Revista EL6A - Arte Independiente nº3

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E N T E I N D

EL6A R E V I S T A EDICIÓN IMPRESA N° 3 / Año 1 Mayo - Agosto 2011

En esta edición:

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MúSICA

D

FOTOGRAFíA

N

CUENTOS

I

MICROCUENTOS POESÍA

Fotografía: Rodrigo Reyes Aguilar

P

CINE

A R T E

E

ISSN 0718—9540


NUEVO Tร TULO EDITORIAL

ยกPRONTO!


Revista EL6A – Cultura Independiente es una publi c aci ó n d e Ed i t ori al L os S ei s A nt oni o y se e n c u e n t r a b a j o l i c e n c i a C r e a t i v e C o m m o n s : ISSN 0718-9540 Reconocimiento-Compartir-Sin obra derivada, bajo N° 3 - Año 1 Licencia 3.0. Legislación Internacional. Edición Cuatrimestral Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier medio o procedimiento, sea electrónico, mecánico o químico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares de la Licencia.

Mayo - Agosto 2011 Santiago, Chile.

equipo El6a Matías Fuentes DIRECTOR GENERAL - DISEÑO Sebastián Aguirre EDITOR DE CONTENIDOS Jaime Henríquez ASUNTOS LEGALES - ASISTENTE DE CONTENIDOS Josué Osses DISEÑO WEB - DIFUSIÓN Patricio Medina EL6AUDIOVISUALES Víctor Fuentes REPRESENTANTE LEGAL - CORRECCIÓN DE ESTILO

editorial.los.seis.antonio@gmail.com EDITORIAL LOS SEIS ANTONIO @edlos6antonio http://editoriallosseisantonio.blogspot.com http://el6arevista.blogspot.com

Fotografía: Michel Binelli

CONTACTO

Revista EL6A - Información General

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EDITORIAL La Palabra

La palabra es la invocación y el desgarro. Es una intuición de la realidad desesperada por manifestarse, en tiempos donde el diálogo con la gente ha sido cerrado y el único consuelo, son las imágenes que alguna vez dejaremos guardadas.

Imágenes que afloran cuando abrimos ciertas páginas y revivimos el recuerdo. Son esos momentos en los que entendemos que la palabra siempre está al borde de la catástrofe, es la mordaza y la liberación al mismo tiempo, nos desprendemos de la coherencia interna y comenzamos el viaje desde el parto o quizás directo a las cenizas de antaño. Y es que la memoria de la palabra jamás muere, olvidada quizás, pero siempre latente en algún rincón de nuestra vida. Es por eso que éste proyecto se justifica en sí mismo, es el aliento colectivo de ideas no dispuestas a empañarse, conjugadas entre la expresión y el deseo de vivir no tan sólo en el recuerdo -tan frágil, por cierto-, sino en la construcción de una nueva voz con un espacio dispuesto a escucharla. Es el sonido de una nueva cultura, una cultura independiente. Sebastián Aguirre Editor de Contenidos

SUMARIO 6 - Entrevista a Cafelina 8 — EL6Audiovisuales 13 — Microcuentos 21 — Comics “Damian” 26 — Cuentos 36 - Poesía 43 — Tras el lente 49 — Terminando con… 52 — Reseñas


As he waits Constanza MuĂąoz (CamadĂĄ - chilena)


P

atricia

Chandía,

veinteañera

nacida en Talcahuano, nos presenta su trabajo bajo el seudónimo de Cafelina. Bastante cercana al actual movimiento Folk, aunque con un marcado sello propio, nos empapa con sus acordes y una potente voz. Música para el alma y un viaje a nuestras raíces. En tus canciones, ¿cuánto porcentaje existe de café y de felina? Creo que el porcentaje de café esta implícito en el trabajo y dedicación de cada canción, pero lo que se escucha como resultado final y sobre todo en las presentaciones en vivo, es 100% pura felina. ¿Cuál es el recuerdo más remoto ligado a la música? Recuerdo que tenía como 4 o 5 años y grababa programas de radio en cassettes para mandárselos a mi abuelita que vivía en Santiago. Más tarde, mi mamá llegó con el piano Casio amarillo de regalo y mi papá se quedó más rato jugando que yo. (Ríe nuevamente) ¿ En qué momento tú pasaste a primer plano en las grabaciones? Soy hija única, y si no me inventaba yo misma todo, no podía jugar. Lo más presente en mi vida era que todo sonaba, a veces explicaba cosas por los sonidos. Creo que nunca pasé a primer plano. Siempre he puesto lo que suena en primer plano, los sentimientos van ahí. Eso creo… Pero claro, por ser solista pero en realidad, como es música popular, hay colaboración de más músicos aunque las letras son completamente mías. Quizás lo más "primer plano" sea yo tocando con guitarra y nada más, que es como cuando nacen los temas. ¿Te refieres a las remezclas que han hecho de tus temas , con lo de ser obras colaborativas? Exactamente. Si bien yo escribo para cuerdas o vientos, la ejecución la dejo muy libre para que los otros músicos colaboren y también opinen abiertamente. De Talcahuano a Santiago... ¿algo que te llame la atención en la manera de ver la música? En Talcahuano es más fácil, por ejemplo ir a canal de televisión regional, pero por otro lado no hay tantos bares que permitan organizar tocatas, ni tampoco tanto público disponible. Por otra parte, en Talcahuano existe la asociación de músicos de Talcahuano que cuenta con el respaldo de la municipalidad, hacemos proyectos y todo es más "en familia".


7 En cuanto a tus inicios con los programas de radio, ¿siempre incluyeron música? A los 8 años ingresé al taller de flauta dulce del colegio, ahí aprendí lo primero en partituras y luego ya leía cosas complejas. Mi papá me compró una flauta verde, y estoy perdidamente enamorada de ella (ríe), eso como a los 12 - 13 años. Después tuve un violín que compró mi papá y que supuso que lo tocaría un rato y lo dejaría botado, pero no... seguí tocando y aislándome del mundo (nuevamente), hasta que lo vendieron a escondidas…¡trauma! (ríe una vez más). Frente a esa simpleza, naturalidad y honestidad, ¿reconoces algunos exponentes musicales que admires? Desde que conocí a Mecánica Popular, me gusta mucho, además de todo lo que hicieron Mario Villalobos y Manuel García como solistas. He podido compartir música con Mario y es una excelente persona.

