BuenaNueva nº 63

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hacia oriente

“¿Cómo quejarme de mis pies cansados, cuando veo los tuyos destrozados? ¿Cómo mostrarte mis manos vacías, cuando las tuyas están llenas de heridas?” Quizá, su historia escandaliza, porque no está impresa de titulares enjuagados con la miel de lo reluciente. No fue el primero, pero si el último de todos, el servidor de todos. El Rey de la Gloria. No escatimó en ceñirse un delantal para lavar los pies de sus discípulos, ni para comer con publicanos y pecadores o encender su propia carne en la cruz para salvarte a ti y a mí. Aprender a ascender descendiendo. Aprender a amar amando aunque duela, cuando el sufrimiento se funde en cruces del alma, del cuerpo y el corazón. Sí, aunque el miedo y la incertidumbre desgasten y ahuyenten las sonrisas, contigo corro, contigo muero. Y es en esa cruz, en pleno combate donde se revela nuestra debilidad y nos urdes en tu infinita misericordia. No somos más que polvo, pero a nuestra disposición la vida nueva de la Resurrección. Gota a gota, la ilusión de primavera enciende el aroma de los tulipanes y los ángeles revolotean en alerta continua, pero a veces en los oídos solo se escucha lo hilarante y reaccionamos magistralmente ante la histeria o el golpe de piedra… Cómo no imitar al profeta Elías en el Horeb…“Dios no estaba en el huracán, ni en el temblor de la tierra, ni en el fuego, ¡sino en el ligero y blando susurro (cf 1 Re, 19)!” Los estruendos de los tiempos de purificación y de reconciliación se sienten. Pero también de penitencia, abstención, reflexión y conversión espiritual ¡Ya llega la Cuaresma! La preparación para la gran fiesta de la Pascua. Ayúdanos a cambiar todo aquello que nos inhibe estar más cerca de ti. Múdalo tú, transfórmalo tú, renuévalo tú. Otra oportunidad para recibir tu gracia y ejercitar el abandono alegre y sereno aunque estemos inmersos en la negrura más secreta. “Nos hiciste para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti” (San Agustín). Y cuando menos entendamos, enséñanos a amar más. Cuando la incomprensión se cuele por las venas y el aliento desfallezca, enséñanos a alzar la mirada en el milagro del amor en la Eucaristía. Si la razón pretende descarriarnos, vuélcanos hacia los andares absurdos, esos que recorría Pedro quien tanto te amó con locura. Danos la mansedumbre y la paz de María y el silencio amoroso de José. En el encuentro con nuestra propia limitación y pequeñez, penetra todo nuestro ser con tu gracia. Ven, quédate aquí en nuestra transfiguración. Respira profundo con nosotros y ensancha nuestra alma con el amor trino. Orar, servir, dejarnos hacer, darnos sin pertenecer… Así como ellos, los santos, que son posibles. Que se puede. No son los súper héroes de los comics. “En la cruz está la vida y el consuelo” (Santa Teresa de Jesús). Tómanos una vez más. Quédate con nuestras mochilas, que están cargadas y sigue llevándonos de la mano para derramar tu luz en este mundo convulsivo.

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Subida al Monte Carmelo. San Juan de la Cruz, I, 13, 12. Obras Completas.

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cantemos al Señor

Esta frase se utiliza muy irresponsablemente por algunos. Lo primero que tendrían que aclarar es cómo Dios les dice esas cosas, dónde y cuándo. Un individuo se presentó en la oficina de un abogado: —He venido a ud. porque Dios me ha dicho que es el mejor abogado de este país. El abogado le dijo: —Por favor, si vuelve a ocurrir, pídale a Dios que me lo ponga por escrito». Igual que aquel joven enamorado que acosaba a una joven en la iglesia con semejante argumento: —Dios me ha dicho que tienes que ser mi novia y que al final me casaré contigo. La joven le contestó: —La próxima vez que Dios te diga esto, le pides por favor que también me lo diga a mí.

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Un abogado que defiende a un cliente acusado de causar daños corporales intencionados se expresó así ante el tribunal: —Mantenemos señor presidente, que no hay pruebas de que tal reyerta tuviera lugar. Si la hubo, mi cliente no estaba allí. Si estaba allí, no hay pruebas de que tomara parte en la riña. Y en cualquier caso, el otro golpeó primero.


Este proverbio se origina cuando el patricio romano Paulus Emilius repudió a su mujer Papyria, que era joven, bella rica y honrada. Como no parecía tener para ello un motivo razonable, hubo de sufrir los reproches de sus amigos. Paulus Emilius, mostrándoles un zapato, les dijo: —Fijaos en mi calzado¿Habéis visto nada más elegante, bueno y bello? No obstante, solo yo sé donde me lastima». De ahí proviene la frese “Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato”.

Se cuenta que un hombre leía la Biblia, pero no lograba retener los textos ni memorizarlos. Cierto día comentó esta dificultad a su confesor quien sabiamente le contestó: -No te desanimes por eso. Ten en cuenta que si echas agua en un colador, no importa la cantidad, no consigues retenerla, pero es indudable que siempre terminarás con el colador más limpio.

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cantemos al Señor

S A L M O

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Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión. En los sauces de las orillas colgábamos nuestras cítaras. Cantadnos nos decían nuestros enemigos, cantadnos nos decían nuestros opresores. Ellos querían que nosotros los divirtiéramos Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extraña. ¡Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me seque la mano derecha! ¡Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías! Señor, toma cuenta de nuestros enemigos cuando decían de Jerusalén: ¡Arrasadla hasta sus cimientos! ¡Capital de Babilonia, criminal, quién pudiera pagarte los males que nos has hecho, quién pudiera estrellar tus hijos contra las piedras!

J e s ú s

Este es un salmo único, especialísimo, y controvertido para la recitación cristiana, si no se eleva a su nivel espiritual, al que tiende el espíritu del creyente por la experiencia de la misericordia divina. Así lo han hecho los Padres, meditando en la vivencia existencial y desgarradora de un pueblo sometido al destierro por sus enemigos,

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B a y a r r i

en el que se puede contemplar a la humanidad entera, sometida como consecuencia del pecado. Salmo de lamentación esperanzada; elegía en la que el salmista en nombre de la comunidad eleva los ojos a Jerusalén, al Templo y en definitiva al Señor, para mover su corazón misericordioso en favor de su pueblo humillado.


cantemos al Señor Reuniéndose junto a aquellos canales pletóricos de vida y de belleza, los deportados tratan de exorcizar la amargura de la soledad en la que los ha sumergido su infidelidad. Las cítaras que acompañaban sus cantos de alegría en honor del Señor, han quedado colgadas en los sauces, -llorosos también ellos-, que humillan sus ramas al borde de las orillas. No es “tiempo de higos”: de sentarse junto a la parra y la higuera en la heredad del Señor, sino de conversión, de purificación y de añorar la presencia del Señor en tierra extraña, en espera de algún profeta que los defienda de la acusación diabólica para llenarlos de esperanza. La palabra del Señor les estimula a procurar el bienestar del país, porque será también el suyo durante setenta años, pero frente a los judíos acomodados “a los ajos y cebollas de Egipto” que no añoran al Señor, frente a los desesperados de la misericordia divina, y frente a los opresores que pretenden resignarlos a su condición de deportados, el salmista fiel proclama desde las profundidades de su alma su amargura: ¡Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me seque la mano derecha!

Para el salmista desterrado físicamente, es más importante llevar a Jerusalén en el corazón, avivando el recuerdo del lugar santo, bendecido con la presencia del Señor en medio de su pueblo, que su propia dignidad, integridad y fortaleza personales; su propia y plena capacidad de valerse por sí mismo y de ser persona, que se significan en la mano diestra. Llevar a Jerusalén en el recuerdo es llevarla en el corazón; Jerusalén es el Templo y la presencia de Dios en medio de su pueblo; es la consciencia de la elección y la predilección de Dios que da sentido a su existencia y el memorial de su alianza. Jerusalén es el Moria de Abraham y de Isaac; es la meta de David y Salomón. El Padre y el Hijo han culminado en ella el drama histórico y supremo de amor sobre la tierra. El mismo Señor ha llorado sobre ella: “Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina a sus polluelos bajo sus alas y no habéis querido”. “Si me olvido de ti”… sea yo maldito eternamente; peor que el de tus enemigos sea mi destino; hijo bastardo y malnacido abortó por siempre.

No es “tiempo de higos”: de sentarse junto a la parra y la higuera en la heredad del Señor, sino de conversión, de purificación y de añorar la presencia del Señor en tierra extraña, en espera de algún profeta que los defienda de la acusación diabólica para llenarlos de esperanza. Salmo 137

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cantemos al Señor El olvido de Jerusalén es olvido del Señor; salir de su presencia y continuar la andadura de la vida ensimismado; hacer de la propia existencia un reclamo de autonomía, de forma semejante a la reivindicada por Adán en el paraíso (cf. Ge 3). Un hombre con la mano derecha seca (Lc 6, 6), hace presente la maldición que representa para el salmista el olvido del Señor; la impiedad del corazón que hace de él un desterrado aunque permanezca físicamente en la tierra. Un desterrado, no obstante, es alguien que ha escapado de la espada en el día fatal gracias a la misericordia divina y que debe al Señor el culto de su gratitud, manteniendo vivo en su corazón su recuerdo en tierra impura. Avivar este recuerdo es como caminar hacia Jerusalén. Escuchemos al profeta Jeremías: “Escapados de la espada, andad, no os paréis, recordad desde lejos al Señor, y que Jerusalén os venga en mientes.” (Jr 51,50). Auténtico destierro y lejanía del templo profanado por la idolatría es el olvido de Jerusalén. El desterrado que mantiene en su corazón el recuerdo del Señor, en su lejanía, ofrece al Señor un culto espiritual.

Llevar a Jerusalén en el recuerdo es llevarla en el corazón; Jerusalén es el Templo y la presencia de Dios en medio de su pueblo 8

Jesús, viendo al hombre de la mano seca (Lc 6,6), tiene ante sí al pueblo que honra a Dios con sus labios pero su corazón está lejos de él. A este pueblo ha venido a llamar el Señor, para llevarlo al verdadero culto a Dios, Padre, en Espíritu y Verdad, infundiendo en su corazón el amor, con el recuerdo entrañable del Señor, que viene para ofrecerle su misericordia antes que de nuevo vengan sobre él los enemigos a destruir nuevamente el templo sin dejar en él piedra sobre piedra como dice el Evangelio según san Lucas (19, 41-44): El pueblo deberá comprender que no fue Babilonia, que no fue Edom, que no fueron los idumeos los que los trajeron al destierro, sino sus pecados, a los que fueron arrastrados por el seductor, envidioso y embustero enemigo. El desgarrador anhelo de justicia y de venganza con el que termina el salmo, y con el que puede identificarse la humanidad entera, encuentra en Cristo su cumplimiento. Él ha venido a vengar al hombre desterrado del Paraíso; no sólo a Israel, sino a toda la humanidad, pisoteando a su enemigo y adversario en el lagar de su cruz. Se cumple así la profecía del libro del Génesis: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo: él te pisará la cabeza.”


cantemos al Señor San Agustín, comienza su comentario a este salmo diciendo: «Habéis oído y sabéis que hay dos ciudades, mezcladas por ahora en el cuerpo y separadas de corazón, que avanzan en el decurso de los siglos hasta el fin. Una se llama Jerusalén, y su fin es la paz perpetua; la otra se llama Babilonia, y pone su gozo en la paz temporal». Y añade: «En Jerusalén está el sumo gozo, donde gozamos de Dios, donde estamos

seguros de una fraternidad concorde, de una civil sociedad. Ningún tentador nos violentará allí, nadie nos moverá con sus seducciones, sólo el bien nos agradará. Morirá toda necesidad, nacerá la suma felicidad». La lucha entre el linaje de la serpiente y el de la mujer habrá terminado, y las puertas del Infierno no prevalecerán ante la Iglesia que las combate con el poder de Cristo. bn www.jesusbayarri.com

El desterrado que mantiene en su corazón el recuerdo del Señor, en su lejanía, ofrece al Señor un culto espiritual Salmo 137

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testigos de la verdad

David Zufía Rivas | Ester Ors Fernández

Es absolutamente cierto que Dios nunca le falla a nadie. Sin embargo, incluso muchas de las personas que afirman esta verdad, no terminan de creérsela y, cuando les acontecen sucesos adversos, pierden la confianza en el Creador. Este artículo es un valiente, sincero y esperanzado testimonio de todo lo contrario. Está claro que la fe de este ejemplar matrimonio “mueve montañas” y servirá para fortalecer las creencias de muchas personas. Estamos ante un magnífico testimonio.

Camino de rosas Mi nombre es David y hoy quiero escribir este testimonio para dar gracias a Dios por el don tan grande que es la vida. Hace algo más de un año, el día 12 de septiembre de 2015 recibí el mayor de los regalos, el Sacramento del Matrimonio con mi esposa Ester. Nosotros habíamos tenido un noviazgo de 3 años y medio, en el que habíamos podido experimentar lo que es el perdón, conocernos cada día más y discernir si realmente éramos

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la persona que Dios había puesto para el otro. No fue un noviazgo fácil en muchos momentos, ya que nuestra propia exigencia estuvo a punto de cargarse todo en varias ocasiones, pero finalmente con paciencia, oración y castidad, pudimos llegar vírgenes al matrimonio y convencidos de que era el plan que el Señor tenía para nosotros. Estábamos muy felices y no tardó en cumplirse la promesa que se nos había hecho, que el primer año de matrimonio son todo bendiciones. Volvimos de la Luna de Miel y me contrataron en la empresa en la que trabajo, pudimos comprar un coche y teníamos todo lo que queríamos.


testigos de la verdad

DespuĂŠs de 3 meses de matrimonio abiertos a la vida nos llegĂł una gran noticia, Ester estaba embarazada Mi hijo, un ĂĄngel

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testigos de la verdad

Dificultades Después de 3 meses de matrimonio abiertos a la vida nos llegó una gran noticia, Ester estaba embarazada. Fue una sorpresa total porque no esperábamos que llegara en ese momento y era todo un remolino de emociones y miedos ante el hijo que venía en camino. Todo iba a cambiar, y sobre todo a Ester le cambió desde el primer minuto. A ella le costó mucho aceptar el quedarse embarazada tan pronto y además, suponía tener que dar la cara en el trabajo, ya que ella trabaja en un laboratorio farmacéutico y tenía que tener mucho cuidado con los productos que manejaba. Yo, en cambio, casi ni era consciente de lo que estaba pasando. Iban sucediendo los días y parecía que todo iba bien, pero de repente, Ester empezó a sangrar sin motivo. Consultamos a la ginecóloga y nos informó que era normal en algunos embarazos manchar los primeros meses, pero eso cada día iba a más. Una noche Ester tuvo un sangrado muy abundante y nos dijeron que fuéramos inmediatamente a urgencias; teníamos mucho miedo porque pudiera ser un aborto pero yo tenía la esperanza de que todo saldría bien. En la sala de espera del hospital rezaba en mi interior diciendo a Dios que cambiaría todo lo que teníamos porque este niño naciera. De pronto salió Ester llorando y me confirmó que había perdido el niño. ¿Y ahora qué? ¿Qué sentido tenía esto? Estábamos destrozados y no entendíamos nada. Era el 20 de diciembre y supuso pasar las Navidades más tristes de nuestra vida. Tantas veces nos planteamos qué nos quería decir Dios sin ver nada, pero tras insistir mucho nos respondió.

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Los cristianos defendemos, día tras día, que la vida nace en el momento de la fecundación y luchamos contra el aborto, pero tantas veces no sabemos ni siquiera lo que esto significa. He podido ver con tristeza, cómo tantas familias cristianas han perdido un hijo durante el embarazo y ese niño ha quedado como una anécdota más de su vida. Nosotros hemos tenido que escuchar tantas veces la misma frase, de “mujer legrada, mujer preñada”. ¿Pero acaso sabemos lo que estamos diciendo? ¿Es que un hijo se puede reemplazar por otro como si se tratara de un pantalón roto? Si ni siquiera los cristianos, le damos la importancia que se merece el tener un hijo en el Cielo, ¿cómo vamos a poder explicárselo a alguien que no cree? Pues yo hoy quiero contar mi experiencia, para decir que yo tengo un hijo en el Cielo y tenemos la dicha de que Dios nos ha sellado esa garantía en el corazón.

De pronto salió Ester llorando y me confirmó que había perdido el niño ¿Y ahora qué? ¿Qué sentido tenía esto? Estábamos destrozados y no entendíamos nada


testigos de la verdad

El final del túnel Unos días después del aborto, fuimos a casa de unos amigos nuestros de la parroquia, que nos ayudaron muchísimo y nos reconfortaron. Nos dijeron que teníamos que ponerle un nombre porque nuestro hijo era real, y poner nombre significa hacerle presente. Nunca hasta ahora me había planteado hacerlo pero volviendo a casa en el coche íbamos debatiendo qué nombre se le pone a un hijo que ni siquiera sabes si es niño o niña, y comentamos varios nombres que nos gustaban pero no nos poníamos de acuerdo. Llegamos a casa a las 24:00 horas después de un domingo muy cansado y teniendo que trabajar al día siguiente, y lo último que me apetecía era rezar, pero le dije a Ester que hiciésemos la oración de Completas para que Dios nos ayudase. Al terminar de leer los salmos, decidí leer el evangelio del día, pero sin darme cuenta que al haber pasado la medianoche el evangelio era ya el del día siguiente. Empecé a leer el evangelio y no me podía creer lo que estaba leyendo de boca de Zacarías: “Su nombre es Juan”. No era cosa mía, no era una casualidad repentina ni una interpretación; era el Señor mismo quien nos confirmaba su nombre y nos animaba a estar tranquilos porque nuestro hijo estaba con Él.

En ese momento sentimos una paz inmensa y la alegría de que nuestra misión como padres estaba cumplida. Todo el mundo quiere que sus hijos sean buenas personas, tengan un buen trabajo, se casen y tengan hijos, pero se nos olvida nuestra misión es llevar a los hijos al Cielo, y la nuestra estaba ya cumplida. Juan había sido creado únicamente para darnos un regalo, el deseo de ser padres. Además, despertó por primera vez en Ester el instinto de ser madre, que ella tantas veces había dicho no tener. El poder descubrir lo que significa llevar una vida en tu seno, que la mujer está llamada a la maternidad, y el don tan grande que supone aceptar que Dios te confía un hijo suyo para poder cuidarlo.

Mi hijo, un ángel

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testigos de la verdad

Dios se manifiesta Tras 2 meses de recuperación de Ester pedimos el día de San José que nos concediera tener un hijo, y escuchó nuestras plegarias. Al mes siguiente nos esteramos que estaba embaraza de nuevo. Fue una alegría grandísima y el deseo de que este niño naciera iba creciendo cada día más y más. Pasamos las revisiones médicas y todo iba perfectamente, tenía latido e iba desarrollándose poco a poco, así que estaba previsto que en diciembre naciese nuestro hijo Samuel. Todo era una ilusión muy grande e íbamos poco a poco comprando todo lo necesario para recibirle. En Septiembre, cuando parecía que todo en nuestra vida era perfecto me informaron en la empresa que me quedaba sin trabajo a final de año. No podía haber un momento económicamente peor porque no sabíamos cómo íbamos a afrontar todos los gastos, pero al contrario de cómo hubiese sucedido en cualquier otro momento, a mí sólo me salía agradecimiento a Dios. No he dejado de acordarme de lo que le pedí a Dios, el día que perdimos a Juan, y era en este momento cuando veía que podía perder mi trabajo en lugar de mi hijo, y esta vez iba a poder verle nacer. Después de todo, por si aún nos quedaba alguna duda de que Dios lleva la historia nos tenía también preparado el parto para recordárnoslo. El día 14 de diciembre a las 22:00 horas, después de 41 semanas de embarazo Ester rompió aguas e ingresamos en el hospital. Tras una noche y una mañana de contracciones largas y fuertes iba dilatando poco a poco, aguantando todo lo posible antes de pedir la epidural. De repente, al poco tiempo de anestesiarla, empezó a subirle mucho la fiebre y temblaba sin parar.

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Intentaron controlarle la fiebre con medicación pero las pulsaciones del niño se aceleraban y frenaban descontroladas. Estaba ya dilatada de siete centímetros, pero lo que parecía el parto natural que toda mujer se imaginaba tener, de pronto se complicaba. La vida del niño corría peligro y no podían esperar para sacarlo. Bajaron a Ester al paritorio de urgencias para hacer una cesárea mientras ella rezaba a la virgen que la sostuviese en el miedo y pudiera aceptar su voluntad aun sabiendo que podía salir mal, de la misma forma que ella dijo sí al arcángel. Yo mientras tanto estaba fuera, sin saber qué pasaba, rezando incesante a Dios con temor. Cuando salió la enfermera a decirme que tanto el niño como mi mujer estaban bien, rompí a llorar agradecido viendo cómo Dios no se equivoca, sino que su plan es mucho más grande y más perfecto de lo que nosotros mismos podemos llegar a imaginar; el niño era precioso. Ya ha pasado una semana desde la fecha en la que dejaba la empresa y aun continúo trabajando. No sé si me quedaré una semana, un mes o tres días, pero ahora vivo tranquilo cada día sabiendo que Dios se ocupa de nosotros y que no nos va a faltar de nada. Por eso hoy quiero dar gracias por todos los dones que nos da, por mi mujer y mis dos hijos; por Juan que intercede por nuestra familia y por Samuel que cada día que pasa nos hace más felices. Este es el regalo que Dios nos da y queremos que sirva como testimonio de que Él es el autor de la vida, que podamos ser conscientes de la cantidad de niños que son olvidados por no haber tenido la suerte de nacer e interceden por nuestras familias para poder ayudarnos a ir al Cielo. bn


testigos de la verdad

Todo el mundo quiere que sus hijos sean buenas personas, tengan un buen trabajo, se casen y tengan hijos, pero se nos olvida nuestra misiรณn es llevar a los hijos al Cielo, y la nuestra estaba ya cumplida

Mi hijo, un รกngel

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echando las redes

Antonio Pavía. Misionero Comboniano

Numerosas son las profecías que a lo largo del Antiguo Testamento anuncian al Mesías bajo la figura del Buen Pastor, el que apacentará a sus ovejas con hierba tierna recién brotada de la tierra, y las conducirá hacia el Manantial de Aguas vivas, hacia el Padre. En esta catequesis vamos a fijarnos en la bellísima intuición profética que el Espíritu Santo suscitó a Miqueas acerca del Mesías: “Él se alzará y pastoreará con la fuerza de Dios, con la majestad del nombre de Yahveh su Dios” (Mi 5,3a). Pastoreará con la fuerza de Dios. No estamos hablando de un poder o fuerza sobrehumana, como la que se atribuye a los héroes mitológicos de las religiones del ámbito geográfico grecorromano. Hablamos de la misma fuerza de Dios, fuerza con la que reviste a su Hijo gracias a su capacidad de escucharle, de tener el oído abierto a su Palabra. “Mañana tras mañana despierta Dios mi oído, para escuchar como los discípulos; el Señor Yahveh me ha abierto el oído” (Is 50,4b-5). Con la Fuerza de la Palabra, es decir, de Dios en su alma, podrá el Mesías levantar al caído, recibirá lengua de discípulo para hacer llegar a los abatidos el aliento de Dios, su propia Palabra. “El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora” (Is 50,4a).

¡Dios es nuestra fuerza, nuestro auxilio ante el peligro, nuestro alcázar y refugio frente a los que nos atacan!, proclamará Israel a lo largo de su historia tan plagada de conflictos. Incluso cuando la mayoría del pueblo es tentado por el desánimo, que le lleva a rozar casi el escepticismo y la desconfianza en las promesas de Dios transmitidas de padres a hijos, surgirán profetas que, movidos por el Espíritu de Dios, les recordará que Él sigue siendo su Pastor; que, aunque estén sometidos bajo el poder de otro pueblo como es en el caso de su estancia en Babilonia, Dios continúa estando en medio de ellos.

¡Dios es nuestra fuerza, nuestro auxilio ante el peligro, nuestro alcázar y refugio frente a los que nos atacan!

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echando las redes ¡Dios está en medio de su pueblo santo! He ahí el grito que los profetas repiten una y otra vez. Ante esta proclamación, todo Israel se siente protegido y seguro, pues todos se consideran hijos de la elección, y a todos pertenece la gloria de Dios que un día descendió y se hospedó en el Templo Santo.

