26 minute read
Simetría del claroscuro
Francisco Zeballos es periodista, fotógrafo y docente. A lo largo de toda su trayectoria ha realizado infinidad de proyectos que deslumbran el ojo humano. Pese a los años transcurridos, no deja de revelar historias.
EscribE valEria burga
Advertisement
La fotografía siempre estuvo en su ADN. Desde la transición de primaria a secundaria, su futura profesión iba tomando forma. En el colegio Inmaculada llevó un curso de periodismo en el área de literatura. Recuerda cuando en una oportunidad le mandaron a realizar un trabajo en el que la mayoría optó por un ensayo, pero él fue la excepción. Una revista con sus propias fotografías resultó en un proyecto visual y escrito. “Yo nunca me sentí limitado por parte de mi familia para dedicarme a esto. Por el contrario, me alentaron mucho. Mi padre ha viajado por el mundo en su profesión de ingeniero y hacía fotos: tenía la inquietud de contar cosas con las imágenes”, menciona. Como dice el dicho: de tal palo, tal astilla.
Zeballos no busca hacer cosas para adornar. Quiere cambiar el chip de la gente, ya que si esto no sucede todo habrá sido en vano. “No deberíamos dejar que nuestra sociedad sea huérfana del arte, cuando venimos de una plenamente culta. Necesitamos un poco del ego argentino para aprovechar nuestra riqueza cultural y eliminar este desequilibrio”, agrega. Es por ello que se encuentra agradecido de tener inspiraciones tan grandes en genios del mundo artístico. Le encanta hacer homenajes. Uno de ellos fue al fotógrafo Martin Chambi, donde se pudo mostrar a la mujer andina y volver al uso de color. Una gran sorpresa porque todos esperaran el blanco y negro al que nos tiene acostumbrados.
Un año antes de que nos azotara la pandemia, venía de una racha de ideas alucinante: cuarenta proyectos en total. Lamentablemente, se vio obligado a frenar esta explosión de creatividad. Durante el confinamiento, volvió a los maniquíes en seres humanos y empezó a producir muchos bodegones con lo que estaba a su alcance. “Todas las flores que fotografié son para las madres de amigos que se fueron a causa de la enfermedad. Hice las fotos como una muestra de gratitud”, señala. Cuando la cuarentena terminó, se sacó el clavo y
produjo veinte proyectos bajo todos los protocolos para que nadie salga mal parado. Fueron la mitad a comparación del año anterior, pero está conforme con el resultado.
Nunca abandonó la prensa. Escribió un ensayo sobre el coronavirus y otro acerca de las marchas de los estudiantes. “Estoy preocupado por esa ciudad de Lima que quiere despegar y tiene miedo de fracasar en el intento. Mi trabajo es retratar lo que ha ocurrido sin ni un solo muerto porque mostrar eso no me gusta. Para ver eso prende la televisión”, alude. Paco se entristece al hablar de cómo fue dar esa caminata por el centro histórico de la capital cuando realizaba las fotografías. El ama la ciudad de Lima y se siente muy urbano, aunque peque de soberbio al decir esto. Le apena lo que está ocurriendo, pero sabe que eso es un punto de vista: lo ideal para establecer un proyecto.
El fotógrafo prefiere pasar la página y hablar de sus trabajos más recientes. En enero de este año produjo una serie de fotografías que reflejan conceptos abstractos llevados a la imagen de manera física. El título lleva por nombre Terra Bermeja en alusión a César Vallejo, quien ve la tumba como el sexo de una mujer desde el que venimos y a dónde vamos.
Claro que eso no lo es todo. El retratista tiene mucho más para ofrecer. Nos confesó que ha encontrado alrededor de veinte reportajes y ensayos en negativos que nunca sacó a la luz. El baúl de fotografías llevaba veinticinco años escondido, mucho antes de que llegara la era de la digitalización, pero con un valor histórico sumamente importante. El puerto del olvido es lo próximo que viene de la mano de Francisco Zeballos. Un reportaje sobre Chicama, una playa donde se conoce la ola más larga del mundo. Territorio de surfers y galpones de azúcar, que fue abandonado a su suerte por temas políticos. “Por otra parte, el homenaje que llegará sobre César Vallejo también es enorme. Vamos a tratar de llevar las estrofas de sus poemas a las fotografías”, menciona.
