RCI ene_feb 21 by Revista Contra Incendio

AÃ±o 5 No 34

ENERO - FEBRERO 2021

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INSTALADORES L

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CONTRATISTAS

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EDITORIAL

Una visión latinoamericana

Esa línea del tiempo que ha trazado la historia de la humanidad, de texturas diversas en la interacción social y épocas variopintas, posee dos constantes que han permitido un avance progresivo en todos los ámbitos de la vida pública: la adaptación y la unión son las dos fortalezas de las que el ser humano se ha valido para mantener su inercia progresista, generando una resiliencia constante ante todas las situaciones que transforman su realidad y le generan nuevos paradigmas. Del tal manera que, en nuestra primera edición del año, queremos mostrarle a todo el sector de la protección contra incendio, que la fórmula para seguir creciendo está en sus manos y que tiene un componente importante, que como decimos antes, se llama unión, y se los mostramos a través de este número latinoamericano de asociaciones dedicadas a impulsar las ingenierías y los equipos contra fuego que protegen propiedades, generan la continuidad operativa de los negocios y sobre todo, lo principal, salvan muchas vidas, mismas que hoy valoramos mucho más. Revista Contra Incendio, les presenta un panorama del sector en cada una de las naciones de América Latina, tocando temas como la normativa aplicable, los esfuerzos de capacitación y visibilidad, así como las áreas de oportunidad que permitirán el desarrollo de esta industria. Identificando temas de afinidad y concordancia que serán llevados a la mesa de la nueva Red LATAM PCI, el esfuerzo regional que ayudará a exponenciar los avances particulares que cada país ha conseguido, conformando un frente sólido que haga posible una realidad competitiva y de negocio para todo el gremio. Adaptación, reflejada en un texto que habla sobre la necesidad de cambiar la manera de hacer las cosas y de comunicar, en un sector del asociacionismo que se encuentra ante un escenario disruptivo, que lo empuja a la alianza. 16 Asociaciones de la Industria de las Instalaciones para las Ciudades, Infraestructura y Edificaciones, que se agrupan para darle un nuevo significado al acto de asociarse. El reto es mayúsculo, pero nos empuja a sacar la mejor versión de nosotros, el ser humano tiene en la sengre la adaptación y en el espíritu la unión, en este medio de comunicación, confiamos en que cada eslabón de la cadena pondrá de su parte para caminar hacia una realidad que le permita vivir seguro. Gracias por seguir consultando estas letras, e involucrarte, en esto que te apasiona.

¡Promoviendo la Cultura de la Prevención! Los editores Revista Contraincendio Comentarios: lectores@revistacontraincendio.com

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Revista Contraincendio

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Enero - Febrero 2021

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Contraincendio Revista

CONTENIDO

6 PANORAMA

Rumbo de la Región LATAM PCI

DIRECTORA GENERAL Y EDITOR RESPONSABLE

Ronit M. González Pérez direccion@revistacontraincendio.com EDITOR DE CONTENIDO

Roberto Zaldivar Sacramento robertozaldivar@revistacontraincendio.com ARTE Y DISEÑO

Lorena Alvarado Hurtado COLABORADORES

Alejandro Ramírez Calvo Alex Rodríguez Aparicio Carlos Morett Flores Edward Brito Felipe Melo Juan José Camacho Gómez Raúl Duarte Urruchi Víctor Espinola CONSEJO EDITORIAL

David Morales Reinosa Presidente del CONAPCI

10 REGIÓN PCI - REPÚBLICA DOMINICANA Educación, piedra angular de la PCI

Juan José Camacho Gómez Presidente de AMRACI Francisco Guzmán Hernández VENTAS Y PUBLICIDAD

Gerardo González P. Tel. 01 55 78.27.37.37 / 01 55 55.75.47.94

Esta revista considera sus fuentes como confiables y verifica los datos que aparecen en su contenido en la medida de lo posible, sin embargo, puede haber errores o variantes en la exactitud de los mismos, por lo que los lectores utilizan esta información bajo su propia responsabilidad. Los espacios publicitarios constantes en esta revista son responsabilidad única y exclusiva de los anunciantes que oferten sus servicios o productos, en ese respecto, los editores, casa editorial, colaboradores o asesores de esta publicación periódica no asumen responsabilidad al respecto.

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16 REGIÓN PCI - MÉXICO

AMRACI/CONAPCI, por una historia a favor de la PCI

Enero - Febrero 2021

Revista Contraincendio es una publicación bimestral, fecha de impresión enero-febrero 2021, editada por Ronit Marielisa González Pérez como editor responsable, producida por el Centro de Desarrollo Profesional ACTIVA, S.C., con número de Certificado 04-2019-040316401800-102 de Reserva de Derecho al Uso Exclusivo del Título que expide el Instituto de Derechos de Autor, número de certificado 17334 de Licitud de Título y Contenido, WTC, Montecito Nº 38, Piso 28 Oficina 16, col. Nápoles, Alcaldía Benito Juárez, C.P. 03810, ciudad de México, impresa por Preprensa Digital en Caravaggio N° 30, Mixcoac, ciudad de México, C.P. 03910 Alcaldía Benito Juárez. Autorización SEPOMEX PPO9-02037 “Revista Contraincendio” es Marca Registrada. Hecho en México.

36 REGIÓN PCI - CHILE

20 REGIÓN PCI - COLOMBIA

Consolidar, para elevar la exigencia regulatoria

Regulación en colombia, punto de quiebre entre un antes y un después

40 REGIÓN PCI - PERÚ

Comprometer al usuario final

24 PORTADA

LATAM PCI: esfuerzo latinoamericano

32 REGIÓN PCI - BRASIL ABSpk una década transformando al sector

44 ALTAVOZ

Ante la disrupción, alianza gremial

Enero - Febnrero 2021

PANORAMA

RUMBO DE LA REGIÓN Por: Víctor Espinola

Estos profesionales han hecho un gran esfuerzo y se han unido para darle forma a una iniciativa, que sin duda, será un parteaguas en la manera de ver la protección contra incendio en Latinoamérica.

Luego de dos años de reuniones, viajes, encuentros y trabajo, se presenta oficialmente la Red Latinoamericana de Protección Contra Incendio (LATAM PCI), una iniciativa cuya función principal es unificar y cambiar la forma de percibir la protección contra incendio por parte de la autoridad, los usuarios y la sociedad en la región.

Esta iniciativa reúne a las organizaciones involucradas en la protección contra incendio en América Latina, cuyos miembros fundadores son la Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendios (AMRACI), Consejo Nacional de Protección Contra Incendio (CONAPCI), Asociación Brasileña de Rociadores Automáticos (ABSpk), Asociación Nacional de Rociadores Automáticos Contra Incendio de Colombia (ANRACI), Asociación Dominicana de Protección Contra Incendio (ADPCI) y se suman, Sociedad Nacional de Protección Contra Incendios - Perú (SNPCI), Asociación Nacional de Protección Contra Incendios - Chile (ANAPCI), Bomberos de Costa Rica, Asociación Panameña de Protección Contra Incendio (APROCI), y el Colegio de Ingenieros Mecánicos de Pichincha-Ecuador (CIMP), sumando 9 países de la región. Dicha cooperación regional, se apuntala, al contar con el apoyo de organizaciones como la International Fire Suppression Alliance (IFSA), Society Fire Protection Engineers (SFPE), American Fire Alarm Association (AFAA), Canadian Automatic Sprinkler Association (CASA), FM Global y UL. Red LATAMP PCI ha logrado sumar las voluntades de las organizaciones dedicadas a la protección contra incendio, no solo de asociaciones, sino de cuerpos de bomberos y algunas autoridades

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con jurisdicción en la región. El gran objetivo es “transformar la manera de enfrentar la problemática del fuego en América Latina, haciendo de la protección contra incendios un tema relevante desde el punto de vista social, técnico y regulatorio”. La red busca generar estrategias a través de compartir experiencias de éxito entre las distintas organizaciones, que permitan sentar las bases para generar argumentos y estadísticas que ofrezcan a las distintas autoridades un análisis de los impactos que ocasiona el hecho de no contar con una regulación en la materia; promover la educación a los usuarios, acerca de las bondades que tiene el contar con un sistema de protección bien diseñado, instalado y mantenido para garantizar la seguridad de sus empleados y la continuidad de sus negocios, a través de la contratación de personas y empresas certificadas como especialistas; así como promover la actualización profesional continua, entre otras acciones.

VISIÓN Ser reconocido como el agente de cambio e intermediación que permita unir la voz latinoamericana en materia de protección contra incendio.

OBJETIVOS

Fortalecer la regulación en la región

Propiciar y compartir experiencias para reducir el tiempo necesario para desarrollar la formación de asociaciones y grupos de interés, normas técnicas y regulación.

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Fomentar el uso de productos y servicios certificados.

Crear un sistema de información estandarizado, que contenga: a. regulaciones contra incendios en cada país, b. normas técnicas utilizadas en cada país, c. ¿cómo es la formación profesional en cada país? d. recursos disponibles en el país (laboratorios, universidades), e. estadísticas.

Desarrollar un código de transparencia y ética.

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Incentivar la certificación de los profesionales en la región acorde a estándares reconocidos internacionalmente.

Desarrollar un portal de capacitación y difusión de información, cuyo contenido consistirá en material elaborado por las organizaciones que integran la red.

latampci.com

Recomendar una base de instructores certificados o acreditados por la red, para el desarrollo de programas estandarizados de capacitación.

Promover la creación del día latinoamericano de prevención y protección contra incendios.

Trabajar en equipo con las demás organizaciones locales y regionales, en el desarrollo de metodologías que les permitan a los países integrantes de la red, poder influenciar a sus gobiernos locales hacia el mejoramiento de las condiciones. 7

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PANORAMA

Esta iniciativa se comenzó a construir desde 2018 con el apoyo de Bruce LaRue y Russ Flaming a través de la International Fire Suppression Alliance (IFSA), cuando en el Fire Protection International Congress, realizado en la Ciudad de México por AMRACI/CONAPCI, auspiciaron la participación de autoridades con jurisdicción de América Latina para asistir a dicho evento y empezar a dialogar acerca de la conveniencia de colaborar en conjunto para beneficio de la seguridad de la región.

El gran objetivo es “transformar la manera de enfrentar la problemática del fuego en América Latina, haciendo de la protección contra incendios un tema relevante desde el punto de vista social, técnico y regulatorio”.

A partir de ese momento iniciaron reuniones virtuales para encontrar pu ntos de acuerdo y se reunieron en 2019, en el marco de la Expo NFPA en San Antonio, en donde se concluyó sobre la importancia de pensar de manera disruptiva, para romper con todos los paradigmas y comenzar a escribir una nueva historia. Durante 2020, y debido a la pandemia, se sostuvieron reuniones de manera virtual, finalmente, durante los foros virtuales internacionales que se realizaron durante octubre y noviembre en México, Colombia y Brasil se lanzó la presentación oficial ante más de 12 mil asistentes de los tres eventos, demostrando la gran convocatoria e influencia que se puede lograr en colaboración. Sin duda este nuevo hito dará de que hablar en los años venideros, así que nos mantendremos atentos para seguir informándoles de su evolución.

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Víctor Espinola Director General de la AMRACI

ADPCI

Edúcación en República Dominicana, piedra angúlar de la PCI Las áreas de oportunidad en República Dominicana para el crecimiento del sector son diversas, pero la educación de toda la cadena productiva, de bomberos e inspectores de obra pública será clave para atender las necesidades de un sector turístico en franco crecimiento.