Naturalmente (supongo por haber estado en colegio municipal y preparar actos folclóricos para todos los lunes) me acercó mucho a Violeta por el uso de los ritmos, pero es la sensación de saber que esa música es de verdad, es canto con sentido. Cómo fue tu primera presentación en vivo? Desde pequeña estuve en presentaciones en vivo, ensambles y cosas con público, pero la primera vez que presente un tema propio, que ya estaba armado, y con el nombre Cafelina, fue en 2008, tenía 18 y fue en un bar de Concepción. ¿Cómo ha sido el proceso de hacerte un círculo? Se ha dado solo. Cuando eres independiente debes gestionar tus presentaciones, aprender a usar las redes sociales y vas conociendo gente con la que se forman relaciones musicales por afinidad. Alguna meta que ya hayas cumplido en tus 2 años de carrera o hecho con el que te sientas satisfecha ¡Difícil!... porque no lo pienso como meta, sino como mi vida. Siempre haré esto, así que la meta esta simplemente en hacerlo, el hecho de hacer música es mi meta, es mi fin en si mismo. No lo veo como medio para alguna meta como ser famosa o alguna estupidez así, podría tal vez hablar de proyectos como el Fondart o centrarme en tributos que aparecen de repente, sin embargo no he definido un camino aún, sólo sé que me voy a dedicar a esto en la vida, me gusta y lo he elegido.

SIGUE Y ESCUCHA A CAFELINA EN:

: @cafelina : cafelina : cafelina23 : http://www.lavitrola.cl

Entrevista

Y por ejemplo, ¿A Violeta (Parra) o Quilapayún (hay pasajes que se siente su influencia, creo) los sientes en tu música y tu mensaje?



el6audiovisuales


LAS 7 ETAPAS DEL CINE CHILENO El cine chileno se inicia oficialmente en 1902. Esto, porque de ese año data la primera película cuyo registro es oficial, a pesar de que algunos antecedentes no comprobables indican que la primera película chilena sería de 1888 y se habría filmado en la ciudad de Iquique. No es raro, basándonos en que muchos adelantos que Chile tuvo en sus inicios, partieron por las ricas ciudades el norte del país, dado los recursos del salitre. Más, como no tenemos una prueba fehaciente y científica de que así haya sido, damos crédito a 1902 como la fecha de inicio de nuestra cinematografía, con la cinta del “Ejercicio General del Cuerpo de Bomberos” de Valparaíso. A juicio de Jacqueline Mouesca, cineasta, escritora e historiadora del cine, la historia del cine chileno es susceptible de ser dividida en 6 etapas (desde 1902 hasta 1990). Esto, considerando no sólo fundamentos argumentales, técnicos y/o estéticos, sino también, aspectos culturales y sociopolíticos. Estas etapas serían las siguientes: Primera Etapa (1902 – 1929) Esta primera etapa fue una etapa embrionaria, en la medida que fue muy experimental. Es una etapa de búsqueda y aprendizaje, en la cual el cine era un simple oficio y no tenía una postura clara en cuanto a las temáticas y estilos de hacer películas. Los temas principales, al igual que la escuela del cine de los Estados Unidos, estaban centrados en la historia local, particularmente en nuestra independencia. De hecho, el único largometraje que se rescata de aquellos años es “El Húsar de la Muerte”, film dirigido y protagonizado por el realizador Pedro Sienna y que ilustra precisamente la vida y obra del prócer Manuel Rodríguez Erdoíza. La etapa culmina con la filmación en 1929, de la película chilena del realizador, escritor, caricaturista y comediante Jorge Délano, titulada “Norte Sur”, primera película chilena sonora a sólo dos años del primer film sonoro en el mundo; “The Jazz Singer”, de Estados Unidos. Segunda Etapa (1929 – 1942) En esta etapa ya se nota una cierta madurez de los realizadores y especialmente del personal técnico que participa de los rodajes. Sin embargo, desde el punto de vista de la identidad del cine nacional, hay un claro extravío de la brújula que orienta las temáticas y las formas narrativas. A partir de 1930 las salas de cine constituyen junto con la radio y el teatro, los grandes medios de distracción y entretención. En Chile, aún la industria no producía a escala masiva por lo que se exhibían muchas películas estadounidenses y de distintas nacionalidades, sin embargo, las películas mexicanas causaron furor. En el contexto de los años „30 en nuestro país, el analfabetismo era una dura realidad y en ese escenario las películas de idiomas no hispanos no eran entendidas, puesto que la gente no podía leer los subtítulos. Eso sumado a la identificación del campesinado chileno con el charro mexicano, creó el tremendo éxito de popularidad de aquel cine, lo que llevó a la ranchera a ser la canción de campo en nuestro país, desplazando a la cueca a un segundo lugar. De acuerdo a lo anterior, y para competir abiertamente con las películas extranjeras, el cine chileno se “hollywoodisa” trayendo para ello, a muchos realizadores extranjeros, principalmente argentinos y estadounidenses, quienes si bien se manejan muy bien en las áreas técnicas, estéticas y narrativas, eran desconocedores absolutos de nuestra realidad social, de nuestra identidad y de nuestra idiosincrasia, y ahí estuvo el dilema de esta etapa de cine chileno, la identidad se pierde por completo.


