podemos deducir de todo ello que la vivencia de las virtudes teologales por parte del artista cristiano enriquece su experiencia espiritual y abre su arte a una dimensión nueva. Sin embargo, no es sólo esto lo que hace florecer su obra, lo que le otorga su sentido trascendente. La creación del artista se ve favorecida también con la presencia del Espíritu, por la gratuidad de su gracia. Juan Pablo II en su carta a los artistas afirmaba: “La auténtica intuición artística va más allá de lo que perciben los sentidos y, penetrando la realidad, intenta interpretar su misterio escondido. Dicha intuición brota de lo más íntimo del alma humana, allí donde la aspiración a dar sentido a la propia vida se ve acompañada por la percepción fugaz de la belleza y de la unidad misteriosa de las cosas. […] lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu. El creyente no se maravilla de esto: sabe que por un momento se ha asomado al abismo de luz que tiene su fuente originaria en Dios”.

Por tanto afirma que el alma del artista se asoma al abismo de luz, lo que quiere decir que lo que ocurre, no sucede en el alma del artista, sino más allá. Este hermoso párrafo en realidad explica el concepto manejado hasta ahora de la capacidad del arte de desvelar misterios. Esta impresión profunda, que en ocasiones desaparece en el artista, pero se queda en la obra, siendo esto lo que dona al espectador, lo que éste logra percibir. “No obstante, en toda inspiración auténtica hay una cierta vibración de aquel “soplo” con el que el Espíritu creador impregnaba desde el principio la obra de la creación. […] el soplo divino del Espíritu creador se encuentra con el genio del hombre, impulsando su capacidad creativa. Lo alcanza con una especie de iluminación interior, que une al mismo tiempo la tendencia al bien y a lo bello, despertando en él las energías de la mente y del corazón, y haciéndolo así apto para concebir la idea y darle forma en la obra de arte. Se habla justamente entonces, si bien de manera análoga, de “momentos de gracia”, porque el ser humano es capaz de tener una cierta experiencia del Absoluto que le trasciende”. Estas palabras son en realidad una escueta explicación de lo sustancial del proceso creativo, y dejan claro que el arte es una experiencia religiosa.

Los textos que aparecen entre comillas a lo largo de este artículo pertenecen a Juan Pablo II, bien del Mensaje a los Artistas o de una Homilía en una Misa para ellos. No los especificamos individualmente porque lo que nos interesa resaltar aquí es que se trata del pensamiento del Papa.

LA FE ES UN MODO DE MIRAR LA VIDA A LA LUZ DEL ESPÍRITU SANTO 94



bn n m o sa i co

La acusica Jesús Esteban Barranco

a palabreja la usábamos de niños para reprocharnos mutuamente cuando alguno delataba a otro, generalmente por cosillas de poca monta. Nos increpábamos así: “Chivato, acusica, la rabia te pica…” Pues bien, hay un personaje en los evangelios al que le viene como anillo al dedo esta calificación de acusica y, en este caso, no por motivos baladíes, sino por hechos que arrastraron graves consecuencias.

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PEDRO NEGÓ A JESÚS ANTE LA PORTERA CON TANTA CARA DURA COMO MIEDO


m os ai co bn n Me refiero a la portera que, en la noche de la Pasión del Señor, acusó a Pedro, cuyo acento lo delataba como galileo, y arremetió con ganas contra él, sospechando que iba a medias con Jesús; pero Pedro lo negó, con tanta cara dura como miedo. El Señor lo miró, se cruzaron las miradas de ambos, Pedro se acordó de la profecía que poco antes le había hecho Jesús en la última cena y el gallo cantó. Y Pedro, primario de temperamento como él solo, y rudamente noble de carácter, también como él solo, o, mejor, noblemente rudo, como Dios lo había hecho, con toda el alma en el corazón y el corazón en un puño, rompió a llorar, y “llorar amargamente” (Lc 22,62). Seguramente durante el resto de su vida, Pedro habrá oído el canto del gallo en infinidad de madrugadas y mañanas de oración y su quiquiriquí habrá desencadenado el torrente de lágrimas de sus ojos paulatinamente ancianos. Hay una tradición que cuenta que aquel venerable presbítero que quiso huir de la Roma donde él había predicado —“¿A dónde vas, Pedro” (“Quo vadis?”), le salió al paso el Señor—, tenía dos surcos en su rostro, causados por el raudal de lágrimas que siguieron brotando siempre amargas (de dolor) y dulces (de amor) de aquellos amables ojos, cuyos párpados bajaría avergonzado cuando lo miró el Señor aquella inolvidable noche de la doble traición, la de Judas y la suya.

DAR LA CARA POR JESUCRISTO Aquella portera (la “muchacha portera”, dice bien la Biblia de Jerusalén, traduciendo el griego literalmente, mejor que criada: Jn 18,17), aquella mujer —¡pobre mujer!, ¿qué fue de ella?—, pasó totalmente desapercibida por todos y nunca más se supo de ella, una vez que cumplió la misión que tenía destinada en la Pasión: ser la primera acusica de Pedro (pues luego hubo otros). No sé por qué la imagen tópica de una portera responde a un cliché prejuiciado de una mujer, generalmente ya no joven, poco arreglada, con la escoba cerca de sus manos, rezongona, a veces chismosa y a veces confidente... Sea como fuere, el caso es que, a pesar de que Jesús había anticipado la Pascua con los suyos, aquella buena mujer le “hizo la pascua” a Pedro. No sabemos qué pasó luego con ella y, puestos a dar cabida a la imaginación (¿qué ocurrió con Barrabás, con el Cireneo, con el centurión de la crucifixión, con los guardias del sepulcro…?), hasta podemos pensar que Pedro la buscó después, le hablaría de Jesús y vivió una vida cristiana oculta y plena en alguna de aquellas primeras comunidades judeocristianas.