Hubo una época en República Dominicana, en que la protección contra incendio luchó arduamente contra la resistencia al cambio; el sector se mostraba incipiente porque no tenían un código regulatorio que obligara o solicitara la instalación de los sistemas. Solo se protegían los espacios, cuyos empresarios o dueños lograban ser convencidos, argumentando la seguridad de sus trabajadores o la garantía de que en caso de incendio su empresa iba a regresar mucho más rápido al estatus productivo; y únicamente se instalaban sistemas de rociadores automáticos o algún tipo de protección pasiva, en el mejor de los casos, la gran mayoría solo ponía extintores, ya que esos sí eran exigidos por el Código de Higiene de su Ministerio de Trabajo. “No estábamos organizados, todo mundo hacía lo que podía con sus propios recursos y sus propios medios, existía un apoyo del capítulo de NFPA en el país, que más allá de sus limitaciones avanzó mucho, hasta el punto en que logramos conseguir la aprobación del Código de Seguridad de Protección Contra Incendio del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones. Este es un código que aplica a nivel nacional, no es un código 100% acabado, pero es una herramienta para poder iniciar y ofrece las pautas para que todo lo que no puedas encontrar en él, lo refieras a normas internacionales, es decir, por lo menos te dice, debes cumplir con el requisito mínimo; las normas internacionales que generalmente aplicamos son las NFPA y FM Global, –contó en entrevista Edward Brito, presidente de la Asociación Dominicana de Protección Contra Incendio (ADPCI)– intentamos no dejar nada afuera, hablamos de residencias, algo de la

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industria eléctrica, de hospitales, la industria de turismo o protección en espacios mercantiles, es decir, abarca las edificaciones de casi cualquier sector e industria”. Luego de la entrada en vigor del código, la situación del sector cambió en República Dominicana, pero aún era necesario darle un cuerpo organizado a los trabajos que se querían desempeñar para el fortalecimiento de la industria de PCI; ya había una regulación, pero las reglas no estaban del todo claras, es decir, llegaban las oportunidades y todos querían aprovecharlas, pero no de manera ordenada y con lineamientos de competencia justa. Podía venir cualquier persona de otro país y decir, yo soy instalador de PCI, como nadie lo regula, puedo desarrollar proyectos, si cumplo o no cumplo, lo vemos después. Por otro lado, no existía un organismo que pudiera representar al sector ante la autoridad competente, llámese obra pública o gobierno, es así y ante tal escenario que surge la Asociación Dominicana de Protección Contra Incendio (ADPCI), como una iniciativa para coordinar los esfuerzos y unificar las voces de la protección contra incendio en República Dominicana.

REGULACIÓN, EDUCACIÓN Y VISIBILIDAD “Es importante decirlo, nuestra regulación sufrió cinco o seis modificaciones, a pesar de que, gracias a ellas, se vulneraban las edificaciones y la protección de los espacios. –afirmó Edward Brito– No teníamos fuerza, porque un sector que no está organizado no se escucha, no tiene voz; ahí nos dimos cuenta que necesitábamos unirnos para trazar líneas claras como sector, con respeto a nuestro código y nuestras interacciones. En ADPCI somos una fuerza que aporta para que nuestra construcción sea más segura, que nuestro código sea más respetado y riguroso, para ello, se necesitan mejores inspecciones, mejor análisis de riesgo que defina el tipo de protección adecuada, según la industria para la que se instala. Cinco empresas iniciamos la asociación, desafortunadamente las cosas se pararon por la pandemia, pero tenemos solicitudes de más de 10 empresas que se quieren integrar, más personas físicas, muchos contratistas. Ellos se han acercado, porque ven los frutos y saben que de una forma u otra, todos vamos a salir beneficiados”. Cuando la primera versión del código salió, estaba muy bien elaborado, pero chocaba con el sector empresarial, pues lo obligaba a tener un determinado tipo de instalación, y esto lo consideraban ellos como una afectación a sus finanzas. Esa inconformidad empresarial llevó a modificar el código y poner menos trabas para que el inversionista desarrollara sus proyectos de construcción, aún en detrimento de la seguridad. Después se hizo una postergación del código y actualmente el sector en República Dominicana no sabe cuándo aplicará el código de manera irrestricta para edificaciones antiguas, ya que, cuando fue estipulado se tenían tres años para adecuar las instalaciones, después de los tres años, les dieron una prórroga de dos años, después de este periodo, dieron otra prórroga de un año, luego vino una de seis meses. Hoy en día dieron 10 años según la clasificación, y 5 para riesgo alto, para adecuar tus instalaciones existentes. “Nosotros estamos trabajando en campañas para concientizar y hacerle ver a las autoridades que no puede seguirse postergando tanto tiempo la adecuación. –enfatizó Edward– Deben entender que una instalación segura, es una instalación protegida. Protege las vidas, las propiedades, protege los daños colaterales, asegura los empleos, estamos trabajando para que lo vean”. El contexto en materia de educación para el sector en República Dominicana estaba encabezado por el capítulo de NFPA que trabajaba en

el país latinoamericano; hacían una vez al año un congreso y gradualmente había unos cursos de desayuno, algunas charlas, que ellos consideraban de buen nivel, pero hacia falta más, ADPCI quiere ir hacia la capacitación de sus inspectores de obra pública, con el objetivo de que esos profesionales puedan verificar y dar pautas sobre los requerimientos de protección contra incendio en los proyectos de construcción, que puedan ir al código y saber que si una construcción es nueva, debe tener sistemas de protección contra incendio para la aprobación de obra pública, además, que los inspectores en la etapa de construcción puedan validar que se está llevando correctamente. “Nuestro cuerpo de bomberos también debe ser capacitado, existen áreas del país que tienen buen nivel, pero hay otros que les falta capacitación, pues tienen fallas al momento de la operación. Esto ampliado para todos los que formamos el sector, pues debemos crear conciencia y una ideología en la que mientras más preparado estés, realizarás mejores instalaciones o inspecciones del proyecto que tengas a cargo. Nuestro trabajo estará enfocado en desarrollar cursos curriculares de incendio, –adelantó el presidente de la ADPCI– impartidos mensualmente, y quizás, podamos llevar dos cursos por mes, mientras está situación de la pandemia siga. Trabajamos también en fortalecer la relación con universidades, para que en las áreas de ingeniería y arquitectura exista una materia de seguridad por PCI, que hoy en día no existe. Esos son los tres fundamentales, obra pública, cuerpo de bomberos, universidades. Desde luego, también cobra mucha importancia la capacitación de los instaladores, de nuestros técnicos integradores, que son los que nos van a garantizar que aparte de tener un buen diseño, la instalación cumple con los materiales, técnicas y distribuciones de quien lo diseñó. Así que el factor educación es la piedra angular dentro de la asociación”. “En materia de visibilidad, –agregó Brito– nos gustaría emular lo que ha realizado México con sus campañas de concientización y creemos que empezar por las escuelas y por los niños, como ellos han hecho, es

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fundamental, para que esos pequeños lleven el mensaje al interior de sus familias. Porque hablamos mucho de incendios en la industria, pero en la residencia no se habla, y existen incendios diarios, pérdidas humanas semanales por causa de siniestros en el domicilio, educar al ciudadano será nuestro primer reto como nación”.

El turismo es nuestra principal área de oportunidad, se construyen entre 10 y 15 hoteles de playa por año, lo que representa unos 9 a 10 mil rociadores automáticos por hotel, es decir, cerca de 200 mil rociadores por año.

COVID Y EL PAÍS En República Dominicana han aprendido a trabajar de manera virtual como nación, pues cuando se dio el cierre del país en marzo, todo estaba cerrado, lo único que estaba abierto era la industria de la salud y la de alimentos. Poco a poco las condiciones de apertura se han dado, pero los principales sectores que hacen fuerte a la industria de protección contra incendio, que son el turismo y la manufactura, siguen cerrados en un 80%. Ante dichas condiciones, el gobierno tuvo que generar medidas para apoyar a todo el sector empresarial, y dio un tipo de ayuda, para que las empresas no suspendieran a sus empleados y los mantuvieran en nómina; el salario se completaba con lo que aportaba el gobierno y lo que el empresario generaba de los proyectos que tenía activos, si la empresa no estaba en operación, el empleado solo recibía el apoyo que el gobierno facilitó, que solo abarcaba el costo de un 30% de la canasta básica familiar, era solo una ayuda pequeña que tenían los empleados.

EL FUTURO DEL SECTOR DOMINICANO “Proyectamos que el sector con mayor crecimiento en los próximos 5 años será el turismo: con la construcción de hoteles de playa, hoteles de ciudad, y lo más importante, es que acá, si construyen una habitación de hotel sin rociadores automáticos, hoy lo cierran, lo remodelan y se los ponen. Además, hay una gran oportunidad en la industria farmacéutica y de salud o en la producción de tabaco, pues somos los mayores productores en el mundo, entre otras, pero sin duda el turismo es nuestra principal área de oportunidad, se construyen entre 10 y 15 hoteles de playa por año, lo que representa unos 9 a 10 mil rociadores automáticos por hotel, es decir, cerca de 200 mil rociadores por año, solo en ese sector”. Edward ve con buenos ojos el esfuerzo regional que representa la recién conformada Red LATAM PCI y le sorprende lo bien que ha sido recibida, así como lo rápido que ha crecido, considera que esta crisis les ha permitido trabajar más con ella, llevar a cabo reuniones semanales, que se van a traducir en un impacto positivo que ha de fortalecer a cada país miembro de la red, a través de un intercambio de información constante y transversal.

“Nosotros tuvimos a los ingenieros desde sus hogares –contó Edward– y los que estaban instalando o manteniendo tenían que ir a la bodega por su material y se iban directamente a la obra, pero todo el personal administrativo, todavía hoy, algunos trabajan desde casa”.

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“Buscamos hacer conciencia de que la protección contra incendio es salvaguardar vidas humanas, protegerte a ti y a los tuyos. Vamos a trabajar por el día de la prevención de incendios y sería muy importante conseguir una certificación LATAM, que tengas fortalezas regionales, que te ayuden a trabajar en las diversas naciones y seas un garante de seguridad y calidad, puede sonar complicado pero habrá que valorar. Cada día que sucede, es un día de aprender, a querernos más, o que esta pandemia nos ha puesto limitaciones, pero también nos ha abierto fronteras, de comunicación, de compartir ideas, de adaptarnos a una nueva vida. Es primordial educar a nuestros hijos, porque ellos podrán seguir protegiendo mañana”, concluyó Edward Brito.

Logramos conseguir la aprobación del Código de Seguridad de Protección Contra Incendio del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones. Este es un código que aplica a nivel nacional, no es un código 100% acabado, pero es una herramienta para poder iniciar.

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Edward Brito, presidente de la ADPCI

AMRACI/CONAPCI

Por una historia en favor de la PCI

Los profesionales del sector, en México, se han unido para conformar una realidad normativa que refuerce las especificaciones técnicas en la ley existente, hacer que crezca el nivel de profesionalización y se visibilice la problemática del incendio en el país.