Como todas las profecías, también éstas que nos hablan de Dios que habita en medio de su pueblo, alcanzan su cumplimiento pleno en Jesucristo. Su Iglesia no será destruida, pues Él mismo es su piedra angular, su cimiento inconmovible. Podrán caer muros y baluartes, mas nunca su piedra angular; por eso ningún pecado, ningún escándalo, ninguna persecución, ningún odio, ninguna alianza satánica, podrán derribarla. La Iglesia, la nueva Jerusalén, permanecerá por siempre porque así lo prometió el Hijo de Dios. “…Yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16,18).

En medio de vosotros

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echando las redes

A nuestro servicio “En medio de nosotros está nuestro Dios”, proclama -como ya he dicho- una y otra vez Israel a lo largo de su historia. Si dejáramos hablar a sus cronistas, les oiríamos decir que lo estuvo incluso cuando quisimos desentendernos de Él dando rienda suelta a nuestra infidelidad, permaneció fiel a su Palabra. Si no fuera porque conocemos profundamente nuestra debilidad como hombres, nos costaría mucho trabajo entender la terquedad de Israel, los desaires que hace a Dios. Llega un momento en que incluso dirá a sus profetas que les dejen en paz, que no les vuelvan a hablar más de Él: “Apartaos del camino, desviaos de la ruta, dejadnos en paz del Santo de Israel” (Is 30,11b). A pesar de tanta obstinación que raya en el desprecio, Dios sigue en medio de su pueblo atento y solícito. Los mismos profetas a quienes desprecian son los portadores de los consuelos de su Dios. El hecho es que el Hijo de Dios, como recogiendo el testigo de su Padre que nunca dejó de estar en medio de Israel, nos sorprende a todos provocando un asombro que raya en la estupefacción, al decirnos no solamente que está en medio de nosotros, sino la forma en que está: a nuestro servicio. “Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22,27).

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Sí, en medio de vosotros, a vuestro servicio, al servicio de los que he llamado para pastorear al mundo. Y porque estoy en medio de vosotros, pastoreáis desde mí, con mi Fuerza, a fin de que se cumpla también en vosotros la profecía de Miqueas. Pastorearéis no sólo con mi Fuerza, sino también con mi Sabiduría. Así haréis llegar a los cansados y agobiados mi Palabra, el Evangelio que salva al hombre. Así, con la Fuerza y Sabiduría de Dios, se presenta el Buen Pastor ante sus discípulos después de su resurrección: “Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz con vosotros… Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío” (Jn 20,19-21). Tengamos en cuenta cómo encontró Jesús a los suyos: desorientados y, más aún, amedrentados. Le habían seguido respondiendo a su llamada mientras que sus fuerzas les pudieron sostener. Llevado su Maestro a juicio, escarnecido y ajusticiado, se desmoronan. A continuación, y como haciendo caso omiso a sus debilidades que les llevaron a dejarle solo ante la muerte, les da la buena noticia, la que les levanta sobre sus propios miedos: Así como mi Padre me envió –con su Fuerza, recordemos la profecía de Miqueas- así os envío yo a vosotros.


echando las redes

Esa fuerza que tienes Seguimos dejando hablar a Jesús: Os envío como me envió mi Padre, por lo que así cómo Él nunca me dejó solo a lo largo de la misión que me confió, yo también estaré con vosotros. “Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8,31-32). Este envío de Jesús a sus discípulos -recordemos que les envía como pastores- después de su victoria sobre la muerte, recalcando el “como mi Padre me envió”, es decir, con su Fuerza, nos recuerda la llamada de Gedeón a liberar a los israelitas de los hijos de Madián. En esta dramática situación y sin ninguna perspectiva de que Israel pudiese levantar la cabeza, Dios fue al encuentro de Gedeón a quien

dijo: “Vete con esa fuerza que tienes y salvarás a Israel de la mano de Madian. ¿No soy yo el que te envía?” (Jc 6,14). Gedeón no da crédito a lo que Dios le está proponiendo, casi le da por pensar que se está riendo de él al confiar el éxito de su misión en “esa fuerza que tienes”. De sus labios sale un torrente de excusas, mezcla de incredulidad y de amargura; es evidente que no se siente muy a gusto con la visita de Dios, menos aún con la misión que le confía. Dios pone freno a su disgusto. Lo hace sacando a relucir una promesa: “Yo estaré contigo y derrotarás a Madián como si fuera un hombre solo” (Jc 6,16). Nuestro hombre entendió. Si Dios que me envía está conmigo, “en medio de mí”, estará también su fuerza. Ahora entiendo por qué me dijo: “vete con esa fuerza que tienes”. Era la suya, la ha puesto en mis manos.

Su Iglesia no será destruida, pues Él mismo es su piedra angular, su cimiento inconmovible. Podrán caer muros y baluartes, mas nunca su piedra angular; por eso ningún pecado, ningún escándalo, ninguna persecución, ningún odio, ninguna alianza satánica, podrán derribarla. La Iglesia, la nueva Jerusalén, permanecerá por siempre porque así lo prometió el Hijo de Dios

En medio de vosotros

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echando las redes Id con la fuerza que tenéis, dirá Jesús a sus discípulos que, acobardados, se habían refugiado en el cenáculo. Id porque seréis uno en mí como yo soy uno con el Padre. Id porque compartimos fuerza y sabiduría; compartimos pasión y misión: pasión por Dios y pasión por los hombres; y, sobre todo, compartimos el pastoreo. También vosotros, desde mí, pastorearéis las ovejas que os confíe dándoles lo mejor de vuestro corazón que será semejante al mío. Además, compartimos corazón porque compartimos al mismo Padre (Jn 20,17). Todo esto comparten los pastores según el corazón de Dios con su Hijo. Son pastores desde Él, el que en medio de ellos está y estará siempre.

Yo os doy la savia de mi Padre: “Todo lo que le he oído a Él os lo he dado a conocer” (Jn 15,15b). Os he llamado, os he unido a mí para enviaros a pastorear en mi nombre a los hombres del mundo entero. Lo profetizó Isaías y os lo confirmo yo. Desde vuestro estar en mí y yo en vosotros, daréis fruto eterno, y así daréis gloria a mi Padre porque esos son los frutos de los pastores según su corazón. Además hay una relación entre dar este fruto y ser mis discípulos: “La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos” (Jn 15,8). bn

Seguimos dejando hablar a Jesús: Os envío como me envió mi Padre, por lo que así cómo Él nunca me dejó solo a lo largo de la misión que me confió, yo también estaré con vosotros. “Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”

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echando las redes

Tannia Ortiz-Lopés Es una escritora puertorriqueña que reside en Alemania. Sus textos son meditaciones religiosas, poéticas, de verso libre. En estos momentos de tanta sed por la palabra de Dios —comenta Tannia— le gustaría compartir con su audiencia de lengua hispana la historia de su despertar y su caminar espiritual a través de este libro.

“El Espejo de mi Alma, está escrito en un tono extremadamente personal y confesional. Sus lectores se fortalecerán, refrescarán sus almas con el mensaje de sus meditaciones y tendrán la oportunidad de acompañar a la autora en este sendero de crecimiento espiritual y personal.”

ISBN: 978-3-7386-9565-6

Pleito de Jeremías con Dios

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cantemos al educación para Señor la vida

Mª Pilar Moiño

unque la copla diga eso de “salud, dinero y amor”, personalmente apuesto por el amor como lo más importante en la vida ¿Y eso por qué? Hay una razón teológica de mucho peso para un cristiano, si nos atenemos a la revelación, a la Palabra, que aparece ya en el primer libro del Génesis: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza…” y, ¿cuál es la mejor definición de Dios? Acudamos también a la Biblia, en este caso al evangelista San Juan: “Dios es Amor”. Lejos del Dios de los filósofos, el Bien, la Belleza de Platón o “el motor inmóvil, la causa eficiente”, etc de Aristóteles, que nos hablan de un Dios impersonal, alejado del hombre, el Dios revelado a través de los profetas, y sobre todo por Jesucristo –rostro humano de Dios- es un Dios que nos manifiesta su intimidad: la Trinidad, es decir el Amor en clave trinitaria. La “común unión” entre Padre, Hijo y Espíritu Santo, no la soledad, ni el aislamiento, ni el silencio – Verbo, Logos, Palabra-. Es el Amor “ad intra” que se desborda hacia fuera, “ad extra”, en la Creación. Precisamente porque somos imagen de Dios, el hombre no puede vivir sin amor. En primer lugar sin el Amor de Dios que “nos ha elegido y llamado por nuestro nombre”… Así, Dios llena nuestro corazón y con ese amor somos capaces de amar al Otro y a los otros, y de amarnos a nosotros mismos. El hombre, como afirma Zubiri, es

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un ser “con”, ser “para” y ser “misivo”, por eso no puede desarrollarse sino es en relación con los demás. Dice Bernanos que la gracia de las gracias es amarnos y olvidarnos de nosotros mismos , volcándonos hacia nuestros hermanos, los hombres, en una entrega amorosa, cuyo fundamento es el Amor de Dios.


cantemos al Señor

Torrente de distintas ideas sobre el amor, confluyentes Santa Teresita del Niño Jesús, decía: “Mi vocación dentro de la Iglesia es el Amor”. Esa es la vocación de todo hombre. Cuanto más lleguemos a ser esa imagen y semejanza de Dios, mayor será esa caridad que se dirige a nuestros prójimos, y que nos permite mirar con mayor comprensión y misericordia, porque como dice Salinas “que hay otro ser por el que miro al mundo porque me está queriendo con sus ojos…” Creo que el amor humano es el trampolín, en donde es más fácil atisbar el amor divino. Ya Platón afirmaba que “el

Ser Sagrado tiembla en el ser querido” . Por eso estaba convencido de que el amor es, en el fondo, una llamada de los dioses, una forma sutil de hacernos entender que, después de la muerte, nos espera otro mundo donde se colmará nuestra sed de plenitud. Lo explica muy bien Miguel D´Ors, en su poema Esposa: “Con tu mirada tibia alguien que no eres tú me está mirando: siento confundido en el tuyo otro amor indecible. Alguien me quiere en tus te quiero, alguien acaricia mi vida con tus manos y pone en cada beso tuyo su latido. Alguien que está fuera del tiempo, siempre detrás del invisible umbral del aire.” Vida,nombre amor y artículo muerte

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cantemos al educación para Señor la vida Y en ese mismo sentido, dice Gustav Thibon, que abre nuevos interrogantes: “Tú y tus miradas me habéis hecho elevarme por encima del tiempo y sentir la ternura de Dios. Tú me elevas y me sujetas a lo efímero, al mismo tiempo que me transportas hacia lo eterno; tu belleza me encadena y me libera. No hay por qué asombrarse. Ese desorden es el verdadero orden del mundo. El hombre es un nudo de contradicciones… Eres mi guía hacia Dios. Cuanto mayor es tu perfección, más me eleva hacia la meta. Pero esa perfección tuya me lleva a veces a olvidar mi verdadero fin en tus brazos y a derramar en ti la copa de mi destino. Me siento dividido entre el Dios que me revelas y el Dios que me ocultas” No debemos encerrarnos en el amor humano sino, como dice Saint Exupéry, “mirar juntos en la misma dirección”. Sólo el que se sabe amado es capaz de vivir en libertad y en confianza, ensanchando horizontes, que permiten salir de si mismo y entender la vida como don y entrega a los demás. Así la vida deja de ser una pesada carga, un absurdo, como piensan los existencialistas –“el hombre muere y no es feliz”, en frase de Albert Camus, y se convierte en el tiempo que se nos da para madurar como personas y profundizar en la verdad de lo que somos. También la vida es un aprendizaje para su culminación, que es la muerte, entendida como el nacimiento a la plenitud en el amor que es lo que nos constituye. En su última entrevista, Julián Marías decía, “ el que no cree en la otra vida es que no ha conocido el amor”. Nos recuerda a Gabriel Marcel que afirmaba, refiriéndose a su esposa: “Mientras yo viva, tu no has de morir, siempre te llevaré conmigo hasta el final”.

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Tras la muerte del ser querido hay, aún en esta vida, una nueva comunión, una nueva intimidad, una nueva forma de pertenecerse el uno al otro. Vida, amor y muerte están profundamente relacionados. La vida es el peaje para vivir en plenitud el amor que aquí no podemos alcanzar pero que anhelamos; esa sed de amor, exige un más allá, porque el amor es más fuerte que la muerte. Esa relación, vida, amor y muerte, por poner un ejemplo musical, queda bien patente en la ópera de Wagner, Tristán e Isolda, sobre todo en el bello pasaje “muerte de amor” (liebestod). Unamuno vivió esta experiencia de manera agónica, obsesionado por la muerte –“naufragio total”- según le dictaba la razón, pero con una voluntad de seguir existiendo, de permanencia en el más allá, que le hacía rebelarse contra la nada. En su vida tuvo un gran peso el amor de su esposa, Concha, y de sus hijos. “Hay que creer -decía- en la otra vida eterna más allá de la tumba, y en una vida individual y personal, en una vida en que cada uno de nosotros sienta su conciencia y la sienta unirse, sin confundirse, con las demás conciencias todas en la Conciencia Suprema, en Dios; hay que creer acaso en esa otra vida para poder vivir ésta y soportarla y darle sentido y finalidad”, (Ensayos) La muerte no es sorpresa. “Así vivimos, siempre en despedida”, según el poeta Rilke. La vida, que es una preparación para la muerte, exige un cierto hábito de desapego y de entrega en libertad. “Vive bien si no quieres morir mal”, afirmaba San Agustín. En cierto sentido, se puede decir que el hombre es “eterno” porque “siempre” –si se puede hablar así- hemos estado en el pensamiento de Dios: “Antes de que fueras concebido en el seno de tu madre, yo


educación cantemos paraallaSeñor vida ya pensaba en ti” y con la muerte, el gran acto de entrega, la donación total, volvemos al sitio de Dios. Esa semilla plantada en suelo fértil –los años de nuestra vidacomienza a dar su fruto y llega a plenitud en la otra vida, en que se nos descubrirá –alletheia- la verdad de lo que somos y de nuestro destino final, como hijos de un Padre que nos ha amado “antes de la constitución del mundo”.

Quizá pueda entenderse la vida constituida en tres fases, tres etapas: la placentera del feto, cuyo alumbramiento es traumático, pero al lloro del recién nacido sigue el tibio regazo de su madre y sus cuidados para que se haga hombre, -la vida mismay un tercer estadio, tras la muerte, también traumática, que nos lleva a lo desconocido, pero que nos hará vivir en plenitud. También será un nuevo alumbramiento y nos llenará de esa Luz que no deslumbra pero que ilumina nuestro ser eterno.

Sólo el que se Morir, pero también vivir, es el gran acto de sabe amado es amor que nos conduce al abrazo eterno del Padre, cuyo amor durará para siempre. bn capaz de vivir en libertad y en confianza, ensanchando horizontes, que permiten salir de si mismo y entender la vida como don y entrega a los demás

Vida,nombre amor y artículo muerte

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Enrique Solana - Arquitecto

He dejado para el final lo que en otros ámbitos se habría colocado al principio, la cronología de la construcción del Templo. Lo más importante, lo que da sentido a esta espléndida edificación es el espíritu que encierra y el arte y la sabiduría con que fue concebida y se está ejecutando. Sin embargo, esta descripción quedaría incompleta sin su historia, que contribuye a hacerla aún más increíble. Resulta conmovedor ver cómo nace la idea de llevar a cabo el templo, y más aún, ver cómo renace de sus cenizas una y otra vez, el impulso de su genio creativo. Me atrevo a afirmar que Dios mismo está detrás, protegiendo y potenciando una obra que habla muy bien de Él.

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En 1.866, el librero Josep M. Bocabella funda la “Asociación de Devotos de San José” con la intención de impulsar la devoción popular al santo patrón, al tiempo que ofrecer formación profesional a los obreros. Ocho años más tarde, decidió promover la construcción de un templo expiatorio financiado exclusivamente por donaciones que contribuyeran a la expiación de los pecados. La idea caló rápidamente en la sociedad catalana y en 1.881 la asociación contaba ya con 600.000 socios, lo que permitió adquirir en los terrenos del ensanche de Barcelona, una manzana delimitada por las calles Mallorca y Provenza, Marina y Cerdeña, entonces en pleno campo.

Planificación El 19 de marzo de 1.882, día de San José, con proyecto y dirección del arquitecto Francisco de Paula del Villar, se colocó la primera piedra de las obras. El edificio se había concebido en estilo neogótico con dimensiones muy parecidas a la catedral de León, tres naves de 90 m. de largo y 30 m. de ancho, y crucero de 60 m. La Sagrada Familia de Gaudí

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nueva estética Con el nuevo arquitecto, la cripta mantiene el estilo neogótico por las razones expuestas, pero el resto supone, no ya una novedad, sino la superación de los estilos arquitectónicos precedentes. Su estilo es muy personal, inspirado en las formas de la naturaleza. Para librarse de los contrafuertes góticos, Gaudí ideó el uso de columnas en forma de tronco de árbol, que permiten descargar el peso de las cubiertas directamente en el suelo, según la dirección de las mismas cargas, solución que elimina los temidos empujes horizontales y al mismo tiempo, convierte el interior de las naves del templo en un espacio orgánico que semeja un bosque, dejando pasar los rayos del sol por los óculos de las bóvedas de las cubiertas, que resuelve con superficies regladas (hiperboloides), y por las enormes vidrieras laterales. Para Gaudí, la luz y el color, son elementos tan esenciales para definir y embellecer el templo como las formas, las dimensiones, las proporciones y los materiales.

Pronto comenzaron las discrepancias entre la Junta Promotora y el arquitecto, y por consejo del arquitecto Martorell, amigo y asesor de Bocabella, se propuso la sustitución del director de las obras por el joven pero ya conocido arquitecto Antonio Gaudí, que tenía entonces 30 años. El nuevo arquitecto puso como condición liquidar al contratista y libertad para modificar el proyecto inicial, cosa que no pudo llevarse a cabo en el caso de la cripta, al encontrarse muy adelantada. Esta circunstancia, tampoco permitió a Gaudí orientar el templo hacia el Oriente, como era lo habitual, para lo cual habría tenido que colocar el edificio según la diagonal de la manzana, ya que el trazado de las calles, según el Plan Cerdá, tenían la orientación NO/ SE y NE/SO, pero la orientación de la cripta había optado por la del plan urbanístico.

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Para Gaudí, la luz y el color, son elementos tan esenciales para definir y embellecer el templo como las formas, las dimensiones, las proporciones y los materiales


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La Sagrada Familia tiene planta de cruz latina, con cinco naves centrales y tres en el transepto, y ábside con siete capillas. Sus tres fachadas están dedicadas al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesucristo y, cuando esté concluida, tendrá 18 torres: cuatro en cada acceso haciendo un total de doce, dedicadas a los apóstoles, que actuarán de enormes campanarios; cuatro sobre el crucero invocando a los evangelistas; una sobre el ábside dedicada a la Virgen María y otra, la torre-cimborio central en honor a Jesús, que alcanzará los 180 metros de altura. El templo dispondrá de dos sacristías junto al ábside, y de tres grandes capillas: la de la Asunción en el ábside y las del Bautismo y la Penitencia junto a la fachada principal. Las capillas estarán enlazadas por un claustro procesional que rodeará todo el edificio para aislar el templo del exterior. El coro, a modo de un triforio elevado

rodeará todo el templo interiormente para convertirlo en una gran caja de resonancia. El proyecto desborda el solar, y la plataforma de acceso a la fachada principal, la de la Gloria, orientada al SE, pasa por encima de la calle Mallorca y su escalinata se desarrolla en la manzana contigua, hoy día construida, lo que compromete seriamente la terminación de esta parte de la Basílica.

Biografía

La Sagrada Familia de Gaudí

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Biografía Gaudí nace en 1.852 y muere en 1.926 a los 73 años de edad. Vive por tanto a caballo entre los siglos XIX y XX, finales del primero y comienzos del segundo. No hizo más de una veintena de obras pero marcaron la trayectoria de la arquitectura del momento. Sus primeras obras participan de los estilos historicistas, sobre todo de carácter gótico y oriental, que termina abandonando totalmente hacia una arquitectura orgánica, basada totalmente en la naturaleza. Su intervención en la Sagrada Familia comenzó a los 31 años de edad y se mantuvo, cada vez con más intensidad, hasta el final de sus días. La mayor parte de los trabajos los compatibilizó con los del templo, lo que explica la aparición de simbología cristiana en edificios civiles, así como técnicas muy novedosas en edificios de escala reducida para ello. Sin duda experimentaba en esos edificios lo que luego plasmaría en el Templo, pudiéndose decir que la Basílica constituyó el centro y la razón de su existencia. El Templo comienza con buen pie al recibir una muy importante donación anónima. Se piensa que se trata de Isabel Bru, hija del marqués de Comillas y esposa de Eusebio Güel, mecenas

de Gaudí. En junio de 1.909, durante la semana trágica de Barcelona, se produce la quema de treinta iglesias y otros desmanes que contribuyó al desánimo generalizado de los propulsores del proyecto. Para contrapesar el mal ambiente y pobreza generalizada del mundo obrero, la Junta decide realizar unas escuelas infantiles junto a las obras del Templo, obras en las que Gaudí aporta el proyecto y gran parte de sus bienes. En 1.914, Gaudí rechaza nuevos encargos y centra todas sus energías en la construcción del Templo, justo en el momento en que caen drásticamente las aportaciones y aparecen corrientes estilísticas muy contrarias al modernismo (con ese estilo se identificaban las obras de Gaudí, aunque lo rebasó y personalizó). Cuando la financiación se hundió definitivamente, el mismo Gaudí comenzó a pedir limosna y colaboración a sus conocidos. La divulgación de los trabajos en diversas campañas promovidas por prohombres destacados de la cultura del momento, fructificaron en la aparición de múltiples publicaciones que atrajeron visitantes de todas las partes del mundo.

Sus primeras obras participan de los estilos historicistas, sobre todo de carácter gótico y oriental, que termina abandonando totalmente hacia una arquitectura orgánica, basada totalmente en la naturaleza 30


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Dificultades Gaudí muere el 10 de junio de 1.926 atropellado por un tranvía, lo que supone un duro golpe para la obra, pero no fatal, el mismo Gaudí era consciente de que sería culminada por sensibilidades distintas dentro del plan general. En época de Gaudí colaboraron con el genial arquitecto muchos de sus discípulos y ayudantes, los más destacados son Francesc Berenguer y Josep María Jujol. Tras la muerte de Gaudí, los trabajos se continúan bajo la dirección del arquitecto Sugrañés, hasta su paralización el año 1.936 por causa de la guerra civil que supone el peor momento para el Templo. El balance es terrible, se profana la cripta y se queman planos, maquetas y la capilla del Rosario, así como el asesinato de doce personas

vinculadas al templo. Terminada la contienda, las obras se encontraban totalmente abandonadas, los recursos a cero y gran parte de la intelectualidad catalana enfrentada con el proyecto. Tras un periodo en que las obras estuvieron paradas, en 1944 fueron reemprendidas por diversos equipos, entre los cuales destacan los arquitectos Isidre Puig i Boada y Lluís Bonet i Garí. La revitalización surge en 1.952 con la creación de la asociación de “Amigos de Gaudí”, formada por seguidores que venían actuando en la clandestinidad. El empuje vino de universidades extranjeras, Japón y Estados Unidos, que comenzaron a reconocer el enorme valor de la arquitectura de Gaudí. En 1.956 se funda la Cátedra de Gaudí en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona y las obras son impulsadas de nuevo.

El balance es terrible, se profana la cripta y se queman planos, maquetas y la capilla del Rosario, así como el asesinato de doce personas vinculadas al templo

La Sagrada Familia de Gaudí

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En los años sesenta se origina un fuerte movimiento protagonizado por el arquitecto Oriol Bohigas, que pretende paralizar los trabajos con la intención de salvaguardar su autenticidad, aunque las razones que el propio Gaudí dejó escritas se imponen. En 1985 fue nombrado director de las obras, Jordi Bonet i Armengol, y en 2012, el Patronato de la Junta Constructora de la Sagrada Familia lo sustituyó por Jordi Faulí i Oller.

2.010, fue inaugurado por el Papa Benedicto XVI quien dijo del Templo, que sería muy importante para la evangelización. El evento fue seguido por los medios de comunicación que contribuyeron muy notablemente a la divulgación de su belleza, razón por la que a fecha de hoy es visitado de forma multitudinaria, lo que está permitiendo multiplicar los ingresos y por tanto, el ritmo de los trabajos.

