Buenanueva nº 26

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en e.-f eb. 2011 n º 2 6 P rec io Es pa ñ a 3 €

Rev is ta p ara l a N ueva Eva ng eli zaci ó n

Entrevista a Antonio Sanz Camarero • Del sexo al género Un Monte, Cátedra y Catedral • El Dios que la ciencia no puede atrapar La tendenciosa asociación entre religión y violencia Sabrás que yo soy Dios, tu Dios • Iglesia y año de la biodiversidad Medjugorje: Un regalo prodigioso • Adoctrinamiento ideológico


[Director] Jorge L. Santana Dumas [Subdirector] Jesús Esteban Barranco [Jefe de redacción] Raquel Fernández de Bobadilla [Consejo de redacción] Luciano García Matas Juan José Guerrero Victoria Serrano Blanes César Allende García Victoria Luque Manuel Ortuño Morente [Administración] Josué Santana Neira [Web] Israel Castro Llorente [Gestión] Francisco Esteve Jesús Castro Cortés Ricardo Garcés Fernando Cerezo [Publicidad] Enrique Iglesias [Ilustraciones] Rodrigo [Edita] Asociación Bendita María Avda. Pablo VI, 9 - L. 12 Pozuelo de Alarcón Tel.: 91 759 79 68 [Maquetación] Dayenu Grupo de Comunicación S. L. [Imprime] Icono, S.A. [E-mail] info@revistabuenanueva.com [web] www.revistabuenanueva.com [Depósito legal] M-26182-2006

HACIA ORIENTE 3 Feliz año nuevo 4 ARCA DE NOÉ

EDUCACIÓN PARA LA VIDA 68 Cómo detectar un trastorno en la adolescencia José Antonio Gris

72 Cisternas agrietadas y sed.com CANTEMOS AL SEÑOR 8 Salmo 51 Carmen Montes López

TESTIGOS DE LA VERDAD 14 Entrevista a José y María Victoria Serrano Blanes

22 Entrevista a Antonio Sanz Camarero Victoria Serrano Blanes

28 Medjugorje: Un regalo prodigioso Ignacio Robla

SI HOY ESCUCHÁIS SU VOZ 34 El bautismo de Jesús Jesús Esteban Barranco

38 Un Monte, Cátedra y Catedral César Allende García

Pedro Jara Vera

76 Adoctrinamiento ideológico Pedro Jara Vera

ESPADAS DE DOS FILOS 80 Sabrás que yo soy Dios, tu Dios Antonio Pavía

ALDEA PLANETARIA 86 Del sexo al género M.ª Isabel LLanes

MOSAICO 92 En busca del monte de las Bienaventuranzas Santiago R. Sánchez Ruiz

98 El amor de Dios J. Horacio Vázquez

FAMILIA DE NAZARET 42 Sexo y amor Juan José Guerrero Roiz de la Parra

RAZÓN CREADORA 48 Madres que no quieren ser abuelas Carmina García-Valdés

50 Polémica del preservativo y el Papa José María Pardo Saenz

51 Iglesia y año de la biodiversidad Alfonso V. Carrascosa

56 El Dios que la ciencia no puede atrapar Pedro Juan Viladrich

SOFISMAS 60 La tendenciosa asociación entre religión y violencia

104 ¿Existen hoy los profetas? Victoria Luque

110 Historia de los Templarios Eryel Martínez Quero

114 También la luna Juan Pablo Serra

BENDITA MARÍA 118 Las letanías de la Virgen Buenanueva

LIBROS 120 Cartas de la Iglesia primitiva La dictadura del relativismo Déjame oír tu voz ENTRETENIMIENTO 130 Fray Buenaventura

Ángel Barahona Plaza

La Asociación Canónica Bendita María, Editora de la revista Buenanueva, es una asociación sin ánimo de lucro. No está vinculada a ningún grupo, ni movimiento de la Iglesia, ni a ninguna institución. Por tanto, no tiene más ingresos que los derivados de las suscripciones y las aportaciones que graciosamente nos hacen. Todas las personas que trabajan en ella lo hacen gratuitamente, con la única finalidad de anunciar el Evangelio y el Reino de Dios a través de este medio. Si quieres ayudarnos, puedes enviar tu aportación a Asociación Bendita María a través de la cuenta de Bankinter 0128 019 8 77 010 0 0 0 2814


hacia Oriente

Feliz año nuevo Pasó otro año y casi siempre se oye: “Que éste nuevo año sea mejor que el anterior”. Pero, mejor ¿en qué?. ¿Tal vez más salud, más dinero, más amor? Quizá, ya no lo nombremos así para no emular la célebre canción “Tres cosas hay en la vida…” Ahora lo llamamos “calidad de vida”, que viene siendo —entre nosotros—: salud, dinero y amor. Mas el cristiano tiene otros anhelos. El primero: “…que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón”, el agradecimiento a Dios por todo lo que tenemos y lo que no tenemos; o ¿es que tal vez pensamos que cada uno tiene lo que se merece? Dios se despierta cada mañana buscando un hombre que sea agradecido, que se levante contento dándole gracias por la vida. Pero, ¿de dónde brota el agradecimiento? ¿Acaso de la humildad? Los años van suavizando la estulticia; los errores, la soberbia; la enfermedad, la prepotencia; y la debilidad que nos descubrimos cada día, nos hace palpar la misericordia de Dios. Pues la gracia es más grande que el pecado, y la misericordia de Dios más potente que el mal, porque tiene la capacidad de transformarlo en bien. El segundo anhelo: “encomienda tu suerte al Señor, confía en él, y él hará su obra…” porque tenemos un corazón herido por la experiencia de la muerte y una enfermedad que por sí sola no se puede curar. O sea, hacer el deseo de Dios, porque ya hemos comprobado que nuestra voluntad nos tiraniza, nos lleva a la amargura, a la insatisfacción acre, a la sequedad del corazón; nos adentra en la soledad, donde sólo se encuentra nuestro yo. Que este nuevo año pueda hacer tu voluntad, que ella me lleve a las aguas transparentes que sacian, para que ya no vuelva a tener sed, para que no tenga que acercarme a cada rato al pozo de las vanidades, a la alberca de los sentidos, al abrevadero de las sensaciones. Que no ceda a la tentación del mal, del juicio y del chisme, de la murmuración impía. Que no me siente en la silla de los burlones, ni me recline en el diván de la arrogancia y el desdén. Porque el amor al hombre es la única debilidad de Dios. Él se pierde por nosotros y no ha dudado en entregar a su Hijo a la muerte por salvarnos; para que no se pierda ninguno de los que Él ha llamado. Concédenos, Señor, en este nuevo año, no dudar nunca de tu amor.

Jorge L. Santana

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a rc a d e N o é

E s t a r t o d av í a a t i e m p o “Es tremendo que el hombre, por cuatro cachivaches técnicos que ha conseguido empalmar, se haya creído que puede prescindir de Dios y trate de arreglar esta vida con su solo esfuerzo... Pero ¿qué está consiguiendo? No es más feliz, no tiene más paz, no se siente más seguro, no progresa auténticamente, pierde el respeto a los demás hombres, utiliza mal los recursos creados..., y él mismo es cada vez menos humano. La sociedad tecnificada y postindustrial de este siglo que vivimos ha per-

En tod o mome nto

dido su norte. Está equivocada. Marcha fuera del camino; por eso no avanza verdaderamente (...) Hay manos que se manchan de sangre apretando un gatillo, hay manos que se manchan de sangre provocando una guerra o practicando un aborto... Hay manos que se manchan firmando leyes que van contra la Ley Natural... Pero no hay ninguna mano definitivamente indigna. El hombre, por muy abyecto que sea, siempre está a tiempo para dejar de serlo. Vivir es eso: estar todavía a tiempo”. Narciso Yepes

¿ Qu i e re s ha b la r c o n D i os ? Cada día resulta más fácil comunicarse con los hombres a largas distancias, pero ¿y con Dios? Aquí tienes ocho reglas para llamarle y contar con Él cuando desees:

Una vez llegó un profeta a una ciudad con el fin de convertir a sus habitantes. Al principio la gente lo escuchaba cuando hablaba; pero, poco a poco, se fueron apartando hasta que no hubo nadie que escuchara las palabras del profeta. Cierto día un viajante le dijo al profeta: ¿Por qué sigues predicando? ¿No ves que tu misión es imposible? Y el profeta respondiÛ: Al principio tenía esperanza de poder cambiarlos. Pero si ahora sigo gritando es para que no me cambien ellos a mí.

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1. Marca el prefijo correcto. No a lo loco. 2. Una conversación telefónica con Dios no es un monólogo. No hables sin parar, escucha al que habla al otro lado. 3. Si la conversación se interrumpe, comprueba si has sido tú el causante del corte. 4. No adoptes la costumbre de llamar sólo en casos de urgencia. Ése no es trato para los amigos. 5. No seas tacaño. No llames sólo a las horas de “tarifa reducida”, es decir, cuando toca o los fines de semana. Una llamada breve en cualquier momento sería ideal. 6. Las llamadas son gratuitas y no pagan impuestos.

7. No olvides decirle a Dios que te deje en el contestador todos los mensajes que quiera y cuando quiera. 8. Toma nota de las indicaciones que Él te diga y no las eches al olvido. Si a pesar del cumplimiento de estas reglas, la comunicación se torna difícil, dirígete con confianza a las oficinas del Espíritu Santo. Él restablecerá la comunicación. Si tu teléfono funciona mal, llévalo al taller de reparación que lleva por nombre “Sacramento de la reconciliación”. Allí todas las reparaciones son gratuitas y tienen una garantía de por vida.


a rc a d e N o é

el pescador sat isf echo Un rico industrial se horrorizó cuando vio a un humilde pescador tranquilamente recostado en su barca encallada en la arena y fumando una pipa. “¿Por qué no has salido a pescar?”, le preguntó interesado el industrial. “Porque ya he pescado bastante por hoy”, respondió el pescador “¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas”, insistió el industrial. “¿Y qué iba a hacer con ello”, preguntó a su vez el pescador. “Ganarías más dinero y de ese modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Así, ganarías lo suficiente para poder comprarte unas redes de nylon, con las que obtendrías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas… y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico como yo”, le contestó orgulloso el industrial.

“¿Y qué haría entonces?, de nuevo preguntó el pescador. “Podrías sentarte y disfrutar de la vida”, respondió el industrial “¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento”, respondió el satisfecho pescador. Conviene más conservar intacta la capacidad de disfrutar que ganar un montón de dinero.

c a m b i a r yo p a r a q u e cambie el mundo Un monje decía acerca de sí mismo: “De joven yo era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: “Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo”. Pero a medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta de que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: “Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho”. Ahora que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración es la siguiente: “Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo”. Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida” Todo el mundo piensa en cambiar la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a sí mismo.

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a rc a d e N o é

La l e t r a y e l E s p í r i t u —Hazlo a pesar de la ley —respondió Rab—, y devuelve los abrigos a esos hombres. Sigue el sendero de la bondad. Después de recuperar los abrigos, los hombres le dijeron: —Mira, no somos más que unos pobres jornaleros. Trabajamos de sol a sol y tenemos familias que mantener. ¿No se nos pagará por nuestro trabajo? El hijo de Rab Hanán, Rabbá, contrató a unos cuantos jornaleros durante unos días para trasladar unos barriles de vino. Mientras trabajaba, uno de los barriles se les cayó y se resquebrajó, derramándose todo el vino por el suelo y, para castigarlos, Rabbá se quedó con sus abrigos. Los trabajadores fueron a Rab para quejarse del modo en que estaban siendo tratados, y el gran sabio, después de escuchar sus quejas, le aconsejó a su hijo que les devolviera los abrigos. —Pero ¿no es esto lo que la ley ordena? —protestó Rabbá.

Y Rab le dijo a su hijo: —Ve y págales. Pero ¿qué es lo que la ley exige? —preguntó de nuevo Rabbá. —Hazlo a pesar de la ley —le aconsejó su padre— . Sigue el camino de la justicia, hijo mío, y no esperes que la vida se amolde siempre a la letra de la ley. Comprende que el espíritu de la justicia suele ser de mayor valor. ¡Paga a tus jornaleros de todas formas!

La B a l a n z a d e l a J u s t i c i a Un lobo perseguía a un zorro por el bosque. Cuando el lobo capturó al zorro, le dijo que llevaba varios días sin comer y que pensaba devorarlo. —¡Oh!, entonces, ¿tienes hambre? —dijo el zorro— . ¿Por qué no me lo dijiste antes? No es necesario que me comas. Ven y te llevaré a un sitio en donde hay mucha comida, podrás comer hasta saciarte y nunca más volverás a tener hambre. El astuto zorro llevó al lobo hasta un pozo que tenía una viga de madera en la parte superior. Colgando de la viga había dos cubos atados a ambos extremos de el zorro, descendió hasta el fondo, haciendo una soga. El zorro saltó a uno de los cubos y descensubir al zorro al mismo tiempo. Al asomar dió al pozo, con lo que el otro cubo subió hasta arriba. por arriba, el zorro saltó fuera del cubo, y —¿Adónde vas? —le preguntó el lobo, a lo que, se- oyó al lobo gritar desde abajo: ñalando al reflejo de la luna en el agua, que parecía —Y ahora, ¿cómo subo yo? un queso, el zorro respondió desde el fondo: —¡Ah! —respondió el zorro—. El justo se —Aquí, que está lleno de carne y queso. Súbete al cubo libera de las tribulaciones, mientras los maly baja aquí conmigo. Tenemos un delicioso festín. vados caen hasta ocupar el lugar que les coEl lobo se subió al cubo y, dado que pesaba más que rresponde.

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a rc a d e N o é Mis queridos amigos y hermanos: Hace tiempo que no me he dejado oír ni ver. Y ahora no quiero que os falte mi recuerdo y mi presencia espiritual en vuestros hogares en estos días en que normalmente las familias se unen y se reencuentran cada año. Quisiera compartir con vosotros como todos los años unas breves ideas sobre el adviento y la navidad. El Verbo se hizo carne (Jn.1,14). Esta es la buena noticia. Es la noticia que ha atravesado tantos siglos hasta llegar a nuestros tiempos. El corazón de toda vida eclesial será redescubrir la Palabra de Dios. El Verbo, “pues la Vida se manifestó y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y que se nos manifestó, lo que hemos visto y oído os lo anunciamos para que también vosotros estéis en comunión con nosotros Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo. Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo” (1 Jn.1.2-3). Realmente poder participar de la vida de Dios, Trinidad de Amor, es el gozo y la alegría completa. En un mundo que considera a Dios como algo superfluo o algo muy lejano los cristianos la consideran como piedra fundamental, como palabra de vida eterna. En efecto la Iglesia está fundada sobre la PALABRA DE DIOS, ha nacido de ella y crece en ella. También es verdad que toda criatura es una palabra de Dios, pues cada criatura ha sido llamada por Dios a proclamar la grandeza de Dios. La CREACIÓN entera es el lugar donde se desarrolla la historia de amor entre Dios y su criatura; la creación no es, por tanto, un fin sino el medio donde encontrar a Dios. La creación no tiene la capacidad de llenar nuestro corazón “nos hiciste para ti y nuestro corazón no descansará hasta que descanse en ti” nos dice San Agustín de Hipona en sus “Confesiones”. Que todo esto nos ayude a entrar en este tiempo de Adviento para llegar a la luz de Navidad. Y aunque estemos en un tiempo de grande tempestades que caen sobre nuestra Madre la Iglesia y negras tinieblas estén removiendo los fundamentos de la UNIDAD. Haciendo prevalecer los criterios humanos contra los criterios de una teología sana y tradicional de dos milenios de existencia. Todo se relativiza, y el relativismo destruye toda moral, toda convivencia del hombre. El hombre contra el hombre. Mis criterios personales valen más que los criterios de una sola fe, un sólo bautismo, un solo Dios y Padre. Yo construyo una Iglesia según mis criterios humanos sin darme cuenta de que destruyo la Iglesia por dentro. ¿Cómo será posible celebrar entonces una verdadera Eucaristía con el cuerpo y la sangre de Cristo? Un cuerpo que descuartizamos con nuestro relativismo en vez de sentarnos en una mesa de hermanos unidos por la caridad, una sola fe y una única esperanza. Ante esta noche oscura entramos en la luz de la esperanza de ADVIENTO. Tiempo de oración y de amor hacia la LUZ que envuelve toda luz. No es un signo negativo las luces que se van encendiendo en todos los rincones del mundo, desde la vela encendida en un recoveco de una chabola hasta el derroche de luces en nuestras ciudades. Vamos hacia la luz y ojalá sea la luz de la esperanza de un mundo nuevo, un mundo que sufre angustia de parto hasta ver la LUZ. Esta luz aparece en una cueva oscura de Belén. UN NIÑO OS HA NACIDO. !! DIOS EN LA TIERRA DE LOS HOMBRES !! Hombres que gritan de desesperación ¿dónde está tu Dios? He ahí nuestra misión. Que el mundo pueda volver a creer porque hay hombres que creen y que viven en amor y unidad. El mundo nos necesita aunque nos desprecie, nos menosprecie y nos odie. Que esta Navidad sea para todos y cada uno un despertar a una esperanza de este mundo que Dios ha venido a salvar. FELICES NAVIDADES Y SANTO PRÓSPERO AÑO NUEVO Jaime Mestre

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Mira que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo quedaré limpio: lávame, quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mi toda culpa.

¡Oh Dios! Crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios, Dios salvador mío!, y cantará mi lengua tu justicia.

Señor, me abrirás los labios y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen; si te ofreciera un holocausto no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios rituales, —ofrendas y holocaustos—: sobre tu altar se inmolarán novillos. 8

Doctora en Medicina y Cirugía

Carmen Montes López

Misericordia Dios mío por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado, pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado, contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente.

Salmo 51 miserere

ca nt e m os a l S eñ o r


cantemos al Se単or

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ca nt e m os a l S eñ o r

El salmo 51 es uno de los siete salmos penitenciales, atribuido al Rey David con ocasión de la visita del profeta Natán por haberse unido con Betsabé tras ordenar la muerte de su marido Urías (2Sm 11-12). Se le conoce con el nombre de “Miserere” (del verbo latino “misereo”: tener compasión) porque es la primera palabra con la que comienza el salmo en la traducción latina. El “miserere” expresa como ningún otro salmo nuestro sentimiento profundo de seres pecadores ante Dios.

s u p l i c a m i s e r i c o rd i a d esd e la humilla ción d e l h o m b re q u e se sabe pecador Pide misericordia que es mucho más que pedir perdón o implorar compasión. La palabra misericordia se expresa en hebreo con la raíz “raham” que evoca el seno materno (“rehem”) y, por tanto, los sentimientos y la capacidad para engendrar vida. Este Dios capaz de tener misericordia va mucho más lejos del perdón humano, porque con su misericordia no solo perdona, sino que regenera y da vida, recrea (hasta nacer de lo alto). Esto es fundamental porque ¿quién puede sacar pureza de lo impuro? Nadie. Es necesario crear algo nuevo. “Crea en mi un corazón puro” el corazón puro es aquel capaz de bendecir a Dios en todo momento, y esto solo puede hacerse a través de la misericordia creadora de Dios. De su Espíritu Santo. El salmista conoce el sentido profundo de esta palabra y, por eso, implora ser regenerado por la misericordia divina.

d o c e ve c e s e l salmo ha ce alusión al pecado El pecado no lo ve el salmista como una debilidad psicológica, una inmadurez, un error más o menos grave o consecuencia de estructuras sociales inadecuadas —como muchos de nosotros tantas veces lo interpretamos ahora—. Ante todo el pecado es una rebelión contra Dios y una falta de confianza en su bondad:

“Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces.” Nos enfrentamos a Dios por el deseo más o menos consciente de ser como dioses. No aceptas tu historia y te rebelas, reniegas, no aceptas sus indicaciones y las ignoras. Tú crees saber mejor que nadie lo que te conviene para ser feliz. Piensas que sabes mejor que Dios lo que necesitas. Piensas que la libertad está en la trasgresión porque te interesa en un momento dado. El pecado es así el “amor a uno mismo hasta el desprecio de Dios” (San Agustín). Pero esto no hace daño a Dios sino que ante todo provoca la destrucción del hombre por sí mismo: “Nosotros no ofendemos a Dios si no es por lo que hacemos contra nuestro bien” (Santo Tomás). Al destruirte a ti mismo o a tu prójimo, como obra e imagen de Dios, L A M I S E R I C O R D I A D E D I O S es como ofendes a Dios. A Dios no puedes toN O S O LO P E R D O N A , S I N O carlo, pero puedes herirlo en su imagen (el Q U E R E G E N E R A Y D A V I D A hombre hecho a su imagen): por eso Él toma como propias las ofensas a sus criaturas. El pe-

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cantemos al Señor

N O AC E P TA S T U H I S TO R I A Y T E R EB ELA S. TÚ C RE ES SA B E R M E J O R Q U E N A D I E LO Q U E T E C O N V I E N E PA R A S ER FE LI Z

cado alcanza a Dios en cuanto que afecta a lo que Dios ama (“…contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces”). Cuando has roto con Dios, cuando empiezas a vivir los síntomas de tu autodestrucción, ¿qué hacer?: suplicar, suplicar desde la humillación la recreación, la misericordia de Dios.

“ Te g u s t a u n c o ra z ó n s i n c e ro ” San Gregorio Magno compara al pecador con un hombre que yace cubierto de heridas, moribundo: “¡Pobre herido, reconoce a tu médico! Muéstrale las llagas de tus culpas. Muévele a compasión con tus lágrimas. Que tu dolor llegue hasta Él de modo que, al fin, puedas oír: El Señor ha perdonado tu pecado”. No te defiendas ni busques justificaciones . Confiesa tu culpa y guarda silencio. Disponte a escuchar, porque Dios habla desde tu interior, no abandona al pecador sino que trabaja desde la intimidad del hombre para que adquiera cordura y se convierta. “Contra ti solo pequé… En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente.” En el ámbito judicial a través de la historia se han distinguido fundamentalmente dos tipos de pleitos: 1. El que se entabla entre dos partes: el ofendido y el acusado. 2. El que se plantea ante un tribunal, en el que, además de las partes enfrentadas, hay un juez que imparte justicia y sanciona. Para nosotros, en el ámbito civil, esta forma nos es más familiar en el mundo actual.

EL PECADO P R OVO C A L A DE ST RU CC IÓN DE L HOMBRE P O R S Í M I S M O, POR ESO A LC A N Z A A DIOS EN C UA N TO Q U E A F E C TA A LO Q U E DIOS AMA

El primer supuesto es característico de las civilizaciones más antiguas.

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ca nt e m os a l S eñ o r EL SIERVO DE YAHVÉH RESUELVE EL PLEITO OFRECIÉNDOSE COMO VÍCTIMA PARA LA EXPIACIÓN DE NUESTRAS CULPAS Y RECONCILIÁNDONOS CON EL PADRE

La parte que se considera ofendida convoca al ofensor y ambos resuelven el litigio mediante la reconciliación, aplicando pactos o incluso exigiendo la ley del Talión. En este pleito por el pecado entre el hombre y Dios, es de vital importancia para el hombre que Dios haya escogido esta fórmula de pleitear. En el mundo bíblico igual que frente a ti, Dios se constituye en ofendido y no en juez. Dios se presenta como ofendido, a través del profeta Natán y no como juez, entre David y Urias. Esta situación se repite en otros pasajes (Nm 12; 21,4-9; 22,32-35; 2S 24; 1R 8,46-51). Si Dios se constituyera juez, debería aplicarnos la ley como infractores que somos y ninguno nos libraríamos de la condena, porque Dios es justo y un juez justo no puede absolver al culpable; sin embargo, la parte ofendida sí puede hacerlo, puede perdonar y cancelar la deuda. Al aceptar el lugar del ofendido, Dios nos ofrece la posibilidad del perdón. Esta es la respuesta de Dios a la culpabilidad del hombre. De esta forma nos evita la sentencia demoledora e implacable que nos merecemos y asume en sí mismo las afrentas contra la ley y contra el prójimo; por eso, el salmista

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sabe que su pecado fue y es siempre contra Dios, el cual siempre resultará inocente. Esta actitud divina se hace presente —se encarna— en Jesucristo. El siervo de Yahvé se constituye en el agredido por nuestras culpas y resuelve el pleito reconciliándonos con el Padre, ofreciéndose como víctima para la expiación de nuestras culpas y conseguir para nosotros el perdón, más aún la misericordia. Por esto el salmo 51 además de penitencial es también un canto de victoria en los labios de la Iglesia. Jesús implora a Dios Padre la resurrección a una vida nueva: “Hazme oír el gozo y la alegría…”. La alegría íntima del pecador perdonado despierta en su interior el deseo de comunicarlo y el Señor pone en su boca un canto nuevo, una alabanza: “cantará mi lengua tu justicia y mi boca proclamará tu alabanza.” Esta es mi experiencia en el pecado, delante del Señor con mi “espíritu quebrantado y humillado” nunca me ha despreciado, sino que ha cargado con mis iniquidades y me ha permitido experimentar con Él, la alegría de la resurrección, visitándome con la paz, reconstruyendo en mí “las murallas de Jerusalén”.


Cuidamos de sus

ojos

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t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

¿Qué hacéis cas ados

si eso es para v ie jos?

Entrevista a José y María Victoria Serrano

J

osé y María son dos jóvenes de 27 y 26 años que, tras un largo noviazgo, han querido que Dios eleve el vínculo natural de su unión a la dignidad de sacramento. En una sociedad donde los jóvenes no sólo han perdido el interés por casarse y tener hijos, sino que el 30% muestra un rechazo frontal a ello, el testimonio de cuantos viven la grandeza del amor conyugal en el seno del matrimonio cristiano pone de manifiesto que, sustentados siempre por la gracia divina, es posible vivir un amor libre y sin reservas, fecundo y fiel, hasta la muerte.

Encontrar a Jesús supone, en palabras de Benedicto XVI, “una experiencia sobrecogedora de amor” que cambia la vida. ¿Cómo os ocurrió a vosotros? José: Mi primera consciencia seria del amor de Dios es cuando mi padre nos confesó que si él no hubiera conocido a Dios no tendría diez hijos, sino uno o dos. Como yo soy el cuarto, ahí comprendí que, por encima de todo, soy hijo de Dios y Él ha hecho posible que yo viva, pues a mí no me correspondía haber nacido. Cuando llegué a la universidad yo era el “rarito” por venir de una familia donde se vivía seriamente la fe. El demonio me engañó y me hizo pensar que la gente era más feliz y más libre que yo. Con ese combate vivía una doble vida; sin dejar nunca de acudir a la Iglesia y poniendo

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buena cara en casa, llegaba a la facultad y me mimetizaba con el medio para integrarme en el grupo y sentirme querido. Cuando llegaban los fines de semana tenía que ser el más borracho y el que más el tonto hacía para sentirme querido. Yo he sido un bufón y he perdido mi dignidad simplemente para que, al llegar a clase, la gente me diera la palmadita en la espalda. Pero cada vez era mayor el vacío, la insatisfacción y soledad que sentía, porque sabía que no me querían a mí, sino a la imagen que yo estaba obligado a dar. Un día, cuando ya no podía más, me fui a confesar a la parroquia de mi barrio. Allí lloré de agradecimiento porque sentí que Dios me estaba esperando y que nunca había dejado de amarme, ni siquiera cuando yo más bajo había caído.


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

María: Personalmente también me he visto como la “diferente” por ser cristiana. Cuando ha pasado el tiempo, me he dado cuenta de todo lo que Dios me ha dado para mi bien. Igualmente como José he descubierto el amor de Dios en su Palabra, que tantas veces me ha consolado el corazón, y también en el confesionario, ya que he visto cómo ese proyecto de persona ideal que yo tenía que cumplir era una estupidez, pues yo —con mi físico y mi genio— era perfecta a los ojos de Dios. Descubrir esto te lleva a la paz real y al descanso verdadero. Es agotador ser un enfermo de la afectividad, suplicar que te quieran.

¿Es diferente vuestra vida de la de otros jóvenes que no conocen a Dios? José: Es totalmente diferente. Después de este encuentro con Jesucristo no volví a necesitar la aprobación de los demás. Me curó de la enfermedad del afecto y pude cortar radicalmente con quien no me convenía. Aunque me quedé sin “amigos”, descubrí que estaba llamado a algo más que a ir buscando pequeños placeres para ir tirando con la vida. Yo he visto que, haciendo lo que Otro quiere, es decir, la voluntad de Dios, he sido mucho más feliz que haciendo la mía. Ahora sé que, aunque el cuerpo me pida lo mismo que a todos, puedo ser feliz muriendo a mis apetencias y haciendo la voluntad de Dios.

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t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

NOS HEMOS CASADO AVALADOS POR LA EXPERIENCIA DE QUE DIOS ES NUESTRO PADRE, QUE NOS HA DADO LA VIDA Y QUIERE LO MEJOR PARA NOSOTROS María: Mi diferencia es que se me ha regalado gratis un don que es la fe. No tengo mucha, es verdad, pero me hace vivir la vida con los ojos puestos en el cielo y no sólo pendiente de aquí abajo. Y lo veo en cosas concretas; por ejemplo, en el trabajo. Soy profesora de música en un colegio y, cuando los compañeros se critican entre ellos, Dios me permite no hacerlo porque sé que eso destruye a todos. En cuanto aparece el sufrimiento, siento una esperanza que va más allá del problema y que me ayuda a pensar que será para algo bueno.

d on ac i ó n a me d i a s , un i ó n a t i e n t as El mundo es cambiante. ¿Qué consecuencias tiene esta contracultura que se nos impone, especialmente en los jóvenes? José: La consecuencia más evidente es la de producir insatisfacción en aquellos a los que aparentemente no les falta de nada. Hemos vuelto a Roma: se nos da “pan y circo”, pero la gente se sigue muriendo por dentro. Se cargan la familia en pro de una individualidad que lleva a vivir exclusivamente para uno. Y luego viene la parte de los leones; te ponen en bandeja todo tipo de adicciones, como lo drogas, el alcohol, la pornografía, etc. y, cuando aparece el monstruo que han creado —un pederasta o un violador— se escandalizan y se lo quieren cargar. También veo cómo hay jóvenes que desean ayudar al prójimo. Muchos colaboran en las ONG, que es fantástico, pero se quedan sólo en la ayuda social y se escandalizan de que el cura en la misión evangelice y no reparta preservativos. Están llenos de buenos sentimientos, pero como no conocen el Amor, no van a la raíz del ser humano para averiguar qué es realmente lo que necesita.

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María: Añadiría también, según aprecio por mi contacto con los chavales en clase, que esta contracultura les hace perder su dignidad, porque los invita, o más bien los obliga, a hacer todo lo que desean, pero no les ayuda a madurar. Maduras cuando tienes que elegir, y elegir necesariamente implica renunciar. Pero colmar todas las apetencias te lleva a la autodestrucción, porque te quita la libertad. No ser capaz de elegir lo que me conviene sino sólo lo que me apetece es, sin duda, una esclavitud.

SI TANTO JOSÉ COMO YO LE DAMOS UNA PATADA A DIOS, NO DOY UN CÉNTIMO POR NUESTRO MATRIMONIO, POR MUCHO QUE NOS QUERAMOS


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d La juventud es la etapa de la vida donde se presenta más firme el deseo de buscar la verdad y el sentido de las cosas. ¿Por qué muchos han perdido este anhelo? José: Por el relativismo en el que vivimos. Ahora ni se tienen ideas ni existe una única verdad, sino tantas como personas hay. Y esto desgraciadamente se introduce como un veneno en las conversaciones más cotidianas. Las ansias de plenitud las tenemos todos, pero en público hay un miedo latente por defender la verdad; no sea que se nos considere intolerantes. Por eso es tan importante hablar de las propias ideas y avalarlas con la propia vida, sin imponer, pero tampoco dejándose amedrentar por lo que puedan pensar de uno. Reconozco que a mí me cuesta mucho, porque para ello no hay que tener miedo a perder la imagen. La familia está sufriendo un cambio radical. ¿Por qué muchos jóvenes han dejado de aspirar a conocer el verdadero amor, fundar una familia, y se esfuerzan únicamente en lograr un porvenir económico seguro? José: Yo creo que la raíz de todo esto está en vivir para uno mismo. Si tu objetivo es darte placeres continuamente, sabes bien que, cuando te cases, el otro va a invadir tu espacio; con lo cual tienes el propósito de darte únicamente hasta cierto punto, porque en mi espacio vital no puede entrar nadie. En segundo lugar, si no tienes a Dios en tu vida —y no me refiero a ir a Misa los domingos, sino a tener una experiencia real de que Él camina contigo y de que es tu Padre y nunca te abandona—, es muy complicado poner a la otra persona por encima de uno mismo.

separación y de destrucción de la familia que hay. Con Dios en medio de nosotros, tengo la garantía absoluta de que va a ser para toda la vida. Ahora bien, si tanto José como yo le damos una patada a Dios, entonces no doy un céntimo por nuestro matrimonio.

s oñ ar, d e sp e r t ar, ac e p t ar, am ar ¿Cómo descubristeis la llamada al matrimonio en este tiempo concreto? José: Nos hemos casado avalados por la experiencia de que Dios es nuestro Padre, que nos ha dado la vida y quiere lo mejor para nosotros. Poner la fecha de boda sin trabajo y ver pasar los meses y seguir sin tenerlo, nos hizo entrar en un combate tremendo. No sabíamos realmente si no nos lo concedía para que no nos casáramos o quería que siguiéramos confiando en Él. Cuando regresamos del viaje de novios éramos conscientes de que nos tocaba vivir en una precariedad económica seria.

María: Hoy día en las parejas que se forman nadie se fía de nadie. Tienen auténtico miedo al compromiso porque temen sufrir. Si se tuviera la certeza de que la pareja no te va a dejar jamás, en el fondo daría igual tener trabajo o no, porque juntos es más fácil superar los obstáculos. También influye mucho en los jóvenes ver cómo la referencia que tenían de sus padres se desmorona por tantos casos de

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t e s t i g o s d e l a Ve r d a d Pasados unos días, después de rezar las Laudes juntos, llamaron a María para informarla de que había sido seleccionada como profesora en una entrevista que hizo antes de la boda. ¡Imagínate nuestra alegría! Entonces nos acordamos que yo también me había presentado a un trabajo y no sabía nada al respecto, decidí llamar y me comunicaron que el puesto era mío, pero que creían que todavía seguía de luna de miel. ¡Encontramos trabajo el mismo día y encima en lo que nos gusta! Esto nos confirma sin ninguna duda que, del mismo modo que le pedía a mi padre dinero y me lo daba, le he pedido ayuda a Dios y nos la ha dado. ¿Cómo se entiende el matrimonio entre los jóvenes? José: No se lleva porque es como si yo a un niño le diera un silbato estropeado y le dijera cómo emitir el sonido. Como no funciona, por mucho que le explique no lograré que sepa realmente qué es un silbato ¿Cómo explico yo que el matrimonio es un sacramento en el que puedes amar porque experimentas que Dios te ha amado a ti profundamente, si para ellos es un juguete estropeado porque han visto que sus padres, sus vecinos, sus primos etc. se han divorciado? No es verdad que el matrimonio sea un juguete roto y sin arreglo. Jesucristo no sólo te lo repara, sino que te da uno nuevo cada día.

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EL FRACASO ESTÁ EN LA INCAPACIDAD DE QUERER AL OTRO COMO ES, POR ESO SENTIR QUE EL SEÑOR NOS AMA EN NUESTROS PECADOS NOS PERMITE JUSTIFICAR LOS PECADOS DEL OTRO María: Para la gran mayoría es un concepto obsoleto. Hasta mis alumnos me dicen: “Pero profe, con lo joven que eres, ¿qué haces casada, si eso es para viejos?”. Como para ellos es algo caduco, no tiene ningún sentido casarse. Para qué hacerlo si se puede vivir en pareja sin necesidad del engorroso papeleo en caso de ruptura. Sólo una minoría lo considera un sacramento, una alianza que Dios ha hecho con los esposos. Para mí hay un abismo entre casarse y vivir en pareja. En el fondo si no te casas, no te estás dando plenamente a la otra persona, sino que te reservas una parte de ti, ya que no estás diciendo públicamente que quieres estar con ella durante toda la vida… quizás porque no te fías de que os vayáis a querer siempre, pase lo que pase. Muchos matrimonios fracasan antes del primer año de convivencia. ¿Cuáles pueden ser las causas de esta fragilidad? José: Desde que nos hemos casado me he descubierto pecados nuevos que no conocía de mí y me asustan; por eso es normal que el matrimonio se vaya al garete. Lo único capaz de hacer que se mantenga el amor es que Jesucristo esté en medio de la relación; que recurramos a él constantemente, que recemos juntos, que frecuentemos los sacramentos, etc.; y además es fundamental que ambos hayamos experimentado que el Señor nos ha amado en nuestros pecados para así poder justificar los pecados del otro. Quien no tiene esto presente, puede tener mucha capacidad de aguante, pero tarde o temprano, si la relación sólo se basa en el amor humano, es muy difícil que se mantenga.


