RCI sep-oct 2024

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Líderes en Sistemas de Protección Contra Incendio y Seguridad

Mil años de experiencia conjunta

Especialistas en sistemas de proteccion contra incendio y seguridad

Contamos con 8 oficinas en México y Texas

Contamos con la certificación CEMACI

E ditorial

Protección pasiva, una estrategia integral

La cohesión del sector contra incendio en México y Latinoamérica es cada vez más evidente, al escuchar voces sincronizadas respecto a los avances que cada país está experimentando en sus latitudes y que comparten en diversos foros donde la industria se reúne, generando esfuerzos regionales.

En esa misma línea, crece la visibilidad del sector con el empuje de asociaciones como AMRACI, que generan acciones puntuales para que el gobierno, las industrias y la sociedad civil reconozcan la importancia de esta industrial transversal que permite salvar vidas y proteger el patrimonio de las familias.

Nos gustaría enfatizar que ante un contexto social donde el nearshoring tomará un papel protagónico, debemos estar preparados, ya que, muchas empresas norteamericanas buscarán un espacio en el territorio y se sabe, por ejemplo, que la OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos), establece requisitos de código contra incendios, particularmente para las empresas de los Estados Unidos. OSHA ha desarrollado un conjunto de regulaciones con respecto a la función de los sistemas comerciales de alarma contra incendios. El incumplimiento de los estándares establecidos resultará en una costosa citación o multa.

Todo ello, ha generado que la propia industria, reconozca poco a poco que la protección contra incendio debe ser robusta y redundante, en el sentido de amalgamar diversas tecnologías activas, pasivas y de detección y alarma que blinden las ocupaciones ante los incendios.

De tal manera que, darle espacio en nuestra publicación a la protección pasiva, responde a la necesidad de exponenciar su presencia y generar el diálogo de la industria respecto a dichas tecnologías; concebida como una protección 360° cuando se complementa con sistemas de rociadores, sistemas de alarma y de detección, así como estrategias de evacuación y planes de prevención.

No te pierdas ningún artículo de esta revista especializada que busca ser un eco de la voz de la industria, proyectando un futuro más seguro para todas y todos.

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Revista Contraincendio es una publicación bimestral, fecha de impresión septiembre-octubre 2024, editada por Ronit Marielisa González Pérez como editor responsable, producida por el Centro de Desarrollo Profesional ACTIVA, S.C., con número de certificado 04-2024-022314121900-102 de Reserva de Derechos al uso Exclusivo del Título que expide el Instituto Nacional del Derecho de Autor, número de certificado 17334 de Licitud de Título y Contenido, WTC, Montecito Nº 38, piso 28, oficina 16, col. Nápoles, alcaldía Benito Juárez, C.P. 03810, Ciudad de México, impresa por, Quitresa impresores en calle Goma #167 Col. Granjas México, Ciudad de México, C.P. 08400, alcaldía Iztacalco. Autorización SEPOMEX PPO902037. “Revista Contraincendio” es Marca Registrada. Hecho en México.

Iluminación de emergencia

Falsa sensación de seguridad

Básicos de protección pasiva contra fuego

Estadísticas y efectividad de los sistemas contra incendio

Efectiva gestión integral de riesgos para el transporte ferroviario

SABÍAS QUE

De lo artesanal a lo científico

ILUMINACIÓN DE EMERGENCIA

Permitir la evacuación segura de los ocupantes de una edificación, es fundamental para conservar su vida, para ello, la iluminación de emergencia tiene un papel preponderante.

La iluminación de emergencia es un sistema crucial en situaciones de incendio y es imprescindible para lograr una evacuación eficaz.

Magnitudes y unidades

Flujo Luminoso. Es la cantidad de luz emitida por una fuente de luz en todas las direcciones; su símbolo es F ( Phi ) y su unidad de medida: LUMEN ( Lm ). Haciendo un símil hidráulico podríamos decir que es cierta cantidad de agua que sale de una esfera hueca en todas las direcciones.

Lámpara incandescente para señalización.

Lámpara para bicicleta.

Lámpara incandescente clara de 40w.

Tubo fluorescente de 36w.

Lámpara a Vapor de Mercurio de 400W.

Lámpara a Vapor de Sodio de Alta Presión de 400W.

Lámpara a Varpo de Mercurio Halogenado de 2000W.

Iluminación o Iluminancia. Es el flujo luminoso por unidad de superficie (densidad de luz sobre una superficie dada); cuya unidad de medida es LUX (Lux = Lumen/m²). Y para su símil hidráulico podemos decir que es una cantidad de agua por unidad de superficie.

Figura 1

Luna llena.

Iluminación de emergencia escape (a nivel de piso).

Calle con buena iluminación.

Dormitorio.

Oficina de uso general.

Sala de dibujo y cartografía.

Quirófano (campo operativo).

0,2 Lux

1 Lux

15 a 25 Lux

70 a 100 Lux

500 Lux

1000 Lux

15000 a 25000 Lux

Figura 2

La Iluminación, también llamada iluminancia, es la magnitud que representa el resultado final del cálculo luminotécnico. El proyectista partirá generalmente de una premisa establecida, en cuanto a un determinado nivel de iluminación, el cual, se precisará por medio del cálculo gracias al conocimiento del flujo luminoso de las fuentes de luz elegidas, y también, de la capacidad de reflectancia de los colores y texturas de las superficies del local.

Diseño para un alumbrado de escape utilizando equipos autónomos fluorescentes

Cuando falla el sistema de alumbrado normal, independientemente de la causa, se requiere un sistema de alumbrado de escape para cumplir las siguientes funciones:

Indicar claramente y sin ambigüedades los medios de escape.

Asegurar la localización de los puntos de accionamiento de las alarmas y de los equipos para combatir incendios, ubicados en los medios de escape.

Alumbrado de las rutas de escape

La visión varía en proporciones considerables de una persona a otra, tanto en la cantidad de luz necesaria para percibir claramente un objeto como en el tiempo necesario para adaptarse a los cambios bruscos de los niveles de alumbrado (adaptación visual). En general, una población constituida por personas mayores o ancianos, necesitará una mayor cantidad de luz para poder desplazarse a través de las rutas de escape, que una población constituida por jóvenes. Por la misma razón, el tiempo necesario para adaptarse al nivel del alumbrado nuevo y, normalmente más bajo, será también mayor para el primer tipo de población. Tomando en cuenta estas consideraciones, se establecen los siguientes requisitos para el alumbrado del medio de escape:

Proveer el nivel adecuado de iluminación a lo largo de los medios de escape a fin de permitir la visualización de cualquier obstrucción y facilitar los desplazamientos hacia y a través de las salidas o salidas de emergencia previstas en el establecimiento.

Proveer alumbrado de escape ambiente que permita orientar a las personas hacia los medios de escape en los locales.

La iluminancia horizontal medida sobre el plano de trabajo y en el centro de la circulación del medio de escape, no será en ningún caso menor que 1 lux. Adicionalmente, el equipo deberá proveer esta intensidad, por al menos, 1 hora treinta minutos o hasta 3 horas dependiendo del destino del establecimiento.

La altura de montaje de las luminarias estará determinada usualmente por las características arquitectónicas del área considerada. Las luminarias se montarán, de forma tal, que no exista el deslumbramiento, según los requisitos de la tabla I, y de ser posible, se posicionarán a no menos de 2 m del nivel de piso, medidos desde la parte más baja de la luminaria.

Los pasillos, escaleras mecánicas y escaleras se alumbrarán como si fuesen parte del medio de escape.

Ascensores, montacargas y elevadores de automóviles. No se considerarán como medios de escape, salvo en circunstancias excepcionales y cuando se hallen alimentados por su propia fuente de energía de emergencia. Sin embargo, los ascensores y montacargas configuran un caso especial, ya que, la experiencia de hallarse confinado a oscuras, en un ambiente de reducidas dimensiones y por un tiempo indeterminado, resulta no sólo incómodo, sino que puede causar problemas a quienes sufren de nervios o claustrofobia. Se instalará una luminaria de emergencia en los ascensores, montacargas y elevadores de automóviles donde transiten personas. Tales luminarias serán autónomas con su propia batería y cargador incorporados. Si fuera

MINIMICE EL ESPACIO DESPERDICIADO.

Rociadores ESFR listados por cULus para alturas de techo de hasta 48 pies.

Modelo P25 (K360)

• 12m (40 ft) de altura de almacenamiento

• 1.5 m (5 ft) de ancho mínimo de pasillo

• 3.4 bar (50 psi) de presión de operación

• Estanterías de marco abierto de una y dos filas

Modelo N28T6 (K400)

• 13 m (43 ft) de altura de almacenamiento

• 1.2 m (4 ft) de ancho mínimo de pasillo

• 2.4 bar (35 psi) de presión de operación

• Estanterías de marco abierto de una, dos y múltiples filas

Modelo N28T3 (K400)

• 13 m (43 ft) de altura de almacenamiento

• 1.2 m (4 ft) de ancho de pasillo

• 2.4 (35 psi) bar de presión de funcionamiento

• Estanterías de marco abierto de una, dos y múltiples filas

• 7.6 cm (3 in) de espacios transversales en estanterías de marco abierto de una y dos filas

• Consulte los Boletines Técnicos de Reliable 070 y 082 para obtener detalles completos y limitaciones.

• Reliable ha desarrollado, y ASTM International ha publicado, una Declaración Ambiental de Producto (EPD) para los rociadores Modelo P25, N28T6 y N28T3.

reliablesprinkler.com

necesario utilizar en estos casos una luminaria conectada a la fuente principal de energía, se la conectará a través de un circuito independiente.

Los pasillos, escaleras mecánicas y escaleras se alumbrarán como si fuesen parte del medio de escape.

Los medios de escape peatonal de los estacionamientos bajo techo, así como, las salidas y salidas de emergencia, serán fácilmente inidentificables y se proveerán con un sistema de alumbrado y señalización de escape, con las mismas características respecto a los interiores de establecimientos.

de cada intersección de pasillos o corredores.

