nov.-dic. 2010 n.º 25 P re c i o Es p a ña 3 €
Rev i s ta p a ra l a N u eva E va n g e l i za c i ó n
Hoy no me puedo levantar • La cultura del instante La ciencia del azar de Hawking • Entrevista a Marcos e Irene La obsesión antipoblación de ONU • Cuando ruge la Bestia Ideologías sexuales en las escuelas La última bienaventuranza: el cielo
[Director] Jorge L. Santana Dumas [Subdirector] Jesús Esteban Barranco [Jefe de redacción] Raquel Fernández de Bobadilla [Consejo de redacción] Luciano García Matas Juan José Guerrero Victoria Serrano Blanes César Allende García Victoria Luque Manuel Ortuño Morente [Administración] Josué Santana Neira [Web] Israel Castro Llorente [Gestión] Francisco Esteve Jesús Castro Cortés Ricardo Garcés Fernando Cerezo [Publicidad] Enrique Iglesias [Ilustraciones] Rodrigo [Edita] Asociación Bendita María Avda. Pablo VI, 9 - L. 12 Pozuelo de Alarcón Tel.: 91 759 79 68 [Maquetación] Dayenu Grupo de Comunicación S. L. [Imprime] Icono, S.A. [E-mail] info@revistabuenanueva.com [web] www.revistabuenanueva.com [Depósito legal] M-26182-2006
HACIA ORIENTE 3 ¡Ven, Señor Jesús Jorge L. Santana
4 ARCA DE NOÉ CANTEMOS AL SEÑOR 6 Salmo 42 Marco A. Ripoll
TESTIGOS DE LA VERDAD 10 Entrevista a Marcos e Irene Victoria Serrano Blanes
16 Haciendo pan ácimo Vicky Vega
18 Entrevista a Jerónimo y José Buenanueva
24 Ser voluntario es posible y necesario SI HOY ESCUCHÁIS SU VOZ 26 Jesucristo, el único Maestro Antonio Pavía
32 Hoy no me puedo levantar Sebastián Aresté
38 Los signos de los tiempos Desiderio Parrilla
LUZ PARA EL MUNDO 43 El sínodo de Obispos para Oriente Medio KERIGMA 44 El cielo está encapotado Buenanueva
FAMILIA DE NAZARET 50 Mi vida matrimonial Magda Urrutia
RAZÓN CREADORA 58 La ciencia del azar de Hawking Buenanueva
SOFISMAS 62 La obsesión antipoblación de ONU
EDUCACIÓN PARA LA VIDA 70 Ideologías sexuales en las escuelas Jokin de Irala e Ignacio Gómara
ESPADA DE DOS FILOS 76 La última bienaventuranza: el cielo César Allende
ALDEA PLANETARIA 82 La cultura del instante Aquilino Polaino
88 Vidas que cuentan José Pérez Adán, E. García, M. Iwanowiski
SED SANTOS 96 Newman y Escrivá Buenanueva
98 Madre Teresa, icono de la unidad Mons. José Ignacio Munilla
BENDITA MARÍA 101 De Maria nunquam satis Buenanueva
NUEVA ESTÉTICA 102 La Natividad de Noche Pilar Gordillo Isaza
MOSAICO 106 Monasterio de Santa Lucía Jesús Esteban Barranco
114 Cuando ruge la Bestia Jorge L. Santana
FUERZA EN LA MIRADA 118 ¿Nos presentas tus mascotas? Victoria Luque Vega
122 El fin de los Templarios Eryel Martínez Quero
126 ¿Soy una persona responsable? Buenanueva
ENTRETENIMIENTO 130 Fray Buenaventura
Benigno Blanco
Portada de cubierta: Detalle del rostro de Cristo del conjunto escultórico "El Sermón de la Montaña", realizado por Kiko Argüello de la Domus Galilaeae.
La Asociación Bendita María, Editora de la revista Buenanueva, es una asociación sin ánimo de lucro. No está vinculada a ningún grupo, ni movimiento de la Iglesia, ni a ninguna institución. Por tanto, no tiene más ingresos que los derivados de las suscripciones y las aportaciones que graciosamente nos hacen. Todas las personas que trabajan en ella lo hacen gratuitamente, con la única finalidad de anunciar el Evangelio y el Reino de Dios a través de este medio. Si quieres ayudarnos, puedes enviar tu aportación a Asociación Bendita María a través de la cuenta de Bankinter 0128 019 8 77 010 0 0 0 2814
hacia Oriente
¡Ven, Señor Jesús! Se enconden los frutos y las guirnaldas, y los deseos socavados de nuestra piel, que no brotan, no consiguen aflorar para mostrar al mundo el misterio escondido de Uno que se entregó a la aniquilación por todos. Es nuestro canto la constatación de saber que en su voluntad está la vida plena y el anhelo de nuestra fe. Aun así, se revuelcan en la umbría los terrenales instintos, los pensamientos huidizos, las subrepticias vanidades... y en seguida nos desangra el cincel sobre las sienes: ¿dónde está tu Dios...?; o tal vez: ¿esto es todo lo que sabes hacer? Si esto es la fe, ¿para qué vale...? Taladra y barrena las pilastras y día a día se zarandean los cimientos en el combate a muerte que nos ocupa ya desde la aurora; porque el enemigo no sestea ni se distrae con estériles fantasías, sino que confunde y divide, y acusa, y porfía obstinadamente en patear la herida abierta, la debilidad manifiesta, la agridulce impotencia. Lejos el ensueño y álcese el alma estéril de revolcarse en el fango porque ya amanece una nueva estrella. Es un cordero descubriendo su cuello que viene a canjear nuestras deudas, a saldar las trasgresiones de todos, también de los más insignificantes; porque estábamos condenados a los grilletes y el cadalso, y ha venido a sentarse en el madero de la tortura. Vayamos a El con lágrimas de hondura y de triunfo, para que nada nos pueda distraer ni separar de su ternura; y así, cuando amanezca de gloria en su segunda venida, entre el terror y el espanto, entre la duda y el asombro, nos proteja bajo su silenciosa mirada vigilante. Pues viene el Señor vestido de majestad y ceñido de poder, para doblegar al que nos martiriza, sometíendolo con la verdad; y descendiendo al abismo nos acerca el universo. Por eso, está sujeto el orbe y no vacila. Viene a sumir el caos en la mentira, a vestir de luto el infierno, a restituirnos el indulto coartado, a diluir en gracia la empecinada frustración que nos persigue. Y así, resucitando de la muerte, ha hecho resurgir la humanidad de lo profundo del sepulcro y ha secado el abismo de nuestro llanto. Él, que ha sido engendrado antes que la estrella de la mañana, haga brillar la luz en los turbios ojos de nuestro corazón. ¡Ven, Señor Jesús! Jorge L. Santana
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a rc a d e N o é J U D Í O S Y PA LE S T I N O S tarles algo sobre Moisés: Cuando Moisés golpeó la roca y de ella salió agua, pensó “qué buena oportunidad para darme un baño”. Se quitó la ropa, la dejó junto a la roca y entró al agua. Cuando acabó y quiso vestirse, su ropa no estaba allí. Se la habían robado los palestinos. Un ingenioso ejemplo de Oratoria y de Política, ocurrido recientemente en las Naciones Unidas, que hizo sonreír a la comunidad mundial presente: ¡excelente forma de comenzar un discurso! El representante de Israel ante las Naciones Unidas: —Antes de empezar mi discurso querría con-
El representante de Palestina saltó furioso y dijo: —¡¿Qué dice!? ¡Si los Palestinos no estaban allí entonces!. El representante de Israel sonrió y dijo: —Y ahora que ha quedado esto bien claro, comenzaré mi discurso.
E L D I O S L E JA N O D E L A I R A “¡El Señor, Dios misericordioso y piadoso, lento a la ira, rico en gracia y fidelidad!” (Ex 34, 5-9). ¿Qué significa lento a la ira? Es como un rey potente que tiene dos ejércitos violentos. Los dos ejércitos son las formaciones de los ángeles de la Ira y de la Cólera. Piensa el rey: ¡Si los tengo en la ciudad, cerca de mí, en cuanto los habitantes se comporten como rebeldes y provoquen mi ira, mis ejércitos de violentos los destruirán en un momento! Haré así: mandaré a mis soldados que acampen a diez millas fuera de la ciudad. Así en el día de la ira —antes que lleguen a la ciudad para destruirla— los habitantes tendrán tiempo de arrepentirse y vendrán a excusarse ante mí. Yo aceptaré sus excusas y ellos serán salvos.
EL HOMB RE MÁ S H UMILDE Moisés era más manso que cualquier hombre sobre la tierra. Hablaba con Dios cara a cara, había derrotado al faraón y abierto el mar, pero no por eso era un soberbio. Todo lo contario, era el hombre más humilde de la tierra. ¿Cómo lo sabemos? Cuando el Señor, que está en lo alto de los cielos descendió por primera vez a llamar a Moisés, no le habló desde la cima de un monte, ni desde un árbol maravilloso, como el cedro del Líbano. Le habló desde una zarza que es un matorral bajo, que se arrastra por tierra. Dios se rebajó y se hizo tan humilde porque hablaba con Moisés, el hombre más humilde.
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a rc a d e N o é
E L C A M I N O D E L D E S I E R TO Los hebreos se pusieron en camino. Formaban una caravana impresionante de hombres y mujeres, niños y viejos, rebaños y manadas, asnos cargados… A la espalda las madres llevaban el cofre del pan, lleno de pasta todavía sin fermentar, envuelto en un mantel. El Señor caminaba delante de ellos; de día en columna de nube, para dar sombra en el sol del desierto. De noche en columna de fuego, para iluminar el camino. Así caminaron día y noche. El Señor, sin embargo, no los condujo por el camino más corto para llegar a Canaán, la tierra prometida de sus padres. Al contrario, los llevó hacia oriente, por el camino del desierto. ¿Por qué Dios los condujo por el camino más largo? En pocas semanas habrían llegado a la tierra prometida, en lugar de atravesar todo el desierto. Este hecho se puede comparar con un rey que quería dar el reino en herencia a su hijo. Pensó: “Mi hijo es todavía pequeño, apenas sabe leer y escribir: ¿Cómo podrá gobernar un reino? Esperaré a que crezca en fuerza y sabiduría”. Así también pensó Dios: “Si le conduzco por el camino corto, en seguida deberán enfrentarse con los enemigos y no están aún preparados. Son esclavos apenas liberados. Son como niños. En el desierto los conduciré de la mano, los enseñaré a caminar por la sabiduría del corazón”.
LO S N I Ñ O S Y E L H I E LO Era una tarde nublada y fría dos niños patinaban en un lago congelado de Alemania, que jugaban despreocupados. De repente, el hielo se partió y uno de los niños se cayó, quedando preso en la grieta del hielo. El otro, viendo a su amigo atrapado y congelándose, se quitó un patín y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas hasta, por fin, conseguir romperlo del todo y liberar a su amigo. Cuando los bomberos llegaron y vieron lo que había pasado, preguntaron al niño: —¿Cómo has conseguido hacer eso? ¡Es imposible que tú solo pudieras partir el hielo, siendo tan pequeño y con tan pocas fuerzas. —Yo sé cómo lo hizo —intervino el sabio Albert Einstein, que pasaba por allí. —¿Cómo? —le preguntaron. —Es sencillo: no había nadie para decirle que no era capaz. Es que Dios no escoge a los capacitados, sino que capacita a los escogidos.
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ca nt e m os a l S eñ o r Como jadea la cierva tras las corrientes de agua, así jadea mi alma en pos de ti, mi Dios. Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver la faz de Dios? Son mis lágrimas mi pan, de día y de noche, mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios?
Marco A. Ripoll
Yo me acuerdo, y mi alma se me derrama dentro, cómo iba a la Tienda admirable, a la Casa de Dios, entre los gritos de júbilo y de loa, y el gentío festivo. ¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios! Por mí mi alma desfallece, por eso me acuerdo de ti, desde el país del Jordán y del Hermón, de ti, montaña humilde. Abismo que llama al abismo, en el fragor de tus cataratas, todas tus olas y tus crestas han pasado sobre mí. ¡Oh, que de día Yahvé brinde su gracia, y de noche, su cántico conmigo sea plegaria al Dios de mi vida! Diré a Dios mi Roca: ¿Por qué mo olvidas?, ¿por qué he de andar sombrío por la opresión del enemigo? Hasta romperme los huesos mis opresores me insultan, Todo el día repitiéndome: ¿En dónde está tu Dios? ¿Por qué, al ma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios! Hazme justicia y mi causa defiente contra esta gente sin amor; del hombre falso y fraudulento, oh Dios, líbrame. Tú el Dios de mi refugio: ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar sombrío por la opresión del enemigo? Envía tu luz y tu verdad, ellas me guíen, Y me conduzcan a tu monte santo, donde tus Moradas. Y llegaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría. Y exultaré, te alabaré a la cítara, Yahvé, Dios mío. ¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios!
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cantemos al Señor
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ca nt e m os a l S eñ o r ¿Cómo es posible? Me había comprometido hace tiempo a escribir unas líneas sobre un salmo que, de alguna forma, fuera especial para mí y empiezo ahora, algo tarde. Pero era necesario, es Dios quien lleva la historia. Hace unas horas he llegado de Israel donde, entre otras muchas cosas, he podido estar en las fuentes del río Jordán, en su nacimiento, donde se inspira el salmista para cantar este salmo 42. En la Biblia se titula “Lamento del levita desterrado”. El Pueblo de Israel marcha al destierro, y al pasar por esta parte de la Alta Galilea, por las cascadas que en esta zona forma el río Jordán, recuerda con añoranza la presencia de Dios en medio de su pueblo, en el Templo de Jerusalén.
¿dónde está tu Dios? Mi Dios esta en medio de esta historia, dándole sentido; mostrándonos su amor paternal-maternal con nosotros. Ayudando a Rocío (que hoy cumple doce años) a ser una mujer de carácter, con alegría de vivir: sólo le han cortado las piernas; en modo alguno, la posibilidad de ser feliz. Dios ha allanado los caminos. Echo la vista a atrás y en estos diez años Dios nos ha llevado sobre alas de águila. Ha sido fiel. En medio del dolor por la muerte de Guillermo (que en estos días cumpliría tres años), del sin sentido y la crisis que experimenté, Dios estaba actuando, dando hondura a mi fe y consolidando nuestro matrimonio y nuestra esperanza en la vida eterna.
Si hay algo que me impresiona de los salmos en general, y de éste de forma muy especial, es ver cómo Dios ha inspirado esta oración tan pegada a mi realidad.
Si Cristo no ha Resucitado, vana es nuestra fe (ver 1Co 15,14).
¡Cuántas veces ha brotado de mis labios los versos de este salmo! ¡Cuántas veces he experimentado esta lejanía de Dios de mi vida y el grito interior del enemigo: “Y ahora, ¿dónde está tu Dios?”
Con cuatro meses, recién bautizado, tengo la seguridad de tener un hijo santo en el cielo intercediendo por nuestra familia. Tengo una hija con dos pies en el cielo y un hijo de cuerpo entero.
Dos veces. Dos veces con una violencia inusi- Espera en Dios, que volverás a alabarlo. tada ha venido el tentador con esta cantinela. Mi hija Rocío, recién cumplidos los dos años, a “Acabada toda tentación, el Diablo se alejó de causa de las secuelas de una sepsis meningo- él hasta un tiempo oportuno…” (Lc 4, 13). cócica que casi le cuesta la vida, hubo de ser operada, amputándole sus dos piernas. Mi hijo Guillermo, con cua tro meses, murió por esta misma enfermedad.
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el valor de una gran idea
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t e s t i g o s d e l a ve rd a d
Tener cáncer
no es una injusticia, es una
oportunidad
Entrevista a Marcos e Irene Victoria Serrano Blanes Periodista
uando Jesucristo dijo a sus apóstoles ”La paz os dejo, mi paz os doy” (Jn 14,27), no se refería a un concepto abstracto que pudiera momentáneamente sosegarles su desánimo, sino que prometía un bien, tan sobrenatural como real y concreto, capaz de disipar la espesa negrura del miedo y desconcierto del que estaban presos. Y es que, por muchas que sean las vicisitudes que jalonen la vida, saberse hijos de Dios, Padre bueno en toda circunstancia, confiere una paz firme y profunda, muy superior a cualquier sacudida del cuerpo o del alma. Marcos e Irene forman un joven matrimonio para el que dicha y aflicción se han dado cita en un mismo lance; poco después de confirmar un nuevo embarazo, a Irene le han diagnosticado un linfoma Hodgkin, con el riesgo que supone demorar el tratamiento hasta el nacimiento del niño. En este tiempo en el que la vida humana ni se respeta ni se defiende, ¿qué podría explicar esta entrega valiente al otro, por encima de uno mismo, si no es la paz de Cristo, que libera lo que el temor oprime?
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t e s t i g o s d e l a ve r d a d
¿Cómo conocisteis a Dios?
la muerte del cuerpo y del alma es una realidad; la física me atañe a mí en primera persona, pero no la espiritual, porque Dios me sostiene todavía más que antes
Marcos: Por la familia. Tanto Irene como yo hemos nacido en familias cristianas donde se nos ha transmitido la fe desde niños.
Os casáis, nacen vuestros cuatro hijos (Esteban, Edén, Candela y Elías) y os sentís llamados a anunciar el Evangelio en cualquier par-te del mundo. Marcos: Así es. En una convivencia sentimos conjuntamente la necesidad de levantarnos como familia en misión. No sabemos muy bien por qué Dios así lo quiso, pues nosotros no somos diferentes a nadie; tenemos los mismos pecados y debilidades que todos. Nos mandaron a Taiwán.
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t e s t i g o s d e l a ve rd a d ¿Cuánto tiempo habéis estado allí?
¿Dónde está Dios en todo esto? Irene: Estuvimos 18 meses. Volvimos a España ¿Podéis discernir al respecto? en marzo para lo que se suponía una estancia de un mes y cinco días, pero ya no hemos podido volver. La voluntad de Dios con nosotros ahora es otra.
¿Cuál es la razón para no volver? Irene: Primero me enteré que estaba embarazada. Semanas después, cuando justamente faltaban pocos días para regresar a Taiwán y seguir con la misión, le consulté a un amigo médico qué podía ser el bulto en el cuello que me había salido. Me hizo una punción y a los pocos días me informaron que era un linfoma de Hodgkin y que debían operarme en seguida. Me quitaron dos ganglios con una anestesia local lo menos agresiva posible para el bebé.
a l i e n t o s u a ve q u e sosiega y mueve a la vez Si es un escándalo tener un quinto hijo, cuánto más anteponer la vida del niño no nacido a la propia. ¿Cómo han reaccionado los médicos que te están tratando? Irene: El primero con el que me topé fue el anestesista para la punción. Ya en el preoperatorio me dijo que lo más conveniente sería quitarme “eso”, refiriéndose al embarazo. También a la hematóloga le sorprendió mi decisión de seguir adelante con el niño y me preguntó si realmente era consciente de los riesgos. En ginecología no he tenido ningún ataque frontal.
me siento una privilegiada del Señor por haberme elegido para llevar adelante un embarazo y un cáncer en esta sociedad de muerte, donde la mujer es atacada por ser la fuente de la vida 12
Irene: Nosotros experimentamos todos los días que seguimos a un Dios, Padre y Todopoderoso, que es quien marca los tiempos; es decir, tanto las alegrías y la paz como los sufrimientos. Además, cuando me dieron el diagnóstico no me pilló de sorpresa, porque justo la noche de antes soñé que padecía un linfoma. Verdaderamente Dios habla en sueños y en esta ocasión lo hizo para prepararme, igual que en su día lo había hecho con el melanoma. Por eso no fue un mazazo tan fuerte.
¿Con lo cual no sentís que os ha abandonado? Irene: En absoluto. Me siento totalmente una privilegiada del Señor porque me ha elegido para llevar adelante un embarazo y un cáncer. Si se lo hubiera dado a Marcos, él hubiera podido tratarse directamente; pero la mujer es la fuente de la vida en esta sociedad de muerte y a ella se dirigen los ataques directos tanto por madre como por esposa, y por ende se arremete contra la familia. Sé que ahora estoy cumpliendo con mi misión como mujer ya que estoy dando doblemente la vida; primero al estar embarazada y luego por la muerte física que me acecha. La muerte del cuerpo y del alma es una realidad y yo experimento cómo la física me atañe a mí en primera persona. La muerte espiritual no, porque Dios me sostiene todavía más que antes. Marcos: Él nunca abandona y además concede una serie de gracias que sin ellas sería imposible mirar hacia delante sin perder la paz. En estos momentos aún sentimos con más claridad que Dios es nuestro padre y que no estamos solos, pues también notamos la presencia de un pueblo que reza por nosotros, incluso por parte de gente que no conocemos. Realmente experimentamos los frutos de la oración.
t e s t i g o s d e l a ve r d a d ¿Apreciáis también la presencia eficaz y operante del Espíritu Santo? Irene: Claro que sí, pues el Espíritu Santo, que se derrama con la oración, es el que me hace reconocer que la cruz no sólo no mata, sino que es un regalo. Aunque vivir en esta precariedad física y sin saber qué va a pasar con el embarazo, con el parto, con mi enfermedad… me preocupa; también puedo decir que saber de un modo tan palpable que estoy en manos de Dios y que él me cuida y me trata con cariño en todo momento es una bendición por su parte. Me estoy leyendo la biografía de santa Gianna Beretta Molla, una madre de familia que optó por no someterse al tratamiento de cáncer por salvar la vida de su hija todavía no nacida. Sé que también ella me ayuda cada día.
¿Con qué argucias os pretende engañar el demonio? Irene: Hasta hoy ha conseguido entrar por las cosas más cotidianas —discusiones en el matrimonio, con los hijos, etc.—, pero de igual manera lo hacía antes. Gracias a Dios no ha logrado engañarme presentándome la enfermedad como injusta o terrible, o por ejemplo con el nuevo hijo, pues en ningún momento hemos pensado en abortar.
en estos momentos aún sentimos con más claridad que Dios es nuestro Padre y que no estamos solos, pues hay un pueblo detrás que reza por nosotros
n o t e q u e d e s l e j o s ; t ú q u e e re s mi fuerza, ven pronto a socorrerme ¿Cómo estás viviendo esta situación? ¿Los niños lo saben? Marcos: Ella es la que lo sufre de primera mano y yo estar a su lado, ser paciente, ayudarla en todo, pues sé que el ataque va concretamente hacia la mujer. Pienso mucho en la figura de San José, siempre apoyando el “fiat” de María. Así veo yo que debe ser mi papel ahora.
Irene: Ellos saben que su mamá está enferma y esperando un bebé, por eso no hemos podido volver a Taiwán. Rezan todos los días para que Dios haga un milagro y me pueda curar, pero son muy pequeños para entender la palabra cáncer o linfoma.
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t e s t i g o s d e l a ve rd a d Marcos: También hemos visto por parte de Dios un detalle hacia nosotros y sobre todo hacia nuestros hijos. Es el hecho de que Irene sufriera un aborto espontáneo de gemelos hace unos meses. Esto les ha permitido conocer qué es la muerte y por eso piden con fe que el bebé pueda llegar a nacer. Dios ha preparado a nuestros hijos y a nosotros para que este acontecimiento, aunque sea muy duro, no lo vivamos de un modo violento ni agresivo. Son esto gestos de amor en los que vemos cómo Dios no ha dejado de ser un padre bueno, ya que nos sigue cuidando y no permite que nos hundamos.
Como dice el salmo, Dios usa de misericordia: ¿qué detalles lo confirman? Marcos: Pues por ejemplo en el aspecto económico. Cuando en junio decidimos quedarnos en España, tuve que comenzar a buscar trabajo, sabiendo que éste no es el mejor momento. Desde que nos casamos y hasta marcharnos a Taiwán, estuve trabajando como jardinero y comercial, ya que no encontraba trabajo de maestro, que es mi profesión. Pues bien, mandé unos cuantos currículos y me contestaron de un colegio para pasar una selección. Éramos cien personas para seis plazas y milagrosamente me cogieron a mí. Estoy muy contento porque es un colegio con un ideario católico en el que hablar de Dios es algo totalmente natural. ¡Hasta en eso nos ha cuidado! Irene: Necesitábamos un coche y también nos ha regalado uno de segunda mano, a buen precio y de siete plazas, por mediación de todos los hermanos de nuestra comunidad. La experiencia que vivimos desde hace mucho tiempo —y ahora lo vemos de manera más palpable y concentrada— es que Dios es una persona real que va al detalle de nuestra vida. ¡Sólo nos falta tocarlo!
con este acontecimiento veo cumplida mi vocación de madre al dar doblemente la vida; primero en el embarazo y luego por la muerte física que me acecha
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t e s t i g o s d e l a ve r d a d ¿Cuál es el siguiente paso en el protocolo médico? Irene: Cuando me revisaron de nuevo en agosto comprobaron que los bultos habían crecido demasiado y decidieron darme una sesión de quimioterapia paliativa, que no tenía ningún efecto nocivo ni para el bebé ni para mí. El objetivo es hacer de barrera al cáncer y mientras tanto que el niño pueda seguir creciendo. A partir de las 28 semanas y máximo hasta las 34 semanas de gestación provocarán el parto para comenzar el tratamiento. Sé que será prematuro, que no podré darle el pecho…
¿Físicamente notas alguna molestia? Irene: Tengo un agotamiento extremo de continuo. Antes de la enfermedad hacía lo mismo y no estaba tan cansada como ahora. Sé que unos de los síntomas del cáncer son la pérdida de peso y la fatiga. Cuando me levanto por la mañana tengo la sensación de que ya he dado el 75% de mis fuerzas y me falta poco para la extenuación: ¡y no he hecho más que empezar el día! Me queda llevar y recoger a los niños del colegio, hacer la comida, limpiar, etc. Pero no me queda otra que llevar una vida normal, como si no estuviera enferma, y eso es de agradecer, porque me ayuda a vivirlo de una manera natural, pues hay gente que está mucho peor que yo.
m e a c ues to en p a z
porque aseguras Señor mi descanso ¿En qué medida os ayuda la fe para vivirlo de manera serena y confiada? Realmente doy gracias al Señor por haberme elegido para sufrir cáncer, pues es una oportunidad para ponerme en sus brazos y hacer su voluntad.
Dios es una persona real que va al detalle de nuestra vida. ¡SSólo nos falta tocarlo!
todos los días le pido a Dios que haga un milagro y me cure, pero lo que El quiera lo acepto ¿Tienes miedo? Irene: ¿Temor de morirme? Sé que nos espera la vida eterna con Dios y ojalá me pueda acoger a la misericordia divina cuando me muera. Eso es lo que deseo, pero si me dan a elegir, no elijo irme ya. Quiero ver crecer a mis hijos, seguir casada con Marcos y llegar a vieja. Todos los días le pido a Dios que haga un milagro y me cure, pues sé que Él está por encima de los médicos y tiene la última palabra; pero también sé que se hará lo que Él quiera y lo acepto.
No podéis de momento marcharos a Taiwán pero seguís en misión. Marcos: Así es. El cristiano siempre está en misión y en nosotros lo único que ha cambiado es el lugar. Irene: Está claro que los tiempos del Señor no son nuestros tiempos. Somos una familia en misión en Taiwán, residiendo en Madrid por motivos de curación. Es un signo de defensa de la vida. Cada embarazo ha sido una alegría y éste igual. La maternidad es una vocación y yo la estoy viviendo plenamente. En todas las mujeres reside esta vocación de maternidad, incluso en las religiosas, porque son madres de nuestra alma. Ellas tienen muchos hijos por los que rezar y partir la noche con la oración, como me ocurre a mí por la noche con mis hijos pequeños, que me reclaman.
¿Creéis que Dios ha sido bueno con vosotros? Irene: Estamos muy tranquilos, pero no por ignorancia, sino por confianza en Él. Marcos: Los hitos que Dios ha marcado en nuestra historia por separado y en común nos certifican que ha sido un Padre amoroso con nosotros y lo seguirá siendo siempre.
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H ac i en do p an á c im o
Vicky Vega Madre de familia numerosa
cabo de releer un cuento que hice hace unos años, en el que los protagonistas eran nuestros hijos. En él hay una historieta corta donde se ve cómo los niños pueden vivir la fe de una forma natural. Lo transcribo porque, además de que me ha hecho gracia, viene bien para replantearnos todos esto: cómo transmitimos a los más pequeños de la casa, aquello en lo que creemos.
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HAY UNA COSA QUE TENGO CLARA EN ESTO DE LA TRANSMISIÓN DE LA FE, Y ES QUE, A MIS HIJOS, EN ELLO, LES VA LA VIDA. NO CREO QUE UNOS BUENOS ESTUDIOS, O UN BUEN TRABAJO, O UNA BUENA “PAREJA” LES DÉ LA FELICIDAD.
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t e s t i g o s d e l a ve r d a d Cuando se cansan de jugar a las tiendas, deciden hacer pan ácimo “como el de mamá”. Aprovechando que su padre está jugando en el ordenador, pringan la cocina de arriba abajo. La mamá de los siete, de vez en cuando hace pan ácimo, para la celebración de la eucaristía del sábado por la tarde en la parroquia. Por eso, cuando juegan, las niñas no van al Corte Inglés a comprar ropa, sino que van a misa. —El pan de Cristo —dice María, alzando solemnemente un poco de masa de harina y agua. —Amén, amén —responde Teresa, abriendo la boca, para recibir el manjar. Después Victorita, de dos años, canta “Aleeeeeluya, Aleeeeeluya”..., aunque, si se tercia, canta también la canción del verano, que dice... “Papi chulo, papi chulo”... Lo malo es cuando mamá vuelve de la compra y comprueba cómo está la casa: una habitación con todos los zapatos esparcidos por la cama, la otra, llena de juguetes y cachivaches por el suelo, la de más allá, repleta de libros y la cocina pringada de harina hasta el techo. —¡Ahhhhh! ¡Ahora mismo quiero verlo todo recogido, y limpio! —grita mamá, mientras deja las bolsas de comida en el cuarto de baño, el único lugar decente de toda la casa. Hay una cosa que tengo clara en esto de la transmisión de la fe, y es que, a mis hijos, en ello, les va la vida. No creo que unos buenos estudios, o un buen trabajo, o una buena “pareja” les dé la felicidad. A mí no me la ha dado. Me explico, creo que todo esto es “basura”, si mis hijos no tienen lo fundamental, el sentirse queridos y amados por Dios, su Padre. Cuando tengan una dificultad, un problema serio en sus vidas, no recurrirán a las horas de estudio que pasaron en su habitación, o a lo competentes que son frente a un ordenador. Ni siquiera su mujer, o su marido, podrán llenar su soledad. Entonces estás enfrentado al mundo. Solo, o con Dios. Y esta es una diferencia sustancial. Por esto creo que los padres cristianos tenemos una responsabilidad muy seria en cuanto a la transmisión de la fe. En cuanto al testimonio de la fe. Ni José Manuel ni yo pretendemos mos-
trarnos “buenos” ante nuestros hijos. Sería una temeridad. El único bueno es Dios. Esto ellos lo saben muy bien. Su padre es un pobre hombre y su madre una pobre mujer, a los que el Señor ha rescatado de la muerte: de esa muerte interior de la que no puedes salir por ti mismo; de esa muerte que te postra, y te hace incapaz de amar, y de donarte. No somos buenos. Intentamos seguir a Cristo Jesús con nuestra vida. Y ajustarnos a su Palabra. Ni más, ni menos. Y cuando caemos, nos levantamos. José Manuel tiene una cosa muy de agradecer, y es que cada quince días, más o menos, se lleva a los niños, y a los menos niños —a todos los que quieren— a reconciliarse: a confesarse, como se diría antiguamente. Después, se van a una cafetería, a celebrar la reconciliación con unos buenos churros, o algún bollo con chocolate. Recuerdo a mi madre rezando el “Jesusito de mi vida” conmigo, antes de dormir, y también algunos libros de santos, como aquel de san Tarsicio, un niño romano al que apedrearon por no dejar que profanaran el Pan consagrado, que llevaba escondido bajo su ropa. Es curioso cómo algunos libros pueden abrir tu hambre de Dios. Me acuerdo sobre todo de mi “Biblia para niños”, esa, la tenía superojeada. Hoy, lamentablemente, los padres andamos en general un tanto perdidos en cuanto a cómo dar lo que hemos recibido. Creo que la clave está en buscar un tiempo para dedicarlo a este asunto: un tiempo frecuente. Y mostrar tu propia vida, tu experiencia de Dios, sin miedo, a tus hijos. Ellos captan en seguida que les estás hablando de algo importante para ti. No son tontos. Y preguntan. Y creo, además, que la lectura de la Palabra de Dios en familia debería ser una prioridad; por lo menos, para nosotros lo es. Se trata de ver qué dice esta o aquella lectura para tu vida; para la vida de cada uno. Y de camino, ver cómo van los hijos en sus relaciones, unos con otros. Y escucharles, y animarles y corregirlos. Al principio, cuesta un poco buscar el espaciotiempo, reunirlos a todos: crear un ambiente de oración, de escucha. Después, se convierte en una costumbre. Y creo que a la larga, lo agradecerán.