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d María: Te casas muy enamorado, pero cuando te enfrentas a la convivencia, descubres que el otro tiene muchos defectos que no conocías. El amor humano llega hasta un límite y, si no tienes una experiencia de Dios que te permita trascender lo puramente terreno, entonces los defectos se vuelven insoportables. El fracaso está en la incapacidad de querer al otro como es. La máscara que todos ponemos sin saberlo en el noviazgo, cae en la convivencia diaria. Considerar que nos hemos equivocado de persona e ir a por otra no es la solución, porque va a ocurrir lo mismo; no vas a poder quererla ni aceptarla como es. Y es que ahora se nos enseña a amar de un modo tan poco firme que, cuando el otro te toca las narices, lo dejas y pruebas con otro. La experiencia que nosotros tenemos de que Dios nos ama, incluso cuando hemos sido pecadores, nos capacita para poder querer al otro más allá de sus pecados.

u n i d a d d e d o s , c o m p ro m i s o de t re s ¿Por qué no se considera importante prepararse para el matrimonio, siendo el estado que más influye en la vida? ¿Os habéis preparado vosotros? José: Si no se considera el matrimonio como un sacramento, no se ve la necesidad de prepararse para ello. Para mí una de las mayores preparaciones para el matrimonio es vivir la castidad en el noviazgo; aunque desgraciadamente eso es hoy día motivo de burla. Si eres capaz de reservar el acto sexual para el matrimonio, le estás dando un valor; pero si lo usas antes, pierde importancia. Yo a mis hermanas les digo: “Si queréis saber si un chico os quiere de verdad, hacedle sufrir un poco en este sentido”. La castidad nos entrena para la fidelidad. La mujer selecciona, pero el hombre es diferente; por eso el noviazgo vivido en castidad reordena nuestros instintos. A María y a mí al principio nos costaba mucho mantenerla, porque al ser más jóvenes era más fácil dejarnos llevar, pero combatíamos con mucha oración.

AHORA SE NOS ENSEÑA A AMAR DE UN MODO TAN POCO FIRME QUE, CUANDO EL OTRO TE TOCA LAS NARICES, LO DEJAS Y PRUEBAS CON OTRO María: Creo que para los chicos es muy importante aprender a amar a la chica por encima de la atracción sexual. Es verdad que esta es imprescindible para casarse, pero por encima de ella está el amor hacia la otra persona. Para mí, como mujer, el hecho de que me haya respetado durante el noviazgo ha significado que su amor por mí va más allá de lo puramente físico, e igual en mi caso. La castidad para nosotros ha servido para respetar la dignidad de cada uno. Mis padres siempre me decían que, si Dios había pensado en mí para el matrimonio, manteniendo la castidad, se manifestaría su voluntad. Esto para mí no me ha supuesto ninguna frustración ni represión sexual en absoluto, sino todo lo contrario. Para mí la sexualidad es algo precioso que une al matrimonio, pero mal usada puede desvirtuar su sentido.

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NOS PEDIMOS PERDÓN AUNQUE MINUTOS ANTES HAYAMOS DISCUTIDO A GRITO PELADO e s c u e l a d e e n t re g a , c o mu n i ó n y c rec i mi e n to El éxito del matrimonio no está en saber ganar, sino en saber ceder. ¿En qué medida habéis experimentado que esto es verdad? María: A mí se me ha quedado grabado aquello que nos dijeron en el cursillo de novios de no ir a la cama sin habernos reconciliado. Lo cumplimos a rajatabla y nos ayuda mucho. Aunque minutos antes hayamos discutido a grito pelado, a la hora de dormir siempre nos pedimos perdón. Esto es fundamental para no dejar al orgullo construir un muro entre los dos. En los últimos diez años el número de divorcios se ha triplicado. ¿Con qué armas os enfrentáis a la vida en común? José: Para mí el Magisterio de la Iglesia es más exacto que cualquier ciencia, porque todo lo que dice del matrimonio se cumple. Nuestras armas son Jesucristo y la oración. No tenemos más. Mi madre siempre nos ha dicho: “Escarmentad en cabeza ajena”, y es verdad; la experiencia de tantos matrimonios cristianos y no cristianos sirve para saber qué hacer y qué no hacer. En España, el 60% de las mujeres considera que tener un hijo es un obstáculo para su vida profesional y muchas de ellas se sienten discriminadas por su embarazo. ¿Cómo lo vives tú? María: Me parece que es cuestión de prioridades. A mí no me interesa tener un futuro profesional brillante. Soy profesora de música y me encanta mi trabajo; no necesito ser la mejor ni estar en un alto puesto para sentirme realizada.

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Además no sé si es por estar embarazada, pero para mí lo importante es la familia. Tengo la experiencia de que el trabajo no lleva a la felicidad plena, pero sí el donarse. Aunque por la presión que ejerce la sociedad, entiendo que dé mucho apuro anunciar el embarazo en los trabajos. A mí me ha pasado, pues parece que estés haciendo una faena a la empresa. ¿Creéis que Dios ha sido bueno con vosotros? José: Todo es gracia y es misterio, pero se ha pasado de bueno. Ha hecho una historia preciosa con cada uno y encima ha puesto la guinda uniéndolas. No nos ha evitado sufrimientos, pero ahora con perspectiva se ve que todo ha sido bueno. Esto es un sello para poder mantener la esperanza cuando vengan acontecimientos que no entendamos. María: Sinceramente me siento una privilegiada porque no he hecho nada para merecerme tantas bendiciones, como por ejemplo este matrimonio. La elección es un misterio, pero también una misión. Por medio de nosotros Dios quiere encontrarse con gente que no lo haya descubierto todavía en su vida. Quizás viendo todo lo que el Señor ha hecho y hace con nosotros, puedan creer que existe el amor que dura toda la vida. El matrimonio cristiano no es de color rosa ni está edulcorado; nuestras vidas son iguales, con los mismos problemas y sufrimientos, pero Cristo está en medio fortaleciéndolo.

EL MATRIMONIO CRISTIANO NO ES DE COLOR ROSA NI ESTÁ EDULCORADO; TENEMOS LOS MISMOS PROBLEMAS, PERO CRISTO ESTÁ EN MEDIO FORTALECIÉNDOLO



t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

Sacerdote de Dios servidor de los hombres

A

ntonio Sanz Camarero tiene 88 años y un corazón que sigue latiendo al ritmo de Dios. Con apenas once años se marchó al seminario movido por el deseo de seguir a Cristo, quien ha sido su vida y el motor de su existencia. Como un pastor fiel y cumplidor, se ha gastado y desgastado por sus ovejas hasta conducirlas a verdes páramos y hacer de su parroquia de Santiago y San Juan Bautista de Madrid una porción viva y comprometida de la Iglesia. En su entrega a Dios y al prójimo no ha habido horarios ni distinciones; únicamente generosidad y servicio. Centinela de la Palabra, este sacerdote soriano de trato afable y vida sobria lleva más de medio siglo iluminando con su predicación y ejemplo a cuantos se le han encomendado.

Entrevista a Antonio Sanz

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por Victoria Serrano


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d ¿Cómo conoció el amor de Dios en LOS EJERCICIOS DE SAN IGNACIO DE su vida? LOYOLA ME REMOVIERON HASTA TAL

De muchas formas. A través de mi familia, sobre todo de mi madre; también por un tío sacerdote, Juan, primo carnal de mi padre, que solía venir a mi pueblo, Valdezate (Soria), a visitarnos. Ellos hicieron que fuera saliendo de mi yo y me fijara en Dios. Aunque conocerlo plenamente ya fue en el seminario.

¿Cómo le transmitieron la fe sus padres? Fuimos siete hermanos pero cuatro fallecieron de pequeños. Mis padres siempre nos pusieron de cara a la Iglesia desde que nacimos; acudiendo a todos los oficios, rezando el Rosario etc. Recuerdo que mi primer bofetón me lo dio el maestro por ir a ayudar a la misa del pueblo: eran tiempos de la Segunda República y, como llegué un poco más tarde a la escuela, según entré me pegó el bofetón delante de todos los chicos. ¡Qué le vamos a hacer! Bajé la cabeza y me aguanté, pero eso no me impidió que siguiera yendo a la Iglesia y ayudar de monaguillo. Ya hacía yo todo lo posible para que no me volviese a pescar.

¿Cuándo y cómo descubrió su vocación al sacerdocio? Yo me encontraba muy gozoso en la Iglesia, aunque, según decían, era un bicharraco de mucho cuidado. El testimonio de mi tío Juan también me ayudó para decidirme. A los diez años comencé a estudiar con el cura de mi pueblo para poder presentarme al seminario. Un año después entré en el de El Burgo de Osma. Yo era un poco “un viva la vida” y buscaba mi gusto en todo, estaba un poco a mi aire y, de vez en cuando, me gustaba ver lo que había fuera.

EN TIEMPOS DE LA REPÚBLICA EL MAESTRO ME DIO UN BOFETÓN POR LLEGAR DE MISA, PERO ESO NO IMPIDIÓ QUE SIGUIERA YENDO A LA IGLESIA

PUNTO QUE MI VIDA CAMBIÓ; DECIDÍ ENTREGARME DE PLENO AL SEÑOR Y TOMARME EN SERIO LA VOCACIÓN Pero fue a los 17 años cuando definitivamente decidí entregarme de pleno al Señor y tomarme en serio la vocación. Esto ocurrió en unos ejercicios espirituales con el padre Jorge Antón, un sacerdote jesuita que luego se quedó como director espiritual del seminario. Era un hombre muy cariñoso en el trato, pero muy fervoroso y serio en sus convicciones, de quien los seminaristas decíamos que estaba hecho de raíces de árbol. Sus ejercicios de san Ignacio de Loyola, tal y como eran entonces, me removieron hasta tal punto que mi vida cambió.

S e ñ o r, l o q u e t ú q u i e r a s ¿Cómo se lo tomaron sus padres y allegados? Muy bien, ya que, aunque eran años de represión por la República, mis padres fueron muy valientes y nunca ocultaron el ambiente religioso que vivíamos en casa. Lo que ocurrió es que me dijeron: “Pero ¿tú cura, con lo ‘pirranda’ que eres?”. Se alegraron mucho, pero les cogió de sorpresa, ya que sabían que me gustaba mucho bailar con las chicas en el pueblo, y a ellas también conmigo, pues decían que las trataba con delicadeza.

¿Dónde le sorprendió la guerra civil? Cuando estalló la guerra, mis padres y hermanas vivían en Valladolid y yo estudiaba en el seminario de esa ciudad. En plena guerra, como estábamos en zona nacional, el seminario fue tomado por los italianos como su cuartel general y me tuve que marchar al de Salamanca. Un año después lo tomaron los alemanes y volví de nuevo al de El Burgo de Osma.

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t e s t i g o s d e l a Ve r d a d ¿Qué recuerdos guarda de esos años de seminarista? Fueron años fantásticos. Yo ya le había dicho al Señor: “cuenta conmigo” y me sentía muy feliz. Algunos seminaristas y yo formamos una especie de congregación llamada “los Misioneros de Santo Domingo de Guzmán”, en honor a este santo, que fue canónigo de El Burgo de Osma, en donde todavía se encuentra la silla que él usaba, y cuya madre vivió en Aza, a cuatro kilómetros de mi pueblo. Nos dedicábamos a misionar por toda la diócesis de Soria y de Logroño, pues en ese tiempo era muy difícil para los frailes desplazarse por los pueblos. Aquí comenzó a manifestarse mi vocación por todo lo apostólico. Estábamos cinco o seis días en cada pueblo predicando sobre temas tan fundamentales como el sentido de la vida, el cielo, el infierno, la muerte, etc. y la gente nos escuchaba con atención. Estuvimos incluso en Buenos Aires, a donde partimos 700 misioneros españoles, 2.000 en total de varios países, para predicar en aquellas tierras. Es el mejor crucero que yo he hecho en mi vida. Salimos de Barcelona en barco hasta Lisboa; de allí a Dakar, luego a Río de Janeiro, Montevideo y finalmente Buenos Aires. ¡Era como estar en el cielo! Catorce días rezando, cantando, preparando las misiones, predicando a los pasajeros. Recuerdo también que, estando en Buenos Aires, fui a visitar a unas monjas conocidas que vivían en Río Cuarto y les dí unas ejercitaciones por un mundo mejor. Yo estaba gozoso de poder entregarme por Jesucristo a los demás. Como en el barco formé un coro, en el viaje de vuelta el capitán me pidió que entretuviera a la gente con cantos, ya que se había originado un pequeño incendio en las máquinas y debían detener el barco durante unas horas. Nadie podía enterarse para que no cundiera el pánico. Allí estuvimos cantando varias horas sin que notaran que estábamos parados.

CUANDO LLEGUÉ A MI PRIMER DESTINO COMO SACERDOTE ME DIJERON: “VIENES AL PEOR PUEBLO DE LA DIÓCESIS”. ESO PARA MÍ FUE COMO PONERME ESPUELAS 24

¿Cuál fue su primer destino como sacerdote? Mi director espiritual, el Padre Jorge Antón, cuando me ordené sacerdote me preguntó: “¿Y si te mandaran a un pueblo donde no hubiera luz, irías?”. “Sí”, le dije yo muy convencido. “¿Y si no hubiera agua?”. “Sí, también” Pues mi primer destino fue a Aldelafuente, en Soria, un pueblo de 27 familias. Cuando vinieron a la estación a recogerme a caballo, pues no había ni carreteras, recuerdo que el cura de Cabrejas del Campo me dijo: “Vienes al peor pueblo de la diócesis”. Eso para mí fue como ponerme espuelas. Es verdad que no había luz ni agua; sólo se oía pasar a cinco km el tren de Valladolid a Valencia.


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d Tampoco tenía médico, únicamente una maestra. Pero lo peor no era eso, sino que no iban a misa. El campo era estupendo para el vino; a esta tierra se le consideraba los almacenes de Soria. Yo no he visto pajigueros tan altos como allí. La gente trabajaba mucho, pero descuidaba ir a la iglesia.

un año, se convirtió en dos, pues no me dejaban marchar. Le planteé al obispo de Soria la posibilidad de quedarme en esta parroquia de Madrid y reconoció que, aunque no estaba muy de acuerdo, no me podía retener porque en El Burgo de Osma éramos 70 curas para 5.000 habitantes y en Madrid uno sólo para 25.000.

Sin embargo, poco a poco me fui haciendo con los vecinos. Los domingos, después de andar 15 km para celebrar la Misa en dos pueblos más, me juntaba con los chicos y chicas a jugar. Por la noche los llevaba a todos a la iglesia y hablábamos sobre los temas que les interesaban. Si no me veían por ahí, venían a buscarme. Preparé un salón en mi casa para las reuniones con los jóvenes. Llegué a quererlos mucho a todos e incluso una de las chicas se marchó de religiosa clarisa al convento de Soria.

¿Qué recuerdos guarda de esta etapa en San Antonio de la Florida?

“ lo q u e os d ig o a l o íd o , p re g o n a d lo d e sd e l a az ot e a ” ¿Dónde fue su siguiente misión? Como a mí me gustaban mucho los coros, me plantearon presentarme a las oposiciones para el coro de la Concatedral de Soria. Así lo hice, las gané y tuve que dejar el pueblo con gran dolor. Empecé en la Concatedral y también como regente en la pastoral de la parroquia de San Juan de Rabaneda. Estos destinos me permitían tener tres meses de vacaciones y los dedicaba a hacer ejercicios espirituales y misiones. Después vino el Concilio Vaticano II y, al acabar, pensé que, puesto que los obispos se reciclaban, sería bueno que los curas también lo hiciéramos y pedí una excedencia de un año para venir a Madrid a estudiar catequética y liturgia en el Instituto de Pastoral de Salamanca. Por aquel entonces yo conocía al párroco de San Antonio de la Florida de Madrid, pues solía ir a Soria de vacaciones. Cuando se enteró que yo estaba en Madrid, vino a buscarme en una Cuaresma para que me encargara de la misa de la tarde y de la pastoral de jóvenes. Comencé con unos ejercicios espirituales con un grupo de chicas y chicos, y lo que se suponía iba a durar

Muy buenos. Fui el primer sacerdote incardinado por el cardenal Morcillo, es decir, el primero que pasó de una diócesis a otra. Renuncié a los beneficios de mi anterior destino y comencé de soldado raso en San Antonio. Pero ¡bendito sea Dios!, pues estoy seguro que de no ser así, mi vida hubiera sido más cómoda.

¿Cómo transcurrieron los años? En la parroquia había tres curas más, pero a mí me dieron el campo abierto para la pastoral y entonces comencé catequesis con un grupo de chavales, tal y como había visto en el Instituto de Salamanca. No teníamos más que un pequeño barracón, pero ya había un espíritu de unión entre todos. Sin embargo, al año comprobé que necesitaba cambiar el modo de catequizar, pues me daba la sensación de que decía siempre lo mismo. Me acordé de Kiko y Carmen, los iniciadores del Camino Neocatecumenal, a quienes conocí en el Instituto de Pastoral de Salamanca, al que iban siempre que hablaba el Padre Farnés. En una ocasión hicieron la preparación del Adviento con los del Instituto y nos invitaron a celebrar con ellos en una parroquia. Allí escuché sus vivencias y me impresionaron. Además, como yo desde siempre había echado en falta en la Iglesia precisamente la unión entre “catequesis” y “pueblo”, es decir, que se catequizara en comunidad y no aisladamente para jóvenes, para casados, solteros, etc., como se venía haciendo, y esa era su manera de hacerlo, me entusiasmaron. Les pedí que hicieran catequesis en la parroquia y así fue. Se formó una primera comunidad neocatecumenal entre los jóvenes del grupo y alguno más, y luego fueron surgiendo otras. ¡Fueron tiempos muy felices!

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t e s t i g o s d e l a Ve r d a d ¿Cómo llegó a su actual parroquia, ¿Qué es lo más gratificante y lo más la de Santiago y San Juan Bautista? duro de su misión como pastor? Pasaron los años y el párroco de San Antonio de la Florida se jubiló y en su lugar mandaron a otro sacerdote. Poco después decidieron trasladarme a mí de párroco a Santiago, puesto que el anterior se marchaba de sacerdote itinerante. Esto fue en el año 1988 y hasta hoy; sin perder, gracias a Dios el espíritu de querer misionar.

Mi vida está entregada a anunciar al Señor como el único que las puede salvar, dar sentido a sus vidas, hacerles gozar aun en medio del sufrimiento. Ese es mi mayor gozo. Por eso lo más gratificante es que respondan a la Buena Nueva, y lo más duro es el rechazo. Tener un tesoro y no poderlo dar es lo peor.

p o r t u Pa l a b r a , S e ñ o r, e c ha ré l a s r ede s

¿Merece la pena una vida vivida en unión con Cristo? Indudablemente. No sólo merece la pena, sino que para mí es la única manera de vivirla. No la concibo de otro modo.

¿Existen diferencias entre los sacerdotes de hoy día y los de sus primeros años de sacerdocio? ¿Ha echado algo de menos o Dios lo Sí, claro que las hay. Antes había un espíritu ha llenado todo?

apostólico muy fuerte por entregarse a los demás y evangelizar. Ahora llevamos otra línea, aunque quizás más madura. Después de la guerra había más facilidad para anunciar a Jesucristo; la gente era más receptiva y dócil. Entonces se buscaba la manera de hacer llegar la Buena Nueva a todos. El hombre de ahora está necesitado igualmente de Dios como en aquellos años, pero hoy día lo religioso está desvalorizado y lo único importante es la vida terrenal. Tenemos el estómago lleno y queremos ser dioses; por tanto, nos estorba el ser cristianos. Por eso, si no se tiene un temple formado espiritualmente, es fácil dejarse llevar por esta corriente. De ahí que hoy sea necesario que todos los cristianos, sacerdotes, religiosos y laicos, anunciemos esta Buena Nueva con la propia vida. Se desprecia lo cristiano por ignorancia y por la “contracatequesis” que existe en el mundo. Por eso la misión del cristiano es doble: descubrir que tener a Jesucristo es lo más valioso en la vida y luego comunicárselo a los demás en comunidad, es decir, en Iglesia. Esto es clave.

¿Qué siente por sus ovejas? Amor, aunque muchas veces no las sé amar. Me dan quebraderos de cabeza, pero las amo. ¡Son mi vida! Con todo y con eso, estoy contentísimo de haber entregado mi vida así y lo que siento es no haberla entregado más.

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He echado en falta el que algunos no respondieran a la llamada, pero Dios lo ha llenado todo. Si no está Él, están mis pasiones, que de vez en cuando salen. Pero la gracia siempre es superior a todos los inconvenientes y pecados que uno tiene. Gracias a Dios sé lo que es vivir en gracia y sé lo que es vivir en pecado. Como vivir en gracia no se vive de ninguna otra manera.

El sacerdote tiene el peligro de vivir el ministerio como un funcionario Ese es un peligro muy grande. Eso es lo que yo no quisiera ser, aun a pesar de que tengo que desempeñar tareas que parecen de funcionario. Yo lo tengo presente y hago lo posible por no serlo; lo cual no quiere decir que no tenga muchos fallos. Pero el Señor sabe que quiero hacerlo todo por el bien de los otros. Cuando me entrego a los demás por Dios, es cuando soy más feliz.

CONOCÍ A KIKO Y CARMEN, LOS INICIADORES DEL CAMINO NEOCATECUMENAL, Y ME ENTUSIASMÓ SU UNIÓN ENTRE “CATEQUESIS” Y “COMUNIDAD”, PRECISAMENTE LO QUE YO ECHABA TANTO EN FALTA EN LA IGLESIA


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

“ v e n d r é y o s l l e va r é c o n m i g o ” , d i c e e l S e ñ o r ¿Con qué le pretende engañar el demonio?

pero me acojo a su misericordia, que es muy grande y que no sé cómo no me ha dejado.

Hace todo lo posible para que sea orgulloso y soberbio. He tenido que luchar para conservar mi castidad, pero el experimentar lo mal que se pasa cuando no se vive en gracia, ayuda a formarse. Espero que el Señor me tenga siempre de su mano, porque se la puedo jugar hasta el último momento. Por eso le pido un espíritu de humildad para no creerme algo, sino todo lo contrario, ser consciente de lo poco que soy.

Después de tantos años, ¿cree que Dios ha sido bueno con usted?

¿Qué supone para usted la Virgen María? Mi madre. Ella me ha acompañado en este caminar y me lleva siempre a su Hijo. Es imprescindible en mi vida.

Sí, yo no he sido tan bueno con Él. ¡Ni soñarlo! Sólo he sido un pecador que continuamente tengo que pedirle perdón. Él me da la alegría de poderle seguir y trabajar en su Viña. Mi vida sin Dios no tendría sentido. Sé lo que da la vida en el mundo, porque he tenido que luchar como un jabato y, aun así, a veces he caído, pero Dios siempre me ha levantado. Ha sido tan bueno que se ha valido hasta de esas debilidades, porque si no fuera por ellas, yo no le hubiera buscado tanto.

MI VIDA SIN DIOS NO TENDRÍA SENTIDO. ¿Cómo transcurre un día normal en HA SIDO TAN BUENO QUE SE HA VALIDO su vida? Me levanto y ya empieza toda la pastoral. No HASTA DE LAS DEBILIDADES, PORQUE

tengo tiempo para nada más. En tres años creo que he visto una película en el cine. ¡Con lo que me gustaba a mí!

SI NO FUERA POR ELLAS, YO NO LE HUBIERA BUSCADO TANTO

¿Tiene miedo a la muerte? Hasta ahora no, aunque aceptar el dolor me cuesta. Son 88 años y todavía sigo adelante, y ya ves que, además, bien. Sin embargo ya noto que, si me descuido, no puedo ni subir las escaleras, pero pienso que el Señor actuará. Si no actúo yo, que actúe Él.

Dijo el Padre Arrupe a punto de morir: “Para el hoy, amén; para el mañana, aleluya”. ¿Suscribe usted esto mismo? Sí. Yo quiero que sea un aleluya, aunque solo le pueda dar los restos. “Dame Señor el poder ofrecerte aquello que me está faltando”, le digo todos los días. Indudablemente sé que mi vida termina y hay que aceptarlo. ¡Se me ha pasado la vida que parece que no he vivido! He estado en su campo, en su casa y en su mar. Gozoso, aunque descontento porque he sido poco fiel,

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t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

Medjugorje:

Un regalo prodigioso Ignacio Robla

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NTE NT ARE CONT AR L O QUE L A V I RGE N HIZO PARA MI Y M I S T RE S AM I GO S, C L ARA , CE L I A Y L U I S, C UATR O DE L OS SE I S PEREGRINOS QUE FUIMOS A MEDJUGORJE “ E N GANA DOS ” PO R E L PADRE CRUZ. 28


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

apoyo y confianza en el Padre Cruz Miguel desde muy joven en el colegio. También he sido catequista de niños y jóvenes desde hace siete años. Doy gracias a Dios por todo eso, que ha ido fortaleciéndome en la fe, a pesar de mis altibajos. Eso es una cosa y, según creo yo, otra muy distinta es creer que la Virgen se aparece en un pueblo perdido de Bosnia y que hace milagros. No veía necesario que la Virgen se apareciese, y menos que se apareciese de esa forma, tal como contaban, que más parecía sacada de cuentos de hadas. Además, yo nunca he oído antes hablar de Fátima y Lourdes más que como un sitio donde van las abuelas de la parroquia. Cuando oí hablar de Medjugorje, no sé por qué, me atrajo la idea y me apetecía ver qué había en un lugar en el que, según la gente, “pasan cosas”. Después de unos días de viaje, con paradas en Roma y Asís, allí estábamos, en un pueblo católico en medio de un país de mayoría musulmana, donde sólo había dos montes a los que se iba a rezar, una iglesia y un montón de tiendas de “souvenires”, hostales y pensiones.

Durante la última adoración, después de la última misa, la gente nos pisaba, pues estábamos justo delante de un paso por donde salían todos los que tras la Eucaristía decidían marcharse. Ahora soy capaz de darme cuenta de pequeños detalles que la Virgen había preparado meticulosamente para que todo saliese como ella quería.

“esto es bueno, es de Dios” Al principio de la adoración yo estaba muy a gusto, a pesar de los pisotones. La oración era de acción de Gracias, por los momentos vividos. El último rato de la adoración yo ya no estaba tan concentrado. Empecé a fijarme en Clara y ella estaba orando con las manos juntas a la altura del estómago en posición de ofrenda. Después la vi llorar un poco, pero me pareció que sería por la emoción. De repente Clara empezó a llorar más y a hacer gestos que no le había visto hacer nunca antes. Me acerqué a ella, le toqué la mano y la tenía más fría de lo normal. Le pregunté que qué le pasaba. Ella sólo me contestó: “¡Que yo no me muevo!, ¡que algo me mueve!”. Yo le toqué el brazo y vi que lo que decía era verdad. En ese momento, lo único que me salió fue llorar, y eso que a mí llorar me cuesta muchísimo. Me acerqué a Cruz y le dije: “Que no se está moviendo ella”. Fui de nuevo hacia Clara y dejé que la Virgen hiciera lo que tuviese que hacer. Cerré los ojos, empezó a acariciarme la cara, a secarme las lágrimas y tocarme el corazón. Esas manos no eran las suyas, las conozco muy bien. Inmediatamente noté cómo algo entraba dentro de mí, algo que tenía más fuerza y más amor de lo que haya sentido nunca. Me caí al suelo, pero sin brusquedad, sin violencia, y viví los momentos más bonitos y de más paz que nunca nadie haya podido imaginar.

AHORA SOY CAPAZ DE DARME CUENTA DE PEQUENOS DETALLES QUE LA VIRGEN HABIA PREPARADO METICULOSAMENTE PARA QUE TODO SALIESE COMO ELLA QUERIA 29 I

Desde pequeño he tenido la suerte de conocer de Dios y creer en Él, no sólo por herencia familiar, sino por mi entorno más próximo. Tuve la suerte de que mis amigos y yo viviésemos muchas experiencias que nos acercaron mucho a Dios. Siempre he participado en la misa dominical, junto con mis amigos formamos un coro para la misa de la urbanización, fui a campamentos cristianos con ellos, rezábamos juntos y encontré


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d Tenía los ojos cerrados, no los podía abrir, sentía como si alguien me los estuviese cerrando y no quisiese que los abriera; el Señor quería que disfrutase de ese momento... Por lo que recuerdo y me han contado, lo único que dije fue: “Esto es bueno, es de Dios” y agarraba la mano de Cruz y le acariciaba la cabeza. Ese gesto no habría salido de mí sin el Espíritu Santo…

“crei, por eso hable” Cuando íbamos hacia la pensión para cenar, por el camino me preguntaron qué me había pasado, que por qué me había caído. Sentí que tenía que contárselo para que supieran que todo eso era bueno, aunque seguro que notaban una felicidad y una alegría que no habían

DIOS ME HABLABA A TRAVES DE AQUEL BUEN HOMBRE; PUES ME DIJO QUE REZARA POR UNA COSA TAN PERSONAL QUE E RA IMPOSIBLE QUE E L L A SUPIESE Alguien dijo que nos íbamos. Clara se acercó a Celia, que estaba asustada porque no entendía qué nos pasaba. Recuerdo esa imagen perfectamente, grabada en mi cabeza. Estaban las dos justo a la salida de la explanada, abrazadas, llorando, y Clara empezó a acariciarla de la misma forma que lo había hecho conmigo. Las dos se arrodillaron una en frente de la otra y siguieron así, abrazándose durante unos cinco minutos. Luis, que no entendía nada dijo: “¡Me estoy poniendo nervioso, yo me voy!”; y salió corriendo. Yo, que entendía cómo la Virgen, por medio de Clara, estaba haciendo cosas maravillosas con Celia, igual que las había hecho conmigo, sólo podía mirarlas y sonreír.

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visto antes en mí. Mientras cenábamos y sonreíamos, llegaron Clara y Celia muy contentas. Después de la cena habíamos decidido subir al Podbrdo, el monte de las primeras apariciones. Luis dijo que él no iba. Ignacio y Dani tampoco quisieron venir. De camino yo iba con Clara y Celia. De repente Celia me dijo que le tocase el brazo. Lo tenía completamente rígido. Al poco empezó a hacer los mismos gestos de alabanza que le había visto hacer a Clara y a golpearse suavemente el pecho con la palma de la mano abierta. El espectáculo era para contarlo. Ahora las dos estaban haciendo lo mismo movidas por aquella fuerza que no venía de ellas. Me asusté un poco


t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

porque no sabía qué teníamos que hacer. Ellas tampoco lo sabían y me dijeron que llamase al Padre Cruz… Cuando llegamos al pie del Podbrdo ellas empezaron a sentir que lo que aquella “fuerza” quería es que se confesaran, y Cruz se quedó con ellas… A la vuelta, los gestos de Clara y Celia ya no eran los mismos. Sus brazos seguían moviéndose involuntariamente y por acción de una fuerza de Dios. Ahora los gestos eran de agradecimiento entre ellas, para Cruz y para mí. Nos abrazaban y se abrazaban.

La cosa no había acabado. La Providencia hizo que de camino a casa nos perdiésemos y nos encontramos con un hombre que iba cantando en español… Yo hablé un rato con ese chico, le conté lo que nos había pasado y me explicó cómo el Espíritu Santo estaba actuando en ellas desde el corazón y por eso las impulsaba a hacer esos gestos. No sé por qué él entendía aquello de forma tan clara. Después nos despedimos y me dijo algo que me hizo llorar de repente. Me dijo que a partir de ahora tenía que rezar por una cosa. Esa cosa era muy personal mía y es imposible que él la supiese. Me di cuenta en seguida que Dios había hablado a través de aquel hombre tan bueno.

LA VIRGEN NOS HABIA TOCADO DE FORMA INDIVIDUAL Y DISTINTA A LOS CUATRO, DEMOSTRANDONOS COMO DI OS NOS AM A Y LO IMPORTANTES QUE SOMOS PARA EL

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t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

DESDE EL DIA QUE LLEGUE, HE SENTIDO LA PRESENCIA DEL ESPIRITU SANTO DENTRO DE MI, QUE ME IMPULSA A REZAR Y A PENSAR EN L A M I SA CON IMPACIENCIA Cuando llegamos a la pensión, sólo estaba Luis sentado en la entrada. Todos los que veníamos del Podbrdo excepto Clara, Celia y yo decidieron subir a dormir. Era el momento de explicarle a Luis todo y ver su reacción. Él estaba muy asustado y no entendía nada. Clara y yo nos alejamos para hablar solos mientras veíamos de lejos cómo Celia, de la misma forma que Clara había hecho conmigo, intentaba acariciar a Luis y explicarle que ella no se movía, que era Cristo el que lo hacía. Luis se resistía a creer en aquello… Recuerdo que la siguiente vez que vi a Luis tenía una cara de felicidad parecida a la que yo tuve después de aquella “caída”. Nos contó cómo al entrar y mirar al crucifijo de la pared había sentido algo que lo envolvía y lo tumbaba en el suelo. Había recibido el mismo regalo que yo. Parecía que la Virgen había preparado todo para nosotros y todo había salido como ella quería. Nos había tocado a los cuatro, de forma individual y distinta, enseñándonos cómo Dios nos ama a cada uno y lo importantes que somos para Él…

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t e s t i g o s d e l a Ve r d a d

ESTABAMOS EN MEDJUGORGE, UN PUEBLO CATOLICO EN MEDIO DE UN PAIS DE MAYORIA MUSULMANA, EN EL QUE, SEGUN DICE LA GENTE, “PASAN COSAS” Desde el día que llegué y hasta ahora, he sentido la presencia del Espíritu Santo dentro de mí, que me impulsa a rezar, a pensar en la misa con impaciencia, con ganas de que llegue la próxima Comunión. Parece como si todo ahora tuviese diez veces más sentido que antes de ir a Medjugorje. De pronto siento una certeza absoluta sobre cosas que hasta entonces me creaban muchas dudas. ¿Quién se iba a creer que la Virgen se aparece a seis videntes?, ¿quién se iba a creer que Pablo de Tarso, de camino a Damasco, persiguiendo a los cristianos, iba a encontrarse con la Luz y desde entonces predicaría el evangelio por toda Europa hasta morir mártir? Después de esto, CREO.

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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z ste episodio de la vida de Jesús es el primero de los cinco misterios luminosos del Rosario, añadidos por Juan Pablo II a los otros quince existentes. Para esta breve exposición nos vamos a inspirar en el libro de Benedicto XVI, “Jesús de Nazaret”.

E

un bautismo d e c o n ve r s i ó n No hay que detenerse mucho en las circunstancias y marco de este acontecimiento salvífico, como dónde tuvo lugar, cuándo, etc. Lo importante son los personajes y el por qué. Juan Bautista, que ya había “exultado de gozo” en el vientre de su madre durante la visita de María a su prima Isabel (Lc 1,41), mereció el elogio más grandilocuente de la boca de Jesús: “el mayor nacido entre los hijos de mujer” (Mt 11,11), aunque él mismo —que “no era la luz, sino que vino para dar testimonio de ella” (Jn 1,6-8)— reconocía que “ni siquiera era digno de inclinarse ante el que anunciaba para desatarle las correas de sus sandalias” (Mc 1,7). Había adquirido gran fama por su estilo de vida y por su predicación en el desierto de Judea, bautizando en las orillas del río Jordán, hasta el punto de llamar la atención del reyezuelo Herodes. Su bautismo no tenía nada que ver directamente con las abluciones judías que prescribía la Ley de Moisés: requería la previa confesión de los pecados y el cambio de vida (el “propósito de enmienda”, como decía nuestro antiguo catecismo): de hecho, los textos de Mateo (3,6) y Marcos (1,5) refieren expresamente que quienes querían bautizarse “confesaban sus pecados”, mientras el Bautista les exigía “dar digno fruto de conversión” (Mt 3,8; Lc 3,8), si bien San Mateo lo refiere a los fariseos y saduceos, mientras San Lucas a toda la gente. Más aún: San Marcos narra que era un “bautismo de conversión para el perdón de los pecados” (Mt 1,4) y San Lucas se explaya más detalladamente en qué consistía el cambio de vida, según los distintos grupos de gentes (ver Lc 3,10-14).