El cambio de siglo supone un fuerte impulso, fundamentalmente el año 2.002, con la celebración del 150 aniversario del nacimiento del arquitecto, así como el acontecimiento cultural y deportivo de las Olimpiadas que puso a Barcelona en el centro del mundo y la Sagrada Familia se convirtió en el icono de la ciudad. En noviembre de

Su finalización se estima se producirá en el año 2.026, momento en el que el templo de la Sagrada Familia será lo primero que se visualizará al llegar a Barcelona ya sea por tierra, mar o aire, cumpliendo así el sueño de Gaudí y, sin duda alguna, el designio que Dios mismo le tenía encomendado. bn

Tras la muerte de Gaudí, los trabajos se continúan bajo la dirección del arquitecto Sugrañés, hasta su paralización el año 1.936 por causa de la guerra civil que supone el peor momento para el Templo. El balance es terrible, se profana la cripta y se queman planos, maquetas y la capilla del Rosario, así como el asesinato de doce personas vinculadas al templo 32


nueva estĂŠtica

nombre artĂ­culo

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María Tarruella

La Iglesia Católica no está alejada del mundo del arte contemporáneo como muchos pueden creer. Es verdad que en ocasiones nos hemos encontrado con el ocasional artículo sensacionalista, que se recrea en alguna obra blasfema o con el artista que utiliza la simbología cristiana para ofender y chocar. Ya sabemos que siempre hace más ruido la pieza destructiva que todas las maravillosas obras contemporáneas que ensalzan la Fe y las que además buscan llevarnos hacia lo alto a través de un lenguaje vanguardista y actual. Pero estas obras existen y muchas iglesias por el mundo utilizan el arte contemporáneo como medio de nueva evangelización. Templo moderno En esta línea tuve un encuentro sorprendente este verano en Alemania, cuando paseando por Munich de camino a la céntrica plaza Marienplat, nos paramos justo antes para ir a misa. Entramos en la Iglesia del Espíritu Santo y cuál fue nuestra sorpresa al ver que la clásica iglesia barroca alemana se había transformado en una experiencia plástica… esta vez las figuras de estuco rococó vibraban de una forma diferente, barridos de luz cubrían la nave y en el centro del espacio se alzaba un corazón gigante construido con palos de

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aluminio que variaba de color al compás de música, como si latiera por sí solo. Era espectacular la sensación de adentrarse en ese altar a través de un corazón me hizo visualizar inmediatamente la presencia del Amor de Dios; corazón abierto y a la vez tan sólido, firme y sereno. El hecho de que se pudiera ver el reflejado en su inmensidad y con una generosidad humilde y a la vez desbordante de ternura. Viví la misa desde una perspectiva nueva, invadida por la presencia del Amor en su absoluta grandeza, en otras palabras: descubrí una representación actualizada del Sagrado Corazón y de una forma vivencial,


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De esta forma la instalación y su significado continuaba latiendo en tu vida al salir de la iglesia cuya percepción se experimenta en primera persona, integrándote dentro del propio corazón sin quedarte fuera como un espectador de la imagen. Con el cambio de luces sobre la obra del rojo al azul, pasas del fuego de Su Amor al agua viva derramada de Su costado para concluir encontrando la Paz cuando al final el corazón se ilumina en blanco haciéndonos sentir la luz resplandeciente de la Transfiguración que emana de Cristo. Tras esta vivencia de creatividad mística, al finalizar la misa procuré enterarme enseguida sobre el sentido de la instalación y me emocioné al ver que habían situado a la sa-

lida de la iglesia una mesa con información y prospectos explicativos sobre la obra, el artista y su relación con la iglesia ¡Nada como los alemanes para hacer las cosas bien! Para asegurarse que no solamente te quedabas con el momento de furor espiritual sino que además adentrabas en un encuentro de fe, te regalaban un prospecto que se abría en forma de poster ilustrando la escultura del corazón gigante de 5x5m, iluminada en rojo – de esta forma la instalación y su significado continuaba latiendo en tu vida al salir de la iglesia. Vivencia Tridimensional del Amor de Dios

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Descubrí que en la obra juega con los elementos de Agua, Fuego, Aire y Tierra fundiéndolos con luz para unirlos en el Corazón. El artista Ahí descubrí al artista: Michael Pendry y leí sobre su interés por abrir a través del arte nuevos puntos de vista a nuestra existencia y a nuestra alma. Comprendí que utilizaba la luz de laser para impregnar la instalación de lo que él llama “bruma táctil” para que el espectador perciba su interior al son de la música que envuelve el ambiente. Descubrí que en la obra juega con los elementos de Agua, Fuego, Aire y Tierra fundiéndolos con luz para unirlos en el Corazón. Enseguida me puse a buscar otras obras del artista y descubrí la maravillosa instalación “Les Colombes” que había montado en la misma iglesia el año anterior y fue tan espectacular que ha tenido que repetir la instala-

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ción por todo el mundo convirtiéndose en una exposición itinerante; ya se ha mostrado en iglesias como La Catedral de la Gracia en San Francisco, en San Martin del campo en Londres, incluso en la abadía benedictina de la Dormición de la Virgen en Jerusalén y este año se instalará durante Abril y Mayo en la iglesia luterana de San Pedro en Hamburgo. ¡Ojala podamos ir a verla! Esta magnífica escultura-multimedia titulada “Les Colombes” está compuesta por más de 2000 palomas de papel que flotan en el aire volando por la nave como una bandada de pájaros atraídas hacia el altar. Un efecto de luz intermitente cubre las aves de origami dando hasta la impresión de que se mueven sus alas, acompañadas por un sonido de fondo de cantos de pájaros y aleteos.


nueva estética

Pendry dice que con esta obra pretende abrir la mente y el alma de la humanidad actual dándole una visión renovada al sentido del Espíritu Santo No puedo ni imaginarme la sensación que se debe sentir bajo esta enorme instalación, experimentando la presencia del Espíritu Santo en forma de miles de palomas etéreas , envolviéndote y encaminándote hacia el altar. Creo que me sentiría como una paloma más de papel que quiere unirse al vuelo en imán hacia la Eucaristía, dejándome llevar por el viento hacia Dios. Pendry dice que con esta obra pretende abrir la mente y el alma de la humanidad actual dándole una visión renovada al sentido del Espíritu Santo; reinterpretando la simbología tradicional de la paloma blanca de una forma más cercana, más participativa y que llegue más a la gente: “Esta instalación trata de enfocar a la idea del

espíritu, del “Espíritu Santo” a varios niveles y desde diferentes ángulos mediante un amplio abanico de herramientas estilísticas – creando experiencias físicas y emocionales en espacios únicos. Es un intento…” ¡Pues sin duda es un intento conseguido! Al menos por atreverse a acercarnos de una manera palpable a la experiencia mística de la presencia del Espíritu Santo envolviéndonos y acompañándonos, dejando que el Amor de Dios nos arrope y nos guie en nuestro camino vital. ¡Gracias Michael por invitarnos a dejar de ser espectadores y adentrarnos en la vivencia de Dios! bn Vivencia Tridimensional del Amor de Dios

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cantemos aldea planetaria al Señor

Jesús Bayarri Haya

En pocas palabras, se ofrece en este artículo un certero diagnóstico de la alarmante situación por la que atraviesa Europa. Abocada en estos momentos a su desaparición, se propone una indispensable vuelta a los valores morales como única posibilidad de salvación Ante el suicidio demográfico de la envejecida Europa, la invasión irreversible de una sociedad que ha apostatado de Dios, perdiendo también la fe en sí misma y el liderazgo secular de la civilización que contribuyó a crear y a la que dio origen entre luces y sombras a lo largo de la historia, ha tomado características alarmantes y trágicas consecuencias, agravadas por la guerra asimétrica a que está siendo sometida, y que está llevando los logros de su recién nacida unión hacia un despeñadero que puede disolverla.

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cantemos aldea planetaria al Señor Ahora se encuentra sumida en un relativismo más propio de la barbarie, que de la grandiosa cultura e inigualable gloria a las que la elevaron sus preclaros hijos a lo largo de los siglos. Con su auto inmolación en aras de la ideología emergente, en un neopaganismo con pretensiones progresistas, Europa se precipita a un anonadamiento atroz. La ideología actualmente dominante, ha eclosionado una vez más de la semilla diabólica del gnosticismo secular, hidra longeva como su padre, camaleónica en el devenir de la historia y cuya cristofobia visceral aparece ahora travestida de, laicismo, pluralismo, tolerancia y racionalidad.

Si no existe la Verdad absoluta, sino verdades, tampoco existen el Bien y el Mal, ni la Justicia, cada cual tiene la suya propia y su moral particular. Tampoco existen el Derecho ni la Ley, sino tantos derechos y leyes como sociedades, grupos y personas viven sobre la Tierra. La Justicia se transforma entonces en el poder del más fuerte, en la dictadura de la mayoría, o en el contubernio de las minorías, lo que equivale a la hipoteca de la justicia por el interés. Entonces, alienada la dignidad de la razón, se exalta el consenso, la incongruencia se traviste de pluralidad, la equidad de tolerancia, y se da carta de ciudadanía a la subversión de los valores. Se cae en la barbarie y se regresa a la ley de la selva.

Con su auto inmolación en aras de la ideología emergente, en un neopaganismo con pretensiones progresistas, Europa se precipita a un anonadamiento atroz

Tiempos nombre de artículo crisis

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cantemos aldea planetaria al Señor w

En medio de la injusticia social reinante, el desempleo, los abusos de poder y la corrupción generalizada, surgen la delincuencia y el crimen como hongos en medio de esta sociedad enferma, sin que nadie se preocupe seriamente de ponerle remedio atacando el problema de raíz. Como dijo el Papa Pablo VI: Si quieres paz, trabaja por la justicia. Mientras tanto los partidos siguen con su eterna cacofonía, vociferando en las campañas electorales las mismas promesas vacías de siempre, y es que cuando una sociedad, abandonando las creencias y la fe que la elevaron moralmente y la enriquecieron espiritual y culturalmente se vende a las exigencias de las masas, en lugar de conducirlas con la fuerza creadora de los valores, ansiosa sólo del poder y el respaldo de la mayoría, comienza la decadencia de sus instituciones y sólo podrá ser gobernada por la fuerza o la represión, que la conducirán inevitablemente al colapso, a la fractura y al desmembramiento consecuentes.

El cristianismo aportó a Europa y a toda la civilización occidental la concepción fundamental de la “dignidad humana” y el respeto a la individualidad 40

Les guste o no a los advenedizos de Bruselas, la denominación Europa, aparece hacia el siglo XV, en sustitución de los términos “Cristiandad”, Universitas o Res Pública Christiana, que caracterizaba su esencia a través de los siglos. Hay quien considera que el nacimiento mismo de Europa se remonta a la separación jurídica entre la Iglesia y el Estado, avenida con la libertad de culto concedida a la Iglesia por los emperadores Constantino y Licinio en el 313, generalizando la concedida en oriente por Galerio el 311 con el edicto de Sárdica.1 El cristianismo aportó a Europa y a toda la civilización occidental la concepción fundamental de la “dignidad humana” y el respeto a la individualidad: Mediante la encarnación de su Hijo y la redención de Cristo, Dios confiere al ser humano una dignidad que no le hubiese sido posible conseguir por sí mismo al margen de la fe católica. Cada cristiano está llamado a desempeñar una misión en el mundo; tiene un destino singular recibido de Dios.2 Prescindir de sus raíces conduce inevitablemente a la aniquilación del árbol, del que todos pueden hacer leña, convirtiéndolo en pasto del fuego. El ser humano unido así al amoroso designio de su creador, puede lanzarse pletórico de gozo, a crecer, multiplicarse, llenar la tierra y someterla, al anuncio de la Buena Nueva de su Señor Jesucristo y a la edificación de un mundo grato a sus ojos en el que habite la justicia y se promueva la Paz y el bien común de todos los pueblos, mientras camina hacia la meta de su destino glorioso y perdurable en el Reino De Dios. bn

1 Cf. Luis Suárez, Ednes. Palabra S.A. Madrid, 1986 2 Cf. Weigel G. “Política sin Dios” Cristiandad, Madrid 2006, pp 107-114


incluir publi depag. 51 de bn 62


sed santos

VII Victoria Escudero - Farmacéutica. Fundación López Quintás (Área de Docencia y Universidad)

La condena que el Padre Walter Ciszek debía cumplir en Siberia ascendía a quince años de prisión. Sin embargo, la injusticia que imperaba en el campo había terminado por anclarse en el alma del sacerdote haciéndole perder toda esperanza de recobrar algún día la libertad. En aquel lugar, cualquier pretexto era válido para aumentar las condenas de los reclusos y, de alguna manera, él y sus compañeros habían asumido, casi inconscientemente, que aquel sería el escenario en el que el jesuita llegaría al final de sus días. Sin embargo, una mañana el Padre Walter fue requerido en las oficinas antes de iniciar su trabajo. Allí, de manera inesperada, recibió la noticia de que, en el plazo de diez días, sería liberado. Hasta aquel momento un total de catorce años y nueve meses habían transcurrido desde su ingreso en la prisión. Una nueva normativa permitía reducir la condena estipulada en tres meses. Tras superar todos los chequeos, formularios y requisitos burocráticos para la liberación, el Padre Walter, en una fría mañana de abril, cruzó las puertas del campo para no regresar a él nunca más. Dejaba así atrás aquel infierno en el que los hombres eran reducidos a números, a meros objetos carentes de necesidades o sentimientos; en el que ni una mirada, ni una palabra les recordaba su condición humana durante años. Como nos revela el libro de la Sabiduría en su tercer capítulo: “Las almas de los justos están en las manos de Dios, y el tormento no los alcanzará (…) Pues, aunque a los ojos de los hombres fueran atormentados,

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su esperanza está llena de inmortalidad. Después de un ligero castigo, serán colmados de beneficios, porque Dios los probó y los halló dignos de sí. Como el oro en el crisol los probó …” Y así fue. Aquella terrible prueba que tanto había dañado humanamente al Padre Walter, también había elevado su alma hasta las alturas en las que solo Dios puede sustentar la esperanza del hombre. Los largos años sufridos en Siberia esculpieron el alma del sacerdote hasta convertirla en una hermosa obra de arte. La recién estrenada libertad era para aquel hombre exhausto como un traje grande en el que no podía evitar sentirse extraño. Se trataba, sin embargo, de una libertad primaria, de maniobra, porque la libertad más valiosa, la libertad interior, que engrandece sin límite la vida del hombre, nadie se la había podido arrebatar. Mantener esa libertad intacta le había permitido elegir, día tras día, el bien al mal; optar por el respeto y la estima a los otros; buscar en todo momento la voluntad de


sed santos

Las almas de los justos estรกn en las manos de Dios, y el tormento no los alcanzarรก Walter Ciszek

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sed santos Dios. La libertad interior es uno de los dones más grandes que recibimos de Dios y en ella reside el valor de nuestro amor a Él que, lejos de sernos impuesto por el Creador, nace de esa libertad. Quizá la gran lección que aprendió el Padre Walter en aquellos quince años de padecimientos en Siberia fue que la auténtica libertad se conquista aceptando la voluntad de Dios como el camino que nos conduce a nuestra posibilidad más sublime. En palabras del sacerdote: “Entonces fui consciente, y cada día lo fui siendo más, de que la verdadera libertad no significaba otra cosa que dejar obrar a Dios en el alma sin poner obstáculos; poner por delante la voluntad de Dios tal y como se me revelaba a través de sus indicaciones, de sus inspiraciones y de otros medios de que se vale para comunicarlos; y no obrar por propia iniciativa.” El seguimiento de la voluntad divina fue, paradójicamente, para el jesuita la fuente de la más alta libertad espiritual y de la más profunda fortaleza. Esa voluntad se expresaba en las ocasiones y circunstancias que surgían cada día. Así de sencillo y así de complicado.

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s El Padre Walter quedaba libre, pero con ciertas restricciones. A causa de su acusación de espionaje, le fue entregado el llamado “polozenie pasporta” o certificado restringido que implicaba limitaciones expresas respecto a los lugares en los que se le permitía trabajar o vivir. La primera localidad a la que el jesuita llegó tras su salida del campo de concentración fue Nolrisk. Allí volvió a acariciar el sueño que le había llevado, hacía ya muchos años, a la Unión Soviética: servir como sacerdote. Nada más llegar a Nolrisk, fue al encuentro del Padre Viktor, un sacerdote ucraniano que había compartido con él tiempo en Siberia y llevaba liberado cuatro meses. El humilde barrio en el que vivía estaba ubicado en la periferia y conformado por pequeñas chabolas llamadas “boloks”. En una de ellas vivía el Padre Viktor junto a otro compañero sacerdote, el Padre Neron, también recién liberado de las minas de Siberia. En aquel exiguo habitáculo dos camas y un altar configuraban el mobiliario entre el cual tuvieron que acomodarse los tres sacerdotes. Diariamente un pequeño grupo de personas del barrio acudían a la chabola para asistir a misa. Y los domingos el número de feligreses desbordaba las dimensiones de la pobre parroquia. Unas sesenta personas se reunían en torno a aquel misterio que encontraba por escenario la pobreza y la humildad que eligiera el mismo Dios para llegar a este mundo hace más de dos mil años.

Los domingos por la tarde, el Padre Walter se desplazaba a otra zona de la ciudad para atender a un barrio de polacos para quienes celebraba misa. La policía vigilaba los movimientos de aquellas gentes que, valientemente, salían de sus casas en busca del único alimento que reconfortaba sus almas. Los interrogatorios y las persecuciones no los desalentaban. En el seno de un país declaradamente ateo, la fe emergía de forma imparable. La prohibición de recibir formación religiosa a los menores de dieciocho años o la propaganda atea que se extendía por todos los medios de comunicación, escuelas, libros y publicaciones no eran capaces de contener el anhelo más humano: el encuentro con Dios. La prohibición de publicar o comprar Biblias o literatura religiosa que afectaba al país no atenuaba una fe que se propagaba a pesar de todos los intentos de control del gobierno soviético. Dios se encuentra, sobre todo, en el alma del ser humano. Por ello, todo intento de extinguir las expresiones de su dimensión trascendente se tornan vanos. Allí donde haya un hombre, está Dios y, como expresa el Padre Walter, Dios en Su providencia no lo dejará vivir en paz hasta que la crisis que, antes o después, debe producirse en todo corazón, lo convierta.

“Entonces fui consciente, y cada día lo fui siendo más, de que la verdadera libertad no significaba otra cosa que dejar obrar a Dios en el alma sin poner obstáculos; poner por delante la voluntad de Dios tal y como se me revelaba a través de sus indicaciones, de sus inspiraciones y de otros medios de que se vale para comunicarlos; y no obrar por propia iniciativa.” Walter Ciszek

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sed santos La transformación del corazón es nuestra gran tarea, solo posible a través de la búsqueda permanente del reino de Dios y su justicia. Y esto es lo que el Padre Walter deseaba hacer a través de su labor sacerdotal en Nolrisk. Cada una de las personas que allí se encontraba, cada situación en la que se veía envuelto, cada una de las circunstancias en las que se desarrollaba su día a día constituían el escenario en el que él se veía llamado a buscar el reino de Dios. La fe de todos aquellos cristianos perseguidos eran el mejor aliento para quien, muchas veces, se sentía perdido en medio de un campo entero por cultivar. Pero la tierra en Nolrisk era fértil y hasta el más mínimo esfuerzo tenía recompensa. Al fin y al cabo, ese fue el modelo que eligió el Señor para extender la Buena Nueva: la labor sencilla y diaria de aquellos que, con el ejemplo de sus propias vidas, edifican en esta tierra el Reino de Dios. La Semana Santa llegó a la ciudad y con ella la dedicación del Padre Walter pareció, más que nunca, dar fruto. Los muchos fieles acudían a todas las celebraciones y solicitaban confesión y bendición por parte del sacerdote, en el que reconocían el amparo de Dios en medio de un entorno hostil.

Fue entonces cuando el Padre Walter, pleno de alegría y satisfacción al recibir la mejor recompensa posible a su esfuerzo, fue requerido por las autoridades de la KGB que le invitaron a abandonar rápidamente Nolrisk tomando el primer vuelo a Krasnoyarsk. Y así lo hizo. Nuevamente surgió en él el deseo de identificar lo sucedido con la voluntad de Dios y, a pesar de la ira que sentía, logró hacerlo. Para imitar a Cristo en nuestras vidas hemos de aprender a aceptar las humillaciones. Y la mejor manera de soportarlas es contemplando Su ejemplo. Toda Su vida fue una humillación que culminó en la mayor humillación inimaginable. Mirarnos en Él es reconocer nuestra verdad. Reconocer nuestra verdad es ser humildes. Con gran esfuerzo el Padre Walter pudo aceptar finalmente que aquella expulsión, justo cuando cosechaba los frutos abundantes de su labor, era la voluntad de Dios y se forzó a darle gracias por salvarle de toda forma de orgullo. “¿No va siendo hora de que aprendas a ser manso y humilde de corazón?”, se preguntó. Doblegarnos hasta abandonar la más mínima expresión de nuestra voluntad para aceptar plenamente la suya es el único camino hacia Él. Ese camino le llevaría, en esta ocasión a Krasnoyarsk. bn

¿No va siendo hora de que aprendas a ser manso y humilde de corazón?

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sed santos

Desgarrados Angela C. Ionescu Edita: Bendita María Páginas: 116 ISBN: 978-84-945815-3-3 PVP: 12,80 € Pedidos: 91 759 79 68 www.buenanueva.es Envio gratis

Tomándonos unas tónicas después de cenar, un amigo querido, sacerdote con una gran parroquia al que conocí cuando empezaba el seminario en Ciudad Real, donde di clases bastantes años, llevó la conversación a temas de mi país y a cómo y por qué me había marchado de allí. Y vine a contarle parte de lo que cuento en este libro. Cuando acabé, me dijo mirándome intensamente: “Ángela, tienes que escribir un libro con todo eso.” Yo me reí. ¡Me parecía realmente absurdo! ¿A quién le puede interesar ahora el comunismo, la cruel mutilación de Europa, la opresión, la persecución religiosa, el ansia de libertad y de conservar su esencia e identidad de una nación que muchos no saben dónde ubicar en un mapa y que confunden con los países más o menos colindantes? ¿Qué le dice a la sociedad de hoy un libro sobre algo que pasó y que muchos no han sabido ni lo creen? Pero él insistió. Meses después nos vimos inesperadamente: “¿Cómo llevas el libro?” Yo me reí de nuevo. Y al año de aquella noche de tónicas, de nuevo me preguntó: “¿Estás escribiendo ya el libro?” Por esos días, Jorge, que había editado unos cuentos míos, me invitó a comer a la aventura, pues en mi zona no hay restaurantes, ni bares donde se consiga siquiera un bocadillo. Comimos en un pueblo unas patatas guisadas demasiado frías y mientras, le conté la historia de mi amigo sacerdote y de su insistencia sobre el libro. Y Jorge me dijo: “Ese libro lo quiero yo”. Aquí está. Cuento lo que yo he vivido, tal como lo he vivido. Y doy gracias a Dios por todo. Por lo de entonces y por lo de ahora. La clave es la voluntad de Dios

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cantemos sed santosal Señor

Valentin de Prado

E l pasado mes de Diciembre se cumplió un siglo de la

muerte de un gran hombre de Dios, humilde y bueno, Carlos de Foucauld. Su vida y obra beben de la espiritualidad de aquellos padres del desierto de los primeros siglos de la iglesia recuperando esa milenaria tradición de sabiduría y amor por el Señor. El centenario de su asesinato no ha tenido, creo, el eco que quizás hubiera merecido. Sirva este pequeño comentario como modesto recordatorio y testimonio de la vida sencilla y pobre de un enamorado de Jesús.

El ateo Carlos de Foucauld nació en la ciudad francesa de Estrasburgo, el 15 de septiembre de 1858. Descendiente de una familia aristocrática Carlos quedó huérfano de padre y madre a los seis años y debió emigrar con su abuelo al desatarse la guerra franco-prusiana. En 1876 ingresó en la Academia de Oficiales de Saint-Cyr donde llevó una vida militar disipada. Enviado como oficial en 1880 a Argelia, fue despedido al año siguiente por «indisciplina, acompañada de notoria mala conducta». En 1882 y haciéndose pasar por judío, por seguridad, realizo una

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ardua y peligrosa exploración de Marruecos. La calidad de su trabajo de reconocimiento y registro de los territorios marroquíes le valió la medalla de oro de la Sociedad de Geografía de París y la adquisición de gran fama tras la publicación de su libro Reconnaissance au Maroc. Pero su éxito como escritor y explorador tuvo como acompañante y consecuencia también un gran vacío espiritual, llevando sobre todo en sus años como militar, una vida desordenada : «era todo egoísmo, todo deseo de mal, estaba como enloquecido. Jamás creo haber estado en tan lamentable estado espiritual.


cantemos sedalsantos Señor

Vivía como se puede vivir cuando se ha extinguido la última chispa de la fe”, escribió más tarde. Pero en ese momento de gran convulsión y desorden espiritual, ocurrió algo transcendental en su vida. El mismo lo cuenta así: «Al comienzo de octubre de ese año 1886, mientras estaba en París haciendo imprimir mi viaje a Marruecos, me encontré con personas muy inteligentes, muy virtuosas y muy cristianas; al mismo tiempo, una gracia interior extremadamente fuerte me empujaba: empecé a ir a la iglesia, sin creer, encontrándome bien solamente allí, donde pasaba largas horas repitiendo esta extraña oración: ‘¡Dios mío, si existes, haz que Te conozca!’... Pero yo no te conocía.»