Francisco tiene la esperanza de que estas nuevas iniciativas sean del agrado de todos para poder continuar publicando sus trabajos. A pesar de esta coyuntura, se encuentra muy feliz porque no ha dejado de realizar lo que realmente le gusta. Está cumpliendo la labor que fue destinada para él. //
El epidemiólogo Antonio Quispe se ha hecho visible en diversos medios por dar declaraciones relevantes sobre el coronavirus. En esta ocasión nos contó lo que se viene para el Perú tras la nueva cuarentena.
EscribE valEria burga
Lucha pandémica
Aunque te cueste creerlo, ya no estamos enfrentando el mismo virus que hace un año. Este es más contagioso y letal, por lo que la mentalidad de tomar decisiones pensando más en la economía que en la salud y darle la espalda a la ciencia es ilógica. Ahora más que nunca debemos entender que la curva de transmisiones y muertes no va a doblarse mágicamente.
En palabras del doctor, la nueva cuarentena solo “le hará cosquillas” a la segunda ola. Diciembre fue un mes para cultivar lo que estamos viviendo hoy junto a las variantes que hicieron su aparición. Esto permitió que la curva se volviera exponencial al punto de transformarse en una línea vertical que no se detendrá hasta que se tome acción. “Lo que vamos a evidenciar es que la cifra se repunte, porque las personas se encargaron de llevar el virus a las provincias antes de la confinamiento. Con la medida actual es como si no pasara nada”, señala. Antonio afirma que los países que han intentado detener las variantes han fallado, a excepción de los que imponen cuarentena estricta como Reino Unido, que recientemente ha doblado la curva de fallecidos, y Alemania, donde la población usa respirador y no mascarillas de tela.
Duele reconocer que ser un país tercermundista es la peor consecuencia de todo esto, pero es una realidad. A diferencia nuestra, el resto del mundo realiza muchas pruebas al día para hacer vigilancia genómica. De las más de treinta variantes que se han reportado en el globo, hay tres especialmente preocupantes, según Quispe. Una de ellas es la inglesa (50-70% más contagiosa), la brasileña, que aumenta las tasas de reinfecciones, y la sudafricana, pues se esconde ante el sistema inmune y baja la eficacia de las vacunas. “Las variantes inglesa y brasileña ya llegaron al Perú, y se vienen diseminando rápidamente”. Felizmente no hay mucho tránsito de personas sudafricanas al interior, pero eso no quiere decir que no vaya a suceder”, alude.
No pudimos dejar de preguntarle por la reincorporación de clases presenciales y los procesos electorales que están a la vuelta de la esquina. Frente a esto, nos confiesa que la ciencia ha avanzado tanto que, si tuviéramos la capacidad de abrir los centros educativos, podríamos hacerlo sin ningún problema. “El efecto de cerrar los colegios es peor que abrirlos y eso lo ha descubierto Europa. Exponer a los niños en las casas a infectarse es peor; parece contradictorio, pero es así”, agrega.
Respecto al cuestionamiento de si las elecciones se pueden llevar a cabo, nos dice que por supuesto, siempre y cuando contemos con las medidas de seguridad adecuadas. “En vez de hacerlo en un espacio cerrado, deben realizarse en un lugar abierto como un estadio, con distanciamiento social, todos con respirador. De esa manera no pasará nada. Pero no tenemos un gobierno capaz de trabajar en base a evidencias. Solo les interesa quién será el nuevo Presidente de la República”, menciona. Es algo que a la población parece no importarle, teniendo en cuenta que hoy en día ser miembro de mesa representa sacarse la lotería cuando antes era considerado un martirio.