¿QUÉ FUE DE ELLA UNA VEZ QUE CUMPLIÓ LA MISIÓN QUE TENÍA DESTINADA EN LA PASIÓN: SER LA PRIMERA ACUSICA DE PEDRO? 97


bn n m o sa i co ¿Por qué hablamos hoy de esta acusica? Pues porque tal personaje pervive a nuestro lado y continuamente nos acosa y acorrala para obtener de nosotros aquella infame respuesta: “No lo conozco”. Estos personajes los tenemos codo a codo en la oficina, en el tajo, en la cola de la pescadería, en la comunidad de vecinos, en el “cole” o en el aula de la facultad, en la sombrilla de al lado en la playa… y, ¿por qué no?, en el seno de nuestra propia familia, tal vez alguno de tus padres, de tus hermanos o hijos u otros parientes. Y más aún: puede que incluso nosotros mismos también hagamos, alguna vez, de “muchacha portera” para enrostrar a alguien cuán poco cristiano es, porque acaso nos molesta como es y no va de acuerdo con nuestros intereses… Quizás no nos atrevemos como Pedro a salir por peteneras diciendo abiertamente que nosotros no conocemos a Jesucristo, pero cuántas veces nos callamos como muertos cuando se blasfema, se habla mal de la Iglesia o del Papa, se burlan de lo sagrado o se difunde propaganda tendenciosa a la que, con nuestro silencio, parece que asentimos y consentimos, etc., etc. Así es como, en definitiva, prestamos los oídos, si no la lengua, al “Gran Acusador”, al que encabeza a todos los acusicas de este mundo, aquel que “acusa a nuestros hermanos día y noche delante de Dios” (Ap 12,10). Por eso Pedro, el mismo que sucumbió aquella noche, nos comprende y exhorta: “Estad siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza” (1P 3,15).

“ESTAD SIEMPRE DISPUESTOS A DAR RESPUESTA A TODO EL QUE OS PIDA RAZÓN DE VUESTRA ESPERANZA” 98


m os ai c o bn n

Cruce de cruces En noviembre de 1994, moría en Madrid a los ochenta años de edad Julián Ocaña Peña, a quien tuve el privilegio de conocer desde la década de los años sesenta. Trabajó mucho por la Formación Profesional en España para el reconocimiento de los colegios religiosos que impartían estas enseñanzas y formación, de una forma muy competente, incluso antes de que se extendiera globalmente esta formación en otros ámbitos estatales. Un cáncer había minado su salud. Un par de meses antes de su fallecimiento, me acerqué a saludarle (despedirme de él) con mi hijo mayor para que nos impartiera a ambos la bendición de la Virgen María Auxiliadora. En esa ocasión me dejó este poema sobre la cruz, que había escrito en la Semana Santa de ese mismo año, que él había titulado “La cruz y las cruces”. Buenanueva ofrece estas líneas ante la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Jesús Esteban Barranco

Tuve que ser viajero impenitente. Mil caminos anduve, crucé mares y he visto muchas cruces en mi vida. Cruces de vanidad, en oro y plata, sobre pechos incrédulos, lascivos, —frivolidad en cruz— sin crucifijo. Cruces de mármol, sobre viejas tumbas, o de hierro en veletas de altas torres, y de las más humildes espadañas; cruces de procesión, cruces de entierros con que adornan los féretros los vivos. Cruces de honor, en pechos militares o de ilustres-prelados, pastorales. y minúsculas cruces en pendientes / de damas o en sortijas y anillos ostentosos. Cruces pobres, al borde de caminos: “Aquí murió fulano en accidente”. Sirvieron, breve tiempo, de recuerdo, y hoy tan sólo son ya cruces de olvido. En contraste, las cruces de pobreza, del abandono, el llanto y el olvido. En hospitales, otras muchas cruces que no se pueden ver, pero se sienten, hechas de gritos, de dolor y sangre. Y he visto allí piadosos Cireneos de tocas blancas, cuya fe ve a Cristo en aquellos que sufren a su lado. ¡Cuántas cruces, Señor, en mi camino! ¡Qué pocas de madera tosca y vasta como la que llevaste y fue tu trono redentor en la tarde del Calvario! Esta semana, que aún llamamos “Santa”, se llenarán de cruces nuestras calles, recordando la tuya, vagamente; y nuevamente, luego ,el placer, la rutina, / el egoísmo. ¡Para cuántos que dicen ser cristianos será tu Cruz, la cruz de carretera con el triste epitafio del olvido: “Aquí murió Jesús, en accidente!”