Tercera Etapa (1942 – 1959) En 1942 se inaugura Chilefilms. El año anterior el Presidente de la República don Pedro Aguirre Cerda había ordenado su fundación como entidad dependiente de la Corfo. Sus objetivos aspiraban a re-fundar la cinematografía nacional desde sus perspectivas: tecnológicas, comerciales, culturales y argumentales, vale decir, iniciar un cine chileno que aspirara a la conquista de dimensiones globales, pero teniendo como cable a tierra la dimensión de la “chilenidad” en sus bases argumentales. La fuente de ficción se desarrolló pensando en objetivos comerciales y no muy distintos en estilo y propuesta que en la etapa anterior. Sin embargo, la fuente documental sí marcó una inflexión en cuanto a lo que se venía haciendo y se abre a las temáticas de carácter social que marcarían la pauta de las etapas que vendrían. Como toda etapa de transición, esta tercera etapa no marca ni un antes ni un después en la historia del cine chileno, de hecho Chilefilms se incendia en 1945 y quiebra en 1946, sin embargo, la semilla ya estaba sembrada y crecería gracias a un factor distante hasta este momento: la universidad. Cuarta Etapa (1959 – 1969) El desarrollo de esta cuarta etapa está marcado por dos factores esenciales, uno de carácter exógeno: la Revolución Cubana y el surgimiento del “nuevo cine cubano”. El otro de carácter endógeno: la irrupción a la escena del cine de las dos universidades más antiguas del país, la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile. Hacia 1959 ambas universidades contaban con sus respectivos talleres cinematográficos. Por una parte el “Instituto Fílmico de la Pontificia Universidad Católica de Chile”, y el “Centro de Cine Experimental” de la Universidad de Chile, por otro. Fundado el primero por Rafael C. Sánchez en 1955 y el segundo por Pedro Chaskel y Sergio Bravo, estos centros de filmación se constituyeron a partir de 1959 en las “primeras escuelas de cine” en Chile, formando a los primeros profesionales del quehacer cinematográfico, que, por inspiración propia y cosmovisión universitaria, se sumergieron sondando las problemáticas sociales de nuestro país, en especial aquellas relacionadas con las fuertes diferencias de distribución del ingreso entre las clases, las oportunidades de acceso a la educación, la realidad socio-política y el socialismo colectivista, al menos de manera incipiente. Como ya se mencionó, la cultura chilena no estuvo ajena a la fuerte influencia de la cultura popular surgida a partir de la Revolución Cubana. Fueron años de incubación de fuertes ideas de cambio social y el cine, como arte, no fue un agente ajeno a aquellos procesos. El cine de esta etapa está revestido de una fuerte impronta orientada a la denuncia social, a la mirada antropológica y a la querella política. El punto culminante de esta etapa se da en la segunda edición del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar. Quinta Etapa (1969 – 1973) En el año 1969 se realizó la segunda versión del Festival Internacional de Cine de Viña del Mar, organizado por tres figuras consulares de la cultura viñamarina: Aldo Francia, Luis Sigal y Carlos Ansaldo. El primero de ellos fue el más ligado a la cinematografía, de hecho, una de sus películas, “Valparaíso mi amor”, fue la que junto a “Tres tristes tigres” y a “El chacal de Nahueltoro” (de Raúl Ruiz y Miguel Littin respectivamente) dieran inicio a esta quinta etapa del cine chileno. En estos tres largometrajes se conjugan dos factores comunes: En primer lugar, la mirada neorrealista de la realización y ,luego, la visión social de perfil revolucionario.


Las postrimerías del gobierno de Eduardo Frei Montalva y el gobierno de la “Unidad Popular”, fueron años de marcada turbulencia política. En lo que nos convoca, será importante porque históricamente el cine chileno nunca tendrá tanto apoyo del Estado y del gobierno, y además, nunca estará más polarizado, politizado e ideologizado que en toda su historia. Durante el gobierno de la Unidad Popular se consolida la gloria de cine documental. Así como en otras etapas el cine documental había tomado el emblema de la causa artística y de la exposición de los hechos sociales, es en esta etapa en donde alcanza su mayor esplendor. El cine chileno de esta etapa fue un cine, político, socialista (no social) y “allendista”. Duraría lo que debía durar en nuestra historia. Tomando este compromiso, el cine chileno viviría su peor etapa a partir del 11 de septiembre de 1973. Sexta Etapa (1973 – 1990) Cuando Silvio Caiozzi estrena en 1979 la película, “Julio comienza en Julio”, el cine chileno da su primer respiro en años de silencio y postergación y da origen a una de las dos fuentes en las que se dividiría nuestra cinematografía. Un film de época, esencialmente costumbrista y que marcaría la pauta de los temas que podían ser tocados durante los años del régimen militar. Eso en lo que respecta a los cineastas chilenos que se quedaron en nuestro país. La otra fuente fue la generada por los cineastas chilenos en exilio. Por su orientación política, muchos cineastas chilenos partieron al extranjero. Otros, al ver el nulo apoyo del estado al cine, se fueron del país. Aquello permitió abrir una fuente de cineastas chilenos que, dispersos entre Europa y Cuba, fundamentalmente, filmaron películas fuera de nuestras fronteras, en donde las temáticas de los derechos humanos y el régimen militar resultaron ser la tónica. En los ‟80, el cine cobra un cierto impulso de la mano de realizadores jóvenes que apelaron a otros soportes para hacer películas; el video, lo que permite trabajar abaratando mucho los costos. Y también por la vía del cortometraje, como ya lo dijéramos, películas de tiempo máximo de 30 minutos. El 11 de marzo de 1990, el ciudadano Patricio Aylwin Azócar hizo asunción al mando de la República en ceremonia realizada en el congreso de la nación. Nuestro país iniciaba un largo proceso de reinserción en el mundo, de reconciliación entre dos bandos profundamente divididos y entre otras muchas cosas, del reencuentro del cine chileno con su público. Séptima Etapa (1990 – Actualidad) Si bien es cierto, en un comienzo hablábamos de sólo seis etapas del cine chileno, personalmente me atrevo a decir que la cinematografía nacional ya se encuentra en una nueva. Con el regreso de la democracia, desde 1990 en adelante se comienzan a ver muchos filmes de temáticas absolutamente distintas a las de años anteriores, esto, debido a que muchos exponentes sacan a la luz sus ideas que eran consideradas como tabú, o que incluso les podría causar el exilio debido al contenido político. Una película que marca esta tendencia es “Historias de Fútbol” dirigida por Andrés Wood. De allí en adelante, hasta nuestros días, podemos ver muchas temáticas que van desde el golpe militar, hasta películas de fantasía, policiales, etc., lo que nos demuestra de qué manera ha ido evolucionando nuestro querido Cine Chileno.