Las salas de control, de máquinas, de comando y todo lugar asociado con la provisión de energía de los servicios esenciales de un establecimiento, tendrán sistemas de alumbrado de emergencia de seguridad.

Sistema de alumbrado con equipos autónomos fluorescentes

Las luminarias utilizadas para el alumbrado de emergencia a lo largo de los medios de escape se ubicarán, cerca de cada puerta de salida; cerca de cada puerta de salida de emergencia; en todo sitio donde sea necesario resaltar la posición de un peligro potencial, es decir:

de cada cambio de dirección. En las escaleras de modo que cada escalón reciba luz en los niveles establecidos.

Cuando sea necesario se agregarán luminarias adicionales, a efecto de asegurar que el alumbrado, a lo largo del medio de escape, satisfaga los valores de iluminancia mínima.

Si en alguna de las ubicaciones de luminarias propuesta en (a) y (b), surgiera la necesidad de colocar dos de ellas espaciadas a una distancia menor que 4 m, se estudiará la posibilidad de ubicar solo una, de modo que pueda alumbrar satisfactoriamente y simultáneamente ambas situaciones de riesgo.

El alumbrado hacia el piso, producido por los señalizadores, puede contribuir a lograr el requisito de iluminancia necesario.

Debe comprobarse que todos los puntos de acceso a equipos de extinción, ubicados a lo largo de los medios de escape, estén permanentemente alumbrados en forma adecuada.

Cerca
Cerca
En cada salida y salida de emergencia.
Cerca de cada cambio de nivel de piso.
Figura 3
Figura 4
Figura 5
Figura 6
Figura 7
Figura 8

Separación admisible para obtener como mínimo 1 Lux entre luminarias

H (m)

2.5 a 3

S (m)

5 a 10

Nota: El cuadro anterior es una estimación; la ubicación dependerá de las condiciones del lugar de la instalación y, sobre todo, de las características del equipo, en centros hospitalarios, por ejemplo, es recomendable que la distancia máxima entre luminarias de emergencia no supere los 7 metros como máximo.

Señalización de medios de escape

La norma IRAM 10005 parte II reglamenta la señalización de los medios de escape. Como aspecto a destacar, se exige el uso de un fondo de color que, en el caso de la iluminación de emergencia, es de color verde y letras blancas. El objetivo de este requerimiento es tener una clara visualización de las indicaciones a distancia. Por otro lado, la altura de montaje no debe ser muy elevada, a fin de poder identificar claramente las vías de escape. A su vez, es necesario verificar la relación entre el tamaño de las leyendas y pictogramas del señalizador y la distancia a la que se pretende que puedan observarse.

Mantenimiento

El mantenimiento del sistema de iluminación de emergencia es fundamental y mínimamente deben realizarse las siguientes acciones:

1

2

Una prueba mensual con un corte de 10 minutos y otra cuatrimestral, con un corte tal, que se logre la descarga total de la batería

Una vez al año se harán funcionar las luces durante todo su periodo de autonomía. Por ejemplo: si el lapso en cuestión es de 6 horas, se dejará encendido por dicho tiempo.

La iluminancia horizontal medida sobre el plano de trabajo y en el centro de la circulación del medio de escape, no será en ningún caso menor que 1 lux. Adicionalmente, el equipo deberá proveer esta intensidad, por al menos, 1 hora treinta minutos o hasta 3 horas dependiendo del destino del establecimiento.

CHOWANCZAK

Figura 9
Figura 10 ANDRÉS

FALSA SENSACIÓN DE SEGURIDAD

Ofrecemos una mirada respecto a las malas prácticas y percepciones de la protección contra incendio, con el objetivo de no repetirlas y cambiar el enfoque de la seguridad que proporcionan, siempre en beneficio de la vida .

de un recinto protegido mediante sistemas contra incendio (rociadores, gabinetes de manguera, extintores, etc.), como ocupantes, desarrollamos “sensación de seguridad”, al saber que el lugar en el que nos encontramos tiene medios automáticos o manuales para combatir un incendio.

El uso y la familiaridad con el recinto, además de la presencia de sistemas de protección contra incendio visibles para los ocupantes (rociadores, gabinetes de mangueras, extintores, etc.), tienen un impacto directo en el comportamiento humano en caso de incendio. Adicionalmente, la efectividad de los sistemas de extinción, detección, alarma, brigadas y el uso del recinto, también tienen un efecto en la percepción de peligro y, por lo tanto, en el tiempo de reacción o respuesta de los ocupantes.

Al encontrarse en una situación de emergencia, los ocupantes que identifican la alarma pueden intentar apagar o controlar el incendio mediante sistemas manuales, dependiendo también, de la familiaridad y uso del recinto, así como de la percepción del riesgo.

Esto se respalda mediante estudios realizados en EU [i] cuyos datos han mostrado que el 27.9% (162/584) de los ocupantes intentaron entrar nuevamente a un incendio residencial para:

Combatir el fuego. Recuperar cosas materiales personales. Obtener información relacionada con el desarrollo del incendio. Notificar a otros.

Además, estudios de Reino Unido [ii] indican que el 43% (943/2193) de los ocupantes intentaron entrar nuevamente en un incendio residencial.

Por lo tanto, ¿por qué es importante que no exista una falsa sensación de seguridad en las instalaciones?, como respuesta, es posible indicar que, una falsa sensación de seguridad podría poner en peligro a los ocupantes, dada su falsa percepción ante algo que en realidad no funciona.

Sistema de gabinetes de manguera

Podemos ilustrar un ejemplo mediante un recinto con gabinetes de manguera que no se encuentran operativos

hidráulicamente (sin suministro de agua). Los ocupantes desconocen la inoperatividad de los gabinetes, pero su disponibilidad los alienta a utilizarlos y, por tanto, podrán atacar el incendio en su fase incipiente. Esta situación genera que las personas que intentarán utilizar los gabinetes se mantendrán al interior del recinto un tiempo mayor al de las personas que evacuan de inmediato.

Esta circunstancia los expondrá potencialmente a condiciones de incendio de manera prolongada (exposición al humo, calor, gases, etc.), y podrá invalidarlos para evacuar de manera segura. En simples palabras, los ocupantes perderán tiempo de evacuación mientras tratan de utilizar equipos ineficaces, tiempo que podría perjudicarlos para la evacuación segura.

En la Figura 1 y Figura 2 se muestran situaciones reales donde se presenta la condición de “falsa sensación de seguridad”. Es posible ver que, en ambos casos, los gabinetes de manguera se encuentran disponibles físicamente para los ocupantes en caso de incendio, pero al momento de requerir utilizarlos, estos no podrán entregar agua.

Por otra parte, la instalación de equipos de gabinetes de manguera con una capacidad menor a la capacidad requerida por NFPA 14, generará que la presión y caudal descargado en un incendio, no sea suficiente para controlarlo o extinguirlo. Pero los usuarios, sin saberlo, pretenderán utilizar los gabinetes, situándolos en una condición de peligro por la “falsa sensación de seguridad” que generan.

En la Figura 3 se muestra un gabinete de manguera Clase II, instalado en un recinto industrial, el cual, posee una capacidad nominal de 128 litros por minuto (lpm) a una presión de 0,4 MPa (33,8 gpm @ 58 psi). Ante ello, es importante resaltar que las normas NFPA nos entregan lineamientos y estándares técnicos mínimos para la seguridad contra incendio; por lo tanto, su aplicación y cumplimiento resultará en un nivel de seguridad mínimo para los ocupantes. NFPA 14 indica que los gabinetes Clase II deben operar bajo condiciones de caudal de 100 gpm a una presión de 65 psi [iii]. Por lo tanto, lo mostrado en la Figura 3 no es suficiente para controlar o extinguir un incendio acorde a NFPA 14 y reiteramos, brinda señales erróneas a los ocupantes que eventualmente quieran combatir un incendio en vez de evacuar.

Sistema de rociadores

Otro ejemplo puede ser cuando existe un sistema de rociadores instalado en determinado recinto, provocando que los ocupantes reciban una señal equivocada y respondan de manera más tardía a un incendio (previo a la evacuación), generando escenarios donde los ocupantes emprendan acciones tales como: empacar o guardar pertenencias, pasar o intercambiar información con otros ocupantes, entre otros. De esta manera, residirán un mayor tiempo en

Figura 1: Gabinete de manguera sin conexión.
Figura 2: Gabinete de manguera sin conexión.
Figura 3: Gabinete clase II instalado en recinto.

el interior del recinto en condiciones de incendio, asumiendo que el sistema de rociadores controlará o extinguirá el fuego, cuando realmente no lo hará.

La mayoría de los sistemas de rociadores contra incendios están diseñados para que cada rociador individual pueda reaccionar al calor de un incendio, distribuyendo agua sobre la fuente de calor.

Los rociadores convencionales utilizados en protección contra incendio funcionan debido al calentamiento del elemento sensible (bulbo o fusible metálico) a valores nominales de temperatura. Cuando la energía de calor convectivo se eleva a través del penacho, termina su movimiento vertical en el techo del recinto y se redirecciona de manera horizontal a través de

este, denominándose “ceiling Jet”, mismo que, contiene la energía térmica convectiva, de los gases calientes del incendio, que interactuará con los rociadores más cercanos al fuego Figura 4.

Figura 4: Esquema simplificado de penacho de humo y chorro de techo.

Por lo tanto, NFPA 13 [iv] nos indica que la distancia mínima entre el techo del recinto que se protege y la cabeza del rociador corresponde a 1 pulgada, mientras que, la distancia máxima, es de 12 pulgadas. De esta manera, nos aseguramos que el sistema de rociadores siempre se encuentre sumergido en el “ceilling jet” que le permita operar.