Pensar en 2020 cuando hayan quedado atrás, será pensar en un año diferente, lleno de cambios importantes y de una reconfiguración de paradigmas, será historia que podrá sentirse lejana pero que habrá configurado una nueva realidad. “Es interesante la forma en que la historia impacta en el presente, – cuenta detalladamente, Juan José Camacho Gómez, presidente de AMRACI y Vicepresidente de CONAPCI– por ejemplo, el concepto de municipio en México es previo al concepto de la República, pues municipio existe desde la época de la colonia, es decir, sus facultades ya estaban dadas cuando se genera la República. A partir de ese momento nos constituimos como estados independientes y soberanos, lo que parecía dar cierto orden a la administración del país, pero que dejaba muchos temas y sectores con ciertas complejidades: en lo referente a la construcción, las autoridades municipales quedan facultadas para llevar los temas referentes a la materia, de tal manera que este pequeño pero significativo orden de aparición, ha impactado de diversas maneras a todas las industrias que tocan al sector de la construcción, ya que, las reglas para la edificación no son dictadas por la Federación; esto hace que los documentos donde se establecen los requisitos, como la protección contra incendio (pci), queden a deber en especificidad y en mínimos necesarios para la seguridad de las personas”. En ese sentido, si existen más de 2400 municipios en el país, deberían crearse el mismo número de reglamentos de construcción, y no los hay, no todos lo tienen y los que lo tienen, es un modelo tomado del entonces reglamento de construcción para el Distrito Federal y los errores que pudiera tener este se trasladaron a otros reglamentos

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de construcción. Es por ello, que se encuentran reglamentos, en la parte de protección contra incendios, que no están homologados en todo el país, no dictan las reglas completas de cómo debe ser un sistema contra incendio, ya sea de agua, de alarma y detección y mucho menos otro tipo de sistemas especiales. “En suma – apunta Juan José Camacho– trabajamos con una reglamentación a nivel municipal, muy heterogénea, dispersa, incompleta e incluso nula en muchos casos”. COMPROMISO PARA GENERAR UN “CÓMO” EN MATERIA DE INSTALACIONES

Ahora bien, existe una norma de la Secretaría del Trabajo, la NOM-002-STPS-2010, Condiciones de seguridad-prevención y protección contra incendios en los centros de trabajo, que establece las obligaciones de patrones y trabajadores para evitar que un accidente provoque fuego en sus diferentes clasificaciones (A, B, C, D y K); esta es de carácter obligatorio y aplicación Federal, representa un gran avance y especifica el dónde deben colocarse los sistemas pero necesita ser robustecida dejando claro el cómo debe ser esa protección, hablando de los aspectos técnicos; el quién debe hacer estos diseños, estas ingenierías; y el qué, es decir, materiales y características que deben tener los diferentes dispositivos y elementos de la pci. “De tal manera que el dónde, lo establecen de alguna forma la Secretaría del Trabajo, los reglamentos de construcción, algunas otras normas, Secretaría de Gobernación, por ejemplo en guarderías, Secretaría de Energía en la industria del gas; solo algunas establecen un poco el cómo, pero está incompleto pues necesita de los especialistas para conformarse, la asociación se da cuenta de ello y pone

“La firma del T-MEC, del TPP y de un futuro tratado con la unión europea; generará una posición geográfica y comercial muy atractiva para la movilidad de productos provenientes de diversos países, fortaleciendo sectores como el de la logística”.

manos a la obra para conformar este cómo, a través de las entonces Normas Mexicanas, que no son de carácter obligatorio pero sí son una serie de requisitos; por ejemplo, para nuestro caso que iniciamos con un sistema de rociadores, establecemos ahí la relación que debe haber entre la carga combustible y la cantidad de agua necesaria, las distancias que debe haber entre los dispositivos, cómo deben estar instalados, cómo deben estar calculados, etcétera, y todo eso está en la NMX-S-066-SCPI-2015”, explica el presidente de AMRACI. Al interior de la asociación identifican que no es suficiente trabajar con la implementación de los rociadores, es necesario generar una cultura de la prevención y la protección contra incendio, establecer unión para lograr su objetivo principal, un México sin víctimas de fuego. Para ello, se requiere la integración de otros sistemas y entes involucrados: protección pasiva, alarma y detección, cuerpos de bomberos, entre otros. Así surge el Consejo Nacional de Protección Contra Incendio (CONAPCI), y a través de él se desarrolló una norma mexicana de alarma y detección, que incluye desde la documentación que debe tener un sistema de esta clase, cuáles son los tipos de cableado, los tipos de dispositivo, las reglas para instalar algunos de ellos, también se incluye información sobre los alcances

de estos dispositivos, e incluso, se habla del mantenimiento que debe tener un sistema. Estos dos grandes esfuerzos, la NMX-066 y el proyecto de alarma y detección, son el inicio de una gama normativa, gestada al interior de la AMRACI-CONAPCI, que ha de especificar todos los “cómo” que requiere una protección contra incendio 360º, es decir, estándares para todos los sistemas, que den mayor claridad a cuestiones técnicas. CONSTRUYENDO UN SECTOR DE PROFESIONALES PROBADOS Los profesionales de la protección contra incendio en toda América Latina padecen un problema común, la falta de educación universitaria específica, en ese sentido, los profesionales del sector surgen de ingenieros civiles, arquitectos, ingenieros electromecánicos o se van formando de acuerdo a la experiencia. Este hecho genera la necesidad de profesionalizar a las personas que trabajan en la industria desde otros frentes. En México se encontró un esquema que está dentro del Consejo Nacional de Normalización y Certificación (CONOCER), herramienta que brinda reconocimiento oficial por parte de una autoridad. “Dentro del comité de gestión que se forma para hacer un estándar de competencia, –agrega Camacho Gómez– tanto para diseño de sistema de rociadores como diseño de sistema de alarma y detección, hay evaluadores exigentes y las pruebas que aplican son de muy alto nivel, esto ha permitido elevar las capacidades de los profesionales en diseño de sistemas de rociadores que lo presentan, y funcionará

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región pci-MÉXICO

de la misma manera con alarma y detección. Ahora bien, les dimos el distintivo de CETRACI y CEDACI respectivamente, para identificarlos de forma más sencilla y no por un número. Por otro lado, el sector tiene personas y empresas muy profesionales y calificadas que podrían competir con cualquier ingeniero o empresa a nivel mundial, sin embargo, también nos encontramos con empresas y personas que, por no tener el conocimiento del diseño y la instalación de estos sistemas, hacen lo que ellos creen que debería ser, pero no logran el objetivo de la protección. Por eso, es importante que dentro de los trabajos de visibilidad que llevamos a cabo, se enseñe a los usuarios finales para que sepan lo que deben pedir que se les instale, es decir, hay que educar al usuario, y claro, también a la autoridad”.

Si existen más de 2400 municipios en el país, deberían crearse el mismo número de reglamentos de construcción, y no los hay, no todos lo tienen y los que lo tienen, es un modelo tomado del entonces reglamento de construcción para el Distrito Federal.

que decidimos convocar a una campaña nacional de prevención y protección contra incendios que ha sumado la participación de autoridades, organizaciones de la iniciativa privada, organizaciones no gubernamentales, entre otras; todavía nos falta mucho pero hemos avanzado e ido poniendo en la agenda pública el tema de la prevención y protección contra incendios, incluso gestionamos a través de CONCAMIN impulsar un día nacional de prevención de incendios, lo cual, ya fue recibido por la cámara de diputados y se está analizando para poder declararlo. Esto ayudará para que la gente voltee a ver lo que sucede con el tema de los incendios, tenerlo en la agenda pública será dar un gran paso”.

MÉXICO SÍ TIENE CULTURA DE PREVENCIÓN, PERO NO DE INCENDIOS Juan José Camacho considera que “en México se ha ido desarrollando una cultura de prevención, nos ha costado mucho trabajo, sin embargo, todavía tenemos deudas pendientes, porque la cultura que se ha desarrollado ha sido sobre fenómenos geológicos como los sismos, pero en el tema de los químico-tecnológicos, que en teoría deberían estar más controlados porque son generados por el ser humano, hace falta trabajo. A la par, existen muchas instituciones públicas y privadas que hacen esfuerzos en materia de prevención; los cuerpos de bomberos, distintas secretarías, protección civil municipal y federal y nosotros como organización, pensamos que la unión hace la fuerza y si logramos sumar esto, podemos formar un esfuerzo multiplicador, es por ello

SECTORES QUE DEMANDAN NORMATIVA INTERNACIONAL, PRINCIPAL OPORTUNIDAD PARA LA PCI Para el presidente de la AMRACI hay dos mercados bien definidos en México, por un lado, está el que demanda estándares nacionales que todavía llegan a ser insuficientes, por ende, el de mayores retos, pues se requiere de una homologación en los distintos reglamentos de construcción en materia de protección

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contra incendio y lograr una obligatoriedad del uso correcto de los sistemas; esto haría que crezca la calidad de todas las empresas que trabajan en el sector. Por otro lado, está el mercado que pide estándares internacionales, y aquí, Camacho ve algunos aspectos muy importantes, como el T-MEC, el TPP y la firma de un futuro tratado con la unión europea; esto generará una posición geográfica y comercial muy atractiva para la movilidad de productos provenientes de diversos países, fortaleciendo sectores como el de la logística (centros de distribución y almacenes). La industria de las comunicaciones también se ha visto fortalecida y será importante con la protección de centros de datos. La

importancia del sector contra incendio, sin duda, va más allá de ello, pues se trata de un sector transversal que toca a cualquier industria y la provee de seguridad para sus trabajadores.

luego, cada uno tiene sus particularidades. Sin embargo, tomando cada uno de estos problemas comunes y con la convicción de que la unión hace la fuerza, nos acercamos para compartir experiencias y hemos podido establecer una agenda que tiene que ver con la visión de la protección contra incendio en Latinoamérica, creando la Red LATAM PCI. Los aspectos técnicos podemos homologarlos, en materia de exigencia o regulación cada país tendrá que hacerlo con sus autoridades. Ahora bien, en nuestra particularidad, la historia que se queda atrás, ha dejado grandes retos, pero hemos podido adaptarnos y seguir con pasos firmes. Para 2021 debemos seguir enfocados en los tres ejes que he comentado, pero además de eso, habrá que trabajar muy fuerte al interior de la asociación, para mantener la unión, esa que ha sido la fortaleza principal de nuestro sector”.

UNIÓN REFLEJADA EN LA REGIÓN “En América Latina nos hemos encontrado que, quizá por algún tema cultural, –afirma Juan José– tenemos males comunes, por ejemplo, cuando vamos como asociación de rociadores las autoridades piensan que vamos a vendérselos, la autoridad no conoce de los sistemas; también falta profesionalización dentro de la industria y algunos otros temas son similares,

Juan José Camacho Gómez, presidente de la AMRACI

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Regulación en Colombia,

punto de quiebre entre un antes y un después El sector contra incendio en el país sudamericano luce fuerte y en crecimiento, gracias a una normativa que ayuda a la exigencia y a una vinculación cercana con un pujante sector de la construcción.

