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Marina de Tavira REGRESA DONDE ESTÁ SU CORAZÓN... EL TEATRO
from REVISTA CAMEO 25
Consentimiento marca el regreso de la actriz al teatro tras una pausa. En una entrevista EXCLUSIVA con la Revista Cameo, durante una de las lecturas de la obra, se confiesa:
“Estoy muy feliz, disfrutando muchísimo el proceso. Me despierto contenta. La energía de todo el grupo es de pura alegría por estar haciendo esta obra. Me doy cuenta de que en cada uno y una de los que están en este proyecto se siente un amor profundo por el teatro y que es su pasión. Eso es para mí lo más importante cuando conformas un grupo”.
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¿Cómo te convertiste en productora de teatro?
Me convertí en productora de teatro un poco por accidente, nunca tuve esa intención. Fue de la mano de Enrique Singer. Yo quería ser parte de la Compañía Nacional de Teatro y no podía porque, en su nueva versión y configuración más reciente, el director era Luis de Tavira. Aunque no soy su pariente de línea directa, tenía que explicarlo. Entonces, ni siquiera presenté una solicitud y estaba triste porque tenía muchas ganas de formar parte de ese lugar.
Después, fui a desayunar con Enrique y él me dijo: “Bueno, entonces hagamos algo. Eso no te detiene. No tienes que seguir esperando a que alguien te llame. ¿Qué obra quieres hacer?”. Le dije que siempre había querido hacer Traición de Harold Pinter. Así es como comenzamos. Ahora, Consentimiento es nuestro nuevo proyecto. Ya llevamos casi nueve obras.
He sido una productora que gestó el proyecto, pero después me retiro, ayudo en la conformación del elenco y luego me enfoco más en lo actoral. Ni siquiera tengo un sueldo de productora. Para mí, ser productora es lograr que el proyecto se realice.
Los textos han llegado de diferentes maneras. A veces son cosas pendientes que teníamos muchas ganas de hacer o que yo tenía muchas ganas de hacer. Le propongo a Enrique obras como Traición o Crímenes del corazón. Otras veces, llegan a nuestras manos como El río, que nos la trajo Alfredo Michel, al igual que Consentimiento. Me gusta que él se haya vuelto un cómplice de Incidente Teatro. En este caso, son obras inglesas porque él es un especialista en teatro inglés. Él conoce un poco mis obsesiones y cuáles son las cosas de las que me gusta hablar. En fin, son obsesiones que uno tiene en la vida y que el teatro te ayuda a entender en ti mismo.
¿Qué fue lo que te atrajo de Consentimiento?
Me encantó que es una obra totalmente coral. No es una obra de protagonistas y eso hace que el juego sea delicioso y que también la felicidad de todo el elenco, porque cada actor y actriz tienen un personaje que está contando una historia propia. No están en función de nadie. Tiene muchas escenas de grupo y apela mucho al ritmo. Tiene esta característica inglesa que en México es distinta y en español también, busca un ritmo. Estoy hablando de las cosas más técnicas, pero sobre lo que habla, me llamó mucho la atención. Es una obra que trata temas que ahora son muy importantes, como el consentimiento, la mentira y la justicia. Solo el nombre “Consentimiento” en este momento es muy polémico, pero lo aborda desde un lugar diferente, desde personajes que no son heroínas ni héroes que podemos admirar.
Ahora el público puede juzgarnos por decidir interpretar a personajes tan desagradables. Lo que no podemos hacer es tener una confusión respecto a nuestra postura. Por eso creo que el personaje de Jana Raluy (Gina) es tan importante, porque es el único personaje en el que no hay dudas. No es que sea un personaje libre de contradicciones, también es una mujer enferma, pero dice la verdad, mientras que los otros personajes están constantemente mintiendo.
En cuanto a los personajes femeninos, ¿cuál es tu opinión?
Mientras están otras mujeres que son el personaje de Sandra (Adriana Llabrés) y Rita (Daniela Schmidt), y yo, que interpreto a Katy. La verdad es que se traicionan unas a otras como mujeres. Me preocupa una parte que le preguntaron a la autora (Nina Rai - ne) en Argentina. Una reportera le preguntó si sentía que las mujeres del nuevo movimiento feminista no podrían identificarse con los personajes, y si ella no escribía para el movimiento de las mujeres. Lo que ella contestó fue: “No escribo para el movimiento de las mujeres, ni tampoco no escribo para el movimiento de las mujeres. Yo escribo en principio para lo que me nace y luego para la condición humana”.
En realidad, esto es cierto. Estas mujeres pueden mentir, engañar y traicionar, pero es importante que nos veamos en ese espejo para poder ser mejores. Porque yo no creo que el teatro sea para otra cosa más que para hacernos mejores.
Regresas al teatro junto a Juan Manuel Bernal, ¿cómo fue el acercamiento?
Juanma es increíble. Es mi segunda obra de teatro con él y tenemos años de una larga amistad. Incluso antes de hacer Traición, ya teníamos una historia de profundos amigos. Lo he admirado durante muchos años. Se entrega como pocos actores lo hacen. Pone todo su corazón en ello y además es una gran cabeza de reparto. Su energía nos contagia a todos y todas.
¿Cómo te sientes de regresar al teatro?
La verdad es que yo estaba asustada. Mi última obra fue en 2019, Tragaluz, con Luis de Tavira, Alejandro Luna y Rafael Sánchez Navarro. Hice algunas versiones en la pandemia, pero no había vuelto al teatro presencial. Entonces, para mí, este proyecto es muy especial. El hecho de sentir esa alegría y que todos dijeron sí al proyecto con tanto entusiasmo llena mi corazón.
¿Cómo viviste todo el huracán que trajo consigo Roma? ¿Llegó a cambiar algo en ti?
Creo que no cambió nada porque estoy aquí. Pero fue difícil llegar a ese punto. No te niego que, con todo lo maravilloso que fue, hay algo complicado que queda después. Es desconcertante y toma tiempo acomodarse, sobre todo lidiar con las expectativas. ¿Y ahora qué pasará? ¿Te convertirás en actriz de Hollywood? Yo decía: “Pero si nunca tuve esa aspiración”. No digo que cosas increíbles no puedan suceder.
Siempre he hecho teatro. Ahí saltan muchas preguntas: ¿Debería hacer esto o aquello? ¿Me traerá felicidad? Entonces, te detienes, te paralizas. A mí me paralizó. Estoy hablando con toda la honestidad que puedo tener. Fue como si de repente lo único que podía sacarme adelante era regresar a donde está mi corazón. Como decía mi maestro Luis de Tavira, donde está tu tesoro, está tu corazón. Lo he comprobado.
(El teatro) es lo que más felicidad me brinda en términos profesionales, en los temas familiares y amorosos muchas cosas me hacen feliz, pero esto es lo que me hace feliz en mi vida cotidiana. Me he estado despertando enormemente feliz todos los días porque tenemos ensayos.
Por último, ¿qué es el teatro para ti?
Tanto como actriz como espectadora, el teatro es una forma de conocer la realidad. Es un medio de conocimiento que me ha enseñado mucho, tanto haciéndolo como viéndolo. Antes de convertirme en actriz, era una espectadora de teatro. Fue donde me conmoví, reflexioné y me dije: “Guau, me llegó”. Creo que el arte y la ciencia, entre muchas otras formas, tratan de conocer la realidad y comunicarnos con los demás. También es una forma de autoconocimiento y de celebrar la vida en comunidad.
Una obra que pone en escena el enfrentamiento entre la justicia y la ley