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t e s t i g o s d e l a ve rd a d
“En nuestra diócesis hay unos cincuenta chicos que están esperando entrar y el Gobierno sólo permite seis al año” Buenanueva
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R
esulta curioso que Jesucristo, quien nació en Asia, sea todavía un desconocido en ciertos pueblos de este continente, pero también lo es ver cómo aquellos que acogen su Palabra le permanecen fieles “en medio de muchos padecimientos”. Y es que, aunque vivir como cristiano en Vietnam exige gran fe y valor, el número de conversiones y vocaciones aumenta cada año, hasta el punto de ser el segundo país con mayor población católica de Asia, sólo precedido por Filipinas. Jerónimo y José (Huynh y Doan) son dos jóvenes vietnamitas a los que Dios ha llamado para trabajar en su Viña, y que actualmente estudian en el seminario Redemptoris Mater de Pamplona. Saben bien que esta misión de amor y servicio a Dios y a los hombres no va a ser fácil, como tampoco lo fue para sus predecesores, pero confían en que el Espíritu siga soplando en esta pequeña Iglesia, viva y comprometida, que ya está siendo misionera para el resto de Asia. Pues, como dijo Juan Pablo II, «como en el primer milenio la cruz fue plantada en Europa y en el segundo milenio en América y África, así en el tercer milenio se pueda recoger una gran cosecha de fe en este continente tan vasto y con tanta vitalidad».
t e s t i g o s d e l a ve r d a d
Jerónimo y José seminaristas d e Vi e t n a m
¿Cuáles son vuestros nombres? Jerónimo: Nuestros nombres oficiales son Huynh y Doan. Jerónimo y José son los que nos pusieron cuando nos bautizaron, como nombres de santos católicos.
si los padres no transmiten la fe, es muy difícil que los jóvenes conozcan a Dios. Más del 80% de la población es atea o agnóstica; el resto son budistas, católicos, protestantes e islamistas. El Gobierno hace muy poco para favorecer la religión, aunque hace años era peor.
Con un régimen comunista desde hace tantas décadas, ¿hay libertad José: Cuando empezó el régimen comunista en todo el país le fueron confiscados a la Iglesia toreligiosa? dos los colegios, hospitales, bibliotecas e incluso Jerónimo: Todo está muy controlado. En la escuela enseñan a los niños que Dios no existe y que después de esta vida no hay nada; por eso,
las tierras; con el tiempo, aunque ha ido dejando un poco de libertad, sólo permite que haya monasterios y seminarios, pero con control.
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t e s t i g o s d e l a ve rd a d EN LA ESCUELA SE ENSEÑA QUE DIOS NO EXISTE, POR ESO LA FE DEBEN TRANSMITIRLA LOS PADRES
¿Cuántos católicos hay en Vietnam?
¿Hay muchas vocaciones?
Jerónimo: Aproximadamente el 7% de la población, lo que supone unos seis millones de personas, ya que en Vietnam hay 85 millones de habitantes.
Jerónimo: Sí, incluso hay más vocaciones que plazas en los seminarios. Por ejemplo, en el seminario de nuestra diócesis hay unos cincuenta chicos que están esperando entrar y el Gobierno sólo permite seis al año. En él están 31 seminaristas y casi todos son muy mayores, de unos 60 ó 70 años, pues al estar en el seminario cuando acabó la guerra y el régimen comunista se hizo con todo el poder, los encarceló. Allí han pasado muchos años y luego, tras soltarlos, han vuelto al seminario.
José: En el campo es fácil encontrarte con católicos y cada vez más; la ciudad, en cambio, tiene muchos atractivos que hacen que la gente, aunque venga de familias católicas, descuide la fe y al final la olvide.
¿Qué encontrabais en la Iglesia? ¿Por qué acudíais a ella? Jerónimo: Me sentía bien allí. Al principio acudía por la fe de mis padres, pero poco a poco iba descubriendo personalmente la esperanza y el amor de Dios. José: Yo sentía mucha paz.
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¡Qué fe tan inquebrantable! José: Desde luego. En Vietnam tenemos 117 santos mártires.
t e s t i g o s d e l a ve r d a d el don de la fe, un don para Asia ¿Cómo conocisteis el amor de Dios? Jerónimo: En mi familia, desde muchas generaciones antes que yo, todos han sido católicos, aunque no sabemos cómo empezaron. Yo vivía con mis padres y mis tres hermanas cerca de una iglesia y casi todos los días iba allí con mis amigos. Nos gustaba ir, ya que había algo que nos hacía sentirnos bien.
CASI TODOS LOS SEMINARISTAS DE NUESTRA DIÓCESIS SON MUY MAYORES PORQUE EL RÉGIMEN LOS ENCARCELÓ DURANTE MUCHO TIEMPO Y, TRAS SOLTARLOS, VOLVIERON AL SEMINARIO
José: En mi caso pasa igual.
¿Cuándo sentisteis la llamada al ¿Qué pasó después? Jerónimo: Después de estar ocho años en la sacerdocio? Jerónimo: Cuando tenía once años veía al sacerdote en el altar y sentía el deseo de ser como él. Cuando se lo dije a mis padres, se pusieron muy contentos, ya que en nuestro país, cuando un hijo de una familia católica quiere ser religioso, todos se alegran porque están muy bien considerados. Hablaron con el párroco para que me fuera a vivir con él y le ayudara como monaguillo. En Vietnam es habitual que, si un joven descubre su vocación, se vaya a vivir con el párroco para ponerse a su servicio e ir discerniendo su llamada. José: Yo tengo un tío sacerdote al que ordenaron en la clandestinidad, porque el Gobierno de Vietnam, hace treinta años no permitía a la Iglesia católica ordenar nuevos sacerdotes. Pero como los obispos veían la necesidad de ellos, los ordenaban sin que el Gobierno lo supiera. Mi tío fue uno de ellos. Estuve dos años ayudándole en su ministerio; celebraban a escondidas. En este tiempo recibí la llamada, aunque de momento no les dije nada a mis padres.
A MI TIO LE ORDENARON EN LA CLANDESTINIDAD PORQUE LOS OBISPOS VEÍAN LA NECESIDAD DE SACERDOTES Y EL GOBIERNO NO LO PERMITÍA
parroquia, acabé los estudios de secundaria y me marché a la universidad, pues así lo querían mis padres. Estudié Ciencias Económicas en una universidad que estaba a 2.000 kms de mi casa, al sur del país. Cuando acabé la carrera volví a mi pueblo y viví de nuevo con el párroco seis meses más. Pero como en ese tiempo el Gobierno ya consentía la ordenación de nuevos sacerdotes, aunque sólo permitía la entrada de seis seminaristas cada año por cada una de las 26 diócesis que hay en el país, y había bastantes vocaciones, los aspirantes debíamos presentarnos a un examen. Lo aprobé, pero mi obispo no me eligió.
José: Soy el mayor de siete hermanos de una familia pobre en la que mis padres son campesinos y no podían pagar estudios a sus hijos; por eso yo tenía que trabajar para ayudar en casa. En una ocasión un obispo me dijo que, si quería ser sacerdote, era conveniente que me formara muy bien y estudiara una carrera universitaria antes de ir al seminario. Entonces, al tiempo que trabajaba, estudié en la universidad Psicología y, al acabar, como daba clases en la Universidad, completé también los estudios de Biología y Económicas. Puesto que en Vietnam no hay muchos profesores, este trabajo está muy bien pagado, lo que me permitía mandar dinero a mis padres. Yo también me presenté al examen para acceder al seminario, pero no pude entrar.
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t e s t i g o s d e l a ve rd a d ¿Cómo aceptasteis la noticia de no En el año 2004 sentí que era ya el momento poder entrar en el seminario de la para poder presentarme de nuevo, ya que mis hermanos habían acabado los estudios y esdiócesis? Jerónimo: Me quedé desconcertado, pero mi párroco me animó a seguir intentándolo. Lo acepté porque confié en que, si era bueno para mí, ya entraría al seminario cuando Dios quisiera, pues lo importante para mí era hacer su voluntad y servir a los demás. Dos meses más tarde me comunicaron que vendría a un seminario de España; me puse muy contento, aunque reconozco que no sabía dónde estaba ni qué lengua se hablaba aquí. José: Me costó aceptarlo en un principio porque era algo que deseaba desde hace muchos años; pero Dios me hizo ver que era bueno esperar un tiempo hasta que mis hermanos fueran independientes, pues si yo me marchaba al seminario nadie les iba a poder ayudar.
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taban trabajando. Aprobé y estuve viviendo en el seminario. Al año siguiente me mandaron al Obispado para ayudar en lo que fuera necesario. Al poco, el obispo pensó en mandarme a Taiwán y estuve seis meses aprendiendo chino; después cambió de idea y me mandó a Filipinas durante tres meses, pero por falta de dinero volví a Taiwán y como había dos becas para el seminario de París, comencé a estudiar francés. Finalmente decidieron mandarme a España.
¿POR QUÉ DIOS SE EMPEÑA EN QUE SEA CURA SIENDO COMO SOY DE PECADOR?
t e s t i g o s d e l a ve r d a d
, id, pues, y haced discipulos a todas las gentes”
¿Y qué pasa cuando les viene el Jerónimo: Llegamos el 11 de marzo de 2009 sufrimiento? ¿En qué se apoyan? ¿Cuándo llegasteis a España?
a Pamplona. Todavía no vivimos en el seminario porque no está terminado el edificio; así que nos acogen familias del Camino Neocatecumenal, De momento sólo asistimos a clase para aprender español, pero cuando ya sepamos lo suficiente, comenzaremos los estudios de Teología.
José: En el alcohol, las drogas, el sexo etc., pero no encuentran ningún consuelo y aún se hunden más.
¿Cómo mantenéis viva la llamada?
José: Cuando yo tenía una profesión y una fama, cuando ganaba mucho dinero, etc., pensaba: ¿por qué después de haber conseguido lo que muchos quieren en la vida (casa, trabajo, dinero, chicas que quieren estar conmigo) no soy feliz? Yo sentía deseos de seguir a Dios y sabía que hasta que no me marchara al seminario no estaría realmente en paz. Mis amigos no católicos pensaban que estaba loco.
Jerónimo: Para mantener el don de la fe lo que debe hacer todo bautizado, y por supuesto todo seminarista, es ser constante en la oración.
¿Os gustaría ejercer el ministerio en Vietnam? Jerónimo: En nuestro país hacen falta muchos sacerdotes, aunque estamos viendo que aquí en España también se necesitan personas que lleven a Dios a los demás. El régimen comunista en 1986 hizo reformas económicas de libre mercado y desde entonces parece que lo único que importa es el dinero. José: Nuestra cultura es muy cerrada y no se abre a las nuevas costumbres, aunque ahora los jóvenes están aprendiendo rápidamente lo peor de otras culturas. En las ciudades no interesa que hablen de Dios. Piensan que todas las religiones, budista o católica, son iguales, propias de gente débil o supersticiosa que necesita un dios para vivir. La gran mayoría de los jóvenes lo único que quiere es tener dinero para vivir sin problemas. No quieren pensar en nada más.
Tú que has disfrutado de una buena posición económica y social, ¿por qué lo has dejado todo por Dios?
¿Creéis que Dios ha sido bueno con vosotros? Jerónimo: Sí, mucho. Además de por todo lo que me ha dado, también porque cuando vivía en la parroquia, mi madre estuvo muy enferma durante cinco años; tanto que parecía como muerta, sin pelo y con el vientre muy hinchado. La llevaron a todos los médicos pero ninguno pudo curarla. Una monja me dio una imagen de San Martín de Porres y todos los días rezábamos la familia por mi madre. A los cinco meses recuperó la salud y ya está curada totalmente. José: Claro que sí. En el pasado he vivido cosas peligrosas y Dios siempre me ha cuidado. Por eso me pregunto: ¿por qué se empeña en que sea cura siendo como soy de pecador?
LO IMPORTANTE PARA MÍ ES HACER LA VOLUNTAD DE DIOS Y SERVIR A LOS DEMÁS
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S e r Vo l u n t a r i o e s posible y necesario Conocí a la Fundación RedMadre hace ya un año; estaba muy concienciada con el tema del aborto y busqué en Internet una entidad a la que prestar mi ayuda. En mi parroquia me hablaron muy bien del trabajo de RedMadre, por lo que me decidí a escribirles y concertar una entrevista para que me informaran de las labores en las que yo podría colaborar. Estoy prejubilada de parte de mi situación laboral y eso me deja tiempo libre para dedicar a este voluntariado. Acudo una vez por semana, una mañana, y me dedico a tareas de oficina, fundamentalmente. La experiencia es muy positiva, tanto que pensaba estar sólo unos meses, pero ya me quedo con las personas de RedMadre para siempre. Cada día compruebo la experiencia de vida de algunas mujeres a las que engañan y fuerzan a abortar, aunque ellas no quieren hacerlo. Es tan fácil abortar y tan difícil ser madre hoy en día que la labor que se hace desde entidades como RedMadre me lleva a plantearme lo que de verdad es importante en la vida: ayudar a quien más lo necesita, en este caso la mujer que va a ser madre. Cada semana veo historias muy duras, muy impactantes, y sé que, si mi situación no ha sido como la de tantas otras mujeres, es porque Dios lo ha querido, por eso me siento empujada a volcarme en aportar mi granito de arena para intentar mejorar las condiciones de vida de las embarazadas y madres que acuden a la oficina de RedMadre. Lo que más me admira es ver cómo algunas mujeres, en las condiciones más duras, derrochan un coraje y una valentía excepcionales al decidir continuar con su embarazo y ser madres. A veces, el exceso de comodidades ablanda los ánimos y entorpece la lucha por la vida, incluso la del propio hijo. Por eso, cada semana, disfruto viendo a madres que, teniéndolo todo en contra (incluso un diagnóstico precoz de malformaciones), son valientes y decididas y eligen la mejor opción: dar la vida a sus hijos, con lo que ellas mismas reciben una vida y una felicidad que nadie les quitará. Ser voluntario, para mí, es algo que deberíamos hacer todos, supone salir de uno mismo, dejar de “mirarse el ombligo” y hacer algo, por poco que parezca, por los demás. Eso es lo más enriquecedor del mundo, pues siendo voluntario siempre recibes más de lo que das; por eso, yo se lo aconsejo a todos mis amigos y conocidos: sé voluntario, porque es posible y muy necesario.
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z
Jesucristo: el único Maestro Antonio Pavía Misionero Comboniano
“Vosotros, no os dejéis llamar maestro, porque uno sólo es vuestro Maestro, y vosotros sois todos hermanos”
rígenes, Padre de la Iglesia primitiva, nos dice que la Palabra de
O
Dios tiene un cuerpo y un alma. El cuerpo es lo que vemos con nuestros ojos y entendemos con nuestra mente. Como tal, la Biblia es
un libro más entre otros que, exponiendo una serie de principios morales y religiosos, invitan al hombre a establecer una relación con Dios.
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z Teniendo esto en cuenta, Orígenes invita a sus oyentes a penetrar el cuerpo de las Escrituras hasta llegar a su alma. Hace esta invitación porque sabe que en el alma de las Escrituras habita Dios. En la Palabra, como dice san Jerónimo, brilla la divinidad de Jesucristo en todo su esplendor; en el alma de la Palabra, Dios revela al hombre su Misterio. Es necesario, pues, penetrar el cuerpo de la Palabra hasta alcanzar su alma introduciéndonos así en el Misterio de Dios. La comprensión de este misterio no está al alcance de nuestra limitada sabiduría humana, como puntualiza acertadamente san Pablo (1Co 2,14). El mismo apóstol afirma que el Misterio de Dios nos es revelado en el Evangelio: “A Aquel que puede consolidaros conforme al Evangelio mío y la predicación de Jesucristo: revelación de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente... “(Rm 16,25-26). Ante esta realidad, surge impetuosa una pregunta: ¿Cómo llegar hasta el alma de la Palabra? ¿Quién nos enseñará a descubrir el Misterio, el Rostro de Dios oculto en el Evangelio? La respuesta nos la ha dado el Hijo de Dios: ¡Yo os enseñaré! ¡No llaméis a nadie maestro; yo he sido enviado por mi Padre para enseñaros a buscar su Rostro en su Palabra. Para entender mejor la figura del Señor Jesús como único Maestro que nos revela la Palabra, hemos de fijar nuestra atención en la experiencia religiosa del pueblo de Israel. Sabemos que Dios hizo una alianza de salvación con su pueblo y que éste la aceptó con entusiasmo e inmensa gratitud. Sin embargo, a pesar de la santidad de sus patriarcas y profetas, se dio siempre de bruces contra el muro de su impotencia para mantener su fidelidad a la alianza con Yahvé. La experiencia de la incapacidad de Israel para ser fiel hemos de encuadrarla dentro de la pedagogía de Dios.
Es un acontecimiento que provoca que el hombre se conozca a sí mismo y alcance a comprender y a aceptar que las únicas promesas válidas no son las del hombre sino las de Dios. En este contexto de comprobar, por una parte, la impotencia del ser humano para ser fiel a Dios y, por otra, el deseo sincero y honesto de tantos hombres de buscarle y vivir una relación de fidelidad con Él, nos dirigimos esperanzados a la sorprendente e inimaginable promesa que nos llega por medio del profeta Jeremías.
e s c r i b i r é m i P al a br a en v uestr o cora zón Jeremías es testigo de la decadencia religiosopolítica de su pueblo. Israel, que en tiempos del rey David era la envidia y el asombro de las naciones, es ahora objeto de irrisión. Es tal su debilidad que le vemos encaminar sus pasos, desterrado hacia Babilonia. Ante tanta ruina y desolación, Dios levanta al profeta y le insta a proclamar a su pueblo, vejado y abatido, una promesa que les devuelve la esperanza. Lo que Yahvé anuncia a su pueblo, siempre amado, es que, si bien ha despreciado y roto su alianza, Él la va a rehacer; será una nueva alianza indestructible. En esta nueva alianza se va a hacer patente no sólo la fidelidad de Dios, sino que, implícitamente, se anuncia también la fidelidad del hombre: “Pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano diciendo: conoced a Yahvé, pues todos ellos me conocerán…” (Jr 31,33-34). Al anunciar Yahvé que grabará su Palabra en el interior, en el corazón del hombre, le está abriendo el camino, antes bloqueado, para vivir su relación con Él en fidelidad.
EN EL ALMA DE LAS ESCRITURAS HABITA DIOS, PERO ¿QUIÉN NOS ENSEÑARÁ A DESCUBRIR SU ROSTRO OCULTO EN EL EVANGELIO? JESUCRISTO, EL ÚNICO MAESTRO
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z Ahora entendemos por qué el Señor Jesús nos exhorta a que no llamemos a nadie maestro. Nadie, por muy santo que sea, tiene poder para grabar en nuestro espíritu la Palabra. Nadie la puede escribir con letras indelebles en nuestro corazón. Sólo Él, el enviado del Padre.
EL HOMBRE A QUIEN EL SEÑOR REVELA EL EVANGELIO ENTRA EN UNA COMUNIÓN TAN SÓLIDA CON SUS HERMANOS, QUE VA MÁS ALLÁ DE LA SIMPLE AMISTAD O AFINIDAD
El encuentro del Señor Jesús con la adúltera (Jn 8,1-11) ilumina profundamente la promesa que nos llegó por medio del profeta Jeremías. Recordemos que Jesús está en el Templo enseñando y que, de pronto, los escribas y fariseos le llevan a una mujer sorprendida en adulterio. Según la ley de Israel, esta mujer ha de ser apedreada hasta la muerte. La pregunta que dirigen a Jesús es en este sentido. Dejando aparte la doblez de corazón de los que le preguntaban, ya que querían aprovechar la ocasión para acusarle de sobreponerse a la ley, lo que nos sorprende e impresiona son los gestos y palabras de respuesta del Señor Jesús. Se inclinó y, con su dedo, se puso a escribir en la tierra. Nadie entendió lo que el Hijo de Dios estaba haciendo al escribir en la tierra. Como los escribas y fariseos le preguntaron insistentemente, Jesús les dijo: ¿Hay alguien aquí que esté sin pecado? Y volvió a escribir. ¿Hay alguien aquí que esté sin pecado? ¿Hay alguien aquí que no sea adúltero? ¿Cómo es que, sabiendo las Escrituras de memoria, no sois capaces de dar crédito a vuestros profetas que tantas veces denunciaron el corazón del pueblo? ¿Acaso la Ley, que tanto decís que amáis, no llama adúlteros a todos los idólatras? ¿No tenéis vuestros ídolos en vuestro interior? Esta mujer que me presentáis es una adúltera, una pecadora, es cierto, pero también vosotros lo sois... Y Jesús volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. El Hijo de Dios, inclinado sobre la tierra (el barro del que fue formado Adán, el barro que somos todos) estaba dando cumplimiento a la promesa-profecía que Dios había proclamado por medio de Jeremías. Ante el pecado de todos (escribas, fariseos y adúltera) Jesús no fustiga a nadie, pues no ha sido enviado por su Padre para condenar sino para salvar; así nos lo hizo saber en su conversación con Nicodemo (Jn 13,16-17). Con este gesto, el Señor Jesús se presenta como el único Maestro que tiene poder y autoridad para grabar en el corazón de barro del hombre la Palabra, tal y como había sido prometido por Dios. Es así como la fidelidad brota en el hombre como fruto de la Palabra, el Evangelio grabado y enseñado en nuestro corazón por el único que lo puede hacer: el Señor Jesús, el Maestro. Incluso nos atrevemos a dar un paso más. Partiendo de que el hombre acoge amorosamente el Evangelio, de éste brotan la fe y la subsiguiente fidelidad como creación propia, del único que tiene poder para crear: Dios encarnado en Jesucristo.
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pasar a la fe adulta Hemos visto en el texto anterior a Jesús que anuncia con el gesto simbólico de escribir en la tierra que Él es el enviado del Padre como Maestro para instruir, enseñar y grabar en el espíritu del hombre la Palabra que nos hace discípulos y testigos. Damos un paso más para ver a Jesús resucitado llevando a cabo su misión de prender la Palabra en sus discípulos y, a partir de ellos, a todos los hombres-mujeres que le buscan. San Lucas, en su Evangelio, nos relata varias apariciones del Señor Jesús resucitado. Leemos la siguiente: “Después les dijo: Éstas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí. Y entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras” (Lc 24,44-45). Nos fijamos atentamente en el texto, y nos damos cuenta que Jesucristo dice a los discípulos que su pasión, muerte y resurrección ya estaban anunciados a lo largo de todo el Antiguo Testamento. Es más, Jesús les había instruido repetidamente acerca de estos acontecimientos y, sin embargo, no habían creído en sus palabras, no habían quedado prendidas en su interior, que esto es lo que significa realmente la palabra creer. Es entonces cuando el Señor Jesús actúa como el Maestro: abrió sus inteligencias, sus mentes, sus entendimientos para que pudieran comprender la Palabra. Comprender es un término que significa prender con fuerza, tejer, plasmar hasta integrar. La acción de Jesucristo, al abrir la mente de sus discípulos, hizo posible que su Evangelio, en el que no creyeron porque, según su capacidad, no era creíble, quedase atado, adherido, integrado en su corazón, en su espíritu; en definitiva, se hiciese alma de su alma y espíritu de su espíritu. Ese fue el paso de los discípulos a la fe adulta. Fe que movió sus pies y les hizo ir por todo el mundo, entonces conocido, para anunciar gozosos, el Evangelio. Evangelio que el Maestro les había prendido en su corazón. Evangelio que se convirtió para ellos en el Tesoro de todos los tesoros.
cuando Cristo abrió la mente de sus discípulos, éstos pasaron de ser hombres temerosos a ser testigos,
Jesús, Señor y Maestro, prende su Palabra en el corazón de los suyos, dando así cumplimiento a la posibilidad de cumplir el mandamiento por antonomasia proclamado por Dios, tanto a Israel como a todos los cristianos: el “Shemá”. “Shemá” es una palabra hebrea que significa: ¡escucha! Leámoslo: “Escucha, Israel. Yahvé nuestro Dios, es el único Yahvé. Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy” (Dt 6,4-5).
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“Shemá”: ¡Escucha y graba en tu corazón! Fijémonos bien en el mandamiento de Dios: Amarás a tu Dios con todo tu corazón..., queden en tu corazón estas palabras que te acabo de decir. Nadie pudo ni podía hacerlo hasta que vino Dios mismo a nosotros como Maestro. Él abrió nuestro espíritu para que su Palabra, su Evangelio, quedara firmemente anclado en nuestro ser, a fin de que permaneciese adherido a nuestras entrañas y nos llenase de la Sabiduría y Fuerza de Dios. Recordemos que, a partir del hecho de que Jesucristo abrió la mente de sus discípulos, éstos pasaron de ser hombres temerosos a ser testigos. LA INFIDELIDAD Pasaron de manipular a Jesucristo para su propia gloria a buscar únicamente la gloria de Dios. De la misma forma que Jesús CONSTANTE solamente buscó la gloria de su Padre: “Yo te he glorificado en DE ISRAEL la tierra, llevando a cabo la gloria que me encomendaste realiNOS AYUDA zar” (Jn 17,4). La gloria de Dios consiste en que el hombre lleA COMPRENDER gue al conocimiento de la verdad y se salve (1Tm 2,3-4). Y ACEPTAR Quiero, por último, subrayar que el hombre a quien el Señor JeQUE LAS sús revela el Evangelio, entra en comunión no sólo con Dios, sino también con sus hermanos. Recordemos las palabras del Hijo de ÚNICAS Dios: Yo soy vuestro Maestro y “todos vosotros sois hermanos”.
PROMESAS Al hacer esta afirmación, Jesucristo nos indica cuál es el núcleo esenVÁLIDAS SON cial de toda comunidad cristiana. Puesto que ésta tiende sus ojos LAS DE DIOS y sus oídos al mismo Maestro, no hay mayores ni menores, todos
están con las manos igualmente abiertas para recibir de Él el don que les mantiene en comunión perfecta. Más aún, el don recibido con tanto amor por parte de Dios se comparte; la insondable riqueza que Dios siembra en cada corazón es riqueza de todos y para todos los miembros de la comunidad. Este compartir lo que Dios revela a cada uno, crea lazos de comunión que van mucho más allá de la simple amistad o afinidad. Aparece entonces, en toda su belleza, la comunidad cristiana como don de Dios. El único Maestro, al revelarles el Misterio de Dios escondido en la Palabra, les ha hecho hermanos.
PESE A QUE EL HOMBRE HA DESPRECIADO Y ROTO LA ALIANZA CON DIOS, ÉSTE ANUNCIA UNA NUEVA E INDESTRUCTIBLE ALIANZA, QUE POSIBILITARÁ AL HOMBRE SER FIEL A DIOS
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l i b ro s
L ibros Buena Nueva
Hacia un nuevo amanecer
Historia de un exilio temporal
Jesús Esteban Barranco 256 páginas 20 €
Luciano García Matas 280 páginas 20 €
El Siervo de YHVE
La dictadura del relativismo
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Déjame oír tu voz Antonio Pavía 226 páginas 20 €
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z
Sebastián Aresté Licenciado en Teología
urante todo el tiempo que estuvo en cartel el musical con este título, no había mañana que, al escuchar por radio las primeras noticias del día, no saliera a las ondas la cuña publicitaria de este espectáculo. No me voy a entretener en resumirlo porque todo el mundo sabe que es una idealización de la movida madrileña del inicio de los años ochenta. Reflejando la eclosión musical de aquellas décadas, uno de los protagonistas acaba mordido por las drogas y cae en las fauces del suicidio. Se le “aparece” a su amigo en el cementerio y se oye el “leit motiv” del musical.
D
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¡ Le v á n t a t e y a n d a !
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h e c h o s d e n u e s t ra vida diaria Yo también tengo una larga, larguísima, experiencia de lo que todos los días me cuesta levantarme… y no solo por las mañanas. Y me explico. Servidor es hipertónico las últimas horas del día y primeras de la noche —“le ore piccole”, las llaman en Italia— y soy hipotónico las primeras de la mañana, por lo que por la noche me asemejo a los búhos y por las mañanas a las marmotas. Por mi currículo de estudios y profesión, durante más de veinte años el despertador me invitaba a salir de la cama a las 6.30 de la mañana (cuando mi padre decía que en el pueblo el Ayuntamiento no había puesto aún las calles), de modo que, mucho antes de que se pusiera en escena ese musical, yo ya había cantado 365 días multiplicados por 20 años más de siete mil veces (sin contar los bisiestos) la dichosa canción: “Hoy no me puedo levantar”. Después…, por hache o por be, con siete hijos pequeños a cuestas, ha sido incontable la tira de veces y noches que he repetido ese estribillo. Por otro lado, he tenido ocasión de seguir muy de cerca y de convivir con adolescentes y jóvenes, de los catorce a los veintitantos años, que, por diversos motivos, se aventuraron por los caminos de las drogas, con graves trastornos de personalidad y estragos en sus alienadas vidas, y he comprobado personalmente con gran tristeza, cómo era verdad lo de que “hoy no me puedo levantar”.
Eso sin contar los casos de quedarse tirados en la cama o en un sofá por depresión —la enfermedad reina de estos tiempos—, que, quien la sufre, ni ganas tiene siquiera de pensar en la letrilla de esa canción y menos de tararearla. Supongo que esta experiencia es bastante común entre tanta gente, padres y madres de familia, educadores, trabajadores sociales, y mi caso no es único, por supuesto.
hechos bíblicos El sexto día de la creación, Dios modeló un muñeco de barro del limo de la tierra, insufló su espíritu sobre él y aquel primer hombre sí se levantó del suelo (ver Gn 2,7). Ezequiel, el profeta exílico, nos traslada a un escenario estremecedor: una vega enorme llena de huesos humanos secos, que, poco a poco, se fueron articulando, revistiéndose de tendones, músculos y piel hasta recubrirse de carne y cobrar vida nuevamente por el soplo divino que infunde Dios. La profecía se cumplía al pie de la letra: “He aquí que yo voy a abrir vuestros sepulcros… Infundiré mi espíritu sobre vosotros y viviréis” (ver Ez 37,12-14); de hecho, “el espíritu entró en ellos; revivieron y se incorporaron sobre sus pies” (v. 10). Es la gran promesa de esperanza para todos aquellos que tantísimas veces hemos tirado la toalla, habiendo caído “k.o.” (fuera de combate) en el “ring” de nuestras vidas: sí, es posible levantarse, salir del sepulcro, escaparse del cementerio. ¡Hay que inventar un nuevo musical!: “Hoy sí me puedo levantar”.
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Tres eran el límite antes de la corrupción (de hecho, su hermana Marta le dice a Jesús que ya es el cuarto día y huele mal: Jn 11,39; y Jesús mismo resucita al comienzo del tercer día, porque estaba profetizado que Él no experimentaría la corrupción, como predicó Pedro el día de Pentecostés, remitiéndose a su vez al salmo 16: ver Hch 2,25-27). Más aún, Lázaro estaba vendado de tal forma que no era posible moverse, no tenía posibilidad alguna de levantarse y dejar la tumba. A la voz de Jesús —aquella misma Voz que en el alba de la creación moduló aquellas palabras “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (Gn 1,26)—, Lázaro se incorpora, comienza a andar y sale afuera. ¡Otro que sí ha podido levantarse! (ver Jn 11,1-44). Este es el ejemplo más llamativo y más conocido, pero hay bastantes más. En el Antiguo Testamento está el caso del hijo de la viuda de Sarepta, que el profeta Elías devuelve a la vida (ver 1R 11,17-24), milagro que repetiría su discípulo Eliseo con el hijo de la sunamita (ver
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2R 4,8-37). Pero oigamos este breve relato sobre el mismo Eliseo, quien había pedido a su maestro “dos partes de su espíritu” (2R 2,9): “Eliseo murió y lo sepultaron. Las bandas de Moab hacían incursiones todos los años. Estaban unos sepultando un hombre cuando vieron la banda y, arrojando al hombre en el sepulcro de Eliseo, se fueron. Tocó el hombre los huesos de Eliseo, sobró vida y se puso en pie” (2R 1320-21). En el Nuevo Testamento hay otros casos igualmente sorprendentes. Tras varias discusiones con unos y otros, se acerca a Jesús un magistrado, jefe de una sinagoga, llamado Jairo, que le dice compungido que su hija ha muerto, pero que vaya a su casa y la haga revivir: “Entró él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó” (Mt 9,25). Y precioso otro texto de San Lucas, referido también a otro joven, el hijo de la viuda de Naím: “Al verla el Señor, tuvo compasión de ella —¡cómo no la había de tener si era Él mismo la Misericordia divina que se había proclamado “padre de los huérfanos y defensor
de las viudas” (Sal 68,6; 146,9)—, y le dijo: ‘No llores’. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: ‘Joven, a ti te digo: Levántate’. El muerto se incorporó” (Lc 7,13-15). Hay otro dos sucesos, protagonizados precisamente por las dos columnas principales de la Iglesia (Pedro y Pablo), narrados en los Hechos de los Apóstoles, que no son muy conocidos o recordados: “Había en Joppe una discípula llamada Tabitá… Por aquellos días enfermó y murió… [Avisaron a Pedro]. Pedro se puso de rodillas y oró; después se volvió al cadáver y dijo: ‘Tabitá, levántate’. Ella abrió sus ojos y al ver a Pedro se incorporó. Pedro le dio la mano y la levantó” (Hch 9,36-41). En otro pasaje, Pablo está dando una larga catequesis en Tróada (el noroeste de la actual Turquía); la catequesis se alarga y un joven llamado Eutico se duerme en el alféizar de la ventana, cae al suelo y muere: “Bajó Pablo, se echó sobre él y tomándolo en sus brazos dijo: ¿No os inquietéis, pues su alma está con él” (ver Hch 20,7-12).
s i h oy e s c u c h á i s s u vo z Estas son sólo algunas pinceladas de las novecientas veces que, aproximadamente, aparecen las diversas formas del verbo levantar en la Escritura, entre las que descuellan las numerosas curaciones del Señor y de los Apóstoles, que levantan de su postración a tantos enfermos, iconos corporales del pecado y de la muerte. Imposible detenerse en todas ellas, pero más imposible resistirse a no reseñar algunos ricos matices: unas veces se recalca la situación del hombre hundido en el lodo de sus miserias, como se refleja en Job: “El hombre que muere no se levantará, se gastarán los cielos antes que se despierte, antes que surja de su sueño” (Jb 14,12); “a una cuchichean contra mí todos los que me odian, me achacan la desgracia que me aqueja: ¿Cosa de
A L A VO Z D E JES Ú S, LÁ ZA R O SE I NC ORP ORA , COMIENZA A A N DA R Y S A L E A F U E R A ¡ OT R O QUE SÍ HA POD ID O L E VA N TA R S E !
infierno ha caído sobre él, ahora que se ha acostado, ya no ha de levanta rse” (Sal 41,8). Por eso, ¡”ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante” (Qo 4,10).