El profesional asegura que si se compran respiradores para toda la población tendríamos mejores resultados mientras esperamos la llegada de las vacunas. “Si hubiéramos contado con ella en diciembre, no estaríamos viendo miles de muertos ahora. No llegaron por el golpe del estado y nadie tiene que olvidarlo porque esos partidos son los que postulan ahora”, señala. Para librarnos del covid tenemos que inocular al 90% del país. ¿Cuándo será esto? Según sus mejores cálculos, en 2022. Las tasas de ciudadanos antivacunas son altas, pero debemos recordar que esta es la única solución viable que nos va a sacar de esta tragedia. Está en nosotros resurgir de los escombros. //
SOBREVIVIENDO AL 2021
Por Óscar Chang
Así como si nada, ya se acabó la temporada de verano... Ha pasado un año, seguimos encerrados, distinto al primero. Hemos vuelto a pasar por una cuarentena y cada vez se alarga más y más. A diferencia de la primera, debo confesar que me agarró mejor parado, más curtido. Se truncaron varias cosas; entre estas contratos de trabajo, etc. Pero en vez de renegar y culpar al Estado por su ineficiencia, me dije a mí mismo “vamos chino tu puedes”. Me quedaban las siguientes opciones: quejarme, detenerme o ingeniármelas para poder seguir. Y bueno, señores, acá sigo o mejor dicho seguimos. Antes era más llevadero todo, tenía tres clientes y podía estar tranquilo. Ahora se trabaja muchísimo más que antes. Ojo que no es una queja; sobre todo porque ahora tengo mayor determinación, responsabilidad. He aprendido a no ser tan vehemente, a ser más cabeza fría, no pensar en caliente. Comencé a concentrarme en mis aptitudes y buscar optimizarlas. Si no me creen pregúntenle a Marietta, mi socia. Recuerdo que nos conocimos en Milán hace ya varios años, por una amiga en común, Camila. Cuando llegué a Milan llamé a Cami, ella estaba comiendo en brera (nombre de una calle) con otra amiga (nacionalidad italiana, mamasitaaa jajaja). Llegué y me pedi una pizza Margarita y una copa de vino, uf, épico. Camila entonces me dijo para ir en la noche para Armani (bar), justo tenía un box y también iban a ir unas amigas de Lima que vivían en Milán. En medio de la llegada a Armani conocí a otra chica de nacionalidad china en la calle, de forma inédita que tmb iba al mismo lugar y justo al box que iba, quedaba la costado del box en donde iba estar yo jajajajajaja, bueno llegamos y habremos bailado un par de veces. Luego llegaron dos chicas de Lima, Josefina y la otra Marietta. Entonces yo ya empilado Milan 1 am, decido comprar una botella de jagger. Terminamos viendo como Josefina bailaba marinera en una de las tantas plazas que tiene Milan y comiendo mas pizza XXXL. Luego pasó un año las mismas chicas regresan a Lima y nos veíamos siempre, sea en evento, fiesta, algún amigo en común o por que se quedábamos para visitarnos. En medio de eso me invitan a ver la producción y concepto de unas fotos para una revista y dije que si, entonces le dije a Marietta si quería trabajarlo conmigo y desde ahí no hemos parado de trabajar juntos, creamos More Vision meses antes de la cuarentena y no ha sido nada fácil mantenernos, pero, hemos crecido más de lo que esperábamos. Los tiempos son más complicados que antes lo se, pero enfoquémonos en lo que realmente queremos y para poder tratar de salir ilesos. Esta segunda cuarentena tmb ha truncado varios proyectos nuestros, vivimos de esto. La política siempre va ser como es, escojamos bien estas elecciones, seamos responsables al hacerlo, informémonos. Ahhh, ¿por qué se llama More Vision? Porque nosotros siempre vamos a ver, más allá de lo obvio.
Amazonarte
Joe Fernández es artista y muralista. Su profesión lo llevó a fundar un proyecto con el fin de visibilizar la cultura de la selva peruana a través de la pintura.
EscribE valEria burga
Desde el corazón de la jungla en Juanjuí, San Martín, Fernández nos cuenta, en exclusiva, la historia de su iniciativa. Hace unos años decidió viajar por algunas ciudades amazónicas, lo que le hizo ver la necesidad de trabajar con las comunidades y otros artistas para dar a conocer la cultura en todo el mundo. “Es tanto el contenido por mostrar y cuidar que decidimos crear Amazonarte como una plataforma que permita fortalecer el vínculo con la cultura y promover el turismo en compañía de exponentes nacionales o extranjeros que visitan la Amazonía”, menciona. Desde ese momento, pudo realizar ediciones y festivales que colocaron a nuestro patrimonio en otro nivel.