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Tampoco deberíamos pasar por alto el entrañable diálogo entre los dos Grandes: “Bautízame tú”, “No, no; eres tú el que me tiene que bautizar a mí”, “Deja que se cumpla la justicia”, etc., seguido de la voz de cielo que proclama “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mt 3,17), aunque sobre esta teofanía añadiremos algo más.

los pecados de Jesús Hecha esta primera breve exégesis sobre los textos, surge así la cuestión: Si el bautismo de Juan exigía la confesión de los pecados, ¿cuáles son, entonces, los pecados de Jesús, quien, a su vez, le sugiere al Bautista que deje que se haga justicia? ¿Qué “justicia”? En la mentalidad judía era la aceptación de la voluntad de Dios. Para entender la solución a esta pregunta, debemos remitirnos a la cruz y a la resurrección y poder así comprender lo ocurrido en el Jordán: Jesús carga con los pecados de la humanidad y acepta la crucifixión entrando en la voluntad del Padre, devolviéndonos a una nueva vida, un cambio de vida, como pedía el bautismo de Juan. Estos son “los pecados de Jesús” y esta es la conversión a una nueva vida, es decir, nuestra resurrección en la resurrección de Jesucristo es el “digno fruto de la conversión”.

S I E L BAU T I S M O D E J U A N EXIGÍ A L A CO NF ESI Ó N D E LO S P E C A D O S , ¿CU ÁL ES S O N, E N TO N C E S , LO S P E CA D O S DE J E SÚ S ?


No nos entretendremos en explicar cómo este acontecimiento implica el sello o refrendo divino para que el Mesías inicie, con autoridad, la misión encomendada por el Padre. En el Antiguo Testamento a los reyes y profetas se les ungía con óleo (evocación del Espíritu Santo) para comenzar sus funciones. Jesús queda ungido por el Espíritu Santo en forma de paloma (ver Mt 3,16), como más tarde ratifica él mismo en la sinagoga de Nazaret, evocando al profeta Isaías: “El Señor me ha ungido” (ver Is 61,1-2)…: “Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy” (Lc 4,22).

la cruz y la re s u r re c c i ó n ¿Dónde está la fuerza kerigmática del bautismo de Jesús? ¿Se trata de un simple hecho histórico como, por ejemplo, descubrir una placa que da el nombre de un personaje famoso a una calle? ¿Qué tengo yo que ver con el bautismo del Señor? Pues que Jesús, en concreto, está asumiendo tus pecados, los tuyos de cada día, los tuyos de ayer y anteayer, los de toda tu vida y los está lavando en el Jordán, como anticipo de la crucifixión, para darnos a luz a un hombre nuevo, que sale del agua, incorporándonos a su cruz y a su resurrección. Cuando el Padre le dice “Este es mi hijo”, está hablando también de ti, en quien se complace a pesar de ser tú como eres: ¿no es tiernamente sobrecogedor que Dios Padre te esté reconociendo ya como hijo suyo de sus entrañas?

El bautismo

de Jesús Jesús Esteban Barranco

Finísimo, por lo demás, el detalle de Jesús orando mientras Juan lo bautizaba (Lc 3,21): ¿a quién ora Jesús y qué pide? Es evidente que está diciéndole a su Padre que “se cumpla toda justicia”, que Él ha venido para cargar con nuestras miserias y que acepta convertirse en carne de pecado por nosotros, Él, que no tenía pecado; y ha impetrado del Padre su misericordia sobre nosotros, hasta el punto de que su Padre nos reconozca en Él como su único Hijo, “en quien me complazco”.

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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z

César Allende García Profesor de Religión, Licenciado en Filosofía

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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z

Empecemos por el final: “… y sucedió que, cuando Jesús dio fin a estos razonamientos, se pasmaban las turbas de su enseñanza, porque les instruía como quién tiene autoridad y no como sus escribas” (Mt 7,28-29). Estos dos versículos al final de una perícopa mucho más amplia, son anotaciones de un testigo ocular de dos hechos, sea cual fuere el modo y manera como le llegaran a Mateo: el primero es el haber oído con sus propios oídos la doctrina a que se refieren; el segundo haber visto con sus ojos propios cómo la gente quedaba pasmada al escucharla. También son una reflexión del tal testigo: esa instrucción le sale de dentro al Maestro, no es un externo recitar de argumentos aprendidos, como era el caso de sus gramáticos o escribidores. Todo el discurso de Jesús se extiende en los capítulos 5,1 a 7, 29, e incorpora doctrinas y enseñanzas de Jesús de índole distinta y provenientes de circunstancias diversas. Pero este discurso ¡sienta cátedra!

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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z La Palabra hace la sede y no la sede la palabra Cuando, viendo Jesús la muchedumbre que le seguía, sube al Monte y se sienta, la Cátedra de las cátedras queda creada; y el Monte entero se transforma en una Catedral: seguramente la primera de la historia, aunque ya Moisés debió tener también la suya, a tenor de aquello del mismo Maestro: “En la cátedra de Moisés se sentaron los escribas…; haced lo que os digan, mas no hagáis lo que ellos hacen”. La Ley, en cuanto tal, era la enseñanza, y su promulgación en el Sinaí confirió a este la categoría de lugar de asentamiento de la cátedra. Pero, no cabe duda, que la cátedra y catedral del Señor son mucho más excelentes que las mosaicas. Se ve muy claro en la Carta a los Hebreos. Todo el Monte cercano a Cafarnaún deviene, pues, silla de predicación e instrucción; el propio Jesús dirá después que hasta las piedras podrían hablar y dar voces, llegado el caso (Lc 19, 40). Magnífica catedral, única en su estilo: tiene por vidrieras el inmenso cielo azul de Galilea y por pórtico la ribera del Mar de Tiberiades.

QUEDARSE CON LA BOCA ABIERTA Y EL CORAZÓN DILATADO ES QUIZÁ LO QUE MATEO QUISO CONSIGNAR 38

Pero lo más importante es quien enseña: por él una simple piedra o silla alcanza una dignidad poco común. Habrá posiblemente catedráticos que estén convencidos de que sus palabras adquieren fuerza por la sinergia de sus argumentos y la singularidad de su púlpito. No es el caso del Maestro Jesús de Nazaret. En este caso, mas bien, la Palabra hace la sede y no la sede la palabra. Tal fue lo que dijo.

Dios, antes bien atribuyeron a “malas artes” las maravillas de Jesús. Como dice San Pablo, su entontecido corazón les impedía ver con claridad y embotaba su mente. La cardioesclerosis suele producir la muerte de la fe por colapso; la acogida de la palabra, empero, dilata las arterias por las que corre la vida y la gracia. Precisamente vino la Palabra al mundo para que tuviéramos vida y vida abundante.

Y ¿qué dijo?

Sí…, pero ¿qué dijo?

Asombra leer en Mateo el Dijo: “Oísteis que se dijo… efecto maravillador producido Pero Yo os digo”. en las gentes por lo que les haPero Yo os digo bló. Bien, pero ¿qué dijo? Ese efecto lo expresa el evangelista con un término que sólo es traducible perifrásticamente, alargando su significado para no perdernos los matices semánticos que nuestros “pasmar”, “asombrar”, “admirar”, etc. no aciertan a manifestar del todo. Podríamos decir que a aquellas gentes que tenían ya la orejas y los ojos abiertos se les “abrió también la boca” (cosa que podía verse a simple vista) y se les “esponjó el corazón” (cosa que se traducía en sus rostros y gestos). Así pues, quedarse con la boca abierta y el corazón dilatado es quizá lo que Mateo quiso consignar. En otros lugares del evangelio vemos que las gentes, ante los prodigios obrados por Jesús, bendecían a Dios, que tan gran poder ha otorgado a los hombres, mientras que los sabios y entendidos no glorificaron así a

En torno a este dicho procuraré agrupar en unidades significativas el Sermón del Monte, concediéndome cierto margen de maniobra al parcelar y ensamblar unos textos con otros, y al reflexionar sobre la instrucción del Señor. En esta primera catequesis la reflexión girará entorno al “Pero Yo os digo”.

TODA LA FUERZA Y GRANDEZA DE LA INSTRUCCIÓN DEL MONTE ESTRIBA EN EL PERSONAL “YO OS DIGO” FRENTE AL IMPERSONAL “SE DIJO”


s i h oy e s c u c h á i s s u vo z

De otra parte, la pretensión de contestar a la pregunta formulada antes es desmesuradamente grande: el mismísimo San Juan reconoce al final de su evangelio que ni en todos los libros del mundo cabrían los hechos y dichos de Jesús. Este Sermón del Monte es un manantial de inagotables reservas de sabiduría: cuanta más agua sacas, más grande se hace el manantial, porque más crece tu sed y la necesidad de aquella. Nos ocurre lo que a la samaritana y a sus convecinos.

Sabiduría de Dios; y en su pórtico hay un “Arco de Vida Eterna” de formidable fábrica, sostenido por cinco columnas macizas, y con una piedra en cuña, dovelada como sólo Dios sabe hacerlo: el perdón de la ofensa que provoca el homicidio (Mt 5,21), la pureza del corazón que corta el escándalo de la carne y lo arroja lejos (Mt 5,28), la propuesta del amor conyugal en la “unidad del principio” (Mt 5,32), la palabra en la Verdad consiste como el cielo y la tierra mismos (Mt 5,34), la sobreabunNo obstante, podemos intentarlo, con su dancia de la nueva justicia por encima del taayuda. Todo el discurso, recogido en Mt 5,1- lión (Mt 5,39); estas, las columnas; la dovela, 7,29, es una maravillosa iglesia catedral de la el amor al enemigo (Mt 5,44).

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s i h oy e s c u c h á i s s u vo z

Y el asombro empieza ya Visto el pórtico así, el arco ni es liso ni estático: impresiona en nuestros ojos un vaivén como el ir y venir del arado que maneja el labriego con su mano puesta en él y que, sin mirar para atrás, abre la tierra para la sementera. Va y viene el gesto del Señor y su Palabra deja el Monte a punto para el nuevo ciclo cosechero año. Nos podríamos preguntar cómo sería una tierra de labranza fecundada y madurada de este modo. ¿Cómo sería nuestro mundo si hiciéramos caso, individual y socialmente, a lo que Jesús dice sobre el homicidio, sobre la traición al amor conyugal, acerca del desgarro de lo que Dios un día unió como “orden” de ese amor, en cuanto al empeño de la palabra en su desempeño frente a la verdad sencilla y clara, con respecto al ajuste de cuentas —ni por más, ni por menos—, al que tan proclives somos; y, ante todo, por lo que mira al enemigo, al que no puede amar? Este decir del Señor ara, abre sembrados en terrenos éticamente tan duros que son imposibles humanamente: tan imposibles como necesarios y deseados. Hoy también (como tantas veces en la historia) se pretende reducir o constreñir la palabra de Jesús a un “–ismo” manejable y variable: los sistemas normativos son relativos por su misma condición y perfectamente consensuables a escala universal; basta crear los espacios correspondientes al diálogo racional y no excluyente. La confluencia de la Palabra con la Humanidad no soporta este reduccionismo. “…pero Yo os digo” es mucho más que una exhortación a hablar todos por turno, y va mucho más allá que las apremiantes necesidades generacionales del consenso. Su pretensión afecta al todo de la Historia y al entramado último de eso que llamamos Humanidad. Luego vendrá el diálogo en búsqueda del consenso, porque lo prioritario es concedido de gracia al ser humano, quiero decir a los hombres y mujeres concretos que viven el drama de la existencia en sus carnes, durante los días que caminan en esta tierra. Jesús ofrece una economía nueva, que lleva a plenitud la antigua, como la conjunción de tierra, agua, sol y tiempo dan al grano sembrado su debida plenitud en la espiga.

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De gracia cae la Palabra cual la lluvia tempranera y la serótina; hace la voluntad de Dios, y sólo entonces vuelve al cielo, para volver a llover… Dios habló de muchas maneras, aunque fragmentaria y provisionalmente, en los días pasados (ver Hb 1,1). Y sólo Dios puede hablar de nuevo y ahora para acrecentar su primera Palabra en esta Palabra definitiva y plena. Toda la fuerza y grandeza de la instrucción del Monte estriba en el personal “Yo os digo” frente al impersonal “se dijo”; sin detrimento, en modo alguno, de la personalísima intervención de Dios en Israel. Muy lejos de oponerse dos conceptos de Dios, es manifiesto que el asombro maravillado de la gente se produce en ella porque descubre que el Dios de los padres se hace presente en el carpintero de Nazaret, en el joven hijo de José y María. El asombro no conoce medida: ese carpintero joven es la juventud del Dios de Moisés, es la encarnación en ese momento (y en todos, claro, los momentos) del eterno Amor del Dios de siempre; se asombra la gente porque aprende que “antiguo” referido a Dios y a las promesas significa “de siempre y de hoy también”. La boca de Jesús les da la Palabra que su corazón (que nuestro corazón) necesita para ver al antiguo y siempre verdadero Dios en la novedad maravillosa del Maestro: ¡justo por eso es Maestro! Creo que este es el corazón del cristianismo: Dios ama a todos y cada uno de los hombres de una forma nueva para cada cual: de conformidad con sus peculiares necesidades de ser amado, porque la persona es esto: necesidad de ser amado singular y peculiarmente. La gente bajaba de la montaña diciendo: “Yahvé Dios a mí me quiere”.

CON EL ALIENTO DE SU BOCA, EL MISMO JESÚS QUE HABLA DESDE LOS PEÑASCOS DEL MONTE DE GALILEA, MATARÁ AL ENEMIGO ÚLTIMO


s i h oy e s c u c h á i s s u vo z Ya Oseas demostró que la salud del corazón depende de que tenga una Palabra reservada para él, en algún lugar del desierto. El Dios de Oseas muestra un lado débil, necesitado de que alguien precise de su Amor que pasa por encima de todo para musitarle quedamente oráculos de vida, designios de ternura y no de aflicción. La debilidad de Dios es que nos ama demasiado, que padece mal de amores y que, en el colmo de los colmos, nos manda a su Hijo querido con este recado: “Ve y diles”. Por eso, Jesús, que encuentra su diario alimento en hacer la voluntad de quien lo envió, viene y nos dice: “…Yo os digo: no mates, no adulteres, no te divorcies, no perjures, no ajustes cuentas ni por más ni por menos y, sobre todo, cree que puedes amar —en vez de odiar— a tu enemigo”. El drama del existir humano queda establecido definitivamente: la debilidad de Dios adquiere la fortaleza de la Cruz que no se resiste al mal: el pecado y la muerte se alean con la virtud y la vida; la cizaña crece en el mismo campo y entremezclada con el trigo bueno, el amor y el odio tejen los días de nuestra vida. Ahora bien, el Amor de Dios es igualmente justicia y lealtad: el príncipe de este mundo tiene los días contados, pesados y hallados faltos. Con el aliento de su boca, el mismo Jesús que habla desde los peñascos del Monte de Galilea, matará al enemigo último. Su aliento es salud para nosotros y muerte para el maligno y para la muerte misma.

LA DEBILIDAD DE DIOS ES QUE NOS AMA DEMASIADO, QUE PADECE MAL DE AMORES Desde su cátedra sobre la peña del Monte ve Jesús pasar el cielo y la tierra con sus bondades y males; lo que nosotros gozamos y sufrimos: sabemos que amar es lo bueno, y lo malo odiar. Por esta experiencia pasa todo ser humano. Nos consuela que las palabras del Señor no pasarán: quedaran grabadas en piedra, haciendo del Monte una Catedral de infinita belleza y eternidad, como la Sagrada Familia de Gaudí. Es sólo cuestión de tiempo, de dar un tiempo y otro tiempo y medio tiempo más… y la semilla alzará al cielo la grandeza de una espiga dorada. Una mujer escucha, y sus manos se estremecen cuando Él mueve las suyas y sus ojos ven a Adonai en los de su hijo; y su corazón se acompasa al latir del de Jesús. Por las palabras que oye, su memoria actualiza aquellas otras de Isaías que hablaban de ella y del nombre de “Dios con nosotros” para su primogénito (Is 7,14).

LA GENTE BAJABA DE LA MONTAÑA DICIENDO: “YAHVÉ DIOS A MÍ ME QUIERE” El primer corazón inundado de gracia y ternura por el Sermón del Monte es el de María. La Luz de las colinas cercanas a Cafarnaún se prende en sus ojos, ilumina su rostro y se posa quedamente en sus manos. Su divina feminidad y maternidad está henchida de dulzura para con nosotros que somos pecadores.

EL PRIMER CORAZÓN INUNDADO DE GRACIA Y TERNURA POR EL SERMÓN DEL MONTE ES EL DE MARÍA 41


fa m i l i a d e N a za re t

Sex o y amor

Juan José Guerrero Roiz de la Parra Coronel de Artillería, Diplomado de Estado Mayor

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f a m i l i a d e N a za ret

U

na form a que tienen los poderosos para someter a la gente,de man era que acepte los postulados que trata n de imponer,consiste en fac ilitarles la satisfacción de los deseos suscitados por sus bajas pasiones creando un clima social propicio para ello y legislando en consecuencia. Aquí también entran en juego las artes de la ingeniería soci al que manejan los conceptos para adaptarlos a sus intereses.Por eso se habla de “practicar el sexo” como si fuera un der echo,separando su dimension placentera de su capacidad reproductiva,has ta que se vea com o natural la búsqueda del placer a toda costa y la inhibición total de la posibil idad de dar origen a una nueva vida 43


fa m i l i a d e N a za re t Naturalmente todo está previsto: en caso de ocurrir lo indeseado e imprevisto, el camino al aborto está expedito. Y, antes, la facilidad con que se suministran toda clase de fármacos constituye un irresponsable atentado contra la salud pública, pues algunos se dispensan alegremente, sin previa experimentación farmacológica, y, los abortivos, sin alertar de sus posibles consecuencias para la salud de sus consumidoras o, incluso, ocultando la realidad cuando se conocen algunos efectos nocivos. Para hacer aún más asequible la práctica indiscriminada del sexo y eliminar cualquier connotación que no sea «políticamente correcta», se dulcifica la nomenclatura de lo que en román paladino se expresa con sonoros y, a veces, malsonantes vocablos, para sustituirlos por la cursi e inexacta expresión de «hacer el amor». Además, así se corrompe el sentido de la sublime palabra amor, confundiéndola con la búsqueda de un egoísmo feroz, que lo que menos tiene en cuenta es la donación total de sí mismo a la otra persona.

por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

La unión física de dos personas para realizar el acto sexual mediante la expresión «hacer el amor» es totalmente inexacta y aberrante. El amor es un bien espiritual que nada tiene que ver con la pasión sexual y mucho menos con la lascivia desbordada de unos cuerpos que se restriegan y se penetran ávidamente en busca de una sensación placentera tan intensa como efímera y, a veces, más efímera que intensa... En este caso, la soledad de dos egoísmos en contacto es la antítesis del amor. Otra cosa es que, entre dos personas que se aman, el deseo de donarse mutuamente, de compenetrarse hasta el fondo, las lleve a protagonizar una bella sinfonía, en la que, tras poner en armonía sus espíritus, sus cuerpos busquen completar esa totalidad de entrega a la que se sienten impelidos. Naturalmente, en este caso es imprescindible la apertura a la vida. De otra manera se incurre en una falsedad que denuncia el egoísmo, que, agazapado en el fondo del alma, sustituye al amor, escamoteando la plena donación y privando a sus protagonistas de la plenitud de su gozo por ser falsa su mutua entrega. El sexo, roto en su unidad placentera y procreadora, se corrompe y degenera al no ajustarse su práctica a los planes establecidos por Dios, es decir, al no estar dedicado a sublimar el amor de una pareja unida para siempre con proyecto de procreación. Al practicarse mal, no satisface plenamente, desemboca en hastío con la repetición de actos rutinarios y provoca una necesidad de exóticos contactos, que tampoco llenarán a los que tales cosas practiquen. Con ello, se seguirá cayendo en nuevas y más degradadas experiencias hasta límites alucinantes de perversión, con los que tampoco sus practicantes hallarán compañía, consuelo ni paz.

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ESTAMOS HECHOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE UN DIOS QUE ES AMOR; NADIE PUEDE VIVIR SIN AMAR NI SIN SER AMADO


f a m i l i a d e N a za ret LAS NUEVAS INGENIERÍAS SOCIALES BUSCAN QUE CADA PERSONA SE DEDIQUE NADA MÁS QUE A LOGRAR SU PROPIA SATISFACCIÓN

Nada de esto importa a los artífices de las ingenierías sociales, pues el proceso degenerativo de la sociedad dura muchos años y, mientras tanto, ellos van logrando sus objetivos: disminuye la procreación, los negocios relacionados con el sexo se multiplican y las ganancias se disparan. Por eso es indiferente que se bestialice la inteligencia de quienes se engolfan en sus egoísmos hedonistas, poco importa que pierdan el sentido crítico y no piensen más que en aumentar el propio placer. Los que manejan esta estrategia consideran preferible para sus planes este embrutecimiento generalizado, pues les viene muy bien que cada persona, dedicada nada más que a buscar su propia satisfacción, se niegue a pensar y se abandone en manos de la opinión mayoritaria. De esta manera, se facilita la adhesión a lo que impone quien manda, y, poco a poco, cada votante se va convirtiendo en un fiel y adicto seguidor de quienes le han facilitado el camino de su destrucción.

amor oblativo: corazón y voluntad

El amor es un sentimiento genuinamente humano que en última instancia proviene de Dios. Éste, por pura misericordia suya, ha hecho partícipes a las personas de tan noble y pura emoción. La importancia que tiene para el hombre es tal que en él está la clave de su felicidad. Nadie puede vivir sin amor y la gran tragedia humana estriba en que se busca la felicidad en la posesión del otro, en el ser alguien importante, en acaparar bienes —cuantos más mejor—, en lugar de ir a la fuente donde se encuentra realmente ese escurridizo y ansiado estado de ánimo: en la donación al otro por amor. Todos los hombres han sido creados con capacidad para amar y con un inmenso deseo de ser amados, pues así lo ha querido Dios al hacerlos a su imagen y semejanza. No ha de olvidarse que, fundamentalmente, Dios es amor. Una cosa es el amor que tiene Dios, un amor absoluto, infinito, sin un ápice de egoísmo, incondicional, perfecto, y otra cosa es el amor humano. Éste, si es amor y no un sucedáneo más o menos adulterado, participa de la excelencia del amor de Dios y tiene diversos grados de intensidad y diferentes formas de expresión: El amor que una madre profesa a su hijo, el amor conyugal, el amor entre amigos y el amor a Dios son formas muy distintas de plasmar un mismo sentimiento. Lo mismo ocurre con el amor a la patria, a la profesión, a los recuerdos, etc. Pero lo que es inadmisible es el empleo del término amor para tratar de enmascarar el verdadero sentido de otros conceptos a fin de corromper la moral de las gentes. Tales son los casos de llamar amor a las más burdas y desenfrenadas pasiones sexuales, pues una cosa es que el sexo esté presente en dosis considerables en el amor conyugal y otra que al egoísmo de un disfrute pasional, sin otro ingrediente que sexo desbocado, se pueda aplicar el apelativo de amor.

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fa m i l i a d e N a za re t De forma general se puede hablar de amor a Dios, amor al prójimo y de amor a las cosas. En el acto de amar, además del corazón, entran la inteligencia y la voluntad, mediante las cuales se puede hacer crecer el sentimiento y fortalecerlo. Por eso carece de fundamento argumentar la necesidad de una separación matrimonial por el hecho de que «ya no estoy enamorado». Aquí, la voluntad ha ido en pos de otro objeto de deseo, abandonando al cónyuge sin oponer la menor resistencia al capricho que se ha cruzado entre los esposos.

tu felicidad es mi felicidad

En cada persona hay una doble tendencia: por una parte todo ser desea ser amado para compensar sus carencias y deficiencias; necesita de otro que le complemente, que lo haga sentirse alguien, que le muestre que cuenta para los demás. Por otro lado, necesita amar, darse a los otros, salir de sí mismo y realizarse en la donación. Pero en la naturaleza humana, trastocada por el pecado, ha aparecido el egoísmo, acaparador sentimiento que todo lo quiere para sí, opuesto al amor, a la donación, indiferente al bien del otro. Este cáncer está siempre presente en cada individuo y se mezcla en mayor o menor proporción con el sentimiento del amor, creando tensiones y malestar en situaciones muy diversas, que suelen ocultársele a quien las padece. Así, cuando una persona se cree que ama muchísimo y, en su interior, al noble sentimiento de donación al otro se une un ansia posesiva que se resiste a toda separación, a toda ausencia del ser amado, lo que está haciendo es amarse a sí mismo, poner en juego su egoísmo y dificultar que el ser amado se mueva con total libertad en su angustiado corazón. Esta actitud provoca el rechazo del ser amado hacia su posesivo amante, es fuente de celos, de suspicacias y de dolorosas rupturas.

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El amor humano no puede ser absolutamente puro, puesto que el hombre es imperfecto. Por eso, cuando alguien muestra un amor de una pureza que sobrepasa las fuerzas humanas, ahí se está dando la presencia de Dios, que, mediante la efusión de su Espíritu, capacita al hombre para amar a semejanza de su Creador y sin esfuerzo. Este es el amor que manifiesta en cada generación a Jesucristo y la salvación que trae para todos los hombres. Un verdadero amor debe tender a este modelo de perfección. Ahí es donde la inteligencia y la voluntad tienen una buena oportunidad para intervenir. Como puede deducirse de lo que se lleva dicho, en esencia, el amor consiste en una donación incondicional del yo al ser amado: es una entrega de uno mismo a la persona amada; no se da solamente lo relativo a su tiempo y a sus bienes, sino que la entrega es de toda la persona, en bloque, aunque eso suponga en muchas ocasiones un gran sacrificio. Se da sin parar mientes en ello, con el único objetivo de hacer bien al amado. No hay que esperar ni siquiera un mínimo de reconocimiento por parte de nadie, ni ser valorado o comprendido. En la medida en que esto no sea así, se va sustituyendo el amor por el egoísmo. Cuando una persona ama, encuentra su propia satisfacción en la alegría que Dios pone en su corazón y esto, produce una satisfacción tal que sobra cualquier otra valoración o aprobación.

CUANDO UNA PERSONA AMA, SU ÚNICO OBJETIVO ES HACER BIEN AL AMADO, SIN ESPERAR SER RECONOCIDO, VALORADO O COMPRENDIDO, YA QUE ENCUENTRA SU PROPIA SATISFACCIÓN EN LA ALEGRÍA QUE DIOS PONE EN SU CORAZÓN


f a m i l i a d e N a za ret «El amor, según San Pablo, es paciente, es servicial, no es envidioso, no se jacta, no se engríe, es decoroso, no busca su interés, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra con la injusticia, se alegra con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, soporta todo. El amor no acaba nunca» (1Co 13,4-8). Cuando se ama, no hay que vivir con un anhelo desmesurado de tener a la persona amada físicamente presente, pues eso es egoísmo. De la persona amada se sabe gozar con su presencia y, también, cuando está ausente. En este caso se disfruta rememorando la música que dejó en el espíritu del que ama, las veces que estuvieron juntos. Se recuerdan con alegría los momentos vividos en su compañía, se sabe que volverá libremente, sin coacción, en cuanto le sea posible, se prepara con ilusión la nueva acogida que ha de dispensársela… Todo eso y mucho más llena el corazón y hace plena la vida de quien verdaderamente ama. Llegar a esta perfección en el amor sólo es posible si Dios, por pura gracia, concede este don. Lo normal consiste en que el amor, tal como puede otorgarlo el hombre, vaya mezclado con una dosis de egoísmo, producto de la naturaleza humana caída. En muchas ocasiones se habla de amor cuando lo que debería decirse es sexo, egoísmo, amistad o, a lo sumo, enamoramiento. Todo esto son cosas distintas, que, excepto el egoísmo que combate al amor, pueden coexistir con el amor, aunque no siempre.

EN EL AMOR ENTRAN, LA INTELIGENCIA Y LA VOLUNTAD, QUE LO HACEN CRECER Y FORTALECER. DE AHÍ QUE CAREZCA DE FUNDAMENTO JUSTIFICAR EL DIVORCIO DICIENDO «YA NO ESTOY ENAMORADO»

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ra z ó n c re a d o ra

Madres que no quieren ser abuelas

Carmina García-Valdés Directora General de la Fundación RedMadre

Siempre se ha dicho que los hijos tendrían que venir con un manual de instrucciones, porque a los padres nos resulta difícil realizar esa maravillosa labor. Aprendemos sobre la marcha, con dificultades y equivocaciones a veces, pero siempre con una gran ilusión, con entrega, espíritu de sacrificio y mucha paciencia. Algo así ocurre con los nietos, porque aprender a ser abuelos también requiere su tiempo y su esfuerzo. Aunque el orden natural nos prepara para ello casi sin darnos cuenta, si ese orden se altera y nos convierte en abuelos antes de lo previsto, la cosa se complica. M UC HA S M A DR E S QU E N O Q UI ER E N S E R A B U EL A S , O B L I G A N A S U S H I JA S A D O L E S C E N T E S A A B O R TA R , C AU S A N D O L A M U E R T E D E S U P R O P I O N I E TO Y U N T R AU M A E N S U H I J A PA R A TO D A L A V I DA Eso está ocurriendo en muchas ocasiones hoy en día: son aquellos padres jóvenes que han de asumir su papel de abuelos cuando sus hijos o hijas adolescentes les anuncian la llegada de un nuevo miembro a la familia. Y es difícil asumirlo, lo sabemos. La mayoría de las adolescentes que quedan embarazadas antes de tiempo temen contárselo a sus padres, porque saben el gran disgusto que les van a causar. Algunas incluso nos dicen: “Me van a matar cuando se enteren”. Es lógico que sus padres, sobre todo sus madres, se enfaden, se preocupen por ese embarazo imprevisto en su hija cuando todavía está en el Instituto, cuando tienen un montón de planes para ella, que se van a ver truncados por ese embarazo con el que no contaban. Pero lo que muchas madres de adolescentes no entienden, o no quieren entender, es que el hijo que sus hijas están gestando, es su nieto o nieta. Y lo es desde el mismo momento de ser concebido: ésa es la realidad.

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Muchas madres, que no quieren ser abuelas, obligan a sus hijas adolescentes a abortar, causando la muerte de su propio nieto, y en su hija un trauma que la dañará el resto de su vida. Esas madres, que se niegan a ser abuelas, sufrirán también por la muerte de ese niño que no llega a nacer, la relación con su hija ya nunca será la misma, siempre existirá entre ellas el dolor por la pérdida del hijo y del nieto. L A MAD RE DE L CHI CO NO PUEDE DESE NTENDERS E D E L E M BA R A Z O PO RQUE LA R E A L I DA D E S TA JA N T E : S U H I J O E S PA D R E D E E S E BE BÉ Y E LLA E S SU ABUE LA Y lo mismo ocurre con la madre del chico que ha dejado embarazada a la chica; también es la abuela de ese niño que se está gestando. No puede desentenderse del embarazo, no puede alegar que ése no es su problema, ni siquiera cuando la relación de ambos no sea estable, porque la realidad es tajante: su hijo es padre de ese bebé y ella es su abuela. Es un papel más difícil seguramente, pero ser abuelos no es algo que podamos planear, ni tampoco eludir. Y es posible asumirlo, aunque sea de forma prematura, porque muchas madres lo están haciendo, están siendo abuelas como Dios manda, ayudando a sus hijas en su embarazo y en el cuidado de ese nieto que llega siempre para bendecir un hogar, para dar vida a una familia. Su hija adolescente se puede convertir en una gran madre y esa madre en una gran abuela, como también lo comprobamos cada día. Desde aquí queremos dar la enhorabuena a esas madresabuelas que jamás se arrepentirán de dar la bienvenida a su nieto y de ayudar a sus hijas a ser madres también.



ra z ó n c re a d o ra

Sobre la polémica del preservativo y el Papa José María Pardo Sáenz Profesor de la Facultad de Teología. Universidad de Navarra

as palabras del Papa Benedicto XVI acerca del uso del preservativo confirman la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad humana. Nunca se puede hacer un mal para conseguir un bien, por muy pequeño que sea el mal que se hace y muy grande el bien que con ello se busca.

L

Pongo un ejemplo sencillo para clarificar lo anterior. Imaginemos que una persona se dirige a robar un banco y para ello lleva una ametralladora. Por el camino, grita: “¡Voy a atracar el banco; mataré a todo aquel que intente disuadirme!”. Si yo me encontrara frente a él, le contestaría: “Ya que piensa asaltarlo, al menos no asesine a nadie”. Traslademos esta historia a nuestro caso. Una mujer o un hombre ejercen la prostitución. Sin duda, lo mejor sería que no lo hicieran. Pero si la van a realizar, se les puede aconsejar que, ya que están resueltos a practicarla, al menos se protejan para no infecEn algunos casos, el mal —que no se quiere— se puede tar con alguna enfermedad a un tolerar para evitar un mal mayor. Para actuar de esta tercero. manera, debe existir una causa proporcionada (entre el mal que se tolera y aquel que se quiere evitar). En la Con todo esto quiero recalcar que prostitución, dado que existe un riesgo grave de trans- las palabras del Papa en ningún misión del sida, y quien la lleva a cabo está decidido a caso están afirmando que el uso ejercer esa actividad sexual, resulta menos malo utilizar del preservativo sea moralmente lícito (bueno). el preservativo que no usarlo.

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ra z ó n c re a d o ra

Iglesia

y

Año

de la Biodiversidad

2 010

Alfonso V. Carrascosa Doctor en Ciencias Biológicas, Científico del CSIC

fue declarado por la ONU Año de la Biodiversidad, con el propósito de llamar la atención de la humanidad sobre el bien común de la vida natural y la necesidad de su conservación para futuras generaciones. La biodiversidad o diversidad biológica resulta una faceta de la realidad material realmente sorprendente. En la actualidad es objeto de estudio, existiendo expresiones matemáticas para su cuantificación 51


ra z ó n c re a d o ra Los científicos estiman que no se conoce ni la cuarta parte de las especies existentes: todos los años son descritas más de 10.000 nuevas. El mundo microbiano es el más desconocido de todos, y el porcentaje de especies ignoradas se cree que es superior al 90%. Solamente en el cuerpo humano hay más de un kilo de microbios repartidos sobre la piel y en el tubo digestivo. A pesar de ello, se tiene constancia de que también están desapareciendo seres vivos tal vez a un ritmo superior al habitual y probablemente como consecuencia de la actividad humana.