[en ese tercer día] (Is 60,1), que es lo mismo que, dulcemente, dice Jesús resucitado a su Iglesia y a cada alma: “LLevántate, amada mía, hermosa mía y vente! (Ct 2,10 y13).
En otras ocasiones queda manifiesta la esperanza de un final feliz: “Sé que mi redentor vive y que en el último día yo resucitaré de la tierra” (Jb 19,25, en la traducción de la Vulgata), porque así estaba profetizado: “Revivirán tus muertos, sus cadáveres resurgirán [sse levantarán] y darán gritos de júbilo los moradores del polvo” (Is 26,19); más aún: “Venid, volvamos a Yahvéh, que él ha desgarrado y él nos curará, él ha herido y él nos vendará. Dentro de dos días nos dará la vida, y al tercer día nos levantará y en su presencia viviremos” (Os 6,1-2), palabras que nos ayudan a dilucidar mejor la doctrina paulina de que si hemos muerto con Cristo, también con Él hemos resucitado (ver Rm 6,1-11). Por eso el mismo Isaías explota de júbilo: “¡Arriba —llevántate—, resplandece, que ha llegado tu luz y la gloria de Yahvéh sobre ti ha amanecido”
Otras veces la voz consoladora de Jesucristo es el premio de la fe. Es el caso de la fe quienes descolgaron a un paralítico por la techumbre de la casa donde estaba predicando Jesús: “Ánimo hijo, tus pecados te son perdonados… ¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir ¿LLevántate y anda’?... Levántate, toma tu camilla y vete…” (Mt 9,1-8); es el caso del ciego de Jericó que llama a Jesús a voz en cuello y le dicen: “¡Ánimo, levántate! Te llama” (Mc 10,46-52); o el del único leproso de los diez curados que vuelve donde Jesús a postrarse ante él y darle gracias: “LLevántate y vete, tu fe te ha salvado” (Lc 19,19), que es lo mismo que le dijo a la mujer adúltera cuando un grupo de escribas y fariseos querían apedrearla: “¿Nadie te ha condenado?... Tampoco yo te condeno. [LLevántate] vete y en adelante no peques más” (Jn 8,10-11).
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z Ahí está aquel perentorio “¡LLev a n t a o s !, ¡vámonos!” (Mt 26,46, en el Monte de los Olivos, o “vámonos de aquí”, del Cenáculo: Jn 14,30), en contraposición a Samuel, que por dos veces se levantó a la voz de Dios que lo llamaba y se volvió a acostar (ver 1S 3,1-9).
J esús sí se h a l eva n t a d o d e e nt re l o s muertos Él ha sido el único que ha podido cantar en una mañana pascual única y bellísima, cuando la aurora no había llamado aún al sol para teñir de arreboles las nubes: “Hoy sí me puedo levantar”. Una profecía muy antigua lo había anunciado por boca de Balaam: “De Jacob avanza una estrella, un cetro surge (se levantará) en Israel” (Nm 24,17), como ratifica y verifica San Pedro: “Así se nos hace más firme la palabra de los profetas…, como a lámpara que luce en lugar oscuro, hasta que despunte el día y se levante en vuestros corazones el lucero de la mañana” (2P1,19); por eso, a todos los que venzan la muerte con Cristo, Él mismo “les dará el Lucero del alba” (Ap 2,28), ya que “Tú me has hecho experimentar tantas
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angustia y males, pero volverás a darme vida y de nuevo me levantarás desde los abismos de la tierra” (Sal 71,20). De vez en cuando, desde hace algunas décadas, asoman a nuestras pantallas películas de zombis, que dudo mucho, muchísimo, que tengan algo que ver con el séptimo arte, sino que más bien son un amasijo de filmes de terror, arte escénico de cloaca y burdos ribetes tétrico-cómicos, como el ¿último? botón de muestra de la cinta noruega “Zombis nazis”. Sin darse cuenta reflejan una imagen de lo más sombrío y triste que anida en el corazón de la humanidad: a la realidad pujante de cadáveres ambulantes que somos todos —por efecto del demonio, del pecado y de la muerte— (aunque parezca que le felicidad inunde nuestras mentes y dibuje sonrisas inacabables en nuestros rostros), se contrapone la imagen repelente de zombis vivos, y no sabemos qué es más obsceno y repugnante, si un cadáver ambulante o un zombi vivo. Y lo más triste es que la vida del hombre, como diría un Job moderno, se desenvuelve en un espacio cada vez más estrecho entre ambas zonas, a cual más macabra.
Nada extraño, pues, que la única perspectiva de salida —huida mejor dicho— de tal tenaza sea la depresión, la droga o cualquier tipo de alienación (donde siempre hay tres en el podio: el dinero, el poder y el sexo) y, finalmente, el suicidio. Lógicamente lo único que se puede oír en medio de tal postración es “Hoy no me puedo levantar! En medio de un panorama así, hay que volver a abrir los ojos del corazón a la esperanza y recordar que Dios “no es un Dios de muertos, sino de vivos” (Lc 20,38). Él no quiere ni cadáveres ambulantes ni zombis vivos. Hay un episodio evangélico que a alguien le gustaría adscribir a estas corrientes siniestras: el primer Viernes Santo muere Jesús en la Cruz y, al gemido de su último estertor, se produce una serie de fenómenos misteriosos que contienen un gran significado: se rasga el velo del Templo —se acabó todo lo anterior— tiembla la tierra y se resquebrajan las rocas, “y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron” [se levantaron de sus sepulcros] (Mt27,52). Es la queja infinita del universo que no puede aceptar lo ocurrido,
s i h oy e s c u c h á i s s u vo z no puede soportar tal ignominia, y provoca esos acontecimientos: aquella tierra con cuyo limo se amasó el cuerpo del primer hombre (habría que recordar aquí que el término “sangre” en hebreo es “dam”: Adám sería hombre rojo, amasado y enrojecido por el color de la arcilla-sangre…). Aquella tierra —decía— se rebela al recibir la sangre roja del cuerpo exánime de Cristo y devuelve a la vida los cuerpos de los santos de los alrededores del Calvario… Esta protesta de la tierra es como un preludio de la resurrección futura: de hecho, los cuerpos de estos santos difuntos que resucitaron al morir Jesús, “saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos” (Mt 27,53). Es ni más ni menos el “efecto intrínseco” de la resurrección de Jesús, nada que ver, pues, con esas pretendidas escenas artísticas de ultratumba, donde no se sabe quién es hedionda metáfora funeraria del otro, si los cadáveres ambulantes lo son de los zombis o éstos de los primeros. Difícil lo tienen ambos —no imposible para Dios— que unos y otros lleguen a la resurrección, sencillamente
porque desconocen el dulce sabor de la muerte en la Cruz, que es fielato obligado para la entrada en la vida eterna.
n o s l ev a n t a r á y s e re m o s s a l vo s ¿Qué significa todo esto? Pues que hay luz al final del túnel, hay esperanza en el sufrimiento, hay vida dentro de la muerte (si el grano de trigo no muere…, no se pudre en la tierra, no surge la espiga): sólo cuando muere Jesucristo, cuando la sangre de su cuerpo yerto empapa la tierra, ésta revive y origina la nueva vida de los cuerpo resucitados. Hay uno que ha sido muerto y enterrado y ha salido del sepulcro: ¡Se ha levantado! Se han cumplido las profecías: “Aparecerá el retoño de Jesé, el que se levanta para imperar sobre los gentiles. En Él pondrán los gentiles su esperanza” (Rm 15,12, citando a Is 11,10). “A este Jesús Dios le resucitó [lo levantó]… y lo ha exaltado [levantado] a la diestra del Padre” (Hch 2,32-33). Este es “el Dios de la paz, que, en virtud de la sangre de una Alianza eterna, levantó a Jesús de entre los muertos” (Hb 13,20).
Pero no para aquí la cosa, pues esa misma resurrección es para cada uno de nosotros: “Y Dios, que resucitó [levantó] al Señor, nos resucitará [nos levantará] también a nosotros mediante su poder” (1Co 6,14); “si crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo” (Rm 10,9). Precioso aquel himno de la Iglesia primitiva que debía resonar en las catacumbas, mientras el Pan y el Vino seguía guardando a los fieles para la vida eterna: “Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo” (Ef 5,14). Mientras me invento una melodía distinta a la de aquel “Hoy no me puedo levantar”, yo “me levanto a medianoche a darte gracias” (Sal 119,62).
H AY U N O Q U E H A S I D O M U E RTO, EN TER R AD O Y H A SA L I D O D E L S E P U LC R O : S E H A L E VA N TA D O Y N O S L E VA N TA R Á TA M B I É N A N O S OT R O S
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z
Los signos de los tiempos Desiderio Parrilla Martínez Doctor en Filosofía, Profesor de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM)
N
unca vivieron en la tierra tantos hombres
tiempo la
como
presente.
humanidad
en
el
Nunca
tuvo
un
conocimiento tan profundo
del
mundo
y
nunca
hasta hoy pudieron algunas
personas
tener
la
capacidad de influir tanto en su entorno como para poder llegar, en el límite, a provocar, si quisieran, la destrucción completa de la vida sobre el planeta. Por
eso
nunca
antes
había sido tan imperiosa la necesidad de contar con
un
cristiano
discernimiento que
permita
mejor conocer el pasado, situarnos en el presente y hacer la voluntad de Dios en el futuro.
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z En los inicios del tercer milenio todo está conceptualizado, no hay ya tierras vírgenes de las que no se ocupen las ciencias y las técnicas (incluyendo entre éstas a la política o la geografía). Las ciencias y las técnicas (mecánicas, políticas) tratan de organizar toda la realidad y pretenden agotar el conocimiento del presente.
de Tercer Milenio. Pero también tenemos que ser discípulos de san Agustín de Hipona y hacer Teología de la Historia; debemos pedir el Espíritu Santo para que nos permita contemplar en su dimensión escatológica el momento histórico presente y hacer así presente a Cristo en esta generación, siendo sal, luz y fermento del mundo.
Sin embargo, los conceptos de que se sirven para determinar el conjunto de la realidad del mundo, no agotan su conocimiento. Sólo la Iglesia está en condiciones de realizar un discernimiento adecuado de la situación presente a nivel planetario.
“No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?” (Is 43, 18). El profeta en su misión de alentar al pueblo israelita intenta percibir la novedad que se avecina; procura discernir los signos de los tiempos que ayuden a encontrar consuelo a sus conciudadanos. Hoy la Iglesia es llamada a descubrir las nuevas semillas que van brotando día a día en el entramado de la historia. Está convocada para desvelar la presencia de Cristo en medio de las vicisitudes humanas.
Como católicos tenemos, por tanto, la obligación de ser discípulos de santo Tomás de Aquino y hacer Geopolítica; debemos adquirir la mejor formación que el uso natural de la razón nos permita alcanzar para conocer adecuadamente esta sociedad global
LA CULTURA POSMODERNA Y NEOPAGANA ACTUAL EXIGE PASAR DE UNA PASTORAL CENTRADA EN LA RECEPCIÓN DE LOS SACRAMENTOS A OTRA MÁS EVANGELIZADORA, MISIONERA Y CATECUMENAL
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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z preferencia por los pobres y los jóvenes Hoy la situación social aparece como cambiante. No se trata simplemente de una época de cambio, sino de un cambio de época. Un determinado modelo histórico de vivir y presentar el cristianismo se está agotando. La Iglesia no puede permanecer indiferente ante este fenómeno de dimensiones mundiales. La nueva sociedad se está vertebrando en torno a las ciudades. La dinámica urbana es imparable desde la perspectiva de la globalización y aparece como un “nuevo areópago”, en palabras de Juan Pablo II. A juicio de David Barrett, a medida que crecen las ciudades, el porcentaje de los cristianos urbanos disminuye. En 1980 su número descendió el 46,3%; según este autor, los no cristianos en las ciudades aumentan uno cada segundo. En 1990, las denominadas megaciudades (más de un millón de habitantes) no cristianas eran 5, mientras que hoy ya son más de 121 y se presume que para el año 2059 serán 510. En nuestros días se estima que más del 33,6% de la población estará en las ciudades del tercer mundo y, de ese total, la mayoría se asentará en áreas muy pobres o suburbios.
Desde este contexto, no se puede hablar sólo de misión urbana, sino de misión urbana entre los pobres y preferencialmente hacia los jóvenes. Por decirlo todo a la vez, evangelizar la sociedad del nuevo milenio significa evangelizar las grandes ciudades con una opción preferencial por los pobres y por los jóvenes. En África el 60% de la población son jóvenes con menos de 24 años. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (División de Población, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales), en la pirámide de población mundial estimada para 2050 predomina la población joven sobre la adulta, de manera que de los 9.000 millones de seres humanos previstos para entonces, 4.200 millones serán menores de 30 años.
ES NECESARIO MÁS QUE NUNCA CONTAR CON UN DISCERNIMIENTO CRISTIANO QUE PERMITA CONOCER MEJOR EL PASADO, SITUARNOS EN EL PRESENTE Y HACER LA VOLUNTAD DE DIOS EN EL FUTURO
s i h oy e s c u c h á i s s u vo z Sin duda, la sociedad global y secularizada del Tercer Milenio supone un desafío evangelizador sin precedentes; supone un reto a caminar hacia una pastoral nueva para las iglesias de vieja cristiandad. Hay que pasar de una pastoral sacramentalizadora a otra de corte más evangelizador. La pastoral tradicional de sacramentos muestra estos rasgos: la iniciación cristiana no es fruto de una acción evangelizadora previa, sino que se centra en la recepción de sacramentos.Tiende a olvidarse el dinamismo eclesial de siempre sin tener en cuenta el proceso evangelizador de tipo misionero y catecumenal. Esta pastoral de mantenimiento considera realizada ya la adhesión de las personas al cristianismo; la adscripción a la Iglesia es confiada a los medios de socialización, como son la cultura, la sociedad y la familia. Por ello, la acción pastoral tan sólo debe dedicarse a mantener ese cristianismo sociológico.
LA IGLESIA ESTÁ LLAMADA A DESVELAR LA PRESENCIA DE CRISTO EN MEDIO DE LAS VICISITUDES HUMANAS, PERO AHORA CON UN NUEVO MODELO DE VIVIR Y PRESENTAR EL CRISTIANISMO
como católicos tenemos la obligación de ser discípulos tanto de santo Tomás de Aquino, y hacer Geopolítica, como también de san Agustín de Hipona, y hacer Teología de la Historia Sin embargo, esta pastoral de cristiandad es inviable hoy por el simple hecho de que la cristiandad sociológica ha desaparecido. Reconociendo el indiscutible valor histórico que este modo de vida cristiano ha tenido en el pasado, es hoy en día un estilo pastoral que tiene un inconveniente muy grave: confía la adhesión al cristianismo a unas redes de socialización que, dado el secularismo avanzado, no son ya eficaces. Para compensarlo tampoco parece posible evangelizar 7.000 millones de almas complementando esta pastoral tradicional con una pastoral de ambiente o catequética, que supliera las deficiencias inherentes a la cultura posmoderna y neopagana actual.
s i h oy e s c u c h á i s s u vo z una nueva pastoral misionera y catecumenal La solución, empero, no consiste en inundar el mundo de libros y revistas de pastoral que nadie lee, ni en la creación de institutos misioneros donde nadie ingresa. Sabemos que la solución es una pastoral de comunidades en misión no por un proyecto de ingeniería eclesial, salido del despacho de algún pastoralista y emprendido desde un cierto voluntarismo pelagiano. Esta es la solución y no otra. Lo sabemos, a ciencia cierta, tanto como puede saberse algo con certeza. Pero lo sabemos por otra razón: porque esta pastoral existe ya como un pueblo en marcha extendiéndose por todas las naciones del globo terráqueo. Este pueblo hecho de pequeñas comunidades es un hecho objetivo; pero obra de Dios, que por pura misericordia se ha compadecido de los hombres de esta generación y ha suscitado gratuitamente un camino de conversión y evangelización adecuado para la sociedad global del Tercer Milenio. Para saber cuál es la solución para la Nueva Evangelización basta con mirar al mundo y aceptar los hechos que ya son incontestables. Frente al hecho de la descristianización del mundo este pueblo, sin embargo, crece de manera populosa y está ya presente en los cinco continentes del mundo. Frente al colapso de la cristiandad, surge potente este pueblo numeroso, en cuyo seno las comunidades realizan el anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo a todas las naciones de la tierra. Frente al fenómeno de la secularización, este pueblo emprende la evangelización “Ad Gentes”, implantando el evangelio en aquellas zonas donde no hay presencia cristiana, viviendo entre los pobres y anunciando a los jóvenes, a los alejados y pecadores, el perdón de sus pecados. Frente a la apostasía masiva en occidente, este pueblo vive de un camino de renovación postbautismal, así como de un itinerario bautismal para salvación de los no bautizados. Frente a la desafección anticlerical generalizada, este pueblo vive en obediencia a Cristo, sirviendo fielmente a sus pastores los obispos y a la Cabeza Suprema de la Iglesia, el Romano Pontífice. Frente a la “muerte de la familia”, este pueblo espera ver cumplida de manos de María la Promesa de que en el mundo surgirán comunidades como la Sagrada Familia de Nazaret donde se vivirá en humildad, sencillez y alabanza y donde el otro es Cristo. Estos y no otros son los signos de los tiempos.
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l u z p a ra e l m u n d o
El Sínodo de los Obispos para Oriente Medio Buenanueva
a aparición de este número de “Buenanueva” coincide casi con la clausura de este reciente Sínodo, celebrado en el Vaticano, del 10 al 24 de octubre, con el tema “La Iglesia Católica en Medio Oriente: comunión y testimonio”. Ofrecemos a continuación algunos párrafos de la meditación que el Papa Benedicto XVI realizó el día 11 por la mañana.
L
Pío XI, en 1930, había introducido esta fiesta [la Maternidad divina de María], mil seiscientos años después del Concilio de Éfeso, el cual había legitimado, para María, el título de “Theotókos”, “Dei Genitrix” [Madre de Dios]. Con esta gran palabra “Dei Genitrix”, “Theotókos”, el Concilio de Éfeso había resumido toda la doctrina de Cristo, de María, toda la doctrina de la redención… En realidad, “Theotókos” es un título audaz. Una mujer es Madre de Dios. Se podría decir: ¿cómo es posible? Dios es eterno, es el Creador. Nosotros somos criaturas, estamos en el tiempo: ¿cómo una persona humana podría ser Madre de Dios, del Eterno, dado que nosotros estamos todos en el tiempo, somos todos criaturas? Por ello se entiende que había una fuerte oposición, en parte, contra esta palabra. Los nestorianos decían: se puede hablar de “Christotókos” [Madre de Cristo], sí; pero de “Theotókos” no: “Theós”, Dios, está por encima de todos los acontecimientos de la historia. Pero el Concilio decidió esto, y precisamente así puso a la luz la aventura de Dios, la grandeza de cuanto hizo por nosotros. Dios no permaneció en sí mismo: salió de sí mismo, se unió de tal forma, tan radicalmente con este hombre, Jesús, que este hombre Jesús es Dios, y si hablamos de Él, podemos siempre también hablar de Dios.
No nació solamente un hombre que tenía que ver con Dios, sino que en Él nació Dios sobre la tierra. Dios salió de sí mismo. Pero podemos también decir lo contrario: Dios nos atrajo en sí mismo, de modo que ya no estamos fuera de Dios, sino que estamos en su intimidad, en la intimidad del mismo Dios… El Concilio comenzó con el icono de la “Theotókos”. Al final el papa Pablo VI reconoció a la propia Virgen el título de “Mater Ecclesiae” [Madre de la Iglesia]. Y estos dos iconos, que inician y concluyen el Concilio, y están intrínsecamente unidos son, en definitiva, un solo icono. Porque Cristo no nació como un individuo entre los demás. Nació para crearse un cuerpo: nació —como dice Juan en el capítulo 12 de su Evangelio— para atraer a todos hacia sí y en sí. Nació —como dicen las cartas a los Colosenses y a los Efesios— para recapitular todo el mundo, nació como primogénito de muchos hermanos, nació para reunir el cosmos en sí, de forma que Él es la cabeza de un gran Cuerpo. Donde nace Cristo, comienza el movimiento de la recapitulación, comienza el momento de la llamada, de la construcción de su Cuerpo, de la santa Iglesia. La Madre de “Theós”, la Madre de Dios, es Madre de la Iglesia, porque es Madre de Aquel que vino para reunirnos a todos en su Cuerpo resucitado.
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Ke r i g m a
El
cielo está encapotado Buenanueva
H
ace tiempo corría por ahí un trabalenguas que, aunque no lo transcribo exactamente porque circulaban varias
versiones, venía a decir
así:
“El
cielo está encapotado, quién lo desencapotará; el desencapotador
desencapote, buen desencapotador será”. Esto,
que lo
antes,
era un juego de niños; hoy
puede ser una tragedia de hombres
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Ke r i g m a
“¿Quééé?”, dirá alguien. “¿Eso del cielo encapotado son noticias del hombre del tiempo? No, no hablamos de las nubes que tapan el cielo azul, sino de las otras nubes que, nos dicen, no tapan nada; o sea, que no hay cielo que valga, que el cielo está cerrado (o, mejor dicho: que no está, ni cerrado ni abierto, que no hay cielo) y que sólo cuenta lo que hay “debajo” de esas “nubes”, que es lo mismo que decir que nos basta con lo que hay de tejas para abajo y nos sobra cualquier cielo pasado, presente o futuro, que para nada lo necesitamos.
por mucho que
se empeñen los materialistas en encerrarnos en
un asfixiante
círculo hay un sol que nos
ha visitado de lo alto para
iluminar a los que vivíamos
en tinieblas
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Ke r i g m a
un cielo de cemento y hormigón Hace tiempo que la diosa Razón, el Iluminismo y la herencia de los padres de la teología de la muerte de Dios han dado el finiquito a la transcendencia, queriendo mandar al otro barrio a las “obtusas mentes de los creyentes” alienadas por el antiguo y siempre nuevo “opio del pueblo”. Nos han cambiado el agua: somos como peces que vivimos en el remanso tranquilo de nuestra religión “de siempre” y, poco a poco, el agua se ha ido yendo por el sumidero de la rutina y lo superficial, a la par que el estanque se iba rellenando con los nuevas aguas de la “new age”, de la postmodernidad, donde campa a sus anchas la aquiescencia con el relativismo y la adaptación o adopción de lo políticamente correcto, entendiendo por tal lo que la mayoría decida, en pro de una santa, arbitraria e intocable democracia, como si el número fuese un aval de la verdad, que puede cambiar de signo según apunte el soplo de la mayoría sobre la flecha de la veleta, girando así al antojo de los vientos. Se acabó, pues, la objetividad, no queda sitio para la ley natural y, si nos ponemos de acuerdo en llamar avión a una botella (que ya éste se pasa
tres pueblos como ejemplo disparatado), lo hacemos (o la botella se convierte en avión): todo es una simple cuestión de lenguaje. ¿Se confirmaría así aquello de que “stultorum infinitus est numerus”: el número de los tontos es infinito? ¡Qué más da!, si ya se ha secuestrado el meollo de las palabras y sólo quedan frases sin contenido y discursos huecos: objetividad y ley natural son cuestiones sin transcendencia, entre otras cosas, porque ya no hay nada transcendente. Los hombres hablamos y hablamos y decimos millones y millones de palabras para apenas expresar algo; Dios pronunció una sola vez una sola Palabra y con ella lo dijo todo: Jesucristo. Lejos de mí llamar tonta a la democracia, pero sí hay muchos “listos” que la instrumentalizan como parapeto de inconfesables ambiciones. De aquí a que luego la ética y la moral se conviertan en pura política, no hay más que un paso. Lo político adquiere rango de categoría suprema, como si de un “princeps analogatum” se tratara, y todo se subordina a su hegemonía, rindiendo culto a la emanación de una mentalidad ilustrada, que desemboca en una
SÓLO EN EL
CUERPO DE JESÚS
RESUCITADO
VIVO ENTRE
NOS OT RO S
SE PUEDE DAR CULTO A DIOS
EN ESPÍRITU
Y EN VERDAD
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Ke r i g m a especie de nihilismo. De hecho, todo, pues, es política; y si, por ejemplo (pongamos tres o cuatro) políticamente conviene a los fines de alguien o de una determinada línea de pensamiento —que no debería extrañar a nadie si se apunta que tiene respaldos de tintes masónicos— adoctrinar a nuestros hijos en la escuela, secundando sin pudor sus instintos primordiales, porque así me congratulo con ellos y con la masa, y mañana me mantienen en el poder —supongo que a nadie se le oculta la referencia explícita a la EpC (Educación para la Ciudadanía)—, ¡estupendo!; y si damos carta de naturaleza a la unión de dos personas, sin distinción de sexos y lo llamamos matrimonio —se ponga como se ponga la tradición de siglos y siglos y se revuelva en sus sillones la Real Academia de la Lengua—, eso será más conveniente que decir lo contrario (no decimos “mejor”, sino más “conveniente”), no sea que se nos acuse de homófobos; y si tengo que liquidar al “nasciturus”, porque ya somos muchos y aumenta fuera de lo previsto el gasto social, más oportuno (de nuevo no “mejor”, sino más “oportuno”) es salvar la economía que salvar vidas humanas, como ocurre igualmente si adelantamos la muerte de ancianos improductivos, que se han convertido ya en una tara para el sistema, en un peso insostenible dentro de una economía sostenible…: nos ahorramos bocas, camas y una pasta gansa.
SÓLO EN EL CUERPO DE
JESÚS RESUCITADO,
VIVO ENTRE NOSOTROS,
SE
P UE D E
DAR
CULTO A DIOS EN “ESPÍRITU
Y EN VERDAD”
de la tiranía al Reino eterno Pero no; por muy encapotado que esté el cielo, por muy nublado que esté el orbe terráqueo, el cielo azul existe. Que se lo pregunten a los pilotos de cualquier compañía aérea; basta que enfilen su avión a más de diez mil metros de altura y arriba todo vuelve a ser hermoso y luminoso. Por mucho que se empeñen todos los materialistas, inmanentistas, nihilistas y relativistas en encerrarnos en un asfixiante círculo que empieza con la palabra “sufrimiento” y acaba con el trinomio “vértigo-náusea-angustia”, hay un Sol que nos ha visitado viniendo de lo alto para iluminar a los que vivíamos en tinieblas y en sombras de muerte (ver Lc 1,78-79).
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Ke r i g m a
En Adviento hay una de los ocho antífonas en “O” que se recrea en una gozosa progresión ascendente de la luz (la quinta, propia del 21 de diciembre): “¡Oh Sol naciente! (“O Oriens”), que naces de lo alto, Resplandor (“Splendor lucis”) de la luz eterna, Sol de justicia (“Sol iustitiae”), ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte”. Primero es la aurora que rompe la noche; luego el resplandor de media mañana, huido ya todo resquicio de noche y sombras, y, finalmente, un sol de justicia, en el doble sentido: un sol que quema porque está en cénit y, a la vez, un sol ardiente que trae la justicia sobre las sombras: es el anuncio de Cristo victorioso de la muerte, saliendo resplandeciente de la tumba, abatiendo todas las brumas e iluminando con su cuerpo resucitado las tinieblas que envolvían al hombre en ese círculo de nubarrones tenebrosos.
EL CIELO ESTÁ ENCAPOTADO PARA EL HOMBRE QUE SE MIRA A SÍ MISMO, SIN DESCUBRIR EN ESE TRISTE ESPEJO DE SU INTERIOR LA IMAGEN DE JESUCRISTO 48
Sí. Existe el cielo; hay un cielo que no es este cielo azul telúrico que nos envuelve. El Cielo es el mismo Cuerpo de Jesús Resucitado, aquel Hijo de Dios que existía desde el principio cabe el Padre (Jn 1,1) y que, “en la plenitud del tiempo” (Ga 4,4), se hizo hombre en el seno de la Virgen María por virtud del Espíritu Santo. El Apocalipsis se sirve continuamente de la metáfora de la Jerusalén celeste para hablarnos del Cielo, incluso describiendo cómo es el templo divino, con su pavimento de cristal puro y sus doce piedras basilares y doce puertas… (ver, por ejemplo, los dos últimos capítulos, 21 y 22). El caso es que en una de las no pocas controversias de los judíos con Jesús, aquella en la que el Señor arroja del templo de Jerusalén a los mercaderes y cambistas, se encaran con Él y le preguntan: “¿Qué señal nos muestras para obrar así? Jesús les respondió: “Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré” (ver Jn 2,13-19). Ni sus discípulos ni los judíos entendieron de qué iba la cosa, que queda aclarada por el mismo evangelista: “Él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos que era eso lo que quiso decir” (Jn 2,21-22). Y Santuario es mucho más que el altar o templo, es el equivalente del “Sancta Sanctorum” de la Tienda en el desierto, lo más íntimo de la morada de Dios. “En Él no hay tiniebla alguna” (1Jn 1,5): por eso, donde entra —y entró en la muerte, en la suya y en la nuestra—, ilumina todo lo que haya en su lóbrego interior: efectivamente, nos ilumina a nosotros, “que estábamos muertos por el pecado” (Rm 6,11), porque “la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron” (Jn 1,5).
Ke r i g m a
mi Redentor está vivo Ahora entendemos mejor que, si Cristo entra en lo profundo del “seol” (Sal 86,13), tal como estaba profetizado —“pues no has de abandonar mi alma al seol” (Sal 16,10) —, es porque quiere cumplir la otra promesa: “ver la luz en tu luz” (Sal 36,10). ¿Qué Luz?: “Yo soy la Luz del mundo” (Jn 8,12). El vidente de Patmos lo sigue aclarando todo: En esa Jerusalén celeste “no vi Santuario alguno; porque el Señor, Dios Todopoderoso, y el Cordero, es su Santuario” (Ap 21,22). Él es el Templo de Dios, que no necesita lámparas que lo iluminen, porque Él es la Luz que los ilumina: “Y su lámpara es el Cordero” (Ap 21,23 y 22,5). Todavía hay muchos seguidores de Cristo y muchas multitudes de hombre de toda raza, lengua, pueblo y nación, que no saben nada de este Cielo-Templo y viven sumidos en la oscuridad de las tinieblas, sin Sol que los caliente y alumbre: unos porque lo ignoran y buscan a tientas la luz, y otros porque “amaron más las tinieblas que la luz” (Jn 3,19) y siguen emperrados en malvivir bajo sus nubarrones. Sólo en el Cuerpo de Jesús resucitado, vivo entre nosotros, se puede dar culto a Dios en “espíritu y en verdad” (Jn 4,23), es decir, en el Espíritu Santo y en la Verdad que es Cristo mismo. En la Fiesta de las Tiendas, Jesús se identifica con el Templo celeste surcado de ríos como fuentes de fecundidad de vida eterna: “Si alguno tiene sed, que venga a mí… De su seno correrán ríos de agua vida” —y matiza el discípulo amado—: “Esto lo decía refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeren en Él. Porque aún no había Espíritu, pues todavía Jesús no había sido glorificado” (Jn 7,37-39). Lo cierto es que ahora —¡ahora!— sí hay Espíritu porque Cristo ha resucitado y vive con nosotros. Otra cosa es que el hombre siga ensimismado, mirándose a sí mismo, sin descubrir en ese triste espejo de su interior la Imagen de Aquel Arquetipo, a cuya Imagen ha sido creado: por eso el cielo está encapotado. Y la maravilla de este Templo-Cielo es que es herencia nuestra, que lo hemos recibido en testamento de su legítimo propietario (el mismo Jesús) como legítimos herederos que somos: “¿Es que no sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu Santo habita en vosotros?” (1Co 3,16; 6,19 y 2Co 6,16). Él es el buen “Desencapotador que lo ha desencapotado”: Jesucristo. Absortos y atónitos se quedan los ángeles, espíritus puros (sin cuerpo), compartiendo con nosotros (almas y cuerpos que esperamos la propia resurrección con Jesucristo), ese Don celestial, al que accedemos incorporados con esta misma carne nuestra a la herencia de la inmortalidad corpórea del Resucitado, Primogénito de los muertos (Col 1,18).