Julián Ocaña Peña, sacerdote salesiano 99


s e d a d i r o i r p cuestión de

bn n f u er za en l a m i r ad a

deteriere una gran u q re s io ic if essacr as afectan nu st é queño de los e o p d n s a á m cu l s e uso chillerato o ones y meno A veces, incl opción de Ba tomar decisi l tu ci te fá is s g e le o e N un giro do minación. ones que dan cuerdas cuan si e ci e ¿R d . a n m So ti ? sas ín d tra vida más la Universida s pequeñas co n la e e s d a rí la a e z u e p sc e e em , es en la la carrera qu Sin embargo . a d vi tu a importante s a elegir. d aprendemo a rd de lo ve e d e d d on gerente, pero su a lt su re e nos qu r “sí” cuando ofrecen algo ci s e o d n r o e d b n a Sa . o” cu rece fácil, s hará daño Saber decir “n Así dicho, pa . za de que no n e ie rt u ce lg a la n s o Durante o co que tenem ifícil y largo. os con algo d s rn e te a e ct m e ro rr p stas a co n las respue invitan a com co n la respuest r co a d r a e d u q ra a p os nte o da ocasión n más importa ca pero el camin o n lg e a e y u a q h s je ve ndiza con las cla personalnuestro apre o descubrir los criterios y b e n d co e r u a q d s s a e n está cill adecuadas y que ese orde s. Ideas sen y e s n o sa si co ci e s d la r n ma un orden e ayudan a to ñan que hay se n e e m e u q mente y r el amor. de prioinspirado po de un orden o s re lo va e d ortanero más imp de una escala d d si u n rt co vi é n u e q s imo función de ra bien, ¿resSiempre eleg o aquello en ridades. Aho o o ri st p e s ro su e fi n ú re mas una seg ridades: p s? ¿Cuándo to da uno elige sa ca co e u s q la s, e e d u al amor— te. Parece, p ese orden re ando —con a sc s u e b d a s d e g ri li o e ri p s demás? nte de que ponden esas r de ti y de lo eres conscie jo e te m n e lo m a re b sc li u decisión tido y que b ene más sen ti e u q o ll e u aq es curso y tien vo e u n n u a iez ez a r a ¡Ánimo! Emp ad para emp id n u rt o p o que una nueva rá madurar y a h te e u q o n criterio descubrir alg da tu vida: u to rá a ñ a p m prioridate aco ordena tus e u q o d a cesitar bien form eso vas a ne ra a p e u q acompañe, des. Claro lado que te tu a te n e g sión. más s en otra oca o m re ve lo pero eso na acompañe: u e u q to fo e licadas, Sugerencia d rmulas comp fó e d a n e ll ión de pizarra de construcc o g e ju n u n un niño co e caminos. encrucijada d a n u o s e u q blo

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" n e v o j a d a r "La mi

n f u er za en l a m i r ad a bn

¿SOY UNA PERSONA AUTÉNTICA?

RESPONDE a este cuestionario, y averiguarás si se puede confiar en ti, si valoras vivir en la verdad, y qué es aquello en lo que tienes que mejorar como persona. Victoria Luque Vega

1) He quedado con unos amigos para ir a la piscina, y sé que a mis padres quizás no les gusten los amigos con los que voy…. a. Antes de ir, lo comento en casa con mis padres, para ver qué les parece…

2) Un amigo/a tiene un problema de anorexia y me lo cuenta…. a. Trato de ayudarle, le escucho, le aconsejo… intento que hable con sus padres sobre ello.

b. Salgo de casa rápidamente, sin decir nada, no vaya a ser que me chafen el plan.

b. Le digo que busque un especialista, hay personas muy capacitadas que le pueden sacar de esa situación.

c. Busco una excusa, digo una mentirijilla, porque nadie tiene por qué entrometerse en mis asuntos.

c. Le escucho, pero yo no puedo hacer nada. Es su vida, él/ella ya tiene edad suficiente para solventar sus propios problemas.

3) Tengo trece años, pero me encanta pintarme los ojos… tanto, que ha habido varias personas que me han dicho que voy demasiado maquillada para mi edad… a. Me replanteo la situación… quizá tengan razón, y decido dejar el rímel y la raya para más adelante, cuando tenga unos cuantos años más. b. Siempre hay personas chismosas en todas partes. Ojalá se ocuparan más de sus vidas, y dejaran en paz las de los demás. c. Voy así porque me apetece. Paso de lo que diga la gente. No pienso hacerles ni caso.

pregunta para el próximo número: ¿Sé qué celebro cuando 102

envía tus respuestas a:

info@revistabuenanueva.com

salgo de fiesta?


fu er za e n l a m ira da bn n 4) Mis padres me dicen que elija bien mis amistades… están preocupados porque no saben con quienes me relaciono… temen que vaya por “caminos peligrosos”. a. Para mí los amigos son muy importantes. Sé muy bien con quien ir, y a quien dar de lado. Les tranquilizo (a mis padres). Yo siempre he buscado amigos con los que pueda compartir mis aficiones, mis inquietudes, mi fe… b. No sé por qué mis padres tienen que inmiscuirse en mi vida. Tengo amigos de todo tipo, y con todos me llevo estupendamente.

5) Me he despistado un poco en el último trimestre del curso, y he suspendido tres asignaturas… a. Seguramente mis padres se disgustarán conmigo. Pero tengo que decirles la verdad; uno tiene que asumir sus propios errores. Intentaré sacarlas en septiembre. b. Trataré de disimularlo como pueda; diré que hay profesores que me tienen manía… Eso suele dar buen resultado. c. Hay gente que le da demasiada importancia al estudio. Tampoco pasa nada por suspender de vez en cuando… Yo no soy un empollón… hay que vivir la vida, que son dos días.

c. Mis amigos son mis amigos y punto. Es verdad que algunos beben, se drogan; pero allá ellos, eso a mí no me afecta.