“ tod o f u e c re a d o p or É l y p a ra É l , y to d o s e m a nt i e n e en É l ” LA H O S T I L I DA D EN TRE EL H OMB RE Y E L ME DIO A MB IE NTE COMO CO N SECU ENC IA DE SU RUP TURA CON DI OS T RA S EL PECAD O OR I GI NA L D E S A PA R E C E CON NOÉ , C O N V E RT I D O EN EL G AR A NTE DE LA B I O D I V E R S I DA D

Benedicto XVI tan pronto como en el día de año nuevo hacía claras alusiones a problemas como el cambio climático, la desertificación, e incluso la pérdida de la biodiversidad en su discurso “Si quieres promover la paz protege la creación”, situando de manera profética en el corazón del hombre, herido por el pecado, el origen de tales fenómenos. Y es que con un rotundo “maldito sea el suelo por tu causa” (Gn 3,17), se presenta en los orígenes la hostilidad que aparece entre el ser humano y el medio ambiente consecuencia de la ruptura del hombre con Dios. Pero pronto la vida del hombre y la biodiversidad pasan a tener un destino común al invitar Dios a Noé a subir al arca una pareja de cada especie viviente, convirtiéndolo así en el garante de la biodiversidad (Gn 6,20). De gran belleza son los párrafos que le dedica el libro de la Sabiduría a la relación del hombre con el medio ambiente a lo largo del Éxodo: “Entonces les proporcionaste una columna de fuego que los guiara en el viaje desconocido y un sol inofensivo para sus andanzas gloriosas… porque toda la Creación, cumpliendo tus órdenes, fue configurada de nuevo en su naturaleza para guardar incólumes a tus siervos… la tierra firme emergiendo donde había antes agua… por allí pasaron en formación compacta los que iban protegidos por tu mano presenciando prodigios asombrosos” (Sb 18,1-19,9). El pueblo de Israel al caer en la idolatría es reprobado por los profetas, que manifiestan en su predicación cómo la naturaleza sufre nuevamente las consecuencias de sus pecados: “Por eso la tierra está en duelo, y se marchita cuanto en ella habita” (Os 4,3) o “es porque mi pueblo es necio…por eso ha de enlutarse la tierra y se oscurecerán los cielos de arriba” (Jr 4,28). Dios, tras haber ligado el destino del Universo, de la naturaleza, de la biodiversidad, al destino del hombre, tiene un designio amoroso sobre ambos. La nueva creación ha comenzado en Pentecostés, y se actualiza con la nueva evangelización.

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ra z ó n c re a d o ra Los iconos de Pentecostés lo representan. En un arco inferior, encerrado y sujetando un cinturón con 12 rollos se sitúa un hombre coronado, el Cosmos, “pues la ansiosa espera de la Creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios…en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción, para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la Creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto” (Rm 8,19-23). Un segundo arco superior representa el colegio apostólico con la Virgen María, la Nueva Creación que comienza ya aquí, porque “esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva, en los que habite la justicia” (2P 3,13). La predicación de la Buena Nueva permite al hombre reconciliarse con su Dios en Cristo Jesús, y así con la naturaleza, para respetar profundamente como obra de Dios la biodiversidad, “reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando mediante la sangre de su cruz lo que hay en la tierra y en los cielos” (Col 1,20), ya que “todo fue creado por Él y para Él, y todo se mantiene en Él” (Ef 1,10). A lo largo de la Revelación se presenta el sentido de la biodiversidad: es una revelación de Dios Trinidad, diverso pero unido, una imagen de lo cual son los seres vivos, que no obstante su diversidad crecen y se multiplican.

conocer es amar Pero si fascinante resulta la Revelación y el Magisterio de la Iglesia, no lo es menos poder contemplar científicos españoles del siglo XX que han contribuido al estudio de la biodiversidad a un muy alto nivel, y que además han profesado la fe católica. Félix Rodríguez de la Fuente, que hace treinta años que nos dejó, fue el mayor divulgador de la biodiversidad que haya nacido en suelo español. Su facilidad oratoria y el haber abandonado una vida fácil como dentista por su pasión, la cetrería, terminó llevándole entre otras cosas por su dotes oratorias, a la divulgación radiotelevisiva de las ciencias naturales, lo que indirectamente provocó, no lo olvidemos en plena dictadura, la derogación de la ley de persecución de aves rapaces, lobos, alimañas por enemigas de la caza. De formación católica, muy religioso aunque probablemente no fuera el guardián de la ortodoxia, antiabortista, convencido de que conocer es amar, acostumbraba a decir cosas tales como las siguientes: “Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca… Viendo la naturaleza y el maravilloso equilibrio ecológico de la naturaleza, es imposible no creer en Dios, todo en la naturaleza habla de su obra creadora… mi amor a los animales es como el de san Francisco de Asís… crear sólo Dios puede hacerlo”.

PARA F. RODRÍGUEZ DE LA FUENTE, EL MAYOR DIVULGADOR ESPAÑOL DE LA BIODIVERSIDAD, “DIOS PERDONA SIEMPRE, EL HOMBRE A VECES, LA NATURALEZA NUNCA… VIENDO LA NATURALEZA Y SU MARAVILLOSO EQUILIBRIO ECOLÓGICO, ES IMPOSIBLE NO CREER EN DIOS”

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ra z ó n c re a d o ra El Padre Gómez Oña, que le casó por la Iglesia, comentó que le dijo: “Yo soy creyente, y voy tras las huellas de Dios”. Preguntado sobre su fe y si creía en Dios contestaba: “Profundamente, pretendo vivir en el seno de Dios que es inconmensurable… Dios ha puesto los animales a nuestro cuidado… doy gracias a Dios por haber creado el mundo… Dios nos puso en esta maravillosa nave sideral que es la tierra”…

misterio p e ro n o e n g a ñ o De otra parte está el discreto Ramón Margalef (19192004), que fue, además del primer catedrático de ecología español, el científico de esta especialidad más importante de la historia de España. Discreto porque algunos de sus más allegados discípulos confesaron tras su fallecimiento desconocer en absoluto su fe. Tal vez el ambiente científico que le tocó vivir, que era voraz frente a manifestaciones religiosas de cualquier tipo — no olvidemos que el Premio Nobel Alexis Carrel se vio forzado a abandonar la universidad por confesar que creía en los milagros de Lourdes— le llevó al silencio.

MAR GA LEF A F I R M Ó : “ LO S CIENTÍF ICOS CREEMOS MÁS F ÁC ILMEN TE E N D IO S Q UE LO S I N T E L E T UA L E S E S P E C U L AT IVO S, COMO DECÍA EINSTEIN, DIOS ES M I S T E R I O S O, PERO NO E N G A Ñ A N U N C A” 54

No obstante el Padre J. Ynaraja, que conoció a Margalef en los años sesenta y mantuvo su amistad hasta su muerte, aportó datos esclarecedores sobre la fe del científico, que —decía— se sentía sumergido en un cosmos bien proyectado, preparado para superar cualquier intento de destrucción. Comentaba que a Margalef le encantaba la sabiduría de los libros sapienciales, especialmente el de Job, hasta el punto de releerlos con asiduidad. Uno de los cuatro hijos de Margalef recordaba que su padre le regaló a su madre María Mir, de novios, “La imitación de Jesucristo”, de Tomás Kempis, uno de sus libros favoritos. Un día en un encuentro juvenil, preguntado por su fe contestaba: “Los científicos creemos más fácilmente en Dios que los intelectuales especulativos… Como decía Einstein, Dios es misterioso, pero no engaña nunca”. A la luz de su religiosidad y de su interés por los principios unificadores, expresado en sus artículos, podría pensarse tras su muerte que ciertas declaraciones de Margalef tuvieron un significado espiritual, como por ejemplo, la siguiente: “Personalmente creo que aceptar con reconocimiento el don de la naturaleza que se nos ofrece, nos debe predisponer a recibir el don, también gratuito, de la paz”, frase que tanto recuerda la espiritualidad de san Francisco de Asís, precisamente patrón de los ecólogos.


ra z ó n c re a d o ra Dice el Padre J. Ynaraja que se reía de los vaticinios apocalípticos de unos y de los pánicos de algunos estudiosos en ecología, algo tan próximo al Magisterio de la Iglesia actual que llega a advertir de las idolatrías ecologistas que niegan a Dios y promueven el aborto. Los franciscanos de Asís le otorgaron el premio internacional “Cantico delle Creature”. El también católico y científico vivo, Pedro Monserrat, comentaba que Margalef estaba enamorado de su trabajo, y lo vivía como una vocación apasionante, “porque entendía la vida como un don de Dios”. Precisamente tal vez por esta razón creía que su aportación a la ciencia no era extraordinaria porque “sentía que cumplía su deber y devolvía agradecido el don de la vida que había recibido”.

la vida como don Próximo a su muerte, afirmaba sentirse amortizado, haciendo referencia a la parábola de los talentos. Margalef recibió multitud de premios y distinciones tanto nacionales como internacionales, de entre las que cabe destacar el Premio AG Huntsman d’Oceanografía Biológica (Canadá, 1980) —el Nobel en Ciencias del Mar—, el premio Santiago Ramón y Cajal del Ministerio de Educación y Ciencia (1984) y el Premio Humbolt (Alemania, 1990), siendo además Doctor “Honoris Causa” por las universidades de Laval, Aix-Marseille y el Institut Químic de Sarrià. Margalef dijo: “La ecología demanda que miremos a la naturaleza una y otra vez con ojos de niño, y no hay nada más opuesto a los ojos de un niño que un pedante”. Congruentemente con su fe y su visión del cosmos, cuando supo que su enfermedad era irreversible no aceptó ningún tratamiento agresivo para alargar su vida, como haría Juan Pablo II. En sus notas autobiográficas va a escribir: “La misma caducidad de la vida individual no hace indispensable amoldarse a las novedades que llevan los tiem-

pos que corren y permiten contemplar con una paz de raíz metafísica quizá la manera como uno puede aproximarse a la muerte, no con ira, sino con la satisfacción de haber disfrutado de un episodio universal apasionante”. Cuando sintió cercana la propia muerte, se emocionó tanto que lloró dando gracias a Dios por la vida vivida. Se despidió serenamente de todos sus familiares y les pidió que rezasen por él. Llamó al Padre J. Ynaraja el día antes de morir, le pidió la Unción de enfermos, algo que el Padre comentó nunca antes le había ocurrido, quedando impresionado por su serenidad frente al trance. A su mujer María Mir le dijo que pronto se volverían a ver, la cual murió una semana después. Poco antes de morir, Margalef decía que la ecología debería de ser un conocimiento profundo de la tierra y una toma de conciencia de la capacidad del hombre: “Si Dios nos ha puesto aquí en la Tierra, tenemos derecho a manejarla; pero hemos de hacerlo con una pizca de sentido común. Todos estos aspectos no están en el discurso ecológico habitual”. Preguntado sobre las soluciones posibles a la crisis ecológica global, respondía: “Un cierto éxito, o al menos una cierta paz interior en relación a estos problemas, pide ver la naturaleza con reverencia o con espíritu religioso… Esta actitud debe ser la base de una ética de conservación que mueva a la gente”. En resumen, la relación de la Iglesia con la biodiversidad va más allá de una mera elucubración mental, y nos debe servir para admitir la admirable coincidencia entre fe y razón, entre ciencia y religión, que tan difícil es de reconocer en España en estos tiempos, donde se vive un ambiente anticlerical y antieclesial superior al de las naciones que nos rodean, en palabras del propio Benedicto XVI recientemente pronunciadas en su viaje a España para clausurar el Año Santo Jacobeo y consagrar la Basílica de la Sagrada Familia. A día de hoy el hombre sigue poniendo nombre a los animales.

BIBLIOGRAFÍA Pou, M. (2008), “La conciencia planetaria de Félix Rodríguez de la Fuente”, Ed. Rueda. Ynaraja, P. J. (2004), “A propòsit de Ramon Margalef”, en “Catalunya Cristiana” n.º 1291, 17-6-2004, p. 12.

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ra z ó n c re a d o ra

El Dios que

la ciencia

no puede

atrapar Pedro Juan Viladrich Catedrático de Universidad y Vicepresidente del Grupo Intereconomía

ada poco, algún astrónomo nos asegura, escudriñando las grandes magnitu-

C

des, que no encuentra a Dios en el “big bang” del universo, ni en lugar alguno de su incalculable expansión, salvo alguna ley física, como la gravitatoria, la cual existe por azar o por necesidad. Y, en el ínterin, algún físico subatómico, tras rebuscar en las mínimas magnitudes, nos afirma que no existe Dios porque tampoco está allí donde ya no queda sino lo definitivamente minúsculo, ambiguo y caprichoso: ora longitud de onda, ora cierta consistencia, ora al azar, ora por necesidad.

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ra z ó n c re a d o ra Me deja perplejo este discurso científico. Parece dar por supuesto —como un dogma infalible— que la manera de seccionar, de toda la realidad existente, aquella que se deja atrapar por la verificación empírica es la única forma de conocer y, además, todo lo que existe. Mucha pretensión es esa. Es como si, por aplicar a la Pietà o a Las Meninas todos los más avanzados instrumentos que poseen las modernas ciencias empíricas, consiguiéramos localizar y atrapar dentro de la escultura o del lienzo al íntimo Miguel Ángel y al completo Velázquez. El autor no está encerrado dentro de su obra como la última muñeca de una “matrioska”. La obra no es la cárcel del autor. Entre el autor y su obra siempre media una distancia irreductible —y una libertad del creador— por la sencilla razón de ser ambos de naturaleza sustancialmente diversa. Si uno quiere conocer a fondo a su madre o a su amada, por ejemplo, hará bien en considerar que los datos de un análisis hematológico, de un escáner o de un tac, aun siendo exactos, no le desvelan ni lo más profundo ni lo más importante de esos seres queridos. Porque el amar es otra forma de conocer y mucho más profunda, por cierto. Quien ama lo sabe sin leer a Max Scheler. Resulta un descubrimiento muy antiguo — sobre 2500 años— que el discurso intelectual, que concatena sus pasos mediante la verificación empírica, no es el único modo de conocer y que, sobre ciertas realidades —como la intimidad del hombre o el sentido de su existencia— ni siquiera es el más profundo. Está en nuestros primeros clásicos, por ejemplo en el Fedón de Platón. Allí se cuenta una entrañable anécdota, de Sócrates. Parece ser que, siendo joven, decepcionado de tanto charlatán sofista, andaba buscando un maestro que con rigor pudiera enseñarle la verdadera causa de las cosas.

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ra z ó n c re a d o ra Oyó hablar de que un tal Anaxágoras afirmaba saber “lo que pone todo en orden y la causa de todas las cosas” y se hizo seguidor suyo. Gran decepción. Anaxágoras era sólo un empírico. Que las causas de cada uno de los actos que realizo — gruñía Sócrates— tenga por explicación final “que mi cuerpo se compone de huesos y tendones, que los huesos son duros y tienen articulaciones…, en tanto los tendones tienen la facultad de ponerse en tensión o relajarse… y que el balancearse de los huesos en sus coyunturas, los tendones con su relajamiento y su tensión hacen que sea capaz de doblar los miembros y que ésta es la causa de estar aquí sentado” le pareció a nuestro Sócrates un ejemplo de pedante ceguera. Es una potencia espiritual, “una fuerza divina”, añade literalmente, la que me permite gobernar huesos y tendones de mi cuerpo para sentarlo como se debe con mis amigos.

la realidad. Esa pretensión no es empírica ni científica, precisamente, sino filosófica y, dentro de ésta, se parece demasiado al materialismo puro y duro. Resulta, por ejemplo, chocante que ciertos neurólogos nieguen la existencia del alma espiritual de la persona humana por la razón de que no la encuentran dentro del cerebro, pese a los enormes avances en el conocimiento actual de este órgano. Si la localizasen y la atrapasen…, dirían que no es alma pues sería material. Esta contradicción no muestra la existencia del alma. Lo único que demuestra es que, en caso de existir un alma espiritual, la experimentación empírica sobre nuestra materia neurológica no es método que sirva para cazar el alma. Y algo parecido ocurre con la controversia sobre la existencia de Dios. ¿De veras podemos suponer que el método científico es, de suyo, capaz de atraparlo? Porque si no puede atraparlo, tampoco puede ni afirmarlo ni negarlo con aquella certeza “científica” propia de las cosas que son materiales y experimentables, localizables y mensurables.

Es —concluye Sócrates— “el bien y lo debido lo que verdaderamente ata y sostiene todas las cosas”. La lección es que la amistad y sus actos —como sentarse a charlar con los amigos— no tiene por causa explicativa final una descripción anatómica, la descripción empírica de cómo se articulan huesos y tendones. De la misma forma que el amor humano, que usa de todo nuestro cuerpo para conmoverse y manifestarse, no es en su esencia y en su integridad un simple chute de neurotransmisores, un cóctel bioquímico mi. . . S O B R E tad azar mitad necesidad. Ni L A E X I S T E N C I A los que lo sostienen en la teoD E D I O S . ría, aceptan en la vida real ser ¿ D E V E R A S amados de esa guisa. Ni nunca les será posible fabricar verdaP O D E M O S dero amor con la ingesta de S U P O N E R Q U E cuatro píldoras. Me temo que E L M É T O D O algunos científicos actuales, C I E N T Í F I C O E S , dada la complejidad de las actuales especialidades, no han D E S U Y O , C A PA Z tenido tiempo para darse una D E AT R A PA R L O ? vuelta por los clásicos en hu- Ahora resulta que el universo es demasiado colosal para haP O R Q U E S I manidades. ber sido creado y, en conseN O P U E D E El problema del método em- cuencia, resulta más a la meAT R A PA R L O , pírico no es la reducción del dida de la mente humana TA M P O C O objeto observado a experien- suponerlo fruto del azar y la cia sensible, sino la pretensión necesidad. Podría estar de P U E D E de que el conocimiento resul- acuerdo si me interesase un N I A F I R M A R L O tante es el único conocer po- dios fabricado por el hombre N I N E G A R L O . . . sible de la verdad y sobre toda a su medida.

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La

tendenciosa asociación e n t re

r e l i g iyó n violencia

Ángel Barahona Doctor en Filosofía

¿ Q u i é n p o d r í a n o d a rs e c uenta de que de sde los medios de comunicación y desde l o s g o b i e r n o s s e t ra n s m i t e u n a c l a ra i n t e n c i ó n d e e q u i p a ra r t o d a s l a s r e l i g i o n e s, d e a s o c i a r l a v i o l e n c i a c o n l o re l i g i o s o , y s e a p r ove c h a c u a l q u i e r o p o r t u n i d a d p a ra v i l i p e n d i a r a l a re l i g i ó n c o m o a l g o d el p as ado , a nt i so cia l, a n t i p ro g re s o , et c ?

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s of i s m a s

Se aprovecha que la violencia está de moda. Los “lobbies” feministas, porque en su calidad de víctimas añejas, pueden ahora esgrimir argumentos en contra de las tradiciones patriarcalistas o machistas; los lobbies gays esgrimen su historia de opresión y persecución sufridas antaño para legitimarse en perseguidores; los anticatólicos sacan a relucir los tópicos de la historia de la Iglesia para constituirse en jueces y encontrar un sentido a la vida en la culpabilización de los miembros de la Iglesia corrompidos por el pecado; los antisistemas porque cualquier excusa es buena para la gresca; y los terroristas porque cualquier causa es la suya con tal de oír el dulce sonido de las bombas que extienden por doquier la autodestrucción interior de la que ellos ya gozan.

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sofismas ¿Quién podría no advertir que la palabra-talismán “violencia” encabeza todos los periódicos, abre todos los telediarios, se encuentra en todos los pasillos de colegios y hospitales, y centra las conversaciones de café? El cariz negativo que lleva aparejado en nuestros días - no siempre ha sido así-, se ha visto incrementado por la conciencia, cada vez más extendida, de que, casi siempre, se descarga sobre víctimas inocentes: acosados en el colegio, maltratadas por sus maridos, víctimas de las guerras que mantienen los políticos, niños indefensos, mujeres sometidas a costumbres culturales vejatorias, hombres sin recursos, pueblos indefensos… Todas esas víctimas soportan resignadamente la locura fratricida que los hombres ejercen los unos sobre los otros.

Las preguntas que se suscitan en cuanto se observa o se habla de ella, son: ¿quién hay detrás de su ejercicio?, ¿cuál es su origen?, ¿qué intereses oscuros mueven sus hilos?, pero sobre todo ¿quién es el culpable? Hay un interés mórbido en todos los ámbitos por encontrar un culpable. Parece que eso nos exime de responsabilidad y nos libera de llevar la reflexión más lejos, justifica nuestros prejuicios, y nos da autoridad moral para juzgar.

l a just ic ia por su man o Pero una novedad inquietante surge persistentemente en forma de pregunta en torno a la violencia en los tiempos actuales gracias a los movimientos de defensa de las víctimas: ¿a quién hay que perseguir porque persigue a las víctimas inocentes? Esta sensibilidad por las víctimas, que las hace a nuestros ojos merecedoras de un respeto sagrado, es una novedad radical en la historia de la humanidad. Esta nueva sensibilidad trae consigo que, en todos los ámbitos, el victimismo brote como justificación de otras nuevas violencias para legitimarlas.

Si uno es víctima de cualquier persona o institución tiene derechos que antes no le eran reconocidos, y del reconocimiento legítimo de esos derechos se pasa fácilmente a una exigencia de actuación violenta inmediata. Así, surgen como hongos movimientos que después de muchos años reverdecen en la reivindicación de agravios añejos y en la defensa de la memoria histórica de la violencia padecida: víctimas de pedofilia, de vejaciones, de intolerancia, de abusos políticos, de injusticias… Paradójicamente, para comprender la violencia hay una especie de resistencia a enfrentarse a ella sin prejuicios o armazones ideológicos, no se sabe bien si por su omnipresencia, por su obviedad o porque se intenta alejarla rápidamente de nuestra vida cotidiana. Sus efectos contaminantes nos producen pánico. Nos la queremos quitar de encima como si se tratase de un clavo ardiendo, pero infructuosamente, porque las formas que empleamos para sacudírnosla la expanden con más virulencia si cabe. No parece que el fuego se apague con fuego.

ES TA SU R GI EN DO U NA S E N S I B I L I DA D H A C I A L A S V I CT I M AS QUE TRAE CON S I GO LA J U S T I F I C AC I O N D E OT R A S N U E VA S V I OLE NC IA S Y LA R E I V I N D I C AC I O N D E AG R AV I O S A Ñ E J O S


s of i s m a s Sin embargo, a pesar de esta omnipresencia, manteníamos una cara hipócrita: hablar de la violencia con crudeza era motivo de escándalo; parece que estábamos bajo la estrategia del avestruz: si no la nombrábamos no existía. No obstante, la situación mundial ha hecho que esta predisposición a “no querer verla” haya cambiado. Ahora hay una inflación enorme de libros y artículos a su alrededor y los coloquios nacionales e internacionales la toman como tema estrella, año tras año. Una serie de factores difundidos por la publicidad, la prensa y el boca a boca, la traen a colación una y otra vez a propósito de hechos escandalosos y estadísticas. Los sucesivos ataques terroristas de los días once, de septiembre y de marzo, los continuos crímenes llamados de “género”, el acoso escolar tan de moda, las masacres en colegios, universidades y cuarteles, las pequeñas guerras que estallan por doquier… y la sempiterna refriega palestinoisraelí, nos hacen sentir el vértigo de su cercanía y contumacia.

re s e n t i d a t e rg i ve rs a c i ó n d e l a Hi stori a Pero el interés principal de esa reflexión está en que, en el debate periodístico y en el intelectual, lo que parece estar más de moda es la relación entre la violencia y la religión. No fue Voltaire el que primero habló de la relación, pero sí el que la puso de moda. En su obra Cándido inaugura la forma moderna de enfrentarse al problema. Sin entrar en reflexiones profundas, en el análisis de las causas y formas diferentes de expresión de lo religioso, sobrevuela por encima de los acontecimientos relatándolos y etiquetándolos a modo de inventario bajo el término fanatismo (lo que hoy llamamos fundamentalismo).

La Ilustración francesa se escandaliza de las guerras fratricidas que han asolado a Europa en nombre de la religión. Hoy en día, de la misma manera, hay libros que son un calco de las maneras volterianas. Sin ir más lejos está de moda uno que es un inventario de acontecimientos históricos traídos ad hoc —sesgados, desvirtuados, sacados de contexto, y elegidos de entre otros muchos por intereses subjetivos— que “prueban” su tesis, de origen nietzscheano, de que Dios es la antítesis de la vida y una especie de monstruo sediento de sangre, y la Iglesia su verdugo más estimado. Se recurre sin escrúpulos histórico-críticos a la leyenda negra y la manipulación de los hechos, bien por omisión bien por exageración, y, aunque no encajen los datos o el análisis de las causas, se fuerzan para que lo hagan.

H AY U N INTERÉS MÓRBID O E N TO D O S LO S Á M B I TO S POR EN CON TRA R U N C U L PA B L E , PA R E C E Q U E ESO NOS EXIME D E R E S P O N S A B I L I DA D Y N O S D A A U TO R I D A D M O R A L PA R A J U Z G A R 63


sofismas El reduccionismo simplista pone en marcha la máquina de encontrar culpables y rápidamente los halla. Así, las grandes masacres de la historia son obra de la Inquisición y de la evangelización, sin distinguirlas de la colonización, sin dar datos o citar estudios objetivos, y se obvian las atribuibles a la diosa razón o sinrazón, fruto de la libre voluntad criminal de los hombres. Incluso aquellas más evidentes, que parecen productos inequívocos de la deriva totalitaria de la razón, se intenta referirlas a la perversa influencia de los sistemas religiosos: los progromos nazis y el holocausto, los gulacs y los fusilamientos estalinianos, los casos de Vietnam, Camboya, Ruanda y Burundi, que son los crímenes más grandes jamás conocidos. Estos, no serían consecuencia de las ideologías (efectos de la razón en su uso perverso) o de la cultura en simbiosis inextricable con lo religioso, sino herencia de sistemas exclusivamente de origen religioso. Michel Onfray, como buen “ilustrado” considera que las guerras de religión que asolaron Europa en siglos pasados, y que escandalizaron las cándidas almas de los humanistas, son una cuestión estrictamente religiosa, no los intentos de los incipientes estados-nación de usar la religión para sus propios y secretos propósitos. Se censura el hecho de que exista una razón instrumental abusiva y ajena a los valores religiosos detrás de estos crímenes.

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H OY D Í A S E I N T E N TA A S O C I A R L A S G R A ND E S M A SAC R E S D E L A H I STO R IA E XC LU S I VA M E N T E A LA INQ UISIC IÓN Y L A E VA N G E L I Z AC I Ó N , PA SA N D O P O R A LTO L A L I B R E VO LU N TA D C R I M I N A L Y P E RV E R S A D E LO S H O M B R E S Estos son contemplados bajo la “nueva luz, iluminista”, y durante veinticuatro páginas se trata de fundamentar el “amor mutuo” entre el vaticano y Hitler. Cito el libro de Onfray porque muchos lo han tomado como bandera de la necesidad de descristianizar, de laicizar, de liberar a la sociedad para colocarse a la vanguardia de una era postcristiana, cuando tal vez no sea sino una apología panfletaria de la violencia nietzscheana, volteriana, rediviva. En nuestro país, Sádaba, Savater, Puente Ojea, van a la zaga. Desde estos puntos de vista el cristianismo sería una máquina religiosa persecutoria de pobres víctimas inocentes y no su de-

fensor. En fin, aunque haya habido delitos atribuibles a gente con hábito que no fueron realmente monjes, es decir, seguidores de Cristo, eso no quita para que todo intento de imputar al cristianismo los crímenes persecutorios que se le atribuyen sea un epatante despropósito, un desconocimiento claro de su mensaje, cuando no una tergiversación de la historia y de los textos descarada y llena de resentimiento. Múltiples son las formas de esta escandalosa violencia que nos desborda en el mundo actual. Cuando los investigadores miran hacia la religión no lo hacen buscando llaves hermenéuticas, sino para culpabilizarla.


s of i s m a s

u n a re l i g i ó n c i v i l e m e rg e n t e Sin embargo, no se quiere decir que no exista una relación entre la violencia y lo religioso; claro que la hay, pero no como piensa la postmodernidad, ni los neoilustrados o progresistas anticlericales. Esta relación está inscrita en el corazón de lo sagrado primitivo, que es un primer intento de la humanidad de poner la violencia bajo control, aunque a veces haya sido un factor para su reproducción. El cristianismo se convierte en factor promotor de la violencia cuando los que dicen ser cristianos, en el uso de su libertad inalienable por parte de Dios, olvidan el mensaje evangélico y lo manipulan en su favor. Como dice René Girard textualmente en Los misterios de nuestro mundo: “no se puede captar la verdad más que si se actúa en contra de las leyes de la violencia, pero no se puede actuar en contra de esas leyes más que si se ha captado ya esa verdad. La humanidad entera está encerrada dentro de este círculo. Por eso el Nuevo Testamento en su conjunto y

la teología de los primeros concilios, afirman que Cristo es Dios, no porque haya sido crucificado, sino porque es el Dios nacido de Dios desde toda la eternidad [...]. El hecho de que en los evangelios esté encerrado un saber auténtico de la violencia y de sus obras no puede ser de origen simplemente humano”. La infinidad de repertorios bibliográficos que pueden encontrarse, que ponen en relación la violencia y la religión como si formaran parte de una simbiosis indisoluble, es ingente. Pero nos sorprenderíamos si supiéramos que la inmensa mayoría datan de hace unas decenas de años. Hay unos primeros intentos pioneros desde el lado de los historiadores, como Gibbon, o del lado de los filósofos, como Voltaire, que han marcado el devenir de esta asociación y han servido de inspiración a expresiones aún más exageradas en sus sucesores modernos, como Sam Harris o Michel Onfray.

La antropología comparativista del XIX, seducida por el prejuicio anti-cristiano, sobreabundaba en las tesis que asimilaban lo judeocristiano a lo mitológico y por tanto a la violencia sagrada. Luego, el anticolonialismo de la segunda mitad del siglo XX esgrimirá que la religión es lo que incentivaba la violencia de los colonizadores; y, hoy, el laicismo al uso ostenta un prejuicio, derivado de la Ilustración, que dice que la religión judeocristiana está contaminada de una intolerable violencia que la deslegitima en todos los ámbitos de la vida pública. Queda amortizado así el martirio de los primeros cristianos o el holocausto, hechos en el nombre de la razón o del Estado e irrumpe una lectura de la historia poco rigurosa, pero de gran difusión, al estilo de las que plasman Amenábar en Hipatia o Dan Brown en el Código Da Vinci y que cuajan en la mentalidad colectiva. Detrás de esta “ideología” se mantiene que gracias a la secularización de los estados modernos se controló la violencia religiosa.

L A V I O L E N C I A E S TA D E M O DA , AC O S A D O S E N E L C O L E G I O, M U J E R E S M A LT R ATA D A S , N IÑ OS IN D EFE NS OS , HOMBRES SIN RE CU RS OS , P U E B LO S I N D E F E N S O S 65


sofismas En medio de la oleada de libros que refrendan sin discusión crítica esa relación escandalosa, casi todos surgidos en el ámbito de la cultura occidental judeocristiana, (las demás culturas no se escandalizan sino que están orgullosas de la inextricable relación entre su religión y su entramado socio-cultural acrítico con la violencia), hay pocos que cuestionen estas tesis ya populares.

l a i n t o l e ra n c i a d e l o s “ t o l e ra n t e s ” La religión se esgrime en las sociedades modernas como la causa de la violencia: se la imputan todos los tipos de intransigencia, persecución, inquisición perversa, causa de guerras incontables, cruzadas de todo tipo, intolerancia, y de peligrosidad para una convivencia pacífica, como un lastre inextricable. El trabajo cultural que nos queda por hacer es inmenso porque no es fácil deshacer este estereotipo mitológico. Cavanough lo ha intentado aportando innumerables datos históricos que demuestran que la religión no es separable de la cultura, ni de la política, como para que cuaje que el estado secular e ilustrado es el que nos trajo la paz acabando con las guerras entre “sectas cristianas”. Ese entramado mitológico incentiva la relegación de la religión a lo privado –si se pretende trascendente y transhistóricapara dejar actuar al estado moderno, en su avance hacia el laicismo y la paz, y librarnos paternalistamente de una minoría de edad que nos devolvería a los conflictos religiosos.

Los estados modernos, apoyados en la regresión anti secular del Islam –con su escandalosa cara terrorista-, y en la lectura sesgada de los acontecimientos históricos en los que ha estado implicado el judeocristianismo, creen que están haciendo un favor a la humanidad alimentado este mito de que la violencia pertenece a la religión y la paz a los estados seculares, que sólo en situaciones extremas recurrirían a una violencia, ésta sí legítima, para evitar males mayores. Lo que se oculta tras esta lectura es que «la gradual transferencia de lealtad desde la iglesia transnacional al estado nacional no supuso el fin de la violencia en Europa, sino una migración de lo sagrado desde la Iglesia al estado, que se plasmó en el establecimiento del ideal de morir y matar por el propio país». Es decir, que en realidad, lo que se opera es una acaparación del estado emergente de lo sagrado para convertir sus instituciones, normas, y acciones, en una especie de religión civil. El cinismo consiste en que ahora sí estaría legitimado el uso de la violencia pacificadora de las partes en conflicto; eso sí, previa expulsión del debate público de los elementos religiosos, considerados por el laicismo al uso como impúdicos, intolerantes, gravemente perjudiciales para la convivencia. Lo que se intuye detrás de esta ideología moderna es la confusión de los términos, la tergiversación de los acontecimientos históricos narrados por los historiadores, y la mala fe de los filósofos y políticos. Todos ellos amañan los datos para ajustarlos a su teoría cósmica, revestida de relativismo para disfrazar sus pretensiones de universalidad.

E L C R I S T I A N I S M O S E C O N V I E RT E E N FAC TO R R E P R O D U C T O R D E L A V I O L E N C I A S Ó LO C U A N D O LO S H O M B R E S O LV I D A N E L M E N S A J E E VA N G É L I C O Y LO M A N I P U L A N E N S U FAVO R

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s of i s m a s AU N Q U E H AYA H AB I DO D E L I TO S AT R I B U I B L E S A GENTE CON H Á B I TO E S O N O Q U I TA PA R A Q U E TO D O I N T E N TO D E I M P U TA R A L C RI S TIA N IS MO LO S C R Í M E N E S QUE SE LE AT R I B U Y E N S EA U NA T E R G I V E R S AC I Ó N R E S E N T I DA D E L A H I S TO R I A Y D E LO S T E X TO S

Desmantelar el mito implica demostrar que la cultura secular es también religiosa, porque sigue haciendo lo sagrado para sostener su orden social, para entenderse a sí misma. La cultura moderna no ha comprendido la pretensión verdaderamente secularizadora que ha querido traernos la cultura judeocristiana. La sociedad moderna y sus filósofos – desde los pioneros ilustrados hasta Rawls, Rorty y Habermas–, por poner algún ejemplo, hacen inusitados esfuerzos por establecer los orígenes de la sociedad en un “contrato social”, en un pacto racional, o en el mutuo interés propio, en el virtual e ideal concierto de intereses comunes o el respetuoso diálogo. «El fracaso del hombre moderno a la hora de comprender la naturaleza de la religión [pagana, primitiva] ha servido para perpetuar sus efectos. Nuestra falta de fe cumple en nuestra sociedad la misma función que la religión en las sociedades más directamente expuestas a la violencia esencial». Hemos sacralizado el poder, y la cultura dominante perpetúa su derecho a usar la violencia – de manera intolerante pero disfrazada de tolerancia- contra toda “intolerancia”, y en esa misión que se auto-otorga se incluye desprestigiar a la religión como constructora de la paz y de la reconciliación y acusarla de antisocial. La sociedad postmoderna se yergue entonces sobre las cenizas de la religión judeocristiana y se constituye en religión civil, reproduciendo los esquemas de las religiones sagradas primitivas: exige el sacrificio para garantizar el orden del que se constituye en única defensora.

L A C U LT U R A D O M I N A N T E S E OTO R G A E L D E R E C H O A U S A R L A V I O L E N C I A C O N T R A TO D A “ I N TO L E R A N C I A” , A C U S A N D O A LA RELIGIÓN D E ANTISOCIAL Michel Onfray, Tratado de ateología, Anagrama, Barcelona. W.T. Cavanough, El mito de la violencia religiosa, Ed. Nuevo Inicio. Granada , 2010, p. 25 R. Girard, Violence and the sacred, p. 262. Hay trad. española en Barcelona, Anagrama, 1982:La violencia y lo sagrado.