Patricio Medina Navarro


Barrio InglĂŠs Pedro Araya Alfaro (Chile)


Microcuentos


15 CONFIANZA

Había muerto sola, en el jardín, mientras nosotros disfrutábamos de las vacaciones. Un amargo sentimiento de cul-

la carroña. El asfixiante verano había sido sin duda el culpable del óbito. Al enfermar el abuelo, éste nos hizo jurar que la cuidaríamos tal y como él lo había hecho siempre.

En nuestra ausencia estival, confiamos a tía Marga la labor de regar la orquídea, pero su falta de memoria, y este maldito calor…

Maite García de Vicuña España

Microcuentos

pa rondaba nuestras cabezas como un buitre sobrevolando


16 EL SOÑADOR

Aquel hombre soñaba, se proclamaba un soñador de realidades. Se acostó esa noche angustiado de pensar en la

Microcuentos

angustia de sus coterráneos, atormentados con la inminente reducción de plantillas y las consecuentes crecientes penurias. Luego de tanto meditar, se durmió. Esa noche soñó con los 80, cuando había carne de res, pollo, pavo, pescados, leche, malta, frutas, todo tipo de vegetales y viandas; cuando la gente celebraba cumpleaños, podía ir a la capital, vestía bien, y no le preocupaba un pasaporte. El fin del sueño llegaba en el momento en que degustaba una auténtica cerveza

Hatuey, se frotó los párpados para no despertar y lo logró; en el sueño gritó: __ Les anuncio a los avaros, Lo hago sin fruncir el ceño, Mi sueño es de un verde claro Que busca en el sueño un sueño.

Vicente Ricalo Cabo Verde – cubano


17 VINILOS

La contingencia obligó a subastar nuestro tesoro familiar. En su momento de mayor esplendor, atestó las murallas

gante que resultó siempre para todo nuestro círculo. Tal como son parte de la vida, los cambios también poseen carácter cíclico. Por eso, a años de ocurrido aquello, cobró más valor que nunca el enfrentarme con la potencia real del mensaje de una carátula, más que conocida, diciéndome "All things must pass".

Efectivamente, había pasado mucho tiempo…

Aquello, constituyó encontrar el primer eslabón del mapa, para volver permanentes y concretos, mis atesorados, pero efímeros, recuerdos “músico-infanto-familiares”.

Dilou Mafuag Chile

Microcuentos

hogareñas con espíritu orgulloso, a pesar de lo extrava-


18 EL BOHEMIO

El Bohemio despierta a medio día y camina por Santiago con su violín al hombro. Lleva el pelo desordenado, pero no

Microcuentos

le importa.

El Bohemio toca su violín; toca en la Moneda, toca en Plaza de Armas, toca aquí y toca allá. Toca en todas partes. Cuando termina de tocar, bebe.

El Bohemio toma su violín y camina sin rumbo, a veces sale en las noches con un destino, otras solo sale de noche.

El Bohemio llega a su casa y cansado por un rato de su vida bohemia, duerme, pero despierta a medio día, siendo bohemio nuevamente.

Valeria Burgos Chile


Yo tambiĂŠn quiero una Bip! Roan Franas (Chile)


20 LA BREVE HISTORIA DEL CONFORMISMO

El hombre, en su desesperación por Libertad, desgarró su alma en un grito. Éste habría logrado hacer temblar la

Microcuentos

tierra, cortar el aire e incluso espantar tantos Dioses como en su camino se topase, pero sólo de haber sido proferido.

Aquel hombre era hijo del hombre y padre del hombre, y poco importa a cual de ellos nos referiremos. Todos, en algún momento de sus vidas, sentían la necesidad de un cambio en la interpretación de sus papeles. Pero nada sucedía a la necesidad y la obra continuaba inalterable. Finalmente la llama se extinguía casi al tiempo de haberse encendido.

El tiempo transcurrió implacable y, más evidente que nunca, dejó ver los devastadores efectos de una constante tranquilidad. El espíritu del hombre moría asfixiado, a la vez que nacía en su interior una silenciosa ,y para nada mortal, enfermedad; el Conformismo.

Daniel Gutiérrez Chile


21 ROMPECABEZAS

Al nacer le dijeron que su vida sería un rompecabezas y

Creció sin otorgarle mucho sentido a las palabras de la partera, pero constató que con los años su cuerpo se iba fragmentando.

El día que inició el romance con la muñeca de porcelana se comprometió a tal punto que le entregó a ella algunos de sus pedazos.

Tras el quiebre de la relación, nunca más ha podido ser un hombre completo. Ella se llevó la pieza más preciada e irremplazable. Es por eso que desde entonces no tiene sonrisa.

Vifube Chile

Microcuentos

que el número de sus piezas aumentaría con la edad.



C o m i c s

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C o m i c s

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C o m i c s

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C o m i c s

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Cuentos


28

ESPEJO Con la mirada más coqueta que le había visto, se acercó y me dijo: – hice dos cosas ayer –. Yo seguí fumando mi cigarrillo y cruzamos la calle, esperé que ella sola me contara, así que me quedé en silencio y comencé a mirar el suelo. – La primera, es algo que hacía tiempo quería… ¡me depilé entera! – Me reí y le pregunté si eso incluía depilación brasileña a lo que asin-

Cuentos

tió enseguida, logrando que me percatara que todo mi cuerpo me estaba acompañando mientras hablábamos y que a parte de mis oídos otros órganos empezaban a escuchar también –Estaba en el baño y me miré en el espejo grande, nunca había visto cómo era, bueno, tú sabes, esa parte. Así que me acerqué más y puse un piso frente al espejo donde me senté con las piernas abiertas para mirar mejor, con los pies apoyados en el piso me toqué la parte exterior, era blando y emanaba una especie de calor parecido al que hay dentro de la boca. Con los dedos de mi mano abrí y un rosado intenso sobresalía de mi cuerpo, y allí entre pliegues sentí la textura distinta de esa piel, estiré esas partes que rodean el clítoris y vi un punto, como un pequeño monte, que estaba escondido y que cuando torpemente toqué me provocó un leve y placentero dolor. De nuevo puse un dedo sobre él y sentí su rigidez, pero esta vez lo hice con más cuidado y algo eléctrico me erizó la piel, ya no miré el espejo, sino que me incliné para ver directo mientras seguía moviendo el dedo, ni siquiera me di cuenta que mi boca estaba levemente abierta porque más abajo, un poco más abajo de donde estaba mi mano, un líquido transparente escapó desde un lugar que no había tocado, así que lo toqué, lo olí y me lo puse sobre ese puntito para que el roce fuera más parecido a cuando tú me lames-. Recién ahí me miró.