Carlos quedó huérfano de padre y madre a los seis años y debió emigrar con su abuelo al desatarse la guerra franco-prusiana

Los tiempos nombre delartículo Señor

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cantemos sed santosal Señor

La conversión Un día, Carlos decidió acercarse al confesionario de un sacerdote de la iglesia a la que solía ir, el P. Huvelin. Carlos no fue para confesarse porque no tenía fe. Huvelin le preguntó si alguna vez había creído. Él respondió que creyó hasta los trece años, pero que en ese momento era incapaz de creer, que los misterios, los dogmas y los milagros constituían obstáculos. Después de un rato de conversación, el sacerdote le instó a confesarse, y revisar su vida y al fin recibió la absolución. A continuación, le preguntó si había comido algo, a lo que Carlos le respondió negativamente. Huvelin entonces le indicó que recibiera la eucaristía, y se la dio. Fue un momento transcendental en su vida. La conversión condujo a Carlos a un cambio radical de la vida: comenzó a rezar el breviario, y leyó a los Padres del desierto. “Tan pronto como creí que había un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir para él. Mi vocación religiosa data de la misma hora de mi fe. ¡Dios es tan grande! Hay tanta diferencia entre Dios y todo aquello que no lo es.” Escribe en su diario.

Entró en la Trapa de Cheikhlé en el Imperio otomano, donde puso por escrito muchas de las meditaciones que serían el corazón de su espiritualidad, incluyendo la reflexión que daría origen a la célebre Oración de abandono: Padre mío, me abandono a Ti Haz de mí lo que quieras. Lo que hagas de mí te lo agradezco, estoy dispuesto a todo, lo acepto todo. Con tal que Tu voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío. Pongo mi vida en Tus manos. Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo, y porque para mí amarte es darme, entregarme en Tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre.

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cantemos sedalsantos Señor

La conversión condujo a Carlos a un cambio radical de la vida: comenzó a rezar el breviario, y leyó a los Padres del desierto Entre 1897 y 1900 vivió en Tierra Santa, donde su búsqueda de un ideal de pobreza, de sacrificio y de penitencia radical lo condujo cada vez más a llevar una vida eremítica. Vive en Nazaret, como criado de las Clarisas en una caseta, fuera de la clausura. Escogió ser llamado «Carlos de Jesús», y en mayo de 1900 tomó como lema «Jesús Caritas». Allí descubre “El misterio de Nazaret”. La vida oculta y pobre de Jesús, que será el modelo de vida religiosa que seguirá. Día y noche permanece en adoración delante del Santísimo como un enamorado que no se cansa de esperar a su Amado.

Ordenado sacerdote decidió radicarse en el Sahara argelino, donde combatió lo que él denominó la «monstruosidad de la esclavitud». Quiso establecer una nueva congregación, pero nadie se le unió. Estaba literalmente solo: «Voy a quedarme aquí como único europeo… muy feliz de estar solo con Jesús, solo para Jesús…» Pasó muchísimos días y horas en la más estricta soledad y en el más riguroso silencio. Su objetivo al principio era la conversión de los musulmanes, pero pronto se da cuenta de que no era el momento de hablar de Jesús. Intentará decirles quien es su Dios a través de la bondad y del ejemplo y no del discurso. Escribe: «Yo quisiera ser suficientemente bueno para que digan: «Si así es el servidor, ¿cómo será el amo?» Los tiempos nombre delartículo Señor

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cantemos sed santosal Señor

Fracasado, pero santo Al término de su vida, poco antes de ser asesinado, Foucauld se encuentra con las manos felizmente vacías. Podría decirse que a lo largo de su existencia cosechó un fracaso tras otro: fue el último de su promoción en el Ejército. Echó a perder una brillante carrera profesional como explorador y escritor. Monje fallido de la trapa. Fallido también su quimérico proyecto de adquirir el monte de las Bienaventuranzas para instalarse allí como ermitaño. Ni una sola conversión tras años de apostolado. Ignorado por la administración civil y por la eclesiástica, ni un esclavo redimido, ni un compañero para su misión… Foucauld es uno de los mejores iconos del fracaso. Como el propio Jesucristo, el más fracasado de todos. Carlos de Foucauld tuvo un deseo en su estancia en tierra santa: construir un pequeña capilla donde poder adorar al santísimo perpetuamente: “Adorar la Hostia santa debería ser el centro de la vida de todo hombre».

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Para ello intenta establecerse en el monte de las Bienaventuranzas. Le sedujo una oferta de compra de un terreno en la cima del monte, que le hizo soñar con la fundación de una comunidad de ermitaños. Pero aquel sueño terminó en un engaño para él, perdiendo todo su dinero, no obstante, hoy a los cien años de su muerte, ese deseo suyo truncado, como tantos otros, se ha hecho realidad. En la cima del monte de las Bienaventuranzas se ha construido, dentro de la Domus Galilea (centro de formación y retiro espiritual), una pequeña capilla, rodeada tal como era su sueño de una serie de estancias a modo de pequeñas celdas de ermitaño y donde se adora perpetuamente el santísimo sacramento.... El 1 de diciembre de 1916, fue asesinado por una banda de forajidos en la puerta de su ermita. El 13 de noviembre de 2005 fue proclamado beato durante el papado de Benedicto XVI. Está claro que los designios y los tiempos del Señor no son los nuestros y que su fidelidad siempre permanece. bn


cantemos mosaico al SeĂąor

nombre artĂ­culo

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sed santos

Alfonso V. Carrascosa “No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte, ni se enciende una lámpara

para ponerla debajo del celemín”.

El 19 de junio de 2011 tuvo lugar en la Catedral de la Almudena de Madrid una novedosa celebración de la Palabra de Dios, la Celebración Sinfónico-Catequética creada por Kiko Argüello y presidida por el Cardenal Rouco, entonces arzobispo de Madrid. En esta original celebración, se estrenaba la sinfonía “El Sufrimiento de los Inocentes” completa, sinfonía compuesta por Argüello, y que ya había sido interpretada parcialmente en otras celebraciones, como p.ej.- delante de los itinerantes del Camino Neocatecumenal en Porto San Giorgio (Italia) o en la Sala Pablo VI, ante Benedicto XVI. En su homilía, el Cardenal Rouco habló del sufrimiento de los inocentes de Madrid, refiriéndose concretamente a varios niños cuya causa de santidad está en proceso más o menos avanzado. A mí este detalle se me quedó profundamente grabado. Hoy entiendo el porqué, y es lo que os cuento en estas líneas. Habló el Cardenal de Carmencita, Pilina y Alexia.

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Pronto comenzó a rezar por los asesinos de su padre, y acabó ofreciendo su vida por la salvación de los mismos


sed santos

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Carmencita - María del Carmen GonzálezValerio y Saénz de Heredia (Madrid, 14 de marzo de 1930-17 de julio de de 1939)perdió a su padre de pequeñita, porque murió fusilado tras sufrir maltrato en una checa por católico, en la Guerra Civil. Pronto comenzó a rezar por los asesinos de su padre, y acabó ofreciendo su vida por la salvación de los mismos -el 6 de abril de 1939 en la parroquia del Buen Pastor, Jueves Santo-, en concreto por Manuel Azaña, con nueve añitos. Casualmente ese personaje pidió poco antes de morir confesión y comunión, según cuenta alguien que lo presenció, Pierre Marie Theas, obispo de Tarbes y de Lourdes. La terrible enfermedad que la niña padeció no menguó su fe sino todo lo contrario. Llegó a decir “Mi padre murió mártir, yo muero víctima”. Mejor es que lo leáis a que os lo cuente http://www.maricarmengv.info/. La descarga del libro de su vida es gratuita.

El Cardenal Rouco se refirió también a Pilina - María del Pilar Cimadevilla y LópezDóriga (Madrid, 17 de Febrero de 1952- 6 de marzo de 1962)- que padeció un linfoma de Hogdking que a la postre acabaría con su vida. Una mañana, al concluir su acción de gracias después de la comunión, sorprendió a sus padres con estas frases: “Abrid las ventanas y poneros muy contentos, pues me acaba de decir el Niño Jesús que sí, que me llevará con El, pero que todavía tengo que sufrir otro poco, porque puedo ser santa”. Al morir, ligera de equipaje: un crucifijo y una imagen de la Milagrosa entre sus manitas, después de haber repartido todos sus ahorros entre los pobres ( http://www.pilina.net/Pilina/ Inicio.html).

“Abrid las ventanas y poneros muy contentos,pues me acaba de decir el Niño Jesús que me llevará con Él

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Tal vez el caso de Alexia –Alexia González Barros (Madrid, 7 de marzo de 1971-Pamplona, 7 de diciembre de 1985)- sea el más conocido de las niñas a las que se refirió el Cardenal Rouco en su homilía. Su fama ha llegado en parte por la desafortunada película Camino dedicada a ella. Durante su último año de vida aceptó plenamente la dolorosa enfermedad de un cáncer, ofreciendo el intenso sufrimiento y las numerosas limitaciones físicas que padecía por la Iglesia, por el Papa y por los demás. Rezaba en ocasiones “Jesús, yo quiero ponerme buena, quiero curarme; pero si Tú no quieres, yo quiero lo que Tú quieras”. Es difícil no ver en estas palabras un reflejo de la oración de Cristo en Getsemaní (http:// www.alexiagb.org/).

Las palabras pronunciadas por el Cardenal en el estreno mundial de la obra “El sufrimiento de los inocentes” de Kiko Argüello fueron también para Miguel Rivas Cheliz, como miembro del coro de la Orquesta del Camino Neocatecumenal. Ya entonces estaba con la quimio. Yo le conocí en el año 1999. Le recuerdo de niño, siempre pegado a las faldas de su madre, de aquí para allá, por la parroquia de Nuestra Señora del Tránsito. Un día un cura cercano comentó “Este chico vive las cosas con mucha trascendencia”. A mí me sorprendía escucharle dar eco de la Palabra en las celebraciones, en la Eucaristía, un poco en la misma línea, pero sobre todo me llamaba mucho la atención cómo daba testimonio de su fe en la calle. Más que llamarme la atención, me ayudaban sus palabras, su actitud. En la Misión Joven 2007 le escuché dar testimonio público, voluntario, en plena calle, a puerta gayola, en el Parque de Berlín, en Rascafría, etc. Anunciaba a Jesucristo desde su vida, como muchos adultos no nos atrevíamos a hacerlo. Merecía la pena salir a la calle para poder escucharle, a él y a otros. Hablaba de Jesucristo desde su enfermedad más que incipiente. No sé los años que tendría entonces, pero era un canijín que no se le veía detrás del atril desde el que proclamábamos la Palabra de Dios durante el rezo de laudes en plena calle, previo a los testimonios y el anuncio del kerigma, por lo que le indicábamos que se pusiera delante del mismo para que se le pudiera ver y escuchar bien.

Un día un cura cercano comentó “Este chico vive las cosas con mucha trascendencia” 56


sed santos Con motivo de la JMJ de Madrid, el Cardenal Rouco le encargó a Kiko Argüello que grabara un disco en honor a la Virgen María, y fue entonces cuando se grabó “Paloma Incorrupta. María pequeña María”. Miguel formaba parte del coro. Estaba en pleno tratamiento de quimioterapia, calvo como una bombilla…no se perdía ni un ensayo, ni un día de grabación, siempre que se lo permitiera la enfermedad.

Miguel con sus padres, luis y ana, en la plaza de la ópera de madrid en 2006, en una misión popular preparatoria de la misión joven 2007

Él y su familia, tantas noches, después del ensayo, preparaban una barbacoa para que cenásemos y pudiésemos seguir grabando. Luego viajé también con él con la Orquesta del CNC, a Auschwitz, Lublina, Budapest, etc.: su enfermedad ya avanzada, y él con nosotros, anunciando el Evangelio a través de la cultura en esta Nueva Evangelización maravillosa en la que mientras Miguel moría, el mundo recibía la vida que trae la Buena Noticia de la resurrección de Cristo en forma de sinfonía.

Migu e parq l anunci ando ue d e 2007 e , con berlín du l kerigm a en voca rante da p e or el la misió l n jov card enal e rouc n o

Por lo que yo pude presenciar, vivió su enfermedad unido al Señor, peleando como Jacob, y verdaderamente fue fuerte con Dios: conoció su debilidad, se apoyó en Dios

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Por lo que yo pude presenciar, vivió su enfermedad unido al Señor, peleando como Jacob, y verdaderamente fue fuerte con Dios: conoció su debilidad, se apoyó en Dios. Fue un crucificado con Cristo, a quien finalmente imploró que se acordase de él ahora que estaba en su Reino. Después de mucha tribulación, de mucho Getsemaní, se entregó al Señor. En sus últimos días fui a verle varias veces a su casa, a la que subía con mi esposa, que hacía tartas y bollos, por llevar algo, y que desaparecían en un pispás entre el porrón de hermanos, nietos… Recuerdo que estaba molidito el pobre, apenas podía respirar, con bultos por los tumores que ya no le iban a operar, pues le habían desahuciado. La escena era impresionante y conmovedora al mismo tiempo: los sobrinillos corriendo a su alrededor, sus hermanos por allí, sus padres… un griterío…y él hablando…hablando de

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Miguel, en una grabación del disco “Paloma Incorrupta”, con Kiko Argüello y otros músicos del camino neocatecumenal

su enfermedad, de lo que le quedaba de vida, rezando…yo no sabía muy bien qué hacer, qué decirle…se me ocurrió hablarle de cosas que pasaban en mi vida, en la calle… él me miraba y escuchaba, se diría que le distraía. En los últimos días le dije varias veces “Te quiero mucho Miguel”. Siempre sonrió y me contestó: “Muchas gracias Alfonso”. Conocer a Miguel ha sido un don del Señor para mí. He visto en él a un hombre que ha tomado su vida en peso, sus debilidades, sin dejar de mirar a Cristo crucificado. Yo he visto en esa casa, en su familia, con Miguel en el centro, la zarza ardiente de Moisés que ardía sin consumirse. Una panda de pobrecillos atribulados por un gran sufrimiento al tiempo que sostenidos por el Señor como sostuvo a la Virgen María durante la Pasión, cuando una espada le atravesó el alma, como se canta en la celebración Sinfónico Catequética “El Sufrimiento de los Inocentes” de Kiko Argüello:


sed santos he visto la sinfonía encarnada hoy para toda la humanidad. He sido llamado a la fe tantas veces de este modo. He visto en él a Cristo encarnado. En términos enológicos, tan de moda, podría decirse que he probado un vino intenso, largo en boca, cuyo aroma y cuerpo todavía saboreo. Sin duda que el padecimeinto de cáncer por un joven con fe es conmovedor. No en vano el padre Mario Pezzi prologó el libro “Angelo. Testimonio de fe de un joven con cáncer”, de Domenico Mondrone, en el que decía “En él pude contemplar la presencia y la acción de Dios que le llevó, que le llevó a la madurez de una fe adulta y heroica por la enfermedad…el conocimiento de su vida podrá ser alivio a cuentos se encuentran en el sufrimiento y en la enfermedad, y también una ayuda por su intercesión…”. Angelo tiene causa de beatificación abierta en la diócesis de Brescia.

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Miguel representando la agonía de Cristo en getsemaní siendo tentado por el diablo en el auto de navidad 2011 de la parroquia Ntra. Sra. del Tránsito de Madrid

Descansa en paz, Miguel. Lo más seguro es que Dios te tiene ya en su santa Gloria, con las niñas de las que nos habló aquel memorable día el Cardenal Rouco: Carmencita, Pilina y Alexia. bn

En él pude contemplar la presencia y la acción de Dios que le llevó, que le llevó a la madurez de una fe adulta y heroica por la enfermedad Tocados por el dedo de Dios

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sed santos

Francisco Lerdo de Tejada

La prudencia, una de las cuatro virtudes temporales, es indispensable para que se den las demás. A continuación se reflexiona sobre su contenido, sobre el cómo y hasta qué punto ha de tenerse en cuenta para vivir en santidad.

El fallo de Don Quijote Nos encanta ver al Quijote saliendo del recinto seguro y un tanto aburrido en busca de aventuras. Nos gusta ese arranque de héroe a la caza de victorias y trofeos espirituales; esa nobleza puesta al servicio del servicio, al servicio del servir. Pero el personaje cervantino carecía de la reina de las virtudes humanas: la prudencia. Y sin esta virtud el resto de virtudes (la fortaleza, la templanza y la justicia) resultan irrisorias, carentes de luz y de meta. Sencillamente se vuelven locas. La prudencia es esa cuerda que mantiene la gavilla en sostén. Quebrado el cordel se desperdigan las fuerzas (las virtudes) como varas de trigo que caen al suelo.

Pobre Quijote que es fuerte en exceso, de templanza excesiva, justo en demasía. Deshace entuertos a los que no se le llama. Deja las gruesas viandas para Sancho para mantener su delgadez entre almohadones de vigilia. Todas sus virtudes de andante caballero dejan de serlo por carecer de prudencia, y de virtudes pasan a casi risas. ¡Pobre Quijote, objeto de burlas y palizas por carecer de prudencia! El asunto no carece de trascendencia. Y es que nos aterra la mediocridad, no nos atrae la medianía. Nos cautiva la transformación de personas que van progresando en la vía del Amor, ennobleciendo sus vidas.

La imprudencia es amiga de la mentira 60


sed santos

El ejemplo de los santos Al hilo de lo que decimos surgen así algunas cuestiones: ¿Caridad o reserva? ¿Trabajo o descanso? ¿Humildad o justicia? Muchos no tienen problemas a la hora de responder. Otros que han leído muchas vidas de santos dudan: Que si un santo dormía dos horas en una tabla, que si otro no encontraba ni un segundo para sí…; otro que adoptó la humillación como norma de su vida. Otro que arruinó su salud. Otro que optó por descansar solo en Cielo… El mismo san Pablo se gastó y se desgastó (2 Co12,15) En todo caso, los santos no son para imitar, sí para estimular nuestro propio camino de santidad, regalo siempre del Padre. Uno llegar a dudar un poco: ¿Entregarse con reservas? ¿Sufrir la Pasión propia sin apenas defenderse? ¿Ser humildes hasta el extremo de ser pisoteados? ¿Dormir y comer poco frecuentemente, menos de lo necesario?

La prudencia no va en contra del ideal

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sed santos Cuando uno lee la vida de un santo (cosa siempre recomendable) quisiera serlo también. Hay que ser sinceros. Esa es la verdad. Lo que sucede es que me encuentro con mi propia limitación y pequeñez, solo vencibles por la gracia de Dios. Hay cuatro verdades que hay que sostener contra viento y marea: los santos son posibles. Los santos existen. Los santos no son héroes. Y los santos son frutos de la gracia y misericordia divina. San Ignacio, convaleciente de su conversión, se lanzó a imitar a los santos imitando toda clase de “hazaña hagiográfica”. El Señor le hizo ver pronto que ese no era el camino abriéndole un espacio espiritual de confianza y abandono en manos de la Providencia. ¡Esas siete horas de oración, esas penitencias, esos ayunos, esas suciedades y desarreglo…! Impulsos buenos de un recién convertido que necesitaban la mano prudente de la Trinidad. A la hora de buscar la alabanza divina, no fue Ignacio un hombre mediocre. Buscaba la mayor gloria de Dios. El célebre “magis” ignaciano. Sin embargo ha pasado a la historia de la Espiritualidad como maestro de discreción y prudencia. Un apóstol en medio del mundo necesita fuerzas y una cierta presencia para poder conversar con los hombres y llevarlos al Reino. Penitencia moderada y oración moderada. La prudencia es necesaria, no va contra ideal. Cuando la prudencia signifique medianía, tibieza, flojera camuflada, egoísmo carnal y miedo, entonces sí va contra el ideal. Pero cuando la prudencia está en su sitio entonces favorece el ideal dándole fuerza y esplendor.

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Jesucristo como ejemplo No es solo en la vida de los santos donde nos preguntamos. Cuando vemos la misma vida de Jesucristo uno duda también un poco. ¿Dónde está la medida del amor en la Encarnación? ¿No nos parece algo desmesurado? ¿Un Amor sin medidas? ¿Y aquellas palabras: Les amó hasta el extremo? (Jn 13,1-15?) ¿Dónde está la medida de la pobreza de aquel que nació donde nació y vivió como vivió, con menos que los pájaros del cielo y las zorras del campo (Lc 9,58)? ¿Hubo medida en el milagro de amor de la Eucaristía? ¿Y las exigencias de radicalidad tan propias del Evangelio de venderlo todo, de negarse del todo, de perder la vida, de abandonar la familia en su caso? ¿Y las bienaventuranzas del sermón de la montaña? ¿En Cristo hay medida o desmedida? En Cristo lo que hay es la medida de la desmedida; es decir, el equilibrio de la Voluntad del Padre bien vivida, perfectamente; Obediencia necesaria al ser. Claudicar del ser es dejar de ser, máxima imprudencia. Pregúntenselo al diablo.

Y es que nos aterra la mediocridad, no nos atrae la medianía. Nos cautiva la transformación de personas que van progresando en la vía del Amor, ennobleciendo sus vidas


sed santos

Clases de prudencia

La prudencia de los santos

Se pueden distinguir tres clases de prudencias: la de la carne, la de las virtudes y la divina. La prudencia de la carne está constituida por el miedo y el egoísmo. La virtud de la prudencia es la reguladora de los actos humanos para la consecución adecuada de sus respectivas finalidades. La prudencia divina es el modo de ser de Dios por el que actúa movido por los límites del ser. Satanás actuó saliéndose de los límites de la verdad, de lo real. Fue en el sentido más pleno un imprudente; quiso ser ilimitado, libre de las coordenadas de la criatura y se encerró en los límites más horrorosos del ser infernal. ¡¡Pretender ser como Dios sin contar con él!! ¡¡No cabe mayor imprudencia!! La imprudencia es amiga de la mentira, de lo propio en su mal sentido. Dios es “prudente” porque no puede salirse de los límites de la verdad y del ser. Si Dios intentase hacer un círculo cuadrado sería un imprudente porque estaría intentando un imposible ontológico. Dios actúa en consonancia con su esencia, no al margen de ella. Si intentara hacer el mal sería un imprudente, porque actuaría en contra de su misma esencia, que es la Bondad suma; estaría procurando un imposible metafísico. Dios hace el bien siempre irremediablemente y manda hacer el bien irremediablemente porque Él es el Bien en esencia. La prudencia que nos interesa para encuadrar las virtudes en su sitio es la divina y la humana. Enlazadas entre sí dan un resultado perfecto. La prudencia es el arte de los santos. Cuando moderan el ritmo no atacan al ideal. Cuando se entregan al ideal no rompen la discreción. Cuando ayunan no dejan de comer y cuando comen no dejan de ayunar. Al defenderse no minusvaloran la humildad y al ser humildes no destrozan la justicia. Cuando frenan no se paran y cuando paran no frenan. Cuando aman descansan y cuando descansan no dejan de amar.

Solo dicho así, de un modo antitético vemos lo que es la prudencia de los santos. “Nada en demasía”; es el mejor modo de llegar a lo más. Esta prudencia no resta alientos al amor, al contrario, lo lleva a su punto álgido, al “heroísmo santo”, porque no se sale de las lindes del ser, de la verdad, del orden metafísico. La prudencia favorece el amor más alto, no lo retiene. Así se expresa el Qohelet (Ecl 3): “Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el Cielo: tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar…” San Pablo se expresa así: “Llevamos este tesoro en vasijas de barro… Atribulados en todo, mas no aplastados; apurados, mas no desesperados; perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados” (2 Cor 4,7) La prudencia es orden y el orden es amor. En Cristo encontramos los divinos equilibrios que el ser humano necesita para su gesta santa. Ayunar cuando toca, no cuando se está en presencia del esposo. Coger el látigo cuando toca y dejarse crucificar cuando toca. Todo así, cuando toque, en prudencia heroica. La gracia lo hará. bn

Hay que ser sinceros. Esa es la verdad. Lo que sucede es que me encuentro con mi propia limitación y pequeñez, solo vencibles por la gracia de Dios La prudencia no va en contra del ideal

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H o r a c i o

V á z q u e z

C e r m e ñ o

El dilema entre luz y tinieblas cobra una nueva dimensión con el nacimiento de Jesús, luz verdadera que alumbra a todo hombre, pero una estrella brilla también en la noche de Belén, y la noche se viste de día con una esperanza nueva.