Como todo artista, ha tenido que superar muchos baches. “Las autoridades se interesan más en tener protagonismo en lugar de ponerse una mano en el corazón y apostar por lo nuestro. Deberían ser nuestros aliados cuando se trata de una actividad que quiere difundir las riquezas del Perú”, acota. Sin embargo, nada le impidió desarrollar su trabajo. El pintor nos cuenta que las empresas privadas son las que más apoyan, pues todo es, de por sí, costoso. “Cubrir viáticos, alimentación y hospedajes no es sencillo. Debe existir una labor de gestión previa de por lo menos cuatro meses para conseguir auspicios”, explica. Por ello, Fernández prefiere obrar de manera silenciosa, ya que Amazonarte es una fundación independiente sin mucho foco público o la necesidad de “ser protagonista”.
No obstante, la pintura no lo es todo para Joe. Ya han transcurrido algunos años desde que se dedicó a buscar artistas indígenas que no tuvieran los privilegios que tenemos en Lima. Se puso a realizar entrevistas con ellos para que tuvieran la oportunidad de dar a conocer sus trabajos. “Es increíble darnos cuenta que, a través de sus creaciones, muestran su origen,
sueños y cosmovisión. A veces nosotros los limeños no profundizamos en lo que pintamos, solo nos ponemos a pensar en cuántos seguidores tendremos o qué empresas nos van a contratar”, señala.
La pandemia llegó al Perú y puso en una situación dramática al proyecto en su edición número cinco. “Muchos artistas que venían del extranjero tuvieron que cancelar sus viajes y nosotros nos vimos obligados a detener el evento que se iba a desarrollar en la comunidad Santo Domingo en Cerro de Pasco”, alude. El equipo de Amazonarte se tomó su tiempo para decidir cómo replantear la actividad. Finalmente, no quedó de otra que trasladar el festival a una plataforma virtual. Se hizo una convocatoria de exponentes latinoamericanos para un evento de murales desarrollados desde de casa. Todo se difundió en redes sociales y fue un éxito rotundo gracias a la cantidad de espectadores. Tiempo después, realizaron el cuarto aniversario de la fundación vía online.
Pese a las soluciones efectivas, no cesaron en la búsqueda de la reactivación del proyecto. En diciembre del año pasado postularon a la línea de apoyo del Ministerio de Cultura para ferias y festivales cancelados por el coronavirus, de la que resultaron aptos y ganadores. Sin embargo, luego fueron excluidos. Esto generó desconcierto en Fernández, que menciona lo siguiente: “Nos dieron como justificación que no habíamos hecho ediciones anteriores suficientes, lo cual es falso. No entendemos el porqué, pero seguiremos adelante pese a que no podemos llegar a las comunidades por temas de salud en este momento”.
Mientras se encuentra a la espera del regreso total de Amazonarte, el artista decidió viajar a la selva nuevamente en un proceso de introspección. Define su iniciativa como un hijo que va creciendo y aprende cosas nuevas. No lo quiere encasillar, solo desea que fluya para seguir trabajando o descubriendo ciudades a las cuales llegar. Si bien le gustaría una próxima edición en Juanjuí, por el momento quiere estar tranquilo consigo mismo. Lo que tenga que pasar más adelante para él, así será. //
Tras 15 años de haber fundado la Asociación Cultural D1, Vania Masías se atreve a explorar nuevas facetas. La bailarina y coreógrafa peruana de ballet y danza contemporánea apuesta por el proyecto EO Perú, una iniciativa que premia a los emprendedores peruanos.
EscribE valEria burga
Horizonte implacable
Vania es como tú y como yo. Una peruana que a causa de la pandemia que nos ha azotado el último año, tuvo que reinventarse. Para ella es importante salir de la caja y apostar hacia lo mejor, así como las fusiones de baile. “¿Quién haría un hip hop con festejo? Nosotros lo hicimos y la rompimos. Simplemente, tienes que ver las cosas desde otra perspectiva”, señala.
Este pensamiento la llevó a ingresar a la red de EO Perú, aunque nos confiesa que lo que realmente le jaló el ojo fue el concurso GSEA, una competencia global para estudiantes emprendedores. Para la bailarina, este tipo de iniciativas son lo que necesitamos en el Perú, un país creativo y lleno de luchadores, a pesar de que le haya decepcionado mil veces. Ella decide apostar por los jóvenes porque confía en ellos y vio la oportunidad de combatir el desempleo hombro a hombro. “Los procesos creativos son dolorosos, pero siempre sale algo si te comprometes con una mirada de 360 grados”, añade. Por eso es que la plataforma EO llegó para quedarse. Desde el año 2018 ha cosechado éxitos en la búsqueda de negocios y ahora son más de 13 mil emprendedores en la plataforma que nos muestran la oportunidad de hacer algo único.
