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Capturar la historia

Durante diez meses de pandemia, la plaza de toros fue la Casa de Todos. Cuatro periodistas cruzaron el portal del coso taurino para conocer la historia de sus albergados. Esta es la suya.

Acho ha sido testigo silencioso de hazañas y tragedias desde su fundación. Es un espacio que ha sobrevivido tres siglos de historia para contar, desde la madera crujiente y el polvo del campo, lo que ha visto y oído de sus visitantes en distintas épocas. Ahora, a la colección de relatos se suma Casa de Todos. Se trata de un albergue que acogió a 120 hombres en situación de calle durante los primeros meses de la pandemia. Les dio una oportunidad para empezar de nuevo cuando el mundo se detuvo. Algunos decidieron irse; otros, hechar raíces. Lo sabemos gracias al trabajo de Luis Cáceres, Franz Krajnik, José Vidal y Carlos Fuller, los cuatro periodistas que trabajaron en el libro “Casa de Todos, rostros de la calle en plaza de Acho”, proyecto dirigido por Úrsula Freundt-Thurne, decana de la Facultad de Comunicaciones de la UPC.

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Todo comenzó con la pandemia. Por entonces, Freundt y Krajnik venían dándole vueltas a un proyecto periodístico de largo aliento. El plan original se truncó por la cuarentena, pero encontraron en la nueva coyuntura una oportunidad: el albergue temporal de Acho. Era un acontecimiento histórico. Entonces llamaron a Luis Cáceres, Carlos Fuller y José Vidal para completar el equipo. Fuller y Cáceres estarían a cargo de contar la historia de los protagonistas con palabras; los otros dos, con imágenes.

Ya en el campo, descubrieron que reportear con el equipo de seguridad completo era un reto. “El primer día fue asfixiante. Yo me acuerdo que estaba entrevistando a uno de mis primeros personajes y en un momento casi se me acaba el aire”, recuerda Carlos Fuller. El traje y la distancia protocolar los alejó físicamente de los entrevistados, pero los cuatro están de acuerdo en que no impidió construir una relación de confianza con ellos. Hubo quienes se mostraron abiertos a contar sus viviencias desde el principio; otros fueron más reservados y les tomó tiempo confiar; mientras en algunos casos ellos no encontraron la historia, sino que esta llegó a buscarlos.

Al final, conocieron personas de procedencias, lenguas y vivencias muy distintas. Todas unidas por la calle, espacio que habitaron durante años llevando su vida a cuestas, recostándola sobre el cemento indiferente o la madera dura de una banca al final del día. “Hemos pasado al lado de personas indigentes y los hemos ignorado. [Casa de Todos] es como una cachetada para mostrarnos esta realidad y ver el trabajo que nos queda por hacer como sociedad”, comenta Krajnik.

Para los reporteros, Casa de Todos es sinónimo de segundas oportunidades, vida, empatía y solidaridad. “Ahí encontramos lo que es el Perú. Es un Perú chiquito, como los cuatro periodistas lo hemos definido. Encuentras de todas las sangres, todos los vicios y las virtudes del peruano”, explica Cáceres. Tal vez por eso el producto final es tan único como el acontecimiento que lo hizo posible: un libro gráfico que reúne la historia pasada y presente de 11 albergados, cuyos perfiles son intercalados con fotografías del lugar, el día a día en Acho, 35 retratos de quienes aceptaron sentarse frente al lente de Franz Krajnik y una serie de retratos de calle a cargo de José Vidal.

En los dos meses de reporteros también produjeron un podcast y un corto documental que complementan el libro. Vidal destaca la portada hecha a mano, una labor de cuidado que estuvo a cargo de la diseñadora Helen Terrones. “Es como la ropa de un torero, tiene muchísimos bordados. Yo cuando lo vi dije ‘Dios mío, esto no va a acabar nunca’. Es alucinante”, resalta el fotoperiodista.

Hoy la carpa que visitaron ya no existe. La plaza que fuese un hogar temporal ha vuelto a ser una explanada vacía. 80 personas que encontraron cobijo entre sus muros se encuentran hoy en la urbanización Palomino, en el Cercado de Lima. El objetivo principal de la nueva casa es proveer las herramientas para que cada uno pueda reinsertarse en la sociedad. Para Vidal, queda pendiente realizar una cobertura final en este nuevo espacio. “Creo que ahí nosotros terminaríamos nuestro trabajo”, concluye. //

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