Anuncios proféticos

Y así, contando de antemano con la comprenLa tradición profética nos trae la escisión del mundo bíblico en dos partes: El pueblo elegido que es la luz, y los otros pueblos que caminan en las tinieblas. Pero ahora las tinieblas, de un modo claro y rotundo, se llevan la peor parte en este discurso, pues en la oscuridad que se profetiza se esconden las tinieblas de la muerte, la condenación y el castigo del cielo. Se obtienen conclusiones más benévolas al respecto en los anuncios específicamente mesiánicos, donde la luz que brilla en la oscuridad es la del Mesías que llega, pero no así en las profecías del “Día del Señor”, que son anuncio de un Dios colérico y terrible.

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El primer Isaías en 8, 23, nos grita: “¡No habrá ya oscuridad para la tierra que está angustiada!”, pues se anuncian buenas nuevas para la tierra de Neftalí y Zabulón, porque “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz brilló”, y lo que anunció el profeta (9, 1) nos lo confirmará el evangelista Mateo en 4, 16. Es la luz del Mesías que llega, es el Siervo del Señor, el que traerá la consolación al pueblo, de quien se dice: “Te hago luz de las naciones para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra” (49, 6), y ya no habrá noches oscuras para los que escuchen su voz “aunque camine en tinieblas, sin ninguna claridad…” (50, 10),


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Amós, Sofonías, y Jeremías, también profetizan con la utilización metafórica de luces y tinieblas anunciando un Día del Señor sin salvación para los impíos

y por tanto: “¡Levántate y resplandece, porque llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor…” (60, 10). Y todo eso nos lo confirma Zacarías 14, 6: “Sucederá aquel día que no habrá luz, ni frío ni calor. Será un día único, que el Señor conoce: sin día ni noche. Al anochecer habrá una luz espléndida”. En estos textos mesiánicos la oscuridad se viste de una nueva esperanza. Pero son también tiempos para la corrupción y la denuncia, para el pecado, la perfidia, la violencia y la sangre, y de nuevo los vocablos de luz y tinieblas con su anfibología poética y ejemplarizante, entran en juego para la lamentación acusadora: “Por eso está lejos de nosotros el derecho y la justicia no nos alcanza; esperamos la luz, llega la oscuridad; esperamos claridad y marchamos en tinieblas. Tentamos el

muro como ciegos,…tropezamos en pleno día como al anochecer…” (Isaías 59, 9-10). Amós, Sofonías, y Jeremías, también profetizan con la utilización metafórica de luces y tinieblas anunciando un Día del Señor sin salvación para los impíos: Así Amós (5, 18-20), “¡Ay de los que ansían el Día del Señor! ¿De qué os servirá el Día del Señor? ¡Serán tinieblas y no luz! Será como un hombre que huye de un león y se topa con un oso, o entra en casa, apoya su mano en la pared y lo muerde una serpiente. ¿No es el Día del Señor tinieblas y no luz, densa oscuridad sin resplandor alguno? Y Sofonías 1, 15, “Amargo es el estruendo del Día del Señor…Día de cólera, aquel día, día de angustia y aflicción,…día de oscuridad y negrura, día de nieblas y tinieblas…”. Y Jeremías 13, 16, “Honrad al Señor, vuestro Dios, antes de que se echen las sombras, antes de que tropiecen vuestros pies por los montes, apenas sin luz; antes de que la luz que esperáis se convierta en sombras mortales, se transforme en lóbregas tinieblas.” Elogio de las tinieblas III

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Los ángeles rebeldes

Luz mesiánica

No parecen existir argumentos para no maldecir a las tinieblas de la ignorancia, el pecado y la muerte, sino fuera porque, en su entidad cósmica salida de las manos de Dios, las tinieblas siempre serán inocentes. Y quizá podría explicarse la dureza de los simbolismos utilizados porque en el principio, antes de que pudiera contarse el tiempo del mundo, la soberbia de ángeles rebeldes provocó una batalla celestial que se saldó con su derrota definitiva, “y que a los ángeles que no se mantuvieron en su rango sino que abandonaron su propia morada, (Dios) los tiene guardados para el juicio del gran día, atados en las tinieblas con cadenas perpetuas”. (Carta de San Judas, 6). Así lo ratifica 2 Pedro 2, 4:“En efecto Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en las tenebrosas cavernas del infierno, los entregó reservándolos para el juicio.

Y para atenuar el rigor de tan crudos simbolismos y comparaciones, será bueno traer a colación que esa “luz mesiánica que brilló en la noche de los profetas”, fue también “la estrella de Jacob”, la que se nos anunció por boca del hechicero Balaán (Números 24, 1524), y que luego, mil años después, lucirá de nuevo tan brillante como aquella, y llamará la atención de unos magos estudiosos el cielo en el lejano oriente, que al verla supieron entender que aquella luz era la señal del nacimiento del rey más poderoso del mundo, y dejándolo todo, se pusieran en camino para adorarlo. Porque es lo cierto, que las estrellas solo brillan en las noches más oscuras, cuando las tinieblas son densas y espesas, y para seguir la de Belén, los magos solo podían caminar en la noche al resplandor de su estela, y al amanecer, cansados y felices, descasaban en sus tiendas esperando otra noche acogedora que les mostrara el camino. Y en ese peregrinaje lleno de noches de esperanza, que son las mismas noches de las aterradoras tinieblas que anunciaron los profetas, la oscuridad se llenó entonces de ilusión, y las noches parecían días, y la estrella los dirigió sin tropiezos por un camino que los llevó hasta Jesús.

Y de tan gran pecado, del que pudiera existir reseña en Apocalipsis 12,3, con la señal “…de un enorme monstruo rojo como el fuego… que con la cola barre un tercio de las estrellas del cielo, precipitándolas a la tierra”, parece que junto a los ángeles convertidos en demonios que son confinados en el Averno para librar la batalle del pecado en el mundo, también las tinieblas espesas y oscuras en las que habitan desde entonces hayan sido, a su vez, estigmatizadas con ellos como símbolo del mal que encarnan por un pecado sin redención.

Las estrellas solo brillan en las noches más oscuras, cuando las tinieblas son densas y espesas 66


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Luz de Jesús “Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas” (Juan 24, 46). Es la hora de la luz de Cristo que viene al mundo en cumplimiento de la Alianza del Padre con los patriarcas, es el Mesías que se anuncia en el primer cántico del Siervo del Señor, es la Palabra hecha carne, y otra vez se le describe con el vocabulario de la luz para expresar las promesas de salvación, verdad y vida que iluminarán al mundo con su llegada: Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones…”

Como siempre, luz y tinieblas, seguirán girando en este tablero de la historia prodigiosa de la salvación para marcar, simbólicamente, la frontera entre “lo de arriba” y “lo de abajo”, entre “el bien” y “el mal”.

Elogio de las tinieblas III

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(Isaías 42, 6) Y clamamos con Zacarías, el padre anciano de Juan el Bautista, que canta en Lucas 1, 78-79: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte…”, y nos regocijamos con el cántico ilusionado del anciano Simeón, que lo vio pasar en brazos de su madre a las puertas del templo de Jerusalén, y lo tomó en los brazos, y lo bendijo diciendo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lucas 2, 29-32).

Todavía no son estas las palabras de Jesús, pero serán suyas las que nos evocarán las esencias más puras de la “luz verdadera”, las que impregnarán de verdad su divina estancia entre nosotros con toda la carga simbólica y existencial que se encierra en el vocablo “luz”. Estos de ahora son los mensajeros del Tiempo Nuevo, los que pudieron contemplar alborozados el cumplimiento de la Promesa, y que lo hacen con la misma fe de los que antaño nos gritaron su venida desde lejos, hasta que el cielo se cerró por cuatrocientos años con el mensaje del profeta Malaquías. Pero como siempre, luz y tinieblas, seguirán girando en este tablero de la historia prodigiosa de la salvación para marcar, simbólicamente, la frontera entre “lo de arriba” y “lo de abajo”, entre “el bien” y “el mal”. bn

Y en ese peregrinaje lleno de noches de esperanza, que son las mismas noches de las aterradoras tinieblas que anunciaron los profetas, la oscuridad se llenó entonces de ilusión, y las noches parecían días, y la estrella los dirigió sin tropiezos por un camino que los llevó hasta Jesús. 68


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Antonio Barnés. Doctor en Filología

A continuación se ofrece un análisis de las consecuencias de situar el bien y el mal en la esfera de lo social (marxismo) en vez de hacerlo en la de lo personal (religiones) Religiones y tradiciones sapienciales han acostumbrado a situar el bien y el mal en la esfera de lo personal, a saber, honrar a los padres, no matar, no cometer adulterio, no robar... Así, pregunté en una ocasión a un amigo budista por sus principios morales y comprobé con cierta sorpresa que coincidían básicamente con los diez mandamientos bíblicos, vigentes para el judaísmo y el cristianismo. El marxismo, sin embargo, cambió radicalmente el paradigma, y situó el bien y el mal en el plano de lo estructural. La esfera personal, tras diversas corrientes filosóficas modernas había quedado muy maltrecha, véase el idealismo alemán, el darwinismo, etcétera. El caso es que para el marxismo unas clases oprimen a otras, la infraestructura determina la superestructura...

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En ese esquema, que Pepe sea un capitalista bueno o que Juan sea un proletario malo son situaciones que no se contemplan, porque el bien y el mal no es personal, sino social... (Se entiende que Pepe puede ser una capitalista bueno si para él, en la teoría y en la práctica, la persona prima sobre el trabajo, y el trabajo sobre el capital). Desde tal momento estructuralista la prédica moral generalista, el profetismo social, la sofística ética son profesiones bastante cómodas, pues se puede clamar contra las injusticias del capital o del género mientras se cobran sobresueldos, se consumen a destajo los más variados tipos de licores y se vive la poligamia. (No digo que solo estos predicadores, profetas o sofistas roben, se emborrachen o forniquen, sino que en sus abstractos discursos las virtudes y los vicios personales son irrelevantes).


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El marxismo consumó y divulgó la transferencia de la moral desde la persona a “la sociedad”, “el colectivo”, “la estructura”, “el capital”..., actitud que ha creado escuela: se sigue situando a menudo el bien y el mal en lo colectivo. Evidentemente existe la justicia y la injusticia social, pero es en el corazón de cada persona donde se engendra el bien y el mal. Luchar por la justicia social soslayando el compromiso por la continua reforma personal es arar en el mar. La ideología de género, por ejemplo, derivada en parte de la manivela dialéctica marxista, santifica y sataniza colectivos de un modo maniqueo: homosexuales / homófobos; mujeres / machistas... En este sentido, me gustaría recordar que en una ocasión leí un debate de San Agustín frente a un maniqueo y pensé que aquello ya quedaba arcaico, pero al poco tiempo me di cuenta de que el maniqueísmo es una tentación permanente, porque es muy cómodo.

Religiones y tradiciones sapienciales han acostumbrado a situar el bien y el mal en la esfera de lo personal Vendedores (y cobradores) nombredeartículo humo

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El marxismo, sin embargo, cambió radicalmente el paradigma, y situó el bien y el mal en el plano de lo estructural Se divide a los hombres en buenos y malos (derecha e izquierda, por ejemplo) y a continuación se sitúa uno, por supuesto, en el grupo de los buenos. ¡Qué lejos de la predicación evangélica: conviértete tú, primero; y quita la viga de tu ojo antes de quitar la mota de polvo del ojo ajeno!

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En ámbitos educativos, desde la lógica colectivista, promover valores significa difundir bondades y maldades grupales. (Por eso se habla de valores –abstractos– y no de virtudes –personales–). Según este esquema, que supone una moral abstracta, de gabinete, lo bueno es defender la “igualdad de género”: una ética geométrica en la que la virtud y el vicio personal se esfuman –en tanto no afecten al dogma igualitario–. En cambio, para la fe cristiana, el amor o es al prójimo (próximo) o no es amor. Para las filosofías materialistas la clave de la solidaridad (amor es una palabra demasiado romántica para usarla en un discurso científico) son los cambios estructurales, verbigracia, “la alianza de las civilizaciones”. La mercadotecnia capitalista, obviamente, se mueve también en estos parámetros. Los vendedores de humo de la eficiencia no consideran la virtud y el vicio personal. La clave es la productividad.


cantemos al Señor

Seamos sinceros, si el hombre está corrompido (Lutero) y es incapaz de conocer la verdad (Kant), la persona individual es un cero a la izquierda. Si, además, somos gorilas erectos, solo nos queda el colectivo. Se desconfía de las personas y de su capacidad de discernimiento, y se valoran sobre todo los datos estadísticos y las pruebas experimentales.

La crisis es una oportunidad para recuperar el verdadero discurso de situar el bien y el mal en la persona. Y de recuperar la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, desechando las malaventuras y el desprecio por la inteligencia mediante la adoración del becerro de oro de la ciencia experimental. Hay dos libros que me han dado mucha luz sobre estas cuestiones: los Pensamientos de Pascal y La unidad de la experiencia filosófica de Etienne Gilson: os los recomiendo. bn

Evidentemente existe la justicia y la injusticia social, pero es en el corazón de cada persona donde se engendra el bien y el mal

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Autor: Manuel del Pino | Ilustración: Julián García

Marta y Luis, los niños de don Jaime Cano, director de banco en Albera, se habían vuelto a escapar, así que éste dijo a Elvira, su mujer, al volver ambos del trabajo: ─He despedido a la niñera en el acto. Necesitamos una muy distinta. ─¿Y a quién podemos contratar esta vez? ─repuso Elvira. Don Jaime, que iba todos los domingos a la iglesia y colaboraba con Cáritas, dijo: ─Tengo una idea. Esa monjita que siempre asiste a los demás. ¡Sor Consuelo! Don Jaime llamó al convento de las Hijas de la Caridad en Albera. Sor Consuelo, solícita como de costumbre, se presentó en su casa para prestar ayuda. Poco después llegó también don Clemente Gascón, el Jefe de la Policía Local de Albera, como en otras ocasiones, para devolverles a sus traviesos niños encontrados en la calle. Pero esta vez don Clemente sólo traía de la mano a Marta, hecha un mar de lágrimas.

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El pequeño Luis no venía con ellos. Gascón mostró el teléfono móvil del niño, de bonita carcasa rosa pero destrozado, y les dijo: ─Lo hemos encontrado en la calle, junto a la carretera. Marta dice que perdió a Luis de vista hace mucho rato. Me temo que ha desaparecido. Elvira gritó que habían secuestrado a su pequeño. Don Jaime señaló a la chimenea. ─La culpa fue de esa Mari Pepa, la niñera ─dijo─ y de su marido Alberto, el deshollinador. Nunca debimos contratarlos para cuidar de nuestra casa y de nuestros niños. La niñera no los vigilaba y Alberto ha dejado la chimenea a medio limpiar. Miren cuánta tizne y picón hay aún en la chimenea. ¡Debí despedirlos mucho antes!


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Sor Consuelo se acercó preocupada y dijo: ─Creí que Mari Pepa era una buena niñera, y su marido un trabajador honrado. ─Les metía ideas raras a los niños ─dijo Elvira─. Abría un paraguas dentro de la casa, con la mala suerte que da, y decía que les enseñaría a volar. Nunca debimos contratarla.

Marta no paraba de llorar. Sor Consuelo le dijo que sabía hacer trucos de magia. Tiró de un hilo de su manga, que se convirtió en una colorida flor. La niña la cogió. Sor Consuelo metió la mano en el bolsillo de su hábito azul, de donde parecía ciertamente que podía sacar cualquier cosa. Mostró un bolígrafo, lo abrió y de él llovieron múltiples confetis de colores. La monja le dijo: Losnombre niños traviesos artículo

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─Mira qué bonitos. Hazles una foto con tu teléfono móvil. Marta enseñó su bonito móvil de carcasa azul, pero lo guardó en seguida. La madre, que había aguantado al ver que Marta dejaba de llorar, protestó airada, pensando que sor Consuelo era una niñera aún más fantástica que Mari Pepa: ─¡Basta! No es momento para tonterías. Lo que quiero saber es si la policía podrá extraer información del teléfono destrozado de mi hijo, para saber dónde está y recuperarlo con vida, antes de que sea demasiado tarde. Don Clemente mostró el teléfono rosa de Luis y dijo: ─Será difícil, está muy roto, pero ahora los técnicos hacen maravillas, pueden extraer información hasta de un móvil partido en dos. Y dejó la casa, para llevar el teléfono del niño a los técnicos cuanto antes. Se produjo un silencio incómodo. Don Jaime estaba muy serio. La niña miraba distraída la flor que sor Consuelo le había regalado. Ahora fue la madre quien se echó a llorar.

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─¡Mi pobre Luisito! ─dijo─. Pronto lo encontrará la policía en algún sitio muerto. Don Jaime la abrazó para calmarla. ─Hay que confiar ─dijo─ en que la policía hará su trabajo con la pista del teléfono. ¿Quién iba a hacerle daño a un niño como Luis? Estará en el campo asustado. Elvira rompió en un llanto aún más apenado. Sor Consuelo se agachó ante la niña. ─Dime la verdad ─le dijo─. ¿Te peleaste con tu hermano por los móviles? ─No ─replicó Marta. La madre interrumpió alarmada a sor Consuelo. ─¿Por qué dice eso? ─He observado ─dijo la sagaz monjita─ que el móvil de Marta es azul y el que la policía encontró de Luis era rosa. ¿No se lo habrán intercambiado para jugar? ─¿Es cierto? ─preguntó Elvira a la niña, que empezó a llorar de nuevo. La madre zarandeó a Marta por los hombros para que hablara. Le preguntó histérica lo que había pasado, pues estaba en juego la vida de Luisito.


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Marta respondió entre sollozos que no había hecho nada malo. Sólo convenció a Luis para que le dejara su móvil, más moderno y rápido, a cambio de prestarle el suyo. Unos minutos después, Luis quiso recuperar su móvil, pero Marta no se lo quiso devolver aún. Luis se enfadó. La puerta estaba abierta, porque Alberto el deshollinador se encontraba trabajando en el jardín. Mari Pepa se hallaba ocupada con la lavadora. Así que Luis persiguió a Marta a la calle para que le devolviera su teléfono. Como Luis era más pequeño, Marta logró despistarle. Pero a partir de ahí no le volvió a ver.

Tras contar lo sucedido, la niña se echó a gemir en los brazos de su padre. ─Ya está bien ─dijo don Jaime─. Son cosas de críos. No martiricemos más a la pequeña. Nadie ha tenido por qué raptar a Luisito. ─¿Y si un coche lo ha atropellado? ─dijo Elvira. ─Nada de eso. La policía nos habría avisado. La culpa fue de Mari Pepa y de Alberto. Dejaron la puerta abierta, no vigilaron a los niños e incluso olvidaron la chimenea sin limpiar. Fijaos, está hecha un asco de carbones.

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Sor Consuelo se acercó a la chimenea y dijo: ─Sí que es curioso. ¿Puedo echar un vistazo? Ante los ojos atónitos de la familia, la monjita se adentró en la chimenea, con su cuerpecillo menudo y ágil para su edad. Volvió a asomarse y dijo: ─Hay una especie de pequeños escalones metálicos. ─Por supuesto ─dijo don Jaime─. Está construida con calidad, para que un deshollinador pudiera limpiarla y conservarla a la perfección. ─Entonces, permítanme que compruebe una cosa. Tornó a la chimenea y trepó por los pequeños escalones, con una ligereza sólo explicable por la dicha divina que poseía su espíritu. Con cierto esfuerzo, sor Consuelo llegó arriba de la chimenea, salió al tejado llena de tizne y, como se imaginaba, vio en un alero al pequeño Luisito, tan tiznado como ella, por haber subido antes también por toda la chimenea. El niño estaba muy asustado, en la zona baja de las tejas. Si se resbalaba un poco más, caería al vacío hasta la calle, como antes le había ocurrido con el móvil de su hermana. Sor Consuelo se acercó despacio, con cuidado para no caer y le dijo:

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─Ten calma. He venido a rescatarte. ─¿Quién eres? ─dijo Luisito temblando de miedo, debido a su situación en el tejado y a ver aproximarse a una monja con el hábito azul lleno de tizne. ─La nueva niñera. ¿Quieres que te haga un truco de magia? ─Sí ─respondió Luis, sintiendo una nueva esperanza. La monjita Sacó del bolsillo una baraja con cartas de Peter Pan. ─Mira qué bonitas. ¿Te gustaría adivinar la carta escondida? ─¡Claro! El niño intentó enderezarse, resbaló un tanto y por poco cae. Sor Consuelo le dijo:


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─Tranquilo, no te muevas. Yo te ayudaré, para que veas el juego de naipes. Adelantó su mano y el niño se agarró como al último milagro de la vida. Sor Consuelo tiró de él, con la extraordinaria energía que el cielo le dio, hacia la chimenea. ─Ya está. Volvamos abajo y te enseñaré el juego de cartas más bonito que hayas visto jamás. No sabes lo que se alegrarán tus padres al verte. bn

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Texto: Jerónimo Barrio | Ilustración: Hijas del Amor Misericordioso Había una vez, en un pequeño pueblo, un hombre muy piadoso y de vida moralmente intachable. A diario acudía a la Iglesia para oír la Misa y después se quedaba un buen rato en el Templo dedicando múltiples y programados rezos a todos los Santos que había representados en imágenes en la parroquia. Era conocido en el pueblo por su marcada religiosidad y a él le llenaba de satisfacción esta fama que había cultivado durante muchos años. En el templo tenía siempre su asiento particular en la primera fila y en todas las procesiones del año desfilaba junto al cura y el alcalde como el más respetable feligrés del pueblo. Su nombre era D. Alberto.

ma, le habían pillado robando en un cortijo cercano y se salvo, por ser menor de edad, de ir a la cárcel. Otras veces eran los porros, el alcohol o las peleas con todo el mundo. Don Gabriel, el padre de Carlitos y esposo de Doña Eulalia, había sido muy amigo de D. Alberto.

Cada día, después de sus rezos, paseaba por las calles del pueblo y saludaba a sus vecinos.

Don Alberto estaba convencido de que ese chico no tenía solución y que mataría a su madre a disgustos tarde o temprano. -Un golfo, eso es lo que es. Un golfo sin solución… murmuraba en voz baja, mientras se despedía de Doña Eulalia haciendo un gesto con la mano.

-Buenos días Doña Eulalia. ¿Cómo le va a su hijo? ¿En qué nuevo lío se ha metido? - Bueno, por ahora en nada nuevo. Ya hemos tenido bastante con la última… Ahora parece que está algo más centrado en los estudios, veremos lo que le dura… Doña Eulalia era viuda desde hacía dos años. Su hijo Carlitos se le había torcido por completo. Estaba en la adolescencia y parecía elegir siempre las peores amistades para meterse en todo tipo de líos. En la últi-

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-¡Qué cosas pasan! ¡Con lo buena persona que era su padre, que en gloria esté! ¡Qué lástima que no esté aquí para meterle en vereda!-dijo con tono severo D. Alberto. -Es muy buen chico, solo que anda un poco despistado. Ya se centrará- le replicó Doña Eulalia sacando la cara por su hijo, como una madre fiel.

Como era su costumbre entró en la cafetería del pueblo y se sentó en la mesa de siempre, junto a la ventana, para ver pasar a la gente. -¿Lo de siempre D. Alberto?-le preguntó el camarero. -Si, por favor, Javier. Qué ¿ya te ha subido el sueldo el avaro de tu jefe?


mosaico -No me hable de él, Don Alberto. Aquí me tiene explotado de sol a sol y encima se queja de que no da ganancias el negocio… El día que pueda me largo de aquí y se queda sólo. No soporto a este tirano. -Harías bien. Seguro que entonces te echaría de menos. Tú vales mucho Javier. Tu jefe no sabe valorar lo que tiene. Es un imbécil. Le conozco desde hace años. ¿Qué se puede esperar de un hombre que no pisa la Iglesia nunca? D. Alberto siempre aprovechaba su paso por el café para poner a caldo a Rufo, el dueño del local y aliarse en esa tarea con Javier, su joven camarero, por el que sentía un aprecio incondicional. La madre de Javier pertenecía al grupo de Caritas de la Parroquia y su hijo ayudaba también con su madre en la recogida de ropa y víveres para los pobres de la comarca. Para D. Alberto, era un buen cristiano y no como su jefe, un “hombre sin Dios”, como le solía llamar.

