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ALIMENTOS: ALgO MáS SOBRE INCOMPATIBILIDAD QUíMICA
Algo más sobre incompatibilidad química
Por el Prof. Nicolás Capo
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Naturista trofólogo pionero de mayor relevancia en España. Aparece hacia el año 1923, en Barcelona, instauró la Trofología Naturista o “ciencia de la alimentación” encarnando el sector más radical y a la vez más consecuente del Naturismo. Trofólogo internacional, siguiendo la línea de los grandes vegetarianos instauró las combinaciones bioquímicas de los alimentos, la Citroterapia Intensiva, el frugivorismo y el crudivorismo para el restablecimiento de la salud. (Ver Ecología & Desarrollo N°2, pág. 10)
Todos los mundos, infinitamente pequeños o infinitamente grandes, están como sujetos a la absoluta ley de tiempo, espacio y materia del Dualismo, es decir, todo lo que vibra: iones, electrones, magnetones, átomos, moléculas, células, microbios, seres, cosas, y en fin, alimentos y hombres, tienen electricidad y magnetismo, atracción y repulsión, simpatía y antipatía. Todo lo que nace, vibra, crece y muere, tiene esas dos cualidades (Ley de la Dualidad): electricidad y magnetismo: materia y energía, cuerpo y alma, podríamos decir. El magnetismo representa el espíritu, y la electricidad la materia (parte interna y parte externa). Luego cada hombre tiene cuerpo y espíritu, como cada animal (a su manera) como cada planta y, por ende, cada alimento. Y así como en las sociedades humanas hay hombres que no simpatizan a primera vista, hay alimentos que, aunque naturales, son químicamente contrarios a otros, porque cada cual lleva en sí un mundo. Así que también los alimentos tienen su idiosincrasia particular. Unos desempeñan un papel en nuestro organismo, en el acto de la digestión y otros, efectúan otro. De ahí nace la Ley de la Sensibilidad Natural. Cuando ingerimos juntos alimentos antagónicos, por ejemplo, pan y patatas, y la inteligencia (el valor nutritivo) de un producto se manifiesta en su desdoblamiento con los jugos tróficos (digestivo), también en el mismo acto, la inteligencia del otro -y ahí está el choque- es la incompatibilidad, la fermentación, que nos dará alcohol, y más tarde la enfermedad. Todas las cosas y seres quieren evolucionar, perfeccionarse y, por tanto, manifestar su inteligencia, su valor, en los sitios adecuados. Cuando en el mismo sitio y en igual tiempo tienen que actuar, manifestarse, es decir, digerirse dos cuerpos antagónicos, de composición química distinta, como son las verduras (sales) y las frutas (ácidos transformados en azúcar) entonces se entabla la lucha: o se digiere una cosa o la otra, porque nuestro humores digestivos y fermentos no pueden atacar a dos reacciones caloríferas y químicas al mismo tiempo; pero como las dos quieren lograr su objetivo, viene la explosión, y el organismo humano se deteriora y enferma crónicamente, aunque sea por etapas sucesivas. Muchas veces no crónicamente, aunque sea por etapas sucesivas, no se siente nada por falta de sensibilidad de pureza trófica, debido al callo que se ha formado de tanto anestesiar los órganos internos.
Cuando los alimentos son incompatibles, fermentan, y la ciencia ya sabe que toda fermentación es mala en nuestro organismo y que, a veces, puede hasta ser mortal. Cuando en nuestro estómago e intestinos hay un frote molecular repelente, viene una desarmonía y, por tanto, una destrucción de jugo vital y pérdidas nerviosas, porque ya sabemos que el cuerpo humano es un complejo de inteligencias, y su irritabilidad es nuestra enfermedad. Cada órgano y cada alimento, por su independencia mental, busca las expansiones de su voluntad con los alimentos afines y armónicos, para no sufrir y no retrasarse en su perfeccionamiento, porque Progreso es la ley suprema de toda partícula viviente de la Naturaleza.
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Hay algunos alimentos que, mientras se están emulsionando y digiriendo en nuestro organismo, en su elevación de temperatura, en su digestión, en su descomposición podríamos decir fisicoquímica, presentan al gusto o paladar de las glándulas absorbentes y asimiladoras un sabor aceitoso unos, otros azucarado, agridulce éste, y amargo aquél; así que se juntan en un mismo proceso digestivo alimentos de diversa índole química, y tenemos esa heterogeneidad molecular ante nuestras glándulas, y como la mayoría de los residuos que deberían ser eliminados, neutralizados en el acto, no pueden serlo por tanto trabajo a la vez, viene la congestión, con la fermentación de una parte y el dolor de otra. Por consiguiente, el hombre que es hombre, debe poner especial cuidado en que se realice el proceso de digestión lo más armónicamente, eligiendo alimentos compatibles para su mejor ionización.