Horizonte implacable
Masías no se conforma. Constantemente se capacita sobre dónde se dictan cursos interesantes y observa las nuevas tendencias del desarrollo social, rubro al que ella se dedica. No basta con impulsar a los jóvenes emprendedores: su objetivo es ganar la copa mundial de la mano de Javier Barrea, el creador del proyecto ganador. Pero, se preguntarán: ¿Cómo se escogió el emprendimiento ideal que nos va a representar en el mundo? Vania se toma su tiempo y nos contesta. En primer lugar, hay que ajustarse a ciertos requisitos. Se necesita ser estudiante o haber culminado la carrera universitaria en los últimos seis meses. También, haber facturado mínimo 500 dólares en su negocio. Se mide el liderazgo, resiliencia y habilidad de adaptarse a los cambios. toria a través de las autoridades que difundieron la información. Crearon una plataforma gracias a auspiciadores como Claro para que quienes cumplían con los requerimientos compartieran sus ideas. De treinta quedaron diez. Finalmente, la mejor iniciativa fue Luteach, un proyecto de clases particulares online para cursos de universidad. “Lo vimos como una posibilidad de escalar y Javier Barrea demostró su capacidad de líder, de pararse en Washington y competir por un trofeo a nivel de emprendimiento”, agrega. Sin embargo, ella no puede olvidar otros proyectos que la impresionaron como Kinesika, un aplicativo para sordomudos o Galia Charger, un cargador en base a energía cinética; que ahora forman parte de su círculo. “Las oportunidades que se abren a estos jóvenes son infinitas. Lo más importante para los participantes no termina siendo el dinero, sino ver el crecimiento de su propio emprendimiento”, menciona.
Luego de contarnos a detalle lo que fue este innovador concurso, la fundadora de D1 recuerda con nostalgia cómo nació la idea de impulsar la danza. Un grupo de jóvenes bailando frente a un semáforo en las calles era considerado un problema, pero en realidad era una oportunidad de hacer algo distinto. De eso parte el desarrollo de un programa, un movimiento que hoy en día es una asociación cultural que cumple los sueños de miles de personas. Vania no imaginó eso, ella solo vio líderes.
Pese a ello, para el 2021 la ve difícil. Siente que habrá muchas caídas al ser un año lleno de incertidumbre en todo aspecto, pero hay que encontrar la luz en el túnel. La bailarina supo sobrevivir a la pandemia porque cree en ella misma y en los jóvenes que encuentra. Se emociona al mencionar a quienes se formaron en D1 y ahora son grandes. Gracias a los resultados que obtuvo en su compañía, decide depositar todas sus esperanzas en este nuevo proyecto que desarrolla en EO Perú. “Este recién ha sido el primer año, así que agárrense porque es una oportunidad muy grande para poner a Perú en el mapa. Es la oportunidad de luchar por el país que nos merecemos”, fueron sus últimas palabras. //
Delirio placentero
La literatura erótica le cortó la esclavitud mental que sentía y le permitió reconfigurar lo que calificaba como “bueno” y “malo”. Tras un viaje íntimo de evolución personal, ahora solo busca compartir con sus lectores la misma sensación que tuvo al escribir “Mi clímax entre tus manos”.
EscribE thais gutiérrEz
Karina Reyes logró reflejar en la popular figura de Alicia el ímpetu y la rebeldía de explorar, empoderarse, romper los esquemas, ir más allá, amarse con una profundidad inmensa, y rozar y conocer cada parte de sí misma para saber quién es realmente. Ella busca que las lectoras se despojen del miedo a la denominada “selva de cemento” y redescubran el mundo con nuevos ojos. Este trabajo de introspección es realizado por la misma protagonista en todo el ámbito de su carrera profesional, personal, y sobre todo, sexual.
En la aproximación al libro, el lector masculino tiene un cuestionamiento subjetivo que le enseñará a diferenciar su rol de “hombre básico” de uno que le permita complementarse íntegramente con su pareja en el acto erótico. Más allá de la literatura íntima, “Mi clímax entre tus manos” evidencia la conexión espiritual personal y dual.