Los pueblos latinos suelen ser alegres, fiesteros, también son bromistas; tienen fama de muchas cosas, pero en ellos, también hay mujeres y hombres serios, comprometidos con el bien común, dispuestos al emprendimiento, con ímpetu de formar empresa, generar empleo y hacer país. En el sector contra incendio en Colombia, por ejemplo; me cuenta en entrevista Alex Rodríguez Aparicio, presidente de la Asociación Nacional de Rociadores Automáticos Contra Incendio (ANRACI), se bromea con la similitud de lo que sucede cuando un profesional entra al giro, que al igual que en la mafia, una vez que ingresa, puede seguir escalando peldaños, pero no salir jamás, con la gran diferencia de que ellos salvan vidas, protegen los espacios donde las personas viven, trabajan o se divierten y consiguen mantener la operatividad de los negocios. CON LA NORMATIVA ADECUADA LAS COSAS SUCEDEN Esa realidad colombiana y su creciente auge en materia de instalación de sistemas contra incendio, está marcado por la NSR 2010, una Norma Sismo Resistente que incluye dos capítulos sobre protección contra incendio, con temas de detección y alarma, evacuaciones y seguridad humana. Dicha normativa, ha generado ventajas y posibilidades de crecimiento para toda la cadena productiva del sector en el país sudamericano, pero hubo tiempos en que la falta de esfuerzos conjuntos trajo situaciones de piratería y falta de cumplimiento normativo, por ello, los colombianos vieron en la vinculación de sus empresas, a través de la ANRACI, una herramienta poderosa para

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redirigir el camino del sector, con oportunidades para todos. “Hoy por hoy, la asociación se ha convertido en un referente significativo en la industria de protección contra incendio en Colombia, –cuenta Alex Rodríguez– tenemos un reconocimiento importante con las entidades del gobierno, tenemos convenios con la Dirección General de Bomberos de Colombia, con bomberos Medellín, bomberos Bogotá, de Cali y con instituciones del orden de educación, algo así como lo que ha hecho AMRACI con el CONOCER, acá se llama el SENA, Servicio Nacional de Aprendizaje y con ellos hemos desarrollado programas de competencia laboral para técnicos en mantenimiento y para instaladores, actualmente están saliendo las primeras promociones de técnicos certificados en inspección, prueba y mantenimiento bajo la norma NFPA”. PREPARAR A LA MANO DE OBRA PARA GARANTIZAR SEGURIDAD En México se vio la necesidad de capacitar a los profesionales, ingenieros que diseñan detección y extinción de incendios, mientras tanto, en Colombia, vieron la necesidad de preparar a la mano de obra, a las personas de instalación,

todos los técnicos; porque era la gente que menos conocimiento tenía, pues en el nivel profesional, pese a que tampoco tienen una Universidad que imparta una ingeniería contra incendio, las personas interesadas en el tema, que eran profesionales, se capacitaban y salían del país a tomar cursos, hacían algunos online o leían la norma, entonces el nivel profesional no es que fuera perfecto, pero tenía mucha más gente con conocimiento. El gran problema estaba a la hora de instalar, se encontraban muchos errores, personas colocando los rociadores al revés, no sabían cómo instalar una bomba, ante el crecimiento del mercado se necesitaba mayor mano de obra, y con ello, mayor capacitación. “Acá (en Colombia), arrancamos por la base, –afirma Rodríguez Aparicio– pero esto se ha vuelto un tema interesante porque podemos decir que México tiene un tema de profesionales y nosotros de técnicos, lo que en el marco de la Red LATAM PCI es muy enriquecedor para los casos de éxito de cada nación, un acto de compartir el conocimiento de manera transversal, que hoy puede salir de Colombia y que a su vez puede entrar proveniente de un caso de éxito en México o Brasil o cualquier otro país de América Latina”.

Según datos del mismo DANE, en 2019 se dieron licencias para 23.1 millones de m2 de construcción, el 80.8% se destinó para vivienda, 9.7% para comercio, 3.6% para oficinas y 27.2% para otro tipo de construcciones. chip, a través de algunos videos, actividades en conjunto con los Bomberos, para capacitar a las personas. Y en ese sentido –continúa Alex– hemos realizado algunos convenios, como el que recientemente firmamos con la Dirección General de Bomberos de Colombia que contempla capacitaciones para los mismos bomberos, los ayuda a entender la importancia de los sistemas contra incendio, así como identificarlos y revisarlos, pues hoy en día no saben si un sistema está bien o mal. También firmamos un convenio con una entidad de gobierno, que es el Ministerio de Vivienda y Medio Ambiente, para poder hacer una identificación de sustancias de supresión de agentes limpios que contaminan el medio ambiente, es decir, se le informa a la gente sobre las sustancias que ya no se pueden usar para extinción de incendios, porque son muy buenas a la hora de extinguir pero ya no pueden ser usadas porque salen de los límites de permisividad basados en los convenios internacionales de calentamiento global”. CONSTRUCCIÓN, EL MEJOR ALIADO DEL SECTOR DE PCI COLOMBIANO

CULTURA Y APOYO SOCIAL Por otro lado, para Colombia, y para la región en general, aún existen diversas áreas de oportunidad para el desarrollo del sector y de la conciencia social sobre el tema. Uno de ellos está representado por la falta de prevención, y eso es parte de la cultura, en donde la prevención, es de pronto, una situación de creencia, y la mayoría dice “a mí no me va a pasar”. “Nosotros desde ANRACI hemos desarrollado campañas, por ejemplo, en estas épocas de diciembre hacemos algunas en donde les mostramos el peligro de los árboles de navidad al recargar las tomas, les hacemos ver que es necesario que tengan un extintor en la cocina y vamos dando las ideas más básicas para que la gente entienda y pueda cambiar el

“La pandemia irrumpió de golpe y nos tomó a todos por sorpresa, afortunadamente en esta etapa ANRACI ha funcionado como un integrador y canalizador de situaciones interesantes, en la época inicial de la pandemia, entre marzo y junio, la asociación comenzó a hacer reuniones virtuales para compartir las experiencias, nos reunimos una o dos veces a la semana y todo mundo aportaba algo, el más grande que tenía un departamento jurídico enorme, nos compartía, por ejemplo, la forma en que manejaba los contratos para favorecer a todas las partes, ahí se acabó el tema de que esto es mío y lo aplico solo para mi

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región pci-COLOMBIA

empresa y se dio de manera simple una actitud de compartir. Esa sinergia formó una asociación de amigos, –afirma el ingeniero con más de 15 años de experiencia en el sector– que trabajamos por un bien común. Hay compañías a las que les fue muy bien y tuvieron la fortuna de que su forma de negociar o sus esquemas de negocio les permitieron el crecimiento, a otras, les impactó en mayor medida, pero continuaron operaciones”. Estas condiciones favorables para las empresas asociadas a la ANRACI, se logran porque el gremio está muy bien vinculado al sector de la construcción, mismo que según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de Colombia, representó en 2019 el 7.2% del PIB del país, además, construyen cada año cerca de 17.8 millones de m2 en nuevas áreas. Según datos del mismo DANE, en 2019 se dieron licencias para 23.1 millones de m2 de construcción, el 80.8% se destinó para vivienda, 9.7% para comercio, 3.6% para oficinas y 27.2% para otro tipo de construcciones.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de Colombia, establece que la construcción representó en 2019 el 7.2% del PIB del país, además, construyen cada año cerca de 17.8 millones de m2 en nuevas áreas.

gremios de construcción funcionaran, en ese momento, muchas de las empresas de nuestro gremio, también reactivaron sus trabajos. Ahora bien, cambiamos muchísimo en la manera de trabajar, en la forma de hacer las cosas, incluso mucha gente sigue trabajando desde casa, los de la ingeniería, el diseño, en ese sentido se reinventó la manera de hacer la cosas, se generó un feeling y una filosofía más cercana a la familia y eso nos enseñó a ver la vida de una forma diferente y también, por ende, a los negocios”. “Desde Colombia seguimos en la línea de establecer cercanía con las instituciones gubernamentales y llegar a los políticos. Para crecer el sector, debemos trabajar en la capacitación, en la cultura de la prevención y en nuestro caso, hacer que se aplique la normatividad. Debemos pues, traer más tecnología y conocimiento al país, ya que, vienen proyectos muy interesantes, de gran impacto y que deberán ser protegidos, entonces hay una inercia favorable para un desarrollo amplio de nuestra especialidad. Lo que viene es mucho por hacer, ante eso, necesitamos más manos, más gente comprometida, personas que quieran prepararse y que les apasione esto en toda Latinoamérica”, concluye el presidente de ANRACI.

“En nuestro país la construcción se reactivó relativamente rápido, para las últimas dos semanas de mayo se encontraba reactivada, claro, con todos los protocolos y una gran cantidad de medidas sanitarias; en la construcción se podía trabajar con la gente aislada y además se dividieron los horarios, ahora la gente ya no trabajaba solo de 7 am a 5 pm, –cuenta Alex Rodríguez– sino que había tres turnos, el que entraba a las 4 am y salía a las 12 pm, el que entraba a las 12 pm y salía a las 8 pm y una tercera, que entraba de 8 pm a 4 am; esas estrategias las implementó el gobierno y eso permitió que los

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Alex Rodríguez Aparicio, presidente de la ANRACI

engineering to protect and save lives

SAFE

CERTIFICADA

2018 MEX

PORTADA

LATAM PCI:

ESFUERZO LATINOAMERICANO

La fortaleza de la unión ha sido probada en cada una de las asociaciones que conforman este grupo latinoamericano, que hoy edifica un frente sólido para lograr una Latinoamérica fuerte en la prevención de víctimas de fuego.

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El inicio de AMRACI representó un cambio y renovó condiciones para un sector que hace algunos años parecía inexistente, un “commodity” que pocos notaban, y mucho menos, hablaban de él dentro de los “mega sectores” como el de industria de la construcción en México. A siete años de distancia, las acciones, los logros y los esfuerzos, representan una muestra evidente de la trascendencia que ha tenido la creación de la Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendios (AMRACI) para toda la realidad normativa, de profesionalización, certificación y visibilidad de esta industria transversal en México. Detrás de todo el conjunto de acciones que se han realizado, existe un pilar fundamental que las dota de una fuerza transformadora, con el potencial para reconformar una realidad distinta en cualquier esfera, y se llama ¨unión¨. Este grupo de empresarios y profesionales de la protección contra incendio, sensibilizados por la problemática, vislumbraron en la vinculación de sus empresas, la forma más eficiente de dar a conocer su industria, así como su loable trabajo. Se dieron cuenta que tenían que decirle al resto de los industriales, a la sociedad civil y a los diferentes niveles de gobierno que había una forma de salvar vidas, proteger propiedades y garantizar la continuidad productiva evitando algo que puede ser tan fatal como lo es el fuego. CON PÉRDIDA ACUMULADA, CADA 100 AÑOS SE QUEMA TODO EL PIB MUNDIAL Y sucede que el problema es mayúsculo. Datos proporcionados por el Ingeniero Carlos Morett, expresidente de AMRACI y profesional de la industria con más de 38 años de trayectoria, contextualizan de manera clara, la realidad del fuego sin control en el mundo. “El daño causado por los incendios, al presentarse de forma aislada, no es tan percibido como el del terrorismo, los terremotos o huracanes. Sin embargo, anualmente los incendios causan más pérdidas de vidas, daños económicos y sociales que estas tres fatalidades combinadas.”

“Por ello es importantísimo crear conciencia y mostrar los datos duros. –reafirma Morett– Las pérdidas económicas anuales causadas por los incendios representan el 1% del producto interno bruto del mundo, que, visto desde una perspectiva acumulable, equivale a que cada 100 años se pierde el PIB mundial entero. Así de grande es el problema de los incendios, y eso considerando que han ido disminuyendo gradualmente con medios muy probados como los sistemas de rociadores automáticos contra incendio, usados exitosamente en algunas partes el mundo desde hace 170 años”, enfatizó el también empresario. ¿CUÁNTO VALE UNA VIDA? “Lo que hace la diferencia –Indica Carlos Morett– es que en algunas partes del mundo han aprendido de la historia y han aplicado la ciencia para prever y controlar el riesgo al evitar los daños irreparables y devastadores que provocan los incendios en pérdidas humanas, económicas, sociales y psicológicas. Entendieron que se tenía que estipular en su regulación la exigencia de protección contra incendio con sistemas de rociadores automáticos, cuya efectividad probada es de más del 99%, para salvaguardar la vida, la protección de su patrimonio y la continuidad de negocios, así como la tranquilidad y futuro de sus ciudadanos. Hay una canción mexicana que dice: La vida no vale nada. En algunos países no vale nada, en otros sí, y mucho. Nuestros gobiernos y autoridades como parte de sus funciones regulan con sus leyes y su aplicación las consecuencias que nos impactarán a todos.” “En algunos países, donde sus gobiernos más la valoran y regulan, una vida vale entre un millón y ocho millones de dólares. En nuestros países latinoamericanos nuestros gobiernos le dan un valor mínimo a la vida de nuestros ciudadanos y no se les protege con regulación. No se exigen sistemas de protección contra incendio, ni tampoco se exigen consecuencias a los responsables y aseguradoras, con el pago adecuado a los deudos de las víctimas de los incendios.”