Conclusiones: Si has respondido con la letra A a las seis preguntas de este cuestionario, enhorabuena, eres una persona responsable, en la que se puede confiar, y tienes un magnífico futuro por delante. Eres AUTÉNTICO/A. Si has elegido la respuesta B, como máximo en tres ocasiones, ánimo, tienes que cambiar algunas cosillas: no mientas, intenta vivir diciendo siempre la verdad; verás que es la mejor manera para que los demás confíen en ti. Examínalo todo, y quédate con lo bueno que te pueden aportar los demás. No busques el camino más fácil; esfuérzate por buscar la verdad. Si has elegido la respuesta C en más de tres ocasiones, ten cuidado; quizás te estrelles. Tienes que aprender a confiar en los demás, abandona la mentira, sólo trae quebraderos de cabeza. La persona auténtica es aquella que busca la verdad y la sigue, aun sabiendo que eso puede causarle problemas a corto plazo. Pero mirándolo a distancia, la verdad (la búsqueda del bien) da tranquilidad en el corazón.

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a r u t l u c s e n o i c a recomend

n f u e r z a e n l a m i ra d a bn

De cine:

La vida de los otros

Alemania (2006)

Director: Florian Henckel von Donnersmarck El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) es un oficial de la Stasi (la policía secreta del régimen comunista de la antigua RDA) que recibe el encargo de espiar a la pareja formada por el escritor Georg Dreyman y la actriz Christa-Maria Sieland. A partir de este momento, la vida de Wiesler comienza a cambiar a medida que va conociendo la "vida de los otros". Si sabes leer en el desencanto y en la desesperación que atraviesan la vida de los personajes, descubrirás en esta película una auténtica lección acerca de la libertad, la redención y el eterno e insaciable anhelo del hombre hacia una vida más plena, más llena de amor, bien y verdad.

"LIBRO RECOMENDADO": MISIÓN DE LA UNIVERSIDAD José Ortega y Gasset (Biblioteca Nueva, 2007)

Con la aplicación del Plan de Bolonia, resulta oportuno que todo joven universitario pudiera rescatar este magnífico opúsculo de Ortega para descubrir que la esencia de la Universidad no consiste fundamentalmente en formar buenos profesionales, sino en que muestre al joven universitario la necesidad de comprender las ideas vivas de su tiempo —la cultura—, dándoles criterios auténticos con los que vivir y trabajar, y en función de estos adecuar lo que realmente debería enseñarse en la Universidad.

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Instituto John Henry Newman

fu e rz a e n l a mi ra da bn n

Conect@dos

“El Sentido Busca al Hombre” es el portal del Instituto John Henry Newman (UFV), cuyo objetivo es invitar a los navegantes a poner en contacto la fe cristiana con la inteligencia y el corazón para que puedan verificar si esa fe puede responder las preguntas más profundas que llevamos dentro. Contiene numerosos artículos y referencias, foros de opinión y ofrece numerosos recursos que invitan a descubrir la pregunta por el sentido.

http://www.elsentidobuscaalhombre.com Escuela de Pensamiento y Creatividad La Escuela de Pensamiento y Creatividad es un proyecto educativo que tiene por objetivo dotar a jóvenes, padres, profesores y profesionales de claves certeras de orientación para la formación de niños y jóvenes, ayudándoles a descubrir personalmente estas claves necesarias para su desarrollo personal, a través de la creatividad y los valores. Actualmente ofrece su formación en la web a través de tres cursos online. Puedes consultar en:

http://www.escueladepensamientoycreatividad.org

AGENDA

Peregrinación de inicio de curso 2009-2010 a Santo Domingo de la Calzada Para jóvenes y preadolescentes Días: del 25 al 27 de septiembre Lugar: Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)

Encuentro Diocesano de Niños Día: 14 noviembre Información e Inscripción: Delegación Diocesana de Infancia y Juventud Plaza San Juan de la Cruz 2B, 1.ª - 28003 Madrid Teléfono: 91 456 13 40 Correo electrónico: deleju@planalfa.es

Inicio del nuevo curso de Pure Fashion Pure Fashion es un programa de formación integral para adolescentes entre 14 y 18 años que enfoca la moda y la imagen personal transmitiendo valores, integrando belleza interior y exterior.

Para más información sobre el calendario de actividades, puedes ponerte en contacto con: vfernandez@arcol.org (Verónica Fernández). 105


n e s cu e la d e b e nd ic i ó n bn

Bienaventurados vosotros... Modesto García Grimaldos Doctor en Teología Dogmática, Agustino

la locura de creer en el amor Bienaventurados vosotros los pobres, los que carecéis de bienes de fortuna y también los que, teniéndolos, los poseéis y disfrutáis sin apegaros a ellos. Bienaventurados los que, como el pobre Lázaro, no tenéis qué llevaros a la boca y dependéis para vivir de la generosidad de los demás; bienaventurados los que reconocéis que la vida, las cualidades personales y los bienes de fortuna son un regalo que se os ha hecho; seréis dichosos si sabéis vivir en actitud de agradecimiento. Bienaventurados vosotros los que andáis escasos de dinero aun para lo necesario porque estáis en condiciones inmejorables para comprender qué es lo único absolutamente imprescindible y desearlo con todo el corazón. Bienaventurados vosotros que no podéis soportar impasibles la carencia clamorosa de vuestros hermanos; dichosos vosotros que sabéis compartir las riquezas que administráis. Bienaventurados aquellos que, careciendo de todo, todo lo esperáis, y confiáis que no os habrá de faltar lo suficiente para vivir un día más; sois los que mejor podéis acoger el Reino de los cielos, que excede a toda posibilidad humana y es puro don gratuito del Padre.