29 - Giraba en círculos y cambiaba hacia arriba y abajo el movimiento, me escuché gemir y levanté la cabeza para ver mi rostro, donde vi tus mismos gestos de placer y los mismos de las otras personas con las que he estado, pensé en una cadena de orgías entre yo y todos mis amantes y a la vez todos mis amantes entre sí a través de mí, la sola idea de que bajo ese punto, ese pedacito de piel que todos Uds. habían tocado y lamido en algún momento era algo que nos uniera me provocó más humedad y seguí moviendo mi dedo un respiración, apoyé mi otra mano sobre el espejo y fue como si lo atravesara para encontrarme con mi propio cuerpo, para ver esos dedos mojados que estaban tocándome mientras yo miraba como me estaba moviendo y como era tener sexo conmigo-.

Me preguntó si yo recordaba a mis otras amantes, pero no fui capaz de responder, porque en realidad tenía razón, todas se habían convertido en la mujer que tenía a mi lado.

Sofía Miranda Chile

Cuentos

poco más rápido sin notar que estaba yendo al mismo tiempo que mi


Catedral Julius Sobrino (PerĂş)


En la rutina de las maravillas

31

Caí hecha bulto a un piso virgen -de escobillazos- que apesta a ácaros y alergia. Entonces los instintos más primitivos se apoderaron de esta caja de huesos, músculos sin uso y grasa (insuficiente como para una lipo, suficiente como para parecer gelatina en la playa); de pronto involucioné en oruga –porque no me da el cráneo para ser mariposa- y me arrastraba pesadamente hasta unas baldosas que destilaban cloro mal trapeado. Allí -haciendo un esfuerzo sobrehumano- despegué mis ventosas del techo y aterricé en una pecera blanca donde llovía agua hervida. Me he transformado en un pescadito higiénico –con todas las ISO en regla- por lo que decido cocinarme un rato: aliñada con lavanda líquida y algas marinas a la espuma, no necesito mencionar lo rica que quedé. Estilaba gotas de lluvia, pero unos gentiles pulpos peluditos -de 100% algodón- me abrazaron y toda forma de agua, frío y sueño desaparecieron. Mi materia gris –media amarillenta, porque soy una enferma- ya había asumido que debía funcionar; que llegaba un recién nacido día y era uno de aquellos que se les cambia el pañal. Pero mi sapiencia no era el único elemento de mi humanidad despierto: mirando por una ventana llena de pelusa –mi ombligo-, estaba el pozo sin fondo gritando por desayuno. Por suerte, mis manos son las más rápidas del oeste y ya habían ordenado el arribo de un pan bronceado, que recién volvía de sus vacaciones de la eléctrica playa de Mademsa; el muy pretencioso estaba untado en una crema a base de excreciones de seno de vaca (probablemente para cuidar su crujiente piel de las arrugas).

Cuentos

Un gallo monofónico y pregrabado se arrancó desde lo más íntimo de mi celular, aleteó entre mis sábanas y pateó con rabia tímpano y medio; la otra mitad es aquel pedazo mío inevitablemente fundido a la almohada: soy un chicle globo rosadito que se infla en sueños, pero que ante los primeros rayos ultra solares colapsa y se convierte en una masa fofa y sin sabor. Mas a mi cama nunca le ha sobrado la paciencia, menos ahora que subí dos kilos a punta de pura cazuela (pues capear el invierno cuesta calorías); así que simplemente se hartó de mi anatomía y -arqueándose en medio de un crocante colapso de tablasme despojó de punto de apoyo.


32 Lo acompañaba un tipo caliente, mas no me importó, pues yo juzgo a la gente

por

su

interior:

contenía

insomnio en polvo disuelto en más hidrógeno que oxígeno, pero en los dos

a la

parejas

vez (eran

de

una

de

mentalidad europea, la

buen tipo, además de un seductor: En menos de un minuto ya hundía mis labios en él. Me contaba que era colombiano y muy popular entre el de

las

bebidas;

antes

de

Cuentos

desaparecer me dejó gentilmente su número –el código de barras-. Has t a chillido

que

como

de

poco de nylon por acá y ya parezco ser humano en menos de lo que canta mi celular. Regreso sobre mis pasos buscando el hilo de la rutina -que me han interrumpido por un pudor que en mí está de sobra-... aunque claro ¿en qué había quedado? ¡Qué más da! ¡Iré a cazar ballenas!anuncio con voz cantarina. No cierro la puerta, más bien la azoto, no de enojo, sino porque ando con un exceso de energía. Un par de

e s c uc hé : pájaro

poco de poliéster por aquí, un

esas

gente les dice agua). Resultó ser un

resto

De vuelta a la baticueva: un

a qu é l tropical

poniendo huevos o como de animalito

escalones más abajo escucho a mi madre gritándole a mi mala copia: - ¡Ya olvidó tomar sus pastillas!

en celo, quizás como gatos pasándola buena en agosto. Estaba mi semicopia gritando al volumen de parlantes en su clímax, pero sin los parlantes:

es

por

lo

que

tanto

arma

alharaca mi hermana. Siento que mi cámara ocular deja de desenfocar el techo (donde hay lindos colores y borregos) para repasar mi cuerpo. Tiene razón: tanto andar soñando despierta me he saltado un paso de mi rutina. Simplemente olvidé volver a mi antro a buscar un par de trapos; no

llevo

encima

ni

siquiera

un

cartel de censura o un botón que me ponga borrosa –no olviden que hay menores de edad despiertos a esta hora-.

mar de hierro multicolor: es el océano Chacabuco. Aquí hay peces de

- ¡Alejandra anda sin ropa otra vez!-

Corro con mi arpón hacia un

todo

tipo:

Toyota,

Hyundai,

Chevrolet... unos con más espinas que otros, pero todos con aquella fiebre estresante consumiéndoles la paciencia y la gasolina; no son más que salmones nadando contra la corriente cotidiana. Pero no es lo que busco. Hasta que empieza el esperado

espectáculo:

poderosas

ballenas saltando por sobre otros peces, los paraderos, las señales del

tránsito

y

hasta

los semáforos en rojo; majestuosos animales liberando a este cielo marino columnas de vapor negro; son cetáceos de todas las letras y destinaciones.