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“Un grave problema que se observa al analizar los datos duros, –describe el ingeniero Morett– muestra que en el mundo se instalan 250 millones de rociadores al año, de los cuales, solo 2.5 millones, es decir, el 1% se instalan en Latinoamérica, región que representa el 8% de la población mundial, así como el 8% del PIB global. En ese sentido, queda de manifiesto el rezago en materia de protección contra incendio de nuestra región, pues los rociadores son instalados principalmente en las naciones cuya participación conjunta en el PIB mundial es casi del 50% y que solo representan el 17% de la población mundial. Se deduce de estas cifras que invertir en prevención y protección tendrá siempre efectos positivos. Para ellos la protección representa una inversión, y tristemente en la región latina se ve como un gasto.”

Cada año se pierden aproximadamente 200,000 vidas alrededor del mundo a causa de incendios, a lo que se suman gastos médicos multimillonarios, traumas, y todos los daños materiales y afectaciones económicas que estos provocan.

adecuadamente en caso de un incendio. Puede fallarnos la luz, el aire acondicionado, el internet, o el sistema hidra-sanitario, pero el sistema contra incendio no puede fallar porque es responsable de salvar vidas y propiedades. Es muy irresponsable el buscar ahorros mal entendidos usando equipos sin certificaciones y aprobaciones. Un supuesto ahorro podrá convertirse en costos estratosféricos por pérdidas humanas, materiales y económicas, y provocará demandas enormes a los que se atreven a engañar a sus clientes y autoridades, poniendo en riesgo sus negocios y libertad, más allá de generar una mala reputación para la industria de protección contra incendio.

LA “PIRATERÍA” NO AHORRA, MATA Otro punto muy importante es la confiabilidad de los equipos que se instalan en los sistemas contra incendio, –añade Morett– ya que toda la región libra una batalla constante en contra de los materiales de baja calidad, sin certificación y aprobación de laboratorios reconocidos mundialmente como UL, FM, y VDS, entre otros, lo que hace de vital trascendencia poner estos temas en la mesa de la nueva desde el día uno. “Del total de los equipos en protección contra incendio instalados anualmente en el mundo, provienen de China, sin estas certificaciones y aprobaciones, el 25% de los productos” –enfatiza el ingeniero–. Estos equipos chinos pueden tener un costo muy bajo, casi regalado, pero no tienen la confiabilidad y calidad certificada, porque no funcionaran

En el mundo donde sí se regula y se exigen equipos certificados y aprobados, diseñados, instalados y mantenidos de acuerdo con normas internacionales por profesionales calificados que no buscan engañar con falsos ahorros ni cortan esquinas, el instalar un sistema de rociadores automáticos adecuado representa aproximadamente solo el 2% del costo total de una edificación, el equivalente a un piso o plafón. De lo contrario estaríamos durmiendo confiados en un barril de pólvora. El que no aprende de la historia está condenado a repetirla. Hay que aprender de los grandes incendios de Londres, Boston, San Francisco, el hotel Dupont Plaza en Puerto Rico, el hotel MGM en Las Vegas, la Disco en Santa María, la Torre Grenfell, el museo nacional en Río de Janeiro, Norte Dame en París, Beirut

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Felicita la Iniciativa de las Asociaciones:

por la creación de la Red Latinoamericana de Protección Contra Incendios

Por una Región Unida en la Prevención

Somos un medio de comunicación especializado en la sensibilización y visibilidad de la industria

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PORTADA y cuantos más. Debemos aplicar la ciencia, normas y estándares desarrollados por profesionales después de analizar dichas tragedias, y así, evitarlas en nuestros países en desarrollo, con la premisa de eliminar a toda costa instalaciones de productos no certificados y aprobados. Es hora de poner freno, cada año se pierden aproximadamente 200,000 vidas alrededor del mundo a causa de incendios, a lo que se suman gastos médicos multimillonarios, traumas, y todos los daños materiales y afectaciones económicas que estos provocan. Toda esta realidad puede parecer particular para ciertos países, pero a lo largo de la historia se ha podido constatar que la región Latinoamericana tiene muchas similitudes en la forma de hacer las cosas. En esto en particular, tristemente compartimos malas prácticas. Existe una carencia de información sobre muchos temas que no permiten crear conciencia o cultura de la prevención y protección contra incendio, la seguridad humana y todos los peligros que conlleva el fuego fuera de control y sus efectos. Pensamos que no nos pasará a nosotros.

hace 7 y posteriormente, hace 5 años, ayudamos a que surgiera Colombia, un año atrás, impulsamos la creación de la asociación de República Dominicana. Tenemos problemas comunes, en ese sentido, vamos a buscar soluciones para todos”. “Red LATAM PCI inicia con cuatro países, Brasil, México, Colombia y República Dominicana, pero se está invitando a toda Latinoamérica. Ya se unió Perú, Chile, Panamá, Ecuador y Costa Rica a la Red, están por confirmar varias Asociaciones de otros países. Lo primero que vamos a establecer es un inventario de la posición en que se encuentra cada país en materia de regulación, profesionalización, certificación y el uso de equipos certificados; al establecer ese inventario vamos a ir definiendo las mejores prácticas y condiciones para lograr paridad y elevar los puntos en los que cada nación sea carente o deficiente”, manifestó el presidente de la asociación.

UNIDOS POR UNA REGIÓN SIN PÉRDIDAS POR FUEGO En esa misma inercia, profesionales de países como Brasil, Colombia, República Dominicana, Perú, Chile, Ecuador, Panamá, Costa Rica, entre otros, también se dieron cuenta que concientizar sobre la prevención sucedería más rápido al unir fuerzas y conformar asociaciones, con los objetivos principales de: desarrollar los marcos regulatorios acorde al riesgo, profesionalizar a toda su cadena productiva y hacer visible la repercusión de los incendios en sus países. Ante todo ese gran escenario y en una época complicada, con una pandemia de carácter global, que ha puesto a prueba la resistencia y la capacidad de adaptación, pero que también ha dejado espacio para la reflexión, surge la Red Latinoamericana de Protección Contra Incendios (LATAM PCI), presidida por el ingeniero Carlos Morett, “desde que AMRACI nace, surge la idea de crear y unir varias asociaciones que en un momento dado trabajen en conjunto. Hace 10 años surge la asociación brasileña, pero antes que esa hay otras en Latinoamérica, como la peruana que surge hace 11 años. Nosotros en México nos conformamos

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Para esta asociación regional es primordial la visibilidad y el generar datos duros, estadísticas, con ejemplos de lo que está pasando en otras regiones para crear conciencia. “Como asociación Latinoamericana –adelanta Morett– queremos promover el día internacional de prevención de incendios ante la ONU. Es una iniciativa que nos dará un símbolo para que todos luchemos por la misma causa. Se va a proponer con la unión de las diferentes asaciones de Latino América y el International Fire Suppression Alliance (IFSA), que representa a los fabricantes del mundo, y es parte de nuestros objetivos como red, aunque habrá que hacerlo en un momento estratégico, ya que, en una época de pandemia, la misma se lleva toda la visibilidad”. “Hay diversas áreas de oportunidad en el trabajo que ha de realizar la Red LATAM PCI, asociación de asociaciones. Primero la unión, que es la que nos hará fuertes. Como latinos tenemos la gran ventaja de hablar el mismo idioma, pero a veces entre hermanos nos cuesta ponernos de acuerdo para progresar trabajando hacia un mismo fin manteniéndonos juntos. Se forma una buena casa con un buen diseño y empieza construyendo cimientos sólidos, por eso es importantísimo trabajar unidos en esta red, con planes y objetivos claros, llegando a consensos y acuerdos de trabajo, que aportan al bien general con reglas para lograr una mayor fortaleza de nuestra red. Habrá que buscar el bien común, en el camino nos va a ir bien a todos, cuándo haces el bien siempre se te multiplica”.

una gran oportunidad si la sabemos manejar unidos y nos adaptamos a la modernidad, al progreso, y a las normas y reglas probadas mundialmente. Mientras tanto, todos estamos en un peligro latente. Para crear un continente más seguro del riesgo de incendio, se debe de iniciar con el cambio de regulación en los diferentes gobiernos; es la ¨A¨ del alfabeto y es por donde han empezado las regiones que son más seguras en el mundo. Red LATAM PCI tiene que trabajar en conjunto con las asociaciones de cada país, para ir progresando en unificar criterios apegados a los estándares mundiales en el proceso de cambio de regulaciones”.

En el mundo se instalan 250 millones de rociadores al año, de los cuales, solo 2.5 millones, es decir, el 1% se instalan en Latinoamérica, región que representa el 8% de la población mundial, así como el 8% del PIB global.

“Esto traerá sin duda desafíos y oportunidades, pero mientras trabajemos fuerte y unidos con la misión común de proteger de los peligros de incendio a personas y propiedades, esteremos construyendo un futuro más seguro para nuestros hijos y nietos”, concluye.

Red LATAM PCI inició con Brasil, México, Colombia y República Dominicana, pero se está invitando a toda Latinoamérica. Ya se unió Perú, Chile, Panamá, Ecuador y Costa Rica.

“No podemos esperar en Latinoamérica, –asegura el ingeniero Morett–, a que alguien más solucione nuestros problemas. Debemos tomar nuestras propias decisiones y acciones, basándonos en lo que han hecho otros países exitosos, en las buenas prácticas y lo que la ciencia nos ha enseñado que está plasmado en los estándares internacionales disponibles para todos, de forma gratuita. El desarrollo nos brinda un futuro alentador de gran crecimiento para toda la región. En México, la firma del nuevo T-MEC y la entrada en vigor de la nueva Ley de Infraestructura de la Calidad” representan

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Carlos Moret Flores, presidente de la Red LATAM PCI

ABSpk Una década transformando al sector La industria de PCI en Brasil trabaja sobre tres ejes principales que ponderan la concientización del usuario final, la educación de su cadena productiva y la vinculación de una red segura y confiable de empresas del ramo, dejando como resultado un sector en firme crecimiento.