LA MARAVILLA DE ESTE TEMPLO-CIELO ES QUE LO HEMOS RECIBIDO EN TESTAMENTO DE SU LEGÍTIMO PROPIETARIO (EL MISMO JESÚS) COMO LEGÍTIMOS HEREDEROS QUE SOMOS
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fa m i l i a d e N a za re t
Mi vida Magda Urrutia Maestra
ace pocos meses dejé un testimonio de cómo había encontrado el camino de la felicidad, ahora que ya he sobrepasado con creces el umbral de la tercera edad. En aquel escrito había dejado entre paréntesis cuanto había constituido mi vida matrimonial, como si nada hubiera tenido que ver con la felicidad, la infelicidad, las alegrías y los sufrimientos. No es así y, por eso, quiero incidir sobre ese gran período de mi vida desde aquellos 24 años que cumplí el mismo día de mi boda, hasta mis 62 casi recién cumplidos, cuando Enrique, mi marido, me dejó viuda hace ya una docenita de años, aunque parece que fue ayer. Y, sin embargo, ¡ha llovido tanto, antes y después…!
H
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matrimonial los primeros años de matrimonio Ya dije que aquel idílico período de mi infancia-adolescencia-primera juventud había sido un coser y cantar, sin conocer bastante los sinsabores de la vida. ¡Vamos!, que Babia era la sede de mis aposentos preferidos, donde habitaba en un país de las maravillas esa Alicia que había en mí. ¡Y así me casé! Enrique, tres años mayor que yo, como mandaban los cánones de la época, era un joven ingeniero de caminos y la boda fue por todo lo alto, sin ninguno de esos problemas que luego he oído contar infinidad de veces a amigas y conocidas. Catorce años de vida matrimonial, con ocho embarazos, incluidos dos abortos naturales, sirvieron y bastaron para romper todos mis esquemas y clichés de vida cómoda y placentera. Vinieron las molestias, los dolores, las noches sin dormir, los largos veranos con siete u ocho meses de embarazo, las visitas al médico un día sí y otro también, si no por Julito, por Nieves, por Manolín, por Sara, Santi o por Estrella… No paraba de limpiar culos, cambiar pañales (de los de pico, que todavía no había los
de usar y tirar, sino los de usar y lavar), dar el pecho, preparar biberones, poner infinitas lavadoras y tener arreglada la casa, contando con las leoneras en que se convertían los cuartos de los niños, con los juguetes, los cuadernos, los lapiceros y pinturas, los libros y todo el resto de cachivaches de por medio. Ejercí mi profesión de maestra unos siete años (tres antes de casarme), hasta mi segundo embarazo: pronto tuve que aprender que mi vida familiar era antes que mi vida laboral. Al casarnos convinimos en llevar una vida como la mayoría de la gente. Así, particularmente yo, me despojé de mis atavíos de vida cómoda y cierta molicie para enfrentarme a ser una simple ama de casa, renunciando al servicio doméstico que siempre había tenido con mis padres y quise ser una más, “del montón”. En fin, comencé a experimentar que dar la vida —¡parir!— era perderla; y que, perdiéndola así, o sea, perdiendo lo que ahora llaman calidad de vida, ganaba en una entrega y amor más profundo y sincero con mi marido y mis seis hijos.
Éstos —chico y chica alternativamente— me han dado no pocos problemas de todo tipo, pero sin comparación con el sinfín de satisfacciones que me han proporcionado. En especial Estrella, la benjamina, que fue un auténtico regalo caído del cielo, como una estrella en la madurez de nuestro matrimonio. Enrique, por otra parte, siempre ha sido un marido trabajador, bondadoso y comprensivo; incluso nuestras pequeñas desavenencias y alguna que otra trifulca no pasaron de un “quítame allá esas pajas”. Más aún: nuestras relaciones íntimas casi siempre partían de la búsqueda del bien del otro, en una atmósfera de respeto y serenidad, conscientes de que el cemento de unión de nuestro matrimonio era el mismo Cristo, como nos dijo el cura en la homilía de nuestra boda.
EXPERIMENTÉ QUE DAR LA VIDA —¡PARIR!— ERA PERDERLA; Y QUE, PERDIENDO EN CALIDAD DE VIDA, GANABA EN AMOR PROFUNDO Y SINCERO 51
fa m i l i a d e N a za re t Pero debo decir, con todo, que en medio de tanta abundancia de bondad natural, había siempre algo “allá dentro de mí” que pendulaba continuamente entre cosas naturalmente buenas sin posarse nunca en la raíz del bien. Sólo ahora, con el paso de los años, he com-
prendido lo que dice aquel salmo: “Tu gracia vale más que la vida” (Sal 63,4). Es cierto: esa vida, aunque era un terreno fértil para recibir esa gracia, todavía no la “olía”. No digo que ese estilo de vida que he llevado y vivido no haya sido una gracia en sí —pues he
comprendido también que el hombre no puede permanecer o perseverar en las virtudes naturales sin el auxilio de esa misma gracia—, pero he tardado mucho en subir al escalón de lo “sobre-natural”, seguramente porque Dios tenía su hora para ello.
hasta la muerte de Enrique Los hijos iban creciendo y nosotros madurando más y más. Primero fue la locura de las guarderías, de la escuela elemental, de las frecuentes visitas a las urgencias del hospital, de la compra continua de ropas y calzado, de los estudios de bachillerato para los más mayores y luego los estudios universitarios, repetición de cursos, abandono de la carrera por parte de dos hijos… Todo era un tren acelerado con pocas paradas; y, cuando paraba un poco en vacaciones, surgía otra serie de problemas con los que querían ir a la playa y con los mayorcitos que en ella se aburrían… ¡Para qué contar!
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a cenar esta noche?”… y, a los pocos años comenzó el desfile de las bodas. A todo el trajín de los años jóvenes de los chicos, se añadía ahora la aventura de la búsqueda de la casa, los preparativos de la boda de cada uno, las nuevas relaciones con los futuros consuegros, cuñados, hermanos, los vestidos de novia de las niñas, los gastos inacabables… que sí acabaron con nuestros ahorros.
Enrique solía venir todos los días a casa, salvo cuando se ausentaba por breve tiempo por motivos de trabajo. Casi siempre volvía con algún detalle para los muchachos —las más expectantes eran las chicas— y siempre con alguno para mí.
También la Providencia —ahora lo he visto claro— nos limó un montón de dificultades y los cinco primeros se casaron; la última chica se independizó hace unos años con un trabajo de administradora de fincas. Y, como es natural, comenzaron a venir los nietos, una docenita de churumbeles hasta el momento, que coronan mi vida, como las doce estrellas de la Virgen, aunque la voy a sobrepasar pronto porque ya hay otros tres en camino.
Empezaron los noviazgos de ellos y ellas, con las consabidas cantinelas “¿Puedo volver más tarde hoy? ¿Puede venir Diego
Un día, un 13 de julio, fiesta de San Enrique, el único emperador canonizado, cuando mi marido festejaba su santo y
cumpleaños, lo esperábamos todos en casa a la hora de la merienda-cena para celebrar sus sesenta y cuatro años. Enrique no volvió a casa. Se fue o un camión se lo llevó por delante en la carretera. Algo se rompió dentro de mí con la experiencia de un luto inesperado. No había mediado enfermedad alguna que nos hubiera preparado al desenlace. Todo fue de repente. Y ahora, en el trascurso de estos doce años de viudedad, sé lo que quiere decir que el Señor va y viene de repente, que la muerte es como un ladrón en la noche y la noche del dolor de mi luto fue el botín del ladrón que se había llevado a Enrique. En seguida comprendí que el ladrón no había sido el camionero, que salió indemne del trastazo, sino que había sido el mismo que le dio el ser, a él, a mí y a todos, y que, con todo derecho, reclamaba para sí lo que era suyo: la vida pasando por la muerte. Fue un fogonazo admirable en mi mente y en mi corazón contemplar que Jesucristo es el Señor de la vida y de la muerte.
f a m i l i a d e N a za ret
doce años viuda ¡De repente fue, de repente! Una tarda en reaccionar, igual que cuando el médico te dice que tu corazón tiene las horas contadas o, quizás lo mismo, cuando te enteras que tienes cinco décimos del gordo de Navidad o cuando un hijo te anuncia: “Mamá, que Pili se ha quedado embarazada y vas a ser abuela de trillizos”.
De repente fue, como de repente se inició la creación del universo después de cada “fiat” divino y de repente el Verbo se hizo carne por otro “fiat” humano de María de Nazaret, de repente se posó la Paloma sobre Jesús en el Jordán, de repente cambió el agua en vino en Caná, de repente resucitó al hijo de la viuda de Naim, de repente se transfiguró Jesús ante Pedro, Santiago y Juan, de repente se secó la higuera que había maldecido Jesús, de repente transformó el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre en la última Cena, de repente resucitó al tercer día, de repente subió Jesús a los cielos el día de la Ascensión, de repente vino el Es-
píritu Santo como un viento huracanado sobre la Virgen María y los Apóstoles, de repente Pablo se quedó
ciego camino de Damasco…, y de repente, en un pestañear de ojos, al son de la trompeta final, volverá Jesucristo al fin del mundo a juzgar a vivos y muertos…; de repente se fue Enrique o de repente se lo llevó el Señor… y ¡de repente me quedé viuda! La acción de Dios es así: repentina. El impacto de aquella noticia —“Enrique ha muerto en un accidente de tráfico”— fue simultáneamente un mazazo en el alma y un golpe de gracia, cuyos efectos perduran y se multiplican hoy. ¡Cuántas cosas he ido comprendiendo! Decía antes que la gracia es superior a la vida, y es que la fe “no se explica” (para entender mejor lo que creemos), sino que “la fe ilumina” para “ver” lo que no comprendemos.
EL CEMENTO DE UNIÓN DE NUESTRO MATRIMONIO SIEMPRE HA SIDO EL MISMO CRISTO
la soledad En mi relato anterior había dado a entender que había vivido ciegamente, aun teniendo a la mano todos los argumentos habidos y por haber para ver cómo todo encajaba perfectamente como en un bello puzzle de rosas sin espinas. Hoy puedo decir —con aquel gozo primitivo de quien por primera vez descubrió el fuego en la noche— que he hallado la Luz, que he descubierto en la noche de mi vida que Dios es Luz, que Jesucristo es la Luz del mundo.
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fa m i l i a d e N a za re t Conozco —y conocía ya de antes— a algunas viudas mayorcitas como yo. Si hay un lugar común en el que todas coinciden y se lamentan tiene un nombre: se llama soledad. Para la gran mayoría, “viuda” y “sola” son adjetivos sinónimos. ¡Cuántas y cuántos, en sus casas o en sus residencias geriátricas —muchas veces simples aparcamientos de la vida hasta que venga la grúa (la muerte) y se los lleve— no hacen más que lamentarse y lamerse su dolor como un Job moderno del siglo XXI: “¡Estoy sola! ¡Estoy solo!”. Y, a veces, hasta la misma mueca con que lo pronuncian, no se sabe si es un feo dibujo por el alzheimer o por el dolor profundo del alma. Llevo doce años viuda, llevo doce años sola físicamente en casita, pero no estoy sola de esa manera. No creo ser una “rara avis” confesando esto, desentonando así del sentir común de la mayoría de los ancianos.
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Tampoco soy tan “echá pa alante” como para asegurar que nunca me hayan mordido esos sentimientos, invitándome a traspasar la puerta de la angustia, de la desesperanza y de la depresión…; pero sí puedo decir que no es verdad, que no estoy sola, que ciertamente Dios está conmigo, que para mí cobran un significado muy hondo esos augurios de la misa cuando el sacerdote en nombre de Cristo (o Cristo mismo por boca del sacerdote) nos dice “el Señor esté con vosotros”. La soledad no es un pretexto para rezar más tiempo, que ya eso sería y es bueno —¡qué tristeza me produce ver a esos ancianos sentados en los parques pasando las horas muertas con la mirada y el gesto perdidos! ¿Es que no podrían pasar esas horas “vivas”?—, pues la exhortación a rezar sin intermisión no se la hizo Jesús a las viudas, sino a quienes estaban dormidos en Gestsemaní, a quienes estábamos en Babia, como me ha ocurrido a mí durante mucho tiempo, como le pasa a esa gran mayoría de ancianos de quienes acabo de hablar.
Soy de las que piensan que no se trata de rezar más deprisa para que quepan más rosarios en menos tiempo, sino de rezar más tiempo con el fin de que el corazón se prepare para el encuentro con el Señor como corona de la intimidad diaria con Él, pues nosotras tenemos más papeletas para estar dentro del grupo de quienes estamos más cerca de nuestra salvación que cuando abrazamos la fe, que fue allá por la primera parte del siglo pasado. Pero no sólo por esto, sino porque ahora ya pasó aquella vida de rosas sin espinas y ahora abundan las espinas sin rosas: los achaques de la edad, las enfermedades de esta tienda que se desmorona, noticias a veces desagradables de los hijos y nietos, el mundo hostil, anticlerical, agnóstico y ateo que nos rodea, la situación económica que no es como antes y que me hace saborear cierto grado de precariedad que desconocía…; en fin, que si no recurro a la oración, a la charla amorosa con Jesucristo, me muero y todo se me vuelve incoloro e insípido.
f a m i l i a d e N a za ret
mi intimidad con Dios No, no rezo más porque “no hay más remedio”. Aparte de que, ciertamente, la oración también es un remedio (es decir, más que un medio —un “re”-medio— para encontrarse con Dios), no se trata de una terapia para llenar el tiempo, sino que ahora soy yo dueña de mi tiempo para hacerlo pleno con la oración. Ni tampoco soy una monja de clausura, a las que comprendo perfectamente, las admiro y rezo también por ellas. Rezo; y quiero rezar más y mejor, no porque Dios tenga necesidad de mi oración, sino porque yo sin Él me muero. Tampoco la oración es un pretexto para refugiarse en un ideal sublimado poniendo a Jesús como esposo, una especie de subterfugio de amor platónico, una catarsis espiritual disimulada o descafeinada. Un error así vendría de antes, es decir, de haberse quedado en la fase material de marido y mujer como una sola carne, sin haber sabido o podido trascender a otra fase superior, en la que todo hombre —célibe o virgen, casado o viudo— tiene una vocación a formar esa “una sola carne” con el Verbo encarnado para entrar con Él en las bodas eternas. Yo no he sido una excepción y sólo, al comenzar mi etapa de viuda, he comenzado a atisbar la grandeza de esta vocación a las nupcias con el Cor-
dero y a recuperar el tiempo perdido. ¡Cuántos matrimonios derrochamos años y años al margen de esta originaria vocación, esencial y previa a cualquier otra vocación posterior! Por lo pronto, yo he comenzado a hablar de estas cosas con mis hijos.
ocio a fomentar la sensualidad como relleno de algún desahogo escondido o pasatiempo sin sentido! Que no se me tilde de “carca” por eso, que ser viejo —igualito que ser joven— no está reñido con un sano esparcimiento, una partida de cartas, una sesión de gimnasia rítmica y alguna coPor eso he dicho que no estoy peja de anís o caña si la tensola. Y si digo que me falta sión arterial lo permite. tiempo para estar con el “Esposo”, alguien me tachará de Estoy convencida de que mi exagerada; pero sé muy bien Enrique está más que contento que incluso muchos jóvenes con este modo de pensar y vipueden comprender la necesi- vir desde que él se fue de redad de hablar y estar con la per- pente. No hay día que no lo sona de la que se está ena- tenga presente, que hable con morado. ¿Podéis creerme ahora él en todos los rincones de la que a mis setenta y cuatro años casa y, sobre todo, no hay día pueda estar profundamente que no rece por él. Pero él y yo enamorada de Jesucristo? ¡Qué sabemos lo que significa lo que desilusión y tristeza me causa la Iglesia nos dijo en nuestra cuando veo en la tele esas es- boda: “Hasta que la muerte os cenas de grupos de mayores separe”. No quisiera molestar a —¿por qué tonto eufemismo nadie si pienso que me parece dejamos de llamarnos viejos, que ronda con cierta ñoñería con lo bien que el anciano es creer que en el Cielo vamos a contemplado y tratado en la seguir siendo una familia-piña, Biblia?—, que en sus vacacio- cuando el objeto de todos nes dedican tantas horas de nuestros anhelos va a ser adentrarse más y más en el in“TU GRACIA VALE MÁS terminable conocimiento de Dios y en un amor que proQUE LA VIDA”, gresivamente no acabará PORQUE EL HOMBRE nunca…, como para tener esNO PUEDE pacio para relaciones familiares como las de acá, trasladando al PERMANECER EN LAS la vida que vivíamos en VIRTUDES NATURALES Cielo la tierra: “Ya no habrá marido ni SIN EL AUXILIO mujer, sino que todos seremos DE ESA MISMA GRACIA como ángeles de Dios”.
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¿eres feliz? Al comenzar mi primer relato, me preguntaba si era feliz. Ya he confesado que durante mucho tiempo, en el fondo, no lo era. Ahora no tengo empacho en manifestar que, en medio de la precariedad de mi vida actual, viuda y vieja, de la debilidad que conllevan los años, de las limitaciones que acompañan a una viuda…, que sí soy feliz, floreciente como trigo entre cizaña, en espera de la siega gloriosa que me abra las puertas del Cielo. ¡Qué bello aquel salmo que canta: “En la vejez tienen fruto, se mantienen frescos y lozanos”! (Sal 92,15). No me considero modelo de nada ni de nadie y estoy inmensamente agradecida al Señor porque ha fijado sus ojos en la pequeñez de esta esclava. Soy feliz porque he encontrado la Luz, porque Dios se ha manifestado como Padre de huérfanos y viudas, porque Jesucristo me ha aceptado como esposa para el Reino de los Cielos.
EN LA NOCHE DE MI VIDA QUIERO REZAR MÁS Y MEJOR, NO PORQUE DIOS TENGA NECESIDAD DE MI ORACIÓN, SINO PORQUE YO SIN ÉL ME MUERO
Revista Buenanueva busca voluntarios para hacer una labor de difusión los domingos por la mañana a la salida de las misas. Un trabajo estupendo de acercar a la gente una revista que lleva a los hogares la Buena Nueva, los problemas del hombre de hoy iluminados por la luz del Evangelio. Te ofrecemos un trabajo sencillo pero gratificante. Anímate a emprender esta maravillosa experiencia. Adaptaremos los voluntarios a los domingos que puedan hacerlo. Todas las personas interesadas pueden llamar al teléfono 91 759 79 68.
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U n d i n e ro b a ñ a d o e n s a n g r e Desde Hollywood llega a los cines españoles el valiente documental “Blood Money, el valor de una vida” (Dinero ensangrentado) en el que por primera vez se denuncia sin tapujos el rentable negocio económico del aborto. Partiendo del hecho científico de que la vida comienza en la concepción (el feto es una vida humana aunque la exministra Bibiana Aído no acierte a entenderlo), la película expone crudamente la realidad que empuja cada año a más de 1.600.000 mujeres norteamericanas a abortar y las terribles consecuencias de ello. Dirigida por David K. Kyle y narrada por la Dra. Alveda King, sobrina de Martin Luther King, el filme busca ante todo “conseguir que aflore la verdad para salvar a los no nacidos”. Para ello la película deja claro que el aborto supone la muerte de un ser humano, una tragedia para la mujer, un enorme fracaso social y un ventajoso negocio para los abortistas. Los duros testimonio de jueces, médicos, psicólogos, voluntarios del movimiento provida, como también de jóvenes que han abortado, lo corroboran. Y es que, aunque la realidad sea de sobra conocida por todos, estas entrevistas otorgan al documental grandes dosis de realismo y dramatismo que, sin pretender alcanzar una calidad artística determinada, adentran al espectador en esta espiral de dinero bañado en sangre que salpica a tantos. Otro de los aspectos en los que incide el documental es la sutil presión que ejercen los “ lobbys” abortistas sobre las adolescentes para que inicien antes las relaciones sexuales. Muchos centros de planificación familiar se ubican intencionadamente junto a institutos y universidades para ofrecer anticonceptivos gratis y cercanos. Sin embargo puede parecer paradójico que casi dos de cada tres mujeres que abortan usaban algún método que falló. La respuesta se puede encontrar en el testimonio de una antigua propietaria de una clínica abortiva quien reconoce que entregaban
a las chicas preservativos en mal estado y anticonceptivos de baja dosis e ineficaces; o también en el de médicos que desvelan la falsificación de pruebas de embarazo, falta de higiene o utilización de deshechos de fetos para la cosmética.
re a l i d a d s i n a r t i f i c i o s Aunque “Blood Money” repasa la evolución histórica de la industria abortista en EEUU en los últimos cuarenta años, no estamos ante una película localista, propia de una realidad espacio-temporal concreta, sino que es fácil extrapolarla a cualquier país del mundo para hacerse una idea de la envergadura de este crimen. En la versión española, la película cuenta con un anexo que recoge las opiniones de figuras activas en nuestra sociedad a favor de la vida como son Alicia Latorre, Ignacio Arsuaga, Benigno Blanco y Jesús Poveda. Desgraciadamente las cifras que se manejan en nuestro país referentes al aborto son espeluznantes: por un lado nos situamos en los primeros puestos en cuanto a número de abortos practicados cada año (115.000 en 2008), por el otro los datos demuestran que ascienden a más de 150 millones de euros anuales los beneficios obtenidos y que se reparten entre 82 empresas. Otro punto a destacar es el de la clasificación por parte del Ministerio de Cultura de película no apta para menores de 18 años. Cuesta entender que a las menores se les impida ser meras espectadoras de un documental y en cambio se les incite a ser protagonistas. Pues no podemos olvidar que en España la ley permite abortar a menores y a partir de 16 años sin necesidad del consentimiento de los padres. Agradecemos películas como ésta que nos presentan la realidad tal cual es, sin artificios, sensacionalismos ni demagogias.
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La “ciencia” del azar de Hawking
ra z ó n c re a d o ra
Buenanueva
“Y sonó la flauta por casualida d”*.
N
o, no voy a reproducir los versos de la fábula de nuestro Tomás Iriarte sobre el burro flautista. (*) i
Conocí a Stephen Hawking hace unos veinte ano s pronunciand o una conferenc ia en Madrid, en el campus de la Ciudad Universitar ia de la Complutense. Ciertamente me impactó mucho su aspecto físico —esclerosis lateral a miotrófica (ELA)—, su cuerpo contrahecho, el sistema inform ático que le prestaba voz electrónica, su silla de ruedas con todos aquellos artilugios electromecánicos, la mueca de su rostro… En fin, una situación que, como contraste, hacía resaltar m ucho más la agud eza de aquel cerebro físico dedicado a la ciencia, que allá d entro se escondía y esconde: “aquello” sí que era y es una mente pensante. 58
* Es de esperar que nadie piense que aquí se hace una comparación con el protagonista de esta fábula y el prestigioso científico Hawking. Se trata de una metáfora de ideas contrapuestas, no de personas. Hawking me merece un gran respeto y admiración.
ra z ó n c re a d o ra
el universo salió de la nada “por casualidad” según Hawking, como en la fábula del burro flautista
Por aquel entonces, hacía otros 20 años largos que yo me había pelado las pestañas tratando de desentrañar, durante un lustro, asuntos relativos al tiempo, tema que me había fascinado y siempre me tiene intrigado. Todavía él no había publicado su libro sobre el tiempo, que fue un “best-seller” al final de la década de los ochenta, y que añadió más
“combustible” a mis preguntas e interrogantes. Bien es verdad que yo iba por otros rieles (los de la Teología de la Historia, los de la Historia de la Salvación y los de Cristo Centro del tiempo), que no coincidían con aquellos otros que hablan del tiempo y espacio finitos, pero sin bordes, lo cual apunta un componente eterno…
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ra z ó n c re a d o ra
del azar a la casualidad pasando por la nada No seré yo quien trate de restarle méritos a sus teorías, especulaciones y publicaciones, que han merecido el reconocimiento de la comunidad científica en general: no hay que olvidar que incluso es miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias y que, entre sus numerosas distinciones, cuenta con una docena de doctorados “honoris causa” y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia El caso es que este más que ilustre profesor acaba de sacar a la luz otro libro “The gran design”, que ha levantado un gran revuelo por las afirmaciones que —parece— contiene. (Conviene hacer esta salvedad del “parece”, porque poco se sabe aún con certeza de lo que dice el libro, ya que sólo la prensa ha aireado ciertas conjeturas, que podrían dejar estupefacto al mismo Einstein). La novedad es que, según las leyes físicas, el universo salió de la nada “por casualidad” (como en la fábula del burro flautista), por lo que Dios es innecesario (algo que chocaría frontalmente con los requisitos de la simple Teodicea o del simple sentido común y, por ende, no existe. La prensa e Internet han salido al paso, a favor y en contra. Está claro que aquellos a quienes Dios les estorba en sus vidas, han encontrado un nuevo faro de Alejandría que ilumina todas las aguas tenebrosas del mundo y, al rebufo de un científico, cierta y meritoriamente de prestigio, han dado con el quid para resolver sus problemas o el fulcro inapelable que sustenta definitivamente el ateísmo. Pero el error sería tan de bulto que uno no acaba de explicarse cómo una cosa tan elemental ha encontrado alguna neurona libre en su agudísimo cerebro que acoja tal contradicción: ¿Qué leyes físicas puede haber antes de que exista el universo? ¡Qué empeño tan testarudo tienen algunos científicos en sacar algo de la nada y, en vez de atribuirlo al Creador, persisten en instaurar la casualidad (como en la fábula del burro flautista).
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Estoy seguro de que, además de lo que ya se ha escrito y se sigue escribiendo sobre el tema, tanto en la prensa, como en revistas especializadas y en la Red, no faltarán otros sesudos escritos que sigan removiendo las aguas, a favor y en contra. Ya Monod se puso el birrete de doctor de la casualidad, en su obra “El azar y la necesidad” (1970): todo procede del azar. Claro que aseverar algo así, con esa afirmación de carácter universal, se contradice frontalmente con lo que se quiere sostener, pues esa misma proposición sería fruto del azar, iniciándose así una cadena infinita en donde nunca aparece el azar fundamental que sostiene a los demás.
quienes consideran que Dios les estorba en sus vidas encuentran en las declaraciones del científic o inglés el sustento definitivo del ateísmo
ra z ó n c re a d o ra
¿puede la incertidumbre científica certificar que Dios no existe? Los matemáticos se pierden en cifras impensables cuando, con un ejemplo, aplicando la teoría del cálculo de probabilidades, pretenden saber cuántas veces habría que tirar una moneda al aire para que caiga de canto. Pero es que aquí contamos previamente con algunos factores imprescindibles: la ley de la gravedad, la moneda, el aire que opone resistencia y alguien o algo que la tire hacia arriba…: alguna vez puede venir alguna rafaguita de viento que haga que, según baje la moneda, se quede quietecita de perfil, algo parecido a lo que ocurre en nuestra fábula, donde un resoplido del burro hizo sonar la flauta por casualidad.
Pero es que en la supuesta doctrina de Hawking no hay nada de nada antes de todo lo que existe en el universo, y se queda tan ancho diciendo que es fruto del azar o la casualidad, lo que no deja de ser una afrenta a la razón. Y dar el paso posterior, es decir, pasar del campo científico al de la teología para concluir que la hipótesis sobre la existencia de Dios no tiene cabida, no es necesaria, y que, por tanto, Dios no existe, aparte de ser un fraude mental y un chantaje a la propia Ciencia, es lo que se llama “exagerar”, que, etimológicamente, quiere decir eso, “ex-ager”, arar saliéndose del propio campo para meterse por andurriales y terrenos que no le pertenecen: es un campo ajeno. Nuestras abuelas lo decían con mucha simpleza, tanta como con enorme claridad: “no hay que meterse en camisas de once varas”. El error de muchos científicos radica en su pretensión de llegar, con el método de la ciencia, a verdades metafísicas y teológicas: ni valen los mismos parámetros, ni valen los mismos criterios.
Confieso que cuando aquella vez vi personalmente a Stephen Hawking, su estado físico no me produjo ninguna compasión; todo lo contrario: suscitó en mí una gran admiración; admiración que ahora se ha convertido en superlativa, si está diciendo lo que parece: antes de la nada, había unas leyes que regirían el universo, que salió él solito de la nada por casualidad, algo mucho más difícil de explicar que el sonido armónico de la flauta, pues en este caso había, al menos, un burro que sopló. Esto sí que me produce esa admiración, la de preguntarme cómo es posible que un profesor tan agudo y eminente, un científico tan indiscutible, se pueda volver tan discutible y romo, lo que ahora si suscita en mí una cierta compasión de índole intelectual. Da pie para pensar que él y sus teloneros se habrán quedado satisfechos con sus conclusiones —aunque siempre cabe la sospecha de que poner en el ventilador una afirmación “científica” de que Dios no existe puede vender muchos libros o, cuando menos, ganar muchos adeptos—, y que todos estarán muy contentos de haberse conocido, que es lo que, con esa sorna típicamente hispana —tan lejana del mundo anglosajón de Hawking—, dice Iriarte en nuestra fábula cuando el protagonista exclama “¡qué bien sé tocar!”, después de que la flauta sonara por casualidad.
aseverar que todo procede del azar ya es fruto del azar, iniciándose así una cadena infinita en donde nunca aparece el azar fundamental que sostiene a los demás
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,
La obsesion
sofismas
antipoblacion de la
ONU
Benigno Blanco Presidente del Foro Espa単ol de la Familia
LA ONU PROMUEVE ESTRATEGIAS ANTIVIDA PARA EL CONTROL DE LA POBLACION POR EL MIEDO A PERDER EL STATUS ACTUAL DE LOS PAISES MAS RICOS DE OCCIDENTE
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N
s of i s m a s
aciones Unidas ha tenido a lo largo de toda su historia como uno de sus objetivos esenciales la lucha a favor del control de la poblacion del mundo, meta a la que dedica una parte muy relevante de sus abultados presupuestos desde los anos sesenta del siglo pasado. Para lograr sus objetivos antipoblacion, la ONU no ha dudado en usar todas las armas de que dispone: subordinacion de las ayudas a los paises pobres a que ĂŠstos impulsen politicas de anticoncepcion y aborto, ayuda a la creacion de una cultura antivida, alianzas estratĂŠgicas y financieras con organizaciones dedicadas a la promocion de la cultura de la muerte como la IPPF (siglas en inglĂŠs de la Federacion Internacional de Planificacion Familiar). Los actuales Objetivos del Milenio tienen mucho que ver con todo esto.
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sofismas En el origen de esta obsesión hay muchos factores, pero dos son de especial relevancia: la planificada estrategia del mundo rico -de origen yanquipor evitar el desarrollo del tercer mundo como si éste fuese una amenaza para el status actual de los países más ricos de occidente y la mentalidad eugenésica -incluso, racista- que creció en una parte relevante del mundo en las primeras décadas del siglo XX. Además, ambos factores se entremezclan y refuerzan mutuamente en la segunda mitad del siglo XX. Bernard Bruneteau en su estudio sobre los genocidios en el siglo XX afirma que ”el siglo XX puede identificarse con el reino de la violencia exacerbada.