La obra es considerada por Reyes como la tercera “bebé” que pone a disposición de sus lectores; una producción que le tomó exactamente nueve meses de creación, al igual que el primer libro lanzado que lleva por nombre “Deseos del Alma”, que refleja la relación del hombre con la meditación. De igual forma, Karina nos brindó la entrega de “9 cuentos de amor” para cuestionarnos acerca de las diversas situaciones que se enfrentan en una relación de pareja. Como bien menciona la escritora, esta tercera entrega es la combinación perfecta de las dos anteriores, pues fusiona ambos tópicos en una historia que deja fluir los deseos carnales con un nexo espiritual como solo ella sabe narrar. La pieza erótica tiene como estructura principal a Alicia en el País de las Maravillas: un contraste de la inocencia con el placer. No nos sorprendería encontrarle potencial como producción cinematográfica.
En la misma línea podemos encontrarnos completamente satisfechos al saber que la autora tiene entre sus planes producir la continuación de “Mi clímax entre tus manos”. Asimismo, nos dejó a la espera de un proyecto que tiene en formación. Ambas producciones poseen ya una estructura planificada. Podemos estar seguros de que estas dos nuevas iniciativas tienen como eje principal el erotismo, la meditación y el descubrimiento personal; todos elementos en los que Karina nos suele envolver.
Reyes considera que el momento en el que está presentando el libro es el adecuado, que es la forma perfecta de hacerlo, pese a la coyuntura pandémica. Las redes y diferentes plataformas ayudan a conectar con el lector, facilitan el contacto que no podemos tener físicamente y nos dejan a puertas de un mundo entero por descubrir. La obra ya se encuentra en venta en librerías a un costo, cósmicamente coincidente, de 69 soles. //
HORIZONTE POÉTICO EscribE diEgo saMalvidEs
S/.59.99
El perfil de Lagarto
Carlos Paredes
Año: 2021 Editorial: Planeta Nº pág: 248
S/.54.99
Roy Vega Jácome es un destacado escritor y poeta peruano. Obtuvo una mención honrosa en el VII Concurso de Poesía José Watanabe. En 2015, recibió el Premio Cope de Plata por su poemario “Muestra de arte disecado”. En 2017, ganó el X Concurso El Poeta Joven del Perú con su obra “Etapas del espíritu/ Runas grabadas en la piel”.
-¿De qué forma crees que ha evolucionado tu poesía desde la publicación de tu primer poemario y qué ruptura buscas en el lenguaje?
Pienso que ha evolucionado en lo referente al desapego de las influencias. Creo que la gran mayoría de los poetas primerizos suelen demostrar con bastante cariño y énfasis en sus publicaciones a sus grandes influencias. En mi caso, mi primer libro, Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera (2014), estuvo fuertemente influenciado por la poesía surrealista peruana, en particular por César Moro y Emilio Adolfo Westphalen. Luego, en mis siguientes poemarios, Muestra de arte disecado (2016) y Etapas del espíritu / Runas grabadas en la piel (2017), traté de ampliar mi registro, el cual siempre ha apostado por una visión de la poesía como arte total y como búsqueda incesante.
-¿Qué es la madurez poética y en qué momento presientes que tu trabajo como poeta empieza a dar mayores luces y despierta la crítica?
Creo que la madurez poética es la convicción que un artista alcanza cuando sabe que está trabajando de manera concienzuda y con un norte claro. Sinceramente no sé si yo haya alcanzado esa madurez. En general, eso algo que para el propio poeta es difícil de descifrar, sobre todo cuando se está interesado en continuar explorando el lenguaje como materia prima de la poesía, lo cual implica rupturas y una constante autocrítica. Es tarea del poeta continuar buscando esa madurez incluso a lo largo de toda su vida.
-En una situación compleja como la pandemia diversos poetas se han reinventado, ¿cuáles son tus próximos proyectos literarios?
Honestamente, creo que a mí la pandemia me ha empujado a reinventarme como ser humano más que como poeta. He escrito algunas cosas nuevas y tengo un libro inédito (desde antes de la pandemia) al que le sigo dando vueltas y quizás en este año o el próximo alce vuelo. No he escrito nada sobre la COVID-19 como tema, por cierto. En esta etapa, me he acercado más al lado espiritual de la vida y la escritura. Veremos qué novedades hay a futuro.
-Frente al último galardón del Poeta Joven del Perú, ¿qué se puede esperar de Alonso Paucardi en la escena literaria?