Una “falsa sensación de seguridad” se presenta cuando, por ejemplo, un sistema de rociadores se instala muy por debajo del techo donde se produce el ceilling jet, esto generará que opere solo el rociador que se encuentra sobre el penacho de humo y gases calientes, quedando en condiciones de insuficiencia para controlar o extinguir un incendio, tal como se muestra en la Figura 5.

Figura 5: Instalación de rociadores sobre la distancia máxima permitida.

Esta condición de techos elevados ha generado que la industria y los profesionales de la seguridad contra incendio, desarrollen soluciones artesanales que también generan una “falsa sensación de seguridad”, tal es

Es de conocimiento general el uso de “colectores de calor” en rociadores ubicados muy por debajo del techo. Estos “colectores” se destinan para “reducir” el tiempo que tarda un incendio en activar los rociadores, debido a que estos no se encuentran sumergidos en el “ceilling jet” generado en el techo del recinto. Si bien estos dispositivos pueden parecer una solución lógica a un problema inmediato, no hay datos científicos o de ingeniería que respalden su desempeño.

De hecho, existe evidencia de que “colectores de calor” sobre un rociador retrasarán su activación, a menos, que el fuego esté directamente debajo del rociador. Un “ceiling jet” que se mueve por encima del “colector de calor” podría no alcanzar el rociador o podría bloquear la radiación térmica desde el “ceiling jet” hacia los rociadores [v] Figura 6.

Figura 6: “Colector de calor” en rociador.

Adicionalmente, NFPA 13 indica de manera textual que: “Los colectores de calor no deben usarse como un medio para ayudar a la activación de un rociador”; “Se deben seguir las reglas que describen la distancia máxima permitida para los rociadores debajo de los techos”; “Uno de los objetivos de la norma es enfriar el cielo raso cerca de los elementos estructurales con un rociador cercano, lo cual no se logra con un rociador que se encuentra muy abajo del techo, y un colector de calor no ayudará en esta situación” [vi].

Es importante no confundir los “colectores de calor” con escudos contra agua, siendo estos últimos accesorios certificados que permiten proteger los elementos termosensibles de la descarga de rociadores instalados en elevaciones más altas. Los escudos contra agua se utilizan generalmente en el nivel intermedio de los sistemas de rociadores de almacenamiento en estantes, donde, sus elementos térmicos deben protegerse del rocío de agua de los rociadores superiores.

Conclusiones y recomendaciones

Tras el presente análisis, sobre la “falsa sensación de seguridad”, se puede indicar lo siguiente:

La aplicación y cumplimiento de las normas NFPA brinda un nivel mínimo de seguridad contra incendio en las instalaciones donde se consideren.

Se recomienda verificar mediante una tercera parte, el diseño, instalación y mantenimiento de los sistemas de protección contra incendio, evitando que se generen errores o condiciones que produzcan la ineficacia de los sistemas.

Se recomienda retirar los equipos o sistemas de protección contra incendio que se encuentren en desuso o fuera de servicio, evitando que los ocupantes crean que estos se encuentran operativos.

No se deben mantener equipos o sistemas de protección contra incendio que no operen de manera correcta bajo la premisa de “peor es no tener nada” o “es preferible lo que está instalado a no tener nada instalado”, dado que esta condición genera peligro para la vida de las personas y para las instalaciones, tal como se ha descrito en el presente análisis.

i Bryan, J.,”Smoke as a determinant of human behaviour in fire situations”, University of Maryland, 1977.

ii Wood, P.G., Fire research note 953, Building Research Establishment, Borehamwood, 1972.

iii NFPA 14 - Standard for the Installation of Standpipe and Hose Systems.

iv NFPA 13 - Standard for the Installation of Sprinkler Systems.

v United States Nuclear Regulatory Commission Office of Nuclear Reactor Regulation, Potential Problems With Heat Collectors on Fire Protection Sprinklers, Washington D.C. 20555-0001, July 19, 2002.

vi NFPA 13 – Ed. 2019 - Automatic Sprinklers Systems Handbook, Art. 9.5.4.1.4, 2019.

vii Viking Technical Data, Sprinkler Water Shields and Guards.

Figura 7: Escudos contra agua certificados .

BÁSICOS DE PROTECCIÓN PASIVA CONTRA FUEGO

Por:MaxR.Schmidt

IMás que nunca, la protección contra incendio deberá concebirse como una estrategia integral que contemple protección activa, alarma y detec ción, protección pasiva y mantenimiento, ante las complejidades propias de las ciudades modernas y sus riesgos. maginar un escenario donde quedas atrapado en un incendio rugiendo a través de un edificio, es una situación que quita el sueño y, que se ruega, nunca nos suceda. Si bien, todo profesional de la protección contra incendio hará lo que pueda para asegurarse que una flama, nunca se inicie, puede existir otro escenario en el que llegue la combustión, y es ahí, donde se tiene que saber cómo minimizar su propagación.

Aunque existe mucho trabajo por delante para socializar la protección contra incendio, la mayoría de las personas que la conoce, está familiarizada con los básicos de la supresión, es decir, rociadores, extintores, etc. Pero la protección pasiva que contiene al incendio en su punto de origen, nos pasa desapercibida y es prácticamente invisible; hasta el día en que un fuego se sale de control y queda de manifiesto su valía e importancia para la salvaguarda de la vida.

Pradógicamente y a pesar de su nombre, la Protección Pasiva Contra Fuego (PPCF) siempre está funcionando. Sustentada en la compartimentación del fuego y previniendo el colapso mediante la resistencia estructural al

penetraciones sin sellos cortafuego adecuados en muros y losas.

“Cuando la protección contra fuego estructural se ha diseñado y aplicado debidamente, la integridad estructural del inmueble deberá preservarse al ser expuesta a un incendio”, indica Jelenewicz.

1

Una pintura intumescente eficiente requiere de no menos de 80 milésimas de espesor aplicada en una columna o trabe para protegerla 3 horas.

2

Compartimentación.

Barreras contra fuego, muros contra fuego, particiones contra fuego y barreras contra el humo, todos están incluidos en la compartimentación.

Las barreras contra fuego incluyen muros, pisos y plafones clasificados contra fuego, a menudo, fabricados con concreto, madera MDF tratada, yeso o cemento. Estas barreras son utilizadas para limitar la propagación del fuego en un edificio y brindar mayor tiempo para la evacuación segura del inmueble. Los muros se extienden desde un piso clasificado contra fuego al plafón clasificado contra fuego, y continúa dentro del espacio oculto para una protección completa.

El especialista Bill McHugh, director ejecutivo en Firestop Contractos International Association (FCIA) ubicada en Chicago, también agrupa los muros contra fuego con protección estructural. “Estos muros son construidos estructuralmente estables, de modo que, aunque haya un colapso de un edificio en cualquier lado del muro, siempre se mantendrá de pie”, comenta.

John P. Sinisi, director del Comité de Educación en la internacional Firestop Council ubicada en Cleveland, anota la importancia del mantenimiento apropiado de las barreras contra fuego. “Los muros clasificados y los pisos protegidos blindan las rutas de evacuación del fuego y de la migración del humo”, agregando que la ventana de oportunidad para salvarse en un incendio se maximiza cuando las barreras contra fuego detengan de manera efectiva el incendio, sus llamas, humo caliente y gases tóxicos.

Vidriados y cristales clasificados resistentes a fuego y sus marcos son probados como un ensamble completo al que mantiene la protección de la barrera contra fuego. Además, los bloqueadores de fuego y humo, generalmente usados en sistemas de ductos, son considerados “protección de aperturas” y completan la barrera contra fuego, por la cual, los ductos de aire penetren ensambles clasificados y o resistentes al humo.

Protección de aperturas.

Las puertas y ventanas contra fuego son instaladas en la apertura de una barrera contra fuego para preservar su resistencia al fuego. McHugh lo explica, “las puertas, sus herrajes y marcos, en conjunto, forman una barrera contra fuego y humo muy efectiva”.

Materiales para sellos cortafuego.

Estos materiales son utilizados para limitar la propagación del fuego a través de las penetraciones en una barrera contra fuego. “No es inusual encontrar que una barrera contra fuego penetrada durante una alteración constructiva menor, y luego el elemento penetrante no es protegido con su sello cortafuego,” dice Jelenewicz. Es decir, los oficios eléctricos, de plomería, ingenieros en comunicaciones, etcétera, pueden dejar atrás agujeros ocultos en las barreras con el desempeño de su labor.

Stefan Juli es director de una unidad de químicos en Hilti Inc., ubicada en Tulsa, Oklahoma, miembro de ambas, la IFC y FCIA. Nos dice que una penetración de membrana es problemática porque, “de tener un incendio, el humo se mete por el tabique hueco y fácilmente puede subir por un efecto chimenea, propagando el incendio por el edificio.”

Si la penetración no es sellada y protegida con un sistema cortafuego apropiado, la barrera contra fuego disminuirá su clasificación y efectividad y el fuego se propagará más allá del compartimiento donde se haya originado.

Otras áreas de aplicación respecto a la protección pasiva contra fuego, que merecen ser consideradas, son el recubrimiento en cables, esto es, la aplicación de retardadores de flama al alambre y el cable; sistemas de juntas, lo que incluye cambios en su dirección entre elementos que separen del fuego y los espacios a su alrededor; y el perímetro de las barreras contra fuego, que tiene que ver con el perímetro del piso y el muro cortina hacia el exterior.

Si bien, es cierto que la protección pasiva contra fuego puede con mucha efectividad prevenir la propagación, es importante señalar que la mayoría de los profesionales recomendamos redundancia; en otras palabras, un sistema de supresión mediante el uso de rociadores automáticos, alarmas y sistemas de detección, y la implementación de sistemas de protección pasiva contra fuego, generando un espacio más seguro y más equilibrado para acercarse a la protección de su edificio y los ocupantes dentro de él.

Asegúrese que el ensamble de sello cortafuego que elija sea apropiado a la penetración.