Hubo una época en la que los ingenieros experimentados, personas de edad avanzada, no compartían sus conocimientos sobre protección contra incendio en Brasil, el conocimiento se cerraba para un pequeño grupo, situación que cambió por completo hace 10 años con el surgimiento de la Asociación Brasileña de Sprinklers (ABSpk), donde convergen todos los jugadores del mercado y la industria, fabricantes, diseñadores, distribuidores, instaladores, para compartir sus saberes e impulsar al sector en materia de regulación, así como fomentar una cultura de la prevención y la seguridad. Felipe Melo, presidente de la asociación, afirma que desde ese momento la ABSpk inició trabajos de educación, abrió los conocimientos para un mayor número de ingenieros e integró la industria. “Me parece que en Brasil el resultado de todo esto ha sido muy interesante y enriquecedor para las personas involucradas en el sector, –afirmó Felipe– actualmente somos cerca de 50 empresas asociadas, todas relacionadas con rociadores automáticos”. Durante esta década, en Brasil han decidido conducir la maquinaría sobre tres pilares fundamentales: “primero, trabajar para que los usuarios finales entiendan y conozcan la protección por rociadores, cómo funciona, su eficiencia, es decir, la concientización de los usuarios. –contó punto a punto Felipe Melo– En segundo lugar, la educación de la cadena productiva de la industria. Y como tercer pilar, la creación de una red segura y confiable de asociados que tengan calidad, ética y profesionalismo. Cada acción que llevamos a cabo está pensada siempre sobre estos tres pilares”.

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BUENA EXIGENCIA PARA PROTECCIÓN DE ALMACENES, DEUDA EN OTRAS ÁREAS Para Felipe, hay dos cosas en las que se están trabajando que pueden traer un gran beneficio para Brasil, por un lado, ellos cuentan con regulaciones locales en diversas áreas, cada estado tiene la propia, y en materia de protección contra incendio el estado de Sao Paulo es el que tiene la mejor regulación, la más desarrollada por decirlo de alguna manera, y la mayoría de los estados la siguen, en dicha normativa, hay una buena exigencia de protección en almacenes; en centros comerciales y edificios altos también se exige y se implementa pero es necesario engrosar los requerimientos; ahora bien, en la industria manufacturera en general no hay requerimiento de compartimentación ni de sistemas de rociadores. Por ello, están trabajando para que se logren las exigencias de su protección, lo que permitiría un gran crecimiento del sector, pero también, por ende, del trabajo y de la seguridad de las personas. “El otro punto que vemos como necesario en Brasil, es la educación formal, ya que no hay cursos de graduación de ingeniería en protección contra incendio. Recientemente un diputado escribió un proyecto de ley para que

ECONOMÍA SÓLIDA QUE PERMITE EL CRECIMIENTO DE LAS INDUSTRIAS

Con la aportación de metodología para el proceso de certificación de especialistas por parte de AMRACI y la suma de una entidad reconocida en Brasil, se le dará un impulso a nuestra industria.

se formalice la educación de graduación para ingeniería de protección contra incendio, entonces, es una cosa que está en trámite en las cámaras y esperamos que en corto tiempo esto quede aprobado y empiece el desarrollo de cursos profesionales, ahora bien, ya existen algunos cursos de especialización que no son reconocidos como oficiales, entonces, la regulación de estos cursos es importante para que la protección contra incendio en general sea fortalecida”, apuntó Felipe Melo.

Mientras la realidad educativa del sector se transforma en el país sudamericano, las acciones de capacitación y certificación han sido diversas, una de ellas, cuenta el presidente de ABSpk fue impulsada desde México, “el año pasado, AMRACI nos aportó la metodología de la certificación CETRACI y comenzamos con el desarrollo de nuestra certificación, aunque en Brasil no sería posible crear una entidad como el Fire Prevetion Institute para administrar la certificación, nos juntamos con una entidad reconocida en Brasil, que realiza certificación de personas, para que desarrollen la certificación con base en los procedimientos de esta institución, pero desde el inicio del año se paró todo con la llegada de la pandemia”.

Precisamente, en torno a las repercusiones del Covid-19 sobre el sector en Brasil, Felipe Melo contó que la falta de entrenamiento fue evidente para toda la cadena productiva de la industria, por ello, se aventuraron a realizar tres webinars sobre instalación, pruebas y mantenimiento de sistemas de rociadores automáticos, además, recrearon de manera virtual, su seminario internacional que aconteció en los primeros días de noviembre. “En materia de negocio, según nuestros propios asociados, cuentan que es mejor de lo que parecía, al inicio las empresas tuvieron tiempos más difíciles, pero después las cosas mejoraron, –afirmó el presidente de la ABSpk– algunos mejor que otros, pero en general nuestros asociados no tuvieron problemas económicos en ese tiempo. Es claro que hubo alguna adaptación, porque los clientes no pudieron hacer sus pagos en el tiempo que se había acordado en algún momento, entonces hubo que renegociar y dar mayores plazos; algunos materiales como tuberías fueron más difíciles de encontrar y por ende comprar; también se dispararon los precios con el incremento del dólar, aunque esto no fue una situación permanente”. Dicho contexto se logró quizá porque la economía brasileña registró un crecimiento récord del 7.7% del PIB en el tercer trimestre de 2020, en comparación con los tres meses anteriores, por otro lado, es real que la economía brasileña aún no ha vuelto a su nivel anterior a la crisis, pues todavía está 4.1% por debajo del último trimestre de 2019, esto según datos publicados por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística). RED LATAM PCI, GRUPO PARA EXPONENCIAR EL CRECIMIENTO “En Brasil contratamos una agencia de marketing y comunicación, con ellos

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región pci-BRASIL

hacemos campañas y algunos lanzamientos de artículos, para fomentar la interacción con la cadena productiva del sector, –manifestó el ingeniero eléctrico– también comenzamos con algunos eventos más direccionados para el usuario final y toda la sociedad civil, por ejemplo, estos webinars y el seminario”. El directivo ve una industria brasileña de la protección contra incendio en constante crecimiento, con una historia de 10 años que se ha ido moviendo y que parece tener una curva de resultados y de logros que aumentan de manera exponencial, ya que una cosa va empujando la otra, y una vez que sucede, mueve a las demás y las cosas empiezan a acontecer con más facilidad. “Entonces, –apuntó a manera de cierre Felipe Melo– si a 10 años yo entiendo que tenemos

La economía brasileña registró un crecimiento récord del 7.7% del PIB en el tercer trimestre de 2020, en comparación con los tres meses anteriores, esto según datos publicados por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística).

una regulación, con algunos puntos a mejorar sí, pero que sin duda ha sido mejorada, y si la curva no miente, en poco tiempo tendremos más logros en regulación, condiciones más favorables para nuestros asociados y mayor conciencia de la población civil sobre la situación de los incendios. Entiendo pues, que estamos en un ascendente de logros y que en poco tiempo veremos más resultados, que sin duda pueden ser exponenciados por el surgimiento de la Red LATAM PCI, pues el conjunto puede lograr cosas mucho más importantes, generando un cambio más eficiente, los logros de Brasil pueden ser compartidos con los demás países, lo mismo que los de México; el panorama muestra que la asociación casi al momento de ser creada doblará de tamaño de participantes, pues ya hay muchos interesados en la región. Los logros de la red, estarán firmemente cimentados en la participación de las personas que lo integren, de sus compañías y de sus naciones”.

Felipe Melo, presidente de la ABSpk

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Consolidar, para elevar la exigencia regulatoria El sector de la protección contra incendio en Chile, trabaja en fortalecer una voz de unión que optimice sus esfuerzos en busca de una actualización regulatoria, ajustada a la nueva tendencia arquitectónica y los riesgos que esta conlleva.

Existen centros, en los que todos los senderos terminan, se vaya por donde se vaya, al final, son puntos de encuentro para el desarrollo de un tema específico. La educación, en materia de protección contra incendio, representa ese centro que todos los involucrados en el sector deben tener en cuenta para el desarrollo de su actividad. El tema educativo puede ser la puerta de entrada al tema de fuego, pero también puede representar la especialización, el incremento de nivel técnico que garantice a los profesionales instaladores que su trabajo cumplirá el cometido de salvar vidas, o el incremento de nivel competitivo hablando desde una óptica de empresa. Es así, por la educación, que Alejandro Ramírez Calvo, actual presidente de la Asociación Nacional de Protección Contra Incendio (ANAPCI de Chile), llega al mundo de la protección contra incendio, introducido por un profesor de la Facultad de Ingeniería en la Universidad de Chile, el ingeniero Gabriel Rodríguez Jaque, quien hacía un curso denominado física de la construcción, en el que desarrollaba, como parte del temario, contenidos de incendio. En ese mismo contexto, al final de los 80’s, principio de los 90’s, Chile formó el segundo laboratorio de Sudamérica, después del de Brasil, en términos de resistencia al fuego. Desde ese momento, los avances del país de Pablo Neruda, nacen y caminan firme principalmente con la inclusión de protección pasiva, asociada quizá, a la ingeniería civil y la construcción, los sistemas activos, por su parte, figuraban poco en aquellos tiempos.

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SUMAR CON TODOS LOS JUGADORES “La ANAPCI, va a cumplir dos años, –cuenta en entrevista su presidente Alejandro Ramírez– con el firme propósito de agrupar al sector, profesionales y empresas, que coincidíamos en todas las instancias del mejoramiento de normas, en seminarios, de tal manera que se lograran consensos en las posiciones que teníamos, optimizar los esfuerzos y hacer que se escucharan más. Actualmente, somos alrededor de 90 miembros, con tres características que nos hacen un poco diferentes a las asociaciones que existen en Latinoamérica y he tenido la fortuna de conocer, la primera: es que nosotros agrupamos a profesionales y empresas, y esto es porque en el área se necesita la colaboración de diversos esfuerzos, desde doctorados en fire protection, algunos pos graduados, gente que se dedica a proyectos o a comercializar equipo de incendio, hasta empresas de ingeniería, de comercio y otras internacionales como Honeywell o HILTI; la segunda diferencia es que abarcamos todas las áreas de la protección contra incendio, nos separamos en cuatros secciones técnicas o capítulos, uno es dedicado a detección y alarma, el segundo es extinción y

supresión, el tercero tiene que ver con protección pasiva, compartimentación y protección estructural y el último tiene un interés de unir, de hacer que converjan medios de protección para hacer cumplir el objetivo de evacuación y seguridad de vida, entonces el último capítulo está relacionado con evacuación. Con esa estructura, más otra estructura administrativa funcionamos; y la tercera diferencia, que esta podría ser una deficiencia, es que partimos sin muchos recursos, entonces nosotros no tenemos personal ejecutivo pagado, es decir, no tenemos un director o secretario ejecutivo y eso ha limitado algunos esfuerzos”.

Chile verá pronto la construcción de un nuevo aeropuerto con una extensión importante hablando de metros por proteger, tienen más de 20 nuevos hospitales y todos se están protegiendo bajo normas NFPA, es decir, como mínimo tienen rociadores.