El Poeta Joven del Perú es quizás el premio más querido y bonito al que se puede aspirar, sobre todo por su particularidad de que exige un rango de edad para ganarlo; además de los portentos que lo obtuvieron en ediciones anteriores. Pienso que para el joven poeta Alonso Paucardi este es un espaldarazo y un gran estímulo para que continúe con su obra poética. Espero leer pronto sus versos para poder emitir una opinión más sólida, ya que quienes deben hablar son los propios textos más que sus autores. //
Casi Bicentenarios
Marco Sifuentes
Año: 2021 Editorial: Planeta Nº pág: 252
S/. 69
Cómo evitar un desastre climático
Bill Gates
DANIEL PEREDO: EL INMORTAL
Por Diego Alonso Samalvides Heysen*
El 19 de febrero se cumplieron tres años de la partida de Daniel Peredo. Al ser un periodista a carta cabal, supo hacer de su vida un retrato apasionante. Escribir sobre Daniel es acercarse a la imagen más lúcida del periodismo deportivo peruano. Su memoria parecía almacenar todos los datos y estadísticas de historia del fútbol. Sin embargo, la genialidad innata no era lo único que lo acompañaba, sino también una sencillez desbordante. No daba mayores aires de su prodigiosa inteligencia. Esto engrandecía aún más su figura. “El cabezón” incursionó en la prensa escrita, radial y televisiva. Su carrera inició como columnista en la sección deportiva de “Ojo”. Más tarde trabajaría para “El Bocón”, donde destacaría rápidamente. Con el tiempo se fue mudando de casa periodística, como sucede en este oficio. Fue entonces cuando tuvo la oportunidad de pertenecer a “CMD”. Sus opiniones no dejaron de generar inquietud y valoración. Peredo no solo resultaba admirable por su capacidad, sino también por el amor que trasmitía a la seleción peruana. Por ello, cuando el Perú clasifica al Mundial de Rusia 2018, con su narración impecable, parece injusto que él no pudiera estar. Nunca vi un homenaje de dicha envergadura. Normalmente los periodistas tienen fieles adeptos y detractores, pero Daniel se había ganado el respeto de todos con justa razón. No existía alguien que pudiera criticarlo. El día de su muerte, la carroza estaba personalizada de todas las frases célebres que hasta hoy recuerda el hincha. En el Estadio Nacional, donde le rindieron merecida distinción, personas de todas las edades arribaron para despedir a su ídolo. Pocas veces vi un adiós tan impetuoso. Daniel nos enlutó a todos. Los días posteriores me negaba a prender el televisor. No quería ver los partidos, pues sabía que su voz, los datos caletas, trivialidades y memorias fortuitas no volverían a aparecer. La selección había perdido a un cómplice. El que estuvo en las derrotas para sacar la calculadora y buscar el milagro. Nosotros peleábamos los últimos lugares de la tabla en las clasificatorias. Sin Gareca permanecimos inertes. Fueron años de una seguidilla de fracasos, pero siempre vi en Daniel un hálito de esperanza muda que nos convencía de que era posible voltear el resultado. Así nos pasamos la vida. Mirando los partidos y escuchando la sabiduría de Daniel. Pero debíamos aceptar que ya no sería de ese modo. Era preciso acostumbrarnos a recordarlo. Para entonces habían fallecido periodistas como Pocho Rospigliosi y Emilio Lafferranderie. No obstante, el periodismo deportivo tuvo que lidiar con otra muerte. Nunca pude superarlo del todo. Han pasado tres años desde aquel día y no he podido vibrar con otro partido de la bicolor de la misma forma. Daniel aún vive y deambula en la cabina del estadio. Al escribir recuerdo una fotografía suya junto a Pedrito Eloy en una juventud implacable. Pienso en el trayecto que debió recorrer para consolidar su carrera, y creo que ni siquiera él mismo, por su sencillez, hubiera imaginado convertirse en el referente que es para la prensa. Un día abrupto y gris debimos aprender a sobrellevar su ausencia. Nadie nos enseñó cómo sería la vida después. Los diarios continuaron sacando titulares, prosiguieron comentando sobre fútbol en las calles, pero había un silencio largo y sobreentendido. No eramos los mismos. Pero los hechos indicaban que aún se hablaría de él. Su legado cobró vigencia y alcanzó un vuelo distinto. Entonces comprendí que Daniel era inmortal.