NORMAS, CÓDIGOS Y PRUEBAS - CERTIFICACIÓN

Un aspecto potencialmente complicado es la suma de códigos y reglamentos que abarcan a cada componente de un sistema de protección contra fuego. Es vital entender que un producto en particular, una ventana, por ejemplo, no está clasificada solo porque sí, –es clasificada solamente cuando haya sido instalada apropiadamente y ha sido usada en un ensamble clasificado de resistencia a fuego probado–.

McHugh declara que, a menos que uno carezca de los documentos de la construcción de su edificio, el saber qué es necesario, y dónde, no es difícil. “En los documentos de construcción, los muros resistentes al fuego han sido indicados” dice, y agrega que los dibujos de la seguridad para la vida contra el fuego, incluidos con los documentos de la construcción, deberán dejar muy en claro en donde sea necesario contar con componentes clasificados contra el fuego.

Generalmente, manteniéndose en línea con la National Fire Protection Association (NFPA) y los requisitos del International Code Council, se puede saber que se está en cumplimiento, o bien, darse cuenta que su protección no es suficiente para compartimentar contra el fuego, de tal manera que, deberán considerarse e instalarse los sistemas que falten.

Los productos implícitos en los sistemas de protección pasiva contra fuego son probados y clasificados en estándares escritos por organizaciones acreditadas, lo que puede incluir a West Conshohocken, la situada en Pensilvania; ASTM International; Northbrook, en Illinois; o Underwriters Laboratories Inc.

Los sistemas son clasificados por tiempo (media o una hora), la clasificación “F”; por temperatura, la clasificación “T”; por el paso de humo, la clasificación “L”. Algunos sistemas inclusive tienen una clasificación “W”, que señala la habilidad de resistir la transmisión del agua, temporalmente, antes del incendio.

Ejemplos comunes de la Protección Pasiva Contra Fuego

MANTENIMIENTO

Aunado al conocimiento de los códigos y las clasificaciones asociadas a cada sistema de PPCF en su edificio, también es de suma importancia el mantenimiento total y completo de él. “Los propietarios y los administradores de los inmuebles son activos importantes del programa de protección contra fuego en un edificio”, comenta Jelenewicz.“Como tal, deben jugar un papel importante en cada una de las fases de las modificaciones al inmueble, para garantizar que la seguridad a la vida no ha sido impactada,”, prosigue, “esto incluye la planeación, el diseño, la construcción y el mantenimiento del inmueble.”

Si parte de su edificio es recableado o tiene trabajos de plomería, o si algunos sistemas de comunicaciones nuevos han sido ejecutados en las barreras contra fuego, hay que poner ojo en la situación. “El oficio, aperturas de tamaños extraños, relleno faltante, penetraciones de tuberías dañadas y el tope superior del muro deteriorado puedan ser, todos, señales de que la protección con sellos cortafuego no ha sido atendida,” dice Sinisi, quien agrega que la construcción existente siempre brinda un reto único.”Las estructuras con instalaciones de más de 10 años de antigüedad rara vez tienen instalado un cortafuegos y contienen penetraciones sin protección. Una mezcla de contratistas, profesionales de servicio e instaladores que trabajan en su edificio deben ser educados, monitoreados y responsabilizados”, dice.

Si no está seguro de cómo afectará un cambio en el edificio, a sus sistemas PFP, no dude en buscar respuestas de profesionales. “Al realizar modificaciones en edificios, incluso las más simples, asegúrese de que las modificaciones no afecten la integridad de su protección contra incendios existente”, dice Jelenewicz. “En caso de duda”, añade, “consulte con su ingeniero de protección contra incendios”.

McHugh aboga por las pruebas y la vigilancia continuas. “Mira una puerta cortafuegos cada vez que la atravieses; asegúrese de que la etiqueta de resistencia al fuego no esté pintada, asegúrese de que [la puerta] se abra correctamente y asegúrese de que se traba. Si no funciona, [arréglalo]. Y, cada vez que camine a través de una pared con clasificación de resistencia al fuego, piense, si es un panel de yeso o un bloque de hormigón, ¿tiene un trozo de él?”

SOCIOS DE

Sinisi proporciona las siguientes preguntas que debe hacerse al evaluar el cortafuegos de sus instalaciones:

¿Dónde hay paredes y pisos clasificados en su edificio?

Si está sellado, ¿qué diseño de sistema probado se utilizó para la reparación?

EN RESUMEN:

Sepa lo que está sucediendo en su edificio y esté atento a cualquier cambio en el sistema de protección contra incendios que pueda debilitar su eficacia.

INGENIERO. PRESIDENTE DEL INSTITUTO INTERNACIONAL DE PROTECCIÓN CONTRA EL FUEGO.

¿Están selladas las penetraciones y la parte superior de las paredes?

¿La reparación coincide con los detalles de diseño del sistema probados?

Los electricistas, los ingenieros de comunicaciones y los plomeros pueden dejar penetraciones sin protección en sus barreras contra incendios. CORTESÍA DE SPECIFIED TECHNOLOGIES INC.

COSTOS EN PERSPECTIVA

Otra conclusión que está constantemente en la mente de los profesionales de las instalaciones tiene que ver con el dinero. ¿Cuánto va a costar proteger su edificio de la propagación del fuego?, “la compartimentación efectiva resistente al fuego y al humo es una disciplina muy interesante para cotizar los costos”, dice McHugh.

En edificios con cierta antigüedad, la compartimentación se puede hacer de manera efectiva, con costos que dependen de la cantidad de elementos mecánicos, eléctricos y de plomería enrutados en el edificio y que penetren las barreras contra incendios. Sin embargo, en los proyectos de nueva construcción, los costos parecen ser relativamente insignificantes. “Dado que ya se utiliza mano de obra para instalar las paredes, las puertas, los orificios de

sellado etcétera, el costo incremental de pasar de una construcción sin resistencia a una construcción nominal es mínimo, en comparación con el costo de la estructura completa”, afirma McHugh.

En última instancia, nadie se puede permitir el lujo de no tener una protección pasiva contra incendios adecuada. El precio de salvar vidas, propiedades y activos es incalculable. La seguridad de la vida debe ser la preocupación número uno.

Si ocurre lo peor y se produce un incendio en su edificio, su debida diligencia dará sus frutos cuando se contenga el fuego: la gente tendrá tiempo de evacuar y usted volverá al negocio mucho antes que si no hubiera protección. Cuando mantener su sistema de protección contra incendios equilibrado y en óptimas condiciones, es lo más importante, preocuparse por la propagación del fuego no lo será.

Estadísticas y efectividad de los sistemas contra incendio

La importancia de registrar y evaluar estadísticamente los incendios, radica en generar nuevas líneas de ruta que le permitan a la pro tección contra incendio actuar siempre de la manera más efectiva.

La protección contra incendio es una de las más nobles profesiones. Es un trabajo que sirve a los demás y contribuye a la mejora de la sociedad. Es la única línea de defensa entre un conato de incendio y una tragedia. Lo que hacemos puede ayudar a prevenir lesiones, muertes y pérdidas de propiedad en hogares, lugares de trabajo y espacios públicos. Las medidas de seguridad contra incendios también pueden ayudar a proteger valiosos activos e inversiones millonarias, y evitar las cargas financieras resultantes de las reparaciones y daños a la propiedad.

Sin embargo, y esto debe resaltarse, los métodos de protección contra incendios que instalamos en los edificios están obligados, siempre y en cada momento, a operar adecuadamente. Es fundamental que queden diseñados de manera correcta, que sean instalados por expertos, que tengan buen mantenimiento y estén siempre en buen estado de funcionamiento.

Ustedes ya lo saben: los incendios no esperan a que estemos listos y no nos permiten segundas oportunidades. Por consecuencia, los sistemas contra incendios tienen que ser infalibles.

Ante dicho contexto, un tema básico, pero muy importante en ingeniería de protección contra incendios, tiene que ver con la evaluación de la efectividad y eficacia de los sistemas de protección contra incendios. Es decir, qué puede pasar en un edificio incendiado, si el predio está o no protegido, por ejemplo, con resistencia al fuego, con

rociadores automáticos o con detección de humo.

Eficacia y efectividad

Esto se puede evaluar principalmente de dos maneras. Por un lado, está la eficacia del sistema contra incendios, es decir, que el sistema consiga los resultados deseados, en pocas palabras, controlar el incendio. Sobre este tema he escrito extensamente. Por ejemplo, en el NFPA Journal Latinoamericano 1 como en esta columna 2 , he dejado por sentado que la eficacia de los rociadores automáticos, especialmente los sistemas húmedos, es excelente. En estas columnas he resumido la experiencia mundial con los rociadores automáticos, así como la repercusión de estos sistemas en las estadísticas de incendios, donde afortunadamente, se disminuye año tras año el impacto de los mismos.

La otra manera de evaluar, es estableciendo la efectividad del sistema contra incendios, es decir, su capacidad de obtener el impacto deseado. Por ejemplo, la activación del sistema de rociadores o los sistemas de detección de humo, pudieran controlar el incendio antes de que este comprometa estructuralmente el edificio. En otras palabras, que el incendio no pueda crecer por la acción de un sistema contra incendios, hasta un tamaño que represente una amenaza para los elementos estructurales de la edificación.

Fotografía cortesía del Fire Protection Institute©

Análisis estadísticos

Aunque existen estadísticas internacionales que arrojan información sobre el impacto de los incendios, como las que recaba el CTIF3 , la mayoría de estas estadísticas no segregan si el edificio incendiado estaba protegido por sistemas de protección contra incendios. Sin embargo, en los Estados Unidos existe una base de datos muy robusta llamada el National Fire Incident Reporting Systems (NFIRS), base para la mayoría de las estadísticas que utiliza la NFPA.

Dicha base estadística se analiza constantemente, a través de un proceso llamado “data mining”. Este inmenso lote de datos se ha estudiado de diferentes formas con el fin de identificar patrones y extraer información que nos explique lo que puede estar ocurriendo. Para este respecto se analizó la frecuencia de incendios estructuralmente importantes, es decir, incendios con propagación de llamas más allá del recinto de origen del incendio. Se asume que un incendio con estas características supone una amenaza para los elementos estructurales del edificio.

