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Vivir
from REVISTA CAMEO 20
Un Remake Digno Y Cumplidor
por FRANCISCO JAVIER QUINTANAR POLANCO
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INSPIRÁNDOSE en la novela La muerte de Iván Ilich de León Tolstói, en 1952 el cineasta japonés Akira Kurosawa concibe Vivir (Ikiru), una de sus obras más emblemáticas y conmovedoras, centrada en Kanji Watanabe, un gris burócrata quien ocupa un puesto importante en el ayuntamiento, y allí desempeña su labor de forma rutinaria y desganada, sin interesarse mucho en lo que le acontece a los demás. Pero todo cambia cuando le es diagnosticada una enfermedad grave, y descubre que le resta poco tiempo de vida.
Devastado por la revelación, el personaje en cuestión (interpretado magistralmente por el actor Takashi Shimura) se cuestiona sobre el curso que su vida ha tomado, y decide (a modo de legado) impulsar desde su cargo la construcción de un parque donde los niños puedan jugar, empleando para ello todas sus fuerzas, yendo en contra de la desidia y los obstáculos propios del aparato burocrático los cuales él mismo solía fomentar. En 2022 es lanzado Vivir (Living) una nueva versión del filme creado por el maestro nipón, realizado por el cineasta sudafricano Oliver Hermanus a partir de un argumento adaptado por el guionista y novelista Kazuo Ishiguro, en el cual la trama se traslada al Londres de la posguerra, y es estelarizada por el inglés Bill Nighy, quien encarna al Rodney Williams, un amable aunque flemático y un tanto autoritario funcionario de Obras Públicas del Ayuntamiento, quien siempre llega puntual al trabajo y cumple sus funciones laborales en tiempo y forma, pero (como todos allí) trabaja sin entusiasmo, aplicando la ley del mínimo esfuerzo, y ante la menor dificultad, simplemente da carpetazo a las solicitudes ciudadanas dejándolas sin atender, y estas se van acumulando en la papelera de su escritorio.
Tales dinámicas son alteradas cuando, en una cita médica, se le informa que padece un cáncer terminal. Abrumado, el señor Williams no sabe qué hacer, ni cómo comunicarle la noticia a su hijo Michael (Barney Fishwick) y a Fiona (Patsy Ferran), su nuera y la esposa de este último. Y mejor opta por guardar silencio y mantener su condición en secreto. Sin avisar a nadie, deja de presentarse en la oficina, y se la pasa deambulando por la ciudad. Más adelante, guiado por un incipiente escritor apellidado Sutherland (Tom Burke), visita un club nocturno y allí pasa una noche bohemia, tratando de saborear un poco de aquello que, por entregarse a una vida monótona y rutinaria por años, no se había permitido probar.
Esta experiencia, la estrecha relación que surge incidentalmente entre él y su ex subordinada Margaret Harris (Aimee Lou Wood), aunados al declive de su salud, hacen que finalmente se decida (como pasaba en la historia original) por hacer algo significativo, y recuerda una solicitud que llegó a sus manos presentada por un grupo de damas quienes buscan convertir un espacio desolado e insalubre en un área de juegos para niños. Y desde su puesto; se dedica a impulsar esta iniciativa con el fin de materializarla, y así no solo dejar un legado sino también sentar un precedente el cual resulta inspirador para el resto de sus colegas, aunque sea fugazmente.
Hermanus e Ishiguro adaptan el relato respetuosamente, y no se complican demasiado ni tratan de aportar algo extra a lo esgrimido por la película previa de Kurosawa. Por el contrario, intentan captar la esencia del original y respetar sus comentarios y reflexiones acerca del sentido y de la trascendencia de la vida, de los muchos matices que existen en nuestras relaciones familiares, afectivas y laborales; así como la crítica hacia una burocracia deshumanizada la cual muestra un profundo desdén hacia los individuos y su propia sociedad, y cuyos vicios no son fáciles de romper.
Si bien Vivir no tiene los alcances de la obra original, consigue ser un largometraje decoroso gracias a una elegante y sobria puesta en escena, a la atractiva cinematografía desarrollada por Jamie D. Ramsay, pero sobre todo, a la presencia de Bill Nighy quien interpreta a su personaje con mucha fuerza, convicción y sensibilidad, tornando a la cinta en su vehículo de lucimiento personal. Razón por la cual incluso, ha logrado obtener una nominación al Oscar por este papel.