Entrando la tarde, a las orillas del rĂo, el aire fresco, el aroma de los prados, con la suave brisa que acaricia.
El agua de la fuente, sobre la piedra tosca
y de verdĂn cubierta, resbala silenciosa. A. Machado
ยกAy del que llega sediento a ver el agua correr, y dice: la sed que siento no me la calma el beber! A. Machado
El agua: cristal diamantino, fuente de vida.
Han anidado las cig端e単as en lo alto del campanario...