Terminado el cafetito, volvía a su casa y antes de llegar pasaba por la plaza. Allí estaba Fátima, una atractiva joven que se había instalado en el pueblo hacía un año. Tenía una hija de 3 añitos. Nadie sabía nada de su vida. Vendía en la misma Plaza, en una pequeña tienda, objetos de artesanía que hacía ella misma. Su aspecto bohemio y su oscuro pasado no le gustaban a D. Alberto y aunque se conocían y saludaban a diario, nunca le compraba nada y la consideraba una mujer de vida inmoral y desordenada. Una madre soltera no podía ser nunca un modelo de vida, a su recto juicio.

Las gafas de Dios

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Son las gafas de la Verdad. Como puedes comprender, no las puede llevar cualquiera, ni tampoco se pueden usar por mucho tiempo, solo el necesario para cumplir su misión. Espero que te ayuden. Un fuerte abrazo. Tu ángel de la guarda.

Una mañana, cuando se disponía a salir del Templo, después de sus rutinarios rezos, se fijó en que en el banco de la última fila, alguien se había dejado algo. Se acercó para ver lo que era y vio un estuche con unas gafas en su interior y junto a él un sobre. -¡Qué despistada es la gente! ¡Por Dios...! Qué gente más torpe.. Mira que olvidarse unas gafas.. Miró el sobre y en él estaba escrito: “para D. Alberto” Muy extrañado, abrió el sobre y comenzó a leer: Querido Alberto: Soy tu Ángel de la Guarda. A veces, se nos concede el permiso de actuar de este modo tan extraordinario para comunicarnos con nuestros protegidos. Las gafas que te has encontrado son muy especiales. Te permitirán ver, si te las pones, con los mismos ojos que el mismo Dios ve las situaciones y el corazón de las personas.

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Con cara de fastidio, comenzó a murmurar en voz baja. -Esto debe de ser una bromita de alguien del pueblo que me tiene envidia- pensó para sus adentros.-Lo mejor será hacer como que no he visto nada. Seguro que el gracioso es D. Álvaro, que me la tiene jurada o el ateo de D. Román que sólo entra en la Iglesia para estas bobadas. Vaya panda de idiotas. Se van a quedar con las ganas de verme con las gafas puestas. Me toman por tonto si creen que voy a picar en una broma así. Se guardó las gafas más bien irritado y salió del Templo. Aunque estaba convencido de que todo era una treta de algún envidioso del pueblo, pasaban los días y no conseguía averiguar quién había sido el autor de la gracia. Además notaba que su interés por probarse las gafas crecía de una forma tentadora. Eran doradas, muy bonitas, un modelo sin marca. Estaban fuera de la moda pero no resultaban feas ni horteras. Eran unas gafas atemporales. Las miraba y miraba y las guardaba de nuevo en la funda venciendo la inclinación a ponérselas. Un día, arrastrado por la tentación del misterio, salió a la calle como de costumbre a hacer su recorrido habitual y se metió las misteriosas gafas en el bolsillo de su abrigo Como casi todos los días a pocos metros de su casa estaba Doña Eulalia, tendiendo la ropa.


mosaico Buenos días Doña Eulalia. ¿Cómo va todo? -Ya me ha dicho D. José, el párroco, que mañana es el funeral de aniversario del fallecimiento de su esposo. Que Dios le tenga en su gloria. Era un buen cristiano. Un hombre ejemplar... Lástima que su hijo no haya sacado la rectitud de su padre. -Mi hijo es un buen chico. Sólo está pasando una mala etapa- repuso Doña Eulalia con tono serio en defensa de su hijo. -Sí, bueno, usted es su madre y claro, comprendo su actitud. Espero que se corrija pronto. Usted no está para tantos disgustos. Buen día. Cuando se alejó se quedó pensativo y mirando a Doña Eulalia, sin apenas pensarlo dos veces, sacó sus extrañas gafas del bolsillo y miró con ellas el rostro dolido de aquella mujer. Al instante, como si de una visión o revelación sobrenatural se tratase, vio la verdad del corazón de aquella pobre mujer, su pa sado, su presente y su futuro, todo al tiempo, como el mismo Dios lo ve. Con enorme asombro D. Alberto supo que el esposo de Doña Eulalia no era un santo varón como pensaba su amigo. Bebía alcohol a diario y lo peor era que en esas borracheras ella recibía soberanas palizas que no podía evitar fuesen presenciadas por su hijo, siendo este muy pequeño. También alguna noche el crío recibía algún golpe. Este ambiente familiar propició la profunda amargura y el refugio de su hijo fuera de ese infierno de hogar y lo más lejos de su

padre. Los porros, sus colegas y cualquier cosa, eran mejor que su casa. Su madre vivió todo esto con un gran sufrimiento sin poder decir nada por miedo a mayores represalias. Las gafas también le mostraron parte de un futuro muy esperanzador en el que la madre y su hijo vencían su pasado y Carlitos conseguía abandonar su actual vida y llegar a la Universidad, gracias a las sinceras y perseverantes oraciones de su madre. D. Alberto se quitó asustado las gafas. Tenía que ser un sueño, no podía ser real lo que estaba pasando. Pero realmente estaba ocurriendo. Esas gafas eran realmente sobrenaturales. Era cierto, podía ver la verdad, lo que de verdad ocurre en la vida de las personas, lo que no pueden ver los demás y solo Dios alcanza a ver. Las gafas de Dios

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mosaico Se levantó y se marchó estupefacto, sin decir palabra y dejando el café intacto sobre la mesa, ante la mirada atónita de su personaje visionado y desenmascarado.

Confuso y asustado volvió a ponerse las gafas y siguió su camino. Entro en el Café y se sentó en su sitio habitual. -¡Qué gafas tan chulas D. Alberto! ¿Son nuevas? - le dijo Javier mientras le ponía en la mesa su habitual café. Pero Don Alberto no le contestaba palabra. Con los ojos como platos le miraba y veía la verdad que escondía su vida. A diario, su hasta ahora protegido Javier, robaba de la caja del negocio de su jefe D. Rufo, gran parte de la recaudación, que luego gastaba con los amigos en juergas en los pueblos vecinos, para no vulnerar su fama. No era su jefe ni mucho menos el malo de la película, que a causa de estos continuos robos no sabía cómo hacer para que su negocio fuera rentable. Además, todas las veces que acompañaba a su madre a ayudar a Caritas, lo hacía para robar ropa y víveres que luego vendía a bajo precio a gente sin recursos en otros lugares alejados para no levantar sospechas. Ese era de verdad Javier.

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Caminando como un fantasma por las calles con el único deseo de llegar a su casa cuanto antes y verdaderamente turbado por lo que estaba viviendo, pasó por delante del puesto de Fátima. La miró y pudo ver la Verdad de su vida. Tres años atrás fue violada por un hombre, fruto de lo cual quedo embarazada. A pesar de las fuertes presiones de sus familiares no consintió en abortar y decidió huir de su ciudad para refugiarse en un lugar en el que nadie la reconociese y empezar una nueva vida junto a su pequeña que se había convertido en el único sentido de su vida. Esa era la “inmoralidad” de Fátima y esa su vida “oscura”. Don Alberto llegó por fin a su casa y allí rompió a llorar. Comprendió la lección de su Ángel. ¡Cuántos juicios errados!¡Cuanta mentira a su alrededor! ¡Cuánto prejuicio y condena sin fundamento! Pero algo le decía que lo más importante faltaba por llegar. De una forma instintiva se situó delante de un gran espejo que había a la entrada de su casa y con las manos temblorosas se puso las gafas para ver la última visión, la de sí mismo. Delante de él tenía lo que él era de verdad. Un hombre que cumplía preceptos religiosos pero sin auténtica bondad hacia los demás, a los que reiteradamente juzgaba y a menudo condenaba injustamente, un hombre que hacía muchas cosas para ser visto por los otros como bueno pero sin importarle realmente el serlo.


mosaico Y allí se quedó mirándose al espejo durante un tiempo imposible de cuantificar en donde presente, pasado y futuro de su propia vida eran una sola cosa. Con una gran serenidad se quitó las gafas y volvió a la calle. Entró en la Iglesia y esta vez, se quedó a la entrada del Templo en el último banco. Sentía una profunda vergüenza de sí mismo. Volvió a llorar y de rodillas, le pedía perdón al Señor por tanta hipocresía y tanta falsedad en su vida. Allí recordó un pasaje del Evangelio que muchas veces había leído pero que nunca había sabido vivir.

En poco tiempo realizó mas obras de caridad que en toda su vida y no volvió a juzgar a nadie. Cuando paseaba por la calle lo hacía sólo para hablar bien de todos y a todos. Fue asombroso su cambio. Las gafas desaparecieron, ya tampoco las necesitaba. A los pocos meses D. Alberto murió. Aquel día que se miró al espejo las gafas también le mostraron un poco de su futuro. Una enfermedad repentina acabaría con su vida en poco tiempo y aquel aviso de su ángel fue en el fondo un precioso gesto del Cielo para devolverle la salud del alma y para que se cumpliese la misma promesa del Señor al publicano: volver a Casa justificado. bn

Dos hombres fueron al templo a orar; uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, de pie, hacía en su interior esta oración: “Dios mío, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano; yo ayuno dos veces por semana y pago los diezmos de todo lo que poseo”. El publicano, por el contrario se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar sus ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía.”Dios mío, ten compasión de mi, que soy un pecador”. Os digo que éste volvió a su casa justificado, y el otro no. Porque el que se ensalza será humillado, el que se humilla será ensalzado”. Desde aquel día se produjo en D. Alberto un cambio impresionante. No se volvió a sentar en el primer banco de la Iglesia. Se quedaba, como el publicano, a la entrada del Templo y su oración era una continua letanía: “Dios mío, ten compasión de mi”. Las gafas de Dios

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Javier Alba

Kerigma La Iglesia no crece por proselitismo. La Iglesia crece por atracción (Benedicto XVI). La evangelización se hace de rodillas (Papa Francisco).

Evangelizar de palabra y de obra, como el ora et labora. Hablad siempre de Él (San Ambrosio). Invitado a compartir la riqueza de la Iglesia que es una: Jesucristo (Cañizares).

Quizás la ciencia explique el cómo, el porqué, el dónde y el cuándo. Pero sólo la fe puede iluminar el para qué. Para gloria de Dios y alegría de mis hermanos los hombres. Así firmaban Bach sus cantatas, y Wittgenstein sus obras. El cristiano no lo sabe todo, pero su vida tiene sabor a Dios (Papa Francisco). Es mejor hallar a Dios sin entenderlo, que entenderlo sin hallarlo (San Agustín). La sabiduría del mundo es esta: matar a Dios (Kiko Argüello).

Dijo el sabio: todos fracasamos en esta vida. Sólo triunfaremos en el cielo.

Sabiduría Dios no es abstracto, es concreto. No es una idea, es una persona.

Santo Tomás de Aquino dijo haber aprendido más ante el crucifijo que ante todos los libros del mundo, y al final de sus días, después de tener una visión celebrando la eucaristía, dijo que todo lo que había escrito a lo largo de su vida era sólo paja.

¿Saber mucho y no gustar nada, de que vale? (San Buenaventura, San Francisco). ¿De qué sirve saber sin saborear?

Grita el mundo, me oprime el cuerpo, y el diablo me pone asechanzas, pero yo no caigo, porque estoy cimentado sobre piedra firme… en las llagas del Salvador (San Bernardo).

Perfecta ignorancia es saber muchas cosas y no saber a Jesucristo

Lo que trasciende toda filosofía es el amor cristiano (San Bernardo).

(Ludolfo de Sajonia, el Cartujano).

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Icono El Sermón de la Montaña es el resumen del dibujo que en nosotros realiza la obra del Espíritu Santo (Kiko Argüello). Desde el principio nos creó a su imagen y semejanza para que en Cristo fuéramos uno con Él. Cristo toma forma en aquel que recibe la forma de Cristo, y recibe la forma de Cristo el que vive unido a Él con un amor espiritual (San Agustín).

Alegría de la fe, alegría de que Dios existe, alegría de que Dios me ama. Lo contrario sólo es tristeza. Sólo Cristo es la verdadera alegría. Nuestra alegría no viene de nosotros, ni tampoco de fuera de nosotros, sino que nos viene de arriba, nos viene de Dios. El bien de manifestar con alegría la verdad y la belleza de la familia cristiana. El pecado de acedía es sentir tristeza, desidia o rechazo ante la alegría del Evangelio. El gozo espiritual es la mejor señal de que la gracia habita en un alma (San Buenaventura). Alégrate por tu fe (San Agustín).

Hoy sobre la tierra, mañana bajo la tierra (Miriam, la pequeña árabe).

Sólo quiero que Él crezca y que yo disminuya.

No sólo hemos sido creados para la alegría, hemos sido creados por la alegría. La alegría es el fondo del ser… El infierno siempre es el paraíso rechazado (Fabrice Hadjadj). La verdadera santidad es hacer la voluntad de Dios con una sonrisa (Teresa de Calcuta).

Alegría

Se es cristiano por gratitud (Methol).

La única tristeza de este mundo es no ser santos (León Bloy), y la única alegría es la santidad. Morir a uno mismo para vivir con Cristo; no vivir ya para sí mismo, sino para Él, para Cristo. Esta es la perfecta alegría de Francisco, esta es la vida eterna. No perder la esperanza, dejarse sorprender por Dios, y vivir con alegría (Papa Francisco, Rio JMJ).

Libertad Dios no quita la libertad a nadie, porque entonces dejaría de amarlo (Kiko Argüello). La ley ha sido dada para que se implore la gracia, la gracia ha sido dada para que se observe la ley (San Agustín).

Cristo toma forma en aquel que recibe la forma de Cristo, y recibe la forma de Cristo el que vive unido a Él con un amor espiritual

Reflexiones imprescindibles

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Martirio Peca mucho quien busca el martirio, pero mucho más se alegra aquel a quien Dios se lo concede sin buscarlo. No hay mayor grado de libertad, ni mayor acto de amor humano, que el del mártir cristiano. En la persecución se cierra el mundo, pero se abre el cielo (San Cipriano). No hay cristiano que no sea odiado por el mundo (Marcos, sacerdote chino). Cuando somos ovejas, vencemos a los lobos; pero si nos convertimos en lobos, entonces somos vencidos, porque nos vemos privados de la protección del Pastor. Cristo no pastorea lobos, sino ovejas (San Juan Crisóstomo). Los niños, santos inocentes, sin saberlo mueren por Cristo… todavía no hablan y ya confiesan a Cristo (San Quodvultdeus). Así también los inocentes asesinados antes de nacer. Vivir hoy como si fuera a morir mártir esta noche (Charles de Foucauld). La persecución es una de las bienaventuranzas (Papa Francisco). Mi vida no vale nada, puedo ofrecerla tranquilamente (Beata María Grabiella Sagheddu). Los mártires barruntan su martirio porque tienen siempre la lámpara encendida para la llegada de su Maestro (José María Gil Tamayo). Ahora yo creo que existen realmente dos paraísos, uno en la tierra, y otro después de la muerte (Simón Hwang, mártir coreano de 1801). El primer paraíso lo conoció en la Iglesia, al encontrarse con Jesucristo; el segundo, después del martirio.

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El mártir no elige la muerte. Elige seguir a Cristo y hacer su voluntad. A veces se persigue a los cristianos por lo que creen, a veces por lo que hacen, y otras veces por lo que no hacen. Roma no persiguió a los cristianos por lo que creían, ni por lo que hacían, sino por lo que no hacían: porque se negaban a hacer sacrificios al Emperador y a los falsos dioses. También hoy se persigue a los cristianos por lo que no hacen: por no hacer el mal, por no abortar, por no asesinar enfermos y ancianos, por no divorciarse, por no adulterar, por no practicar la promiscuidad, y por no educar a sus hijos en la perversión.

Matrimonio Espiritual Dios sí que me ama con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas. Para amar como Tú me amas, necesito que me des tu propio amor (Teresa de Lisieux). Matrimonio es la unión de amor, estable, indisoluble y abierta a la vida, entre un hombre y una mujer. La muerte es la venida del Esposo en persona (Kiko Argüello).

¿Buscas la verdad? ¿Ignoras que eres tú el buscado? Mira que estoy a la puerta y llamo… La vida sin Cristo es el infierno. El cielo es ser uno con Cristo.


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Si nosotros somos templo de Dios, y el Espíritu de Dios habita en nosotros, es mucho más lo que cada fiel lleva en su interior que todas las maravillas que contemplamos en el cielo (San León Magno). Sólo Jesús (San Bernardo). Es necesario dejar lo amado para el Amado (Kempis).

Dos palabras me resuenan como aldabonazos dentro de mí: “Mira que estoy a la puerta y llamo” y “el otro es Cristo”. Retumban y retumban como el ariete sobre la muralla. Mira a Cristo, mira a los demás con los ojos de Cristo, y deja que Cristo te mire. El Señor no está lejos. Tú eres el que haces que esté lejos. Amalo, y se acercará; amalo, y habitará en ti. El Señor está cerca (San Agustín). bn

Dios sí que me ama con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas

Reflexiones imprescindibles

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Juan García Inza

Me llamó la atención esta carta que voy a comentar porque trata de un tema de interés en una Iglesia cada vez más “poblada” de laicos “comprometidos”. Bueno, poblada siempre ha estado, por eso lo pongo entre comillas. Y laicos comprometidos nunca han faltado, pero el fenómeno actual es que muchos laicos católicos, y no poco clérigos, confunde la misión apostólica que se ha de ejercer en el mundo, con la actividad “intra ecclesia”, de puertas adentro, ejerciendo tareas como si fueran unos “clérigos menores”, o unos sacristanes. Nuestro cura dice en la carta que leyendo un libro sobre la evangelización del mundo, y observando ciertas posturas poco laicales, sintió una preocupación: “parece como si los seglares quisieran invadir el terreno de los sacerdotes, y algunos sacerdotes trataran de asumir tareas más propias de los laicos”. Por entonces se hablaba mucho de los curas obreros, de la desacralización de algunas tareas de la Iglesia, del tedio por aparecer los sacerdotes como gente alejada del pueblo. Y al mismo tiempo el pueblo, cierto pueblo, iba tomando posiciones en tareas de mando, y en prácticas litúrgicas reservadas a los clérigos, o a personas debidamente preparadas para ellos.

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Para muchos su mayor aspiración era dar la Comunión, o dirigir el Consejo Parroquial, el programar incluso, y a veces imponer, las tareas que debía hacer, o no, el sacerdote. Y nuestro cura critica esta actitud como muy poco acorde con el Evangelio, ya que se confunden los papeles.

Una cosa es la disponibilidad para atender las tareas que sean necesarias, y acordes con la condición de laicos, y otra es invadir el terreno del cura


mosaico Una cosa es la disponibilidad para atender las tareas que sean necesarias, y acordes con la condición de laicos, y otra es invadir el terreno del cura. En este sentido me han gustado las palabras del Papa Francisco que facilito al lector: El Papa envió una carta al Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, el Cardenal Marc Ouellet, en el que habla de la misión de los laicos en la vida pública y recuerda que es una de las mayores riquezas del Concilio Vaticano II. Con motivo de la reciente Asamblea Plenaria que celebró dicha Comisión sobre la misión de los fieles en la vida pública de latinoamérica, Francisco cuenta cómo se reunió con ellos e intercambiaron algunas reflexiones. Sobre esto mismo pide que “el espíritu de discernimiento y reflexión ‘no caiga en saco roto’; nos ayude y siga estimulando a servir mejor al Santo Pueblo fiel de Dios” y alerta de los peligros del clericalismo. El Pontífice señala que los obispos “como pastores estamos continuamente invitados a mirar” al Santo Pueblo fiel de Dios (los laicos) para “proteger, acompañar, sostener y servir”. “Un padre no se entiende a sí mismo sin sus hijos. Puede ser un muy buen trabajador, profesional, esposo, amigo pero lo que lo hace padre tiene rostro: son sus hijos. Lo mismo sucede con nosotros, somos pastores. Un pastor no se concibe sin un rebaño al que está llamado a servir”. El Pontífice también explica en el mensaje que “al pueblo se lo sirve desde dentro”. “Muchas veces se va adelante marcando el camino, otras detrás para que ninguno quede rezagado, y no pocas veces se está en el medio para sentir bien el palpitar de la gente”.

Clérigos si, clericalismo no

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mosaico “Olvidarnos de esto acarrea varios riesgos y deformaciones tanto en nuestra propia vivencia personal como comunitaria del ministerio que la Iglesia nos ha confiado. Somos, como bien lo señala el Concilio Vaticano II, el Pueblo de Dios, cuya identidad es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo. El Santo Pueblo fiel de Dios está ungido con la gracia del Espíritu Santo, por tanto, a la hora de reflexionar, pensar, evaluar, discernir, debemos estar muy atentos a esta unción”. Uno de los consejos es que los obispos miren “continuamente al Pueblo de Dios” porque “nos salva de ciertos nominalismos declaracionistas (slogans) que son bellas frases pero no logran sostener la vida de nuestras comunidades”. “Por ejemplo, recuerdo ahora la famosa expresión: “es la hora de los laicos” pero pareciera que el reloj se ha parado”, añadió a continuación. A su vez, recuerda que “todos ingresamos a la Iglesia como laicos” puesto que “el primer sacramento, el que sella para siempre nuestra identidad y del que tendríamos que estar siempre orgullosos es el del bautismo”. Francisco destaca que el Bautismo “nos hace bien recordar que la Iglesia no es una élite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el Santo Pueblo fiel de Dios”.

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-Clericalismo-

En el mensaje el Papa argentino pide poner atención al clericalismo, “fruto de una mala vivencia de la eclesiología planteada por el Vaticano II”. “Esta actitud no sólo anula la personalidad de los cristianos, sino que tiene una tendencia a disminuir y desvalorizar la gracia bautismal que el Espíritu Santo puso en el corazón de nuestra gente. El clericalismo lleva a la funcionalización del laicado; tratándolo como ‘mandaderos’, coarta las distintas iniciativas, esfuerzos y hasta me animo a decir, osadías necesarias para poder llevar la Buena Nueva del Evangelio a todos los ámbitos del quehacer social y especialmente político”.


mosaico Además, “el clericalismo lejos de impulsar los distintos aportes, propuestas, poco a poco va apagando el fuego profético que la Iglesia toda está llamada a testimoniar en el corazón de sus pueblos. El clericalismo se olvida de que la visibilidad y la sacramentalidad de la Iglesia pertenece a todo el Pueblo de Dios (cfr. LG 9-14) Y no solo a unos pocos elegidos e iluminados”.

-Pastoral popular y laicos en la vida pública-

Otro de los puntos que el Pontífice trata en el mensaje es el de la pastoral popular. “Ha sido de los pocos espacios donde el pueblo (incluyendo a sus pastores) y el Espíritu Santo se han podido encontrar sin el clericalismo que busca controlar y frenar la unción de Dios sobre los suyos”. El Papa pide confiar “en nuestro Pueblo, en su memoria y en su ‘olfato’, confiemos que el Espíritu Santo actúa en y con ellos, y que este Espíritu no es solo ‘propiedad’ de la jerarquía eclesial”.

Respecto a la misión de los laicos en la vida pública, el Santo Padre destaca que en muchas ciudades se descarta a las personas y donde no hay esperanza. Pero los laicos en la vida pública pueden “buscar la manera de poder alentar, acompañar y estimular todo los intentos, esfuerzos que ya hoy se hacen por mantener viva la esperanza y la fe en un mundo lleno de contradicciones especialmente para los más pobres, especialmente con los más pobres. Significa como pastores comprometernos en medio de nuestro pueblo y, con nuestro pueblo sostener la fe y su esperanza”. Considero que queda claro que el laico por vocación tiene una misión en la Iglesia, que ha de vivir con su propio estilo, nunca por imitación o suplantación de los clérigos. bn

El Papa pide confiar “en nuestro Pueblo, en su memoria y en su ‘olfato’, confiemos que el Espíritu Santo actúa en y con ellos, y que este Espíritu no es solo ‘propiedad’ de la jerarquía eclesial”.

Clérigos si, clericalismo no

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razón creadora

Ramón Domínguez Balaguer Director de la extensión dominicana del Pontifício Instituto Juan Pablo II

Asistimos en nuestros días al fin de una época, al tiempo de lo que hemos dado en llamar Cristiandad. En el principio, no fue así. La Iglesia naciente se encontró inmersa en un mundo pagano que le era, además, hostil. No era fácil ser cristiano en aquellas circunstancias, era realmente peligroso. Sin embargo, la Iglesia no sólo aguantó sino que se expandió hasta transformar aquel mundo y conducirlo a la verdad gracias al testimonio de fe y de vida de los cristianos. El Evangelio se fue extendiendo por contagio, casa a casa, calle a calle, ciudad a ciudad, porque el mundo pagano huérfano de luz y de esperanza, veía en aquellos hombres y mujeres, incomprendidos, despreciados y perseguidos, la vida de la que ellos carecían. El testimonio de su fidelidad hasta la sangre era, en frase de Tertuliano, semilla de nuevos cristianos.