Parte de la información que sale de estos análisis estadísticos, indica la frecuencia de incendios dependiendo del tipo de construcción. Aunque no se ha publicado información sobre todas las ocupaciones, como las industrias y bodegas de almacenamiento, dos tipos de estructuras de gran interés para nosotros en Latinoamérica, ya se han evaluado varias ocupaciones, las cuales, se resumen a continuación. Por ejemplo, en la Figura 1 se puede ver que los incendios en hoteles son 2.7 veces más frecuentes que los incendios en hospitales; que la ocupación con mayor frecuencia de incendios son los establecimientos de comida y bebida, y la que tiene menos frecuencia son las oficinas.

FRECUENCIA DE INCENDIOS POR TIPO DE OCUPACIÓN (Incendios por Millón de Metros2 x Año)

Establecimientos de comida y bebida

Hoteles y otros lugares similares

Tiendas y ocupaciones mercantiles

Hospitales y centros ambulatorios

Edificios educacionales

Edificios de reuniones públicas

Propiedades religiosas

Oficinas y negocios

1 - Frecuencia de incendios según el tipo de ocupación.

Incendios que son estructuralmente importantes

Cuando se analiza la propagación de las llamas, más allá del recinto de origen, se genera información de particular importancia en el área de la ingeniería estructural contra incendios. Por ejemplo, en la Figura 2 se ve como hay una marcada progresión del riesgo de incendio en hoteles, dependiendo del tipo de construcción, cuando no existe protección con rociadores automáticos o detección de humo. Sin embargo, esta diferencia se reduce sensiblemente en hoteles protegidos con rociadores automáticos.

INCENDIOS EN HOTELES Y SIMILARES NO RESIDENCIAL Fracción de incendios que son estructuralmente impotantes

al

Protegido, no combustible Desprotegido, no combustible Protegido, ordinario Desprotegido, ordinario Madera protegida Madera no protegida

Sin Detección y Sin Rociadores

Sin Detección y Con Rociadores

Con Detección y Sin Rociadores

Con Detección y Con Rociadores

Basado en información de Apéndice D de NFPA 557-2023.

Figura 2 - Incendios en Hoteles dependiendo del tipo de construcción del edificio.

Figura
Basado en información de Apéndice D de NFPA 557-2023.

32

Ahora bien, si analizamos diferentes ocupaciones que están albergadas en edificios con resistencia al fuego, como se muestra en la Figura 3, se puede ver que es mucho más probable que el incendio se extienda más allá del recinto de origen, cuando no hay un sistema de protección contra incendios como rociadores más detección de humo.

INCENDIOS EN EDIFICIOS RESISTENTES AL FUEGO

Fracción de incendios que son estructuralmente impotantes

Tiendas y ocupaciones mercantiles

Establecimientos de comida y bebida

Oficinas y negocios

Edificios de reuniones públicas

Hoteles y otros lugares similares

Edificios educacionales

Hospitales y centros ambulatorios

La Figura 4 muestra el caso de los edificios no resistentes al fuego y no combustibles, como por ejemplo, aquellos edificios que tienen componentes estructurales metálicos que no han sido protegidos. En este caso, la propagación más allá del recinto de origen del incendio cuando no hay un sistema de protección contra incendios como rociadores o detección de humos, es aún más probable. Sin embargo, cuando el edificio tiene protección con rociadores automáticos, la propagación más allá del recinto de origen del incendio es similar a la de los edificios con resistencia al fuego.

Con Detección y Con Rociadores Sin Detección y Con Rociadores

Con Detección y Sin Rociadores Sin Detección y Sin Rociadores

Basado en información de Apéndice D de NFPA 557-2023.

INCENDIOS EN EDIFICIOS SIN RESISTENCIA AL FUEGO Y NO COMBUSTIBLES

Fracción de incendios que son estructuralmente impotantes

Tiendas y ocupaciones mercantiles

Establecimientos de comida y bebida

Edificios de reuniones públicas

Oficinas y negocios

Hoteles y otros lugares similares

Edificios educacionales

Hospitales y centros ambulatorios

de salud

Con Detección y Con Rociadores Sin Detección y Con Rociadores

Con Detección y Sin Rociadores Sin Detección y Sin Rociadores

Basado en información de Apéndice D de NFPA 557-2023.

Figura 4 - Incendios en edificios sin resistencia al fuego.

La Efectividad de los Rociadores Automáticos, por Jaime A. Moncada, NFPA Journal Latinoamericano, Septiembre 2013, pags 4-6.

2 ¿Por Qué Nos Seguimos Cuestionando? por Jaime A. Moncada, Contra Incendio, Abril-Mayo 2016, pgs 11-16.

3 International Association of Fire Services – CTIF Center for Fire Statistics.

4 US Experience with Sprinklers, por Marty Ahrens, NFPA Research, Octubre 2021.

Figura 3 - Incendios en edificios resistentes al fuego.

Debo resaltar que la NFPA reportó por primera vez la información anterior, en el año 2012, y está basada en incendios ocurridos entre 1989 a 1998 en los EE. UU. Estos 10 años se utilizan porque son los últimos que existen donde se codificó el tipo de construcción. Todas estas estimaciones se han basado en, al menos, 200 incendios reportados (estimaciones brutas) en los 10 años indicados. Para establecer el número de edificios y su superficie construida, se calculó a partir de estadísticas de 1992, 1995 y 1999, utilizando interpolación lineal y extrapolación para los años anteriores o entre los tres años en que se realizaron estos estudios estadísticos.

Nuevas estadísticas sobre rociadores

Reitero que en esta columna he escrito sobre la eficacia de los rociadores automáticos. Sin embargo, NFPA ha publicado recientemente información sobre este tema que valdría la pena resumir a continuación4 . La división de investigación de la NFPA ha establecido que, a nivel general, la tasa de mortandad de ocupantes, diferentes a los bomberos, en edificaciones protegidas con rociadores automáticos es 9.6 veces menor que en edificios sin rociadores automáticos. Pero existe un nuevo análisis en residencias que es aún más interesante.

Debemos recordar que, en los Estados Unidos, la mayoría de los muertos por incendios ocurren en la residencia. Hay ya varias jurisdicciones en ese país que para resolver este problema han requerido rociadores automáticos

en las nuevas casas residenciales. Estos sistemas deben estar diseñados e instalados de acuerdo con NFPA 13D, Standard for the Installation of Sprinkler Systems in One- and TwoFamily Dwellings and Manufactured Homes. Yo por ejemplo, vivo con mi familia hace ya más de una década en una residencia que tiene protección total con rociadores residenciales y en las áreas con camas, con alarmas de humo cableadas a la red eléctrica.

Como puede ser obvio, hoy día miles de residencias han sido protegidas con estos métodos de protección contra incendios. Esto ha resultado en una nueva base de datos, aún más precisa, que confirma la eficacia de estos tipos de protección contra incendio. La Figura 5 muestra que la tasa de mortalidad se reduce sensiblemente cuando la residencia, como en la que vive mi familia, ha sido protegida con rociadores residenciales y alarmas de humo cableadas. En esta figura se puede observar que la probabilidad de morir en un incendio es 9.3 veces menor cuando una familia vive en una casa protegida con rociadores residenciales y alarmas de humo cableada. Cuando la residencia está protegida solo con alarmas de humo por batería, la probabilidad de morir en un incendio baja a 1.4 veces.

INGENIERO DE PROTECCIÓN

INCENDIOS, GRADUADO DE LA UNIVERSIDAD DE MARYLAND, CON MÁS DE 35 AÑOS DE EXPERIENCIA PRINCIPALMENTE EN PROYECTOS EN LATINOAMÉRICA. ES, ADEMÁS, DIRECTOR DE INTERNATIONAL FIRE SAFETY CONSULTING (IFSC).

JAIME A. MONCADA
CONTRA
Figura 5 - Tasa de
Fuente: US Experience with Sprinklers by Marty Ahrens, Octubre 2021, NFPA RESEARCH

EFECTIVA GESTIÓN INTEGRAL DE RIESGOS PARA EL TRANSPORTE FERROVIARIO

Un país que se mueve a la vanguardia necesita infraestructura del transporte que se desarrolle en consonancia, mostrando su innovación tecnológica, pero también, sus estándares de seguridad. Demos una mirada al pasado y el presente del sistema ferroviario de México.

He de reconocer como politólogo, que el siglo XIX marcó a México como una nación independiente ante el orbe internacional de las grandes potencias europeas, permitiendo la vanguardia tecnológica, con el inicio de operaciones del Ferrocarril Mexicano en 1873. Transporte que era prominente para la época y, con el cual, se dio continuidad a las relaciones comerciales; las mercancías eran desembarcadas en el puerto de Veracruz y seguían la ruta hacia el centro del territorio nacional, lo que hoy conocemos como la gran Ciudad de México. Desde la primera piedra del balasto hasta su inauguración, este proyecto ferroviario tardó 36 años en consolidarse dentro del territorio nacional; gracias a la ingeniería mexicana, la inversión de capital inglés y estadounidense y los avances tecnológicos con respecto a material rodante de las empresas españolas y francesas.

Bajo este contexto y haciendo un acotamiento histórico de seguridad ferroviaria, dicha infraestructura de inicios de la época contemporánea, carecía de sistemas inteligentes que minimizaran los riesgos antropogénicos en el andamiaje de los trenes, con respecto a las causas y origen de fuegos fuera de control ocasionados por: accidentes (colisión), fricción (descarrilamiento), incidentes con el transporte de materiales, sustancias y residuos peligrosos (fuga, derrame, explosión o radiación), averías en el sistema de fluidos (aceites y combustibles), pavesas (incendios forestales) y actos de interferencia ilícita por sabotajes o actos de terrorismo (incendiarios y bombarderos).