33 Espero muy atenta a mi predilecta... cuando al fin distingo su marca de entre las demás, envaino mi arpón y... ¡Hago dedo! ¿Para dónde va, señorita?- me pregunta el conductor de ballenas. Donde caliente el sol. Un par de objetos metálicos, un papelito a todo color y ya soy parte de la tripulación. No hay muelas donde sentarse, sólo quedan las costillas sobre el pasillo: me transformo en ropa y quedo colgada. Mirando por un ojo del inmenso mi pista cual desesperado sabueso. Al avistarme realiza un baile extraño (¿de apareamiento?) que consta de muchas señas y un excesivo aleteo; de no ser por el frasco naranjo que agita entre sus dedos, hubiera pensado que quería poner un huevo. - ¡Detengan esa micro!- escucho que grita. No cesa de subir y bajar los brazos, el frasco muy aferrado a su mano. He captado lo que quiere, pero no puedo responderle porque soy ropa y la ropa no habla. Mi ballena no admite retrasos y avanza decidida. Por el ojo de ésta veo a mi progenitora transformarse en langosta –por el enfado rojo volcánico que corona su rostro-, luego en pulga marina y, al final, desaparece tras un horizonte como de postal porteña. Soy libre.

Serenade Chile

Cuentos

animal, veo nadando en el océano a mi madre, quien rastrea


Rayado Antonio Maggiolo (Chile)


Y tiene nombre de mujer...

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Esa mañana se levantó de mal humor y se dijo que quería ir a Montreal, a Berlín y después quedarse a vivir en París. En Montreal estaba su hermana mayor y en Berlín su viejo tío que la había empujado a estudiar filosofía. En Montreal enseñaba un profesor con el que ella siempre había querido hacer un Doctorado sobre

Höl-

derlin. En Berlín, la esposa de su tío tocaba el piano en las tardes y cocinaba deliciosos pasteles de manzana. En Montreal estaban los clubes de jazz que tanto ansiaba conocer. En Berlín, los teatros minimalistas y ciertos museos hiper-modernos. Pensaba en la película

Invasiones bárbaras de Arcand y en Querelle de Fassbinder. No sabía mucho más de esas ciudades. Un par de postales del centro de Montreal enviadas por su hermana en el invierno estaban pegadas en el espejo del baño al igual que una foto de Walter Benjamin. Debajo de su cama estaba una novela de Vila-Matas a medio leer. Si hubiera sido París no se acaba nunca, su itinerario acaso hubiera sido diferente. O tal vez no. Eso ya no se podía saber. Fumándose el primer cigarrillo del día, aún sin levantarse de la cama, pensó en los últimos cinco años de su vida y luego se detuvo en el presente. Un presente sin technicolor. Ahora tenía un trabajo más o menos permanente como profesora en un colegio y de vez en cuando laboraba con campañas políticas (algo que nunca hubiera imaginado). Pronto sería tía por primera vez y había engordado (unos veinte kilos o más, de acuerdo al espejo y a su estado de ánimo). Sus amigas la encasillaban como una alcohólica. Sus amigos sólo tomaban con ella sin hacerse muchas preguntas. Aún vivía con su madre. Sus hermanos ya se habían ido de la casa familiar y vivían fuera del país (los tres habían hecho prometedoras carreras burocráticas y lucrativas). A veces le enviaban algún dinero, que ella, por orgullo, guardaba en libros que ya nunca releería, hasta que se olvidaba del asunto. Eran ante todo libros de poesía española de la posguerra y el exilio. Había tenido un par de amoríos y un par de veces creyó quedar embarazada. Nunca había vuelto a tener los orgasmos del pasado. Ahora sentía más placer sola .


36

De madrugada retorcía su cuerpo pensando en Dr. House, Naomi Watts o en Alf. Había viajado a Cuba y a Cartagena y se había hastiado de las ciudades amuralladas para siempre. Eso la hizo pensar en una canción de Silvio Rodríguez y le dio risa. Cuando se terminó el cigarrillo trató de imaginarse su vida dentro de cinco años. Primero sintió vértigo y luego lloró hasta que se puso a escribir tweets durante media hora. Eso la calmó. Solía escribir cientos de tweets por día cuando se sentía amargada. Pero sus mensaie no eran bucólicos, tenían cierta dignidad. Eran ecos de palabras mudas que Virginia Woolf nunca se atrevió a pronunciar. Le contó al

Mundo (¡Un mundo de 312 seguidores!) su sueño y algunos extraños le mandaron canciones y emoticones más o menos repulsivos. Nadie habló de Kafja. Alguien mandó una cita de Woody Allen (“el eco siempre dice la última palabra”) y el resto reenvió chistes floios de actualidad. Intercalaba sus clases en el colegio, con lecciones de alemán y salidas a bares gays. Cuando volvía ebria en un taxi al amanecer tarareaba viejos boleros cantados diez años atrás con su padre y lloraba. En su casa tomaba whisky y programaba su emisora virtual con 3 artistas que aleatoriamente sonarían de forma ilimitada, trayéndole viejas y nuevas canciones: Bob Dylan, Velandia y la tigra y Juan