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Pero la fortaleza del testimonio de aquellos cristianos se fraguaba en el crisol del catecumenado, el instrumento que utilizó la Iglesia para la iniciación cristiana, gestando en su seno lo que la Palabra había engendrado. Primero era la fuerza del testimonio, después, aquellos que habían quedado iluminados por la luz de Cristo, eran introducidos en el seno de la Iglesia, que iba forjando su condición pagana hasta que quedaban revestidos de la naturaleza divina de los hijos de Dios, prestos, a su vez, a dar razón de su fe.


razón creadora Pero el catecumenado colapsó de éxito cuando, gracias al testimonio de los cristianos, la sociedad entera entró en la Iglesia. Desde el momento en que Constantino decretó la libertad religiosa en el 313 y, sobre todo, cuando Teodosio en el 380 declaró al cristianismo religión oficial del Imperio, muchísima gente se adhirió a la Iglesia, pero no ya por convencimiento sino por conveniencia. La institución catecumenal se vio desbordada. Incapaz de abarcar con intensidad la iniciación cristiana se optó por admitir al bautismo a la gente, revestida de un barniz de cristianismo sin que hubiera cambiado realmente de naturaleza. Se entró, así, en el tiempo de la Cristiandad.

La fortaleza del testimonio de aquellos cristianos se fraguaba en el crisol del catecumenado

Pero este tiempo ya pasó. Imperceptiblemente al principio, pero cada vez con mayor celeridad, el mundo occidental, está saliendo del cristianismo. Desde el momento en que se rompió la colaboración fecunda entre la razón y la fe, y sobre todo, desde el instante en que el hombre fue dejando de poner a Dios en el centro de su existencia para ir ocupando él mismo este lugar, se ha ido acentuando la crisis de la civilización occidental. Fueron primero los intelectuales, los que abandonaron la fe de sus padres, les siguieron después las masas de los obreros, hasta convertirse en nuestros días en una sangría masiva que está desertizando las iglesias. No entramos aquí en las causas que lo han hecho posible ni en la parte de culpa que ha tenido la Iglesia, incapaz de dar respuestas convincentes a los hombres de aquellas generaciones y de la nuestra. Pero sí hay una constante: la debilidad de la fe de los cristianos, huérfanos en su gran mayoría de la fortaleza que supone una seria iniciación cristiana.

El ocaso de la civilización occidental

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razón creadora El fin de la Cristiandad coincide con la profunda crisis que está ahogando a nuestras sociedades, que han dejado ya de ser cristianas. Ambos procesos están relacionados: la crisis de fe aboca a la humanidad a su destrucción. Una sociedad que no es capaz de acoger a sus miembros más frágiles, es una sociedad herida de muerte. Necesita ser regenerada, volver a nacer, para lo cual, previamente, ha de morir. Tenemos antecedentes históricos. El más importante, por ser Palabra de Dios, lo tenemos en el Exilio del pueblo elegido. El viejo Israel tuvo que morir por ser incapaz de renovarse al desoír la palabra del profeta, para que en la prueba se gestara y renaciera como nuevo pueblo, más pequeño, más humilde, más verdadero. Antes estaba orgulloso de su Templo y de su Dios. Prepotente no supo ver la ruina que se cernía sobre él, demasiado tarde para evitar su destrucción. Tuvo que ser humillado para recobrar la cordura.

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Demasiadas coincidencias entre ellos y nosotros como para dejarlas en el olvido. Pero esto es precisamente lo que más nos asemeja a ellos. El alud de muerte avanza derribando, uno después de otro, todo lo que encuentra a su paso. País tras país van cediendo arrastrados hacia el precipicio de la locura. Signos de esta decadencia se nos muestran a diario. Recientemente un delegado de las Naciones Unidas, pedía restringir en todo el mundo la libertad religiosa por ser, según él, el principal obstáculo para que prevalezcan los pretendidos “derechos” de las minorías LGTB. Es decir, que para que se impongan los falsos derechos de unas minorías, se deben pisotear los derechos reales de las mayorías, como son, entre otros, el derecho a la libertad religiosa, a la libertad de conciencia y a la libre expresión de las ideas. No digamos nada del derecho fundamental a la vida que se defiende con la boca pero se conculca con los hechos, como sucede con el aborto, la eutanasia, la eugenesia y demás atentados contra la vida.


razón creadora Ciertamente, las minorías han de ser respetadas y acogidas porque la persona está por encima de todo, pero también por encima de las ideas. Éstas, acertadas o equivocadas, no pueden prevalecer sobre las personas como busca imponer la ideología de género, envenenando el alma de los niños y de los pueblos al obligar a aceptar sin derecho a réplica una ideología absurda y ridícula que no resiste un mínimo análisis racional y que se exige y sostiene únicamente por la violencia intolerante de la presión de unos pocos. En esto siguen los pasos de todas las dictaduras que ha habido hasta el presente. Todas se basan en unos principios que no se pueden demostrar y que solamente penetran en la sociedad por la violencia. La lucha de clases que propugnaba el comunismo para forjar una nueva sociedad, aunque equivocada, tenía algún viso de posibilidad real, pero la actual ideología de género carece de todo sentido común al negar la naturaleza propia de las cosas. El mundo es como es y no como uno quisiera que fuese, y por mucho que aparezca en los carteles publicitarios, no hay niños con vulva ni niñas con pene.

El fin de la Cristiandad coincide con la profunda crisis que está ahogando a nuestras sociedades

El ocaso de la civilización occidental

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razón creadora Se trata, pues, de una sociedad que, víctima de sus excesos, está cayendo poco a poco en la demencia, eliminando el más elemental sentido común. No hace mucho los alcaldes de las tres capitales vascas, junto con el de Pamplona, decretaban que después del nacimiento de un ser humano no se puede decir que sea niño o niña porque cada sujeto debe determinar según su parecer lo que quiere ser a costa de negar lo que realmente es. Tales dislates no pueden sostenerse por mucho tiempo y acabarán siendo vomitados por sus propias víctimas, como sucedió con el marxismo. Pero mientras tanto ¡cuánto mal y cuánto sufrimiento van a ocasionar! ¿Es el fin de nuestra civilización? Tenemos una sociedad que no entiende la fragilidad de la humanidad ni su condición creatural. Una sociedad que ha olvidado su dimensión sobrenatural, la verdad sobre su ser, que se encuentra desorientada y sumergida en la perplejidad y la falta de esperanza. Privada de todo y sin más horizonte que la perspectiva de la muerte, no encuentra sentido a su existencia y debe alienarse refugiándose en el cumplimiento de sus caprichos, pues cuando muere la razón, sólo queda el arbitrio. Pero la historia nos enseña

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–como diría Ermes Ronchi– “que es el cuidado de los frágiles, de los últimos, de los discapacitados, la atención dada a las piedras descartadas, lo que indica el grado de una civilización o el nivel de un pueblo… No tener miedo de la fragilidad. Poder ser vulnerables, sin temor de ser usados o violados por los otros”. Nuestra sociedad se muestra incapaz de acoger a los débiles. Nuestra todos los síntomas de una sociedad que va hacia su final. El aborto y todos sus derivados, como la nefasta ideología de género ponen de manifiesto su decadencia.

Demasiadas coincidencias entre ellos y nosotros como para dejarlas en el olvido. Pero esto es precisamente lo que más nos asemeja a ellos


cantemos razón creadora al Señor ¿Se puede evitar todavía caer al precipicio cuando estamos instalados en su borde? Todavía es posible y es la denostada fe cristiana, la Iglesia denostada, despreciada y repudiada, la que tiene todavía la llave de la esperanza, porque hay una verdad, aunque no se la quiera reconocer. La verdad, decían los antiguos filósofos es el ser y el Ser es Dios y su Verbo Jesucristo. Esta es la Verdad que hay que proclamar sin desmayo, aunque

esta proclamación nos conduzca directamente al martirio. Así fue al comienzo, frente a un mundo pagano y hostil, así será en esta última hora, ante un mundo pagano y hostil, pero la Iglesia no puede callar, ni mostrarse temerosa, por miedo a perder no sé qué privilegios o parcelas de poder. Es en el testimonio claro de los cristianos en donde se encuentra la última tabla de esperanza para esta sociedad, aunque deba ser salvada con sangre. bn

“Varón y hembra lo creó”. El Maligno embrolla y desordena: “hoy se puede ser hombre y mañana mujer, pues uno no sabe a ciencia cierta lo que es, o no se siente ninguna de las dos cosas”. Aparece la indefinición, lo vaporoso, la tergiversación. De Dios viene la claridad y la exactitud, del Enemigo, la oscuridad y la confusión. En este último estado se encuentra envuelta la sociedad occidental, y en esta indeterminación quiere envolver al mundo entero. Ahora ya sabemos dónde tiene su origen la ideología de género y lo que se esconde detrás de ella. Nada bueno se puede esperar para la humanidad, sólo caos y destrucción: los objetivos del Enemigo que odia al ser humano. Autor: Ramón Domínguez Balaguer Edita: Bendita María Libros Buenanueva Páginas: 274 ISBN: 978-84-945815-7-1 Depósito Legal: M-6126-2017 Pedidos

Tfo.: 91 759 79 68 w w

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Antonio Arias Crespo

Descubrir que el precio del rescate de tu vida –la de cualquier hombre− no ha podido ser otro que la sangre de Cristo, se me antoja un acontecimiento de sabiduría, de tino y de una cabeza bien amueblada. Porque, además, es un don gratuito. 100

Conversión Resulta que se dan situaciones en la vida de las personas que muchas son inexplicables, sorprendentes, indecibles, no esperadas. ¿Cómo se puede cambiar de pensamiento ante lo que has defendido durante toda tu existencia? ¿No será que te han comido el coco? Por ejemplo, que un muchacho que hasta los veintidós años juró por activa y por pasiva, ante la familia y ante los amigos, que él no se casaría jamás para toda la vida, ahora, cumplidos los treinta y siete, sea padre feliz de cuatro hijos y casado mediante el sacramento del matrimonio en la Iglesia católica. ¿Qué le ha ocurrido? ¿Qué varita mágica lo ha tocado? ¿A qué se debe ese cambio de mentalidad? Pues a que siendo como era, incapaz de perder la vida por nadie, negado para hacer un favor, inepto y cerrado en banda para echar una mano allí donde se necesitaba. . ., un día descubrió que su vida tiene un sentido que nunca había sospechado. Y pasó de estar solo, incluso de sí mismo, a sentirse y saberse querido por Dios; de no soportar que nadie le llevase la contraria, a experimentar el dulzor del consuelo en las contrariedades y en las vejaciones de los otros; de tener pavor a la muerte, a no ser nadie en casa y en el trabajo, a poder entrar en paz en el sufrimiento –viéndole un sentido− y verse consolado.


razón creadora

¿Y eso? Eso sólo es posible cuando el hombre (mentiroso, lujurioso, criticón, vago,, adúltero, violento, despreciativo, calumniador, glotón, intemperante, orgulloso, codicioso, irresponsable y mil etcéteras), tras descubrir y admitir que lo suyo era la esclavitud al pecado, que ahí estaba cómodo y en su salsa y encima se sentía feliz, de repente se vuelve fuerte, firme y seguro a base de reconocer que el cambio no ha obedecido a un esfuerzo de voluntad, a un acto heroico de idoneidad, sino a que Dios no ha dejado jamás de amarlo precisamente porque ha sido creado por Él para eso y Dios no puede ni contradecirse ni dejar de ser fiel para siempre. Es el valor del precio del rescate.

Resulta que se dan situaciones en la vida de las personas que muchas son inexplicables, sorprendentes, indecibles, no esperadas. ¿Cómo se puede cambiar de pensamiento ante lo que has defendido

durante toda tu existencia?

El precio del rescate

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Misión de la Iglesia Cristo resucitado ha capacitado al hombre para que éste aprenda que es fruto de un pensamiento de Dios y no de una casualidad y menos de un capricho de sus padres. Por eso la necesidad de una Iglesia evangelizadora que predique y enseñe, a tiempo y a destiempo, que hemos sido creados para conocer nuestra procedencia y nuestro destino último. La vida no es pasar unos años en este mundo –muchos o pocos− con riqueza o pobreza, con salud o enfermedad, con fama o en el anonimato, sino para admitir que Jesucristo es nuestro redentor y salvador, aunque llevemos este tesoro en vaso de barro.

Cristo resucitado ha capacitado al hombre para que éste aprenda que es fruto de un pensamiento de Dios y no de una casualidad y menos de un capricho de sus padres

¡Cuidado!

Jesucristo, el Hijo de Dios, fue enviado a la tierra para anunciar a la humanidad un mensaje gozoso y esperanzador: ¡la vida eterna! Y se hizo carne –hombre como nosotros− para recordarnos nuestra fragilidad y nuestra condición de criaturas mortales. Él nació para algo tan concreto como hacer saber a los hombres que nos salvaría, cargando con nuestros pecados.

Ojo a la alternativa que nos está ofreciendo la ideología de género, donde se impone desde la escuela –incluso ayudada por las propias leyes del Estado− la sexualización de los pequeños y el hacernos creer a los demás que la pedofilia forma parte del todo vale, por ser normal. ¡Que nadie nos obligue a tragarnos el sapo!

Anunciar la salvación eterna no lo ha hecho nadie más en este mundo, porque absolutamente nadie ha tenido, tiene ni tendrá poder para decirlo y llevarlo a cabo. Él sí, porque Jesucristo es la definitiva palabra de Dios para cada uno de nosotros, lo que nos ha traído, además, la esperanza de una vida nueva y sin fin, misterio encerrado en la eternidad. Por eso san Juan Pablo II nos pudo decir en su Tertio milenio adveniente que es Dios quien viene en Persona a hablar de sí al hombre y a mostrarle el camino por el cual es posible alcanzarlo, ya que alcanzarlo a Él es salvarse.

Por eso importa tantísimo el valor de la familia, la educación que los hijos reciben de los padres, complementada por la que adquieren en la escuela. La calidad de una y otra da como resultado una persona íntegra, formada en principios sólidos de convivencia, entrega y servicio. Y a estas personas no le pasa por la cabeza que no tiene consecuencias dañar la dignidad del prójimo. Hay valores que ni siquiera pueden negociarse. El cristiano, con su vida, debe marcar la diferencia. Pasar inadvertidos ante la sociedad es negarnos −¡mal camino!− a ser testigos de la resurrección. bn

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“La familia es el ámbito donde se nace, se crece y se muere como persona” (J.P. Viladrich) Amaya Azcona, Directora General de Fundación REDMADRE

Desde hace un tiempo cada vez se publican en prensa más artículos de temática demográfica: ‘El suicidio demográfico’, ‘Invierno demográfico’, ‘Envejecimiento de la población’, son titulares a los que ya nos estamos acostumbrando. Con ‘Familia y Demografía’ trataré de explicar la intrínseca relación que existe entre ellas y defender mi tesis que plantea que si nuestros políticos y gestores no ponen el foco en la familia1, las políticas demográficas que elaboren y sus programas para incentivar la natalidad, no van a obtener los resultados que persiguen.

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razón creadora La demografía estudia fundamentalmente la “reproducción social”, es por ello que analiza los datos que permiten establecer el ciclo vital de la reproducción2: “Nupcialidad”, “Fertilidad” y “Mortalidad”3. Para que una sociedad se mantenga necesita garantizar el reemplazo generacional. Y es en el seno de la familia donde, mayoritariamente, se asegura la capacidad reproductiva. En relación a la nupcialidad: los datos que más interesan son los que contestan a estas preguntas ¿Cuántos se casan? ¿Cuándo se casan? ¿Cómo se casan? ¿Por qué no se casan? Y la cuantificación de los nuevos fenómenos relacionales: cohabitación, divorcio, segundas nupcias, etc. El profesor Lamo de Espinosa, a principios de los años 80, en su artículo titulado ‘¿Tiene futuro la familia?’4 analizaba la tendencia a crearse hogares no familiares, sino formados por personas solas.

Reproducimos algunos párrafos del artículo: “los efectos de esta tendencia, que apunta hacia una organización social basada en individuos antes que en familias, no pueden minusvalorarse (…) se está dibujando acaso un modelo de sociedad donde será posible que en lugar del solterón o la solterona, sean por el contrario, el padre o la madre de familia las figuras marginales (…) sin duda algo de esto empieza a ocurrir ya en muchas sociedades avanzadas (..).dado el alto coste económico y psicológico que supone la crianza y la educación de los hijos y el gran atractivo y poder de seducción de esas nuevas formas de vida más libres. Sin duda, también esa dinámica de ´desfamiliarización de la sociedad´ tiene un límite: aquel en el cual el débil crecimiento demográfico se traduce en pérdidas de población, y sobre todo en envejecimiento; y, por tanto, en incrementos de la población dependiente.”

Familia y Demografía

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razón creadora Este artículo escrito en el año 1983, tomando como referencia la evolución de la sociedad americana ya apuntaba las tendencias. Me interesa señalar que detecta claramente un cambio estructural importantísimo como es el paso de una organización social basada en familias a una organización social basada en individuos. La situación actual en España respecto de la nupcialidad la podemos resumir en unos pocos trazos: los jóvenes están retrasando su unión por motivos laborales y económicos principalmente. Hay mayor población soltera, y cuando deciden formar pareja optan por la unión de hecho en mayor medida que hace unas décadas rechazando la unión civil; entre los católicos aumenta el número de los que recurren a uniones civiles en vez de optar por el matrimonio sacramental. Muchas uniones acaban en ruptura durante los primeros años y la mayoría de ellos comienzan una nueva relación.

Respecto de la Fecundidad es muy importante analizar y cuantificar si las familias de un territorio tienen o no hijos, cuántos tienen y cuándo los tienen. Son cuestiones que además de afectar al ámbito privado tienen consecuencias públicas muy importantes. El acceso a los medios anticonceptivos artificiales ha posibilitado el control de la fecundidad dentro del matrimonio, ha dado lugar a la separación entre el ejercicio de la sexualidad y la procreación. Se ha cuestionado el papel de la familia como el mejor lugar donde nacer. Nacen pocos hijos por cada mujer fértil. Aumenta el número de mujeres en edad fértil que renuncian a ser madres. Cada vez nacen más hijos en hogares monoparentales (fundamentalmente de madres solteras).

Para que una sociedad se mantenga necesita garantizar el reemplazo generacional. Y es en el seno de la familia donde, mayoritariamente, se asegura la capacidad reproductiva

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razón creadora La mortalidad en España ha aumentado la esperanza de vida con la consecuencia del envejecimiento poblacional. Lo sorprendente de todo esto es que ya se veía venir desde hace muchas décadas. Los sociólogos españoles y los expertos en familia reflejaban en sus estudios la evolución de los datos, y se advertía, reiteradamente, a las autoridades, que los datos indicaban que llegaríamos a un envejecimiento y descenso de la población y que tanto una circunstancia como la otra tendrían repercusiones sociales, económicas y de calidad de vida en la ciudadanía. En las conclusiones del estudio de los Profesores Salustiano del Campo y Mª Del Mar Rodríguez-Brioso, ´La transformación de la familia española durante la segunda mitad del SXX` (2002), describen hacia donde impulsan a la familia algunas “tendencias recientes que se pueden identificar, tanto en su interior como en la dinámica de la sociedad global, así como la influencia que sobre ella ejercen determinados factores importantes”, una tendencia señalada “tiene que ver con la liberalización de las relaciones de pareja y con la desvalorización o relativización de los formulismos o rituales (…) La cohabitación como figura real de la familia sale de la clandestinidad al llegar la democracia”.

También señalan el aumento de las uniones civiles, y otra tendencia muy acusada tiene que ver con la reducción del número de hijos: “Todo hace pensar que la baja fecundidad de los matrimonios se va a mantener en el futuro, de modo que las familias contarán con uno o dos hijos a lo sumo y que aumentará o permanecerá igual el porcentaje de las que no tendrá ninguno5, asistiremos a una generalización mayor de la planificación familiar, que repercutirá sobre la diversidad de las situaciones familiares (…) seguramente el número de divorcios se incrementará (…) el resultado de todo esto se plasmará en el aumento del número de las familias monoparentales6, que se nutren de las mujeres y de los hombres que no se han casado, así como de los que han visto rotos sus matrimonios por defunciones del cónyuge u otro motivo (…) la monoparentalidad se relaciona actualmente más con las mujeres separadas, divorciadas o solteras que con las nuevas formas de vida y está dejando de ser un fenómeno propio de las mujeres viudas (…)

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razón creadora Es muy importante analizar y cuantificar si las familias de un territorio tienen o no hijos, cuántos tienen y cuándo los tienen. Son cuestiones que además de afectar al ámbito privado tienen consecuencias públicas muy importantes

Es probable, así mismo, que en el futuro ascienda todavía más el número de las personas que viven solas, debido a tres situaciones diversas: la de los hombres y mujeres que deciden no casarse; la de los hombres y mujeres que disuelven o ven truncados sus matrimonios sin haber tenido hijos, y, por último, la de aquellas personas de la tercera edad – principalmente mujeres- que se han quedado sin familia”, ¡Todos lo sabían!, se ha comentado hasta la saciedad, entonces ¿por qué no se ha hecho nada? Desde los años 70 en España han pesado más las corrientes ideológicas de corte antifamiliar. Se trataba de no apoyar a la familia al considerarla un freno para la realización del individuo. Ya en los primeros años de la transición hubo acuerdos para elaborar políticas (sanitarias, fiscales y sociales) donde el objetivo de esas políticas era el individuo y no la persona contemplada como miembro de una familia; de esta manera se renunció a elaborar políticas familiares.

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Hablar de población es hacer del individuo la base de la sociedad. Población sería la suma de individuos indiferenciados. Es cada vez más frecuente al hablar de políticas demográficas escuchar cómo se refieren al individuo aislado y no formando parte de una familia (quizás sea éste el motivo por el que las pocas políticas que se implementan para el fomento de la natalidad no están teniendo mucho éxito). Se renuncia a una política integral y transversal donde se debe tener en cuenta que las personas vivimos en familia y que casarse, tener hijos, vivir con otros miembros de la familia, o vivir en soledad, son decisiones que las personas tomamos en función de un complejo sistema de variables relacionales además de las clásicas variables económicas, laborales o culturales.


razón creadora Estamos asistiendo desde hace dos siglos a un cambio en la concepción del ser humano y cada ideología contesta de manera diferente a estas cuestiones: ¿Quién es el hombre? ¿Cuál es su lugar en el mundo? ¿Cuál es el sentido de la existencia? ¿Cómo llegar a ser la persona que estamos llamados a ser? ¿Estamos llamados a ser con? El marxismo ha trabajado para eliminar la familia al considerarla una superestructura que oprime al individuo, sin plantear ninguna opción que la supere (todos los experimentos han devenido en grandes fracasos). Hasta ahora, la familia es el mejor ecosistema para el desarrollo de las personas y la mejor escuela de la vida social. El psicoanálisis trató de “matar al padre” presentándolo como el que impedía el desarrollo del hombre7.

El feminismo luchó para liberar a la mujer del sometimiento a la estructura familiar (sobre todo a lo que ellas llaman la “opresión del patriarcado” y la dependencia de la maternidad), sin querer entender las graves consecuencias que tiene sacar el nacimiento de los niños del seno familiar8 o renunciar a los hijos en aras de una mayor libertad (evitando la maternidad o abortando al hijo ya engendrado).

Ha aumentado la esperanza de vida con la consecuencia del envejecimiento poblacional

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razón creadora Las organizaciones supranacionales imponen, desde hace décadas, sus agendas de cambio antropológico y cultural ligándolo a inversiones para el desarrollo, despreciando la familia natural (que surge de la unión de un varón y una mujer y los hijos que nazcan de esa relación) que es la que mayoritariamente ha sostenido las estructuras sociales en prácticamente todas las civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad. Sin familia las personas vagan por la existencia perdidas en relaciones poco consistentes, basadas en afectos pasajeros o intereses coincidentes (durante pequeños espacios de tiempo) y experimentando la tristeza de la soledad profunda, anhelando la intuición impresa en su corazón: un amor incondicional y eterno que la sociedad le roba presentándole una existencia individual y no socialfamiliar sin que pueda disfrutar de la familia9 como comunidad de vida y amor10.