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e d u c a c i ó n p a ra l a v i d a

Cómo

detectar trastorno adolescencia un

en la

José Antonio Gris Especialista en Psicología Clínica

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Escribo este artículo porque muchos padres me lo han pedido. La adolescencia, como todos sabemos, es la edad de los grandes cambios. Los padres muchas veces, están desconcertados y no saben cómo actuar.


e d u c a c i ó n p a ra l a v i d a La adolescencia es un largo conflicto entre la dependencia de los padres y la autonomía. Por eso se producen muchas discusiones con los padres. Nunca debemos sobreprotegerlos, sino enseñarles a adquirir más autonomía y responsabilidad. Para mí lo más importante para educar es el amor. La demostración del cariño es tan importante como el cariño mismo. El adolescente necesita, aunque parezca que lo rechaza, más dedicación, atención y amor por parte de los padres. Los adolescentes necesitan que los padres les pongan límites porque les ayuda a sentirse queridos y seguros. El adolescente busca una identidad personal que le diferencie de la dependencia que antes tenía de sus padres. Necesita mejorar su individualidad y su autoimagen. Por eso, le preocupa mucho su apariencia física y sentirse reconocido y admirado por los demás. Aumenta mucho su preocupación por su personalidad, reflexiona sobre sí mismo. Se encierra en su habitación, ya no acompaña a sus padres, etc. Es frecuente que empieza a adoptar una jerga característica de su grupo de edad y comienza a cambiar su imagen, su forma de vestir, su corte de pelo, etc. El adolescente adquiere un mayor gusto por el riesgo, por probarlo todo, incluso por probarse a sí mismo en muchas situaciones.

LO M Á S I M P O RTA N T E PA R A E D U C A R E S E L A M O R ; L A D E M O S T R AC I Ó N D E L C A R I Ñ O E S TA N I M P O RTA N T E C O M O E L CA R IÑ O M I S M O

m ás li b e rta d , m ayor re s p o n s a b i l i d a d Los padres no somos colegas ni amiguetes de nuestros hijos. Es bueno que le concedas más libertad, pero también mayor responsabilidad.

Es muy positivo que hables con tu hijo y le permitas expresar sus sentimientos, ideas, objetivos; y, después, fijar objetivos realistas que pueda cumplir, utilizando refuerzos (factores de motivación), explicándole por qué una conducta es buena o es mala. Para mí el mejor método de conseguir una libertad responsable, es dialogar, razonar, aconsejar, apoyar y reforzar.

Todos aprendemos por los refuerzos de nuestra conducta. Los refuerzos de los padres se han de dar siempre que el adolescente tenga una conducta positiva. Los refuerzos pueden ser materiales (regalos), de actividad (ir al cine), sociales (alabanza, sonrisa). Los más importantes son los refuerzos sociales y afectivos. Los padres tenemos que reconocer nuestros errores y pedir perdón a nuestro hijo, cuando sea necesario, porque así le estamos enseñando a hacer él lo mismo. Pero lo que más me consultan los padres es qué conductas adolescentes pueden ser indicadores de que su hijo puede estar ocultando o desarrollando un trastorno psicológico. La detección precoz es fundamental para evitar un trastorno más importante en la adolescencia o en la edad adulta. A continuación, expongo las conductas problemáticas que pueden estar ocultando un trastorno psicológico en el adolescente.

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e d u c a c i ó n p a ra l a v i d a

I n d i c a d o re s d e u n t ra s t o r n o p s i c o l ó g i c o e n la ad ole sc en ci a Á R EA SOC IA L

C O M U N I C AC I Ó N

1. No sabe escuchar. 2. No da nunca las gracias. 3 Nunca inicia una conversación. 4. No sabe mantener una conversación. 5. No formula preguntas. 6. No dice nada positivo de los demás. 7. No sabe presentarse. 8. No hace cumplidos a los demás. 9. Nunca pide ayuda. 10. Nunca se disculpa o pide perdón. 11. No sigue las instrucciones de los padres. 12. No participa en actividades familiares.

34. No pide permiso. 35. No quiere compartir nada. 36. No ayuda a los demás. 37. No sabe negociar sobre un problema. 38. No sabe formular una queja. 39. No sabe responder a una crítica. 40. Todo le da vergüenza. 41. Nada le da vergüenza. 42. No demuestra deportividad en un juego. 43. No sabe adaptarse a una situación social. 44. No sabe responder a una acusación. 45. Se pone agresivo o se inhibe en una conversación difícil.

S E N T I M I E N TO S

P E R S O N A L I DA D

13. No expresa afecto. 14. No expresa sus sentimientos. 15. No comprende los sentimientos de los demás. 16. No sabe enfrentarse al enfado del otro. 17. Tiene muchos miedos. 18. 19. No tiene miedo a nada. 20. No le importa un fracaso. 21. Se comporta como un tirano.

46. Es muy tímido. 47. Se obsesiona con todo. 48. Es muy inseguro. 49. Es hiperactivo. 50. Le cuesta tomar una decisión. 51. Se irrita con frecuencia. 52. No es capaz de analizar la causa de un problema. 53. Nunca se propone objetivos. 54. Tiene poca habilidad para resolver problemas. 55. Le cuesta concentrarse. 56. No le importa sacar malas notas. 57. Es muy introvertido. 58. En casa no habla, siempre está en su habitación. 59. Grita o insulta a los demás. 60. Consume alcohol u otras drogas. 61. Con frecuencia está triste o deprimido. 62. Falta de autoestima. 63. Desvinculación afectiva en la familia. 64. No tiene autocontrol emocional. 65. Amenaza con irse de casa. 66. Utiliza el chantaje para conseguir lo que quiere. 67. Desengaño amoroso. 68. Fracaso escolar. 69. Es muy impulsivo. 70. Fuga del hogar. 71. Se burla de los demás. 72. Perturba el clima familiar. 73. Amenaza con suicidarse. 74. Conductas antisociales.

R E L AC I Ó N C O N LO S D E M Á S 22. Peleas frecuentes. 23. No sabe responder a las bromas. 24. No sabe defender sus propios deseos. 25. 26. No tiene autocontrol sobre su conducta. 27. No le importan los problemas de los demás. 28. No defiende a un amigo. 29. Se deja llevar siempre por el grupo. 30. Le cuesta empatizar con los demás. 31. Se porta mal en el colegio. 32. No respeta la autoridad del profesor. 33. Falta a clase.

Como cristianos, estamos llamados a guiar a nuestros hijos y no a juzgarlos. Como hace Dios con nosotros. El juicio rompe la comunión. Un hijo que confía en los padres y no les tiene miedo y cuyos padres le han transmitido la fe y los valores cristianos es un hijo que seguirá el camino hacia Dios.

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Libro s Buena Nueva

La Asociación Canónica Bendita María se constituye con la finalidad expresa y exclusiva de anunciar el Evangelio de Jesucristo. Entre sus diversas actividades está la edición de la Revista Buenanueva, la colección de libros de ensayo LIBROS BUENANUEVA y la colección de libros de narrativa SIGNOS BUENANUEVA. Siempre con el deseo de transmitir en ellos el espíritu del Evangelio y de la Nueva Evangelización.

Títulos publicados

El misterio de la Cruz

Historia de un exilio temporal Luciano García Matas 280 páginas 20 €

La Asociación Bendita María se constituye con la finalidad expresa y exclusiva de anunciar el Evangelio de Jesucristo. Entre sus diversas actividades está la edición de la Revista Buenanueva, que comenzó a publicarse en junio de 2006. En 2009 La Asociación inicia la edición de una colección de libros, bajo la denominación “Libros Buena Nueva”, esperando transmitir en ellos el espíritu del Evangelio y de la Nueva Evangelización.

En 2010 se ha creado una nueva sección, "Signos Buena Nueva", dedicada a la narrativa.

Otros títulos publicados

Colección Libros Buenanueva

La ú n i c a e s p e ra n za

La única esperanza

Daniel Alcocer Desiderio Parrilla

Colección Signos Buenanueva

Títulos en preparación

Títulos en preparación Jesús y el escriba Horacio Vázquez

Jesús y el Escriba

La Nueva Cruzada

Horacio Vázquez

Manuel Ortuño

M i g u e l S u á re z

La Nueva Cruzada

M.I.E.N.T.E.

Manuel Ortuño

Jorge L. Santana

La a l e g r í a d e ser cristiano

La alegría de ser cristiano

Miguel Suárez

Familias en Misión

Ángel Barahona 242 páginas 20 €

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Títulos en preparación

La alegría de ser cristiano

El Siervo de YHVE

Odo Casel 256 páginas 20 €

Miguel Suárez

Jesús Esteban Barranco 256 páginas 20 €

Juan José Guerrero

Hacia un nuevo amanecer

J u a n J o s é G u e r re ro

Prólog o

M o n s. R i c a r d o B l á z q u e z

La dictadura del relativismo Ramón Domínguez Balaguer 192 páginas 20 €

Déjame oír tu voz Antonio Pavía 184 páginas 20 €

La única esperanza Juan José Guerrero 232 páginas 20 €

La alegría de ser cristiano Miguel Suárez 226 páginas 20 €

Para más información y pedidos en la web: www.revistabuenanueva.com o en el teléfono: 91 759 79 68 Asociación Bendita María Avda. Pablo VI, n.º 9 local 12 A 28224 Pozuelo de Alarcón Madrid Cartas de la Iglesia Primitiva Roger LLoyd 224 páginas 20 €

Jesús y el Escriba

Horacio Vázquez Cermeño 420 25 €


e d u c a c i ó n p a ra l a v i d a

Cisternas agrietadas y

sed.com Pedro Jara Vera Psicólogo

entro de poco tiempo nos costará explicarles a nuestros hijos cosas tan triviales como el uso de los sellos en el correo postal ordinario, la máquina de escribir con el papel de calco, la casete que rebobinábamos con la ayuda de un bolígrafo y un largo etcétera. El salto tecnológico que se ha producido en los últimos años es brutal, incidiendo más en unos campos que en otros. Sin duda alguna, uno de los campos en los que más se aprecia este desarrollo es en el de las comunicaciones. No entraremos a valorar el avance tecnológico producido ni los nuevos medios aparecidos, sino el efecto que está produciendo en la forma de comunicarnos entre nosotros.

D

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HOY DÍA LOS JÓVENES VIVEN ENGANCHADOS A DOS NIVELES DE EXISTENCIA: EL NIVEL REAL Y EL NIVEL VIRTUAL; SIENDO ÉSTE MÁS ATRACTIVO PERO MÁS PELIGROSO, PUESTO QUE CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD PUEDE SER ESQUIVADO


e d u c a c i ó n p a ra l a v i d a

so couniver k”, o m o c cluye aceboo irtual in des tipo “F senger”, v l e iv El n las re “Mes enlos há- municativo itter” o los e u q as de m o e m w d t e t “ n a is , e s i” ud . N os léfono ue enor d nto en este po- “tuent lectrónicos e t m l la e d e e ie q No cab comportam cuestión de e , correos tos a través es ventajas t d inr e n n n o a e d e a c r d s o o ant ajes bito las g s biad u p re n r c e m o d n a s c e ía a ins d an f o r m a venes. Hoy d abe du estos medio iversidad de rtido h c e d is jó ño dos n ad y d este a tre los sentan cos a nte en ganchados a el ni- pre tez, capacid itir, pero en sibles e lm ia espec s y po media n a transm irtual y iven en peligro iverso se ió enes v cia: el nivel v las relacios c v a lo jó m a s r lo fo en e ste un eferiré o e exist es el d relaciones lo me r nados. En e uier parecid u íc veles d El nivel real t s la io c lq e s a o e d la u L e l. s l r c e o o. s , s vel rea cara o enos podem n di- daño lo analógico ser esquivad a de a r nes ca , donde al m a persona e ló- pierde puede través d a a d li n r a s a a t idaa r re o an cercan con la se enmasca tografías cu lo z de la es de tipo o v o la o ó n de f amos 3 venes strar s cuchar rían relacio o n s e r v s habla jó knames” o s4 para mo ntos se c e S n . o ú a rect 1 o n d e a que no , “nic ente elegid . Los sentimie 5 que d m rsonal por ejemplo a a e s s p e o r gico, d e o icon” t os alg s en “emot . que in omo, recibim a persona, c da; relacione ra el lado etrás de un mis d tr pa epider ira n la ía r a f n a de la o u letra, su m decir nada e eg io o a ,s s nos ll su voz no hace falt rpo, el silenc apena e e las qu ir, pues el cu do.2 o it t transm to lo dicen x e t el con

1 Por analógico no me refiero al tipo de datos transmitidos, pues sabemos que el sonido telefónico o la imagen pueden ser transmitidas en forma digital; me refiero al énfasis en lo análogo, lo parecido, lo que me remite al origen de los datos o información que recibo. 2 Uno de los postulados sobre la comunicación humana, según la Escuela de Palo Alto, es que “es imposible no comunicar”. 3 Pseudónimos 4 Sin contar los casos en los que se ofrece una identidad falsa. 5 Emotion + Icon. El National Telegraphic Review and Operators Guide en abril de 1857 documentó el uso del número 73 en Código Morse para expresar “amor y besos” (luego reducido al mensaje más formal “los mejores deseos”). Dodge’s Manual en 1908 documentó la reintroducción de “amor y besos” como el número 88.

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e d u c a c i ó n p a ra l a v i d a Los jóvenes pueden llegar a sentirse incluso más cómodos en este tipo de relaciones que en las relaciones reales, pues es más fácil esconder los defectos y engrandecer o simular las virtudes. Les puede resultar más fácil sincerarse con alguien a quien piensan que no van a ver en su vida y que aparentemente opina como ellos. Es más fácil verter comentarios hirientes o agresivos con la coraza de estar al otro lado del ordenador, sin pensar en las consecuencias. En las redes interactivas los comentarios pueden realimentarse en el seno del grupo conectado hasta alcanzar grados que el atrevimiento particular no permitiría. Además hay que sumar que los malos entendidos, equívocos o acciones sin posible vuelta atrás son facilitados en este mundo de lo virtual.

cuando la máquina es el mejor amigo del hombre Cada día crece el número de horas que un joven, ya desde los diez años, pasa delante del ordenador o teléfono inteligente, inserto en este paradigma de comunicación. Llevado al extremo tenemos los llamados “niños búnker”,6 de los cuales ya ha aparecido en España algún caso. Jóvenes que deciden desligarse cada día más de la vida y se enganchan a un modo de estar en el que dejan de ser. Sin llegar a ese extremo, los jóvenes entre trece y dieciséis años pasan una media de 2,2 horas diarias delante del ordenador, cuyo 62% tiene un perfil asociado a alguna red social.7

EL SER HUMANO ES UN SER RELACIONAL QUE SE DEFINE Y SE REALIZA EN LAS RELACIONES, POR ESO TODO AQUELLO QUE CONTRIBUYA A LA PÉRDIDA DE ÉSTAS ENAJENA A LA PERSONA

Lo dramático de todo esto es que, a pesar de los avances tecnológicos y la evolución de los hábitos de comportamiento, el joven sigue siendo joven, la persona sigue siendo persona y con la misma necesidad de comunicarse y amar que hace miles de años. El ser humano, “creado a imagen y semejanza de Dios”, es un ser relacional que se define y se realiza en las relaciones, las cuales le abren a la posibilidad de amar. “No es bueno que el hombre esté solo”.8 Por eso todo aquello que contribuya a la pérdida de relaciones humanas, despersonaliza y, consecuentemente, enajena a la persona. Las “relaciones líquidas” 9 proceden de la soledad y llevan a la soledad. El miedo al compromiso, a la cesión de parte de uno mismo que toda relación con el otro conlleva, al descubrimiento de las propias carencias y debilidades, a la cesión de la idolatrada autonomía y mal entendida libertad llevan a la persona a fabricar un mundo irreal a su imagen y semejanza. Un mundo en el que el aparente control coarta y cercena la posibilidad de crecer como persona, de amar y de ser en el mundo. Por ser como dios no soy ni persona y por lo tanto paradójicamente me alejo de la semejanza con que Dios me creó. El ser humano es “capax Dei”,10 lo cual, unido a la identidad de hijo de Dios, lo lleva a buscar a Dios, como decía S. Agustín, hasta el último aliento de vida. Nada de lo demás podrá saciarlo definitivamente, darle la felicidad perpetua salvo Dios. No obstante, el hombre puede encontrar esbozos, rastros del amor de Dios a través de las relaciones humanas, en las que es capaz de amar y ser amado. Puede encontrarse con Dios actuando en su vida. Lo contrario sería perverso, es decir insertar en el hombre el deseo de Dios y no poder aspirar siquiera a sentirlo levemente.

6 Niños que pasan días, incluso meses, sin salir de su habitación y utilizando las nuevas tecnologías como único medio de comunicación con el exterior. Dado su origen en Japón, el trastorno en grado extremo se denomina “hikikomori”. 7 Fuente: Chidwise 2009

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mendigar cariño, rehusar amor Pues bien, en el tipo de relaciones a través de Internet, el joven puede sufrir este dramático desencuentro. Pues tiene sed de amor, necesita amar y ser amado y, sin embargo, busca saciar esa sed en un pozo que no le puede saciar. Esto lleva a los jóvenes a una ansiedad sin límites: dado que no saben si son amados, no se saben amando. Por ello es frecuente buscar de forma compulsiva con el ratón, o mediante el refresco de la página web oportuna, por si hay alguna novedad. Por si alguien ha contestado a mi último comentario, por si alguien ha visto las fotos que he colgado, por si alguien sabe que existo, por si alguien me dice algo agradable, por si cuento para alguien. Se convierte en una adicción, precisamente porque la contestación de alguien en la red es sólo probable, al contrario de las relaciones personales; y ¡quién sabe si alguien ha pensado en mí! Se distribuyen correos de forma compulsiva, esperando que alguien conteste “¡qué bueno que lo mandaste!”. Se hambrea cariño y se busca en lo virtual, en lo irreal, en una relación que no me expone y que, por lo tanto, no me implica. Se es capaz de vender la primogenitura por un plato de lentejas que ni siquiera huele, ni siquiera sabe, ni siquiera existe. Todo ello supone un cúmulo de frustración, porque no amamos y dejamos de ser “amables”, es decir, atractivos para ser amados por esos otros. La inmediatez, lleva a no arriesgar, a no buscar metas a largo plazo sin un final seguro, a buscar la felicidad efímera y pasajera.

¿Cómo poder llegar así a lo íntimo de nuestro corazón, como experimentó S. Agustín,11 para encontrarnos a nosotros mismos y a Dios? ¿Cómo podemos emprender en estos jóvenes el camino de la oración?, un camino arduo donde hemos de dejarnos hacer por Dios día tras día, aunque en la mayoría de las ocasiones no nos oigamos más que a nosotros mismos y experimentemos la sequedad ¿Cómo tener nuestra mirada puesta en la vida eterna? ¿Cómo calmar nuestra alma acelerada y jaleada? No se puede rezar a golpe de clic, a golpe de ordeno y mando, de pido y me das, de yo escribo tú contestas. Por muchos cambios que haya a nuestro alrededor, el ser humano sigue sediento del amor de Dios, y Dios sigue esperándonos sentado “a la hora sexta” junto al brocal del pozo. A la hora de más calor, en el momento de las dificultades y sufrimientos de cada día,12 imagen de la Cruz. Y tantas personas buscando ese amor en donde no está, dándose de cabezazos contra la pantalla del ordenador un día tras otro, “clicando” de forma compulsiva, pidiendo agua. Como dice el profeta:13 “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua”. No deja de ser irónico este comentario de Dios ante la infidelidad de su pueblo, irónico y al mismo tiempo terrible, pues pone al descubierto nuestro error.

8 Gn 2, 18 9 El pensador polaco Zygmunt Bauman define como “relaciones líquidas” aquellas relaciones fugaces, etéreas, intensas y sin compromisos. Una definición precisa sobre cómo nos relacionamos hoy en día con gran parte de las personas que nos rodean, no dedicando tiempo a profundizar en el conocimiento de la otra persona, quedándonos en la capa superficial, y perdiendo así la oportunidad de aprender de los demás. Refuerzan esto el éxito de nuevos fenómenos como el “speed dating” (7 citas en 7 minutos), el “toothing”, los foros, la mensajería instantánea o los portales como “meetic”, “match.com”. 10 Tiene la capacidad de conocer a Dios, de encontrase con Él. 11 Ver “Las Confesiones”, Libro X,27: “¡Tarde te amé, belleza siempre antigua y siempre nueva! Tarde te amé. Tú estabas dentro de mí, pero yo andaba fuera de mí mismo, y allá afuera te andaba buscando. Me lanzaba todo deforme entre las hermosuras que tú creaste. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo; me retenían lejos de ti cosas que no existirían si no existieran en ti. Pero tú me llamaste, y más tarde me gritaste, hasta romper finalmente mi sordera. Con tu fulgor espléndido pusiste en fuga mi ceguera. Tu fragancia penetró en mi respiración y ahora suspiro por ti. Gusté tu sabor y por eso ahora tengo más hambre y más sed de ese gusto. Me tocaste, y con tu tacto me encendiste en tu paz”. 12 Ver Jn 4, 6. 13 Jr 2, 13.

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oda dictadura que se precie, ha de conquistar, si no los corazones de la gente, al menos sus mentes. Necesita imponerse por medio de la propaganda, pero sobre todo, apropiándose de las nuevas generaciones. Necesita controlar la educación, tanto en la calle como en la escuela, desplazando, siempre que pueda la mediación de los padres. No es extraño, pues, que un gobierno democrático que se las da de pacífico y tolerante, invada las escuelas imponiendo una asignatura para educar a los niños en el relativismo y en la ideología de género. Los que se oponen a tal atropello, sean sus víctimas directas, como sus padres, son perseguidos por tamaño atrevimiento. Ramón Domínguez Balaguer

Adoctrinamiento

ideológico

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En este sentido podemos situar el intento de adoctrinamiento mundial de la ONU. En agosto de 2009, se hizo público un documento elaborado por la UNESCO titulado «Guía de Educación Sexual para el Empoderamiento de los Jóvenes. Directrices Internacionales para la Educación Sexual». Dicho documento contaba con el asesoramiento, entre otros, de la UNICEF y la OMS. EnINTENTO DE ADOCTRINAMIENTO tre algunas de su «joyas» podemos MUNDIAL DE LA ONU PARA encontrar indicaciones sobre la iniciación a la masturbación a partir de LA EDUCACIÓN SEXUAL SE los cinco años, la mentalización en ENMARCA DENTRO DE «los roles de género y en los estereotipos de género», la apertura al hoLA NECESIDAD DE mosexualismo y al pansexualismo, el LA EDUCACIÓN, DESPLAZANDO derecho al acceso al aborto seguro entre los jóvenes a partir de los LA MEDIACIÓN DE LOS PADRES quince años y cosas por el estilo.

los padres no cuentan El gobierno socialista de España no ha tardado en asimilar la lección como demuestran las recientes iniciativas que se han tomado en Extremadura para impartir cursillos de iniciación en la masturbación, o el proyecto que los ministerios de Educación y Sanidad preparan en conjunto, para imponer más formación sexual. Según el Secretario General de Sanidad, «será un plan que obligará por ley a proporcionar educación sexual en los colegios desde la infancia», y esta educación la impartirán farmacéuticos y enfermeros. Con esto queda dicho que no se trata de educación en la sexualidad, sino de información sobre el uso indiscriminado de la misma. Según la lógica de la imposición totalitaria, tal proyecto no contará con la opinión de los padres ni con el proyecto educativo del centro, entrometiéndose en la intimidad de los alumnos. Las medidas represivas ya están contempladas, pues quienes se opongan a esta invasión estatal en un campo que compete al ámbito personal, serán acusados de no colaborar con la salud pública, tal como denunciaba el colectivo Profesionales por la Ética».

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la neutralidad estatal en entredicho Otro caso evidente de adoctrinamiento ideológico lo tenemos en España con la denostada asignatura «Educación para la Ciudadanía». Una ley injusta por cuanto intenta imponer una determinada ideología a las futuras generaciones, porque conculca el derecho único de los padres a educar a sus hijos, invade el campo de la conciencia personal y atenta contra la libertad de vivir de acuerdo con la propia fe. Todo ello es producto típico de los regímenes totalitarios. No es de extrañar, por tanto, que haya suscitado tanta oposición y las objeciones a la asignatura y los recursos ante los tribunales se estén multiplicando. El mismo contenido de la asignatura manifiesta claramente la línea ideológica la que se quiere adiestrar

cuando al explicar un mundo de valores, pone como práctica el vídeo del Día del orgullo Gay, cuando explica en qué consiste el sexo oral o cuando invita a los alumnos a cuestionar qué es lo que hace mal la Iglesia Católica. No podía ser de otro modo, ya que el Ministerio de Educación se niega a elaborar los contenidos de dicha asignatura con la comunidad educativa y se la confía a grupos muy ideologizados afines a sus posturas. Por si fuera poco, el mismo ejecutivo ha expresado claramente sus intenciones al declarar por medio del número dos del Ministerio de Educación del gobierno socialista que su Departamento «no contempla la posibilidad de que sean los padres

EL SOCIALISMO, CUANDO SE REVISTE DE IDEOLOGÍA LAICISTA Y DE RELATIVISMO, NO ES LIBERTAD SINO DICTADURA

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quienes tienen el derecho de elegir la educación que quieren dar a sus hijos y no los poderes públicos». Es decir, que los padres no saben lo que les conviene a sus hijos, sino que es el papá Estado el que sabe lo que es bueno. Esto me huele a dictadura del proletariado y a la función dirigente del partido único, que es el que debe guiar a las masas ignorantes para imponerles una felicidad que ellas serían incapaces de lograr porque son ellos los que conocen el bien y el mal.

El socialismo, cuando se reviste de ideología laicista y de relativismo, no es libertad sino dictadura. Mientras se critica la imposición de la asignatura de religión y se la relega al limbo de lo optativo, se obliga a pasar por las horcas caudinas, se quiera o no, por la nueva asignatura en una flagrante violación de todo derecho.


e d u c a c i ó n p a ra l a v i d a El mismo Secretario de estado de Educación, sigue afirmando que «en un sistema educativo moderno no se puede concebir que las administraciones educativas tengan un carácter subsidiario respecto a las familias». No sé lo que entenderá por «sistema educativo moderno», pero todo sistema educativo es propio de las familias y las administraciones públicas tienen siempre un carácter subsidiario, puesto que el Estado está para servir al ciudadano y no para implantar sus ideas. En este caso la objeción está justificada, entre otras cosas, para defender la libertad de educación que está en serio peligro al estar sometida al total control de la maquinaria estatal.

ni imponer ni abaratar, proponer Algunos acusan al cristianismo de impositivo y fundamentalista por la pretensión de querer imponer su verdad; pero esto, que podría ser cierto en el Islam (que, por ejemplo, predica la voluntad de Alá traducida en la «sharia», ley islámica que sí se impone, o se ve en el laicismo militante, que, al no aceptar ninguna verdad, ha de imponer la opinión de la mayoría, para que el orden social no se convierta en un caos en el que cada cual haga lo que quiera —y en este sentido podemos decir que sí son fundamentalistas e impositivos—), no lo es en el caso del cristianismo, porque la verdad que proclama es Cristo, la manifestación del ser de Dios, que es Amor, y el amor, por su propia naturaleza, no se impone, sino que se oferta gratuitamente en la libertad, que lo acoge o lo rehúsa.

quería forzarle a hacer el demonio, imponiendo la verdad a fuerza de milagros espectaculares; antes al contrario, ha proclamado la verdad y ha aceptado ser incomprendido, calumniado, rechazado, acusado, condenado y ajusticiado. La Iglesia, por tanto, no es impositiva cuando anuncia la verdad del Evangelio y, si alguna vez en la historia pasada lo ha hecho, ha sido infiel a su propia condición. La Iglesia, como su Maestro, propone al hombre la salvación, y lo hace a tiempo y a destiempo, obedeciendo a Dios antes que a los hombres y, como Cristo, llora ante el mundo que se muestra renuente a acoger la palabra de salvación, porque sabe que este rechazo, como a Jerusalén, lo llevará a la ruina. Tampoco puede rebajar el Evangelio para hacerlo digerible y aceptable al mundo, porque lo estaría engañando y traicionando. La verdadera misericordia no se muestra cuando se rebajan las exigencias de la verdad, sino cuando se la proclama íntegramente a fin de que lleve al hombre a su realización, porque la vida del hombre está en amar y donarse, y el don de sí mismo se manifiesta —entre otras cosas— en la acogida y el perdón al otro, por ejemplo, al cónyuge en las dificultades de la convivencia; en la aceptación amorosa del hijo que Dios da; en la fidelidad y en procurar el bien del cónyuge y de los hijos; en el respeto al otro, aunque sea débil y suponga una carga; en amar, en definitiva, a quien tenemos al lado como hemos sido amados por Dios.

Por eso, Dios no fuerza al hombre y, aunque éste ha rechazado su oferta de comunión, no lo ha castigado ni obligado, sino que lo ha dejado en su libertad. Cuando Cristo ha mostrado el amor del Padre, a nadie ha LA IGLESIA NO PUEDE REBAJAR LA VERDAD obligado a creer DEL EVANGELIO PARA HACERLO ACEPTABLE en él, como

AL MUNDO, PORQUE LO ESTARÍA ENGAÑANDO Y TRAICIONANDO

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espadas de dos filos

Sabrás que yo soy

Dios, tu Dios

Antonio Pavía Misionero Comboniano

omenzamos este escrito poniendo sobre el tapete la eterna pregunta: ¿Existe Dios? Hemos de señalar, no obstante, que el hecho de que una persona llegue, por el camino que fuere, al convencimiento de la existencia de Dios, no le es suficiente para la oxigenación de su alma; necesita también, y esto es irrenunciable, saber por sí mismo quién es ese Dios ya aceptado por su razón.

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espadas de dos filos LA PALABRA DE DIOS RESUENA COMO UN JURAMENTO A FAVOR DE SU PUEBLO: “INFUNDIRÉ MI ESPÍRITU EN VOSOTROS Y VIVIRÉIS”

¿Quién es Dios?, se pregunta también el pueblo de Israel. Para encontrar respuestas tendrá que dejar de lado, al menos momentáneamente, sus razonamientos y dar prioridad a sus ojos y oídos, no solo a los exteriores, sino también, y sobre todo, a los interiores, lo que san Agustín llama sentidos del alma. Desde esta peculiarísima perspectiva, Israel nos ofrece una primera pista: Dios se da a conocer por medio de sus obras; así lo atestigua el salmista (ver Sal 19,1-3). Dios ha puesto su creación, el mundo emanado de su palabra creadora, a los pies del hombre, siendo él su obra maestra. Aun así, la constatación de que la grandeza del cosmos postule un Artífice, no es argumento suficiente para establecer con Él una relación de confianza y amor. Es cierto que su obra creadora es visible y constatable, mas también lo es que no alcanza la intimidad del hombre, ahí donde este necesita abrirse al Absoluto, al Infinito, a Alguien que dé sentido y plenitud a su yo inacabado. De ahí la necesidad perentoria de un ulterior paso en nuestra comprensión de Dios. Precisamos inexcusablemente palpar con nuestras manos, ser testigos de las obras que hace en y por nosotros. Es entonces, solo entonces, cuando podemos tener datos fehacientes para saber de Dios, quién es. Es un saber consecuencia de su hacer. Entramos así en una experiencia de fe no inventada y mucho menos programada, nace del hacer de Dios. Un hacer del que Israel es testigo privilegiado, es el pueblo elegido, y en este sentido padre y madre en la fe de todos los pueblos de la tierra. A partir de la encarnación del Hijo de Dios, esta su elección se abre en abanico al mundo entero.

“yo el Señor lo digo y lo hago” Numerosos son los pasajes bíblicos en los que a Israel le es dado ver con sus propios ojos las obras hechas por Dios en su favor. Como prototipo de estos pasajes nos remitimos a uno que encontramos en el profeta Ezequiel que nos parece sumamente significativo. El escenario que en él se nos ofrece no puede ser más desolador. Israel sufre en su carne su destierro en Babilonia. Parece casi un pueblo muerto, y es esto justamente lo que Dios hace ver al profeta: un cementerio plagado de huesos diseminados por toda parte. Muerte, yugo, luto, destrucción... Justo ante este escenario aterrador en el que no hay cabida de esperanza alguna, resuena a oídos de Ezequiel la promesa de Dios: “Os cubriré de nervios, haré crecer sobre vosotros la carne, os cubriré de piel, os infundiré mi espíritu y viviréis; y sabréis que yo soy Yahvé” (Ez 37,6).

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espadas de dos filos La promesa que da lugar a este “sabréis”, no es creíble en absoluto. La realidad de muerte e impotencia que se cierne sobre los israelitas parece superior a lo que Dios promete. La desesperanza de los desterrados es tal que no admite ni. asimila ningún cambio en su situación a no ser para ir a peor. Sus labios solo se mueven para expresar su fatalidad: “Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo ha acabado para nosotros” (Ez 37,11 b). Es una lamentación que más parece un grito arrojado al vacío a sabiendas de que no encuentra quien lo recoja. Sin embargo y aunque parezca increíble, hay un receptor: Dios, quien tiene algo que decir. Lo que va a comunicar a su pueblo es, en definitiva, su Palabra contra la del hombre. Resuena como un juramento en el que empeña su honor, su credibilidad; más aún, es un atestado a favor de su pueblo: “Sabréis que yo soy Yahvé cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío“ (Ez 37,13). El Dios de Israel cierra con broche de oro su promesa al profeta con un anuncio mezcla de sublimidad y sobrecogimiento; anuncio por medio del cual ofrece a los israelitas “algo” más que un dato o prueba para ser reconocido como Dios; les hace saber lo que constituye el núcleo y la esencia de su Ser: “Yo digo y hago“. Toda palabra que sale de mi boca, se cumple. Y cuando seáis testigos de todo ello... “sabréis que soy Yo“. Escuchemos el juramento de Dios: “Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestro suelo, y sabréis que yo, Yahvé, lo digo y lo hago“ (Ez 37,14).

yo sé que mi Dios está vivo Un nuevo paso, por supuesto fundamental, que da Israel en su camino de fe, viene dado cuando su experiencia como pueblo —“sabréis”— es personalizada. Me explico: todo israelita bebe del pozo de la fe de sus padres; estos, como transmisores de la fe (ver Dt 11,1821), catequizan a sus hijos en la línea que hemos visto anteriormente:

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CADA CUAL NECESITA ATERRIZAR LA FE DE SUS PADRES EN SÍ MISMO; PASAR DEL SABEMOS AL “YO SÉ“ Sabréis que Yo soy Yahvé por lo que he hecho por vosotros. Sin embargo, cada cual necesita identificarse con la experiencia de su pueblo, haciéndola suya a través de su historia personal con Dios. Se trata de aterrizar la fe de sus padres en sí mismo; pasar del sabréis o sabemos al “yo sé“. En este sentido nos acercamos, aunque fugazmente, a la figura de Job, imagen fidelísima de Jesucristo y cuya altura espiritual es inmensurable. Conocemos a grandes rasgos su vida. Satanás pide permiso a Dios para probarlo, para ver si lo ama realmente de corazón o solo por interés, es decir, con la boca. Dios le da permiso y, de un manotazo, Satanás provoca en Job, hasta entonces un hombre próspero y feliz, un cúmulo de desgracias y penalidades. Por más que el tentador se emplea a fondo, no alcanza sus pretensiones, no consigue que maldiga a Dios. Nuestro buen hombre gime, llora, se lamenta, grita su desgracia, mas de sus labios no sale ni una palabra contra su Hacedor. Su Dios está con él, es su fuerza interior. ¿Cómo pudo ser la historia de amor que vivieron ambos, Dios y Job? No lo sabemos; son historias que tienen su pudor y su secreto. Pero sí podemos adivinar algo de ella. Mucho “de Dios” debía de haber en el corazón y en el alma de Job para llegar a hacemos esta confesión tan tierna como sorprendente: “Yo sé que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará sobre el polvo. Tras mi despertar me levantará junto a él, y con mi propia carne veré a Dios. Yo, sí, yo mismo le veré... “(Jb 19,2527). Parece que nos está diciendo: Mi pueblo supo, mis padres supieron y me lo transmitieron..., “yo sé“. El proceso ha sido realmente bello. Se han roto los velos intermedios, ahora soy yo quien puedo decir: ¡Sé que tú existes y que me das la Vida Eterna!


espadas de dos filos Recojamos ahora con temor y temblor santo su postrera confesión: “Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos“ (Jb 42,5). Te conocía sólo de oídas, lo que los míos me transmitieron de ti. Doy gracias a todos los que me contaron la maravillosa historia de salvación que hiciste con tu pueblo, mas necesitaba ser yo mismo testigo de todo ello, testigo de que tú eres Amor y Vida. Me hiciste descender, me desesperé en mi dolor y soledad, aullé como un perro, mas no me solté de ti; no consiguió Satanás arrancar de mis labios maldición alguna que me arrebatara de tus manos. Ahora ya sé quién eres, sobre todo quién eres para mí... ¡Ya sé de ti!