EDIFICIOS ALTOS, ASIGNATURA PENDIENTE EN REGULACIÓN Para el sector chileno, el tema de la regulación es fundamental, esto los ha llevado a trabajar de cerca con su Ministerio de Vivienda y Urbanismo que hace su código de construcción, y que está desarrollando un nuevo manual de seguridad contra incendio para las edificaciones, que contendrá mayores exigencias; actualmente se han desarrollado los primeros capítulos con la participación de diversos entes y la colaboración de algunos profesionales de la ANAPCI, que se encuentran en mesas técnicas para conformar un código de consenso; se prevé que quede listo en su versión inicial en al menos dos años, dada la complejidad de su desarrollo y los procesos de revisión necesarios. Al mismo tiempo, convergen otras realidades normativas, pues existen plantas recolectoras de combustible y plantas distribuidoras de gas, así como almacenamiento de productos peligrosos donde hay regulaciones exigibles que entregan soluciones de protección, generalmente tomadas de NFPA 58 o 59, para cubrir los riesgos altos, o para plantas de combustibles

líquidos, gasolinas, etc., que son basadas en NFPA 30. Desde luego, también existen sectores no cubiertos, en los edificios de altura no existe una obligación para proteger con rociadores, tampoco los asilos de ancianos tienen mayor regulación, mucha planta industrial que no maneja productos peligrosos tampoco tiene exigencia; y otros en los que se ha comenzado a trabajar, pues recientemente los hospitales se están haciendo con rociadores. “Me parece que la regulación en Chile es bastante ordenada y se cumple, yo prefiero separarlo en el esquema americano, en donde uno puede hablar de códigos y de normas, estas últimas no son obligatorias, salvo que un código las establezca como obligatorias, en ese sentido, tenemos en nuestro país un código de construcción que es la ordenanza general del organismo de construcciones, que establece las principales exigencias en protección pasiva y activa en todo tipo de construcciones llamémosle normales, entonces eso existe y se cumple, el gran problema es que uno siempre lucha por empujar la línea de exigencias un poco más allá, por ejemplo, buscamos que los rociadores se incorporen a otro tipo de ocupaciones u otro tipo de edificios. Ahora bien, existen muchos aspectos incompletos, por ejemplo, en el sistema de detección y alarma hay exigencias, pero no tenemos una norma de instalación, entonces el mercado se ha ido a normas NFPA para instalar, pero sería mucho mejor que existiera una norma clara de instalación de nuestro país. Es decir, la normalización se

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región pci-CHILE debe actualizar para cubrir la nueva tendencia arquitectónica y los nuevos tipos de riesgo, asociados principalmente a las tendencias industriales de la automatización y almacenamiento a mayor altura. Entonces, los esfuerzos deben estar enfocados en mover un poco la línea de la exigencia, así como establecer muy claramente, cuáles son las normas de instalación en los casos en que la reglamentación local no lo defina claramente, y se pierde cuando el verbo no llega a hacerse carne”, complementa Alejandro Ramírez.

y desde luego, en capacitación y difusión de los temas de incendio a toda la sociedad, como ejes torales que permitan desarrollar un mercado que crece, ya que Chile verá pronto la construcción de un nuevo aeropuerto con una extensión importante hablando de metros por proteger, tienen más de 20 nuevos hospitales y todos se están protegiendo bajo normas NFPA, es decir, como mínimo tienen rociadores, se están haciendo centros comerciales pequeños que también tienen rociadores automáticos. Su área industrial es uno de los campos fuertes.

CAPACITACIÓN, UNA DEUDA REGIONAL Paradójicamente, esa educación que durante años había promovido la implementación de la protección contra incendio, primigeniamente la protección pasiva, es en la actualidad uno de los aspectos de los que adolece Chile y su realidad del sector. Hasta antes de la pandemia se ofrecía un diploma pos título que se daba principalmente a ingenieros y arquitectos, y representaba uno de los pocos esfuerzos, junto con lo que hacía NFPA, en materia educativa. Ahora bien, los esfuerzos no eran permanentes y si algo positivo se puede rescatar de la situación actual, sería la conformación de una nueva ventana con más cursos online internacionales. El propio Alejandro se encuentra en un dilema pues se ha cuestionado si son las asociaciones como la suya las que deben meter mano a temas educativos o son otro tipo de instituciones, que, con su apoyo, pueden desarrollar este tipo de trabajo, una universidad principalmente. De cualquier manera, reconoce que la capacitación de sus profesionales es una de las deudas más grandes que tienen. “Para tener un mayor contexto, –apunta Ramírez Calvo– es necesario decir que en Chile existe una figura del inspector técnico de obra, en teoría, él debe estar presente para vigilar la correcta instalación de los sistemas en la construcción, pero a veces, incluso esta persona, desconoce cómo se deben instalar los sistemas de protección contra incendio; usualmente en materia de alarma, los fabricantes brindan capacitación, pero en sistemas de agua y en rociadores no las hay. Por otro lado, y no menos importante, nos hacen falta las famosas estadísticas, si alguien nos preguntara por qué fallan los sistemas en tu país, la verdad es que no sabemos, por ello, es apremiante que en conjunto con las autoridades se mejoren los esquemas para la captura de estadísticas en torno a los incendios ocurridos a diario. Es primordial empezar a generar más números”.

“Creemos profundamente que el mejoramiento del sector significa tener una estructura que organice los medios en pos de ciertos objetivos, cuyo más importante, es la seguridad de las personas y eso aplica para nuestra realidad como país, pero también como región, no todos tenemos la misma realidad en términos de protección contra incendio, pues no somos la unión europea que homologó sus equipos para poder vender, pero tenemos muchos puntos comunes en los que podemos avanzar, en la Red LATAM PCI tenemos claro que al instalar rociadores, lo más probable es que lo hagamos bajo NFPA o FM Global o si vamos a instalar un sistema de detección sea bajo NFPA 72, pero puede que Chile no adopte completamente NFPA 101, como si lo hizo Panamá, dado que son realidades distintas y dependen, por ejemplo, de la existencia de laboratorios de ensayo. De tal manera que hay bases comunes en las que nos podemos apoyar mucho, pero debemos entender y conocer las experiencias de cada asociación”, concluye Ramírez Calvo.

MÁS HOSPITALES Y NUEVO AEROPUERTO El presidente de ANAPCI considera que los retos están en la regulación, en la consolidación de su organización,

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Alejandro Ramírez Calvo, presidente de la ANAPCI de Chile

Comprometer al usuario final

El sector de la PCI en Perú, trabaja por transformar un andamiaje normativo viejo, que se cumple, y las malas prácticas de usuarios finales que instalan de última hora y por una firma que permita la apertura de su edificación.

Los datos duros, las estadísticas y el seguimiento de las mismas, pueden cambiar la forma de percibir, atender y prevenir los incendios en cualquier lugar donde se susciten. En Perú, por ejemplo, ocurren cerca de 14 mil incendios por año, además, según el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP), un gran porcentaje de los incendios se dan en negocios informales, pues las empresas formales mantienen sus sistemas contra incendio; al mismo tiempo, lo que debe ocupar a la sociedad, políticos y especialistas, es el incremento en el número de incendios, que está en un promedio de mil por año, a nivel nacional. Por ello, nos hemos acercado al presidente de la Sociedad Nacional de Protección Contra Incendio (SNPCI), Raúl Duarte Urruchi, para que nos comparta un panorama más amplio de su sector. EL TRABAJO ES POR CONSERVAR LA VIDA El Perú cuenta con su Reglamento Nacional de Edificaciones (RNE), este a su vez posee un sub-capítulo denominado Norma A130: Requisitos de Seguridad, el cual, especifica los estándares que deben seguir los sistemas de protección contra incendio; contempla detección y alarma, supresión con agua e incluso muros cortafuego y protección pasiva en general, –pero Raúl Duarte manifiesta que– dicha norma debe ser actualizada, ya que en algunos casos, la especificación es simple, como lo concerniente a detección, o los sistemas de supresión con agua, en donde solo se aplican para determinados riesgos. Ahora bien, todo lo que existe y ha servido como base, como primer empuje, está bajo normas NFPA. “Tenemos reglamentos desactualizados que datan de los años 60 o 70, lo único que tiene una buena actualización, –aclara Duarte– es la Ley de hidrocarburos y minería. Ellos cuentan con una legislación muy aparte, las normas son muy altas, por ende, están bien

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protegidos. Cuando trabajamos en los sectores de minería o hidrocarburos, sabemos que sus estándares son apropiados debido a que su reglamento está basado en NFPA, además solicitan certificaciones como las de FM Global, situación que eleva las exigencias, muchos rociadores , más agua, fiscalización más rigurosa. Desafortunadamente, me parece que en toda Latinoamérica es muy común encontrarnos con casos en donde se intenta sacar la vuelta a la ley, por eso existen empresas que realizan malas prácticas, poniendo en riesgo no solo la inversión, sino también la vida. Sin embargo, existen compañías, como las asociadas a la SNPCI, que desean establecer reglas claras que eviten que la informalidad siga surgiendo, pues al final del día sabemos que estamos trabajando por conservar la vida de las personas desde nuestro campo de acción” . USUARIO FINAL INFORMADO, COMPETENCIA JUSTA “Como asociación buscamos que se cumpla la normativa, –describe Raúl– los que pertenecemos a este gremio somos organizaciones que cumplen con todos los deberes de una empresa correctamente constituida, invertimos en personal y capacitación, no hemos tenido problemas legales, ni de abandono de obra, contamos con una directriz congruente que dice no a la informalidad. Aquí y en México sabemos que existen empresas grandes que son serias, que trabajan con valores, con calidad, y hay otras

que no, entonces, surge un mercado de competencia desleal, produciendo un problema que afecta al sector y a los inversionistas. Los clientes, muchas veces, desconocen que la calidad de los servicios o productos son directamente proporcionales al presupuesto. Por ello, desde la asociación queremos que las empresas sepan que la mejor manera de cuidar su inversión es trabajando con compañías con experiencia garantizada. Lo que hacemos desde la SNPCI es presentar a dichas compañías, de esta manera promovemos la competencia justa en donde el cliente puede elegir entre un portafolio de empresas respetables”. “Es necesario luchar contra la informalidad que se genera por parte del gobierno también, hay empresas que van empezando o que tienen poca experiencia para hacer sistemas contra incendio y la verdad es que no están capacitados, no pueden hacer una ingeniería de alto nivel pues carecen de la preparación y de experiencia. Esto genera grandes pérdidas al inversionista, pues al final tendrá que desembolsar más dinero cuando surgen fallas y el diagnóstico de un profesional revela situaciones en las que quizá se deba remplazar equipos completos, porque los usados no cumplen con la norma. Estas son cuestiones serias que no pueden dejarse pasar, porque nuestro trabajo, insisto, es proteger vidas”. FALSIFICACIÓN Y CREDIBILIDAD, EL RETO “Otro frente común está enfocado en evitar la instalación de lo que en México llaman rociadores pirata, ya que en Perú han encontrado instalaciones de productos chinos, que tienen incluso marcas de aprobación, esto es tan grave, como que han existido instalaciones de casi 5 mil rociadores que han tenido que ser cambiadas, incluso nos hemos encontrado con productos que tiene el sello de UL cuando en realidad no cuentan con la certificación, es decir, son copiados de manera idéntica”.

Recuperar la credibilidad es otro de los retos que se vislumbra para el sector en Perú, ya que, según palabras del presidente de la SNPCI, las personas les han perdido el respeto a los sistemas debido a que hubo tiempos en los que se instalaba mal y los presupuestos eran notoriamente elevados. “Por ejemplo, –describe Raúl– nos hemos encontrado con sistemas de alarma que sonaban todo el tiempo como consecuencia de

Existen proyectos de almacén en los que se colocan más de 5 mil rociadores automáticos, su importancia radica en las ventas por internet que han configurado una nueva forma de comerciar.

una pésima instalación, sin embargo, estos contaban con el mismo presupuesto de una empresa que hubiera realizado el trabajo adecuadamente”. INSTALACIONES DE ÚLTIMO MOMENTO “Es lamentable que en Perú todo lo que se relaciona con seguridad en la construcción, históricamente se ha dejado al final. Y solo cuando descubren que no es posible inaugurar un proyecto sin obtener la licencia de funcionamiento empiezan las preocupaciones y la desesperación, al darse cuenta que tomaron una mala decisión en la contratación de una empresa poco confiable. A través de mi trayectoria en la industria he comprobado que el 30% de la inversión de un proyecto de construcción corresponde a seguridad contra incendio y a seguridad perimetral, incluida la seguridad electrónica. Esto en muchos casos sorprende al inversionista, pues descubre que instalar un sistema contra incendio, en una planta grande, puede costar un millón de dólares. Entre la bomba contra incendio, la tubería, obras civiles, aparte de la detección y todo lo que este implica, el presupuesto no puede bajar de esa cifra. Afortunadamente, esta tendencia ha ido cambiando, pero hay que continuar trabajando en ello, en acercarnos al inversionista y ponerle claro el panorama, detallando los requerimientos que por ley son necesarios para obtener la licencia que permita comenzar su operación”. “Ahora bien, ahí existe otro tema, ya que el ingeniero sanitario es el único que puede firmar, por ejemplo, todo lo que implica una bomba contra incendio, cualquier

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región pci-perú

sanitario, aunque tenga poco conocimiento sobre protección contra incendio, es el único que puede firmar, sin embargo; por más especializaciones o experiencia que posea, un ingeniero industrial u otro, no lo puede hacer. Tomando otro ejemplo, en Lima hay una ingeniería llamada mecánica de fluidos, que prácticamente es lo mismo, e incluso mejor, porque trabajan petroleras e hidrocarburos. Los profesionales con esa carrera podrían firmar muy bien un acta porque tienen los conocimientos técnicos necesarios, pero la ley no se los permite”, apunta Duarte Urruchi.