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e sc u el a d e b en di c ió n bn n Bienaventurados los mansos, los dulces y humildes de corazón; los que no os dejáis llevar de la impaciencia ni de la ira; que sabéis encajar con aguante los zarpazos del mal sin devolver mal por mal; que soportáis con entereza las burlas y los desprecios porque no queréis convertiros en un eslabón más de una cadena de afrentas, vituperios e indignidades. Dichosos los dulces de corazón que tenéis siempre una sonrisa en los labios, porque habéis comprendido la superioridad del amor sobre el odio, del perdón sobre la venganza; sois corredores de fondo y, al final, seréis reconocidos y apreciados por la gente, que, en el fondo de su corazón guarda el rescoldo del bien y de la verdad. Bienaventurados vosotros que sois tolerantes y comprensivos con las verdades ajenas, que no quebráis la caña cascada ni apagáis el pábilo vacilante, que no os rasgáis las vestiduras por los pecados del prójimo; si bien os mantenéis firmes en vuestras convicciones con la firmeza que da el saberse apoyado en el Señor. Felices vosotros que sabéis tener la mano tendida al que desfallece o cae en el camino; que incluso retardáis vuestra marcha por esperar a los que no pueden, porque tendréis la satisfacción de llegar a la meta con un montón de amigos y hermanos.

sembrar con lágrimas, cosechar entre cantares Bienaventurados vosotros que ahora lloráis porque seréis consolados cuando sea enjugada toda lágrima y no haya más llanto ni dolor ni sufrimiento. Dichosos vosotros si no os dejáis deslumbrar por el aparente éxito de los malvados, que viven preocupados sólo de sus intereses, de espaldas a Dios; pues son flor de un día. Bienaventurados seréis si en la enfermedad no desesperáis, si en medio del sufrimiento mantenéis firme el norte de vuestra vida, si en las desgracias sois capaces de descubrir la presencia de un Dios que cargó con vuestros dolores. Porque entonces no sólo no será inútil vuestro sufrimiento; no sólo no será amargo e insoportable por falta de sentido..., sino que, al contrario, estáis ganando ya la batalla, ya se anuncia en vosotros la victoria, sois pregoneros y testigos de que un hombre nuevo está germinando: el hombre nuevo dueño de su destino, en posesión de la felicidad —que no le podrá ser arrebatada— para la que ha sido creado. Dichosos vosotros que tenéis un corazón sensible hasta derramar lágrimas, porque el Señor se conmueve ante un corazón contrito y humillado, y convertirá vuestras lágrimas en rocío vivificante.

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n e s cu e la d e b e nd ic i ó n bn Bienaventurados los que tenéis hambre y sed de la justicia porque seréis saciados. Tiene el Señor un oído atento a los gemidos de los oprimidos y no puede soportar sus lamentos; por eso no tardará en mostrar su justicia. Pues Él es un Dios justo, que ama la justicia y la rectitud. Dichosos vosotros los de corazón sincero, porque a vosotros se os dará el reconocer la insatisfacción de vuestro corazón cuando no ha logrado el verdadero objetivo para el que ha sido creado. Dichosos vosotros porque estáis sobre la pista para descubrir el tesoro escondido y hallar la perla preciosa. Vuestra hambre crecerá de tal forma que cualquier cosa que no sea Dios os parecerá insignificante y sólo os causará hastío: Dios mismo colmará vuestros deseos.

DICHOSOS PORQUE HABÉIS COMPRENDIDO LA SUPERIORIDAD DEL AMOR SOBRE EL ODIO

EL SEÑOR CONVERTIRÁ VUESTRAS LÁGRIMAS EN ROCÍO VIVIFICANTE

espíritu de humildad, sencillez y alabanza Bi e na v en t ur a do s l o s m is e ri c or d io s o s pues estáis muy cerca del corazón de Dios, que es un Dios de misericordia y de salvación. Dichosos vosotros si albergáis sentimientos de acogida y compasión, porque nacen de un corazón bueno y sabio, conocedor de su propia limitación, más propenso a salvar que a condenar. Seréis dichosos porque encontrareis comprensión en el mismo Dios para vuestras debilidades. Pero ya sois dichosos porque vivís reconciliados con vosotros mismos y con toda criatura, que, por el hecho de serlo, es frágil y efímera. Felices vosotros que habéis descubierto el equilibrio entre el ideal y la realidad; felices vosotros que habéis alcanzado el gozo sereno que da la armonía con toda la creación, incluidos vosotros mismos, pues todo es amable y digno de salvación, si así se acierta a ver.

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e sc u el a d e b en di c ió n bn n Bienaventurados los limpios de corazón, los de alma sencilla, los que miráis con ojos de niño; dichosos los que conserváis la capacidad de asombro admirativo de la realidad, la ingenua receptividad del sentido común, porque a vosotros os es dado conocer la verdad de las cosas, de las personas, de la vida. Dichosos vosotros que sois capaces de confiar en los demás, porque la fe os abrirá el corazón de los hombres. Dichosos vosotros los que os fiáis de vuestro corazón, porque él os llevará a Dios. Felices seréis si no dejáis que el interés enturbie y recorte vuestra visión encerrándola en la cortedad de vuestras miras humanas; pues quien mira con ojos limpios la realidad, se sorprenderá de alcanzar a ver -con los ojos de Dios- al propio Dios.

y en herencia, el Cielo Bienaventurados los que trabajáis por la paz, los que construís la nueva humanidad del amor, só1idamente fundada en la justicia; pues ésta es la obra que Dios quiere y en la que Él se ha metido personalmente por medio de su Hijo. Dichosos vosotros porque Dios os reconocerá como hijos en el Hijo. Seréis dichosos si sabéis trabar la comunidad de los hombres con vínculos de concordia, de entendimiento y de humanidad, pues estaréis contribuyendo a formar la familia de quienes Dios quiere por hijos. Felices vosotros que anteponéis a vuestros intereses —incluso intereses justos— el bien de la paz; os hacéis semejantes al Hijo de Dios, quien no retuvo por la fuerza su derecho a la vida, conquistando así para vosotros la reconciliación universal y la paz.