Jesús sabe del Padr e Jesús es la plenitud de toda la experiencia de fe que Israel ha vivido a lo largo de su historia. Sabe de Dios, sabe que es su Padre, que su Palabra es Vida Eterna. Porque lo sabe, le obedece incondicionalmente incluso cuando la muerte lo acecha: “Llega el príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que actúo según me ha mandado“ (Jn 14,30-31). Sabe también Jesús que su Padre no le dejará solo aunque todos le abandonen (Jn 16,32).

ME HICISTE DESCENDER, ME DESESPERÉ EN MI DOLOR Y SOLEDAD, AULLÉ COMO UN PERRO, MAS NO ME SOLTÉ DE TI

Sabe que siempre le escucha. Recordemos cómo se dirigió a Él en la resurrección de Lázaro: “Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: Padre, te doy gracias por haberme escuchado. Ya sabía yo que tú siempre me escuchas... “(Jn 11,41-42). Sabe, en definitiva, que su Padre no va a consentir que sea presa de la corrupción en el sepulcro, no tiene la menor duda de que volverá a Él: “Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre” (Jn 16,28). Lo sabe porque conoce su Palabra y que ésta es siempre verdad, es decir, se cumple (Jn 17,17b). Bien sabe Jesús lo celoso que es su Padre a la hora de empeñar su honor con su Palabra. Sí, es leal a lo que dice y promete. El “Yo sé” de Jesús acerca de Dios su Padre es el definitivo. Su confesión de fe es como una matriz que da a luz innumerables historias de fe y amor. De hecho, el “Yo sé“ de Jesús da lugar al “nosotros sabemos“ de sus discípulos. Jesús mismo lo atestigua en aquel monólogo, tan divino como humano, dirigido al Padre que brotó de su alma al final de la última cena. Digo monólogo ateniéndome a la literalidad joánica. Trascendiendo esta literalidad, podemos hablar de toda una serie de manantiales interiores compartidos por ambos —Padre e Hijo—, y cuya belleza y profundidad escapa a nuestra percepción. Pues bien, en este que llamamos monólogo, Jesús trasvasa su experiencia del Padre a los suyos; pasa de su “Yo sé“ al “ellos ya saben“: “He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo... Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti... “ (Jn 17,6-8).

JESÚS ES LA PLENITUD DE TODA LA EXPERIENCIA DE FE QUE ISRAEL HA VIVIDO A LO LARGO DE SU HISTORIA 83


espadas de dos filos

LA EXPERIENCIA DE FE NACE DE PALPAR CON NUESTRAS Creemos y sabemos, había confesado Pedro en nombre de los demás apóstoles anticipando la obra de la fe que MANOS LAS OBRAS QUE DIOS el Espíritu Santo haría en ellos a partir de la ascensión del HACE EN Y POR NOSOTROS Hijo al Padre. Situémonos en los hechos concretos. Jesús ha multiplicado los panes y los peces con los que ha alimentado a una multitud. No se trata de un milagrito para mostrar su poder. Ha puesto ante sus ojos el signo, o uno de ellos, por medio del cual Israel reconocería al Mesías. Esto hacía parte de las catequesis que el pueblo había recibido de sus maestros espirituales. Escuchemos: “Al ver la gente la señal que había realizado, decía: Éste es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo” (Jn 6,14). A continuación Jesús imparte una catequesis en la que se presenta como el Pan vivo bajado del cielo que vivifica al hombre (Jn 6,51). El escándalo está servido. ¿Cómo puede un simple hombre decir esto? Es un loco, o peor, un blasfemo. Desilusionados, se van retirando.

Jesús mira a su alrededor hasta que sus ojos, casi febriles, se detienen ante los doce. Fracaso en su predicación, tristeza por la cerrazón de la multitud. La situación se torna por momentos insoportable. Abrazándose a su soledad, Jesús les pregunta: ¿También vosotros queréis marcharos? Es entonces cuando Pedro, el discípulo de corazón tan gigantesco como impulsivo, proclama, en nombre de todos, esta fascinante confesión: “Señor, ¿Dónde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de Vida Eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios“ (Jn 6,68-69). Por último y como prototipo de todos y cada uno de los discípulos de Jesús de todos los tiempos, recogemos el testimonio de Pablo. Lleva en su cuerpo y en su alma grabadas las marcas de su amor al Señor Jesús; marcas que hablan de penalidades, vejaciones, privaciones de todo tipo, atrocidades... Por si fuera poco, da con sus huesos en la cárcel. Intuye cercana la muerte. Es justamente entonces cuando ofrece al mundo entero su inapreciable confesión de fe. Resuena atronadora, parece que hasta los cielos tiemblan: “Sé bien en quién he puesto mi fe, mi confianza” (2Tm 1,12).

UN CRISTIANO NO ES UN PRODUCTO DE INGENIERÍA CATEQUÉTICA SINO AQUEL QUE SABIENDO LO QUE DIOS HA HECHO EN ÉL, PUEDE DECIR: ¡SÉ DE QUIÉN ME HE FIADO! 84

A la luz de una confesión de fe así, solo nos queda testificar con toda la fuerza del alma que el discipulado crece a la par de este “saber“. Un cristiano, un discípulo, no es un producto conseguido a base de un proyecto de ingeniería catequética. No, discípulo es aquel que sabe desde el mismo Dios. Sabe por el hecho de acercarse a Él, de hacer juntos su propia y singular historia de fe y de amor. Afronta miedos y reservas hasta que, sobreponiéndose a sus temblores por lo que Dios ha hecho en él, puede decir: ¡Sé de quién me he fiado!



al de a pl an eta ri a

Del

s ex o al

género La n u e v a r ev o l u c i ó n social

M.ª Isabel Llanes Médico, Máster en Terapia de Conducta, Profesora de Antropología de la Familia

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a ld e a pl an etar i a

n l a p r i m e r a d é c a d a d e l n u e vo m i l e n i o h a t e n i d o l u g a r e n n u e s t r a s o c i e d a d u n a r ev o l u c i ó n c u l t u r a l s i n p r e c e d e n t e s y d e c o n s e c u e n c i a s d ev a s t a d o r a s , y a q u e p r o p o n e u n n u e vo m o d e l o a n t r o p o l ó g i c o , e n e l q u e s e e l i m i n a t o d a d i f e r e n c i a e n t re h o m b r e y m u j e r. E n e l n u ev o m o d e l o , l a m a n i f e s t a c i ó n d e l a m a s c u l i n i d a d / f e m i n e i d a d y s u ex p r e s i ó n e n l a c o n d u c t a s e x u a l q u e d a n a m e rc e d d e l d e s e o d e l i n d i v i d u o e n c a d a m o m e nto d e su v i d a .

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E l s e c re t o d e l r á p i d o é x i t o d e e s t e c a m b i o s o c i a l h a y q u e b u s c a r l o e n u n a h á b i l m a n i p u l a c i ó n d e l l e n g u a j e, j u n t o a l a s p ro m e s a s d e l i b e r t a d y d e i g u a l d a d p a ra t o d o s, t o m a n d o c o m o b a s e l a d e f e n s a d e l o s d e r e c h o s e i n t e g r i d a d d e l a m u j e r, m e d i a n t e u n a p r o g r a m a d a y e f i c a z c a m p a ñ a d e m a r ket i n g a p a r t i r d e l a re d e f i n i c i ó n d e l a v i o l e n c i a d o m é s t i c a , q u e p a s ó a l l a m a r s e “ v i o l e n c i a d e g é n e r o ”. 87


al de a pl an eta ri a

e n c o n t ra d e to d a d i f e re n c i a En un primer momento casi nadie veía que detrás de esa redefinición de la violencia sobre la mujer había toda una ideología subyacente. Se presentaba dicha violencia como un hecho estructural. Es decir, se achacaba sus causas a unas estructuras sociales inadecuadas en las que el hombre dominaba a la mujer a través de las relaciones heterosexuales en el contexto del matrimonio monógamo de la familia natural —que llamaban tradicional o patriarcal— y que transmitía unas ideas machistas o sexistas. Se seguían así los presupuestos de una ideología que entiende la historia de la humanidad bajo el aspecto de una lucha de poder entre los sexos. Afirma que, mediante la heterosexualidad del matrimonio monógamo, el hombre domina a la mujer, que es hecha esclava como medio económico de producción y de reproducción. Hay palabras “talismán”, palabras cargadas de un poder de prestigio tal que nadie puede poner en entredicho. La palabra talismán de nuestra época es “libertad” y, por semejanza, independencia, autonomía, democracia, derechos, paz, tolerancia. Por el contrario, toda aquella palabra que, en apariencia se oponga a éstas, está totalmente desprestigiada. El término violencia tiene el poder de hacer reaccionar negativamente sobre las palabras o ideas asociadas a ella. Con la expresión “violencia de género” se ha dado un sesgo negativo al “género”, a los roles sexuales construidos por una sociedad a la que se califica de machista o sexista. En consecuencia, la sociedad tiende a ponerse en contra de toda diferencia en función del género.

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E N LA REDE FINICIÓN D E LA VI OLENCI A D O M É S T I CA C O M O “ VIOLENCIA DE G ÉNERO”, H AY TO D A U N A I D E O LO G Í A S U BYAC E N T E QU E E NT IE ND E L A H I S TO R I A C O M O U N D OMI NI O DE L HOMB R E H AC I A L A M U J E R No cabe duda de que la campaña ha conseguido sus objetivos. Hoy todo el mundo utiliza el término “género” y acepta las políticas de “igualdad de género”, aunque no sepa muy bien de qué está hablando. Pero las palabras van cambiando poco a poco nuestra mentalidad. La realidad es que los términos sexo y género no son sinónimos a pesar de que aún haya muchas personas que no sepan diferenciarlos. En español no sería necesario hablar de género referido al ámbito antropológico, como ya advirtió la Real Academia de la Lengua en 2004, ya que el término sexo engloba todas las dimensiones del ser humano, que siempre es sexuado. A grandes rasgos se puede hablar del sexo biológico (cromosómico, hormonal, gonadal, somático…), de sexo psicológico y de sexo social.


a ld e a pl an etar i a

u n a i d e nt i d a d s ex u a l va r i a d a y va r i a b l e El investigador y pensador John Money introdujo en 1955 el término género de la lingüística al ámbito de la psicología y de la antropología para diferenciar los caracteres innatos de la sexualidad —con los que se nace— para los que reservó el término sexo, de aquellos caracteres adquiridos —dados por la educación y la cultura— a los que llamó género. Para Money, a las características biológicas, dadas al nacer, se le sumaría el género, lo dado por la cultura al nuevo individuo, que producirían la masculinidad o feminidad. Según este autor, el resultado es la identidad sexual, que aparece ya en los primeros años de vida en función de cómo se eduque al bebé. Sostenía que se podía cambiar el sexo de la persona con la educación siempre que se hiciera antes de los dieciocho meses. No hay ninguna investigación científica que certifique que el ser humano nace sexualmente neutro. La realidad es que nace sexualmente determinado como hombre o como mujer. Eso sí, el bebé al nacer es un ser inmaduro que precisa de los demás, de cuidados y de tiempo, para llegar a tener conciencia de sí mismo, de su identidad personal y de su identidad sexual como hombre o como mujer. Money ilustró su teoría con un experimento realizado en gemelos monocigóticos que habían sido circuncidados. Uno de los niños sufrió una importante quemadura en su pene y Money aconsejó a los padres su intervención quirúrgica para la castración y realización de una pequeña vagina. El niño fue educado como niña y el experimento de socialización femenina fue presentado como un éxito por parte de Money. Años después otro psiquiatra, el doctor Dia-

mond, descubrió que el experimento había sido un fracaso, porque el niño nunca había aceptado la socialización femenina y, al llegar la pubertad, tenía tendencias sexuales hacia las chicas a pesar de ser tratado con hormonas femeninas. Desarrolló ideas suicidas y, cuando su padre decidió contarle la verdad, el niño quiso cambiar su nombre y seguir su vida como lo que era, como hombre.

“ t re s e m e s m a l d i t a s : m e nst ru ació n, m at ri m o nio y m at ernidad” En la segunda mitad del siglo pasado se hicieron múltiples estudios de psicología de género, de psicología de la diferencia entre hombres y mujeres; pero el término como tal no era conocido por la mayoría de la gente. En realidad, como ya he dicho y todos recordarán, el término “género” ha comenzado a conocerse y a utilizarse en la sociedad española, primero en los medios y después por la población en general, en la presente década, a partir de redefinirse la violencia doméstica en violencia de género. Y todo ello impulsado desde los organismos internacionales, sobre todo por la ONU, con el fin de introducir una ideología muy concreta, una nueva forma de vida basada en un nuevo concepto antropológico, un nuevo concepto de hombre. A partir de entonces la palabra género es utilizada frecuentemente en lugar de sexo, como si fuese una forma más refinada y culta. Con ello, aunque no se sepa y no se sea consciente de ello, se está haciendo recaer todo el peso de la sexualidad humana sobre lo construido socialmente, que es lo que desean los promotores de la nueva ideología, que es llamada habitualmente “perspectiva de género”.

PA R A M O N E Y, E L P R I M E R O E N I N T R O D U C I R E L T É R M I N O G É N E R O, L A I D E N T I DA D S E X UA L E S T Á E N F UN CI ÓN DE C ÓMO SE ED UQU E A L BE BÉ Y NO D E LO S C A R AC T E R E S I N N ATO S C O N LO S Q U E S E N AC E 89


al de a pl an eta ri a Otros muchos, sobre todo a partir del desarrollo de las políticas de igualdad, consideran que el término género es algo referente a los derechos de la mujer que trata de conseguir su equiparación con el hombre, aunque no tiene nada claro en lo que basa dicha igualdad. La igualdad de género que hoy se persigue no trata de reivindicar el feminismo de equidad, la equiparación de derechos y oportunidades entre hombre y mujer, cosa conseguida ya en nuestra sociedad desde hace unas décadas. Es más, muchos de los dirigentes de la perspectiva de género piensan que ese feminismo de equidad es contraproducente para la mujer, ya que le obliga a realizar una duplicidad de funciones y de jornadas laborales: la de madre de familia y la de mujer trabajadora. Como consecuencia, el verdadero enemigo de la mujer es la propia naturaleza sexuada: aquello que expresaba un conocido eslogan de los años setenta del siglo pasado, que achacaba los males de la mujer a “las tres emes malditas: menstruación, matrimonio y maternidad”.

L A I G UA L DA D D E G É N E R O N O R E I V I N D I C A L A E Q U I PA R AC I Ó N D E D ER EC HOS EN TR E H OMBR E Y M U J E R , S I N O A C O R R A L A R LO Q U E E L LO S C O N S I D E R A N E L M AYO R E NE MIG O DE LA MUJE R: S U P R O P I A N AT U R A L E Z A S E X UA DA

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a ld e a pl an etar i a L A ID E O LO G ÍA D E G É N E R O T R ATA D E I M P O N E R S E E N TO D O S LO S Á M B I TO S S O C I A L E S Y, A H O R A , H A S TA E N LO S J U E G O S D E S A R R O L L A D O S P O R N U E S T R O S P E Q U E Ñ O S E N E L R EC R E O Para la perspectiva de género, la única forma de conseguir la igualdad entre hombres y mujeres consiste en depurar la educación de todos los roles basados en estereotipos de épocas anteriores, de modo que se consiga eliminar la bipolaridad sexual y, en vez de sexos, se hable de orientaciones sexuales, de manera que cada uno pueda elegir lo que desee sin tener en cuenta el propio sexo, pudiendo variar esa orientación cuando lo desee. En vez de dos sexos habría cinco orientaciones sexuales u “orientaciones afectivas”: mujer heterosexual, mujer homosexual, hombre heterosexual, hombre homosexual y bisexuales. Es lo que se ha llamado sexualidad polimorfa, que permitiría un auge del placer, según los deseos del momento, y que terminaría con toda dominación y desigualdad entre hombres y mujeres.

nuestro entorno consideraban esa forma de entender la sexualidad como algo sin sentido, fruto del sectarismo homosexual y de cierto feminismo militante y radical que parecía no poder llegar a tener relevancia social alguna. Pero hoy, muy pocos años después, comprobamos que el nuevo modelo antropológico trata de imponerse desde todos los ámbitos políticos, legislativos, educacionales, de comunicación social y, por si fuera poco, hasta en los juegos desarrollados por nuestros pequeños en el recreo.

La ideología de género considera que la heterosexualidad no es la tendencia natural o normal de las personas, sino algo enseñado por la sociedad para perpetuar un poder jerarquizado de hombres que someten a las mujeres para su disfrute sexual y su provecho económico. Nunca el relativismo filosófico pensó poder llegar tan lejos. En el año 2003, fecha en que comencé a escribir sobre este tema, la mayoría de las personas de

E L N U E V O M O D E LO A N T R O P O L Ó G I C O I M P U E S TO P R E T E N D E E L I M I N A R TO D A D IF ER EN CI A E NTR E H OMB R E Y MU JE R E N P RO D E L A S E X UA L I D A D P O L I M O R FA ( M U J E R H E T E R O S E X UA L , H O M O S E X UA L , H O M B R E H E T E R O S E X UA L , H O M O S E X UA L Y B I S E X UA L E S ) A D A P TA DA A LO S D E S E O S D E C A D A M O M E N TO E N L A V I D A

Título: Del sexo al género. La nueva revolución social Autor: M.ª Isabel Llanes ISBN: 978-84-313-2721-7 PVP: 13,46/14 Euros (sin IVA/con IVA) N.º de Páginas: 192 Editorial: EUNSA Colección: Astrolabio Ciencias Sociales

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mosaico

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Bienaven uranzas Santiago R. Sรกnchez Ruiz

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mosaico n marzo de 1999, hace ya más de once años, tuvimos la oportunidad de pasar nuestro viaje de novios en Tierra Santa. Desde el principio, los alrededores del mar de Galilea o Tiberiades (Kinneret en hebreo) nos impactaron por su natural hermosura. La joya de Galilea, siempre brillante como una esmeralda y con su tranquila superficie rodeada de montañas, en tonos verdes y ocres, expande el corazón del peregrino, como respuesta ante tal belleza. En su orilla noroeste y dominando el lago, se encuentra el Monte Eremos (Ojo de Dios, para los árabes), donde Jesús se retiraba a orar según Marcos, sobre todo después de los momentos difíciles vividos en Cafarnaún. Pero lo que en él aconteció, hace dos mil años, lo convertiría en el monte del Nuevo Pacto, el Monte de las Bienaventuranzas. En este monte Jesús expuso al mundo de todas las épocas, consciente de la autoridad que tenía, su propia interpretación (Halajá) de la “Torah”.

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mosaico En un emplazamiento cercano desde donde Jesús derramó el amor de su corazón a sus discípulos, más por razones estéticas que históricas, se edificó en los años treinta, una pequeña iglesia de estilo neorrenacentista, que conmemoraría, en lo sucesivo, tan importante evento. El propio arquitecto italiano Barluzzi describe el lugar y la obra con sus palabras: “Sobre las dulces colinas que rodean el lago de Tiberiades, al Norte, y como recuerdo del sermón de la Montaña, ha surgido en 1938 el santuario de las Bienaventuranzas. Domina el lago desde una altura aproximada de 200 m. De planta octogonal (pues ocho son las bienaventuranzas), rematada por una cúpula y arcos abiertos en torno al altar. Y desde la galería exterior que la circunda, se puede disfrutar al máximo de la contemplación de tan singular panorama, mientras el alma descansa entre el azul del cielo y el mar, al tiempo que se escucha el gorjeo de los pájaros, entre el colorido de las flores sobre el fondo verde de la colina.”

el Sermón más bello d el mundo Hace un par de semanas, he vuelto a ser bendecido con la oportunidad de volver a pisar aquellas tierras y, en esta ocasión, he podido ser testigo de revelaciones muy interesantes sobre el “verdadero” emplazamiento donde pudo haber tenido lugar el “Sermón más bello del mundo”:

HE SIDO BENDECIDO C ON L A O P O RT U N I DA D D E VO LV E R A P I SA R AQ U E L L A S T IE RR A S Y S ER TES TI GO D E R E V E L AC I O N E S S O B R E E L E M P L A Z A M I E N TO D ONDE P UD O HABER T E N I D O LU G A R E L “ S E R M Ó N M Á S B E L LO D E L M U N D O ” Tras las invasiones, primero, de los persas y, después, de los árabes, se perdió toda referencia al respecto, en particular la localización de Cafarnaún, Tabgha y Corazín. Diferentes estudiosos, desde el año 900, han ido postulando diversas hipótesis sobre cuál podría ser el Monte de las Bienaventuranzas: desde los Cuernos de Hittim (donde Saladino derrotó definitivamente al ejército cruzado) al monte Tabor. En los últimos años dichas hipótesis, gracias a las distintas campañas arqueológicas impulsadas por la Custodia Franciscana, han ido desestimándose, carentes de toda verosimilitud. En la primera década del siglo XX, fue encontrada gran parte de Cafarnaún; después en los años veinte se pudieron identificar con certeza las ruinas de Corazín y, finalmente, en 1932 se descubrieron los restos de la capilla bizantina en Tabgha, que señalaba el lugar de la multiplicación de los panes y los peces. Tales referencias arqueológicas dan luz sobre el hecho de que el Monte de las Bienaventuranzas es el lugar donde Jesús instituyó a los doce apóstoles y proclamó el sermón.

El texto nos ha llegado básicamente a través de dos fuentes la de Mateo 5,1-20 y la de Lucas 6,17-49;1 en ambos contextos se hace referencia a que “el monte” se encontraba en los alrededores de Cafarnaún. Ya desde los primeros tiempos, la Iglesia primitiva identificaba el lugar del sermón, exactamente con el monte que se eleva detrás de Cafarnaún y Tabgha. 1 En Lucas 6,17ª se lee: “Jesús bajó del cerro con ellos, y se detuvo en un llano”, haciendo referencia a la costumbre de Jesús de retirarse a lugares aislados o elevados para orar a solas, descendiendo después para buscar un lugar más accesible desde donde poder hablar a la multitud.

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mosaico EN LAS PR IME RA D É C A DA S D E L S I G LO X X F UE RON E N C O N T R A DA S G R A N PA RT E D E LAS RUINAS D E C A FA R N A Ú N Y CORAZÍN, AS Í COMO LO S R E S TO S DE LA CA P I L LA B I Z AN TI NA E N TA B G H A , Q U E S E Ñ A L A BA E L LU G A R D E L A M U LT I P L I C AC I Ó N D E LO S PA N E S Y LO S P E C E S

En cambio es más difícil localizar el lugar preciso donde éste fue proclamado a sus discípulos. La peregrina Egeria (siglo IV) da indicaciones bastante precisas y escribe en su itinerario: “No muy lejos de Cafarnaún, sobre el monte vecino, hay una ‘specula’ (altura) sobre la cual el Señor subió a proclamar las bienaventuranzas...” En la época de las cruzadas, hay textos en los que se indica que el lugar del sermón de la montaña estaba en torno a una milla de Tabgha (Compendio “De Situ Urbis Jerusalem”, año 1130). Burchardus, del Monte Sión, sacerdote dominico del siglo XIII, que viajó extensamente a través de Tierra Santa y de Oriente Medio, fue mucho más preciso, ya que refiere el lugar del Sermón: “El monte que se encuentra viniendo de Safed y siguiendo el camino hacia oriente, que llega hasta Tabgha. Desde allí se puede gozar de un panorama magnífico del lago y de toda la región de Galilea hasta el Hermón y el Líbano”.

e l c ami no que accede a la alegría plena En la actualidad, considerando que las costumbres locales beduinas son las más antiguas e ininterrumpidas, Clemens Kopp, estudioso de tales tradiciones, propone tres argumentos, ciertamente interesantes. Una antiquísima tradición local beduina, confirmada por un análisis detallado de todas las fuentes antiguas y medievales, propone que estos árabes nómadas identificaban un grupo de árboles milenarios como “Es-sajarat elmubarakat”, que se traduce como “los árboles bendecidos por el Mesías” (el profeta Issa).

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mosaico Estos tres árboles bimilenarios (un terebinto, una encina y una “spina christi”) se encontraban justo sobre una explanada en torno a dos mil metros en línea recta, ascendiendo monte arriba, desde la actual iglesia de las bienaventuranzas, siendo durante muchos años venerados por tales “moradores del desierto”, como memoria de la presencia del Mesías. Hasta que en 1913 un beduino taló dos de ellos, la encina y la espina de Cristo, lo que provocó la indignación de las comunidades locales, consiguiendo así la Custodia Franciscana acceder a la compra del terreno. El terebinto, hoy en día permanece aun vivo (ver foto adjunta) La misma zona, la de los árboles sagrados, era también conocida por los beduinos como “Der makir”, ya que, según las mismas tradiciones, se encontraba un santuario eremita dedicado a San Macario. Se encontraron restos del mismo en los movimientos de tierra realizados en la construcción del Centro de formación espiritual católica para seminaristas y sacerdotes, “Domus Galilaeae”, durante el año 2000.

TO D AV Í A N O E S P O S I B L E C O N O C E R L A U B I C AC I Ó N E X AC TA D E L A P R O C L A M AC I Ó N D E L A S BIE NAVENTURANZAS, P E R O LO V E R D A D E R A M E N T E I M P O RTA N T E E S Q U E P O DA M O S A B R I R N O S A R EA LI Z AR EN N U ES TRA PR OPI A CAR N E LO Q U E J E S Ú S A L L Í E N S E Ñ Ó

Clemens Kopp establece una estrecha correspondencia de este emplazamiento con el contexto evangélico: “el lugar permite estar en soledad pero al mismo tiempo es fácilmente alcanzable viniendo por el camino que parte del lago y sube a lo largo del “wadi Eddshamus”. La altura se inclina ligeramente hacia este “wadi”, y por esto hay espacios llanos para grandes multitudes...”, siendo éste el único punto del monte desde el que existe una panorámica completa de todo el lago, hasta el Jordán; divisándose incluso hasta el Hermón, si nos giramos hacia el norte. Otros autores, como Bernabé Meistermann y P. Lievin de Hamme, también hacen referencia a esta tradición, según la cual fue justamente junto a estos árboles sagrados desde donde el profeta Issa (Jesús de Nazaret) pronunció el “sermón más bello de la historia”. Sin dejar de importarnos conocer la ubicación exacta de la proclamación de las Bienaventuranzas —no podemos evitar que el entorno nos lleve a imaginar que en cualquier momento podemos estar pisando allí mismo donde Jesucristo pisó—, sin duda lo verdaderamente importante es que podamos abrirnos a realizar en nuestra propia carne lo que Jesús allí enseñó: las Bienaventuranzas. Que no son, ni mucho menos, una promesa de bienestar perpetuo, de ausencia de preocupaciones o de carencia de problemas; pero si hay algo que caracteriza a los que las sigan, es que serán bienaventurados, dichosos y felices, e incluso mucho más, serán la verdadera “sal de la tierra” y la auténtica “luz del mundo” que llegue a salar y alumbrar a todos los hombres. Fuentes consultadas: “Con Jesús a través de Galilea”; Bargil Pixner; Servicio de documentación del Centro Domus Galilea; Clemens Kopp, “La estrategia de los Santos Evangelios”, Guía de Israel; El País Aguilar; La Biblia de Jerusalén.



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amor Dios El

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Jesús Horacio Vázquez Abogado

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Cómo ha de ser nuestro amor, Senor?, ¿cómo ha de ser, Dios mío?, si Tú nos lo requieres igual al tuyo, en el mandamiento nuevo que nos das: “…que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. ¿Cómo Tú nos amas, Senor? ¿Y no es tu amor, infinito? ¿Apuesta tan grande, nos propones?^ i

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mosaico Pues, apenas repuestos del asombro gozoso de tus palabras, que nos incitan provocadoras a los amores del cielo, nos propones el modelo más sublime del amor que nos pides: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13). Hablas de tu amor, sin duda, y es tu vida la que se da. Fue en la plenitud del tiempo nuevo, en la noche de tu Pascua, cuando estabas cerca de la cruz que los hombres levantaron para ti con sus pecados, en la sobremesa deliciosa de la primera eucaristía de tu cuerpo y de tu sangre, que lo manifestaste así a tus discípulos, con la angustia en tu corazón que ya presentía la cruel agonía de la carne, y para obedecer al Padre, que lo tenía dispuesto desde la eternidad. Y para cumplir todas las profecías, saliste a orar al Monte de los Olivos, y después te entregaste voluntariamente a los enemigos que querían condenarte, y subiste al Calvario en compañía de los malhechores, y cargaste con la cruz que explicaba aquel amor tuyo mejor que mil discursos. ¡Jesús mío!, yo no tengo un amor como ése para darte. Yo no soy capaz de amar como Tú amas. Ni siquiera lo hago así con los que están más cerca de mi corazón, y soy egoísta e indiferente con los otros. ¡Oh Señor, cuántas ocasiones desperdiciadas para el amor! ¿Acaso será que aún vive en nosotros el hombre viejo?, ¿o que no hemos renacido en el “agua viva” de la palabra que salva?, ¿o que quizá no comprendimos tu mensaje más importante?, la buena noticia del amor para todos los hombres, la promesa de que nos amas con todas las consecuencias que ello comporta, incondicional y desinteresadamente, tal como somos cada uno de nosotros, y para siempre.

YA DES DE EL PRINCIP IO, LA CREACIÓN F UE UN PURO ACTO DE AMOR A DISPOSICIÓN DE SU CRIATURA MÁS PERFECTA, EL H OM BRE, H ECHURA DE S U IMAG EN DIVINA

la te rnura del Cr ea do r

Y es que ya desde el principio, la creación del mundo estuvo llena de ese amor, fue un puro acto de amor, y el Dios Padre se complació en todo lo que salió de sus manos providentes, y lo puso a disposición del hombre, su criatura más perfecta, la hechura de su imagen divina, semejante a Él en el espíritu, dotado de libertad y de todas las potencias que adornan su alma inmortal, y para quien plantó un jardín de delicias en Edén. Pero después, el hombre desobedeció a su Creador, y con el primer pecado esa armonía se quebrantó. Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso. Ángeles querubines custodiaron el árbol de la vida con espadas de fuego para que no lo hollara el hombre, y el género humano quedó sometido a la servidumbre del trabajo, del sufrimiento y de la muerte. Bajo el imperio del pecado, rota la alianza con Dios, la humanidad se corrompió, y el Señor, pesaroso de haberla creado, la diezmó con el diluvio, y en Babel confundió sus lenguas y la dispersó sobre la faz de la tierra. Un Dios celoso y temible, que promete a Abrahán una descendencia gloriosa y una Nueva Alianza, sujeta a los hombres a la ley del Sinaí, y los conduce con mano firme a través de los siglos.

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mosaico ¿Y el amor? El amor verdadero, el que nunca perece, el que nace de Dios, permanecía agazapado y expectante en el corazón de los justos, se atesoraba como una gema preciosa escondida en el alma de los que esperaban tu venida gloriosa. Pero entonces aún era el tiempo de las pruebas más duras, de la obediencia ciega y sumisa, del santo temor de Dios, que es un don del espíritu. Y el amor que quedaba para el hombre, se escribió por Moisés en la Torá como un mandato irrevocable, y era un clamor de esperanza que se elevaba desde la tierra: ”Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Dt 6,5). Era el corazón del hombre el que lo impulsaba hacia lo alto, como una súplica dolorida del amor primero, como una oración que debía purificarse camino de los cielos, era en definitiva, el amor sumiso de la criatura a su Creador.

p ala b r as co n sa b or de eternidad

¿Y cómo es ese amor? Está ante nosotros y no podemos ignorarlo. La imagen del amor es el mismo Cristo crucificado. El que subió al Calvario en soledad, el que fue levantado en aquel páramo de ignominia y de dolor. Y cuando luego la tierra tembló, también se fueron de allí los que pasaban y lo miraban, los que le habían condenado en el Sanedrín de los judíos, los soldados de Pilato que lo clavaron en la cruz, y los fariseos que le hacían burla mientras agonizaba. Sólo quedaron junto a Jesús, María, su madre, Juan, el discípulo amado, y algunas mujeres. El que colgaba del madero era el Hijo de Dios, y los que permanecían con Él lo sabían. Murió perdonando a los que le crucificaron, cumplió todos los anuncios que realizó de parte del Padre y, en medio de su suplicio, nos explicó la forma Y el pueblo de Dios, que esperaba anhelante una luz en la noche oscura de los tiempos, escuchó de amar que acababa de proponer a los suyos. gozoso el mensaje de la Buena Nueva. Se anunPero aquella misma cruz que era símbolo de cia la noticia de la ternura del Señor con el homcondenación y de muerte, fue para todos “un bre, porque el amor coeterno del Padre y el Hijo, árbol de la vida”, un signo palpable del mistequiere bajar a la tierra en alas del Espíritu: “Como rio de la ansiada inmortalidad del hombre repastor pastorea su rebaño; recoge en brazos los dimido por Cristo, y del fruto de ese árbol, encorderitos, los lleva en su regazo…” (Jr 40,11) tonces prohibido para los que no habían de Es el Cristo que llega, el Hijo del hombre que conocer la muerte en el paraíso terrenal, ya se baja entre las nubes del cielo, es Jesús, el Mepuede comer en el banquete eucarístico. Por sías, el Salvador, el hijo de María, la mujer de eso, los ángeles querubines que lo custodiaban nuestra estirpe que aplastará la cabeza de la serpiente, y que nos entregará a un Dios niño que en Edén para que no lo tocara el hombre, ya rebosa de amor en su seno virginal. Ya se alum- han envainado las espadas flamígeras que enbra la era que nos trae al “hombre nuevo”, al cendió la ira de Dios por el pecado de nuestros hombre amado por Dios que es capaz de me- padres, y nos invitan a acercarnos a Él. recer la gloria, al hombre que adquirirá para siem- Así, lo que parecía el fin, fue el principio de todo. pre la filiación divina, que es hijo y no siervo. Por Cristo nos redimió del pecado que nos apartaba eso el profeta entona los mejores versos y su del amor de Dios, y reconstruyó los puentes encanto resuena con alegría desbordante: “Que tre el Creador y las criaturas. Nos hizo hermahermosos son sobre los montes los pies del nos suyos e hijos del Padre, tal como se promensajero que anuncia la paz…” (Is 52,7). clama en la oración que nos enseñó. Pero antes, fue necesario que la semilla muriera en la tieA U N Q U E D I O S N O N E C E S I T A Q U E L E rra para que diera fruto abundante. Y la muerte, C O R R E S P O N D A M O S P A R A A M A R N O S el último enemigo que debía ser derrotado, tamS I N M E D I D A , S E C O M P L A C E E N T O D A S bién fue vencida. ¡Si Cristo no hubiera resucitado, sería vana nuestra esperanza!, nos grita el LAS MA NIFE STA CIONES DE A MOR apóstol Pablo.

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QUE DAMOS A LOS DEMÁS


Ahora Jesús está junto a nosotros y nos indica el camino: “Si alguno me ama guardará mi palabra…” (Jn 14,23). Por ella se hizo el mundo y Jesús es el Verbo encarnado, la palabra hecha Vida que lo fecunda con la verdad y la esperanza. Palabras preciosas, de un valor infinito, que están escritas para siempre en el libro de la Sabiduría; palabras con sabor de eternidad: “Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna” (Jn 6,68), le dijo Pedro, animado por el Espíritu. Y lo que dijo el apóstol por su boca, lo refrendó Jesús como sólo podía hacerlo el mismo Dios: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Lc 21,33). Así, las palabras de Jesús, son la llave que nos abre el portillo del Amor con mayúsculas, la única senda que nos conducirá en derechura al Reino de los Cielos, porque “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14.6), dice Jesús a Tomás, el discípulo incrédulo, para que ya nadie pueda equivocarse a la hora de elegirlo a Él como Pastor divino.