Sin embargo, a pesar de las adversidades antropogénicas, el Ferrocarril Mexicano, con su infraestructura conocida como el camino de hierro (Veracruz – Ciudad de México), habiendo pasado por diferentes conflictos sociopolíticos, cumplió con tres retos importantes:

I. El diseño de la pendiente máxima de 4.7 grados de elevación, para cruzar las escarpadas cumbres de Maltrata, en la región de las grandes montañas del estado de Veracruz.

II. La construcción de la ruta elevada (viaductos), que se contraponía con la orografía, dejando espectaculares obras de ingeniería con los icónicos viaductos El Infiernillo (1874) y Wimmer (1909), que ilustraron los maravillosos paisajes del siglo XX (oriente del territorio nacional).

III. El cenit ferroviario, que fue alcanzado en nuestra época contemporánea; por colocar a México entre los primeros países que electrificaron su infraestructura a través de catenaria (1920 – 1930), a la par de los efectivos sistemas de transportes multimodales de Inglaterra y Francia.

Con las bases de esta importante obra de ingeniería ferroviaria de la época del porfiriato, podemos hablar hoy en día, de una innovación tecnológica que ha venido evolucionando en materia de movilidad en México; perfeccionando a los trenes de baja velocidad, que circulan a velocidades promedio entre los 20 - 80 km/h, con pesadas mercancías y limitados sistemas de seguridad para la transportación de materiales peligrosos; lo que hoy conocemos como trenes de pasajeros de mediana velocidad, por sus tiempos cortos de desplazamiento con velocidades que oscilan entre los 90 - 160 km/h, donde ya no se permite la compatibilidad de transporte de sustancias, materiales o residuos peligrosos, con una población activa de usuarios (pasajeros); y aunado a ello, se han implementado sofisticados sistemas para la prevención de agentes perturbadores químico tecnológicos con avanzados sistemas de nebulización (agua), con rociadores en instalaciones fijas, materiales ignífugos en la confección de trenes, recubrimientos en cuartos técnicos

con retardantes al fuego, sensores para la detección de humos, alarmas visuales y sonoras contra incendios, salidas rápidas de vagones para evacuación de usuarios y operarios, equipos móviles de extinción con diferentes agentes (polvo químico seco, dióxido de carbono, espuma con aditivo AFFF y agua pulverizada) para combate de fuegos incipientes en cabinas y vagones, equipos de respiración autónoma a cargo de brigadistas especializados con trajes encapsulados, para sitios contaminados con humos, nieblas y vapores, kits para derrames y monitoreo a través de cámaras de CCTV para detectar a posibles incendiarios, arsonistas o bombarderos que transporten algún artefacto improvisado incendiario o explosivo.

Dicho de otra manera y ubicándonos en pleno siglo XXI, me permito señalar como ícono emblemático de la seguridad ferroviaria en esta nueva era de trenes en México, al Tren Interurbano México – Toluca “El Insurgente”, inaugurado el 15 de septiembre de 2023 y que a un año de su inauguración ha trasladado, en el Estado de México, a casi 3 millones y medio de usuarios sin incidente alguno; dicho medio de transporte tiene por objetivo, comunicar en el menor tiempo posible a los usuarios de los Valles de México y de Toluca, a través de una vía férrea doble, con una longitud de 57.9 km (PK 0+611 al PK 57+933), la cual, en un 90% es viaducto; con dos contrastes de vistas panorámicas: zona natural, donde se aprecia El Parque Nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla “La Marquesa”, con columnas de 80 metros de altura aproximadamente

y rutas de evacuación en su interior; una zona urbana de alta plusvalía, con vista a los corporativos de “Santa Fe”, con columnas de 20 metros de alto aproximadamente; 7 estaciones elevadas (abiertas) con escaleras exteriores de emergencia (diseño prominente como mecanismo preventivo ante posibles fuegos incipientes en sus instalaciones fijas), que albergan una red presurizada contra incendio que se compone de hidrantes, tomas siamesas, cuarto de PCI y cisternas con capacidad de 90 m3 de agua.

Bajo esta tesitura y a más de siglo y medio de la llegada de los ferrocarriles a México, se dice en el argot ferroviario, que fue superando el reto de la pendiente máxima de 4.7 grados de elevación en las “Cumbres de Maltrata”, Veracruz (1873); con el diseño de la vía férrea con pendiente máxima de 5.2% del Tren Interurbano México - Toluca en el “Monte de las Cruces”, Ocoyoacac, Estado de México (2023), lugar histórico donde en el año de 1810; se gestó la importante batalla entre el ejército Insurgente y las fuerzas armadas de la Corona Española. Sitio que hoy recorren los usuarios a bordo de “El Insurgente”, a través de un bitúnel de 4.75 km de longitud, con sofisticados sistemas de sensores, telemandos y galerías de evacuación en pro de la seguridad humana, en un tiempo estimado de 5 minutos, o bien, 45 minutos en todo el trayecto desde su punto de origen, Zinacantepec, en el Estado de México, hasta su punto de destino Observatorio, en la Ciudad de México.

Ahora bien y como resultado de esta importante evolución del transporte

masivo de personas y mercancías, me permito exponer, como investigador de incendios, explosiones y explosivos (ANIFIEE), que para mitigar el riesgo (peligro, exposición y vulnerabilidad) en la infraestructura ferroviaria y sus instalaciones vitales, debemos contar con un modelo transversal de Gestión Integral de Riesgos; esto significa, un trabajo conjunto entre las áreas de instalaciones fijas, material rodante y la responsabilidad del área de operación ferroviaria; llevando a cabo la investigación y análisis para la identificación de riesgos, acciones de previsión, trabajo de prevención, mitigación del peligro, preparación ante la vulnerabilidad, auxilio en caso de siniestros, recuperación y reconstrucción ante el impacto de una tragedia ocurrida por agentes destructivos hacia agentes afectables ferroviarios (estaciones, viaductos, columnas, puentes atirantados, edificios técnicos, centrales eléctricas, catenarias, rieles, aparatos de vía, puntos H, trenes y operarios) para una debida continuidad de operaciones.

Así y ante una lógica de prevención, los concesionarios y asignatarios ferroviarios, están obligados a garantizar la seguridad humana y como entes resilientes de un Sistema Nacional de Protección Civil en pro de la prevención y mitigación de peligros, por posibles agentes destructivos químico – tecnológicos (incendios, fugas, derrames, explosiones o radiación), hidrometeorológicos, geológicos, sanitario ecológicos, socio organizativos y astronómicos, expuestos sus activos vitales (población usuaria – operarios, información, equipos y procesos) ante agentes perturbadores naturales o antropogénicos, y vulnerables

(porcentaje calculado por los daños a la infraestructura ferroviaria, a sus bienes muebles – inmuebles y pérdida de vidas humanas en instalaciones vitales o derecho de vía); a contar con un procedimiento sistemático de operación ferroviaria, para la atención inmediata de emergencias, activación de protocolos por contingencias nacionales e informar sin dilación de tiempo los siniestros ferroviarios en un término no mayor a 24 horas de haber pasado el suceso a la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), como está establecido en la NOM-004-ARTF-2020.

Por lo tanto, me permito citar a la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), como autoridad ferroviaria en México, que dentro de sus facultades, está la de auditar periódicamente a los concesionarios y asignatarios, que operan y explotan una vía general de comunicación ferroviaria para la prestación del servicio público de transporte de carga o pasajeros y esto ha permitido mantener un bajo porcentaje de siniestros ferroviarios, como se aprecia en las publicaciones del documento “PULSO del Sistema Ferroviario Mexicano –Seguridad”, editado por la Dirección de Estadística Ferroviaria (ARTF); donde se exponen las estadísticas de incidentes ferroviarios y georreferenciación de los mismos en el territorio nacional.

A continuación, desgloso las etapas del modelo transversal de Gestión Integral de Riesgos Ferroviarios, propuesto para su aplicación de los concesionarios y asignatarios que operan y explotan una vía general de comunicación ferroviaria, debiendo ser de interés público y de carácter

obligatorio para garantizar la seguridad humana en el mundo del ferrocarril:

I. Identificación de riesgos

Análisis de riesgos; efectuar las metodologías cualitativas y cuantitativas correctas en las instalaciones fijas y sus inmediaciones de la infraestructura ferroviaria a 50 metros, 200 metros y 500 metros cuando menos; que nos permita identificar los peligros, la exposición y la vulnerabilidad, derivado de agentes perturbadores hacia agentes afectables ferroviarios.

Atlas de riesgos; generar el documento técnico – gráfico, para georreferenciar los riesgos, peligros y amenazas hacia la infraestructura ferroviaria, y nos permita tener una visualización planimétrica por capas de estudio; para la toma de decisiones.

II. Previsión

Contar con un programa interno de protección civil, como instrumento de planeación y operación, que cuente con el plan operativo para la unidad interna de protección civil, el plan para la continuidad de operaciones y el plan de contingencias.

Contar con la unidad interna de protección civil, entendiéndose esta, como el órgano normativo y operativo responsable de desarrollar y dirigir las acciones de protección civil ferroviaria en las instalaciones vitales e infraestructura estratégica.

Contar con un plan de continuidad de operaciones, que garantice el funcionamiento de los servicios básicos de la infraestructura ferroviaria, ante la ocurrencia y calamidad de uno o más agentes perturbadores (naturales o antropogénicos).

Realizar convenios de ayuda mutua, estrechar lazos de colaboración con los sectores público, privado y social; para compartir capacitación e información sustantiva que ayude a minimizar riesgos, y en caso de una contingencia ferroviaria, se cuente con recursos (humanos, materiales y económicos) para la atención oportuna.

Tener un sistema de alerta temprana, con base a las estimaciones de riesgo, por los distintos agentes destructivos que se presentan a lo largo de la línea férrea, es decir, activar con antelación un plan para la reducción de riesgos de desastres y así proteger la infraestructura ferroviaria y sus activos vitales.