DONDE ÉL ESTÁ HABRÁ UN SITIO PREPARADO EN EL REINO PARA SUS SEGUIDORES

LA PERSECUCIÓN ES LA MEJOR GARANTÍA DE AUTENTICIDAD DE CRISTIANOS

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, los que alzáis la bandera del derecho de los pobres a la salvación. Dichosos seréis si el seguimiento del Maestro y la continuación de su obra os trae problemas y persecuciones por parte de los satisfechos e instalados, exclusivistas e insolidarios. No os extrañéis, porque antes persiguieron a vuestro Maestro. Pero, cuando creían haber acabado con Él fue cuando Él coronó su victoria. Alegraos y regocijaos pues la persecución será vuestra mejor garantía de autenticidad de cristianos. Alegraos por haber sido considerados dignos de imitarle en sus padecimientos. Y regocijaos porque donde Él está habrá un sitio preparado en el reino para sus seguidores.

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n b en d i t a M ar í a bn

Simplemente

“La Virgen”

María Nieves Díez Taboada Periodista

E

n este tiempo de desprecio por el valor de la sexualidad que se toma como un acto sólo corporal y muchas veces degradante para la mujer, es fundamental el ejemplo de Nuestra Señora, que permaneció siempre virgen. La elección de Dios de una virgen como madre es fácilmente comprensible, pero María recibe en determinadas culturas y devociones como único nombre: “la virgen”; no Santísima virgen, virgen pura, virgen María o cualquiera de los otros adjetivos que se ven en la oración de la Iglesia, sino simplemente “la virgen.” Como es bien sabido, en la mayoría de las religiones y creencias primitivas hay una diosa virgen. En una vida primitiva con un gran riesgo de mortalidad ante las enormes dificultades de supervivencia, la mujer tiene un único y sagrado deber: la máxima reproducción. La cualidad de intacta, sin trato sexual con el varón se concedía a una divinidad femenina como figura excepcional y se la adoraba por ello. María no es una diosa con poder para conceder favores, ni a quien ofrecer sacrificios y adoraciones. Tanto en el Evangelio como en las oraciones de la Iglesia, en el Avemaría, la Salve o las letanías, queda claro que ella es la primera y auténtica cristiana. A Dios se le pide misericordia, perdón, favor; a María se la llama abogada e intercesora. Se le implora “ruega por nosotros”, como a una santa más, pero con una santidad sobre toda otra, ya que en ella están los pilares básicos para los seguidores de Cristo.

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el Señor hizo en mí maravillas En el Evangelio María aparece muy pocas veces y sólo se hace una referencia a ella en los Hechos de los Apóstoles; demás únicamente habla en cuatro ocasiones. También extraña lo poco que está con Jesús. Podría parecer incluso que él evita mostrarla. Sin embargo, el amor, la ternura, la intimidad, que sin duda existió entre María y su hijo Jesús son obvios, pero no era necesaria su presentación pública para la proclamación del mensaje del Mesías. En los cuatro textos evangélicos, bien gavillados por la mano de Dios, escuetos y concisos, nada distrae la atención de lo que es esencial: la Buena Nueva. Cristo tiene un tiempo breve y quiere que en su mensaje nada falte ni nada sobre; todo está por algo y para algo.


b en di ta M arí a bn n A María no hay que inventársela, basta con seguir y meditar lo que de ella nos dicen los evangelistas. Sus palabras y breves intervenciones son suficientes para entender qué representa en la vida del buen cristiano. Dios escoge para madre a una jovencita judía, seguramente bella, virtuosa, desposada aún virgen. En la Anunciación se la sitúa en el templo y ya tenemos algo que imitar: su fe y su piedad. Ante los elogios del ángel se turba porque es casta y humilde, y con el “hágase en mí según tu palabra”, nos invita a la obediencia y la confianza ante la voluntad de Dios. Cuando sube a visitar a Isabel, en actitud de servicio y ante las exclamaciones de enaltecimiento de su prima, responde con el canto del Magníficat. Alaba humildemente a Dios (“el Señor hizo en mí maravillas, gloria al Señor”) y con textos de varios salmos demuestra su hábito de oración y el conocimiento de la escritura. En el nacimiento de Jesús muestra su primer dolor: nace el niño en la pobreza, fuera de su casa y sólo se nos dice que “lo envolvió en los pañales”. Ante la gloria de los ángeles y la adoración de los pastores, el evangelista señala algo de enorme importancia: “María guardaba estas cosas en su corazón y las meditaba”; ejemplo de reflexión y razonamiento ante los acontecimientos extraordinarios. Sufre más dolor en la huida a Egipto, con el conocimiento de que su hijo es perseguido, así como en la presentación en el templo, donde Ana y Simeón le dan la alegría de la confirmación pública de que su hijo es el Mesías, pero se le profetiza que una espada atravesará su corazón. En el pasaje del niño perdido, se comenta poco en las homilías la intervención de María. Algo tan humano como este nuevo sufrimiento en los tres días de búsqueda angustiosa del Señor, que se esconde. Su reproche al encontrarlo —“¿Por qué nos has hecho esto?”—, como el de Cristo en la cruz dirigiéndose a su Padre —“¿Por qué me has abandonado?”—, es un ejemplo de la imperiosa necesidad de encontrar a Dios y de la queja amorosa en la oración cuando él se nos oculta, presente en todos los místicos y grandes santos en la noche oscura del alma.