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LA VISION PURAMENTE MATERIAL DEL HOMBRE LLEVO AL
SOCIAL-DARWINISMO DEL S. XX A DEFENDER LA SUPERIORIDAD
DEL HOMBRE BLANCO Y LA ELIMINACION DEL RESTO DE LAS
RAZAS, CONSIDERADAS INFERIORES O SUBHUMANAS
La masacre, la limpieza étnica, la deshumanización del campo de concentración o el genocidio son pruebas de la derrota de una idea del hombre determinada”; y yo añadiría que la banalización del aborto es otra prueba de esa derrota. Continúa Bruneteau afirmando que “La violencia del siglo XX fue preparada, tuvo unos orígenes; es decir, no unas causas directas, sino unos elementos de diversa naturaleza que, al cristalizar, se convirtieron en constitutivos de esta violencia y que se encuentran
en el largo siglo XIX”. Este autor identifica tales elementos precursores con lo que llama “el imaginario asesino del social-darwinismo”, es decir, con una visión materialista del hombre producto de la mera evolución, visión que llevó a finales del siglo XIX y principios del XX a considerar con naturalidad al hombre blanco como lo más granado de la especie y a hablar de razas inferiores o subhumanas a las que se podía eliminar sin mayores problemas para mejorar la especie o garantizar el bienestar y la expansión de los verdaderos humanos; por la misma razón en aquellos años se extendió la mentalidad eugenésica, que defendía la eliminación o esterilización obligatoria de todo tipo de deficientes o enfermos para mejorar la especie.
s of i s m a s Así, el social-darwinismo se alió con el colonialismo y el imperialismo para ayudar a los ricos blancos de occidente a controlar el mundo y sus riquezas. Esta alianza se mantiene hoy, aunque adaptada a los nuevos parámetros culturales del mundo surgido tras la II Guerra Mundial.
la manzana envenenada de la liberacion sexual
El impacto emocional del nazismo y sus aberraciones en la conciencia de la humanidad, hizo que a partir de 1945, el social-darwinismo racista y eugenésico se disfrazase de derechos humanos para seguir haciendo lo mismo al servicio
también del imperialismo yanqui y el colonialismo económico. El disfraz se fue creando poco a poco en las décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado y hoy su cara está hecha de una presuntamente sana preocupación por el control de la población para evitar la “bomba demográfica”, ecologismo antihumanista, ideología de género, promoción de la liberación sexual de la mujer a través de la “salud sexual y reproductiva” (es decir, de la anticoncepción y el aborto) y laicismo militante para evitar que la idea sobre el hombre derrotada en el siglo XIX a la que se refería Bruneteau pueda resurgir de nuevo.
Donde antes había eugenesia y racismo descarados e impuestos, ahora hay la amable sugerencia de que se controle la procreación y se aborte por el bien del planeta y de la salud de las mujeres. Pero esa amable sugerencia también se impone cuando no es aceptada voluntariamente por los pueblos del tercer mundo; de esa imposición se encargan las agencias especializadas de Naciones Unidas, subordinando sus ayudas a la aceptación de su sugerencia, con la colaboración de las ONG, tipo IPPF, que hacen en ocasiones el trabajo sucio, como ayudar a China en su política del hijo único.
LA IMPOSICION DE LA EUGENESIA Y EL RACISMO CONTINUAN HOY,
AUNQUE DISFRAZADAS
DE FALSA SUGERENCIA PARA
EL BIEN DEL PLANETA Y
DE LA SALUD DE LAS MUJERES
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sofismas La clara continuidad de los planteamientos de antes de 1945 y los posteriores se puede ver en la historia de algunos personajes que ya estaban en esto antes de la II Guerra Mundial y siguieron en lo mismo después, aunque cambiando el lenguaje y las estrategias para adaptarse a las nuevas sensibilidades. Ejemplo paradigmático es la historia de la fundadora de la IPPF, Margaret Sanger y de quienes siempre la han apoyado (antes y después de 1945) como la familia Rockefeller.
dinero y muerte, un peligroso tándem Margaret Sanger es una de las líderes del movimiento eugenésico en Norteamérica en los años 20 y 30 del siglo XX. He aquí algunas de sus ideas: “más hijos de los capaces, menos de los incapaces; ésta es la principal consigna del control de nacimientos”; es necesaria “una severa y rígida política de esterilización y segregación de las personas
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manchadas por su herencia genética”; critica en 1922 a los que ayudan a jóvenes pobres embarazadas porque así “obligan a los elementos más sanos y normales del mundo a cargar con el peso de la fecundidad irracional e indiscriminada de los otros... que lleva consigo un peso muerto de desechos humanos. En lugar de reducir y eliminar las especies que más comprometen el futuro de la raza y del mundo, hacen que estas especies sean peligrosamente dominantes”; hay que luchar contra el peligro de que “los habitantes de los barrios que se multiplican como conejos, desborden las fronteras de sus barrios o de sus países y transmitan a los elementos mejores de la sociedad sus enfermedades y sus genes de calidad inferior”; “ el control de la natalidad favorecerá la creación de una raza pura”.
Para realizar sus ideas, M. Sanger crea con la ayuda económica de la familia Rockefeller centros de control de natalidad a partir de 1916 y en 1921 funda la Liga Americana de Control de Nacimientos que en 1939 se convierte en la Federación de Control de Nacimientos y posteriormente en la Planned Parenthood Federation of America. En 1952 Rockefeller crea The Population Council y en ese mismo año se instituye la IPPF con Margaret Sanger como su primera presidenta y la Fundación Ford que comparte con la Rockefeller desde entonces el triste honor de ser los principales financiadores de la IPPF y la cultura de la muerte en nuestro planeta. Sanger funda también el Instituto Gtuttmacher que en los años siguientes ayudaría a definir la política contra la población de USA y la Fundación Moore aporta el toque seudoecologista.
EN 1952 SE INSTITUYE LA IPPF CON FINANCIACION DE LAS
FUNDACIONES FORD Y ROCKEFELLER, PARA LA DIFUSION DEL
CONTROL POBLACIONAL Y EL ABORTO EN EL MUNDO
s of i s m a s Tanto Margaret Sanger como las fundaciones citadas siempre han prestado gran atención a la cultura: financian revistas, publicaciones y programas de enseñanza en todo el mundo a la vez que impulsan clínicas y centros de planificación familiar. En particular M. Sanger y la IPPF desde sus orígenes difunden una educación sexual que exalta la masturbación y la homosexualidad, desaconseja el coito y exige la formación sexual de los adolescentes en las escuelas para evitar la influencia familiar nociva.
eugenesia e imperialismo en estado puro
A principios de los años cincuenta ya está constituido el elenco orgánico de los antes agentes de la eugenesia para trabajar en lo mismo con nueva careta… y empieza el asalto al poder. En los años sesenta y setenta los Presidentes Johnson y Nixon impulsan programas presupuestarios de apoyo al control de la población sugeridos en sucesivos documentos y memorandos preparados por la Comisión sobre
crecimiento de la Población y el futuro de América, presidida — ¡cómo no!— por John Rockefeller III, fundador del Consejo de Población, y el Instituto Guttmacher creado por M. Sanger. En 1974 se prepara el llamado “Memorandum 200” que identifica como el mayor peligro para la economía americana el crecimiento de la población del mundo pues podría dificultar el acceso de las empresas americanas a los recursos naturales y aconseja subordinar toda la ayuda exterior estadounidense a que los países receptores trabajasen por disminuir el tamaño de las familias. Este memorando, conocido como informe Kissinger o NSSM 200, tiene como nombre oficial el de “National Security Study Memorando 200: Implications of Worldwide Population Growth for US Security and Overseas Interets” y se convirtió en orden ejecutiva para todas las agencias del gobierno americano en 1975 a través del NSDM 314 (“National Security Decision Memorandum 314”).
Según estos documentos es más barato el control de la población que la ayuda al desarrollo y, controlando la población, se pueden salvaguardar mejor los intereses económicos de las empresas americanas para acceder a las materias primas de cualquier lugar del planeta; países ricos en población y en recursos naturales podrían poner en riesgo los intereses económicos norteamericanos. Para ello NSSM 200 propone imponer a los países pobres políticas de control de población y ayudar a crear centros de planificación familiar en esos países y en zonas rurales y desarrollar la investigación de nuevos métodos y productos de control de la fecundidad. El propio Memorando previene de que, para evitar acusaciones de imperialismo, hay que presentar todo este programa como nacido “del interés por fomentar: a) el derecho de los individuos a determinar libre y responsablemente el número de hijos y cuando tenerlos...b) el desarrollo económico y social de los países más pobres”.
en la politica americana sigue vigente la idea
de que es más barato
y más beneficioso para
sus empresas el control
de la poblacion que
la ayuda al desarrollo
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sofismas Es decir, el programa eugenésico e imperialista de los ricos queda convertido en prioridad política de la primera potencia del mundo libre y vestido de ayuda a los derechos de las personas y los pueblos pobres. Los paganos de estas políticas imperialistas serán presentados como sus beneficiarios. Y muchos se lo han creído. Por el peso político y económico de los USA, son las agencias de Naciones Unidas las principales encargadas de implementar esta política con los fondos americanos y la ayuda de las ONG fundadas y promovidas por Margaret Sanger y las Fundaciones Ford y Rockefeller, la principal de las cuales es la IPPF. Se crea para ello el Fondo de la Población de Naciones Unidas; y UNICEF, OMS, UNESCO, BM, etc. van incorporando a sus políticas sectoriales la obsesión por el control de la población. El entramado de las ONG financiadas por las fundaciones citadas al servicio de esta política se van implicando cada vez con estas agencias de la ONU, hasta el punto de que a partir de los años noventa es difícil distinguir entre unas y otras, pues se trasvasan personas, documentos y estrategias de las primeras a las segundas y de éstas a aquéllas.
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los ODM y la reingenieria social antihumanista
Instrumento clave de la nueva política mundial de control de la población son las “cumbres” organizadas por la ONU sobre población, clima y mujer, que van creando una doctrina internacional de actuación política hecha de eugenesia encubierta, maltusianismo, ecologismo antihumanista, miedo a la maternidad, etc., todo ello imbuido de forma cada vez más explícita de una nueva antropología justificativa: la ideología de género. Los documentos que se aprueban en estas “cumbres” y sus programas de actuación, aunque no tienen valor jurídico alguno, de hecho se van convirtiendo en la agenda de la comunidad internacional a través de la presión de comités de expertos y de seguimiento, designados a dedo por el secretario general de la ONU y formado por personas procedentes de la IPPF y sus satélites o ex políticos entregados a esta estrategia.
expresa convirtieron la perspectiva de género y la lucha contra la población en la ideología de Naciones Unidas, ideología que se convierte en agenda política universal a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Los ODM, bajo la retórica de la lucha contra la pobreza y los derechos de las mujeres, se concretan en la práctica en la asignación de nuevos fondos para la extensión del aborto y la anticoncepción (oficialmente para “mejorar la salud materna”), erradicar a los pobres no permitiéndoles nacer (oficialmente para “erradicar la pobreza”) y educar a todos los niños en la nueva antropología de género (oficialmente para “promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer”).
No es extraño que en 1994 y 1995 Juan Pablo II movilizase a todos los hombres de buena voluntad para evitar este intento de reingeniería social antihumanista. Esta movilización sigue siendo necesaria para recupeLas últimas de estas “cumbres” rar esa cierta idea de ser hufueron las de El Cairo 1994 y mano que desapareció en el siPekín 1995, que ya de forma glo XIX posibilitando todas estas barbaridades en el XX y el XXI.
LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO (ODM) PERSIGUEN LA ERRADICACI0N DE LA POBREZA, PERO A COSTA DE NO DEJAR NACER A LOS POBRES MEDIANTE LA ANTICONCEPCI0N Y EL ABORTO
Cuidamos de sus
ojos
Cirugía ocular Cataratas Lasik miopía Lentes intraoculares Oftalmología pediátrica Glaucoma Sociedades Privados Centro Oftalmológico C/ Francia, 2 - portal 3 - 1º 28224 Pozuelo de Alarcón - Madrid Tel.: 91 352 46 17
e d u a c a c i ó n p a ra l a v i d a
Ideologías
E scuelas sexuales en
Jokin de Irala e Ignacio Gómara Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra. www.educarhoy.org
on numerosos los artículos científicos publicados sobre las consecuencias negativas de la actividad sexual en la adolescencia (www.heritage.org). Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2008 aproximadamente el 40% de los casos de infecciones nuevas por VIH afectaban a la población de 15 a 24 años. Precisamente las conocidas consecuencias negativas de la actividad sexual en la adolescencia, como el incremento de la incidencia de ITS en los jóvenes menores de 24 años o del número de embarazos en menores, son las que motivan desde hace años que en numerosos países se introduzca la educación sexual en las escuelas.
S
70
las
e d u a c a c i ó n p a ra l a v i d a
LA NUEVA LEY DE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA PRESENTA SU FORMA DE EDUCAR EN LA SEXUALIDAD COMO LA ÚNICA LEGÍTIMA POSIBLE
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e d u a c a c i ó n p a ra l a v i d a En España, los 11 primeros artículos de la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo equivalen a implantar en las escuelas una ideología sexual determinada, que puede ser contraria a lo que padres y madres quieran transmitir a sus hijos. La sexualidad que se propone en la ley para la formación de los jóvenes y adolescentes parece dar por supuesto en nuestra sociedad que sólo existe una forma legítima de educar en sexualidad. Chesterton, en 1923, afirmaba que hay dos tipos de personas: “aquellos que tienen un dogma y lo saben, y aquellos que tienen un dogma y no lo saben”. Sorprende ver en la legislación actual una tendencia a querer uniformizar los valores educativos que se deberán transmitir a los jóvenes, así como volver sobre planteamientos y estrategias de salud publica que ya vienen fracasando desde hace décadas. Más allá de no atender a la diversidad legítima de convicciones sobre estas cuestiones ni plantear en ningún momento el respeto a la responsabilidad educativa de los padres, existe una falta de rigor científico en las propuestas gubernamentales. Cualquiera que discrepa con estos planteamientos es tachado sectariamente de querer introducir “lógicas confesionales a la educación sexual”. En esta cuestión como en otras, es importante diferenciar las creencias y convicciones personales de los datos que nos aporta la ciencia.
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n i p r ev i e n e n n i ev i t a n Ciertamente, considerar el preservativo como la única medida de prevención eficaz frente a los embarazos imprevistos, el sida y otras ITS tiene limitaciones y plantea algunos riesgos. La ciencia dice sobre el preservativo: 1) es un anticonceptivo que tiene una eficacia práctica media del 85% (OMS); 2) reduce pero no elimina el riesgo de infección de VIH, siendo su eficiencia del 80%, según The Cochrane Library; 3) no ofrece una protección adecuada frente a ITS frecuentes, como el herpes genital, la sífilis y el virus del papiloma humano, porque, incluso si se utiliza un preservativo, se puede contraer la ITS por contacto con áreas de piel infectadas que no son recubiertas por el condón, según explica la Oficina de Salud de la Mujer del Departamento de Salud de EE. UU.; 4) presentar el preservativo como totalmente eficaz puede inducir a los jóvenes a asumir un riesgo mayor del que inicialmente estaban expuestos, fenómeno que en medicina preventiva se conoce como “compensación de riesgo” y que se encuentra descrito en la literatura científica (Cassell M.M. et al, 2006).
LAS CAMPAÑAS INSTITUCIONALES Y LAS SERIES DE TV PRESENTAN UNA VISIÓN ERRÓNEA DE LA JUVENTUD ESPAÑOLA, PUESTO QUE EL 71% DE LOS JÓVENES ENTRE 15 Y 16 AÑOS ASEGURA NO HABER TENIDO RELACIONES SEXUALES
e d u a c a c i ó n p a ra l a v i d a Hasta la fecha, no hay ningún país que haya logrado frenar la epidemia del sida con políticas centradas exclusivamente en la promoción del uso del preservativo. Por el contrario, los únicos países con una epidemia generalizada que de momento han logrado frenar el avance del sida han basado sus campañas haciendo hincapié en los componentes A y B de la estrategia “ABC”. Han promovido cambios de conducta dirigidos a fomentar de modo prioritario la abstinencia entre los adolescentes y jóvenes, y la monogamia mutua entre los adultos sexualmente activos y presentan los preservativos como lo que son: un modo de reducir el riesgo, pero que nunca puede eliminar totalmente un riesgo. Esta estrategia de prevención fue consensuada por más de 150 expertos de diferentes países, culturas y creencias y publicada en la revista The Lancet en el año 2004. A la luz de estas evidencias, el director del Centro de Control de Enfermedades Infecciosas (CDC) en su informe para al Congreso de EE. UU. sostiene que “es insuficiente la recomendación del uso del preservativo como estrategia primaria de prevención”. Para prevenir embarazos no planeados no es suficiente ni seguramente la mejor opción repartir condones en lugares de ocio y centros educativos. Un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association muestra cómo algunos programas de distribución de preservativos en los institutos no han tenido los resultados esperados: en concreto, el 47% de los adolescentes que lo usaron no logró evitar el embarazo en el primer año de uso.
ENSEÑAR A AMAR NO ES IGUAL QUE ENSEÑAR A HACER EL COITO
Tampoco parece que la solución al aumento de los embarazos y abortos entre adolescentes pase por la dispensación sin receta médica de la píldora del día después. En el Reino Unido (país con la tasa de embarazos en adolescentes más alta de Europa) hay más embarazos de adolescentes donde más se difunden los anticonceptivos; y es más frecuente, entre las adolescentes que abortan, haber recibido con anterioridad la píldora post-coital. La idea de que la difusión de los anticonceptivos previene el aborto está muy arraigada, pero la realidad es más compleja. Por ejemplo, una clínica especializada en abortos indica que seis de cada diez abortos realizados en su clínica son debidos a fallos en los métodos anticonceptivos, principalmente el preservativo.
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e d u a c a c i ó n p a ra l a v i d a Por ejemplo, es necesario que los programas de educación sexual tengan presente que, según los datos del Ministerio de Sanidad, la gran mayoría de los adolescentes españoles no tiene actividad sexual: el 71% de los jóvenes de 15 y 16 años manifiesta que no ha tenido relaciones sexuales. Con frecuencia, la visión de la juventud que transmiten las campañas institucionales en las que se presenta el condón como la única opción razonable, dan una visión negativa y pesimista de la juventud española, además de errónea.
absti ne ncia y mo no gamia mu tua Estas evidencias científicas, entre otras, deben hacer reflexionar sobre el tipo de educación sexual que queremos para nuestros hijos y que deberían facilitar las autoridades sanitarias y educativas. Es exigible que los programas de educación sexual que se pretendan ofrecer se fundamenten en los datos que aporta la medicina basada en evidencias, así como sobre la adecuación de los mensajes que se transmiten a los estudiantes para favorecer los estilos de vida más saludables. Sería un error centrar la educación sexual en la promoción del uso del preservativo y del relativismo respecto a las conductas sexuales, ya que enseñar a amar no es igual que enseñar a hacer el coito. Los jóvenes deberían poder conocer las mejores opciones para ellos y los beneficios de ciertos estilos de vida sexual frente a otros menos saludables. Los estudios epidemiológicos prueban cómo las diversas formas de entender y vivir la sexualidad no son inocuas o neutras desde el punto de vista de la salud (www.educarhoy.org).
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Es positivo que los jóvenes conozcan que, frente a los estereotipos de las series de televisión o de las estructuras de ocio consumistas, la mayoría de sus iguales no tienen sexo y que existen para ellos alternativas mejores que el preservativo. En contraste con los planteamientos de este país, en diversos países occidentales se están planteando políticas de educación sexual más integrales y amplias basadas en alentar el retraso de la edad de inicio de relaciones sexuales en jóvenes y la mutua monogamia. Se afirma que “el condón es una opción, pero no es la única y no debe endiosarse”, debido, entre otros aspectos, a la limitación del condón en la prevención de algunas infecciones. Estas perspectivas están en total conformidad con las evidencias científicas actuales. En este sentido, desde hace años se están implementando, cada vez más, programas de educación sexual centrados en la abstinencia con unos resultados esperanzadores, como el reciente estudio de John B. Jemmott, publicado en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
EL AVANCE DEL SIDA SÓLO SE HA FRENADO EN LOS PAÍSES QUE FOMENTAN LA ABSTINENCIA ENTRE LOS JÓVENES Y LA MONOGAMIA MUTUA ENTRE LOS ADULTOS
e d u a c a c i ó n p a ra l a v i d a Algunos de estos programas sitúan a los padres como protagonistas de la educación de sus hijos. Sirva de ejemplo la guía ¡Padres, hablen ya! (www.4parents.gov), elaborada por el Departamento de Salud de EE. UU. Esta guía forma parte de una campaña nacional de educación pública, con cuñas publicitarias en radio y televisión, que tiene como finalidad dar a los padres la información y las habilidades necesarias para ayudar a sus hijos a tomar decisiones saludables, entre ellas, la decisión de esperar hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales.
Frente a quienes tienen una visión pesimista de la juventud y piensan que los jóvenes no tienen más remedio que tener relaciones sexuales y usar condones, existen otras opciones que no ocultan conocimientos a los jóvenes, sino que los capacitan mejor para tomar sus propias decisiones y establecer un estilo de vida sexual más saludable y acorde las evidencias científicas disponibles.
un a educaci ón s e x u a l s i n s e xo ¿Se puede afirmar, sin ser malintencionado o ignorante, que hablar a los jóvenes de abstinencia y monogamia mutua es un error fruto de una lógica religiosa arcaica cuando es lo que aconseja el conocimiento científico? ¿No tienen nuestros jóvenes el derecho a tener una información completa para poder tomar sus decisiones en verdadera libertad?
La visión de quienes se atreven a plantear abstinencia y monogamia mutua a los jóvenes es más integradora, progresista, científica y, sobre todo, optimista, pues confía en que los jóvenes bien informados son capaces de tomar sus decisiones acertadas para su felicidad actual y futura. Quedarse anclados en los prejuicios y creencias personales no educa a nuestros jóvenes ni les ofrece un futuro mejor.
NO ES VERDAD QUE LOS JÓVENES NO PUEDEN EVITAR LAS RELACIONES SEXUALES Y EL USO DE CONDONES; LA ABSTINENCIA Y MONOGAMIA ES UNA OPCIÓN MÁS PROGRESISTA E INTEGRADORA
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espada de dos filos
La ultima Bienaventuranza: el
cielo
César Allende
“…Cuando os injurien, o s p e rs i g a n y d i g a n c o n m e nt i ra t o d a c l a s e d e m a l c o n t r a vo s o t r o s … , a l e g ra o s y r e g o c i j a o s, p o rq u e v u e s t ra r e c o m p e n s a s e r á g ra n d e e n l o s c i e l o s ” ( M t 5 , 11 - 1 2 ) .
C
ierra el Señor las Bienaventuranzas con una promesa de felicidad que, ciertamente, desafía la razón y desazona la sensibilidad. ¿Cómo estar alegres y exultar en medio de la persecución y de la calumnia? ¿Cómo aceptar como creíble una recompensa que se desplaza al futuro y a un lugar como el cielo? 76
espada de dos filos A nuestra condición humana se le presentan estas preguntas con un tamaño y un grado de dificultad semejante a los de aquella otra cuestión de tratar de conciliar la existencia de Dios (bueno y providente) con la del mal real y concreto que nos acosa y nos persigue. Porque tenemos una mentalidad empirista, reduccionista y relativista, caracteres que no son los mejores en orden a admitir una Palabra así. En cuanto oímos hablar del cielo y del futuro nos saltan las alarmas que tenemos conectadas a nuestro positivista sentido de lo real y de lo posible. El cielo es el “topos uranos”, un “estar en el aire”, un “vivir en la luna”, un “tener cogidas las cosas con alfileres”; es decir , el cielo es el hilo o cuerda floja en que “ se columpian” nuestras fantasías , incompetencias y vaguedades: todo aquello, se dice, que no pasa de ser otra cosa que proyecciones de anhelos que sabemos de imposible realización.
La inteligencia de las palabras con que se cierran la Bienaventuranzas no procede de un ejercicio de ciencia y filosofía humanas, sino de ver cumplida la promesa del Señor en existencias concretas reales, empezando por la suya propia. Quien ve a un santo, alcanza la prueba de la veracidad de la Bienaventuranza. Quien nunca se ha encontrado con un santo, camina desconcertado y a oscuras. Llama poderosamente la atención que Mateo inmediatamente después del v. 12 añade: “Vosotros sois la sal de la tierra…” (v. 13); “Vosotros sois la luz del mundo” (v. 14). Quien está salado por la predicación de la Palabra y ha sido iluminado por su luz, resplandeciente en la vida del santificado por Cristo, entiende perfectamente que Jesús concluya en el v. 16: “Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Es la luz de la santidad en Cristo Jesús la que hace a los hombres ver y entender, llegando al conocimiento de la verdad y de este modo a la salvación (1Tm 2,4): todo ello conforme al designio de Dios.
LA RECOMPENSA POR UNA PERSECUCION DEL TAMANO DE LA TIERRA ES UNA FELICIDAD DEL TAMANO DEL CIELO; COMPENSA EL TRUEQUE
,
Y hemos de reconocer que la palestra de los debates teóricos y especulativos no es el mejor lugar para defender Mt 5,11-12. Sin renunciar para nada a la reflexión y al contraste de ideas y pensamientos, el argumento de la fe itinera por los terrenos de las vidas de los santos. La razón de posibilidad y verosimilitud que asiste a la palabra de Jesús es la felicidad que llenó y llena la vida de quienes, fiados de su palabra, aguantaron toda clase de improperios, negaciones y sufrimientos. La Carta a los Hebreos, escrita en una situación de especial dificultad, es un testimonio fehaciente de lo que digo.
p erseg uid os m as no d esam pa r ad os
,
77
espada de dos filos El conocimiento verdadero de qué es el cielo pasa por ser testigo del mismo en la vida: quien lo vea sabrá qué es; quien no lo conoce sino sólo de oídas no sabrá qué es. Los santos son aquellos escogidos por Dios como verdaderos “autoptas”, videntes por sí mismos y en sí mismos de la Bienaventuranza que encierra sufrir por ser cristianos (1Pe 4,12-16 y también 2, 19), siguiendo las huellas de Cristo, el Santo, el Justo. De modo que, en Cristo Jesús, el cielo nos aparece como algo próximo, cercano; como perfectamente identificable con el anhelo más profundo de nuestra alma; el cielo es el lugar del trono de Dios y del Cordero (Mt 5,34; Ap 4 y 5), el cielo es el mismo Dios hecho posesión nuestra por el Señor Jesús resucitado y triunfante. No ha prometido Jesús el Reino de los Cielos como amortiguante o calmante de los sufrimientos que esta vida depara a todos los hombres y que luego queda en nada. El cielo no es una promesa vacía, no es una quimera, no es la mística de la nada a cambio del todo. El discurso del Señor en el Monte de las Bienaventuranzas no es “ética sublime” de lo imposible e infinitamente lejano, precisamente por eso mismo. Una cosa son los filosofemas éticos o ejemplarizantes o estéticos… y otra cosa muy distinta es el Amor. No creo equivocarme ni exagerar si digo que el cielo es el Amor en persona…, en una persona. De hecho en nuestro lenguaje común reservamos cielo y amor como términos que con toda propiedad definen a las personas que nos son especiales: no a todos, ciertamente, les decimos “eres un cielo”, “eres un amor”.
Nuestra sensibilidad busca equilibrar las deficiencias de la razón con elementos figurativos y simbólicos: es un fenómeno homeostático muy beneficioso para el bienestar espiritual. El Evangelio de Jesús no es placebo de nada. A los santos, Bienaventurados aquí en la tierra, les nace la felicidad, en medio de la persecución, de un doble motivo y modo: de haber sido, previamente, perseguidos y felizmente alcanzados por Cristo, y a la manera como le nace al labrador el tallo del trigo que ha muerto en el surco: sea quien sea el que siembre y el que riegue, es Dios quien da el poder de germinar y llegar hasta la espiga en sazón. Dice Jesús una Palabra: “…porque vuestra recompensa será grande en los cielos” (Mt 5,12). Quizá pudiéramos sustituir, sin violentar demasiado el texto, la partícula “en” por “como”; entonces tendríamos las dimensiones de aquella felicidad: la recompensa por una persecución del tamaño de la tierra es una felicidad del tamaño del cielo; compensa el trueque. Santo es el Bienaventurado y Feliz porque ha dado crédito a la Palabra (Lc 1,45), poniendo así un sello a la veracidad de Dios. Así que es cuestión de fe.
p or p at ri a el c ielo, a D ios por legisl ad or Sin embargo, nuestra fe está amenazada. Pablo bien pronto advertirá de esto mismo a los cristianos de Tesalónica, que eran perseguidos por sus compatriotas: prefiere quedarse solo y enviarles a Timoteo para “consolidarlos y alentados en la fe, a fin de que ninguno titubease en las tribulaciones…, no fuera que os hubiese tentado el tentador y hubiese resultado estéril nuestro trabajo” (1Ts 3,2-5).
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ES POSIBLE ESTAR ALEGRES Y EXULTAR EN MEDIO DE LA PERSECUCION Y DE LA CALUMNIA? SI. LA FELICIDAD DE QUIENES, FIADOS DE SU PALABRA, AGUANTAN TODA CLASE DE IMPROPERIOS Y SUFRIMIENTOS LO CONFIRMA 78
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AQUI EN LA TIERRA, LES NACE LA FELICIDAD EN MEDIO DE LA PERSECUCION POR UN DOBLE MOTIVO: HABER SIDO PREVIAMENTE PERSEGUIDOS Y FELIZMENTE ALCANZADOS POR CRISTO
El tentador es astuto y sabe que frente a la persecución y al sufrimiento (sean de la naturaleza que sean) nace en nosotros un miedo que bloquea la fe. Este miedo encuentra en la soledad un aliado muy poderoso. La tentación o estrategia que mejor sabe manejar el Enemigo es vaciar la fe, irla desustanciando poco a poco, más que eliminarla o suprimirla de un tirón: prefiere transformarla en un esquema vacío, en un recipiente que nada contiene, en una forma sin materia. El diablo resulta ahora posmoderno, pero tan diablo como siempre y tan mentiroso como viejo. Por eso Pablo nos muestra la panoplia con que defendemos: ante todo la verdad y la fe (Ef 6,14-17). La memoria de la fe que mantuvieron los justos que nos precedieron queda ahí como testimonio de un recio combate o espectáculo público, compartiendo, como compartieron, los padecimientos de los hermanos, cumplida la voluntad de Dios; así los alcanzó la promesa: que Él volverá y no tardará para llevarlos consigo. Esta conciencia hace al creyente “no hombre de cobardía para perdición, sino de fe para salvación del alma (Hb 10,39). Dicho con otras palabras de la misma Carta: el punto capital de la Bienaventuranza final que comentamos es que tenemos un Pontífice tal que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en los cielos (8,1). Y del cielo viene sobre un caballo blanco, teniendo por nombre “Fiel y Verdadero”, para juzgar con justicia y hacer la guerra; y como título lleva escrito en su manto, todo él manchado de sangre, “Rey de reyes y Señor de señores” (Ap 19,11-16). Las huestes del cielo le siguen a la gran victoria final.
EL TENTADOR ES ASTUTO Y SABE QUE FRENTE A LA PERSECUCION Y AL SUFRIMIENTO NACE EN NOSOTROS UN MIEDO QUE BLOQUEA LA FE
Esta victoria se celebrará con un gran banquete: el Señor triunfante y victorioso festeja su victoria y su boda, llamando al convite a los Bienaventurados de toda raza, lengua, pueblo y nación. Victoria y Boda concentran el sentido del cielo. La Esposa, la nueva Sión, la humanidad rescatada por la Victoria del Cordero vive ya desde aquí escatológicamente el Reino de los cielos. Reino y Cielo constituyen un continuo en la Historia de la Salvación, de modo que el presente es impulsado desde dentro al futuro, y éste es la plenitud de aquél. Pero es decisivo advertir algo: el Reino de los Cielos tiene una puerta. Y es estrecha. Quien no merma y se hace pequeño no pasa por ella: como el hilo ha de adelgazarse para pasar por el ojo de la aguja. Si no, no se entra en el Reino (Mt 18,3-4). Las riquezas hinchan, la persecución estrecha y afila. Entrar en el Reino es acertar a enhebrar el hilo de la vida a la aguja del designio de Dios con que cose las edades y los tiempos de la Historia de la Salvación. Es claro, pues, que este designio de Dios, su inefable “ésah”, nos constituye en personas; y la esencia de la persona es la beatitud proclamada por Jesús para los perseguidos. La Sabiduría de la Cruz nos explica en cuanto referidos al Cielo y a Felicidad suprema.