Quizás el reto social más importante que tenemos, en este siglo, los que vivimos la familia como el mejor lugar para el desarrollo de la persona, es mostrarla a la sociedad como lo que es: el “ecosistema” más adecuado para nacer, crecer y morir como persona11. Es urgente trabajar en la formación de familias fuertes y felices (se consigue apoyando la formación de hombres y mujeres maduros) que crean en su capacidad de mantener un matrimonio durante toda su existencia, que no tengan miedo a la apertura a la vida (mostrando que ésta se abre paso y que, siempre, es un bien, aún en situaciones muy complicadas) y acompañando en las crisis que, naturalmente, surgen en la convivencia. La familia tiene pasado, presente y futuro. bn

Referencias 1 Familia de origen matrimonial entre un hombre y una mujer, con vocación de permanencia y abierta a los hijos. 2 Reproducción es el término que utiliza la demografía para referirse a la procreación. 3 “La falta de conciencia demográfica hace que no se perciba la importancia de los cambios en las pautas reproductivas y en los modos de convivencia como pilares básicos de la dinámica y de la estructura de la sociedad” (Julio Vinuesa 2009) 4 Publicado en “El País” el 3 de febrero de 1983 Ha aumentado. 5 No estoy de acuerdo con el uso del término. Lo correcto sería referirse a hogares monoparentales. 6 Un tiempo antes Nietzche creyó liberar al hombre declarando la “muerte de Dios” 7 Ha aumentado la pobreza femenina por tener que vivir la maternidad en soledad y también se incrementa de manera alarmante el riesgo de pobreza de los niños criados en estos hogares. 8 Toda familia descubre y encuentra en sí misma la llamada imborrable, que define a la vez su dignidad 9 Toda familia descubre y encuentra en sí misma la llamada imborrable, que define a la vez su dignidad y su responsabilidad: familia, ¡«sé» lo que «eres»! Exhortación Apostólica Familiaris Consortio de Su Santidad Juan Pablo II. 10 “Quiero destacar la importancia central de la familia, porque es el ámbito donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a los que está expuesta, y puede desarrollarse según las exigencias de un auténtico crecimiento humano. Contra la llamada cultura de la muerte, la familia constituye la sede de la cultura de la vida. En la familia se cultivan los primeros hábitos de amor y cuidado de la vida, como, por ejemplo, el uso correcto de las cosas, el orden y la limpieza, el respeto al ecosistema local y la protección de todos los seres creados. La familia es el lugar de la formación integral, donde se desenvuelven los distintos aspectos, íntimamente relacionados entre sí, de la maduración personal. En la familia se aprende a pedir permiso sin avasallar, a decir gracias como expresión de una sentida valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad o la voracidad, y a pedir perdón cuando hacemos algún daño. Estos pequeños gestos de sincera cortesía ayudan a construir una cultura de la vida compartida y del respeto a lo que nos rodea.” Punto 213 de la Carta Encíclica ‘Laudato Si’ del Santo Padre Francisco sobre el cuidado de la casa común. 11La familia surge como el ámbito por excelencia para superar el gran reto al que nos enfrentamos. Recuperar el valor y el papel de la familia ha de ser la base para el reto social y ambiental que propone la encíclica. Porque dónde mejor que en la familia las personas aprenden a reconocerse a sí mismas en la relación con las demás criaturas (LS, 85); pueden sentir la ternura, la compasión y la preocupación por los seres humanos” (LS, 91), pueden amar con generosidad, recuperar las relaciones reales con los demás, y vivir las emociones en un contacto directo con la angustia, el temor o la alegría del otro (LS, 47). Lección Magistral: ‘La Familia en la Encíclica Laudato si. El cuidado de la casa común’ Dolores López. Instituto de Ciencias para la Familia (Unav)

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razĂłn creadora

nombre artĂ­culo

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cine

Crí ti c a r e al i z a da p o r : Glor ia María Tomas y Gar r ido | C atedr át ica h o n o r ar ia de Bio ét ica

Año: 2015 | Países: Alemania, Estonia, Finlandia | Dirección: Klaus Härö Intérpretes: Joonas Koff, Marvel Leesment, Lembit Ulfsak, Kirill Käro,Märt Avandi

Tanto la película “1944”, del director de cine estonio Elmo Nüganen, como “La clase de esgrima” del director finlandés Klaus Härö, han sido estrenadas en el 2015 y tienen como telón de fondo el drama vivido en algunos pequeños países, como es el caso de Estonia que, durante la segunda Guerra mundial, permanecieron al otro lado del denominado telón de acero y fueron sometidos a un despiadado totalitarismo. Cuando las tropas de Wehrmacht (Fuerzas Armadas unificadas de la Alemania nazi) ocuparon Estonia muchos de sus habitantes vieron a los alemanes como sus liberadores y se unieron a sus filas pensando en la futura independencia del país. Por ello miles de estonios, vecinos y hermanos, combatieron entre ellos, matándose sin ser, o sin querer ser, enemigos. En ese ambiente se encuadra el quinto largometraje que ahora comentamos. Es innegable el reconocimiento artístico del que goza el realizador finés Klaus Härö más allá de las fronteras de su país. El conjunto de su obra ha cosechado más de sesenta premios en su paso por los festivales más prestigiosos del mundo. Ahora lo recrea con “La clase de esgrima”, tras siete años de silencio desde su último trabajo estrenado, “Cartas al padre Jacob” (2009). 112


cine

Argumento “La clase de esgrima” trata de la historia real del legendario maestro de esgrima de Estonia, Ender Nelisen (1925-1993), maestro fundador de una de las escuelas de este deporte más importantes del mundo. Huyendo de su pasado -se vio obligado, como muchos jóvenes de su edad, a colaborar con el ejército alemán; al acabar el conflicto, era perseguido por la policía secreta de Stalin-. El film recoge cuando Nelis deja atrás Leningrado para comenzar a trabajar, bajo una falsa identidad, como profesor de un colegio que tiene condiciones muy precarias, de la ciudad de Haapsalu; allí es contratado para la educación deportiva de los niños y niñas.

La clase de esgrima

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Es innegable el reconocimiento artístico del que goza el realizador finés Klaus Härö más allá de las fronteras de su país

De una manera un tanto casual, y por el interés de una inquieta niña que le ha visto hacer prácticas de esgrima, comienza a dar clases a un grupo de niños del colegio. En la mayoría de los casos, han perdido a sus padres, víctimas de los horrores de la guerra o del opresivo gobierno de Stalin al frente de la Unión Soviética. Es enternecedor comprobar el entusiasmo con el que los pequeños reciben a este nuevo docente, también por su maestría con el florete y su capacidad para ir logrando unos equipos más o menos apropiados. De hecho el planteamiento de Nelis va evolucionando a lo largo del film, convirtiéndose en parte en una figura

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paterna para todos ellos; le va enseñando con su vida, con sus palabras, y también con sus decepciones y desconciertos el valor de la capacidad de superación en unos tiempos en los que los ciudadanos, y mucho menos los niños, apenas tenían derecho a opinar con libertad. Es sintomático el autoritarismo y control que ejerce el director de esta perdida y casi miserable Escuela, pues está absolutamente entregado a la férrea dictadura comunista soviética. Sus recelos le empujan a indagar sobre quién es en verdad ese maestro que ha traído aires renovados a su mundo, haciendo que el cerco sobre Nelis comience a estrecharse. Neils se plantea y duda si debe seguir huyendo y desaparecer de ese pueblo para preservar su libertad (y, tal vez, su vida) o quedarse al lado de esos jóvenes discípulos en los que ha despertado la esperanza en un futuro mejor. Tras algunas vicisitudes el film termina con la vuelta a Haapsalu donde le recibirán no sólo sus queridos alumnos, sino también le esperará la persona a la que ya amaba.

Crítica Härö ofrece una espléndida historia sin sentimentalismos fáciles y sin ajuste de cuentas – ambas cosas al alcance de la mano en este tipo de drama- y donde además, logra reflejar en un clima sobrio, denso e interesante, los caracteres, las preocupaciones y las ilusiones tanto del profesor, como de los alumnos, y no menos de personajes secundarios, como el abuelo de uno de los niños, o la chica que da el contrapunto del enamoramiento. Predomina el respeto de las personas a la verdad, la lucha por actuar dignamente y buscar lo correcto aun a costa de un esfuerzo sobreañadido.


De una manera un tanto casual, y por el interés de una inquieta niña que le ha visto hacer prácticas de esgrima, comienza a dar clases a un grupo de niños del colegio. En la mayoría de los casos, han perdido a sus padres, víctimas de los horrores de la guerra o del opresivo gobierno de Stalin al frente de la Unión Soviética

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cine La utilización del florete dota de una suave cadencia coreográfica dentro del sórdido clima de una escuela tercermundista. Y así, las clases de esgrima aportan agilidad y belleza a modo de una simbólica guía del espíritu humano y del afán de superación, enseñando también, de modo muy convincente, a saber guardar las distancias. El torneo final, rodado con emoción y sentido del espectáculo, en el que el modesto equipo de Nelis parte como caballo perdedor terminará creciéndose ante la adversidad. Nunca está de más echar la vista atrás hacia un periodo de la Historia en que la sociedad vivía en continuo miedo a actuar con libertad, sometida por regímenes dictatoriales que coartaban sus ideas, y más si la contención habitual del cine nórdico contribuye para que nos encontremos ante un filme emotivo y sensible.

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Algunos críticos cinematográficos señalan cómo, al visionar la cinta de Härö, acuden a la memoria, otra serie de célebres películas que tienen la misma problemática, tales como “Adiós, Mr. Chips” (Sam Wood, 1939), “El club de los poetas muertos” (Peter Weir, 1989), “Los chicos del coro” (Christophe Barratier, 2004) y “La lengua de las mariposas” (José Luis Cuerda, 1999) en esta última, el bondadoso maestro encarnado por Fernando Fernán Gómez también era perseguido por su ideología política. bn

Es sintomático el autoritarismo y control que ejerce el director de esta perdida y casi miserable Escuela, pues está absolutamente entregado a la férrea dictadura comunista soviética


cine

El torneo final, rodado con emoción y sentido del espectáculo, en el que el modesto equipo de Nelis parte como caballo perdedor terminará creciéndose ante la adversidad

nombre artículo

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fuerza en la mirada

Almudena Pérez

Estudiante de teología Universidad

San Dámaso

cerca a s o d a public os meses s o l u c artí últim l lenguaje s s o o l l s n o vari rpo e r, cuál es e licación o e d u i c s l e o xp Han logía d ación al am y mujer, e ción me o e t a a c re de l r la vo ncia homb ..) A continu somos i r b u c o re s. (des o, dife s originaria erca de cóm creer p r e u del c riencia s líneas ac tamos para osible e p x e i a de las escribir un qué neces empre es p y si ía gustar nes de hoy amar para e e los jóv ramente qu e verdad

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fuerza en la mirada

¿Cómo son los jóvenes de hoy? ¿Qué nec

Ambiente social Nuestra cultura y nuestra sociedad tienen aspectos fascinantes pero otros no lo son tanto. Es una sociedad donde el número de divorcios ha crecido considerablemente, donde muchos adolescentes crecen en familias desestructuradas, donde lo sexual ha quedado desvinculado del amor, donde los hijos son considerados en algunas ocasiones como un derecho y no como un don, donde el aborto es una de las prácticas admitidas en la sociedad y así podríamos seguir enunciado otras muchas cosas. Todo acaba perjudicando al joven de hoy que se va a presentar a continuación:

esitan par a creer en el amor par a siempre?

Los jóvenes Un chico o una chica en nuestra actualidad es una persona que se guía por el mundo emocional, llevándole a realizar ciertas acciones que le pueden perjudicar para su propio desarrollo emocional. Los jóvenes ahora mismo queremos “consumir” experiencias (viajes, aventuras, sensaciones límites, probar distintas cosas...), nos han contado que cuánto más experimentemos en la vida más felices vamos a ser. Con lo que respecta a las relaciones un joven de hoy es muy probable que se deje llevar por sus emociones y sus deseos, olvidando que todo el mundo emocional (y más en una relación) debe quedar insertado en un horizonte mucho mayor que la emoción. Ante esta realidad ¿Qué podemos decir a un joven de nuestra sociedad? En primer lugar podemos decirle que la felicidad no consiste en vivir distintas experiencias (aunque éstas en muchas ocasiones nos enriquecen), porque la experiencia es momentánea y la felicidad que el hombre anhela quiere que sea más bien algo duradero.

La juventud actual

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fuerza en la mirada En segundo lugar sería importante ayudarle a que descubra cómo el mundo emocional, siendo muy importante en el amor, no debe ser el dueño de una persona, porque el verdadero amor no es simplemente un sentimiento sino que es muchísimo más. Por ello podemos decir a un chico o a una chica de hoy en día, que en una relación verdadera se comienza con un enamoramiento, pero esto no basta, no es suficiente, hace falta ENTREGARSE. “Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas”, (David Caruso)

Consumismo Otro aspecto a destacar de los jóvenes es que han sido educados en una sociedad consumista que pone el acento en el estado de bienestar. Esto no sería del todo negativo si además de todo esto la sociedad buscase el desarrollo integral de las personas, pero esto en muchas ocasiones no es así. Por lo tanto nos encontramos en muchas ocasiones con jóvenes individualistas, que buscan la propia satisfacción y el propio placer. No es muy difícil caer en la cuenta de que este aspecto también puede ser muy perjudicial para el desarrollo del adolescente. ¿Qué podemos decir por tanto a un joven que se encuentra absorbido por esta sociedad individualista y consumista? La respuesta sería la siguiente: la felicidad nunca la vas a encontrar sólo en ti mismo, sino que necesitarás a otros en el camino de la vida para alcanzar esta la felicidad. A los jóvenes hay que enseñarles esta célebre frase de Madre Teresa de Calcuta “Hay más alegría en dar que en recibir”. No hay que dejar de mostrarles la belleza del amor humano, de la alegría que uno experimenta cuando se entrega y cuando ama de verdad.

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Sexo y amor Por último mencionar que los jóvenes viven rodeados de mensajes sexuales, donde el sexo ha quedado reducido a una mera obtención de placer. Por tanto identifican lo sexual con el placer, olvidándose así de la dimensión amorosa. Esto es verdaderamente un problema porque utilizar nuestro cuerpo y el de otros con este fin es muy perjudicial y puede dañar mucho a las personas. En este punto es cuando hay que decir a un joven que merece la pena vivir la sexualidad de manera plena, descubriendo en esta vivencia personal la llamada al amor que se esconde en cada corazón humano. Merece la pena vivir así, porque cuando la sexualidad es vivida en su verdad, la persona deja de ser un objeto, pasando a ser alguien que merece ser amado por sí mismo.

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La expe riencia es mome nt y la fel รกnea icidad q ue el homb re quiere q anhela ue sea mรกs bien alg o durad ero

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fuerza en la mirada Viendo al joven actual, un joven emotivo, a veces individualista y rodeado de una sexualidad mal entendida, se llega muchas veces a afirmar que el amor verdadero no puede existir. Pero esto es falso, porque sí existe el verdadero amor. Probablemente lo primero que haya que hacer con los jóvenes es ayudarles a que entiendan que el concepto de amor romántico, que se guía por pura emoción no es el verdadero, hay que enseñarles cómo es el amor de verdad. En segundo lugar sería fundamental ayudarles a qué comprendan su mundo emocional y cómo éste debe ser orientado hacia ese amor que colma de verdad.

“Amar no es mirarse el uno en el otro, es mirar juntos en la misma dirección” (Saint-Exúpery)

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Y en tercer lugar sería muy conveniente que conociesen a otras personas que viven la sexualidad dirigida a amar al otro, para que puedan descubrir cómo es posible vivir este amor de verdad porque lo ven en otras personas. Es una tarea difícil pero merece la pena. Ayudar a otros a que descubran su radical llamada al amor, aquella que les colma de felicidad es una de las labores más fascinantes que puede realizar cualquier persona. bn


fuerza en la mirada

ay h s sta e n se e óv rle de j a los señ ase de “A e en e f r esa más qu lebr Ter ay que cé dre a “H dar Ma lcut en Ca gría ibir” ale rec en

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fuerza en la mirada

Marta Guerrero - Periodista

Mensajes del Papa Fueron muchos los mensajes que el Papa Francisco nos lanzó a los jóvenes, tanto a los que pudieron asistir como a los que siguieron el encuentro desde sus países de origen. Entre ellos, destacó el discurso que pronunció en el acto de la Vigilia de Adoración, con el que nos animó a abandonar la “sofá-felicidad”, porque “no vinimos a este mundo a vegetar”, sino que “a dejar huella”. En este sentido, el Pontífice se mostró claro al advertir sobre que “cuando optamos por la comodidad, por confundir la felicidad con consumir, entonces el precio que pagamos es muy, pero que muy caro: perdemos la libertad”. Francisco comenzó su mensaje reconociendo la diversidad de naciones, de culturas y, sobre todo, de realidades congregadas en la JMJ. Así, hizo mención especial a los jóvenes que viven en contextos marcados por el dolor y la guerra para recordar que, para los cristianos, esta

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situación “deja de ser anónima, para nosotros deja de ser una noticia de prensa, tiene nombre, tiene rostro, tiene historia, tiene una cercanía”. Por este motivo, invitó a todos los jóvenes a permanecer unidos en la oración por el sufrimiento de todas las víctimas de estos conflictos, refiriéndose concretamente también al caso de “la amada Siria”. Tomando conciencia de que ser Iglesia es formar parte de una familia universal, todos tenemos que actuar como miembros de la misma. Tal y como nos interpeló el Papa, no podemos permanecer insolidarios e inactivos ante las realidades y sufrimientos que sacuden a otros cristianos del mundo, como tampoco ante las situaciones de dolor que se dan en nuestro alrededor más próximo y que requieren nuestra presencia, participación e interés.

Ser Iglesia es formar parte de una familia universal, todos tenemos que actuar como miembros de la misma


fuerza en la mirada

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n la última Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada el pasado verano en Cracovia, más de un millón y medio de jóvenes venidos de todos los rincones del mundo peregrinaron para encontrarse con el Santo Padre. Sin lugar a dudas, se trató de una edición muy especial, ya que tuvo lugar en la tierra de San Juan Pablo II (fundador de estos encuentros) y Santa Faustina Kowalska, en el contexto del Año de la Misericordia.

Haciendo un llamamiento por esta necesidad de unidad, el Santo Padre recordó a los jóvenes que “nosotros hoy estamos aquí porque el Señor nos ha convocado y nuestra respuesta a este mundo en guerra tiene un nombre: se llama fraternidad, se llama hermandad, se llama comunión, se llama familia”. Para poder afrontar juntos y personalmente estas situaciones difíciles, en las que incluso el miedo se puede apoderar de nosotros, tenemos el ejemplo concreto de los Apóstoles el día de Pentecostés, “una escena que nos puede ayudar a comprender todo lo que Dios sueña realizar en nuestra vida, en nosotros y con nosotros”. De este modo, pese a que el temor nos invada a veces como les ocurrió aquellos primeros cristianos, el Espíritu Santo nos impulsará a una “aventura que jamás habríamos soñado”.

Mensajes del Papa Estamos llamados a ser los protagonistas de este momento, de la historia que nos ha tocado escribir con nuestra vida. Esta es la misión que Dios nos ha confiado personalmente, como personas individuales, miembros de nuestra sociedad y parte indispensable de la Iglesia. Por este motivo, el Papa nos recordó con sus palabras el “no tengáis miedo” de San Juan Pablo II e impulsó a los peregrinos a superar este miedo que “solo conduce al encierro y a la parálisis”.

Estamos llamados a ser los protagonistas de este momento, de la historia que nos ha tocado escribir con nuestra vida

Jóvenes, llamados a ser protagonistas de la Historia

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fuerza en la mirada

Jesús es el Señor del riesgo, del “siempre más allá”. Jesús no es el Señor del confort, de la seguridad y de la comodidad Con respecto a esta parálisis, alertó acerca del riesgo que conlleva porque “nos va haciendo perder el encanto de disfrutar del encuentro, de la amistad; el encanto de soñar juntos, de caminar con otros”. Además, advirtió que nos podemos encontrar ante otro tipo de parálisis mucho más peligrosa y que nos puede costar más identificar y descubrir, “me gusta llamarla la parálisis que nace cuando se confunde felicidad con un sofá”, añadió. Esta sería la parálisis o el adormecimiento que nos produce el quedarnos estancados en las comodidades que nos brinda nuestra sociedad, como si esto nos garantizara el bienestar, la alegría y la falta de temor y dolor. Esta situación nos perjudicaría enormemente, puesto que poco a poco nos quedaríamos “atontados” mientras que “otros deciden el futuro por nosotros”, descuidando esa misión que Dios nos ha confiado al regalarnos el don de la vida. En este sentido, Francisco además señaló que “para muchos es más fácil y beneficioso tener a jóvenes embobados y atontados que confunden felicidad con un sofá; para muchos eso les resulta más conveniente que tener jóvenes despiertos, inquietos respondiendo al sueño de Dios y a todas las aspiraciones del corazón”. Muy al contrario, Dios quiere que “dejemos huella”, por lo que nos engañaremos a nosotros mismos en el momento en que identifique-

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mos nuestra felicidad con la comodidad. Es más, este pensamiento y modo de vida acomodado nos haría perder finalmente el mayor don que Dios nos ha dado: nuestra libertad. Como seguidores y apóstoles de Jesús, Francisco nos aconsejó tomar como ejemplo el suyo propio. “Jesús es el Señor del riesgo, del “siempre más allá”. Jesús no es el Señor del confort, de la seguridad y de la comodidad”. Por lo que para ser cristianos, tenemos que contar con una cuota de valentía, cambiando este sofá por “un par de zapatos que nos ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes, capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor de Dios, la alegría que deja en nuestro corazón cada gesto, cada actitud de misericordia.” En definitiva, para ser protagonistas de nuestra historia personal y de nuestro tiempo, estamos llamados a ir por estos caminos siguiendo “la locura” de Dios, que mediante Jesús, nos invitó a encontrarle en todo el que pasa desapercibido para el mundo: en el pobre, en el hambriento, en el necesitado, en el niño, en el anciano, en el que sufre… esto incitará en nosotros un deseo de pensar un nuevo orden más solidario en el que hagamos nuestra y de los demás la Buena Nueva de Jesús, “haciendo de la propia vida un homenaje a Él y a los demás”. bn


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Mensaje enviado por el marido a través del móvil: Cariño me ha atropellado un coche al salir de la oficina. Paula me trajo al hospital. Han estado haciéndome pruebas hasta ahora. el golpe en la cabeza ha sido muy fuerte pero parece que no ha causado ninguna lesión grave, pero tengo una fractura abierta en la pierna derecha y quizás tengan que amputarme el pie. Respuesta de la mujer: Quién es Paula?

–¿Qué te pasa? – Que había mandado a mi marido a por patatas para hacer la comida y me acaban de llamar… que le ha atropellado un coche —Y ¿qué vas a hacer ahora? – Pues no sé…, macarrones 128


Como pasar de los

Un día la esposa le pregunta a su marido – Qué hiciste con el libro titulado “Cómo pasar de los 100 años? – Lo metí en la caja fuerte del banco, tenía miedo de que lo viera tu madre y le diera por leerlo.

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– Soy García, de homicidios, ¿Quién es? – Agente Escobar. –Que ha pasado? – Asesinato de varón de 38 años. su madre le ha dado 6 puñaladas por pisar lo fregado. – Han detenido a la madre? – No, todavía está mojado… entretenimiento

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entretenimiento

En el confesionario...

A ver Jaimito, aparte de esos pecadillos me han dicho que te han visto meter la mano en el cepillo…

Fray Buenaventura no sabe el viento que hace aquí, no se entiende nada, pero nada…

¿Cómo dice? no sé que pasa pero no se escucha nada aquí…

Si se oye Jaimito, anda, respóndeme…

Póngase ud aquí y verá que no se oye nada, venga, póngase…

¿Pero cómo va a hacer viento aquí, dentro de la iglesia? ¡Anda, anda!

Fray Buenaventura se cambia de sitio y se pone donde Jaimito y Jaimito dentro del confesionario...

...Me han dicho que vieron a varios frailes en la sacristía tomándose unos vasos del vino de misa.

Pues sabes que te digo Jaimito..., que tienes razón, hace aquí un viento que no se oye nada.

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entretenimiento

Oración Dios mío: Me siento débil y pecador, sé que nada puedo hacer sin tu ayuda para vencer al maligno que me tienta. ¡Ten piedad de mí, Señor! Te pido que este nuevo tiempo de cuaresma, que me permites vivir, estés a mi lado para que no me seduzca Satanás. Y para ello, que por tu infinita misericordia me concedas dar limosna con generosidad, estar unido a ti en una fervorosa oración sin desmayos, practicar frecuentes ayunos con alegría y, en definitiva, que me concedas el gozo de que todas mis acciones estén orientadas hacia las cosas del Reino y todas mis preocupaciones y deseos se centren en acercar a las personas hacia ti. Siempre desde la humildad y con discernimiento para entrar en tu voluntad. Te lo pido por tu Hijo Jesucristo y la intervención de nuestra bendita madre, María. Amén

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