SU P REOCUPACIÓN EN LAS BODAS DE CANÁ NOS MUESTR A CÓMO COMPR ENDE ESAS PEQUEÑAS COSAS QUE NOS HACEN SUFRI R 111


n b en d i t a M ar í a bn Las bodas de Caná es otro pilar en el camino de identificación con María. El “no tienen vino” muestra que ella, como humana y como mujer, comprende esas pequeñas cosas nuestras, que a veces nos hacen sufrir. María quiere evitar a los novios la vergüenza del fallo de su organización. Nos da pie como intercesora en esos problemas que quizá no son tan importantes para Dios —“¿Qué nos va a ti y a mí, mujer?, aún no ha llegado mi hora”— y que nosotros le pedimos cada día a María. En aquel momento, nos indica que ella sabe que Jesús cederá ante su petición y pronuncia su gran frase: “Haced lo que Él os diga”, es decir, pedid, pero dispuestos a hacer la voluntad de Dios.

EJEMPLO DE AMOR, HUMILDAD, SERENIDAD ANTE EL DOLOR Al pie de la cruz comparte el dolor de Cristo, seguramente sin acabar de comprenderlo. Jesús se dirige a ella para decirle que Juan es su hijo y a éste que la tome como madre. Está claro el mensaje: en esos momentos tan dolorosos y trascendentales para la humanidad, la preocupación de Jesús no es buscarle una casa a María, sino entregarla al género humano como madre de todos y de la Iglesia. Ahora sí quiere Jesús que su madre esté con nosotros, que sea nuestra madre.

alegre en el servicio, fuerte en la tribulación

En los Hechos de los Apóstoles se la sitúa como presente en las oraciones y reuniones de la Iglesia naciente: es un ejemplo de cristiana activa y participativa.

En algunos pasajes del Evangelio se alude a ella como “su madre que, con otros familiares”, busca a Jesús, incluso “para llevárselo porque estaba fuera de sí” y Jesús responde “mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen”. Ella sí la escuchaba y la cumplía: por tanto, merecía este título; pero Cristo huye una vez más de mostrar afectividades humanas que pueden llevar a la sensiblería, alejando el meollo de su mensaje.

A esta santa mujer a quien Dios encontró digna de ser su madre, ejemplo de fe, de amor, obediencia, humildad, confianza…, serenidad ante el dolor; ejemplo en la búsqueda del Señor, en la oración, en la alabanza, abogada y mediadora de las gracias, a quien Jesús nos regaló como Madre amorosísima, algunos elementales devotos, con veneración de raíces paganas, la llaman simplemente “la virgen”. Cada cual camina hacia Dios como sabe, por lo que debemos respetar a todos; pero es necesario renovar la devoción a María Santísima, desterrar las formas paganas, propias de civilizaciones masculinas u otras melifluas o sensibleras, y resaltar e impulsar en cambio todo aquello que nos indica lo que debemos imitar de tan excelsa Señora.

MARÍA ES LA PRIMERA Y AUTÉNTICA CRISTIANA, ACTIVA Y PARTICIPATIVA 112


l u z pa ra e l m un do bn n

Benedicto XVI

De su Carta a los sacerdotes en este año sacerdotal n el contexto de la espiritualidad apoyada en la práctica de los consejos evangélicos, me complace invitar particularmente a los sacerdotes, en este Año dedicado a ellos, a percibir la nueva primavera que el Espíritu está suscitando en nuestros días en la Iglesia, a la que los Movimientos eclesiales y las nuevas Comunidades han contribuido positivamente. “El Espíritu es multiforme en sus dones… Él sopla donde quiere. Lo hace de modo inesperado, en lugares inesperados y en formas nunca antes imaginadas… Él quiere vuestra multiformidad y os quiere para el único Cuerpo”. A este propósito vale la indicación del Decreto Presbyterorum Ordinis: “Examinando los espíritus para ver si son de Dios, [los presbíteros] han de descubrir mediante el sentido de la fe los múltiples carismas de los laicos, tanto los humildes como los más altos, reconocerlos con alegría y fomentarlos con empeño”. Dichos dones, que llevan a muchos a una vida espiritual más elevada, pueden hacer bien no sólo a los fieles laicos sino también a los ministros mismos. La comunión entre ministros ordenados y carismas “puede impulsar un renovado compromiso de la Iglesia en el anuncio y en el testimonio del Evangelio de la esperanza y de la caridad en todos los rincones del mundo”. Quisiera añadir además, en línea con la Exhortación apostólica Pastores dabo vobis del Papa Juan Pablo II, que el ministerio ordenado tiene una radical “forma comunitaria” y sólo puede ser desempeñado en la comunión de los presbíteros con su Obispo. Es necesario que esta comunión entre los sacerdotes y con el propio Obispo, basada en el sacramento del Orden y manifestada en la concelebración eucarística, se traduzca en diversas formas concretas de fraternidad sacerdotal efectiva y afectiva. Sólo así los sacerdotes sabrán vivir en plenitud el don del celibato y serán capaces de hacer florecer comunidades cristianas en las cuales se repitan los prodigios de la primera predicación del Evangelio.