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“No se cumpla mi voluntad sino la de mi Padre” LAS RIQUEZAS HINCHAN, LA PERSECUCION ESTRECHA Y AFILA, Y ES NECESARIO ADVERTIR QUE EL REINO DE DIOS TIENE UNA PUERTA Y ESTA ES ESTRECHA
DEL AMOR DE DIOS HECHO PERSONA EN − EL SENOR RESUCITADO NO PODRAN SEPARARNOS NI EL MAL, NI LOS MALOS, PORQUE YA SEA EN VIDA O EN MUERTE, − DEL SENOR SOMOS
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Y aún hay más, también fundamental en al última Bienaventuranza. Ya lo he dicho antes: la Sabiduría de la luz no es una estética rancia del sufrimiento o una mística patológica del dolor. En Mt 5,11-12 hay un elemento preservador y liberador, a la par, de tales esteticismos y misticismos: el encarnamiento con Cristo, la participación en aquella “aitía” a la que Él entregó su vida entera. Ese “por mi causa” esconde un tesoro de incalculable riqueza personal y espiritual. Toda la perícopa citada se desenvuelve en un dinamismo progresivo ascendente hasta llevarnos a la fórmula maravillosa que usa también S. Marcos (4,17): a causa o por razón de la Palabra. Puede decirse que la piedra de toque, la clave para la inteligencia de la Bienaventuranza encerrada en la persecución es estar encausados en la misma causa del Señor. ¿Por qué fue perseguido, ajusticiado y muerto Jesús en la Cruz? Por lo mismo el cristiano soporta la persecución. Más aún: la promesa de una recompensa grande como el cielo se confunde, a la postre, con esta misma causa, porque el cielo prometido es el mismo Señor, es la Palabra, en razón de la cual la esperanza no nos defrauda al sufrir con paciencia la persecución, la calumnia y la muerte misma: exactamente como Él. Decía el Papa en la homilía de la misa en la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María (15-8-2010) que el cielo es un lugar en Dios para nosotros: Dios mismo es el Cielo. Pues bien, la Causa a la que Jesús dio todo cuanto era y tenía es el Padre. En esto coinciden Mateo y Juan: ambos usan el mismo término, al que dan matices propios: “aitia” en Mt 27,37, como expresión pública en el tablero clavado en lo alto de la Cruz, presenta explícitamente la realeza de Cristo: “Rey de los judíos”. En los versículos 39-44 el evangelista lo señala aún más claramente: Es el Hijo de Dios, el Rey de Israel, ha puesto en Dios su confianza, El dijo “soy Hijo de Dios”. En el juicio ante Pilato se expone un ahondamiento extraordinario en esa “aitía” o causa de la muerte de Jesús. En Juan 19,6 dicho término reviste un aspecto jurídico, nada raro, por otra parte, dada la circunstancia en que se desarrollan los hechos. Pilato busca un motivo, una razón que justifique la condena a muerte demandada por los jefes judíos. Pilato piensa como romano y los judíos como israelitas. Cuanto más avanza el juicio más se distancian entre sí. El argumento final judío para doblegar al romano es una mezcla de pragmatismo y de religiosidad: tiene que morir porque se ha declarado rey, poniéndose así en contra del César, y porque se ha hecho Hijo de Dios: ni remotamente podía creer Pilato o tomarse en serio que tenía delante a un Rey, Hijo de Dios, o a un Hijo de Dios, Rey de Israel. En una causa así para enviar un reo a la cruz, Pilato nunca jamás se habría parado a pensar, creo yo. Los judíos le abrieron los ojos.
espada de dos filos La astucia judía complica la disposición de Pilato a soltar libre Jesús, enmarañando lo religioso con lo político, y viceversa. El Procurador, cada vez más acobardado, “no encuentra en Jesús causa alguna” (Jn 19,6). Nosotros sí. Pero de naturaleza bien diferente a la suya. El amor sin condiciones no es fácil de encajar en un proceso, es cierto; pero a nosotros esta “causa” tan especial nos fortalece el sentido hondo de la persecución, el dolor y la fragilidad de la vida: todo ello aceptado y abrazado por Dios hecho Amor en Cristo Jesús, a impulsos del Espíritu, se transforma en un mismo caudal de gloria, canjeable por la vida eterna en el cielo.
alentados por la corona de la inmortalidad DE LO MAS ALTO DEL MONTE DE LAS BIENA− VENTURANZAS BAJA A NOSOTROS LA BONDAD − DEL SENOR, LA LUZ DE LA ESPERANZA A PESAR DE NUESTROS LLANTOS, María estuvo también en el monte junto al lago de Galilea, como estuvo LUTOS al pie de la cruz. En verdad, ¿cuál es la diferencia entre los dos montes? La Hija de Sión y Nueva Sinagoga sostiene siempre la Cruz. Su amparo Y PESARES
La experiencia cristiana desde los primeros años fue esta misma. Pablo escribía a los Tesalonicenses: “Nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en todas las asambleas de Dios en razón de vuestra paciencia y fe en todas las persecuciones y tribulaciones que soportáis; signo del justo juicio de Dios: que vosotros seréis juzgados dignos del reino de Dios, por el cual sufrís…” (2Ts 1,4-5). Del Litóstroto al Gólgota fluye una corriente de vida que alimenta y robustece a quien tiene aflicción y angustia: consuela pensar que todos nuestros llantos, lutos y pesares están en la causa de Jesús; por eso, del Amor de Dios hecho persona en el Señor resucitado no podrán separarnos ni el mal, ni los malos, porque ya sea en vida o en muerte, del Señor somos. También nuestra cruz tiene en su cabecera un rótulo con un título: “Amados por Dios”. Claro que dicho así (como es) es un escándalo y una necedad para el mundo. No obstante, de lo más alto del monte de las Bienaventuranzas baja a nosotros la Bondad del Señor, la Luz de la esperanza a pesar del mal.
mantiene en nosotros la firme convicción (hecha de fe y esperanza) de que “el Señor Jesús vendrá desde el cielo con los ángeles de su poder para darnos a los atribulados holgura y descanso, el día de su revelación” (2Ts 1,7s.). Por eso le rezamos, mientras llega aquel día, con los bellos versos de Cristóbal de Mesa: “Tú, de la cual nació la Luz del mundo, de lágrimas en este oscuro valle nos mira desde aquesa empírea corte. Y a buen puerto de aqueste mar profundo saldremos, si es tu mano el Gobernalle el piloto tu amor, tu vista el norte”. (Tomado de “Loores de nuestra Señora”).
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al de a pl an eta ri a
La cultura del instante: “Todo, ya, ahora” Aquilino Polaino Catedrático de Psicopatología
LA ACTUAL CULTURA DEL “CLIC” CONDUCE AL HOMBRE CONTEMPORÁNEO A NO SABER ESPERAR E INCLUSO A FRUSTRARSE CUANDO SE SIENTE FORZADO A ELLO
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a ld e a pl an etar i a
La cultura es un viejo concepto que ha hecho referencia, desde siempre, a otro término: el cultivo. Y el cultivo de cualquier cosa, supone duración, el tiempo que media entre la siembra y la cosecha. No hay, pues, cultura sin referencia a las coordenadas temporales y espaciales, sin alusión al tiempo y al espacio. Precisamente por eso, cualquier momento cultural dice referencia —dentro del proceso que significa— al pasado y al futuro, a las tradiciones y al progreso. 83
al de a pl an eta ri a Puede afirmarse que el tiempo —o mejor, la temporalidad— es el eje vertebrador, alrededor del cual anidan y acunan los sucesos que con su entretejerse configuran eso que hemos dado en denominar cultura. El hombre no puede escapar, como ser pasivo y hacedor de cultura, a la acción medular del hilo de la temporalidad, que enlaza, de forma continuista, la totalidad de los eventos de su vida personal. En la actual cultura, una de las coordenadas que probablemente más han cambiado es la de la temporalidad. Apenas unas décadas atrás, cuando un hombre concebía una meta cualquiera (comprar un coche, cambiar de casa, casarse, etc.), reparaba en el tiempo. Precisamente por eso se imponía plazos, sujetándose a un calendario previamente establecido, en el que se marcaban los hitos principales que habrían de jalonar el curso y desarrollo del proyecto así concebido. Hoy tal modo de proceder nos parecería obsoleto. Hoy se compra por adelantado, sin las fatigosas paciencias de antaño, de esperar a haber reunido el precio de lo que se compraba. Hoy no se alimentan y acrecen las ilusiones mientras se trabaja para, más tarde, realizar un crucero, sino que primero se realiza el crucero y más tarde se paga, aunque haya que trabajar durante meses para resarcir la deuda contraída en el pasado. Apenas surgido el deseo de presenciar cualquier espectáculo
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—una película, un partido, un evento deportivo, etc.—, hoy basta con hacer “clic” y tal deseo se realiza instantánea y misteriosamente ante nosotros. Nada de particular tiene, una vez que nuestras demandas se satisfacen tan puntualmente, que el hombre contemporáneo ya no sepa esperar; más aún, que se frustre terriblemente cuando se siente forzado a hacerlo. Estamos en la cultura del instante, en la cultura del “clic”, un es decir, la continuidad biográcambio cultural éste que puede fica y la historia. Y como ahora parecernos intrascendente, sólo importa el instante, la hispero que en absoluto lo es. toria ya no existe. Todo lo que La cultura del instante significa, no es ya y ahora mismo, senentre otras cosas, la ruptura y cillamente no existe. disolución del continuismo de La historia ha devenido en un la duración. Se ha roto definimito legendario, que, siendo tivamente el eje que enlaza el incapaz de darnos cuenta de lo pasado, el presente y el futuro, acontecido, resulta todavía más impotente para iluminar nuestro presente. Una vez que el hombre se ha desvinculado de su pasado —que es ignorado, puesto que por no ser este “ahora” del presente, no es en absoluto— con mayor facilidad se comprometerá con su devenir, con lo que todavía no ha la continua llegado a ser, y ni siquiera fue. cascada de información Sin pasado y sin futuro sólo le que recibimos queda al hombre la instalación puede servir en el instante presente. Pero de desde esa instalación, nada entretenimiento, puede anticipar (hacer una pero ¿no será prospección del futuro de maun mecanismo nera que con mayor probabipara huir lidad se realice lo proyectado) del propio y nada futurizar (beneficiarse Yo y de los de la experiencia del pasado problemas que para atisbar las trayectorias por nos afectan? las que irá el futuro).
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la tiranía de la prem ura “Todo, ya, ahora” es la nota que ha caracterizado a los adolescentes desde antiguo. La única diferencia entre los jóvenes de ahora y los de las generaciones pasadas es que el “todo” se ha ampliado de forma indefinida y sin límite alguno; el “ya” es mucho más rápido y es apenas un operante muscular, la respuesta motora en que se transforma el deseo; y el “ahora” se ha robustecido de una poderosa tozudez que amenaza cualquier intento de diálogo persuasivo para aplazar esa insidiosa satisfacción. El tiempo humano de nuestros jóvenes acaba así por escindirse y estallar en instantes aislados, independientes, sueltos. Aunque, en apariencia, todo lo placenteros que se quiera, son instantes inarticulables e invertebrados. La conciencia humana no es capaz de entrelazar e integrar todos esos instantes en una unidad biográfica de sentido que sirva de fundamento a la identidad personal. Del chateo a la “play station”, del móvil al MP5 pasando por la TV, parece estar todo diseñado para el entretenimiento.
Así las cosas, muchos de ellos pasan de una canción a un vídeo, y de éste a chatear con un colega o entrar en “YouTube”,”Tuenti” o cualquier otra red social, mientras miran con desdén el libro de texto que todavía no han abierto. La multitud de contenidos —por otra parte, muy diversos y contradictorios— que impactan en el joven, sin duda alguna son muy difíciles de articular. ¿Cómo asociar la lamentable escena de la última víctima de género con el vídeo más visto por Internet? ¿Cómo conciliar, de un segundo al siguiente, el último gol de una estrella del fútbol y una secuencia del desastre de Haití? Esta abigarrada y variopinta información acaso pueda servir de entretenimiento. Pero ¿ayuda a la reflexión? ¿Nos permite ponernos en la situación del otro, para tratar de comprender lo que siente? Esto quiere decir que no nos enteramos; que no comprendemos a fondo lo que hemos observado. En esta perspectiva sí que puede hablarse de entretenimiento, entendido éste como “entre-tenido”, como un ámbito en el que los estímulos nos tienen o, mejor aún, estamos entre ellos, somos rehenes de ellos. ¿Para cuándo dejamos la capacidad de reflexionar? ¿Para cuándo el silencio? ¿Para cuándo esos momentos de soledad, en que la persona se encuentra consigo misma? ¿Es que nos importa más lo que supuestamente nos entretiene
que nuestras propias personas? ¿No será que el entretenimiento es apenas una forma de escapar? ¿No será un mecanismo para huir del propio Yo y de los problemas que le afectan? Pero ni el Yo ni los problemas que pesan sobre él desaparecerán con esas escapadas. Sencillamente, se aplazan “para mejor ocasión” —una ocasión que nunca llega—, y punto pelota. Ahora bien, si el Yo nos acompaña, como nuestra sombra, allí donde vamos, ¿a dónde escapar? ¿Será útil esa huida?
todo parece estar diseñado para el entretenimiento de los jóvenes —chateo, “play station”, móvil, MP5, TV— mientras miran con desdén el libro de texto que todavía no han abierto
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al de a pl an eta ri a No, no lo parece. Aplazar “sine die” un problema no es resolverlo. Un problema puede ignorarse, pero, por el momento, seguirá donde estaba; y, probablemente, sus dificultades se volverán más densas. Este modo de proceder no es único ni exclusivo de las jóvenes generaciones. Más bien ha invadido y se ha extendido a la población general. Podemos identificarlo y aceptarlo o no, pero es un hecho tozudo que son muchos los adultos a los que esto también les sucede. ¿Significa esto que la inmadurez propia de los adolescentes también se ha generalizado? Y si fuera así, ¿a quién apelar, entonces, en la profunda tarea de educar? No se trata de arrojar sobre el tejado de los profesores los problemas que los padres no resuelven. De lo que se trata es de que “cada palo aguante su vela”. La “vela” de la paternidad, en lo que a la educación de los hijos se refiere, está diseñada para aguantar un peso mayor del que hoy soporta. Son los padres los que han de imponer esos “límites” a sus hijos. Pero no conseguirán su objetivo si ellos mismos no se autolimitan en aquello que, precisamente, quieren que sus hijos acepten.
l a i d e n t i da d fragmentaria Sin pasado y sin futuro, sin un proyecto biográfico y personal coherente que hunda sus raíces en el pasado y tenga su meta en el futuro, la identidad personal
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forzosamente ha de volatilizarse. La identidad que de aquí resulta está fragmentada; es apenas una identidad circunstancial y momentánea, para ese concreto instante, escindida y desgajada del complejo y robusto arco de la vida personal. Si la duración es reducida a mero instante, el joven nada puede recordar y nada puede predecir. Impedido para hacer pie en su experiencia del pasado, resulta impotente también para proyectarse hacia el futuro. Surge así el extrañamiento del yo, al no disponer de las necesarias coordenadas referenciales en las que fondear, hacer pie y orientarse respecto de quién es y qué quiere realizar.
La destemporalización de la cultura del instante libera, supuestamente, al hombre de todas las ataduras y compromisos, pero para encadenarlo, únicamente, a la continua experiencia del vacío. El ser del hombre queda así desmigajado en lo eventual y episódico de sus experiencias instantáneas, a las que apenas está unido por los hilos, más bien escasos, de lo circunstancial y tránsfugo.
los padres Cada instante lo percibe como son los que han de imponer algo diferente a lo anterior y límites a sus posterior. Pero esas diferencias hijos, pero no instantáneas, condenan al joven conseguirán a la indiferencia y a la falta de su objetivo si compromiso, al no poder vinellos mismos no cularse a nada de cuanto le rose autolimitan dea. El joven deviene así en un conglomerado de instantes di- en aquello que, precisamente, ferentes, solitarios, ingrávidos e impermeables entre sí, hasta el quieren que sus hijos acepten punto de impedir cualquier intento de articulación y encadeAl final de la búsqueda de sólo namiento entre ellos. el instante placentero, forzoLa fractura que el instantaneísmo samente aislado de cualquier asesta a la unidad e identidad del otra referencia, sólo queda la hombre, le sitúa al filo del verti- amarga seducción de los fanginoso abismo de la nada: un lu- tasmas de los que se pretengar en el que con facilidad emer- día huir, que ahora pueblan e gen el hastío, el aburrimiento, el imponen el sin sentido de la “taedium vitae”, la desgana y la vida humana. La opción por el náusea. El hombre, en la cultura instante, o mejor por el placer del instante, vuelve a experi- de cada instante, frustra y rementarse como una cuasi nada prime en el joven su capacique sobrenada en la nada. dad de compromiso.
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h ui r d el c om pr o mis o
Si todo está permitido al hombre, si la autonomía individual no tiene ninguna restricción — sólo existe el instante y no hay ningún compromiso que nos limite—, entonces, tampoco hay nada donde el hombre pueda arraigarse. Sin nada que le arraigue, al hombre no le queda otra opción que vivir únicamente para sí mismo.
La cultura del instante no es compatible con la cultura del compromiso. La cultura del instante transforma al hombre en un nuevo animal incapaz de prometer. Si opta por sólo el instante, el hombre no puede ya empeñar su palabra en la promesa que compromete y que, gustosamente, se em- La cultura del instante, el instantaneísmo de los jóvenes peña en cumplir. contemporáneos, por mor de Pero sin compromisos, sin po- su desvinculación con la temder ejercer la capacidad de poralidad, se trasforma en inscomprometerse, el hombre tantaneísmo nihilista, pues por está radicalmente perdido. Si muchos placeres a los que los reducimos la temporalidad a jóvenes tengan fácil acceso en instantaneidad, se amputa en nuestra actual cultura, la mael hombre uno de los ingre- yoría son conscientes de la falta dientes más importantes a los de sentido de sus vidas, de la que debe su dignidad: su ca- carencia de un proyecto que les pacidad de fidelidad. Esta am- ayude a ser la mejor persona putación supone algo muy posible, en fin, de la dificultad grave y penoso: la imposibili- para dar alcance a la felicidad dad de ser feliz. No deja de ser que todavía no han expericurioso que hoy se confundan mentado. De aquí que, en reaplacer y felicidad, dos concep- lidad, esas gratificaciones hetos que en absoluto son sinó- dónicas se han transformado en nimos. Este es uno de los ob- las mimbres que sostienen una vios resultados de la cultura del nueva anticultura. instante. Si la temporalidad humana se Un hombre sin vínculos ni reduce a instantaneidad placompromisos, ciertamente centera, cualquier manifestapodrá embriagarse con mu- ción cultural se revestirá de esa chas experiencias placenteras instantaneidad y, en conseinstantáneas, pero sólo en la cuencia, la “cultura del instante”, medida en que renuncie a se transformará en apenas el ser feliz. “instante de una contracultura”, Se ha escrito que Narciso es el que, por no estar vinculada ni símbolo de la cultura posmo- con lo anterior ni con lo postederna y la indiferencia su sus- rior, dejará de ser cultura, es detancia. Y algo tengo que añadir cir, soporte estable que ayude al a esta afirmación, aunque otro hombre a crecer y progresar, haciéndose cada vez más digno. día me ocuparé de ello.
la cultura del instante transforma al hombre en un nuevo animal incapaz de prometer: todo lo que no es ya y ahora mismo, sencillamente no existe
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Vidas que cuentan La a c c i ó n a s i s t e n c i a l d e l m ov i m i e n t o P r ov i d a c o m o genuina y eficaz acción civi l ( * ) José Pérez Adán, Profesor de la Universidad de Valencia
Emilio García, Profesor de la Universidad Cardenal Herrera
Marcin Iwanowski, Profesor de la Universidad de Varsovia
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urante el año 2009 al menos 53.779 vidas humanas fueron salvadas de una muerte segura por aborto gracias a la labor asistencial directa del
movimiento Provida en el mundo. Gran parte del activismo Provida moderno compagina la acción cultural o política con la actividad asistencial en apoyo de la maternidad en dificultad. A ésta última faceta se le presta menos atención de la que merece.
(*) Resumen del informe de la Colección de Bioética de la Asociación Española de Bioética (AEBI).
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a ld e a pl an etar i a Muchas organizaciones no gubernamentales centran sus esfuerzos en aliviar las condiciones de vida en necesidad. Algunas pocas dirigen su objetivo a rescatar de una muerte segura a personas que en ausencia de esa ayuda no continuarían viviendo. Dentro de este grupo está, por ejemplo, la acción de Amnistía Internacional procurando la conmutación de la pena capital en casos señalados. Menos conocida es, sin embargo, la labor asistencial de las asociaciones Provida en todo el mundo rescatando del aborto. Las primeras legislaciones abortistas son debidas al llamado socialismo real y al nacional socialismo. Así, los dos países que primero aprueban el aborto son la Unión Soviética que lo legaliza en 1925 y Alemania, donde Hitler hace otro tanto en 1931.
dos mediante el famoso caso “Roe contra Wade” sanciona el aborto para todo el territorio de la Unión, si bien, como hemos dicho, ya se venía practicando en algunos estados. En Francia el aborto se legaliza en 1974; en Italia en 1978 tras un referéndum; y en España se despenaliza primero en 1985 y se garantiza en 2010. La ciudad de México en 2007 es el primer lugar de Iberoamérica, con excepción de Cuba, donde se autoriza el aborto. En África el país abortista por excelencia es la República Sudafricana donde se aprueba la legislación abortista en 1997.
EL ABORTO ES EL TEMA DE DEBATE POLÍTICO Y SOCIAL QUE MÁS CONTROVERSIA PROVOCA EN EL MUNDO En 1938 Suecia es el primer país libre que introduce legislación a favor del aborto. Entre 1949 y 1956 once estados europeos, la mayoría del bloque comunista, legalizan el aborto. En 1954 la Federación Internacional de Planificación Familiar, la gran multinacional del aborto fundada por Margaret Sanger en los Estados Unidos, aboga por un movimiento global que desde los países poderosos empuje a los países dependientes a legalizar la práctica abortiva. En 1967 la Asociación Médica Profesional de Estados Unidos retira el aborto del listado de malas prácticas y varios estados lo aceptan como intervención quirúrgica legítima en determinados casos. En 1968 el Reino Unido tras una controversia histórica en ambas cámaras del parlamento legaliza el aborto. En 1973 el Tribunal Supremo de los Estados Uni-
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comprometidos con la vida El aborto es quizá el elemento transversal que más controversia política ha representado y representa hoy día en el mundo. Así, al tiempo que en muchos países, como hemos visto, se aprobaban leyes abortistas, en muchos otros se blindaba el derecho a la vida. En Irlanda se aprobó una reforma constitucional en referéndum en 1983 que sancionaba la criminalidad del aborto. En varios países excomunistas se ha pasado de contar con legislaciones abortistas a, una vez conseguida la normalidad democrática, revertir esas legislaciones a favor de la vida, cual es el caso de Polonia, Croacia o Eslovaquia. Tanto en El Salvador y Argentina, en los años noventa, como en Santo Domingo en 2009, se cambiaron las leyes constitucionales para defender la vida desde el momento de la concepción.
LAS ASOCIACIONES PROVIDA NACEN DE LA SOCIEDAD CIVIL Y TIENEN COMO OBJETIVO LA DEFENSA Y PROMOCIÓN DE LA VIDA HUMANA DESDE SU INICIO EN LA CONCEPCIÓN HASTA SU TÉRMINO NATURAL En México, como reacción a la legislación introducida en el distrito federal, dieciocho estados han ido reformando sus constituciones para estipular la inviolabilidad de la vida humana y protegerla del aborto. Podemos decir que independientemente de la naturaleza de la legislación vigente, no hay en la actualidad país en el mundo en el que el aborto no sea un tema de recurrente debate político y social. Las primeras asociaciones Provida modernas datan de 1967, año en que se fundan la Virginia Society for Human Life en los Estados Unidos y la Society for the Protection of Unborn Children en el Reino Unido; en ambos casos como reacción a los intentos de introducir al aborto legal en el debate político.
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Hoy en día en prácticamente todos los países del mundo existen grandes o pequeñas asociaciones Provida que, teniendo orígenes muy diversos, mantienen unas características comunes: nacen de la sociedad civil, tienen como objetivo la defensa y promoción de la vida humana desde su inicio en la concepción hasta su término natural, y tienen carácter expansivo en el sentido de que se trata de grupos abiertos a la sociedad en la que operan. Una mirada de conjunto añadiría estas otras notas: multiconfesionalidad, voluntariado, y altruismo. Desde el punto de vista de su extensión, implantación y repercusión, estamos hablando de una de las organizaciones no gubernamentales más grandes e importantes que existen en el mundo. Y ciertamente, desde el punto de vista de su carácter civil, de su compromiso cuasivocacional y de su proyección misional, una de las más interesantes para su estudio e investigación. ¿Cómo ejercen estas asociaciones la labor asistencial? Principalmente en los Congresos Mundiales Provida, cuya cuarta edición se celebró en Zaragoza en Noviembre de 2009, y en congresos sectoriales, como los Encuentros de la Red de Centros de Ayuda a la Mujer Latinoamericana.
resultados de nuestra i nvestigación Nos propusimos como objetivo recabar el dato del número de vidas salvadas por la acción asistencial directa de las asociaciones Provida en el mundo en 2009. A continuación presentamos por continentes los resultados de vidas salvadas de muerte por aborto. Damos el dato obtenido por país y hacemos para cada continente una reflexión analítica, valorativa y explicativa de los resultados y, en algunos casos, de su ausencia. Recordamos que se trata de vidas contadas y que la fuente son los agentes de campo responsables directos de la acción. Cuando veamos necesario hacer una valoración de la fiabilidad del dato o de
a ld e a pl an etar i a la fuente, así lo haremos. En cualquier caso, como ya hemos apuntado, hemos sujeto los datos obtenidos a comprobación y las cifras que reflejamos representan el alcance real y conocido de las acciones emprendidas.
Europa País Alemania Austria Bélgica Bielorrusia Croacia Dinamarca Eslovaquia España Finlandia Francia Georgia Grecia Holanda Hungría Irlanda Italia Lituania Malta Polonia Portugal Reino Unido República Checa Rumania Rusia Suecia Suiza Ucrania TOTAL
Número total 199 1.300 3 12 300 5 340 3.422 8 125 8 1 19 32 1.791 16.881 70 7 20 1 200 26 75 30 12 1.000 30 25.910
Antes de pasar a otro continente, hagamos alguna breve comparación con cifras de abortos.
País
Vidas salvadas (2009)
N.º de abortos (2008)
España
3.422
115.841
Austria
1.300
18.403
Suiza
1.000
10.848
340
18.452
Eslovaquia
Aunque España destaca por el número neto de vidas salvadas, el porcentaje es bajo en proporción al elevado número de abortos cometidos. Teniendo en cuenta la extensión y compromiso que ha adquirido el movimiento Provida en España quizá eran de esperar unos resultados más óptimos en la comparación.
África País
N.º total
Kenia
20
Nigeria
24
República Dem. del Congo
25
Sudáfrica Uganda TOTAL
158 6 233
Exceptuando a Sudáfrica en donde la ley del aborto es especialmente permisiva, la gran mayoría de los países africanos respetan la vida naciente. Sudáfrica registró en 2009 casi 80.000 abortos (aproximadamente dos tercios del número de nacimientos).
LOS PRIMEROS PAÍSES EN DONDE SE APROBÓ EL ABORTO FUERON LA UNIÓN SOVIÉTICA EN 1925 Y ALEMANIA EN 1931
91
al de a pl an eta ri a Sudamérica y Centroamérica País Argentina
N.º total 172
Belize
12
Bolivia
142
Brasil
35
Chile
80
Colombia
678
Costa Rica
100
Cuba
76
Ecuador
609
El Salvador
123
Guatemala
251
Honduras
75
Nicaragua
1.203
Panamá
300
Paraguay
60
Perú
206
Puerto Rico
50
República Dominicana
25
Trinidad & Tobago
25
Uruguay
35
Venezuela
60
TOTAL
4.817
Actualmente en la mayoría de países de Sudamérica y Centroamérica rige una legislación a favor de la vida, y en estos últimos años se está observando además un crecimiento extraordinario de asociaciones Provida. Los datos de vidas salvadas en estos países son muy alentadores. Al mismo tiempo está presente la amenaza y la fuerte presión por parte de algu-
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nos gobiernos y especialmente por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de extender el aborto legal por toda America con la supuesta intención de reducir el llamado aborto clandestino.
Norteamérica País
Número total
Canadá
30
México
21.364
USA TOTAL
1.140 22.534
En México, como respuesta a la legalización del aborto sin restricciones en la capital federal, son 18 los estados que han modificado sus leyes respecto a la defensa de la vida en el sentido más amplio. El alto número de vidas salvadas en México se debe a un fuerte movimiento Provida que se ha ido desarrollando en estos últimos años para hacer frente a estas nuevas legislaciones.
LA ACCIÓN PROVIDA HA SALVADO 53.779 VIDAS EN EL MUNDO EN 2009; EN ESPAÑA HAN SIDO 3.422 VIDAS SALVADAS (EL 2,95 % DE LOS ABORTOS COMETIDOS EN 2008) En Canadá, en donde el aborto está despenalizado desde 1988, el dato de 30 vidas salvadas (2009) es muy bajo en comparación con los 91.377 abortos cometidos en 2008. En USA el valor de vidas salvadas es significativamente pequeño si tenemos en cuenta la antigüedad de los movimientos Provida y el importante número de asociaciones existentes.
a ld e a pl an etar i a Oceanía
Ásia País China Corea del Sur Filipinas India TOTAL
Número total 1 25 240
País
Número total
Australia
4
Nueva Zelanda
6
TOTAL
10
9 275
Exceptuando a los países asiáticos que están intentando o han conseguido implantar el modelo ortodoxo de desarrollo auspiciado por los países occidentales y la ONU (Israel, China, Camboya, India, Corea del Sur, Hong Kong, Vietnam, Japón, Tailandia) y a las repúblicas exsoviéticas de Asia Central, la mayoría no tienen legalizado el aborto. Los gobiernos de los países comunistas continúan desarrollando sus programas de control de la natalidad por medio de la esterilización de las mujeres y de abortos provocados, a veces de modo obligatorio, en lo que supone una de las mayores violaciones del derecho por parte del poder.
En Nueva Zelanda está legalizada la ejecución de abortos desde 1980 en todo el país y si bien en Australia la legislación cambia estado a estado, su práctica está amparada por la ley desde diversas interpretaciones jurídicas de los años 1970. En ambos países hay asociaciones Provida modeladas al estilo europeo más que americano, pero su labor asistencial es muy reducida.
AUMENTA LA PRESIÓN SOCIAL Y CIVIL PARA FRENAR EL ABORTO EN EL MUNDO Y CONSTRUIR UNA SOCIEDAD MENOS VIOLENTA Y MÁS ACOGEDORA
93
al de a pl an eta ri a
conclusiones Las vidas que según hemos contado han sido salvadas por la acción asistencial directa de las asociaciones Provida en el mundo en 2009 son: 53.779. Es un dato relevante al que merecería prestársele mucha mayor atención. Probablemente no hay dato socialmente más relevante que saber dónde, de qué y cómo se muere la gente. Así, por ejemplo, las vidas que no pudo salvar Amnistía Internacional (AI) en 2009 (penas de muerte ejecutadas) fue de 2390 (incluida China). Por otro lado las vidas salvadas por Médicos Sin Fronteras (MSF) fueron 200.000 en 2008 (en su mayoría niños aquejados de desnutrición).
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Éstas tendencias apuntan a: 1) una mayor profesionalización de los servicios de asistencia; 2) la integración y coordinación de las diversas áreas de trabajo Provida en las asociaciones evitando la superespecialización que deja aspectos esenciales del trabajo Provida sin cubrir; y 3) el establecimiento de lazos, intercambios y sinergias entre las organizaciones de diversos países ante la necesidad de adquirir una presencia coordinada en los foros y organismos políticos internacionales.
Con mayor o menor fortuna los informes y actividades de AI y de MSF pesan en la opinión pública; sin embargo, la actividad de las asociaciones Provida que en 2009 salva al menos 53.779 seres humanos de una muerte segura, transcurre casi en silencio por los medios de comunicación.
LOS GOBIERNOS DE LOS PAÍSES COMUNISTAS CONTINÚAN DESARROLLANDO SUS PROGRAMAS DE CONTROL DE LA NATALIDAD POR MEDIO DE LA ESTERILIZACIÓN DE LAS MUJERES Y DE ABORTOS PROVOCADOS, A VECES OBLIGATORIOS
La puesta en marcha de iniciativas civiles de acción Provida en países donde está legalizado el aborto o donde se realiza de modo clandestino, ha logrado salvar a un importante número de vidas en 2009 y ello debe de tener un reconocimiento público. La perspectiva futura es alentadora teniendo en cuenta el desarrollo cada vez mayor de la actividad Provida a nivel mundial y cabe esperar que en los próximos años aumente considerablemente el número de vidas salvadas. A ello contribuirá notablemente la consolidación de tendencias que ya se están poniendo en práctica en las diversas asociaciones en varios países y que están siendo auspiciadas desde las agrupaciones internacionales, como el ya mencionado Congreso Internacional Provida.
Esta modesta investigación y los resultados aportados es el inicio de un reporte periódico anual más amplio, que esperamos que, junto a los informes elaborados por diversas instancias internacionales, ayude a conocer la parte más positiva de la sociedad humana: el compromiso de ayuda mutua que salva vidas. Los datos que aportamos ponen de manifiesto que la acción Provida es una acción eficaz y operativa en la dirección que marca ese compromiso. Está por escribir la historia de las razones personales de tanta gente, tan distinta y de tantos países, que hace posible que esta labor se lleve a cabo: una investigación a fondo sobre el voluntariado Provida a nivel global. Pensamos que a la larga estos estudios, de los cuales nuestra contribución es pionera, constituirán también una razonada presión social para frenar el aborto en el mundo y contribuir así a la edificación de una sociedad menos violenta y más acogedora.
rev i s ta p a ra l a n u eva eva n g e l i za c i ó n
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Newman
se d sa nto s
P. Mario Arroyo
n este artículo, escrito pocos días antes de que el Papa Benedicto XVIl beatificara al Cardenal Newman el 19 de septiembre de 2010, el autor resalta algunos puntos espirituales y pastorales que tienen en común el cardenal inglés y el Fundador del Opus Dei.