Participar periódicamente en mesas de trabajo en materia de siniestros ferroviarios, con la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario, para tocar temas de interés; inherentes a los cuatro distintos grupos que impactan al medio, como está estipulado en la NOM-004-ARTF-2020 “Sistema Ferroviario – Seguridad – Notificación de Siniestros – Metodología”:

Grupo I: Cruces a nivel (arrollamiento de vehículo e impacto a tren).

Grupo II: Equipo ferroviario, infraestructura y operación (afectación al paso de trenes por cables de CFE, alcance, asentamiento / terraplén, cambio trillado, choque, choque técnico, confinamiento dañado, daño a instalaciones, desacoplamiento de manguera de aire, descarrilamiento, deslave / derrumbe, equipo en mal estado, faltas al reglamento interno de transporte, incendio, inundación, objetos sobre la vía, pérdida de comprobación a vía directa de aguja de cambio, pérdida de energía catenaria, pérdida de potencia, rozamiento y vía en mal estado).

Grupo III: Muerte, lesión y otros (accidente personal ferroviario, cadáver sobre la vía / en derecho de vía y persona arrollada).

Grupo IV: Materiales o residuos peligrosos (fuga / derrame y artefacto explosivo).

III. Prevención

Monitoreo de la infraestructura ferroviaria, a través de un centro de comando unificado, control operativo, cómputo sistematizado, comunicaciones y telecomunicaciones, atención al usuario y proximidad ciudadana se pueden disuadir amenazas a la infraestructura ferroviaria.

Formación de brigadas multifuncionales de Protección Civil ferroviaria, personal organizado, capacitado y adiestrado en funciones específicas de respuesta a emergencias en infraestructura ferroviaria, debiendo tener como base (primeros auxilios, prevención y combate a fuegos en áreas energizadas y con materiales peligrosos, evacuación y repliegue masivo de personas, búsqueda y rescate en espacios confinados (túneles) y extracción de víctimas del material rodante.

Supervisión técnica y profesional en instalaciones fijas y material rodante, a lo largo de toda la línea férrea, talleres y cocheras, con personal especializado en diferentes rubros ferroviarios; se deberán realizar inspecciones hacia las actividades de mantenimiento correctivo, preventivo y predictivo en los edificios técnicos y el material rodante.

Seguridad en instalaciones vitales; resguardar con la seguridad física (activa y pasiva) y con apoyo de la tecnología para demora (barreras pasivas y prescindibles) los activos vitales (personas, información, equipos y procesos) ante posibles peligros o amenazas, entendiéndose como puntos críticos los centros de control de tráfico de trenes, cuartos técnicos (software y hardware), cocheras, estaciones, puentes y túneles.

IV. Mitigación

Activación de los planes de emergencia; por riesgos que no involucren a la infraestructura ferroviaria en su conjunto; planes de contingencias nacionales, que ponen en alerta a una o más entidades del país; donde se puede ver afectada la infraestructura ferroviaria en su totalidad, por ejemplo: sismicidad, erupción volcánica, lluvias y ciclones, emergencia radiológica, incidentes con sustancia, materiales y residuos peligrosos, entre otros; o planes de defensa de las instalaciones vitales (ferroviarias), estrategias de defensa y protección contra agresiones o ataques directos, implementado por el

personal de seguridad física en coordinación y apoyo con las autoridades de seguridad pública y fuerzas armadas, por tratarse de infraestructura estratégica del país. Implementar el sistema de comando de incidentes, herramienta funcional para la administración y organización de todos y cada uno de los recursos humanos, materiales, financieros y equipos especializados, que se lleguen a emplear en cualquier tipo de incidente, emergencia o evento de gran magnitud ferroviaria; que requiera la intervención coordinada de dos o más organismos, dependencias o instituciones a cualquier nivel de gobierno, en coordinación con la iniciativa privada y el sector social.

Contar con seguro de responsabilidad civil , para solventar daños y perjuicios a un tercero (persona física) o sus bienes (materiales), por las condiciones de la operación o incidentes con la transportación de mercancías (peligrosas) por vías férreas.

V. Preparación

Capacitación especializada, formación de personal para la atención de incidentes ferroviarios.

Realizar simulacros y ejercicios de seguridad, por su función (gabinete – campo), por su programación (previo aviso – sin previo aviso) y por su alcance (parciales –totales), con escenarios apegados a la realidad, derivado de la posible existencia de agentes perturbadores que pueden presentarse a lo largo de la vía ferroviaria.

VI. Auxilio

Coordinación interinstitucional con los tres niveles de gobierno (Federal, Estatal y Municipal) a través de la Coordinación Nacional de Protección Civil; mantener un estrecho vínculo de colaboración para la atención oportuna de incidentes o emergencias mayores en el ámbito ferroviario.

Comité de Investigación de Incidentes Relevantes (Ferroviarios); este debe ser de carácter obligatorio para los concesionarios y asignatarios ferroviarios, integrado por expertos en Material Rodante, Instalaciones Fijas y Operación Ferroviaria (órgano colegiado).

VII. Recuperación

Inclusión del Sistema Nacional de Protección Civil; participación de especialistas en el ramo, garantizando la protección de la población ante los efectos adversos de los agentes perturbadores.

Instrumentos financieros de gestión de riesgos (financiamiento y cofinanciamiento); considerar un presupuesto institucional para actividades de prevención y fondos revolventes para la respuesta ante un desastre ferroviario (por condiciones naturales o por factor humano).

Plan de vuelta a la normalidad, al no haber daños estructurales, se deben restablecer las operaciones en las instalaciones vitales que fueron evacuadas.

VIII. Reconstrucción

Instrumentos de administración y transferencia de riesgos; mecanismos financieros que permiten a las entidades públicas, transferir el costo de los daños (infraestructura) a instituciones nacionales e internacionales para la vuelta a la normalidad. Fondo revolvente; cantidad monetaria destinada para solventar gastos en la reparación de la infraestructura y la adquisición de bienes y servicios.

Uso de recursos humanos, materiales y financieros del concesionario o asignatario ferroviario; para un mejor costo – beneficio, se debe hacer uso de los activos existentes.

NFPA 13 “Norma para la instalación de sistemaS de rociadores”

Certificación, 17 al 19, Cancún

NFPA 70 “Código Eléctrico Nacional” (NEC)

Certificación , 21 al 25, en línea

NFPA 20 “Norma para la instalación de bombas estacionarias para protección contra incendios”

Certificación, 07 y 08, Guadalajara

NFPA 2001 “Norma sobre sistemas de extinción de incendios con agentes limpios”/NFPA 750 “Norma sobre sistemas de protección contra incendios con agua nebulizada”

Certificación, 12 al 15, en línea

Esta prospectiva de la seguridad ferroviaria; está dedicada a los hombres y mujeres que han hecho posible la seguridad humana en el mundo de los ferrocarriles, como un medio seguro de transporte de personas y mercancías, resaltando la iniciativa de Canadá, USA y México (1996), con la implementación de la Guía de Respuesta en caso de Emergencia, para la identificación de sustancias, materiales y residuos peligrosos, transportados como productos en los carros del ferrocarril; como complemento de los documentos de embarque, manifiesto del tren, contacto con los centros de despacho e información de los carteles de seguridad en los carro tanques o por un objeto sospechoso como acto de sabotaje o terrorismo en los trenes de pasajeros. Mi reconocimiento; al personal que ha hecho posible la operación del Tren Interurbano México – Toluca “El Insurgente”; donde me siento orgulloso de ser parte de la Coordinación de Operación Ferroviaria como Gestor Integral de Riesgos.

56-2017-2179

56-1098-0854

DICIEMBRE

DICIEMBRE

Internacional de

de Riesgos, S.A. de C.V. Único representante en México

NFPA 72 “Código nacional de señalización y alarmas contra incendios”

Certificación, 05 al 07, Monterrey

NFPA 25 “Norma para la inspección, prueba y mantenimiento de sistemas de protección contra incendios a base de agua”

Certificación , 09 al 12, en línea

NFPA 1600 “Norma sobre administración de emergencias / desastres y programas para la continuidad del negocio / continuidad de operaciones”

Certificación , 11 al 14, en línea

JAIME RIVERA CRUZ

DE LO ARTESANAL A LO CIENTÍFICO

Comprender la evolución de la investigación de incendios es fundamental para todo experto en la materia o persona que esté pensando especializarse en esta ciencia forense, es necesario tener claro que se trata de una actividad compleja y dinámica. Este proceso se desarrolla “desde lo artesanal a lo científico”, hipótesis que argumentaré en mis próximas palabras.

Por: Heriberto Moreira Cornejo

Desde mi experiencia y durante mi formación primaria como investigador de incendios, a los 15 años de edad, tuve el privilegio, como bombero, de pertenecer al departamento de investigación de incendios, de un cuerpo de bomberos del norte de Santiago de Chile, específicamente del Cuerpo de Bomberos de ConchalíHuechuraba. Inicio con herramientas de investigación y recursos rudimentarios e improvisados, de hecho, así lo hacíamos todos en esa época. Recuerdo que mis primeros maestros, a los que estoy agradecido, me indicaban que no debía llevar nada a la escena, que bastaba con nuestra presencia, porque la escena “siempre proveía las herramientas”. Para investigar incendios solo utilizábamos un clavo de 4 pulgadas, como profundímetro claramente improvisado, clavo que casi siempre encontrábamos en la escena, lo demás de la investigación se centraba por completo en las apreciaciones del investigador. Estas apreciaciones se basaban en una rudimentaria forma de reconocimiento de dinámica de fuego, sumada con las declaraciones de testigos, declaraciones que en aquellos tiempos, tenían demasiada y muchas veces equivocada importancia, pero era casi por procedimiento.

Tal vez un buen ángulo de análisis, es tratar de determinar desde cuándo la investigación de incendios se reconoce como “científica” y se le suma la palabra explosiones, tema que los investigadores de incendios habíamos evitado al igual que “la investigación de fuego forestal”; los considerábamos temas tan especializados que simplemente no los reconocíamos como parte de nuestra labor, subrogándolo a otras instituciones o especialistas.