Gabriel... Era una combinación aberrante. Explosiva por corrosiva. Era algo así como comer mermelada de maní con huevos fritos y ginebra. Cuando volvía de buen humor sólo quería oír voces femeninas. Escuchaba Amy Winehouse, Leonor Watling y Jaramar. Luego se ponía a recitar versos de Pizarnik y maldecía a alguien. Gritaba un nombre varias veces con rabia, con odio, con desprecio, con resentimiento, con vergüenza, con desidia, con ironía, con burla, en fin, ya saben, con lascivia. Cuando se despertaba, le daban ganas de tomar ron Havana y de estar en un balcón mirando su vieja universidad. Le daban ganas de bailar milonga y boogaloo y se prometía aprender a bailar el próximo año. Y entonces pensaba en París. Y algo, algo se movía. Algo parpadeaba frente a ella. Y para pasar el mal trago, escuchaba a Bowie. Siempre la misma canción para atravesar ese trance y ese olvido desmemoriado:

Thursday’s child. Algo de esa canción la hacía temblar y sentirse aún viva. Había algo secreto que compartían Bowie y Gainsbourg. Algo la había llevado de vuelta a París. A ella, que nunca había estado allí, al menos, no del todo.

Aquíles Cuervo Colombia



pOESÍA


39 HISTORIAS DE OTROS DÍAS Vi tantos pies moverse bajo tierra en mi antigua casa Que ahora sólo quisiera superficies planas, terrenos planos Agujeros sin ningún sentido, materiales en desuso. Las monjas haciendo el pan, las mujeres en la costura Y yo Yo intentando terminar esta faena de días póstumos

26

Poesía

Esta labor inagotable de cavar y cavar la tierra Esta manía sucia de desenterrar la vida. Nadie ha visto mis manos esta noche Nadie las ha visto ni nadie las verá Mis huellas digitales impregnadas de barro Mis uñas a medio crecer Mis nudillos doblados Es todo lo que me queda Las señas de identidad tardías Un puñado de venas haciendo nudos bajo una piel cansada.

Macarena Figueroa Chile


40

MIÉRCOLES 12 Hace días que no puedo escribir, creo que me estoy volviendo viejo

Poesía

en pequeños instantes,

como los parpadeos de un calambre como la luz verde peatonal. Es como si las palabras estuvieran derretidas desde el otro lado del el muro que la enfermedad utiliza para descansar.

Sebastián Aguirre Chile

MURO


41 Mira qué viejo se encuentra el muelle Ha de asirse en la laguna de los olvidados: Pertrechos de abrazos, aglomeraciones de besos, muchedumbres de soledades. Todo aquello, flanqueado por la dictadura del hoy, la invasión del ahora; mientras, el detenido y desaparecido pasado, se intenta buscar en un mar de divagaciones, como queriendo reflotarlo en un mundo de adobes. El mañana, hay el mañana… alegría vendida por los profetas. Riegan sus mandrágoras esperando trepar la sepultura del mañana, la asfixia del pasado, celebrando el hoy..

Paolo Orozco Chile

Poesía

Presentismo

de los recuerdos.


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SELVA FRÍA Secretos yacen bajo la selva fría, aquella inmortal que traga la vida, ciudades maravillosas guarda en su seno, allí donde la codicia mata por oro.

Poesía

Dicen que en la milenaria floresta aún vive el espíritu de conquista y también el ímpetu de la tierra de aquellos que lucharon por la suya. Ni mil años han pasado y ya nadie tiene ánimo de buscar los césares ni de ciudades solares. Pero les advierto, modernos, que llegan los Avernos a aquellos que olvidan su historia antes pasada.

Sebastián Schirmer Chile


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Por los hijos no deseados Y huelo tierra en mi estómago, madera, agua bañando de substancia lo que toca. Soy piel hasta la enjundia de mi ser humana de tendones, sangre, huesos, venas, carne igual

Poesía

pero nada es fácil en mi castañetear porque él enarbola triunfos sin ni una derrota vino acá elegido para ser servido y triunfar y no es que me duela que tenga todas sus cosas sólo quiero el pedazo de sonrisas que me prometieron que tendría al llegar. Y se me acusó desde el instante en que me parieron que mi destino sería con quíntuple de frialdad porque era un varón el que esperaban y no un hembra para continuar… se selló con marca de los besos que no tuve porque creyeron que era mi culpa el arribar necios sordos y orgullosos el que da la vida es Dios y todo tiene un para qué en este navegar.

Magdalena Cortés Chile


Lasagna Jr. Constanza Mu単oz (Chile)


Tras el Lente A un a単o del terremoto en Chile


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Cruces Rodrigo Reyes Aguilar (Chile)

El que roba Rodrigo Reyes Aguilar

(Chile)


47

Algo va a pasar Pedro Araya Alfaro (Chile)


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La Democracia Cristiana en ruinas Michel Binellu (Chile)

Liberaci贸n Mariana Mu帽oz (Chile)


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Losa Antonio Maggiolo Orge (Chile)


Silicon Eyes JosuĂŠ Osses (Chile)


TERMINANDO con‌ Rodrigo Honores Amor Intelectual


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Amor Intelectual POR RODRIGO HONORES (3)

Continuando con...

III No resistió mucho tiempo. Se tomó tantos medicamentos que su cuerpo colapsó. Su mamá la encontró media muerta en su cama. Pálida. Pobre Vale. No pudo más... Cuando llegué a la clínica la desolación era tremenda. La Pau lloraba desesperadamente. Algunas amigas se abrazaban y se consolaban. Minutos antes de que yo llegara, el doctor les había informado que la Vale no había resistido y que ya no formaba parte de este mundo. No entendía nada. Tampoco quería hacerlo. Se me desgarró el corazón. Sufrí como nunca. Yo no estuve allí para socorrerla y ella pidió mi ayuda. Yo no se la di. Muchos fueron los rumores de porqué la Valeria había tomado esa decisión. Que estaba embarazada, que tenía Sida, que su papá la violaba, e incluso teorías descabelladas como que se había enamorado de una mujer y ella no le correspondía. Si ella escuchara todo esto se reiría. Nunca nadie supo a ciencia cierta que pasó. Todo fue demasiado rápido. Improvisado. Después del funeral, me fui con el Agustín -que a esa altura ya me había perdonado-, la Pau y su polola a un café del Lastarria. Nadie habló mucho. Cada uno vivía el dolor a su manera. - Fue nuestra culpa, sentenció la Pau. - No digas huevadas porfa Pau. No estamos para eso. - Si Cote, ¡fue nuestra culpa! No hay que ocultarlo. La pobre Vale estaba sola y nosotros no la ayudamos. La dejamos sola. Somos unas egoístas. Éramos sus únicas amigas y no hicimos nada. Nadie habló. La Pau tenía razón. Yo apoyé su tesis. Hasta hoy. En la mañana vino un tipo de la Policía de Investigaciones. Necesitaba hablar conmigo. Fuimos hasta su auto. -Creo que tu eres María José Correa. ¿Conocías mucho a Valeria? -Sí. Hace un tiempo nos hicimos muy amigas. Ella confiaba mucho en mí. -Ya veo. Bueno. Nadie sabe esto, pero ella dejó algo. Una carta. Allí explica todo. El porqué lo hizo. Qué le pasó. El corazón me comenzó latir fuertemente.