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n E n t r et e ni m ie nt o bn

El palíndromo El palíndromo es una palabra o frase que se puede leer lo mismo en los dos sentidos, o sea, capicúa, como por ejemplo “Anilina”, “Reconocer”. El vocablo procede del griego pálin (de nuevo) y drómos (carrera). Los primeros ejemplos, aunque no se conservan, se atribuyen a Sótades de Maronea, poeta tracio que vivió en Alenjandría durante el siglo III a.C., en tiempos del rey Tolomeo II Filadelfio. Vamos a ver algunos ejemplos. Los palíndromos aparecen entre comillas y mayúsculas. —“OLA MORO, MORO MALO”. Soy “ANA RITA LA TIRANA” —“NO DESEO ESE DON” —contestó el moro— pues “SOLO DI SOL A LOS IDOLOS” y además me llamo “RAMÓN OMAR”. —“AMIGO, NO GIMA”, dése cuenta que soy “ANA, YO SOY ANA” y sinceramente prefiero “OÍR A DARÍO”. Me han dicho que “ONIS ES ASESINO” y me han contado que “ATEO POR ARABIA IBA RARO POETA”. —No era yo. Yo seguía “LA RUTA NATURAL”. Puede que fuera “SALOMÓ MOLAS” el marido de “AÍDA BADÍA” que portaba “EL BIRRETE TERRIBLE” que robó a “SIMÓ GODÓ GOMIS”, coreógrafo de “SARA BARAS”. Y, por cierto, “EH, CON ANA VI A IVÁN ANOCHE”. —Fui a pescar con el sacerdote Iván —contestó Ana—, “¿A LOS RÍOS ACASO IR SOLA?”, aunque para el ámbito “SOCIAL SOLO LOS LAICOS”. Ya sabes que “ROMÁN ES UN AMOR”. Yo le llamo “EL BONETE NOBLE” —Pues “ÁTALE, DEMONÍACO CAÍN O ME DELATA”. Y me dijo de ti: “ANITA, LA GORDA LAGARTONA, NO TRAGA LA DROGA LATINA” —¡Que pena! La verdad es que “ADÁN NO CALLA CON NADA” y ya sabes que “ODIO LA LUZ AZUL AL OÍDO”—Repuso Ana. —Es lo que me dijo “ADÁN AL RECONOCER LA NADA”: Te aseguro que “ACÁ SOLO TITO LO SACA” para sobornarlo —Contestó el moro. —Ya, pero “SON ROBOS, NO SOLO SON SOBORNOS” —dijo Anita—, no queramos “ATAR A LA RATA” mientras el “ETNA DA LUZ AZUL A DANTE. —Por Alá, ¿cómo quieres que te lo diga, en latín? “SIGNATE SIGNA, TEMERE ME TANGIS ET ANGIS —respondió el moro. —Ya, pero yo también “SÉ VERLA AL REVÉS” —repuso Ana— y solo nos queda: “IN GIRUM IMUS NOCTE ET CONSUMIMUR IGNI”. “ROMÁ MENEM AMOR”

El loro Matías Se oye desde una ventana: “¡Dos bombonas al noveno!” El butanero mira hacia arriba y no ve a nadie. Coge dos bombonas, y entra en el portal. Se da cuenta que el ascensor no funciona. “¡Santo cielo, hasta el noveno!”. Llega completamente exhausto, llama al timbre y sale una viejecita. —Aquí tiene las bombonas. La anciana le mira extrañada. —Yo no he pedido nada —contesta. —¡Cómo que no! —dice el butanero—, si he oído perfectamente que me pedían dos bombonas para el noveno. —“¡Ah, ya sé…! Ha sido Matías, el loro”. —Señora le compro el loro, le doy mil euros por él —dice el butanero—. ¡Estupendo! —contesta la anciana—, iba a regalarlo, porque ya no puedo atenderlo. El butanero coge el loro, las bombonas, baja los nueve pisos, y lo lleva a su casa. Coge al loro, le pega una somanta de palos que lo deja medio muerto, lo clava en la pared extendiéndole las alas para que no vuele y se va a terminar de repartir el butano. “¡Ahí te quedas, cuando vuelva ya hablaremos tú y yo!”. Al cabo de unas tres horas el loro vuelve en sí y se ve clavado en la pared. De pronto ve enfrente un crucifijo colgado de la pared. —¡Oye, tú, el de la cruz de madera…! ¿Me puedes oír…?. —Si, te puedo oír—, le contesta Jesús— ¿Qué quieres?. —¿Qué me ha pasado? ¿Donde estoy? ¿Cuánto tiempo llevo aquí?. —Pues te ha traído tu dueño —le contesta Jesús— te ha dado una paliza, te ha clavado a la pared y se ha ido, y llevas tres horas aproximadamente en esa posición. —¡Madre mía, me duelen todos los huesos! Por cierto, tú ¿cuánto tiempo llevas así? —le pregunta el loro. —Dos mil años, —le contesta Jesús. —¡¡¡Coño!!! ¿Cuántas bombonas pediste?

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En tre te ni mi e nto bn n Como supongo sabéis, el tejado del templo está fatal y hay que arreglarlo. Tengo dos noticias que daros, una buena y otra mala. ¿Cuál queréis saber primero?

Fray Buenaventura

por Rodrigo

Primero la buena

Pues la buena es que tenemos el dinero para arreglarlo.

Entonces, ¿cuál es la mala?

La mala es que está en vuestros bolsillos

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