ALMACENES EN CRECIMIENTO EXPONENCIAL En Perú, la oportunidad de proteger los espacios está en dos sectores que destacan por su crecimiento acelerado, el sector hotelero y el de almacén, Raúl asegura que los almacenes requieren muchos rociadores. Existen proyectos de almacén en los que se colocan más de 5 mil rociadores automáticos, su importancia radica en las ventas por internet que han configurado una nueva forma de negociar. De igual manera, el sector hotelero es un nicho importante para la instalación de sistemas contra incendio al igual que la minería. “A la par, – aclara Raúl Duarte– tenemos mucho trabajo en lo que se refiere a capacitación y reglamentación, pero no solo al interior, sino de todos esos profesionales encargados de la supervisión y revisión de los sistemas. Su papel requiere conocimiento, tanto técnico como normativo, pues deben saber si lo instalado cumple con los estándares. En el país es común encontrarse con situaciones en donde se ha instalado de manera correcta, pero, por falta de conocimiento, los inspectores hacen observaciones que no tienen sustento técnico, también te encuentras con casos totalmente contrarios, en donde se muestran instalaciones deficientes que han obtenido aprobación. Esto hace que te cuestiones si los criterios de evaluación dejan la puerta abierta al desarrollo de proyectos con sistemas de seguridad de protección contra incendios

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que representan un riesgo importante para las personas que van a converger en esas ocupaciones”.

“En lo general y dentro de la Red LATAM PCI, el gran paso que podamos dar es la conformación de una gran escuela de ingeniería LATAM, para hacer un buen grupo y poder amalgamar todo esto. Cada asociación va a tener que luchar su legislación individual, porque en ese sentido cada una tiene su propia realidad, sin embargo, sí podemos capacitarnos entre todos, haciendo un buen diplomado o una carrera de un par de años, que brinde reconocimiento regional. –continúa el presidente de la SNPCI– En lo particular, como asociación peruana hemos comenzado a impartir capacitaciones a través de distribuidores como Clark, nos han apoyado con cursos de mantenimiento para bombas. El 2021 lo vamos a iniciar con otros proyectos de capacitación, además tenemos la intención de desarrollar un diplomado virtual, con clases presenciales durante los fines de semana. Contamos con un cuarto de bombas y un sistema de detección para que toda la teoría sea reforzada en estos talleres prácticos. Ahora bien, para ese tipo de diplomados necesitamos gente con experiencia y hacer sondeos para focalizar de mejor manera el contenido de los cursos, garantizando que los asistentes cuenten con un mismo nivel. De esta manera podemos lograr una educación de calidad que promueva una nueva generación de profesionales especializados en protección contra incendios”.

Raúl Duarte Urruchi, presidente de la SNPCI

ALTAVOZ

ANTE LA DISRUPCIÓN, ALIANZA GREMIAL Por: Redacción

La herencia de un año que enmarcó el inicio de una nueva década, trajo abruptos cambios de paradigma y formas de trabajar, el asociacionismo debe transformarse, adaptarse y renovar sus bríos, tal como estas asociaciones lo están haciendo.

La década que inicia en el 2020 deja a su paso el análisis de nuevos paradigmas para enfrentar los retos y las formas de colaboración gremial; el impacto resultó profundo en muchos de los ámbitos cotidianos y en la especialización de cada una de las organizaciones, al verse afectados los intereses de sus agremiados, y por lo tanto, de las instituciones. Ahora, se tendrá que buscar un nuevo rumbo de colaboración, ya no solo por especialidad, sino multidisciplinaria, es ahí, dónde un grupo de asociaciones han empezado a configurar ese nuevo modelo de participación.

Las 16 Asociaciones de la Industria de las Instalaciones para las Ciudades, Infraestructura y Edificaciones, que han decidido dar el primer paso para configurar un nuevo “asociacionismo disruptivo” son: Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendios (AMRACI) Consejo Nacional de Protección Contra Incendio (CONAPCI) Instituto Mexicano de Ciudades Inteligentes Sostenibles y Sustentables (IMCISS) Asociación Mexicana del Edificio Inteligente y Sustentables (IMEI) Building Owner and Manager’s Association (BOMA) Capítulo México Asociación Mexicana de Empresas del Ramo de Instalaciones para la Construcción (AMERIC) Asociación de Comerciantes de Material y Equipo Eléctrico e Iluminación (ACOMEE) ALAS International Comité Nacional México Asociación Mexicana de Especialistas en Seguridad Integral (AMEXSI) Asociación Nacional de Distribuidores de la Industria de la Refrigeración y Aire Acondicionado (ANDIRA) ASHRAE Capítulo Ciudad de México ASIS Capítulo México BICSI NFPA Capítulo México Sustentabilidad para México (SUME) Unión Nacional de Constructores Electromecánicos (UNCE)

Enero - Febrero 2021

FORTALECER PROFESIONALIZAR PREVENIR

SALVAGUARDAR Y PROTEGER VIDAS Y PROPIEDADES

es nuestro compromiso

amraci.org

Organización sin fines de lucro integrada por las firmas de ingeniería, empresas instaladoras distribuidoras, fabricantes y aseguradoras más reconocidas y calificadas en México; con el objetivo de impulsar, mejorar, legislar, profesionalizar y promover la cultura de prevención y protección a través del desarrollo de normas, códigos, buenas pr prácticas de diseño, instalación y mantenimiento.

ALTAVOZ

Quienes, en suma, representan las actividades profesionales de sus agremiados basados en su calidad, su representatividad y participación nacional en la industria de la Construcción. Su trabajo es de relevancia en la sociedad mexicana y su aportación a la actividad económica asciende a un mínimo de $15,000,000,000 en el PIB nacional. Esta unión busca separarse de los viejos modelos de desarrollo individual y generar una lógica de compartir experiencias y buenas prácticas, para proveer certidumbre y guía en la nueva realidad, ofrecer beneficios comunes para todos sus asociados, e inclusive, construir propuestas para ayudar a que la cadena productiva de nuestra industria continúe participando en el mercado. En un idealismo, se busca promover el modelo de coordinación de proyectos desde un diseño basado en normatividad mexicana, hasta la ejecución y la entrega post-venta, con una base de costos completos y correctos. Un par de años atrás, varias de estas asociaciones se reunieron, inicialmente, con la finalidad de compartir mejores prácticas y aprender de las fortalezas que cada una tenía en 9 rubros:

LEGISLACIÓN

NORMATIVIDAD

IMPORTACIONES

EXPORTACIONES

MEDIO AMBIENTE

RESPONSABILIDAD CORPORATIVA

RESPONSABILIDAD SOCIAL

TRANSPARENCIA

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LIBRE COMPETENCIA

Las 16 Asociaciones de la Industria de las Instalaciones para las Ciudades, Infraestructura y Edificaciones, tienen una aportación a la actividad económica que asciende a más de $15,000,000,000 en el PIB nacional.

ALTAVOZ

Poco a poco, va dándose forma a una colaboración, en donde el éxito, es la suma de varias voluntades para dialogar, compartir, exponer temas afines y buscar soluciones comunes. Entre las conclusiones a las que se han llegado resalta el papel protagónico que deben asumir los organismos representativos en estas circunstancias, porque si algo urge, a las empresas de todos giros y tamaños, es contar con información confiable y oportuna, sobre novedades en los escenarios que se presentan o pueden presentarse. La disrupción Si consideramos que los principales roles de los organismos están cimentados en representar y defender los intereses de sus agremiados, así como buscar incidir en las acciones de gobierno. Los trabajos deben ser focalizados en dar voz a sus representados, hablar en su nombre y fungir como grupos de presión ante la posibilidad de imposición en medidas que afecten la buena marcha o el desarrollo de las actividades de los mismos. En resumen, por su papel de defensa de intereses e interlocución, los organismos empresariales son instancias de comunicación, tanto entre las empresas agremiadas, como entre ellas y las autoridades o la sociedad. La comunicación que demandan los gremios en tiempos de disrupción, son: Intragremial: para lograr consenso en posturas del gremio sobre asuntos que les afectan, conformando un frete común, más allá de la competencia entre sí, en defensa de sus intereses. Un ejemplo de ello, son las disposiciones para restringir o incluso prohibir la operación de empresas de giros no prioritarios, que pone en riego la subsistencia de las empresas, especialmente las de menor tamaño. Gremial: para dialogar sobre la problemática particular del gremio en relación con la coyuntura. Por ejemplo, el caso de la industria de la construcción, que con las restricciones de operación resulta doblemente castigada, pues de por sí, en la Ciudad de México, estaba padeciendo por la falta de autorización para realizar obras. Esta comunicación también sirve para difundir ante la membresía las disposiciones que aplican al gremio, especialmente en una

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situación contingente, en la que la constante son los cambios y la dificultad en la comunicación provocada por la cuarentena. Intrergremial: con el fin de intercambiar mensajes que hablen de las necesidades particulares de las empresas, según su giro, y con ello evitar que se rompan cadenas de suministro de productos esenciales para la sociedad. De los gremios con las autoridades: es vital la labor de cabildeo para hacer llegar a los funcionarios públicos, encargados de la normatividad del sector, información confiable para hacerlos conscientes de la problemática que vive cada uno de ellos y las repercusiones que tendría en las empresas, en el empleo y en el abasto, la toma de medidas sin considerar las circunstancias que privan en el mismo. De cabildeo: la comunicación con las autoridades, no está limitada al hecho de hacerles llegar en forma oportuna información confiable sobre las condiciones del sector. Se pretende que las medidas que se tomen no impacten la operación de las empresas, y que si ello ocurre, se preserve un canal de comunicación con los funcionarios, ejerciendo presión para que la normatividad se ajuste, por lo menos, a las condiciones mínimas de operación que requieren las empresas para garantizar la subsistencia de las mismas, y con ello, el abasto de satisfactores para la sociedad. De comunicación con la sociedad: con los propósitos de orientación sobre las normas de operación vigentes durante la pandemia y el retorno a la “nueva normalidad”, explicando las razones para los cambios en el abasto o en los servicios, con el fin de salvaguardar la reputación del gremio y de las empresas que lo conforman. Esta es la nueva forma de colaboración que modifica lo que hasta la fecha, de manera individual, se realizaba, dando paso a una colaboración participativa, que sin duda, deberá marcar un nuevo rumbo y liderazgo gremial.

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