El detective se subió a su auto y se fue. Entré mi pieza. Leí la carta. Entendí todo. No sé si fue mi culpa. Pero está claro que fui una egoísta. No tenía como saberlo. Salí a la calle. El día estaba nublado. La calle vacía. Necesitaba correr. Empecé a caminar despacio. Luego más rápido. Terminé corriendo calle abajo sin un rumbo fijo. Una lágrima brotó de mis ojos. -- IV -Cote, No quiero dar pena. Aunque indirectamente lo hago. No quiero hacer sufrir. No quiero irme. Pero de alguna u otra manera debo hacerlo. Sí. El amor mata. Que quede claro. Si esto algún día llega a tus manos entenderás porqué. Tú más que nadie conocía mi imposibilidad para ser feliz con un hombre. Quizás lo hiciste sin querer. Me enamoré. Estoy segura de ello. Me entregué por completo. ¿Te acuerdas que te llamé y te conté? Sí. Él era. Di todo lo que tenía. La vida me la estaba ganando, pero él apareció y me salvó. Eso creí. Quedamos de juntarnos en un café. El nunca llegó. Me mandó a la mierda. Mi mundo se derrumbó. Caminé por el forestal. Me quedé allí tirada. Al frente: Un hotel. El Parlamento. Allí fui feliz con él. Allí me entregué. Allí me enamoré. Estaba echa mierda, Cote. Estaba mal. Fue allí cuando lo vi salir del hotel. Fue todo muy fugaz. En unos segundos apareció frente a la puerta del hotel y sin darme cuenta ya había desaparecido. Mi corazón retumbó. Quedé perpleja. Pasaron unos minutos y saliste tú. ¿Qué estaba pasando? No quería ni pensarlo. Entré al hotel. No había nadie en la recepción. Me acerqué al mesón y vi la lista de alojados. Habitación 503. Ustedes dos. No podía creerlo. Sé que quizás no tienes la culpa. Nadie la tiene. Solo yo. Pero mi mundo está destruido y no sé por donde empezar a rearmarlo. Tampoco sé si quiero hacerlo. Sé que no lo querías, pero me cagaste la vida. No te juzgo por ello. Solo te ruego que mires a tu lado porque puede haber alguien muriendo. Espero volver a verte. Te quiere, Vale.

NOTA: La segunda parte de este relato apareció en el segundo número de Revista EL6A - Cultura Independiente, correspondiente a la edición de enero-abril de 2011.

53

Continuando con...

-¿Y puedo saber porqué lo hizo? El detective me miró seriamente. - La carta que dejó va dirigida a ti. Ya la analizamos, así que no la necesitamos. Por eso te la traje. Me entregó un sobre celeste estampado con un ''Para ti, Cote'', escrito del puño y letra de la Vale. -Espero que reflexiones. Hay veces en que hacemos cosas y dañamos al resto sin darnos cuenta. Ojo con ello.


54 “Microbird — Old Memories” EP

Reseñas

Microbird presenta algo totalmente distinto al influjo indie y folk que se está dando en la música chilena popular contemporánea. Decir que es interesante solo por lo arriesgado, es ser injusto con “Old Memories”; su propuesta va más allá, ya que innova de manera llamativa con elementos como tecnología, sonidos concretos y ruidos, armando paisajes sonoros que llegan a ser hipnóticos, evocando realidades pasadas. Este EP es un todo conceptual, una propuesta clara y más que recomendable, que de acuerdo a nuestra sensibilidad, nos invitará crear y/o reconstruir imágenes mentales de recuerdos, de nuestra historia.

Disponible en: http://el6arevista.blogspot.com

“Monea”

Cortometraje

Un joven gana una beca por lo que emprende el rumbo a la capital. En su pueblo, deja a sus padres quienes nunca le han dicho que él es portador de una rara y desconocida enfermedad hereditaria. Una vez llegado a destino, se le desarrolla una rara alergia debido al contacto con el dinero ganado en su trabajo como empaquetador de mercadería en un supermercado. Este hecho lo impulsará a tratar de volver con sus padres. El corto aborda el tema de la codicia, haciendo una crítica a la sociedad actual y al modo de vivir y actuar de los chilenos. Se usó música de bandas chilenas como Jovenabuelo y Adelaida, que autorizaron el uso de su material.

Disponible en: http://el6arevista.blogspot.com


53 Vicente Ricalo - Cabo Verde /

cubano

Valeria Burgos - Chile Daniel Gutiérrez - Chile Maite García de Vicuña - España Poesía Macarena Figueoa — Chile Paolo Orozco/ Chile Cuentos Sofía Miranda - Chile Serenade - Chile Aquiles Cuervo - Colombia

Sebastián Schirmer/Chile Magdalena Cortés/ Chile Rodrigo Honores/ Chile

Rodrigo Honores - Chile

Fotografía Constanza Muñoz - Canadá / chilena Pedro Araya Alfaro - Chile Roan Franas - Chile Julius Sobrino - Perú Antonio Maggiolo - Chile Rodrigo Reyes - Chile Mariana Muñoz - Chile Michel Binelli

Comics La Gorda Comics

Colaboradores en esta edición

Microcuentos



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