E
La relación entre san Josemaría Escrivá y John Henry Newman —personajes sin par en la vida de la Iglesia— puede parecer muy tenue. El contexto social, cultural e histórico en el que vivieron es muy diferente: Newman es un converso del anglicanismo que llegó a ser cardenal a finales del siglo XIX, y san Josemaría es el fundador de una institución católica. Sin embargo, al mirar con cuidado su vida y obras, es posible descubrir una gran sintonía espiritual y un análogo proyecto pastoral. Tanto Newman como san Josemaría son verdaderos campeones de la misión y el importante papel que los laicos están llamados a desempeñar dentro de la Iglesia. El cardenal inglés afirmó que el «sensus fidei» [el sentido de la fe] del pueblo de Dios debía ser considerado como una fuente a la que se pueda consultar para conocer cuál es el contenido auténtico de la fe. Y la Iglesia, por su parte, no debía prescindir de los fieles, porque desembocaría en clericalismo y se restringiría a los ministros ordenados y a la jerarquía. San Josemaría sufrió incomprensiones por afirmar —mucho antes del Concilio Vaticano II— que los laicos están llamados a la plenitud de la vida cristiana, a la santidad; que no son cristianos de segunda y gozan de una vocación divina específica (un modo de seguir y hacer la voluntad de Dios en la Iglesia y el mundo), por ejemplo, el matrimonio.
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Escrivá
se d sa nto s
Ambos se dieron cuenta de que también los laicos precisan una profunda formación y un empeño constante para ser coherentes con la fe. El cardenal Newman dedicó todo su esfuerzo intelectual y pastoral a ese objetivo: la revista Rambler y la escuela del Oratorio de Birmingham son ejemplos claros de ello.
exigió a los sacerdotes del Opus Dei que fueran peritos en algún saber profano, al tiempo que bastantes laicos cultivaran las ciencias teológicas. Newman afirmará por su parte: «Quiero que los seglares intelectuales sean religiosos, y los eclesiásticos devotos sean intelectuales».
Y san Josemaría, por su parte —además de su riquísima predicación y sus numerosos libros espirituales—, fundó por inspiración divina una institución que recuerda la llamada universal a la santidad, pero que también presta la ayuda adecuada para que se pueda alcanzar la perfección cristiana en medio del mundo.
Otro punto de encuentro entre Newman y san Josemaría es la libertad de conciencia. El Fundador del Opus Dei predicó incansablemente sobre la libertad y la autonomía de los laicos en asuntos temporales y señaló que no debería haber ninguna ingerencia eclesiástica sobre ellos en esos asuntos, pero sí que debían hacer un esfuerzo por mantenerse fieles a su conciencia. Newman también incidiría en el valor de la conciencia como lugar de encuentro con Dios, sagrario del hombre y motor de toda conducta moral.
Los dos eran concientes de que lo que proponían no era necesariamente una novedad: «como el Evangelio, nuevo; y como el Evangelio, viejo», diría Escrivá. Ambos tuvieron como fuente de inspiración la vida de los primeros cristianos, a los que había que remitirse para recuperar la integridad de la fe, según Newman. Ambos insistieron en la necesidad de alcanzar una profunda unidad entre fe y razón, cimentada en el estudio de las ciencias, tanto profanas como eclesiásticas. Por ejemplo, san Josemaría
Muchos más aspectos podrían subrayarse: necesidad de aunar piedad y doctrina en la profundización teológica; el ejercicio prudente y responsable, cara a la Iglesia, de la labor teológica, y una profunda percepción de la Iglesia como Misterio, como sacramento, que teniendo un elemento humano, conduce sin embargo a la comunión con lo divino.
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se d sa nto s
Mons. José Ignacio Munilla Obispo de San Sebastián
ue un 26 de agosto de 1910… ¡Hace ya cien años! La que conocemos como “Madre Teresa de Calcuta”, nacía en Skopje (Albania) y era bautizada con el nombre de Gonxha Agnes.
F
La identidad de Madre Teresa queda inequívocamente expresada en aquellas palabras suyas: “De sangre soy albanesa. De ciudadanía, india. En lo referente a la fe, soy una monja católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”. 98
se d sa nto s Afortunadamente, el legado de la Madre Teresa hacia los más pobres de entre los pobres es muy conocido. La obra por ella fundada, las Misioneras de la Caridad, continúa su carisma. Actualmente cuentan con 4.800 religiosas y 757 casas en 145 países. Jamás en toda la historia de la Iglesia se había producido una extensión tan rápida de una orden religiosa… Pero quisiera en el presente artículo referirme exclusivamente al destacadísimo legado “ad intra” que Madre Teresa nos ha dejado en la Iglesia Católica.
En los años posteriores al Concilio Vaticano II se confrontaron en el seno de la Iglesia dos concepciones que parecían irreconciliables: ¿Debía la Iglesia Católica apostar por la defensa de la ortodoxia, conservando la fe y las costumbres transmitidas por la tradición o, por el contrario, debía centrarse en la opción por los pobres y los marginados? ¿El futuro modelo de sacerdote habría de cuidar respetuosamente de la liturgia y de su vida espiritual o, más bien, debería estar en medio del mundo e implicado en los problemas terrenales?... Quienes han accedido a leer directamente los textos del Concilio saben de sobra que no existe tal dicotomía en el ideal de la Iglesia Católica. La “ortodoxia” (la doctrina recta) y la “ortopraxis” (la praxis recta), lejos de excluirse, se implican y se necesitan mutuamente. Sin embargo, no podemos negar que en aquel momento concreto existían dos “imágenes” de Iglesia muy contrastadas y hasta contrapuestas (por desgracia, no parece que el problema esté definitivamente superado). Además de aquella doctrina conciliar íntegra y equilibrada, la Iglesia Católica necesitaba también, como agua de mayo, un “icono” que aunase y conjugase el ideal de la “ortodoxia” y el de la “ortopraxis”. Y es que, la confesión de la fe católica y su “traducción” a la práctica de las obras de justicia y caridad son las dos caras de una misma moneda. Sólo así la doctrina católica muestra toda la belleza de su verdad: cuando la fe se traduce en obras y cuando éstas tienen en la fe su inspiración y su fuerza… ¡Pues he aquí el “icono” de la Madre Teresa! Ante su testimonio, tantas discusiones y luchas intestinas vividas en los años postconciliares, resultan absolutamente absurdas y superfluas, al comprobar que, cuando se alcanza el ideal de la santidad, entonces, y sólo entonces, la verdad y la caridad se conjugan a la perfección.
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se d sa nto s Ese gran servicio que Madre Teresa nos ha prestado “ad intra”, se concreta también en la búsqueda del bien moral “íntegro” del ser humano. En efecto, es frecuente que caigamos en una especie de “acotaciones” o “reducciones” del mensaje moral cristiano: ¿A qué debemos dar prioridad? ¿A la reivindicación de la condonación de la deuda externa de los países pobres, a la campaña del 0,7%, a la lucha contra el hambre; o, por el contrario, a la defensa de la familia, del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural y del derecho de los padres a la educación de sus hijos?
Para Madre Teresa jamás existieron esas dicotomías. El bien moral es “uno” y no puede reducirse o fraccionarse. Baste recordar lo sucedido en 1979 cuando la Real Academia Sueca la distinguió con el Premio Nobel de la Paz. Al solicitarle su consejo para promover la paz en el mundo, ella, pequeña y combativa, respondió: “Id a casa y amad a vuestras familias”. La Madre Teresa fue siempre una “apisonadora” de congruencia moral. Para ella no hubo jamás fronteras divisorias entre los distintos campos de la ética. Otra gran aportación “ad intra” de Madre Teresa ha sido la integración de la mística cristiana y de la obra social de la Iglesia. Frente a la tentación de una espiritualidad desencarnada, o de una obra social totalmente “horizontalista” y secularizada, ella partía de la profunda experiencia mística, que tuvo en el año 1946, en la que había recibido estas palabras de Cristo: “Mi pequeña, ven, llévame a los agujeros donde viven los pobres. Ven, sé mi luz. No puedo ir solo. Llévame contigo en medio de ellos…”. Esa firme convicción sería el fundamento del que fue el lema de su trabajo: “Lo hacemos por Jesús”. En resumen, no son sólo los pobres del mundo quienes agradecen a Madre Teresa su legado, sino que todos en el seno de la Iglesia Católica habremos de estarle eternamente agradecidos por su gran aportación, sin ser ella consciente de ello, en pro de la sanación de tantas heridas y malformaciones que ponen en peligro la unidad de la Iglesia y de la integridad de su mensaje.
100
b en di ta Marí a
De María nunquam satis Buenanueva
o me resisto, al redactar estas breves líneas, traer aquí unas palabras del entonces Cardenal Ratzinger, en 1985:
N
«Cuando yo era un joven teólogo, antes e incluso durante las sesiones del Concilio…, yo alimentaba algunas reservas sobre algunas fórmulas antiguas, como por ejemplo, la famosa de “Maria nunquam satis”, que me parecía exagerada. También tenia dificultad para comprender el verdadero sentido de otra expresión famosa (tan repetida en la Iglesia desde los primeros siglos, cuando después de un memorable debate (el Concilio de Efesio en 431 había proclamado a María Madre de Dios) que ve a María “victoriosa frente a todas las herejías”. Hoy, en este período de confusión en la que todo tipo de desviaciones heréticas vienen a golpear a la puerta de la fe auténtica, hoy apenas he comprendido que no se trataba de una exageración de devotos, sino de verdades más que nunca válidas.»
Cualquier cristiano bien instruido sabe muy bien que los cuatro dogmas referentes a María están contenidos en esta breve expresión: Virgen María, Inmaculada, es la Madre de Dios subida al Cielo en Cuerpo y alma, es decir, la Madre de Dios (1), concebida sin pecado original (2), fue siempre Virgen (3), ascendida a los cielos (4). Pero si hemos querido comenzar estas líneas con ese título, que viene a decirnos que de la Virgen María nunca acabaremos de agotar lo que podamos decir sobre ella, es para animarnos mutuamente a releer el capítulo octavo de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia del Concilio Ecuménico Vaticano II, dedicado enteramente a la Virgen María, que supuso una inflexión en la devoción a la Virgen María, basada especialmente en los textos bíblicos, que, por otra parte, aún hoy, se sigue profundizando sobre ellos. Este capítulo ofrece un riquísimo filón de quién es la Virgen María, para que, conociéndola mejor, la amemos más íntima e intensamente. Tras un breve resumen nos habla del papel de la Virgen María en la Historia de la Salvación, para detenerse más concretamente en la función de la Santísima Virgen en la Iglesia, poniendo luego de relieve su culto (pues todas las generaciones la llamarán bienaventurada) y concluir con una hermosa exposición de María como signo de esperanza cierta, segura y de consuelo para nosotros como pueblo peregrinante y como hijo suyo en particular
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n u eva e s t é t i c a
La Natividad de Noche Pilar Gordillo Isaza Licenciada en Historia del Arte
sta obra conocida como “El Nacimiento” o “La Natividad de Noche”, es un pequeño óleo sobre tabla de roble que se conserva en la National Gallery de Londres. Su autor, el pintor de estilo flamenco, Geertgen tot Sint Jans, a veces conocido como Gerrit Gerritsz y, en español, como Gerardo de San Juan, por referencia a los Hermanos de San Juan en Haarlem, una congregación de laicos a la que parece ser que el artista pertenecía, fue la personalidad más destacada del arte en los Países Bajos del Norte durante la segunda mitad del s. XV. Su personalidad es única: la encantadora ingenuidad de sus pinturas y la pureza y sencillez de su estilo, inimitable, le convierten en uno de los más queridos pintores primitivos flamencos.
E
He aquí, en efecto, una pintura del Misterio. Cómo pintar el asombro, la intimidad y la emoción contenidos ante algo que supera lo conocido por el hombre: todo un Dios hecho carne, que nace débil, menudo, tembloroso en un comedero de animales, sobre unas pajas. ¿Cómo no arrodillarse como María y adorarlo gozosos? ¿Cómo no conmovernos y acercarnos para ser iluminados por su luz deslumbrante? “Bienvenido seas mi Dios, mi Señor y mi Hijo” María muy joven y bella, con finísimos rasgos, ojos rasgados, nariz recta, boca menuda, largos cabellos castaños y ondulados y frente despejada, según la moda femenina, enmarcada por una blanquísima toca de pronunciados pliegues, une sus delicadas manos de esculpidos dedos,
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mientras se inclina hacia delante devota a adorar a su Hijo. La figura de José es novedosa porque aparece en un segundo plano, no como el anciano despistado que dormitaba o llegaba tarde con la candela, sino como un joven y fuerte varón capaz de custodiar a María y al Hijo de Dios de enemigos tan peligrosos como el mismísimo Herodes y, sobre todo, de transmitirle la sabiduría de la Torá y el amor y el temor de Yahvé. José, sorprendido por la presencia divina, penetra en la escena con reverencia y temor de Dios. Ante el asombro de ver el prodigio, se detiene conmovido y se lleva la mano al corazón en un gesto de recogimiento lleno de intensa devoción, expresión de los sentimientos religiosos profundos del propio pintor que convierte la escena en algo sagrado.
n u eva e s t é t i c a
C Ó M O P I N TA R E L A S O M B R O A N T E U N D I O S H E C H O C A R N E , Q U E N AC E D É B I L Y M E N U D O S O B R E U N A S PA JA S E N U N P E S E B R E 103
n u eva e s t é t i c a Porque ya no es el rayo de luz de la estrella el que ilumina esta escena y guía a los magos hacia el Niño, sino que es la propia criatura en el pesebre la que irradia desde dentro, a través de su carne fosforescente al resto del mundo, empezando por el rostro deslumbrado de su madre, los de los ángeles niños adoradores y la figura de un José sobrecogido y lleno de emoción contenida. La Luz del Mundo se hace visible en la carne. Sin embargo, esta verdad dogmática no se transmite con el brillo del pan de oro, sino a través del resplandor naturalista de un cuerpo redondeado y grácil, reDe ahí que los coros angélicos, flejo de la piedad de la época, que antaño volaban bien alto en la que la humildad es el capara proclamar el “Gloria in ex- mino a la santidad. celsis”, hayan dejado las alturas, La idea de que el niño Cristo atraídos por la luz resplande- ilumina la escena de la Nativiciente, y estén ahora bien dad proviene de los escritos del cerca asomándose curiosos al- siglo XIV de Santa Brígida de rededor del niño, a fin de ser Suecia (proclamada Patrona iluminados por su luz y calor. de Europa por Juan Pablo II), Esta pintura de la Natividad contiene uno de los tratamientos más atractivo y convincente de una escena nocturna, íntima y sagrada. Para muchos, verdaderamente, éste es el primer nocturno del arte occidental. No sólo es profundamente emotivo y espiritual, por el asunto, tratado a base de delicadas pinceladas, sino que técnicamente contiene originales innovaciones pictóricas: unos contrastes extremos de luz y sombra, que contribuyen a aumentar el sentido milagroso y sagrado del nacimiento.
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publicados alrededor de 1492, quien escribió en sus Revelaciones, que la luz del niño recién nacido era tan brillante que el sol no era comparable a ella. No sólo fue descrita minuciosamente por la santa la idea del Niño luz, sino las vestimentas, posturas, actitudes y sentimientos, contribuyendo a enriquecer esta escena pintada. Esta santa, multípara madre de ocho hijos, viaja en 1370 a los Santos Lugares y, en la cueva de Belén, recibe esta visión con todo detalle acerca de cómo fue el parto virginal:
La Virgen se descalzó, se quitó el manto blanco con que estaba cubierta y el velo que en la cabeza llevaba (…), se arrodilló con gran reverencia y se puso a orar con la espalda vuelta hacia el pesebre y la cara levantada al cielo, hacia el Oriente. Juntas las manos y fijos los ojos en el cielo, hallábase como suspensa en éxtasis de contemplación y embriagada con la dulzura divina; y estando así la virgen en oración, vi moverse al que yacía en su vientre, y en un abrir y cerrar de ojos dio a luz a su Hijo, del cual salía tan inefable luz y tanto esplendor que no podía compararse con el sol, ni la luz aquella que había puesto el anciano daba claridad alguna, porque aquel esplendor divino ofuscaba completamente el esplendor material de otra luz. Al punto vi a aquel glorioso Niño que estaba en la tierra desnudo, y muy resplandeciente, cuyas carnes estaban limpísimas y sin la menor suciedad e inmundicia. Oí también entonces los cánticos de los ángeles de admirable suavidad y de gran dulzura.
E L P I N TO R SE DETIENE M AG I S T R A L M E N T E E N E L PRI MER I N S TA N T E S I LEN CI OSO Y PE RS ON A L D E L A S AG R A DA FA M I L I A
n u eva e s t é t i c a pasó a ser considerada el cumplimiento de las profecías de Isaías (“Conoce el buey a su dueño y el asno el pesebre de su amo. Pero Israel no conoce, mi pueblo no discierne”: Is 1,3) y de Habacuc (“En medio de dos animales te manifestarás”: Ha 3,2).
Así que la Virgen conoció que había nacido el Salvador, inclinó al instante la cabeza y juntando las manos adoró al niño con sumo decoro y reverencia, y dijo: “Bienvenido seas mi Dios, mi Señor y mi Hijo”. Entonces llorando el niño y trémulo con el frío y con la dureza del pavimento donde estaba, se revolvía un poco y extendía los bracitos procurando encontrar el refrigerio y apoyo de la madre, la cual enseguida lo tomó en sus manos y lo estrechó contra su pecho, y con su mejilla y pecho lo calentaba con suma y tierna compasión. Después de todo entró el anciano, y postrándose en tierra delante del niño lo adoró de rodillas y lloraba de alegría. Lo pusieron en el pesebre, e hincados de rodillas, lo adoraron con inmensa alegría.
Los artistas encuentran fascinante expresar plásticamente este relato lleno de humanidad y sentimientos. Ya no hay lugar para una figura de la madre recostada, cansada tras el parto, ante las comadronas que bañan al niño tal como el arte si“En medio de dos animales te rio y bizantino usaba representar. María, pariendo de rodillas manifestarás” se ha convertido en la primera LA FI GURA DE adoradora de su Hijo, quien ya JOSÉ ES no tiene el cuerpo fajado, N OV E D O S A como era costumbre en la época, sino que exhibe primoPORQUE A PA R E C E C O M O roso su desnudez, su carne divina resplandeciente, que viene U N J OV E N Y a entregar como cordero para F U E R T E VA R Ó N la salvación del Hombre.
C A PA Z D E C U S TO D I A R A MA R ÍA Y A L H I JO DE DIOS Y DE TR A NS MI TIR LE L A SA B I D U R Í A D E L A TO R Á Y EL AMOR DE YA H V É
El buey y el asno tampoco quieren perderse detalle. Asomadas sus grandes cabezas sobre el pesebre para recibir un rescoldo de la cálida luz, aportan el encanto ingenuo de una tierna leyenda franciscana. Sin embargo su presencia anecdótica como animales del establo que calentaban con su aliento al recién nacido,
En la ladera distante, visible a través de la abertura en el ruinoso establo, el resplandor de un ángel anuncia el nacimiento divino a los pastores que cuidan los rebaños mientras se calientan a la luz de la hoguera. Su presencia y el anuncio increíble de la noticia del nacimiento del Mesías, les lleva a levantar los brazos maravillados. También ellos irán a adorarlo, aunque en este caso el pintor ha preferido detenerse en el primer instante silencioso y personal de la Sagrada Familia.
E S TA P I N T U R A E S PAR A M U C H O S EL PRIMER NOCTU RN O D E L A RT E O C C I D E N TA L , YA QUE CON TIE NE I N N OVAC I O N E S PICTÓR ICAS C O M O LO S CON TR AS TES D E LU Z Y SOMB R A, QUE CON TR IB U YE N A AU M E N TA R EL SE NT ID O S AG R A D O D E L N A C I M I E N TO 105
mosaico
Monasterio
S an t a Lu cí a de
Jesús Esteban Barranco
u n p oco d e historia En tierras marianas, según la tradición, desde la primera mitad del siglo primero del cristianismo, en la antigua Cesaraugusta, Zaragoza hoy, a la sombra de la Virgen del Pilar, se alza el Monasterio Cisterciense de Santa Lucía. En el siglo XI, el Abad Roberto junto con otros dos monjes (Alberico y Esteban Harding), pertenecientes a la Abadía francesa de Molesmes, fundan el Císter, llamado así porque es el nombre latino, “Cistercium”, de Citeaux, lugar de Francia donde se retiró San Roberto, estableciendo como modelo la Regla de San Benito (siglo VI),
haciendo una relectura de la misma y poniendo como fundamentos cuatro puntos: la simplicidad de costumbres, vivir del trabajo de las manos, la soledad y huida del mundo. Pedro II, rey de Aragón (11781213), primer monarca del Reino coronado y ungido por el Papa (legitimidad papal de la que disfrutarían también sus sucesores), desea establecer una comunidad cisterciense femenina en su Reino. Nace así, en el año 1102, la Comunidad religiosa del actual Monasterio de Santa Lucía, a través de muchas vicisitudes, que lleva viviendo, pues, 808 años de permanente novedad en el encuentro diario con el Señor.
106
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nuestras visitas al Monasterio y a la C o m u n i d ad Es la tercera vez que he tenido la gracia (no digo ni la oportunidad ni la suerte) de visitar este Monasterio y de convivir allí pasando muy buenos ratos de paz, de conversaciones piadosas y, sobre todo, de oración en la liturgia coral. La última ha sido muy recientemente y los motivos que nos han llevado allí, a mí y a mi familia, tienen su raíz en un afecto especial por aquella Comunidad desde hace algunos años y por los frutos espirituales con que volvemos a nuestras casas y tareas ordinarias.
Nosotros tenemos la certeza de que algunos partos de nuestras dos hijas (dos de cada una) han llegado a feliz término gracias a las oraciones de las hermanas de esta Comunidad, cuando los médicos, en algún caso concreto, insinuaban y aconsejaban el aborto, ante un anunciado niño con síndrome de Dawn. Podría contar algunas experiencias, pero pertenecen a terceras personas y me voy a limitar a algunos retazos que a mí me han impresionado profundamente. Con mucha frecuencia he tenido que oír y, a veces, soportar, conversaciones sobre curas y monjas, poniéndolos a todos (a unos y otras) de vuelta y media y tachándolos de carcas, retrógrados, parásitos y fuera de este mundo; y mire usted por dónde, en eso de “fuera del mundo” coinciden al cien por cien con “mis” monjas de Zaragoza, que, por otra parte, no son ni el único monasterio que conozco ni las únicas monjas de clausura con que he tratado, pero éstas tiene “algo” que a mí y los míos nos ha subyugado.
107
mosaico Seguramente muchos de ustedes están hartos de oír que Fulano o Zutanita, personajes ilustres en el mundo de la política, de la cultura o del arte, o profesionales muy bien preparados y situados (abogados, arquitectos, médicos…) estudiaron y se educaron en colegios de curas y monjas (algunos de notable pedigrí) y no dejan de ufanarse de su agnosticismo, incredulidad o ateísmo, al haberse podido liberar por fin de aquel tipo de educación, cuando menos ñoña… ¡Pues estas monjas no tienen nada de ñoñas ni de tonterías semejantes! Ciertamente las monjas de clausura están fuera del mundo, pero están muy bien emplazadas en él, con los pies en la tierra y con la mente en el cielo, cosa que normalmente no huele
la gente que sí está en el mundo: una cosa es estar en el mundo y otra ser del mundo y ellas no lo son porque, como Jesucristo, no son del mundo y tratan, como Él, de vencer al mundo. Si hemos de juzgar por la sobriedad y austeridad
de las habitaciones en que nos alojamos los huéspedes, puedo asegurar que las de las monjas deben ser mucho más sobrias y austeras. He observado, por ejemplo, el calzado que llevan y he visto zapatos muy usados: efectivamente, están fuera del mundo.
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¿soledad? Encontrarse con una persona mayor, anciana, que pasa con creces de los ochenta años (por ejemplo, la Madre Abadesa), con una cultura muy notable, con una experiencia muy honda de la vida religiosa, con una conversación de horas y horas sin aburrirte y, sobre todo, con una sindéresis en todos los campos, es algo que no tiene precio y que ya quisiéramos muchos llegar a esas edades con esa “sabiduría de la vida”, de la vida espiritual. Sólo he conocido a otras dos personas iguales, ambas en este caso analfabetas y ya difuntas, cuyo sentido común y sencillez de espíritu rayaba en la simplicidad de los ángeles y daban sopas con honda a tantos que presumían y presumen de sus títulos universitarios. Y echas la mirada por el panorama que nos rodea frecuentemente y se te caen los brazos de desánimo, contemplando tanta gente mayor perdiendo el tiempo en parques y plazas, tantos ancianos y ancianas llorando ocultamente sus soledades por los rincones de sus casas y, abiertamente en muchos de los “aparcamientos” geriátricos, cuando vas a visitarlos. Y es que la soledad es un orín corroedor que no cesa en su labor destructiva cuando acosa
al hombre. “La mayor pobreza es la soledad”, decía una experta en ambas virtudes (Teresa de Calcuta). Y lo cierto es que hoy esta plaga está muy extendida, como otrora la peste, y concome a multitudes de gentes. Algún día alguien tendrá que dar explicaciones científicas sobre la propagación del suicidio. Y una de las consecuencias previas es la enfermedad reina que se agarra al hombre y lo muerde sin misericordia de forma alarmante y progresiva en cantidad y número de gentes y en calidad de trastorno: la depresión. Pero yo tengo que decir que en estas monjas de clausura, cuya vocación las mantiene en lar-
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gas horas de silencio y soledad, no he visto esos casos ni siquiera de caras largas por la soledad. Alguna vez el mundo tendrá que seguir preguntándose el porqué de esto y puede que llegue a alguna respuesta, que no es otra sino que todo radica en el encuentro diario con el Señor, vivo y resucitado, presente en sus vidas, como el esposo que le da sentido al quehacer cotidiano y, principalmente, en ese trato personal de la esposa de Cristo, en la oración silenciosa y en el canto del Oficio Divino. ¿Se puede llamar soledad a este modo de vivir? No, con toda certeza y seguridad. Ellas saben que hay una maldición bíblica para el que esté solo, “porque si cae, no tiene quien lo levante” (Qo 4,110); saben que por eso el mismo Señor puso remedio desde el principio: “No es bueno que el hombre (ni la mujer, deberíamos añadir) esté solo” (Gn 2,18): estas monjas tienen la comunidad y al Divino esposo. Las únicas cosas que están solas en este monasterio son los árboles de la huerta, los sitiales del coro y bancos de la iglesia, los utensilios del trabajo en los talleres de encuadernación y restauración, los cacharros de la cocina…; pero ¿las monjas?: ¿las monjas están sumidas en ese mismo silencio y soledad? Absolutamente no, viven gozosas en su intimidad con el Señor y eso se nota y se palpa en la conversación distendida con todas ellas en el locutorio (por cierto, sin rejas ni visillos, sino una simple separación), aparte de que ellas tienen también sus horas de recreo y paseo, donde intercambian sus experiencias, co-
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mentan sus días de moral baja, sus tristezas, sus disgustos, las noticias buenas y malas de sus padres y familiares, y, ¿por qué no?, sus desavenencias. Se podría decir que cada una vive sola en su comunidad, que no es lo mismo que decir la comunidad está formada por un conjunto de solas, sino que ésta nace de la comunión con Dios y con las demás hermanas: es su forma de vivir el principal mandamiento, el del amor a Dios y al prójimo. Entre otras cosas, porque también tienen una biblioteca bastante nutrida e interesante y me consta que leen mucho todos los días, aparte de estar al corriente de lo más importante de los acontecimientos de este mundo, con algunos programas de televisión y, especialmente, charlas y conferencias propias de la vida religiosa, a cargo de personas externas muy preparadas.Y esto me lleva a la liturgia que se vive y se celebra en el convento. Todas las órdenes religiosas que se remiten a
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la litur gia la Regla de San Benito tiene como lema “Ora et labora” (reza y trabaja). Se puede afirmar, con toda verdad, que las monjas tienen dos oficios: aquel con el que se ganan el pan cotidiano con el trabajo de sus manos y el Oficio Divino, que en este Monasterio de Santa Lucía se vive con sencillez, encanto y devoción. Dejadme que me fije en el Sagrario, que, en la renovación conciliar del Vaticano II, podía ocupar un lugar importante pero no necesariamente presidencial. La primera vez que entré en la Iglesia, vi la lamparita roja indicativa de la presencia, en el misterio del pan consagrado, del Cuerpo de Cristo resucitado, pero no veía el sagrario…, hasta que clavé mis ojos en la lámpara de doce focos (como los Doce Apóstoles) que iluminan el altar; del centro de la luminaria pende una hermosa paloma metálica con sus alas desplegadas: en su interior está el tabernáculo: todo un símbolo jamás visto, en el que el Espíritu Santo es quien hace presente a Jesucristo, entre nosotros, hasta el final de los tiempos. La paloma-sagrario es de plata cincelada, pieza única, pagada con el dinero de los primeros trabajos hechos en el monasterio, ahorrados con tanto es-
fuerzo como ilusión, en tiempos de penuria en 1967. Aunque es verdad que en todos los monasterios el Oficio Divino es el puntal que sostiene el equilibrio de la Comunidad y de cada monja, en este Monasterio se celebra, canta y reza, con una fidelidad envidiable, por encima del resto de todas las ocupaciones. Ellas mismas dicen, hablando de su propia liturgia, que “el Amor canta. El canto del amanecer, el canto del mediodía, del atardecer y el de la noche, es canto de amor que adora, alaba, agradece, suplica e intercede”. Además, “escuchar la Palabra es salir al encuentro de Aquel a quien se ama, entrar en el silencio interior y morar cerca de Él” (es la “lectio” o lectura divina). Tienen un sentido litúrgico multisecular, potenciado últimamente por la renovación litúrgica del Concilio Vaticano II. Se entusiasman cuando me dicen que ya desde el inicio de cada hora del Oficio Divino, simplemente con el “Abre, Señor, mis labios” o “Dios mío, ven en mi auxilio”, se transportan a la liturgia celeste y se zambullen en la alabanza. Lo cuentan y lo viven, porque saben que la “liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Cristo” (Sacrosanctum Concilium, 7). Y ¿qué decir del oficio manual? Por lo general casi todos los monasterios tienen su huerta,
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el trabajo manual donde trabajan todas indistintamente, como ocurre con el servicio de cocina y limpieza de lugares comunes; luego, cada monasterio tiene alguna particularidad (son conocidos los productos de pastelería, dulces, turrones, licores, etc., por no hablar de las grandes obras culturales transmitidas por los monjes). Aquí, aparte de la huerta (de la que probamos sus frutos al final de este verano) tienen una especialidad eminente: un taller de encuadernación y restauración de documentos, pergaminos, libros y legajos antiguos, que requieren, aparte de unos estudios y conocimientos específicos, unas habilidades muy poco extendidas en el mundo de la artesanía. Por sus manos han pasado y pasan documentos muy singulares y de valor incalculable, que recobran su esplendor original gracias a la labor paciente y minuciosa de estas monjas, como lo atestiguan multitud de ejemplos. Por supuesto, no falta la monja cualificada universitariamente y reconocida por las autoridades competentes para validar y certificar las operaciones de restauración. Para estas monjas su “trabajo es una forma de oración. El trabajo, animado por el amor a Jesús, colabora en la obra creadora del Señor e irradia su Belleza. El más pequeño de los trabajos es un amoroso canto de alabanza. No será verdadera monja si no vive del trabajo de sus manos”, como dice la Regla de San Benito. Más de una vez he preguntado a la Madre Abadesa si hay alguna monja enferma, porque había visto algunas muy mayores (hay también jóvenes) y no les ha faltado hace un par de años algún caso de Alzheimer, que han vivido (soy testigo) con gozo y alabanza a Dios. “No, no hay nadie que tenga que guardar cama; todas, incluso cuando padecen algún achaque, no dejan de asistir a todo, incluso al trabajo, aunque no puedan hacer nada en esos días”, ha sido la respuesta. No puedo evitar en este punto hablar de la pintura. Forma parte de la Comunidad una monja pintora, de fama na-
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mosaico cional e internacional: sus cuadros, cuando expone, se los quitan de las paredes en breve tiempo, porque su arte es especial: pintura con espátula. En general todos los pintores pretenden atrapar la luz (me vienen a la mente algunos, por ejemplo, el holandés Johannes Vermeer, del siglo XVII, y nuestro Joaquín Sorolla). Esta monja pintora (no la nombro por no molestar su modestia, pues ella misma se considera una más entre todas las de la comunidad y, supongo, que muchos intuyen a quién me refiero) tiene una inspiración que nace de lo alto, porque la luz siempre viene de arriba: ha captado que “Dios es Luz” y es ésta la que aparece en sus cuadros, como una chispa escapada de la Esencia divina.
una invitación Decía San Juan Bosco que el mejor premio que Dios concede a una familia es un hijo sacerdote. Creo que hay que completar el pensamiento: también es premio, una gracia divina, una hija religiosa o monja. Si alguna de vuestras hijas o si tú misma, joven que lees estas páginas, está pensando en definir tu misión en esta vida, si acaso crees que el Señor te llama por otro camino, si sientes deseos de llenar tu vida de otra manera, el Monasterio de Santa Lucía te ofrece la oportunidad de dilucidar tu vocación. Podrás conocer su vida más de cerca y, si lo deseas, no te faltará una ayuda para discernir dónde te llama el Señor , que te espera y te ama:
Monasterio de Santa Lucía Maestre Racional, 17 50009 Zaragoza (España) Teléf.: (0034) 976 561 484 www.monasteriosantalucia.com
mstalucia@telefonica.net Cuando en esta última visita volvíamos a casa, una nieta pequeña de menos de dos años y medio que también vino con nosotros, nos decía: “Tengo muchas amigas monjitas”. A ellas nos encomendamos todos los lectores de Buenanueva.