Para ser muy concreto, debo indicar que existieron tres procesos legales en Estados Unidos que cambiaron totalmente las reglas del juego, con relación a las ciencias forenses, en consecuencia, para la investigación de incendios. Es importante comprender el impacto mundial que estos tres procesos judiciales de la Corte Suprema de los Estados Unidos tuvieron sobre la valoración de la prueba pericial y la acreditación del perito en Latinoamérica. Lo que se traduce en un antes y un después de la investigación de incendios.

La investigación de incendios se transformó en investigación científica de incendios, para nuestra región, desde el año 2000 en adelante, ya que, se hace obligatorio el uso del método científico en nuestros procesos judiciales locales, en toda Latinoamérica.

EN ORDEN CRONOLÓGICO EXPONGO ESTOS TRES PROCESOS:

Caso Frye

1923, donde la Corte Suprema de los Estados Unidos estableció que, para poder admitir la prueba, se requiere que la ciencia que aporta tal prueba, debe estar avalada por el conocimiento científico en general.

Caso Daubert

1993 , en donde la Corte Suprema de los Estados Unidos estableció que el tribunal debe realizar una valoración preliminar sobre la técnica de investigación utilizada por el perito, se identificaron cuatro criterios que son los siguientes:

1 Los conocimientos y conclusiones expuestas deben poder someterse a evaluación.

2 La teoría o la técnica aplicada ha sido revisada o publicada.

3 Se ha realizado la identificación del rango de error conocido.

4 Existe aceptación general o amplia de la técnica empleada, por parte de la comunidad experta de referencia.

1999, en donde la Corte Suprema de los Estados Unidos estableció la obligatoriedad de la utilización del método científico

Caso Kumho

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Las conclusiones por parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos, sobre estos tres casos en particular, han creado jurisprudencia en Estados Unidos, y luego estos criterios técnico-legales son incluidos en las reformas procesales penales de gran parte de los países del mundo. Todos estos factores o parámetros de investigación hoy son un estándar básico para impartir justicia y para desarrollar toda investigación científica de incendios y explosiones, a nivel internacional.

Resulta evidente indicar que la investigación de incendios se transformó en investigación científica de incendios, para nuestra región, desde el año 2000 en adelante, ya que, se hace obligatorio el uso del método científico en nuestros procesos judiciales locales, en toda Latinoamérica.

Esta transición ha sido rápida y con una carga de información que crece exponencialmente. Situación que nos ha hecho identificar y comprender que los investigadores científicos/forenses debemos entrar, de manera natural, en un proceso de capacitación y de actualización constante para poder

desarrollar nuestro trabajo de manera adecuada.

Este análisis corto, pero concreto, pretende evidenciar una línea imaginaria que pone, de un lado, a las personas que comprenden la dimensión total de lo expuesto en estas palabras primarias y, del otro, las personas que aún se encuentran en el lado de la investigación basada en supuestos y absolutamente alejado de criterios científicos. Estas personas que lamentablemente no son pocas, siempre tendrán la posibilidad de poder evolucionar y actualizarse en el tema, todo dependerá de cuánto se demoren en tener una conciencia espacial y temporal del tema, más su voluntad de aprender, lógicamente.

Es duro, pero necesario, dejar atrás el peso de ser un “sabelotodo”, según las formas antiguas de investigación y reconocernos como ignorantes permanentes y como humildes eslabones dentro de una gran cadena que tiene matices distintos pero unificados en un hilo conductor, reconocido en el método científico.

En estas palabras, solo me refiero al método científico, desde la connotación de “científica” que hoy tiene la investigación de incendios de manera obligatoria, ya que, no existe otra forma aceptada para investigar los incendios.

En otra ocasión me voy a enfocar en el impacto que han tenido, en la investigación de incendio latinoamericana, las Normas 1033 y 1321 y la Guía 921 de NFPA, los documentos técnicos de mayor connotación a nivel mundial en investigación de incendios. Solamente voy a indicar que estos documentos técnicos están totalmente alineados con lo anterior expuesto, con relación a la obligatoriedad de la utilización del método científico.

En consecuencia, hablar de método científico, es distinto a hablar de una norma o de algún estándar nacional o internacional, ya que todos estos documentos utilizan el método científico también como base para poder demostrar cualquier hipótesis o teoría, en todos los procesos penales de la región LATAM.

Acá también es necesario destacar que para los investigadores de incendios es básico comprender el significado del concepto “carga de la prueba”, explicado de manera simple, no es otra cosa más que la obligación que tiene el investigador de probar científicamente la hipótesis o teoría a la que llegó. No es válido indicarlo de manera inversa, es decir, indicar que deben probar que lo dicho no es cierto, ya que, la carga de la prueba indica que el orden de quien necesita probar lo expuesto, es precisamente de quien llega a la conclusión teoría o hipótesis.

Hace años tenía la impresión de que las personas a las cuales yo consideraba verdaderos “gurús”, no solamente poseían un conocimiento especial, sino que también poseían cualidades de percepción, casi sobre humanas, que yo entendía, debía desarrollar, como “un monje aprendiendo de su maestro”. Fue este pensamiento lamentablemente sesgado el que me limitó a esperar la oportunidad para tomar tal curso o pertenecer a tal grupo o departamento. Debo confesar que jamás he sido un entusiasta de tener que someter mi criterio o tener que adular a nadie para lograr mis objetivos de formación o experiencia, lo cual no fue en absoluto popular y obviamente me marginó, de las que yo pensaba, eran las principales vías de aprendizaje y posibilidades de desarrollo en el tema.

Sin embargo, es precisamente este último hecho, el que me obligó a buscar mi propio camino formativo a través de medios serios y oficiales que están disponibles para cualquier persona interesada en el tema.

Al tratar de buscar formación formal y certificaciones me percaté del peso real de este proceso y su sub valoración o sobrevaloración en algunos casos. Hoy en día, la oferta a través de formación online se aprovecha de la ignorancia de las personas para poder comercializar sus programas, algunas empresas están enfocadas en la venta y no en la formación de las personas o en el traspaso de conocimiento.

EL OFICIO FORMAL

Mi primer acercamiento formal con la investigación de incendios forense fue en un caso penal de asesinato e incendio en el año 2012, como “testigo experto” en la ciudad de Cuenca, Ecuador; en ese año, no existían peritos en investigación de incendios en Ecuador. Luego de ese caso inauguré el listado de los peritos de investigación de incendios del Consejo de la Judicatura de Ecuador. Durante este proceso, pude trabajar con la Policía Nacional de Ecuador y la Fiscalía, tanto en investigaciones de incendios en terreno, como también en formación desde este caso, hasta la actualidad.

Durante 2015, pude iniciar una serie de viajes formativos a los Estados Unidos para estudiar y certificarme en el tema de investigación de incendios, debo resaltar la seriedad y profesionalismo de la NAFI, asociación de la cuál soy miembro hace cerca de 10 años y poseo las tres certificaciones que ofrecen. Esta formación me abrió las puertas a niveles que no tenía idea que existían dentro del trabajo que yo pensaba hacía a la perfección. Para mí fue

abrumador darme cuenta de lo equivocado que estuve por años en conceptos que para mí eran casi sagrados. Como comprenderán, no tuve otra opción más que asumir mis falencias formativas y dicho de manera simple “aprender dese cero todo de nuevo”.

En consecuencia, lo primero que hay que indicar es que la investigación científica de incendios y explosiones actual es una ciencia forense, en esa línea cumple los parámetros y exigencias que las ciencias forenses tienen en todas sus ramas, como ya ha sido expuesto. Su hilo conductor más poderoso es el método científico, que va mucho más allá del compromiso escrito con su utilización, debe verse plasmado de manera práctica en el desarrollo de todas las etapas de la investigación de incendios o explosiones.

Hoy en día la investigación de incendios y explosiones es científica por naturaleza propia y de manera obligatoria, para todos los actores e involucrados directa e indirectamente con el tema. No es necesario que un país tenga reconocida como propias las normas más importantes en el mundo de investigación de incendios para que sean utilizadas por sus instituciones de investigación de los sistemas judiciales.

Es nuestra responsabilidad instruir a nuestros alumnos, colegas y sobre todo a nuestros clientes, sobre la obligación y objetividad de la aplicación del método científico. El no hacerlo crea un sesgo cognitivo en las personas que confían para que las instruyamos, y en nuestros colegas y clientes, crea falsas expectativas sobre los resultados del trabajo. Acá es donde hay que reconocer, que muchas veces estas falsas expectativas, se basan en desconocimiento e ignorancia y no en una mala intención.

De cualquier manera, las personas esperan que nosotros hagamos un trabajo que sirva a sus intereses, y la investigación de incendios está, como la ciencia misma, absolutamente alejada de cualquier interés personal. Por esto desde la primera interacción con las personas que nos solicitan este tipo de trabajos, somos totalmente honestos con el desarrollo y las posibilidades sobre los resultados, jamás aseguramos un resultado, ya que no somos creadores de casos, somos buscadores de verdades científicas.

HERIBERTO MOREIRA CORNEJO
CONSULTOR, INSTRUCTOR Y PERITO INTERNACIONAL, INVESTIGADOR CIENTÍFICO DE INCENDIOS Y EXPLOSIONES, EXPERTO EN SEGURIDAD HUMANA Y CIENCIAS DEL FUEGO.

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TEMÁTICA

• Mesas de diálogo en materia de regulación.

• Análisis de riesgos y continuidad de negocios.

• Commissioning y entrega recepción al usuario final.

• Sistemas alternativos de extinción de incendios.

• Sistemas de rociadores automáticos contra incendios.

• Detección, alarmas y notificación.

• Seguridad humana.

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• Certificaciones nacionales.

• Sistemas pasivos.

PATROCINADORES

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GENERAL BOMBEROS INCLUYE: IVA INCLUIDO $400 MXN

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