LA IM AGE N DEL AMOR VE RDADERO ES EL MISMO CRISTO CRUCIFICADO, QUIEN MURIÓ PERDONA NDO

el camino más excelente

Señor Jesús, mi oración quiere también hoy llenarse de esperanza. Dice Pablo que el amor edifica interiormente todo el amor, y que “si alguien ama a Dios, ese tal es conocido por él” (1Co 8,3), porque aunque Dios no necesita que le correspondamos para amarnos sin medida, se complace y se recrea en todas las manifestaciones del amor que damos a los demás, y nos identifica como amigos suyos. Así el amor se manifiesta como la virtud teologal más excelsa y presupuesto de todas ellas, pues la fe y la esperanza serán ya inútiles en la presencia de Dios, cuando aquella, la fe, esté cumplida en la contemplación divina y se ofrezca a nuestros ojos del cielo lo que no se podía ver en la tierra; y, a su vez, ésta, la esperanza, ya será vana al estar realizados y cumplidos todos los anhelos del alma, que reposará feliz en los brazos amorosos del Padre. Pero la virtud del amor, cuando ya estén consumadas la fe y la esperanza, seguirá fluyendo inagotables en la felicidad eterna de la gloria, en la relación inefable del Dios Trino con las almas que blanquearon sus vestiduras en la sangre del Cordero.

EL AMOR ES LA VIRT UD MÁS EXCELSA, YA QUE CUANDO LA FE Y LA ESPE RA NZ A SE AN INÚT ILE S EN LA PRESE NCIA DE DIOS, ÉS TE SEGUIRÁ FLUYE NDO INA GOT ABLE EN LA GLORIA ET ERNA


mosaico De esta preeminencia del amor nos da cuenta el apóstol Pablo, que lo señala como “el camino más excelente” (1Co 12,31). Más que todas “las lenguas de los hombres y de los ángeles”, exclama convencido, superior al “don de profecía”, y al conocimiento de “todos los misterios y de toda la ciencia”, dice admirado, y la sobrepone a la misma sabiduría que imploró de Dios el rey Salomón. Ni la fe supera a la caridad del amor, sentencia Pablo, pues aunque se poseyera “una fe capaz de trasladar montañas”, o se fuera tan generoso como para “repartir todos los bienes” a los demás, e incluso, si llegara a “entregar el cuerpo a las llamas”, con ansias de la espiritualidad más acendrada, nada serías a pesar de todo, concluye el apóstol, nada te aprovecharía, si no tuvieras amor. Y prosigue: “La caridad es paciente y bondadosa; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa ni orgullosa; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta” (1Co 13,1-7). Así el amor que bajó del cielo, es entregado en el corazón del hombre como la virtud más excelsa, y sube de nuevo hasta Dios en alas de la caridad, que es el amor que se da a los otros mediante las obras de piedad y de misericordia. Y es así como podremos escuchar estas consoladoras palabras del Rey de la gloria: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era forastero y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, en la cárcel y acudisteis a mí” (Mt 25,34-36). Y ya conocemos la respuesta del Señor a nuestra pregunta, de cuando hicimos todas esas cosas que tanto le complacen. Él nos dirá: “Os aseguro que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”.

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LA CRUZ, SÍMBOLO DE CONDE NA CIÓN Y MUERTE, ES P ARA TODOS “UN ÁRB OL DE LA VIDA”, SIG NO DE LA INMORT ALIDAD DEL HOMBRE REDIMIDO POR CRISTO


Leccionario Bíblico-Patrístico para la liturgia de las horas

* Ciclo bienal para el oficio de lectura * Evangelio del día * Ciclos A, B y C del Evangelio Dominical * Catequesis del Evangelio Dominical * Propio de los Santos * 8 tomos * PVP 136 €

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¿Existen hoy los profetas? Victoria Luque

Los cristianos estamos llamados a ser sacerdotes, profetas y reyes

ace poco llamaron a la puerta de casa dos chicas mormones, estaban en España de misión y procedían de Estados Unidos. Me dijeron que Jesús era un profeta, el último profeta en la historia de la humanidad, yo les respondí —ahora me admiro de la naturalidad con que se desarrolló todo— que los católicos pensábamos que nosotros, como cuerpo de Cristo resucitado, somos hoy, sacerdotes, profetas y reyes. Que cualquier cristiano que haga suyo, en su propia vida, el evangelio de Jesús, es, con seguridad, un profeta para muchos. Se quedaron alucinadas.

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Pero es verdad, somos sacerdotes, porque al igual que Cristo, intercedemos ante el Padre por toda la humanidad sufriente; profetas, porque, gracias al bautismo el Espíritu de Dios habita en nosotros y, si somos fieles a este don, podemos dar luz a los que la necesitan; y reyes, porque gracias a Jesucristo, reinamos —o al menos estamos llamados a reinar— sobre nuestros pecados, debilidades y esclavitudes: reyes, en definitiva, de nuestra propia historia. DA LA IMPRESIÓN QUE HA DESAPARECIDO DE LA IGLESIA LA FIGURA DEL PROFETA Y NO ES ASÍ; VIVIMOS RODEADOS DE RELIGIOSOS Y LAICOS QUE SON PUNTO DE REFERENCIA PARA ESTA GENERACIÓN 104


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rodeados de profetas Pese a todo da la impresión de que hoy día ha desaparecido la figura del profeta de la vida de la Iglesia y esto no es así. En las narraciones de los primeros cristianos, los profetas estaban presentes en la vida de la comunidad —“Había en la Iglesia fundada en Antioquía, profetas y maestros... (Hch 13,1); “Por aquellos días bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquia” (Hch 11,27; etc.—, incluso, es evidente que el don de profecía se hace más abundante en toda la historia de la Iglesia que en todo el Antiguo Testamento. Hace poco una amiga mía me comentó, al hablarle sobre los profetas actuales, que para ella sus profetas habían sido sus catequistas, que le habían anunciado a Jesucristo resucitado y le habían explicado las Escrituras. Así los profetas hablan en el nombre de Dios, tienen una Palabra que ilumina la historia personal y/o la historia colectiva, el Espíritu se manifiesta a través de ellos. Y de la misma manera que los Apóstoles son testigos de Cristo resucitado y proclaman el kerygma (la Buena Noticia), los profetas no se limitan a predecir el porvenir, ni siquiera éste es su principal cometido, sino el de “edificar, consolar, exhortar”, así como explicar, bajo la luz del Espíritu, los oráculos de los antiguos profetas y descubrir en consecuencia el misterio del plan de Dios. Es decir, hoy, como ya veremos, existe la figura del profeta dentro de la Iglesia, aún más, me atrevería a decir que estamos rodeados de profetas, tanto religiosos como laicos, personas que son punto de referencia para los cristianos de su generación.

COMO INTÉRPRETES DE LA HISTORIA, LOS PROFETAS JUEGAN HOY UN PAPEL IMPORTANTÍSIMO PARA LAS GENTES DE BUENA VOLUNTAD, EXAMINANDO LOS ACONTECIMIENTOS ACTU ALES A LA LUZ DE DIOS

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Jesús, más que profeta “El Espíritu del Señor Yahvé está sobre mí, por cuanto me ha ungido Yahvé. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad, a pregonar año de gracia de Yahvé, día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará robles de justicia, plantación de Yahvé para manifestar su gloria” (Is 61,1-3). Este texto del profeta Isaías, lo hace suyo Jesús cuando comienza su vida pública, al proclamarlo en la sinagoga y señalar con rotundidad que “esta Palabra hoy se cumple” (Lc 4,21); así, Jesús asume la misión de profeta, pero además, la sobrepasa, pues no sólo habla en nombre de Dios, sino que es el mismo Verbo de Dios encarnado, se trata del mismo Dios que habla al hombre. No hay más que recordar ese texto sin par de san Juan (Jn 1,1-14), donde se nos dice: “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios... Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria”.

EL PROFETA OFRECE UNA PALABRA,BAJO LA LUZ DEL ESPÍRITU, QUE ILUMINA LA HISTORIA PERSONAL Y COLECTIVA EN CONSONANCIA CON EL MISTERIO DEL PLAN DE DIOS 106


mosaico Así Jesús supera la misión del profeta y, al mismo tiempo en él se cumplen las profecías; ya en el Deuteronomio Yahvé dice a su pueblo: “Os suscitaré un profeta, de entre vosotros” (18,18). Los israelitas esperaban —por los oráculos de sus profetas— un Mesías de la estirpe de David, nacido en Belén, nacido de virgen, un Rey que sacara al pueblo de la opresión, un Siervo doliente, un Pastor, uno humilde y pacífico, un Mesías sacerdotal, un Mesías trascendente, un Hijo de Hombre de origen celeste, un Enmanuel, un Ungido de Yahvé... Todas estas divergencias en cuanto a la figura del Mesías, se concilian en Jesucristo. Jesús mismo llegará a decir que Él ha venido a dar cumplimiento a la ley y a los profetas (ver Mt 5,17). Para abundar en la idea de que en Jesús se cumple y a la vez se trasciende la figura del profeta, cuando Juan el Bautista le pregunta por medio de sus discípulos: “¿Eres tú el Mesías, o hemos de esperar a otro?”, Jesús le responde con una profecía de Isaías: “Decidle a Juan lo que habéis visto: los ciegos ven, los cojos andan, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la salvación” (Mt 11,3-6). En otras palabras, Jesús les dice: Soy yo al que estáis esperando. La misión esencial de Cristo será la de revelar al Padre, la de hacer cercano el rostro de Dios. Así, el Dios invisible del Antiguo Testamento, queda desvelado en Jesús, en El, Dios se ha hecho visible: “Nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie, sino el Hijo, y a quien el Hijo se lo quiera revelar” (Mt 11,27).

rechazados por el mundo Esta actitud de servidor de la Verdad, llevará a Jesús, como a la mayoría de los profetas, a la muerte: Pablo VI, en su Exhortación Apostólica “Anunciadores del Evangelio”, ya señala cómo en Jesucristo se identifican de manera perfecta palabra y vida, pues Jesús no sólo anuncia el evangelio, la Buena Noticia del amor que Dios nos tiene, sino que él mismo es el Evangelio,

él mismo es el modelo del Hombre querido por Dios: “Jesús mismo, Evangelio de Dios, ha sido el primero y más grande evangelizador. Lo ha sido hasta el final, hasta la perfección, hasta el sacrificio de su existencia terrena” (n.º 7). Y esta es la misión de todo cristiano: ser para los que nos rodean sacerdote, profeta y rey, es decir, reproducir la imagen de Cristo Jesús en la Tierra, perseguido, humillado, abandonado a la voluntad del Padre y, también, resucitado.

no son revolucionarios Así, siguiendo las huellas de Jesucristo, los profetas son esencialmente figuras religiosas. Todos han tenido en sus vidas una experiencia concreta y real del amor de Dios hacia cada uno de ellos. Esta intimidad con Dios es la que les impulsa a poner su vida al servicio del Evangelio, y es esta intimidad la que les da el carisma y la fortaleza para afrontar las dificultades de su misión. Sin embargo, los profetas no han sido, ni siquiera en la historia del pueblo de Israel, revolucionarios en el orden político: así, cuando se han declarado a favor o en contra de tal o cual alianza política, su móvil no era la instauración de una nueva forma de gobierno, sino la oposición a la impiedad o a la idolatría del rey gobernante. Tampoco han sido revolucionarios en el orden social, porque aunque no han callado ante las injusticias o ante la opresión a los pobres por parte de los poderosos, también han echado en cara a los pobres sus propios pecados. Por lo demás, la denuncia profética no tiene como base la reivindicación de clase, sino la conciencia de que una injusticia contra el hombre es una infidelidad contra Dios. Por lo demás, los profetas tampoco han sido, ni son, revolucionarios en el orden religioso, toda su actividad va orientada hacia la renovación, no hacia la invención de cosas nuevas. Hoy día los profetas actuales tratan de responder a los signos de los tiempos, desde el Magisterio de la Iglesia y desde el Concilio Vaticano II.

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arrodillada ante los pobres Por otra parte, es más que evidente que la mayoría de los santos han tenido o tienen una misión profética, quizás por estar más cerca de la Luz de Dios. Por ejemplo, Teresa de Calcuta, una mujer que antes de morir ya era reconocida por todo el mundo como santa, dejó como legado una Palabra de parte de Dios: Ama en verdad. En sus funerales, el Cardenal Angelo Sodano lo reconocía de esta forma: “La historia de la vida de Madre Teresa no es sólo una mera aventura humanitaria, como ella misma aclararía. Es una historia de fe bíblica. Tan sólo puede explicarse como el anuncio de Jesucristo, como —utilizando sus mismas palabras— un acto de amor y servicio a Él en la imagen dolorosa de los más pobres de los pobres, tanto espirituales como materiales, reconociendo en ellos y restituyéndoles su imagen y semejanza con Dios”. Y movida por una frase evangélica, la que Jesús pronunció ya crucificado — “Tengo sed”—, Madre Teresa se desvivió, literalmente, por la “escoria” de Calcuta. Y como, ciertamente, nadie, y menos un profeta, está libre de crítica negativa, Madre Teresa no iba a ser menos, ante los reproches que desde algunos medios de comunicación se le hacían de que ella podría haber hecho mucho más para combatir las causas de la pobreza, el cardenal Sodano señalaba: “Quizá se encogió de hombros diciendo ‘mientras ustedes continúan discutiendo sobre las causas y los motivos de la pobreza, yo me arrodillaré ante los más pobres de los pobres y me preocuparé de sus necesidades’. A los mendigos, a los leprosos, a las víctimas del Sida no les hacen falta grandes debates y teorías, lo que necesitan es amor. Quienes tienen hambre no pueden esperar que el resto del mundo encuentre la solución perfecta, necesitan una solidaridad concreta”. Su herencia espiritual está resumida en las palabras de Jesús: “En verdad os digo, cada vez que hicisteis algo por uno de estos pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40).

nadie tiene mayor amor... El Papa Juan Pablo II, junto a Pablo VI y a Juan XXIII, realiza una estimable labor profética para la Iglesia actual. En palabras del Cardenal Jean Marie Lustiger, Arzobispo de París, fallecido en 2007: “Es claro que el pontificado de Juan Pablo II, su vida sacerdotal, a medida que avanzan los años, se va identificando cada vez más con la cruz.

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JESÚS ASUME LA MISIÓN DE PROFETA Y LA SOBREPASA, PUES NO SÓLO HABLA EN NOMBRE DE DIOS, SINO QUE ES EL MISMO VERBO ENCARNADO


mosaico Es la etapa más fecunda de su trayectoria pontificia, la de mayores recursos espirituales y más eficacia evangelizadora, la de más proyección apostólica sobre este mundo moderno o posmoderno, dominado por inmensos sufrimientos, que parece querer esconder bajo la capa del consumismo desenfrenado. Ante este mundo a la deriva Juan Pablo II enarbola, con decisión y esperanza, la cruz de Cristo Salvador” (8 de abril de 2005, en Aciprensa). Por otra parte, habría que citar multitud de santos que han sido profetas para esta generación. Sin ir más lejos, recuerdo a san Maximiliano M. Kolbe, sacerdote polaco franciscano, quien durante la II Guerra Mundial hizo suya, en Oswiecim, un campo de concentración, la frase evangélica: “Nadie tiene amor mayor que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15,13), expresada por Jesús antes de encaminarse hacia la pasión y la muerte. Según palabras de Juan Pablo II, “el P. Maximiliano Kolbe sale de la fila, para ser aceptado como un candidato al ‘búnker del hambre’, en lugar de Franciszek Gajowniczek: él tomó la decisión en la que manifiesta al mismo tiempo la madurez de su amor y la fuerza del Espíritu Santo, y realiza esta decisión evangélica hasta el final: dar la vida por un hermano”.

renovadores de la Iglesia Podríamos hablar igualmente de profetas al referirnos a los creadores de comunidades religiosas, a los iniciadores de las distintas asociaciones de laicos, o a los fundadores de los movimientos surgidos a partir del Concilio Vaticano II. Todas estas personas han recibido una gracia especial de parte de Dios para poner en marcha una renovación efectiva de la Iglesia. Escrivá de Balaguer, por ejemplo, nos ha dejado como legado la santificación a través de la entrega generosa en el trabajo cotidiano. Kiko Argüello, en ese itinerario de formación catequética de la Iglesia, que es el Camino Neocatecumenal, habla, sobre todo, del amor al enemigo, como

rasgo distintivo y único del cristiano, y de abrazar la propia cruz, en vez de rechazarla, porque ahí, en la cruz, es donde Cristo Jesús se da al hombre. Luigi Giussani tiene una Palabra de Amor entre los hermanos, la comunión como forma de testimoniar a Cristo, según este sacerdote: “Sólo en la experiencia de una comunión vivida se puede empezar a comprender algo de este inefable misterio de Dios (el de la encarnación de Jesús)”. Según Chiara Lubich, “el objetivo del Movimiento Focolar es contribuir a realizar el Testamento de Jesús: ‘Padre, que todos sean uno, como Tú y Yo’. En la práctica: hacer de la humanidad una sola familia... Los focolares hacen efectiva la comunión de bienes espirituales y materiales como forma de amor entre los hombres. Como consecuencia de la fuerte espiritualidad focolarina, ha surgido un compromiso político (Movimiento de la Unidad), así como un compromiso social (Economía de la Comunión). La espiritualidad de la unidad en primer lugar presupone tener una profunda visión de Dios por aquello que es: Amor, Padre. De hecho, ¿cómo se puede tener una visión de la humanidad como una única familia, sin la presencia de un Padre de todos? Él nos conoce en lo más íntimo, se ocupa de cada uno de nosotros en los mínimos detalles. No deja únicamente en manos del ser humano el progreso de la sociedad, sino que es Él quien se ocupa”.

LO S P RO F E TA S N O S O N R E V OL U C I O N A R I O S EN EL ORDE N POL ÍT IC O, SOC IAL N I RE LIG IOSO, S I NO F IE LES S ERV I D O RE S DE L A V ERDA D Y DE LA PA L A B RA R E C I B I D A 109


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HISTORIA DE LOS

TEMPLARIOS Eryel Martínez Quero

a orden de los templarios fue fundada en Jerusalén en 1119 por Hugo de Payns y otros ocho caballeros franceses más, con el nombre de “pobres caballeros de Cristo”. Su misión era proteger a los muchos peregrinos que acudían a los Santos Lugares. Más tarde, el rey de Jerusalén, Balduino II, los instaló en un palacio cercano al antiguo templo de Salomón, por lo que cambiaron su nombre por el de Caballeros del Temple. Con la ayuda de San Bernardo de Claraval, que redactó su regla, severa y ascética, la orden creció rápidamente. Durante la época de las Cruzadas, los templarios participaron muy activamente en la defensa de Palestina, donde poseían numerosas fortalezas. Al mismo tiempo actuaron como banqueros de los peregrinos, por lo que obtuvieron grandes riquezas.

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También tenían comunidades, o templos, en Europa. En la península Ibérica se establecieron durante el siglo XII, primero en Cataluña, Aragón y Navarra y, posteriormente, en Castilla y León. Tenían a su cargo la defensa de las fronteras y participaron en numerosas expediciones contra los musulmanes (Lérida, Tortosa, Cuenca, Valencia, Mallorca, Navas de Tolosa, etc.). El abad Bernardo de Claraval en su escrito "De laude novae militiae" (Elogio de la nueva milicia) ofrecía esta semblanza del nuevo caballero del Temple (en una época donde era considerada una muestra de debilidad y vanidad el peinarse o lavarse demasiado): “Para cada uno de ellos la disciplina es una devoción y la obediencia una forma de respetar a sus superiores: se marcha o se regresa a la indicación de quien supone la autoridad. Todos llevan el vestido que se les ha proporcionado y a nadie se le ocurriría buscar fuera comida o ropajes. Porque estos caballeros mantienen fielmente una existencia compartida, sencilla y alegre, sin esposa ni hijos. Jamás se les verá ociosos o buscando aquello que no les interesa. Nunca dan muestras de ser superiores a los demás. Todos muestran más respeto al valiente que al noble.

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mosaico Odian los juegos de los dados y el ajedrez, por nada del mundo participarían en cacerías, se rapan el cabello al ras, en ningún momento se peinan, en escasas ocasiones se lavan, su barba siempre aparece hirsuta y sin arreglar, van sucios de polvo y su piel aparece curtida por el calor y la cota de malla. Un Caballero de Cristo es un cruzado en todo momento, al hallarse entregado a una doble pelea: frente a las tentaciones de la carne y la sangre, a la vez que frente a las fuerzas espirituales del cielo.

Avanza sin temor, no descuidando lo que pueda suceder a su derecha o a su izquierda, con el pecho cubierto por la cota de malla y el alma bien equipada con la Fe. Al contar con estas dos protecciones, no teme a hombres ni a demonio alguno. ¡Moveos con paso firme, caballeros, y forzad a la huida al enemigo de la Cruz de Cristo! ¡Tened la seguridad que ni la muerte ni la existencia os podrán alejar de su caridad!”

La historia de la Orden del Temple, Pobres Caballeros de Cristo, es apasionante y llena de misterios. Nacidos en Francia muy modestamente, fueron nueve caballeros compañeros de armas de Godofredo de Bouillón y voluntariamente sometidos al mando de Hugo de Payns, que luego sería su primer Gran Maestre, los que allá por 1118 iniciaron la aventura. Nueve años después decidieron alcanzar el reconocimiento oficial de la Iglesia. Solicitaron a Esteban de Chartres que les redactase una norma y Hugo de Payns la entregó personalmente al entonces Papa, Honorio II. Remitida la misma al concilio de Troyes, fue aprobada el 14 de enero de 1128.

Desde esa fecha y hasta los tristes sucesos de principios del siglo XIV, que la llevaron a la desaparición, el Temple luchó en Tierra Santa, en los lugares en que era requerido para defender el cristianismo, acumuló poder y riqueza, poseyó grandes extensiones de tierra en toda Europa, laboró, organizó y administró la agricultura, la minería, el comercio y hasta la banca de su tiempo. Extendió un estilo arquitectónico que, siendo ajeno, se llegó a identificar con ella. Acumuló tal poder que él mismo fue su perdición.

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mosaico Las actividades mercantiles a la que se dedicaron los caballeros templarios y su excelente sistema de administración les garantizó espléndidas y prósperas posesiones. Las encomiendas, núcleo central de su organización territorial, eran unidades autosuficientes y siempre generaban excedentes. Muchos comerciantes y poderosos les encomendaban sus caudales que se encontraban garantizados por la propia solvencia de la Orden. El Tesorero del Temple se convirtió en el asesor económico del rey francés. También se afirma que fueron los templarios la primera multinacional conocida. Llegaron a construir una flota propia de navíos, que servían para transportar bienes y tropas de un punto a otro del mundo entonces conocido. El fabuloso tesoro que cabe pensar que acumularon ha sido uno de los misterios que más han fabulado a su alrededor. Pese a ser poseedores de inmensas fortunas, su voto de pobreza se mantuvo en todo momento y eran pocos los lujos que mostraban en sus encomiendas y ninguno en sus propias personas. Solo los enormes gastos que el mantenimiento de Tierra Santa supuso explica un tanto el que jamás haya aparecido tal tesoro. Lo más importante consistió en el hondo aprecio que la imagen templaria alcanzó en toda la cristiandad. El bizarro aspecto que les prestaba su indumentaria guerrera se unía a su austeridad de vida, siempre ejemplar. La cruz roja que se colocaba en su capa, sobre el hombro derecho, concesión del papa Eugenio III en 1147, fue la imagen mas respetada de su época.

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Disponían su jerarquía en forma marcadamente militar. Al frente estaba el Gran Maestre, que aunque dotado de poder absoluto, debía consultar a un capítulo antes de tomar decisiones trascendentales. El Maestre contaba como asistencia con un Estado Mayor, integrado por su lugarteniente o senescal, un jefe militar o mariscal y varios comendadores adscritos a los términos de Jerusalén, Trípoli y Antioquía. La tropa también tenía su jerarquía: caballeros, sargentos y escuderos. Los sacerdotes eran un grupo aparte, pero hacían la misma vida que los caballeros. Los hermanos de oficios, artesanos y criados eran contratados libremente. Su vida se regía por su regla, muy detallada y estricta, que, aunque considerada secreta, ha llegado hasta nuestros días gracias a diversos documentos: “Raramente haréis lo que deseéis: si queréis estar en la tierra de allende los mares, se os enviará a la de aquende; o, si queréis estar en Acre, se os mandará a la tierra de Trípoli o de Antioquía o de Armenia, o se os enviará a Pouille o a Sicilia o a Lombardía, o a Francia, o a Borgoña o a Inglaterra o a muchas tierras donde tenemos casas o posesiones. Y si queréis dormir se os hará velar y, si alguna vez deseáis velar, se os mandará a reposar a vuestro lecho...” Un templario no era poseedor de nada. No podía hacer ni aceptar regalos. La orden le daba un ajuar completo que debería cuidar con sumo esmero. Eran dos camisas, dos pares de calzas, dos calzones, un sayón, una pelliza forrada de cordero u oveja, una capa, un manto de invierno y otro de verano, una túnica, un cinturón, un bonete de algodón y otro de fieltro, una servilleta para la mesa, dos copas, una cuchara, un cuchillo de mesa, una navaja, un caldero, un cuenco para cebada, tres pares de alforjas, una toalla, un jergón una manta ligera y otra gruesa, ambas rayadas en blanco y negro a imagen de la bandera de la orden.


mosaico El equipo militar constaba de loriga, calzas de hierro, casco con protectores nasales, yelmo, espada, puñal, lanza con gallardete blanco, escudo triangular largo, cota de armas blanca y gualdrapa para el caballo. Todo adorno o instrumento innecesario era estrictamente prohibido y el espíritu austero del Císter estaba presente en todo momento. La vida cotidiana de un templario era muy similar a la de un monje cisterciense. Se les prohibía la conversación baladí o las risas. Dormían de tres a cuatro horas sin despojarse de camisa, calzones, calzas y cinturón. Se despertaban en maitines de madrugada. Iban a la capilla calzados y abrigados por su manto y allí rezaban trece padrenuestros. A continuación bajaban a las cuadras a inspeccionar a sus caballos y darles un primer pienso, tras lo que regresaban a sus dormitorios; después rezaban un padrenuestro más y se iban a dormir de nuevo. A la hora prima se levantaban y, nuevamente en la capilla, oían misa, recitaban treinta padrenuestros por los vivos y otros tantos por los muertos, y comenzaban su jornada de trabajo. Cada hora detenían su quehacer y rezaban nuevas tandas de padrenuestros. En el refectorio, el capellán bendecía la mesa y dirigía el rezo. Comían en silencio. Acabado el ágape, retornaban a la capilla de dos en dos para dar gracias. Cuando estaban en combate tenían prohibido rechazar la lucha aun en situaciones numéricamente muy desfavorables. Si caían prisioneros no tenían derecho a rescate. Cuando morían se les sepultaba sin ataúd, bocabajo, en fosas anónimas. La conquista en 1291 de San Juan de Acre, último bastión cristiano en Tierra Santa, por parte de los musulmanes significó el inicio del ocaso de las órdenes militares y más aún para el Temple.

En Francia, los templarios se habían convertido en banqueros de los reyes. Felipe IV de Francia, el Hermoso, mal administrador y muy dilapidador, ante las deudas que había adquirido con ellos, convenció al papa Clemente V de que iniciase un proceso contra los templarios, acusándolos de impiedad (1307). Una cadena sin fin de acusaciones fraudulentas se abatió sobre el Temple. El Gran Maestre de la orden, Jacques de Molay, y 140 miembros fueron arrestados. Fueron condenados a prisión, pero el Consejo Real de Felipe IV los sentenció a muerte por relapsos. Se les acusó de renegar de Cristo, de todo tipo de obscenidades, de sodomía, de idolatría, y así se confabuló un proceso que concluyó con la condena en el atrio de la catedral de París del Gran Maestre Jacques de Molay y sus caballeros. Estos hechos ocurrían el 18 de marzo de 1314. Aquella misma tarde, el Gran Maestre y otros treinta y seis caballeros de la orden fueron ajusticiados en la hoguera. El rey francés se apoderó de sus bienes mobiliarios, entregando sus posesiones a los hospitalarios. En los otros países europeos las acusaciones no prosperaron; pero, a raíz de la disolución de la Orden, los templarios fueron dispersados y sus bienes pasaron a la Corona o a otras órdenes militares ya existentes. Clemente V, el papa que no supo oponerse a los deseos reales franceses, murió un mes después que Molay. Ocho meses más tarde moría Felipe IV a consecuencia de una caída de caballo. El canciller francés, Nogaret, que instruyó y auspició el proceso, tuvo similar fin. Esquieu de Froyran, que inició en la corte aragonesa la cadena de mentiras que sirvió de base al proceso, cayó apuñalado. Todos los actores del drama templario cayeron pronto y de forma poco habitual ,cerrando así el telón de la Gran Orden de los Caballeros de Cristo.

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Juan Pablo Serra


mosaico Cuando lean estas líneas, ya se habrá hecho público si esta película —seleccionada por España para los premios Óscar— ha sido nominada en la categoría de mejor película de habla no inglesa. No obstante, que el último trabajo de Icíar Bollaín consiga o no estar entre las cinco nominadas no debería condicionar su decisión de ir a ver esta interesante y valiente película. Pues lo cierto es que la cinta merece la pena, y mucho. Veamos por qué.

La acción arranca en los alrededores de Cochabamba, en Bolivia, a donde se desplaza en abril del año 2000 un equipo hispano de cine para rodar la historia del desembarco de Colón en América y lo que siguió a tal descubrimiento: la explotación de los recursos materiales de las Antillas, la práctica esclavitud a que se sometió a la población indígena y la enérgica reacción de unos pocos dominicos ante estos abusos. Pero el rodaje se complica cuando estalla “la guerra del agua”, que es como se conocieron las protestas por la privatización del abastecimiento del agua municipal en Cochabamba. A la tensión social, política y policial que se apodera de la ciudad en pocos días, se añade el hecho de que Daniel, uno de los actores locales —fundamental para la película—, se implica de modo activo en las protestas, poniendo en riesgo la finalización del rodaje e incluso su propia vida. Como se puede deducir por la sola lectura del argumento, “También la lluvia” alberga tres películas en una: por un lado, está la película sobre Colón, los indígenas y la conversión de Las Casas tras escuchar el famoso sermón de Montesinos, que fue el germen del guión que Paul Laverty comenzó a escribir hace ocho años y que, en la película, Bollaín visualiza en imágenes de gran fuerza e intensidad. Por otro lado, está la película sobre la película, esto es, la película sobre

la filmación de esta historia, que pivota sobre la figura del director del film — Sebastián, un joven e idealista realizador mexicano— y el productor de la cinta —Costa, un solucionador de problemas tan pragmático como falto de escrúpulos— . Pero, además, está la película social sobre la protesta por la subida de los precios del agua. Lo cual sólo quiere decir una cosa, y es que estamos ante una película compleja. Compleja como reflejo de la Historia —que, ciertamente y en un sentido hegeliano, avanza a base de conflictos— y de la historia reciente, que muestra que la liberalización de servicios públicos no es un asunto neutro, meramente técnico o fácil de resolver. Posiblemente, la película sea compleja también como reflejo de conflictos personales entre Bollaín y Laverty —pareja en la vida real y padres de tres hijos—, el productor Juan Gordon —que ha hecho una apuesta monetaria arriesgadísima— e incluso los actores Luis Tosar y Gael García Bernal —a quienes toca interpretar personajes no siempre simpáticos. Pero, en realidad, la película es compleja como reflejo de una tensión más profunda y más permanente entre el cine y la vida. La tensión que subyace al film es la misma que se adivina en estas preguntas: ¿Es el arte un lujo?, ¿es superfluo?, ¿podemos hacer cine cuando un pueblo no tiene ni agua? En el punto decisivo del film, Costa se ve en la tesitura de llevarse el equipo de rodaje a una población alejada del conflicto del agua o, por el contrario, ayudar a una madre cuya hija yace herida en un hospital en medio de Cochabamba. En la respuesta de Sebastián (“este conflicto pasará, pero nuestra película quedará para siempre”), se adivina la tensión a la que me refiero y que, formulada en forma de pregunta, sería: ¿Podemos aspirar a lo eterno cuando hay asuntos más urgentes? Como se ve, no es una cuestión menor, pues la respuesta nos obliga a comprender quiénes somos y para qué estamos hechos, y a asumir que el ser humano es constructor de la Historia y transformador del mundo. Es decir, pareciera que lo primero a que está obligado el ser humano es a vivir y mejorar las condiciones de la existencia…; pero ¿podría hacerlo sin ideas y proyectos inspirados por la idea de un mundo mejor?, ¿no es precisamente el arte o la capacidad estética lo que posibilita imaginar esto?

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mosaico La relación entre la vida y la ficción que aparece en el film es sumamente dramática, de ahí que las dos escenas clave, para quien esto escribe, sea, por un lado, el momento en que Antón se lamenta en su habitación de que en el guión no haya espacio para que su personaje, Cristóbal Colón, pueda expresar sus dudas y zozobras. Y, por otro lado, el momento escalofriante en que Sebastián explica a un grupo de madres indígenas que, en la escena que toca rodar a continuación, deben ahogar a sus hijos en el río y éstas se niegan. Por más que vayan a hundir muñecos bajo el agua, son incapaces de imaginar la sola idea de hacer aquello. Al no entender Sebastián su negativa, Daniel será firme: “hay cosas más importantes que tu película”. Son dos escenas muy significativas. En la primera, se denuncia en cierto modo la limitación de la ficción para reflejar la vida con su infinita variedad y riqueza de matices. Parece como si la vida, tal como es, no puede traspasar a la ficción, que forzosamente debe simplificar las cosas. Pero, por otra parte, parece que tampoco la ficción puede acceder a ciertas partes de la vida, pues, como le ocurre a Sebastián, su empeño por registrar un hecho histórico cierto desde la ficción se topa con la negativa de aquellas mujeres y su convicción de que hay ciertas cosas que —por más que sean verdad— no merecen ser revividas ni representadas en cine.

Esta dicotomía entre cine o vida aparece por todas partes a lo largo del film. Y desde distintos lugares, todos eligen una u otra. Es la visión de las autoridades, que entienden que el cine tiene su espacio; pero, cuando se dice “¡corten!”, empieza la vida con sus exigencias (ver la escena en que arrestan a Daniel nada más terminar su escena). Es la visión del director del film, Sebastián, que lo expresa con claridad durante el “casting”, “la película es lo primero, siempre”. Es la visión de los actores, que, dependiendo de las circunstancias, eligen el cine (y se identifican con sus personajes de un modo apasionado) o la vida (pidiendo un billete para volver a casa cuando estallan las protestas). Es la visión también de los extras locales, que claramente eligen la vida, pues para ellos el cine es sólo un medio de conseguir dinero. Y, curiosamente, esta separación radical entre cine y vida la comparte la gente del oficio, obligada a elegir entre la profesión y la vida personal (“este oficio jode las familias”, dirá Costa, tras mencionar que tiene un hijo de 14 años a quien no conoce).

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mosaico Esta tensión —fácilmente trasladable al problema de la relación entre pensamiento y vida— se presenta en el film como permanente y, afortunadamente, en la pantalla no se pronuncia ninguna solución teórica a este problema. Pero sí se soluciona de un modo existencial. Es decir, se ve que sí cabe una síntesis entre cine y vida. Y se ve, sobre todo, en aquellas secuencias donde queda claro que el cine afecta a la vida: la escena de las madres en el río o el visionado del material diario por parte de Belén, la hija de Daniel, y su reacción a la escena en que ella aparece (“es una escena triste pero interesante”), donde se advierte que la niña no separa cine y vida, sino que las une (es una escena triste por lo que cuenta, pero interesante por lo que me ilumina en mi propia vida).