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Jorge L. Santana
a álgida penumbra escondía un halo misterioso y un escalofrío recorría la piel dejándola tatuada con la marca indeleble del pánico. La humedad flotaba entre la espesura y producía una sensación aún más penetrante. Mientras, el quejido distante del viento parecía que se acercara bruscamente y se viniera encima para envolverte y llevarte con él.
L
La densa soledad del páramo descuella sobre los reflejos claroscuros de una tibia luna neblinosa que insinúa un ámbito de pánico en la penuria, en la carencia, en la grima…, en el temible instante cuando ruge la bestia.
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EL AFÁN DE DINERO A L E JA A L H OMB RE DE LA S A N T I DA D
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En la hexagonal estancia seguía desarrollándose la M.I.E.N.T.E. (Muestra Internacional en Tentaciones Evolutivas). Había terminado la segunda comunicación y los hiperactivos sujetos no dejaban de moverse, gritar, hacerse burla, insultarse y cuchichear. De tal grado era el guirigay y el caos que, cuando entraron los siete príncipes, no se podían creer lo que estaban viendo. El alboroto disminuyó un poco, pero algunos ni se enteraron de su presencia. Astarot dio un fuerte golpe en la mesa… y poco a poco sobrevino el silencio. De inmediato se levantó un ser atlético y enorme, de pies de lobo y cuernos de carnero, y con andares burdos y parsimoniosos se dirigió al estrado. —Me llamo Belfegor, soy cuarta jerarquía de Azazel, habito en los altos de Tofet, antiguo reino de Moloc, en Gai Ben Hinnom. Como sabéis hay tres únicos espacios donde los humanos son seducidos: afán de dinero, historia y sensualidad. Aunque esto es evidente y primario, hemos sabido que muchos de vosotros, atraídos por otras tentaciones más vanguardistas, están dejando de lado la base y única razón de ser de nuestras pesquisas. Si bien, como en todas las generaciones, se presentan nuevas debilidades, cualquiera de ellas, por muy atractiva que parezca, deriva, ineludiblemente, de las tres esenciales. Os voy a dar unos datos: el 94,78% de los mortales padece afán de dinero y/o poder. El 92,57% no está contento con su historia, no la entiende, la rechaza o simplemente subsiste en la frustración. El 89,36% de los humanos está sometido a los placeres de los sentidos. Como veis, todos los hombres están incluidos en alguno de estos apartados, si bien, la mayoría se encuentra inmersa en los tres.
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mosaico La penumbra del recinto se acentuaba por momentos. Los fanales de las rugosas paredes iban atenuando su resplandor y la mortecina claridad se extinguía por instantes. Afuera, en las frías sombras del anochecer, el silencio inundaba la meseta y sólo se sentía el hálito fugaz de la brisa nocturna.
Belfegor hizo una ínfima pausa y en seguida los asistentes reiniciaron la confusión y el desconcierto. ¡Será quizás la esencia de estos individuos! ¡Puede ser tal vez que la disonancia armónica y confusa esté en su naturaleza, y la normalidad sea el caos y la confusión…! El enorme ser que se erguía como una mole detrás del atril, quedó quieto mirando fijamente a la asamblea y el auditorio —El dinero y el poder atraen a la mayoría de pausadamente volvió al silenlos mortales y eso hay que aprovecharlo. Pero cio sepulcral.
no vayáis a lo fácil, no toquéis a los que declaradamente lo confiesan, más bien tentad a los que creen que controlan perfectamente su avaricia y, sobre todo, a los cumplidores de la ley, a los que frecuentan los templos. Hay que introducirse en el núcleo del enemigo, sin miedo, sin complejos. ¡Si supierais cómo se puede debilitar la fe de un creyente dándole un poco de poder y dinero…! Alejaos de los mundanos, incrédulos, agnósticos, ateos, etc. No nos interesan; las apetencias del mundo, ya realizan el trabajo por sí mismas. El artificio correcto es producir el escándalo, y éste sólo se materializa en el hombre religioso, en el místico, en el practicante, en el piadoso… Llenadle los bolsillos y engrasadlo de poder; convencedlo de que todo ello viene de su Creador, consecuencia de la fidelidad a Él, de su escrupuloso cumplimiento de sus leyes, pues él es un hombre como tiene que ser.
T E N TA D A LO S Q U E F R E C U E N TA N L O S T E M P LO S , LO S AT E O S Y AG N Ó S T I C O S N O I N T E R E SA N ; LA S APE TEN CI A S D EL MU ND O YA R E A L I Z A N E L T R A BA J O P OR SÍ MISMAS
¡ S I S U P I E R A I S C Ó M O S E P U E D E D E B I L I TA R L A F E D E U N CR EYEN TE D Á ND OLE PODE R Y D I NE RO… !
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—El afán de dinero aleja al hombre de la santidad —prosiguió Belfegor—. Todos creen que actuarían de una manera humilde y fiel teniendo riquezas, pero nosotros sabemos que no es posible, pues ya conocéis muy bien que no se puede servir a dos señores; la opulencia lo invade todo convirtiendo al santo en epicúreo, al altruista en mezquino, al humilde en arrogante y al ingenuo en hipócrita. La creatura, con un poco de poder y de fortuna está a merced de las apetencias; descubre cómo hacer realidad sus fantasías y sofocar sus frustraciones. Comienza a creer que la historia, al final, imparte justicia. Hacedlos progresar en sus trabajos, así pensarán que es por su buena gestión y condenarán al perezoso, al apático, al conformista…, y poco a poco irá mermando su fe y acrecentando su avaricia. Pero es fundamental que siga pensando que es bueno, desinteresado y generoso. Invitadle a que haga obras de caridad, a dar limosna y a colaborar con alguna ONG. Esto potenciará su autoestima y su amor propio; eso es lo que más nos interesa… Y por supuesto, que no deje de ir al templo; al contrario, si es posible, acentuadle la perseverancia y la asiduidad. Os diré una cosa: está creciendo el fariseísmo de una forma espectacular y eso nos beneficia enormemente. Colocaos entre los dos para que la creatura no pueda ver a su creador, poned allí la riqueza como un espejo, y en ella verá su dios.
Todo esto te daré, si postrado me adoras. Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Y he aquí que vinieron ángeles y le servían. En el exterior un jirón difuminado de la luna asomaba frágil en el opaco cielo. Los ruidos entrecortados y agudos producían un eco ronco disonante y perdido. Ese tiempo se deslizaba lento y espeso, como aguardando alguna resolución. En la meseta, la humedad resbalaba por los brezos, brillando en la tupida negrura como pequeñas luciérnagas. Así también participó él de la sangre y de la carne, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, y liberar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud. Siempre aparece una minúscula luz que ilumina nuestra henchida ceguera, aún en la noche más oscura, cuando ruge la bestia.
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¿ N o s p re s e nt a s f u e r za e n l a m i ra d a
t u s m a s c o t a s?
Victoria Luque Vega
S i lv e st re y l a c od o rn i z
Silvestre. Estuvieron solos aproximadamente treinta minutos y, cuando mi madre y Paco regresaron, vieron a Silvestre sentado en el punto más alto del salón: estaba observando a la codorniz que paseaba por todo el salón piando y corriendo como loca. Descubrimos entonces que a Silvestre, en realidad, le dan miedo las codornices, ya que no permite ni que se le acerque la nuestra”.
Este es Juan Fernando Girón Barreto: tiene en casa una codorniz y un gato (Silvestre). Él nos ha relatado la siguiente anécdota: “Tres días después de haber comprado la codorniz, salimos todos de casa: mi madre y Paco nos llevaron a mi hermana y a mí al colegio. La codorniz seguía durmiendo en su caja en la habitación de mi madre, pero entonces, por primera vez, se escapó de su guarida y quedó libre por la casa... junto a mi gato
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f u e r za e n l a m i ra d a
El m o rdi s co d e Je rby Aquí está Miguel Lasso: tiene un pollito de dos semanas (Picotín), una codorniz (Codor) y un jerbo (Jerby); en la foto está con dos de sus hermanas, quienes también cuidan de las mascotas. Por lo visto tienen que estar muy pendientes de Almudena, su hermana pequeña (dos años), porque cuando se descuidan mete la mano en la caja donde está el pollito, lo agarra por el pescuezo y… Picotín, nada
más llegar a casa, dio un picotazo en el ojo a una de ellas (menudo susto), pero el pobre también ha recibido lo suyo, porque el jerbo mordió al pollito en una pata y le tuvimos que poner betadine con un algodón. Está claro que la convivencia entre animales de distintas especies es complicada.
Nota de la Redacción: Si queréis enviarnos fotos con vuestras mascotas, lo podéis hacer al siguiente correo electrónico: luque1965@gmail.com. Contadnos cómo se llaman vuestros animales domésticos, alguna anécdota, lo que queráis (unas diez líneas). Lo publicaremos. También podéis mandarnos comentarios sobre algún libro interesante que hayáis leído, pelis…, etc. No olvidéis adjuntar vuestra foto, para que nos vayamos conociendo. 119
f u e r za e n l a m i ra d a
W e b s I nt e re s a nt e s
http://www.santillana.es/scripts7santies/adinfinitum Esta dirección ofrece información dirigida al niño y al adolescente sobre la navegación, las búsquedas, los chats y la seguridad.
http://www.allmusicguide.com Todo lo que deseas saber sobre música está a tu disposición en esta página. Muy completa y actualizada ¡disfrútala!
http://www.clubcultura.com Sumérgete en esta web y refresca tu cultura con una amplia información sobre libros, cine, música, fotografía y otras secciones interesantes.
http://www.cyberangels.org Organización que vela por la seguridad en Internet. Incluye una guía para padres, un apartado para niños y otro para adolescentes.
http://www.internetsegura.net Portal sobre la seguridad de los menores en Internet. Contiene información sobre los beneficios y los peligros de la red, consejos prácticos, filtros y otras herramientas de control.
L a W e b d e l Pa pa y l o s j ó v e n e s
Pope2You (www.pope2you.net)
es la nueva página web para jóvenes creada en el marco de la 43 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (ya vamos por la 45), cuyo lema fue “Nuevas tecnologías, nuevas relaciones”. El Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales ha impulsado esta página web dirigía a jóvenes y mostrada en cinco idiomas, con novedades en “Facebook”, “iphone”, “wikicath” y en el ya conocido “Vatican Youtube”. El presidente de este dicasterio vaticano, Monseñor Claudio María Celli, resalta: “El mensaje del Papa en esta ocasión está dirigido a todos, pero de una manera especial a los jóvenes, a los que el Papa llama, de forma simpática, la generación digital. Además de acceder a las video-noticias del Papa en “Youtube”, éstas se podrán visualizar en la nueva aplicación “iPhone” realizada por “H2onews”; además en “Facebook” será posible enviar tarjetas por correo electrónico con fotos y mensajes del Papa. “Pope2You” da las herramientas oportunas a la juventud para que conozcan la persona y mensajes de Benedicto XVI”.
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t
El fin de los
emplar i o s
?
Eryel Martínez Quero
Guillaume de Nogaret no dejaba de gritar mientras el Papa Clemente y Jacques de Molays lo miraban con una cierta incredulidad por los comentarios que salían de su boca. En un momento dado, Nogaret acercó al Pontífice una pequeña carpeta de piel, mientras, ahora aparentemente más distendido, sonreía mirando al Gran Maestre del Temple. Una interna turbación sacudió a De Molays de arriba abajo, observando cómo el rostro de Clemente pasaba de tener un cierto color sonrosado al blanco pálido, a la par que unas profundas ojeras le aparecieron como por arte de magia. —Pero… esto… ¿De dónde ha salido esto? Señor Nogaret, ¿estáis seguro de…? —Del todo, Su Santidad. Es fruto de una investigación realizada con la máxima diligencia y objetividad. Todo cuanto está escrito ahí está basado en testigos reales y de total confianza. Mi señor, el rey de Francia, me ha rogado que se lo entregue, apelando a su juicio para saber cómo actuar contra tamaña escandalosa actuación. Además me urge saber cuál va a ser su proceder… —Es ridículo…, increíble… Por favor, Gran Maestre, ¿podría dejarnos a solas? Quisiera hablar con Don Guillaume de Nogaret… en privado. —Por supuesto, Santo Padre. Le esperaré fuera si así lo desea. —No, no… Por hoy es suficiente. Le haré llamar al Temple de Avignon. Le ruego espere allí mis instrucciones. —Como deseéis…
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mosaico Algo iba mal. Lo presentía sin dejar de acordarse a la perfección de su conversación con Sir Luth de York, en la lejana ciudad de Acre. Salimos a paso rápido de las dependencias papales sin ni siquiera saludar a los dos obispos con los que nos cruzamos, justo en la escalinata de entrada al Palacio, a los cuales se les quedó la palabra en la boca. El Gran Maestre estaba absorto en sus pensamientos con una fuerte opresión en el pecho y sin saber qué podía hacer. Tan sólo le quedaba esperar. Esperar. Y yo ya no sabía ni qué decirle. Incluso dentro de mi alma no dejaba de oír, una y otra vez, el porqué precisamente yo,
Xacobo de Griñón, estaba ahí y no había podido caer en el frente de batalla junto a mis hermanos templarios de San Juan de Acre. Por mucho que intentó trabajar la imaginación para averiguar por dónde se podría mover el rey de Francia, jamás pudo sospechar cuál fue, finalmente, la realidad. Como tantas otras veces a lo largo de la historia, la realidad superó con mucho a la imaginación.
A los pocos días de su última entrevista con el Papa Clemente, y sin recibir ningún tipo de mensaje por parte de éste, a media noche, aprovechando la oscuridad, un grupo numeroso de soldados del Rey Felipe irrumpieron en el castillo templario de Avignon con una orden de arresto de todos y cada uno de los nobles templarios,
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mosaico incluyendo al Gran Maestre, y una orden de búsqueda y captura de cualquier templario que se encontrara en territorio francés. ¿La causa? Probablemente una de las calumnias más horribles de la historia de la humanidad. Pero surtió el efecto deseado. Una lista innumerable de cargos contra la Orden Templaria, donde, entre otras aberraciones, se le imputaba herejías, como escupir sobre la Cruz de Cristo, dar culto a dioses paganos, celebración de misas negras, junto a denuncias como sodomía, pederastia y actos de relación homosexual entre los miembros de la orden. El paso ya estaba dado. La amenaza del oscuro personaje que respondía al nombre de Sir Luth, conde de York, empezaba a tomar cuerpo. Las calumnias ya corrían de boca en boca en París, en el resto de Francia y quién sabe hasta dónde más… Nadie entendió cómo la Orden Templaria, la orden más numerosa, fuerte y respetada en todo el orbe occidental no hizo nada por evitar semejante calumnia y humillación. Hubieran podido, sin gran esfuerzo, enfrentarse a las tropas del rey Felipe y, sin ninguna duda, hubieran vencido. Pero el Gran Maestre, fiándose hasta el último momento de su único superior jerárquico en la tierra, el Santo Padre, obedeció poniendo sus sólidas manos a disposición del oficial al mando del grupo de soldados que fueron a detenerle. Qué lejos pa-
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recía que quedaban las grandes gestas en Tierra Santa. Cuánta sangre de nobles caballeros con la cruz roja en sus pechos había sido derramada por la Iglesia que ahora les daba la espalda. Aún no sé por qué, a una indicación del Gran Maestre, me hizo desaparecer por una salida oculta de nuestra fortaleza de Avignon. Ahora ya creo saber el porqué de mi última misión: ser el notario de la historia para poder decir la realidad de los hechos acaecidos con los templarios. Espero saber y poder cumplir con mi misión…
Los postes de las hogueras estaban ya perfectamente rodeados por una serie de pilas de madera y ramas de leña seca. Una escalerilla se apoyaba en cada uno de los postes. En la parte superior había una pequeña plataforma sujeta a cada uno de ellos. Lentamente, rodeados por cientos de curiosos parisinos y de gente venida de multitud de pueblos y ciudades de Francia, apareció un sencillo carro tirado por dos bueyes, encima del cual el otrora poderoso Gran Maestre Jacques de Molays iba atado por las manos a una barra de madera que cruzaba a lo largo del carro. Le acompañaban dos templarios más, los oficiales de mayor rango de la Orden del Temple después del Gran Maestre, siendo uno de ellos el tesorero del Temple de París.
Curiosamente la gente los veía con compasión y a nadie se le ocurrió ningún tipo de mofa, cosa típica en situaciones como la que se estaba viviendo el la pequeña Île-des-Javiaux. Mientras se apeaban del carro, los caballeros adquirieron un porte majestuoso, independientemente de los harapos que los cubrían, únicos restos de las ropas blancas que componían su uniforme templario. Habían sufrido las torturas más duras que cualquier ser humano es capaz de soportar, pero bajaban los escalones estirados y con dignidad. Miraban directamente al frente, obviando las miles de personas que los observaban a cada lado del pequeño pasillo que habían conseguido hacer los soldados del Rey francés. Cada hombre fue conducido a su poste mientras ahora un murmullo invadía la zona. Jacques de Molays levantó por un momento su vista hacia la multitud agolpada alrededor de ellos. Estaba buscando algo o a alguien, hasta que clavó su mirada en una amplia terraza, a unos escasos doscientos metros, desde donde el rey Felipe, junto a su fiel Nogaret, contemplaban el espectáculo.
mosaico De Molays apretó los dientes con fuerza mientras su cabeza trataba de darle la última claridad para preparar su última manifestación antes de ser pasto de las llamas. Llamas ya preanunciadas por Sir York, aunque su alma respiraba feliz por no haber caído bajo la trampa hipócrita de las palabras endemoniadas que le ofrecían la cima del mundo a cambio de su alma inmortal. Uno a uno se le fueron apareciendo los rostros de sus hermanos de Acre. Su cuerpo se estremeció de compasión cuando rememoraba la gesta que hicieron en su último enfrentamiento a los soldados musulmanes. Todo para nada… Así pagaban al Temple el esfuerzo realizado. Un sacerdote se acercó a cada uno de los que iban a ser ajusticiados. Cuando se acercó al Gran Maestre, éste, volviéndose hacia el gentío y con voz potente, aceptó el suplicio, pero con la condición de poder tener la mirada fija hacia la iglesia de Notre Dame, con el fin de poder morir con su destino puesto en los brazos de la Madre de Nuestro Señor Jesucristo. De Nogaret ordenó el inicio de la ejecución levantando su mano en alto mientras miraba a los verdugos, que agarraban una antorcha con cada mano; pero cuando los soldados iban a proceder a acercar las antorchas, caminando con paso tembloroso a la pira donde estaba atado Jacques de Molays, se quedaron paralizados por una mezcla de terror y veneración.
Fue entonces cuando el Gran Maestre aprovechó para lanzar su último discurso. A mí, personalmente; jamás se me olvidará mientras viva… —¡Ciudadanos de París…! Voy a morir a manos de vuestro Rey. No tengo el más mínimo miedo de morir esta noche, aunque antes deseo negar categóricamente todos y cada uno de los cargos con los que inculpan a la Orden del Temple y contra mi persona, así como contra todos y cada uno de mis hermanos. Todo de lo que hemos sido acusados es una sucia mentira, una burda y sucia mentira. La ley de nuestra Orden es justa y es, sobre todo, sagrada, guiándonos tras los pasos de nuestro Señor. Voy a morir, sí; pero fruto exclusivamente de haber sido engañado por su Santidad el Papa Clemente y por las arpías maniobras del rey Felipe. Como inocente que soy acudiré al santo Juicio Divino con las manos limpias y el corazón y mi alma listos. Pero a esos dos cobardes… la Justicia Divina les deparará una muerte pronta para ser recibidos ante el sacro Juicio y ser castigados por sus mentiras y fechorías. El Papa morirá en pocos días… mientras que el orgulloso y codicioso Rey Felipe lo hará antes de seis meses. Dios lo sabe y así será.
En ese instante un soldado arrojó a la cara del Maestre una antorcha, golpeándole con fuerza en uno de los párpados. Al caer sobre la montaña de maderas secas comenzó todo a arder de forma rápida. De Molays se volvió y, no sin sorpresa, vio que el soldado tenía los rasgos claros y nítidos del comendador de Chipre, Luth de York. A pesar del inicio del fuego, la muchedumbre seguía aplaudiendo las últimas palabras del Gran Maestre templario, no pudiendo los soldados del rey detener los aplausos y vítores de un pueblo enfervorecido nuevamente por la causa templaria. Las últimas palabras que se le pudieron oír a Jacques de Molays fueron: “Mi señor Jesús… tened piedad de mí… y del futuro del mundo que ahora dejo… Mi Señor Jesús… Tan sólo te ruego que siempre… al menos un hermano templario siga la estela de este tu súbdito… que ahora deja su alma en tus manos… Mi Señor Jesús…”
Nogaret, furioso, volvió a hacer señales para que se iniciara la quema de los tres desdichados, aunque ahora fue moviendo repetidamente las dos manos.
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? e l b a s n o p s e r a n ¿ Soy una per so
f u e r za e n l a m i ra d a
Buenanueva
(Encuesta para jóvenes y adolescentes)
Ha llegado un chico nuevo a clase, se llama Andrés y parece simpático. En el patio me ha comentado que le gustan mucho los videojuegos (igual que a mí) y que, si quiero, podemos ir a su casa y jugar con el último que se ha comprado. Pero yo he quedado ya con Juan para ir al cine, así que:
A Le digo que lo siento, que tendrá que ser otro día, porque he quedado para ir al cine. B
Le digo que sí. Llamaré a Juan y le diré que me apetece más jugar a los videojuegos; si quiere, que se venga con nosotros.
C
Le digo que vale, porque este plan me apetece más que el otro.
Este curso tengo como optativa Francés, pero resulta que me he cambiado de Instituto y en el nuevo tienen un nivel muy alto. Estoy “cagado/a”; estoy pensando en cambiarme a Cultura Clásica, que es más fácil. Mi padre me aconseja que no lo haga, porque los idiomas me abrirán más puertas de cara a un futuro trabajo.
A No me cambio; tendré que esforzarme más, pero creo que a la larga será mejor estudiar Francés que pasar. B
Creo que me voy a cambiar; la Cultura Clásica es más fácil, y así tengo alguna “maría” este curso.
C
Me cambio, me da igual lo que diga mi padre, no pienso sufrir lo más mínimo por esa asignatura.
Tengo el móvil estropeado y no puedo estar sin llamar ni recibir llamadas de mis amigos.
A Me toca aguantarme y tendré que pasar sin móvil hasta que ahorre el dinero para comprarme otro.
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B
Les digo a mis colegis que me llamen a casa, que estoy sin móvil y que no sé cuándo lo volveré a tener.
C
Cojo en un descuido el móvil de mi madre, y le pongo mi tarjeta; así puedo llamar cuantas veces quiera, y recibir llamadas. Total, mi madre es un auténtico despiste y seguro que piensa que lo ha perdido por ahí.
f u e r za e n l a m i ra d a Este curso estoy estudiando más bien poco y el tutor ya me ha dicho que tengo que ponerme las pilas, pero es que no me apetece nada sentarme delante del libro.
A
B
C
Intentaré aislarme todas las tardes en mi habitación. Voy a organizarme, tengo que conseguir ese hábito de estudio que no tengo; así que nada de distracciones. Voy a hacer esquemas, voy a repetir en alto el tema que toque y me voy a poner el vaso de agua en la mesa, para no ir a la cocina. Bueno, es que es imposible que yo me concentre; yo soy así y no puedo cambiar. Con aprobar me conformo, para qué más. Haré los deberes de vez en cuando y ya. Es que este profe es la pera; bastante hago con escucharle en clase. Que no hay quien le aguante, si hasta me tendrían que dar un premio por soportarlo. A mi madre le digo que hago los deberes en el colegio para que me deje en paz. ¡Anda que no son pesaos!
Mis padres se han enfadado mucho conmigo y me han castigado sin salir este “finde”; pero mis amigos han quedado para hacerle una fiesta sorpresa a Ainoa, que se cambia de colegio; así que:
A
B
C
Sé que he defraudado a mis padres, y lo siento. Trataré de rectificar mi comportamiento, quizás haya suerte y de aquí al sábado, me perdonen. Pondré en acción todas mis estrategias; tengo que conseguir que me dejen, como sea. Empezaré por decirle a mi padre que, si me deja, tiro la basura toda la semana, y a mi madre, que acuesto a las pequeñas. Yo voy a ese fiestón, sí o sí. Voy a decirle a alguno de mis amigos/as que llame a casa para ir a la biblioteca a estudiar; eso, seguro que cuela.
Por cada respuesta a), b), o c) cuenta un punto. Si has obtenido más de tres “a”, enhorabuena, eres una persona muy madura y responsable para tu edad; se puede confiar en ti, eres alguien “con palabra”, te esfuerzas por hacer las cosas bien. Si has obtenido más de tres “b”, estás en proceso de maduración; todavía te queda un camino por andar. Intenta escuchar la opinión de tus mayores, no uses de ardides para conseguir lo que quieres, sé sincero y trata de pensar en los demás antes que en ti mismo. Si has obtenido más de tres “c”, ten cuidado, porque estás viviendo al borde del precipicio. No vivas en la mentira, sé leal, cambia de actitud, ahora mismo eres bastante egoísta, rectifica. Tienes a tu alrededor personas que te quieren, no las defraudes. Mira lo que dice san Pablo: “Considerando a los demás como superiores a ti, no buscando tu propio interés, teniendo los sentimientos de Jesús”. Piensa en ello.
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e n t re t e n i m i e n t o
¿ Cu lp a bl e o in o ce nt e? Cuenta una antigua leyenda que un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y, por eso, desde el primer momento, buscaron a un “chivo expiatorio” para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio, ya conociendo que tendría escasas o ninguna oportunidad de escapar al terrible veredicto: ¡la horca! El Juez, también cómplice, cuidó de dar todo el aspecto de un juicio justo y por esta razón le dijo al acusado: —Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en sus manos tu destino. Pondremos en dos papeles las palabras culpable e inocente. Tú escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu destino. Por supuesto, el juez había preparado dos papeles con la misma leyenda, “culpable”, y la pobre víctima,
se dio cuenta de que le ponían una trampa sin escapatoria. El juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. El acusado inspiró profundamente, quedó en silencio unos segundos con los ojos cerrados, abrió los ojos y, con una extraña sonrisa, escogió uno de los papeles y, llevándolo a su boca, se lo tragó rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente. —Pero... ¿qué has hecho?... Y ahora, ¿cómo vamos a saber el veredicto? —Es muy sencillo —respondió el acusado—. Basta con leer el papel que queda y sabremos qué decía el que yo escogí. De esta forma tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo. “En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento” (Albert Einstein).
As í s e r e c u r r e u n a m u l t a Estimado Sr. Juez: He sido denunciado por circular a 250 km/h en la N-530 cuando iba camino de mi pueblo a la matanza. Según me dijeron los Guardias Civiles que me pararon, el radar me detectó a la velocidad antes indicada en un tramo limitado a 70km/h. Yo, por mi parte, puedo decir que he visto perfectamente esa señal con el 70 en negro, dentro del círculo rojo con el fondo blanco. Sin embargo, por más que me he fijado, no he visto ninguna unidad de medida junto al numero. Como Vd. sabrá mejor que yo, que para eso ha estudiado derecho, la Ley 54/1893 establece que en el Estado Español (que Dios guarde muchos años) se establece que el Sistema Métrico Internacional será el obligatorio en el país; y, dentro de las reglas propiamente dichas del citado Sistema Métrico Internacional, se establece que la unidad de longitud será el metro, y la unidad de tiempo será el segundo. No sé si cuando Vd. terminó derecho, le dio tiempo a hacer algo de matemáticas, pero por si acaso voy a informarle de que la velocidad se mide dividiendo la distancia recorrida entre el tiempo empleado para recorrerla, por lo que cogiendo la uni-
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dad de medida de la distancia (metro) y la unidad de medida del tiempo (segundo), obtendremos la unidad de medida de la velocidad: METROS POR SEGUNDO, que, tal y como nos dice la Ley anteriormente citada, SERÁ LA UNIDAD DE MEDIDA OBLIGATORIA PARA LA VELOCIDAD. Yo no le voy a negar que fuese a 250 km/h, pero es que la señal que yo vi sólo ponía 70; y, en virtud del imperio de la ley que todos debemos respetar y del que Vd. es el máximo exponente, no he dudado en considerar que el 70 se refería a la unidad internacional de la velocidad, el metro por segundo; si Vd. hace la conversión, observará que 70 m/s equivalen a 252km/h, con lo cual yo circulaba a 2 km/h por debajo de lo permitido. Por todo lo expuesto, ruego a Vd. que me devuelva el carné de conducir, los 600 euros y los 8 puntos que me han quitado, que no están las cosas para bromas, dejando este asunto en un lamentable malentendido por el que no voy a denunciar a los pobres Agentes, que bastante tienen con su arriesgado trabajo y estoy seguro que no lo hicieron con mala intención. Atentamente.
e nt ret e n i m i e n t o
S e g ú n s e m i re Dos amigas se encuentran al cabo de muchos años: —Cuéntame —dice una de ellas—. ¿Qué fue de tu hijo? —¿Mi hijo? —responde la otra suspirando—. ¡Pobre hijo mío! ¡Qué mala suerte ha tenido…! Se casó con una chica que no da golpe en su casa: no quiere cocinar ni coser ni limpiar, se pasa el día en la cama holgazaneando, leyendo o durmiendo. ¿Querrás creer que el pobre muchacho tiene incluso que llevarle el desayuno a la cama? —¡Qué horror! ¿Y qué ha sido de tu hija? —¡Ah, ella sí que ha tenido suerte! Se casó con un verdadero ángel. Figúrate que no permite que ella se moleste para nada. Tiene criados que cocinan, cosen, lavan, limpian y lo hacen todo. ¡Hasta le lleva el desayuno a la cama! Todo lo que hace es dormir cuanto quiere, y el resto del día lo emplea en descansar y leer en la cama.
E l p e l u q u e ro Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo. Cuando el peluquero acabó, pidió la cuenta y éste le contestó: “No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario”. El florista quedó agradecido y se marchó. Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta. Al día siguiente entró un panadero para cortarse el pelo y, cuando fue a pagar, el peluquero respondió: “No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario”. El panadero se puso contento y se fue. A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento y una docena de pasteles en la puerta. Al otro día, un profesor fue a cortarse el pelo y, en el momento de pagar, nuestro buen peluquero otra vez respondió: “No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario”. El profesor con mucha alegría se fue. A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento y un paquete de libros. Entonces un diputado fue a cortarse el pelo y cuando fue a pagar y el peluquero nuevamente dijo: “No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario”. El diputado contento se alejó. Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de diputados haciendo cola para cortarse el pelo gratis.
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e n t re t e n i m i e n t o F r a y B u e n a ve n t u r a p o r R o d r i g o Hermano, eres un tostón: una hora hablando de las indulgencias y se te han dormido los pocos fieles que había".
¿Te has enterado que Buenaventura va a hablar el domingo del útero?
En vista de que parece no interesar demasiado los últimos sermones quería informarles que el próximo domingo hablaremos del útero".
El domingo siguiente...
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Bueno, como ya anunciamos, os diré que..., Lutero era un pastor protestante que...
o ra c i ó n “Si Dios está con nosotros… ¿Qué mal podrá acaecernos?” Te ruego Señor me infundas la absoluta necesidad de la contemplación para crecer en la confianza. A fin de cuentas, son demasiadas veces que me siento tan intranquilo, porque no soy contemplativo… y no soy capaz de tomarme el tiempo de alimentar mi propio corazón para devolverle la Paz con una mirada de amor posadaen ti, Jesús. Haz que pueda resistir el temor y el abatimiento por medio de la oración; por esa experiencia personal de Ti, de mi Dios reencontrado, reconocido y amado a través de ella… y así poder “gustad y ved qué bueno es el Señor…” La certeza que infunda en mí el hábito de la oración debe de ser más fuerte que la que se desprenda de mis razonamientos, aunque pretendan ser de la más alta teología… Oración incesante e incansable… Madre mía Inmaculada, San José, Ángel de mi guarda…. Interceded por mí. Amén.
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