El único reparo que cabría poner al film es que, aunque la historia tiene interés humano y social y su argumento “engancha”, el dibujo de los personajes principales no está tan logrado como cabría esperar. Ciertamente, se ve una evolución en Costa, que pasa de considerar que el conflicto del agua (“no es mi problema”) a atender la petición de una madre que le reclama (“sólo tú puedes ayudarme”). También se observa una cierta involución en Sebastián, que empieza siendo idealista (quiere rodar la historia de la voz de la conciencia contra un imperio), un tanto ingenuo (“hay que contar todo lo que pasó”) y acaba aislado del resto. Pero la relación que debía quedar mejor perfilada y que más atrae al espectador, que es la de Costa con Daniel, apenas está sugerida por miradas y unos pocos diálogos cortantes y tirantes, con lo cual no se observa ni es creíble el surgimiento de una amistad en ellos que justificase de algún modo el abrazo final con que se despiden. Y, lo que es peor, esta falta de desarrollo en los personajes debilita el momento crucial del film —cuando Teresa ruega la ayuda de Costa para ir a buscar a su hija herida—, pues parece que, de repente, Costa reniega de su “viejo yo” para adoptar una postura comprometida ante la realidad, que no está del todo justificada por sus actos anteriores. En todo caso, se trata de un defecto no menor, pero sí sobradamente compensado por la puesta en escena, la siempre evocadora música de Alberto Iglesias y las excelentes interpretaciones de Karra Elejalde y Luis Tosar.

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be nd ita Ma ría

de la

Las

Letanías

Virgen

e

Buenanueva

n Buenanueva vamos a comenzar un nuevo apartado como sencillo camino para tratar de comprender mejor el significado de las Letanías a nuestra Madre, la Virgen María, con el fin de que podamos redescubrir el“misterio” y la profundidad que esconde la“mujer por excelencia”. Solo basta el pensar que ella hizo más por su propia salvación y la de los demás que cualquier santo o mártir, o incluso que todos los santos y mártires juntos por sí mismos y por los demás. Solo Ella, María, siempre en perfecta unidad con el Salvador, con el Redentor, con nuestro Rey. Por todo esto, por ser Madre de Dios y la única en toda la historia de la salvación y del universo por eternidades de eternidades fue llamada a esta altísima vocación; por eso, Ella fue concebida Inmaculada, fue Madre y Virgen, fue Corredentora del Redentor, asunta al Cielo en cuerpo y alma y coronada como Reina de todo lo creado. Por ser la Madre de Dios la perfectísima discípula y esclava del Señor en quien toda la voluntad del Señor fue hecha completamente. El rey la prefirió a todas las demás; se ganó su afecto y su cariño más que cualquier otra joven. Puso en su cabeza la corona real y la escogió como reina…” (Est 2,17) Las letanías son una serie de alabanzas y súplicas ordenadas, repetidas y concordes entre sí, por las que se ruega a Dios y a su madre Santa María. Etimológicamente la palabra letanía proviene del vocablo griego “litanueo”, que significa súplica o rogativa. Los orígenes de las letanías se remontan a los primeros siglos de la cristiandad. Las letanías eran súplicas dialogadas entre los sacerdotes y los fieles, rezándose, sobre todo, durante las procesiones. Aunque al principio eran dirigidas sólo a Dios (en súplicas), se añadieron con el tiempo invocaciones a santos y, sobre todo, a la Virgen Ma-

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ría (en intercesiones) a partir del siglo VII. En la liturgia oriental se usaron desde el siglo III. La composición de Letanías Marianas siguió la línea de las generales y de las de los Santos. En estas se invocaba a María de tres modos: “Sancta Maria”, “Sancta Dei Genetrix” y “Sancta Virgo Virginum” (Santa María, Santa Madre de Dios y Santa Virgen de las Vírgenes), a lo cual seguía una serie de reflexiones y elogios de los santos padres orientales, los cuales constituyen el germen de las futuras letanías marianas. El germen halló ambiente en la popularidad del Oficio de la Virgen Santísima que se cantaba en algunos monasterios. Este "Oficio" no era fijo y tenía variaciones según la orden religiosa que lo cantara; estas variaciones fueron abolidas por Pío V cuando estableció el "Oficio Parvo de la Virgen" reformado. Lo cierto es que, entre las variantes que existían, habían ciertas letanías que se parecían a las futuras Lauretanas. Las más antiguas letanías a María, propiamente dichas, se encuentran en un códice de Maguncia del siglo XII titulado “Letania de Domina Nostra Dei genenetrice Virgine Maria. Ora valde bona, cotidie pro quacumque tribulatione dicenda est (Letanía de


b en di ta Marí a nuestra Señora la Virgen María, Madre de Dios, excelente oración para recitarla todos los días en cualquier tribulación), con alabanzas largas, en donde en cada verso se iba repitiendo el “Sancta María”.

En el libro "Directorio sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orientaciones", editado en el Vaticano en el año 2002, se define las Letanías de este modo:

i n vo c a c i ó n e i n t e r c e s i ó n

“Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las Letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen, que, al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración caracterizado por una insistente alabanza-súplica”. En los libros litúrgicos del Rito Romano hay dos formularios de letanías: Por un lado las Letanías lauretanas, por las que los romanos Pontífices han mostrado siempre su estima; y por otro las Letanías para el rito de coronación de una imagen de la Virgen María, que en algunas ocasiones pueden constituir una alternativa válida al formulario lauretano. “No sería útil, desde el punto de vista pastoral, una proliferación de formularios de letanías; por otra parte, una limitación excesiva no tendría suficientemente en cuenta las riquezas de algunas Iglesias locales o familias religiosas. Por ello, la Congregación para el Culto Divino ha exhortado a "tomar en consideración otros formularios antiguos o nuevos en uso en las Iglesias locales o Institutos religiosos, que resulten notables por su solidez estructural y la belleza de sus invocaciones".

En el siglo XV y XVI las Letanías Marianas empezaron a aumentar. Alrededor del año 1500 fueron creadas una serie de letanías en el santuario de Loreto (Italia), hechas propiamente para el lugar. Hacia 1575 surgieron unas nuevas letanías lauretanas conocidas como "modernas", con alabanzas puramente bíblicas, que se hicieron tan populares que relegaron a segundo plano las primeras versiones. Sixto V las aprobó en 1587 e incluso les otorgó indulgencias. Pero hacia el siglo XVII la situación se hizo casi exagerada. En Loreto se tenía una letanía para cada día de la semana y este no era el único caso. En 1601, con el decreto “Quoniam multi” del 6 de septiembre, el Papa Clemente VIII prohibió todas las letanías que existían con excepción de las incluidas en el Misal y el Breviario, manteniendo también las del santuario de Loreto. Aquellas letanías ya eran llamadas lauretanas. Paulo V, en 1503, ordenó que se cantasen en la basílica romana de Santa María la Mayor en festividades de la Virgen María. En 1615 los dominicos ordenaron que se recitaran en todos sus conventos después de sus oraciones de los sábados. Con el tiempo se han ido añadiendo más títulos a ellas. Es el caso de: - Pío V: Auxilio de los cristianos, por su intercesión en la Batalla de Lepanto - Clemente XIII: Madre Inmaculada, a petición de Felipe IV, para los dominios hispánicos el 12 de septiembre de 1767. Fue también concedida por el Papa Beato Pío IX Mastai-Ferretti al obispo de Malinas en 1846, tras la definición dogmática de 1854, Pío IX lo hizo extensivo a toda la Iglesia. - León XIII: Reina del Santo Rosario y Madre del Buen Consejo -

Benedicto XV: Reina de la paz Pío IX: Reina concebida sin pecado original Pío XII en 1951: Reina asunta al cielo Pablo VI: Madre de la Iglesia y Rosa Mística Juan Pablo II: Reina de las Familias

León XIII recomendó concluir durante el mes de octubre (mes del Rosario) la recitación del Rosario con el canto de las Letanías lauretanas. Con ello se pensó que las Letanías eran parte del rezo del Rosario, cuando en realidad son un acto de culto por sí mismas, pudiendo ser usadas para rendir un homenaje a la Virgen sea en una procesión (como en su uso primitivo) o como parte de una celebración de la Palabra de Dios. En la Iglesia Católica, después del Concilio Vaticano II, surgieron letanías que reflexionaban en torno a los documentos sobre María, como es el caso de la Constitución “Lumen Gentium” o la “Marialis Cultus”, exhortación apostólica de Pablo VI del año 1974. Un claro ejemplo es el libro publicado en 1981 llamado "Rito de Coronación de las imágenes de la Virgen María", que propone letanías donde abundan los términos "Señora" y "Reina", dada la liturgia de tono glorioso donde se recitan.

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l i b ro s

Cartas Ig les i a de la

p ri m i t iva E s l i b ro f u e p u b l i c a d o p o r p r i m e r a ve z e n e s p a ñ o l e n 1 9 61 , t r a d u c i d o p o r I g n a c i o O ñ a t i b i a , y r e e d i t a d o a h o ra a c t u a l i z a n d o u n t e x t o d e g r a n va l o r a c a b a l l o e n t r e l a h i s t o r i a , l a n o ve l a y n o b l e s s e n t i m i e n t o s. S a c a r l o d e l b a ú l d e l o s re c u e rd o s y d e s e m p o l va r u n t e x t o d e h a c e c i n c u e n t a a ñ o s p a r a o f re c é rs e l o a l p ú b l i c o d e h o y, p u e d e t e n e r u n r i e s g o , q u e n o s e l e o c u l ta a l a e d i t o r i a l d e e s t a Re v i s t a y d e s u s l i b r o s ; p e r o e l va l o r i n t e r n o y e n t r a ñ a b l e de l o q ue tal b aú l es cond e y el t ex t o d e s c r i b e s u p e ra n c o n c r e c e s e l t e m o r d e c a re c e r d e é x i t o e n t r e l o s l e c t o r e s.

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EVA

EVA

Roger Lloyd

vista Buenanueva, la ENA NUEVA y ahora con la denominación con la finalidad de gelio y de la Nueva

Además de los «Libros Buenanueva», la Editorial Asociación Bendita María ha querido abrir otra colección, dedicada a la narrativa o novela —la serie se llama «Signos Buenanueva»—, con esta publicación, «Cartas de la Iglesia primitiva», por un doble motivo: por un lado, porque recoge con una pluma magistral el latido vivo y acelerado de aquellos treinta años que siguieron a la Ascensión del Señor, de modo que el lector puede sentirse encandilado con todos aquellos acontecimientos que pretendieron inútilmente dar al traste con la Iglesia naciente y nacida; y, en segundo lugar, porque, salvando las distancias, hoy, como entonces, también en nuestro mundo actual ocurren cosas parecidas, aunque no haya templos de Afrodita, leones en los circos romanos o nerones que disfruten con espectáculos macabros de mártires...; pero sí hay innumerables templos del placer omnímodo, fieras que devoran cristianos y emperadores o tiranos de este mundo que siguen nutriendo sus ansias de poder con pan y circo, frecuentemente a costa de la Iglesia perseguida y maltratada, a veces abiertamente y, otras, de forma solapada so capa de falso progreso y pervertida democracia.

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Cartas de la Iglesia Primitiva

e el año 2007 con la ciar el Evangelio de

l i b ro s

El caso es que la Iglesia lo sabía entonces y lo sabe perfectamente ahora. Es el tributo que le toca pagar por creer en Dios y en su Hijo Jesucristo. Y si Él acabó en el Gólgota, la Iglesia es consciente de que la Cruz la espera al pie de tantos montes, donde no falta nunca la Virgen María, como aquella primera vez. El Espíritu Santo la sostiene y la convence de que «las puertas del infierno no prevalecerán contra ella» (Mt 16,18). * * * * * El texto que se ofrece aquí respeta, en líneas generales la traducción al español de 1961, con muy pocas salvedades: algún que otro signo de puntuación, algún breve giro gramatical puesto al día y, sobre todo, división de párrafos larguísimos del original, que hemos ido dividiendo en puntos y aparte para hacer más asequible y menos pesada la lectura, que, con toda certeza, será del agrado del lector, quien debe tener presente que se trata de una novela y no de hechos rigurosamente históricos, aunque, a decir verdad, la historia real no debió ser muy distinta de lo narrado aquí.

Roger Lloyd

Título: Cartas de la Iglesia Primitiva Autor: Roger Lloid Número de páginas: 224 Editorial: Asociación Bendita María Colección: Signos Buenanueva PVP: 20 euros Para más información y pedidos en la web:

w w w. r e v i s t a b u e n a n u e v a . c o m o en el teléfono

917 597 968

Efectivamente, a finales del mes de agosto de este mismo año 2010, en el encuentro anual conocido como «Meeting de Rímini», en la intervención que tuvo el representante de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa), ha denunciado que de cada 100 personas que mueren en el mundo por persecución religiosa, 75 son cristianos.

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l i b ro s

La

d i c t a d u ra del

re l a t i v i s m o Buenanueva

l libro viene prologado por Mons. Juan Antonio Reig, Obispo de Alcalá de Henares (Madrid). El autor, doctor en Teología Bíblica, ha publicado ya más de media docena de libros y numerosos artículos de su especialidad y temas afines. Es el Director del Pontificio I n s t i t u to J u a n Pa b l o I I p a ra Estudios sobre el Matrimonio y la Fa m i l i a , S e c c i ó n E s p a ñ o l a, Extensión en la República Dominicana, donde ejerce su misión pastoral y académica. En este libro que aparece en estos tiempos tan apasionantes, con problemas tan graves como serios (o tan serios como graves), Ramón Domíngez aborda el reto de lo que está en juego: el destino del ser humano.

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N A DA ES V E R DA D , N A DA MENTIRA; TO D O ES SE GÚN EL C O LO R DEL C R I S TA L CON QUE SE MIRA


l i b ro s

tuye con la finalidad expresa y Jesucristo. Entre sus diversas a Buenanueva, que comenzó a

e una colección de libros, bajo la esperando transmitir en ellos el ngelización.

lección, "Signos Buena Nueva"

ublicados

reparación

Colección Signos Buena Nueva Cartas de la Iglesia primitiva Roger Lloyd

Jesús y el Escriba Horacio Vázquez

La nueva cruzada

Manuel Ortuño Morente

respeto al otro, aunque sea débil y suponga una carga; en amar, en

definitiva,no a quien tenemos al lado, como hemos sido por Dios. este ha Por eso, Dios fuerza al talhombre y,amados aunque rechazado su oferta de comunión, no lo ha castigado ni obligado, sino que lo ha dejado en su libertad. Cuando Cristo ha mostrado el amor del Padre, a nadie ha obligado a creer en él, como quería forzarle a hacer el demonio, imponiendo la verdad a fuerza de milagros espectaculares; antes al contrario, ha proclamado la verdad y ha aceptado ser incomprendido, calumniado, rechazado, acusado, condenado y ajusticiado.

La Iglesia, por tanto, no es impositiva cuando anuncia la verdad del Evangelio y, si alguna vez en la historia pasada lo ha hecho, ha sido infiel a su propia condición. La Iglesia, como su Maestro, propone al hombre la salvación, y lo hace a tiempo y a destiempo, obedeciendo a Dios antes que a los hombres y, como Cristo, llora ante el mundo que se muestra renuente a acoger la palabra de salvación, porque sabe que este rechazo, como a Jerusalén, lo llevará a la ruina. Tampoco puede rebajar el Evangelio para hacerlo digerible y aceptable al mundo, porque lo estaría engañando y traicionando.

La d i c t a d u ra d e l re l a t i v i s m o

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La dictadura del relativismo

Ramón Domínguez

Algunos acusan al cristianismo de impositivo y fundamentalistaAlgunos por acusan la pretensión de querer imponer al cristianismo de impositivo y fundamentalista por la su verpretensión de querer imponer su verdad; pero esto, que podría ser cierto el Islam,que no lo espodría en el caso del cristianismo, porque que dad; pero enesto, ser cierto enla verdad el islam (que, proclama es Cristo, la manifestación del ser de Dios, que es Amor, y el amor, por su propia naturaleza, no se impone sinoAlá que se oferta por ejemplo, predica la voluntad de traducida en gratuitamente en la libertad, que lo acoge o lo rehúsa. eso, Dios no fuerza al hombre ha rechazado su oferta la “sharia”,Porley islámica quey, aunque sí seésteimpone, o se ve en de comunión, no lo ha castigado ni obligado, sino que lo ha dejado en su Cuando Cristoque, ha mostrado el amor del Padre, a nadie ha el laicismolibertad. militante, al no aceptar ninguna verobligado a creer en él, como quería forzarle a hacer el demonio, la verdad a fuerza de milagros espectaculares; antes al dad, ha deimponiendo imponer la opinión de la mayoría, para que contrario, ha proclamado la verdad y ha aceptado ser incomprendido, calumniado, rechazado, acusado, condenado y ajusticiado. el orden social no se convierta en un caos en el que La Iglesia, por tanto, no es impositiva cuando anuncia la verdad del Evangelio y, si alguna vez en la historia pasada lo ha hecho, ha sido infiel cada cual ahaga lo que quiera —y en este sentido po-5 su propia condición. La Iglesia, como su Maestro, propone al hombre la salvación, y lo hace a tiempo y a destiempo, obedeciendo a Dios antes demos decir que síy, son fundamentalistas e impositihombres como Cristo, llora ante el mundo que se muestra que a los a acoger la palabra de salvación, porque sabe que este rechazo, vos—), norenuente lo es en ello llevará casoa ladel la como a Jerusalén, ruina. cristianismo, Tampoco puede rebajarporque el Evangelio para hacerlo digerible y aceptable al mundo, porque lo estaría y traicionando. verdad queengañando proclama es Cristo, la manifestación del ser La verdadera misericordia no se muestra cuando se rebajan las de Dios, que esde Amor, el amor, por su propia natula verdad, sinoycuando se la proclama íntegramente a fin de exigencias que lleve al hombre a su realización, porque la vida del hombre está en raleza, no amar se yimpone que se oferta gratuitamente donarse, y el donsino de sí mismo se manifiesta —entre otras cosas— en la acogida y el perdón al otro, por ejemplo, al cónyuge en las dificultades de la convivencia; en la aceptación del hijo que Dios en la libertad, que lo acoge o lo amorosa rehúsa. da; en la fidelidad y en procurar el bien del cónyuge y de los hijos; en el

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Ra m ó n D o m í n g u e z B a l a g u e r Prólogo M o n s . J u a n A n t o n i o Re i g

Título:

La dictadura del relativismo Autor:

Ramón Domínguez Balaguer Número de páginas: 192 Editorial:

Asociación Bendita María Colección: Libros Buenanueva PVP: 20 euros Para más información y pedidos en la web:

www.revistabuenanueva.com La verdadera misericordia no se muestra cuando se rebajan las exigencias de la verdad, sino cuando se la o en el teléfono: proclama íntegramente a fin de que lleve al hombre 917 597 968 a su realización, porque la vida del hombre está en amar y donarse, y el don de sí mismo se manifiesta —entre otras cosas— en la acogida y el perdón al otro, por ejemplo, al cónyuge en las dificultades de la convivencia; en la aceptación amorosa del hijo que Dios da; en la fidelidad y en procurar el bien del cónyuge y de los hijos; en el respeto al otro, aunque sea débil y suponga una carga; en amar, en definitiva, a quien tenemos al lado como hemos sido amados por Dios. 123


l i b ro s

La voz

del Santo de

Israel

Antonio Pavía Misionero Comboniano

P

ara la inmensa mayoría de la gente la palabra mística evoca una realidad eleva dísima, un estado casi virtual e

inusitadamente especial, a cuyo acceso solamente son llamadas unas pocas almas marcadas por una elección muy predilecta de Dios. Almas que entran en esta especie de nube solamente después de ímprobos esfuerzos, negaciones, renuncias y penitencias; a causa de estas sus obras Dios las ha premiado con una intimidad privilegiada. En realidad esta concepción «bastante popular» está no poco lejos de la verdad. Por supuesto que, si hablamos de mística y de los místicos, hay que hacer referencia a lo esencial, que es la unión del hombre con Dios, el encuentro de una existencia con el Existente. Precisamente porque la contemplación de su Misterio es don, tenemos que, en primer lugar, apuntar al Dador con muchísima más propiedad que a los esfuerzos de la persona. En este sentido aclaro que para Dios todo creyente es un místico por el hecho de tejer una fidelidad en su alma. Con esto quiero decir que los creyentes en Dios son hombres y mujeres que confían tanto en su Voz, en su Palabra, que han aprendido a descansar en Él. Son personas para quienes su intimidad con Él significa saborearlo; sí, así como suena: saborear su Palabra, saciarse de su Rostro, haciendo suya la esperanza del salmista (ver Sal 17,15). La primera condición para llegar a saborear el Misterio consiste en plantar nuestra tienda junto a Él. Para ello cada cual ha de buscar con constancia y sin desmayo hasta encontrar su lugar de arraigo en Dios. Es lo que se llama vivir a su lado, ante la Presencia. Es un lugar que no tiene que ser inventado, ni siquiera proyectado, tan solo

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descubierto, pues de hecho ya lo tenemos preparado y dispuesto. Este nuestro lugar junto a Dios es, por una parte, el espacio, el hábitat natural de todo creyente, el recinto sagrado en cuyo interior nace y crece la mística en estado puro, tal como es, en su simplicidad; lo que quiere decir, desprovista de todo accesorio o invención que obstaculiza el contacto con el Absoluto. Este espacio es también figura del definitivo lugar junto a Dios que nos ha preparado nuestro Señor Jesucristo como fruto de su muerte y resurrección (ver Jn 14,2-3). Todo aquel que tiene el oído tendido hacia la Voz es un buscador de Dios; y mucho sabe de esto la esposa del Cantar de los Cantares. Ha saboreado a Dios, a su Amado. Este su querer la lleva a marcar la diferencia con respecto a otros amores y a otras voces, que en la espiritualidad bíblica vienen a ser lo mismo. De ahí su súplica, todo un grito, un gemido, que le sale del alma: ¡Déjame oír tu voz! (ver Ct 8,13b). Ha buscado con tanto afán al Amado de su alma —llegando incluso a atravesar las murallas de la ciudad (ver Ct 5,6-7)— que podríamos traducir así estas sus súplicas: ¡Déjame oír tu Voz, necesito extender sobre ella todo el peso de mi alma!


l i b ro s ¡No me abandones en esta soledad de muerte! En realidad, la voz de su Esposo la ha dejado tan herida de amor que, desde el límite de sus fuerzas, da a luz sus anhelos más profundos: ¡Déjame verte! ¡Quiero saber de ti! ¡Dame de tu fuego..., habítame! Esta mi alma es tu casa, tu heredad, como bien te lo hizo saber mi padre Moisés (ver Ex 34,9). ¡Toma posesión de ella, habítala, habítame! ¡Ven a mí, Dios mío! Dios desciende, se encarna y se ofrece a habitar, junto con el Padre, en todo aquel que acoge su voz. También es cierto que sólo el que considera fiable la Voz, la acoge, y sobre ella se recoge como cobijándose. A éstos que así aman su voz, Jesús les concede lo que nuestros místicos llamarán más tarde «la inhabitación de Dios en el alma». Jesús lo formuló así y como promesa: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra —mi Voz—, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14,23).

Pa d re s y m a d r e s e n l a f e Este ser habitado por Dios tal y como Él mismo lo expresa y promete es la mística en su dimensión real y total. A la luz de todo esto, podemos entender que algunos fenómenos que acompañan a los místicos, como éxtasis, voces internas, levitaciones, etc., pueden verdaderamente venir de Dios, mas no por ello definen la mística ni son esenciales a ella. Los místicos son seres humanos que, por la Voz-Palabra a quien han dado hospedaje, Dios les ha hecho confidentes de sus secretos, les ha abierto su intimidad. Es una relación de amantes o, si se prefiere, de amigos, como nos dice la Escritura con respecto a Moisés: «Yahvéh hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo» (Ex 33,11). Es la amistad que alcanza su plenitud con Jesucristo, quien llama amigos a sus discípulos porque los hace partícipes de la Voz que Él mismo oye del Padre: «No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15,15).

TO D O A Q U E L Q U E TIENE EL OÍDO T E N D I D O H AC I A L A VO Z E S U N B US CA D O R D E D IO S ; Y M U C H O SA B E D E E S TO L A E S P O SA D E L C A N TA R D E LO S C A N TA R E S

Partícipes, por el Hijo, de la voz del Padre, los discípulos extienden por el mundo las semillas que ponen al hombre en contacto con Dios. Dicho esto, lanzamos la pregunta: ¿Hay mayor mística que esta de vivir abrazando en el alma la Palabra, acariciando el Misterio? Todo aquel que vive en esta tensión tan fascinante como liberadora por acariciar su cercanía con Dios, quien a su vez se ha hecho Emmanuel —Dios con nosotros, con él—, se sabe siempre en camino. Sin embargo, al tiempo que es consciente de que no ha llegado al final, también lo es de que está en la fase de crecimiento, a la que le ha llevado su fidelidad a Dios que es quien le impulsa a continuar su andadura, como nos dice Pablo (ver Flp 3,12-15). En cada etapa se sabe vencedor, acreedor de la corona de la vida (ver 2Tm 4,8), que no es otra que la explosión cósmica de su existencia en Dios.

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l i b ro s

Antonio Pavía

TO D O E L ANTI GUO T E S TA M E N TO E S C OMO UNA I N C O M PA R A B L E E SC UE LA D E M Í S T I CA Q UE N O S I M P U LSA H AC I A SU PLENITUD : 6 J E S U C R I S TO

Déjame oír t u vo z

Déjame oír tu voz

Explosión que viene precedida por lo que podríamos llamar una antífona de entrada, robada —la comunión de los santos nos lo permite— del corazón místico del salmista: «¡Señor Dios mío, cuánto amo la belleza de tu Casa!» (Sal 26,8a). Es necesario hacer referencia a los místicos del pueblo santo de Dios, a los numerosos hombres y mujeres israelitas que nos han enriquecido a lo largo de los tiempos con la insondable riqueza que Dios sembró en sus almas. Todos ellos y ellas son una gran e inapreciable bendición de Dios para el mundo entero. No fueron hombres y mujeres especiales, no llevaron un patrón de vida diferente al de su pueblo. Unos fueron reyes, otros pastores; unos ancianos, otros apenas unos muchachos. Hombres y mujeres de distinto rango y formación. Todos tuvieron, no obstante, algo en común: dejaron que Dios excavara en lo íntimo de su ser hasta hacer brotar su propio y personal pozo de aguas vivas, con las que saciaron la sed de eternidad de su pueblo y de los pueblos todos (ver Si 23,34).

A n t o n i o Pav í a

Título: Déjame oír tu voz. (Israel cuna de la mística)

Autor: Antonio Pavía Número de páginas: 184 Editorial: Asociación Bendita María Colección: Libros Buenanueva PVP: 20 euros Para más información y pedidos en la web: www.revistabuenanueva.com o en el teléfono 917 597 968

Este texto es un extracto del prólogo de su libro “¡Déjame oír tu voz…! Israel, cuna de la mística”.

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e nt ret e n i m i e n t o

Contestador del hospital psiquiátrico Gracias por llamar al Instituto de Salud Mental, la compañía más sana para sus momentos de mayor locura. Si usted es obsesivo-compulsivo, pulse repetidamente el número 1. Si usted es co-dependiente, pídale a alguien que pulse el número 2 por usted. Si usted tiene múltiples personalidades, pulse el 3, 4, 5 y 6; y, si no se queda a gusto, púlselo a la inversa; pero, si se cansa, pulse el cero todas las veces que quiera. Si usted es paranoico, nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y sabemos lo que quiere; de modo que espere en línea hasta mañana mientras rastreamos su llamada. Si usted sufre de alucinaciones, pulse el 7 en ese teléfono gigante de colores que usted, y sólo usted, ve a su derecha. Si usted es esquizofrénico, escuche cuidadosamente y una pequeña voz interior le indicara qué número pulsar. Procure que los números que pulse no estén entre el cero y el 10. Si usted es depresivo, no importa qué número marque. Nada conseguirá sacarlo de su lamentable situación. No se preocupe si pulsa muchos a la vez.

Si usted sufre de indecisión, deje su mensaje después de... escuchar el tono... o antes del tono.... o después del tono... o durante el tono... En todo caso, espere el tono. Y hágalo sin sentarse. Si tiene la autoestima baja, por favor, cuelgue. Todos nuestros operadores están atendiendo a personas más importantes que usted. Si hay interferencias después de colgar, cuéntele al teléfono lo que le pasa.

Pero si su crisis se debe a que ud., votó a quien no debía..., verdaderamente lo sentimos. Aquí atendemos locos, no !imbéciles...¡

Josep en la Costa Brava Temporada de verano en la Costa Brava. Una gran ola gigante cubre parte de la playa y se lleva a un niño que estaba jugando en la orilla con su palita... Su padre, Josep, corre desesperado, mira al cielo y se dirige directamente a Dios: —Dios mío... yo, el Josep, no pots hacerme esto a mí... no pots llevarte al nen... yo siempre he sido un buen catalán, buen cristiano, cumplo lo que dice la religión al pie de la letra, no pots hacerme esto a mí... voy a misa, a Montserrat, colaboro con la comunitat... Por favor... devuélveme a mi hijo... tráelo de nuevo junto a mí... En ese momento, un rayo rompe el cielo, un estruendo silencia a los veraneantes... Sin duda es la señal de Dios para Josep... Una nueva ola llega desde el mar... y devuelve al niño a la orilla... Josep es testigo del milagro, su amado hijo ha vuelto... Entonces, con lágrimas en los ojos, vuelve a mirar al cielo, respira profundamente y le dice al Supremo: —Señor... ¿Y la palita...?

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e n t re t e n i m i e n t o

Padre astuto Un adolescente acababa de sacarse el permiso de conducir y preguntó a su padre que cuando podría utilizar el coche. El padre le propuso un trato: —Tú mejoras tus notas, estudias la Biblia un poco y te cortas el pelo. Entonces hablaremos sobre el coche. Seis semanas después le dijo el padre: —Hijo, he visto que has mejorado tus notas, que has estado leyendo la Biblia, pero me decepciona ver que no te has cortado el pelo.

Bautista tenía el pelo largo, que Moisés también lo llevaba largo y hasta el mismo Jesús llevaba el pelo largo.

El muchacho contestó:

A lo que el padre contestó:

—Sabes, papá, he estado viendo en la Biblia, que Sansón tenía el pelo largo, que Juan el

—Y supongo que te habrás dado cuenta de que iban a todas partes “andandito”, ¿no?

Muy gallego

Un pobre paisano de una aldea de Pontevedra estaba acostado en su cama, con una enfermedad terminal: le quedaban pocas horas de vida. De repente, entre la cabeza que se le va y viene y los ojos que se le nublan y se le aclaran, huele el aroma de la comida que más le

gustaba: unas empanadillas caseras de carne recién hechas. Para él no había nada mejor en el mundo que las empanadas de su mujer Cirila. Haciendo un esfuerzo sobrehumano dirigiéndose al comedor, empieza a percibir el vaporcillo que lleva el aroma de la masa de carne y cebolla que desde la cocina emanaba. Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidas las suculentas empanadillas, doraditas, recién hechas y llega a

coger una, viendo que sus esfuerzos habían valido la pena: era como su último deseo antes del desenlace fatal… cuando, repentinamente..., ¡zás!, siente un fuerte golpe de cucharón en la cabeza que acaba por mermar al máximo sus facultades, tambaleándose por la debilidad de sus piernas. Tratando de no desplomarse al suelo, llega a girar un poco la vista, alcanza a ver a su mujer con un cucharón de hierro en la mano, diciéndole: —¡Ni se te ocurra, que son “pa'l” velatorio!

Entre las once y las doce Un hombre, al pasar frente al Congreso de los Diputados, a eso de media mañana, escucha un tremendo griterío que salía desde la sala: ”Ladrón, mentiroso, comisionista, difamador, chorizo, sinvergüenza, flojo de muelles, imbécil, timador, animal, corrupto, vendido, golfo, cara dura, falso, chupón, inútil, pesetero, estafador, trepa, aprovechao, vago, dormilón, saqueador, tonto el haba, bobo, oportunista, embaucador, tramposo...” El hombre asustado le pregunta al guardia de la entrada: —Señor, ¿qué pasa ahí dentro?, ¿se están peleando? —¡Qué va! —responde el guardia—, ¡están pasando lista!

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e nt ret e n i m i e n t o

Contestador automático de los abuelos Buenos días. En este momento no le podemos atender. Deje su mensaje después de oír la señal. Sonido: BIIIIIPPPP... Si es uno de nuestros hijos, marque 1. Si necesita que nos quedemos con los niños, marque 2. Si quiere que les prestemos el coche, marque 3. Si quieren que les lavemos y planchemos la ropa, 4. Si quieren que los niños duerman en nuestra casa, 5. Si quieren que vayamos a la guardería o al cole a recoger los niños, marque 6. Si quieren que les preparemos comida para el domingo, marque 7. Si quieren venir a comer aquí, marque 8. Si necesita dinero, marque 9. Si es uno de nuestros amigos, puede hablar directamente.

El frontón Oye, Txetxu, ¿en el Cielo habrá frontón? —Pues yo creo que sí, Patxi, porque si alli todo es perfecto, pues habrá frontón. —Oye, pues el primero que se muera que se lo diga al otro. —De acuerdo Al cabo de unos años, Txetxu se muere y al dia siguiente, Patxi oye una voz de ultratumba: —Patxi,Patxi, Patxi, soy Txetxu —¿Qué quieres? —Que te tengo que dar dos noticias, una buena y otra mala. —¿La buena? —Que yo tenía razón, que hay un frontón que te pasas, de más de 60 metros de fondo y unas instalaciones alucinantes. —¿Y la noticia mala? —Que juegas el domingo a las 11:00

En Italia Un hombre mayor, italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse. Cuando el sacerdote abrió el tablero del confesionario, el hombre dijo: —Padre... Durante Segunda Guerra Mundial, una mujer bonita golpeó a mi puerta y me pidió que la escondiera del enemigo. Así que yo la escondí en mi altillo. —¡Eso fue maravilloso, hijo —contestó el sacerdote—No tienes la necesidad de confesar eso.

La madre superiora La madre superiora irlandesa de 98 años, estaba en su lecho de muerte. Las monjitas la rodeaban, intentando hacerle llevadero su último viaje. Trataron de darle leche caliente, pero no la quiso. Una monjita se llevó a la cocina el vaso de leche, recordó una botella de whisky irlandés que les habían regalado por Navidad y le puso un buen lingotazo a la leche. Volvió al lecho de la superiora y le acercó el vaso a la boca. La superiora bebió un sorbito, luego otro y, antes de que se dieran cuenta, lo había acabado hasta la última gota. Las monjitas le dijeron: "Madre, dénos una palabra de sabiduría antes de morir". Sin apenas fuerzas, se incorporó un poco y les dijo: "No vendáis esa vaca". —No, Padre, es que ella empezó a agradecermelo con favores sexuales. —Bueno ... Estando en gran peligro... y bajo esas circunstancias..., dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así... Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado, de hecho. —Gracias, Padre. Ésa es una gran carga que saca de mi alma. Pero tengo una duda más. —¿Y cuál es, hijo? —¿Cree Ud. que debería decirle que la guerra ha terminado?

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e n t re t e n i m i e n t o Fray Buenaventura por Rodrigo

A mí me gusta más Boston, allí quedan muy pocos.

No me gusta esta ciudad, hay demasiados cristianos.

Está mejor Los Ángeles, según me han dicho solo quedan unos cien.

¿Dónde, Frailecillo?

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Yo sé un sitio donde no hay ninguno.

En el infierno. En el infierno no hay ninguno.


o ra c i ó n María, madre, hoy quiero poner delante de ti mis preocupaciones, sobre todo una, que tú sabes bien. ¿Por qué será tan difícil educar a los hijos? Señora, tú, que también has sido madre, y sigues siéndolo de cada uno de nosotros, no desoigas mi súplica. Tú, que cuidaste a Jesús, y le diste forma interior, lo moldeaste como unas manos moldean la arcilla, ayúdame, ayúdanos a tocar el corazón de nuestros hijos, ayúdame a orientarlos, a consolarlos, dame fortaleza, paciencia y discernimiento. Tú, Señora, que acogiste a Jesús, lo curaste, lo vendaste cuando venía llorando por esos caminos de tierra… Tú que lo abrazaste y fuiste su roca, en medio de la tempestad, no desoigas la súplica de esta madre, y de todas las madres que como yo, tienen el corazón inquieto. Señora, que ninguno de mis hijos se pierda. Acógelos como hijos tuyos, bajo tu manto. Hoy, con nombre y apellido, te los hago presentes… Los míos y los de tantas madres afligidas, en tensión por unos hijos a los queya no pueden moldear más. Señora, llega tú donde nosotras ya no podemos llegar. Amén.

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el valor de una gran idea

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